Alberto Miguel Marcial
Title
Alberto Miguel Marcial
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Alberto Miguel Marcial came from a wealthy family and had five siblings; his father and grandfather worked in agriculture and owned a lot of land; when he was two years old, his father died; his grandfather later passed away as well, leaving his mother alone; Alberto went to school very briefly, and later as an adult he learned to read, write, and speak English; as a bracero, he worked in California and Colorado, picking beets, cantaloupe, onions, and potatoes; although he worked illegally for a time in the United States, he was able to obtain legal documentation and eventually become a citizen.
Summary of Interview: Mr. Marcial briefly mentions his family and childhood; his father and grandfather died, leaving his mother alone, but she later remarried; Alberto’s step-father worked as a bracero, and when he returned from a contract, Alberto decided to leave as well; he walked for two days to get a contract in Oaxaca, México; from there he was transported by train to Irapuato, Guanajuato, México, where he stayed for a few days; when leaving Oaxaca, people told him to buy cigarettes if he could, because they were scarce in the United States due to the war; he was able to sell them to soldiers and make some money; as a bracero, he worked in California and Colorado, picking beets, cantaloupe, onions, and potatoes; he goes on to detail various worksites, living arrangements, housing, amenities, provisions, friendships, daily routines, duties, treatment, recreational activities, and correspondence with family members; in addition, he mentions that for the first fifteen days of one of his contracts, he and other men ate at a restaurant every day until they had earned enough money to buy their own food; when his contract in Colorado ended he asked for a transfer to Fresno, California, so he could find his brother, which he eventually did; sometime after the program ended, he worked illegally in the United States, but he was caught by immigration officials; they helped him obtain legal documentation, and he ultimately became a U.S. citizen.
Summary of Interview: Mr. Marcial briefly mentions his family and childhood; his father and grandfather died, leaving his mother alone, but she later remarried; Alberto’s step-father worked as a bracero, and when he returned from a contract, Alberto decided to leave as well; he walked for two days to get a contract in Oaxaca, México; from there he was transported by train to Irapuato, Guanajuato, México, where he stayed for a few days; when leaving Oaxaca, people told him to buy cigarettes if he could, because they were scarce in the United States due to the war; he was able to sell them to soldiers and make some money; as a bracero, he worked in California and Colorado, picking beets, cantaloupe, onions, and potatoes; he goes on to detail various worksites, living arrangements, housing, amenities, provisions, friendships, daily routines, duties, treatment, recreational activities, and correspondence with family members; in addition, he mentions that for the first fifteen days of one of his contracts, he and other men ate at a restaurant every day until they had earned enough money to buy their own food; when his contract in Colorado ended he asked for a transfer to Fresno, California, so he could find his brother, which he eventually did; sometime after the program ended, he worked illegally in the United States, but he was caught by immigration officials; they helped him obtain legal documentation, and he ultimately became a U.S. citizen.
Creator
Martínez, Jackie
Marcial, Alberto Miguel
Date
2006-05-26
Subject
bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Alberto Miguel Marcial
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini Disc
Duration
43:00
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Alberto Miguel Marcial
Fecha de la entrevista: 26 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Jackie Martínez
AM: …como un hombre ya sabía hacer todo. Entonces decidí de salirme de mi pueblo y estaba en la contratación de braceros en Oaxaca y caminé dos días para llegar a Oaxaca, a pie. Y de allí me contraté, pues, me contrataron para venir pa Estados Unidos. Y de Estados Unidos, de, de Oaxaca, nos fuimos hasta Irapuato. Ahí en Irapuato se arreglaron los papeles y de allí, estuve como unos cuatro días y de ahí nos llevaron a Las Ánimas, no, este, Denver, Colorado y de Denver a Las Ánimas, Colorado. Ahí trabajé dos contratos de seis meses cada contrato. Y de ahí me, pedí mi cambio para Fresno y como vino también mi hermano y yo quería encontrarlo. Entonces me vine para Fresno y estuve en Corcoran, California y yo escribía cartas para, para saber de mi hermano. Y de allí supe que estaba en Los Ángeles y me vine para Los Ángeles. Me tocó pedir cambio y me tocó en [Rancho] Cucamonga a piscar limón. Y en 1946 cuando se acabó la guerra, entonces, hicieron una película del Escuadrón 201 y fuimos a ver. Y luego, cuando prendieron la luz, miré a mi hermano.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Y le dije a mi amigo, le dije: “Ese es mi hermano”. Y, me dijo: “¿A poco?”. Le dije: “Parece, si no ése, pero parece”. Entonces, cuando, me fui pal baño y cuando regresé y ya tenía ahí a mi hermano. Le pregunté, dice, le pregunté: “¿Tienes un hermano que se llama Alberto?”. Dijo que sí y le dije: “Aquí está”. Y allí nos encontramos y ya después de eso, ya nunca nos apartamos. Y me fue a ver donde yo trabajaba y se quedaba conmigo sábado y domingo y después ya me… ya se acabó todo el contrato y yo ya me vine con él para Artesia y de Artesia ya comencé ya a trabajar yo de, con la construcción. Y después de la construcción, comencé a trabajar en la United King. Entonces, allí estuve cuarenta y un año trabajando, sí. Y de ahí me retiré pa ahora ya, ya estoy retirado.
JM: Ah, okay.
AM: Sí, sí.
JM: Y, ¿solamente eras tú, usted y su hermano?
AM: Sí, este, los que estábamos aquí, sí. Nomás los dos.
JM: Okay.
AM: Mi hermano mayor se quedó en mi pueblo y mis hermanas. Éramos cinco.
JM: Cinco.
AM: Cinco, pero yo, tenía dos años cuando murió mi papá.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Okay.
AM: Sí. Por eso yo decidí salirme de, de allá, ¿verdad? Mis papás eran, eran ricos, pero se murieron. Se murió mi papá, mi abuelito y se quedó sola mi mamá y…
JM: En, ¿en qué se dedicó su papá?
AM: Mi papá en la agricultura.
JM: Agricultura, okay.
AM: Agricultura, sí. Y mi abuelito también, pero tenían mucho terreno y se hicieron ricos, sí. Así es que…
JM: Y, ¿su mamá no trabajó?
AM: No, nunca trabajó. Seis años comimos lo que dejaron, después de que se murieron, seis años. Después de seis años, ya comenzaron mis hermanos a trabajar y se volvió a casar mi mamá y ya, y ya cambió la vida. Mi padrastro fue malo con nosotros y por eso yo, cuando me casé con la mamá de mi, de mi hija, tenía tres, tres niños ella y yo los adopté. Sí, yo los adopté para, dije que yo quería saber, ¿por qué no lo quieren a uno? Y yo, yo la verdad, los quise mucho. Hasta, hasta la fecha la hermana de ella me quiere mucho a mí, sí, sí.
JM: Pues, qué bueno.
AM: Sí. Y ésa es mi, mi historia, sí.
JM: Pues, hábleme de su, de su pueblo.
AM: Bueno, mi pueblo, yo trabajé allá, ¿verdad? Porque yo estaba bien, tenía cuatro yuntas de toros y trabajaba bien, pero mi padrastro iba a venir de bracero y regresó y cuando regresó, dije: “No, mejor me voy yo”. Y por eso salí, y salí, cuando salí mi mamá me dijo: “Si te vas, así como estás, no te voy a ayudar nada”. Pero yo tenía unos centavitos que trabajaba por juera.
JM: En, ¿en qué trabajaba?
AM: Le vendía hojas a las tamaleras y carrizos a los cueteros y yo hacía mis centavitos por juera. Entonces eso tenía yo cuando salí de mi pueblo dije: “No, si no me da nada, no le hace”. Y ya se vino mi hermano, el mayor que yo, Andrés se llama.
JM: Andrés.
AM: Ya él, él se vino. Entonces, dije: “A ver si lo, lo alcanzaba”, pero cuando llegué yo a Oaxaca, él ya había salido.
JM: Ah, okay.
AM: Sí, ya. Entonces, ya no nos vimos, por eso duré varios años, como dos, dos años o tres años para encontrarlo, sí, sí. Y yo en mi pueblo yo trabajé mucho. Trabajé como un hombre, porque ya mi padrastro se vino y yo me quedé encargado de todo, sí. Pero volvió y dije: “No, yo no vo[y] a estar aquí”, sí. Y este pa[ís], este país me fue bien, porque casi nunca trabajé por horas, todo el tiempo trabajé por contrato, sí. Hasta cuando entré en la fábrica donde estoy orita, donde dejé el trabajo. Ahí sí trabajé por horas, pero treinta y ocho años fui mayordomo, tres años trabajé, nomás cuando comencé y luego me dieron de mayordomo treinta y ocho años.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Sí.
