Rafael Cortez
Title
Rafael Cortez
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Rafael Cortez was born in Techaluta [de Montenegro], Jalisco, México; some of his family members, including uncles and cousins, came to the United States under the bracero program; Rafael longed to come to the states in the hopes of finding a better life or more aptly stated, to live the American dream; when he was eighteen, he traveled to Empalme, Sonora, México, to enlist in the program; as a bracero, he worked on several contracts throughout California and once in Arizona, as well.
Summary of Interview: Mr. Cortez describes how the Mexican government would often send notices about forty-five day contracts with the bracero program to various cities throughout the country; upon receiving these announcements, men would travel to designated work locations in order to obtain the necessary paperwork for contracting centers; Rafael went to the center in Empalme, Sonora, México, to enlist in the program; he states that there were over twenty-five thousand men waiting at the center, but there were only between three and five thousand men processed daily; Rafael goes on to describe the medical assessments he underwent while at the center; upon arriving in the United States, he was examined again and deloused; consequently, when blood samples were drawn, many men fainted; after being processed, ranchers would pick and choose which men they wanted to work, like they would animals; the men were singled out based on their size and what crop they would be harvesting; they were then transported by bus to their worksites; as a bracero, Rafael worked on several contracts throughout California and once in Arizona; he details the different cities he was sent to, as well as duties, daily routines, housing, provisions, payment, remittances, and recreational activities; in addition, he states that his initial salary was 75¢ an hour, but he ultimately earned up to $2.25 an hour; moreover, in spite of the fact that none of the men had cars, they would often go to the drive-in movies after work, and they would sit on the floor; although the films were always in English, they all enjoyed themselves nevertheless.
Summary of Interview: Mr. Cortez describes how the Mexican government would often send notices about forty-five day contracts with the bracero program to various cities throughout the country; upon receiving these announcements, men would travel to designated work locations in order to obtain the necessary paperwork for contracting centers; Rafael went to the center in Empalme, Sonora, México, to enlist in the program; he states that there were over twenty-five thousand men waiting at the center, but there were only between three and five thousand men processed daily; Rafael goes on to describe the medical assessments he underwent while at the center; upon arriving in the United States, he was examined again and deloused; consequently, when blood samples were drawn, many men fainted; after being processed, ranchers would pick and choose which men they wanted to work, like they would animals; the men were singled out based on their size and what crop they would be harvesting; they were then transported by bus to their worksites; as a bracero, Rafael worked on several contracts throughout California and once in Arizona; he details the different cities he was sent to, as well as duties, daily routines, housing, provisions, payment, remittances, and recreational activities; in addition, he states that his initial salary was 75¢ an hour, but he ultimately earned up to $2.25 an hour; moreover, in spite of the fact that none of the men had cars, they would often go to the drive-in movies after work, and they would sit on the floor; although the films were always in English, they all enjoyed themselves nevertheless.
Creator
Esparza, Araceli
Cortez, Rafael
Date
2006-05-13
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Rafael Cortez
creator (Spanish)
Esparza, Araceli
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini Disc
Duration
21:52
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Rafael Cortez
Fecha de la entrevista: 13 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Araceli Esparza
This is an interview with Rafael Cortez on May 13, 2006, in Los Angeles, California. The interviewer is Araceli Esparza. This interview is part of the Bracero Oral History Project.
AE: Bueno, muchas gracias por ser parte de nuestras entrevistas, señor Cortez. Primero quiero empezar con preguntarle sobre su niñez, su familia y en dónde nació usted.
