Natibidad Mancinas
Title
Natibidad Mancinas
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Natibidad Mancinas was born in Nieves, Zacatecas, Mexico, in 1929 [in 1995, the Mexican Congress changed the name of Nieves, Zacatecas to General Francisco R. Murguia]; he helped his dad work the fields as a young boy, and consequently did not receive any formal schooling; he worked as a bracero for six years; he worked in Texas, Michigan, Arkansas, New Mexico, and Colorado.
Summary of Interview: Mr. Mancinas was married and living in Chihuahua, Chihuahua, México, when he learned about the bracero program; consequently his brothers also decided to become braceros; his decision to become a bracero was based on the financial difficulties he faced at the time; he was paid only two pesos per week in México; in El Trocadero, a processing center in Chihuahua, Chihuahua, Mexican soldiers kept order; many people were scared of the soldiers; his first work contract took him to Pecos, Texas, where he earned 75¢ a day for working in the cotton fields; he recalls that the African-Americans in Arkansas were very friendly to the braceros.
Summary of Interview: Mr. Mancinas was married and living in Chihuahua, Chihuahua, México, when he learned about the bracero program; consequently his brothers also decided to become braceros; his decision to become a bracero was based on the financial difficulties he faced at the time; he was paid only two pesos per week in México; in El Trocadero, a processing center in Chihuahua, Chihuahua, Mexican soldiers kept order; many people were scared of the soldiers; his first work contract took him to Pecos, Texas, where he earned 75¢ a day for working in the cotton fields; he recalls that the African-Americans in Arkansas were very friendly to the braceros.
Creator
Parra-Mantilla, Myrna
Mancina, Natibidad
Date
2003-05-12
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Natividad Mancinas
creator (Spanish)
Mancinas, Natividad
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Interviewer
Parra-Mantilla, Myrna
Interviewee
Mancinas, Natividad
Location
Chihuahua, Chihuahua, México
Transcription
Nombre del entrevistado: Natibidad Mancinas
Fecha de la entrevista: 12 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El dÃa de hoy es 12 de mayo de 2003 en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua. Entrevistando al señor Natibidad Mancinas, para el Departamento de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenos dÃas, señor Mancinas.
NM: Buenos dÃas, señorita.
MP: Gracias por aceptar la entrevista y para empezar quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació usted?
NM: ¿En dónde nac�
MP: Sà señor y, ¿cuándo?
NM: Yo nacà en septiembre de 1929.
MP: ¿En dónde?
NM: En un pueblo que se llama Nieves, Zacatecas.
MP: Cuénteme su vida de chiquito, ¿cómo era la vida de allá en Zacatecas?, ¿qué hacÃa su papá?
NM: No, pos mi papá era agricultor y pos en tiempos de siembras nos ponÃamos a sembrar. Yo era el sembrador, ellos traÃan las yuntas de… Y yo era el que tiraba la…
MP: ¿La semilla?
NM: La semilla.
MP: ¿Qué sembraban?
NM: MaÃz y frijol, calabazas y…
MP: Y cuénteme, ¿cuántos hermanos tuvo?
NM: Tuve tres hermanos, una hermana y dos hermanos más.
MP: Y de todos sus hermanos, ¿usted fue el único que se decidió a ser bracero?
NM: No, también ellos, nomás que ellos allá, ellos ya vivÃan allá en otra parte y yo ya vivÃa aquà cuando, cuando ya se empezó la braceriada.
MP: ¿Cómo se dio cuenta de la braceriada?
NM: No, pos es que anunciaban, mandaban grupos de los pueblos, de las ciudades, los mandaban grupos aquà a Chihuahua a que se contrataran, pero ya de allá ya venÃamos ya con nuestras cartas, ya nomás nos presentábanos y el dÃa que nos tocaba, nos hablaban y vámonos.
MP: O sea que usted de Zacatecas se vino aquà a Chihuahua, pero sin saber de la braceriada o, ¿ya sabÃa?
NM: No, no sabÃa hasta después, ya cuando ya, en los primeros años que me vine, ya fue cuando ya supe ya, después ya me quedé aquÃ.
MP: Y, ¿por qué se vino de Zacatecas para Chihuahua?
NM: Porque me casé con una que vivÃa aquà en Chihuahua, fÃjese.
MP: Y ya lo jaló para acá.
NM: Y ya se vino la braceriada y ya también yo me vine para acá. Y luego ya cuando habÃa braceros, pos iba y me venÃa y ya nomás hasta aquà llegaba, cada vez que habÃa braceros. Pos ya me quedé aquÃ, hasta la fecha.
MP: Y, ¿por qué se decidió irse de bracero, me dijo?
NM: Pos, porque no habÃa trabajo allá. Allá no habÃa trabajo nomás que pura siembra y pos, trabajo casi no, muy poco. Y luego el que habÃa lo pagaban, creo que pagaban $2 pesos por semana, fÃjese.
MP: Uy, muy poquito.
NM: Muy poquito.
MP: Y, ¿su esposa qué le dijo, cuando usted dijo: “No, pos me voy de bracero� ¿Qué le dijo ella?
NM: No, pos es que ella aquà tenÃa a sus papás, aquà en Chihuahua. Y pos venÃamos y venÃamos y ya al fin ya cuando los braceros pos, ya nos, me quedé yo aquà ya. Inclusive, pos vivÃamos juntos con él, él estaba todavÃa chavalo.
MP: Ah, okay.
NM: Estaba muy jovencito él todavÃa cuando, hasta cuando ya creció que ya se fue conmigo de bracero.
MP: ¿Usted lo jaló o él se le pegó?
NM: Pues él se me pegó y yo también me lo quise llevar.
MP: O sea que la responsabilidad para usted, ¿no?, de andarlo cuidando de que no se desbalagara.
NM: No, pos, éramos buenos, no nos desbalagábamos ni uno ni otro, siempre ahà pegados en el trabajo y asà nos la pasábamos.
MP: Pos ya era menos la carga, ¿no?, el estar lejos de la casa, ¿verdad?
NM: SÃ, pos ya era, como quiera allà estábamos pendientes uno y otro, sÃ.
MP: Y, ¿tenÃa usted hijos cuando se fue para allá?
NM: TenÃa una hija.
MP: Y, ¿no era difÃcil?
NM: Era la esposa de Jesús Antonio. Estaba, pos estaba en primaria apenas ella.
MP: Y fue difÃcil, ¿no? Cuando usted se decidió a irse.
NM: Sà pos, es que se le hace a uno difÃcil por dejar aquà a la familia uno y luego anda uno allá y pensando en la familia y pos sÃ, asà pasa.
MP: Asà es. Bueno, las contrataciones fueron aquà en El Trocadero, ¿verdad?
NM: Aquà en El Trocadero, sÃ. De aquà nos contratábamos y de aquà nos mandaban a El Paso.
MP: Y aquà en El Trocadero, ustedes ya cuando les llamaban por su nombre, o sea, ¿quién los recibÃa, habÃa escritorios, secretarias?
