Javier GarcÃa Robles
Title
Javier GarcÃa Robles
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Javier GarcÃa was born on May 23, 1937, in Estación Progreso, Durango, México; when he was eight years old, he began farming and working in the fields; the financial hardships he experienced during the 1950s led him to enroll in the bracero program in 1957; as a bracero, he worked in California picking and packaging tomatoes.
Summary of Interview: Mr. GarcÃa briefly recalls his family, childhood, and adolescence; in 1957, during his first year of marriage, he found himself out of work, and he decided to enroll in the bracero program; in order to begin the hiring process, he had to take a bus from Durango, Durango, to Guadalajara, Jalisco, México, and from there to the border; he details the various procedures of the hiring process at the contracting center in Guadalajara and the reception center in El Centro, California, as well as the medical examinations he underwent; as a bracero, he worked in California picking and packaging tomatoes; in addition, he describes what daily life was like for braceros on the farms, including work, wages, payments, contract extensions and amendments, housing, food, their weekend outings, and how they were treated by their American employers; he comments that the quality of the food was extremely poor, and they were also served very small portions; following his description of what his life was like after having worked as a bracero, he concludes that he is proud to have been part of the program because it benefited him greatly.
Summary of Interview: Mr. GarcÃa briefly recalls his family, childhood, and adolescence; in 1957, during his first year of marriage, he found himself out of work, and he decided to enroll in the bracero program; in order to begin the hiring process, he had to take a bus from Durango, Durango, to Guadalajara, Jalisco, México, and from there to the border; he details the various procedures of the hiring process at the contracting center in Guadalajara and the reception center in El Centro, California, as well as the medical examinations he underwent; as a bracero, he worked in California picking and packaging tomatoes; in addition, he describes what daily life was like for braceros on the farms, including work, wages, payments, contract extensions and amendments, housing, food, their weekend outings, and how they were treated by their American employers; he comments that the quality of the food was extremely poor, and they were also served very small portions; following his description of what his life was like after having worked as a bracero, he concludes that he is proud to have been part of the program because it benefited him greatly.
Creator
MartÃnez, Laureano
GarcÃa Robles, Javier
Date
2003-05-28
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Javier GarcÃa Robles
creator (Spanish)
MartÃnez, Laureano
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Interviewer
MartÃnez, Laureano
Interviewee
GarcÃa Robles, Javier
Location
Durango, Durango, México
Transcription
Nombre del entrevistado: Javier GarcÃa Robles
Fecha de la entrevista: 28 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano MartÃnez
Esta es una entrevista con el señor Javier GarcÃa Robles, en la ciudad de Durango, Durango, el dÃa 28 de mayo de 2003. Conduciendo la entrevista para el Proyecto Bracero del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Laureano MartÃnez.
LM: Buenas tardes don Javier.
JG: Muy buenas tardes señor.
LM: Me gustarÃa comenzar esta entrevista preguntándole, ¿dónde y cuándo nació usted?
JG: Mire, yo nacà en Estación Progreso, Durango.
LM: ¿Cuándo?
JG: El dÃa 23 de mayo de 1937.
2do: Buenas tardes.
LM: Buenas tardes señora. 23 de mayo de 1937. ¿Cómo se llamó su papá?
JG: Mi papá se llamó, Antonio GarcÃa Puebla.
LM: Y, ¿su mamá?
JG: Concepción Robles González de GarcÃa.
LM: ¿Cuántos fueron ustedes de familia?
JG: De familia fuimos nueve.
LM: Dentro de esos nueve, ¿usted era el mayor, o el menor?
JG: Yo soy el segundo.
LM: El segundo.
JG: El segundo de los hermanos.
LM: ¿Cuántos hombres fueron?
JG: Cuatro.
LM: Y cinco mujeres.
JG: Y cinco mujeres.
LM: Usted es el segundo, usted fue de los más…
JG: SÃ.
LM: Grandes.
JG: De los más grandes.
LM: ¿A qué se dedicaban sus padres?
JG: Eran agricultores.
LM: ¿Qué sembraban?
JG: Pues, maÃz y frijol. Lo de la región, ¿veá?
LM: Esa región es conocida por ser una región agrÃcola.
JG: AgrÃcola, sÃ.
LM: Cuéntenos un poquito, don Javier, ¿cómo es ese lugar donde usted nació?
JG: Pues es un pueblito, chico, ¿veá? Como de unos, actualmente, como de unos trescientos habitantes, ya. Y anteriormente (teléfono sonando), pues sà estuvo, pues sà hubo varia gente, varios pobladores ahÃ, ¿verdad? Pero, debido a la situación que se ha venido, ¿verdad?, ya la gente se salió de sus pueblos, ¿veá? Como en todos los, como en todas las partes, ¿veá?, que se ha venido viendo, ¿verdad? Asà es.
LM: Asà es. La gente de ahà de esa zona, pues se dedica a la agricultura.
JG: SÃ, todavÃa se dedica a la agricultura. Temporaleros son, temporaleros.
LM: Puro temporal.
JG: Puro temporal.
LM: ¿Fue usted a la escuela?
JG: SÃ, sÃ, estuve en, ahà en la escuela, en el ranchito. Me parece que hasta tercer año ahà y después estuve en Guadalupe Victoria en un colegio de madres. Se llama Colegio Guadalupe Victoria, todavÃa existe.
LM: ¿Ahà terminó?
JG: AhÃ, nada más hasta sexto año.
LM: ¿Le ayudaba usted a su papá?
JG: SÃ, cómo no. Precisamente, pos me salà de la escuela porque en ese tiempo, pos mi papá apenas empezaba él a trabajar, ¿verdad? Y pos estaba muy, en pésimas condiciones, ¿veá?, que económicas, ¿veá? Y tenÃamos que entrarle ahà a ayudarle al jefe, ¿veá?
LM: ¡Claro!
JG: A cuidar ahà a los animalitos y a echarle ganas ahà al… Y por eso no, no se pudo estudiar. Él querÃa que, él querÃa que le siguiera, porque habÃa, en ese tiempo, allà carrera comercial. Y no, pues no se pudo y asÃ.
LM: HabÃa que trabajar.
JG: HabÃa que trabajar, asà es.
LM: ¿A qué edad empezó usted a ayudarle?
JG: Pues muy chico, oiga, como, pos de unos ocho años, más o menos.
LM: ¿Cómo era su papá?
JG: Mi papá era una persona, robusto, de complexión muy fuerte, muy hombre, muy trabajador, muy trabajador el señor. Y, pues rústico, ¿veá? No, él no tuvo también preparación, ¿veá? Pero, fÃjese que sÃ, en su trabajo, ¿veá?, sà fue un hombre muy honesto, muy honesto. Y, muy trabajador, muy trabajador y pues luchón, ¿veá?, pa mantener a su familia.
LM: Claro, de carácter fuerte.
JG: De carácter fuerte, sÃ. De carácter fuerte. Un hombre sencillo, un hombre muy bueno mi papá.
LM: Y, ¿su mamá?
JG: También, mi mamá muy trabajadora. Fueron unos hombres muy trabajadores.
LM: Con tanta familia pues me imagino que...
JG: SÃ, sÃ, hubo más familia, ¿veá? Pero se murieron chiquitos, ¿veá?, ellos. Y ya como le digo, nomás, nueve sobrevivimos, ¿veá?
LM: ¿Alguno de sus hermanos fue bracero también?
JG: No, no, nada más yo.
LM: ¿Su papá no fue bracero?
JG: No, no, no, él no.
LM: ¿Recuerda cuál fue su primer trabajo de paga?
JG: Pues, estuve yo allá en, como le comento, en Stockton, ¿verdad? Y trabajamos ahà en el tomate.
LM: No, no, pero, en México.
JG: ¿Aqu�
LM: Cuando estaba usted chico.
JG: Ah, cuando estaba, no, pues en lo del campo, ¿verdad?, ahà cuidando borregas.
LM: Cuidando borregas.
JG: Cuidando borregas, cuidando vacas, cuidando bestias. Para, en ese tiempo se trabajaba con bestias, ¿veá?, con animales.
LM: ¿Cuánto le pagaban?, ¿se acuerda?
JG: No, pues, no habÃa ahÃ. Trabajamos para la casa.
LM: Para la casa.
JG: SÃ, ahà no habÃa, allá no habÃa paga, ¿veá?
LM: Y, ¿ya después de paga?
JG: Pues sÃ, ya después de paga ya lo que ya, ya estuve yo grande. Casado, ¿verdad?
LM: ¿A qué edad se casó usted?
JG: Yo me casé a los veinte años.
LM: ¿Cómo se llama su esposa?
JG: Se llama Yolanda Gurrola de la Olla de GarcÃa.
LM: ¿Ella de dónde es originaria?
JG: De Villa Ignacio RamÃrez, Durango.
LM: ¿Ahà está cerca?
JG: SÃ, es cerca de Progreso. Son como unos veinticinco kilómetros.
LM: Y, ¿en qué trabajaba usted cuando se casó?
JG: Pues en lo mismo del campo, en el campo.
LM: ¿Sembraba?
JG: Sembraba, sÃ.
LM: ¿TenÃa ganado?
JG: SÃ, sà pues tenÃamos ahà ya, fuimos, fui trabajando poco a poco y logré hacer unos animalitos. Y nos dedicábamos ahà a cuidar la vaquita y…
LM: ¿Cómo se vivÃa en esos años?
JG: Pues fÃjese que se vivÃa pues más o menos bien. Estaba más o menos todavÃa todo más cordial que ahorita, ¿veá? Nada más que también las personas que están preparadas, pues tienen, ¿veá?, otro medio de vida, ¿veá? Y pues nosotros no, no, no tuvimos esa oportunidad, ¿veá? Pero vivimos muy a gusto, tranquilos, trabajando, siempre dedicados al trabajo.
LM: Don Javier, ¿cuándo se entera usted de que se puede ir a trabajar a Estados Unidos como trabajador agrÃcola, migratorio?
JG: Pues, en ese mismo año del [19]57.
LM: ¿Cómo fue que se enteró?
JG: HabÃa, bueno, habÃa contrataciones, en ese tiempo. La personas platicaban que habÃa contrataciones: “Vámonos a Estados Unidos de bracerosâ€. HabÃa en ese tiempo eso era de las bracereadas, ¿veá? Que anteriormente también ya las habÃa, ¿verdad? Y a mà me tocó pues en esa época, dar una vuelta por allá, a conocer, ¿veá?
LM: ¿Qué fue lo que lo animó a usted a decidirse a ir?
JG: Bueno, realmente, me impulsó a eso, ¿verdad?, a irme allá porque en ese año que yo me casé, fue muy, muy malo por toda la región. Muy, no llovió en ese año. Entonces estaba, estaba medio crÃtico, ¿veá? No habÃa, no habÃa nada de trabajo, ¿verdad? Y, pues la gente comentaba, ¿verdad?, que: “Vamos a Estados Unidos que a las de bracerosâ€. Y habÃa contrataciones aquà en Durango, ¿verdad? Hubo contrataciones aquà en Durango, pues allá en Guadalajara. SabÃamos, ¿veá?, de que habÃa muchas partes donde se, onde contratar personas para…
LM: ¿Comentó usted con su señora?
JG: SÃ, sà comenté con mi señora, y: “Me voy a dar un vuelteón para alláâ€.
LM: Y, ¿qué le dijo ella?
JG: Pos, no querÃa muy bien, ¿veá?, porque ya ve que en ese tiempo las personas estaban muy, pues como en todo, ¿veá? También ahorita no quieren que salga uno de su territorio, ¿veá?
LM: Claro.
JG: Pero pos la necesidad lo hace a uno salir. Y asà fue como, asà fue como.
LM: Y, ¿dónde se inscribió usted?¿Cuál era el trámite para obtener un permiso para trabajar allá?
JG: Bueno, como le comento, aquà habÃa, aquà contrataban personas, ¿veá?, aquÃ. Y yo creo, aquà iba uno yo creo contratado. Pero ya en Mexicali era allá la, puede decirse la definitiva, ¿veá?, para poder entrar uno allá, ¿verdad?
LM: ¿Se fue usted a Mexicali?
JG: A Mexicali. Y ahà estuvimos una temporadita, ahà unos dÃas, ¿veá? Y luego ya, ya este…
LM: ¿Con quién se fue a Mexicali?
JG: No, no.
LM: ¿Solo?
JG: No, no fueron un grupito hay de personas de hay del rancho.
LM: Se juntaron.
JG: Nos juntamos, eran como unas doce personas, más o menos, de allà del ranchito. Y entre ellos, ¿veá?, pues me fui yo, ¿veá?
LM: ¿En qué se fueron hasta Mexicali?
JG: Nos fuimos en, pues mire, nos fuimos a, nos fuimos a Guadalajara. Nos fuimos a Guadalajara, porque en ese tiempo habÃa muchos derrumbes aquà en la carretera a Mazatlán. HabÃa muchos, ya ve que sÃ, ¿veá? Y entonces fuimos a rodear por allá, ¿verdad? Y ahà nos fuimos allá a Mexicali, por allá. Pos navegamos ahà en tren y en autobús.
LM: En autobús.
JG: Hasta llegar a allá.
LM: ¿Recuerda qué llevaba de ropa cuando se fue?
JG: Pues llevaba muy poca ropa. Casi nada más un cambio, nada más.
LM: Un cambio.
JG: Ey, un cambio. Y pues no, no, pues va uno medio, no conoce uno el ambiente, ¿veá?, no conoce uno.
LM: ¿Qué pensaba usted de cómo iba a ser ese viaje?, ¿qué iban a hacer?
JG: No, pues bien, a veces que ni piensa uno, nomás pos se va uno casi como a la deriva, ¿veá? Nomás a ver que Dios lo ayuda. Y pos no, pos adelante, ¿verdad?
LM: ¿Qué edad tenÃa?
JG: Yo tenÃa veinte años. Veinte años, estaba joven. Ey, jovencito.
LM: ¿Se necesitaba bastante dinero para irse?
JG: Pues, no, no, más o menos me fui yo como con $400 pesos, de aquel tiempo. Y pues sÃ, sà completé con eso, ¿verdad? Porque apenas como luego dicen, apenas, llegué barrido. (risas)
LM: ¿Cuántos dÃas hicieron hasta Mexicali?
JG: Hicimos como unos, cuatro dÃas.
LM: Cuatro dÃas. Cansado el viaje.
JG: SÃ, cansado, muy cansado, sÃ. Una parte en el tren, como le comento, en el tren, ¿verdad? Y otra parte en autobús. Con un calor tremendÃsimo, que, ¿veá?
LM: ¿Qué comÃan en ese trayecto?
JG: Pues, ahà la… VendÃan allÃ, gorditas en el tren y refrescos. Y pos ahà medios, mal pasadones, se llevaba uno. (risas) No crea que muy completitos de alimento, ¿verdad?
LM: Cuénteme cuando llegaron a Mexicali qué fue lo que hicieron.
JG: Pues allà estuvimos, ¿verdad? Ahà estuvimos esperando a que nos tocara nuestro turno.
LM: ¿Fueron a algún centro de contratación?
JG: SÃ, a un centro de contratación.
LM: ¿Cómo era ese centro?, ¿se acuerda?
JG: Pues, ahà lo revi[saban], lo revisaban a uno, lo revisaban a uno, a ver si no tenÃa alguna enfermedad, ¿veá? Y pos ahà iba uno ahÃ, ¿vedá?
LM: Pero, ¿cómo pasaban?, o, ¿entregaban una lista?
JG: SÃ, sÃ, sÃ, se formaba uno y habÃa, nombraban listas ahÃ, ¿veá?
