José Guadalupe Blanco Ortega
Title
José Guadalupe Blanco Ortega
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: José Blanco was born on December 12, 1923, in Canelas, Durango, México; he was formally schooled through the second grade; when he was eight years old, he left his family to work with his father; they farmed together well into his teenage years; later he married and began a family; in 1949, he decided to enroll in the bracero program; as a bracero, he worked picking cotton in New Mexico and Texas.
Summary of Interview: Mr. Blanco recalls his family, childhood, and adolescence; in 1948, he married his wife, and the following year, before the birth of their second child, he decided to enroll in the bracero program; he describes how he and a group of men walked through the mountains for three days to get to a town where they could take the train to Durango, Durango, México; from there they traveled to Chihuahua to officially begin the hiring process; he describes the entire hiring and contracting process including the medical exams and disinfecting procedures; as a bracero, he worked picking cotton in New Mexico and Texas; he explains how he picked the cotton, the wages he earned, the methods of payment, and how he was able to obtain amendments and extensions to his contracts; in addition, he tells what daily life was like on the farms including the housing and food; in general, he was treated well by his American employers; he also recalls his return trip to México; overall, he benefited greatly from the program, and he concludes that he is proud to have been a part of it.
Summary of Interview: Mr. Blanco recalls his family, childhood, and adolescence; in 1948, he married his wife, and the following year, before the birth of their second child, he decided to enroll in the bracero program; he describes how he and a group of men walked through the mountains for three days to get to a town where they could take the train to Durango, Durango, México; from there they traveled to Chihuahua to officially begin the hiring process; he describes the entire hiring and contracting process including the medical exams and disinfecting procedures; as a bracero, he worked picking cotton in New Mexico and Texas; he explains how he picked the cotton, the wages he earned, the methods of payment, and how he was able to obtain amendments and extensions to his contracts; in addition, he tells what daily life was like on the farms including the housing and food; in general, he was treated well by his American employers; he also recalls his return trip to México; overall, he benefited greatly from the program, and he concludes that he is proud to have been a part of it.
Creator
Martínez, Laureano
Blanco Ortega, José Guadalupe
Date
2003-01-31
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
José Guadalupe Blanco Ortega
creator (Spanish)
Martínez, Laureano
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini Disc
Duration
1:23:00
Bit Rate/Frequency
24 bit 96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: José Guadalupe Blanco Ortega
Fecha de la entrevista: 31 de enero de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano Martínez
LM: Buenas tardes don José Guadalupe.
JB: Buenas tardes, buenas tardes, licenciado.
LM: Primero que nada quiero que me platique, ¿dónde y cuándo nació usted?
JB: Le voy a decir como lo tengo en las credenciales. Yo nací en 1923. El día 12 de diciembre.
LM: ¿En dónde?
JB: En Canelas, Durango.
LM: Muy bien, hábleme un poquito de Canelas, ¿cómo es Canelas?
JB: Canelas es bonito, un pueblo chiquito pero es muy bonito, muy agradable.
LM: ¿En dónde está Canelas?
JB: Está por, saliendo de la Sierra Madre. Por una parte, ya baja, una cuesta abajo y ahí llega usted, allí el clima es muy bueno, muy agradable. Ahí se da café, guayaba, durazno, chabacano, manzana, plátano y caña. Melón, papaya también, naranja.
LM: ¿Es un lugar tropical?
JB: Lugar tropical muy bonito y café, de ese bueno.
LM: Muy bien.
JB: Sí, señor.
LM: Don José, cuénteme, ¿cómo se llama su papá?
JB: Él se llamaba Manuel Blanco Zaldívar.
LM: Y, ¿su mamá?
JB: Pomposa Ortega Núñez.
LM: Okay, ¿de dónde eran ellos?
JB: Eran originarios del Municipio de Topia. Sí señor.
LM: ¿A qué se dedicaba su papá?
JB: Al puro trabajo, puro trabajo, de jornalero, así es.
LM: ¿Cuántos hermanos tiene?
JB: Yo tengo, ora hasta ahorita tengo nueve. Nueve hermanos, semos nueve hermanos.
LM: Y, ¿usted qué es dentro de esos nueve?, ¿es el más chico, es el más grande?
JB: Yo soy el más grande.
LM: El más grande.
JB: Segundo, porque tengo una hermana mayor que yo, se llama Teresa y luego sigo yo.
LM: ¿Cuántos años tiene usted, don?
JB: Setenta y pos nueve años.
LM: Setenta y nueve, mire, qué bien. Cuénteme, ¿a qué se dedicaba usted junto con sus hermanos cuando estaban chicos?, ¿qué hacían?
JB: Mire, primeramente le voy a platicar, que yo fui solo, me crié con mi papá, le voy a platicar bien como fue la historia. Porque ellos se desafiaron y yo andaba en ocho años cuando me jui yo con mi papá y ahora después de grandes, me falta una hermana que no la conozco que vive en Ciudad Juárez, por allá está, esa no la conozco, los demás sí los conozco.
LM: Mire.
JB: Sí, señor.
LM: ¿Tenía usted ocho años cuándo se fue con su papá?
JB: Todavía no cumplía los ocho año cuando yo me jui con mi papá.
LM: ¿Fue a la escuela, don?
JB: Estuve muy poquito, hasta segundo año nomás.
LM: ¿Hasta segundo año?
JB: Sí, señor.
LM: ¿Allá en…?
JB: Allá en Canelas.
LM: Canelas.
JB: En Canelas, sí.
LM: ¿Aprendió a leer y a escribir?
JB: Pos poquito, poquito porque en segundo año, pos fíjese usted.
LM: Pues sí, pero, ¿sí sabe leer y escribir?
JB: Poquito, poquito.
LM: Muy bien, ¿alguno de sus hermanos fue bracero también?
JB: También, sí, cómo no.
LM: ¿Cuántos de ellos?
JB: Uno que sepa, Isidro, pero él ya murió. Ya falleció, pero él fue bracero.
LM: ¿Cuántos años tenía usted cuando empezó a trabajar? Antes de irse de… Digamos que de joven.
JB: Yo tenía doce años cuando comencé a trabajar.
LM: Y, ¿en qué trabajaba?
JB: Trabajaba arrimando ahí con una señora las vacas, ordeñar y los becerros, sí.
LM: Y, ¿le pagaban por ese trabajo?
JB: Pos ahí estaba como hijo.
LM: ¡Ah, okay!
JB: Ahí duré cerca de tres años hasta que ya, yo dije: “Yo ya”. Ya estaba yo más… Ya tenía quince años y dije, pos yo quería un sueldito. Pues me dije: “Por $0.50 centavos de la comida”. En entonces, que no podía en ese entonces, yo me fui a parar con unos amigos míos ahí, al corte de trigo con la hoz. Sí y corté eso.
LM: ¿Ahí mismo en Canelas?
JB: Allí mismo en Canelas.
LM: Y, ¿le pagaban ya en el corte de trigo?
JB: Me pagaban $0.50 centavos y la comida, eso ganaba yo.
LM: ¿Cuánto tiempo trabajó ahí, se acuerda?
JB: Trabajé dos años en eso, con ellos, sí, con ellos.
LM: ¿Todavía vivía con su papá?
JB: Todavía. Nada más que pos él trabajaba en otro negocio y yo en otro.
LM: Claro, sí, bueno, vamos a hablar un poquito de lo que fue su contratación, de las contrataciones.
JB: ¿Ah?
LM: ¿Cómo se enteró usted de que se podía ir a trabajar a Estados Unidos?
JB: Mire, yo ya cuando me enteré de eso, yo ya tenía a mi señora.
LM: ¿Ya estaba…?
JB: Y ya estaba una niña. Y ella ya pa tener otra, cuando yo me jui. Es que avisaban allá que iba a haber contrataciones, íbamos en… Nos salían en una lista en Canelas, y pos ya nos poníamos todos ya enlistados como unos diecisiete o veinte. Diecisiete o veinte compañeros nos veníamos, andando, por Camino Real.
LM: A ver, ¿en que año se casó usted?
JB: El [19]48.
LM: Y lo de las contrataciones, ¿qué año fue?
JB: El [19]49.
LM: Entonces dice que les avisaron allá que había contrataciones.
JB: Había contratación, sí señor.
LM: ¿Quién les avisó?, ¿se acuerda?
JB: No me acuerdo, pero dieron aviso allá en las autoridades, nos dieron aviso que iba a haber contrataciones. Entonces jue [fue] cuando juimos [fuimos] a la presidencia, allí nos dieron una lista y traíamos un representante con la lista para que él… Entonces nos tocó estar a las contrataciones en Chihuahua.
LM: A ver, cuénteme, ¿cómo le hizo cuando se vino?, ¿de Canelas a dónde se fue?
JB: De Canelas nos venimos a Tepehuanes y de ahí de Tepehuanes agarramos el tren para acá.
LM: ¿Qué tan lejos está Tepehuanes?
JB: De aquí no está lejos.
LM: ¿De Canelas?
JB: De Canelas está, pos tres días pa andar a pie.
LM: Y, ¿se vinieron a pie?
JB: A pie, sí señor, hasta Tepehuanes, sí. Ya el siguiente año que nos tocó venir otra vez a la contratación que fue el [19]50, pos anduvimos como dos días bien correteados y ya venía un camión y ese nos dio un raite a Tepehuanes, ya fue otro…
LM: Pero esa primera vez, ¿cuántos venían en el grupo?
JB: Veníamos diecisiete. Sí éramos, éramos diecisiete de allá, de Canelas.
LM: Diecisiete, ¿hasta Tepehuanes?
JB: Hasta Tepehuanes.
LM: Y al llegar a Tepehuanes, ¿se vinieron a Durango?
JB: Nos veníamos aquí a Durango.
LM: Y, ¿cómo se vinieron?
JB: En el tren.
LM: ¿Cuánto les cobraba el tren?, ¿se acuerda?
JB: Ocho pesos.
LM: Ocho pesos.
JB: Sí señor.
LM: Y, ¿cuántas horas hacía el tren a Durango?
JB: Ora verá, por ejemplo, salíamos como a las ocho de allá y llegábamos aquí pos ya como a las tres, cuatro de la tarde, no le puedo decir la hora exacta. Ya hace muchos, muchos años sí, sí señor.
LM: Y aquí al llegar a Durango, ¿a dónde fueron?
JB: A un hotel, a un hotel y de aquí ya nos decían: “Tienen que ir a tal parte”. Y nos juimos hasta Chihuahua.
LM: ¿De aquí se fueron a Chihuahua?
JB: Sí señor.
LM: ¿Aquí les dieron alguna especie de documento o les dijeron a dónde ir o…?
JB: No, no, pos hicimos preguntas, preguntas con un señor, ya nos dijo él que contrataciones estaban en Chihuahua, que teníamos que ir allá, nos preguntó que si íbamos enlistados de los diferentes _____(?). “Ta muy bueno. Con su lista, ya van empadronados qué bueno”.
LM: ¿Aquí los empadronaban?
JB: Allá.
LM: ¿Allá en Chihuahua?
JB: En Canelas.
LM: En Canela.
JB: traíamos nuestra lista. Y ya él: “No”, dice, “no, qué bueno que ya llevan su lista ya, porque ya van listos con su lista y allá, el cabecilla de ustedes tiene que entrar, allí con los señores grandes que están haciendo sus contrataciones pa que hablen por ustedes entonces ya de allí los van a estar nombrando”. Y así jue.
LM: Entonces, ¿se fue a Chihuahua?
JB: A Chihuahua.
LM: ¿En qué se fueron a Chihuahua?
JB: En un camión.
LM: ¿De autobús?
JB: De autobús, sí.
LM: ¿Cuántos iban?
JB: Íbamos, ¿compañeros? Éramos diecisiete.
LM: Y, ¿ese camión, era pura gente que iba a contratarse o era…?
JB: No, no, pos ya ahí, ahí pos, este, no, no, no está, allí iba otras presonas también. Porque pa contratar un camión de esos, pos necesita uno contratarlo especial. Y entonces le cobran más mucho a uno.
LM: Y en Chihuahua, ¿cuántos años tenía usted en ese entonces?
JB: Tenía, andaba en veinticuatro años.
LM: Cuando llegó a Chihuahua qué, ¿a dónde fueron?
JB: Allí en Chihuahua rentamos un cuarto de una sala y ahí dormíamos todos, los diecisiete ahí dormíamos, en el piso porque pos, no había camas, sí señor.
LM: ¿Llevaba algo de dinerito?
JB: Poquito, poquito, porque ahí lo poquito que llevaba se me acabó y hay otro muchacho me prestó unos, me parece que $10 pesos y con eso la hice y ya nos fuimos.
LM: ¿Qué ropa llevaba?, ¿cuánta ropa llevaba?
JB: No, pos llevaba uno dos cambiecitos, pos va uno de pobre. Sí señor.
LM: Y, ¿cuántos días estuvieron ahí en Chihuahua?
JB: Ahí en Chihuahua, pos le voy a dar un pormenor, porque ya tanto año que hace. Estuvimos como unos cuatro días. Y ahí íbamos y comprábamos que un… Porque yo le dije a una: “Oiga señora, véndame tortillas”. “No, yo no soy señora, dígame señorita”. “Ándele pues señorita, véndame tortillas”. “Sí, sí cómo no”.
LM: ¿Había mucha gente ahí?
JB: Había mucha gente, había mucha gente.
LM: ¿Cuántos?
JB: No, ande pos no puede uno ver, porque había mucha gente.
LM: Era muy grande.
JB: Muy grande, que no ve que de aquí del estado de Durango pos iban y de otras partes también. Porque había las contrataciones, pues había mucha gente.
LM: ¿Ahí era un centro de recepción?
JB: Ándele, sí señor, un centro de recepción había, donde se contrataba la gente.
LM: Y, ¿ustedes entregaban la lista?
JB: Llevábamos un representante. Ese representante, nojostros [nosotros] allí, allí lo estábamos nomás mirándolo. Y ese pretante, representante que iba nunca habló allí. Entonces entró otro, se llamaba Jesús Susé. Ese nomás agarró la lista y luego se metió y al ratito ahí nos están nombrando. Braulio Valenzuela era el primero, ese llegaba y se sentaba y ahí estaba sentado. Entonces nosotros desesperados que no entraba pa dentro a hablar.
LM: Claro, ya después de cuatro días.
JB: Entonces ya entró este Jesús, en paz descanse, ya murió y luego este era muy listo, que hubiera sido hasta profesor. Luego luego entró y empezó ahí con su lista y al poquito ya nos están nombrando y ya.
LM: ¿Quiénes trabajaban en ese centro?, ¿eran mexicanos, eran americanos?
JB: Oye pos allí, pos había de todo.
LM: ¿Había americanos?
JB: Había americanos, sí.
LM: Y, ¿qué les preguntaban o qué les pedían?
JB: Mire, a nosotros, luego luego que ya que nos contrataron, que ya nos nombraron, al desamen [examen] médico, al desamen.
LM: ¿Al examen médico?
JB: Al desamen.
LM: Y, ¿cómo era ese examen médico?
JB: Nos ponían los rayos X. Y luego, pos teníamos que despojarnos los pantalones pa que nos vieran. Ey y luego la cosita nos las hacían una…
LM: ¿Sí?
JB: Una pellizcada también. Y aun así no nos hallaban nada, listo.
LM: Listo.
JB: Porque le, a ver si no llevaba uno almorranas o, o alguna enfermedad en los…
LM: O sea que los desnudaban.
JB: En el medio, sí, sí señor, bien, bien.
LM: ¿Inyecciones?, ¿los inyectaban?
JB: Inyecciones no, ahí no.
LM: Nomás era…
JB: A mí nunca me pusieron inyecciones. Nomás eso, que nos revisaban bien.
LM: Y, ¿qué pensaba usted de…?
JB: No, todo mundo avergonzado, ya pa qué, ¿verdad? Pos ni modo. (risa)
LM: Ni modo.
JB: Ni modo, pos tiene uno. Va uno y pos tiene que enfrentarse a lo que venga, eh.
LM: Y del trabajo, ¿qué les preguntaban?
JB: A mí me preguntaron que si sabía yo piscar algodón, y yo les dije que sí, eh. Que había ido a la pisca a Sinaloa, a Culiacán, porque allá, allá también pero … Y luego pos tenemos que salir delante, de alguna manera o de otra.
LM: Había que echar una mentirita ahí.
JB: “¿Cuántas libras, cuántos kilos pesabas?”. “Pos a veces pesaba cien, a veces piscaba yo cien, a veces piscaba yo ciento cincuenta kilos”. “No”, dice, “está muy bueno, ta bien”.
LM: ¿Era americanos los que les preguntaban?
JB: Pos sí, o mexicanos, pos tanto tiempo. Pero sí nos preguntaban, que si conocíamos, habíamos…Conocemos el algodón y yo les dije que yo sí, quién sabe los compañeros que les dirían de eso. Si yo, es lo que… Me hacían las preguntas, yo se las contestaba.
LM: Usted aseguró lo suyo. ¿Cuántos días? Dice que estuvo cuatro días ahí.
JB: Sí señor.
LM: Después de ahí, ¿a dónde se fue?
JB: De ahí nos pasamos por Ciudad Juárez. Ya nos llevaron ahí a… Y luego en el, cuando ya nos dieron ahí en Chihuahua, nos dieron el contrato, ya íbamos ya, pos nuestro contrato y a un compañero que era de la pura sierra, jue al baño, y este no se acordó y se le fue pa abajo.
LM: ¿El contrato?
JB: El contrato y nos dijieron ahí: “Tengan mucho cuidado con su contrato porque si lo tiran, usted ya se quedó y se lo halla otro ese se va con su contrato”.
LM: O sea que el contrato no traía nombre.
JB: Allí, pos ahí está, ahí lo vio. Decían: “Si lo halla otro, con este se va”. Entonces aquel pos estaba un poco feo, ahí ya lo estuvo lavando, lo sacó, metió la mano y lo alcanzó y ya.
LM: Mire…
JB: Sí, señor.
LM: De ahí de Chihuahua a Juárez, ¿en qué se fueron?
JB: Nos juimos en un camión, entonces había unos camiones que les decían la Flecha Roja me parece, muy buenos camiones.
LM: Y, ¿ya llegando a Juárez?
JB: Ahí luego luego.
LM: ¿En la pasada?
JB: En la pasada, luego ya, ahí ya no nos hicieron, pos nomás que pasamos.
LM: ¿Enseñaban el contrato?
JB: Así, cómo no, pos todos ya íbamos con nuestro contrato y luego de ahí ya nos embarcaron en un, en un camión como tráiler. Todos los que íbamos ahí y otros que también, que les tocó ir a otro lado, ahí pos iban todos.
LM: Los echaron atrás.
JB: Atrás todos.
LM: En las redilas.
