Roberto Ponce Covarrubias
Title
Roberto Ponce Covarrubias
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Roberto Ponce Covarrubias was born in Camargo, Chihuahua, México in 1929; he helped his father work the land; his father was 108 years old when he passed away, and his mother was 104 years old when she passed; both he and his brother decided to enroll in the bracero program; he worked for ten years as a bracero in Texas and New Mexico.
Summary of Interview: Mr. Ponce and his brother decided to enroll in the bracero program due to their family’s financial difficulties; when they were taken to Rio Vista, a processing center in Socorro, Texas, they were deloused and given a blood test; they were offered help when filling out work contracts; Mr. Ponce’s first work contract took him to Las Cruces, New Mexico; the worst place he worked was Lamesa, Texas; he recalls that the graveyards near the ranch were said to have been for the braceros; he sent money to his family via certified mail.
Summary of Interview: Mr. Ponce and his brother decided to enroll in the bracero program due to their family’s financial difficulties; when they were taken to Rio Vista, a processing center in Socorro, Texas, they were deloused and given a blood test; they were offered help when filling out work contracts; Mr. Ponce’s first work contract took him to Las Cruces, New Mexico; the worst place he worked was Lamesa, Texas; he recalls that the graveyards near the ranch were said to have been for the braceros; he sent money to his family via certified mail.
Creator
Parra-Mantilla, Myrna
Ponce Covarrubias, Roberto
Date
2003-06-12
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Roberto Ponce Covarrubias
creator (Spanish)
Ponce Covarrubias, Roberto
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Digital, WAV, MP3
Duration
33:10
Bit Rate/Frequency
24K
96 bit
96 bit
Transcription
Nombre del entrevistado: Roberto Ponce Covarrubias
Fecha de la entrevista: 12 de junio de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El día de hoy es 12 de junio de 2003, en Meoqui, Chihuahua. Entrevistando al señor Roberto Ponce Covarrubias, para el Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenas tardes, señor Ponce.
RP: Buenas tardes.
MP: Gracias por aceptar la entrevista y para empezar, quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació?
RP: Pos en 1929, el día 10 de marzo, creo.
MP: ¿Aquí en Meoqui?
RP: No, acá en el municipio de Camargo.
MP: Ah, okay, Camargo.
MP: Cuénteme algo acerca de su niñez, sus papás, sus hermanos.
RP: No, pos mi papá ya falleció, mi mamá también, ya fallecieron ellos. Tengo nomás hermanos, Ignacio Ponce, Martín Ponce Covarrubias, uno está precisamente en Juárez, Martín. Y el otro aquí está, también jue de bracero él.
MP: Ah, ¿sí?
RP: También, sí.
MP: ¿A qué se dedicaba su papá?
RP: En la agricultura.
MP: ¿En la agricultura?
RP: Sí, sí y trabajaba en la labor también.
MP: Y, ¿usted fue a la escuela de chiquito?, ¿iba a la escuela?
RP: Pos casi no.
MP: ¿No?
RP: Iba, iba muy poco, fuimos.
MP: Más bien trabajar.
RP: Fui a una escuela de turno, de turno de noche, para aprender a poner mi nombre nomás.
MP: Ándele, sí.
RP: Sí, pero yo no tuve escuela, es que…
MP: Más bien trabajar con su papá, ¿no?
RP: Ándele sí, es que los años de antes, no crea que ya cuando estaba uno chico dirían: “Éste está bueno pa, ya éste está bueno pal azadón, pal, en la labor”. Así decían los de antes y así decían. Mi papá murió de cien ocho años.
MP: ¡Ah, caray!
RP: De cien ocho y mi mamá de cien cuatro.
MP: Fíjese, ya muy grande.
RP: Muy grande, sí. Y por eso le digo yo que, pos no nos enseñaron nada, no. Y antes que yo, me sentía muy gacho no saber poner ni mi nombre. ¿No? Y fui a la escuela en el turno de noche. Y ahí fue onde aprendimos un poquito, ey.
MP: Entonces usted desde chiquito estuvo trabajando con su papá en la agricultura.
RP: Sí, desde chico.
MP: Y platíqueme usted, ¿cómo se dio cuenta del programa en aquel entonces?
RP: Pues no, pos que íbanos a dar una ayuda al bracero, pero no, no dio nada.
MP: No, pero, yo me refiero a la primera vez que usted se fue como bracero.
RP: Ah.
MP: ¿Cómo se dio cuenta?, ¿oyó a alguien que se iba de bracero?
RP: No, sabe que en ese entonces en los municipios había listas. Y iba en el municipio, la lista del Valle de Allende.
MP: Sí, señor.
RP: Cuando pedían la lista los gringos, de los del municipio… Quiero decir de aquí de, pos mandaron el aviso por los municipios, en cada municipio. Y daban una carta aquí en el municipio. Y con esa carta nos íbanos a Chihuahua y ahí nos contratábanos.
MP: Una carta como de recomendación.
RP: Ándele sí, de recomendación y con ésa nos contrataban ahí en El Paso, con esa carta aquí en Chihuahua nos arreglaban. Ya de ahí salíanos, ya a cuenta de, de allá de los gringos. Allá le daban a uno su lonche y pues ya, ¿verdad? Hacían los gastos ellos, pasajes y todo.
MP: Y, ¿por qué se decidió irse de bracero?
RP: Pos porque aquí no había nada, estaba muy duro. No, no, no había ni qué agarrar. (risas)
MP: Pero pues iba a ser lo mismo allá, ¿no? Trabajar aquí en la agricultura, que allá en la agricultura. Iba a ser el mismo trabajo, ¿no?
RP: Pues sí pero siempre rendía más allá que aquí. Sí porque aquí no, no avanza uno nada y allá sí. Porque allá ganaba uno $7, $8 pesos, pero un pantalón, una camisa le costaba $1.50, $2 pesos, en ese entonces. Y luego y jalaba igual y aquí no, no acabalaba uno pa una camisa en toda la semana. Y allá sí acabalaba uno, comía bien y acabalaba comida, comprar un pantalón, una camisa de perdido cada ocho días.
MP: Ah, okay.
RP: Y aquí no. Pos por eso le tirábanos a ir allá. Y sí nos ayudábanos poquito porque ya con lo poquito que tráibanos de allá, comprábanos buen cacho de mandado aquí cuando veníanos y ya durábanos tiempo ahí. Por eso íbanos así todos los años en listas así del municipio. A como nos tocara y luego después, empezaron a dar por numeración en Chihuahua. Ahí en primero aparecían los números por numeración.
MP: O sea que primero nada más con la carta de recomendación, ¿después ya les pedían un número?
RP: Sí así, así es, sí. Y luego otros ahí, entraban con mordida con, con los jefes de ahí de Gobernación y les cobraban una cantidad de $100, $150 pesos y los metían sin carta.
MP: ¡Ah caray!, ¿tanto?
RP: Sin car[ta], sin carta, sí.
MP: Fíjese.
RP: Sí, $150 pesos.
MP: Disculpe, ¿a quién le daban los $150?
RP: Pero de los de aquí, no crea que de los de allá.
MP: No, sería mucho dinero.
RP: No, sería mucho dinero, de los de aquí.
MP: ¿A quién les pedía la mordida?
RP: Los de ahí, los encargados, los encargados ahí de…
MP: Los de las oficinas.
RP: Sí, los de las oficinas de ahí de, de Gobernación. El mero jefe de Gobernación es el que hacía, sí.
MP: Oiga y, ¿sus papás qué le dijeron cuando usted les dijo: “No, pos me voy para allá de bracero”?
RP: No, pues ellos no querían que fuera, pero, pos sí, nombre, ya lo veía muy atrasado yo. Pos hay que ir a buscarle, a ver qué, qué hallamos mejorcito. Por eso íbanos nosotros allá.
MP: Y, ¿se fueron usted y su hermano?
RP: ¿Eh?
MP: ¿Se fueron usted y su hermano?, o, ¿alguien más se fue con ustedes?
RP: Sí, pos es que, pos ellos iban a veces a otra parte. Y yo a otra parte así. Y a veces íbanos juntos, también. A veces nos tocó juntos también.
MP: Pero la primera vez se fueron los dos juntos a Chihuahua. Y luego ya de ahí se fueron…
RP: Allá sí, sí, la primera vez nos fuimos los dos juntos a Chihuahua, sí.
MP: Cuénteme qué, ahí en El Trocadero, en Chihuahua, mucha gente, ¿no? ¿Cuánto tiempo se tenía que esperar?
RP: En el, pos ahí va uno por lista, llegaba uno a El Paso y luego pasaba allí donde lo registraban a uno y todo ahí. Ahí lo desinfestaban a uno y luego, pasaba uno por el doctor.
MP: ¿Lo desinfectaban?, ¿cómo?
RP: Sí, por el, por el médico. Le echaban un polvo, (risas) a uno lo hacían que se quitara la camisa y el pantalón.
MP: Ah, lo polvearon.
RP: Sí, nos echaban los polvos pa que pasara.
MP: Mírelo.