LM: Usted llegaba ahà y decÃa: “Oiga, yo me quiero inscribirâ€.
JG: No, no, no, nada más ya llegaba allá, ya directamente, llegaban a nomás a, tomaban los nombres, ¿verdad? “Julano de tal, paseâ€, y asÃ, ¿verdad? Todos los compañeros y varias personas que iban, ¿vedá?, ahÃ, ¿vedá? En el grupo, ¿veá?
LM: HabÃa mucha gente, ¿verdad?
JG: SÃ, mucha gente, sÃ, mucha gente que sÃ.
LM: ¿Cuántas más o menos?
JG: No, pues, bastantes. Yo veÃa ahÃ, ahà aquella parte llena de pura gente, que querÃa ingresar a los Estados Unidos.
LM: ¿Cuántos dÃas duraron ahÃ?
JG: Pues ahà duramos, me parece que dos dÃas ahÃ. SÃ, pues como le comento, ¿verdad? Que ahà duramos como dos dÃas ahÃ, en ahà en Mexicali, en Caléxico, quién sabe cómo se dice. Caléxico se llamaba ahÃ, ya cuando entramos ahÃ.
LM: Y, ¿los nombraron para que pasaran al centro?
JG: SÃ, sÃ, nos, nos pasamos al centro ahÃ, ¿verdad? Y, y ya nos revisó el médico. Nos revisó el médico.
LM: ¿Qué revisiones les hacÃan?
JG: Pues, nos hacÃan, nos revisaban, ¿veá?, pues, de los testÃculos. Por cierto que yo habÃa tenido un accidente anteriormente y estaba yo operado de una hernia, precisamente en los testÃculos. Y el médico, ¿verdad?, al inspeccionarnos ahÃ, ¿veá? Le meten a uno los deditos, ¿veá?, para pos que suban los testÃculos para arriba y yo me fruncà luego luego, ¿veá?, porque, ya estaba yo bien, bien, totalmente bien, ¿verdad? Pero siempre al jalón, ¿verdad?, siempre se reciente, ¿verdad? Y pues, nada más eso, ¿verdad?, no es…
LM: Y, ¿qué le dijo el médico?
JG: No, pues, me quiso hacer para un lado. Y ya le comenté yo allà que yo estaba operado de una hernia. Y pero luego me volvió a revisar, ya no igual en la misma forma. ¿Verdad? Y no, le dije: “No, estoy bien, estoy completamente bien, me siento muy bienâ€. ¿Verdad? Y yo anteriormente, ¿verdad?, como trabaja uno en el campo y levanté un bulto pesado y sentà yo, que algo se me, una cosa aquà en el estómago, ¿veá? Que algo bajó, ¿verdad? Y de ahà empecé yo a estar malo, hasta que me vi muy malo de eso y mi papá me llevó a Torreón a operarme. Y bendito sea Dios, salió, todo salió bien, ¿verdad?
LM: Qué bueno. Entonces las personas que tenÃan hernias o que…
JG: SÃ, las personas que tenÃan hernias y, pues no, no entraban. Bueno, algunas que ya ve que tienen las hernias más desarrolladas, ¿verdad?, o no se atienden, ¿verdad?
LM: ¿Qué más buscaban los médicos?
JG: Pues nada más eso, ¿verdad? Nada más eso, que estuviéramos muy sanos.
LM: ¿No les revisaban la vista?
JG: La vista sÃ, la vista.
LM: El oÃdo.
JG: El oÃdo, sÃ.
LM: De ahà de esos exámenes médicos, ¿a dónde lo pasaban?
JG: No, ya, ya, ya, a donde dieron la autorización ya para la entrada allá.
LM: Para la entrada.
JG: Ey.
LM: Esos médicos que revisaban, ¿eran mexicanos o eran americanos?
JG: Me parece que eran americanos.
LM: Americanos.
JG: SÃ.
LM: De casualidad, ¿le rociaron algún polvo ah�
JG: No, no.
LM: Okay y de ahà de, ¿qué fue?, de Mexicali, ¿cruzó a Caléxico?
JG: A Caléxico. Ahà ya ve que es la frontera, ¿verdad?
LM: AhÃ, ¿a dónde fue?
JG: Ya de ahà nos fuimos a Los Ãngeles.
LM: Pero, ¿en Caléxico habÃa algún centro de recepción?, ¿los recibÃan en algún lado?, o, ¿cómo era?, ¿cruzaban y ya se iban por su lado?
JG: SÃ, ya, ya estando allà en Caléxico ya, ¿verdad?, ya ahà estuvimos unas horas ahÃ, ¿verdad?
LM: ¿En dónde?
JG: Allà en Caléxico. Y de allà ya, ¿verdad?, llegaron los camiones, ¿verdad? “Y ya van a salir a tales horasâ€.
LM: ¿Ya no hubo más exámenes médicos de aquel lado?
JG: No, ya no hubo más exámenes. No, ya de aquel lado no. Nada más ahÃ.
LM: Y de ahà se lo llevaron a dónde.
JG: De ahà a Los Ãngeles.
LM: A Los Ãngeles.
JG: Pasamos, digo pasamos, llegamos a Los Ãngeles, ¿veá? Y estuvo el camión allà en un, serÃa una hora o más o menos, ¿veá?, para tomar alimentos ahÃ, ¿veá?
LM: ¿Les daban de comer?
JG: SÃ, ahà nos dieron de comer.
LM: ¿Qué les dieron de comer?
JG: Pues, nos dieron unos, unos taqui[tos]. Unos lonchecitos oiga. Unos, asà como los de jamón aquÃ, ¿verdad?
LM: Ajá.
JG: Unos lonchecitos y un refresco.
LM: Y, ¿se llenaban con eso?
JG: Pues a medias, ¿verdad?, (risas) a medias, ¿verdad? SÃ.
LM: No sabÃan que el mexicano es bueno para comer.
JG: Pues sÃ, ¿verdad? (risas) Que somos buenos pa la comida. Pues ya le digo. Y ya pues más adelante está el…
LM: ¿Se separó de sus compañeros o siguió con ellos?
JG: Nos separamos. Nada más me tocó uno, un compañero nada más de los del grupito que Ãbamos, nada más uno me tocó.
LM: Y, ¿qué fue?, ¿qué trabajo le tocó ahà en Los Ãngeles?
JG: No, en Los Ãngeles no, en Stockton, California.
LM: En Los Ãngeles…
JG: Bueno, en el campo, ¿verdad? En el campo ya de el campo de Stockton, el field, pos el tomate oiga, los tomates.
LM: ¿Cómo es ese trabajo del tomate?
JG: Pues, es un trabajo, pues es bonito, es como todos los trabajos, ¿veá? Hay que piscar los tomates y echarle ganas. Nos Ãbamos muy temprano en la mañana.
LM: ¿A qué hora empezaban a…?
JG: A las seis de la mañana.
LM: ¿A las seis?
JG: A las seis de la mañana, la entrada.
LM: ¿Ya habÃan desayunado?
JG: A las cinco era el desayuno.
LM: ¿A qué horas se levantaban?
JG: A las cinco de la mañana, sÃ. Y luego luego, al almuerzo, luego luego al almuerzo.
LM: ¿Qué les daban de desayunar?
JG: Nos daban, nos daban dos huevos y frijoles de la olla, (risas) y un vasito de leche. SerÃa un cuartito, pos como un cuartito, yo creo.
LM: Eso ya no estaba tan mal, ¿verdad?
JG: No. Y de ahà y vámonos, a entrarle.
LM: ¿Estaba lejos el campo?
JG: SÃ, estaba, retiradillo. Ey, como un, o no, pos no, pos no puede uno precisar, porque pos ya ve en la mañana temprano…
LM: Y llegaban al campo y…
JG: Llegamos y empezábamos a trabajar luego luego. A echarle ganas, a piscar los tomates, ahà lo que… A echarle ganas.
LM: ¿De qué horas a qué horas trabajaban?
JG: Pues trabajamos como desde las seis de la mañana, como hasta las tres de la tarde.
LM: Hasta las tres.
JG: Tres, por ahÃ. Tres, cuatro de la tarde, más o menos.
LM: Y, ¿a qué horas comÃan?
JG: ComÃamos a medio dÃa, como a las doce, doce y media, por ahÃ. También muy, pues muy hambreados.
LM: ¿Les llevaban lonches o ustedes llevaban?
JG: No, no, llevaban, nos daban, nos daban de comer allÃ. Nos daban, no, no llenaba uno. Nos daban unos taquitos, unos taquitos, tres taquitos y pues de huevo y frijoles, ¿veá?
LM: ¿Estaba buena la comida?
JG: Pues sÃ, estaba regular. Estaba regular y su vasito de leche nomás.
LM: ¿Cuántas personas trabajaban en ese campo?
JG: Trabajaban yo creo como unas, como unas trescientas gentes, más o menos.
LM: SÃ.
JG: Más o menillos.
LM: Era muy grande. ¿Qué otros cultivos tenÃan por ahÃ?
JG: Pues…
LM: O, ¿era nomás puro tomate?
JG: Puro tomate, tenÃan, puro tomate.
LM: Puro tomate.
JG: SÃ.
LM: ¿TenÃan mayordomo?
JG: SÃ, tenÃamos un mayordomo.
LM: ¿Se acuerda cómo se llamaba?
JG: Pos que se llamaba, se llamaba Enrique, creo.
LM: Enrique. ¿Era mexicano?
JG: Era mexicano, sÃ.
LM: Y, ¿cómo se portaba él con ustedes?
JG: SÃ, se portaba bien. Se portaba bien, era buen camarada.
LM: ¿Ya habÃa piscado usted tomate antes?
JG: No, no, yo nomás lo conocÃa en el plato.
LM: Y, ¿ahà fueron sus primeras experiencias?
JG: SÃ, asà es.
LM: Y, ¿cómo es? Para que nos diéramos una idea del trabajo que ustedes hacÃan, ¿tienen que agacharse?, ¿dónde lo echan?
JG: SÃ, agachado, sentado, hincado, como puede uno, lo pisca el tomate, ¿verdad? Que esté el tomate, que esté más o menos rayado, que no esté muy rojo, ¿verdad? Y no pues se trabajaba bastante, y lo echaba uno en cajas. En cajas de madera, ¿veá? Como aquà la manzana y todo eso, ¿veá?, esas frutas, ¿veá? Y luego ya, pos tenÃa que sacar uno sus cajitas hasta la cabecera, ¿veá?, hasta la orilla. Ahà iba uno navegando con sus cajas y los surcos muy hondos, asà y llenos de zacate, mojado. Y ahà tenÃa que entrarle uno duro.
LM: ¿Cómo es?, ¿está seca la tierra o está…?
JG: Medio pues, con el rocÃo, ¿verdad?
LM: Ajá.
JG: Se humedece los… El pasto, ¿verdad? Se humedece el pasto. Y siempre en la mañana, ¿verdad?, las primeras horas era difÃcil porque, pues todito se caÃa uno allÃ, ¿verdad? Porque, pues lo mojado y el zoquete, ¿verdad?
LM: Se ensuciaba.
JG: Se ensuciaba uno. Pos ahà le entraba uno como…
LM: Acaban con los pantalones negros.
JG: Pues sÃ, sÃ. TenÃa yo un pantalón que se paraba solo, (risas) ¿cómo ve? Pos el de la chamba, ¿verdad?
LM: Pues sÃ.
JG: Se paraba solo el jijo del maÃz. (risa) SÃ, ¿cómo ve? No, pos sÃ, ya ve que el tomate es muy gomoso, muy, ¿veá? Y, no, pues…
LM: Suelta gomita.
JG: SÃ, suelta mucha goma y pegajoso, ¿veá?
LM: Y se embarra uno.
JG: SÃ, todo, se llena uno la ropa.
LM: Y, ¿qué decÃa? “HÃjole, ¿ahora como le voy a hacer para lavarla?â€.
JG: No, no, pues tenÃa uno que lavar allà la ropa, luego luego llegando y a secarla, ¿veá? O todavÃa echarle ganas al…
LM: ¿Cuánto le pagaban?
JG: Nos pagaban, me parece que a $0.11 la caja, oiga.
LM: Once centavos la caja. ¿Cuánto sacaba más o menos a la semana?
JG: Yo saca, yo piscaba como unas noventa cajas, ochenta, noventa, variaba. Y también trabajé en la carga.
LM: En la carga.
JG: En la carga de los tráiler, de los, de los…
LM: ¿Qué es más pesado?
JG: No, la carga.
LM: La carga.
JG: Lejos.
LM: ¿S�
JG: SÃ.
LM: ¿Cómo es la carga?
JG: Pues la carga es, ya ve que los camiones son, los trailers, las cajas de los tráilers son altas. Y habÃa que, habÃa que, era una cuadrilla de pos me parece que de seis personas. Este, unos echando de debajo del campo, de la tierra, ¿veá?, al camión, ¿veá?, a la caja.
LM: A la caja.
JG: Y luego a las otras dos personas subiendo, de la caja a…
LM: Al que las subÃan y luego ellos se las subÃan…
JG: Aquà habÃa que acomodarla, ¿veá? Acomodar la carga. Y no, trabajoso, pero, pos ahà era más, más remunerativo.
LM: ¿Les pagaban mejor?
JG: SÃ, nos pagaban más bien.
LM: ¿A cómo les pagaban?
JG: Nos pagaban, bueno, no pagaban ahà por cajas. Pagaban por más o menos por un, un tanto.
LM: Pero sà era más.
JG: SÃ, sÃ, no, ahà sÃ, ahà sà más o menos se componÃa uno un poquito más, ¿veá?, de lo de la pisca, ¿veá?
LM: Y, ¿no paraban?
JG: No, no, a chambear a chambear.
LM: ¿Qué hacÃa, qué pasaba si se retrasaba usted un poco?
JG: No, no, pues yo estaba joven, no me retrasaba, a echarle ganas. Y llegaba un tráiler y vámonos y sobre el otro. Pero sà habÃa más centavitos.
LM: Y, ¿cómo era que escogÃan a alguien para piscar o para cargar cajas?
JG: No, las personas ahà y ese dÃa, el dÃa que llegó el camión, bueno, que me tocó a mÃ, ¿veá?, que llegó el camión. Dijo el amigo: “¿Quién quiere cargar?â€. Entonces yo, yo pues me anoté, ¿verdad? La gente, ahà unas personas, ¿veá?, pues todos: “Pues yo y yoâ€. Pues ya el amigo, ¿verdad?, el chofer allà dijo: “Tú y tú y tú vaâ€. Ya nos, ya nos dijo, ¿veá?: “¿Quién quiere subirse arriba?â€. Pues a mà me tocó arriba del camión, ¿verdad?, de la traila [tráiler] y pos adentro, a echarle ganas.
LM: Acababan cansadÃsimos.
JG: No, muertos. (risas) Pero sà se ganaba uno más o menos.
LM: Ya después de que terminaban de trabajar, ¿qué hacÃan?
JG: Nos llevaban al campo. Nos llevaban a, nos llevaban al campo. Y ya nos daban de cenar como a las seis, más o menos.
LM: ¿TenÃan que bañarse?
JG: SÃ, nos baña[bamos], llegamos y nos bañábamos, de directos al baño, luego luego a bañarnos. SÃ, porque, no, no, no y lo cansado, ya ve que siempre se quita, con el baño se quita lo cansado, ¿veá? Y a otro dÃa, pos a lo mismo. (sonido de música de carrito de nieves) A lo mismo, temprano sonaba ahà el timbre. Un timbre recio, ¿veá?, (risas) sonaba. “¡Vámonos!â€.
