Tomás Zapata Castañeda
Title
Tomás Zapata Castañeda
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Tomás Zapata Castañeda was born in Ejido el Faro, Chihuahua, México in 1937; although he did help his father in the fields, he also went to school; in 1956, he was hired as a bracero at the age on nineteen; he worked as a bracero in Texas, Montana, New Mexico, and Colorado.
Summary of Interview: Mr. Zapata was hired as a bracero in 1956; his first work contract took him to New Mexico, where due to the rain, he was unable to work; in the various places he went, he worked in the cotton and beet fields; he recalls that the braceros would use signs to communicate with the ranchers; in Colorado, he was able to earn $12.00 per acre that he worked; he also recalls that during the month of December, work contracts were given for three months at a time, whereas during the month of May, work contracts were given for forty-five days at a time.
Summary of Interview: Mr. Zapata was hired as a bracero in 1956; his first work contract took him to New Mexico, where due to the rain, he was unable to work; in the various places he went, he worked in the cotton and beet fields; he recalls that the braceros would use signs to communicate with the ranchers; in Colorado, he was able to earn $12.00 per acre that he worked; he also recalls that during the month of December, work contracts were given for three months at a time, whereas during the month of May, work contracts were given for forty-five days at a time.
Creator
Parra-Mantilla, Myrna
Zapata Castañeda, Tomás
Date
2003-05-12
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Tomás Zapata Castañeda
creator (Spanish)
Zapata Castañeda, Tomás
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
DIgital, WAV, MP3
Duration
30:37
Bit Rate/Frequency
24K
96bit
96bit
Transcription
Nombre del entrevistado: Tomás Zapata Castañeda
Fecha de la entrevista: 12 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El día de hoy es 12 de mayo de 2003, en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, entrevistando al señor Tomás Zapata Castañeda para el Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla. [2do es una tercera persona se presenta y participa periódicamente a través de la entrevista]
MP: Buenos días señor Zapata.
TZ: Buenos días.
MP: Para empezar la entrevista, quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació?
TZ: El 21 de diciembre de 1900… eh, ¡No! 29 de diciembre de 1937.
MP: ¿En dónde nació?
TZ: En el Ejido del Faro.
MP: ¿Dónde?
TZ: Ejido del Faro, Chihuahua.
MP: Cuénteme acerca de su niñez, acerca, sus papás, ¿a qué se dedicaba su papá, su mamá?
TZ: Pues mi papá era agricultor, en aquel entonces.
MP: Y, ¿sus hermanos?
TZ: Pues también trabajaban por ahí.
MP: ¿Cuántos fueron de familia?
TZ: Pos eh, todos, entre todos, todos fuimos como doce.
MP: ¿Doce? Una familia grande.
TZ: Grande.
MP: Y, ¿usted fue a la escuela? o, ¿desde chiquito le ayudó a su papá?
TZ: ¡Sí, no! Sí fui a la escuela. Tengo hasta quinto año nada más.
MP: Y luego después de ahí ya empezó a trabajar.
TZ: ¡A trabajar!
MP: Y, ¿a qué edad empezó a trabajar más o menos?
TZ: Pos yo creo que a los quince años.
MP: ¿Cómo se dio cuenta usted del Programa Bracero?
TZ: ¡Uh! En aquel entonces pos era lo que había de trabajo nada más. En, digamos que, salía poquito mejor allá, en el otro lado. Nos contratamos y nos fuimos a trabajar.
MP: Y platíqueme, ¿en dónde se contrató?, ¿qué tuvo que hacer para ser contratado?
TZ: Al fin, ¿cómo se llamaba la, la, estación?
2do: Río Vista.
TZ: Al, no, la aquél de cont… Eh, no, onde contrataban pues le decían, El Trocadero, era la estación vieja, ¿no?
2do: Es la estación vieja.
MP: Y ahí, ¿qué papeles le pedían?, o, ¿qué tenía que hacer?
TZ: Pos, un número, le daban un número a uno. Y con ese número le hablaban.
MP: Y, ¿qué tenía que hacer para que le dieran el número? Nada más llegaba, pedía número y ya.
TZ: Sí, se lo daban a uno.
MP: Y cuénteme, ¿cómo era El Trocadero?
TZ: El Trocadero pos era un puro llano, ¿verdad?
2do: Era un corralón ahí.
TZ: Un corralón, este, tenía sus oficinas así, vamos a decir allá enfrente. Y todos nosotros nos rodeábanos allí a esperar.
MP: ¿Mucha gente?
TZ: ¡Uh sí! Había mucha gente. Unos, ¿qué sería?, unos ocho, diez mil personas.
MP: Bastante.
2do: Ey, cuando era el tiempo de las contrataciones.
TZ: Mucha gente.
MP: Y, ¿cuánto tiempo se estuvo ahí para que lo contrataran?
TZ: Pues en veces durábanos quince días, viniendo todos los días de ahí, vivíanos en un rancho, y hasta que no salíamos.
MP: ¿Todos los días iban y venían?, ¿y en cuánto le salía el viaje?
TZ: En, $1 peso, nos cobraban el pasaje, ¿verdad?
2do: Sí, era muy barato.
TZ: ¡Un peso el pasaje! (risas) De aquí al 30, más o menos, kilómetro 30 de la carretera Juárez, un peso nos cobraban. Procurábanos no, no gastar tanto, ¿verdad? Digamos para tener, para ir y venir y unos taquitos ahí.
MP: Y, ¿no les salía mejor quedarse aquí?
TZ: Pero no teníanos en dónde, no teníamos familiares en ese entonces, aquí en la ciudad. No pos, nos podíamos quedar ahí en la calle pero de todos modos no, pues vale más recalar a la casa.
2do: Pos todos los que venían de allá del sur.
MP: Y luego ya que le nombraron a usted que entró al, no sé como nombrarle, ¿verdad?
TZ: A la contratación.
MP: Ahí, en ese proceso, ¿le preguntaron algo?, ¿le hicieron exámenes médicos?
TZ: Pues aquí sí, sí le hacían a uno examen médico. Aquí en donde, el corazón, ¿cómo están los pulmones, ¿verdad?
2do: También los pulmones.
TZ: Y ya, ya listo pa la tarde para que se arrimen a, pos ahí mismo se arrimó el tren, aquí a ontaba la casa de espera, vieja. En un tren carguero para atrás y luego en, nos íbamos.
MP: ¿Todos los que cupieran en el tren?
TZ: ¡No! Íbanos todos, casi todos los contratados, ¿verdad?
2do: Ey, todos los contratados.
TZ: Unos mil yo creo, unos ochocientos diario.
MP: Pues eran bastantes, ¿no?
TZ: ¡Sí!, sí pos pasaban de ochocientos, ¿verdad? Mil doscientos, mil trescientos.
2do: Eran mil y tantos diarios porque eran en un ferrocarril con algunos carros y todos llenos de…
MP: Bueno, descríbame el viaje de aquí al [El] Paso.
TZ: De aquí al [El] Paso pues se fue en el tren, digamos, eran yo creo como dieciocho horas, pos si iba al pasito, ahí.
MP: Y, ¿se iba parando o no se paraba?
TZ: Sí, sí se paraba, a darle el pase al pasajero por ejemplo, a los cargueros que venían de allá pa acá, pos tenía que hacerse a un lado, pa librar.
MP: Dieciocho horas.
TZ: Yo creo que sí porque, salíanos de aquí a las once o diez, ¿verdad?, luego a las cinco o seis de la tarde llegábanos allá a las dos, tres de la mañana, o cuatro. ¡No, no, no hacía tanta!, dieciocho horas no. Unas nueve, yo creo.
MP: ¿Pero sí hacía bastante, ¿no?
TZ: Sí, unas nueve horas de perdido.
MP: Y luego ya que llegaban allá a El Paso, ¿en dónde los bajaban?
TZ: Pos ahí, yo creo también en los ferrocarriles, yo me acuerdo que caminábamos, ¿verdad?
2do: Sí, pos ahí en el ferrocarril se bajaba uno y ahí está el puente luego luego de Santa Fe.
TZ: Caminábanos al puente.
2do: Ahí nos formábanos.
TZ: Y esperábanos a que abrieran a las siete yo creo, ocho.
2do: Siete abren.
MP: Y ahí en El Paso, ¿qué les hacían?, pasando luego luego.
TZ: En, luego luego, no, nos embarcaban ahí en un camión y nos llevaban a donde lo concentraban a uno que le decían Río Vista.
MP: Cuénteme, ¿cómo era Río Vista?
TZ: Pos era un corralón también así con algunas barracas, ¿verdad? Que le decían barracas, onde se lo acostaba y luego, le daban a uno su catrecito, ¿verdad?
2do: Era el centro de contratación ahí. Ahí era donde ya ahí lo, ahí si lo contrataban ya y el que no salía electo lo despachaban para atrás.
TZ: Este, le daban su camita, de esas dobladizas, tendía uno su cama. Le daban de comer ahí almuerzo, comida y cena.