NM: HabÃa secretarias. Nos hablaban, entonces a una persona, porque no nomás a uno le hablaban, le hablaban a muchos, como a unos cincuenta. Nos formábamos como Ãbamos y luego ya al que le iba tocando entonces ya Ãbanos y ya nos, pues, ahà era donde nos hacÃan los contratos. Y ya, pos ya cuando ya le hacÃan a uno el contrato, ya se iba uno ya.
MP: Y ahà las secretarias, ellas nada más, lo único que hacÃan era llenar el contrato o, ¿ellas también les preguntaban algo?
NM: No, ellas no, nomás llenaban el contrato, nomás preguntaban cómo se llama, daba uno el nombre y…
MP: Me comentaban ahorita del detalle de los soldados, ¿no?, que estaban ahà para guardar el orden.
NM: SÃ, pos esos ahà los ponÃan porque al principio no se dejaban, estaban unos cercos asà de alambres, hay veces que hasta lo tumbaban pa enfrente y ya mejor trajeron los soldados y ya asà ya hubo más respeto, ya no se arrimaban. Se arrimaban, pero nomás iban los soldados y corrÃa la gente pa tras, corriendo.
MP: Les tenÃan miedo.
NM: Les tenÃan miedo.
MP: Y, ¿nunca se dio usted cuenta que hubiera habido algún detalle ahà entre un soldado que haya golpeado a algún…?
NM: No, eso no, si estaba, eso estaba en orden eso, le digo que en unos se metÃan que, nomás pa que los asustaran, nomás les amenazaban con el rifle asÃ, pero no, no les pegaban a nadie.
MP: Algunos de los señores que he entrevistado me han dicho que ellos tenÃan que dar mordida para que les dieran número o para que los dejaran entrar a la fila.
NM: SÃ, pero eso era cuando querÃa uno irse que no tenÃa uno otro modo. Porque el primero modo era ir uno a la Presidencia y sacar una carta de recomendación. Y luego en la carta de recomendación, pos ahà ya ve que dice todo lo que es uno y ya sobre esa carta ahà en El Trocadero salÃa un señor y decÃa: “Todos los que traen cartas, fórmenseâ€. Y nos la recogÃa y asà era, igualmente. Y ya después, nos hablaban al nombre de las cartas, a todos los que, los grupos.
MP: Y entonces, el que traÃa carta de la Presidencia como que…
NM: Era control.
MP: TenÃa más…
NM: SÃ, era como un permiso que le daba la Presidencia a uno pa que fuera, que eran como que le nombraban cartas de recomendación entonces.
MP: Pero, era una carta de recomendación que valÃa más que cualquier…
NM: SÃ, sÃ.
MP: Por ahà me dijeron que también la señora, la esposa de Villa, Doña Luz, que ella también daba cartas de recomendación.
NM: Pos no sé, nunca fuimos nosotros con ella, ni supe yo tampoco que daba carta, pero si ya le digo yo, a la Presidencia, sÃ. Y asà cuando, aquà no habÃa y luego allá en mi tierra Zacatecas.
MP: ¿Allá?
NM: Allá sà iba y nomás le decÃa yo ahà al presidente que si me podÃa dar una carta. “SÃ, luego luego, ándaleâ€.
MP: Y, ¿cuántas veces tuvo que ir a Zacatecas?
NM: No, nada más una vez, nada más una vez jui y eso porque, pos esa vez vine yo de allá del otro lado también y nos fuimos mi señora y yo a pasear allá.
MP: Ah, entonces aprovechó el viaje.
NM: SÃ, entonces iba a salir un bonche de allá para acá y luego le dije: “Mira, voy a ver si me dan una carta, ¿verdad?â€. Y sÃ, sà me la dieron, fÃjese.
MP: Qué bueno. Y, ¿usted no tenÃa que pagar algo por esa carta?
NM: No, no, eran gratuitas esas. Nomás las pedÃa uno y se las daban. Y esa vez, ya le digo, fui a pedir la carta y sà me la dio y también vine aquà y por suerte ese dÃa llegamos como a medio dÃa y en la tarde fui y luego luego la metà y otro dÃa me hablaron. Y otro, y venÃa un cuñado mÃo y otros hermanos de él y a ellos no les hablaron y a mà sà me hablaron, fÃjese. Yo, ellos venÃan por, ya por la Presidencia y yo no nomás con la pura carta, nomás que yo metà la carta en la tarde y otro dÃa me hablaron en la mañana luego luego.
MP: Pues corrió con suerte, ¿verdad?
NM: SÃ, corrà con suerte.
MP: Qué bueno.
NM: SÃ.
MP: Y luego ahà en el mismo [El] Trocadero, ¿algun examen médico, alguna vacuna o algo?
NM: Pos ahà ponÃan vacunas, oiga, pos a todos, pero…
MP: Y, ¿les decÃan de qué iba a ser la vacuna?
NM: SÃ, sÃ.
MP: Y luego ya, bueno ahorita me comentaban de que de aquà a El Paso, de Chihuahua al El Paso en tren carguero, ¿verdad?
NM: SÃ, en tren…
MP: O, ¿cómo le tocó a usted?
NM: En tren carguero también, en tren carguero.
MP: Y, luego ya llegando a El Paso a RÃo Vista, ¿no?
NM: A RÃo Vista.
MP: La primera vez que usted fue, ¿llegó a RÃo Vista o llegó al Coliseo?
NM: No, a RÃo Vista. A RÃo Vista llega uno, sÃ, a RÃo Vista.
MP: Y platÃqueme de su punto de vista de RÃo Vista, ¿qué tal ahÃ?, ¿cómo era?
NM: No, pos era casi igual que aquà en El Trocadero, nomás que ya ahà ya habÃa orden, ahà ya estaba todo cercado. Pero ahà llega uno y lo recibe, ahà hay un señor que sale a recibir cada bonche que llega. Ahà estaba apuntando, pos quién sabe qué apuntarán ahÃ, ¿verdad? Y ya ése ya lo deja a uno ahÃ. Y luego ya después en la mañana salen y ya le dicen a donde va a haber salidas y si le conviene a uno a esa parte pos se aboca uno y asà lo hacen muchos, lo hacÃan muchos. Y yo no, yo nomás avisaban: “Pos que va a haber salida pa tal parteâ€. No ya, pos me fui dos veces, fui a Pecos aquà luego luego está cerquita.
MP: Ah, ¿si? PlatÃqueme de Pecos, porque mucha gente no querÃa irse para Pecos.
NM: Pues nadien querÃa ir para allá.
MP: ¿Por qué?
NM: Pos porque, pos pagaban muy barato. Pagaban, en el algodón lo pagaban igual, la misma, porque era pura pisca de algodón. Pero no querÃan porque ahà metÃan mucha gente, habÃa mucha cantidad de gente.
MP: ¿S�
NM: HabÃa unas bodegas que le nombrábamos barracas. Allá habÃamos hasta quinientos.
MP: ¿Tantos en una barraca?
NM: Estaban las hileras de un lado a otro, de doble dormitorio.
MP: ¿Como literas?
NM: Ãndele, pero asÃ, pa un lado y pa otro.