RP: Ahí por el puente, sí. Y ya íbanos allá y hacíanos el contrato en el Río Vista. Ahí hacíanos el contrato y ahí le decían con qué patrón le tocaba. Ya el patrón ponía el mueble pa llevarlo a uno al rancho, así.
MP: Y si alguien no quería ser polviado, ¿ése qué?, ¿lo regresaban?, o, ¿a fuerzas lo polveaban?
RP: Sí, pos no, todos querían, todos los polviaban. Nomás que muchos casi los ahogaban, pos no se quitaban y hay otros que pos a correr, no, ellos se quedaban ahí hasta que los llenaban como de harina todo, nombre, retírese luego luego. Cosas así, así le hacían con uno, hacían lo que… Ah, y luego cuando llegaban allá, le sacaban a uno una botellita así de sangre, allá en el Río Vista.
MP: ¿Le sacaban sangre también?
RP: Sí, también le quitaban sangre a uno, una botellita así.
MP: Y, ¿les decían para qué les iban a sacar sangre?, o, ¿nada más le sacaban la sangre?
RP: Sí, pos pa, no, pos que pa saber si iba bien uno, o enfermo, o bien. Enfermos no, no querían enfermos, que pasaran bien allá. Y luego un día iba yo y la segunda vez y me dieron dos botellas.
MP: ¿Le sacaron dos sangres?
RP: Dos botellas me dieron a mí. Nomás que otro amigo que no conocía, me dijo: “Oiga, pos qué bonitas botellitas pos, ¿cómo nomás a usted le dieron de dos y a mí una?”. “Pos si quiere le doy una”. “Pues échele pues”. (risas) Pos yo no quisiera que a mí me sacaran las dos a mí y me sacaron una y él se desmayató cuando le sacaron las dos, se desmayó, oiga no, pues era mucho. Es que me vieron la cara de que tenía mucha sangre yo creo a mí. Nomás a mí me dieron dos botellitas. No, nomás que yo me desquité con él. Me dijo: “Qué bonitas, déme una”. “Ándele pues, tenga, hombre”. (risas) Y ya a mí me sacaron una nomás y a él dos. Sí, pos azotó ahí desmayado. Va uno todo fregado.
MP: Y, ¿a ese amigo lo echaron para atrás o esperaron a que volviera ahí?
RP: Sí, no, pos ahí lo, ahí lo curaron ahí, lo llevaron allá, al centro de salud ahí que tienen ellos ahí.
MP: ¿Cómo era Río Vista?
RP: ¿Mande?
MP: Río Vista, ¿cómo era?, ¿como un hospital?
RP: Sí, taba grande, como uno, como un hospital así, taban todas las oficinas así alrededor y acá todos los servicios en un lado, sí. Sí taba amplio, taba amplio ahí el Río Vista, ta grande. Ya ahí salía uno contratado y ya llegaba y ahí tenía que llegar uno a cancelar el contrato, ya cuando venía de allá pa acá.
MP: Ah, okay.
RP: Ahí a Río Vista. Y así, así y no podía venirse uno a menos de cumplir el contrato. Porque el que se venía así, se lo hacían de cargo al patrón y no le convenía al patrón que muchos se desertaran.
MP: Se iban.
RP: Se iban a otra parte de ahí.
MP: Y, ¿a ustedes los castigaban, ya no les daban contrato?
RP: Pos no, ya no. No, pos por eso es que no lo hacíanos, pero es que todas las cosas se acomodan ellos bien pa no... Pues uno es el que mete las cuatro patas a veces, (risas) uno porque no sabe y se enreda uno solo, ¿verdad?
MP: Pero, ¿ahí no había alguien que les ayudara?, o sea cuando ustedes no sabían qué contestar o qué hacer o si estaban temerosos de algo, ¿no había alguien que les dijera: “No, es esto y esto”?
RP: No, no, pos ahí nomás pedían los datos: “¿De dónde es usted?, ¿de qué parte?”. Todo eso, es todo lo que pedían en Río Vista. Y ahí hacían el contrato, de tanto tiempo que iba a trabajar allá y todo.
MP: Pero sí les explicaban de lo que era el contrato, ¿no?
RP: Sí, eso sí.
MP: La paga y todo eso.
RP: Sí, pos el contrato era de, desde tres meses nada más, es lo que iba a durar. Ya después, si había chanza, pos le renovaban otros tres meses, pero ahí con el mismo patrón.
MP: Ah, pues ya no tenían que volver acá a Río Vista.
RP: No, ya no, ahí mismo el patrón venía y le renovaba a uno otra vez el contrato pal Río Vista, pero ya, ya no renovado uno, lo echaban a uno pa acá, ya no lo dejaban allá. Ya lo echaban pa acá, sí y nomás que…
MP: Nomás si era bueno, ¿verdad?
RP: Y allá no hay, no es, no es mentira, allá no quieren la mentira. Porque yo también entré dos veces de mojao.
MP: Ah, ¿sí?
RP: De mojao, sí. Una vez ahí por el Valle de Juárez y otra acá por Caseta, por ahí entré.
MP: ¿Cómo le hizo para pasar de mojado?
RP: Pues como nos fuimos, pasamos el río, pos entre algunos ahí, ¿verdad? Nomás que cuando la última vez que íbanos a Van Horn, Texas, nos agarraron. Y es que cuando iba La Migra, íbanos nosotros pasando ahí por unos algodones, chiquitos así los algodones, de esos de pule que cortan con todo y todo, así, (risas) así. Y nos tiramos ahí de panza pa que no nos viera La Migra. No, hasta cree. Decía yo: “¿Pa qué se esconden?, si ya nos vieron”. Al rato se los llevaron ahí toditos los lados, luego luego. Nombre, nos echaron ahí por Juárez oiga, nos tuvieron dos días en el corralón nomás y luego ya nos echaron pa Juárez de castigo pero no la hicimos esa vez.
MP: Y ahí cuando los echaron ahí, ¿qué les dijeron?, ¿qué les hicieron?
RP: No, pos no le dicen a uno nada, nomás que lo agarran a uno y lo castigan nomás, que no se ande metiendo ansina, eso es lo que le dicen los emigrantes nomás.
MP: Pero, ¿no los tratan mal? Porque ya ve que muchos son muy prepotentes.
RP: Pos ahora, ahora es cuando están tratando mal a la gente. Pero también hay otra cosa, que, que hay mexicanos, de esos que vamos pa allá, malos también.
MP: ¿Cómo malos?
RP: Sí, pos se le, se les oponen a los emigrantes. Y por eso suceden cosas.
MP: Que les gusta el pleito.
RP: Sí, les gusta el pleito y les llama la atención aquellos, los quieren y no se quieren dejar y les tupen con balas y traen con qué también ellos. Y por eso han hecho también eso, esas cosas los emigrantes de allá. Porque ahora ya está muy degenerado todo, sí, muy echado a perder, con todas esas cuestiones, esa cochinada de hierba y todo, que venden y todo, se intoxican. Y tienen valor pa todo.
MP: Y es que se está perdiendo mucho el respeto, ¿no?
RP: Sí, sí, ya es mucho. Pero fíjese que eso viene de las autoridades, porque las autoridades no hacen nada. Las autoridades le dan garantías al mañoso porque, porque les da dinero. Y vienen los hijos, los padres y pagan dinero y salen luego luego, no los castigan nada, pos por eso están así como están. Nomás castigaran, verían a ver si la hacían. Dicen que no, sí, ¿cómo que no?, sí. No, ahora está muy mal. Ahorita y, ya nomás se destantea tantito uno y lo asaltan, luego luego van y le quitan lo que trae, sí.
MP: Aparte, ¿verdad?
RP: Sí aparte, aparte, aparte de la feria que le dan, todavía le dan su merecido, lo matan, o lo dejan golpeao, así, no, ta carajo. Pos precisamente un hijo de Martín, mi hermano, que estaba en el otro lado, lo golpearon mucho y lo tienen detenido. Sí, pos por eso está Martín en Juárez, allá. Lo tienen detenido en El Paso a él.
MP: Y, ¿andaba él de mojado?, o, ¿por qué lo detuvieron?
RP: Sí, él andaba allá, pos creo que ya. Sí, no, ya, ya andaba arreglando los papeles pa residente de allá y luego ya tenía tiempo él allá.
MP: ¿En serio? Y ahora con esto pos ya adiós a la residencia, ¿no?
RP: Pero ahí, ahí en Juárez, en la pasada lo golpearon y todo y no le dejaron ni el mueble que traiba, esa troca. Nomás que a los tres días se lo llevaron al corralón, se tenía que sacarlo por $400 dólares el mueble que traiba. Pero, toda[vía] lo tienen detenido a él. Como no sabe defenderse él y todo y ya se quejaba y de él se aprovechan.
MP: Sí.
RP: Si nomás ellos.
MP: Se aprovechaban porque como uno no sabe muy bien.
RP: Le echan la culpa a él, sí, de todo y los culpables fueron ellos porque lo dejaron inconsciente, bien golpeado y todo. No, si ya ta muy carajo, no crea que no, ya está muy…
MP: Sí, ya.