MP: Y, ¿tenía que pagar algo?
TZ: No.
MP: ¿Nada?
TZ: Nada, ahí lo daban, gratis.
MP: Y si ustedes querían llevarse, no sé, ropa o algo, ¿podían llevarse algo?
TZ: Sí podía, sí podía uno llevarse cambios y ahí había onde quedarse, se estaba uno, tres, cuatro días y luego ya lo contrataban para onde le tocara.
MP: Y ahí por ejemplo, ¿usted supo de alguien?, por ejemplo que no, no lo contrataban porque estaba mal, tenía alguna enfermedad. Y luego esa persona, ¿qué hacía?
TZ: Al que salía mal según le sacaban hasta sangre también a uno, ¿verdad? Y yo creo lo analizaban cuando salía un poco mal de sangre, le hablaban y lo inyectaban según, ¿verdad? Creo lo inyectaba, sí lo curaban.
MP: Y, ¿les decían para qué era?
TZ: Sí, pos yo creo, el que salía malo de la sangre, sí.
2do: Es que ahí, ahí los tenían unos cuatro días.
TZ: Al enfermo.
2do: Ya unos llegaba unas…
MP: Por lo, mucho tiempo, ¿no?
2do: Sí.
TZ: Sí pero lo dejaban bueno y sano y entonces sí lo contrataban, ¡vámonos!
MP: Y, ¿cómo era la comida, el trato allá en Río Vista?
TZ: Bien, para que más que la verdad, nos daban comida en el comedor, almuerzo también. Cuando nos quedábamos había, almuerzo, comida, cena. Comedor sí, no, le servían. Bueno, pasaba uno con su plato ahí, ahí le, cuchara y cuchara, ¿verdad?
MP: A cucharadas.
2do: Ahí en el comedor, ahí.
TZ: Sí.
MP: Y luego aquí, me dicen que había soldados, ¿verdad?, aquí en El Trocadero, como para guardar el orden y todo.
TZ: ¡Ah, sí, sí!
MP: El orden, y todo eso.
TZ: ¡Sí! Pos ya ve que la gente amontonada se hace una, ¿cómo quiero decirle?, pos como… ¡Sí! Pos es que la gente, eh, amontonada. Se va haciendo pa adelante, pa adelante y nos… “¡Vente, vámonos para atrás!”. ¿Verdad? Nos retiraban.
2do: A esos sí les teníamos miedo porque andaban con el rifle y nos daban. (risas)
MP: Ustedes este, cuando vieron ahí los soldados y todo esto, ¿no les iba algo de…
TZ: No, de miedo no.
MP: ¿De miedo algo?
TZ: No.
2do: No porque allá había mucha gente.
TZ: ¡Sí! Lo más lejos.
2do: Venimos a talachar del lado gringo.
MP: Y luego, eso era aquí y luego ahí en Río Vista, ¿no había soldados?
TZ: No, allá no.
MP: ¿Quién guardaba el orden ahí?
TZ: Ahí había trabajadores, me imagino que eran trabajadores, ¿verdad?, de ahí.
2do: Había puros trabajadores ahí.
TZ: Allí había trabajadores y, pero no, muy serio, muy serio.
2do: Pa los que lleguen ya era, ya estaban muy ordenados ya.
TZ: Muy seria la gente ahí.
2do: Ya sabía uno qué hacer ahí.
MP: Y allá en Río Vista, ¿había algún representante del Gobierno Mexicano? No sé, secretarias, o intérpretes.
TZ: Pos me imagino que sí, ¿verdad?
2do: Yo creo que sí.
MP: Usted nunca, bueno, usted nunca, ¿nunca le tocó algo?
TZ: ¡No! Hasta eso no, pero tiene que haber habido representante del Gobierno de aquí. No, allá nomás de, la primera vez lo metían a la foto y luego a contratarlo.
MP: Y, ¿ahí le explicaban de lo que se iba a tratar el trabajo?, o, ¿lo que decía el contrato?
TZ: Sí, en lo que decía el contrato, también de…
2do: Ahí se firmaba el contrato y ya.
MP: Y por ejemplo sí usted tenía alguna duda o algo, o no le quedaba muy bien, en claro o…
TZ: ¡No! Pos ya ahí explicaba el contrato, ¿verdad? Digamos, cuánto se nos pagaba este, cuando íbanos al algodón, las cien libras de algodón a $1.55 creo, ¿verdad?
MP: Muy poquito, ¿verdad? Y luego, ahí llegaban los rancheros, ¿no?
TZ: ¡No! De ahí lo mandaban a uno en camión, digamos un camión, vamos a decir como estos urbanos, ¿verdad? Un camión a, por ejemplo, a mí me tocó ir al algodón a Lovington, Nuevo México. Y nos íbanos, cincuenta, sesenta gentes ahí en camión. Llegábanos a La Asociación, que le nombraban y ya están ahí los rancheros, en un techo esperando la gente.
MP: O sea que, ¿entonces quién los llevaba, ahí a esa asociación?, o sea, ¿no iba así como que un guía que se hacía cargo de ustedes?
TZ: No, pos yo creo el chofer del camión.
MP: ¿Nada más?
TZ: ¿Verdad?
2do: Ese ya nomás llegaba allá, había otro, otro corralón, ahí donde nos manejaba a todos y…
MP: Pero entonces, usted que se acuerde, algún problema de que, no sé, de que los braceros le dijeran al chofer: “No, pos mejor vámonos para allá a otro lado o…
TZ: No, nos llevaban allá directamente a donde iban a escalar la gente, ¿ve? Porque ya estaba pedida, digamos, este… Sí, ya había habido el acuerdo acá con los de Río Vista. Y cada quien allá agarraba, por ejemplo, si él necesitaba unos cinco, otro necesitaba diez, otro quince, así, unos dos.
MP: Y por ejemplo, a ustedes si no les gustaba el…si el ranchero se veía así medio malo o algo, ¿podían decir: “No mejor yo me voy con otro”, o, ¿algo?
TZ: ¡No, no! Sí todo, todos los rancheros que me tocaron a mí, se portaban bien con la gente. ¡Sí! Pos digamos nos llevaban al pueblo, al mandado y luego nos recogían otra vez el sábado en la tarde.
MP: Y, ¿cuál fue su impresión cuando llegó allá al rancho? Porque ya ve que cuando uno viaja y llega a otra ciudad dice: “¡Ay qué bonito, no sé qué, así”.
TZ: No pues…
MP: ¿Cuál fue su impresión allá?
TZ: Como todo el tiempo viví en el campo, ¿verdad? Digamos, llegamos de campo a campo. Pos se me hacía igual.
MP: No había mucha diferencia.
TZ: No, trabajo ahí era, pues sí, en la pisca del algodón la, la esta, ¿cómo se llama? Las ganas de ganar un centavo más. Eso era lo que lo impulsaba a uno a irse. Por que aquí, aquí pagaban en ese entonces, $12 pesos, ¡imagínese! Y allá ganabas pos $25, ¿verdad?
MP: Y, ¿usted estaba soltero o casado cuando se fue?
TZ: No, soltero.
MP: ¿Cuántos años tenía?
TZ: Como diecinueve yo creo, pos fue en 1953, [19]57, imagínese.
MP: Y la primera vez que se fue, ¿fue ahí a Nuevo México, a Lovington?
TZ: Al algodón a Nuevo México. Que sí a, ¡a Lovington!, ¿verdad?
2do: Sí.
TZ: Sí, yo me fui con él.
MP: Y platíqueme ahí, ¿qué hacían allá en el rancho?, ¿cuál era un día normal de trabajo?, ¿cómo era?
TZ: Toda semana nomás el domingo no.
MP: Y, ¿qué era así lo normal que hacía?, piscaba, pesaba.
TZ: Piscaba algodón, tenía que pesar, no, todo el día a piscar.
2do: Piscar y a…
TZ: Todo.
2do: Ir y sacar.
TZ: Todo el día, digamos, y el sábado pos, íbanos al pueblo, ¿verdad? Al mandado.
2do: Estar en la tarde allá, ir al mandado.
TZ: Nos llevaba el gabacho.
2do: Y en la misma lavar ropa ahí.
MP: Y luego, ahí en el rancho, el ranchero les daba casa y les daba todo, ¿verdad?
TZ: Sí.
MP: ¿Cuántos había más o menos por casa?, o, ¿en barracas?
TZ: Cuando fuimos ahí nos tocó como unos seis, ¿verdad?
MP: Ah, pues había poquitos.
TZ: A lo más, sí como seis compañeros ahí. No, cada quien nos tenía su parrillita ahí, hacíanos botana, y yo y él hacíanos botana juntos.
MP: Qué bueno. Y, ¿se conocían desde aquí o se conocieron ahí?, o sea en otras áreas.
TZ: No, pues es que él es mi cuñao. (risas)
MP: Pero digo, se conocían en aquél entonces, ¿se conocieron?