MP: Pero, pos es que con tanta gente ni se podÃa vivir, ¿no?
NM: Pos no, es que pos ahÃ, sÃ, pos ya se impone uno porque pos ya llega uno cansado en las tardes y ya lo que quiere ya es uno descansar ya del… Porque sà tenÃan comedor, igual también, le daban a uno de comer y uno pasa y pone su plato ahà y va al comedor.
MP: Ah okay, o sea que aquà en las barracas tenÃan el servicio de comedor.
NM: SÃ.
MP: Cuando les daban casa a dos, tres, ahà tenÃan ustedes su cocina.
NM: SÃ.
MP: Y, ¿qué era mejor, tener su cocina o que le sirviera? Ya no se preocupaba por cocinar.
NM: No, pos yo tener mi cocina, porque nosotros hacÃamos nuestra comida a nuestro gusto y ahà no, pos ahà era, pos lo que daban es que huevo cocido nomás, y verduras ahÃ, todo, era todo. Nomás que pos siempre uno ya, compraba uno acá otra parte, lo que uno querÃa, ¿verdad? Pero lo de ahà casi no. Como muchos nomás lo picaban y ahà lo dejaban.
MP: Y, ¿ahà tenÃan que pagar ustedes por el servicio de comedor?
NM: No, no pagábanos nada, eso era por la compañÃa. Pero la compañÃa nos lo rebajaba de todos modos, tenÃanos un rebaje.
MP: Y, ¿cuánto les rebajaban?
NM: Pos creo eran $0.75 centavos en ese entonces, por dÃa.
MP: Por las tres comidas, ¿verdad?
NM: Por las tres comidas.
MP: Y, ¿siempre sà alcanzaban comida todos?
NM: No, sÃ.
MP: ¿Se quedaban cortos con la comida?
NM: No, sà hasta sobraba comida ahÃ. TenÃan muchas ollas de comida ahÃ.
MP: Y de esa comida que sobraba, ¿ustedes no podÃan llevarse un lonchecito para la barraca o algo?
NM: No, pos nos daban un lonchecito también. Nos daban unos sándwiches ahà de salchicha y pan, pan de ese pan Bimbo, como el pan Bimbo de aquÃ. Nos echaban un lonchecito y una cajita de jugo y era todo.
MP: O sea, ¿a la hora de dormir no habÃa problemas?
NM: No.
MP: O que unos se quedaban platicando, que otros jugando a la baraja, que…
NM: No pos, ahà no. Ahà pos, a veces los sábados era cuando habÃa, pero allá se iban pa afuera de la barraca, porque estaban en el llano allá, estábanos lejos del pueblo y ahà se hacÃan las jugadas en la noche. Pero no, nunca hubo, en esas partes que estuve yo, nunca hubo. Por cierto que yo me vine porque también ya no me gustó y no cumplà ni el contrato y: “Ya me voyâ€.
MP: ¿No lo cumplió?
NM: No.
MP: Y luego, ¿cómo le hizo para regresarse? O, ¿no lo castigaron porque no cumplió?
NM: No, es que uno nomás le dice: “Es que ya no me convieneâ€, y lo mandan a uno para acá.
MP: Pero, ¿no corrÃa el riesgo de que le hagan algo o de que ya no le den contrato?
NM: No, nada de eso, no. Porque ya le digo, esa fue la primera vez y no, pos ya después me volvà a contratar, que fue cuando ya me fui con este muchacho. No, primero me fui con Andrés, ¿verdad?
2do: SÃ, con Andrés.
NM: Primero me fui con un hermano de él más grande, de más mayor y hasta el siguiente año fue cuando ya se fue conmigo.
MP: Y su hermano, ¿sà se inscribió allá en Pecos?
NM: No, él no. Él fue otro año, fue en otra ocasión que fuimos. Esa vez fue cuando ya nos tocó ir allá, ¿cómo se llama? El Nuevo México.
2do: A Lovington.
NM: A Lovington, fue cuando fui a dar allá, pero primeramente fue un hermano de él conmigo y luego ya al siguiente año ya fue cuando fue…
MP: ¿En qué partes estuvo usted de Estados Unidos?, ¿en qué estados?
NM: ¿En Nuevo México? No, pos era un rancho.
MP: En todo Estados Unidos, ¿en qué estados anduvo? ¿En Texas? ¿En Pecos?
NM: En Texas y en Nuevo México y en Colorado y a Michigan también fui una vez, pero también me fue muy mal allá.
MP: ¿S�, ¿por qué, oiga?
NM: Porque fuimos al pepino y luego el pepino pos, según lo querÃan tamañito chiquito, todo. Luego fuimos ya a pepinales ya, pos ya muy pasados de tiempo ya no eran de riego, eran de temporal y estaban las matas ya muy largas, muy viejas ya, y tenÃa unos pepinos asà grandotes y ésos no, querÃan puros chiquitos. Y ésos los cortábanos todos los dÃas los cortábanos y, pos ya casi no daban las matas, pos ya.
MP: Y, ¿qué hacÃan con tanto pepino que ya no les…?
NM: No, pos lo tirábanos, lo tirábanos ahà en la tierra, ahà quedaba.
MP: ¿No era para los animales?
NM: No, ahà lo tirábanos.
MP: Y, ¿cuánto le pagaban ahà en Michigan?
NM: Pos allá nos pagaban por hora, porque ya no… Pos creo que nos pagaban $2 pesos por dÃa.
MP: ¿S�
NM: SÃ.
MP: Fue muy poquito.
NM: SÃ, pos es que…
MP: Y, ¿ahà cómo le hicieron para…? ¿Cómo se los llevaron hasta Michigan?
NM: Allá sà fuimos en camión.
MP: Y también hicieron mucho tiempo, ¿no?
NM: Pos hicimos, yo creo era como unas treinta horas o más.
MP: ¡HÃjole! Pero, ¿sà se iba parando?, ¿les daban el lonchecito?
NM: No, pos nos parábanos asà donde habÃa prados verdes. En el monte de allá, ya ve que hay muchas partes donde están muy bonito, muy verde. Ahà se paraba el camión y ahà nos, salÃamos corriendo y nos revolcábamos en el zacatito verde pa descansar. Ya descansábamos un rato y vámonos, otra vez, sÃ.
MP: Muy pesado.
NM: Muy pesado. Y luego pos, ahà dÃa y noche, de ahà no paraba el camión, nomás a echar gasolina y vámonos.
MP: Y, ¿cómo le fue con el frÃo por allá? ¿No sufrió frÃos?
NM: No, pos fue en mayo cuando fui.
MP: Ah, entonces era…
NM: No hacÃa frÃo.
MP: Temporada bien.
NM: Estaba muy bien ahÃ. No de a tiro, ya esa vez no hice, pos creo que nomás hice $40 dólares también.
MP: FÃjese.
NM: Nomás que de ahà me renovaron para Arkansas, nomás que acá ya vine al algodón.