RP: Ya necesita andar uno con mucho cuidado.
MP: Bastante cuidado.
RP: Por onde quiera, sí.
MP: Oiga platíqueme, volviendo a lo de los braceros, los lugares a donde fue otra vez, dígame los lugares a donde fue.
RP: Ah pues mire, yo estuve dos veces en Las Cruces, Nuevo México. Una vez ahí por la 17, por la 17 en Pecos y otra vez por la 80 [US 80], por la 80 en Pecos, por la carretera 80, esas dos partes estuve allá. Y luego estuve una vez en Big Spring, Texas.
MP: ¿En dónde?, disculpe.
RP: En Big Spring, Texas.
MP: Ah, okay.
RP: Una vez. Y luego, dos veces en Las Cruces, Nuevo México. Y una en Mesilla, en Mesilla Park, nomás.
MP: O sea que en total, ¿cuántos años anduvo de bracero?
RP: No, pues como unos nueve o diez años estuve yendo.
MP: Pues anduvo mucho tiempo.
RP: Sí anduve mucho tiempo, nomás que, no crea que duraba mucho, pos nomás el contrato y lo echaban a uno. Un contrato de tres meses y lo echaban a uno pa acá.
MP: Pero de todas maneras sí siguió.
RP: Sí, por año, por año, cada año iba, sí. Sí me alivianaba, nos alivianábanos pues, todos los que íbanos. Con poquito, pero sí ya traía uno los $200, $300 dólares. Y ya aquí le rendían más, sí.
MP: Claro.
RP: Que lo que ganaba uno aquí nada. Ya de perdida venía uno y se vestía, sí, no. Y aquí no, no, no gana uno pa eso, aquí no, no gana uno ni pa comer.
MP: No le rinde, ¿verdad?
RP: Pa mal comer nomás y pa comprar ropa ta difícil, pa comprar calzado igual, ¡todo tan caro! Y allá como quiera que sea, sí. Porque fíjese ahorita, póngale que esté caro allá pero ya ahorita muchos trabajadores están ganando los $40, $50 dólares diarios y pueden comprar un calzado, cuando menos cada ocho días.
MP: Sí.
RP: Nosotros, ¿cuándo lo compramos aquí?
MP: Sí, ganan mucho.
RP: No, con lo que ganamos, no, no alcanzamos, ta muy caro.
MP: Sí. Oiga y, ¿cuál fue el primer lugar al que fue como bracero?, ¿Las Cruces?
RP: El, el primero fue en Las Cruces, Nuevo México.
MP: Platíqueme, ¿cómo fue ahí en Las Cruces?
RP: No, pos en la pisca de algodón, a piscar algodones, algodones, nomás puros algodones todas las veces que entré, sí.
MP: Y ahí cuando llegó usted ahí al rancho, ¿sí era como usted se lo imaginaba que iba a ser?, o sea, ¿le gustó?, o, ¿dijo: “Ay no, mejor me voy”? ¿Se decepcionó?, o, ¿cómo fue?
RP: No, nada decepcionado, pos a eso íbanos, a trabajar. Ahí nos daban un, un cuarto a cada, un catre a cada uno, trastes y todo ahí en el rancho y estufas y todos los servicios ahí. Y ahí mismo cocinaba uno mismo. Hacíanos las tortillas nosotros ahí de harina.
MP: Ah, ¿sí?, qué rico.
RP: Hacíanos las botanas y todo ahí. Y no, ellos nomás nos pagaban cada ocho días, lo que ganara nomás.
MP: ¿Cuánto les pagaban?
RP: Pos nos pagaban a $2, a $2.05 las cien libras. A dos pesos, cinco las cien libras, en ese entonces. Pero también taba más barato todo, no crea que estaba como ahorita. Porque ahí con $6, $7 pesos tenía pa toda la semana de mandao. Y con eso acabalábamos.
MP: Y, ¿cómo le hacían para comprar el mandado?, ¿tenían que ir al pueblo?, ¿los llevaban al pueblo?
RP: No, el mismo patrón nos pres[taba], nos ponía un tráiler, o un mueble pa ir al mandao, así cada ocho días. Uno de los encargados del patrón nos llevaba al pueblo, al mandado y nos llevaba y nos traiba, también. Nos traiba al mandado y nos llevaba hasta, a domicilio del rancho del patrón, así es. Así con todos, todos los patrones así lo hacían, de allá. Y en la mañana llegaban por uno al trabajo. Bueno, por pisca, vámonos. Salíanos los costales, los echábanos y ahí vamos. En la tarde venían y nos traiban ahí también, hasta el rancho.
MP: Y, ¿usted siempre fue piscador?, ¿nunca lo pusieron de regador o algo?
RP: Puro pisca. No, puro piscar el algodón, puro piscador de algodón. No me tocó otra, otro trabajo más que puro de eso de la pisca. Ah, estuve también ahí en Ysleta, en Ysleta, ahí en El Paso también.
MP: Y ahí también en el algodón.
RP: Sí, ahí también, ahí también, sí. Nomás que me pagaban muy barato, muy barato, sí.
MP: Cuénteme de Pecos, era muy feo, ¿verdad? ¿Nadie quería ir a Pecos?
RP: No era muy feo Pecos, lo que decían era que estaba muy malo porque agarraban mucha gente. Por eso decían que estaba malo Pecos. Pero pa mí no fue malo nunca, porque se me hace que estaban mejor los algodones que hasta acá en otra parte.
MP: Ah, ¿sí?, ¿estaban más grandes?
RP: Sí, nomás que, buenos, buenos. Y decían que no servían. No, sí servían. Y yo las dos veces que yo, yo no me quejo de Pecos, las dos veces que fui, me fue igual que acá, en Las Cruces y todo, ta bien. Nomás que lo que pasa es que mucha gente no aguanta y luego como llevan, agarran mucha gente, que termina ahí luego luego y ya se vienen pa México. Entonces ahí si no le escogen otra parte, no quieren, ya mejor se vienen. Y por eso les va mal, pero durando todo el día, los tres meses tiene uno permiso pa durarlos.
MP: Sí.
RP: Si el patrón no lo acabala, lo despachan con otros que acabale los tres meses, así lo hacían. Nomás, pero no, yo no me quejo de Pecos. Lamesa, Texas sí, en Lamesa, Texas sí estaba malón.
MP: ¿Por qué?, oiga.
RP: Porque pagaban más, más mal ahí.
MP: ¿Sí?, pero pos…
RP: Y luego los algodones estaban más malos, en Lamesa, Texas en ese entonces.
MP: ¿Por qué? O sea, casi todos me dicen que lo peor era Pecos porque había mucha gente, mucha carrilla, casi no les pagaban y que había muchas víboras y que…
RP: Sería…
MP: Está muy caluroso.
RP: Sería de raya, ya los que andaban de raya, por el día, nosotros no anduvimos de raya, por el día no, nosotros andábanos por kilos, las libras que alcanzábanos a hacer, ésas nos pagaban. Y a la hora que quisiéranos pararle, le parábamos. Hasta que nos cansábanos nomás y ya.
MP: O sea que no tenían ustedes que piscar determinadas libras.
RP: No.
MP: Era ahí como ustedes podían.
RP: No, no, como lo que alcanzara cada quien y así. Sí, pos es que…Y luego hay unos muy flojos. Y al último, ahí en Las Cruces, pos muchos no cumplían, y se venían antes del contrato. ¡Taba regüeno! Y pos comía uno bien y todo, ¿pos qué quería? Nomás que, porque no sabían hablar inglés, oían hablar nomás, pos no le contesta uno porque no se puede.
MP: Y, ¿cómo se comunicaban con el ranchero?, ¿ustedes cómo le hacían?
RP: No, pos es que hablaba uno, lo despachaban a uno al que entendieran el español.
MP: ¿El mayordomo?
RP: Sí, cuando nos llevaba, el patrón no le entendíamos nada, ni madre porque nos hablaba en inglés… (risas) No, no le entendíamos nada pero el otro sí y también hablaba molacho pero siempre se le entendía, nomás el español.
MP: Y, ¿nunca tuvo problemas así con los rancheros o con los mismos compañeros?
RP: No, no, no fui… Yo nunca tuve problemas con ningún ranchero, trabajé a gusto con todos los que estuve ahí. No le digo que hasta mica me daba cuando se terminaba y a otros no les daba nada porque no cumplían. Había veces, yo una pura vez renové contrato en Las Cruces, duré seis meses porque todos se vinieron, dejaron todo el algodón ahí tirado y me dijeron a mí y otro señor de acá de Rosales que si queríanos tra[bajar], ¡no!. “Arregle con el patrón y nos vamos con usted”. Acabarle el algodón que le dejaron los braceros ahí. Pa andarnos de raya ahí con él, trabajando y ya no por kilo, a juntar hasta la bolita, todo juntábanos ahí del algodón ese. Nos pagaba $8 dólares, $8 dólares y botana y nos daba ahí cuartos onde quedarnos, toallas, jabones y todo pa bañarnos, ¡todo ahí!