TZ: Sí, sí.
MP: ¿Venían del mismo rancho?, ¿nacieron en el mismo lugar?
TZ: Sí, veníanos del mismo pueblo.
MP: Ah qué bueno, entonces siguieron la amistad bastante.
TZ: Sí.
MP: Hasta emparentados.
TZ: Sí.
MP: Qué bien. Y su familia entonces, lo apoyó: “Sí, vete y no sé que…
TZ: Sí.
MP: Y, ¿a usted se le hizo pesado irse?
TZ: No, pues iba con ganas a trabajar, digamos, a ganar dinero porque… (risas)
2do: Partían con la esperanza…
TZ: Sí, de veras, de ganar dinero. No, nos fue remal esa vez. Fíjese que llovió tanto desde, de septiembre, octubre, noviembre, y, parte de diciembre, como nunca. Todos esos meses llueve y llueve.
MP: ¿Sí? Y luego ahí, ¿se inundaron los campos?
TZ: No, no, lloviznas, pero de esa que y luego el algodón que no necesitaban uno piscar lo que estuviera mojado pos no, nos salíamos a piscar.
2do: En esos días no trabaja uno.
MP: Y entonces, ¿qué hicieron? O sea, porque me imagino que pos sí no trabajaban, pos no les pagaban.
TZ: Nos daba un peso el gabacho. Digamos, el día que no trabajábanos nos daba un peso para comida.
MP: ¿Nada más?
TZ: Nada más.
MP: Y por mientras, ¿no les ponía él a hacer otras cosas? No sé, a limpiar el granero o…
TZ: ¡No, no! Pos sí taba llueve y llueve, y nublado, y llovizne y llovizne, y pos, ¿verdad? No, no se podía.
MP: Pues sí fue mucho tiempo, ¿no?, que se pasaron así.
TZ: Pues fíjese que en dos meses o tres meses trajimos $40 dólares, ¿cuánto trabajaríanos?
MP: Muy poquito.
2do: Es que a veces le tocaba a uno las malas y no, ¡qué no trabajábamos!
MP: ¡Sí!
2do: Cuando trabajaba todo el tiempo, corrido que no le pasaba eso.
TZ: Cuarenta dólares traje yo esa vez que fueron quinientos, que es en aquél entonces, pero pagaban a $12.50. Pues no, muy poquito, a los ocho días ya no tenía nada. (risas)
MP: Y dígame, ustedes en el tiempo libre, me decía que los domingos era el día libre que les daban, ¿verdad?
TZ: Sí este, nos poníanos a lavar, a hacer tortillas para toda la semana si no veníanos el… Llegábanos cansados, pos teníanos que tener las tortillas hechas.
MP: Y, ¿qué más hacían para distraerse?, ¿se iban al cine?, ¿jugaban baraja?, ¿tenían su equipo?
TZ: No, nos tocaba.
2do: Nosotros estábamos en ranchos.
TZ: Nos tocaba muy lejos del pueblo. Digamos como a veinte, treinta kilómetros, ¿verdad? Imagínese, pos no, ¡nada! No.
2do: O sea trabajábamos, tábanos en las labores, onde estaba el trabajo ahí porque…
MP: O sea que, ahí todo el tiempo se la pasaban…
TZ: ¡Sí!, los dos, tres meses. ¡Pos no le digo! Mire, teníanos que amasar bastante harina para toda la semana, si no pues llegábanos cansados metiéndose el sol, ¿verdad? Y, imagínese ir a hacer tortillas y guisar y todo eso. ¡No, no, no! Ya nos alivianábanos el trabajo.
MP: ¿Y quién era el bueno para amasar?
TZ: ¡Yo era!, ¿verdad que yo era muy bueno? Él las cocía, yo las eh…
2do: Cocía de harina.
TZ: Pues imagínese para toda la semana, cinco kilos, así una bolota.
MP: Bastante.
TZ: Ey, con los pájaros no le hace a uno tortilla, ¿verdad?
MP: Y, ¿ahí ustedes tenían algún contacto con la familia del ranchero?
TZ: ¡No!, no pues es que ahí, sí vivían cerquitas, pero no, pues no sabían hablar español.
MP: Y entonces, ¿cómo se comunicaban con él o con la familia?
TZ: ¿El gabacho? No pues el gabacho, no hablaban español casi, ¿verdad?
2do: Casi no.
TZ: ¡No!
2do: Nomás puras señas.
TZ: ¡Pos señas!
2do: Con puras señas.
TZ: Y este, pues él nada más, digo, veía los kilos, ¿verdad? Digo, las libras que piscábanos y bueno….
2do: Cuando más, nomás el primer año, porque ya después ya, ya él le agarra un poquito también.
MP: ¿Ah, ustedes también le…?
TZ: Sí.
2do: Ya.
MP: Ya le agarraron un poco más al inglés.
TZ: Sí pos eh, digamos sí…
2do: Hasta saber pedir la comida.
TZ: Sí.
2do: O el trabajo, ¿cómo se hacía?, y eso.
MP: Y por ejemplo cuando, cuando los llevaban a comprar las provisiones, no sé, ¿siempre les alcanzó?, ¿nunca se quedaron cortos de que tuvieron que pedir prestado?
TZ: ¡No, sí! Todo el tiempo nos alcanzó. Nomás ese, digamos en esa temporada trabajábanos a veces una hora, dos. Pues unas veinte, treinta, ¿que será?, treinta libras, ¿verdad?, piscábanos. Este, y con el peso que nos daba él, pues sacábamos para comida. En aquél entonces eran $7 dólares y digamos de lo que traía uno de dispensa. Sí, con eso teníanos, $7 pesos cada uno.
MP: Y luego para su familia, ¿le mandaba usted dinero a su familia?
TZ: Eh, pues cuando había, sí. Por ejemplo, esa vez yo no mandé porque pos era, $40 dólares.
MP: Ajá, ni para usted.
TZ: No, pos ahí los traía.
MP: Y, ¿sí le llegaba todo el dinero a su familia?, ¿nunca se entero de que no le llegó?
TZ: ¡No!, no, sí todo el tiempo que mandé yo después que fui, sí le llegaba. Es que le dan a uno su taloncito allá del…le daba uno el dinero al ranchero. Y luego el ranchero iba y depositaba, ya nomás le llegaba la contraseña y ya. Para en caso de perdido, pérdida pues reclamaba uno, pero no, nunca se me perdió a mí.
MP: Qué bueno y ahí ustedes, ¿tenían servicio médico?
TZ: Sí, tenía servicio médico.
MP: Y, nunca le tocó que lo hayan llevado al hospital o alguien de…
TZ: ¡No!
MP: ¿De sus compañeros?
TZ: A mí no, a lo mejor y alguna, alguna vez eh, sí, ahí los compañeros sí, pos ya digamos, se sentían malos… Sí, me acuerdo que sí, sí los llevaba el ranchero también, al médico. Pero yo a mí no me acuerdo de las veces que fui, nunca necesité el médico. Me tocó hasta suerte.
MP: Qué bueno, y, ¿dónde más anduvo?, aparte de Nuevo México.
TZ: Nuevo México, anduve en el estado de Colorado también en el betabel.
MP: Y, ¿cuánto le pagaban ahí?
TZ: Pues en el betabel era poquito, pero creo nos pagaban a, ¿a $12.50 el acre?
2do: Ey.
TZ: A $12.50 el desahije de betabel.
MP: ¿Cómo era el desahije?
TZ: Pues era, este, el betabel era una plantita chiquita como el zacate así, cuando nacía y era cuando la desahijábanos, ¿ve? Entonces, nos daban un azadoncito de este tamañito y luego de este ancho más o menos. ¡Ah!, pos si viera que, parecía
juguete, ¡pero sí, hijo de la fregada! Ese sí era jale, le duele a uno toda la espalda, ¿verdad?
2do: Sí, y luego los otros taban muy largos.
MP: Y luego entonces, o sea me imagino que había muchas, hierbas, ¿ahí no? Pues crecen muchas hierbas.
TZ: Sí, pos le, cuando estaba recién sembrado el betabel, salía solito, ¿verdad? Pero, sí, sí, después de que ya crecía al…
2do: Cuando lo desahijaba como cuando nace el, el tomate, así nacen, así. Pero es un surco así ta lisito por todo el bordo.
MP: Y luego, ¿y luego sí ahí se equivocaban y quitaban de cada lado?
TZ: No, mire, nos daba… Decía el gabacho, vamos a decir: “No, este esta muy ancho”. Lo de aquí, así tenía que dejar el betabel digamos, si se lo dejábanos así, se nos, se nos enojaba, ¿verdad? Digo, no se nos enojaba pero decía: “¡No, no, muy largo, no! Así como está el azadón”. Pues después, sí, porque ellos contaban digamos eh, las matas en tantos metros, no sé cómo le harían ellos. Y, no, sí lo corregían a uno.