RC: Yo nací en San Miguel del Zapote, Municipio de Techaluta [de Montenegro]. Crecí, me vine de bracero a los dieciocho años. En los municipios de los pueblos de Jalisco, de cualquier estado, sea Guanajuato, Michoacán, Jalisco, mandaban cartas el Gobierno por un contrato de cuarenta y cinco días. Allí ya se venía uno a Empalme, pero desde el día que salía de su casa, ya venía uno haciendo fila para llegar al lugar. Llegaba uno al lugar, a Ciudad Obregón, allí trabajaba uno pa ganar uno la carta, pa ser contratado, duraba uno un mes pa ganar la carta. Entonces se iba uno a Empalme pa ser contratado, pero allí había veintisiete mil personas, que contrataban diario unos tres mil o dos mil o cinco mil diario. Entonces ya pasaba uno al lugar donde estaban los doctores. Había unos ocho, nueve doctores o diez, americanos y mexicanos. Allí lo desvestían a uno, le chequeaban [a] uno la vista, le chequeaban [a] uno si no estaba operado, o sea desaldillado(??), allí lo miraban a uno si venía uno, bien, no con defectos. Allí ya le chequeaban a uno si no tenía uno hemorroides, que estuviera uno bien de la vista. Allí ya firmaba uno un papel cuando ya pasaba uno al doctor. Hacía uno fila y estaba un lugarcito donde daba uno vuelta a la izquierda y si estaba una flecha, si decía Yuma, decía Valle Imperial, decía Coachella; allí unos nos devolvíamos, otros no nos, otros seguíamos. Completábamos un contrato de cuarenta y cinco días, pero no lo completaban, algunas personas nomás sacaban lo del pasaje porque ahí se deshidrataba uno, juerte el calor. Y cuando le tocaba a Oxnard, a Delano, Salinas, Sacramento, allí sí venía uno; Oxnard, venía uno ya contento. De allí lo embarcaban a uno en un tren a El Centro, Caléxico. Allí lo polveaban a uno, lo desinfectaban, allí ya firmaba uno un contrato. Allí estaba un doctor que le sacaba a uno sangre. Estaba[n] unos por un lado, otros por otro porque no aguantábamos que nos sacaran sangre, una jeringa de sangre. Entonces allí estábamos desmayados porque veníamos muy apenas. Allí ya firmábamos, nos sacaban al corralón, llegaban los rancheros, los contratistas, nos formaban y nos escogían como a los animales: “Ven tú, ven tú”. A según el trabajo, la estatura de la persona, unos se iban al dátil, otros se iban a la lechuga, otros se iban al tomate. Allí ya el ranchero: “Ven tú, ven tú, ven tú”, nos escogía como pa según la clase de trabajo.
AE: ¿Los trabajadores sabían qué tipo de trabajador…?
RC: Sí, qué tipo de trabajo íbamos a hacer. El que iba al dátil, eran delgaditos, chaparritos. Los que iban al field a cargar eran hombres grandes porque no había un forklift, no había maquinaria, no había. Y allí ya nos escogían los rancheros, nos subían a un bus de un asiento y dos por el otro, dos… Y ya con el tiempo ya hubo buses que tenían el doble asiento. Llegaba uno a La Asociación y allí ya lo repartían a uno. Allí ya lo destinaban a uno con el contratista. Había unas barracas de doble cama, de tres. Allí, eran las cuatro de la mañana o las cinco, ya le estaban sonando a uno la campana para ir a lonchear. De allí ya le quitaban a uno, le quitaban a uno el contrato ya cuando completaba. Si La Asociación te admitía, te volvían a renovar por dieciocho meses. Uno hacía fila, desde que te levantabas a lonchear ibas haciendo fila. Cuando te ibas a, cuando ya volvías pa atrás a tu casa, hasta que llegabas descansabas porque ya no era una, ya no hacías fila, sino que ya llegabas a gusto. Porque unos no volvían, unos se casaban, otros ya dejaban sus familias, sus hijos, ya nunca volvieron. Había personas que ya su papá ya no, no volvió, se casaban aquí.
AE: ¿Me puede contar sobre sus sentimientos de las filas? Usted sigue mencionando las filas.
RC: Sí.
AE: ¿Usted qué piensa o qué sentía?
RC: No, pos bueno, sentía uno que eso… le dolía porque no se acababa eso, porque así lo manejaban a uno, por fila. No, no cada quien, así por fila. Entonces allí no tenía uno un descanso pos que, no se acababa, pa todo.
AE: Y cuando estaban esperando los trabajadores, ¿tenían dónde?, ¿cómo eran las condiciones donde dormían, comían?
RC: Donde comíamos era, taba bien porque había inspectores, lugares que había inspectores, lugares que no había inspectores de comida, de salud. Los comedores taban bien grandes, digo, con un espacio grande a según el campo. Si en el campo había ochenta gentes, cien gentes.
AE: Eso era en el campo, no en el centro de contratación, ¿verdad?
RC: No, no, ése era ya en el… onde ya…
AE: ¿En los Estados Unidos?
RC: No, eso era aquí ya.
AE: Sí.
RC: Sí, aquí. Allí ya era un lugar que ya estaba uno bien, ya pa comer, los cocineros.
AE: ¿Qué tipo de comida?
RC: Como todo, o sea pollo, o sea diferente comida nos daban cada día, no la misma. Cada día su jugo, su manzana, su café, su café, después quitaron eso.