LM: Los llamaban con puros timbres.
JG: SÃ, habÃa unos timbres, pues muy este, sonaban fuerte, ¿veá?, pa que se levantara toda la gente, ¿veá?.
LM: Y, ¿qué platicaban ustedes en las noches?
JG: Pos sÃ, no me crea que ni habÃa tiempo de platicar.
LM: ¿Qué se oÃa ahà en la…?
JG: No, pues puros quejidos, cansados. Tomando mejorales. (risas) Yo me llevé unos mejoralitos de aquÃ, que llevaba. No, viera cómo me sirvieron.
LM: Y luego que caÃan bien rendidos, ¿veá?
JG: RendidÃsimos, rendidÃsimos. No, ya ve que en Estados Unidos sà se trabaja, ¿verdad? Ahà no, ahà no se va a hacer uno tonto, ¿verdad? Si no, pa fuera luego luego.
LM: Asà es. Y otro dÃa, ¿empezaba la misma rutina?
JG: La misma rutina, de todos los dÃas.
LM: Y, ¿dónde vivÃan?
JG: En, habÃa que les nombraban barracas.
LM: Barracas.
JG: Eran unas casas, grandes, ¿vedá?, grandÃsimas, asà es.
LM: ¿Cómo eran?, ¿de qué estaban hechas?
JG: De madera. Estaban hechas de madera, muy bien hechas. Muy bien hechas, con su ventilación, ¿verdad? Su ventilación, sus, muy bien hechas, ¿veá?
LM: ¿Cuánta gente cabÃa ahÃ?
JG: Pues, yo creo que a cada salón de esas, de esas barracas, yo creo le cabrÃan como unas, como unas cien personas, yo creo.
LM: Unas cien personas, siempre.
JG: SÃ, sÃ, bast[antes].
LM: Las camitas, ¿cómo eran?
JG: Las camitas me parece que eran de dos oiga. Una arriba y otra abajo.
LM: Literas.
JG: Como las literas. SÃ, asÃ, me parece que sÃ.
LM: ¿TenÃan algunos muebles para poner su ropa?
JG: SÃ, tenÃan un, tenÃan ahà un como, pos unos ganchos, no eran burós, eran unos ganchos. Ahà colgaba uno su ropa, bien arreglados, ¿veá?
LM: DormÃan, no, pues dormÃan a gusto.
JG: Cansados, ¿verdad? Ya ve, como, pues ya usted conoce aquÃ.
LM: ¿Cómo era el ambiente entre los mismos braceros?
JG: Pues no, un ambiente, pos pacÃfico, ¿verdad?… De trabajo, ¿veá? De que, nadien, este, puro trabajar allÃ, no habÃa que pleitos ni nada, no.
LM: Se llevaban bien.
JG: Se llevaba uno bien ahà con los compañeros, ahÃ, ¿verdad? Platicaba ahà uno un ratito allÃ, ¿verdad? Y todos ahÃ, ya.
LM: ¿Qué eran las pláticas comunes?, ¿de qué platicaban?
JG: Pos no, platicaba uno de que acá del terri, ¿veá?
LM: Asà es.
JG: Platicando uno acá de su gente, ¿veá? Que, cómo estarán por allá, ¿veá?, qué…
LM: ¿Hizo buenos amigos ah�
JG: SÃ, muy buenos amigos. Muy buenos amigos hice yo. De todas las partes de la república. HabÃa de Michoacán, habÃa del estado de Guerrero, de Puebla, muchos compañeros asà de, chilangos de México.
LM: Chilangos también habÃa.
JG: Ey, también habÃa. SÃ, pues va mucha gente de todo, jóvenes, estábanos muy jóvenes todos en ese tiempo. Unos más mayorcitos que otros, ¿veá? Pero por lo regular pura gente joven.
LM: ¿HabrÃa alguna competencia sana?, ¿de qué Estado eran más trabajadores?
JG: No, no, no, no. No, todos le entraban parejo, hay no habÃa. Ahà porque como se pagaba por cajas, ¿veá? Ahà el que hiciera más, ¿veá?, se ganaba más, ¿veá? Ahà comentaba uno: “Pues, ¿cuántas hiciste?â€. “Pues tantasâ€. “Yo tantas, ahora hice menos, ahora hice sesentaâ€. Y asà se la, dÃas ya ve que hay partes más mejores de los surcos, hay partes más, surcos mejores, ¿veá?
LM: Claro.
JG: Más.
LM: ¿Cada cuándo les pagaban?
JG: Nos pagaban, cada quince dÃas.
LM: ¿Cómo les pagaban?, ¿con cheque o con efectivo?
JG: Nos pagaban en efectivo.
LM: ¿De qué dÃas trabajaban?, ¿de lunes a sábado?
JG: De lunes a sábado, los seis dÃas de la semana.
LM: ¿Sábado completo?
JG: También, no, medio dÃa nomás.
LM: Medio dÃa.
JG: Medio dÃa, un poquito menos que normal de los dÃas anteriores. SalÃan un poquito más temprano.
LM: Y, ¿qué hacÃan después de que les pagaban?
JG: No, pues, a descansar ahÃ, a descansar lo mismo, ¿veá? Bañarse uno, descansar ahà un rato, ¿veá? Y el domingo pues ahà nos la pasábamos, todo el dÃa allà en el, algunos salÃan a pueblitos ahà cerquititas que habÃa ahÃ, ¿veá? A pasearse uno allÃ, a los ranchitos ahà cer[ca]… Pues nada de ranchitos, ¿veá?, unos pueblitos grandes.
LM: Pueblitos, ¿cómo se llamaban?
JG: Pos habÃa uno, habÃa un pueblito ahà cerquita que se llamaba Manteca.
LM: Manteca.
JG: Manteca, California. San José, también hay otro pueblito ahà cercas. AhÃ, nos Ãbamos ahà los domingos, ahÃ.
LM: ¿Los llevaba el patrón?
JG: No, nos Ãbamos nosotros.
LM: ¿Estaba cerca?
JG: SÃ, cerquitas, sà cercas.
LM: Y, ¿cómo se portaba la gente, el americano en esos pueblos?
JG: Pues bien. No, en ese tiempo, no, digo, pos nosotros no, no, no habÃa este, no nos trataban mal, ¿veá? Desconocen inmediatamente a la gente mexicana, ¿verdad? Los americanos lo desconocen a uno. Pero no, no, una vez sÃ, unos niños ahÃ, ¿veá?, que habÃa cercas allà de la de ahà de donde estábamos allÃ, ¿veá?, unos muchachitos como de entre trece años, catorce, ¿veá?, quince, nos fueron y nos apedrearon ahà la barraca, ¿veá? Nos echaron, nos echaron pedradas ahÃ, ¿veá? Los chavalillos. No y sale la raza, la indiada. (risas) A pedradas también y no, pobrecillos.
LM: Corrieron.
JG: Corrieron los chavillos.
LM: ¿No descalabraron a alguno?
JG: No, no, a ninguno. No, no. No, pos ya ve que…
LM: De vacilada.
JG: SÃ, nomás vacilada, ¿veá? Los chiquillos ya ve que no, los gringos no lo quieren muy bien a uno, ¿veá?
LM: Claro.
JG: Pero, pos no.
LM: El patrón, ¿llegó a conocer a alguno de sus patrones?
JG: No, oiga. No, no, no, nomás el mayordomo.
LM: El mayordomo. ¿Nunca tuvieron alguna dificultad?
JG: No, para nada, platicábamos ahÃ. Y nos, se ponÃa a platicar ahà con nosotros el camarada.
JG: SÃ, no, no.
LM: ¿Qué les platicaba el mayordomo del…?
JG: No, pues nos platicaba del trabajo de ahà del campo, ¿verdad? Lo que, que los mexicanos éramos muy entrones a la chamba, que éramos fregones, ¿veá? Sà ahÃ, nos ponÃamos a platicar ahà con él toda… En la noche nos Ãbamos a platicar ahà con él. Buen camarada.
LM: ¿Él dónde vivÃa?
JG: Pues yo creo ahà mismo. Yo creo ahà mismo en el campo, ey.
LM: ¿Nunca les comentó que tenÃa ciertas indicaciones del patrón?
JG: No, pues no, no. Nada más, puro trabajo, pura chamba, ¿veá? “Adentro, a jalar muchachos, vámonosâ€. Hablaba muy bien español.
LM: ¿Hizo usted amistad con él?
JG: SÃ, sÃ, sÃ, sÃ.
LM: Qué bien.
JG: SÃ, pos se porta, tiene uno que portarse bien, ¿veá?, fuera de su, fuera y dentro de su…
LM: Asà es.
JG: De su territorio.
LM: Asà es. ¿De cuánto tiempo fue su primer contrato?
JG: De seis meses.
LM: Seis meses. ¿Era fácil recontratarse?
JG: SÃ, sÃ, bueno pues, en ese tiempo sÃ, sÃ. Sà era fácil, se necesitaba mucha, mucho personal, ¿veá?, de aquà de México. Y habÃa mucha, unos entraban y otros salÃan, ¿verdad? Y habÃa muy seguido contrataciones, ¿verdad?
LM: ¿Qué les decÃan para recontratarse?
JG: No, pues…
LM: ¿ Qué les preguntaban?
JG: No, no, nada, digo, nada más este, nada más lo que era de contratación, ¿verdad?, de la gente que iba enlistada ya, ¿veá? Que se, que se…
LM: “¿Te quieres quedar a trabajar?â€.
JG: “¿Te quieres quedar? Si no quieres, pues ya te vasâ€. ¿Veá? Y asÃ.
LM: Vamos a hacer una pequeña pausa.
(entrevista interrumpida)
LM: Continuamos la entrevista con el señor Javier GarcÃa. Me decÃa don Javier, de que se llevaba muy bien, con el mayordomo.
JG: Con el mayordomo.
LM: SÃ.
JG: SÃ, pues no, no hubo problema nada, para nada, ¿veá? A lo que va uno, a trabajar va, ¿veá? Y pues él se portó muy bien y nosotros creemos que sÃ, que también, ¿verdad?
LM: De los contratos que platicábamos, ¿alguna vez se recontrató usted?
JG: SÃ, sÃ.
LM: ¿Por cuánto tiempo?
JG: Por los seis meses, igual.
LM: Por los seis meses.
JG: SÃ.
LM: Entonces, fueron seis meses y luego otros seis meses.
JG: SÃ.
LM: ¿En el mismo…?
JG: En el mismo periodo, sÃ.
LM: ¿Tuvo que regresar a La Asociación de Braceros o ahà mismo?
JG: No, ahà mismo, ahà mismo.
LM: ¿HabÃa mucha gente que se recontrataba?
JG: SÃ, sà habÃa.
LM: Y, ¿qué pensaban los mismos braceros?, ¿algunos ya tenÃan ganas de venirse?, ¿se querÃan quedar?
JG: SÃ, o sea, algunos se regresaban, ¿verdad? No, no les gustaba muy bien el trabajo, no. O no, que no querÃan muy bien, ¿veá?, y se regresaban.
LM: ¿Sà hubo algunos?
JG: SÃ, sÃ, sà hubo algunos que se regresaron. HabÃa unos compañeros de Victoria, ¿veá? También que iban de aquà de Guadalupe Victoria y se regresaron ellos.
LM: Y ellos, ¿por qué se regresaron?
JG: Pues no, no pues, no les gusta muy bien el trabajo. Y pensando en su familia, ¿verdad? Que, ¿cómo estará la familia? Y: “Que no, pos que yo ya me voy a irâ€. Y que, y que nos, pos no, nomás decÃan: “Ya me voyâ€. Y no…
LM: ¿En algún momento sintió usted nostalgia?
JG: No, no, no, para nada, no, no. No, pues, claro que extraña uno poquito, ¿verdad?, su familia, ¿verdad?, pero no.
LM: Pero no.
JG: Lo que, lo que, iba uno con el propósito de, pos de los dólares, de traer unos centavitos para más o menos pasarla aquà una temporadita, unos dÃas nomás, pues ya, ya sabe usted cómo está el…
LM: Que no rinde.
JG: ¿Veá?
LM: Asà es.
JG: Ey.
LM: ¿Recuerda que haya habido algunas quejas ahà entre los mismos compañeros para algo?
JG: No, para nada. Para nada, para nada, no.
LM: ¿No habÃa quejas de la comida?
JG: No, pues, la comida pues ya ve que estaba poquito malita pero, pos tenÃa uno que, para comer uno a gusto solamente en su casa, ¿verdad?
LM: Claro.
JG: Asà es.
LM: Muy bien. ¿En alguna ocasión le tocó ver alguna autoridad mexicana que fuera a visitarlos a los campos?
JG: No.
LM: ¿Algún cónsul?
JG: No, no.
LM: ¿Americana?
JG: No, para no.
LM: Las personas del Departamento de Migración, ¿no aparecÃan?
JG: No, nada, no aparecÃan, no, no, nada, para nada.
LM: En el campo, ¿trabajaban pura gente contratada, puro bracero?
JG: Pura gente contratada, sÃ. Pura gente contratada.
LM: ¿No hubo algún mojado?
JG: No, que, que yo, que supiera, no, no. Yo creo pura gente de contrato, contratada.
LM: Muy bien.
JG: Asà es.
LM: Muy bien. ¿Qué es lo que más extrañaba usted de México?
JG: No, pues la comidita, ¿verdad?, y, pues la familia, ¿veá? Usted sabe que la primer vez que sale uno, siempre es muy diferente, ¿veá? Y salir uno de su casa no, no es igual.
LM: No es fácil.
JG: No es fácil, no es fácil.
LM: En alguna ocasión, ¿le tocó a usted ver algún acto de discriminación?
JG: No.
LM: Racismo.
JG: No, para nada. Yo digo, no. Para mà no, para mà no hubo nada, digo, para la… compañeros ahÃ, ¿veá?, todos los trabajadores no, no.
LM: ¿VivÃan a gusto?
JG: SÃ, vivÃan.
LM: Y, ¿qué pensaba usted en ese lugar?, ¿cuáles eran sus pensamientos, acerca de su futuro?
JG: No, pues, traerse unos centavitos, ¿verdad? Y como le digo, pasarla unos dÃas, seguir, pos seguir adelante, seguir adelante. Y yo traje unos centavitos poquitos, ¿verdad? Y puse un negocito allÃ, en el rancho, puse una tiendita ahÃ. Y bendito sea Dios, me fue bien. Me fue bien, en un negocito que puse allÃ, con los poquitos centavitos que traje. Y, pos bien, nos…
LM: ¿Les tocó en alguna ocasión ir al cine por allá?
JG: No, fÃjese que yo no.
LM: No.
JG: No, de esas veces, de esas veces que salÃamos ahà los domingos nomás allá a la calle a ver ahà la gente, ¿veá?, ahà nada más.
LM: ¿Qué se le hacÃa novedoso, que no hubiera en México?
JG: No, bueno, es que es muy, muy diferente aquellas partes, ¿veá? Es mucho muy diferente a lo nuestro, ¿veá?
LM: Desde…
JG: Desde, desde todo. Desde todo, ¿verdad? Este, otro modo de vida, otro ambiente, muy diferente al nuestro.
LM: Se le hacÃa extraño.
JG: No, no, no, todo, todo bonito los campo, todos los campos, una chulada de campos, ¿veá? Y aquà con nosotros pos triste, ¿veá? Pero pos a gusto, ¿verdad? Aquà es su terruño de uno.
LM: Claro.
JG: Asà es.
LM: De la gente, y, ¿qué fue lo que le impactó de la gente?