MP: Y ahí, ¿quién era el mejor?
TZ: De, de, ¿pal azadón?
MP: Sí.
TZ: No pos cuando fuimos a Colorado, tú también, ¿verdad, Mateo?, eh, andábanos cuatro y yo cinco, pero si no ha sido por los cinco que a mí me ayudaban, porque no, pues me dejaban… Si los surcos estaban retelejos, me dejaban a la mitad.
MP: Ah, ¿sí?
TZ: Y me ayudaban a mí porque pa, ¡pues no sabía! ¿Verdad? Digamos, al azadón cortito. ¡No! Ya a los otros días ya andaba junto con ustedes, ¿verdad?
2do: Sí, nomás el tomate.
MP: Era el tomate.
TZ: ¡Sí! Luego luego.
MP: Le agarró rápido la maña.
TZ: Luego luego.
MP: Y ellos no le decían: “No, pos te ayudamos, pos danos parte de tu sueldo”.
TZ: ¡No, no! Porque éramos compañeros. No, nada de eso, de parte nada. Pero sí he ido solo y que me toque con unos que ya sabían, pos me habían dicho: “¡No, pues tú solo! A ver qué haces”.
MP: ¿Sí había así como envidia entre braceros?
TZ: Pues en el grupo que onde yo anduve, nunca nos peleamos por, por lo, reparto de dinero no, nunca. Tantos acres hacían, hacíamos pos era, era, digamos, partes iguales.
MP: Y, ¿ahí en Colorado también le dio el ranchero, les dio casa y todo?
TZ: También.
MP: ¿Era bajo las mismas condiciones también?
TZ: Igual.
MP: Y para la comida también era igual.
TZ: También.
MP: Y, ¿ahí qué hacían para distraerse un poco?
TZ: Tampoco, puro trabajo.
MP: ¿Puro trabajo?
TZ: Pues nos tocaba retirado de los ranchos, digo, del pueblito, y no, no hallamos, pues necesitábamos irnos a pie. (risas)
MP: Y, ¿usted venía más o menos seguido acá a ver a su familia?
TZ: ¡No! Hasta que no cumplíanos los tres meses.
MP: Que era el contrato, ¿verdad?
TZ: Que era el contrato, sí. Bueno en mayo era de cuarenta y cinco días pero, y en diciembre era más o menos tres meses. Y no, yo nunca vine.
MP: Y, ¿por qué la diferencia?
TZ: Porque era, el de diciembre, ese era el del algodón y era de tres meses y el del, de mayo eran hasta mediados de junio, ¿verdad?
2do: Sí.
TZ: Eran cuarenta y cinco días nada más.
MP: Y, ¿a ustedes cuáles les convenía más?
TZ: El de mayo porque salía poquito mejorcito.
MP: Y en diciembre, ¿el ranchero también les proporcionaba un, no sé, ropa especial, o algo por si estaba lloviendo mucho o nevando o frio?
TZ: ¡Ropa no! Lo que nos daba era para trabajar, digamos, el costal del algodón, ¿verdad? Nos los colgábamos ahí, de aquí a la puerta aquella... Eso es lo que nos daba.
MP: Y entonces, era todo lo que les daba de…
TZ: De implemento de trabajo.
MP: Y ustedes, porque imagi[no], la mata de algodón es muy espinosa, ¿no?
TZ: Tiene cuatro piquitos.
MP: Y luego con los dedos, me imagino que se siente mal, ¿no?
TZ: ¡No! Pos ya decía, aprende uno a agarrarle, digamos a este, cuando anda uno fuerte, pues sí le tira el agarrón a las eh, a los capullos, pues sí le pica. Pero después se impone uno, digamos en, saca el algodón fácil. Sí, un que otro, otra vez le, no le daba uno bien, digamos, sí le picaba, pero no, no era mucho.
MP: Y, ¿en dónde más anduvo?
TZ: En el estado de Montana me tocó a mí. También ir a allá al betabel también.
MP: Y, ¿era el mismo pago?
TZ: El mismo pago. De $12 dólares por acre y…
MP: Y, ¿cómo le hizo?, ¿en qué lo transportaron hasta allá?
TZ: En camión.
MP: Y, ¿cuánto tiempo hizo?
TZ: ¡Uh! Desde ahí de El Paso a Colorado hizo dieciocho horas, casi ir al El Paso. No iba muy fuerte. Y luego de ahí nos, nos quedamos a, llegamos como a las once de la noche. Y otro día salimos como a las cinco de la mañana llegamos allá, pos no me acuerdo sí serían las doce, una de la mañana. En Montana, pero otro día.
MP: O sea que fácil hacía como unos tres días.
TZ: Como treinta y seis horas, yo creo.
MP: Mucho tiempo, ¿no?
TZ: Ta muy lejos, sí, muy lejos.
MP: Y ahí en Montana pues era, es más frío, ¿no? ¡Más húmedo!
TZ: Más húmedo, sí.
MP: Y, ¿sí estaba más o menos las casitas acondicionadas para el tiempo de frío que, casas así…
TZ: Eh, sí, sí, que eran casitas más o menos bien.
MP: O sea que ustedes no sufrían por el clima.
TZ: ¡No! Taban más o menos con su buen pisito, ¿verdad?
2do: Sí, como el de ahí.
TZ: Sus servicios tenía digamos, pa allá retiradito.
2do: Baños.
MP: Y, ¿dónde más anduvo?, ¿nada más en esos lugares?
TZ: Nada más en…pues en Nuevo México me tocó también andar en un rancho eh, este, que había ganado de borrega.
MP: Y anduvo, como quien dice de vaquero, ¿o cómo?
TZ: De, pues ayudándoles ahí a los patrones.
MP: Y de todos los lugares que anduvo, ¿cuál le gustó más?, ¿cuál le convino más estar?
TZ: Pos me gustó más el terreno por ejemplo allá en el estado de Montana, taba muy bonito, estaba. Había mucho agua, en estos meses ya llueve mucho allá. Y allí, escribíanos, ¡y seco y seco y seco así!
MP: ¿Y los animales?, que víboras o algo, ¿no? ¿No tuvo ningún inconveniente con eso?
TZ: No, no.
MP: Y, ¿a usted nunca le dió por arreglar papeles y quedarse ahí en Estados Unidos?
TZ: Pues no, fíjese que, como había contratación íbanos dos veces por año, ¿pues para qué? (risas) ¿Para qué este, ansiábanos de residencia?
MP: Y el ranchero, ¿nunca les dijo?
TZ: Pues, a mí dos rancheros sí me dijeron que si quería contrato grande pero, el de, el del algodón, ¿ve?, porque tenía sus trabajadores y estaba aquí en
México. Había cumplido el contrato de dieciocho meses y entonces, tenía que venirse a México y ya eran los últimos días de noviembre, creo. Y ya se iba a cerrar la contratación, entonces, un día antes me había dicho el gabacho. Ya me conocía, dijo: “Oyes, ¿tú quieres contrato grande? Porque el que tengo… Se llamaba Hilario, dijo: “No, ya no viene”, dijo. Ya se va a cerrar la contratación y no va a venir, sí le dije sí. No, pos otro día digamos llegó el Hilario, no ya no me volvió a decir nada. No, dije: “¡Yo me voy pa México!”. Que fue yo creo en el [19]59 más o menos.
MP: Y ya de ahí, ¿ya no se volvió a contratar ni nada?
TZ: No, me vine, en diciembre me vine, digamos. Ya se acabó todo, pos me vine, dije: “Al cabo pal mayo otra vez”.
MP: Y cuando se acabó ya el Programa Bracero, que se regresó a México, ¿fue difícil para usted volver a encontrar trabajo?
TZ: ¿Aquí?
MP: Sí.
TZ: ¡No! Aquí había mucho algodón también. Hay nomás pa, se juntaba nosotros ahí en lo que es el Sáuz, Terrazas, había mucho algodón ahí. No, no, había mucho trabajo. No pos trabajo aquí, nomás que sí salía un poquito más allá, ¿verdad? Por eso iba uno. Eh, aquí también se ganaba.
MP: Y cuénteme, para usted el Programa Bracero, ¿fue un buen programa?, ¿le faltó algo?
TZ: Pues, para mí fue buen programa porque pues, ¡vivía uno!, digo. (risas) ¡Y trabajaba y vivía!, pues fue buen programa, ¿qué otra cosa puede pedir uno? Que haya trabajo nada más, ¿verdad?, para poder vivir.
MP: Claro.
TZ: No, fue buen, buen programa.
MP: Y, ¿en cuánto al pago?, ¿está un poco bajado?
TZ: Pues, estaba poco bajo, pero de todos modos iba uno a trabajar, ya le digo, siempre salía poquito mejor que aquí.
MP: Ya para acabar la entrevista quisiera que me, no sé, platicara, alguna otra experiencia, algo que pasó por allá, con alguno de los braceros o con usted o algo.
