Perfecto Márquez
Title
Perfecto Márquez
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Perfecto Márquez was born in Villa Aldama, Chihuahua, México, in 1936; in 1957, he traveled to Chihuahua, Chihuahua, to begin the hiring process; he worked in the cotton fields of New Mexico and Texas.
Summary of Interview: When Mr. Márquez was hired as a bracero in 1957, he was married and had two children; as part of the hiring process, he and a group of other braceros were physically examined while in Chihuahua, Chihuahua, México; upon being hired, they were then transported from there to Ciudad Juárez, Chihuahua, and were not allowed to bring any personal belongings with them; they were physically examined again in El Paso, Texas and in Rio Vista, a processing center in Socorro, Texas; while in Rio Vista, the Mexican Counsel spoke with the braceros about what was expected of them, and the directions they were to follow if any problems arose; while working in New Mexico, Mr. Márquez never encountered any problems because the rancher he worked for was a very good and kind man; he was paid $1.55 per pound of cotton that he picked; there were twenty-seven braceros living in the same barracks; during their free time, they liked to go to the movies; he recalls that in Texas, there were roughly about 700 braceros that encountered several problems.
Summary of Interview: When Mr. Márquez was hired as a bracero in 1957, he was married and had two children; as part of the hiring process, he and a group of other braceros were physically examined while in Chihuahua, Chihuahua, México; upon being hired, they were then transported from there to Ciudad Juárez, Chihuahua, and were not allowed to bring any personal belongings with them; they were physically examined again in El Paso, Texas and in Rio Vista, a processing center in Socorro, Texas; while in Rio Vista, the Mexican Counsel spoke with the braceros about what was expected of them, and the directions they were to follow if any problems arose; while working in New Mexico, Mr. Márquez never encountered any problems because the rancher he worked for was a very good and kind man; he was paid $1.55 per pound of cotton that he picked; there were twenty-seven braceros living in the same barracks; during their free time, they liked to go to the movies; he recalls that in Texas, there were roughly about 700 braceros that encountered several problems.
Creator
Parra-Mantilla, Myrna
Márquez, Perfecto
Date
2003-03-30
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Perfecto Márquez
creator (Spanish)
Márquez, Perfecto
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Interviewer
Parra-Mantilla, Myrna
Interviewee
Márquez, Perfecto
Location
Ciudad Aldama, Chihuahua, México
Transcription
Nombre del entrevistado: Manuel Márquez Flores
Fecha de la entrevista: 30 de marzo de 2002
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El dÃa de hoy es 30 de marzo de 2003 en Villa Aldama, Chihuahua. Entrevistando al señor Manuel Márquez Flores, para el Departamento de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenas tardes señor Márquez.
MM: Buenas tardes
MP: Para empezar la entrevista quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació?
MM: Nacà en Julimes, en 1920.
MP: Quisiera que me platicara un poco de su infancia, de sus papás, ¿a qué se dedicaban, sus hermanos?
MM: No, pues mi papá trabajaba todo el tiempo en agricultura, pobremente, muy pobremente.
MP: Y, ¿su mamá?
MM: Pues igualmente. Ya sabe que, de que tiene que hacerle frente al esposo. Lo que el esposo haga, pues tiene que aguantar, hambres, frÃos, no tienen remedio, porque asà es la vida. Asà fue la vida de antes, muy triste, muy pesada.
MP: ¿Cuántos hermanos tuvo?
MM: Fuimos siete, siete hermanos, de siete ya nomás dos quedamos.
MP: Ãndele. Usted cuando estaba niño, ¿qué hacÃa?, ¿iba a la escuela, trabajaba, jugaba, qué hacÃa?
MM: Pues no, pues sabe que mi papá todo el tiempo nos tuvo en un rancho. Que una hacienda y no habÃa escuela ahÃ, puro, puro trabajar él. Y nosotros, pos de niños, ¿pos qué? De niños, pues puro jugar, es lo que hacÃanos. Hasta que ya nos hicimos hombres, entonces ya empezamos a ayudarles a ellos, a hacer la vida.
MP: ¿A qué jugaban?
MM: Uh, pos jugábamos a las escondidas, a las escondidas, a la pelota. (risas)
MP: Y asà se pasó su niñez.
MM: ¿Mande?
MP: Asà pasó la niñez.
MM: Asà pasé la niñez, sà señorita, en un rancho.
MP: Qué bueno. Y ya a la edad, ¿a qué edad empezó a trabajar?
MM: A la edad de diecisiete años, ya de quince años empecé a trabajar ya.
MP: AhÃ, ¿ayudándole a su papá?, o, ¿cómo?
MM: Ayudarle a mi jefe, ayudarle a mi jefe en la labor.
MP: Y en cuanto al Programa Bracero, ¿cómo se dio cuenta del Programa Bracero?
MM: No, porque, pos ya ve que hay programas para eso pal, de bracero, que está saliendo la gente de bracero. Entonces ya aquà el presidente, fuimos con el presidente y ya nos dio una carta que arreglaba. Entonces nos fuimos a Chihuahua, y ahà duramos como unos dos dÃas para salir. Ahà salimos, nos echaron en el tren y fuimos a dar a Juárez en la madrugada. Y luego otro dÃa, ya nos arrimamos allá a El Paso, nos arrimaron allá a El Paso y pos, bañarnos de polvo, nos bañaron de polvo. Y luego de ahà nos embarcaron pa, pal RÃo Vista. Ahà en el RÃo Vista, ahà llegamos y ya nos dieron de que comer y luego estuvimos dos dÃas ahÃ, hasta que jueron los patrones a contratarnos y ya nos contratamos. No, pos a mà me tocó aquà en Las Cruces, Nuevo México. Ahà nos tocó el primer año que jue el [19]59. Que por cierto que aquà traigo una, mire, esta es la cartilla que traigo, mire.
MP: Ah, ¿esta es su identificación?
MM: SÃ.
MP: ¿Su mica?
MM: Mi mica, sÃ.
MP: Muy bien. Y entonces ya con esta mica, ¿se las daban ahà en RÃo Vista, les daban esta mica?, o, ¿dónde les daban esta mica?
MM: Pos ésta mica nos la daban aquà en El Paso ya cuando nos vinieron a entregar. Ya cuando el patrón nos entregó, entonces nos dieron esa mica ahà con los, ¿sà sabe dónde?
MP: Entonces, a ver, otra vez en el proceso. Entonces primero, ya que tenÃan la carta del municipio, del presidente municipal, ¿se fueron a Chihuahua?
MM: SÃ, nos juimos Chihuahua, sÃ.
MP: Y luego ahÃ, ¿qué tuvieron que hacer?, o, ¿los examinaron?
MM: Pos primero son los papeles, primero son los papeles y entonces ya llevábanos los contratos ya, listos ya. Ya llevábamos los contratos listos.
MP: ¿Qué edad tenÃa usted?
MM: TenÃa veintisiete años.
MP: ¿Veintisiete años?
MM: SÃ.
MP: Okay.
MM: A esta edad, fÃjese. (risas)
MP: SÃ. (risas) Y ahà en Chihuahua, fue en El Trocadero, ¿verdad?