AE: ¿Por qué? ¿Usted sabe?
RC: ¿Mande?
AE: ¿Por qué?
RC: Quitaron eso porque anteriormente andaban americanos y andaban morenitos. Andábamos trabajando todos, algunos juntos. Ya el 1961, ése es… y el [19]59 ya eran poquitos los americanos y los morenitos que ya trabajaban en el field. De allí, ya con la misma gente contratada, ya se fueron a otros trabajos ellos, sino que pal bracero no se acabó. Él seguía haciendo lo mismo, seguía en el mismo trabajo. Y por parte del lonche, había lugares como le digo, así bien. Entonces por esa razón nos llevaban al field. A las doce del día teníamos que lonchear, eran ocho horas las que tenía uno que trabajar. No había break, nada. Desde que entraba a las doce, desde las doce hasta que salía uno.
AE: ¿A las doce de…?
RC: Del día. Le daban uno el lonche, pues.
AE: Sí.
RC: Y ya hasta cuando regresaba uno que completa las ocho horas, ya comía uno, ya en el campo, campo de borde.
AE: ¿Entonces no trabajaba en la madrugada?
RC: Algunos sí, algotros no.
AE: ¿Entonces había dos?
RC: Sí, había regadores, como no había tecnología todavía, había regadores de noche. Porque había diferentes trabajos, si ha de regar alfalfa, o sea fresas, sea frijol, sea diferentes lugares de trabajo, tipos de trabajo. El del campo era de día nomás. Y así por lo regular, diferente pueblo.
AE: Y, ¿cómo eran los dormitorios?
RC: Eran una camita onde nomás cabía uno, cabía uno. Había lugares de cincuenta lugares, camas por un lado, camas por otro y por otro. Eran barracas como le acabo de decir, de dos hileras de camas así, otra así, otra aquí.
AE: ¿Todos dormían ahí?
RC: Todos, sino que le daban a uno una cobija, una almohada.
AE: Y, ¿cómo pasaban el frío, el calor?
RC: Había partes que sí, sí, no había ventiladores, dormía uno con las puertas abiertas de las barracas, les decían barracas, entonces aguantaba uno. En otros sí había, había poquito. Pero por lo regular, el que le tocaba en Oxnard, era un poco menos; Salinas, no era igual todo. Nomás [El] Centro, Caléxico, Coachella, Indio, Yuma, Phoenix, Valle Imperial, eso era todo lo de uno. Y luego lo embarcaban a uno en el tren, bien la salida o bien la entrada. No lo despachaban a uno, no lo traían en bus, en tren, en vagones de tren también.
AE: ¿Hasta México?
RC: Hasta México y pa acá. Porque era mucha la gente, era bastante.
AE: Y usted antes de irse de San Rafael, ¿sí, verdad?
RC: No, Stockton.
2do: San Miguel.
AE: San Miguel.
RC: San Miguel, San Miguel.
AE: De San Miguel. Usted cuando era niño, ¿fue a la escuela?
RC: No.
AE: Y, ¿usted trabajaba antes de venirse a los Estados Unidos?
RC: Sí, cuidaba, sí, animal, vacas, así.
AE: Y, ¿cómo oyó primero usted del Programa Bracero?
RC: Por, ya venían de 1941 a 1943, [19]45, ya había braceros desde en esas épocas, antes que yo viniera, por Laredo, por Monterrey, México contratados; Guadalajara, diferentes partes de México ya venía uno contratado. Y yo ya oía eso, dije: “Cuando esté grande yo voy a ir a Estados Unidos”.
AE: Oh, ¿entonces ya tenía sueño de venir?
RC: Oh, no, sí. Desde luego, cuando está uno niño, principalmente en la ciudad de la provincia, fue a Estados Unidos. “Yo cuando esté grande voy a ir”. Y sí, crece uno, entonces llega uno a la edad.
AE: Y, ¿qué? ¿Por qué tiene la gente ese sueño o por qué tenía usted?
RC: Porque semos de un país como cualquier otro país del mundo que siempre Estados Unidos nos da lo mejor, tenemos lo mejor.
AE: ¿Como qué? Cuando usted dice lo mejor, ¿qué quiere decir con eso?
RC: Que estamos bien, siempre y la persona viva bien, que no anden en diferentes vicios de cosas. ¿Mande?
2do: ¿Ya está apagado?
AE: No, está prendido.
RC: No, está prendido. Y eso es lo que tiene uno en el sueño americano.