TZ: No, pues compañeros de braceros no. Pues yo creo que es todo ya.
MP: No, pues muchísimas gracias por haber aceptado la entrevista y también por el tiempo, pues que hizo en venir aquí.
TZ: No pues…
MP: Qué bueno que le funcionó a usted el programa, que le fue bien.
TZ: ¡Sí!, gracias a usted, mire toda estoy aquí vivo. (risas)
MP: Qué bueno, eso es lo importante, ¿verdad?
TZ: Sí, de perdida, digo, va uno y conoce, onde quiera trabaja, donde quiera trabaja.
MP: Bueno, pues muchísimas gracias.
TZ: No hay de qué.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 12 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El día de hoy es 12 de mayo de 2003, en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, entrevistando al señor Tomás Zapata Castañeda para el Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla. [2do es una tercera persona se presenta y participa periódicamente a través de la entrevista]
MP: Buenos días señor Zapata.
TZ: Buenos días.
MP: Para empezar la entrevista, quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació?
TZ: El 21 de diciembre de 1900… eh, ¡No! 29 de diciembre de 1937.
MP: ¿En dónde nació?
TZ: En el Ejido del Faro.
MP: ¿Dónde?
TZ: Ejido del Faro, Chihuahua.
MP: Cuénteme acerca de su niñez, acerca, sus papás, ¿a qué se dedicaba su papá, su mamá?
TZ: Pues mi papá era agricultor, en aquel entonces.
MP: Y, ¿sus hermanos?
TZ: Pues también trabajaban por ahí.
MP: ¿Cuántos fueron de familia?
TZ: Pos eh, todos, entre todos, todos fuimos como doce.
MP: ¿Doce? Una familia grande.
TZ: Grande.
MP: Y, ¿usted fue a la escuela? o, ¿desde chiquito le ayudó a su papá?
TZ: ¡Sí, no! Sí fui a la escuela. Tengo hasta quinto año nada más.
MP: Y luego después de ahí ya empezó a trabajar.
TZ: ¡A trabajar!
MP: Y, ¿a qué edad empezó a trabajar más o menos?
TZ: Pos yo creo que a los quince años.
MP: ¿Cómo se dio cuenta usted del Programa Bracero?
TZ: ¡Uh! En aquel entonces pos era lo que había de trabajo nada más. En, digamos que, salía poquito mejor allá, en el otro lado. Nos contratamos y nos fuimos a trabajar.
MP: Y platíqueme, ¿en dónde se contrató?, ¿qué tuvo que hacer para ser contratado?
TZ: Al fin, ¿cómo se llamaba la, la, estación?
2do: Río Vista.
TZ: Al, no, la aquél de cont… Eh, no, onde contrataban pues le decían, El Trocadero, era la estación vieja, ¿no?
2do: Es la estación vieja.
MP: Y ahí, ¿qué papeles le pedían?, o, ¿qué tenía que hacer?
TZ: Pos, un número, le daban un número a uno. Y con ese número le hablaban.
MP: Y, ¿qué tenía que hacer para que le dieran el número? Nada más llegaba, pedía número y ya.
TZ: Sí, se lo daban a uno.
MP: Y cuénteme, ¿cómo era El Trocadero?
TZ: El Trocadero pos era un puro llano, ¿verdad?
2do: Era un corralón ahí.
TZ: Un corralón, este, tenía sus oficinas así, vamos a decir allá enfrente. Y todos nosotros nos rodeábanos allí a esperar.
MP: ¿Mucha gente?
TZ: ¡Uh sí! Había mucha gente. Unos, ¿qué sería?, unos ocho, diez mil personas.
MP: Bastante.
2do: Ey, cuando era el tiempo de las contrataciones.
TZ: Mucha gente.
MP: Y, ¿cuánto tiempo se estuvo ahí para que lo contrataran?
TZ: Pues en veces durábanos quince días, viniendo todos los días de ahí, vivíanos en un rancho, y hasta que no salíamos.
MP: ¿Todos los días iban y venían?, ¿y en cuánto le salía el viaje?
TZ: En, $1 peso, nos cobraban el pasaje, ¿verdad?
2do: Sí, era muy barato.
TZ: ¡Un peso el pasaje! (risas) De aquí al 30, más o menos, kilómetro 30 de la carretera Juárez, un peso nos cobraban. Procurábanos no, no gastar tanto, ¿verdad? Digamos para tener, para ir y venir y unos taquitos ahí.
MP: Y, ¿no les salía mejor quedarse aquí?
TZ: Pero no teníanos en dónde, no teníamos familiares en ese entonces, aquí en la ciudad. No pos, nos podíamos quedar ahí en la calle pero de todos modos no, pues vale más recalar a la casa.
2do: Pos todos los que venían de allá del sur.
MP: Y luego ya que le nombraron a usted que entró al, no sé como nombrarle, ¿verdad?
TZ: A la contratación.
MP: Ahí, en ese proceso, ¿le preguntaron algo?, ¿le hicieron exámenes médicos?
TZ: Pues aquí sí, sí le hacían a uno examen médico. Aquí en donde, el corazón, ¿cómo están los pulmones, ¿verdad?
2do: También los pulmones.
TZ: Y ya, ya listo pa la tarde para que se arrimen a, pos ahí mismo se arrimó el tren, aquí a ontaba la casa de espera, vieja. En un tren carguero para atrás y luego en, nos íbamos.
MP: ¿Todos los que cupieran en el tren?
TZ: ¡No! Íbanos todos, casi todos los contratados, ¿verdad?
2do: Ey, todos los contratados.
TZ: Unos mil yo creo, unos ochocientos diario.
MP: Pues eran bastantes, ¿no?
TZ: ¡Sí!, sí pos pasaban de ochocientos, ¿verdad? Mil doscientos, mil trescientos.
2do: Eran mil y tantos diarios porque eran en un ferrocarril con algunos carros y todos llenos de…
MP: Bueno, descríbame el viaje de aquí al [El] Paso.
TZ: De aquí al [El] Paso pues se fue en el tren, digamos, eran yo creo como dieciocho horas, pos si iba al pasito, ahí.
MP: Y, ¿se iba parando o no se paraba?
TZ: Sí, sí se paraba, a darle el pase al pasajero por ejemplo, a los cargueros que venían de allá pa acá, pos tenía que hacerse a un lado, pa librar.
MP: Dieciocho horas.
TZ: Yo creo que sí porque, salíanos de aquí a las once o diez, ¿verdad?, luego a las cinco o seis de la tarde llegábanos allá a las dos, tres de la mañana, o cuatro. ¡No, no, no hacía tanta!, dieciocho horas no. Unas nueve, yo creo.
MP: ¿Pero sí hacía bastante, ¿no?
TZ: Sí, unas nueve horas de perdido.
MP: Y luego ya que llegaban allá a El Paso, ¿en dónde los bajaban?
TZ: Pos ahí, yo creo también en los ferrocarriles, yo me acuerdo que caminábamos, ¿verdad?
2do: Sí, pos ahí en el ferrocarril se bajaba uno y ahí está el puente luego luego de Santa Fe.
TZ: Caminábanos al puente.
2do: Ahí nos formábanos.
TZ: Y esperábanos a que abrieran a las siete yo creo, ocho.
2do: Siete abren.
MP: Y ahí en El Paso, ¿qué les hacían?, pasando luego luego.
TZ: En, luego luego, no, nos embarcaban ahí en un camión y nos llevaban a donde lo concentraban a uno que le decían Río Vista.
MP: Cuénteme, ¿cómo era Río Vista?
TZ: Pos era un corralón también así con algunas barracas, ¿verdad? Que le decían barracas, onde se lo acostaba y luego, le daban a uno su catrecito, ¿verdad?
2do: Era el centro de contratación ahí. Ahí era donde ya ahí lo, ahí si lo contrataban ya y el que no salía electo lo despachaban para atrás.
TZ: Este, le daban su camita, de esas dobladizas, tendía uno su cama. Le daban de comer ahí almuerzo, comida y cena.
MP: Y, ¿tenía que pagar algo?
TZ: No.
MP: ¿Nada?
TZ: Nada, ahí lo daban, gratis.
MP: Y si ustedes querían llevarse, no sé, ropa o algo, ¿podían llevarse algo?
TZ: Sí podía, sí podía uno llevarse cambios y ahí había onde quedarse, se estaba uno, tres, cuatro días y luego ya lo contrataban para onde le tocara.
MP: Y ahí por ejemplo, ¿usted supo de alguien?, por ejemplo que no, no lo contrataban porque estaba mal, tenía alguna enfermedad. Y luego esa persona, ¿qué hacía?
TZ: Al que salía mal según le sacaban hasta sangre también a uno, ¿verdad? Y yo creo lo analizaban cuando salía un poco mal de sangre, le hablaban y lo inyectaban según, ¿verdad? Creo lo inyectaba, sí lo curaban.
MP: Y, ¿les decían para qué era?