JM: Okay. Mayordomo. Okay. Y, que, ¿qué eran los requisitos para entrar al Programa Bracero?
AM: Bueno, entonces no había nada, porque llegué a Oaxaca, nomás pasar el físico y estoy, me dijeron: “Estás bien y todo”. Y ya, me contrataron, sí. Y me dijeron que si en caso yo me me muriera, le daban $10,000 mil a mi mamá.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Sí. Es lo que me, me dijeron.
JM: Okay.
AM: Pero, yo no vi ni un papel que diga, ¿verdad? Pero, sí dijeron que eso, ese era el contrato que, pues, que tenía yo. Y trabajé todo el contrato, renové como dos o tres veces pero ya se acabó. Entonces ya, el mismo de La Migración, el encargado de nosotros me dijo: “Alberto, si tú te quedas con este patrón”, dice, “te voy a dejar mi tarjeta, que no te van a molestar para nada”. Me dijo: “El patrón te quiere mucho”. Dice: “Si te quedas con él… Si te llega a agarrar La Migración, nomás dales esta tarjeta, que hablen a mí”.
JM: Y, ¿esa tarjeta era, era la mica?
AM: Era como una mica que me dio.
JM: Ah, okay.
AM: Sí.
JM: Okay.
AM: Sí, sí. Pero, ya ese patrón se jue para Oregon y quería llevarme pa allá, le dije: “No”. Tenía que pasar, pues, no sabía yo nada, ¿verdad?. de… Dijo: “Te tienes que, tenemos que pasar a otro estado”. Dije: “No, pos ahí me va a agarrar La Migración”. (risas) Y mejor me quedé, me vine con, con mi hermano.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Okay. Y, ¿en qué tipo de transportación veniste a los Estados Unidos?
AM: Bueno, en tren.
JM: En tren.
AM: En tren. Desde Oaxaca anduvimos en tren hasta Irapuato y en Irapuato, también ahí por tren hasta, hasta la Denver, Colorado.
JM: Y, ¿cómo fueron los, el tren?
AM: Pos, estaba bien.
JM: ¿Sí?
AM: Que estuvo bien. Ahí me dijeron, ¿verdad? Que cuando salimos en Oaxaca dicen: “Si tienen dinero, lleven cigarros, porque el cigarro en Estados Unidos está muy, está muy escaso por la guerra”. Y yo compré, todo el dinero que tenía yo, compré cigarros y cuando entramos en Nuevo México, ahí taban saliendo los que iban a la guerra.
JM: ¿Entraste en Nuevo México?
AM: Sí.
JM: ¿En cuál ciudad?
AM: No, no sé qué parte decir, pero, Nuevo México.
JM: Okay.
AM: Ahí estaban en los ferrocarriles y ahí estaban los soldados, dijeron: “Delicados, delicados, vieron”.
JM: ¿En serio?
AM: Sí, yo les enseñé la caja y me daban dinero por… Agarraron todas las cajas.
JM: ¿Dinero en…?
AM: En dólar, en dólar me daban.
JM: En dólar.
AM: Sí. Y porque nos dijeron allá que, que lleven.
JM: Sí, cigarros.
AM: Sí, sí. Y así.
JM: Ah, okay.
AM: Sí.
JM: Okay. Qué bueno. Y usted me dijo que primero fuiste a Denver, Colorado.
AM: El primero Denver y ahí, de allí trabajamos como un mes en Denver y luego me llevaron Las Ánimas, también de ahí, Colorado.
JM: Y en Denver, ¿qué tipo de trabajo hiciste?
AM: Bueno, ahí nos llevaron también a la cebolla.
JM: Cebolla.
AM: Sí. Y en Las Ánimas, tapear betabel, desahije de betabel y de todo eso y también de cebolla y todo, sí. Ahí estuvimos. Nos dieron un, una casita con todo, para hacer comida y todo.
JM: ¿Sí?
AM: Sí.
JM: Y, ¿cuántos hombres vivieron en…?
AM: Pero no, vivíamos nomás tres en cada cuartito. Sí, tres en cada cuarto.
JM: Y descríbeme los cuartos que, ¿tenían mueblería?
AM: Tenía, eso. Tenía su cama de dormir, una allá y otra acá y luego otra en el fondo y luego está la cocina por este lado así como una barrita en donde…
JM: Entonces, ¿sabes cocinar?
AM: Oh, no, sí.
JM: Sí.
AM: Ahí me enseñé.
JM: Ah.
AM: Me enseñé a cocinar.
JM: Qué bueno.
AM: Nos dieron después de quince días que llegamos, nos llevaron al restaurán a comer todos los días.
JM: ¿Sí?
AM: Sí.
JM: ¿Todos los días?
AM: Todos los días (risas) comíamos de restauran. Nos llevaban a almorzar y luego a trabajar. Y luego, regres[ando], nos llevaban, nos daban lonche.
JM: Ah, okay. ¿Lonche de qué?
AM: De sándwich y fruta y una, uno de jugo. Y luego en la noche nos llevaban a cenar allí, pero a los quince días dijeron: “Ahora ya tienen dinero”.
JM: Sí, ya.
AM: Nos dieron un saquito de harina y muchas cosas nos dieron para toda la semana. Nos, nos [lo] regalaron y ya entonces abordamos solos ense[ñamos], ahí nos enseñamos a hacer todo, sí.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: ¿Hiciste muchos amigos braceros?
AM: Sí, sí, muchos amigos de Aguascalientes.
JM: Aguascalientes.
AM: Sí, de… Son los que trabajé con ellos y estábamos, pos, está grande el lugar, son muchos cuartos donde llegamos y ahí llegaban, los rancheros nos llevaban, sí.
JM: Y, ¿todos los braceros hablaban español?
AM: Todos.
JM: Todos.
AM: Todos hablaban español, porque nomás uno, un mayordomo que tuvimos que hablaba es… Hablaba español, no había casi mexicanos.
JM: ¿No? ¿Todos americanos?
AM: Todos americanos.
JM: Ah, okay.
AM: Sí.
JM: Y no, ¿no había mayordomos que eran méxicoamericanos?
AM: Nomás uno conocí yo, nomás ése, el que nos llevaba y todo. Nos decía lo que teníamos que hacer y es todo, sí.
JM: Okay. Y, ¿cómo fueron? O, ¿cómo fue sus relaciones con los mayordomos?
AM: Oh, muy, muy bueno, porque…
JM: Sí.
AM: Bueno, ellos casi no, no se… Nos decían: “¿Quieren trabajar por horas o quieren trabajar por contrato?”. Y si es por contrato, desahijábamos por acres.
JM: Oh, okay.
AM: Sí. Y le dije, yo nunca trabajé por horas, puro por contrato. También cuando llegué a aquí en Corcoran, puro por contrato. Y en Bakersfield también trabajé, en Bakersfield levantábamos papas por contrato; melón por contrato, todo por contrato. No, no, muy poco trabajé por horas, sí.
JM: Y pues, ¿cuántas horas trabajaste al día?
AM: Oh, el, el día trabajábamos desde que… Como cuando levantábamos las papas, comenzábamos a las nueve y terminábamos como a las diez de la noche.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Sí. Sí, porque tenemos que limpiar todo el… Sí. Todo, todo, todo. Sí. Y les damos chanza que comenzaran a… Por eso ellos entran como a las seis o las siete y nosotros comenzábamos a las nueve, sí.
JM: Okay.
AM: Y ya, hasta no terminar y también el melón, así trabajábamos en el melón, melón. Íbamos levantando, iba el troque caminando, subir el troque y vaciar los sacos y todo, sí, sí.
JM: Okay.
AM: Sí, estuvo muy, muy bonito. A mí me gustó mucho aquí en este país, sí. Aquí todavía estoy. (risas)
JM: Pues, sí.
AM: Ey.
JM: Y, ¿nunca tuviste ningún queja con nadie?
AM: Con nadie, con nadie.
JM: Okay.
AM: No. También a donde trabajé ora cuarenta y un año, me quisieron mucho. Ahí fue donde me agarró La Migración y allí arreglé papeles.
JM: Okay. Okay.
AM: Mi patrón les dijo que me necesitaban, que era mayordomo yo ya y que…
JM: Y un buen trabajador.
AM: Y buen trabajador. Y La Migración me dijo: “Tú ganas más dinero que nosotros”. Le dije: “Bueno, yo trabajo más que ustedes”. (risas) Sí, sí. Sí, ya estaba yo casado con la mamá de mi hija.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Okay.
AM: Sí. Sí, estuvo, estoy muy contento yo con este país.
JM: Qué bueno.
AM: Sí.