MM: SÃ.
MP: AhÃ, ¿cómo era El Trocadero? ¿Era una oficina, o era asà nada más el campo?
MM: No, era, era oficina.
MP: Y dice que se tardó dos dÃas.
MM: SÃ.
MP: ¿Por qué?
MM: Porque era mucha gente, mucha gente habÃa. HabÃa, pobrecita gente que no tenÃan qué comer y comÃa, salÃan a los tambos de la basura a sacar pedazos de plátano.
MP: Ah, ¿s�
MM: Toda la gente del sur. TodavÃa nosotros no porque estábanos aquà cerca. No crea, sufrimos munchos.
MP: Y toda esa gente, ¿en dónde dormÃa?, ¿se quedaba a dormir ahà en la tierra?
MM: Pos mucha gente se quedaba a dormir allÃ. Nosotros ya salimos de aquÃ, ya nos echó el presidente de aquÃ, ya cuando le dijeron que se llevara a la gente. TodavÃa duramos, todavÃa esa noche ahÃ, hasta otro dÃa como a las tres de la tarde salimos pa Juárez.
MP: Y ahà en El Trocadero, ¿habÃa gente por parte del Gobierno Americano?
MM: SÃ, sà habÃa.
MP: Y, ¿eran oficiales de la aduana?
MM: SÃ, pos eran oficiales de la aduana, sÃ.
MP: ¿S�
MM: SÃ, habÃa, habÃa de los dos. HabÃa de los dos.
MP: Y ellos, ¿qué le preguntaban?
MM: Pos no, a nosotros no nos preguntaban nada. Allá los jefes son los que, nosotros nos, nomás firmábamos los papeles y listo pa la hora que nos dijeran: “A tales horas van a salirâ€. Sin lonche y sin nada.
MP: Y luego, ¿cuánto hacÃan desde Chihuahua a Juárez?
MM: ¿Mande?
MP: ¿Cuánto hacÃan de Chihuahua a Juárez?
MM: Pos salimos como a las, como a las tres de la tarde y llegamos como en aquello de la madrugada a Juárez.
MP: ¡Mucho tiempo!
MM: ¡Mucho tiempo!
MP: Y sin lonche ni nada.
MM: Sin nada.
MP: Y luego, ya cuando llegaban a Juárez, ¿ahà los llevaban a un lugar para que durmieran?
MM: Nada. Ahà nos estuvimos parados, sentados, en un lugar ahà cerca de, de ahà de El Paso. Hasta que aclaró, amaneció, tonces ya nos arrimaron y nos… En fila y entonces ya salieron unas gentes y nos echaron polvo a cada uno, pos nos bañaron de polvo. Entonces, ya allÃ, terminaron, y entonces ya nos embarcaron pal RÃo Vista.
MP: Y, ahà donde los empolvaban, ¿los pasaban a un cuarto?
MM: No, no, asÃ, asÃ, como llegaban, asÃ.
MP: ¿Asà en la mera calle?
MM: Asà nomás.
MP: Y, ¿ahà tenÃan que presentar ustedes alguna identificación?
MM: SÃ, ahÃ.
MP: ¿O qué presentaban para cruzar?
MM: AhÃ.
MP: Y de ahà del puente en El Paso para RÃo Vista, ¿en qué se los llevaban?
MM: En un camión, en camión nos llevaron.
MP: ¿Asà todos empolvados como dijo?
MM: Todos empolvados. (risas) Hasta que no llegamos al RÃo Vista que ya nos bañamos, entonces sÃ.
MP: ¿Se podÃan bañar en RÃo Vista?, ¿tenÃan regaderas?
MM: ¿Mande?
MP: ¿En RÃo Vista tenÃan regaderas, tenÃa baños?
MM: SÃ, tenÃan regaderas. SÃ, tenÃan regaderas, tienen sus baños ahÃ.
MP: PlatÃqueme de RÃo Vista, cuando llegaban, ¿qué era todo lo que hacÃan hasta que se iban con el ranchero?
MM: Uh, pos…
MP: PlatÃqueme todo eso.
MM: Era un montón de gente la que habÃa.
MP: ¿Mucha otra vez?
MM: Mucha, cada, cada hora llegaban camiones de distintas partes. Era un corralón grande y se llenaba, se llenaba de gente. Ya al otro dÃa empezaban a nombrar, a salir camiones pa tales partes. Unos pa otras partes, otros pa otro y otros pa otro, asà de que puro sufrir.
MP: Y ahà cuando llegó a RÃo Vista, ¿a dónde fue primero, a chequeos médicos, con las secretarias para que llenaran formas?, o, ¿qué fue lo primero que hizo?
MM: No, pues ahà nos tenÃan nombrando. Y ahà ya nos dieron los, los estas pa los patrones. Ya luego ya de ahà salÃamos, ya a donde Ãbanos con los patrones, a trabajar con los patrones.
MP: Pero ahà los volvÃan a checar, ¿no?, del cuerpo.
MM: SÃ, nos checaron, nos pusieron los rayos X en la espalda, corazón, todo. Claro que sÃ.
MP: Si alguien estaba mal, ¿qué pasaba con la persona que estaba medio…?
MM: Pos no, decÃan que no lo dejaban pasar. Como unas tres, bueno, en esa parte que yo estuve, esa vez salieron como unas tres personas malas de los pulmones. Pos ahà salieron los pobrecitos, ahà los ayudamos con los $10, los $20 cada uno, pa que se fueran pa su tierra otra vez.
MP: ¿Por qué?, ¿ya de regreso nadie les pagaba el pasaje?
MM: Naiden, naiden les pagaba el pasaje. Ellos solitos se tenÃan que salirse, buscar su vida.
MP: PlatÃqueme más ahà del RÃo Vista, ¿cuántos dÃas pasó ahÃ?
MM: ¿Mande?
MP: En RÃo Vista, ¿cuántos dÃas estuvo?
MM: No, pos nos tenÃan de como, como hoy llegamos como a las tres de la tarde, y otro dÃa, hasta otro dÃa no salimos.
MP: Y, ¿ahà les daban de comer en RÃo Vista?
MM: ¿Mande?
MP: En RÃo Vista, ¿podÃan comer ustedes?
MM: SÃ, ahà nos dieron comida, sÃ.
MP: ¿S�
MM: SÃ, ahà nos dieron cena y luego nos dieron almuerzo. Y luego al otro dÃa nos dieron otra vez almuerzo y comida. Y ya en la tarde, ya nos echaron pa fuera a cada quien, a cada, a según el patrón que número de gente que sacaba cada patrón.
MP: Y ahÃ, ¿ahora sà tuvo un lugar donde dormir, ahà en RÃo Vista?
MM: SÃ, este…
MP: ¿Bajo techo?
MM: En el suelo.
MP: ¿En el suelo?
MM: SÃ.
MP: Y, ¿les daban cuando menos alguna cobija o algo?
MM: Pos una cobija nos daban, nomás. Porque ahÃ, ahà no habÃa camas. Ahà no habÃa nada, puros cuartos ahà solos. Las cobijas ahà habÃa porque nosotros las llevábanos. Llevábanos una cobijita, asà sencillita.