MP: A Arkansas
NM: Y acá…
MP: ¿También es algodón ah�
NM: En Arkansas también. Y ahà sà cumplà los cuarenta y cinco dÃas. Porque ahà sÃ, también llovÃa mucho, pero allá sà pisca uno aunque esté lloviendo. Estaban los surcos llenos de agua y nosotros con la bolsa llena y asà nomás iban y lo pesaban.
MP: Pero entonces, ahà ya se ponÃa más pesado, ¿no?
NM: Pos sÃ.
MP: Porque me imagino que con el lodo y todo eso mojado.
NM: SÃ, pos hacÃamos puras batidas, puras pesadas chicas pa no batallar. Porque ya nomás juntaba poquito y ya se sentÃa… Y luego nos metÃan los pies en el lodo y ahà andamos todos… Pero asà andábamos, no…
MP: Y, ¿ahà no les daban, no sé, botas o impermeables o algo para que no se mojaran?
NM: Botas nada más.
MP: ¿Nada más botas?
NM: Botas nada más. Y no, pos nos gustaba andar mojados, porque Ãbanos y nos quitábanos todo lo mojadoy quedábanos otra vez secos, pero asà andábanos todo el dÃa.
MP: Y, ¿usted nunca? En esos lugares que anduvo, ¿nunca que se enfermó o algo que tuvo que ser hospitalizado?
NM: No, fÃjese que gracias a Dios que no, nunca me enfermé.
MP: Qué bueno, o alguno de sus compañeros, ¿no?
NM: No nadie, nunca.
MP: Y platÃqueme en esas partes donde anduvo, ¿qué hacÃan para distraerse un rato?, para pasarla bien. Porque me imagino que era muy duro, ¿no?, trabajar todo el dÃa.
NM: No, pos hacÃamos lo mismo. Ahà en Arkansas lo que hacÃamos era… Como ahà habÃa mucha arbolada muy verde, estaba muy bonito, mucho árbol verde y habÃa como carretera asÃ, pero de tierra, no habÃa pavimento. Y habÃa casitas asà entre los árboles y asà en los domingos salÃanos a dar vueltas asÃ. Y ya nos conocÃan ahÃ, ahà vive mucho, hay mucho negro, ahà vive mucho negro.
MP: Ah, ¿s�
NM: Casi la mayorÃa, en esa parte de acá, sà la mayorÃa era puro negro. Y Ãbanos y pos, ellos salÃan y nos platicaban pero pos no les entendÃamos el inglés a ellos. SÃ, y las negritas salÃan y los señores y ahà nos la pasábamos vacilando muy bien, con ellos ahà platicando.
MP: Qué bueno.
NM: SÃ pos.
MP: Disculpe, sÃ. Y entonces, ¿no tenÃan problemas con los negros allá, con la gente de allá?
NM: No.
MP: ¿Para nada?
NM: Para nada. ¿No le digo que antes les gustaba también estar con nosotros? Mirarnos como… Y luego nos decÃan cosas y pos, una que otra le agarrábanos. Pero no, muy contentos. Hasta les gustaba mucho saludarnos de mano y ellos hacÃan… Y habÃa unos negros bien pochudotes ahÃ.
MP: SÃ, ¿verdad?
NM: Ey.
MP: Y ahÃ, ¿usted no se dio cuenta de que los negros tuvieran problemas con los blancos por racismo o algo asÃ? Ya ve que hubo un tiempo en que estuvo muy fuerte el racismo.
NM: SÃ, una vez, un tiempo sÃ, pero ahà no, ahà estaba muy bien. Ahà yo en el tiempo que estuve ahÃ, casi más bien, habÃa puro negro, que americano, puro negro.
MP: Y, ¿el trato que ustedes recibÃan de los negros y los blancos era diferente?
NM: Era igual, era igual, sÃ. Porque allá, pos nosotros donde Ãbamos al mandado, pos era, habÃa allà tiendas de donde habÃa puro negro y habÃa tiendas de donde habÃa puro americano blanco. Y ahà era es donde Ãbanos, nos llevaban a nosotros, sÃ.
MP: Y, ¿usted cada cuándo venÃa acá a visitar a su esposa y a su hija?
NM: No, hasta que se terminaba el contrato también. Hasta que se acabó, cuando era pos, casi lo más eran de cuarenta y cinco dÃas.
MP: Y, ¿usted tampoco no tuvo problemas cuando les mandaba dinero? No, ¿siempre les llegaba bien?
NM: No, nunca tuve. Sà le llegaba bien a mi señora.
MP: Qué bueno.
NM: Sà le llegaba muy bien. Nunca tuve problemas de que no le llegan y que no. No, todo el tiempo lo ponÃa yo y luego luego me escribÃa: “Ya recibà el dineroâ€.
MP: Qué bueno.
NM: SÃ.
MP: Y usted estando allá, ¿no tuvo problemas con La Migra de que los anduviera asà rondando mucho?
NM: No.
MP: ¿Echando muchas vueltas al trabajo?
NM: No, fÃjese que no. Pos yo nunca vi que anduviera por ahà La Migra, ni carros de esos del… Porque pos siempre estábanos en puro rancho nosotros, pero pos nunca vimos que fueran ahÃ. Y luego en esos ranchos, pos nomás habÃamos los que estábanos, los trabajadores que habÃamos ahà y no habÃa otro, no habÃa otra casa cerca, estaban retiradas y, pero no.
MP: Y, ¿ustedes nunca se perdieron? O, ¿algún compañero suyo nunca se perdió, que se fue a caminar y que ya no regresara?
NM: No, nunca no. No, no salÃanos solos, salÃanos asà tres, cuatro juntos, platicando, jugando ahÃ.
MP: Y cuando renovaban el contrato, ¿tenÃan que hacerles otra vez todos los exámenes médicos?
NM: No, ya nomás ahà donde ya terminábamos el contrato, ahà mismo nos hacÃan el otro contrato. Nos Ãbanos y nos entregaban, y luego ahà nos decÃan: “¿Ustedes van a renovar pa tal parte?â€. “SÃâ€. Ahà nos hacÃan el contrato y ya Ãbanos.
MP: Y, ¿nunca se estuvo renovando contratos con un ranchero? O sea, que le gustó y…
NM: No, nunca.
MP: ¿No?
NM: Nunca.
MP: Y, ¿usted nunca tuvo la oportunidad, el ranchero no le dio la oportunidad de quedarse ahÃ, de que arreglara papeles?
NM: Pos una vez sÃ, pero pos eso no, no, al último ya siempre no.
MP: ¿Por qué no?, ¿por qué decidió mejor no?
NM: Pues es que me vine con permiso y ya no regresé, por eso. Me vine con permiso y ya no regresé.
MP: ¿Ya de plano no?
NM: Ya no. Pos es que ya viniendo uno pos tiene ganas de estar con uno la familia y pos ya no me dejaron ir. “Ya no vayas, ¿qué vas a hacer?â€, y ya. Y hasta fÃjese que traÃa permiso de quince dÃas y se cumplió el permiso y ya no me fui y poquito antes de los otros quince dÃas, me llegó una carta del patrón en donde me decÃa que qué pasaba, que me fuera, que todavÃa podÃa irme.
MP: FÃjese, todavÃa hasta buscándolo.