JM: Y a ver, pues dígame de su rutina diaria. A ver, este, ¿festejaron cumpleaños? ¿Festejaron el 16 de Septiembre? O, ¿no tuve tiempo? O…
AM: No, yo casi no, no.
JM: ¿No?
AM: No tuve mucho tiempo de eso porque yo trabajaba que, como le digo, adopté tres, tres niños de mi esposa y yo tenía ya a ella y a mi hijo mayor, eran cinco. Y yo no quise que trabajara su mamá. Yo trabajé, yo trabajé en mi trabajo y trabajaba yo en jardines pintando casas, lim[piando], arreglando jardines, sí.
JM: Okay. Pero, cuando usted fue bracero, ¿no tenían tiempo de festejar?
AM: No, no me gustaba mucho, porque cuando… Yo todo el dinero que ganaba, se lo mandaba a mi mamá, sí, todo.
JM: Y, ¿cómo? ¿Como en cheque?
AM: En cheques, en cheques lo mandaba, sí. Puse una meta que mensualmente tenía que mandar $100 dólares y yo tenía que dejarme para comer yo también, ¿verdad? Y entonces pagaban nomás $0.50 centavos la hora, sí. Y yo tenía que, tenía que mandar eso.
JM: Pues sí.
AM: Y tenía que trabajar también duro. Por eso nunca trabajé por horas, puro por contrato, sí.
JM: Y, entonces, ¿qué hiciste cuando tenía, pues, tenías días libres o no?
AM: Sí tenía días libres él, de vez en cuando iba al cine.
JM: Oh, al cine.
AM: Sí, iba al cine.
JM: ¿En español o inglés?
AM: En español o a veces… También a veces iba en inglés porque querías saber palabras, ¿verdad? Como cuando comencé a trabajar en mi trabajo casi no sabía el inglés pero me fui enseñando casi palabra por día, sí.
JM: Okay.
AM: Les preguntaba que, ¿cómo se dice este, este trabajo que estoy haciendo? Y ya me dicen y ya me fui repitiendo hasta que me grababa y ya. Y así me, así me enseñé el inglés, sí. Ya cuando me dieron de mayordomo, pues ya, ya sabía bastante.
JM: Sí. (risas) sí.
AM: Sí.
JM: Y los otros braceros, ¿ningunos de esos, de ellos, sabían inglés?
AM: No.
JM: ¿No?
AM: No, nadie sabía inglés.
JM: Okay.
AM: Y luego ellos a los seis meses se jueron. Sí, se jueron a… Nomás un contrato y ya se jueron. No, yo no. Yo me quedé y ya, hasta los quince años volví a mi pueblo.
JM: ¡Uh! Okay.
AM: Hasta los quince años.
JM: Y luego, qué, ¿cuántos años tenías después de eso?
AM: Bueno, yo tenía dieciséis años cuando entré y cuando me agarró La Migración, tenía nueve años ya desertado, ya que se acabó el contrato y me dijeron: “¿Dónde? Pos, ¿dónde estabas que no te encontrábamos?”. Le dije: “Pos, trabajando”. Yo nunca entraba yo en las cantinas o cosas así, no. Yo no, yo estuve ajuera de eso, sí, porque yo, me gustaba trabajar, me gustaba superar.
JM: Sí.
AM: Y, sí, gracias a Dios que estoy bien orita.
JM: Pues, sí.
AM: Sí.
JM: Sí. Y, a ver, ¿había misa en los campos o no?
AM: Había, ¿qué?
JM: Misa, como, ¿church?
AM: No, yo, yo sí eso, yo iba a la iglesia.
JM: ¿Sí?
AM: Sí, porque yo, yo era católico. En mi pueblo mi padrino era, era sacerdote.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Y cuando me quedé huérfano, mi mamá me puchó mucho con él, ¿verdad? y casi, asistía mucho con él. Y yo, me enseñó a contestar la misa. Sé todos los rosarios, sé, todo de eso supe yo. Pero no me dejaba leer la Biblia y cuando entré en este país, lo que primero que hice, comprarme una Biblia. Ya comencé y ya, y ya comencé a ir a la iglesia, la iglesia protestante que le decían, ¿verdad? La iglesia evangélica. Y allí comencé a leer la Biblia y comencé a escuchar los sermones y todo. Me gustó y todo y orita, orita soy Testigo de Jehová.
JM: Ah, okay.
AM: Sí.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Y entonces, ¿usted ya sabía leer?
AM: Sí.
JM: Sí. ¿Fuiste…
AM: Sí, sí, aquí me enseñé yo a leer.
JM: Ah, okay.
AM: Sí, aquí mis… Sabía poquito en mi pueblo porque nomás dos años fui a la escuela allá. Me dediqué a trabajar, pero cuando entré a aquí, comencé a, a estudiar, a… pues practicar más y aquí me enseñé, me enseñé a leer y todo.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Y, ¿los otros braceros sabían leer?
AM: Sí.
JM: ¿Sí?
AM: Sí, ellos sabían leer. Inclusive, uno de ellos me enseñaba cómo escribir las cartas y todo. Ya comencé a escribir cartas a mi mamá y todo, sí.
JM: Y, ¿como cuántas cartas escribiste a su mamá?
AM: No, yo escribía como, como dos, dos cartas o tres por mes.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Escribía a mi tía.
JM: Okay.
AM: Le escribía a mi mamá y así. Y luego, cuando mandaba el dinero, ya le decía yo que ahí iba el cheque en la carta y les explicaba, sí.
JM: Okay.
AM: Sí, sí.
JM: Y nomás, o, ¿solamente comunicaste con carta? ¿No teléfono?
AM: No, no había teléfono en mi pueblo porque es un pueblo chiquito.
JM: Okay.
AM: Ahora sí ya, pero entonces no.
JM: Okay.
AM: Sí. Todavía usaban esos telegramas como…
JM: Oh, sí.
AM: Sí. (risas)
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Y, ¿ellas escribieron a usted?
AM: Sí.
JM: ¿Sí?
AM: Sí. Mi tía más bien, porque mi mamá nunca me escribió, por eso duré más de dos años para encontrar a mi hermano.
JM: ¡Oh, sí!
AM: Sí, porque mi hermano sí le escribía pero no, ellos nunca me mandaron decir de dónde estaba, ni nada.
JM: Y, ¿cuántos años lleva tu hermano, su hermano?
AM: Bueno, después de, de, ¿de edad?
JM: Ah, sí.
AM: De edad es como cuatro años.
JM: Cuatro.
AM: Mayor él que yo.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Y a ver, pues, me dijo que estabas en Las Ánimas y luego pidió, pediste cambio a Fresno.
AM: ¿Verdad? Pedí cambio a Fresno y…
JM: ¿Por qué?
AM: Y allí trabajé. Porque creía yo que mi hermano estaba en California, pos pedí el…
JM: Okay.
AM: No le hace donde me toque, dije, pero necesitaban para piscar algodón, necesitaban braceros y me mandaron a ahí. Y se acabó de ahí la, del algodón y dijeron, necesitaban gente aquí en [Rancho] Cucamonga y ya me vine pa acá. Y por eso iba al cine, pues fuimos a ver eso y también él quería ver ésa, lo, lo que era la guerra, ¿verdad? Porque el Escuadrón 201 que vino de México a pelear a aquí en Estados Unidos, hicieron una película y queríamos ver eso y ahí fue donde, como tres asientos adelante de mí taba sentado él, sí.
JM: (risas) Increíble.
AM: Sí, de veras.
JM: Sí.
AM: Sí.
JM: Okay. Y luego, a ver, pues en los campos que estabas, ¿había como baños con drenajes?
AM: Sí, sí había.
JM: ¿Sí?
AM: Sí había y teníamos, pues, cada quien tiene su cama, ¿verdad? Pero estábamos muchos ahí en cada cuarto, cada barraca que le decía.
JM: Sí. Okay. Pues en, en Denver eran tres por cuarto.
AM: Allá era diferente, pero ya aquí en California, era diferente. Allá nos daban como un cuartito, poquito más grande que esto. Porque… No, porque, más grande, porque tienes, caben tres camas y su cocina y su mesita de comer y todo, sí.
JM: Y luego, después de, de ser bracero, ¿quedaste aquí?
AM: Sí, ya.
JM: Y luego, ¿cuando vino La Inmigración, ya fuiste a México?
AM: No.
JM: ¿Así? ¿No?
AM: No, no.
JM: A ver, ¿qué pasó?
AM: No me fui a México, porque el… Me dijeron que me iban a llevar. Le dije: “Está bien. Ta bien”, le dije. Pero, quiero que, ya había comprado una casa yo.
JM: Oh, ¿sí? Okay.