JG: No, pues la gente pues, allá pues bien vestidas las personas ahà en las ciudades, ¿veá?, que conocimos ahÃ, ¿veá? Bien vestidas las personas, ¿veá? Diferente a nosotros, ¿veá?, pos a al…
LM: ¿HabrÃa algún lugar en el pueblo a donde no fueran ustedes?
JG: No, no.
LM: ¿No los dejaban entrar?
JG: No, no, nada más fuimos unos compañeros ahÃ, ¿veá? Y anduvimos ahà en la calle nada más ahà viendo las, paseándonos ahà nada más. No, ni fuimos a comer ni nada ahÃ. Nomás viendo ahÃ, tomándonos una nieve nomás.
LM: Claro.
JG: Ahà con…
LM: ¿Qué hacÃan los demás compañeros los fines de semana?, ¿cómo se divertÃan?
JG: Pues, no, puro trabajo ahÃ, oyendo música ahà en el campo, ahà en las barracas nada más.
LM: ¿No jugaban cartas?
JG: Pues sÃ, jugaban ahà las cartas, ahà los camaradas. Ahà el, pos nomás baraja nada más, ¿veá?
LM: ¿Tomaban algunos los fines de semana?
JG: Pues no, casi no, yo veÃa, casi no, no. Eran puros compañeros de trabajo, no, casi no les gustaba la bebida, ¿veá?
LM: Y de comunicación con su familia a México, ¿cómo se comunicaba?
JG: Pues no, no hubo comunicación y a cartas.
LM: Cartas, ¿se escribÃan?
JG: Ey, cartas. Llegaban allá a las cansadas.
LM: Pues, ¿se tardaban mucho?
JG: SÃ, se tardaban muchÃsimo, ¿verdad?
LM: ¿Escribió usted en alguna ocasión a su familia?
JG: SÃ, sÃ, en ese tiempo estaba yo recién casado, recién casa[d]o.
LM: ¿Le escribÃa muy seguido?
JG: No, pues no seguido, no. Nada más como unas dos veces.
LM: ¿Qué más? Cuénteme, cuénteme por favor, cómo fue que regresó usted a México cuando se terminó su contrato.
JG: Pues ya, terminamos, ¿veda?, ahà el contrato. Y ya, nos venimos aquà a nuestro México.
LM: ¿Les avisaron, les dijeron?
JG: SÃ, ya, ya no, ya, ya no hay trabajo y vámonos a nuestro México.
LM: Y, ¿los mandaron a La Asociación o los mandaron…?
JG: No, pues, ya, sal[imos], pues no salimos de allà ya, de allà de onde estábamos, ¿verdad? Y ya nos venimos a, aquà a Durango.
LM: ¿En qué fue ese viaje?
JG: FÃjese que, llegamos a Mazatlán, iba el compañero ese que le digo que nos tocó juntos de ahà del mismo pueblo y nos, pos venÃa uno con muchas ganas de llegar a su pueblo, ¿verdad?, y nos, agarramos un avioncito de esos chicos, de esos avioncitos chicos. Y no, pues pronto llegamos, ¿verdad?
LM: ¿Cómo se llamaban los aviones esos?
JG: Pos no, no me acuerdo, ¿verdad? Del… Nomás nos subimos y llegamos.
LM: ¿De Mazatlán a Durango?
JG: De aquà de Mazatlán a Durango.
LM: Y de Mexicali a Durango, ¿en qué se vinieron?
JG: De, ¿de Mexicali?
LM: A Mazatlán, perdón.
JG: A Mazatlán, nos venimos en autobús.
LM: En autobús.
JG: Ey.
LM: ¿Cuántos venÃan?
JG: Pues en el camión de compañeros de, de compañeros nada más él y yo. Na más él y yo. Y pos el camión completo, ¿verdad?, de su pasaje completo. Y pos venÃamos gustosos ya, porque venÃamos…
LM: ¿Qué traÃa usted de allá?
JG: Pues traÃa una ropita, una ropita que compré, ¿verdad? Nada más, nada más poquita ropita.
LM: ¿Cómo se portaban los mismos mexicanos en las aduanas?
JG: Pues no hubo ningún, nada, nada.
LM: ¿Ningún incidente?
JG: No, nada, ningún incidente, nada. Nada, nada, nomás ya. No, bien, bendito sea Dios que más o menos sÃ. A mà me fue bien, bendito sea Dios. No, no hubo, no hubo nada de problemas, nada.
LM: ¿Ya tenÃa ganas de ver a su familia?
JG: SÃ, cómo no, sÃ, no, no. No y no le digo que: “Vamos a agarrar un avión para venirnos más rápidoâ€. Porque, pos no sabÃa uno todavÃa cómo estuviera el paso de aquà de Mazatlán, ¿veda? Ya ve que es peligrosa esa carretera. No mire, creo cuarenta y cinco minutos hizo el avioncito de Mazatlán a aquÃ. No, yo que estaba, medio estaba, medio, se bambaleaba el avioncito, pero mire, llegamos pronto.
LM: ¿No le dio miedo en el avión?
JG: Pos sÃ, ¿veá? SÃ, sÃ, pocón, ¿veá?, pero pos viene uno con…
LM: ¿Qué dijo: “A lo mejor no llego?â€.
JG: Pos a lo mejor no llega uno, ¿veá? (risas) Y ya llegamos aquà a Durango y luego luego nos fuimos en el autobús al rancho. Ya llegamos, como en la madrugada por ahÃ, como a la una de la mañana.
LM: ¿En qué mes llegó?
JG: Me parece que en, como en octubre, por ahÃ.
LM: En octubre.
JG: Ey.
LM: ¿Cómo lo recibieron en su casa?
JG: No, pos de maravilla, fÃjese nomás. (risas)
LM: Qué bien.
JG: Bien ahà la gente, el papá y la mamá y los hermanos, ahà todos: “Ese bracero, fracasadoâ€. Ya ve como le hacen.
LM: Me decÃa que puso un negocio con lo que trajo de allá.
JG: SÃ, pusimos un negocito de abarrotes. Bendito sea Dios, fÃjese que nos fue muy bien.
LM: ¿Cuánto tiempo duró en el…?
JG: ¿De abarrotero? Pues, duré vario tiempecillo, como unos, bueno el negocio creció poquito, fue creciendo, ¿veá?, fue creciendo poquito. Pero eso fue, eso fue el inicio, ¿veá?, del negocio, ¿veá? Los verdecitos, ahÃ. En aquel tiempo estaba más módico todo, ¿verdad? Sà rendÃa, sà rendÃan los centavitos.
LM: ¿No le daban ganas de repente de…?
JG: ¿De regresar?
LM: ¿De regresar?
JG: No, no, pos habÃa trabajo ahà en casa. SÃ, sà hubo más o menos trabajito sÃ. SÃ, el jefe sÃ, sà se defendÃa, más o menos, sÃ. Y a echarle ganas otra vez al negocio del ranchito.
LM: Muy bien, después. Entonces, ¿combinaba el ranchito con los abarrotes?
JG: SÃ, pues sÃ. La tierrita y la siembrita, todo eso, ¿veá? Se hacÃa uno vivir. Pues pobretón, no crea usted que, pobretón, pero pos ahÃ.
LM: Pero a gusto.
JG: SÃ, pos ya, ya.
LM: ¿Cuándo se vino usted a Durango?
JG: Yo me… ¿Del rancho? Yo me vine en el [19]68.
LM: ¿Por qué se vino?
JG: Pues, nos venimos para, nos venimos para acá, ¿veá? Mi papá siempre estuvo pensando él en mejorar. Y ahà en el rancho, ahà en Estación Progreso, ¿veá?, no hay mucha agua en el subsuelo. Y, usted sabe que aquà en Durango hay bastante agua. Entonces un señor, el señor que le vendió el primer ranchito, le decÃa: “Don Antonio, váyase a Durango, hombre, ustedes son muy trabajadoresâ€. Y pues todo mundo le hace propaganda a su negocio. “Yo le vendo una granjita. Yo le vendo una granjitaâ€. Y mi papá tenÃa unas vaquitas allÃ, pintas de negro. Algún, algún, siempre habÃa poquitas vaquitas ahÃ, ¿veá? Y le dijo mi papá: “Noâ€, se llama don Ãngel el señor, don Ãngel Casas, “no, don Ãngel, pues solamente que nos fÃe el ranchito le podemosâ€. “SÃ, cómo no. Me da una parte de ganadoâ€, de unas vaquitas que habÃa, ¿veda?, y dijo, “me da a escoger unas cincuenta, cincuenta vaquillas y ese es el enganche para el primer abono del rancho, se lo voy a dar en $150,000 pesos el rancho y le doy facilidades. Y al siguiente año nos da otro, otro, otra cantidad igual de vaquillas y ya el tercer año si usted no quiere darme vaquillas o me quiere dar dinero, le acepto lo que seaâ€. Y le entramos al negocio, nos consultó mi [p]apá: “Vamos a entrarle al negocio, ¿cómo ven?â€. A los hermanos, ¿veá? “Vamos a entrarleâ€.
LM: ¿Cuántos hermanos tomaron la decisión?
JG: Pues dos, dos. Y ya, pues ya nos venimos para acá a entrarle al negocio del riego, ya más diferente que el temporal, ¿verdad? Pero también no, también no crea usted que es muy, digamos, que estaba también muy bueno el negocio. Nada más que habÃa más expectativa del agua, todo eso, ¿veá?, que la tierra, pues un poco mejor, ¿veá?, que el temporal. Porque no está uno esperanzado de a tiro a lo que venga del cielo, que lo que llueva, ¿verdad? Y ya fue, ya fue diferente. Y ya, le echamos también ganas ahà al ranchito, ¿veá?, y le echamos muchas ganas, ¿veá? Y ya después compramos, compró mi [p]apá el otro, la otra granjita también, con facilidades.
LM: Mire, qué bien.
JG: Nos dio facilidades el señor, ¿verdad? Y estaba bien equipado el rancho, lo que sea, tenÃa un ganadito de borregas. TenÃa como unas ciento y algo, como ciento cincuenta animales, ciento veinte, por ahÃ.
LM: Y a eso se…
JG: De borregas muy buena, de muy buena calidad. Y tenÃa equipo, tenÃa unos tractorcitos viejos, ¿veá? Y nosotros ya tenÃamos maquinaria más o menos regular, nueva y ganas de trabajar, muchas ganas de trabajar. Y como le comento, duramos aquà cuatro años, del [19]68 al [19]72. Cuatro años trabajando muy bien, bien. TenÃamos más o menos como unas ochenta vacas en producción de, lecheras, como de veinticinco litros.
LM: Bastante bien.
JG: Bastante bien, sÃ, ben[dito], bendito sea…
LM: Bastante trabajo.
JG: Bastante trabajo, ahà sà se trabajaba.
LM: SÃ.
JG: Yo trabajaba, yo era como, pues administrador. Yo trabajaba desde las tres de la mañana, pues no quiero mentirle, a veces hasta las once de la noche.
LM: No, sÃ, sÃ.
JG: Porque, en el rancho se trabaja.
LM: Asà es.
JG: Que no, que faltaba el pasturero, que se emborrachaban y vamos a entrarle. A regar, que no hubo regador y la alfalfa se necesita regarla y a regar en la noche. PonÃa mi tirada de tablas de alfalfa y, me daba una dormitada y me levantaba en la noche a ver el agua. La cambiaba y otra vez a, otra dormitada ahà y asà y asÃ.
LM: Y a eso se dedicó.
JG: A eso me dediqué cuatro años.
LM: Y, ¿después?
JG: Y después, ya me metà yo de abarrotero aquÃ.
LM: ¿Aquà en la ciudad?
JG: Aquà en la ciudad, sÃ. Estuve aquà de abarrotero, como dieciocho o veinte años.
LM: Muy bien, muy bien. Don Javier, me gustarÃa preguntarle, ya para ir finalizando con la entrevista, ¿qué piensa usted?, ¿cuál es el sentimiento que le causa el término bracero?
JG: Pues, no, no, no, no ningún sentimiento de nada, no. Al contrario, que bueno que el Gobierno Americano dio oportunidad de contratar toda esta gente, ¿veá?, que, que muchos se beneficiaron, muchos nos beneficiamos de eso, de ese trabajo, ¿veá? Como actualmente está toda las personas con la ilusión de irse al sueño americano, ¿veá? Algunos, ¿veá?, pues les toca buena suerte, a otros mala suerte, ¿veá? Se quedan en el intento, ¿verdad?, de, pero pues es una impresión muy buena, digo, todo mundo, todo mundo quiere estar en los Estados Unidos. A los verdes, ¿verdad?, con la ilusión de los verdes, que, pues que rinden, del dinerito rinde, ¿veá? Muy diferente al nuestro, mucho muy diferente al nuestro. Claro que no quisiera uno salir de su territorio, ¿veá?, pero, pos la necesidad a veces lo obliga a uno a trabajar, a salir a buscar un poquito más, ¿veá?, de lo que se puede obtener de aquà de nuestro México. Pero, en realidad nuestro México es una cosa maravillosa, ¿verdad? Nada más que, pues, pos siempre esta la gente con la ilusión, ¿verdad?, que aquellas gentes están mejores, que vienen más bien vestidos, que todo eso, ¿veá? Y ahÃ, pos le causa a uno, ¿veá?, todo eso novedad y todo eso, pero…
LM: En general, sus recuerdos de aquella época, haber sido bracero, ¿son buenos?
JG: Son buenos, son buenos, sà son buenos.
LM: ¿Se siente usted orgulloso de haber sido bracero?
JG: Pues sÃ, sà me siento orgulloso porque desde el momento en que fui a visitar a los güeros, ¿veá? Entonces, pos tiene uno que también sentirse uno a gusto, ¿verdad?
LM: Claro.
JG: Eso es.
LM: ¿Por qué optó por quedarse en México en vez de tratar de irse a Estados Unidos?
JG: Pues, por [es]tar con la convivencia con la familia, ¿verdad? Estar uno unido en con su familia, ¿verdad?
LM: Claro. ¿Usted cree que serÃa bueno que se volviera a instituir el Programa Bracero?
JG: Bueno, pues yo creo que sÃ. Yo creo que sÃ, para que no haiga tanta, que sufren mucho las personas que se van allá, que indocumentados, ¿veá? Que con esa cuestión de, que se ha visto ya ve cuanto, que esos polleros los tratan muy mal. Y ve uno en la televisión, las personas que se quedan en el, que pierden la vida por pasar allá. Por querer, pos por querer ir a otro medio de vida, ¿verdad?
LM: ¿Se acabarÃa el…?
JG: Se acabarÃa eso, ¿verdad?, se acabarÃa, que serÃa, mejores contratos, ¿verdad?, y que regresen a su paÃs, ¿verdad?, que estén el tiempo que sea necesario, ¿verdad? El tiempo, que los contraten, ¿verdad?, que estén en el trabajo. Y yo digo que para mà serÃa mejor eso, ¿veá?, que irse nomás asà a la aventura, ¿veá? Porque ya ve cómo se ha visto, ¿veá?, las personas afectadas a las que se les mueren sus seres queridos, ¿veá?
LM: SÃ.
JG: Yo digo que sÃ, que sà serÃa bueno, ¿veá?
LM: De la experiencia que le tocó a usted vivir, ¿vio muchos americanos trabajando en el campo?
JG: No, no.
LM: A gente de…
JG: Pura México, pura México. No, no, puro mexicano, de mayorÃa mexicana. Los entrones pal trabajo, ¿verdad?, lo que sea, ¿veá?
LM: Asà es. Don Javier pues quiero darle las gracias.