NM: TodavÃa me daba más chanza, pero ya no quise ir y fue la única vez. Y cuando estaba allá, pos se le hace uno ya, pos, ya ve que se impone uno a estar allá y pos, al tiempo, que le dicen: “¿Quieres?â€. “Pos sÃ, sà me quedoâ€, pero ya, ya le digo, ya nomás me vine y ya se me quitaron las ganas.
MP: Pero se podÃa llevar a su familia, ¿no?, a su esposa y a su hijo.
NM: Pues sÃ, pero eso no pensaba yo, hasta ahora después pienso: “¿Por qué no me estarÃa allà y hasta le hubiera arreglado a mi… Hubiera arreglado yo allá para quedarme allá y a mi familiaâ€. Pero no, no pensaba en eso, hasta ya después, ¿ya para qué?, ya no está.
MP: Y en total, ¿cuánto tiempo, cuántos años estuvo trabajando de bracero?
NM: No, pues estuve algunos, pero pos habÃa veces que en un año iba dos veces asà es que…
MP: Y en total, ¿cuántos años asà iba?
NM: Fue del, pos fueron como unos seis años.
MP: Ah, pues sà fue bastante tiempo.
NM: SÃ, sà fue. Si la última vez todavÃa me tocó a mà ir de bracero, nomás que ya fue, también me tocó ahà en Pecos y ya nomás fui y…
MP: Llegó otra vez allÃ.
NM: Ya nomás llegué allá y nomás… Es que, en la pisca de algodón tienen una cosa que cuando llega uno, está de primera, está lleno de… Y ya le pasa uno la primera y ya la segunda ya no es igual, ya no saca uno los mismos kilos. Si sacaba usted cien, ya la segunda ya nomás saca cincuenta, setenta. Y yo ya nomás pasó la primera y dije: “Ahà nos vemosâ€.
MP: O sea que la mata va dando menos o, ¿cómo?
NM: SÃ, es que ya quedan más poquitos capullos, los que abren. Y ya por eso ya, ya nomás la primer pisca me gustaba, ya después la otra ya no.
MP: Y a usted, ¿cuál lugar le gustó más?, ¿cuál lugar le convino más de todos los que anduvo en Nuevo México, Texas?
NM: Pos fÃjese que a mà me gustó más en Nuevo México.
MP: ¿Nuevo México?
NM: Porque sabe que ahà el patrón ése sà era muy, pero a todo dar.
MP: Ah, ¿s�
NM: Ése sÃ, nos llevaba hasta comida a veces, carne y…
MP: FÃjese.
NM: Y bien, es que era hermano y nos trataba muy bien, lo que sea.
MP: Qué bueno. Y entonces ahÃ, por ejemplo, ¿sus cumpleaños o los dÃas festivos, que el 15 de septiembre, el 1o de Mayo, los festejaban allá?
NM: No, allá no festejábanos nada de eso. Nos tocaba estar allá y no, nunca no. Allá era como un dÃa entre semana a chambear, solamente que tocara en domingo, pos asÃ, porque allá todo el, todo lo… Pos es que va uno a lo que va y no quiere perder uno el…
MP: El tiempo, ¿no?
NM: El tiempo, sÃ. Nomás que el algodón, pues ése también se acaba y ya. Y ahà ya al último llegaba uno y daba uno la primer pisca como le digo, en limpio, pura pisca de algodón limpio. Y ya el segundo, como ya hiela y se seca, entonces ya ahà nos daba chanza que arrancáramos con todo y mata, como luego dicen.
MP: Ah, ¿s�
NM: Asà es que, ¿quién no se va a engreÃr asÃ? (risas) Ahà sà hacÃanos dinero nosotros. Y acá no, en el betabel también fui dos veces yo allá o tres veces creo. No, y allá sÃ, allá sà trabajaba, allá sà se trabaja.
MP: Bastante, ¿verdad?
NM: Bastante, aunque también ya al último se impone uno, porque allá empieza uno a trabajar y allá es puro andar agachado. Si le toca uno el azadón, porque tiene el manguito tamañito asà y luego va uno con una pura mano empinado, y luego con la otra va, donde le quedan dos, tres matas que se las va quitando.
MP: HÃjole.
NM: Y pos nomás la primer semana batalla uno y ya después ya no se le hace trabajoso, pero sà se cansa uno.
MP: SÃ, cómo no y luego, ¿no tenÃan problema que, ya le pisaron las matitas de betabel al de atrás o algo?
NM: No, pos, eso es que… Y luego que estaban los surquitos asà onde cabe nomás el pie asà donde va uno asà nomás. Es que ahà onde va dejando una la huella, deja uno un puro rastro, no deja un pedacillo, ahà deja todos los pies pegaditos.
MP: Pos muy difÃcil.
2do: Oiga, ¿puedo hablar?
NM: SÃ dÃgame.
2do: No, en el betabel, otro dÃa no se puede uno ni sentar a hacer su necesidad. (risas)
NM: La primer semana.
2do: Muchos dicen que ponÃan un lacito, digamos asà en el baño porque aquà asà le duele a uno esto mire, pero que si se sienta se cae pa abajo.
MP: ¿S�
NM: No, y luego hay unos que ya llegan en la tarde y ya no hacen ni cena, ya nomás llegan y se acuestan y a dormirse, y ya nomás se acuestan.
MP: Y al dÃa siguiente, a ver cómo se levantan, ¿no?
2do: Pos imagÃnese, se estira uno todos estos nervios.
NM: SÃ, pos es que una semana, en una semana ya se pone uno al corriente y ya le agarra uno. Y pos casi la pisca también es igual, porque también la pisca es, va uno asà agachado piscando, nomás que ahà hay chanza de que se pueda sentar uno, asà hincarse uno, muchos piscan hincados mejor.
MP: Ah, okay.
NM: SÃ.
MP: No, pues sà fue muy difÃcil, ¿no?
NM: SÃ.
MP: Todo ése trabajo.
2do: Eso fue en el betabel, sÃ.
MP: SÃ.
NM: No, el betabel es, ése trabajo era el número uno, yo creo.
MP: ¿S�
NM: SÃ.
2do: No, pos, ¿cómo le decÃan?, le decÃan el desmadre.
NM: El desmadre.
2do: ¡Pero asà un trabajo, qué barbaridad!
MP: DÃgame su punto de vista acerca del Programa Bracero, ¿fue bueno?, ¿les hubieran de haber dado más equipo para trabajar?
NM: No, pos para mà sà fue bueno. Sà todavÃa me dieran chanza sà volvÃa a ir.
MP: SÃ, ¿asà de plano?
NM: Asà de plano.
MP: Y, ¿al mismo trabajo?
NM: Al mismo trabajo, no le hace.
MP: Y allá habÃa gente de mucha edad, ¿no? O sea señores ya mayores o, ¿tenÃan un tope de edad?
NM: No, pos yo creo que tenÃan un tope de edad porque allá, pos yo nunca vi un señor ya de edad, ¿verdad?
2do: No, a mà sà me tocó en el algodón donde andaba uno vetarro(??), era un señor como de sesenta y seis años pues ya estaba grande y…
MP: Muy grande.