AM: Sí.
JM: ¿En dónde?
AM: En Norwalk.
JM: En Norwalk. Okay.
AM: Entonces, les dije, ¿verdad? Que yo les dejaba la casa, que el Gobierno lo siguiera pagando y que se encargaran de mis, de mis hijos ahí en… “Yo no me vo a llevar ni un centavo”, le dije, “que todo que se quede. Pero quiero que se encarguen de ellos”. Y luego me dijeron: “No, tú tienes que llevarlos”. Le dije: “No, ellos son de aquí”.
JM: Sí, estaban aquí.
AM: “Yo, yo me vine solo, yo me voy solo”. Entonces, ya le dijeron a la mamá de ella que me habían agarrado y ella me dijo: “¿Por qué no me has dicho?”. Le dije: “No, porque no quería molestarte o asustarte”. Y La Migración le dijo a ella que, que… Porque ellas, la mamá de ella también sabe mucho, ¿verdad? Y entonces, es de aquí y estuvo la escuela y estuvo hablando con los de Migración y dijo: “Usted arregle los papeles. Necesita esta, esta, esta, este otros papeles. Cuando ya los tienes, ven pa acá y los revisamos que si todo está bien”, dice, “se van pa México y arreglan allá. Pero, lo vamos a soltar”, dijo. “Cada mes tiene que reportar que si se cambian, tiene que reportar”. Y así. No, y comenzamos a juntar los papeles y todo. Y ya cuando tenía papeles, fue y le enseñó y les dijo: “Bueno”, dijo, “para diciembre pueden salirse y hasta la Ciudad de México, allá le arreglas”. Y llegué allá, a los tres días ya tenía yo los papeles, sí. Ya arreglé y ahora ya me hice ciudadano también, sí. Sí.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: ¿Cómo se cono, se conocieron ustedes y la mamá del niño?
AM: Bueno, en una fiesta que tuvo la hermana de ella. Nos invitaron. Parece que era un cumpleaños y fuimos allá. Y fui yo, allá me invitaron y fui pa allá. Conocí a, conocí a la sobrina de, de mi ex. Y fui y allí la conocí a ella. La conocí a ella y estuve platicando con ella y ya. Comenzamos a hablarnos y todo, así. Y le dije que yo estaba solo y que… Y ya, me junté con ella. En eso llegó la revisadora de… Porque tenía, como tenía tres niños ella y le agarraba ayuda al, al Gobierno. Y un día llegó y dice: “Y, ese sofá que está ahí, ¿quién lo, cómo lo compraste?”. Le dijo, le dije: “Yo lo compré”. Le dije: “Yo estoy con ella y quiero que, ya no quiero nada de ayuda de ustedes”. Le dije: “Quiero, yo los voy a mantener los niños”.
JM: Qué bueno.
AM: “Ya va a tener un niño mío”, le dije, “yo me encargo de ellos”. Y me dijo: “¿Estás seguro lo que estás diciendo?”. Le dije: “Sí”. “Porque al firmar este papel”, dijo, “tienes que decir que encargar de ellos, hasta que tengan dieciocho años”. Le dije: “Sí estoy seguro”. Y no hubo problema. Ya se cambiaron a mi apellido y todo, ya, ya quedaron como mis hijos. Y todos me respetaron bien y todo. El trato que yo tuve con la mamá que me dijo: “No quiero que les pegues”. “Ta bien”. Le dije: “Está bien, porque yo vine sufrido por mi padrastro”, y le dije: “No quiero. Yo te ayudo y hablar con ellos y así”. Cuando uno se portaba mal, yo los llevaba, digo: “Vamos a comer hamburguesas”, y yo les [a]consejaba, le digo: “Está mal lo que están haciendo, mira”. Pero así, puros consejos, sí. Y así, y hasta la fecha ora, ya se murieron dos y la que todavía vive, me quiere mucho porque… Sí, fui…
JM: Claro.
AM: Sí.
JM: A ver, su primera esposa, ¿era méxicoamericana?
AM: Sí, era méxicoamericana.
JM: ¿Sí? Y, ¿hablaban en español o inglés?
AM: No, ella hablaba, es bilingüe ella.
JM: Ah, okay.
AM: Sí, es bilingüe.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Y, en su casa, ¿hablaban español o en inglés?
AM: No, ella, pos ella me hablaba en español, sí. Lo que comenzaron a enseñarme más cuando yo necesitaba el inglés, eran mis hijos, que era ella y su hermano.
JM: Ah, okay.
AM: Sí. Y también ella me, los problemas que tenía yo: “Mira, se escribe acá, se escribe esto”. Y yo cargaba, lo cargaba ahí cuando necesitaba, porque llenar papeles de mi trabajo, porque fui mayordomo y yo miraba a ver cómo se escribía y todo y así me fui enseñando poco a poquito el inglés, sí.
JM: Okay. Y, explíqueme de cuando usted fue mayordomo. Como, pues primero, ¿cómo, este, agarraste el trabajo de mayordomo?
AM: Bueno, comencé a trabajar ahí. Era nomás temporal.
JM: Okay.
AM: Pero comencé a trabajar y el mayordomo general le gustó mucho mi trabajo y me enseñé, como le digo, que cada trabajo, yo le dije al mayordomo que me enseñara todos los trabajos. Y me ponía cada día y le: “Mira, estos se dice aquí y se llama así, y todo”. Y ya comencé yo a hablar el, a repetir las palabras hasta quedarme seguro de que ya lo sé. Y ya después, me dijo, me llevaba el mayordomo, me enseñaba cómo enchufar los… Para la líneas, cambiar las líneas, porque era una fábrica grande.
JM: Okay.
AM: Me enseñé todo eso y ya después yo me encargaba de todo y me dijo: “Tú vas a ser, cuando van a necesitar mayordomo, tú vas a ser el mayordomo”. Y luego, este, comenzaron a agarrar más contratos, era temporal, pero ya cuando entré yo, ya comenzaron a agarrar más trabajo, más trabajo, más trabajo. Hacíamos el trabajo bien. Y ya cuando me dieron de mayordomo, comencé a agarrar contratos de México.
JM: Okay.
AM: De Ensenada, de San Luis Río Colorado, hacíamos botes para ellos y me hablaban a mí y decían: “Que necesitamos botes”. “Que ya, ya van troques en el camino” “Ta bien”. Y así, lo subí. La compañía se jue grande la compañía, porque vendíamos millones de botes, sí. Vendíamos como botes de atún y querían ochenta, noventa millones.
JM: ¿Sí?
AM: Sí. Entonces, cambiaba las máquinas. Teníamos muchas máquinas. “Cambien esa máquina porque vamos a necesitar botes”. Y así. Y los, el manejador, los mayordomos generales dijeron: “Lo que diga el Albert. Lo que diga el Albert”. Sí. A veces los botes querían, valen un penny más. Yo les digo: “No, cárguenlos”. Y, luego me dicen: “No, pero, mira este”. “No, no le hace, cárguenlos”. Y me di, le dije el mayo[rdomo], el manejador le dije: “Mire, le voy a vender”, pero, le dije: “Porque, pa que entre en la máquina de ellos, entra bien y ya después como le va haciendo set ups a sus máquinas, ya hacemos lo demás, la lámina que van a usar, lo que tiene que agarrar ellos”. Y dijo: “Es buena idea”. Y dijo: “Esa es buena idea”, dijo. “Y así no batallan”, le dije. “Y agarran botes”. Y primero pidieron muy poquitos botes de Ensenada de chile jalapeño, de bote grandes y después, no dábamos a[basto], año redondo hacíamos botes para ellos.
JM: ¡Ah!
AM: Sí. Sí. Y la compañía. Y cuatro años después de que yo me retiré cerraron la fábrica.
JM: ¿Sí?
AM: Perdieron todos los contratos de ajuera.
JM: ¿Porque usted no estaba?
AM: Sí, sí. (risas)
JM: ¿Sí?
AM: Ya la fábrica ya no existe ahora.
JM: ¿No? Pues, qué bueno, ¿no? Sobra el trabajo.
AM: Sí.
JM: A ver, pues nomás tengo como preguntas de sus reacciones finales. Creo que, pues mi pregunta es: para usted, ¿qué significa el término bracero?
AM: Bueno, el término bracero es, ¿verdad? Como viene uno a trabajar con los brazos, eso es.
JM: Sí.
AM: Sí. Porque no, no es otra cosa que trabajar con los brazos. Por eso la agricultura, lo que necesitan a uno. Lo que… sí, lo que necesitan a uno, sí.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Okay. Y, ¿cómo se siente usted de que lo llamen bracero?
AM: Pos no me siento mal.
JM: ¿No?