MP: ¿O sea que ustedes sà podÃan llevar ropa, cobijas, alguna navaja o algo?, ¿sà les permitÃan llevar cosas con ustedes?
MM: No, de eso nada. Nos esculcaban todo, no podÃamos llevar nada.
MP: ¿No?, ¿nada?
MM: Nada.
MP: Ah, qué raro. (gallo cantando) Y entonces ahà ya llegaba el ranchero, ¿verdad?, por ustedes.
MM: SÃ, llegaba el ranchero.
MP: Y si a ustedes no les gustaba el ranchero, ¿podÃan esperarse hasta el próximo o tenÃan que irse a fuerzas?
MM: No, ya diciendo el patrón: “Necesito tanta gente pa tal parteâ€. Entonces ya el patrón nos escogÃa. “Tantos, necesito tanta genteâ€. De ahà salimos como unos, como unos veinte salimos de ahà a Las Cruces, Nuevo México.
MP: ¿A Las Cruces? Y luego…
MM: Una parte que le nombran Alto Blanco, ¿Alto Blanco se llama? De aquel lado de El Paso.
MP: SÃ.
MM: Más acá de, más acá de Las Cruces, en esa parte estuvimos trabajando. Y luego ya cuando nos entregaron, juimos a, nos llevaron hasta Las Cruces, Nuevo México. Ahà nos estuvimos en una placita ahà hasta que ya los patrones nos entregarÃan, no sé qué harÃan con nosotros. Entonces ya nos, de ahà nos dieron un vasito asà con unos jugos y unas naranjas, unas manzanas a cada uno y de ahà nos subimos al camión hasta Juárez, otra vez.
MP: ¿Ya de regreso cuando habÃan terminado su contrato?
MM: Ya cuando, ya de regreso.
MP: Cuando llegó ahà a RÃo Vista y vio toda esa inmensidad de gente, ¿qué fue lo que pensó usted?
MM: No, pos ya sabÃamos nosotros que tenÃamos que… Como ahà se juntaba la gente, tenÃanos que, ahà tenÃanos que… Ya sabÃamos que ahà los patrones, tenÃan que decir: “Yo necesito tanta gente.â€
MP: Ay perdón. A ver, yo se lo pongo. Ahà está ya listo.
MM: “Yo necesito tanta gente, pa tal parteâ€, y de ahà salÃan. TenÃan unos camiones, (gallo cantando) unos camiones salÃan pa otras partes y otros pa otras y otros pa otras. Y el segundo año, la segunda vez que jui, esa me tocó también, esa vez ya me tocó en Pecos, que jue…
MP: ¿En qué año fue en Pecos?
MM: Jue el [19]62, el [19]62 salà otra vez pa Pecos. También llegamos allá y ya nos llevó el patrón al rancho. Como a unas treinta millas de Pecos para allá. Llegamos a una barraca grande, Ãbamos como unos cien hombres.
MP: ¿En una barraca?
MM: SÃ.
MP: Y luego, ¿cómo le hacÃan para…? ¿Pues cómo se acomodaban cien hombres ahÃ?
MM: No, pues cada quien, habÃa catres de tres pisos, uno de abajo, otro en medio y otro de arriba.
MP: Eran muchas personas en un solo lugar.
MM: SÃ, éramos como unos cincuenta, sesenta hombres.
MP: Era época de calor, me imagino, ¿no?
MM: Eh, ¿mande?
MP: ¿Era época de calor?
MM: SÃ.
MP: Y, ¿cómo soportaban todo el calor ahà con tanta gente?
MM: No, pos habÃa muchas ventanas. Taba, habÃa muchas ventanitas asà como estas. Y la verdad taba muy grande, cabÃa mucha gente. Taban las, taban los comedores asÃ, asà por en medio asà enseguida estábanos, dormÃanos nosotros, un lado y otro.
MP: O sea que, ¿ahà mismo estaban las mesas donde ustedes comÃan?
MM: SÃ, ahà mismo taban las estufas asÃ, corrÃan las estufas asÃ, y ahà mismo unos hacÃan comida pa otros lados y otros hacÃa para este otro lado.
MP: Y, ¿nunca tuvieron problema que agarraran la comida, que les quitaran la comida o algo?
MM: Pos no, pos fÃjese que nosotros no nos quejábamos. ¿Pa qué vamos a decir? No nos quejamos. ¿Sabe de qué sà nos quejamos? Que allá la gente es muy cochina.
MP: Ah, ¿sÃ? ¿Cómo? A ver, platÃqueme por qué.
MM: Cochina porque les apest[an], les olÃa mucho los pieses. Y por eso muchas veces no comÃanos nosotros y como estábanos asà uno detrás de otro. Y ésa gente muy cochina, muy sucia. Fue mucha gente del sur, gente muy cochina. Alhà habÃa de todo, habÃa gente de distintas partes.
MP: ¿Cuáles eran los más problemáticos?
MM: ¿De qué?
MP: SÃ, los que, los braceros que eran asà como que más peleoneros o más inconformes, ¿de dónde eran, del sur?
MM: Eran de Zacatecas y del sur. Eran muy, gente muy cochina para, pa todo.
MP: Ahà en Las Cruces, ¿estuvo trabajando en campos de algodón?
MM: Puro algodón. Una que otra vez nos sacaban asà al tomate, una que otra vez.
MP: PlatÃqueme cómo era un dÃa de trabajo allá en Las Cruces.
MM: ¿Mande?
MP: PlatÃqueme, ¿cómo era un dÃa de trabajo en Las Cruces? (gallo cantando) Desde que se levantaba, ¿qué hacÃan?, hasta que se iban a dormir.
MM: Pos puro piscar.
MP: ¿Puro piscar?
MM: Puro piscar algodón.
MP: ¿Cuánto les pagaban?
MM: Nos pagaban a $1.55 la libra. Mucho dinero, ¿verdad? (risas) Las cien libras.
MP: ¿Tan poquito?
MM: SÃ, señor.
MP: Era muy poquito dinero.
MM: Muy poquito dinero.
MP: ¿Cuánto sacaba más o menos a la semana?
MM: Pos sacábanos, ¿qué? Pos $200, $250, $300 era lo más que sacábamos. Y luego de ahà todavÃa nos quitaban pal seguro, fÃjese.
MP: Y entonces, ¿cuánto les venÃan dando?
MM: Pos no, pos en ese entonces, pos ya casi ya no me acuerdo. Pos, estaba todo, todavÃa estaba el dólar muy bajo. Ya ve, estaba muy barato, estaba el dólar.
MP: SÃ, estaba muy barato.
MM: Pos pa decirle al último, que ya cuando nosotros, ya cuando terminamos los contratos pos para mÃ, haga de cuenta que estaba aquà en México.
MP: ¿Por qué, oiga?
MM: Porque pos venimos iguales.
MP: ¿S�
MM: SÃ.
MP: O sea que no, todo el dinero…
MM: No, nos remediamos nosotros nada de eso.
MP: ¿No?