2do: Pero él dijo que el trabajaba en la mina y dijo: “Si no me echan pa jueraâ€, dijo, “yo voy a durar hasta que me, ya me corran de atiro, porque ya no sea al último que voy a entrarâ€, dijo. Ya muy grande el señor.
NM: SÃ, pos es que….
MP: Lo que es la necesidad, ¿no?
NM: SÃ, pos. No, yo nunca vi un señor grande ya, puros más o menos jovenazos todavÃa en ese entonces. Andaba un señor, pero ese era nacional, ese de allá era, ése ya estaba, el señor, grande. Era el que la hacÃa de intérprete ahà con el patrón ese de Nuevo México.
MP: Ah, okay.
NM: Ese al principio era ahà el que trabajaba con él. Allà hacÃa lo que querÃa, pos era el pesador el que pesaba ahÃ.
MP: Muy bien el trabajo, ¿no?
NM: SÃ, pos nomás estar en la báscula ahÃ. Ahà se la pasaba el señor ése y también piscaba ahà alrededor cerquitas, también está…
MP: Pues ya para terminar la entrevista, quisiera que me platicara, no sé, alguna anécdota o algún comentario final que tenga usted.
NM: No, pos nomás de que si volviera a haber braceros sà iba yo otra vez, si me dieran chanza pues, porque si ya ni aquà me quieren dar trabajo, pos sÃ.
MP: Bueno, pues muchÃsimas gracias.
NM: Ãndele.
MP: Por aceptar la entrevista y por el tiempo que estuvo aquà con nosotros.
NM: Ãndele, no hay de qué.
MP: Gracias.
NM: Ojala y le salga bien a usted allá también todo esto.
MP: Pues, primero Dios.
NM: Pos, sÃ.
MP: Gracias.
NM: Ãndele.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 12 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El dÃa de hoy es 12 de mayo de 2003 en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua. Entrevistando al señor Natibidad Mancinas, para el Departamento de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenos dÃas, señor Mancinas.
NM: Buenos dÃas, señorita.
MP: Gracias por aceptar la entrevista y para empezar quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació usted?
NM: ¿En dónde nac�
MP: Sà señor y, ¿cuándo?
NM: Yo nacà en septiembre de 1929.
MP: ¿En dónde?
NM: En un pueblo que se llama Nieves, Zacatecas.
MP: Cuénteme su vida de chiquito, ¿cómo era la vida de allá en Zacatecas?, ¿qué hacÃa su papá?
NM: No, pos mi papá era agricultor y pos en tiempos de siembras nos ponÃamos a sembrar. Yo era el sembrador, ellos traÃan las yuntas de… Y yo era el que tiraba la…
MP: ¿La semilla?
NM: La semilla.
MP: ¿Qué sembraban?
NM: MaÃz y frijol, calabazas y…
MP: Y cuénteme, ¿cuántos hermanos tuvo?
NM: Tuve tres hermanos, una hermana y dos hermanos más.
MP: Y de todos sus hermanos, ¿usted fue el único que se decidió a ser bracero?
NM: No, también ellos, nomás que ellos allá, ellos ya vivÃan allá en otra parte y yo ya vivÃa aquà cuando, cuando ya se empezó la braceriada.
MP: ¿Cómo se dio cuenta de la braceriada?
NM: No, pos es que anunciaban, mandaban grupos de los pueblos, de las ciudades, los mandaban grupos aquà a Chihuahua a que se contrataran, pero ya de allá ya venÃamos ya con nuestras cartas, ya nomás nos presentábanos y el dÃa que nos tocaba, nos hablaban y vámonos.
MP: O sea que usted de Zacatecas se vino aquà a Chihuahua, pero sin saber de la braceriada o, ¿ya sabÃa?
NM: No, no sabÃa hasta después, ya cuando ya, en los primeros años que me vine, ya fue cuando ya supe ya, después ya me quedé aquÃ.
MP: Y, ¿por qué se vino de Zacatecas para Chihuahua?
NM: Porque me casé con una que vivÃa aquà en Chihuahua, fÃjese.
MP: Y ya lo jaló para acá.
NM: Y ya se vino la braceriada y ya también yo me vine para acá. Y luego ya cuando habÃa braceros, pos iba y me venÃa y ya nomás hasta aquà llegaba, cada vez que habÃa braceros. Pos ya me quedé aquÃ, hasta la fecha.
MP: Y, ¿por qué se decidió irse de bracero, me dijo?
NM: Pos, porque no habÃa trabajo allá. Allá no habÃa trabajo nomás que pura siembra y pos, trabajo casi no, muy poco. Y luego el que habÃa lo pagaban, creo que pagaban $2 pesos por semana, fÃjese.
MP: Uy, muy poquito.
NM: Muy poquito.
MP: Y, ¿su esposa qué le dijo, cuando usted dijo: “No, pos me voy de bracero� ¿Qué le dijo ella?
NM: No, pos es que ella aquà tenÃa a sus papás, aquà en Chihuahua. Y pos venÃamos y venÃamos y ya al fin ya cuando los braceros pos, ya nos, me quedé yo aquà ya. Inclusive, pos vivÃamos juntos con él, él estaba todavÃa chavalo.
MP: Ah, okay.
NM: Estaba muy jovencito él todavÃa cuando, hasta cuando ya creció que ya se fue conmigo de bracero.
MP: ¿Usted lo jaló o él se le pegó?
NM: Pues él se me pegó y yo también me lo quise llevar.
MP: O sea que la responsabilidad para usted, ¿no?, de andarlo cuidando de que no se desbalagara.
NM: No, pos, éramos buenos, no nos desbalagábamos ni uno ni otro, siempre ahà pegados en el trabajo y asà nos la pasábamos.
MP: Pos ya era menos la carga, ¿no?, el estar lejos de la casa, ¿verdad?
NM: SÃ, pos ya era, como quiera allà estábamos pendientes uno y otro, sÃ.
MP: Y, ¿tenÃa usted hijos cuando se fue para allá?
NM: TenÃa una hija.
MP: Y, ¿no era difÃcil?
NM: Era la esposa de Jesús Antonio. Estaba, pos estaba en primaria apenas ella.
MP: Y fue difÃcil, ¿no? Cuando usted se decidió a irse.
NM: Sà pos, es que se le hace a uno difÃcil por dejar aquà a la familia uno y luego anda uno allá y pensando en la familia y pos sÃ, asà pasa.
MP: Asà es. Bueno, las contrataciones fueron aquà en El Trocadero, ¿verdad?
NM: Aquà en El Trocadero, sÃ. De aquà nos contratábamos y de aquà nos mandaban a El Paso.
MP: Y aquà en El Trocadero, ustedes ya cuando les llamaban por su nombre, o sea, ¿quién los recibÃa, habÃa escritorios, secretarias?
NM: HabÃa secretarias. Nos hablaban, entonces a una persona, porque no nomás a uno le hablaban, le hablaban a muchos, como a unos cincuenta. Nos formábamos como Ãbamos y luego ya al que le iba tocando entonces ya Ãbanos y ya nos, pues, ahà era donde nos hacÃan los contratos. Y ya, pos ya cuando ya le hacÃan a uno el contrato, ya se iba uno ya.