MP: Qué bueno.
RP: Y ahí estuvimos con él, ahí duramos los otros tres meses. Anduvimos piscando un maíz amarillo, la mejor creo grande también, acá en la labor.
MP: Ah, ¿sí?
RP: Este, le acabamos todo en un mogotes que tenía ahí de…
MP: Oiga y ustedes ahí entre los rancheros, ¿no se dio el caso de que los rancheros se prestaban a los braceros?
RP: No.
MP: ¿Nunca le tocó? De que un ranchero necesitaba gente y: “No, pos llévate tantos por tantos y tantos”.
RP: Me di cuenta pero aquí, que… pos allá en que sí en que parte, ¿no? Por allá, hallaron un panteón de muchos braceros. Se los llevaban a trabajar y los desparecían.
MP: Ah, ¿sí?
RP: Los mataban, sí.
MP: Ah, ¿sí?
RP: Sí.
MP: Y, ¿eso?
RP: De un panteón por allá en quién sabe onde, quién sabe en qué parte. ¡Qué aprovechados! Llegaban a trabajar y pa no pagarles, los mataban.
MP: Mire, qué aprovechados. Y por ejemplo en esas circunstancias, se supone que el cónsul estaba para ayudarles, ¿verdad?
RP: Sí, sí.
MP: Y, ¿le decían a él lo que pasaba?, estos detalles…
RP: Pos nosotros allá no le decíanos nada a nadie de ellos, porque no sabíanos nada. Aquí, aquí fue cuando supimos ya ahora últimamente de otros braceros que, que estaban fallando que se iban pa allá y no volvían y… que había hallado un panteón allá de puros…
MP: De puros braceros.
RP: De puros muertos, mojados, sí.
MP: ¿En dónde más o menos?
RP: No, pos por una parte, no sé, no sé en donde. No me acuerdo cómo estaban diciendo. Sí, si siempre hay patrones malos, pero gracias a Dios que a nosotros no nos tocó ni un malo, muy bien.
MP: Qué bueno.
RP: Todos los que estuvimos ahí. No tuvimos ningún…
MP: Y usted me dice que también anduvo de mojado, ¿verdad?
RP: ¿Mande?
MP: Estuvo de mojado usted también por allá.
RP: Sí, pero de mojado casi no hago cuenta. En Pecos, porque me echaron, entremos nomás y…
MP: ¿Cuál es la diferencia?, ¿qué beneficios o qué?, ¿qué ventajas hay entre un bracero y un mojado?, oiga.
RP: No, no, pues es que…
MP: De su experiencia, ¿no? ¿Qué me cuenta?
RP: Va uno, por ver se le hace a uno entrar a trabajar y el que no tiene contrato ni nada. Y entrábanos ahí por Caseta, de mojados y nos agarraron llegando a Van Horn, no trabajamos y nos echaron pa acá pa México, así fue todo. Por eso no tengo más comprobablidades de nada más que, así pues, y eso ni en cuenta lo tomamos porque no trabajamos.
MP: Pues sí.
RP: Sí, así es.
MP: Y dígame, ¿qué hacían en su tiempo libre?
RP: ¿Cómo?
MP: En el tiempo libre, en el tiempo libre que tenían.
RP: No, nada, descansábanos ahí.
MP: Nomás descansaban.
RP: ¡Sí!, es que…
MP: No tenían tampoco algún día de descanso, ¿o algo?
RP: No, no, nomás así cuando llovía mucho o algo, que no podía uno trabajar se quedaba ahí en el rancho, sí. Pero nomás era ahí. Es raro el que se quede deoquis, ahí nadie se… no falta el que no quiera trabajar.
MP: Ah, ¿sí?
RP: Sí, pero trabajo todo el tiempo tienen los gringos, todo el tiempo. Nomás que los de ahí no trabajan y si no trabaja, si no trabaja uno, de aquí vino a trabajar allá, no va a hacerle el loco, va a trabajar uno.
MP: Claro.
RP: Por eso tiene uno coraje, porque va uno a trabajar bastante y luego que le salen que no le pagan. (risas)
MP: ¿Verdad?
RP: Ése es el borlote.
MP: Claro. Usted, ¿a su familia sí le veía más o menos seguido?, a sus papás.
RP: No, ¿ónde lo, lo veía aquí los familiares?
MP: Sí, usted cuando andaba por allá de bracero, ¿venía seguido?, o, ¿tenía contacto?
RP: No, no podía venir uno hasta los tres meses. De allá escribíanos cartas, mandábanos cartas certificadas con dinero pa acá.
MP: Ah, qué bueno.
RP: Los $100, $250 dólares de…
MP: Y, ¿nunca tuvo problemas de que se le extravió el dinero?
RP: No, nunca, nunca. Así con el certificado llegaban aquí, sí señor, nomás.
MP: Porque ya ve que hubo muchos casos también…
RP: Sí, también muchos no le llegaba el dinero solamente también que no ponen a veces las direcciones malas, a veces, van chuecas y luego... Porque yo también era de allá, de Colonia Búfalo, Chihuahua. Y un día, un muchacho que estaba conmigo allá, no, él arregló una carta. Sí, con la manita así (risas) y: “¿Qué pasó?”. “No”, dije, “¿pos por qué pues no pasó?”. “Es que es Colonia Búfalo, Chihuahua”, dijo, “y le puso Colonia Búfalo, Chiruca”.
MP: Nunca le iban a llegar.
RP: Y por eso no le llegó, le dije: “Es que está mal la dirección”. Colonia Búfalo, Chihuahua, ¿verdad? Colonia Búfalo, Chiruza. “Por estar jugando ahí”, le dije. Bueno, así le puso, ¿pos cuándo le llegaba?
MP: Pos nunca, ¿verdad?
RP: No, ansina no. Sí…
MP: Cuénteme también acerca de, no sé del…Ustedes nunca tuvieron algún problema de que no había, por ejemplo carne, ¿o algo? Porque ya ve que durante la guerra hubo mucha…
RP: No, nosotros bueno, todo el tiempo, temporal que duramos ahí a las tiendas onde nos llevaban al mandado, hallábanos todo, carne, ¡todo! Todo el tiempo, todo lo que queríamos comer hallábamos ahí en la tienda.
MP: ¿Nunca tuvieron problemas para encontrar algo, o zapatos o algo?
RP: No, no nada. El que tuviera problemas era los mojados que llegaban de mojados, que le daban chanza ahí los patrones. Ellos mismos les tráiban el mandado, los mismos patrones a los mojados. No, pero no tuvimos problemas de que no hubiera mandado. No, por mandado no quedaba, todo lo que quisiéranos había ahí en la tienda. Y cuando recién que llegaba uno ahí sin centavos lo llevan a uno a la tienda que juro pa bastante el carro, todo lo que quiera llevar y después se lo van rebajando a uno en el trabajo.
MP: O sea que sí les… ¿Cómo le dicen?, les prestaban.
RP: Sí, no, de primero, de primero cuando llega uno, llega uno sin dinero. Lo llevan a la tienda y ahí lo recomiendan a uno en la tienda y cuando no hay trabajo, que no tiene trabajo también le dan el mandado sin trabajo, ahí el patrón responde. Y luego el mismo patrón le consigue jale pa otros lados pa que pague. Así sí, así es.
MP: Y ahí usted, ¿todavía sigue en contacto con los amigos que tuvo allá?
RP: No, ya no, no ya. (risas)
MP: Más que su hermano.
RP: Ya tengo algunos años que no vamos de… No, ya no se acuerda uno del, ni de los patrones, el nombre, ni nada.
MP: Oiga y, ¿usted no hizo algún intento por arreglar papeles para quedarse allá?
RP: Pues no porque no hubo chanza, no hubo oportunidad, ¿no le digo? A lo más, dos veces, una vez nomás me renovaron, duré seis meses. Todos los que tienen chanza, les duran años allá. No, sí, como este muchacho, el hijo de Martín mi hermano, ése sí ya tiene años allá y andaba arreglando ya la…
MP: ¿La residencia?
RP: Sí, ya arreglando todo allá, sí. Y ahora le pasó ese percance y quién sabe cómo le vaya porque los demás aprovechados, como no se sabe defender, le están echando toda la culpa a él allá onde está.
MP: ¿Sí?
RP: Sí.
MP: Bueno, pos no sé si tiene acá otra anécdota qué agregar a la entrevista.
RP: ¿Cómo?
MP: Alguna otra cosa que tenga que platicarme.
RP: No, pos yo creo pos ya es todo. ¿Pos ya qué?, ¿ya qué más le puedo platicar? Así es como le hacíanos nosotros allá nomás, así.
MP: Pero para usted fue un programa bien, ¿verdad?
RP: ¿Mande?
MP: ¿Usted supo aprovechar el programa?
RP: Sí, sí.
MP: ¿Trabajó bien?