MM: No, no nos remediamos, nada. Muy trabajados, sÃ, porque desde que salÃamos de la casa desde las siete de la mañana, hasta casi oscurecer para a ver qué hacÃamos, pos sacábamos lo mismo. Y cuando estuvimos aquà en Pecos, los primeros dÃas nos anduvimos agarrando buenos algodones, ya como a las tres semanas ya nos metieron las máquinas, y lo que iba dejando las máquinas, Ãbamos nosotros levantando, ¿qué Ãbamos a…? Puras hebras, ¿se imagina?
MP: O sea que pesaba menos.
MM: Pesaba menos. Y luego este, y agarraba menos, pos lo que la máquinas dejaban, pues dejaban puro algodón asà entre las matas, asà todo desparpajado.
MP: O sea que era menos el peso, era más el trabajo.
MM: Era más el trabajo y menos, menos el peso, menos el peso. Y menos, menos algodón que nosotros sacábamos. Sacábamos muy poco algodón y el precio igual.
MP: Y entonces, platÃqueme, ¿no tuvo usted ningún problema en cuanto al pago?, ¿siempre le pagaban lo que era justo?
MM: SÃ, no, en cuanto al pago, sÃ. No, no tuvimos, ¿problemas pa qué vamos a decir? No tuvimos problemas.
MP: Y ese dinero que les quitaban, ¿ustedes sabÃan?, ¿el patrón les habÃa dicho que les iba a quitar tanto? O ¿cómo se daban cuenta ustedes que les quitaban?
MM: Porque ahà entre unos con otros nos dábanos cuenta que el patrón nos quitaba creo que el diez o el veinte , me parece, nos quitaban.
MP: Y ustedes, ¿nunca supieron a dónde iba ese dinero?
MM: No, no, nosotros nunca supimos.
MP: ¿No?, ¿nunca?
MM: No, precisamente es lo que estamos peleando. (risas)
MP: Asà es.
MM: ¿Qué se hizo ese dinero? (risas) Es lo que estamos nosotros peleando. Que nos pagaban muy poco y ese dinero, pos ellos se quedaron con él, cuestión del seguro.
MP: A propósito del seguro, cuando ustedes se enfermaban, ¿qué hacÃan?, ¿tomaban ustedes algo por su cuenta?, ¿los llevaban al hospital?
MM: Pos fÃjese que nosotros, a lo menos que por mÃ, yo nomás una vez estuve, tuve malo del resfrÃo. Pero, pero un resfrÃo asà pasajero, ahà con pastillas y con limones me la pasé, un dÃa o dos, nomás. Pero el patrón no me las pagó, no me las pagó tampoco.
MP: ¿No?
MM: No. Esa vez, esa vez perdà dos dÃas yo. El patrón no me los reconoció.
MP: Ah, bueno, pues estuvo enfermo, ¿verdad? Por eso no, ni fue a trabajar, ni nada. Y entonces, ¿cómo le hacÃan para pagar ustedes sus comidas, por ejemplo, o el mandado?
MM: Pos con lo poquito que nos daban, que ganábanos, comprábanos, nos hacÃanos un grupo de cuatro o cinco pa comprar el mandadito pa la semana. Ya comprábanos mandadito pa la semana y ahà comÃanos, y venÃa la otra semana y lo hacÃamos igual y cada, cada quien. Entre unos cuatro o cinco era la cocina.
MP: Y entonces ahà entre ustedes se cocinaban.
MM: SÃ, dos, tres personas.
MP: Y, ¿qué hacÃan en sus ratos libres? Por ejemplo, los fines de semana, el domingo que era libre, ¿a dónde iban?, ¿cómo se divertÃan?
MM: A ninguna, a ninguna parte.
MP: ¿No?
MM: Nomás asà a andar asà por, pos a andar, pos uno no conoce. Andábanos ahà por las calles, ahÃ. Cuando bajábanos al pueblo y cuando estábanos en el rancho ahà nos la pasábanos en el rancho. Porque los sábados, los sábados nos venÃanos al mandado y otro dÃa domingo, pos ahà nos la pasábanos en el rancho, todos deoquis, hasta otro dÃa lunes que trabajábanos.
MP: Sà les permitÃan salir, ¿o no?
MM: ¿Mande?
MP: ¿Les permitÃan salir?
MM: SÃ, sà nos permitÃan.
MP: O sea, el ranchero sà les daba chanza de que se fueran, por ahÃ.
MM: SÃ, sà nos daban chance, sà nos daba chance el ranchero. Pero nomás en los sábados y en los domingos ya no, como estaba el rancho lejos. Nomás en los sábados nos ponÃa camión. Nos ponÃa un camión pa que nos llevara al mandado. (gallo cantando) Y ya otro dÃa nos estábanos ahà en la casa, ahà en el, todos hechos bola. No, no trabajábanos.
MP: ¿Usted no se dio cuenta de algunos braceros, perdón, de algunos mojados que anduvieran por ahà trabajando haciéndose pasar por braceros?
MM: No, nosotros no nos dimos cuenta.
MP: ¿No?
MM: No.
MP: Y usted, ¿nunca fue mojado?
MM: No, yo nunca jui de mojado, nunca.
MP: Y, ¿no tuvo usted la oportunidad de arreglar residencia o papeles allá en Estados Unidos?
MM: Pos nunca le hice la lucha, pa qué le voy a decir, nunca le hice la lucha. Casi casi eso a mà nunca no me gustó por allá, no me gustó.
MP: ¿No le gustó?
MM: No.
MP: No era lo que usted esperaba.
MM: No, no era lo que yo esperaba.
MP: ¿Qué esperaba usted?
MM: Pos como, como platicaron otras gentes que, otras personas, que allá se hacÃa mucho dinero, que no. DecÃa el que tenÃa buenos sueldos, buenos trabajos, porque del jornalero no, no, no es cierto. El que trabaja en agricultura no es cierto que agarra dinero. No gana ni lo que, lo que el patrón le paga, es todo.
MP: A usted, ¿qué trabajo le hubiera gustado haber hecho allá?
MM: Pos no, pos como uno está impuesto a trabajos rústicos, asà de que pos, pos asà en la labor nomás, eso era lo único, de allá de animales. Porque si usted llegaba, como no sabe ni, yo no sé leer, ¿verdad? Pos era lo único que podÃa yo hacer, trabajar en la labor, regar, puros trabajos de esos rústicos.
MP: Oiga, ya para terminar esta entrevista, dÃgame, ¿para usted le funcionó este Programa Bracero? ¿Para usted fue bueno? Si, no, ¿por qué?
MM: ¿El programa ese ranchero?
MP: El bracero, sÃ, la braceriada, ¿fue buena desde su punto de vista?
MM: Pos para mà no fue bueno. No jue bueno, porque no, no hicimos nada.
MP: ¿No hizo nada?
MM: No. En los tres meses que estuvimos no hicimos nada. Lo poquito que nos quedaba pa comer, ya cuando comprábanos mandadito, lo mandábanos pa acá pa la familia.
MP: Y la familia, ¿sà lo aprovechaba?