MP: Y ahà las secretarias, ellas nada más, lo único que hacÃan era llenar el contrato o, ¿ellas también les preguntaban algo?
NM: No, ellas no, nomás llenaban el contrato, nomás preguntaban cómo se llama, daba uno el nombre y…
MP: Me comentaban ahorita del detalle de los soldados, ¿no?, que estaban ahà para guardar el orden.
NM: SÃ, pos esos ahà los ponÃan porque al principio no se dejaban, estaban unos cercos asà de alambres, hay veces que hasta lo tumbaban pa enfrente y ya mejor trajeron los soldados y ya asà ya hubo más respeto, ya no se arrimaban. Se arrimaban, pero nomás iban los soldados y corrÃa la gente pa tras, corriendo.
MP: Les tenÃan miedo.
NM: Les tenÃan miedo.
MP: Y, ¿nunca se dio usted cuenta que hubiera habido algún detalle ahà entre un soldado que haya golpeado a algún…?
NM: No, eso no, si estaba, eso estaba en orden eso, le digo que en unos se metÃan que, nomás pa que los asustaran, nomás les amenazaban con el rifle asÃ, pero no, no les pegaban a nadie.
MP: Algunos de los señores que he entrevistado me han dicho que ellos tenÃan que dar mordida para que les dieran número o para que los dejaran entrar a la fila.
NM: SÃ, pero eso era cuando querÃa uno irse que no tenÃa uno otro modo. Porque el primero modo era ir uno a la Presidencia y sacar una carta de recomendación. Y luego en la carta de recomendación, pos ahà ya ve que dice todo lo que es uno y ya sobre esa carta ahà en El Trocadero salÃa un señor y decÃa: “Todos los que traen cartas, fórmenseâ€. Y nos la recogÃa y asà era, igualmente. Y ya después, nos hablaban al nombre de las cartas, a todos los que, los grupos.
MP: Y entonces, el que traÃa carta de la Presidencia como que…
NM: Era control.
MP: TenÃa más…
NM: SÃ, era como un permiso que le daba la Presidencia a uno pa que fuera, que eran como que le nombraban cartas de recomendación entonces.
MP: Pero, era una carta de recomendación que valÃa más que cualquier…
NM: SÃ, sÃ.
MP: Por ahà me dijeron que también la señora, la esposa de Villa, Doña Luz, que ella también daba cartas de recomendación.
NM: Pos no sé, nunca fuimos nosotros con ella, ni supe yo tampoco que daba carta, pero si ya le digo yo, a la Presidencia, sÃ. Y asà cuando, aquà no habÃa y luego allá en mi tierra Zacatecas.
MP: ¿Allá?
NM: Allá sà iba y nomás le decÃa yo ahà al presidente que si me podÃa dar una carta. “SÃ, luego luego, ándaleâ€.
MP: Y, ¿cuántas veces tuvo que ir a Zacatecas?
NM: No, nada más una vez, nada más una vez jui y eso porque, pos esa vez vine yo de allá del otro lado también y nos fuimos mi señora y yo a pasear allá.
MP: Ah, entonces aprovechó el viaje.
NM: SÃ, entonces iba a salir un bonche de allá para acá y luego le dije: “Mira, voy a ver si me dan una carta, ¿verdad?â€. Y sÃ, sà me la dieron, fÃjese.
MP: Qué bueno. Y, ¿usted no tenÃa que pagar algo por esa carta?
NM: No, no, eran gratuitas esas. Nomás las pedÃa uno y se las daban. Y esa vez, ya le digo, fui a pedir la carta y sà me la dio y también vine aquà y por suerte ese dÃa llegamos como a medio dÃa y en la tarde fui y luego luego la metà y otro dÃa me hablaron. Y otro, y venÃa un cuñado mÃo y otros hermanos de él y a ellos no les hablaron y a mà sà me hablaron, fÃjese. Yo, ellos venÃan por, ya por la Presidencia y yo no nomás con la pura carta, nomás que yo metà la carta en la tarde y otro dÃa me hablaron en la mañana luego luego.
MP: Pues corrió con suerte, ¿verdad?
NM: SÃ, corrà con suerte.
MP: Qué bueno.
NM: SÃ.
MP: Y luego ahà en el mismo [El] Trocadero, ¿algun examen médico, alguna vacuna o algo?
NM: Pos ahà ponÃan vacunas, oiga, pos a todos, pero…
MP: Y, ¿les decÃan de qué iba a ser la vacuna?
NM: SÃ, sÃ.
MP: Y luego ya, bueno ahorita me comentaban de que de aquà a El Paso, de Chihuahua al El Paso en tren carguero, ¿verdad?
NM: SÃ, en tren…
MP: O, ¿cómo le tocó a usted?
NM: En tren carguero también, en tren carguero.
MP: Y, luego ya llegando a El Paso a RÃo Vista, ¿no?
NM: A RÃo Vista.
MP: La primera vez que usted fue, ¿llegó a RÃo Vista o llegó al Coliseo?
NM: No, a RÃo Vista. A RÃo Vista llega uno, sÃ, a RÃo Vista.
MP: Y platÃqueme de su punto de vista de RÃo Vista, ¿qué tal ahÃ?, ¿cómo era?
NM: No, pos era casi igual que aquà en El Trocadero, nomás que ya ahà ya habÃa orden, ahà ya estaba todo cercado. Pero ahà llega uno y lo recibe, ahà hay un señor que sale a recibir cada bonche que llega. Ahà estaba apuntando, pos quién sabe qué apuntarán ahÃ, ¿verdad? Y ya ése ya lo deja a uno ahÃ. Y luego ya después en la mañana salen y ya le dicen a donde va a haber salidas y si le conviene a uno a esa parte pos se aboca uno y asà lo hacen muchos, lo hacÃan muchos. Y yo no, yo nomás avisaban: “Pos que va a haber salida pa tal parteâ€. No ya, pos me fui dos veces, fui a Pecos aquà luego luego está cerquita.
MP: Ah, ¿si? PlatÃqueme de Pecos, porque mucha gente no querÃa irse para Pecos.
NM: Pues nadien querÃa ir para allá.
MP: ¿Por qué?
NM: Pos porque, pos pagaban muy barato. Pagaban, en el algodón lo pagaban igual, la misma, porque era pura pisca de algodón. Pero no querÃan porque ahà metÃan mucha gente, habÃa mucha cantidad de gente.
MP: ¿S�
NM: HabÃa unas bodegas que le nombrábamos barracas. Allá habÃamos hasta quinientos.
MP: ¿Tantos en una barraca?
NM: Estaban las hileras de un lado a otro, de doble dormitorio.
MP: ¿Como literas?
NM: Ãndele, pero asÃ, pa un lado y pa otro.
MP: Pero, pos es que con tanta gente ni se podÃa vivir, ¿no?