AE: Y usted cuando llegó a los Estados Unidos, lo que usted pensaba que iba a encontrar, ¿lo encontró?
RC: Sí, trabajo. A ganar el poco dinero en la mano de obra de campo, de lo que lo pusieran a uno.
AE: Usted cuando se vino, ¿ya estaba casado?
RC: No, no, taba soltero.
AE: Y, ¿entonces usted tenía contacto con su familia?
RC: Sí.
AE: ¿Con quién tenía contacto?
RC: Con mi abuelita.
AE: Y usted, ¿cómo se mantenía en contacto?
RC: Por cartas. Duraban las cartas quince días pa tener la contestación pa atrás, no estaba el correo como ahorita, tardaban quince días, veinte días. La carta podía durar un mes, podía durar veinte días. Era tardado todo eso para el bracero, no tenía uno la información al momento de como ahorita. Siempre pal bracero fue una cosas triste, porque era de, estaba uno desesperado en saber de su familia, de sus padres, de sus hermanos, porque estaba uno, se le hacía a uno muy lejos. Entonces todo eso pasó el bracero, desesperación y con ganas.
AE: Y, ¿usted mandaba dinero a México también?
RC: Sí, sí.
AE: ¿Cada cuándo?
RC: Cada, sí, cada, cada mes, porque hasta cuando llegaba la contestación.
AE: Y, ¿cómo lo mandaba el dinero?
RC: En el correo, una carta registrada. Se puede decir que, en ese tiempo registrada. Que todavía hasta ahorita, ¿verdad? Pero ya es otro la forma, no como antes.
AE: Y, ¿cuánto ganaba usted y cuánto mandaba?
RC: En ese ti[empo] ganaba uno como $0.75 centavos la hora, no era el dólar todavía, sí. Después al dólar, a $1.25 la hora, de ahí a $2 dólares, de ahí a $2.25. Ahí jue subiendo, sea, no cada día, pero cada cierto tiempo. Porque la, sea el país, tiene una ley que el trabajador debe de durar tanto tiempo pa estarle subiendo. Sí, y todo eso pasó uno.
AE: Y de ahí de su sueldo, ¿cuánto mandaba a México?
RC: Bueno, en aquel tiempo no era mucho, $60 dólares, $40 dólares, a según lo que ganara uno.
AE: ¿Mensuales?
RC: Sí, según lo que ganara uno, ¿verdad?
AE: Sí. Y, ¿usted conocía otra gente que vino como bracero?
RC: Muchos.
AE: ¿Familiares?
RC: Familiares, pero ya no viven, otros sí viven.
AE: ¿Quién se vino de su familia?
RC: Un tío, pero él ya murió, un primo. Así por lo regular conocidos del mismo lugar de donde yo soy.
AE: Y, ¿todos se iban a registrar juntos?
RC: Sí.
AE: Para venirse.
RC: A unos nos tocaba juntos, a otros separados. Porque siempre, cuando estaba uno haciendo fila pa ser contratado, lo cortaban. “Quiero treinta gentes, quiero cuarenta, quiero cincuenta aquí”. Entonces así lo iban a…
AE: Y usted mencionó que cuando estaba, la primera vez que vino, los trabajadores eran güeros y también mexicanos.
RC: Sí.
AE: Y, ¿ya la segunda vez que vino?
RC: Ya no.
AE: ¿Cómo era la comunidad?
RC: Bien, se puede decir más tranquilo.
AE: Sí, pero la mayoría, ¿como qué tipo de personas estaban trabajando en el campo en el [19]61, ya cuando regresó?
RC: Ya muy poquitos, ya casi no había morenos o americanos, ya era muy poquito, ya casi no.
AE: ¿Ya casi eran puros mexicanos?
RC: Puros mexicanos. En lugares, como le digo, había lugares que sí, había lugares que no. Porque de todo, todo ha habido, de todas razas, en los trabajos, en los lugares.
AE: Y usted cuando, ¿cómo se divertían durante?
RC: No, iba uno al cine, de ése que le decían en ese tiempo, drive-in, de pantalla. Salía uno de trabajar, salía uno de… ya llegaba uno, comía y que: “Vamos al cine”. Porque en ese tiempo no había, en los campos ponían esos lugares pa que los braceros, el que quería juera ver al cine; en inglés, no en español, no en español. Había muy raro, muy… No en todos los lugares, pero nos tocaba en algún lugar de esos, iba uno a mirar sentado en el suelo. Claro, el que traía carro, en su carro, pero los demás no.