JB: En las redilas, todo lleno el camión. Entonces allá onde llegamos, allá nos estaban nombrando.
LM: ¿Ahí llegaron a un lugar donde ahí los concentraban?
JB: Allí en Nuevo México, ahí a La Asociación, entonces ahí nos estaban nombrando.
LM: Ya cuando cruzaron la frontera, ¿allá les hicieron exámenes médicos o ya no les…?
JB: No, ya no, es que los exámen[es] médicos esa vez nos los hicieron…
LM: En Chihuahua.
JB: Allí en Chihuahua, todo bien.
LM: ¿No le tocó que hubiera fumigaciones?
JB: ¿Cuando ya pasamos?
LM: Mm huh.
JB: Allá entonces sí ahí nos estaban pasando y nos estaban echando polvo.
LM: ¿Qué?, ¿cómo era el…?
JB: Pos, polvito blanco así como casi como, pos estaba siempre jediondito, casi como el polvo de esos de avión.
LM: De avión.
JB: Nomás que estaba más…
LM: Y, ¿tenían que quitarse la ropa o qué?
JB: No, así nomás nos abrochábamos ahí y nos metían, hasta ahí nomás le chiflaban por acá por el cuerpo así y ya así nos lo echaban y vámonos.
LM: ¿Ahí no los inyectaron?
JB: No, no señor.
LM: Ah, okay y ya después de eso, dice que los mandaron a una asociación.
JB: De ahí nos juimos, ya íbamos a Nuevo México.
LM: ¿Dónde estaba el centro ese, de donde los recibieron y los fumigaron?
JB: Ahí en El Paso, Texas, pero no le sé decir, pos pasando en el río este, Río Vista por ahí, por ahí.
LM: Río Vista, okay, y, ¿de ahí ya los mandaron a …?
JB: A Nuevo México, sí. Allá de Nuevo México como estaba el patrón, ahí ya, ya nos tuvo nombrando ahí a cada quien, tenía yo creo su lista él allá, creo ahí nos tuvo ya, todos nos juimos allá con él, una parte y de los… como los que vinieron todos de Canelas. Todos nos juimos con este señor que nos contrató, que nos tocó estar con ellos, con él, Roberto Lares.
LM: Roberto Lares se llamaba, ¿así se llamaba el patrón?
JB: Así se llamaba, Roberto Lares.
LM: Y, ¿qué hacía en ese primer trabajo en Nuevo México?
JB: Allí, piscar algodón.
LM: Piscar el algodón.
JB: Sí señor.
LM: ¿Dónde dormía?
JB: Pos ahí teníamos una barraca ahí donde dormir.
LM: Una barraca, ¿cómo son esas barracas? Cuénteme cómo eran.
JB: Mire son, así son hechas en madera. Y tienen, tan techadas como de dos aguas, así techadas de dos aguas, de madera.
LM: Y, ¿tenían camitas ahí?
JB: Teníamos unas camitas, teníamos unas colchonetas ahí donde dormíamos.
LM: ¿Dormían a gusto?
JB: A gusto, sí, ¿pa qué le voy a decir que no? A gusto.
LM: Y, ¿qué?, ¿tenían baño ahí?
JB: Pos ahí íbamos al monte, ahí. Allá al monte, ahí íbamos.
LM: Y, ¿para lavarse, para bañarse?
JB: Pa lavarnos, pos ahí sacábamos agua y nos dábamos una bañada.
LM: ¿Un baño vaquero?
JB: Baño vaquero sí y la ropa pos a veces la lavábamos nosotros, a veces iban a platicar ahí con nosotros y ya de ahí ya les dábamos ropita que nos lavaran.
LM: ¿Cómo es la pisca del algodón? Cuénteme.
JB: Mira, la pisca del algodón, ¿usted conoce el algodón?
LM: Mm huh.
JB: Es una mota. Entonces tiene casquillo, hay que estarlo manotenado para que salga el puro algodón limpio, que no lleve casquillo, y pos a amarrarse uno su saca, en la cintura y estarlo echando ahí.
LM: Y ahí lo echaban.
JB: Estarlo echando ahí, a que llena su saca y se lo echa al lomo e irlo a pesar.
LM: ¿Cuánto le pagaban a usted en ese…?
JB: En ese entonces el patrón nos dijo, pues era a $2 dólares.
LM: A $2 dólares qué, ¿la libra?
JB: La libra, pos ganábamos los cien, las cien libras.
LM: Ganaban, ¿cuánto ganaban al día o por semana?
JB: Pos por día ganábamos a veces $6 dólares, a veces otros poquitos más, porque piscábamos como ciento treinta libras, pos ya era otro poquito más de los cien.
LM: Okay, entonces, ¿ciento treinta libras eran como $6 dólares?
JB: Pasaditos, como $6 dólares, $0.60 centavos por ahí.
LM: Y, ¿a qué horas empezaban a trabajar?
JB: Mire, a veces trabajábamos a las, como a las ocho, ya nos levantábamos y a hacer almuerzo, porque pos ahí ni modo que, ahí nos ayudábamos nosotros a hacer…
LM: Y, ¿qué comían?
JB: Comíamos, cocíamos, después tuvimos un cocinero, nos cocía frijolitos. Y él arreglaba lo que podía y luego pos hacía tortillas de harina.
LM: O sea que cuando ustedes se levantaban ya había comida.
JB: Ya, él tenía… Ya cuando pusimos cocinero, él hacía la comida, ya íbamos a almorzar o íbamos y piscábamos un ratito, como ahí estaba cerquitas y luego a almorzar en la comida.
LM: Y, ¿hubo un tiempo que no había cocinero?
JB: Hubo un tiempo que no, porque inclusive a mí me quisieron poner de cocinero y le dije yo que no. Le dije: “Para mí es muy duro darles gusto a la gente de lo que uno hace, le dije, “es muy duro, vale más que ponga a otro”. Y así lo hicieron, pusieron a un señor llamado Eugenio, de acá de Zacatecas y otro compañero de él, Antonio, Antonio Arjona.
LM: Y, ¿quién le pagaba a él?
JB: El patrón.
LM: El patrón.
JB: El patrón.
LM: ¿Ustedes no le daban nada?
JB: No, el patrón le pagaba, hasta eso sí, porque él, el patrón lo que quería era que le avanzáramos a la pisca de algodón. Lo más rápido que se pudiera, pa que no perdiera peso y luego en la tarde, en la tarde, ya en la tardecita, pos a irnos pa la casa.
LM: ¿Tenían mayordomos ahí en el trabajo?
JB: Era un pesador. A veces que iba la mujer del patrón, a pesar, a pesarnos el algodón.
LM: ¿Hablaban español?
JB: Ella sí, pos sí hablaba poquito, pero sí hablaba, el patrón sí hablaba un español así como nosotros, eso sí.
LM: ¿Muy bueno?
JB: Muy bueno, sí y se portó muy bien porque se nos hinchaban las manos y luego me… Me dijo: “vamos pa la casa”. Y ya me dio una pomada, dice: “Pa que te cures, te cures y a los que estén malos pos les convidas pa que se curen también”. Y así lo hacía yo.
LM: ¿Cuánto tiempo estuvo usted allí en ese…?
JB: Ahí estuve yo poquito más de tres meses.
LM: ¿Era el término de su contrato?
JB: Eran de tres meses. Pero entonces yo hice unas compritas ahí, mi veliz y una ropita pa mí y luego zapatos y luego pa llevarles algo a mi familia, unos cortes que compré allí. Entonces, este ya, los otros se fueron y quedamos nomás tres, nomás nos quedamos tres.
LM: ¿Cómo se portaban los demás compañeros?
JB: No, muy bien, bien. Únicamente que entre los tres compañeros, que nos quedamos allí, era un señor Carlos Chaires y otro Leandro Rodríguez. Y con Leandro no hacíamos buenas migas con él, no por no haberlo, lo que le gustaba era mucho agarrar lo que no era de él.
LM: ¡Ah!
JB: Entonces nojotros apartito, apartito.
LM: Claro.
JB: Apartito.
LM: ¿Les llegó él a agarrar algo?
JB: Sí, pos cómo no, si una vez no me metieron a mí a la cárcel porque no me agarraron con un pantalón que me… Entró a la tienda, a la marqueta y fue y sacó un pantalón de los puros buenos de esos de mezclilla gruesota, Levi’s. “Aquí tenme aquí el pantalón, ahorita vengo”. Pos yo era muy buena gente y ahí estaba yo, pero se lo había robado y hasta le quedó grande, porque se lo arremangaba, él estaba altito, se lo arremangaba mucho y siempre…
LM: Y, ¿no hubo problema?
JB: No, no hubo, gracias a Dios que no. Ya nomás salió él, yo le di, le entregué su pantalón y ya me dijieron: “Mira, este se lo robó, ¿qué tal si te agarran a ti y a ti te friegan?”.
LM: Pos sí.
JB: Sí, pos yo no sabía, yo no sabía. Entonces y él se acompañó con un Carlos Pacheco, de aquí de Torreón y robaban lo que podían ellos, ya cuando Carlos Pacheco se vino, se repartieron de camisas que traían allí. Cuando íbamos al pueblo: “Mucho cuidado con estos”.
LM: Ustedes no lo denunciaban, ni…
JB: No, uno, cada quien agarraba una bolsa y se iba, unos por un lado y otros por otro, ¿eh?
LM: ¿Entonces los patrones se portaban bien?
JB: Bien, sí, cómo no.
LM: ¿Cuántos días trabajaba usted a la semana?
JB: Los seis días, el domingo pos no, había que descansar y lavarse uno sus…
LM: Y, ¿qué días les pagaban?
JB: Los sábados, los sábados.
LM: ¿Les pagaban con cheque o con…?
JB: No, con puro dinero.
LM: Puro efectivo.
JB: Puro dinero, ya nomás comenzamos a agarrar, lo primero que yo hacía, agarraba unos centavitos y vámonos a pagar las cuentas pa acá y mandarles a la familia porque…
LM: ¿Ya estaba usted casado?
JB: ¿Eh? Ya, ya.
LM: Y, ¿de dónde les mandaba?, ¿cómo le hacía para mandar a…?
JB: Mire, como yo estaba en un rancho muy incomunicado del pueblo, entonces ahí lo que hacía yo, que se los mandaba a un familiar mío o a un amigo pa que se los llevaran allá a mi señora, así.
LM: ¿Usted de ahí se los mandaba a un amigo o a un familiar?
JB: Así, así, a Canelas o a Topia.
LM: Ah, okay, ¿de ahí de dónde?, ¿del pueblo, del rancho?
JB: Sí, de acá de donde estaba yo. Como estaba en Nuevo México, allí estábamos, comprábamos nuestro cheque y luego mandarlo para allá.
LM: ¿Cuál era el pueblo más cerca de ahí de donde usted trabajaba?
JB: Artesia.
LM: ¿Artesia?
JB: Artesia, Nuevo México.
LM: Y, ¿iban a comprar cosas al pueblo?
JB: Sí señor.
LM: ¿De ahí mandaban el dinero?
JB: Sí, o se lo dábamos al patrón.
LM: El patrón.
JB: Sí, pa que nos lo pusiera y no.
LM: Nunca…
JB: Nunca nos falló nada, gracias a Dios, muy bien.
LM: Qué bueno.
JB: Y, ¿cómo se comunicaba con su familia, le escribían…?
JB: Por medio de cartas.
LM: ¿Sí?
JB: Sí, así.
LM: ¿Le escribía usted a ellos?
JB: Les escribía yo: “Ya estoy aquí, gracias Dios”. Y ya me contestaban, se estaba mucho porque de ahí pa al rancho, de ahí al rancho donde vivía yo pos estaba muy lejos Topia, [es]taba muy lejos.
LM: Pos sí.
JB: Porque yo me cambié, ya cuando me casé yo con esta mujer ya me cambié de Canelas acá a un rancho allí da al Municipio de Topia y de allí me vine yo para acá.
LM: O sea que usted se casó antes de irse.
JB: Me jui yo a trabajar con un pariente mío, se llamaba Agustín Monárrez y ese jue mi patrón hasta que él se murió. Entonces yo trabajé mucho en la herrería con él. Dejaba aquel trabajo y me iba con él.
LM: Y cuando iban al pueblo, ¿iban a misa o los llevaban a la iglesia?
JB: No, allá nunca nos llevaron a la iglesia, no.
LM: No.
JB: Íbamos como los domingos, como era el día más preferido, íbamos al pueblo a comprar algo y a comprar algo pa llevar que comer.
LM: ¿El patrón los llevaba?
JB: Sí señor.
LM: Y, ¿en qué los llevaba?
JB: En una camioneta, una camioneta.
LM: Y, ¿cuántos empleados había trabajando ahí en el rancho?
JB: Mire, él tenía, tenía dos trabajadores ahí que… Uno se llamaba Cipriano y el otro Jesús, que son los trabajadores que hacían el trabajo allí. Entonces tenía, había otros, tenía otros dos, uno se llamaba Toribio y el otro señor, Vicente. El señor, el señor Vicente me agarró mucha confianza y iba a platicar conmigo, ahí con todos, pero luego luego. Y luego me decía… Un día estaba yo a medio día comiendo con mi sombrero puesto y me dijo: “Oyes, oye Blanco, ¿cuánto te costó tu sombrero allá en tu pueblo?”. “Tanto”. “¡Ah!”, dice, “pos con razón no te lo quitas ni pa comer”. (risas)
LM: ¿Hizo buenas amistades ahí con los…?
JB: Sí, bien, muy bien, sí, gracias a Dios que sí.
LM: Qué bueno.
JB: Porque, va, pos no es porque yo lo diga, pero no me gusta faltarle el respeto a la gente. Hay que guardarle su lugar aunque sea un chiquito, aun más grandecito, a cualquier gente que sea, hay que guardarle su lugar.
LM: ¿De dónde había más gente? Que se diera usted cuenta, ¿de qué estado?
JB: No, pos de allí, pues no era más que nosotros, el señor, esos dos, uno era de… Este Cipriano era muy bueno pa piscar, piscaba quinientas libras, ese era de aquí de Torreón. Y Jesús pos yo creo que también de ahí. Y esos son los que tenía trabajadores el viejo ahí y luego el señor don Vicente y don Toribio, nomás que don Toribio en esos, en esas temporaditas se jue pa Texas, ya no quiso estar ahí.
LM: Y el sábado que les pagaban, algunos de los compañeros, ¿qué hacían?
JB: No, pos nos estábamos, a veces que hasta en la nochecita íbamos a la marqueta, a traer que comer.
LM: ¿Había algunos que se echaban algún traguito?
JB: No, esa vez ahí no, muy seria la gente, muy seria la gente. Que sí les gustaba, sí pero ahí no. Yo no me di cuenta, ¿pa qué le voy a decir lo que no es?
LM: Y la gente ahí en los pueblos, ¿cómo los trataban?
JB: A nojostros, no, pos no tuvimos que decir de la gente allá nada, nojotros entrábamos a las tiendas, comprábamos lo que podíamos y pa atrás.
LM: Y, ¿asunto arreglado?
JB: Sí.
LM: ¿No le tocó ningún incidente desagradable?
JB: No, no, gracias a Dios que no, todo bien.
LM: Cuando se terminó su contrato, ¿a dónde se fue?
JB: Mire, de ahí, porque salí yo un poco disgustado con un[os] compañeros que estaban allá, porque íbamos por el field. Y yo le ganaba a la pisca, yo piscaba más que él, a piscarlos. Entonces íbamos piscando y quedaban dos surcos últimos, entonces saqué yo los míos y le di la vuelta a los otros, a los otros surcos. Y ya me dijo: “Déjame esos surcos, porque esos surcos son míos”. Y le dije: “Pero toda [todavía] no sacas los que traes y este ya los estás peleando. No señor”, le dije, “pos son…
LM: Claro.
JB: “No, que si no me los dejas, te va llevar esto y lo otro”. “Pero mira, mira si yo también tengo con qué responderte”. “Pero no igual”. “Eso sí, no te sé decir”, le dije, “pero los dos tenemos con qué”. Y cuando eso me dijo, Dios lo ayuda a uno. Estaban un pedazo de raíces de mezquite grueso, le di vuelta y lo eché a la saca, pos al rato ahí va: “¿Me vas a dejar los surcos, o qué?”. “¿Por qué te los voy a dejar?, si ta [todavía] no sacas los que traes”. “Me los dejas o te lleva esto y lo otro”. Pos sabrá Dios a cuál, entonces eso hice, saco yo el leño y él traía un palito así en la mano, de algodón. “No, no”, dice, “pos entonces lo vamos a dejar pa cuando estemos los dos parejos”. “Cuando tú quieras”. Entonces ya otro día en la noche, otro día le dije al patrón: “Ya me voy, ya”.
LM: Ya no sé…
JB: Yo andaba muy bien, y luego me salió con aquella cosa dije al rato va a salir con otra. Y antes de que otra cosa mejor me fui ya, ya el contrato ya se había cumplido, andábamos en la pisca con un cuñado del patrón.
LM: Y, ¿a dónde se fue?
JB: Al [El] Paso.
LM: Al El Paso.
JB: Ahí me echaron al [El] Paso.
LM: Y, ¿cómo se fue?
JB: Ahi nos llevaron en un camión.
LM: ¿El patrón le daba…?
JB: Sí, el patrón tenía la concesión de pagar el pasaje hasta la frontera. Allí de ahí, ya nos echaban del puente pa juera entonces ya va… Ya era de nuestra cuenta.
LM: ¿Ahorró usted algo de dinero cuando estuvo allá?
JB: No, pos era muy poquito.
LM: Más bien lo que mandaba.
JB: Más bien, en comer y mándales cualquier cosita allá a la gente mía de… Y cuando me fui yo compré un veliz bien bueno y llevaba, les llevaba algo de ropa, pa mí y pa mi familia, pa mi señora, a mi papá que todavía vivía.
LM: Y, ¿se regresó usted hasta Canelas?
JB: A acá en el rancho donde estaba, porque ya me estaba yo acá.
LM: Ah, okay.
JB: En ese rancho de San Francisco.
LM: ¿Cuántas veces se contrató usted, don José?
JB: Mire, el [19]50, a fines del [19]50, en septiembre, era cuando eran las contrataciones y ya me contraté otra vez, que me tocó en Pecos, Pecos, Texas. En la misma pisca de algodón, pero entonces ya nos tocó la contratación acá en Chihuahua, había en Chihuahua. Entonces en esa vez, pos nos venimos también de allá de la lista de Canelas, porque yo iba y me enlistaba allá. Y otros paisanos de acá también iban porque en Topia el presidente municipal no quiso darles listas, no quería que se viniera la gente. “Vamos a Canelas, allá hay una lista y…
LM: ¿Qué tan lejos está Canelas de Topia?
JB: Está cerquitas, a pie, hace uno tres horas.