JG: Pues muchas gracias por sus, por su atención y por, y por ver, por conocerlo.
LM: Igualmente, un gusto.
JG: Y pues ojalá que sea, sea que sea de beneficio esto, ¿veá?
LM: Esperemos que sÃ.
JG: ¿Verdad?
LM: A nombre de la Universidad de Texas, quiero darle las gracias.
JG: MuchÃsimas gracias y por todo.
LM: Por haber compartido con nosotros su vida, sus experiencias.
JG: Pues muchÃsimas gracias, encantado de conocerlo y ojalá Dios nos permita vivir un poquito más para algún dÃa ir a visitarlo por ahÃ, o…
LM: Claro que sÃ. Ahà estamos a sus órdenes.
JG: Asà es. Ya ve que de repente los tiempos pueden cambiar.
LM: Asà es.
JG: ¿Verdad? Ojalá que sea pronto, ¿verdad?, que cambien pronto para ir a dar una vueltecita por allá por los Estados Unidos.
LM: Muy bien. Con esto vamos a dar por terminada la entrevista.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 28 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano MartÃnez
Esta es una entrevista con el señor Javier GarcÃa Robles, en la ciudad de Durango, Durango, el dÃa 28 de mayo de 2003. Conduciendo la entrevista para el Proyecto Bracero del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Laureano MartÃnez.
LM: Buenas tardes don Javier.
JG: Muy buenas tardes señor.
LM: Me gustarÃa comenzar esta entrevista preguntándole, ¿dónde y cuándo nació usted?
JG: Mire, yo nacà en Estación Progreso, Durango.
LM: ¿Cuándo?
JG: El dÃa 23 de mayo de 1937.
2do: Buenas tardes.
LM: Buenas tardes señora. 23 de mayo de 1937. ¿Cómo se llamó su papá?
JG: Mi papá se llamó, Antonio GarcÃa Puebla.
LM: Y, ¿su mamá?
JG: Concepción Robles González de GarcÃa.
LM: ¿Cuántos fueron ustedes de familia?
JG: De familia fuimos nueve.
LM: Dentro de esos nueve, ¿usted era el mayor, o el menor?
JG: Yo soy el segundo.
LM: El segundo.
JG: El segundo de los hermanos.
LM: ¿Cuántos hombres fueron?
JG: Cuatro.
LM: Y cinco mujeres.
JG: Y cinco mujeres.
LM: Usted es el segundo, usted fue de los más…
JG: SÃ.
LM: Grandes.
JG: De los más grandes.
LM: ¿A qué se dedicaban sus padres?
JG: Eran agricultores.
LM: ¿Qué sembraban?
JG: Pues, maÃz y frijol. Lo de la región, ¿veá?
LM: Esa región es conocida por ser una región agrÃcola.
JG: AgrÃcola, sÃ.
LM: Cuéntenos un poquito, don Javier, ¿cómo es ese lugar donde usted nació?
JG: Pues es un pueblito, chico, ¿veá? Como de unos, actualmente, como de unos trescientos habitantes, ya. Y anteriormente (teléfono sonando), pues sà estuvo, pues sà hubo varia gente, varios pobladores ahÃ, ¿verdad? Pero, debido a la situación que se ha venido, ¿verdad?, ya la gente se salió de sus pueblos, ¿veá? Como en todos los, como en todas las partes, ¿veá?, que se ha venido viendo, ¿verdad? Asà es.
LM: Asà es. La gente de ahà de esa zona, pues se dedica a la agricultura.
JG: SÃ, todavÃa se dedica a la agricultura. Temporaleros son, temporaleros.
LM: Puro temporal.
JG: Puro temporal.
LM: ¿Fue usted a la escuela?
JG: SÃ, sÃ, estuve en, ahà en la escuela, en el ranchito. Me parece que hasta tercer año ahà y después estuve en Guadalupe Victoria en un colegio de madres. Se llama Colegio Guadalupe Victoria, todavÃa existe.
LM: ¿Ahà terminó?
JG: AhÃ, nada más hasta sexto año.
LM: ¿Le ayudaba usted a su papá?
JG: SÃ, cómo no. Precisamente, pos me salà de la escuela porque en ese tiempo, pos mi papá apenas empezaba él a trabajar, ¿verdad? Y pos estaba muy, en pésimas condiciones, ¿veá?, que económicas, ¿veá? Y tenÃamos que entrarle ahà a ayudarle al jefe, ¿veá?
LM: ¡Claro!
JG: A cuidar ahà a los animalitos y a echarle ganas ahà al… Y por eso no, no se pudo estudiar. Él querÃa que, él querÃa que le siguiera, porque habÃa, en ese tiempo, allà carrera comercial. Y no, pues no se pudo y asÃ.
LM: HabÃa que trabajar.
JG: HabÃa que trabajar, asà es.
LM: ¿A qué edad empezó usted a ayudarle?
JG: Pues muy chico, oiga, como, pos de unos ocho años, más o menos.
LM: ¿Cómo era su papá?
JG: Mi papá era una persona, robusto, de complexión muy fuerte, muy hombre, muy trabajador, muy trabajador el señor. Y, pues rústico, ¿veá? No, él no tuvo también preparación, ¿veá? Pero, fÃjese que sÃ, en su trabajo, ¿veá?, sà fue un hombre muy honesto, muy honesto. Y, muy trabajador, muy trabajador y pues luchón, ¿veá?, pa mantener a su familia.
LM: Claro, de carácter fuerte.
JG: De carácter fuerte, sÃ. De carácter fuerte. Un hombre sencillo, un hombre muy bueno mi papá.
LM: Y, ¿su mamá?
JG: También, mi mamá muy trabajadora. Fueron unos hombres muy trabajadores.
LM: Con tanta familia pues me imagino que...
JG: SÃ, sÃ, hubo más familia, ¿veá? Pero se murieron chiquitos, ¿veá?, ellos. Y ya como le digo, nomás, nueve sobrevivimos, ¿veá?
LM: ¿Alguno de sus hermanos fue bracero también?
JG: No, no, nada más yo.
LM: ¿Su papá no fue bracero?
JG: No, no, no, él no.
LM: ¿Recuerda cuál fue su primer trabajo de paga?
JG: Pues, estuve yo allá en, como le comento, en Stockton, ¿verdad? Y trabajamos ahà en el tomate.
LM: No, no, pero, en México.
JG: ¿Aqu�
LM: Cuando estaba usted chico.
JG: Ah, cuando estaba, no, pues en lo del campo, ¿verdad?, ahà cuidando borregas.
LM: Cuidando borregas.
JG: Cuidando borregas, cuidando vacas, cuidando bestias. Para, en ese tiempo se trabajaba con bestias, ¿veá?, con animales.
LM: ¿Cuánto le pagaban?, ¿se acuerda?
JG: No, pues, no habÃa ahÃ. Trabajamos para la casa.
LM: Para la casa.
JG: SÃ, ahà no habÃa, allá no habÃa paga, ¿veá?
LM: Y, ¿ya después de paga?
JG: Pues sÃ, ya después de paga ya lo que ya, ya estuve yo grande. Casado, ¿verdad?
LM: ¿A qué edad se casó usted?
JG: Yo me casé a los veinte años.
LM: ¿Cómo se llama su esposa?
JG: Se llama Yolanda Gurrola de la Olla de GarcÃa.
LM: ¿Ella de dónde es originaria?
JG: De Villa Ignacio RamÃrez, Durango.
LM: ¿Ahà está cerca?
JG: SÃ, es cerca de Progreso. Son como unos veinticinco kilómetros.
LM: Y, ¿en qué trabajaba usted cuando se casó?
JG: Pues en lo mismo del campo, en el campo.
LM: ¿Sembraba?
JG: Sembraba, sÃ.
LM: ¿TenÃa ganado?
JG: SÃ, sà pues tenÃamos ahà ya, fuimos, fui trabajando poco a poco y logré hacer unos animalitos. Y nos dedicábamos ahà a cuidar la vaquita y…
LM: ¿Cómo se vivÃa en esos años?
JG: Pues fÃjese que se vivÃa pues más o menos bien. Estaba más o menos todavÃa todo más cordial que ahorita, ¿veá? Nada más que también las personas que están preparadas, pues tienen, ¿veá?, otro medio de vida, ¿veá? Y pues nosotros no, no, no tuvimos esa oportunidad, ¿veá? Pero vivimos muy a gusto, tranquilos, trabajando, siempre dedicados al trabajo.
LM: Don Javier, ¿cuándo se entera usted de que se puede ir a trabajar a Estados Unidos como trabajador agrÃcola, migratorio?
JG: Pues, en ese mismo año del [19]57.
LM: ¿Cómo fue que se enteró?
JG: HabÃa, bueno, habÃa contrataciones, en ese tiempo. La personas platicaban que habÃa contrataciones: “Vámonos a Estados Unidos de bracerosâ€. HabÃa en ese tiempo eso era de las bracereadas, ¿veá? Que anteriormente también ya las habÃa, ¿verdad? Y a mà me tocó pues en esa época, dar una vuelta por allá, a conocer, ¿veá?
LM: ¿Qué fue lo que lo animó a usted a decidirse a ir?
JG: Bueno, realmente, me impulsó a eso, ¿verdad?, a irme allá porque en ese año que yo me casé, fue muy, muy malo por toda la región. Muy, no llovió en ese año. Entonces estaba, estaba medio crÃtico, ¿veá? No habÃa, no habÃa nada de trabajo, ¿verdad? Y, pues la gente comentaba, ¿verdad?, que: “Vamos a Estados Unidos que a las de bracerosâ€. Y habÃa contrataciones aquà en Durango, ¿verdad? Hubo contrataciones aquà en Durango, pues allá en Guadalajara. SabÃamos, ¿veá?, de que habÃa muchas partes donde se, onde contratar personas para…
LM: ¿Comentó usted con su señora?
JG: SÃ, sà comenté con mi señora, y: “Me voy a dar un vuelteón para alláâ€.
LM: Y, ¿qué le dijo ella?
JG: Pos, no querÃa muy bien, ¿veá?, porque ya ve que en ese tiempo las personas estaban muy, pues como en todo, ¿veá? También ahorita no quieren que salga uno de su territorio, ¿veá?
LM: Claro.
JG: Pero pos la necesidad lo hace a uno salir. Y asà fue como, asà fue como.
LM: Y, ¿dónde se inscribió usted?¿Cuál era el trámite para obtener un permiso para trabajar allá?
JG: Bueno, como le comento, aquà habÃa, aquà contrataban personas, ¿veá?, aquÃ. Y yo creo, aquà iba uno yo creo contratado. Pero ya en Mexicali era allá la, puede decirse la definitiva, ¿veá?, para poder entrar uno allá, ¿verdad?
LM: ¿Se fue usted a Mexicali?
JG: A Mexicali. Y ahà estuvimos una temporadita, ahà unos dÃas, ¿veá? Y luego ya, ya este…
LM: ¿Con quién se fue a Mexicali?
JG: No, no.
LM: ¿Solo?
JG: No, no fueron un grupito hay de personas de hay del rancho.
LM: Se juntaron.
JG: Nos juntamos, eran como unas doce personas, más o menos, de allà del ranchito. Y entre ellos, ¿veá?, pues me fui yo, ¿veá?
LM: ¿En qué se fueron hasta Mexicali?
JG: Nos fuimos en, pues mire, nos fuimos a, nos fuimos a Guadalajara. Nos fuimos a Guadalajara, porque en ese tiempo habÃa muchos derrumbes aquà en la carretera a Mazatlán. HabÃa muchos, ya ve que sÃ, ¿veá? Y entonces fuimos a rodear por allá, ¿verdad? Y ahà nos fuimos allá a Mexicali, por allá. Pos navegamos ahà en tren y en autobús.
LM: En autobús.
JG: Hasta llegar a allá.
LM: ¿Recuerda qué llevaba de ropa cuando se fue?
JG: Pues llevaba muy poca ropa. Casi nada más un cambio, nada más.
LM: Un cambio.
JG: Ey, un cambio. Y pues no, no, pues va uno medio, no conoce uno el ambiente, ¿veá?, no conoce uno.
LM: ¿Qué pensaba usted de cómo iba a ser ese viaje?, ¿qué iban a hacer?
JG: No, pues bien, a veces que ni piensa uno, nomás pos se va uno casi como a la deriva, ¿veá? Nomás a ver que Dios lo ayuda. Y pos no, pos adelante, ¿verdad?
LM: ¿Qué edad tenÃa?
JG: Yo tenÃa veinte años. Veinte años, estaba joven. Ey, jovencito.
LM: ¿Se necesitaba bastante dinero para irse?
JG: Pues, no, no, más o menos me fui yo como con $400 pesos, de aquel tiempo. Y pues sÃ, sà completé con eso, ¿verdad? Porque apenas como luego dicen, apenas, llegué barrido. (risas)
LM: ¿Cuántos dÃas hicieron hasta Mexicali?
JG: Hicimos como unos, cuatro dÃas.
LM: Cuatro dÃas. Cansado el viaje.
JG: SÃ, cansado, muy cansado, sÃ. Una parte en el tren, como le comento, en el tren, ¿verdad? Y otra parte en autobús. Con un calor tremendÃsimo, que, ¿veá?
LM: ¿Qué comÃan en ese trayecto?
JG: Pues, ahà la… VendÃan allÃ, gorditas en el tren y refrescos. Y pos ahà medios, mal pasadones, se llevaba uno. (risas) No crea que muy completitos de alimento, ¿verdad?
LM: Cuénteme cuando llegaron a Mexicali qué fue lo que hicieron.
JG: Pues allà estuvimos, ¿verdad? Ahà estuvimos esperando a que nos tocara nuestro turno.
LM: ¿Fueron a algún centro de contratación?
JG: SÃ, a un centro de contratación.
LM: ¿Cómo era ese centro?, ¿se acuerda?
JG: Pues, ahà lo revi[saban], lo revisaban a uno, lo revisaban a uno, a ver si no tenÃa alguna enfermedad, ¿veá? Y pos ahà iba uno ahÃ, ¿vedá?
LM: Pero, ¿cómo pasaban?, o, ¿entregaban una lista?
JG: SÃ, sÃ, sÃ, se formaba uno y habÃa, nombraban listas ahÃ, ¿veá?
LM: Usted llegaba ahà y decÃa: “Oiga, yo me quiero inscribirâ€.
JG: No, no, no, nada más ya llegaba allá, ya directamente, llegaban a nomás a, tomaban los nombres, ¿verdad? “Julano de tal, paseâ€, y asÃ, ¿verdad? Todos los compañeros y varias personas que iban, ¿vedá?, ahÃ, ¿vedá? En el grupo, ¿veá?
LM: HabÃa mucha gente, ¿verdad?
JG: SÃ, mucha gente, sÃ, mucha gente que sÃ.
LM: ¿Cuántas más o menos?
JG: No, pues, bastantes. Yo veÃa ahÃ, ahà aquella parte llena de pura gente, que querÃa ingresar a los Estados Unidos.
LM: ¿Cuántos dÃas duraron ahÃ?
JG: Pues ahà duramos, me parece que dos dÃas ahÃ. SÃ, pues como le comento, ¿verdad? Que ahà duramos como dos dÃas ahÃ, en ahà en Mexicali, en Caléxico, quién sabe cómo se dice. Caléxico se llamaba ahÃ, ya cuando entramos ahÃ.
LM: Y, ¿los nombraron para que pasaran al centro?
JG: SÃ, sÃ, nos, nos pasamos al centro ahÃ, ¿verdad? Y, y ya nos revisó el médico. Nos revisó el médico.
LM: ¿Qué revisiones les hacÃan?