RP: Sí, sí, yo no dejé el trabajo a medias, ¡nunca! Yo todo el tiempo muy cumplido en los contratos. Y muchos los dejaban a la mitad y otros, nomás quince días y se venían, no aguantaban. Y yo sí duraba hasta que se completaba. Gente que estuvo aquí con usted, me conoce muy bien, Mauro…
MP: ¿Sí?
RP: Sí, sí, que andábanos allá y todo de cuando la guerra. Uh, andábanos jalando allá. Y dicen que sí mandaron el dinero, pero se lo robaron los políticos, se lo robaron.
MP: Sí, se están echando la culpa unos a otros, ¿verdad?
RP: Sí, los Gobiernos, sí.
RP: Sí.
MP: Ándele pues, pues le agradezco mucho el tiempo de la entrevista.
RP: Ándele pos, gracias, sí.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 12 de junio de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El día de hoy es 12 de junio de 2003, en Meoqui, Chihuahua. Entrevistando al señor Roberto Ponce Covarrubias, para el Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenas tardes, señor Ponce.
RP: Buenas tardes.
MP: Gracias por aceptar la entrevista y para empezar, quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació?
RP: Pos en 1929, el día 10 de marzo, creo.
MP: ¿Aquí en Meoqui?
RP: No, acá en el municipio de Camargo.
MP: Ah, okay, Camargo.
MP: Cuénteme algo acerca de su niñez, sus papás, sus hermanos.
RP: No, pos mi papá ya falleció, mi mamá también, ya fallecieron ellos. Tengo nomás hermanos, Ignacio Ponce, Martín Ponce Covarrubias, uno está precisamente en Juárez, Martín. Y el otro aquí está, también jue de bracero él.
MP: Ah, ¿sí?
RP: También, sí.
MP: ¿A qué se dedicaba su papá?
RP: En la agricultura.
MP: ¿En la agricultura?
RP: Sí, sí y trabajaba en la labor también.
MP: Y, ¿usted fue a la escuela de chiquito?, ¿iba a la escuela?
RP: Pos casi no.
MP: ¿No?
RP: Iba, iba muy poco, fuimos.
MP: Más bien trabajar.
RP: Fui a una escuela de turno, de turno de noche, para aprender a poner mi nombre nomás.
MP: Ándele, sí.
RP: Sí, pero yo no tuve escuela, es que…
MP: Más bien trabajar con su papá, ¿no?
RP: Ándele sí, es que los años de antes, no crea que ya cuando estaba uno chico dirían: “Éste está bueno pa, ya éste está bueno pal azadón, pal, en la labor”. Así decían los de antes y así decían. Mi papá murió de cien ocho años.
MP: ¡Ah, caray!
RP: De cien ocho y mi mamá de cien cuatro.
MP: Fíjese, ya muy grande.
RP: Muy grande, sí. Y por eso le digo yo que, pos no nos enseñaron nada, no. Y antes que yo, me sentía muy gacho no saber poner ni mi nombre. ¿No? Y fui a la escuela en el turno de noche. Y ahí fue onde aprendimos un poquito, ey.
MP: Entonces usted desde chiquito estuvo trabajando con su papá en la agricultura.
RP: Sí, desde chico.
MP: Y platíqueme usted, ¿cómo se dio cuenta del programa en aquel entonces?
RP: Pues no, pos que íbanos a dar una ayuda al bracero, pero no, no dio nada.
MP: No, pero, yo me refiero a la primera vez que usted se fue como bracero.
RP: Ah.
MP: ¿Cómo se dio cuenta?, ¿oyó a alguien que se iba de bracero?
RP: No, sabe que en ese entonces en los municipios había listas. Y iba en el municipio, la lista del Valle de Allende.
MP: Sí, señor.
RP: Cuando pedían la lista los gringos, de los del municipio… Quiero decir de aquí de, pos mandaron el aviso por los municipios, en cada municipio. Y daban una carta aquí en el municipio. Y con esa carta nos íbanos a Chihuahua y ahí nos contratábanos.
MP: Una carta como de recomendación.
RP: Ándele sí, de recomendación y con ésa nos contrataban ahí en El Paso, con esa carta aquí en Chihuahua nos arreglaban. Ya de ahí salíanos, ya a cuenta de, de allá de los gringos. Allá le daban a uno su lonche y pues ya, ¿verdad? Hacían los gastos ellos, pasajes y todo.
MP: Y, ¿por qué se decidió irse de bracero?
RP: Pos porque aquí no había nada, estaba muy duro. No, no, no había ni qué agarrar. (risas)
MP: Pero pues iba a ser lo mismo allá, ¿no? Trabajar aquí en la agricultura, que allá en la agricultura. Iba a ser el mismo trabajo, ¿no?
RP: Pues sí pero siempre rendía más allá que aquí. Sí porque aquí no, no avanza uno nada y allá sí. Porque allá ganaba uno $7, $8 pesos, pero un pantalón, una camisa le costaba $1.50, $2 pesos, en ese entonces. Y luego y jalaba igual y aquí no, no acabalaba uno pa una camisa en toda la semana. Y allá sí acabalaba uno, comía bien y acabalaba comida, comprar un pantalón, una camisa de perdido cada ocho días.
MP: Ah, okay.
RP: Y aquí no. Pos por eso le tirábanos a ir allá. Y sí nos ayudábanos poquito porque ya con lo poquito que tráibanos de allá, comprábanos buen cacho de mandado aquí cuando veníanos y ya durábanos tiempo ahí. Por eso íbanos así todos los años en listas así del municipio. A como nos tocara y luego después, empezaron a dar por numeración en Chihuahua. Ahí en primero aparecían los números por numeración.
MP: O sea que primero nada más con la carta de recomendación, ¿después ya les pedían un número?
RP: Sí así, así es, sí. Y luego otros ahí, entraban con mordida con, con los jefes de ahí de Gobernación y les cobraban una cantidad de $100, $150 pesos y los metían sin carta.
MP: ¡Ah caray!, ¿tanto?
RP: Sin car[ta], sin carta, sí.
MP: Fíjese.
RP: Sí, $150 pesos.
MP: Disculpe, ¿a quién le daban los $150?
RP: Pero de los de aquí, no crea que de los de allá.
MP: No, sería mucho dinero.
RP: No, sería mucho dinero, de los de aquí.
MP: ¿A quién les pedía la mordida?
RP: Los de ahí, los encargados, los encargados ahí de…
MP: Los de las oficinas.
RP: Sí, los de las oficinas de ahí de, de Gobernación. El mero jefe de Gobernación es el que hacía, sí.
MP: Oiga y, ¿sus papás qué le dijeron cuando usted les dijo: “No, pos me voy para allá de bracero”?
RP: No, pues ellos no querían que fuera, pero, pos sí, nombre, ya lo veía muy atrasado yo. Pos hay que ir a buscarle, a ver qué, qué hallamos mejorcito. Por eso íbanos nosotros allá.
MP: Y, ¿se fueron usted y su hermano?
RP: ¿Eh?
MP: ¿Se fueron usted y su hermano?, o, ¿alguien más se fue con ustedes?
RP: Sí, pos es que, pos ellos iban a veces a otra parte. Y yo a otra parte así. Y a veces íbanos juntos, también. A veces nos tocó juntos también.
MP: Pero la primera vez se fueron los dos juntos a Chihuahua. Y luego ya de ahí se fueron…
RP: Allá sí, sí, la primera vez nos fuimos los dos juntos a Chihuahua, sí.
MP: Cuénteme qué, ahí en El Trocadero, en Chihuahua, mucha gente, ¿no? ¿Cuánto tiempo se tenía que esperar?
RP: En el, pos ahí va uno por lista, llegaba uno a El Paso y luego pasaba allí donde lo registraban a uno y todo ahí. Ahí lo desinfestaban a uno y luego, pasaba uno por el doctor.
MP: ¿Lo desinfectaban?, ¿cómo?
RP: Sí, por el, por el médico. Le echaban un polvo, (risas) a uno lo hacían que se quitara la camisa y el pantalón.
MP: Ah, lo polvearon.
RP: Sí, nos echaban los polvos pa que pasara.
MP: Mírelo.
RP: Ahí por el puente, sí. Y ya íbanos allá y hacíanos el contrato en el Río Vista. Ahí hacíanos el contrato y ahí le decían con qué patrón le tocaba. Ya el patrón ponía el mueble pa llevarlo a uno al rancho, así.
MP: Y si alguien no quería ser polviado, ¿ése qué?, ¿lo regresaban?, o, ¿a fuerzas lo polveaban?
RP: Sí, pos no, todos querían, todos los polviaban. Nomás que muchos casi los ahogaban, pos no se quitaban y hay otros que pos a correr, no, ellos se quedaban ahí hasta que los llenaban como de harina todo, nombre, retírese luego luego. Cosas así, así le hacían con uno, hacían lo que… Ah, y luego cuando llegaban allá, le sacaban a uno una botellita así de sangre, allá en el Río Vista.
MP: ¿Le sacaban sangre también?
RP: Sí, también le quitaban sangre a uno, una botellita así.
MP: Y, ¿les decían para qué les iban a sacar sangre?, o, ¿nada más le sacaban la sangre?