MM: Pos sÃ, la familia sà lo aprovechaba lo poquito que les mandaba, los $50, $100 dólares, asÃ. Les juntábamos allá a los quince dÃas. Porque era muy poquito los que nos quedaba. No, qué bueno juera que juera como ahorita, el tiempo de ahorita, el de antes. No, ahorita un bracero, un mojado, un mojado gana mucho dinero allá. Y antes no, trabajábanos mucho y muy poco dinero.
MP: Asà es. Ya para terminar, ¿alguna otra experiencia o algo que quiera comentar del programa?
MM: Pos no, pos, ¿qué le puedo comentar ya oiga? Pos, ¿en qué forma quiere usted?
MP: No sé, algo que ya usted haya sentido o algo, no sé.
MM: Pos no. Lo único que yo, yo pensaba que, como me fui de bracero, yo creÃa que me iba a remediar muncho y no me remedió nada. Eso sÃ, muy trabajao, como quien dice de sol a sol.
MP: Asà es. Bueno, pues le agradezco la entrevista.
MM: Muchas gracias.
MP: El tiempo.
MM: Muchas gracias.
MP: Que le siga yendo muy bien.
MM: Muy bien.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 30 de marzo de 2002
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El dÃa de hoy es 30 de marzo de 2003 en Villa Aldama, Chihuahua. Entrevistando al señor Manuel Márquez Flores, para el Departamento de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenas tardes señor Márquez.
MM: Buenas tardes
MP: Para empezar la entrevista quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació?
MM: Nacà en Julimes, en 1920.
MP: Quisiera que me platicara un poco de su infancia, de sus papás, ¿a qué se dedicaban, sus hermanos?
MM: No, pues mi papá trabajaba todo el tiempo en agricultura, pobremente, muy pobremente.
MP: Y, ¿su mamá?
MM: Pues igualmente. Ya sabe que, de que tiene que hacerle frente al esposo. Lo que el esposo haga, pues tiene que aguantar, hambres, frÃos, no tienen remedio, porque asà es la vida. Asà fue la vida de antes, muy triste, muy pesada.
MP: ¿Cuántos hermanos tuvo?
MM: Fuimos siete, siete hermanos, de siete ya nomás dos quedamos.
MP: Ãndele. Usted cuando estaba niño, ¿qué hacÃa?, ¿iba a la escuela, trabajaba, jugaba, qué hacÃa?
MM: Pues no, pues sabe que mi papá todo el tiempo nos tuvo en un rancho. Que una hacienda y no habÃa escuela ahÃ, puro, puro trabajar él. Y nosotros, pos de niños, ¿pos qué? De niños, pues puro jugar, es lo que hacÃanos. Hasta que ya nos hicimos hombres, entonces ya empezamos a ayudarles a ellos, a hacer la vida.
MP: ¿A qué jugaban?
MM: Uh, pos jugábamos a las escondidas, a las escondidas, a la pelota. (risas)
MP: Y asà se pasó su niñez.
MM: ¿Mande?
MP: Asà pasó la niñez.
MM: Asà pasé la niñez, sà señorita, en un rancho.
MP: Qué bueno. Y ya a la edad, ¿a qué edad empezó a trabajar?
MM: A la edad de diecisiete años, ya de quince años empecé a trabajar ya.
MP: AhÃ, ¿ayudándole a su papá?, o, ¿cómo?
MM: Ayudarle a mi jefe, ayudarle a mi jefe en la labor.
MP: Y en cuanto al Programa Bracero, ¿cómo se dio cuenta del Programa Bracero?
MM: No, porque, pos ya ve que hay programas para eso pal, de bracero, que está saliendo la gente de bracero. Entonces ya aquà el presidente, fuimos con el presidente y ya nos dio una carta que arreglaba. Entonces nos fuimos a Chihuahua, y ahà duramos como unos dos dÃas para salir. Ahà salimos, nos echaron en el tren y fuimos a dar a Juárez en la madrugada. Y luego otro dÃa, ya nos arrimamos allá a El Paso, nos arrimaron allá a El Paso y pos, bañarnos de polvo, nos bañaron de polvo. Y luego de ahà nos embarcaron pa, pal RÃo Vista. Ahà en el RÃo Vista, ahà llegamos y ya nos dieron de que comer y luego estuvimos dos dÃas ahÃ, hasta que jueron los patrones a contratarnos y ya nos contratamos. No, pos a mà me tocó aquà en Las Cruces, Nuevo México. Ahà nos tocó el primer año que jue el [19]59. Que por cierto que aquà traigo una, mire, esta es la cartilla que traigo, mire.
MP: Ah, ¿esta es su identificación?
MM: SÃ.
MP: ¿Su mica?
MM: Mi mica, sÃ.
MP: Muy bien. Y entonces ya con esta mica, ¿se las daban ahà en RÃo Vista, les daban esta mica?, o, ¿dónde les daban esta mica?
MM: Pos ésta mica nos la daban aquà en El Paso ya cuando nos vinieron a entregar. Ya cuando el patrón nos entregó, entonces nos dieron esa mica ahà con los, ¿sà sabe dónde?
MP: Entonces, a ver, otra vez en el proceso. Entonces primero, ya que tenÃan la carta del municipio, del presidente municipal, ¿se fueron a Chihuahua?
MM: SÃ, nos juimos Chihuahua, sÃ.
MP: Y luego ahÃ, ¿qué tuvieron que hacer?, o, ¿los examinaron?
MM: Pos primero son los papeles, primero son los papeles y entonces ya llevábanos los contratos ya, listos ya. Ya llevábamos los contratos listos.
MP: ¿Qué edad tenÃa usted?
MM: TenÃa veintisiete años.
MP: ¿Veintisiete años?
MM: SÃ.
MP: Okay.
MM: A esta edad, fÃjese. (risas)
MP: SÃ. (risas) Y ahà en Chihuahua, fue en El Trocadero, ¿verdad?
MM: SÃ.
MP: AhÃ, ¿cómo era El Trocadero? ¿Era una oficina, o era asà nada más el campo?
MM: No, era, era oficina.
MP: Y dice que se tardó dos dÃas.
MM: SÃ.
MP: ¿Por qué?
MM: Porque era mucha gente, mucha gente habÃa. HabÃa, pobrecita gente que no tenÃan qué comer y comÃa, salÃan a los tambos de la basura a sacar pedazos de plátano.
MP: Ah, ¿s�
MM: Toda la gente del sur. TodavÃa nosotros no porque estábanos aquà cerca. No crea, sufrimos munchos.
MP: Y toda esa gente, ¿en dónde dormÃa?, ¿se quedaba a dormir ahà en la tierra?
MM: Pos mucha gente se quedaba a dormir allÃ. Nosotros ya salimos de aquÃ, ya nos echó el presidente de aquÃ, ya cuando le dijeron que se llevara a la gente. TodavÃa duramos, todavÃa esa noche ahÃ, hasta otro dÃa como a las tres de la tarde salimos pa Juárez.
MP: Y ahà en El Trocadero, ¿habÃa gente por parte del Gobierno Americano?
MM: SÃ, sà habÃa.
MP: Y, ¿eran oficiales de la aduana?
MM: SÃ, pos eran oficiales de la aduana, sÃ.