JG: Pues, nos hacÃan, nos revisaban, ¿veá?, pues, de los testÃculos. Por cierto que yo habÃa tenido un accidente anteriormente y estaba yo operado de una hernia, precisamente en los testÃculos. Y el médico, ¿verdad?, al inspeccionarnos ahÃ, ¿veá? Le meten a uno los deditos, ¿veá?, para pos que suban los testÃculos para arriba y yo me fruncà luego luego, ¿veá?, porque, ya estaba yo bien, bien, totalmente bien, ¿verdad? Pero siempre al jalón, ¿verdad?, siempre se reciente, ¿verdad? Y pues, nada más eso, ¿verdad?, no es…
LM: Y, ¿qué le dijo el médico?
JG: No, pues, me quiso hacer para un lado. Y ya le comenté yo allà que yo estaba operado de una hernia. Y pero luego me volvió a revisar, ya no igual en la misma forma. ¿Verdad? Y no, le dije: “No, estoy bien, estoy completamente bien, me siento muy bienâ€. ¿Verdad? Y yo anteriormente, ¿verdad?, como trabaja uno en el campo y levanté un bulto pesado y sentà yo, que algo se me, una cosa aquà en el estómago, ¿veá? Que algo bajó, ¿verdad? Y de ahà empecé yo a estar malo, hasta que me vi muy malo de eso y mi papá me llevó a Torreón a operarme. Y bendito sea Dios, salió, todo salió bien, ¿verdad?
LM: Qué bueno. Entonces las personas que tenÃan hernias o que…
JG: SÃ, las personas que tenÃan hernias y, pues no, no entraban. Bueno, algunas que ya ve que tienen las hernias más desarrolladas, ¿verdad?, o no se atienden, ¿verdad?
LM: ¿Qué más buscaban los médicos?
JG: Pues nada más eso, ¿verdad? Nada más eso, que estuviéramos muy sanos.
LM: ¿No les revisaban la vista?
JG: La vista sÃ, la vista.
LM: El oÃdo.
JG: El oÃdo, sÃ.
LM: De ahà de esos exámenes médicos, ¿a dónde lo pasaban?
JG: No, ya, ya, ya, a donde dieron la autorización ya para la entrada allá.
LM: Para la entrada.
JG: Ey.
LM: Esos médicos que revisaban, ¿eran mexicanos o eran americanos?
JG: Me parece que eran americanos.
LM: Americanos.
JG: SÃ.
LM: De casualidad, ¿le rociaron algún polvo ah�
JG: No, no.
LM: Okay y de ahà de, ¿qué fue?, de Mexicali, ¿cruzó a Caléxico?
JG: A Caléxico. Ahà ya ve que es la frontera, ¿verdad?
LM: AhÃ, ¿a dónde fue?
JG: Ya de ahà nos fuimos a Los Ãngeles.
LM: Pero, ¿en Caléxico habÃa algún centro de recepción?, ¿los recibÃan en algún lado?, o, ¿cómo era?, ¿cruzaban y ya se iban por su lado?
JG: SÃ, ya, ya estando allà en Caléxico ya, ¿verdad?, ya ahà estuvimos unas horas ahÃ, ¿verdad?
LM: ¿En dónde?
JG: Allà en Caléxico. Y de allà ya, ¿verdad?, llegaron los camiones, ¿verdad? “Y ya van a salir a tales horasâ€.
LM: ¿Ya no hubo más exámenes médicos de aquel lado?
JG: No, ya no hubo más exámenes. No, ya de aquel lado no. Nada más ahÃ.
LM: Y de ahà se lo llevaron a dónde.
JG: De ahà a Los Ãngeles.
LM: A Los Ãngeles.
JG: Pasamos, digo pasamos, llegamos a Los Ãngeles, ¿veá? Y estuvo el camión allà en un, serÃa una hora o más o menos, ¿veá?, para tomar alimentos ahÃ, ¿veá?
LM: ¿Les daban de comer?
JG: SÃ, ahà nos dieron de comer.
LM: ¿Qué les dieron de comer?
JG: Pues, nos dieron unos, unos taqui[tos]. Unos lonchecitos oiga. Unos, asà como los de jamón aquÃ, ¿verdad?
LM: Ajá.
JG: Unos lonchecitos y un refresco.
LM: Y, ¿se llenaban con eso?
JG: Pues a medias, ¿verdad?, (risas) a medias, ¿verdad? SÃ.
LM: No sabÃan que el mexicano es bueno para comer.
JG: Pues sÃ, ¿verdad? (risas) Que somos buenos pa la comida. Pues ya le digo. Y ya pues más adelante está el…
LM: ¿Se separó de sus compañeros o siguió con ellos?
JG: Nos separamos. Nada más me tocó uno, un compañero nada más de los del grupito que Ãbamos, nada más uno me tocó.
LM: Y, ¿qué fue?, ¿qué trabajo le tocó ahà en Los Ãngeles?
JG: No, en Los Ãngeles no, en Stockton, California.
LM: En Los Ãngeles…
JG: Bueno, en el campo, ¿verdad? En el campo ya de el campo de Stockton, el field, pos el tomate oiga, los tomates.
LM: ¿Cómo es ese trabajo del tomate?
JG: Pues, es un trabajo, pues es bonito, es como todos los trabajos, ¿veá? Hay que piscar los tomates y echarle ganas. Nos Ãbamos muy temprano en la mañana.
LM: ¿A qué hora empezaban a…?
JG: A las seis de la mañana.
LM: ¿A las seis?
JG: A las seis de la mañana, la entrada.
LM: ¿Ya habÃan desayunado?
JG: A las cinco era el desayuno.
LM: ¿A qué horas se levantaban?
JG: A las cinco de la mañana, sÃ. Y luego luego, al almuerzo, luego luego al almuerzo.
LM: ¿Qué les daban de desayunar?
JG: Nos daban, nos daban dos huevos y frijoles de la olla, (risas) y un vasito de leche. SerÃa un cuartito, pos como un cuartito, yo creo.
LM: Eso ya no estaba tan mal, ¿verdad?
JG: No. Y de ahà y vámonos, a entrarle.
LM: ¿Estaba lejos el campo?
JG: SÃ, estaba, retiradillo. Ey, como un, o no, pos no, pos no puede uno precisar, porque pos ya ve en la mañana temprano…
LM: Y llegaban al campo y…
JG: Llegamos y empezábamos a trabajar luego luego. A echarle ganas, a piscar los tomates, ahà lo que… A echarle ganas.
LM: ¿De qué horas a qué horas trabajaban?
JG: Pues trabajamos como desde las seis de la mañana, como hasta las tres de la tarde.
LM: Hasta las tres.
JG: Tres, por ahÃ. Tres, cuatro de la tarde, más o menos.
LM: Y, ¿a qué horas comÃan?
JG: ComÃamos a medio dÃa, como a las doce, doce y media, por ahÃ. También muy, pues muy hambreados.
LM: ¿Les llevaban lonches o ustedes llevaban?
JG: No, no, llevaban, nos daban, nos daban de comer allÃ. Nos daban, no, no llenaba uno. Nos daban unos taquitos, unos taquitos, tres taquitos y pues de huevo y frijoles, ¿veá?
LM: ¿Estaba buena la comida?
JG: Pues sÃ, estaba regular. Estaba regular y su vasito de leche nomás.
LM: ¿Cuántas personas trabajaban en ese campo?
JG: Trabajaban yo creo como unas, como unas trescientas gentes, más o menos.
LM: SÃ.
JG: Más o menillos.
LM: Era muy grande. ¿Qué otros cultivos tenÃan por ahÃ?
JG: Pues…
LM: O, ¿era nomás puro tomate?
JG: Puro tomate, tenÃan, puro tomate.
LM: Puro tomate.
JG: SÃ.
LM: ¿TenÃan mayordomo?
JG: SÃ, tenÃamos un mayordomo.
LM: ¿Se acuerda cómo se llamaba?
JG: Pos que se llamaba, se llamaba Enrique, creo.
LM: Enrique. ¿Era mexicano?
JG: Era mexicano, sÃ.
LM: Y, ¿cómo se portaba él con ustedes?
JG: SÃ, se portaba bien. Se portaba bien, era buen camarada.
LM: ¿Ya habÃa piscado usted tomate antes?
JG: No, no, yo nomás lo conocÃa en el plato.
LM: Y, ¿ahà fueron sus primeras experiencias?
JG: SÃ, asà es.
LM: Y, ¿cómo es? Para que nos diéramos una idea del trabajo que ustedes hacÃan, ¿tienen que agacharse?, ¿dónde lo echan?
JG: SÃ, agachado, sentado, hincado, como puede uno, lo pisca el tomate, ¿verdad? Que esté el tomate, que esté más o menos rayado, que no esté muy rojo, ¿verdad? Y no pues se trabajaba bastante, y lo echaba uno en cajas. En cajas de madera, ¿veá? Como aquà la manzana y todo eso, ¿veá?, esas frutas, ¿veá? Y luego ya, pos tenÃa que sacar uno sus cajitas hasta la cabecera, ¿veá?, hasta la orilla. Ahà iba uno navegando con sus cajas y los surcos muy hondos, asà y llenos de zacate, mojado. Y ahà tenÃa que entrarle uno duro.
LM: ¿Cómo es?, ¿está seca la tierra o está…?
JG: Medio pues, con el rocÃo, ¿verdad?
LM: Ajá.
JG: Se humedece los… El pasto, ¿verdad? Se humedece el pasto. Y siempre en la mañana, ¿verdad?, las primeras horas era difÃcil porque, pues todito se caÃa uno allÃ, ¿verdad? Porque, pues lo mojado y el zoquete, ¿verdad?
LM: Se ensuciaba.
JG: Se ensuciaba uno. Pos ahà le entraba uno como…
LM: Acaban con los pantalones negros.
JG: Pues sÃ, sÃ. TenÃa yo un pantalón que se paraba solo, (risas) ¿cómo ve? Pos el de la chamba, ¿verdad?
LM: Pues sÃ.
JG: Se paraba solo el jijo del maÃz. (risa) SÃ, ¿cómo ve? No, pos sÃ, ya ve que el tomate es muy gomoso, muy, ¿veá? Y, no, pues…
LM: Suelta gomita.
JG: SÃ, suelta mucha goma y pegajoso, ¿veá?
LM: Y se embarra uno.
JG: SÃ, todo, se llena uno la ropa.
LM: Y, ¿qué decÃa? “HÃjole, ¿ahora como le voy a hacer para lavarla?â€.
JG: No, no, pues tenÃa uno que lavar allà la ropa, luego luego llegando y a secarla, ¿veá? O todavÃa echarle ganas al…
LM: ¿Cuánto le pagaban?
JG: Nos pagaban, me parece que a $0.11 la caja, oiga.
LM: Once centavos la caja. ¿Cuánto sacaba más o menos a la semana?
JG: Yo saca, yo piscaba como unas noventa cajas, ochenta, noventa, variaba. Y también trabajé en la carga.
LM: En la carga.
JG: En la carga de los tráiler, de los, de los…
LM: ¿Qué es más pesado?
JG: No, la carga.
LM: La carga.
JG: Lejos.
LM: ¿S�
JG: SÃ.
LM: ¿Cómo es la carga?
JG: Pues la carga es, ya ve que los camiones son, los trailers, las cajas de los tráilers son altas. Y habÃa que, habÃa que, era una cuadrilla de pos me parece que de seis personas. Este, unos echando de debajo del campo, de la tierra, ¿veá?, al camión, ¿veá?, a la caja.
LM: A la caja.
JG: Y luego a las otras dos personas subiendo, de la caja a…
LM: Al que las subÃan y luego ellos se las subÃan…
JG: Aquà habÃa que acomodarla, ¿veá? Acomodar la carga. Y no, trabajoso, pero, pos ahà era más, más remunerativo.
LM: ¿Les pagaban mejor?
JG: SÃ, nos pagaban más bien.
LM: ¿A cómo les pagaban?
JG: Nos pagaban, bueno, no pagaban ahà por cajas. Pagaban por más o menos por un, un tanto.
LM: Pero sà era más.
JG: SÃ, sÃ, no, ahà sÃ, ahà sà más o menos se componÃa uno un poquito más, ¿veá?, de lo de la pisca, ¿veá?
LM: Y, ¿no paraban?
JG: No, no, a chambear a chambear.
LM: ¿Qué hacÃa, qué pasaba si se retrasaba usted un poco?
JG: No, no, pues yo estaba joven, no me retrasaba, a echarle ganas. Y llegaba un tráiler y vámonos y sobre el otro. Pero sà habÃa más centavitos.
LM: Y, ¿cómo era que escogÃan a alguien para piscar o para cargar cajas?
JG: No, las personas ahà y ese dÃa, el dÃa que llegó el camión, bueno, que me tocó a mÃ, ¿veá?, que llegó el camión. Dijo el amigo: “¿Quién quiere cargar?â€. Entonces yo, yo pues me anoté, ¿verdad? La gente, ahà unas personas, ¿veá?, pues todos: “Pues yo y yoâ€. Pues ya el amigo, ¿verdad?, el chofer allà dijo: “Tú y tú y tú vaâ€. Ya nos, ya nos dijo, ¿veá?: “¿Quién quiere subirse arriba?â€. Pues a mà me tocó arriba del camión, ¿verdad?, de la traila [tráiler] y pos adentro, a echarle ganas.
LM: Acababan cansadÃsimos.
JG: No, muertos. (risas) Pero sà se ganaba uno más o menos.
LM: Ya después de que terminaban de trabajar, ¿qué hacÃan?
JG: Nos llevaban al campo. Nos llevaban a, nos llevaban al campo. Y ya nos daban de cenar como a las seis, más o menos.
LM: ¿TenÃan que bañarse?
JG: SÃ, nos baña[bamos], llegamos y nos bañábamos, de directos al baño, luego luego a bañarnos. SÃ, porque, no, no, no y lo cansado, ya ve que siempre se quita, con el baño se quita lo cansado, ¿veá? Y a otro dÃa, pos a lo mismo. (sonido de música de carrito de nieves) A lo mismo, temprano sonaba ahà el timbre. Un timbre recio, ¿veá?, (risas) sonaba. “¡Vámonos!â€.
LM: Los llamaban con puros timbres.
JG: SÃ, habÃa unos timbres, pues muy este, sonaban fuerte, ¿veá?, pa que se levantara toda la gente, ¿veá?.
LM: Y, ¿qué platicaban ustedes en las noches?
JG: Pos sÃ, no me crea que ni habÃa tiempo de platicar.
LM: ¿Qué se oÃa ahà en la…?
JG: No, pues puros quejidos, cansados. Tomando mejorales. (risas) Yo me llevé unos mejoralitos de aquÃ, que llevaba. No, viera cómo me sirvieron.
LM: Y luego que caÃan bien rendidos, ¿veá?
JG: RendidÃsimos, rendidÃsimos. No, ya ve que en Estados Unidos sà se trabaja, ¿verdad? Ahà no, ahà no se va a hacer uno tonto, ¿verdad? Si no, pa fuera luego luego.
LM: Asà es. Y otro dÃa, ¿empezaba la misma rutina?
JG: La misma rutina, de todos los dÃas.
LM: Y, ¿dónde vivÃan?
JG: En, habÃa que les nombraban barracas.
LM: Barracas.
JG: Eran unas casas, grandes, ¿vedá?, grandÃsimas, asà es.
LM: ¿Cómo eran?, ¿de qué estaban hechas?
JG: De madera. Estaban hechas de madera, muy bien hechas. Muy bien hechas, con su ventilación, ¿verdad? Su ventilación, sus, muy bien hechas, ¿veá?