AM: Porque, no, no, no me siento mal. Yo fui bracero por bastantes meses, años.
JM: Sí.
AM: Sí. Hasta que se acabó el contrato, sí, ey. No, yo, yo estoy… Mucha gente se siente como que lo discriminan en los trabajos. Yo nunca lo sentí. No, nunca. Nunca. Yo hice mi trabajo y les gustó mi trabajo y contento, contento.
JM: Qué bueno.
AM: Sí.
JM: Bueno.
AM: Y ya. Yo nunca lo sentí descriminación de nadie, de nadie, todo el tiempo que trabajé. Le dijo que en mi trabajo ya: “¡Ay, si! Lo que diga el Albert”.
JM: Entonces, en general, ¿su experiencia era buena?
AM: Sí.
JM: ¿Sí?
AM: Sí fue buena, para mi trabajo, sí. Porque yo hice lo mejor que pude, lo mejor, sí.
JM: Y entonces, ya terminé, pero si hay algo que quieres decir que…
AM: No, yo estoy agradecido de este país, sí. Sí, estoy muy agradecido. Mis hijos están bien, sí. Los he ayudado lo que he podido y estamos bien, estamos bien. Sí, gracias a Dios.
JM: ¿Sí?
AM: Sí.
JM: Sí. Okay. Pues muchas gracias, gracias.
AM: Sí.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 26 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Jackie Martínez
AM: …como un hombre ya sabía hacer todo. Entonces decidí de salirme de mi pueblo y estaba en la contratación de braceros en Oaxaca y caminé dos días para llegar a Oaxaca, a pie. Y de allí me contraté, pues, me contrataron para venir pa Estados Unidos. Y de Estados Unidos, de, de Oaxaca, nos fuimos hasta Irapuato. Ahí en Irapuato se arreglaron los papeles y de allí, estuve como unos cuatro días y de ahí nos llevaron a Las Ánimas, no, este, Denver, Colorado y de Denver a Las Ánimas, Colorado. Ahí trabajé dos contratos de seis meses cada contrato. Y de ahí me, pedí mi cambio para Fresno y como vino también mi hermano y yo quería encontrarlo. Entonces me vine para Fresno y estuve en Corcoran, California y yo escribía cartas para, para saber de mi hermano. Y de allí supe que estaba en Los Ángeles y me vine para Los Ángeles. Me tocó pedir cambio y me tocó en [Rancho] Cucamonga a piscar limón. Y en 1946 cuando se acabó la guerra, entonces, hicieron una película del Escuadrón 201 y fuimos a ver. Y luego, cuando prendieron la luz, miré a mi hermano.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Y le dije a mi amigo, le dije: “Ese es mi hermano”. Y, me dijo: “¿A poco?”. Le dije: “Parece, si no ése, pero parece”. Entonces, cuando, me fui pal baño y cuando regresé y ya tenía ahí a mi hermano. Le pregunté, dice, le pregunté: “¿Tienes un hermano que se llama Alberto?”. Dijo que sí y le dije: “Aquí está”. Y allí nos encontramos y ya después de eso, ya nunca nos apartamos. Y me fue a ver donde yo trabajaba y se quedaba conmigo sábado y domingo y después ya me… ya se acabó todo el contrato y yo ya me vine con él para Artesia y de Artesia ya comencé ya a trabajar yo de, con la construcción. Y después de la construcción, comencé a trabajar en la United King. Entonces, allí estuve cuarenta y un año trabajando, sí. Y de ahí me retiré pa ahora ya, ya estoy retirado.
JM: Ah, okay.
AM: Sí, sí.
JM: Y, ¿solamente eras tú, usted y su hermano?
AM: Sí, este, los que estábamos aquí, sí. Nomás los dos.
JM: Okay.
AM: Mi hermano mayor se quedó en mi pueblo y mis hermanas. Éramos cinco.
JM: Cinco.
AM: Cinco, pero yo, tenía dos años cuando murió mi papá.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Okay.
AM: Sí. Por eso yo decidí salirme de, de allá, ¿verdad? Mis papás eran, eran ricos, pero se murieron. Se murió mi papá, mi abuelito y se quedó sola mi mamá y…
JM: En, ¿en qué se dedicó su papá?
AM: Mi papá en la agricultura.
JM: Agricultura, okay.
AM: Agricultura, sí. Y mi abuelito también, pero tenían mucho terreno y se hicieron ricos, sí. Así es que…
JM: Y, ¿su mamá no trabajó?
AM: No, nunca trabajó. Seis años comimos lo que dejaron, después de que se murieron, seis años. Después de seis años, ya comenzaron mis hermanos a trabajar y se volvió a casar mi mamá y ya, y ya cambió la vida. Mi padrastro fue malo con nosotros y por eso yo, cuando me casé con la mamá de mi, de mi hija, tenía tres, tres niños ella y yo los adopté. Sí, yo los adopté para, dije que yo quería saber, ¿por qué no lo quieren a uno? Y yo, yo la verdad, los quise mucho. Hasta, hasta la fecha la hermana de ella me quiere mucho a mí, sí, sí.
JM: Pues, qué bueno.
AM: Sí. Y ésa es mi, mi historia, sí.
JM: Pues, hábleme de su, de su pueblo.
AM: Bueno, mi pueblo, yo trabajé allá, ¿verdad? Porque yo estaba bien, tenía cuatro yuntas de toros y trabajaba bien, pero mi padrastro iba a venir de bracero y regresó y cuando regresó, dije: “No, mejor me voy yo”. Y por eso salí, y salí, cuando salí mi mamá me dijo: “Si te vas, así como estás, no te voy a ayudar nada”. Pero yo tenía unos centavitos que trabajaba por juera.
JM: En, ¿en qué trabajaba?
AM: Le vendía hojas a las tamaleras y carrizos a los cueteros y yo hacía mis centavitos por juera. Entonces eso tenía yo cuando salí de mi pueblo dije: “No, si no me da nada, no le hace”. Y ya se vino mi hermano, el mayor que yo, Andrés se llama.
JM: Andrés.
AM: Ya él, él se vino. Entonces, dije: “A ver si lo, lo alcanzaba”, pero cuando llegué yo a Oaxaca, él ya había salido.
JM: Ah, okay.
AM: Sí, ya. Entonces, ya no nos vimos, por eso duré varios años, como dos, dos años o tres años para encontrarlo, sí, sí. Y yo en mi pueblo yo trabajé mucho. Trabajé como un hombre, porque ya mi padrastro se vino y yo me quedé encargado de todo, sí. Pero volvió y dije: “No, yo no vo[y] a estar aquí”, sí. Y este pa[ís], este país me fue bien, porque casi nunca trabajé por horas, todo el tiempo trabajé por contrato, sí. Hasta cuando entré en la fábrica donde estoy orita, donde dejé el trabajo. Ahí sí trabajé por horas, pero treinta y ocho años fui mayordomo, tres años trabajé, nomás cuando comencé y luego me dieron de mayordomo treinta y ocho años.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Sí.
JM: Okay. Mayordomo. Okay. Y, que, ¿qué eran los requisitos para entrar al Programa Bracero?
AM: Bueno, entonces no había nada, porque llegué a Oaxaca, nomás pasar el físico y estoy, me dijeron: “Estás bien y todo”. Y ya, me contrataron, sí. Y me dijeron que si en caso yo me me muriera, le daban $10,000 mil a mi mamá.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Sí. Es lo que me, me dijeron.
JM: Okay.
AM: Pero, yo no vi ni un papel que diga, ¿verdad? Pero, sí dijeron que eso, ese era el contrato que, pues, que tenía yo. Y trabajé todo el contrato, renové como dos o tres veces pero ya se acabó. Entonces ya, el mismo de La Migración, el encargado de nosotros me dijo: “Alberto, si tú te quedas con este patrón”, dice, “te voy a dejar mi tarjeta, que no te van a molestar para nada”. Me dijo: “El patrón te quiere mucho”. Dice: “Si te quedas con él… Si te llega a agarrar La Migración, nomás dales esta tarjeta, que hablen a mí”.
JM: Y, ¿esa tarjeta era, era la mica?
AM: Era como una mica que me dio.
JM: Ah, okay.
AM: Sí.
JM: Okay.
AM: Sí, sí. Pero, ya ese patrón se jue para Oregon y quería llevarme pa allá, le dije: “No”. Tenía que pasar, pues, no sabía yo nada, ¿verdad?. de… Dijo: “Te tienes que, tenemos que pasar a otro estado”. Dije: “No, pos ahí me va a agarrar La Migración”. (risas) Y mejor me quedé, me vine con, con mi hermano.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Okay. Y, ¿en qué tipo de transportación veniste a los Estados Unidos?