RP: Sí, pos pa, no, pos que pa saber si iba bien uno, o enfermo, o bien. Enfermos no, no querían enfermos, que pasaran bien allá. Y luego un día iba yo y la segunda vez y me dieron dos botellas.
MP: ¿Le sacaron dos sangres?
RP: Dos botellas me dieron a mí. Nomás que otro amigo que no conocía, me dijo: “Oiga, pos qué bonitas botellitas pos, ¿cómo nomás a usted le dieron de dos y a mí una?”. “Pos si quiere le doy una”. “Pues échele pues”. (risas) Pos yo no quisiera que a mí me sacaran las dos a mí y me sacaron una y él se desmayató cuando le sacaron las dos, se desmayó, oiga no, pues era mucho. Es que me vieron la cara de que tenía mucha sangre yo creo a mí. Nomás a mí me dieron dos botellitas. No, nomás que yo me desquité con él. Me dijo: “Qué bonitas, déme una”. “Ándele pues, tenga, hombre”. (risas) Y ya a mí me sacaron una nomás y a él dos. Sí, pos azotó ahí desmayado. Va uno todo fregado.
MP: Y, ¿a ese amigo lo echaron para atrás o esperaron a que volviera ahí?
RP: Sí, no, pos ahí lo, ahí lo curaron ahí, lo llevaron allá, al centro de salud ahí que tienen ellos ahí.
MP: ¿Cómo era Río Vista?
RP: ¿Mande?
MP: Río Vista, ¿cómo era?, ¿como un hospital?
RP: Sí, taba grande, como uno, como un hospital así, taban todas las oficinas así alrededor y acá todos los servicios en un lado, sí. Sí taba amplio, taba amplio ahí el Río Vista, ta grande. Ya ahí salía uno contratado y ya llegaba y ahí tenía que llegar uno a cancelar el contrato, ya cuando venía de allá pa acá.
MP: Ah, okay.
RP: Ahí a Río Vista. Y así, así y no podía venirse uno a menos de cumplir el contrato. Porque el que se venía así, se lo hacían de cargo al patrón y no le convenía al patrón que muchos se desertaran.
MP: Se iban.
RP: Se iban a otra parte de ahí.
MP: Y, ¿a ustedes los castigaban, ya no les daban contrato?
RP: Pos no, ya no. No, pos por eso es que no lo hacíanos, pero es que todas las cosas se acomodan ellos bien pa no... Pues uno es el que mete las cuatro patas a veces, (risas) uno porque no sabe y se enreda uno solo, ¿verdad?
MP: Pero, ¿ahí no había alguien que les ayudara?, o sea cuando ustedes no sabían qué contestar o qué hacer o si estaban temerosos de algo, ¿no había alguien que les dijera: “No, es esto y esto”?
RP: No, no, pos ahí nomás pedían los datos: “¿De dónde es usted?, ¿de qué parte?”. Todo eso, es todo lo que pedían en Río Vista. Y ahí hacían el contrato, de tanto tiempo que iba a trabajar allá y todo.
MP: Pero sí les explicaban de lo que era el contrato, ¿no?
RP: Sí, eso sí.
MP: La paga y todo eso.
RP: Sí, pos el contrato era de, desde tres meses nada más, es lo que iba a durar. Ya después, si había chanza, pos le renovaban otros tres meses, pero ahí con el mismo patrón.
MP: Ah, pues ya no tenían que volver acá a Río Vista.
RP: No, ya no, ahí mismo el patrón venía y le renovaba a uno otra vez el contrato pal Río Vista, pero ya, ya no renovado uno, lo echaban a uno pa acá, ya no lo dejaban allá. Ya lo echaban pa acá, sí y nomás que…
MP: Nomás si era bueno, ¿verdad?
RP: Y allá no hay, no es, no es mentira, allá no quieren la mentira. Porque yo también entré dos veces de mojao.
MP: Ah, ¿sí?
RP: De mojao, sí. Una vez ahí por el Valle de Juárez y otra acá por Caseta, por ahí entré.
MP: ¿Cómo le hizo para pasar de mojado?
RP: Pues como nos fuimos, pasamos el río, pos entre algunos ahí, ¿verdad? Nomás que cuando la última vez que íbanos a Van Horn, Texas, nos agarraron. Y es que cuando iba La Migra, íbanos nosotros pasando ahí por unos algodones, chiquitos así los algodones, de esos de pule que cortan con todo y todo, así, (risas) así. Y nos tiramos ahí de panza pa que no nos viera La Migra. No, hasta cree. Decía yo: “¿Pa qué se esconden?, si ya nos vieron”. Al rato se los llevaron ahí toditos los lados, luego luego. Nombre, nos echaron ahí por Juárez oiga, nos tuvieron dos días en el corralón nomás y luego ya nos echaron pa Juárez de castigo pero no la hicimos esa vez.
MP: Y ahí cuando los echaron ahí, ¿qué les dijeron?, ¿qué les hicieron?
RP: No, pos no le dicen a uno nada, nomás que lo agarran a uno y lo castigan nomás, que no se ande metiendo ansina, eso es lo que le dicen los emigrantes nomás.
MP: Pero, ¿no los tratan mal? Porque ya ve que muchos son muy prepotentes.
RP: Pos ahora, ahora es cuando están tratando mal a la gente. Pero también hay otra cosa, que, que hay mexicanos, de esos que vamos pa allá, malos también.
MP: ¿Cómo malos?
RP: Sí, pos se le, se les oponen a los emigrantes. Y por eso suceden cosas.
MP: Que les gusta el pleito.
RP: Sí, les gusta el pleito y les llama la atención aquellos, los quieren y no se quieren dejar y les tupen con balas y traen con qué también ellos. Y por eso han hecho también eso, esas cosas los emigrantes de allá. Porque ahora ya está muy degenerado todo, sí, muy echado a perder, con todas esas cuestiones, esa cochinada de hierba y todo, que venden y todo, se intoxican. Y tienen valor pa todo.
MP: Y es que se está perdiendo mucho el respeto, ¿no?
RP: Sí, sí, ya es mucho. Pero fíjese que eso viene de las autoridades, porque las autoridades no hacen nada. Las autoridades le dan garantías al mañoso porque, porque les da dinero. Y vienen los hijos, los padres y pagan dinero y salen luego luego, no los castigan nada, pos por eso están así como están. Nomás castigaran, verían a ver si la hacían. Dicen que no, sí, ¿cómo que no?, sí. No, ahora está muy mal. Ahorita y, ya nomás se destantea tantito uno y lo asaltan, luego luego van y le quitan lo que trae, sí.
MP: Aparte, ¿verdad?
RP: Sí aparte, aparte, aparte de la feria que le dan, todavía le dan su merecido, lo matan, o lo dejan golpeao, así, no, ta carajo. Pos precisamente un hijo de Martín, mi hermano, que estaba en el otro lado, lo golpearon mucho y lo tienen detenido. Sí, pos por eso está Martín en Juárez, allá. Lo tienen detenido en El Paso a él.
MP: Y, ¿andaba él de mojado?, o, ¿por qué lo detuvieron?
RP: Sí, él andaba allá, pos creo que ya. Sí, no, ya, ya andaba arreglando los papeles pa residente de allá y luego ya tenía tiempo él allá.
MP: ¿En serio? Y ahora con esto pos ya adiós a la residencia, ¿no?
RP: Pero ahí, ahí en Juárez, en la pasada lo golpearon y todo y no le dejaron ni el mueble que traiba, esa troca. Nomás que a los tres días se lo llevaron al corralón, se tenía que sacarlo por $400 dólares el mueble que traiba. Pero, toda[vía] lo tienen detenido a él. Como no sabe defenderse él y todo y ya se quejaba y de él se aprovechan.
MP: Sí.
RP: Si nomás ellos.
MP: Se aprovechaban porque como uno no sabe muy bien.
RP: Le echan la culpa a él, sí, de todo y los culpables fueron ellos porque lo dejaron inconsciente, bien golpeado y todo. No, si ya ta muy carajo, no crea que no, ya está muy…
MP: Sí, ya.
RP: Ya necesita andar uno con mucho cuidado.
MP: Bastante cuidado.
RP: Por onde quiera, sí.
MP: Oiga platíqueme, volviendo a lo de los braceros, los lugares a donde fue otra vez, dígame los lugares a donde fue.
RP: Ah pues mire, yo estuve dos veces en Las Cruces, Nuevo México. Una vez ahí por la 17, por la 17 en Pecos y otra vez por la 80 [US 80], por la 80 en Pecos, por la carretera 80, esas dos partes estuve allá. Y luego estuve una vez en Big Spring, Texas.
MP: ¿En dónde?, disculpe.
RP: En Big Spring, Texas.
MP: Ah, okay.
RP: Una vez. Y luego, dos veces en Las Cruces, Nuevo México. Y una en Mesilla, en Mesilla Park, nomás.
MP: O sea que en total, ¿cuántos años anduvo de bracero?
RP: No, pues como unos nueve o diez años estuve yendo.
MP: Pues anduvo mucho tiempo.