AE: Entonces allí, ¿casi eran puros braceros o todos eran braceros?
RC: De todo, en el cerco había de aquel lado carros y acá donde habíamos braceros, habíamos sentados en el suelo.
AE: Oh, entonces la gente que era, que estaba sentada en el suelo que no tenía…
RC: Eran braceros.
AE: Y, ¿los de los carros?
RC: Ya era los de aquí, los ya nacidos, ya los…
AE: México americano o…
RC: De todo.
AE: Güeros.
RC: De todo.
AE: ¿Pero con carro?
RC: Sí.
AE: Sí, bueno pues.
RC: Ándele.
AE: Ya que tenemos que terminar la entrevista, ¿usted quiere mencionar alguna cosa que yo no le he preguntado, últimas reflexiones sobre sus experiencias?
RC: Bueno, ahorita no tengo el repertorio, pero pues yo pienso que sí me quedaría, me han de haber quedado algunas cositas. En una vez que usted quiera de algún relato más, me puede hablar, yo le puedo dar el mensaje, mientras yo mi repertorio lo vuelo a…
AE: Bueno.
RC: Alguna cosa que me haiga quedado.
This is the end of the interview. This is an interview with Rafael Cortez, on May 13, 2006, in Los Angeles, California. The interviewer is Araceli Esparza. This interview is part of the Bracero Oral History Project.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 13 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Araceli Esparza
This is an interview with Rafael Cortez on May 13, 2006, in Los Angeles, California. The interviewer is Araceli Esparza. This interview is part of the Bracero Oral History Project.
AE: Bueno, muchas gracias por ser parte de nuestras entrevistas, señor Cortez. Primero quiero empezar con preguntarle sobre su niñez, su familia y en dónde nació usted.
RC: Yo nací en San Miguel del Zapote, Municipio de Techaluta [de Montenegro]. Crecí, me vine de bracero a los dieciocho años. En los municipios de los pueblos de Jalisco, de cualquier estado, sea Guanajuato, Michoacán, Jalisco, mandaban cartas el Gobierno por un contrato de cuarenta y cinco días. Allí ya se venía uno a Empalme, pero desde el día que salía de su casa, ya venía uno haciendo fila para llegar al lugar. Llegaba uno al lugar, a Ciudad Obregón, allí trabajaba uno pa ganar uno la carta, pa ser contratado, duraba uno un mes pa ganar la carta. Entonces se iba uno a Empalme pa ser contratado, pero allí había veintisiete mil personas, que contrataban diario unos tres mil o dos mil o cinco mil diario. Entonces ya pasaba uno al lugar donde estaban los doctores. Había unos ocho, nueve doctores o diez, americanos y mexicanos. Allí lo desvestían a uno, le chequeaban [a] uno la vista, le chequeaban [a] uno si no estaba operado, o sea desaldillado(??), allí lo miraban a uno si venía uno, bien, no con defectos. Allí ya le chequeaban a uno si no tenía uno hemorroides, que estuviera uno bien de la vista. Allí ya firmaba uno un papel cuando ya pasaba uno al doctor. Hacía uno fila y estaba un lugarcito donde daba uno vuelta a la izquierda y si estaba una flecha, si decía Yuma, decía Valle Imperial, decía Coachella; allí unos nos devolvíamos, otros no nos, otros seguíamos. Completábamos un contrato de cuarenta y cinco días, pero no lo completaban, algunas personas nomás sacaban lo del pasaje porque ahí se deshidrataba uno, juerte el calor. Y cuando le tocaba a Oxnard, a Delano, Salinas, Sacramento, allí sí venía uno; Oxnard, venía uno ya contento. De allí lo embarcaban a uno en un tren a El Centro, Caléxico. Allí lo polveaban a uno, lo desinfectaban, allí ya firmaba uno un contrato. Allí estaba un doctor que le sacaba a uno sangre. Estaba[n] unos por un lado, otros por otro porque no aguantábamos que nos sacaran sangre, una jeringa de sangre. Entonces allí estábamos desmayados porque veníamos muy apenas. Allí ya firmábamos, nos sacaban al corralón, llegaban los rancheros, los contratistas, nos formaban y nos escogían como a los animales: “Ven tú, ven tú”. A según el trabajo, la estatura de la persona, unos se iban al dátil, otros se iban a la lechuga, otros se iban al tomate. Allí ya el ranchero: “Ven tú, ven tú, ven tú”, nos escogía como pa según la clase de trabajo.