LM: Bueno, pos está bien.
JB: En el avión ahí, pos hay como cinco, diez minutos.
LM: Pos sí.
JB: Está cercas, con el viento, pos la agarra cortito.
LM: Entonces ustedes se iban a Canelas.
JB: Y de ahí nos veníamos.
LM: ¿Tenían que venir a Durango otra vez?
JB: Sí, venir aquí.
LM: Sacar la lista aquí.
JB: Sí, traíamos la lista de allá. Únicamente que allá nos dijeron, dice: “Ahora la contratación está en Chihuahua, allá tienen que ir, llévense su lista”. Ya como veníamos enlistados de allá, de la presidencia, todos los que veníamos de allá, pos ya íbamos con nuestra lista.
LM: Y, ¿fue otra vez el proceso de…?
JB: Otra vez.
LM: ¿Las revisiones médicas?
JB: ¡Ándele! Sí. Entonces ya no[s] lo hicieron y ya acá en, allá adentro, adentro ya de…
LM: Y, ¿ya para ese…?
JB: Ahí desde el río.
LM: Para ese entonces, ¿usted ya tenía alguna identificación de que había trabajado?
JB: No, no señor, no.
LM: ¿Como si no hubiera ido?
JB: No, nunca hubiera ido, pos sí nos daban el contrato, sí, el papel, pero ese lo dejábamos allá y si íbamos otra vez, nos daban otro contrato, cuando íbamos con otro patrón.
LM: Y, ¿de Chihuahua otra vez al El Paso?
JB: Otra vez.
LM: ¿Usted cruzó en El Paso?
JB: Sí señor, ahí por El Paso, Texas.
LM: ¿Y ahí llegaban a un centro?
JB: Había un centro, entonces, ahí nos revisaban y vámonos.
LM: Y ya los mandaban a donde iban.
JB: Sí señor, sí.
LM: Y, ¿en qué los mandaban?
JB: Mire, en la primera vez que nos tocó en Nuevo México en un tráiler. En el segundo año pos también nos llevaron en un tráiler, nomás que ya cuando nos echaron pa acá pa Ciudad Juárez, en camión.
LM: ¿Entonces trabajó en el algodón también allí?
JB: También.
LM: ¿En Pecos?
JB: En Pecos, Texas, sí.
LM: ¿Cuánto tiempo trabajó allí?
JB: Ahí trabajamos, entramos en septiembre, entonces trabajamos, octubre, noviembre, diciembre y enero y parte de febrero, unos días de febrero. Entonces nomás dos estábamos ya, de allá de Canelas, dos compañeros. Entonces ya de ahí, le dije yo, se llamaba, se llama Rosario Bueno, le digo: “Vamos ya, esta la pisca ya… Ganábamos muy poco.
LM: ¿Cuánto les pagaban?, ¿igual?
JB: Pos igual, pero como era puro algodón pima, es un… Las bolitas, es pura motita así, chiquita, esa tiene tres gajitos. Nomás que ese algodón pima, pos pesa mucho ese algodón, pero entera, la pura bolita, andábamos cortando.
LM: Y en aquellos años que usted se iba, ¿cómo estaba la situación acá en México?
JB: [Es]taba durito, nomás que no estaba como ahora, andaba uno más libre, por esto, porque no había la siembras esas de hierba, ahí por la sierra ni allá y ahora, ora está muy difícil, pos esta peligroso. Agarraba un camino para ir a un rancho porque pos tienen sus siembras y luego ya dicen: “No”, dicen, “pos este va, nos va a denunciar”. Ora si lleva uno, una bestia buena y su montura buena y su cobija buena y algún peso en la bolsa ya lo encuentran los federales, allí lo esculcan, lo encuentra ahí la [Policía] Judicial y, y luego pos: “Este es comprador, usted es comprador”. Sí, está dura la cosa.
LM: Bueno, vamos a regresarnos otra vez a Pecos, ¿verdad? Trabajó ahí como…
JB: Ahí trabajé.
LM: Cuatro meses, y, ¿le tocó el frío, qué tanto frío hacía?
JB: Ande, allí sí hacía mucho frío.
LM: ¿No estaba acostumbrado al frío?
JB: No, pos ta uno acostumbrado ya porque también allá hace frío, el tiempo que hace frío pero ahí tirábamos la agua y en un ratito ahí en las barracas se cuajaba. Ahora hubo unos días que no podíamos salir a trabajar, porque hacía un viento mucho muy duro y un polvaderon, que no se miraba a unos cien metros, no distinguía usted la gente.
LM: Oiga y como, ¿les daban chamarras?
JB: No, pos esas las comprábamos nosotros, los que podíamos.
LM: ¿El patrón no les daba?
JB: No, no, no, el patrón no, pa abrigamos como podíamos pues teníamos que comprar nojotros.
LM: ¿Nunca se enfermó usted allá?
JB: Allá nunca, gracias a Dios que no. Posible que le pegue uno por ahí la gripita y eso pero, otras enfermedades no, gracias a Dios que no.
LM: ¿Le tocó ver a uno de los compañeros de ahí que se enfermara?
JB: No, tampoco.
LM: ¿Había médico ahí en el rancho?
JB: No, no teníamos médico allí, era como estaba muy lejos ahí, pos del rancho pos estaba más, más sano.
LM: Claro, ¿alguna vez le tocó ver alguna autoridad americana o mexicana que fueran a revisar?
JB: No, no señor, nada, nada, nada. Allí en Pecos jue una vez un aviador que había andado, decían que había andado en la guerra, en la guerra pasada y llevaba un avioncito amarillo. Y ahí nos subianos [subíamos], creo que cinco minutos o tres minutos, pero le pagábamos me parece que $2 dólares y ya nos subía derecho pa arriba, pa arriba, pa arriba, hasta se veía la gente muy chiquita y luego va pa abajo.
LM: ¿Eso dónde fue?
JB: En Pecos, sí, ahí me tocó subirme al avión allí.
LM: ¿De diversión nomás?
JB: De diversión nomás así.
LM: Mire.
JB: Otro compañero, se subió al avión y se bajó muy descontrolado, echando disparates, dice: “Ya no me voy a subir en otra garra de avión”, dice. Porque se bajó todo mareado.
LM: ¿Qué pensaba usted de cuando estaba allá? La primera vez que fue, ¿cómo se imaginaba que iba a ser Estados Unidos?
JB: No, pos fíjese que a veces le salen a uno los sueños. Yo antes de ir a Estados Unidos me soñaba, me soñé en unos pueblos muy bonitos, pero sí no sabía dónde, pero muy bonitos y que me va tocando y pos aquí me, aquí me salió en sueño.
LM: ¿Qué veía de diferencia muy grande?
JB: No, muy grande, que muy bonito aquello, se veía mucha gente, entonces ya, ya que me contraté. Pos dije ya, pos, pos aquí no conocía yo aquí Durango y luego Chihuahua, es muy bonito y luego Cuidad Juárez y luego ya pasar pal otro lado, pos otro ambiente.
LM: Mire, cuénteme, a ver, vamos a ver, ¿esa fue la segunda que fue?
JB: Sí señor.
LM: ¿Cuántas veces fue?, ¿cuántas se contrató?
JB: Otra vez el [19]56, me contraté en Empalme, Sonora.
LM: Empalme.
JB: Sí y como no íbamos enlistados, no iba yo enlistado en ninguna lista, ahí ya me junté con otro compañero, paisano de allá del terri(??) y otros de acá de, acá de, ¿cómo se llama?, ¿cómo se llama este pueblo? Hombre, onde era Lázaro Cárdenas.
LM: ¿Qué será?, ¿Michoacán?
JB: En Michoacán, se llamaba Lucio Murillo.
LM: Y, ¿de qué dependía que a veces era en Chihuahua y a veces era en Sonora?
JB: Es que las contrataciones, por ejemplo, pa levantar el pueblo, que se levantara más el pueblo, como allá en Empalme estaba muy fregado. Entonces, echaron su contratación allá porque entonces toditita aquella gente que iba, pos tenía que hacer gastos allí.
LM: Exacto.
JB: Tenían que hacer gastos y tiene que dejar ahí su lanita.
LM: Y, ¿cuánto duró ahí en Empalme?
JB: Ahí a, ahí en Empalme, llegué yo muy fregado de dinero, luego me jui a… Antes que se me acabara aquello, comencé a trabajar ahí con un amigo a cortar algodón, ya que fui este y me conocí con este Lucio y el otro compañero estaba en otro rancho, pos ya nos acoplamos ahí. Entonces juimos a ganar una carta pa contratarnos porque íbamos sueltos a Hermosillo, de la capital de ahí de Hermosillo al rancho onde juimos, onde juimos a la pisca, pa ganar la carta, eran ciento treinta kilómetros, estaba retiradito.
LM: Claro.
JB: No, pos trabajábamos ahí a gusto, el patrón nos trató muy bien.
LM: Nomás mientras consiguió el…
JB: Sí, íbamos tantos días, como tres semanas, teníamos que trabajar allá y nos dijo el patrón: “Miren, quiero que me ayuden otros dos, tres días”, dice, “porque la gente que viene a ayudarme no ha llegado”, dice, ”porque va a venir otra gente”.
LM: ¿Cómo se portaban los patrones, bien?
JB: No, bien, ¿pa qué le voy a decir que? Bien con nosotros, al decirnos que nos quedáramos otros días, de que necesitaba el trabajo, ya nomás llegó la gente y, y vámonos.
LM: Y, ¿dónde cruzó otra vez la frontera?
JB: Entonces, esa [vez] nos cruzamos acá por Mexicali.
LM: Por Mexicali.
JB: Por Mexicali, sí.
LM: ¿Ya no fue en El Paso?
JB: Ya no, ya, ahí entonces ya nos tocó, ahí en el Valle Imperial.
LM: Ahí cuando cruzó Mexicali, ¿llegó otra vez a un centro de recepción?
JB: Sí, allí a Caléxico.
LM: ¿Ahí en Caléxico?
JB: Ahí en Caléxico, sí.
LM: Y, ¿notaba usted que había diferencia entre Texas y California o era igual?
JB: No, pos no, pos hubo una diferencia muy grande, sí.
LM: ¿Cuál fue?
JB: Porque acá, a onde nos mandaron ahí onde estábamos, ahí Calipatria un pueblito que, pos estaba muy malo, ganábamos muy poquito, ganar hasta $6 dólares por semana.
LM: ¿En dónde?
JB: En Calipatria, California.
LM: En Calipatria, ¿ganaban menos?
JB: No, ¡menos! Porque quitaban el algodonon, pero grandísimo. Y lo andábamos abriendo y piscarle una que otra mota, hay veces que nos hallábamos los nidos de las ratas y aquello, pos nos ayudaba más y va pa dentro de la saca.
LM: Y, ¿era trabajo a mano, todo?
JB: A mano, a mano.
LM: ¿No había tractores, no había…?
JB: No, ahí en ese entonces no, era a mano todo aquello, se acabó aquello, entonces ya me llevaban a La Asociación y ahí ya nos juimos con otros, entonces ya nos pusieron…
LM: Ahí en esa asociación, ¿qué hacían? Cuénteme.
JB: No, pos es La Asociación, pos ahí iban los patrones que necesitaba gente, ya nos mandaban allá.
LM: O sea que ustedes cruzaban y los mandaban ahí a La Asociación.
JB: Sí, era el mismo, como ahí en el mismo, ahí pos es el mismo, la misma área allí, se quedaban en una parte y unos se iban ahí a La Asociación, ya, ya nos necesitaba otro patrón, ya nos íbamos con aquel, así.
LM: Ah mire, qué bien.
JB: Así estuvo, anduve yo allí deste… Sí, cortando lechuga y estaba muy remojado, llevaba unos zapatos güenos [buenos] yo y allí se acabaron entre el zoquete.
LM: ¿Cómo era el corte de lechuga, cómo es?
JB: Mire, es, la lechuga esta es grande. Entonces le dan a uno un cuchillo y hay que meterla a que corte el corte parejito, parejito. Entonces y no que lleve mucha hoja, ¿eh? Y irla poniendo ahí alineada en el surco pa que ahí la agarren el que va empacándola.
LM: ¿Qué tan grande era el rancho ese en donde trabajaba en la lechuga?
JB: Pos no, no estaba muy grande, porque desde allí se acabó aquello y había otro field ahí cerquita que habíamos, que habíamos, habían unos compañeros de, estábamos en la misma barraca nomás que ellos tenían otro patrón y nosotros otro. Y había unos plantíos de haba, pero grandes las matotas, unos ejototes asina mira, no le miento. Entonces yo les decía a ellos, ellos eran de Guerrero algunos: “Pero hombre, ustedes venir desde allá tan relejos, pa venir hacer aquí como los burros, navegar la carga en el lomo”. Platicando ahí con ellos, ¿verdad?
LM: Claro.
JB: Pos se acabó allí conmigo en la lechuga y me cambian con ellos otra vez ahí onde andaba, entonces el mayordomo y ellos pos ya me acababan a mí. “Pero mira venir tu de tan lejos a venir a cargar la carga aquí”. (risas)
LM: Oiga y de La Migración, ¿qué?
JB: ¿Qué? No, esos nunca vimos.
LM: ¿Nunca vio nada?
JB: Nada, nada de La Migración, pasábamos allí y ya iba el cónsul y ya nos decía: “Cuando ustedes manden su dinero, mándenlo en esta forma, para que no se les pierda su dinero”.
LM: ¿En dónde les dijo eso?
JB: Ahí en El Paso.
LM: Fue la única autoridad de México que vieron.
JB: Sí esa, el cónsul nos aconsejó: “Cuando ustedes manden su dinero, manden el cheque, en el banco fulano pa que no se les extravíe”. Y así lo hacíamos.
LM: ¿Sí había uno que otro que se perdía?
JB: No, ahí nunca, nunca.
LM: ¿Siempre le pagaron bien su cheque? Bueno, le pagaban con efectivo, ¿siempre le pagaron completo sus horas?
JB: No, sí, todo, todo lo que ganábamos, lo que alcanzaba uno a ganar, eso.
LM: ¿No le quedaban a deber?
JB: No señor, nada, ¿pa qué vamos a decir lo que no es?
LM: Claro.
JB: Hasta eso, allí en Pecos el patrón se llamaba Pablo y creo que trabajaba en La Migración y algunos ahí que estaban ahí le hicieron un relajo y pos él se disgustó, no sé qué les dijo ahí en ese entonces. Y todavía nosotros cuando ya nos salimos de ahí, cuando nos íbamos a venir. Dice: “Yo al año que viene aquí los espero, yo quiero, los quiero a ustedes de vuelta aquí”. Pero ya nos tocó en otra parte, ya, y ya no, ya no hubo.
LM: Ah, okay, ¿entonces cuántas horas más o menos trabajaba ahí por día?
JB: Oiga, pos trabajábamos como unas diez, doce horas.
LM: Diez, doce horas, ¿siempre?
JB: Siempre, sí.
LM: Ya sea en la lechuga, en el algodón.
JB: Mire, en la lechuga cuando estuve yo allá en… Que porque de allí a Valle Imperial, me cambiaron para Salinas, California, que es donde traigo el contrato y la carta que vio, y el otro papel que vio, usted se entero, de allá.
LM: Y allá en Salinas, ¿qué hacía?
JB: Allá donde el desahije de lechuga y de broquel [brócoli]. Se vino, se acabó el desahije, se acabó el desahije de lechuga, vamos al de broquel, ya se ponía la lechuga ya en punto de cortarla, porque también nos llevaban a hacer limpia, a limpiar, quitar la yerba de la lechuga, también.
LM: ¿Cómo la quitaban?
JB: llevaba uno un azadón, así un azadoncito y luego hallábamos la yerba pos la arrancábamos o le dábamos un azadonazo y así.
LM: Entonces ya cuando ya estaba la lechuga ya al corte, pos a cortar la lechuga.
JB: Entonces se enseña uno a cortar la lechuga y ya me dijo el patrón, el mayordomo: “Oye, Blanco, Blanco, vente, vente tú a empacar lechuga”, dice, “ahí te van a decir cómo la empaques”. “Ta bueno”. Entonces ya después, entraba otro, otros trabajadores nuevos y ya me decía el mayordomo, dice: “Anda dile a aquel, a tu hermano”, porque así le decían a uno, “a tú hermano a ver cómo es el desahije”. Como les dices tú cómo es desahije. Y que cuando la lechuga, empaque de lechuga: “Anda dile a aquel cómo se empaca, dile tú cómo se empaca”.
LM: ¿Entonces usted les enseñaba a los que no sabían?
JB: A los que no sabían.
LM: Ah okay, qué bueno.
JB: Y luego hay unas lechugotas muy grandes, grandotas, a las cajas les cabían veinticuatro lechugas, de esas regular, pero había otra lechuga más chiquita que esa le cabían treinta en la caja. Pero como está la lechuga grandota, le echábamos dieciocho lechugas nomás. Y luego había, ya me decía Hilario, el mayordomo: “Mira, anda dile cómo se empaca la lechuga, de esas de dieciocho, porque era más trabajosa”.
LM: ¿Tuvo usted oportunidad de conocer al patrón?
JB: Los mayordomos, pero los patrones no, bueno un día en la tarde, serían los patrones o no serían, andaba yo en el desahije, entonces en el desahije hay que dejar, son ocho pulgadas. Cada ocho pulgadas hay que dejar una mata y sola. Una matita sola, nomás.
LM: Explíqueme cómo es el desahije para los que no sabemos.
JB: Mire, son unos surcos así anchos, entonces le mete una cosa para ablandarle aquí en el medio. Entonces en el surco, pos esta tupido así de lechuga, entonces ahí cada azadonazo hay que dejar una lechuga, si están dos, hay que dejar…Arrancarlas.
LM: Saca una y deja el espacio.
JB: Y deja la otra sí, porque si dos están muy lejos, a veces que el mayordomo: “Ey van pa acá, ven, aquí dejaste una cuata”.
LM: Y, ¿eso se hace cuando está muy chiquita la planta?
JB: Sí, está, por aquí asina, chiquita la planta así. Entonces esa no es batallosa porque va uno jalando sola, casi se va cortando la que va cayendo, ese es muy fácil pa desahijar.
LM: Entonces ya los surcos cuando los ve uno ya con todas las plantas…
JB: Es porque, ándele sí.
LM: Acomodaditas.
JB: Bien, bien, bien.
LM: Es que ya…
JB: Y luego le dan, de darle una escarbada así en el medio del surco. Bien y queda muy blandito pal desahije.
LM: Okay y cuénteme a ver, qué pasó con el patrón, ese día que estaba usted ahí en el desahije.