RP: Sí anduve mucho tiempo, nomás que, no crea que duraba mucho, pos nomás el contrato y lo echaban a uno. Un contrato de tres meses y lo echaban a uno pa acá.
MP: Pero de todas maneras sí siguió.
RP: Sí, por año, por año, cada año iba, sí. Sí me alivianaba, nos alivianábanos pues, todos los que íbanos. Con poquito, pero sí ya traía uno los $200, $300 dólares. Y ya aquí le rendían más, sí.
MP: Claro.
RP: Que lo que ganaba uno aquí nada. Ya de perdida venía uno y se vestía, sí, no. Y aquí no, no, no gana uno pa eso, aquí no, no gana uno ni pa comer.
MP: No le rinde, ¿verdad?
RP: Pa mal comer nomás y pa comprar ropa ta difícil, pa comprar calzado igual, ¡todo tan caro! Y allá como quiera que sea, sí. Porque fíjese ahorita, póngale que esté caro allá pero ya ahorita muchos trabajadores están ganando los $40, $50 dólares diarios y pueden comprar un calzado, cuando menos cada ocho días.
MP: Sí.
RP: Nosotros, ¿cuándo lo compramos aquí?
MP: Sí, ganan mucho.
RP: No, con lo que ganamos, no, no alcanzamos, ta muy caro.
MP: Sí. Oiga y, ¿cuál fue el primer lugar al que fue como bracero?, ¿Las Cruces?
RP: El, el primero fue en Las Cruces, Nuevo México.
MP: Platíqueme, ¿cómo fue ahí en Las Cruces?
RP: No, pos en la pisca de algodón, a piscar algodones, algodones, nomás puros algodones todas las veces que entré, sí.
MP: Y ahí cuando llegó usted ahí al rancho, ¿sí era como usted se lo imaginaba que iba a ser?, o sea, ¿le gustó?, o, ¿dijo: “Ay no, mejor me voy”? ¿Se decepcionó?, o, ¿cómo fue?
RP: No, nada decepcionado, pos a eso íbanos, a trabajar. Ahí nos daban un, un cuarto a cada, un catre a cada uno, trastes y todo ahí en el rancho y estufas y todos los servicios ahí. Y ahí mismo cocinaba uno mismo. Hacíanos las tortillas nosotros ahí de harina.
MP: Ah, ¿sí?, qué rico.
RP: Hacíanos las botanas y todo ahí. Y no, ellos nomás nos pagaban cada ocho días, lo que ganara nomás.
MP: ¿Cuánto les pagaban?
RP: Pos nos pagaban a $2, a $2.05 las cien libras. A dos pesos, cinco las cien libras, en ese entonces. Pero también taba más barato todo, no crea que estaba como ahorita. Porque ahí con $6, $7 pesos tenía pa toda la semana de mandao. Y con eso acabalábamos.
MP: Y, ¿cómo le hacían para comprar el mandado?, ¿tenían que ir al pueblo?, ¿los llevaban al pueblo?
RP: No, el mismo patrón nos pres[taba], nos ponía un tráiler, o un mueble pa ir al mandao, así cada ocho días. Uno de los encargados del patrón nos llevaba al pueblo, al mandado y nos llevaba y nos traiba, también. Nos traiba al mandado y nos llevaba hasta, a domicilio del rancho del patrón, así es. Así con todos, todos los patrones así lo hacían, de allá. Y en la mañana llegaban por uno al trabajo. Bueno, por pisca, vámonos. Salíanos los costales, los echábanos y ahí vamos. En la tarde venían y nos traiban ahí también, hasta el rancho.
MP: Y, ¿usted siempre fue piscador?, ¿nunca lo pusieron de regador o algo?
RP: Puro pisca. No, puro piscar el algodón, puro piscador de algodón. No me tocó otra, otro trabajo más que puro de eso de la pisca. Ah, estuve también ahí en Ysleta, en Ysleta, ahí en El Paso también.
MP: Y ahí también en el algodón.
RP: Sí, ahí también, ahí también, sí. Nomás que me pagaban muy barato, muy barato, sí.
MP: Cuénteme de Pecos, era muy feo, ¿verdad? ¿Nadie quería ir a Pecos?
RP: No era muy feo Pecos, lo que decían era que estaba muy malo porque agarraban mucha gente. Por eso decían que estaba malo Pecos. Pero pa mí no fue malo nunca, porque se me hace que estaban mejor los algodones que hasta acá en otra parte.
MP: Ah, ¿sí?, ¿estaban más grandes?
RP: Sí, nomás que, buenos, buenos. Y decían que no servían. No, sí servían. Y yo las dos veces que yo, yo no me quejo de Pecos, las dos veces que fui, me fue igual que acá, en Las Cruces y todo, ta bien. Nomás que lo que pasa es que mucha gente no aguanta y luego como llevan, agarran mucha gente, que termina ahí luego luego y ya se vienen pa México. Entonces ahí si no le escogen otra parte, no quieren, ya mejor se vienen. Y por eso les va mal, pero durando todo el día, los tres meses tiene uno permiso pa durarlos.
MP: Sí.
RP: Si el patrón no lo acabala, lo despachan con otros que acabale los tres meses, así lo hacían. Nomás, pero no, yo no me quejo de Pecos. Lamesa, Texas sí, en Lamesa, Texas sí estaba malón.
MP: ¿Por qué?, oiga.
RP: Porque pagaban más, más mal ahí.
MP: ¿Sí?, pero pos…
RP: Y luego los algodones estaban más malos, en Lamesa, Texas en ese entonces.
MP: ¿Por qué? O sea, casi todos me dicen que lo peor era Pecos porque había mucha gente, mucha carrilla, casi no les pagaban y que había muchas víboras y que…
RP: Sería…
MP: Está muy caluroso.
RP: Sería de raya, ya los que andaban de raya, por el día, nosotros no anduvimos de raya, por el día no, nosotros andábanos por kilos, las libras que alcanzábanos a hacer, ésas nos pagaban. Y a la hora que quisiéranos pararle, le parábamos. Hasta que nos cansábanos nomás y ya.
MP: O sea que no tenían ustedes que piscar determinadas libras.
RP: No.
MP: Era ahí como ustedes podían.
RP: No, no, como lo que alcanzara cada quien y así. Sí, pos es que…Y luego hay unos muy flojos. Y al último, ahí en Las Cruces, pos muchos no cumplían, y se venían antes del contrato. ¡Taba regüeno! Y pos comía uno bien y todo, ¿pos qué quería? Nomás que, porque no sabían hablar inglés, oían hablar nomás, pos no le contesta uno porque no se puede.
MP: Y, ¿cómo se comunicaban con el ranchero?, ¿ustedes cómo le hacían?
RP: No, pos es que hablaba uno, lo despachaban a uno al que entendieran el español.
MP: ¿El mayordomo?
RP: Sí, cuando nos llevaba, el patrón no le entendíamos nada, ni madre porque nos hablaba en inglés… (risas) No, no le entendíamos nada pero el otro sí y también hablaba molacho pero siempre se le entendía, nomás el español.
MP: Y, ¿nunca tuvo problemas así con los rancheros o con los mismos compañeros?
RP: No, no, no fui… Yo nunca tuve problemas con ningún ranchero, trabajé a gusto con todos los que estuve ahí. No le digo que hasta mica me daba cuando se terminaba y a otros no les daba nada porque no cumplían. Había veces, yo una pura vez renové contrato en Las Cruces, duré seis meses porque todos se vinieron, dejaron todo el algodón ahí tirado y me dijeron a mí y otro señor de acá de Rosales que si queríanos tra[bajar], ¡no!. “Arregle con el patrón y nos vamos con usted”. Acabarle el algodón que le dejaron los braceros ahí. Pa andarnos de raya ahí con él, trabajando y ya no por kilo, a juntar hasta la bolita, todo juntábanos ahí del algodón ese. Nos pagaba $8 dólares, $8 dólares y botana y nos daba ahí cuartos onde quedarnos, toallas, jabones y todo pa bañarnos, ¡todo ahí!
MP: Qué bueno.
RP: Y ahí estuvimos con él, ahí duramos los otros tres meses. Anduvimos piscando un maíz amarillo, la mejor creo grande también, acá en la labor.
MP: Ah, ¿sí?
RP: Este, le acabamos todo en un mogotes que tenía ahí de…
MP: Oiga y ustedes ahí entre los rancheros, ¿no se dio el caso de que los rancheros se prestaban a los braceros?
RP: No.
MP: ¿Nunca le tocó? De que un ranchero necesitaba gente y: “No, pos llévate tantos por tantos y tantos”.
RP: Me di cuenta pero aquí, que… pos allá en que sí en que parte, ¿no? Por allá, hallaron un panteón de muchos braceros. Se los llevaban a trabajar y los desparecían.
MP: Ah, ¿sí?
RP: Los mataban, sí.
MP: Ah, ¿sí?
RP: Sí.
MP: Y, ¿eso?
RP: De un panteón por allá en quién sabe onde, quién sabe en qué parte. ¡Qué aprovechados! Llegaban a trabajar y pa no pagarles, los mataban.