AE: ¿Los trabajadores sabían qué tipo de trabajador…?
RC: Sí, qué tipo de trabajo íbamos a hacer. El que iba al dátil, eran delgaditos, chaparritos. Los que iban al field a cargar eran hombres grandes porque no había un forklift, no había maquinaria, no había. Y allí ya nos escogían los rancheros, nos subían a un bus de un asiento y dos por el otro, dos… Y ya con el tiempo ya hubo buses que tenían el doble asiento. Llegaba uno a La Asociación y allí ya lo repartían a uno. Allí ya lo destinaban a uno con el contratista. Había unas barracas de doble cama, de tres. Allí, eran las cuatro de la mañana o las cinco, ya le estaban sonando a uno la campana para ir a lonchear. De allí ya le quitaban a uno, le quitaban a uno el contrato ya cuando completaba. Si La Asociación te admitía, te volvían a renovar por dieciocho meses. Uno hacía fila, desde que te levantabas a lonchear ibas haciendo fila. Cuando te ibas a, cuando ya volvías pa atrás a tu casa, hasta que llegabas descansabas porque ya no era una, ya no hacías fila, sino que ya llegabas a gusto. Porque unos no volvían, unos se casaban, otros ya dejaban sus familias, sus hijos, ya nunca volvieron. Había personas que ya su papá ya no, no volvió, se casaban aquí.
AE: ¿Me puede contar sobre sus sentimientos de las filas? Usted sigue mencionando las filas.
RC: Sí.
AE: ¿Usted qué piensa o qué sentía?
RC: No, pos bueno, sentía uno que eso… le dolía porque no se acababa eso, porque así lo manejaban a uno, por fila. No, no cada quien, así por fila. Entonces allí no tenía uno un descanso pos que, no se acababa, pa todo.
AE: Y cuando estaban esperando los trabajadores, ¿tenían dónde?, ¿cómo eran las condiciones donde dormían, comían?
RC: Donde comíamos era, taba bien porque había inspectores, lugares que había inspectores, lugares que no había inspectores de comida, de salud. Los comedores taban bien grandes, digo, con un espacio grande a según el campo. Si en el campo había ochenta gentes, cien gentes.
AE: Eso era en el campo, no en el centro de contratación, ¿verdad?
RC: No, no, ése era ya en el… onde ya…
AE: ¿En los Estados Unidos?
RC: No, eso era aquí ya.
AE: Sí.
RC: Sí, aquí. Allí ya era un lugar que ya estaba uno bien, ya pa comer, los cocineros.
AE: ¿Qué tipo de comida?
RC: Como todo, o sea pollo, o sea diferente comida nos daban cada día, no la misma. Cada día su jugo, su manzana, su café, su café, después quitaron eso.
AE: ¿Por qué? ¿Usted sabe?
RC: ¿Mande?
AE: ¿Por qué?
RC: Quitaron eso porque anteriormente andaban americanos y andaban morenitos. Andábamos trabajando todos, algunos juntos. Ya el 1961, ése es… y el [19]59 ya eran poquitos los americanos y los morenitos que ya trabajaban en el field. De allí, ya con la misma gente contratada, ya se fueron a otros trabajos ellos, sino que pal bracero no se acabó. Él seguía haciendo lo mismo, seguía en el mismo trabajo. Y por parte del lonche, había lugares como le digo, así bien. Entonces por esa razón nos llevaban al field. A las doce del día teníamos que lonchear, eran ocho horas las que tenía uno que trabajar. No había break, nada. Desde que entraba a las doce, desde las doce hasta que salía uno.
AE: ¿A las doce de…?
RC: Del día. Le daban uno el lonche, pues.
AE: Sí.
RC: Y ya hasta cuando regresaba uno que completa las ocho horas, ya comía uno, ya en el campo, campo de borde.
AE: ¿Entonces no trabajaba en la madrugada?
RC: Algunos sí, algotros no.
AE: ¿Entonces había dos?
RC: Sí, había regadores, como no había tecnología todavía, había regadores de noche. Porque había diferentes trabajos, si ha de regar alfalfa, o sea fresas, sea frijol, sea diferentes lugares de trabajo, tipos de trabajo. El del campo era de día nomás. Y así por lo regular, diferente pueblo.
AE: Y, ¿cómo eran los dormitorios?
RC: Eran una camita onde nomás cabía uno, cabía uno. Había lugares de cincuenta lugares, camas por un lado, camas por otro y por otro. Eran barracas como le acabo de decir, de dos hileras de camas así, otra así, otra aquí.