JB: Ah, iba yo, me adelanté de la cuadrilla, en partes dejaba yo pos unos pedazotes grandes así sin mata, dejaba una mata aquí y la otra por acá, iban los señores, pos me sosprendieron [sorprendieron] porque me dijeron: “Ey, ey tú, poco tiempo, tú no dejas ni una mata”. Y no levanto la cabeza y: “Oh, no, no, no ta bueno, okay, okay”. Dijo que dejaba unos pedazos asina sin, sin mata, dejaba una aquí y otra acá y dejaba un pedazo grande allí, dice: “Oh, poco tiempo tú no vas a dejar ni una mata”. (risas)
LM: ¿Aprendió usted algo de inglés?
JB: No, sí estaba aprendiendo pero se le olvida a uno.
LM: ¿Pero de todos modos no hablaba español ahí?
JB: No, cómo no, pos ahí puro español. Pos como, el mayordomo pos hablaba el español como nosotros, él le tomaba su nombre ahora en la mañana, en la mañana y en la tarde le hablaba por su apelativo. Nomás una vez creo, había veces que se le olvidaba, ¿no? Y le preguntaba: “Oye, oye dime, ¿cómo te llamas?”. Y ya, pero una memoria pero…
LM: ¿Era americano o era mexicano?
JB: Filipino, muy bien se portó, porque se acabó, cuando llovió mucho en mayo. Se acabó, se fregó la lechuga, se amoló la lechuga.
LM: La lechuga, ¿de qué mes a qué mes es cuando se da?
JB: Pos la lechuga la comienza uno a cortar por ahí como en abril, porque la siembran en esos de, de estos, de estos meses, en febrero. Ya en marzo, ya hay desahije, hay que irla a desahijar, ya en abril pos ya hay corte, ya hay que cortarla.
LM: ¿Veía usted diferencia entre las barracas donde dormía en Texas a las que donde dormía en California?
JB: ¡Ah! No pos sí, porque allá cuando me tocó en Salinas, nos tocó estar en un hotel viejo que ya, que ya hace mucho… Ya estábamos más abrigados allí, más a gusto, hay veces que entraba el mayordomo.
LM: ¿Era un hotel?
JB: Un hotel viejo y ahí estábamos mucha gente. Entonces ya llegaba a mi cuarto donde yo estaba dormido y ya me decía Hilario, el filipino: “Blanco, Blanco, ¡ándale!, ¡ándale! A trabajar, trabajar, súbete a la troca”. Pos ya me subía yo.
LM: ¿A qué horas empezaba el trabajo ahí?
JB: No, pos temprano, tempranito, pero a veces como se cochinió la lechuga, sacaba unos cuantitos a hacer algo, otros trabajitos y ganábamos poquito pero pagábamos el lonche.
LM: Okay, ¿cuánto les cobraban por el lonche?
JB: Nos cobraban, nos cobraban $1.70.
LM: Uno setenta.
JB: Uno setenta diarios.
LM: ¿Ahí quién lo preparaba?
JB: Ahí tenían cocineros y tenían allá su departamento pa onde ir a comer.
LM: Y, ¿qué les hacían de comer?
JB: No, pos ahí nos hacían pos frijolitos y así cosas de carne o algo, también todo.
LM: ¿Tortillas?
JB: Y tortillas sí y pan, nos daban una barra de pan pa tres, no, bien a gusto. Café, nos daba café a medio día, en la mañana, pos nos daban café.
LM: ¿Cuántas veces comían al día?
JB: Tres veces.
LM: ¿Igual que aquí en México?
JB: Igual, sí, en la mañana que nos íbamos, almorzábamos, a medio día nos llevaban comida allá, allá al, allá a la…
LM: ¿Al campo?
JB: Al campo, sí.
LM: ¿Ahí ya, y cuánto les daban pa comer ahí?
JB: No, pos una…
LM: Por ahí nomás se echaban.
JB: Una media hora, dos, una hora lo más. Sí y luego luego a trabajar.
M Y, ¿regresaban ya con el sol?
JB: Ya, había una vez, nos sacaron, estaba la mañana oscurita, nos juimos y apenas veíamos ahí lo que andábamos haciendo, pues esa vez trabajamos catorce horas.
LM: Catorce horas.
JB: Catorce horas, en la tarde que íbamos bien… Yo esta hinchado de aquí de las manos, de la lechuga, porque yo andaba cortando lechuga y luego otros, unos trabajadores que habían ido nuevos. Les dijo, oi yo que le dijo uno al otro: “Vieras cómo ando cansado”. Bueno yo pensé, eso dicen ustedes, yo qué no diré, (risas) cómo andaría también.
LM: ¿No se veía gente que no fuera mexicana en los campos, o sea, americanos trabajando?
JB: Ahí en ese entonces no, pero ya después, como… Me cambiaron con otros patrones y ya iban. Como allí en Salinas, en mero Salinas, andaba un negro, ese sí aguantó, pero: “Ándale, ándale parna a comer”. “No, no gustei, no gustei”. No le gustaba la comida. “Ta bueno, no coma”.
LM: Y, ¿qué hacía él?
JB: Ahí se estaba sentado como enojado, ya pa allá pos quién sabe qué haría después.
LM: ¿Alguna vez tuvo algún problema, así muy serio salvo ese que se peleó, que se disgustó con el amigo?
JB: No, no, pos eso fue en Nuevo México y ya después, después que nos vimos ya me pidió disculpas y que esto le dije: “Pero tú tuviste la culpa, tú tuviste la culpa”.
LM: Discriminación, ¿sintió usted alguna vez algo de discriminación?
JB: No, pos esa vez que me quiso, que me quiso pues cortar, a quererme quitar aquello, aquella cosa a fuerzas. Que es una discriminación, ir a quitarle a otro a fuerzas lo que anda haciendo, ¿verdad?
LM: Sí, ¿pero de los patrones o de los mayordomos a los mexicanos?
JB: No, no, nunca, nunca.
LM: Qué bueno.
JB: Porque hubo ahí en Salinas unos mayordomos, uno se llamaba Pablo y otro Eligio Pardo también, no, muy a gusto con ellos, muy a gusto.
LM: ¿Le tocó alguna vez estar por allá en época de Semana Santa?
JB: Por en esos años, allí la Semana Santa allá no, allá no hay que, que ora es Semana Santa, que no vamos a ir a trabajar, ahí todos los días allí, que días de fiesta, pos a trabajarlos.
LM: ¿No había?
JB: No había nada que: “Que ahora no van a ir porque es día de fiesta”. No.
LM: Y, ¿en Navidad, alguna vez?
JB: No, pos trabajábamos, día de Navidad y ya nos daban, a veces nos daban algún regalito, sí, ya le digo.
LM: Muy bien, entonces, ¿de qué años a qué años podemos decir que trabajó usted allá en…?
JB: Mire, esa vez en Salinas trabajé, entré en octubre del [19]56. Entonces allá en el Valle Imperial, ahí trabajé hasta como el día 12 de marzo, y de ahí nos cambiaron para allá, de eso sí me acuerdo que era un día 12, nos cambiaron pa Salinas. Y de allá pasé todo ese año y al siguiente año, de que ya, ahora si jue todo el [19] 57, lo agarré casi allá porque el [19]57 en marzo nos cambiaron para allá, y trabajé todo el [19]57 y el [19]58 hasta como el día 10 de abril.
LM: Entonces fue [19]56, [19]57, [19]58.
JB: Una parte del [19]58 y del [19]56 agarré unos, de octubre, noviembre y diciembre. Hasta en marzo, anduve trabajando y de ahí me cambiaron pa Salinas.
LM: ¿En alguna ocasión de cuando se le terminaba su contrato le dijeron que se quedara, que se quedara a vivir?
JB: No, esa vez no, no señor, se cumplían sí, nos renovaban el contrato por seis meses, entonces cada seis meses nos llevaban a renovar otro contrato.
LM: ¿Ahí a La Asociación?
JB: Ahí a La Asociación, sí.
LM: ¿Ya no salían hasta…?
JB: Ya no, no, ahí mismo en La Asociación, ahí nos renovaban el contrato ya última hora me dijo el patrón porque ya no, de allá de Salinas me cambiaron a otro pueblito llamado González. Allá pura pisca de broquel y allí anduve en el desahije también de betabel, ese no me gustó.
LM: ¿Cómo es ese desahije de betabel?
JB: El de betabel, pos está así tupido también y nos daban un azadoncito de cinco pulgadas y cada azadonazo dejar una sola mata y ese estaba más duro pa sacar la otra mata y estaban los surcos mucho muy largos.
LM: Y, ¿ese a cómo lo pagaban?
JB: No, pos ahí nos pagaban no crea que muy bien, muy bara.
LM: ¿Por día o por…?
JB: Por hora, pero me parece que era a $0.72 centavos la hora, $0.75 a lo más.
LM: ¿Había gente que no fuera bracero, ilegales trabajando?
JB: No, ahí no había ilegales onde andábamos, ahí no, ahí no ocupaban ilegales porque andábamos puros contratados ahí. Entraban ilegales pos iban para allá a otro lugar, porque allí no ocupaban de esos.
LM: Mire qué bien, ¿nunca le dio la idea o sintió que se podía quedar a vivir allá? ¿Que pensaba?
JB: No, mire, yo nunca pensé eso, nunca porque entonces vivían mis papás, yo tenía mi familia acá. Y yo tenía, pos que venir a verlos, a ver a mi señora y a mis hijos y a mi papá, porque mi papá pos de esa edad, como le digo que tenía, tano [todavía no] tenía yo ocho años cuando mi mamá y mi papá, que en paz descansen los dos, se desafiaron. Y éramos cinco hermanos de padre y madre, entonces yo me fui con él, yo lo quería mucho a él y me fui con él. Y allá nos juimos pa Canelas y hasta que ya, ya crecí yo, ya me amparé ya.
LM: Después de haber trabajado como bracero, ya cuando regresó, cuénteme cómo fue la vida después de haber estado allá que regresó y que ya no fue.
JB: Mire, estuvo durita mi situación porque jueron muchos mis hijos, mi señora tuvo catorce hijos. Nomás que uno ya, uno se nos fue, me lo atrasaron, pero jueron catorce hijos. Entonces yo trabajaba mucho en el rancho, pa hacer, hacer la siembra y desde muy tempranito hasta ya que se metía el sol, a trabajar a lo negro. Ya se puso un aserradero ahí en Torranci(??) y al aserradero, yo anduve sacando trozos a gancho y cargarlos a gancho a los camiones, mucho muy duro, haciendo mucha fuerza.
LM: ¿Pensó usted en regresar a trabajar a Estados Unidos?
JB: Pos ya nomás hasta ahí, nomás pos ya el último año que yo vine yo aquí el [19]61 a la contratación, pero ya no alcanzamos. Y ya y ya, ya no, ya no regresé, ya no, a trabajar nomás allá en el monte, en el rancho, sí. Yo estuve con un patrón que le digo que éramos familiares, él tenía muchas mulas estaba bien acomodado él. Trabajé con él hasta que él falleció. Yo navegué, yo, yo jui arriero, arrié mucho las mulas, vine muchas veces a Tepehuanes a levantar carga, llevábamos cerveza, ardos de ropa muy pesados, pa las tiendas, cajas de jabón, todo eso acarreábamos de Tepehuanes para allá.
LM: ¿Entonces a usted no se le cerró el mundo con el trabajo?
JB: No, no, es que tiene que buscarle uno a la vida.
LM: Claro. Y, bueno, vamos a hablar un poquito ya de lo que es, ya para finalizar, ¿qué siente usted al escuchar el término bracero?
JB: No, pos como yo jui bracero, pos me da un gusto y una estimación de la gente también que estuvo por allá porque eso es otro ambiente, es cuando conoce uno más como luego dicen, el mundo, como está por otras partes.
LM: Claro, ¿le da orgullo?
JB: Sí, un orgullo que, que yo también estuve allá y que anduve en otras tierras.
LM: Que conoció y conoció.
JB: Que así, ahí conoce uno mucho.
LM: ¿Cuántos estados fueron los que conoció?
JB: Mire, yo conocí en California, conocí Nuevo México, bueno ahí donde estuve, porque los estados pos están grandes, ¿verdad? Pero ahí en el pueblo que íbamos Artista [Artesia], Nuevo México, cuando estuve en Pecos, pos Pecos. Pero estuve en otra parte que eso no, no me convino porque yo me deserté de ahí, estuve en Arkansas también.
LM: En Arkansas.
JB: Y de ahí me deserté yo. Pero eso no me conviene decirlo aquí, porque...
LM: No, no, está bien.
JB: A usted sí le estoy diciendo.
LM: No, le agradezco que…
JB: Porque yo anduve navegando mucho, conocí este Illinois. Conocí Chicago, cuatro veces fui yo a Chicago.
LM: Y, ¿en qué trabajó por ahí en Chicago?
JB: En Chicago no, trabajaba yo en Joliet, Illinois. Pero ya de alambre, ya no contratado.
LM: ¿Cuántas veces cruzó de alambre?
JB: De alambre crucé dos veces, no, otras veces porque iba acá pa Los Ángeles ahí con mis hijos y había que pasar la, porque no llevaba pasaporte, había que pasar…
LM: ¿Sus hijos viven en Estados Unidos?
JB: Vive uno, uno, tengo una hija en Los Ángeles, tengo otra hija en Las Vegas, Nevada. Ahí en octubre estuve allá con ella, allí las visité porque yo arreglé pasaporte. Acá en Colorado tengo otro hijo, allá estuve con él y allá en Dallas, Texas, tengo un hijo que él tiene muy buen trabajo, hace puras monturas, y muy bonitas monturas.
LM: Qué bien, me da…
JB: ¡Muy bonitas monturas! Y luego la señora es muy trabajadora y también pos ahí trabaja.
LM: O sea va, de repente regresa usted a pasearse.
JB: Oiga, pos orita pos quién sabe.
LM: Está bien, muy bien, sus recuerdos de haber trabajado como bracero.
JB: Pos todavía los tengo.
LM: ¿Son positivos o negativos?
B; No, positivos. Porque anduve, anduve yo en aquellas cosas. Y negativos, pos no, no los puedo negar porque yo anduve de bracero en la pisca de algodón, en la pisca de lechuga, con el corte de lechuga, en el corte de este de, de este de ejotes de haba también y haciendo limpias de lechua y de este, este el broquel, el broquel también lo corté. Ese lo pescaban en una canasta, tiene el aro de luminio [aluminio] y de lona así es que le echa uno, llena su canasta y lo vacía. A veces que andábamos, pero llueve y llueve pero fuerte, pero ahí nos daban equipo, pantalón de hule, botas de hule y luego su chamarra de hule, yo traía un gorrito de naylon aquí, pos yo nunca me mojé.
LM: El haber sido bracero, ¿cambió su vida de alguna manera?
JB: Pos sí, cuando estábamos por allá sí, sí, no, porque sí, de todas maneras aprende uno muchas cosas, y ya no está porque… Como luego decían: “No, pos yo estuve en tal parte y vine pero bien, bien aposesionado”. No, no, es que no, los trabajitos que nos daban no eran pa ganar tanto dinero, sí, sí teníamos sus ayuditas, cómo no, tenían sus ayudas unos, con aquello que le mandaban su familia.
LM: Claro.
JB: Qué bueno.
LM: Pos algún comentario final que quiera hacer, cuénteme alguna anécdota de lo que se le haya quedado más grabado.
JB: No, pos que le pueda decir, de los que anduvimos, como era en Empalme. Sufrimos mucho, ahí jue un sufrimiento.
(entrevista interrumpida)
LM: Continuamos con le entrevista con el señor José Guadalupe Blanco Ortega. Cuénteme don, cómo le sufrió en Empalme, Sonora.
JB: En Empalme sufrimos mucho, mucho, porque se nos acabó la lana, entonces mi amigo Lucho iba y conseguía algo, porque se les acababa primero y ahí siguieron con lo mío. Seguimos, se nos acabó entonces iba Lucio y conseguía unos $20 pesos, me daba la mitad, conseguía $10, ahí te van $5. Un día consiguió $5 pesos y me dijo: “Ora pos nomás esto conseguí, echarnos un vasito de leche y unos dos, tres platanitos en la mañana”. Y hasta el medio día íbamos al mercado de abastos, comprábamos unos dos tomates, porque éramos cuatro compañeros. Una cabeza de cebolla y un kilo y medio de tortillas y hacer un… Y luego chiles de esos amarillos, hacíamos un chilón bien bravo y así estuvimos. Yluego onde, onde dormíamos pagábamos $1 peso todos los días, todas las noches y un día que la señora dueña de ahí del cuarto donde vivíamos nos llevó una cazuela con frijol recién cociditos, pues ese día nos regalamos. (risas)
LM: Pos sí, ¡ese día fue día de fiesta!
JB: Fíjese nomás.
LM: ¿Cuántos días estuvo allí en Sonora?
JB: Ahí estuve varios días, fueron varios días, sí, varios días. Porque juimos a la contratación y como no íbamos enlistados acá se estuvieron muncho en nombrarnos con la carta hasta que allá andábamos uno, que platicamos y ya nos pegó un ayude, entonces ya nos, ya nos nombraron y ahí vamos, ya para irnos llegó mi suegro, y iba un muchacho de Tamazula. Y ahí mi suegro me dio y otro compañero de él me dio una feriecita y mi suegro me dio, me parece que $20 pesos. Entonces le dije a Lucio: “Ten ahí están $10, a ver que te echas”. Y luego la otra feriecita americana que me dio el otro compañero me la eché a la bolsa y en el camino en el tren cuando íbamos, nos haciamos tres lonches, pos lueguito nos los echamos y nos quedamos pos y yo veía a Juanito que, ¡ay!, se me hacía que iba con mucha hambre pobrecito. “Ten”, le saque una ferita, “ten, a ver que te echas ahí”. Porque lo veía yo que iba…
LM: Pero se ayudaban ustedes, el mexicano se ayudaba…
JB: Sí, le digo: “Mira, échate algo”. Yo lo veía que iba muy, muy jalao pobrecito, pero había que pasarnos al otro lado, allá a Brawley, pos ya nos, ahí nos examinaron todo, un examen y luego ya nos dieron de comer bien, pos ya, ya cambió, ya cambió allí la vida.
LM: ¿Ya cruzando ya les daban de comer?
JB: Ya, sí ya, sí, sí, pos ahora sí.
LM: Qué bueno.
JB: Pero sí.
LM: Y, ¿la experiencia más agradable que se acuerde?
JB: Pos eso, eso, eso…
LM: ¿La otra cara de la moneda?
JB: Eso hay de eso, porque sufrimos mucho.
LM: Qué bueno.
JB: Ey.
LM: Pues, don José, le agradezco mucho todo lo que nos ha compartido, sus experiencias. La verdad es que estamos muy agradecidos con usted porque nos haya dado la oportunidad.
JB: El agradecido, el agradecido soy yo con usted que al, que nunca nos habíamos visto y luego ya nos… Esta entrevista me da mucho gusto y haberlo conocido también a usted.