TZ: Sí, pos yo creo, el que salía malo de la sangre, sí.
2do: Es que ahí, ahí los tenían unos cuatro días.
TZ: Al enfermo.
2do: Ya unos llegaba unas…
MP: Por lo, mucho tiempo, ¿no?
2do: Sí.
TZ: Sí pero lo dejaban bueno y sano y entonces sí lo contrataban, ¡vámonos!
MP: Y, ¿cómo era la comida, el trato allá en Río Vista?
TZ: Bien, para que más que la verdad, nos daban comida en el comedor, almuerzo también. Cuando nos quedábamos había, almuerzo, comida, cena. Comedor sí, no, le servían. Bueno, pasaba uno con su plato ahí, ahí le, cuchara y cuchara, ¿verdad?
MP: A cucharadas.
2do: Ahí en el comedor, ahí.
TZ: Sí.
MP: Y luego aquí, me dicen que había soldados, ¿verdad?, aquí en El Trocadero, como para guardar el orden y todo.
TZ: ¡Ah, sí, sí!
MP: El orden, y todo eso.
TZ: ¡Sí! Pos ya ve que la gente amontonada se hace una, ¿cómo quiero decirle?, pos como… ¡Sí! Pos es que la gente, eh, amontonada. Se va haciendo pa adelante, pa adelante y nos… “¡Vente, vámonos para atrás!”. ¿Verdad? Nos retiraban.
2do: A esos sí les teníamos miedo porque andaban con el rifle y nos daban. (risas)
MP: Ustedes este, cuando vieron ahí los soldados y todo esto, ¿no les iba algo de…
TZ: No, de miedo no.
MP: ¿De miedo algo?
TZ: No.
2do: No porque allá había mucha gente.
TZ: ¡Sí! Lo más lejos.
2do: Venimos a talachar del lado gringo.
MP: Y luego, eso era aquí y luego ahí en Río Vista, ¿no había soldados?
TZ: No, allá no.
MP: ¿Quién guardaba el orden ahí?
TZ: Ahí había trabajadores, me imagino que eran trabajadores, ¿verdad?, de ahí.
2do: Había puros trabajadores ahí.
TZ: Allí había trabajadores y, pero no, muy serio, muy serio.
2do: Pa los que lleguen ya era, ya estaban muy ordenados ya.
TZ: Muy seria la gente ahí.
2do: Ya sabía uno qué hacer ahí.
MP: Y allá en Río Vista, ¿había algún representante del Gobierno Mexicano? No sé, secretarias, o intérpretes.
TZ: Pos me imagino que sí, ¿verdad?
2do: Yo creo que sí.
MP: Usted nunca, bueno, usted nunca, ¿nunca le tocó algo?
TZ: ¡No! Hasta eso no, pero tiene que haber habido representante del Gobierno de aquí. No, allá nomás de, la primera vez lo metían a la foto y luego a contratarlo.
MP: Y, ¿ahí le explicaban de lo que se iba a tratar el trabajo?, o, ¿lo que decía el contrato?
TZ: Sí, en lo que decía el contrato, también de…
2do: Ahí se firmaba el contrato y ya.
MP: Y por ejemplo sí usted tenía alguna duda o algo, o no le quedaba muy bien, en claro o…
TZ: ¡No! Pos ya ahí explicaba el contrato, ¿verdad? Digamos, cuánto se nos pagaba este, cuando íbanos al algodón, las cien libras de algodón a $1.55 creo, ¿verdad?
MP: Muy poquito, ¿verdad? Y luego, ahí llegaban los rancheros, ¿no?
TZ: ¡No! De ahí lo mandaban a uno en camión, digamos un camión, vamos a decir como estos urbanos, ¿verdad? Un camión a, por ejemplo, a mí me tocó ir al algodón a Lovington, Nuevo México. Y nos íbanos, cincuenta, sesenta gentes ahí en camión. Llegábanos a La Asociación, que le nombraban y ya están ahí los rancheros, en un techo esperando la gente.
MP: O sea que, ¿entonces quién los llevaba, ahí a esa asociación?, o sea, ¿no iba así como que un guía que se hacía cargo de ustedes?
TZ: No, pos yo creo el chofer del camión.
MP: ¿Nada más?
TZ: ¿Verdad?
2do: Ese ya nomás llegaba allá, había otro, otro corralón, ahí donde nos manejaba a todos y…
MP: Pero entonces, usted que se acuerde, algún problema de que, no sé, de que los braceros le dijeran al chofer: “No, pos mejor vámonos para allá a otro lado o…
TZ: No, nos llevaban allá directamente a donde iban a escalar la gente, ¿ve? Porque ya estaba pedida, digamos, este… Sí, ya había habido el acuerdo acá con los de Río Vista. Y cada quien allá agarraba, por ejemplo, si él necesitaba unos cinco, otro necesitaba diez, otro quince, así, unos dos.
MP: Y por ejemplo, a ustedes si no les gustaba el…si el ranchero se veía así medio malo o algo, ¿podían decir: “No mejor yo me voy con otro”, o, ¿algo?
TZ: ¡No, no! Sí todo, todos los rancheros que me tocaron a mí, se portaban bien con la gente. ¡Sí! Pos digamos nos llevaban al pueblo, al mandado y luego nos recogían otra vez el sábado en la tarde.
MP: Y, ¿cuál fue su impresión cuando llegó allá al rancho? Porque ya ve que cuando uno viaja y llega a otra ciudad dice: “¡Ay qué bonito, no sé qué, así”.
TZ: No pues…
MP: ¿Cuál fue su impresión allá?
TZ: Como todo el tiempo viví en el campo, ¿verdad? Digamos, llegamos de campo a campo. Pos se me hacía igual.
MP: No había mucha diferencia.
TZ: No, trabajo ahí era, pues sí, en la pisca del algodón la, la esta, ¿cómo se llama? Las ganas de ganar un centavo más. Eso era lo que lo impulsaba a uno a irse. Por que aquí, aquí pagaban en ese entonces, $12 pesos, ¡imagínese! Y allá ganabas pos $25, ¿verdad?
MP: Y, ¿usted estaba soltero o casado cuando se fue?
TZ: No, soltero.
MP: ¿Cuántos años tenía?
TZ: Como diecinueve yo creo, pos fue en 1953, [19]57, imagínese.
MP: Y la primera vez que se fue, ¿fue ahí a Nuevo México, a Lovington?
TZ: Al algodón a Nuevo México. Que sí a, ¡a Lovington!, ¿verdad?
2do: Sí.
TZ: Sí, yo me fui con él.
MP: Y platíqueme ahí, ¿qué hacían allá en el rancho?, ¿cuál era un día normal de trabajo?, ¿cómo era?
TZ: Toda semana nomás el domingo no.
MP: Y, ¿qué era así lo normal que hacía?, piscaba, pesaba.
TZ: Piscaba algodón, tenía que pesar, no, todo el día a piscar.
2do: Piscar y a…
TZ: Todo.
2do: Ir y sacar.
TZ: Todo el día, digamos, y el sábado pos, íbanos al pueblo, ¿verdad? Al mandado.
2do: Estar en la tarde allá, ir al mandado.
TZ: Nos llevaba el gabacho.
2do: Y en la misma lavar ropa ahí.
MP: Y luego, ahí en el rancho, el ranchero les daba casa y les daba todo, ¿verdad?
TZ: Sí.
MP: ¿Cuántos había más o menos por casa?, o, ¿en barracas?
TZ: Cuando fuimos ahí nos tocó como unos seis, ¿verdad?
MP: Ah, pues había poquitos.
TZ: A lo más, sí como seis compañeros ahí. No, cada quien nos tenía su parrillita ahí, hacíanos botana, y yo y él hacíanos botana juntos.
MP: Qué bueno. Y, ¿se conocían desde aquí o se conocieron ahí?, o sea en otras áreas.
TZ: No, pues es que él es mi cuñao. (risas)
MP: Pero digo, se conocían en aquél entonces, ¿se conocieron?
TZ: Sí, sí.
MP: ¿Venían del mismo rancho?, ¿nacieron en el mismo lugar?
TZ: Sí, veníanos del mismo pueblo.
MP: Ah qué bueno, entonces siguieron la amistad bastante.
TZ: Sí.
MP: Hasta emparentados.
TZ: Sí.
MP: Qué bien. Y su familia entonces, lo apoyó: “Sí, vete y no sé que…
TZ: Sí.
MP: Y, ¿a usted se le hizo pesado irse?
TZ: No, pues iba con ganas a trabajar, digamos, a ganar dinero porque… (risas)
2do: Partían con la esperanza…
TZ: Sí, de veras, de ganar dinero. No, nos fue remal esa vez. Fíjese que llovió tanto desde, de septiembre, octubre, noviembre, y, parte de diciembre, como nunca. Todos esos meses llueve y llueve.
MP: ¿Sí? Y luego ahí, ¿se inundaron los campos?