AE: ¿Todos dormían ahí?
RC: Todos, sino que le daban a uno una cobija, una almohada.
AE: Y, ¿cómo pasaban el frío, el calor?
RC: Había partes que sí, sí, no había ventiladores, dormía uno con las puertas abiertas de las barracas, les decían barracas, entonces aguantaba uno. En otros sí había, había poquito. Pero por lo regular, el que le tocaba en Oxnard, era un poco menos; Salinas, no era igual todo. Nomás [El] Centro, Caléxico, Coachella, Indio, Yuma, Phoenix, Valle Imperial, eso era todo lo de uno. Y luego lo embarcaban a uno en el tren, bien la salida o bien la entrada. No lo despachaban a uno, no lo traían en bus, en tren, en vagones de tren también.
AE: ¿Hasta México?
RC: Hasta México y pa acá. Porque era mucha la gente, era bastante.
AE: Y usted antes de irse de San Rafael, ¿sí, verdad?
RC: No, Stockton.
2do: San Miguel.
AE: San Miguel.
RC: San Miguel, San Miguel.
AE: De San Miguel. Usted cuando era niño, ¿fue a la escuela?
RC: No.
AE: Y, ¿usted trabajaba antes de venirse a los Estados Unidos?
RC: Sí, cuidaba, sí, animal, vacas, así.
AE: Y, ¿cómo oyó primero usted del Programa Bracero?
RC: Por, ya venían de 1941 a 1943, [19]45, ya había braceros desde en esas épocas, antes que yo viniera, por Laredo, por Monterrey, México contratados; Guadalajara, diferentes partes de México ya venía uno contratado. Y yo ya oía eso, dije: “Cuando esté grande yo voy a ir a Estados Unidos”.
AE: Oh, ¿entonces ya tenía sueño de venir?
RC: Oh, no, sí. Desde luego, cuando está uno niño, principalmente en la ciudad de la provincia, fue a Estados Unidos. “Yo cuando esté grande voy a ir”. Y sí, crece uno, entonces llega uno a la edad.
AE: Y, ¿qué? ¿Por qué tiene la gente ese sueño o por qué tenía usted?
RC: Porque semos de un país como cualquier otro país del mundo que siempre Estados Unidos nos da lo mejor, tenemos lo mejor.
AE: ¿Como qué? Cuando usted dice lo mejor, ¿qué quiere decir con eso?
RC: Que estamos bien, siempre y la persona viva bien, que no anden en diferentes vicios de cosas. ¿Mande?
2do: ¿Ya está apagado?
AE: No, está prendido.
RC: No, está prendido. Y eso es lo que tiene uno en el sueño americano.
AE: Y usted cuando llegó a los Estados Unidos, lo que usted pensaba que iba a encontrar, ¿lo encontró?
RC: Sí, trabajo. A ganar el poco dinero en la mano de obra de campo, de lo que lo pusieran a uno.
AE: Usted cuando se vino, ¿ya estaba casado?
RC: No, no, taba soltero.
AE: Y, ¿entonces usted tenía contacto con su familia?
RC: Sí.
AE: ¿Con quién tenía contacto?
RC: Con mi abuelita.
AE: Y usted, ¿cómo se mantenía en contacto?
RC: Por cartas. Duraban las cartas quince días pa tener la contestación pa atrás, no estaba el correo como ahorita, tardaban quince días, veinte días. La carta podía durar un mes, podía durar veinte días. Era tardado todo eso para el bracero, no tenía uno la información al momento de como ahorita. Siempre pal bracero fue una cosas triste, porque era de, estaba uno desesperado en saber de su familia, de sus padres, de sus hermanos, porque estaba uno, se le hacía a uno muy lejos. Entonces todo eso pasó el bracero, desesperación y con ganas.
AE: Y, ¿usted mandaba dinero a México también?
RC: Sí, sí.
AE: ¿Cada cuándo?
RC: Cada, sí, cada, cada mes, porque hasta cuando llegaba la contestación.
AE: Y, ¿cómo lo mandaba el dinero?
RC: En el correo, una carta registrada. Se puede decir que, en ese tiempo registrada. Que todavía hasta ahorita, ¿verdad? Pero ya es otro la forma, no como antes.
AE: Y, ¿cuánto ganaba usted y cuánto mandaba?