AM: Bueno, en tren.
JM: En tren.
AM: En tren. Desde Oaxaca anduvimos en tren hasta Irapuato y en Irapuato, también ahí por tren hasta, hasta la Denver, Colorado.
JM: Y, ¿cómo fueron los, el tren?
AM: Pos, estaba bien.
JM: ¿Sí?
AM: Que estuvo bien. Ahí me dijeron, ¿verdad? Que cuando salimos en Oaxaca dicen: “Si tienen dinero, lleven cigarros, porque el cigarro en Estados Unidos está muy, está muy escaso por la guerra”. Y yo compré, todo el dinero que tenía yo, compré cigarros y cuando entramos en Nuevo México, ahí taban saliendo los que iban a la guerra.
JM: ¿Entraste en Nuevo México?
AM: Sí.
JM: ¿En cuál ciudad?
AM: No, no sé qué parte decir, pero, Nuevo México.
JM: Okay.
AM: Ahí estaban en los ferrocarriles y ahí estaban los soldados, dijeron: “Delicados, delicados, vieron”.
JM: ¿En serio?
AM: Sí, yo les enseñé la caja y me daban dinero por… Agarraron todas las cajas.
JM: ¿Dinero en…?
AM: En dólar, en dólar me daban.
JM: En dólar.
AM: Sí. Y porque nos dijeron allá que, que lleven.
JM: Sí, cigarros.
AM: Sí, sí. Y así.
JM: Ah, okay.
AM: Sí.
JM: Okay. Qué bueno. Y usted me dijo que primero fuiste a Denver, Colorado.
AM: El primero Denver y ahí, de allí trabajamos como un mes en Denver y luego me llevaron Las Ánimas, también de ahí, Colorado.
JM: Y en Denver, ¿qué tipo de trabajo hiciste?
AM: Bueno, ahí nos llevaron también a la cebolla.
JM: Cebolla.
AM: Sí. Y en Las Ánimas, tapear betabel, desahije de betabel y de todo eso y también de cebolla y todo, sí. Ahí estuvimos. Nos dieron un, una casita con todo, para hacer comida y todo.
JM: ¿Sí?
AM: Sí.
JM: Y, ¿cuántos hombres vivieron en…?
AM: Pero no, vivíamos nomás tres en cada cuartito. Sí, tres en cada cuarto.
JM: Y descríbeme los cuartos que, ¿tenían mueblería?
AM: Tenía, eso. Tenía su cama de dormir, una allá y otra acá y luego otra en el fondo y luego está la cocina por este lado así como una barrita en donde…
JM: Entonces, ¿sabes cocinar?
AM: Oh, no, sí.
JM: Sí.
AM: Ahí me enseñé.
JM: Ah.
AM: Me enseñé a cocinar.
JM: Qué bueno.
AM: Nos dieron después de quince días que llegamos, nos llevaron al restaurán a comer todos los días.
JM: ¿Sí?
AM: Sí.
JM: ¿Todos los días?
AM: Todos los días (risas) comíamos de restauran. Nos llevaban a almorzar y luego a trabajar. Y luego, regres[ando], nos llevaban, nos daban lonche.
JM: Ah, okay. ¿Lonche de qué?
AM: De sándwich y fruta y una, uno de jugo. Y luego en la noche nos llevaban a cenar allí, pero a los quince días dijeron: “Ahora ya tienen dinero”.
JM: Sí, ya.
AM: Nos dieron un saquito de harina y muchas cosas nos dieron para toda la semana. Nos, nos [lo] regalaron y ya entonces abordamos solos ense[ñamos], ahí nos enseñamos a hacer todo, sí.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: ¿Hiciste muchos amigos braceros?
AM: Sí, sí, muchos amigos de Aguascalientes.
JM: Aguascalientes.
AM: Sí, de… Son los que trabajé con ellos y estábamos, pos, está grande el lugar, son muchos cuartos donde llegamos y ahí llegaban, los rancheros nos llevaban, sí.
JM: Y, ¿todos los braceros hablaban español?
AM: Todos.
JM: Todos.
AM: Todos hablaban español, porque nomás uno, un mayordomo que tuvimos que hablaba es… Hablaba español, no había casi mexicanos.
JM: ¿No? ¿Todos americanos?
AM: Todos americanos.
JM: Ah, okay.
AM: Sí.
JM: Y no, ¿no había mayordomos que eran méxicoamericanos?
AM: Nomás uno conocí yo, nomás ése, el que nos llevaba y todo. Nos decía lo que teníamos que hacer y es todo, sí.
JM: Okay. Y, ¿cómo fueron? O, ¿cómo fue sus relaciones con los mayordomos?
AM: Oh, muy, muy bueno, porque…
JM: Sí.
AM: Bueno, ellos casi no, no se… Nos decían: “¿Quieren trabajar por horas o quieren trabajar por contrato?”. Y si es por contrato, desahijábamos por acres.
JM: Oh, okay.
AM: Sí. Y le dije, yo nunca trabajé por horas, puro por contrato. También cuando llegué a aquí en Corcoran, puro por contrato. Y en Bakersfield también trabajé, en Bakersfield levantábamos papas por contrato; melón por contrato, todo por contrato. No, no, muy poco trabajé por horas, sí.
JM: Y pues, ¿cuántas horas trabajaste al día?
AM: Oh, el, el día trabajábamos desde que… Como cuando levantábamos las papas, comenzábamos a las nueve y terminábamos como a las diez de la noche.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Sí. Sí, porque tenemos que limpiar todo el… Sí. Todo, todo, todo. Sí. Y les damos chanza que comenzaran a… Por eso ellos entran como a las seis o las siete y nosotros comenzábamos a las nueve, sí.
JM: Okay.
AM: Y ya, hasta no terminar y también el melón, así trabajábamos en el melón, melón. Íbamos levantando, iba el troque caminando, subir el troque y vaciar los sacos y todo, sí, sí.
JM: Okay.
AM: Sí, estuvo muy, muy bonito. A mí me gustó mucho aquí en este país, sí. Aquí todavía estoy. (risas)
JM: Pues, sí.
AM: Ey.
JM: Y, ¿nunca tuviste ningún queja con nadie?
AM: Con nadie, con nadie.
JM: Okay.
AM: No. También a donde trabajé ora cuarenta y un año, me quisieron mucho. Ahí fue donde me agarró La Migración y allí arreglé papeles.
JM: Okay. Okay.
AM: Mi patrón les dijo que me necesitaban, que era mayordomo yo ya y que…
JM: Y un buen trabajador.
AM: Y buen trabajador. Y La Migración me dijo: “Tú ganas más dinero que nosotros”. Le dije: “Bueno, yo trabajo más que ustedes”. (risas) Sí, sí. Sí, ya estaba yo casado con la mamá de mi hija.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Okay.
AM: Sí. Sí, estuvo, estoy muy contento yo con este país.
JM: Qué bueno.
AM: Sí.
JM: Y a ver, pues dígame de su rutina diaria. A ver, este, ¿festejaron cumpleaños? ¿Festejaron el 16 de Septiembre? O, ¿no tuve tiempo? O…
AM: No, yo casi no, no.
JM: ¿No?
AM: No tuve mucho tiempo de eso porque yo trabajaba que, como le digo, adopté tres, tres niños de mi esposa y yo tenía ya a ella y a mi hijo mayor, eran cinco. Y yo no quise que trabajara su mamá. Yo trabajé, yo trabajé en mi trabajo y trabajaba yo en jardines pintando casas, lim[piando], arreglando jardines, sí.
JM: Okay. Pero, cuando usted fue bracero, ¿no tenían tiempo de festejar?
AM: No, no me gustaba mucho, porque cuando… Yo todo el dinero que ganaba, se lo mandaba a mi mamá, sí, todo.
JM: Y, ¿cómo? ¿Como en cheque?
AM: En cheques, en cheques lo mandaba, sí. Puse una meta que mensualmente tenía que mandar $100 dólares y yo tenía que dejarme para comer yo también, ¿verdad? Y entonces pagaban nomás $0.50 centavos la hora, sí. Y yo tenía que, tenía que mandar eso.
JM: Pues sí.
AM: Y tenía que trabajar también duro. Por eso nunca trabajé por horas, puro por contrato, sí.
JM: Y, entonces, ¿qué hiciste cuando tenía, pues, tenías días libres o no?
AM: Sí tenía días libres él, de vez en cuando iba al cine.
JM: Oh, al cine.
AM: Sí, iba al cine.
JM: ¿En español o inglés?
AM: En español o a veces… También a veces iba en inglés porque querías saber palabras, ¿verdad? Como cuando comencé a trabajar en mi trabajo casi no sabía el inglés pero me fui enseñando casi palabra por día, sí.