MP: ¿S�
MM: SÃ, habÃa, habÃa de los dos. HabÃa de los dos.
MP: Y ellos, ¿qué le preguntaban?
MM: Pos no, a nosotros no nos preguntaban nada. Allá los jefes son los que, nosotros nos, nomás firmábamos los papeles y listo pa la hora que nos dijeran: “A tales horas van a salirâ€. Sin lonche y sin nada.
MP: Y luego, ¿cuánto hacÃan desde Chihuahua a Juárez?
MM: ¿Mande?
MP: ¿Cuánto hacÃan de Chihuahua a Juárez?
MM: Pos salimos como a las, como a las tres de la tarde y llegamos como en aquello de la madrugada a Juárez.
MP: ¡Mucho tiempo!
MM: ¡Mucho tiempo!
MP: Y sin lonche ni nada.
MM: Sin nada.
MP: Y luego, ya cuando llegaban a Juárez, ¿ahà los llevaban a un lugar para que durmieran?
MM: Nada. Ahà nos estuvimos parados, sentados, en un lugar ahà cerca de, de ahà de El Paso. Hasta que aclaró, amaneció, tonces ya nos arrimaron y nos… En fila y entonces ya salieron unas gentes y nos echaron polvo a cada uno, pos nos bañaron de polvo. Entonces, ya allÃ, terminaron, y entonces ya nos embarcaron pal RÃo Vista.
MP: Y, ahà donde los empolvaban, ¿los pasaban a un cuarto?
MM: No, no, asÃ, asÃ, como llegaban, asÃ.
MP: ¿Asà en la mera calle?
MM: Asà nomás.
MP: Y, ¿ahà tenÃan que presentar ustedes alguna identificación?
MM: SÃ, ahÃ.
MP: ¿O qué presentaban para cruzar?
MM: AhÃ.
MP: Y de ahà del puente en El Paso para RÃo Vista, ¿en qué se los llevaban?
MM: En un camión, en camión nos llevaron.
MP: ¿Asà todos empolvados como dijo?
MM: Todos empolvados. (risas) Hasta que no llegamos al RÃo Vista que ya nos bañamos, entonces sÃ.
MP: ¿Se podÃan bañar en RÃo Vista?, ¿tenÃan regaderas?
MM: ¿Mande?
MP: ¿En RÃo Vista tenÃan regaderas, tenÃa baños?
MM: SÃ, tenÃan regaderas. SÃ, tenÃan regaderas, tienen sus baños ahÃ.
MP: PlatÃqueme de RÃo Vista, cuando llegaban, ¿qué era todo lo que hacÃan hasta que se iban con el ranchero?
MM: Uh, pos…
MP: PlatÃqueme todo eso.
MM: Era un montón de gente la que habÃa.
MP: ¿Mucha otra vez?
MM: Mucha, cada, cada hora llegaban camiones de distintas partes. Era un corralón grande y se llenaba, se llenaba de gente. Ya al otro dÃa empezaban a nombrar, a salir camiones pa tales partes. Unos pa otras partes, otros pa otro y otros pa otro, asà de que puro sufrir.
MP: Y ahà cuando llegó a RÃo Vista, ¿a dónde fue primero, a chequeos médicos, con las secretarias para que llenaran formas?, o, ¿qué fue lo primero que hizo?
MM: No, pues ahà nos tenÃan nombrando. Y ahà ya nos dieron los, los estas pa los patrones. Ya luego ya de ahà salÃamos, ya a donde Ãbanos con los patrones, a trabajar con los patrones.
MP: Pero ahà los volvÃan a checar, ¿no?, del cuerpo.
MM: SÃ, nos checaron, nos pusieron los rayos X en la espalda, corazón, todo. Claro que sÃ.
MP: Si alguien estaba mal, ¿qué pasaba con la persona que estaba medio…?
MM: Pos no, decÃan que no lo dejaban pasar. Como unas tres, bueno, en esa parte que yo estuve, esa vez salieron como unas tres personas malas de los pulmones. Pos ahà salieron los pobrecitos, ahà los ayudamos con los $10, los $20 cada uno, pa que se fueran pa su tierra otra vez.
MP: ¿Por qué?, ¿ya de regreso nadie les pagaba el pasaje?
MM: Naiden, naiden les pagaba el pasaje. Ellos solitos se tenÃan que salirse, buscar su vida.
MP: PlatÃqueme más ahà del RÃo Vista, ¿cuántos dÃas pasó ahÃ?
MM: ¿Mande?
MP: En RÃo Vista, ¿cuántos dÃas estuvo?
MM: No, pos nos tenÃan de como, como hoy llegamos como a las tres de la tarde, y otro dÃa, hasta otro dÃa no salimos.
MP: Y, ¿ahà les daban de comer en RÃo Vista?
MM: ¿Mande?
MP: En RÃo Vista, ¿podÃan comer ustedes?
MM: SÃ, ahà nos dieron comida, sÃ.
MP: ¿S�
MM: SÃ, ahà nos dieron cena y luego nos dieron almuerzo. Y luego al otro dÃa nos dieron otra vez almuerzo y comida. Y ya en la tarde, ya nos echaron pa fuera a cada quien, a cada, a según el patrón que número de gente que sacaba cada patrón.
MP: Y ahÃ, ¿ahora sà tuvo un lugar donde dormir, ahà en RÃo Vista?
MM: SÃ, este…
MP: ¿Bajo techo?
MM: En el suelo.
MP: ¿En el suelo?
MM: SÃ.
MP: Y, ¿les daban cuando menos alguna cobija o algo?
MM: Pos una cobija nos daban, nomás. Porque ahÃ, ahà no habÃa camas. Ahà no habÃa nada, puros cuartos ahà solos. Las cobijas ahà habÃa porque nosotros las llevábanos. Llevábanos una cobijita, asà sencillita.
MP: ¿O sea que ustedes sà podÃan llevar ropa, cobijas, alguna navaja o algo?, ¿sà les permitÃan llevar cosas con ustedes?
MM: No, de eso nada. Nos esculcaban todo, no podÃamos llevar nada.
MP: ¿No?, ¿nada?
MM: Nada.
MP: Ah, qué raro. (gallo cantando) Y entonces ahà ya llegaba el ranchero, ¿verdad?, por ustedes.
MM: SÃ, llegaba el ranchero.
MP: Y si a ustedes no les gustaba el ranchero, ¿podÃan esperarse hasta el próximo o tenÃan que irse a fuerzas?
MM: No, ya diciendo el patrón: “Necesito tanta gente pa tal parteâ€. Entonces ya el patrón nos escogÃa. “Tantos, necesito tanta genteâ€. De ahà salimos como unos, como unos veinte salimos de ahà a Las Cruces, Nuevo México.
MP: ¿A Las Cruces? Y luego…
MM: Una parte que le nombran Alto Blanco, ¿Alto Blanco se llama? De aquel lado de El Paso.
MP: SÃ.