RC: En ese ti[empo] ganaba uno como $0.75 centavos la hora, no era el dólar todavía, sí. Después al dólar, a $1.25 la hora, de ahí a $2 dólares, de ahí a $2.25. Ahí jue subiendo, sea, no cada día, pero cada cierto tiempo. Porque la, sea el país, tiene una ley que el trabajador debe de durar tanto tiempo pa estarle subiendo. Sí, y todo eso pasó uno.
AE: Y de ahí de su sueldo, ¿cuánto mandaba a México?
RC: Bueno, en aquel tiempo no era mucho, $60 dólares, $40 dólares, a según lo que ganara uno.
AE: ¿Mensuales?
RC: Sí, según lo que ganara uno, ¿verdad?
AE: Sí. Y, ¿usted conocía otra gente que vino como bracero?
RC: Muchos.
AE: ¿Familiares?
RC: Familiares, pero ya no viven, otros sí viven.
AE: ¿Quién se vino de su familia?
RC: Un tío, pero él ya murió, un primo. Así por lo regular conocidos del mismo lugar de donde yo soy.
AE: Y, ¿todos se iban a registrar juntos?
RC: Sí.
AE: Para venirse.
RC: A unos nos tocaba juntos, a otros separados. Porque siempre, cuando estaba uno haciendo fila pa ser contratado, lo cortaban. “Quiero treinta gentes, quiero cuarenta, quiero cincuenta aquí”. Entonces así lo iban a…
AE: Y usted mencionó que cuando estaba, la primera vez que vino, los trabajadores eran güeros y también mexicanos.
RC: Sí.
AE: Y, ¿ya la segunda vez que vino?
RC: Ya no.
AE: ¿Cómo era la comunidad?
RC: Bien, se puede decir más tranquilo.
AE: Sí, pero la mayoría, ¿como qué tipo de personas estaban trabajando en el campo en el [19]61, ya cuando regresó?
RC: Ya muy poquitos, ya casi no había morenos o americanos, ya era muy poquito, ya casi no.
AE: ¿Ya casi eran puros mexicanos?
RC: Puros mexicanos. En lugares, como le digo, había lugares que sí, había lugares que no. Porque de todo, todo ha habido, de todas razas, en los trabajos, en los lugares.
AE: Y usted cuando, ¿cómo se divertían durante?
RC: No, iba uno al cine, de ése que le decían en ese tiempo, drive-in, de pantalla. Salía uno de trabajar, salía uno de… ya llegaba uno, comía y que: “Vamos al cine”. Porque en ese tiempo no había, en los campos ponían esos lugares pa que los braceros, el que quería juera ver al cine; en inglés, no en español, no en español. Había muy raro, muy… No en todos los lugares, pero nos tocaba en algún lugar de esos, iba uno a mirar sentado en el suelo. Claro, el que traía carro, en su carro, pero los demás no.
AE: Entonces allí, ¿casi eran puros braceros o todos eran braceros?
RC: De todo, en el cerco había de aquel lado carros y acá donde habíamos braceros, habíamos sentados en el suelo.
AE: Oh, entonces la gente que era, que estaba sentada en el suelo que no tenía…
RC: Eran braceros.
AE: Y, ¿los de los carros?
RC: Ya era los de aquí, los ya nacidos, ya los…
AE: México americano o…
RC: De todo.
AE: Güeros.
RC: De todo.
AE: ¿Pero con carro?
RC: Sí.
AE: Sí, bueno pues.
RC: Ándele.
AE: Ya que tenemos que terminar la entrevista, ¿usted quiere mencionar alguna cosa que yo no le he preguntado, últimas reflexiones sobre sus experiencias?
RC: Bueno, ahorita no tengo el repertorio, pero pues yo pienso que sí me quedaría, me han de haber quedado algunas cositas. En una vez que usted quiera de algún relato más, me puede hablar, yo le puedo dar el mensaje, mientras yo mi repertorio lo vuelo a…
AE: Bueno.
RC: Alguna cosa que me haiga quedado.
This is the end of the interview. This is an interview with Rafael Cortez, on May 13, 2006, in Los Angeles, California. The interviewer is Araceli Esparza. This interview is part of the Bracero Oral History Project.
Fin de la entrevista
Interviewer
Esparza, Araceli
Interviewee
Cortez, Rafael
Location
Los Angeles, California
File Name Identifier
Cortez_LAS005
Citation
Esparza, Araceli and Cortez, Rafael, “Rafael Cortez,” Bracero History Archive, accessed November 15, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/261.