LM: Igualmente.
JB: Y estamos a sus órdenes.
LM: Muchas gracias.
JB: Y ahí en la Emiliano Zapata, por ahí yo creo usted ahí mi número de teléfono sí se lo di.
LM: Sí señor.
JB: Ahí estamos para servirle, ahí tiene una pobre, una pobre sombra.
LM: Igualmente, muchas gracias.
JB: Otra vez que se le ofrezca venir, nos habla, ahí estamos y me dice usted en tal parte y yo vengo y lo visito.
LM: Muchas gracias, igualmente.
JB: Sí señor, sí señor.
LM: Mucho gusto.
JB: El gusto ha sido mío. Y que Dios lo conserve mucho y que tenga muy buen año.
LM: Gracias, igualmente.
JB: Que tenga muy buen año y que Dios lo conserve con su familia, sus padres, que Dios les dé mucha vida y salud.
LM: Gracias, gracias don José.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 31 de enero de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano Martínez
LM: Buenas tardes don José Guadalupe.
JB: Buenas tardes, buenas tardes, licenciado.
LM: Primero que nada quiero que me platique, ¿dónde y cuándo nació usted?
JB: Le voy a decir como lo tengo en las credenciales. Yo nací en 1923. El día 12 de diciembre.
LM: ¿En dónde?
JB: En Canelas, Durango.
LM: Muy bien, hábleme un poquito de Canelas, ¿cómo es Canelas?
JB: Canelas es bonito, un pueblo chiquito pero es muy bonito, muy agradable.
LM: ¿En dónde está Canelas?
JB: Está por, saliendo de la Sierra Madre. Por una parte, ya baja, una cuesta abajo y ahí llega usted, allí el clima es muy bueno, muy agradable. Ahí se da café, guayaba, durazno, chabacano, manzana, plátano y caña. Melón, papaya también, naranja.
LM: ¿Es un lugar tropical?
JB: Lugar tropical muy bonito y café, de ese bueno.
LM: Muy bien.
JB: Sí, señor.
LM: Don José, cuénteme, ¿cómo se llama su papá?
JB: Él se llamaba Manuel Blanco Zaldívar.
LM: Y, ¿su mamá?
JB: Pomposa Ortega Núñez.
LM: Okay, ¿de dónde eran ellos?
JB: Eran originarios del Municipio de Topia. Sí señor.
LM: ¿A qué se dedicaba su papá?
JB: Al puro trabajo, puro trabajo, de jornalero, así es.
LM: ¿Cuántos hermanos tiene?
JB: Yo tengo, ora hasta ahorita tengo nueve. Nueve hermanos, semos nueve hermanos.
LM: Y, ¿usted qué es dentro de esos nueve?, ¿es el más chico, es el más grande?
JB: Yo soy el más grande.
LM: El más grande.
JB: Segundo, porque tengo una hermana mayor que yo, se llama Teresa y luego sigo yo.
LM: ¿Cuántos años tiene usted, don?
JB: Setenta y pos nueve años.
LM: Setenta y nueve, mire, qué bien. Cuénteme, ¿a qué se dedicaba usted junto con sus hermanos cuando estaban chicos?, ¿qué hacían?
JB: Mire, primeramente le voy a platicar, que yo fui solo, me crié con mi papá, le voy a platicar bien como fue la historia. Porque ellos se desafiaron y yo andaba en ocho años cuando me jui yo con mi papá y ahora después de grandes, me falta una hermana que no la conozco que vive en Ciudad Juárez, por allá está, esa no la conozco, los demás sí los conozco.
LM: Mire.
JB: Sí, señor.
LM: ¿Tenía usted ocho años cuándo se fue con su papá?
JB: Todavía no cumplía los ocho año cuando yo me jui con mi papá.
LM: ¿Fue a la escuela, don?
JB: Estuve muy poquito, hasta segundo año nomás.
LM: ¿Hasta segundo año?
JB: Sí, señor.
LM: ¿Allá en…?
JB: Allá en Canelas.
LM: Canelas.
JB: En Canelas, sí.
LM: ¿Aprendió a leer y a escribir?
JB: Pos poquito, poquito porque en segundo año, pos fíjese usted.
LM: Pues sí, pero, ¿sí sabe leer y escribir?
JB: Poquito, poquito.
LM: Muy bien, ¿alguno de sus hermanos fue bracero también?
JB: También, sí, cómo no.
LM: ¿Cuántos de ellos?
JB: Uno que sepa, Isidro, pero él ya murió. Ya falleció, pero él fue bracero.
LM: ¿Cuántos años tenía usted cuando empezó a trabajar? Antes de irse de… Digamos que de joven.
JB: Yo tenía doce años cuando comencé a trabajar.
LM: Y, ¿en qué trabajaba?
JB: Trabajaba arrimando ahí con una señora las vacas, ordeñar y los becerros, sí.
LM: Y, ¿le pagaban por ese trabajo?
JB: Pos ahí estaba como hijo.
LM: ¡Ah, okay!
JB: Ahí duré cerca de tres años hasta que ya, yo dije: “Yo ya”. Ya estaba yo más… Ya tenía quince años y dije, pos yo quería un sueldito. Pues me dije: “Por $0.50 centavos de la comida”. En entonces, que no podía en ese entonces, yo me fui a parar con unos amigos míos ahí, al corte de trigo con la hoz. Sí y corté eso.
LM: ¿Ahí mismo en Canelas?
JB: Allí mismo en Canelas.
LM: Y, ¿le pagaban ya en el corte de trigo?
JB: Me pagaban $0.50 centavos y la comida, eso ganaba yo.
LM: ¿Cuánto tiempo trabajó ahí, se acuerda?
JB: Trabajé dos años en eso, con ellos, sí, con ellos.
LM: ¿Todavía vivía con su papá?
JB: Todavía. Nada más que pos él trabajaba en otro negocio y yo en otro.
LM: Claro, sí, bueno, vamos a hablar un poquito de lo que fue su contratación, de las contrataciones.
JB: ¿Ah?
LM: ¿Cómo se enteró usted de que se podía ir a trabajar a Estados Unidos?
JB: Mire, yo ya cuando me enteré de eso, yo ya tenía a mi señora.
LM: ¿Ya estaba…?
JB: Y ya estaba una niña. Y ella ya pa tener otra, cuando yo me jui. Es que avisaban allá que iba a haber contrataciones, íbamos en… Nos salían en una lista en Canelas, y pos ya nos poníamos todos ya enlistados como unos diecisiete o veinte. Diecisiete o veinte compañeros nos veníamos, andando, por Camino Real.
LM: A ver, ¿en que año se casó usted?
JB: El [19]48.
LM: Y lo de las contrataciones, ¿qué año fue?
JB: El [19]49.
LM: Entonces dice que les avisaron allá que había contrataciones.
JB: Había contratación, sí señor.
LM: ¿Quién les avisó?, ¿se acuerda?
JB: No me acuerdo, pero dieron aviso allá en las autoridades, nos dieron aviso que iba a haber contrataciones. Entonces jue [fue] cuando juimos [fuimos] a la presidencia, allí nos dieron una lista y traíamos un representante con la lista para que él… Entonces nos tocó estar a las contrataciones en Chihuahua.
LM: A ver, cuénteme, ¿cómo le hizo cuando se vino?, ¿de Canelas a dónde se fue?
JB: De Canelas nos venimos a Tepehuanes y de ahí de Tepehuanes agarramos el tren para acá.
LM: ¿Qué tan lejos está Tepehuanes?
JB: De aquí no está lejos.
LM: ¿De Canelas?
JB: De Canelas está, pos tres días pa andar a pie.
LM: Y, ¿se vinieron a pie?
JB: A pie, sí señor, hasta Tepehuanes, sí. Ya el siguiente año que nos tocó venir otra vez a la contratación que fue el [19]50, pos anduvimos como dos días bien correteados y ya venía un camión y ese nos dio un raite a Tepehuanes, ya fue otro…
LM: Pero esa primera vez, ¿cuántos venían en el grupo?
JB: Veníamos diecisiete. Sí éramos, éramos diecisiete de allá, de Canelas.
LM: Diecisiete, ¿hasta Tepehuanes?
JB: Hasta Tepehuanes.
LM: Y al llegar a Tepehuanes, ¿se vinieron a Durango?
JB: Nos veníamos aquí a Durango.
LM: Y, ¿cómo se vinieron?
JB: En el tren.
LM: ¿Cuánto les cobraba el tren?, ¿se acuerda?
JB: Ocho pesos.
LM: Ocho pesos.
JB: Sí señor.
LM: Y, ¿cuántas horas hacía el tren a Durango?
JB: Ora verá, por ejemplo, salíamos como a las ocho de allá y llegábamos aquí pos ya como a las tres, cuatro de la tarde, no le puedo decir la hora exacta. Ya hace muchos, muchos años sí, sí señor.
LM: Y aquí al llegar a Durango, ¿a dónde fueron?
JB: A un hotel, a un hotel y de aquí ya nos decían: “Tienen que ir a tal parte”. Y nos juimos hasta Chihuahua.
LM: ¿De aquí se fueron a Chihuahua?
JB: Sí señor.
LM: ¿Aquí les dieron alguna especie de documento o les dijeron a dónde ir o…?
JB: No, no, pos hicimos preguntas, preguntas con un señor, ya nos dijo él que contrataciones estaban en Chihuahua, que teníamos que ir allá, nos preguntó que si íbamos enlistados de los diferentes _____(?). “Ta muy bueno. Con su lista, ya van empadronados qué bueno”.
LM: ¿Aquí los empadronaban?
JB: Allá.
LM: ¿Allá en Chihuahua?
JB: En Canelas.
LM: En Canela.
JB: traíamos nuestra lista. Y ya él: “No”, dice, “no, qué bueno que ya llevan su lista ya, porque ya van listos con su lista y allá, el cabecilla de ustedes tiene que entrar, allí con los señores grandes que están haciendo sus contrataciones pa que hablen por ustedes entonces ya de allí los van a estar nombrando”. Y así jue.
LM: Entonces, ¿se fue a Chihuahua?
JB: A Chihuahua.
LM: ¿En qué se fueron a Chihuahua?
JB: En un camión.
LM: ¿De autobús?
JB: De autobús, sí.
LM: ¿Cuántos iban?
JB: Íbamos, ¿compañeros? Éramos diecisiete.
LM: Y, ¿ese camión, era pura gente que iba a contratarse o era…?
JB: No, no, pos ya ahí, ahí pos, este, no, no, no está, allí iba otras presonas también. Porque pa contratar un camión de esos, pos necesita uno contratarlo especial. Y entonces le cobran más mucho a uno.
LM: Y en Chihuahua, ¿cuántos años tenía usted en ese entonces?
JB: Tenía, andaba en veinticuatro años.
LM: Cuando llegó a Chihuahua qué, ¿a dónde fueron?
JB: Allí en Chihuahua rentamos un cuarto de una sala y ahí dormíamos todos, los diecisiete ahí dormíamos, en el piso porque pos, no había camas, sí señor.
LM: ¿Llevaba algo de dinerito?
JB: Poquito, poquito, porque ahí lo poquito que llevaba se me acabó y hay otro muchacho me prestó unos, me parece que $10 pesos y con eso la hice y ya nos fuimos.
LM: ¿Qué ropa llevaba?, ¿cuánta ropa llevaba?
JB: No, pos llevaba uno dos cambiecitos, pos va uno de pobre. Sí señor.
LM: Y, ¿cuántos días estuvieron ahí en Chihuahua?
JB: Ahí en Chihuahua, pos le voy a dar un pormenor, porque ya tanto año que hace. Estuvimos como unos cuatro días. Y ahí íbamos y comprábamos que un… Porque yo le dije a una: “Oiga señora, véndame tortillas”. “No, yo no soy señora, dígame señorita”. “Ándele pues señorita, véndame tortillas”. “Sí, sí cómo no”.
LM: ¿Había mucha gente ahí?
JB: Había mucha gente, había mucha gente.
LM: ¿Cuántos?
JB: No, ande pos no puede uno ver, porque había mucha gente.
LM: Era muy grande.
JB: Muy grande, que no ve que de aquí del estado de Durango pos iban y de otras partes también. Porque había las contrataciones, pues había mucha gente.
LM: ¿Ahí era un centro de recepción?
JB: Ándele, sí señor, un centro de recepción había, donde se contrataba la gente.
LM: Y, ¿ustedes entregaban la lista?
JB: Llevábamos un representante. Ese representante, nojostros [nosotros] allí, allí lo estábamos nomás mirándolo. Y ese pretante, representante que iba nunca habló allí. Entonces entró otro, se llamaba Jesús Susé. Ese nomás agarró la lista y luego se metió y al ratito ahí nos están nombrando. Braulio Valenzuela era el primero, ese llegaba y se sentaba y ahí estaba sentado. Entonces nosotros desesperados que no entraba pa dentro a hablar.
LM: Claro, ya después de cuatro días.
JB: Entonces ya entró este Jesús, en paz descanse, ya murió y luego este era muy listo, que hubiera sido hasta profesor. Luego luego entró y empezó ahí con su lista y al poquito ya nos están nombrando y ya.
LM: ¿Quiénes trabajaban en ese centro?, ¿eran mexicanos, eran americanos?
JB: Oye pos allí, pos había de todo.
LM: ¿Había americanos?
JB: Había americanos, sí.
LM: Y, ¿qué les preguntaban o qué les pedían?
JB: Mire, a nosotros, luego luego que ya que nos contrataron, que ya nos nombraron, al desamen [examen] médico, al desamen.
LM: ¿Al examen médico?
JB: Al desamen.
LM: Y, ¿cómo era ese examen médico?
JB: Nos ponían los rayos X. Y luego, pos teníamos que despojarnos los pantalones pa que nos vieran. Ey y luego la cosita nos las hacían una…
LM: ¿Sí?
JB: Una pellizcada también. Y aun así no nos hallaban nada, listo.
LM: Listo.
JB: Porque le, a ver si no llevaba uno almorranas o, o alguna enfermedad en los…
LM: O sea que los desnudaban.
JB: En el medio, sí, sí señor, bien, bien.
LM: ¿Inyecciones?, ¿los inyectaban?
JB: Inyecciones no, ahí no.
LM: Nomás era…
JB: A mí nunca me pusieron inyecciones. Nomás eso, que nos revisaban bien.
LM: Y, ¿qué pensaba usted de…?
JB: No, todo mundo avergonzado, ya pa qué, ¿verdad? Pos ni modo. (risa)
LM: Ni modo.
JB: Ni modo, pos tiene uno. Va uno y pos tiene que enfrentarse a lo que venga, eh.
LM: Y del trabajo, ¿qué les preguntaban?
JB: A mí me preguntaron que si sabía yo piscar algodón, y yo les dije que sí, eh. Que había ido a la pisca a Sinaloa, a Culiacán, porque allá, allá también pero … Y luego pos tenemos que salir delante, de alguna manera o de otra.
LM: Había que echar una mentirita ahí.
JB: “¿Cuántas libras, cuántos kilos pesabas?”. “Pos a veces pesaba cien, a veces piscaba yo cien, a veces piscaba yo ciento cincuenta kilos”. “No”, dice, “está muy bueno, ta bien”.
LM: ¿Era americanos los que les preguntaban?
JB: Pos sí, o mexicanos, pos tanto tiempo. Pero sí nos preguntaban, que si conocíamos, habíamos…Conocemos el algodón y yo les dije que yo sí, quién sabe los compañeros que les dirían de eso. Si yo, es lo que… Me hacían las preguntas, yo se las contestaba.
LM: Usted aseguró lo suyo. ¿Cuántos días? Dice que estuvo cuatro días ahí.
JB: Sí señor.
LM: Después de ahí, ¿a dónde se fue?
JB: De ahí nos pasamos por Ciudad Juárez. Ya nos llevaron ahí a… Y luego en el, cuando ya nos dieron ahí en Chihuahua, nos dieron el contrato, ya íbamos ya, pos nuestro contrato y a un compañero que era de la pura sierra, jue al baño, y este no se acordó y se le fue pa abajo.
LM: ¿El contrato?
JB: El contrato y nos dijieron ahí: “Tengan mucho cuidado con su contrato porque si lo tiran, usted ya se quedó y se lo halla otro ese se va con su contrato”.
LM: O sea que el contrato no traía nombre.
JB: Allí, pos ahí está, ahí lo vio. Decían: “Si lo halla otro, con este se va”. Entonces aquel pos estaba un poco feo, ahí ya lo estuvo lavando, lo sacó, metió la mano y lo alcanzó y ya.
LM: Mire…
JB: Sí, señor.
LM: De ahí de Chihuahua a Juárez, ¿en qué se fueron?
JB: Nos juimos en un camión, entonces había unos camiones que les decían la Flecha Roja me parece, muy buenos camiones.
LM: Y, ¿ya llegando a Juárez?
JB: Ahí luego luego.
LM: ¿En la pasada?
JB: En la pasada, luego ya, ahí ya no nos hicieron, pos nomás que pasamos.
LM: ¿Enseñaban el contrato?
JB: Así, cómo no, pos todos ya íbamos con nuestro contrato y luego de ahí ya nos embarcaron en un, en un camión como tráiler. Todos los que íbamos ahí y otros que también, que les tocó ir a otro lado, ahí pos iban todos.
LM: Los echaron atrás.
JB: Atrás todos.
LM: En las redilas.
JB: En las redilas, todo lleno el camión. Entonces allá onde llegamos, allá nos estaban nombrando.
LM: ¿Ahí llegaron a un lugar donde ahí los concentraban?
JB: Allí en Nuevo México, ahí a La Asociación, entonces ahí nos estaban nombrando.
LM: Ya cuando cruzaron la frontera, ¿allá les hicieron exámenes médicos o ya no les…?
JB: No, ya no, es que los exámen[es] médicos esa vez nos los hicieron…
LM: En Chihuahua.
JB: Allí en Chihuahua, todo bien.
LM: ¿No le tocó que hubiera fumigaciones?
JB: ¿Cuando ya pasamos?
LM: Mm huh.
JB: Allá entonces sí ahí nos estaban pasando y nos estaban echando polvo.
LM: ¿Qué?, ¿cómo era el…?
JB: Pos, polvito blanco así como casi como, pos estaba siempre jediondito, casi como el polvo de esos de avión.
LM: De avión.
JB: Nomás que estaba más…
LM: Y, ¿tenían que quitarse la ropa o qué?
JB: No, así nomás nos abrochábamos ahí y nos metían, hasta ahí nomás le chiflaban por acá por el cuerpo así y ya así nos lo echaban y vámonos.
LM: ¿Ahí no los inyectaron?
JB: No, no señor.
LM: Ah, okay y ya después de eso, dice que los mandaron a una asociación.