TZ: No, no, lloviznas, pero de esa que y luego el algodón que no necesitaban uno piscar lo que estuviera mojado pos no, nos salíamos a piscar.
2do: En esos días no trabaja uno.
MP: Y entonces, ¿qué hicieron? O sea, porque me imagino que pos sí no trabajaban, pos no les pagaban.
TZ: Nos daba un peso el gabacho. Digamos, el día que no trabajábanos nos daba un peso para comida.
MP: ¿Nada más?
TZ: Nada más.
MP: Y por mientras, ¿no les ponía él a hacer otras cosas? No sé, a limpiar el granero o…
TZ: ¡No, no! Pos sí taba llueve y llueve, y nublado, y llovizne y llovizne, y pos, ¿verdad? No, no se podía.
MP: Pues sí fue mucho tiempo, ¿no?, que se pasaron así.
TZ: Pues fíjese que en dos meses o tres meses trajimos $40 dólares, ¿cuánto trabajaríanos?
MP: Muy poquito.
2do: Es que a veces le tocaba a uno las malas y no, ¡qué no trabajábamos!
MP: ¡Sí!
2do: Cuando trabajaba todo el tiempo, corrido que no le pasaba eso.
TZ: Cuarenta dólares traje yo esa vez que fueron quinientos, que es en aquél entonces, pero pagaban a $12.50. Pues no, muy poquito, a los ocho días ya no tenía nada. (risas)
MP: Y dígame, ustedes en el tiempo libre, me decía que los domingos era el día libre que les daban, ¿verdad?
TZ: Sí este, nos poníanos a lavar, a hacer tortillas para toda la semana si no veníanos el… Llegábanos cansados, pos teníanos que tener las tortillas hechas.
MP: Y, ¿qué más hacían para distraerse?, ¿se iban al cine?, ¿jugaban baraja?, ¿tenían su equipo?
TZ: No, nos tocaba.
2do: Nosotros estábamos en ranchos.
TZ: Nos tocaba muy lejos del pueblo. Digamos como a veinte, treinta kilómetros, ¿verdad? Imagínese, pos no, ¡nada! No.
2do: O sea trabajábamos, tábanos en las labores, onde estaba el trabajo ahí porque…
MP: O sea que, ahí todo el tiempo se la pasaban…
TZ: ¡Sí!, los dos, tres meses. ¡Pos no le digo! Mire, teníanos que amasar bastante harina para toda la semana, si no pues llegábanos cansados metiéndose el sol, ¿verdad? Y, imagínese ir a hacer tortillas y guisar y todo eso. ¡No, no, no! Ya nos alivianábanos el trabajo.
MP: ¿Y quién era el bueno para amasar?
TZ: ¡Yo era!, ¿verdad que yo era muy bueno? Él las cocía, yo las eh…
2do: Cocía de harina.
TZ: Pues imagínese para toda la semana, cinco kilos, así una bolota.
MP: Bastante.
TZ: Ey, con los pájaros no le hace a uno tortilla, ¿verdad?
MP: Y, ¿ahí ustedes tenían algún contacto con la familia del ranchero?
TZ: ¡No!, no pues es que ahí, sí vivían cerquitas, pero no, pues no sabían hablar español.
MP: Y entonces, ¿cómo se comunicaban con él o con la familia?
TZ: ¿El gabacho? No pues el gabacho, no hablaban español casi, ¿verdad?
2do: Casi no.
TZ: ¡No!
2do: Nomás puras señas.
TZ: ¡Pos señas!
2do: Con puras señas.
TZ: Y este, pues él nada más, digo, veía los kilos, ¿verdad? Digo, las libras que piscábanos y bueno….
2do: Cuando más, nomás el primer año, porque ya después ya, ya él le agarra un poquito también.
MP: ¿Ah, ustedes también le…?
TZ: Sí.
2do: Ya.
MP: Ya le agarraron un poco más al inglés.
TZ: Sí pos eh, digamos sí…
2do: Hasta saber pedir la comida.
TZ: Sí.
2do: O el trabajo, ¿cómo se hacía?, y eso.
MP: Y por ejemplo cuando, cuando los llevaban a comprar las provisiones, no sé, ¿siempre les alcanzó?, ¿nunca se quedaron cortos de que tuvieron que pedir prestado?
TZ: ¡No, sí! Todo el tiempo nos alcanzó. Nomás ese, digamos en esa temporada trabajábanos a veces una hora, dos. Pues unas veinte, treinta, ¿que será?, treinta libras, ¿verdad?, piscábanos. Este, y con el peso que nos daba él, pues sacábamos para comida. En aquél entonces eran $7 dólares y digamos de lo que traía uno de dispensa. Sí, con eso teníanos, $7 pesos cada uno.
MP: Y luego para su familia, ¿le mandaba usted dinero a su familia?
TZ: Eh, pues cuando había, sí. Por ejemplo, esa vez yo no mandé porque pos era, $40 dólares.
MP: Ajá, ni para usted.
TZ: No, pos ahí los traía.
MP: Y, ¿sí le llegaba todo el dinero a su familia?, ¿nunca se entero de que no le llegó?
TZ: ¡No!, no, sí todo el tiempo que mandé yo después que fui, sí le llegaba. Es que le dan a uno su taloncito allá del…le daba uno el dinero al ranchero. Y luego el ranchero iba y depositaba, ya nomás le llegaba la contraseña y ya. Para en caso de perdido, pérdida pues reclamaba uno, pero no, nunca se me perdió a mí.
MP: Qué bueno y ahí ustedes, ¿tenían servicio médico?
TZ: Sí, tenía servicio médico.
MP: Y, nunca le tocó que lo hayan llevado al hospital o alguien de…
TZ: ¡No!
MP: ¿De sus compañeros?
TZ: A mí no, a lo mejor y alguna, alguna vez eh, sí, ahí los compañeros sí, pos ya digamos, se sentían malos… Sí, me acuerdo que sí, sí los llevaba el ranchero también, al médico. Pero yo a mí no me acuerdo de las veces que fui, nunca necesité el médico. Me tocó hasta suerte.
MP: Qué bueno, y, ¿dónde más anduvo?, aparte de Nuevo México.
TZ: Nuevo México, anduve en el estado de Colorado también en el betabel.
MP: Y, ¿cuánto le pagaban ahí?
TZ: Pues en el betabel era poquito, pero creo nos pagaban a, ¿a $12.50 el acre?
2do: Ey.
TZ: A $12.50 el desahije de betabel.
MP: ¿Cómo era el desahije?
TZ: Pues era, este, el betabel era una plantita chiquita como el zacate así, cuando nacía y era cuando la desahijábanos, ¿ve? Entonces, nos daban un azadoncito de este tamañito y luego de este ancho más o menos. ¡Ah!, pos si viera que, parecía
juguete, ¡pero sí, hijo de la fregada! Ese sí era jale, le duele a uno toda la espalda, ¿verdad?
2do: Sí, y luego los otros taban muy largos.
MP: Y luego entonces, o sea me imagino que había muchas, hierbas, ¿ahí no? Pues crecen muchas hierbas.
TZ: Sí, pos le, cuando estaba recién sembrado el betabel, salía solito, ¿verdad? Pero, sí, sí, después de que ya crecía al…
2do: Cuando lo desahijaba como cuando nace el, el tomate, así nacen, así. Pero es un surco así ta lisito por todo el bordo.
MP: Y luego, ¿y luego sí ahí se equivocaban y quitaban de cada lado?
TZ: No, mire, nos daba… Decía el gabacho, vamos a decir: “No, este esta muy ancho”. Lo de aquí, así tenía que dejar el betabel digamos, si se lo dejábanos así, se nos, se nos enojaba, ¿verdad? Digo, no se nos enojaba pero decía: “¡No, no, muy largo, no! Así como está el azadón”. Pues después, sí, porque ellos contaban digamos eh, las matas en tantos metros, no sé cómo le harían ellos. Y, no, sí lo corregían a uno.
MP: Y ahí, ¿quién era el mejor?
TZ: De, de, ¿pal azadón?
MP: Sí.
TZ: No pos cuando fuimos a Colorado, tú también, ¿verdad, Mateo?, eh, andábanos cuatro y yo cinco, pero si no ha sido por los cinco que a mí me ayudaban, porque no, pues me dejaban… Si los surcos estaban retelejos, me dejaban a la mitad.
MP: Ah, ¿sí?
TZ: Y me ayudaban a mí porque pa, ¡pues no sabía! ¿Verdad? Digamos, al azadón cortito. ¡No! Ya a los otros días ya andaba junto con ustedes, ¿verdad?
2do: Sí, nomás el tomate.
MP: Era el tomate.
TZ: ¡Sí! Luego luego.
MP: Le agarró rápido la maña.
TZ: Luego luego.
MP: Y ellos no le decían: “No, pos te ayudamos, pos danos parte de tu sueldo”.