MP: Mire, qué aprovechados. Y por ejemplo en esas circunstancias, se supone que el cónsul estaba para ayudarles, ¿verdad?
RP: Sí, sí.
MP: Y, ¿le decían a él lo que pasaba?, estos detalles…
RP: Pos nosotros allá no le decíanos nada a nadie de ellos, porque no sabíanos nada. Aquí, aquí fue cuando supimos ya ahora últimamente de otros braceros que, que estaban fallando que se iban pa allá y no volvían y… que había hallado un panteón allá de puros…
MP: De puros braceros.
RP: De puros muertos, mojados, sí.
MP: ¿En dónde más o menos?
RP: No, pos por una parte, no sé, no sé en donde. No me acuerdo cómo estaban diciendo. Sí, si siempre hay patrones malos, pero gracias a Dios que a nosotros no nos tocó ni un malo, muy bien.
MP: Qué bueno.
RP: Todos los que estuvimos ahí. No tuvimos ningún…
MP: Y usted me dice que también anduvo de mojado, ¿verdad?
RP: ¿Mande?
MP: Estuvo de mojado usted también por allá.
RP: Sí, pero de mojado casi no hago cuenta. En Pecos, porque me echaron, entremos nomás y…
MP: ¿Cuál es la diferencia?, ¿qué beneficios o qué?, ¿qué ventajas hay entre un bracero y un mojado?, oiga.
RP: No, no, pues es que…
MP: De su experiencia, ¿no? ¿Qué me cuenta?
RP: Va uno, por ver se le hace a uno entrar a trabajar y el que no tiene contrato ni nada. Y entrábanos ahí por Caseta, de mojados y nos agarraron llegando a Van Horn, no trabajamos y nos echaron pa acá pa México, así fue todo. Por eso no tengo más comprobablidades de nada más que, así pues, y eso ni en cuenta lo tomamos porque no trabajamos.
MP: Pues sí.
RP: Sí, así es.
MP: Y dígame, ¿qué hacían en su tiempo libre?
RP: ¿Cómo?
MP: En el tiempo libre, en el tiempo libre que tenían.
RP: No, nada, descansábanos ahí.
MP: Nomás descansaban.
RP: ¡Sí!, es que…
MP: No tenían tampoco algún día de descanso, ¿o algo?
RP: No, no, nomás así cuando llovía mucho o algo, que no podía uno trabajar se quedaba ahí en el rancho, sí. Pero nomás era ahí. Es raro el que se quede deoquis, ahí nadie se… no falta el que no quiera trabajar.
MP: Ah, ¿sí?
RP: Sí, pero trabajo todo el tiempo tienen los gringos, todo el tiempo. Nomás que los de ahí no trabajan y si no trabaja, si no trabaja uno, de aquí vino a trabajar allá, no va a hacerle el loco, va a trabajar uno.
MP: Claro.
RP: Por eso tiene uno coraje, porque va uno a trabajar bastante y luego que le salen que no le pagan. (risas)
MP: ¿Verdad?
RP: Ése es el borlote.
MP: Claro. Usted, ¿a su familia sí le veía más o menos seguido?, a sus papás.
RP: No, ¿ónde lo, lo veía aquí los familiares?
MP: Sí, usted cuando andaba por allá de bracero, ¿venía seguido?, o, ¿tenía contacto?
RP: No, no podía venir uno hasta los tres meses. De allá escribíanos cartas, mandábanos cartas certificadas con dinero pa acá.
MP: Ah, qué bueno.
RP: Los $100, $250 dólares de…
MP: Y, ¿nunca tuvo problemas de que se le extravió el dinero?
RP: No, nunca, nunca. Así con el certificado llegaban aquí, sí señor, nomás.
MP: Porque ya ve que hubo muchos casos también…
RP: Sí, también muchos no le llegaba el dinero solamente también que no ponen a veces las direcciones malas, a veces, van chuecas y luego... Porque yo también era de allá, de Colonia Búfalo, Chihuahua. Y un día, un muchacho que estaba conmigo allá, no, él arregló una carta. Sí, con la manita así (risas) y: “¿Qué pasó?”. “No”, dije, “¿pos por qué pues no pasó?”. “Es que es Colonia Búfalo, Chihuahua”, dijo, “y le puso Colonia Búfalo, Chiruca”.
MP: Nunca le iban a llegar.
RP: Y por eso no le llegó, le dije: “Es que está mal la dirección”. Colonia Búfalo, Chihuahua, ¿verdad? Colonia Búfalo, Chiruza. “Por estar jugando ahí”, le dije. Bueno, así le puso, ¿pos cuándo le llegaba?
MP: Pos nunca, ¿verdad?
RP: No, ansina no. Sí…
MP: Cuénteme también acerca de, no sé del…Ustedes nunca tuvieron algún problema de que no había, por ejemplo carne, ¿o algo? Porque ya ve que durante la guerra hubo mucha…
RP: No, nosotros bueno, todo el tiempo, temporal que duramos ahí a las tiendas onde nos llevaban al mandado, hallábanos todo, carne, ¡todo! Todo el tiempo, todo lo que queríamos comer hallábamos ahí en la tienda.
MP: ¿Nunca tuvieron problemas para encontrar algo, o zapatos o algo?
RP: No, no nada. El que tuviera problemas era los mojados que llegaban de mojados, que le daban chanza ahí los patrones. Ellos mismos les tráiban el mandado, los mismos patrones a los mojados. No, pero no tuvimos problemas de que no hubiera mandado. No, por mandado no quedaba, todo lo que quisiéranos había ahí en la tienda. Y cuando recién que llegaba uno ahí sin centavos lo llevan a uno a la tienda que juro pa bastante el carro, todo lo que quiera llevar y después se lo van rebajando a uno en el trabajo.
MP: O sea que sí les… ¿Cómo le dicen?, les prestaban.
RP: Sí, no, de primero, de primero cuando llega uno, llega uno sin dinero. Lo llevan a la tienda y ahí lo recomiendan a uno en la tienda y cuando no hay trabajo, que no tiene trabajo también le dan el mandado sin trabajo, ahí el patrón responde. Y luego el mismo patrón le consigue jale pa otros lados pa que pague. Así sí, así es.
MP: Y ahí usted, ¿todavía sigue en contacto con los amigos que tuvo allá?
RP: No, ya no, no ya. (risas)
MP: Más que su hermano.
RP: Ya tengo algunos años que no vamos de… No, ya no se acuerda uno del, ni de los patrones, el nombre, ni nada.
MP: Oiga y, ¿usted no hizo algún intento por arreglar papeles para quedarse allá?
RP: Pues no porque no hubo chanza, no hubo oportunidad, ¿no le digo? A lo más, dos veces, una vez nomás me renovaron, duré seis meses. Todos los que tienen chanza, les duran años allá. No, sí, como este muchacho, el hijo de Martín mi hermano, ése sí ya tiene años allá y andaba arreglando ya la…
MP: ¿La residencia?
RP: Sí, ya arreglando todo allá, sí. Y ahora le pasó ese percance y quién sabe cómo le vaya porque los demás aprovechados, como no se sabe defender, le están echando toda la culpa a él allá onde está.
MP: ¿Sí?
RP: Sí.
MP: Bueno, pos no sé si tiene acá otra anécdota qué agregar a la entrevista.
RP: ¿Cómo?
MP: Alguna otra cosa que tenga que platicarme.
RP: No, pos yo creo pos ya es todo. ¿Pos ya qué?, ¿ya qué más le puedo platicar? Así es como le hacíanos nosotros allá nomás, así.
MP: Pero para usted fue un programa bien, ¿verdad?
RP: ¿Mande?
MP: ¿Usted supo aprovechar el programa?
RP: Sí, sí.
MP: ¿Trabajó bien?
RP: Sí, sí, yo no dejé el trabajo a medias, ¡nunca! Yo todo el tiempo muy cumplido en los contratos. Y muchos los dejaban a la mitad y otros, nomás quince días y se venían, no aguantaban. Y yo sí duraba hasta que se completaba. Gente que estuvo aquí con usted, me conoce muy bien, Mauro…
MP: ¿Sí?
RP: Sí, sí, que andábanos allá y todo de cuando la guerra. Uh, andábanos jalando allá. Y dicen que sí mandaron el dinero, pero se lo robaron los políticos, se lo robaron.
MP: Sí, se están echando la culpa unos a otros, ¿verdad?
RP: Sí, los Gobiernos, sí.
RP: Sí.
MP: Ándele pues, pues le agradezco mucho el tiempo de la entrevista.
RP: Ándele pos, gracias, sí.
Fin de la entrevista
Interviewer
Parra-Mantilla, Myrna
Interviewee
Ponce Covarrubias, Roberto
Location
Meoqui, Chihuahua, México
File Name Identifier
Ponce_Covarrubias_CHIH026
Citation
Parra-Mantilla, Myrna and Ponce Covarrubias, Roberto, “Roberto Ponce Covarrubias,” Bracero History Archive, accessed November 16, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/30.