JM: Okay.
AM: Les preguntaba que, ¿cómo se dice este, este trabajo que estoy haciendo? Y ya me dicen y ya me fui repitiendo hasta que me grababa y ya. Y así me, así me enseñé el inglés, sí. Ya cuando me dieron de mayordomo, pues ya, ya sabía bastante.
JM: Sí. (risas) sí.
AM: Sí.
JM: Y los otros braceros, ¿ningunos de esos, de ellos, sabían inglés?
AM: No.
JM: ¿No?
AM: No, nadie sabía inglés.
JM: Okay.
AM: Y luego ellos a los seis meses se jueron. Sí, se jueron a… Nomás un contrato y ya se jueron. No, yo no. Yo me quedé y ya, hasta los quince años volví a mi pueblo.
JM: ¡Uh! Okay.
AM: Hasta los quince años.
JM: Y luego, qué, ¿cuántos años tenías después de eso?
AM: Bueno, yo tenía dieciséis años cuando entré y cuando me agarró La Migración, tenía nueve años ya desertado, ya que se acabó el contrato y me dijeron: “¿Dónde? Pos, ¿dónde estabas que no te encontrábamos?”. Le dije: “Pos, trabajando”. Yo nunca entraba yo en las cantinas o cosas así, no. Yo no, yo estuve ajuera de eso, sí, porque yo, me gustaba trabajar, me gustaba superar.
JM: Sí.
AM: Y, sí, gracias a Dios que estoy bien orita.
JM: Pues, sí.
AM: Sí.
JM: Sí. Y, a ver, ¿había misa en los campos o no?
AM: Había, ¿qué?
JM: Misa, como, ¿church?
AM: No, yo, yo sí eso, yo iba a la iglesia.
JM: ¿Sí?
AM: Sí, porque yo, yo era católico. En mi pueblo mi padrino era, era sacerdote.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Y cuando me quedé huérfano, mi mamá me puchó mucho con él, ¿verdad? y casi, asistía mucho con él. Y yo, me enseñó a contestar la misa. Sé todos los rosarios, sé, todo de eso supe yo. Pero no me dejaba leer la Biblia y cuando entré en este país, lo que primero que hice, comprarme una Biblia. Ya comencé y ya, y ya comencé a ir a la iglesia, la iglesia protestante que le decían, ¿verdad? La iglesia evangélica. Y allí comencé a leer la Biblia y comencé a escuchar los sermones y todo. Me gustó y todo y orita, orita soy Testigo de Jehová.
JM: Ah, okay.
AM: Sí.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Y entonces, ¿usted ya sabía leer?
AM: Sí.
JM: Sí. ¿Fuiste…
AM: Sí, sí, aquí me enseñé yo a leer.
JM: Ah, okay.
AM: Sí, aquí mis… Sabía poquito en mi pueblo porque nomás dos años fui a la escuela allá. Me dediqué a trabajar, pero cuando entré a aquí, comencé a, a estudiar, a… pues practicar más y aquí me enseñé, me enseñé a leer y todo.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Y, ¿los otros braceros sabían leer?
AM: Sí.
JM: ¿Sí?
AM: Sí, ellos sabían leer. Inclusive, uno de ellos me enseñaba cómo escribir las cartas y todo. Ya comencé a escribir cartas a mi mamá y todo, sí.
JM: Y, ¿como cuántas cartas escribiste a su mamá?
AM: No, yo escribía como, como dos, dos cartas o tres por mes.
JM: Oh, ¿sí?
AM: Escribía a mi tía.
JM: Okay.
AM: Le escribía a mi mamá y así. Y luego, cuando mandaba el dinero, ya le decía yo que ahí iba el cheque en la carta y les explicaba, sí.
JM: Okay.
AM: Sí, sí.
JM: Y nomás, o, ¿solamente comunicaste con carta? ¿No teléfono?
AM: No, no había teléfono en mi pueblo porque es un pueblo chiquito.
JM: Okay.
AM: Ahora sí ya, pero entonces no.
JM: Okay.
AM: Sí. Todavía usaban esos telegramas como…
JM: Oh, sí.
AM: Sí. (risas)
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Y, ¿ellas escribieron a usted?
AM: Sí.
JM: ¿Sí?
AM: Sí. Mi tía más bien, porque mi mamá nunca me escribió, por eso duré más de dos años para encontrar a mi hermano.
JM: ¡Oh, sí!
AM: Sí, porque mi hermano sí le escribía pero no, ellos nunca me mandaron decir de dónde estaba, ni nada.
JM: Y, ¿cuántos años lleva tu hermano, su hermano?
AM: Bueno, después de, de, ¿de edad?
JM: Ah, sí.
AM: De edad es como cuatro años.
JM: Cuatro.
AM: Mayor él que yo.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Y a ver, pues, me dijo que estabas en Las Ánimas y luego pidió, pediste cambio a Fresno.
AM: ¿Verdad? Pedí cambio a Fresno y…
JM: ¿Por qué?
AM: Y allí trabajé. Porque creía yo que mi hermano estaba en California, pos pedí el…
JM: Okay.
AM: No le hace donde me toque, dije, pero necesitaban para piscar algodón, necesitaban braceros y me mandaron a ahí. Y se acabó de ahí la, del algodón y dijeron, necesitaban gente aquí en [Rancho] Cucamonga y ya me vine pa acá. Y por eso iba al cine, pues fuimos a ver eso y también él quería ver ésa, lo, lo que era la guerra, ¿verdad? Porque el Escuadrón 201 que vino de México a pelear a aquí en Estados Unidos, hicieron una película y queríamos ver eso y ahí fue donde, como tres asientos adelante de mí taba sentado él, sí.
JM: (risas) Increíble.
AM: Sí, de veras.
JM: Sí.
AM: Sí.
JM: Okay. Y luego, a ver, pues en los campos que estabas, ¿había como baños con drenajes?
AM: Sí, sí había.
JM: ¿Sí?
AM: Sí había y teníamos, pues, cada quien tiene su cama, ¿verdad? Pero estábamos muchos ahí en cada cuarto, cada barraca que le decía.
JM: Sí. Okay. Pues en, en Denver eran tres por cuarto.
AM: Allá era diferente, pero ya aquí en California, era diferente. Allá nos daban como un cuartito, poquito más grande que esto. Porque… No, porque, más grande, porque tienes, caben tres camas y su cocina y su mesita de comer y todo, sí.
JM: Y luego, después de, de ser bracero, ¿quedaste aquí?
AM: Sí, ya.
JM: Y luego, ¿cuando vino La Inmigración, ya fuiste a México?
AM: No.
JM: ¿Así? ¿No?
AM: No, no.
JM: A ver, ¿qué pasó?
AM: No me fui a México, porque el… Me dijeron que me iban a llevar. Le dije: “Está bien. Ta bien”, le dije. Pero, quiero que, ya había comprado una casa yo.
JM: Oh, ¿sí? Okay.
AM: Sí.
JM: ¿En dónde?
AM: En Norwalk.
JM: En Norwalk. Okay.
AM: Entonces, les dije, ¿verdad? Que yo les dejaba la casa, que el Gobierno lo siguiera pagando y que se encargaran de mis, de mis hijos ahí en… “Yo no me vo a llevar ni un centavo”, le dije, “que todo que se quede. Pero quiero que se encarguen de ellos”. Y luego me dijeron: “No, tú tienes que llevarlos”. Le dije: “No, ellos son de aquí”.
JM: Sí, estaban aquí.
AM: “Yo, yo me vine solo, yo me voy solo”. Entonces, ya le dijeron a la mamá de ella que me habían agarrado y ella me dijo: “¿Por qué no me has dicho?”. Le dije: “No, porque no quería molestarte o asustarte”. Y La Migración le dijo a ella que, que… Porque ellas, la mamá de ella también sabe mucho, ¿verdad? Y entonces, es de aquí y estuvo la escuela y estuvo hablando con los de Migración y dijo: “Usted arregle los papeles. Necesita esta, esta, esta, este otros papeles. Cuando ya los tienes, ven pa acá y los revisamos que si todo está bien”, dice, “se van pa México y arreglan allá. Pero, lo vamos a soltar”, dijo. “Cada mes tiene que reportar que si se cambian, tiene que reportar”. Y así. No, y comenzamos a juntar los papeles y todo. Y ya cuando tenía papeles, fue y le enseñó y les dijo: “Bueno”, dijo, “para diciembre pueden salirse y hasta la Ciudad de México, allá le arreglas”. Y llegué allá, a los tres días ya tenía yo los papeles, sí. Ya arreglé y ahora ya me hice ciudadano también, sí. Sí.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: ¿Cómo se cono, se conocieron ustedes y la mamá del niño?