JB: De ahí nos juimos, ya íbamos a Nuevo México.
LM: ¿Dónde estaba el centro ese, de donde los recibieron y los fumigaron?
JB: Ahí en El Paso, Texas, pero no le sé decir, pos pasando en el río este, Río Vista por ahí, por ahí.
LM: Río Vista, okay, y, ¿de ahí ya los mandaron a …?
JB: A Nuevo México, sí. Allá de Nuevo México como estaba el patrón, ahí ya, ya nos tuvo nombrando ahí a cada quien, tenía yo creo su lista él allá, creo ahí nos tuvo ya, todos nos juimos allá con él, una parte y de los… como los que vinieron todos de Canelas. Todos nos juimos con este señor que nos contrató, que nos tocó estar con ellos, con él, Roberto Lares.
LM: Roberto Lares se llamaba, ¿así se llamaba el patrón?
JB: Así se llamaba, Roberto Lares.
LM: Y, ¿qué hacía en ese primer trabajo en Nuevo México?
JB: Allí, piscar algodón.
LM: Piscar el algodón.
JB: Sí señor.
LM: ¿Dónde dormía?
JB: Pos ahí teníamos una barraca ahí donde dormir.
LM: Una barraca, ¿cómo son esas barracas? Cuénteme cómo eran.
JB: Mire son, así son hechas en madera. Y tienen, tan techadas como de dos aguas, así techadas de dos aguas, de madera.
LM: Y, ¿tenían camitas ahí?
JB: Teníamos unas camitas, teníamos unas colchonetas ahí donde dormíamos.
LM: ¿Dormían a gusto?
JB: A gusto, sí, ¿pa qué le voy a decir que no? A gusto.
LM: Y, ¿qué?, ¿tenían baño ahí?
JB: Pos ahí íbamos al monte, ahí. Allá al monte, ahí íbamos.
LM: Y, ¿para lavarse, para bañarse?
JB: Pa lavarnos, pos ahí sacábamos agua y nos dábamos una bañada.
LM: ¿Un baño vaquero?
JB: Baño vaquero sí y la ropa pos a veces la lavábamos nosotros, a veces iban a platicar ahí con nosotros y ya de ahí ya les dábamos ropita que nos lavaran.
LM: ¿Cómo es la pisca del algodón? Cuénteme.
JB: Mira, la pisca del algodón, ¿usted conoce el algodón?
LM: Mm huh.
JB: Es una mota. Entonces tiene casquillo, hay que estarlo manotenado para que salga el puro algodón limpio, que no lleve casquillo, y pos a amarrarse uno su saca, en la cintura y estarlo echando ahí.
LM: Y ahí lo echaban.
JB: Estarlo echando ahí, a que llena su saca y se lo echa al lomo e irlo a pesar.
LM: ¿Cuánto le pagaban a usted en ese…?
JB: En ese entonces el patrón nos dijo, pues era a $2 dólares.
LM: A $2 dólares qué, ¿la libra?
JB: La libra, pos ganábamos los cien, las cien libras.
LM: Ganaban, ¿cuánto ganaban al día o por semana?
JB: Pos por día ganábamos a veces $6 dólares, a veces otros poquitos más, porque piscábamos como ciento treinta libras, pos ya era otro poquito más de los cien.
LM: Okay, entonces, ¿ciento treinta libras eran como $6 dólares?
JB: Pasaditos, como $6 dólares, $0.60 centavos por ahí.
LM: Y, ¿a qué horas empezaban a trabajar?
JB: Mire, a veces trabajábamos a las, como a las ocho, ya nos levantábamos y a hacer almuerzo, porque pos ahí ni modo que, ahí nos ayudábamos nosotros a hacer…
LM: Y, ¿qué comían?
JB: Comíamos, cocíamos, después tuvimos un cocinero, nos cocía frijolitos. Y él arreglaba lo que podía y luego pos hacía tortillas de harina.
LM: O sea que cuando ustedes se levantaban ya había comida.
JB: Ya, él tenía… Ya cuando pusimos cocinero, él hacía la comida, ya íbamos a almorzar o íbamos y piscábamos un ratito, como ahí estaba cerquitas y luego a almorzar en la comida.
LM: Y, ¿hubo un tiempo que no había cocinero?
JB: Hubo un tiempo que no, porque inclusive a mí me quisieron poner de cocinero y le dije yo que no. Le dije: “Para mí es muy duro darles gusto a la gente de lo que uno hace, le dije, “es muy duro, vale más que ponga a otro”. Y así lo hicieron, pusieron a un señor llamado Eugenio, de acá de Zacatecas y otro compañero de él, Antonio, Antonio Arjona.
LM: Y, ¿quién le pagaba a él?
JB: El patrón.
LM: El patrón.
JB: El patrón.
LM: ¿Ustedes no le daban nada?
JB: No, el patrón le pagaba, hasta eso sí, porque él, el patrón lo que quería era que le avanzáramos a la pisca de algodón. Lo más rápido que se pudiera, pa que no perdiera peso y luego en la tarde, en la tarde, ya en la tardecita, pos a irnos pa la casa.
LM: ¿Tenían mayordomos ahí en el trabajo?
JB: Era un pesador. A veces que iba la mujer del patrón, a pesar, a pesarnos el algodón.
LM: ¿Hablaban español?
JB: Ella sí, pos sí hablaba poquito, pero sí hablaba, el patrón sí hablaba un español así como nosotros, eso sí.
LM: ¿Muy bueno?
JB: Muy bueno, sí y se portó muy bien porque se nos hinchaban las manos y luego me… Me dijo: “vamos pa la casa”. Y ya me dio una pomada, dice: “Pa que te cures, te cures y a los que estén malos pos les convidas pa que se curen también”. Y así lo hacía yo.
LM: ¿Cuánto tiempo estuvo usted allí en ese…?
JB: Ahí estuve yo poquito más de tres meses.
LM: ¿Era el término de su contrato?
JB: Eran de tres meses. Pero entonces yo hice unas compritas ahí, mi veliz y una ropita pa mí y luego zapatos y luego pa llevarles algo a mi familia, unos cortes que compré allí. Entonces, este ya, los otros se fueron y quedamos nomás tres, nomás nos quedamos tres.
LM: ¿Cómo se portaban los demás compañeros?
JB: No, muy bien, bien. Únicamente que entre los tres compañeros, que nos quedamos allí, era un señor Carlos Chaires y otro Leandro Rodríguez. Y con Leandro no hacíamos buenas migas con él, no por no haberlo, lo que le gustaba era mucho agarrar lo que no era de él.
LM: ¡Ah!
JB: Entonces nojotros apartito, apartito.
LM: Claro.
JB: Apartito.
LM: ¿Les llegó él a agarrar algo?
JB: Sí, pos cómo no, si una vez no me metieron a mí a la cárcel porque no me agarraron con un pantalón que me… Entró a la tienda, a la marqueta y fue y sacó un pantalón de los puros buenos de esos de mezclilla gruesota, Levi’s. “Aquí tenme aquí el pantalón, ahorita vengo”. Pos yo era muy buena gente y ahí estaba yo, pero se lo había robado y hasta le quedó grande, porque se lo arremangaba, él estaba altito, se lo arremangaba mucho y siempre…
LM: Y, ¿no hubo problema?
JB: No, no hubo, gracias a Dios que no. Ya nomás salió él, yo le di, le entregué su pantalón y ya me dijieron: “Mira, este se lo robó, ¿qué tal si te agarran a ti y a ti te friegan?”.
LM: Pos sí.
JB: Sí, pos yo no sabía, yo no sabía. Entonces y él se acompañó con un Carlos Pacheco, de aquí de Torreón y robaban lo que podían ellos, ya cuando Carlos Pacheco se vino, se repartieron de camisas que traían allí. Cuando íbamos al pueblo: “Mucho cuidado con estos”.
LM: Ustedes no lo denunciaban, ni…
JB: No, uno, cada quien agarraba una bolsa y se iba, unos por un lado y otros por otro, ¿eh?
LM: ¿Entonces los patrones se portaban bien?
JB: Bien, sí, cómo no.
LM: ¿Cuántos días trabajaba usted a la semana?
JB: Los seis días, el domingo pos no, había que descansar y lavarse uno sus…
LM: Y, ¿qué días les pagaban?
JB: Los sábados, los sábados.
LM: ¿Les pagaban con cheque o con…?
JB: No, con puro dinero.
LM: Puro efectivo.
JB: Puro dinero, ya nomás comenzamos a agarrar, lo primero que yo hacía, agarraba unos centavitos y vámonos a pagar las cuentas pa acá y mandarles a la familia porque…
LM: ¿Ya estaba usted casado?
JB: ¿Eh? Ya, ya.
LM: Y, ¿de dónde les mandaba?, ¿cómo le hacía para mandar a…?
JB: Mire, como yo estaba en un rancho muy incomunicado del pueblo, entonces ahí lo que hacía yo, que se los mandaba a un familiar mío o a un amigo pa que se los llevaran allá a mi señora, así.
LM: ¿Usted de ahí se los mandaba a un amigo o a un familiar?
JB: Así, así, a Canelas o a Topia.
LM: Ah, okay, ¿de ahí de dónde?, ¿del pueblo, del rancho?
JB: Sí, de acá de donde estaba yo. Como estaba en Nuevo México, allí estábamos, comprábamos nuestro cheque y luego mandarlo para allá.
LM: ¿Cuál era el pueblo más cerca de ahí de donde usted trabajaba?
JB: Artesia.
LM: ¿Artesia?
JB: Artesia, Nuevo México.
LM: Y, ¿iban a comprar cosas al pueblo?
JB: Sí señor.
LM: ¿De ahí mandaban el dinero?
JB: Sí, o se lo dábamos al patrón.
LM: El patrón.
JB: Sí, pa que nos lo pusiera y no.
LM: Nunca…
JB: Nunca nos falló nada, gracias a Dios, muy bien.
LM: Qué bueno.
JB: Y, ¿cómo se comunicaba con su familia, le escribían…?
JB: Por medio de cartas.
LM: ¿Sí?
JB: Sí, así.
LM: ¿Le escribía usted a ellos?
JB: Les escribía yo: “Ya estoy aquí, gracias Dios”. Y ya me contestaban, se estaba mucho porque de ahí pa al rancho, de ahí al rancho donde vivía yo pos estaba muy lejos Topia, [es]taba muy lejos.
LM: Pos sí.
JB: Porque yo me cambié, ya cuando me casé yo con esta mujer ya me cambié de Canelas acá a un rancho allí da al Municipio de Topia y de allí me vine yo para acá.
LM: O sea que usted se casó antes de irse.
JB: Me jui yo a trabajar con un pariente mío, se llamaba Agustín Monárrez y ese jue mi patrón hasta que él se murió. Entonces yo trabajé mucho en la herrería con él. Dejaba aquel trabajo y me iba con él.
LM: Y cuando iban al pueblo, ¿iban a misa o los llevaban a la iglesia?
JB: No, allá nunca nos llevaron a la iglesia, no.
LM: No.
JB: Íbamos como los domingos, como era el día más preferido, íbamos al pueblo a comprar algo y a comprar algo pa llevar que comer.
LM: ¿El patrón los llevaba?
JB: Sí señor.
LM: Y, ¿en qué los llevaba?
JB: En una camioneta, una camioneta.
LM: Y, ¿cuántos empleados había trabajando ahí en el rancho?
JB: Mire, él tenía, tenía dos trabajadores ahí que… Uno se llamaba Cipriano y el otro Jesús, que son los trabajadores que hacían el trabajo allí. Entonces tenía, había otros, tenía otros dos, uno se llamaba Toribio y el otro señor, Vicente. El señor, el señor Vicente me agarró mucha confianza y iba a platicar conmigo, ahí con todos, pero luego luego. Y luego me decía… Un día estaba yo a medio día comiendo con mi sombrero puesto y me dijo: “Oyes, oye Blanco, ¿cuánto te costó tu sombrero allá en tu pueblo?”. “Tanto”. “¡Ah!”, dice, “pos con razón no te lo quitas ni pa comer”. (risas)
LM: ¿Hizo buenas amistades ahí con los…?
JB: Sí, bien, muy bien, sí, gracias a Dios que sí.
LM: Qué bueno.
JB: Porque, va, pos no es porque yo lo diga, pero no me gusta faltarle el respeto a la gente. Hay que guardarle su lugar aunque sea un chiquito, aun más grandecito, a cualquier gente que sea, hay que guardarle su lugar.
LM: ¿De dónde había más gente? Que se diera usted cuenta, ¿de qué estado?
JB: No, pos de allí, pues no era más que nosotros, el señor, esos dos, uno era de… Este Cipriano era muy bueno pa piscar, piscaba quinientas libras, ese era de aquí de Torreón. Y Jesús pos yo creo que también de ahí. Y esos son los que tenía trabajadores el viejo ahí y luego el señor don Vicente y don Toribio, nomás que don Toribio en esos, en esas temporaditas se jue pa Texas, ya no quiso estar ahí.
LM: Y el sábado que les pagaban, algunos de los compañeros, ¿qué hacían?
JB: No, pos nos estábamos, a veces que hasta en la nochecita íbamos a la marqueta, a traer que comer.
LM: ¿Había algunos que se echaban algún traguito?
JB: No, esa vez ahí no, muy seria la gente, muy seria la gente. Que sí les gustaba, sí pero ahí no. Yo no me di cuenta, ¿pa qué le voy a decir lo que no es?
LM: Y la gente ahí en los pueblos, ¿cómo los trataban?
JB: A nojostros, no, pos no tuvimos que decir de la gente allá nada, nojotros entrábamos a las tiendas, comprábamos lo que podíamos y pa atrás.
LM: Y, ¿asunto arreglado?
JB: Sí.
LM: ¿No le tocó ningún incidente desagradable?
JB: No, no, gracias a Dios que no, todo bien.
LM: Cuando se terminó su contrato, ¿a dónde se fue?
JB: Mire, de ahí, porque salí yo un poco disgustado con un[os] compañeros que estaban allá, porque íbamos por el field. Y yo le ganaba a la pisca, yo piscaba más que él, a piscarlos. Entonces íbamos piscando y quedaban dos surcos últimos, entonces saqué yo los míos y le di la vuelta a los otros, a los otros surcos. Y ya me dijo: “Déjame esos surcos, porque esos surcos son míos”. Y le dije: “Pero toda [todavía] no sacas los que traes y este ya los estás peleando. No señor”, le dije, “pos son…
LM: Claro.
JB: “No, que si no me los dejas, te va llevar esto y lo otro”. “Pero mira, mira si yo también tengo con qué responderte”. “Pero no igual”. “Eso sí, no te sé decir”, le dije, “pero los dos tenemos con qué”. Y cuando eso me dijo, Dios lo ayuda a uno. Estaban un pedazo de raíces de mezquite grueso, le di vuelta y lo eché a la saca, pos al rato ahí va: “¿Me vas a dejar los surcos, o qué?”. “¿Por qué te los voy a dejar?, si ta [todavía] no sacas los que traes”. “Me los dejas o te lleva esto y lo otro”. Pos sabrá Dios a cuál, entonces eso hice, saco yo el leño y él traía un palito así en la mano, de algodón. “No, no”, dice, “pos entonces lo vamos a dejar pa cuando estemos los dos parejos”. “Cuando tú quieras”. Entonces ya otro día en la noche, otro día le dije al patrón: “Ya me voy, ya”.
LM: Ya no sé…
JB: Yo andaba muy bien, y luego me salió con aquella cosa dije al rato va a salir con otra. Y antes de que otra cosa mejor me fui ya, ya el contrato ya se había cumplido, andábamos en la pisca con un cuñado del patrón.
LM: Y, ¿a dónde se fue?
JB: Al [El] Paso.
LM: Al El Paso.
JB: Ahí me echaron al [El] Paso.
LM: Y, ¿cómo se fue?
JB: Ahi nos llevaron en un camión.
LM: ¿El patrón le daba…?
JB: Sí, el patrón tenía la concesión de pagar el pasaje hasta la frontera. Allí de ahí, ya nos echaban del puente pa juera entonces ya va… Ya era de nuestra cuenta.
LM: ¿Ahorró usted algo de dinero cuando estuvo allá?
JB: No, pos era muy poquito.
LM: Más bien lo que mandaba.
JB: Más bien, en comer y mándales cualquier cosita allá a la gente mía de… Y cuando me fui yo compré un veliz bien bueno y llevaba, les llevaba algo de ropa, pa mí y pa mi familia, pa mi señora, a mi papá que todavía vivía.
LM: Y, ¿se regresó usted hasta Canelas?
JB: A acá en el rancho donde estaba, porque ya me estaba yo acá.
LM: Ah, okay.
JB: En ese rancho de San Francisco.
LM: ¿Cuántas veces se contrató usted, don José?
JB: Mire, el [19]50, a fines del [19]50, en septiembre, era cuando eran las contrataciones y ya me contraté otra vez, que me tocó en Pecos, Pecos, Texas. En la misma pisca de algodón, pero entonces ya nos tocó la contratación acá en Chihuahua, había en Chihuahua. Entonces en esa vez, pos nos venimos también de allá de la lista de Canelas, porque yo iba y me enlistaba allá. Y otros paisanos de acá también iban porque en Topia el presidente municipal no quiso darles listas, no quería que se viniera la gente. “Vamos a Canelas, allá hay una lista y…
LM: ¿Qué tan lejos está Canelas de Topia?
JB: Está cerquitas, a pie, hace uno tres horas.
LM: Bueno, pos está bien.
JB: En el avión ahí, pos hay como cinco, diez minutos.
LM: Pos sí.
JB: Está cercas, con el viento, pos la agarra cortito.
LM: Entonces ustedes se iban a Canelas.
JB: Y de ahí nos veníamos.
LM: ¿Tenían que venir a Durango otra vez?
JB: Sí, venir aquí.
LM: Sacar la lista aquí.
JB: Sí, traíamos la lista de allá. Únicamente que allá nos dijeron, dice: “Ahora la contratación está en Chihuahua, allá tienen que ir, llévense su lista”. Ya como veníamos enlistados de allá, de la presidencia, todos los que veníamos de allá, pos ya íbamos con nuestra lista.
LM: Y, ¿fue otra vez el proceso de…?
JB: Otra vez.
LM: ¿Las revisiones médicas?
JB: ¡Ándele! Sí. Entonces ya no[s] lo hicieron y ya acá en, allá adentro, adentro ya de…
LM: Y, ¿ya para ese…?
JB: Ahí desde el río.
LM: Para ese entonces, ¿usted ya tenía alguna identificación de que había trabajado?
JB: No, no señor, no.
LM: ¿Como si no hubiera ido?
JB: No, nunca hubiera ido, pos sí nos daban el contrato, sí, el papel, pero ese lo dejábamos allá y si íbamos otra vez, nos daban otro contrato, cuando íbamos con otro patrón.