MM: Más acá de, más acá de Las Cruces, en esa parte estuvimos trabajando. Y luego ya cuando nos entregaron, juimos a, nos llevaron hasta Las Cruces, Nuevo México. Ahà nos estuvimos en una placita ahà hasta que ya los patrones nos entregarÃan, no sé qué harÃan con nosotros. Entonces ya nos, de ahà nos dieron un vasito asà con unos jugos y unas naranjas, unas manzanas a cada uno y de ahà nos subimos al camión hasta Juárez, otra vez.
MP: ¿Ya de regreso cuando habÃan terminado su contrato?
MM: Ya cuando, ya de regreso.
MP: Cuando llegó ahà a RÃo Vista y vio toda esa inmensidad de gente, ¿qué fue lo que pensó usted?
MM: No, pos ya sabÃamos nosotros que tenÃamos que… Como ahà se juntaba la gente, tenÃanos que, ahà tenÃanos que… Ya sabÃamos que ahà los patrones, tenÃan que decir: “Yo necesito tanta gente.â€
MP: Ay perdón. A ver, yo se lo pongo. Ahà está ya listo.
MM: “Yo necesito tanta gente, pa tal parteâ€, y de ahà salÃan. TenÃan unos camiones, (gallo cantando) unos camiones salÃan pa otras partes y otros pa otras y otros pa otras. Y el segundo año, la segunda vez que jui, esa me tocó también, esa vez ya me tocó en Pecos, que jue…
MP: ¿En qué año fue en Pecos?
MM: Jue el [19]62, el [19]62 salà otra vez pa Pecos. También llegamos allá y ya nos llevó el patrón al rancho. Como a unas treinta millas de Pecos para allá. Llegamos a una barraca grande, Ãbamos como unos cien hombres.
MP: ¿En una barraca?
MM: SÃ.
MP: Y luego, ¿cómo le hacÃan para…? ¿Pues cómo se acomodaban cien hombres ahÃ?
MM: No, pues cada quien, habÃa catres de tres pisos, uno de abajo, otro en medio y otro de arriba.
MP: Eran muchas personas en un solo lugar.
MM: SÃ, éramos como unos cincuenta, sesenta hombres.
MP: Era época de calor, me imagino, ¿no?
MM: Eh, ¿mande?
MP: ¿Era época de calor?
MM: SÃ.
MP: Y, ¿cómo soportaban todo el calor ahà con tanta gente?
MM: No, pos habÃa muchas ventanas. Taba, habÃa muchas ventanitas asà como estas. Y la verdad taba muy grande, cabÃa mucha gente. Taban las, taban los comedores asÃ, asà por en medio asà enseguida estábanos, dormÃanos nosotros, un lado y otro.
MP: O sea que, ¿ahà mismo estaban las mesas donde ustedes comÃan?
MM: SÃ, ahà mismo taban las estufas asÃ, corrÃan las estufas asÃ, y ahà mismo unos hacÃan comida pa otros lados y otros hacÃa para este otro lado.
MP: Y, ¿nunca tuvieron problema que agarraran la comida, que les quitaran la comida o algo?
MM: Pos no, pos fÃjese que nosotros no nos quejábamos. ¿Pa qué vamos a decir? No nos quejamos. ¿Sabe de qué sà nos quejamos? Que allá la gente es muy cochina.
MP: Ah, ¿sÃ? ¿Cómo? A ver, platÃqueme por qué.
MM: Cochina porque les apest[an], les olÃa mucho los pieses. Y por eso muchas veces no comÃanos nosotros y como estábanos asà uno detrás de otro. Y ésa gente muy cochina, muy sucia. Fue mucha gente del sur, gente muy cochina. Alhà habÃa de todo, habÃa gente de distintas partes.
MP: ¿Cuáles eran los más problemáticos?
MM: ¿De qué?
MP: SÃ, los que, los braceros que eran asà como que más peleoneros o más inconformes, ¿de dónde eran, del sur?
MM: Eran de Zacatecas y del sur. Eran muy, gente muy cochina para, pa todo.
MP: Ahà en Las Cruces, ¿estuvo trabajando en campos de algodón?
MM: Puro algodón. Una que otra vez nos sacaban asà al tomate, una que otra vez.
MP: PlatÃqueme cómo era un dÃa de trabajo allá en Las Cruces.
MM: ¿Mande?
MP: PlatÃqueme, ¿cómo era un dÃa de trabajo en Las Cruces? (gallo cantando) Desde que se levantaba, ¿qué hacÃan?, hasta que se iban a dormir.
MM: Pos puro piscar.
MP: ¿Puro piscar?
MM: Puro piscar algodón.
MP: ¿Cuánto les pagaban?
MM: Nos pagaban a $1.55 la libra. Mucho dinero, ¿verdad? (risas) Las cien libras.
MP: ¿Tan poquito?
MM: SÃ, señor.
MP: Era muy poquito dinero.
MM: Muy poquito dinero.
MP: ¿Cuánto sacaba más o menos a la semana?
MM: Pos sacábanos, ¿qué? Pos $200, $250, $300 era lo más que sacábamos. Y luego de ahà todavÃa nos quitaban pal seguro, fÃjese.
MP: Y entonces, ¿cuánto les venÃan dando?
MM: Pos no, pos en ese entonces, pos ya casi ya no me acuerdo. Pos, estaba todo, todavÃa estaba el dólar muy bajo. Ya ve, estaba muy barato, estaba el dólar.
MP: SÃ, estaba muy barato.
MM: Pos pa decirle al último, que ya cuando nosotros, ya cuando terminamos los contratos pos para mÃ, haga de cuenta que estaba aquà en México.
MP: ¿Por qué, oiga?
MM: Porque pos venimos iguales.
MP: ¿S�
MM: SÃ.
MP: O sea que no, todo el dinero…
MM: No, nos remediamos nosotros nada de eso.
MP: ¿No?
MM: No, no nos remediamos, nada. Muy trabajados, sÃ, porque desde que salÃamos de la casa desde las siete de la mañana, hasta casi oscurecer para a ver qué hacÃamos, pos sacábamos lo mismo. Y cuando estuvimos aquà en Pecos, los primeros dÃas nos anduvimos agarrando buenos algodones, ya como a las tres semanas ya nos metieron las máquinas, y lo que iba dejando las máquinas, Ãbamos nosotros levantando, ¿qué Ãbamos a…? Puras hebras, ¿se imagina?
MP: O sea que pesaba menos.
MM: Pesaba menos. Y luego este, y agarraba menos, pos lo que la máquinas dejaban, pues dejaban puro algodón asà entre las matas, asà todo desparpajado.
MP: O sea que era menos el peso, era más el trabajo.
MM: Era más el trabajo y menos, menos el peso, menos el peso. Y menos, menos algodón que nosotros sacábamos. Sacábamos muy poco algodón y el precio igual.
MP: Y entonces, platÃqueme, ¿no tuvo usted ningún problema en cuanto al pago?, ¿siempre le pagaban lo que era justo?
MM: SÃ, no, en cuanto al pago, sÃ. No, no tuvimos, ¿problemas pa qué vamos a decir? No tuvimos problemas.
MP: Y ese dinero que les quitaban, ¿ustedes sabÃan?, ¿el patrón les habÃa dicho que les iba a quitar tanto? O ¿cómo se daban cuenta ustedes que les quitaban?