LM: ¿Cuánta gente cabÃa ahÃ?
JG: Pues, yo creo que a cada salón de esas, de esas barracas, yo creo le cabrÃan como unas, como unas cien personas, yo creo.
LM: Unas cien personas, siempre.
JG: SÃ, sÃ, bast[antes].
LM: Las camitas, ¿cómo eran?
JG: Las camitas me parece que eran de dos oiga. Una arriba y otra abajo.
LM: Literas.
JG: Como las literas. SÃ, asÃ, me parece que sÃ.
LM: ¿TenÃan algunos muebles para poner su ropa?
JG: SÃ, tenÃan un, tenÃan ahà un como, pos unos ganchos, no eran burós, eran unos ganchos. Ahà colgaba uno su ropa, bien arreglados, ¿veá?
LM: DormÃan, no, pues dormÃan a gusto.
JG: Cansados, ¿verdad? Ya ve, como, pues ya usted conoce aquÃ.
LM: ¿Cómo era el ambiente entre los mismos braceros?
JG: Pues no, un ambiente, pos pacÃfico, ¿verdad?… De trabajo, ¿veá? De que, nadien, este, puro trabajar allÃ, no habÃa que pleitos ni nada, no.
LM: Se llevaban bien.
JG: Se llevaba uno bien ahà con los compañeros, ahÃ, ¿verdad? Platicaba ahà uno un ratito allÃ, ¿verdad? Y todos ahÃ, ya.
LM: ¿Qué eran las pláticas comunes?, ¿de qué platicaban?
JG: Pos no, platicaba uno de que acá del terri, ¿veá?
LM: Asà es.
JG: Platicando uno acá de su gente, ¿veá? Que, cómo estarán por allá, ¿veá?, qué…
LM: ¿Hizo buenos amigos ah�
JG: SÃ, muy buenos amigos. Muy buenos amigos hice yo. De todas las partes de la república. HabÃa de Michoacán, habÃa del estado de Guerrero, de Puebla, muchos compañeros asà de, chilangos de México.
LM: Chilangos también habÃa.
JG: Ey, también habÃa. SÃ, pues va mucha gente de todo, jóvenes, estábanos muy jóvenes todos en ese tiempo. Unos más mayorcitos que otros, ¿veá? Pero por lo regular pura gente joven.
LM: ¿HabrÃa alguna competencia sana?, ¿de qué Estado eran más trabajadores?
JG: No, no, no, no. No, todos le entraban parejo, hay no habÃa. Ahà porque como se pagaba por cajas, ¿veá? Ahà el que hiciera más, ¿veá?, se ganaba más, ¿veá? Ahà comentaba uno: “Pues, ¿cuántas hiciste?â€. “Pues tantasâ€. “Yo tantas, ahora hice menos, ahora hice sesentaâ€. Y asà se la, dÃas ya ve que hay partes más mejores de los surcos, hay partes más, surcos mejores, ¿veá?
LM: Claro.
JG: Más.
LM: ¿Cada cuándo les pagaban?
JG: Nos pagaban, cada quince dÃas.
LM: ¿Cómo les pagaban?, ¿con cheque o con efectivo?
JG: Nos pagaban en efectivo.
LM: ¿De qué dÃas trabajaban?, ¿de lunes a sábado?
JG: De lunes a sábado, los seis dÃas de la semana.
LM: ¿Sábado completo?
JG: También, no, medio dÃa nomás.
LM: Medio dÃa.
JG: Medio dÃa, un poquito menos que normal de los dÃas anteriores. SalÃan un poquito más temprano.
LM: Y, ¿qué hacÃan después de que les pagaban?
JG: No, pues, a descansar ahÃ, a descansar lo mismo, ¿veá? Bañarse uno, descansar ahà un rato, ¿veá? Y el domingo pues ahà nos la pasábamos, todo el dÃa allà en el, algunos salÃan a pueblitos ahà cerquititas que habÃa ahÃ, ¿veá? A pasearse uno allÃ, a los ranchitos ahà cer[ca]… Pues nada de ranchitos, ¿veá?, unos pueblitos grandes.
LM: Pueblitos, ¿cómo se llamaban?
JG: Pos habÃa uno, habÃa un pueblito ahà cerquita que se llamaba Manteca.
LM: Manteca.
JG: Manteca, California. San José, también hay otro pueblito ahà cercas. AhÃ, nos Ãbamos ahà los domingos, ahÃ.
LM: ¿Los llevaba el patrón?
JG: No, nos Ãbamos nosotros.
LM: ¿Estaba cerca?
JG: SÃ, cerquitas, sà cercas.
LM: Y, ¿cómo se portaba la gente, el americano en esos pueblos?
JG: Pues bien. No, en ese tiempo, no, digo, pos nosotros no, no, no habÃa este, no nos trataban mal, ¿veá? Desconocen inmediatamente a la gente mexicana, ¿verdad? Los americanos lo desconocen a uno. Pero no, no, una vez sÃ, unos niños ahÃ, ¿veá?, que habÃa cercas allà de la de ahà de donde estábamos allÃ, ¿veá?, unos muchachitos como de entre trece años, catorce, ¿veá?, quince, nos fueron y nos apedrearon ahà la barraca, ¿veá? Nos echaron, nos echaron pedradas ahÃ, ¿veá? Los chavalillos. No y sale la raza, la indiada. (risas) A pedradas también y no, pobrecillos.
LM: Corrieron.
JG: Corrieron los chavillos.
LM: ¿No descalabraron a alguno?
JG: No, no, a ninguno. No, no. No, pos ya ve que…
LM: De vacilada.
JG: SÃ, nomás vacilada, ¿veá? Los chiquillos ya ve que no, los gringos no lo quieren muy bien a uno, ¿veá?
LM: Claro.
JG: Pero, pos no.
LM: El patrón, ¿llegó a conocer a alguno de sus patrones?
JG: No, oiga. No, no, no, nomás el mayordomo.
LM: El mayordomo. ¿Nunca tuvieron alguna dificultad?
JG: No, para nada, platicábamos ahÃ. Y nos, se ponÃa a platicar ahà con nosotros el camarada.
JG: SÃ, no, no.
LM: ¿Qué les platicaba el mayordomo del…?
JG: No, pues nos platicaba del trabajo de ahà del campo, ¿verdad? Lo que, que los mexicanos éramos muy entrones a la chamba, que éramos fregones, ¿veá? Sà ahÃ, nos ponÃamos a platicar ahà con él toda… En la noche nos Ãbamos a platicar ahà con él. Buen camarada.
LM: ¿Él dónde vivÃa?
JG: Pues yo creo ahà mismo. Yo creo ahà mismo en el campo, ey.
LM: ¿Nunca les comentó que tenÃa ciertas indicaciones del patrón?
JG: No, pues no, no. Nada más, puro trabajo, pura chamba, ¿veá? “Adentro, a jalar muchachos, vámonosâ€. Hablaba muy bien español.
LM: ¿Hizo usted amistad con él?
JG: SÃ, sÃ, sÃ, sÃ.
LM: Qué bien.
JG: SÃ, pos se porta, tiene uno que portarse bien, ¿veá?, fuera de su, fuera y dentro de su…
LM: Asà es.
JG: De su territorio.
LM: Asà es. ¿De cuánto tiempo fue su primer contrato?
JG: De seis meses.
LM: Seis meses. ¿Era fácil recontratarse?
JG: SÃ, sÃ, bueno pues, en ese tiempo sÃ, sÃ. Sà era fácil, se necesitaba mucha, mucho personal, ¿veá?, de aquà de México. Y habÃa mucha, unos entraban y otros salÃan, ¿verdad? Y habÃa muy seguido contrataciones, ¿verdad?
LM: ¿Qué les decÃan para recontratarse?
JG: No, pues…
LM: ¿ Qué les preguntaban?
JG: No, no, nada, digo, nada más este, nada más lo que era de contratación, ¿verdad?, de la gente que iba enlistada ya, ¿veá? Que se, que se…
LM: “¿Te quieres quedar a trabajar?â€.
JG: “¿Te quieres quedar? Si no quieres, pues ya te vasâ€. ¿Veá? Y asÃ.
LM: Vamos a hacer una pequeña pausa.
(entrevista interrumpida)
LM: Continuamos la entrevista con el señor Javier GarcÃa. Me decÃa don Javier, de que se llevaba muy bien, con el mayordomo.
JG: Con el mayordomo.
LM: SÃ.
JG: SÃ, pues no, no hubo problema nada, para nada, ¿veá? A lo que va uno, a trabajar va, ¿veá? Y pues él se portó muy bien y nosotros creemos que sÃ, que también, ¿verdad?
LM: De los contratos que platicábamos, ¿alguna vez se recontrató usted?
JG: SÃ, sÃ.
LM: ¿Por cuánto tiempo?
JG: Por los seis meses, igual.
LM: Por los seis meses.
JG: SÃ.
LM: Entonces, fueron seis meses y luego otros seis meses.
JG: SÃ.
LM: ¿En el mismo…?
JG: En el mismo periodo, sÃ.
LM: ¿Tuvo que regresar a La Asociación de Braceros o ahà mismo?
JG: No, ahà mismo, ahà mismo.
LM: ¿HabÃa mucha gente que se recontrataba?
JG: SÃ, sà habÃa.
LM: Y, ¿qué pensaban los mismos braceros?, ¿algunos ya tenÃan ganas de venirse?, ¿se querÃan quedar?
JG: SÃ, o sea, algunos se regresaban, ¿verdad? No, no les gustaba muy bien el trabajo, no. O no, que no querÃan muy bien, ¿veá?, y se regresaban.
LM: ¿Sà hubo algunos?
JG: SÃ, sÃ, sà hubo algunos que se regresaron. HabÃa unos compañeros de Victoria, ¿veá? También que iban de aquà de Guadalupe Victoria y se regresaron ellos.
LM: Y ellos, ¿por qué se regresaron?
JG: Pues no, no pues, no les gusta muy bien el trabajo. Y pensando en su familia, ¿verdad? Que, ¿cómo estará la familia? Y: “Que no, pos que yo ya me voy a irâ€. Y que, y que nos, pos no, nomás decÃan: “Ya me voyâ€. Y no…
LM: ¿En algún momento sintió usted nostalgia?
JG: No, no, no, para nada, no, no. No, pues, claro que extraña uno poquito, ¿verdad?, su familia, ¿verdad?, pero no.
LM: Pero no.
JG: Lo que, lo que, iba uno con el propósito de, pos de los dólares, de traer unos centavitos para más o menos pasarla aquà una temporadita, unos dÃas nomás, pues ya, ya sabe usted cómo está el…
LM: Que no rinde.
JG: ¿Veá?
LM: Asà es.
JG: Ey.
LM: ¿Recuerda que haya habido algunas quejas ahà entre los mismos compañeros para algo?
JG: No, para nada. Para nada, para nada, no.
LM: ¿No habÃa quejas de la comida?
JG: No, pues, la comida pues ya ve que estaba poquito malita pero, pos tenÃa uno que, para comer uno a gusto solamente en su casa, ¿verdad?
LM: Claro.
JG: Asà es.
LM: Muy bien. ¿En alguna ocasión le tocó ver alguna autoridad mexicana que fuera a visitarlos a los campos?
JG: No.
LM: ¿Algún cónsul?
JG: No, no.
LM: ¿Americana?
JG: No, para no.
LM: Las personas del Departamento de Migración, ¿no aparecÃan?
JG: No, nada, no aparecÃan, no, no, nada, para nada.
LM: En el campo, ¿trabajaban pura gente contratada, puro bracero?
JG: Pura gente contratada, sÃ. Pura gente contratada.
LM: ¿No hubo algún mojado?
JG: No, que, que yo, que supiera, no, no. Yo creo pura gente de contrato, contratada.
LM: Muy bien.
JG: Asà es.
LM: Muy bien. ¿Qué es lo que más extrañaba usted de México?
JG: No, pues la comidita, ¿verdad?, y, pues la familia, ¿veá? Usted sabe que la primer vez que sale uno, siempre es muy diferente, ¿veá? Y salir uno de su casa no, no es igual.
LM: No es fácil.
JG: No es fácil, no es fácil.
LM: En alguna ocasión, ¿le tocó a usted ver algún acto de discriminación?
JG: No.
LM: Racismo.
JG: No, para nada. Yo digo, no. Para mà no, para mà no hubo nada, digo, para la… compañeros ahÃ, ¿veá?, todos los trabajadores no, no.
LM: ¿VivÃan a gusto?
JG: SÃ, vivÃan.
LM: Y, ¿qué pensaba usted en ese lugar?, ¿cuáles eran sus pensamientos, acerca de su futuro?
JG: No, pues, traerse unos centavitos, ¿verdad? Y como le digo, pasarla unos dÃas, seguir, pos seguir adelante, seguir adelante. Y yo traje unos centavitos poquitos, ¿verdad? Y puse un negocito allÃ, en el rancho, puse una tiendita ahÃ. Y bendito sea Dios, me fue bien. Me fue bien, en un negocito que puse allÃ, con los poquitos centavitos que traje. Y, pos bien, nos…
LM: ¿Les tocó en alguna ocasión ir al cine por allá?
JG: No, fÃjese que yo no.
LM: No.
JG: No, de esas veces, de esas veces que salÃamos ahà los domingos nomás allá a la calle a ver ahà la gente, ¿veá?, ahà nada más.
LM: ¿Qué se le hacÃa novedoso, que no hubiera en México?
JG: No, bueno, es que es muy, muy diferente aquellas partes, ¿veá? Es mucho muy diferente a lo nuestro, ¿veá?
LM: Desde…
JG: Desde, desde todo. Desde todo, ¿verdad? Este, otro modo de vida, otro ambiente, muy diferente al nuestro.
LM: Se le hacÃa extraño.
JG: No, no, no, todo, todo bonito los campo, todos los campos, una chulada de campos, ¿veá? Y aquà con nosotros pos triste, ¿veá? Pero pos a gusto, ¿verdad? Aquà es su terruño de uno.
LM: Claro.
JG: Asà es.
LM: De la gente, y, ¿qué fue lo que le impactó de la gente?
JG: No, pues la gente pues, allá pues bien vestidas las personas ahà en las ciudades, ¿veá?, que conocimos ahÃ, ¿veá? Bien vestidas las personas, ¿veá? Diferente a nosotros, ¿veá?, pos a al…
LM: ¿HabrÃa algún lugar en el pueblo a donde no fueran ustedes?
JG: No, no.
LM: ¿No los dejaban entrar?
JG: No, no, nada más fuimos unos compañeros ahÃ, ¿veá? Y anduvimos ahà en la calle nada más ahà viendo las, paseándonos ahà nada más. No, ni fuimos a comer ni nada ahÃ. Nomás viendo ahÃ, tomándonos una nieve nomás.
LM: Claro.
JG: Ahà con…
LM: ¿Qué hacÃan los demás compañeros los fines de semana?, ¿cómo se divertÃan?
JG: Pues, no, puro trabajo ahÃ, oyendo música ahà en el campo, ahà en las barracas nada más.
LM: ¿No jugaban cartas?
JG: Pues sÃ, jugaban ahà las cartas, ahà los camaradas. Ahà el, pos nomás baraja nada más, ¿veá?
LM: ¿Tomaban algunos los fines de semana?
JG: Pues no, casi no, yo veÃa, casi no, no. Eran puros compañeros de trabajo, no, casi no les gustaba la bebida, ¿veá?
LM: Y de comunicación con su familia a México, ¿cómo se comunicaba?
JG: Pues no, no hubo comunicación y a cartas.