LM: Y, ¿de Chihuahua otra vez al El Paso?
JB: Otra vez.
LM: ¿Usted cruzó en El Paso?
JB: Sí señor, ahí por El Paso, Texas.
LM: ¿Y ahí llegaban a un centro?
JB: Había un centro, entonces, ahí nos revisaban y vámonos.
LM: Y ya los mandaban a donde iban.
JB: Sí señor, sí.
LM: Y, ¿en qué los mandaban?
JB: Mire, en la primera vez que nos tocó en Nuevo México en un tráiler. En el segundo año pos también nos llevaron en un tráiler, nomás que ya cuando nos echaron pa acá pa Ciudad Juárez, en camión.
LM: ¿Entonces trabajó en el algodón también allí?
JB: También.
LM: ¿En Pecos?
JB: En Pecos, Texas, sí.
LM: ¿Cuánto tiempo trabajó allí?
JB: Ahí trabajamos, entramos en septiembre, entonces trabajamos, octubre, noviembre, diciembre y enero y parte de febrero, unos días de febrero. Entonces nomás dos estábamos ya, de allá de Canelas, dos compañeros. Entonces ya de ahí, le dije yo, se llamaba, se llama Rosario Bueno, le digo: “Vamos ya, esta la pisca ya… Ganábamos muy poco.
LM: ¿Cuánto les pagaban?, ¿igual?
JB: Pos igual, pero como era puro algodón pima, es un… Las bolitas, es pura motita así, chiquita, esa tiene tres gajitos. Nomás que ese algodón pima, pos pesa mucho ese algodón, pero entera, la pura bolita, andábamos cortando.
LM: Y en aquellos años que usted se iba, ¿cómo estaba la situación acá en México?
JB: [Es]taba durito, nomás que no estaba como ahora, andaba uno más libre, por esto, porque no había la siembras esas de hierba, ahí por la sierra ni allá y ahora, ora está muy difícil, pos esta peligroso. Agarraba un camino para ir a un rancho porque pos tienen sus siembras y luego ya dicen: “No”, dicen, “pos este va, nos va a denunciar”. Ora si lleva uno, una bestia buena y su montura buena y su cobija buena y algún peso en la bolsa ya lo encuentran los federales, allí lo esculcan, lo encuentra ahí la [Policía] Judicial y, y luego pos: “Este es comprador, usted es comprador”. Sí, está dura la cosa.
LM: Bueno, vamos a regresarnos otra vez a Pecos, ¿verdad? Trabajó ahí como…
JB: Ahí trabajé.
LM: Cuatro meses, y, ¿le tocó el frío, qué tanto frío hacía?
JB: Ande, allí sí hacía mucho frío.
LM: ¿No estaba acostumbrado al frío?
JB: No, pos ta uno acostumbrado ya porque también allá hace frío, el tiempo que hace frío pero ahí tirábamos la agua y en un ratito ahí en las barracas se cuajaba. Ahora hubo unos días que no podíamos salir a trabajar, porque hacía un viento mucho muy duro y un polvaderon, que no se miraba a unos cien metros, no distinguía usted la gente.
LM: Oiga y como, ¿les daban chamarras?
JB: No, pos esas las comprábamos nosotros, los que podíamos.
LM: ¿El patrón no les daba?
JB: No, no, no, el patrón no, pa abrigamos como podíamos pues teníamos que comprar nojotros.
LM: ¿Nunca se enfermó usted allá?
JB: Allá nunca, gracias a Dios que no. Posible que le pegue uno por ahí la gripita y eso pero, otras enfermedades no, gracias a Dios que no.
LM: ¿Le tocó ver a uno de los compañeros de ahí que se enfermara?
JB: No, tampoco.
LM: ¿Había médico ahí en el rancho?
JB: No, no teníamos médico allí, era como estaba muy lejos ahí, pos del rancho pos estaba más, más sano.
LM: Claro, ¿alguna vez le tocó ver alguna autoridad americana o mexicana que fueran a revisar?
JB: No, no señor, nada, nada, nada. Allí en Pecos jue una vez un aviador que había andado, decían que había andado en la guerra, en la guerra pasada y llevaba un avioncito amarillo. Y ahí nos subianos [subíamos], creo que cinco minutos o tres minutos, pero le pagábamos me parece que $2 dólares y ya nos subía derecho pa arriba, pa arriba, pa arriba, hasta se veía la gente muy chiquita y luego va pa abajo.
LM: ¿Eso dónde fue?
JB: En Pecos, sí, ahí me tocó subirme al avión allí.
LM: ¿De diversión nomás?
JB: De diversión nomás así.
LM: Mire.
JB: Otro compañero, se subió al avión y se bajó muy descontrolado, echando disparates, dice: “Ya no me voy a subir en otra garra de avión”, dice. Porque se bajó todo mareado.
LM: ¿Qué pensaba usted de cuando estaba allá? La primera vez que fue, ¿cómo se imaginaba que iba a ser Estados Unidos?
JB: No, pos fíjese que a veces le salen a uno los sueños. Yo antes de ir a Estados Unidos me soñaba, me soñé en unos pueblos muy bonitos, pero sí no sabía dónde, pero muy bonitos y que me va tocando y pos aquí me, aquí me salió en sueño.
LM: ¿Qué veía de diferencia muy grande?
JB: No, muy grande, que muy bonito aquello, se veía mucha gente, entonces ya, ya que me contraté. Pos dije ya, pos, pos aquí no conocía yo aquí Durango y luego Chihuahua, es muy bonito y luego Cuidad Juárez y luego ya pasar pal otro lado, pos otro ambiente.
LM: Mire, cuénteme, a ver, vamos a ver, ¿esa fue la segunda que fue?
JB: Sí señor.
LM: ¿Cuántas veces fue?, ¿cuántas se contrató?
JB: Otra vez el [19]56, me contraté en Empalme, Sonora.
LM: Empalme.
JB: Sí y como no íbamos enlistados, no iba yo enlistado en ninguna lista, ahí ya me junté con otro compañero, paisano de allá del terri(??) y otros de acá de, acá de, ¿cómo se llama?, ¿cómo se llama este pueblo? Hombre, onde era Lázaro Cárdenas.
LM: ¿Qué será?, ¿Michoacán?
JB: En Michoacán, se llamaba Lucio Murillo.
LM: Y, ¿de qué dependía que a veces era en Chihuahua y a veces era en Sonora?
JB: Es que las contrataciones, por ejemplo, pa levantar el pueblo, que se levantara más el pueblo, como allá en Empalme estaba muy fregado. Entonces, echaron su contratación allá porque entonces toditita aquella gente que iba, pos tenía que hacer gastos allí.
LM: Exacto.
JB: Tenían que hacer gastos y tiene que dejar ahí su lanita.
LM: Y, ¿cuánto duró ahí en Empalme?
JB: Ahí a, ahí en Empalme, llegué yo muy fregado de dinero, luego me jui a… Antes que se me acabara aquello, comencé a trabajar ahí con un amigo a cortar algodón, ya que fui este y me conocí con este Lucio y el otro compañero estaba en otro rancho, pos ya nos acoplamos ahí. Entonces juimos a ganar una carta pa contratarnos porque íbamos sueltos a Hermosillo, de la capital de ahí de Hermosillo al rancho onde juimos, onde juimos a la pisca, pa ganar la carta, eran ciento treinta kilómetros, estaba retiradito.
LM: Claro.
JB: No, pos trabajábamos ahí a gusto, el patrón nos trató muy bien.
LM: Nomás mientras consiguió el…
JB: Sí, íbamos tantos días, como tres semanas, teníamos que trabajar allá y nos dijo el patrón: “Miren, quiero que me ayuden otros dos, tres días”, dice, “porque la gente que viene a ayudarme no ha llegado”, dice, ”porque va a venir otra gente”.
LM: ¿Cómo se portaban los patrones, bien?
JB: No, bien, ¿pa qué le voy a decir que? Bien con nosotros, al decirnos que nos quedáramos otros días, de que necesitaba el trabajo, ya nomás llegó la gente y, y vámonos.
LM: Y, ¿dónde cruzó otra vez la frontera?
JB: Entonces, esa [vez] nos cruzamos acá por Mexicali.
LM: Por Mexicali.
JB: Por Mexicali, sí.
LM: ¿Ya no fue en El Paso?
JB: Ya no, ya, ahí entonces ya nos tocó, ahí en el Valle Imperial.
LM: Ahí cuando cruzó Mexicali, ¿llegó otra vez a un centro de recepción?
JB: Sí, allí a Caléxico.
LM: ¿Ahí en Caléxico?
JB: Ahí en Caléxico, sí.
LM: Y, ¿notaba usted que había diferencia entre Texas y California o era igual?
JB: No, pos no, pos hubo una diferencia muy grande, sí.
LM: ¿Cuál fue?
JB: Porque acá, a onde nos mandaron ahí onde estábamos, ahí Calipatria un pueblito que, pos estaba muy malo, ganábamos muy poquito, ganar hasta $6 dólares por semana.
LM: ¿En dónde?
JB: En Calipatria, California.
LM: En Calipatria, ¿ganaban menos?
JB: No, ¡menos! Porque quitaban el algodonon, pero grandísimo. Y lo andábamos abriendo y piscarle una que otra mota, hay veces que nos hallábamos los nidos de las ratas y aquello, pos nos ayudaba más y va pa dentro de la saca.
LM: Y, ¿era trabajo a mano, todo?
JB: A mano, a mano.
LM: ¿No había tractores, no había…?
JB: No, ahí en ese entonces no, era a mano todo aquello, se acabó aquello, entonces ya me llevaban a La Asociación y ahí ya nos juimos con otros, entonces ya nos pusieron…
LM: Ahí en esa asociación, ¿qué hacían? Cuénteme.
JB: No, pos es La Asociación, pos ahí iban los patrones que necesitaba gente, ya nos mandaban allá.
LM: O sea que ustedes cruzaban y los mandaban ahí a La Asociación.
JB: Sí, era el mismo, como ahí en el mismo, ahí pos es el mismo, la misma área allí, se quedaban en una parte y unos se iban ahí a La Asociación, ya, ya nos necesitaba otro patrón, ya nos íbamos con aquel, así.
LM: Ah mire, qué bien.
JB: Así estuvo, anduve yo allí deste… Sí, cortando lechuga y estaba muy remojado, llevaba unos zapatos güenos [buenos] yo y allí se acabaron entre el zoquete.
LM: ¿Cómo era el corte de lechuga, cómo es?
JB: Mire, es, la lechuga esta es grande. Entonces le dan a uno un cuchillo y hay que meterla a que corte el corte parejito, parejito. Entonces y no que lleve mucha hoja, ¿eh? Y irla poniendo ahí alineada en el surco pa que ahí la agarren el que va empacándola.
LM: ¿Qué tan grande era el rancho ese en donde trabajaba en la lechuga?
JB: Pos no, no estaba muy grande, porque desde allí se acabó aquello y había otro field ahí cerquita que habíamos, que habíamos, habían unos compañeros de, estábamos en la misma barraca nomás que ellos tenían otro patrón y nosotros otro. Y había unos plantíos de haba, pero grandes las matotas, unos ejototes asina mira, no le miento. Entonces yo les decía a ellos, ellos eran de Guerrero algunos: “Pero hombre, ustedes venir desde allá tan relejos, pa venir hacer aquí como los burros, navegar la carga en el lomo”. Platicando ahí con ellos, ¿verdad?
LM: Claro.
JB: Pos se acabó allí conmigo en la lechuga y me cambian con ellos otra vez ahí onde andaba, entonces el mayordomo y ellos pos ya me acababan a mí. “Pero mira venir tu de tan lejos a venir a cargar la carga aquí”. (risas)
LM: Oiga y de La Migración, ¿qué?
JB: ¿Qué? No, esos nunca vimos.
LM: ¿Nunca vio nada?
JB: Nada, nada de La Migración, pasábamos allí y ya iba el cónsul y ya nos decía: “Cuando ustedes manden su dinero, mándenlo en esta forma, para que no se les pierda su dinero”.
LM: ¿En dónde les dijo eso?
JB: Ahí en El Paso.
LM: Fue la única autoridad de México que vieron.
JB: Sí esa, el cónsul nos aconsejó: “Cuando ustedes manden su dinero, manden el cheque, en el banco fulano pa que no se les extravíe”. Y así lo hacíamos.
LM: ¿Sí había uno que otro que se perdía?
JB: No, ahí nunca, nunca.
LM: ¿Siempre le pagaron bien su cheque? Bueno, le pagaban con efectivo, ¿siempre le pagaron completo sus horas?
JB: No, sí, todo, todo lo que ganábamos, lo que alcanzaba uno a ganar, eso.
LM: ¿No le quedaban a deber?
JB: No señor, nada, ¿pa qué vamos a decir lo que no es?
LM: Claro.
JB: Hasta eso, allí en Pecos el patrón se llamaba Pablo y creo que trabajaba en La Migración y algunos ahí que estaban ahí le hicieron un relajo y pos él se disgustó, no sé qué les dijo ahí en ese entonces. Y todavía nosotros cuando ya nos salimos de ahí, cuando nos íbamos a venir. Dice: “Yo al año que viene aquí los espero, yo quiero, los quiero a ustedes de vuelta aquí”. Pero ya nos tocó en otra parte, ya, y ya no, ya no hubo.
LM: Ah, okay, ¿entonces cuántas horas más o menos trabajaba ahí por día?
JB: Oiga, pos trabajábamos como unas diez, doce horas.
LM: Diez, doce horas, ¿siempre?
JB: Siempre, sí.
LM: Ya sea en la lechuga, en el algodón.
JB: Mire, en la lechuga cuando estuve yo allá en… Que porque de allí a Valle Imperial, me cambiaron para Salinas, California, que es donde traigo el contrato y la carta que vio, y el otro papel que vio, usted se entero, de allá.
LM: Y allá en Salinas, ¿qué hacía?
JB: Allá donde el desahije de lechuga y de broquel [brócoli]. Se vino, se acabó el desahije, se acabó el desahije de lechuga, vamos al de broquel, ya se ponía la lechuga ya en punto de cortarla, porque también nos llevaban a hacer limpia, a limpiar, quitar la yerba de la lechuga, también.
LM: ¿Cómo la quitaban?
JB: llevaba uno un azadón, así un azadoncito y luego hallábamos la yerba pos la arrancábamos o le dábamos un azadonazo y así.
LM: Entonces ya cuando ya estaba la lechuga ya al corte, pos a cortar la lechuga.
JB: Entonces se enseña uno a cortar la lechuga y ya me dijo el patrón, el mayordomo: “Oye, Blanco, Blanco, vente, vente tú a empacar lechuga”, dice, “ahí te van a decir cómo la empaques”. “Ta bueno”. Entonces ya después, entraba otro, otros trabajadores nuevos y ya me decía el mayordomo, dice: “Anda dile a aquel, a tu hermano”, porque así le decían a uno, “a tú hermano a ver cómo es el desahije”. Como les dices tú cómo es desahije. Y que cuando la lechuga, empaque de lechuga: “Anda dile a aquel cómo se empaca, dile tú cómo se empaca”.
LM: ¿Entonces usted les enseñaba a los que no sabían?
JB: A los que no sabían.
LM: Ah okay, qué bueno.
JB: Y luego hay unas lechugotas muy grandes, grandotas, a las cajas les cabían veinticuatro lechugas, de esas regular, pero había otra lechuga más chiquita que esa le cabían treinta en la caja. Pero como está la lechuga grandota, le echábamos dieciocho lechugas nomás. Y luego había, ya me decía Hilario, el mayordomo: “Mira, anda dile cómo se empaca la lechuga, de esas de dieciocho, porque era más trabajosa”.
LM: ¿Tuvo usted oportunidad de conocer al patrón?
JB: Los mayordomos, pero los patrones no, bueno un día en la tarde, serían los patrones o no serían, andaba yo en el desahije, entonces en el desahije hay que dejar, son ocho pulgadas. Cada ocho pulgadas hay que dejar una mata y sola. Una matita sola, nomás.
LM: Explíqueme cómo es el desahije para los que no sabemos.
JB: Mire, son unos surcos así anchos, entonces le mete una cosa para ablandarle aquí en el medio. Entonces en el surco, pos esta tupido así de lechuga, entonces ahí cada azadonazo hay que dejar una lechuga, si están dos, hay que dejar…Arrancarlas.
LM: Saca una y deja el espacio.
JB: Y deja la otra sí, porque si dos están muy lejos, a veces que el mayordomo: “Ey van pa acá, ven, aquí dejaste una cuata”.
LM: Y, ¿eso se hace cuando está muy chiquita la planta?
JB: Sí, está, por aquí asina, chiquita la planta así. Entonces esa no es batallosa porque va uno jalando sola, casi se va cortando la que va cayendo, ese es muy fácil pa desahijar.
LM: Entonces ya los surcos cuando los ve uno ya con todas las plantas…
JB: Es porque, ándele sí.
LM: Acomodaditas.
JB: Bien, bien, bien.
LM: Es que ya…
JB: Y luego le dan, de darle una escarbada así en el medio del surco. Bien y queda muy blandito pal desahije.
LM: Okay y cuénteme a ver, qué pasó con el patrón, ese día que estaba usted ahí en el desahije.
JB: Ah, iba yo, me adelanté de la cuadrilla, en partes dejaba yo pos unos pedazotes grandes así sin mata, dejaba una mata aquí y la otra por acá, iban los señores, pos me sosprendieron [sorprendieron] porque me dijeron: “Ey, ey tú, poco tiempo, tú no dejas ni una mata”. Y no levanto la cabeza y: “Oh, no, no, no ta bueno, okay, okay”. Dijo que dejaba unos pedazos asina sin, sin mata, dejaba una aquí y otra acá y dejaba un pedazo grande allí, dice: “Oh, poco tiempo tú no vas a dejar ni una mata”. (risas)
LM: ¿Aprendió usted algo de inglés?
JB: No, sí estaba aprendiendo pero se le olvida a uno.
LM: ¿Pero de todos modos no hablaba español ahí?
JB: No, cómo no, pos ahí puro español. Pos como, el mayordomo pos hablaba el español como nosotros, él le tomaba su nombre ahora en la mañana, en la mañana y en la tarde le hablaba por su apelativo. Nomás una vez creo, había veces que se le olvidaba, ¿no? Y le preguntaba: “Oye, oye dime, ¿cómo te llamas?”. Y ya, pero una memoria pero…
LM: ¿Era americano o era mexicano?
JB: Filipino, muy bien se portó, porque se acabó, cuando llovió mucho en mayo. Se acabó, se fregó la lechuga, se amoló la lechuga.
LM: La lechuga, ¿de qué mes a qué mes es cuando se da?