MM: Porque ahà entre unos con otros nos dábanos cuenta que el patrón nos quitaba creo que el diez o el veinte , me parece, nos quitaban.
MP: Y ustedes, ¿nunca supieron a dónde iba ese dinero?
MM: No, no, nosotros nunca supimos.
MP: ¿No?, ¿nunca?
MM: No, precisamente es lo que estamos peleando. (risas)
MP: Asà es.
MM: ¿Qué se hizo ese dinero? (risas) Es lo que estamos nosotros peleando. Que nos pagaban muy poco y ese dinero, pos ellos se quedaron con él, cuestión del seguro.
MP: A propósito del seguro, cuando ustedes se enfermaban, ¿qué hacÃan?, ¿tomaban ustedes algo por su cuenta?, ¿los llevaban al hospital?
MM: Pos fÃjese que nosotros, a lo menos que por mÃ, yo nomás una vez estuve, tuve malo del resfrÃo. Pero, pero un resfrÃo asà pasajero, ahà con pastillas y con limones me la pasé, un dÃa o dos, nomás. Pero el patrón no me las pagó, no me las pagó tampoco.
MP: ¿No?
MM: No. Esa vez, esa vez perdà dos dÃas yo. El patrón no me los reconoció.
MP: Ah, bueno, pues estuvo enfermo, ¿verdad? Por eso no, ni fue a trabajar, ni nada. Y entonces, ¿cómo le hacÃan para pagar ustedes sus comidas, por ejemplo, o el mandado?
MM: Pos con lo poquito que nos daban, que ganábanos, comprábanos, nos hacÃanos un grupo de cuatro o cinco pa comprar el mandadito pa la semana. Ya comprábanos mandadito pa la semana y ahà comÃanos, y venÃa la otra semana y lo hacÃamos igual y cada, cada quien. Entre unos cuatro o cinco era la cocina.
MP: Y entonces ahà entre ustedes se cocinaban.
MM: SÃ, dos, tres personas.
MP: Y, ¿qué hacÃan en sus ratos libres? Por ejemplo, los fines de semana, el domingo que era libre, ¿a dónde iban?, ¿cómo se divertÃan?
MM: A ninguna, a ninguna parte.
MP: ¿No?
MM: Nomás asà a andar asà por, pos a andar, pos uno no conoce. Andábanos ahà por las calles, ahÃ. Cuando bajábanos al pueblo y cuando estábanos en el rancho ahà nos la pasábanos en el rancho. Porque los sábados, los sábados nos venÃanos al mandado y otro dÃa domingo, pos ahà nos la pasábanos en el rancho, todos deoquis, hasta otro dÃa lunes que trabajábanos.
MP: Sà les permitÃan salir, ¿o no?
MM: ¿Mande?
MP: ¿Les permitÃan salir?
MM: SÃ, sà nos permitÃan.
MP: O sea, el ranchero sà les daba chanza de que se fueran, por ahÃ.
MM: SÃ, sà nos daban chance, sà nos daba chance el ranchero. Pero nomás en los sábados y en los domingos ya no, como estaba el rancho lejos. Nomás en los sábados nos ponÃa camión. Nos ponÃa un camión pa que nos llevara al mandado. (gallo cantando) Y ya otro dÃa nos estábanos ahà en la casa, ahà en el, todos hechos bola. No, no trabajábanos.
MP: ¿Usted no se dio cuenta de algunos braceros, perdón, de algunos mojados que anduvieran por ahà trabajando haciéndose pasar por braceros?
MM: No, nosotros no nos dimos cuenta.
MP: ¿No?
MM: No.
MP: Y usted, ¿nunca fue mojado?
MM: No, yo nunca jui de mojado, nunca.
MP: Y, ¿no tuvo usted la oportunidad de arreglar residencia o papeles allá en Estados Unidos?
MM: Pos nunca le hice la lucha, pa qué le voy a decir, nunca le hice la lucha. Casi casi eso a mà nunca no me gustó por allá, no me gustó.
MP: ¿No le gustó?
MM: No.
MP: No era lo que usted esperaba.
MM: No, no era lo que yo esperaba.
MP: ¿Qué esperaba usted?
MM: Pos como, como platicaron otras gentes que, otras personas, que allá se hacÃa mucho dinero, que no. DecÃa el que tenÃa buenos sueldos, buenos trabajos, porque del jornalero no, no, no es cierto. El que trabaja en agricultura no es cierto que agarra dinero. No gana ni lo que, lo que el patrón le paga, es todo.
MP: A usted, ¿qué trabajo le hubiera gustado haber hecho allá?
MM: Pos no, pos como uno está impuesto a trabajos rústicos, asà de que pos, pos asà en la labor nomás, eso era lo único, de allá de animales. Porque si usted llegaba, como no sabe ni, yo no sé leer, ¿verdad? Pos era lo único que podÃa yo hacer, trabajar en la labor, regar, puros trabajos de esos rústicos.
MP: Oiga, ya para terminar esta entrevista, dÃgame, ¿para usted le funcionó este Programa Bracero? ¿Para usted fue bueno? Si, no, ¿por qué?
MM: ¿El programa ese ranchero?
MP: El bracero, sÃ, la braceriada, ¿fue buena desde su punto de vista?
MM: Pos para mà no fue bueno. No jue bueno, porque no, no hicimos nada.
MP: ¿No hizo nada?
MM: No. En los tres meses que estuvimos no hicimos nada. Lo poquito que nos quedaba pa comer, ya cuando comprábanos mandadito, lo mandábanos pa acá pa la familia.
MP: Y la familia, ¿sà lo aprovechaba?
MM: Pos sÃ, la familia sà lo aprovechaba lo poquito que les mandaba, los $50, $100 dólares, asÃ. Les juntábamos allá a los quince dÃas. Porque era muy poquito los que nos quedaba. No, qué bueno juera que juera como ahorita, el tiempo de ahorita, el de antes. No, ahorita un bracero, un mojado, un mojado gana mucho dinero allá. Y antes no, trabajábanos mucho y muy poco dinero.
MP: Asà es. Ya para terminar, ¿alguna otra experiencia o algo que quiera comentar del programa?
MM: Pos no, pos, ¿qué le puedo comentar ya oiga? Pos, ¿en qué forma quiere usted?
MP: No sé, algo que ya usted haya sentido o algo, no sé.
MM: Pos no. Lo único que yo, yo pensaba que, como me fui de bracero, yo creÃa que me iba a remediar muncho y no me remedió nada. Eso sÃ, muy trabajao, como quien dice de sol a sol.
MP: Asà es. Bueno, pues le agradezco la entrevista.
MM: Muchas gracias.
MP: El tiempo.
MM: Muchas gracias.
MP: Que le siga yendo muy bien.
MM: Muy bien.
Fin de la entrevista
Original Format
Digital, WAV, MP3
Duration
31:08
Bit Rate/Frequency
24 K
96 bit
96 bit
File Name Identifier
Marquez_CHIH018
Citation
Parra-Mantilla, Myrna and Márquez, Perfecto, “Perfecto Márquez,” Bracero History Archive, accessed October 26, 2025, https://braceroarchive.org/items/show/26.