AM: Bueno, en una fiesta que tuvo la hermana de ella. Nos invitaron. Parece que era un cumpleaños y fuimos allá. Y fui yo, allá me invitaron y fui pa allá. Conocí a, conocí a la sobrina de, de mi ex. Y fui y allí la conocí a ella. La conocí a ella y estuve platicando con ella y ya. Comenzamos a hablarnos y todo, así. Y le dije que yo estaba solo y que… Y ya, me junté con ella. En eso llegó la revisadora de… Porque tenía, como tenía tres niños ella y le agarraba ayuda al, al Gobierno. Y un día llegó y dice: “Y, ese sofá que está ahí, ¿quién lo, cómo lo compraste?”. Le dijo, le dije: “Yo lo compré”. Le dije: “Yo estoy con ella y quiero que, ya no quiero nada de ayuda de ustedes”. Le dije: “Quiero, yo los voy a mantener los niños”.
JM: Qué bueno.
AM: “Ya va a tener un niño mío”, le dije, “yo me encargo de ellos”. Y me dijo: “¿Estás seguro lo que estás diciendo?”. Le dije: “Sí”. “Porque al firmar este papel”, dijo, “tienes que decir que encargar de ellos, hasta que tengan dieciocho años”. Le dije: “Sí estoy seguro”. Y no hubo problema. Ya se cambiaron a mi apellido y todo, ya, ya quedaron como mis hijos. Y todos me respetaron bien y todo. El trato que yo tuve con la mamá que me dijo: “No quiero que les pegues”. “Ta bien”. Le dije: “Está bien, porque yo vine sufrido por mi padrastro”, y le dije: “No quiero. Yo te ayudo y hablar con ellos y así”. Cuando uno se portaba mal, yo los llevaba, digo: “Vamos a comer hamburguesas”, y yo les [a]consejaba, le digo: “Está mal lo que están haciendo, mira”. Pero así, puros consejos, sí. Y así, y hasta la fecha ora, ya se murieron dos y la que todavía vive, me quiere mucho porque… Sí, fui…
JM: Claro.
AM: Sí.
JM: A ver, su primera esposa, ¿era méxicoamericana?
AM: Sí, era méxicoamericana.
JM: ¿Sí? Y, ¿hablaban en español o inglés?
AM: No, ella hablaba, es bilingüe ella.
JM: Ah, okay.
AM: Sí, es bilingüe.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Y, en su casa, ¿hablaban español o en inglés?
AM: No, ella, pos ella me hablaba en español, sí. Lo que comenzaron a enseñarme más cuando yo necesitaba el inglés, eran mis hijos, que era ella y su hermano.
JM: Ah, okay.
AM: Sí. Y también ella me, los problemas que tenía yo: “Mira, se escribe acá, se escribe esto”. Y yo cargaba, lo cargaba ahí cuando necesitaba, porque llenar papeles de mi trabajo, porque fui mayordomo y yo miraba a ver cómo se escribía y todo y así me fui enseñando poco a poquito el inglés, sí.
JM: Okay. Y, explíqueme de cuando usted fue mayordomo. Como, pues primero, ¿cómo, este, agarraste el trabajo de mayordomo?
AM: Bueno, comencé a trabajar ahí. Era nomás temporal.
JM: Okay.
AM: Pero comencé a trabajar y el mayordomo general le gustó mucho mi trabajo y me enseñé, como le digo, que cada trabajo, yo le dije al mayordomo que me enseñara todos los trabajos. Y me ponía cada día y le: “Mira, estos se dice aquí y se llama así, y todo”. Y ya comencé yo a hablar el, a repetir las palabras hasta quedarme seguro de que ya lo sé. Y ya después, me dijo, me llevaba el mayordomo, me enseñaba cómo enchufar los… Para la líneas, cambiar las líneas, porque era una fábrica grande.
JM: Okay.
AM: Me enseñé todo eso y ya después yo me encargaba de todo y me dijo: “Tú vas a ser, cuando van a necesitar mayordomo, tú vas a ser el mayordomo”. Y luego, este, comenzaron a agarrar más contratos, era temporal, pero ya cuando entré yo, ya comenzaron a agarrar más trabajo, más trabajo, más trabajo. Hacíamos el trabajo bien. Y ya cuando me dieron de mayordomo, comencé a agarrar contratos de México.
JM: Okay.
AM: De Ensenada, de San Luis Río Colorado, hacíamos botes para ellos y me hablaban a mí y decían: “Que necesitamos botes”. “Que ya, ya van troques en el camino” “Ta bien”. Y así, lo subí. La compañía se jue grande la compañía, porque vendíamos millones de botes, sí. Vendíamos como botes de atún y querían ochenta, noventa millones.
JM: ¿Sí?
AM: Sí. Entonces, cambiaba las máquinas. Teníamos muchas máquinas. “Cambien esa máquina porque vamos a necesitar botes”. Y así. Y los, el manejador, los mayordomos generales dijeron: “Lo que diga el Albert. Lo que diga el Albert”. Sí. A veces los botes querían, valen un penny más. Yo les digo: “No, cárguenlos”. Y, luego me dicen: “No, pero, mira este”. “No, no le hace, cárguenlos”. Y me di, le dije el mayo[rdomo], el manejador le dije: “Mire, le voy a vender”, pero, le dije: “Porque, pa que entre en la máquina de ellos, entra bien y ya después como le va haciendo set ups a sus máquinas, ya hacemos lo demás, la lámina que van a usar, lo que tiene que agarrar ellos”. Y dijo: “Es buena idea”. Y dijo: “Esa es buena idea”, dijo. “Y así no batallan”, le dije. “Y agarran botes”. Y primero pidieron muy poquitos botes de Ensenada de chile jalapeño, de bote grandes y después, no dábamos a[basto], año redondo hacíamos botes para ellos.
JM: ¡Ah!
AM: Sí. Sí. Y la compañía. Y cuatro años después de que yo me retiré cerraron la fábrica.
JM: ¿Sí?
AM: Perdieron todos los contratos de ajuera.
JM: ¿Porque usted no estaba?
AM: Sí, sí. (risas)
JM: ¿Sí?
AM: Ya la fábrica ya no existe ahora.
JM: ¿No? Pues, qué bueno, ¿no? Sobra el trabajo.
AM: Sí.
JM: A ver, pues nomás tengo como preguntas de sus reacciones finales. Creo que, pues mi pregunta es: para usted, ¿qué significa el término bracero?
AM: Bueno, el término bracero es, ¿verdad? Como viene uno a trabajar con los brazos, eso es.
JM: Sí.
AM: Sí. Porque no, no es otra cosa que trabajar con los brazos. Por eso la agricultura, lo que necesitan a uno. Lo que… sí, lo que necesitan a uno, sí.
JM: Okay.
AM: Sí.
JM: Okay. Y, ¿cómo se siente usted de que lo llamen bracero?
AM: Pos no me siento mal.
JM: ¿No?
AM: Porque, no, no, no me siento mal. Yo fui bracero por bastantes meses, años.
JM: Sí.
AM: Sí. Hasta que se acabó el contrato, sí, ey. No, yo, yo estoy… Mucha gente se siente como que lo discriminan en los trabajos. Yo nunca lo sentí. No, nunca. Nunca. Yo hice mi trabajo y les gustó mi trabajo y contento, contento.
JM: Qué bueno.
AM: Sí.
JM: Bueno.
AM: Y ya. Yo nunca lo sentí descriminación de nadie, de nadie, todo el tiempo que trabajé. Le dijo que en mi trabajo ya: “¡Ay, si! Lo que diga el Albert”.
JM: Entonces, en general, ¿su experiencia era buena?
AM: Sí.
JM: ¿Sí?
AM: Sí fue buena, para mi trabajo, sí. Porque yo hice lo mejor que pude, lo mejor, sí.
JM: Y entonces, ya terminé, pero si hay algo que quieres decir que…
AM: No, yo estoy agradecido de este país, sí. Sí, estoy muy agradecido. Mis hijos están bien, sí. Los he ayudado lo que he podido y estamos bien, estamos bien. Sí, gracias a Dios.
JM: ¿Sí?
AM: Sí.
JM: Sí. Okay. Pues muchas gracias, gracias.
AM: Sí.
Fin de la entrevista
Interviewer
Martínez, Jackie
Interviewee
Marcial, Alberto Miguel
Location
San Bernardino, CA
File Name Identifier
Marcial_SANB012
Citation
Martínez, Jackie and Marcial, Alberto Miguel, “Alberto Miguel Marcial,” Bracero History Archive, accessed November 23, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/384.