TZ: ¡No, no! Porque éramos compañeros. No, nada de eso, de parte nada. Pero sí he ido solo y que me toque con unos que ya sabían, pos me habían dicho: “¡No, pues tú solo! A ver qué haces”.
MP: ¿Sí había así como envidia entre braceros?
TZ: Pues en el grupo que onde yo anduve, nunca nos peleamos por, por lo, reparto de dinero no, nunca. Tantos acres hacían, hacíamos pos era, era, digamos, partes iguales.
MP: Y, ¿ahí en Colorado también le dio el ranchero, les dio casa y todo?
TZ: También.
MP: ¿Era bajo las mismas condiciones también?
TZ: Igual.
MP: Y para la comida también era igual.
TZ: También.
MP: Y, ¿ahí qué hacían para distraerse un poco?
TZ: Tampoco, puro trabajo.
MP: ¿Puro trabajo?
TZ: Pues nos tocaba retirado de los ranchos, digo, del pueblito, y no, no hallamos, pues necesitábamos irnos a pie. (risas)
MP: Y, ¿usted venía más o menos seguido acá a ver a su familia?
TZ: ¡No! Hasta que no cumplíanos los tres meses.
MP: Que era el contrato, ¿verdad?
TZ: Que era el contrato, sí. Bueno en mayo era de cuarenta y cinco días pero, y en diciembre era más o menos tres meses. Y no, yo nunca vine.
MP: Y, ¿por qué la diferencia?
TZ: Porque era, el de diciembre, ese era el del algodón y era de tres meses y el del, de mayo eran hasta mediados de junio, ¿verdad?
2do: Sí.
TZ: Eran cuarenta y cinco días nada más.
MP: Y, ¿a ustedes cuáles les convenía más?
TZ: El de mayo porque salía poquito mejorcito.
MP: Y en diciembre, ¿el ranchero también les proporcionaba un, no sé, ropa especial, o algo por si estaba lloviendo mucho o nevando o frio?
TZ: ¡Ropa no! Lo que nos daba era para trabajar, digamos, el costal del algodón, ¿verdad? Nos los colgábamos ahí, de aquí a la puerta aquella... Eso es lo que nos daba.
MP: Y entonces, era todo lo que les daba de…
TZ: De implemento de trabajo.
MP: Y ustedes, porque imagi[no], la mata de algodón es muy espinosa, ¿no?
TZ: Tiene cuatro piquitos.
MP: Y luego con los dedos, me imagino que se siente mal, ¿no?
TZ: ¡No! Pos ya decía, aprende uno a agarrarle, digamos a este, cuando anda uno fuerte, pues sí le tira el agarrón a las eh, a los capullos, pues sí le pica. Pero después se impone uno, digamos en, saca el algodón fácil. Sí, un que otro, otra vez le, no le daba uno bien, digamos, sí le picaba, pero no, no era mucho.
MP: Y, ¿en dónde más anduvo?
TZ: En el estado de Montana me tocó a mí. También ir a allá al betabel también.
MP: Y, ¿era el mismo pago?
TZ: El mismo pago. De $12 dólares por acre y…
MP: Y, ¿cómo le hizo?, ¿en qué lo transportaron hasta allá?
TZ: En camión.
MP: Y, ¿cuánto tiempo hizo?
TZ: ¡Uh! Desde ahí de El Paso a Colorado hizo dieciocho horas, casi ir al El Paso. No iba muy fuerte. Y luego de ahí nos, nos quedamos a, llegamos como a las once de la noche. Y otro día salimos como a las cinco de la mañana llegamos allá, pos no me acuerdo sí serían las doce, una de la mañana. En Montana, pero otro día.
MP: O sea que fácil hacía como unos tres días.
TZ: Como treinta y seis horas, yo creo.
MP: Mucho tiempo, ¿no?
TZ: Ta muy lejos, sí, muy lejos.
MP: Y ahí en Montana pues era, es más frío, ¿no? ¡Más húmedo!
TZ: Más húmedo, sí.
MP: Y, ¿sí estaba más o menos las casitas acondicionadas para el tiempo de frío que, casas así…
TZ: Eh, sí, sí, que eran casitas más o menos bien.
MP: O sea que ustedes no sufrían por el clima.
TZ: ¡No! Taban más o menos con su buen pisito, ¿verdad?
2do: Sí, como el de ahí.
TZ: Sus servicios tenía digamos, pa allá retiradito.
2do: Baños.
MP: Y, ¿dónde más anduvo?, ¿nada más en esos lugares?
TZ: Nada más en…pues en Nuevo México me tocó también andar en un rancho eh, este, que había ganado de borrega.
MP: Y anduvo, como quien dice de vaquero, ¿o cómo?
TZ: De, pues ayudándoles ahí a los patrones.
MP: Y de todos los lugares que anduvo, ¿cuál le gustó más?, ¿cuál le convino más estar?
TZ: Pos me gustó más el terreno por ejemplo allá en el estado de Montana, taba muy bonito, estaba. Había mucho agua, en estos meses ya llueve mucho allá. Y allí, escribíanos, ¡y seco y seco y seco así!
MP: ¿Y los animales?, que víboras o algo, ¿no? ¿No tuvo ningún inconveniente con eso?
TZ: No, no.
MP: Y, ¿a usted nunca le dió por arreglar papeles y quedarse ahí en Estados Unidos?
TZ: Pues no, fíjese que, como había contratación íbanos dos veces por año, ¿pues para qué? (risas) ¿Para qué este, ansiábanos de residencia?
MP: Y el ranchero, ¿nunca les dijo?
TZ: Pues, a mí dos rancheros sí me dijeron que si quería contrato grande pero, el de, el del algodón, ¿ve?, porque tenía sus trabajadores y estaba aquí en
México. Había cumplido el contrato de dieciocho meses y entonces, tenía que venirse a México y ya eran los últimos días de noviembre, creo. Y ya se iba a cerrar la contratación, entonces, un día antes me había dicho el gabacho. Ya me conocía, dijo: “Oyes, ¿tú quieres contrato grande? Porque el que tengo… Se llamaba Hilario, dijo: “No, ya no viene”, dijo. Ya se va a cerrar la contratación y no va a venir, sí le dije sí. No, pos otro día digamos llegó el Hilario, no ya no me volvió a decir nada. No, dije: “¡Yo me voy pa México!”. Que fue yo creo en el [19]59 más o menos.
MP: Y ya de ahí, ¿ya no se volvió a contratar ni nada?
TZ: No, me vine, en diciembre me vine, digamos. Ya se acabó todo, pos me vine, dije: “Al cabo pal mayo otra vez”.
MP: Y cuando se acabó ya el Programa Bracero, que se regresó a México, ¿fue difícil para usted volver a encontrar trabajo?
TZ: ¿Aquí?
MP: Sí.
TZ: ¡No! Aquí había mucho algodón también. Hay nomás pa, se juntaba nosotros ahí en lo que es el Sáuz, Terrazas, había mucho algodón ahí. No, no, había mucho trabajo. No pos trabajo aquí, nomás que sí salía un poquito más allá, ¿verdad? Por eso iba uno. Eh, aquí también se ganaba.
MP: Y cuénteme, para usted el Programa Bracero, ¿fue un buen programa?, ¿le faltó algo?
TZ: Pues, para mí fue buen programa porque pues, ¡vivía uno!, digo. (risas) ¡Y trabajaba y vivía!, pues fue buen programa, ¿qué otra cosa puede pedir uno? Que haya trabajo nada más, ¿verdad?, para poder vivir.
MP: Claro.
TZ: No, fue buen, buen programa.
MP: Y, ¿en cuánto al pago?, ¿está un poco bajado?
TZ: Pues, estaba poco bajo, pero de todos modos iba uno a trabajar, ya le digo, siempre salía poquito mejor que aquí.
MP: Ya para acabar la entrevista quisiera que me, no sé, platicara, alguna otra experiencia, algo que pasó por allá, con alguno de los braceros o con usted o algo.
TZ: No, pues compañeros de braceros no. Pues yo creo que es todo ya.
MP: No, pues muchísimas gracias por haber aceptado la entrevista y también por el tiempo, pues que hizo en venir aquí.
TZ: No pues…
MP: Qué bueno que le funcionó a usted el programa, que le fue bien.
TZ: ¡Sí!, gracias a usted, mire toda estoy aquí vivo. (risas)
MP: Qué bueno, eso es lo importante, ¿verdad?
TZ: Sí, de perdida, digo, va uno y conoce, onde quiera trabaja, donde quiera trabaja.
MP: Bueno, pues muchísimas gracias.
TZ: No hay de qué.
Fin de la entrevista
Interviewer
Parra-Mantilla, Myrna
Interviewee
Zapata Castañeda, Tomás
Location
Chihuahua, Chihuahua, México
File Name Identifier
Zapata_Castañena_CHIH030
Citation
Parra-Mantilla, Myrna and Zapata Castañeda, Tomás, “Tomás Zapata Castañeda,” Bracero History Archive, accessed November 15, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/32.