LM: Cartas, ¿se escribÃan?
JG: Ey, cartas. Llegaban allá a las cansadas.
LM: Pues, ¿se tardaban mucho?
JG: SÃ, se tardaban muchÃsimo, ¿verdad?
LM: ¿Escribió usted en alguna ocasión a su familia?
JG: SÃ, sÃ, en ese tiempo estaba yo recién casado, recién casa[d]o.
LM: ¿Le escribÃa muy seguido?
JG: No, pues no seguido, no. Nada más como unas dos veces.
LM: ¿Qué más? Cuénteme, cuénteme por favor, cómo fue que regresó usted a México cuando se terminó su contrato.
JG: Pues ya, terminamos, ¿veda?, ahà el contrato. Y ya, nos venimos aquà a nuestro México.
LM: ¿Les avisaron, les dijeron?
JG: SÃ, ya, ya no, ya, ya no hay trabajo y vámonos a nuestro México.
LM: Y, ¿los mandaron a La Asociación o los mandaron…?
JG: No, pues, ya, sal[imos], pues no salimos de allà ya, de allà de onde estábamos, ¿verdad? Y ya nos venimos a, aquà a Durango.
LM: ¿En qué fue ese viaje?
JG: FÃjese que, llegamos a Mazatlán, iba el compañero ese que le digo que nos tocó juntos de ahà del mismo pueblo y nos, pos venÃa uno con muchas ganas de llegar a su pueblo, ¿verdad?, y nos, agarramos un avioncito de esos chicos, de esos avioncitos chicos. Y no, pues pronto llegamos, ¿verdad?
LM: ¿Cómo se llamaban los aviones esos?
JG: Pos no, no me acuerdo, ¿verdad? Del… Nomás nos subimos y llegamos.
LM: ¿De Mazatlán a Durango?
JG: De aquà de Mazatlán a Durango.
LM: Y de Mexicali a Durango, ¿en qué se vinieron?
JG: De, ¿de Mexicali?
LM: A Mazatlán, perdón.
JG: A Mazatlán, nos venimos en autobús.
LM: En autobús.
JG: Ey.
LM: ¿Cuántos venÃan?
JG: Pues en el camión de compañeros de, de compañeros nada más él y yo. Na más él y yo. Y pos el camión completo, ¿verdad?, de su pasaje completo. Y pos venÃamos gustosos ya, porque venÃamos…
LM: ¿Qué traÃa usted de allá?
JG: Pues traÃa una ropita, una ropita que compré, ¿verdad? Nada más, nada más poquita ropita.
LM: ¿Cómo se portaban los mismos mexicanos en las aduanas?
JG: Pues no hubo ningún, nada, nada.
LM: ¿Ningún incidente?
JG: No, nada, ningún incidente, nada. Nada, nada, nomás ya. No, bien, bendito sea Dios que más o menos sÃ. A mà me fue bien, bendito sea Dios. No, no hubo, no hubo nada de problemas, nada.
LM: ¿Ya tenÃa ganas de ver a su familia?
JG: SÃ, cómo no, sÃ, no, no. No y no le digo que: “Vamos a agarrar un avión para venirnos más rápidoâ€. Porque, pos no sabÃa uno todavÃa cómo estuviera el paso de aquà de Mazatlán, ¿veda? Ya ve que es peligrosa esa carretera. No mire, creo cuarenta y cinco minutos hizo el avioncito de Mazatlán a aquÃ. No, yo que estaba, medio estaba, medio, se bambaleaba el avioncito, pero mire, llegamos pronto.
LM: ¿No le dio miedo en el avión?
JG: Pos sÃ, ¿veá? SÃ, sÃ, pocón, ¿veá?, pero pos viene uno con…
LM: ¿Qué dijo: “A lo mejor no llego?â€.
JG: Pos a lo mejor no llega uno, ¿veá? (risas) Y ya llegamos aquà a Durango y luego luego nos fuimos en el autobús al rancho. Ya llegamos, como en la madrugada por ahÃ, como a la una de la mañana.
LM: ¿En qué mes llegó?
JG: Me parece que en, como en octubre, por ahÃ.
LM: En octubre.
JG: Ey.
LM: ¿Cómo lo recibieron en su casa?
JG: No, pos de maravilla, fÃjese nomás. (risas)
LM: Qué bien.
JG: Bien ahà la gente, el papá y la mamá y los hermanos, ahà todos: “Ese bracero, fracasadoâ€. Ya ve como le hacen.
LM: Me decÃa que puso un negocio con lo que trajo de allá.
JG: SÃ, pusimos un negocito de abarrotes. Bendito sea Dios, fÃjese que nos fue muy bien.
LM: ¿Cuánto tiempo duró en el…?
JG: ¿De abarrotero? Pues, duré vario tiempecillo, como unos, bueno el negocio creció poquito, fue creciendo, ¿veá?, fue creciendo poquito. Pero eso fue, eso fue el inicio, ¿veá?, del negocio, ¿veá? Los verdecitos, ahÃ. En aquel tiempo estaba más módico todo, ¿verdad? Sà rendÃa, sà rendÃan los centavitos.
LM: ¿No le daban ganas de repente de…?
JG: ¿De regresar?
LM: ¿De regresar?
JG: No, no, pos habÃa trabajo ahà en casa. SÃ, sà hubo más o menos trabajito sÃ. SÃ, el jefe sÃ, sà se defendÃa, más o menos, sÃ. Y a echarle ganas otra vez al negocio del ranchito.
LM: Muy bien, después. Entonces, ¿combinaba el ranchito con los abarrotes?
JG: SÃ, pues sÃ. La tierrita y la siembrita, todo eso, ¿veá? Se hacÃa uno vivir. Pues pobretón, no crea usted que, pobretón, pero pos ahÃ.
LM: Pero a gusto.
JG: SÃ, pos ya, ya.
LM: ¿Cuándo se vino usted a Durango?
JG: Yo me… ¿Del rancho? Yo me vine en el [19]68.
LM: ¿Por qué se vino?
JG: Pues, nos venimos para, nos venimos para acá, ¿veá? Mi papá siempre estuvo pensando él en mejorar. Y ahà en el rancho, ahà en Estación Progreso, ¿veá?, no hay mucha agua en el subsuelo. Y, usted sabe que aquà en Durango hay bastante agua. Entonces un señor, el señor que le vendió el primer ranchito, le decÃa: “Don Antonio, váyase a Durango, hombre, ustedes son muy trabajadoresâ€. Y pues todo mundo le hace propaganda a su negocio. “Yo le vendo una granjita. Yo le vendo una granjitaâ€. Y mi papá tenÃa unas vaquitas allÃ, pintas de negro. Algún, algún, siempre habÃa poquitas vaquitas ahÃ, ¿veá? Y le dijo mi papá: “Noâ€, se llama don Ãngel el señor, don Ãngel Casas, “no, don Ãngel, pues solamente que nos fÃe el ranchito le podemosâ€. “SÃ, cómo no. Me da una parte de ganadoâ€, de unas vaquitas que habÃa, ¿veda?, y dijo, “me da a escoger unas cincuenta, cincuenta vaquillas y ese es el enganche para el primer abono del rancho, se lo voy a dar en $150,000 pesos el rancho y le doy facilidades. Y al siguiente año nos da otro, otro, otra cantidad igual de vaquillas y ya el tercer año si usted no quiere darme vaquillas o me quiere dar dinero, le acepto lo que seaâ€. Y le entramos al negocio, nos consultó mi [p]apá: “Vamos a entrarle al negocio, ¿cómo ven?â€. A los hermanos, ¿veá? “Vamos a entrarleâ€.
LM: ¿Cuántos hermanos tomaron la decisión?
JG: Pues dos, dos. Y ya, pues ya nos venimos para acá a entrarle al negocio del riego, ya más diferente que el temporal, ¿verdad? Pero también no, también no crea usted que es muy, digamos, que estaba también muy bueno el negocio. Nada más que habÃa más expectativa del agua, todo eso, ¿veá?, que la tierra, pues un poco mejor, ¿veá?, que el temporal. Porque no está uno esperanzado de a tiro a lo que venga del cielo, que lo que llueva, ¿verdad? Y ya fue, ya fue diferente. Y ya, le echamos también ganas ahà al ranchito, ¿veá?, y le echamos muchas ganas, ¿veá? Y ya después compramos, compró mi [p]apá el otro, la otra granjita también, con facilidades.
LM: Mire, qué bien.
JG: Nos dio facilidades el señor, ¿verdad? Y estaba bien equipado el rancho, lo que sea, tenÃa un ganadito de borregas. TenÃa como unas ciento y algo, como ciento cincuenta animales, ciento veinte, por ahÃ.
LM: Y a eso se…
JG: De borregas muy buena, de muy buena calidad. Y tenÃa equipo, tenÃa unos tractorcitos viejos, ¿veá? Y nosotros ya tenÃamos maquinaria más o menos regular, nueva y ganas de trabajar, muchas ganas de trabajar. Y como le comento, duramos aquà cuatro años, del [19]68 al [19]72. Cuatro años trabajando muy bien, bien. TenÃamos más o menos como unas ochenta vacas en producción de, lecheras, como de veinticinco litros.
LM: Bastante bien.
JG: Bastante bien, sÃ, ben[dito], bendito sea…
LM: Bastante trabajo.
JG: Bastante trabajo, ahà sà se trabajaba.
LM: SÃ.
JG: Yo trabajaba, yo era como, pues administrador. Yo trabajaba desde las tres de la mañana, pues no quiero mentirle, a veces hasta las once de la noche.
LM: No, sÃ, sÃ.
JG: Porque, en el rancho se trabaja.
LM: Asà es.
JG: Que no, que faltaba el pasturero, que se emborrachaban y vamos a entrarle. A regar, que no hubo regador y la alfalfa se necesita regarla y a regar en la noche. PonÃa mi tirada de tablas de alfalfa y, me daba una dormitada y me levantaba en la noche a ver el agua. La cambiaba y otra vez a, otra dormitada ahà y asà y asÃ.
LM: Y a eso se dedicó.
JG: A eso me dediqué cuatro años.
LM: Y, ¿después?
JG: Y después, ya me metà yo de abarrotero aquÃ.
LM: ¿Aquà en la ciudad?
JG: Aquà en la ciudad, sÃ. Estuve aquà de abarrotero, como dieciocho o veinte años.
LM: Muy bien, muy bien. Don Javier, me gustarÃa preguntarle, ya para ir finalizando con la entrevista, ¿qué piensa usted?, ¿cuál es el sentimiento que le causa el término bracero?
JG: Pues, no, no, no, no ningún sentimiento de nada, no. Al contrario, que bueno que el Gobierno Americano dio oportunidad de contratar toda esta gente, ¿veá?, que, que muchos se beneficiaron, muchos nos beneficiamos de eso, de ese trabajo, ¿veá? Como actualmente está toda las personas con la ilusión de irse al sueño americano, ¿veá? Algunos, ¿veá?, pues les toca buena suerte, a otros mala suerte, ¿veá? Se quedan en el intento, ¿verdad?, de, pero pues es una impresión muy buena, digo, todo mundo, todo mundo quiere estar en los Estados Unidos. A los verdes, ¿verdad?, con la ilusión de los verdes, que, pues que rinden, del dinerito rinde, ¿veá? Muy diferente al nuestro, mucho muy diferente al nuestro. Claro que no quisiera uno salir de su territorio, ¿veá?, pero, pos la necesidad a veces lo obliga a uno a trabajar, a salir a buscar un poquito más, ¿veá?, de lo que se puede obtener de aquà de nuestro México. Pero, en realidad nuestro México es una cosa maravillosa, ¿verdad? Nada más que, pues, pos siempre esta la gente con la ilusión, ¿verdad?, que aquellas gentes están mejores, que vienen más bien vestidos, que todo eso, ¿veá? Y ahÃ, pos le causa a uno, ¿veá?, todo eso novedad y todo eso, pero…
LM: En general, sus recuerdos de aquella época, haber sido bracero, ¿son buenos?
JG: Son buenos, son buenos, sà son buenos.
LM: ¿Se siente usted orgulloso de haber sido bracero?
JG: Pues sÃ, sà me siento orgulloso porque desde el momento en que fui a visitar a los güeros, ¿veá? Entonces, pos tiene uno que también sentirse uno a gusto, ¿verdad?
LM: Claro.
JG: Eso es.
LM: ¿Por qué optó por quedarse en México en vez de tratar de irse a Estados Unidos?
JG: Pues, por [es]tar con la convivencia con la familia, ¿verdad? Estar uno unido en con su familia, ¿verdad?
LM: Claro. ¿Usted cree que serÃa bueno que se volviera a instituir el Programa Bracero?
JG: Bueno, pues yo creo que sÃ. Yo creo que sÃ, para que no haiga tanta, que sufren mucho las personas que se van allá, que indocumentados, ¿veá? Que con esa cuestión de, que se ha visto ya ve cuanto, que esos polleros los tratan muy mal. Y ve uno en la televisión, las personas que se quedan en el, que pierden la vida por pasar allá. Por querer, pos por querer ir a otro medio de vida, ¿verdad?
LM: ¿Se acabarÃa el…?
JG: Se acabarÃa eso, ¿verdad?, se acabarÃa, que serÃa, mejores contratos, ¿verdad?, y que regresen a su paÃs, ¿verdad?, que estén el tiempo que sea necesario, ¿verdad? El tiempo, que los contraten, ¿verdad?, que estén en el trabajo. Y yo digo que para mà serÃa mejor eso, ¿veá?, que irse nomás asà a la aventura, ¿veá? Porque ya ve cómo se ha visto, ¿veá?, las personas afectadas a las que se les mueren sus seres queridos, ¿veá?
LM: SÃ.
JG: Yo digo que sÃ, que sà serÃa bueno, ¿veá?
LM: De la experiencia que le tocó a usted vivir, ¿vio muchos americanos trabajando en el campo?
JG: No, no.
LM: A gente de…
JG: Pura México, pura México. No, no, puro mexicano, de mayorÃa mexicana. Los entrones pal trabajo, ¿verdad?, lo que sea, ¿veá?
LM: Asà es. Don Javier pues quiero darle las gracias.
JG: Pues muchas gracias por sus, por su atención y por, y por ver, por conocerlo.
LM: Igualmente, un gusto.
JG: Y pues ojalá que sea, sea que sea de beneficio esto, ¿veá?
LM: Esperemos que sÃ.
JG: ¿Verdad?
LM: A nombre de la Universidad de Texas, quiero darle las gracias.
JG: MuchÃsimas gracias y por todo.
LM: Por haber compartido con nosotros su vida, sus experiencias.
JG: Pues muchÃsimas gracias, encantado de conocerlo y ojalá Dios nos permita vivir un poquito más para algún dÃa ir a visitarlo por ahÃ, o…
LM: Claro que sÃ. Ahà estamos a sus órdenes.
JG: Asà es. Ya ve que de repente los tiempos pueden cambiar.
LM: Asà es.
JG: ¿Verdad? Ojalá que sea pronto, ¿verdad?, que cambien pronto para ir a dar una vueltecita por allá por los Estados Unidos.
LM: Muy bien. Con esto vamos a dar por terminada la entrevista.
Fin de la entrevista
Original Format
Mini Disc
Duration
1:03:00
Bit Rate/Frequency
24 k
96 bit
96 bit
File Name Identifier
Garcia_Robles_DGO013
Citation
MartÃnez, Laureano and GarcÃa Robles, Javier, “Javier GarcÃa Robles,” Bracero History Archive, accessed October 25, 2025, https://braceroarchive.org/items/show/203.