JB: Pos la lechuga la comienza uno a cortar por ahí como en abril, porque la siembran en esos de, de estos, de estos meses, en febrero. Ya en marzo, ya hay desahije, hay que irla a desahijar, ya en abril pos ya hay corte, ya hay que cortarla.
LM: ¿Veía usted diferencia entre las barracas donde dormía en Texas a las que donde dormía en California?
JB: ¡Ah! No pos sí, porque allá cuando me tocó en Salinas, nos tocó estar en un hotel viejo que ya, que ya hace mucho… Ya estábamos más abrigados allí, más a gusto, hay veces que entraba el mayordomo.
LM: ¿Era un hotel?
JB: Un hotel viejo y ahí estábamos mucha gente. Entonces ya llegaba a mi cuarto donde yo estaba dormido y ya me decía Hilario, el filipino: “Blanco, Blanco, ¡ándale!, ¡ándale! A trabajar, trabajar, súbete a la troca”. Pos ya me subía yo.
LM: ¿A qué horas empezaba el trabajo ahí?
JB: No, pos temprano, tempranito, pero a veces como se cochinió la lechuga, sacaba unos cuantitos a hacer algo, otros trabajitos y ganábamos poquito pero pagábamos el lonche.
LM: Okay, ¿cuánto les cobraban por el lonche?
JB: Nos cobraban, nos cobraban $1.70.
LM: Uno setenta.
JB: Uno setenta diarios.
LM: ¿Ahí quién lo preparaba?
JB: Ahí tenían cocineros y tenían allá su departamento pa onde ir a comer.
LM: Y, ¿qué les hacían de comer?
JB: No, pos ahí nos hacían pos frijolitos y así cosas de carne o algo, también todo.
LM: ¿Tortillas?
JB: Y tortillas sí y pan, nos daban una barra de pan pa tres, no, bien a gusto. Café, nos daba café a medio día, en la mañana, pos nos daban café.
LM: ¿Cuántas veces comían al día?
JB: Tres veces.
LM: ¿Igual que aquí en México?
JB: Igual, sí, en la mañana que nos íbamos, almorzábamos, a medio día nos llevaban comida allá, allá al, allá a la…
LM: ¿Al campo?
JB: Al campo, sí.
LM: ¿Ahí ya, y cuánto les daban pa comer ahí?
JB: No, pos una…
LM: Por ahí nomás se echaban.
JB: Una media hora, dos, una hora lo más. Sí y luego luego a trabajar.
M Y, ¿regresaban ya con el sol?
JB: Ya, había una vez, nos sacaron, estaba la mañana oscurita, nos juimos y apenas veíamos ahí lo que andábamos haciendo, pues esa vez trabajamos catorce horas.
LM: Catorce horas.
JB: Catorce horas, en la tarde que íbamos bien… Yo esta hinchado de aquí de las manos, de la lechuga, porque yo andaba cortando lechuga y luego otros, unos trabajadores que habían ido nuevos. Les dijo, oi yo que le dijo uno al otro: “Vieras cómo ando cansado”. Bueno yo pensé, eso dicen ustedes, yo qué no diré, (risas) cómo andaría también.
LM: ¿No se veía gente que no fuera mexicana en los campos, o sea, americanos trabajando?
JB: Ahí en ese entonces no, pero ya después, como… Me cambiaron con otros patrones y ya iban. Como allí en Salinas, en mero Salinas, andaba un negro, ese sí aguantó, pero: “Ándale, ándale parna a comer”. “No, no gustei, no gustei”. No le gustaba la comida. “Ta bueno, no coma”.
LM: Y, ¿qué hacía él?
JB: Ahí se estaba sentado como enojado, ya pa allá pos quién sabe qué haría después.
LM: ¿Alguna vez tuvo algún problema, así muy serio salvo ese que se peleó, que se disgustó con el amigo?
JB: No, no, pos eso fue en Nuevo México y ya después, después que nos vimos ya me pidió disculpas y que esto le dije: “Pero tú tuviste la culpa, tú tuviste la culpa”.
LM: Discriminación, ¿sintió usted alguna vez algo de discriminación?
JB: No, pos esa vez que me quiso, que me quiso pues cortar, a quererme quitar aquello, aquella cosa a fuerzas. Que es una discriminación, ir a quitarle a otro a fuerzas lo que anda haciendo, ¿verdad?
LM: Sí, ¿pero de los patrones o de los mayordomos a los mexicanos?
JB: No, no, nunca, nunca.
LM: Qué bueno.
JB: Porque hubo ahí en Salinas unos mayordomos, uno se llamaba Pablo y otro Eligio Pardo también, no, muy a gusto con ellos, muy a gusto.
LM: ¿Le tocó alguna vez estar por allá en época de Semana Santa?
JB: Por en esos años, allí la Semana Santa allá no, allá no hay que, que ora es Semana Santa, que no vamos a ir a trabajar, ahí todos los días allí, que días de fiesta, pos a trabajarlos.
LM: ¿No había?
JB: No había nada que: “Que ahora no van a ir porque es día de fiesta”. No.
LM: Y, ¿en Navidad, alguna vez?
JB: No, pos trabajábamos, día de Navidad y ya nos daban, a veces nos daban algún regalito, sí, ya le digo.
LM: Muy bien, entonces, ¿de qué años a qué años podemos decir que trabajó usted allá en…?
JB: Mire, esa vez en Salinas trabajé, entré en octubre del [19]56. Entonces allá en el Valle Imperial, ahí trabajé hasta como el día 12 de marzo, y de ahí nos cambiaron para allá, de eso sí me acuerdo que era un día 12, nos cambiaron pa Salinas. Y de allá pasé todo ese año y al siguiente año, de que ya, ahora si jue todo el [19] 57, lo agarré casi allá porque el [19]57 en marzo nos cambiaron para allá, y trabajé todo el [19]57 y el [19]58 hasta como el día 10 de abril.
LM: Entonces fue [19]56, [19]57, [19]58.
JB: Una parte del [19]58 y del [19]56 agarré unos, de octubre, noviembre y diciembre. Hasta en marzo, anduve trabajando y de ahí me cambiaron pa Salinas.
LM: ¿En alguna ocasión de cuando se le terminaba su contrato le dijeron que se quedara, que se quedara a vivir?
JB: No, esa vez no, no señor, se cumplían sí, nos renovaban el contrato por seis meses, entonces cada seis meses nos llevaban a renovar otro contrato.
LM: ¿Ahí a La Asociación?
JB: Ahí a La Asociación, sí.
LM: ¿Ya no salían hasta…?
JB: Ya no, no, ahí mismo en La Asociación, ahí nos renovaban el contrato ya última hora me dijo el patrón porque ya no, de allá de Salinas me cambiaron a otro pueblito llamado González. Allá pura pisca de broquel y allí anduve en el desahije también de betabel, ese no me gustó.
LM: ¿Cómo es ese desahije de betabel?
JB: El de betabel, pos está así tupido también y nos daban un azadoncito de cinco pulgadas y cada azadonazo dejar una sola mata y ese estaba más duro pa sacar la otra mata y estaban los surcos mucho muy largos.
LM: Y, ¿ese a cómo lo pagaban?
JB: No, pos ahí nos pagaban no crea que muy bien, muy bara.
LM: ¿Por día o por…?
JB: Por hora, pero me parece que era a $0.72 centavos la hora, $0.75 a lo más.
LM: ¿Había gente que no fuera bracero, ilegales trabajando?
JB: No, ahí no había ilegales onde andábamos, ahí no, ahí no ocupaban ilegales porque andábamos puros contratados ahí. Entraban ilegales pos iban para allá a otro lugar, porque allí no ocupaban de esos.
LM: Mire qué bien, ¿nunca le dio la idea o sintió que se podía quedar a vivir allá? ¿Que pensaba?
JB: No, mire, yo nunca pensé eso, nunca porque entonces vivían mis papás, yo tenía mi familia acá. Y yo tenía, pos que venir a verlos, a ver a mi señora y a mis hijos y a mi papá, porque mi papá pos de esa edad, como le digo que tenía, tano [todavía no] tenía yo ocho años cuando mi mamá y mi papá, que en paz descansen los dos, se desafiaron. Y éramos cinco hermanos de padre y madre, entonces yo me fui con él, yo lo quería mucho a él y me fui con él. Y allá nos juimos pa Canelas y hasta que ya, ya crecí yo, ya me amparé ya.
LM: Después de haber trabajado como bracero, ya cuando regresó, cuénteme cómo fue la vida después de haber estado allá que regresó y que ya no fue.
JB: Mire, estuvo durita mi situación porque jueron muchos mis hijos, mi señora tuvo catorce hijos. Nomás que uno ya, uno se nos fue, me lo atrasaron, pero jueron catorce hijos. Entonces yo trabajaba mucho en el rancho, pa hacer, hacer la siembra y desde muy tempranito hasta ya que se metía el sol, a trabajar a lo negro. Ya se puso un aserradero ahí en Torranci(??) y al aserradero, yo anduve sacando trozos a gancho y cargarlos a gancho a los camiones, mucho muy duro, haciendo mucha fuerza.
LM: ¿Pensó usted en regresar a trabajar a Estados Unidos?
JB: Pos ya nomás hasta ahí, nomás pos ya el último año que yo vine yo aquí el [19]61 a la contratación, pero ya no alcanzamos. Y ya y ya, ya no, ya no regresé, ya no, a trabajar nomás allá en el monte, en el rancho, sí. Yo estuve con un patrón que le digo que éramos familiares, él tenía muchas mulas estaba bien acomodado él. Trabajé con él hasta que él falleció. Yo navegué, yo, yo jui arriero, arrié mucho las mulas, vine muchas veces a Tepehuanes a levantar carga, llevábamos cerveza, ardos de ropa muy pesados, pa las tiendas, cajas de jabón, todo eso acarreábamos de Tepehuanes para allá.
LM: ¿Entonces a usted no se le cerró el mundo con el trabajo?
JB: No, no, es que tiene que buscarle uno a la vida.
LM: Claro. Y, bueno, vamos a hablar un poquito ya de lo que es, ya para finalizar, ¿qué siente usted al escuchar el término bracero?
JB: No, pos como yo jui bracero, pos me da un gusto y una estimación de la gente también que estuvo por allá porque eso es otro ambiente, es cuando conoce uno más como luego dicen, el mundo, como está por otras partes.
LM: Claro, ¿le da orgullo?
JB: Sí, un orgullo que, que yo también estuve allá y que anduve en otras tierras.
LM: Que conoció y conoció.
JB: Que así, ahí conoce uno mucho.
LM: ¿Cuántos estados fueron los que conoció?
JB: Mire, yo conocí en California, conocí Nuevo México, bueno ahí donde estuve, porque los estados pos están grandes, ¿verdad? Pero ahí en el pueblo que íbamos Artista [Artesia], Nuevo México, cuando estuve en Pecos, pos Pecos. Pero estuve en otra parte que eso no, no me convino porque yo me deserté de ahí, estuve en Arkansas también.
LM: En Arkansas.
JB: Y de ahí me deserté yo. Pero eso no me conviene decirlo aquí, porque...
LM: No, no, está bien.
JB: A usted sí le estoy diciendo.
LM: No, le agradezco que…
JB: Porque yo anduve navegando mucho, conocí este Illinois. Conocí Chicago, cuatro veces fui yo a Chicago.
LM: Y, ¿en qué trabajó por ahí en Chicago?
JB: En Chicago no, trabajaba yo en Joliet, Illinois. Pero ya de alambre, ya no contratado.
LM: ¿Cuántas veces cruzó de alambre?
JB: De alambre crucé dos veces, no, otras veces porque iba acá pa Los Ángeles ahí con mis hijos y había que pasar la, porque no llevaba pasaporte, había que pasar…
LM: ¿Sus hijos viven en Estados Unidos?
JB: Vive uno, uno, tengo una hija en Los Ángeles, tengo otra hija en Las Vegas, Nevada. Ahí en octubre estuve allá con ella, allí las visité porque yo arreglé pasaporte. Acá en Colorado tengo otro hijo, allá estuve con él y allá en Dallas, Texas, tengo un hijo que él tiene muy buen trabajo, hace puras monturas, y muy bonitas monturas.
LM: Qué bien, me da…
JB: ¡Muy bonitas monturas! Y luego la señora es muy trabajadora y también pos ahí trabaja.
LM: O sea va, de repente regresa usted a pasearse.
JB: Oiga, pos orita pos quién sabe.
LM: Está bien, muy bien, sus recuerdos de haber trabajado como bracero.
JB: Pos todavía los tengo.
LM: ¿Son positivos o negativos?
B; No, positivos. Porque anduve, anduve yo en aquellas cosas. Y negativos, pos no, no los puedo negar porque yo anduve de bracero en la pisca de algodón, en la pisca de lechuga, con el corte de lechuga, en el corte de este de, de este de ejotes de haba también y haciendo limpias de lechua y de este, este el broquel, el broquel también lo corté. Ese lo pescaban en una canasta, tiene el aro de luminio [aluminio] y de lona así es que le echa uno, llena su canasta y lo vacía. A veces que andábamos, pero llueve y llueve pero fuerte, pero ahí nos daban equipo, pantalón de hule, botas de hule y luego su chamarra de hule, yo traía un gorrito de naylon aquí, pos yo nunca me mojé.
LM: El haber sido bracero, ¿cambió su vida de alguna manera?
JB: Pos sí, cuando estábamos por allá sí, sí, no, porque sí, de todas maneras aprende uno muchas cosas, y ya no está porque… Como luego decían: “No, pos yo estuve en tal parte y vine pero bien, bien aposesionado”. No, no, es que no, los trabajitos que nos daban no eran pa ganar tanto dinero, sí, sí teníamos sus ayuditas, cómo no, tenían sus ayudas unos, con aquello que le mandaban su familia.
LM: Claro.
JB: Qué bueno.
LM: Pos algún comentario final que quiera hacer, cuénteme alguna anécdota de lo que se le haya quedado más grabado.
JB: No, pos que le pueda decir, de los que anduvimos, como era en Empalme. Sufrimos mucho, ahí jue un sufrimiento.
(entrevista interrumpida)
LM: Continuamos con le entrevista con el señor José Guadalupe Blanco Ortega. Cuénteme don, cómo le sufrió en Empalme, Sonora.
JB: En Empalme sufrimos mucho, mucho, porque se nos acabó la lana, entonces mi amigo Lucho iba y conseguía algo, porque se les acababa primero y ahí siguieron con lo mío. Seguimos, se nos acabó entonces iba Lucio y conseguía unos $20 pesos, me daba la mitad, conseguía $10, ahí te van $5. Un día consiguió $5 pesos y me dijo: “Ora pos nomás esto conseguí, echarnos un vasito de leche y unos dos, tres platanitos en la mañana”. Y hasta el medio día íbamos al mercado de abastos, comprábamos unos dos tomates, porque éramos cuatro compañeros. Una cabeza de cebolla y un kilo y medio de tortillas y hacer un… Y luego chiles de esos amarillos, hacíamos un chilón bien bravo y así estuvimos. Yluego onde, onde dormíamos pagábamos $1 peso todos los días, todas las noches y un día que la señora dueña de ahí del cuarto donde vivíamos nos llevó una cazuela con frijol recién cociditos, pues ese día nos regalamos. (risas)
LM: Pos sí, ¡ese día fue día de fiesta!
JB: Fíjese nomás.
LM: ¿Cuántos días estuvo allí en Sonora?
JB: Ahí estuve varios días, fueron varios días, sí, varios días. Porque juimos a la contratación y como no íbamos enlistados acá se estuvieron muncho en nombrarnos con la carta hasta que allá andábamos uno, que platicamos y ya nos pegó un ayude, entonces ya nos, ya nos nombraron y ahí vamos, ya para irnos llegó mi suegro, y iba un muchacho de Tamazula. Y ahí mi suegro me dio y otro compañero de él me dio una feriecita y mi suegro me dio, me parece que $20 pesos. Entonces le dije a Lucio: “Ten ahí están $10, a ver que te echas”. Y luego la otra feriecita americana que me dio el otro compañero me la eché a la bolsa y en el camino en el tren cuando íbamos, nos haciamos tres lonches, pos lueguito nos los echamos y nos quedamos pos y yo veía a Juanito que, ¡ay!, se me hacía que iba con mucha hambre pobrecito. “Ten”, le saque una ferita, “ten, a ver que te echas ahí”. Porque lo veía yo que iba…
LM: Pero se ayudaban ustedes, el mexicano se ayudaba…
JB: Sí, le digo: “Mira, échate algo”. Yo lo veía que iba muy, muy jalao pobrecito, pero había que pasarnos al otro lado, allá a Brawley, pos ya nos, ahí nos examinaron todo, un examen y luego ya nos dieron de comer bien, pos ya, ya cambió, ya cambió allí la vida.
LM: ¿Ya cruzando ya les daban de comer?
JB: Ya, sí ya, sí, sí, pos ahora sí.
LM: Qué bueno.
JB: Pero sí.
LM: Y, ¿la experiencia más agradable que se acuerde?
JB: Pos eso, eso, eso…
LM: ¿La otra cara de la moneda?
JB: Eso hay de eso, porque sufrimos mucho.
LM: Qué bueno.
JB: Ey.
LM: Pues, don José, le agradezco mucho todo lo que nos ha compartido, sus experiencias. La verdad es que estamos muy agradecidos con usted porque nos haya dado la oportunidad.
JB: El agradecido, el agradecido soy yo con usted que al, que nunca nos habíamos visto y luego ya nos… Esta entrevista me da mucho gusto y haberlo conocido también a usted.
LM: Igualmente.
JB: Y estamos a sus órdenes.
LM: Muchas gracias.
JB: Y ahí en la Emiliano Zapata, por ahí yo creo usted ahí mi número de teléfono sí se lo di.
LM: Sí señor.
JB: Ahí estamos para servirle, ahí tiene una pobre, una pobre sombra.
LM: Igualmente, muchas gracias.
JB: Otra vez que se le ofrezca venir, nos habla, ahí estamos y me dice usted en tal parte y yo vengo y lo visito.
LM: Muchas gracias, igualmente.
JB: Sí señor, sí señor.
LM: Mucho gusto.
JB: El gusto ha sido mío. Y que Dios lo conserve mucho y que tenga muy buen año.
LM: Gracias, igualmente.
JB: Que tenga muy buen año y que Dios lo conserve con su familia, sus padres, que Dios les dé mucha vida y salud.
LM: Gracias, gracias don José.
Fin de la entrevista
Interviewer
Martínez, Laureano
Interviewee
Blanco Ortega, José Guadalupe
Location
Durango, Durango, México
File Name Identifier
Blanco_Ortega_DGO006
Citation
Martínez, Laureano and Blanco Ortega, José Guadalupe, “José Guadalupe Blanco Ortega,” Bracero History Archive, accessed November 14, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/207.