NM: Pos no, es que pos ahÃ, sÃ, pos ya se impone uno porque pos ya llega uno cansado en las tardes y ya lo que quiere ya es uno descansar ya del… Porque sà tenÃan comedor, igual también, le daban a uno de comer y uno pasa y pone su plato ahà y va al comedor.
MP: Ah okay, o sea que aquà en las barracas tenÃan el servicio de comedor.
NM: SÃ.
MP: Cuando les daban casa a dos, tres, ahà tenÃan ustedes su cocina.
NM: SÃ.
MP: Y, ¿qué era mejor, tener su cocina o que le sirviera? Ya no se preocupaba por cocinar.
NM: No, pos yo tener mi cocina, porque nosotros hacÃamos nuestra comida a nuestro gusto y ahà no, pos ahà era, pos lo que daban es que huevo cocido nomás, y verduras ahÃ, todo, era todo. Nomás que pos siempre uno ya, compraba uno acá otra parte, lo que uno querÃa, ¿verdad? Pero lo de ahà casi no. Como muchos nomás lo picaban y ahà lo dejaban.
MP: Y, ¿ahà tenÃan que pagar ustedes por el servicio de comedor?
NM: No, no pagábanos nada, eso era por la compañÃa. Pero la compañÃa nos lo rebajaba de todos modos, tenÃanos un rebaje.
MP: Y, ¿cuánto les rebajaban?
NM: Pos creo eran $0.75 centavos en ese entonces, por dÃa.
MP: Por las tres comidas, ¿verdad?
NM: Por las tres comidas.
MP: Y, ¿siempre sà alcanzaban comida todos?
NM: No, sÃ.
MP: ¿Se quedaban cortos con la comida?
NM: No, sà hasta sobraba comida ahÃ. TenÃan muchas ollas de comida ahÃ.
MP: Y de esa comida que sobraba, ¿ustedes no podÃan llevarse un lonchecito para la barraca o algo?
NM: No, pos nos daban un lonchecito también. Nos daban unos sándwiches ahà de salchicha y pan, pan de ese pan Bimbo, como el pan Bimbo de aquÃ. Nos echaban un lonchecito y una cajita de jugo y era todo.
MP: O sea, ¿a la hora de dormir no habÃa problemas?
NM: No.
MP: O que unos se quedaban platicando, que otros jugando a la baraja, que…
NM: No pos, ahà no. Ahà pos, a veces los sábados era cuando habÃa, pero allá se iban pa afuera de la barraca, porque estaban en el llano allá, estábanos lejos del pueblo y ahà se hacÃan las jugadas en la noche. Pero no, nunca hubo, en esas partes que estuve yo, nunca hubo. Por cierto que yo me vine porque también ya no me gustó y no cumplà ni el contrato y: “Ya me voyâ€.
MP: ¿No lo cumplió?
NM: No.
MP: Y luego, ¿cómo le hizo para regresarse? O, ¿no lo castigaron porque no cumplió?
NM: No, es que uno nomás le dice: “Es que ya no me convieneâ€, y lo mandan a uno para acá.
MP: Pero, ¿no corrÃa el riesgo de que le hagan algo o de que ya no le den contrato?
NM: No, nada de eso, no. Porque ya le digo, esa fue la primera vez y no, pos ya después me volvà a contratar, que fue cuando ya me fui con este muchacho. No, primero me fui con Andrés, ¿verdad?
2do: SÃ, con Andrés.
NM: Primero me fui con un hermano de él más grande, de más mayor y hasta el siguiente año fue cuando ya se fue conmigo.
MP: Y su hermano, ¿sà se inscribió allá en Pecos?
NM: No, él no. Él fue otro año, fue en otra ocasión que fuimos. Esa vez fue cuando ya nos tocó ir allá, ¿cómo se llama? El Nuevo México.
2do: A Lovington.
NM: A Lovington, fue cuando fui a dar allá, pero primeramente fue un hermano de él conmigo y luego ya al siguiente año ya fue cuando fue…
MP: ¿En qué partes estuvo usted de Estados Unidos?, ¿en qué estados?
NM: ¿En Nuevo México? No, pos era un rancho.
MP: En todo Estados Unidos, ¿en qué estados anduvo? ¿En Texas? ¿En Pecos?
NM: En Texas y en Nuevo México y en Colorado y a Michigan también fui una vez, pero también me fue muy mal allá.
MP: ¿S�, ¿por qué, oiga?
NM: Porque fuimos al pepino y luego el pepino pos, según lo querÃan tamañito chiquito, todo. Luego fuimos ya a pepinales ya, pos ya muy pasados de tiempo ya no eran de riego, eran de temporal y estaban las matas ya muy largas, muy viejas ya, y tenÃa unos pepinos asà grandotes y ésos no, querÃan puros chiquitos. Y ésos los cortábanos todos los dÃas los cortábanos y, pos ya casi no daban las matas, pos ya.
MP: Y, ¿qué hacÃan con tanto pepino que ya no les…?
NM: No, pos lo tirábanos, lo tirábanos ahà en la tierra, ahà quedaba.
MP: ¿No era para los animales?
NM: No, ahà lo tirábanos.
MP: Y, ¿cuánto le pagaban ahà en Michigan?
NM: Pos allá nos pagaban por hora, porque ya no… Pos creo que nos pagaban $2 pesos por dÃa.
MP: ¿S�
NM: SÃ.
MP: Fue muy poquito.
NM: SÃ, pos es que…
MP: Y, ¿ahà cómo le hicieron para…? ¿Cómo se los llevaron hasta Michigan?
NM: Allá sà fuimos en camión.
MP: Y también hicieron mucho tiempo, ¿no?
NM: Pos hicimos, yo creo era como unas treinta horas o más.
MP: ¡HÃjole! Pero, ¿sà se iba parando?, ¿les daban el lonchecito?
NM: No, pos nos parábanos asà donde habÃa prados verdes. En el monte de allá, ya ve que hay muchas partes donde están muy bonito, muy verde. Ahà se paraba el camión y ahà nos, salÃamos corriendo y nos revolcábamos en el zacatito verde pa descansar. Ya descansábamos un rato y vámonos, otra vez, sÃ.
MP: Muy pesado.
NM: Muy pesado. Y luego pos, ahà dÃa y noche, de ahà no paraba el camión, nomás a echar gasolina y vámonos.
MP: Y, ¿cómo le fue con el frÃo por allá? ¿No sufrió frÃos?
NM: No, pos fue en mayo cuando fui.
MP: Ah, entonces era…
NM: No hacÃa frÃo.
MP: Temporada bien.
NM: Estaba muy bien ahÃ. No de a tiro, ya esa vez no hice, pos creo que nomás hice $40 dólares también.
MP: FÃjese.
NM: Nomás que de ahà me renovaron para Arkansas, nomás que acá ya vine al algodón.
MP: A Arkansas
NM: Y acá…
MP: ¿También es algodón ah�
NM: En Arkansas también. Y ahà sà cumplà los cuarenta y cinco dÃas. Porque ahà sÃ, también llovÃa mucho, pero allá sà pisca uno aunque esté lloviendo. Estaban los surcos llenos de agua y nosotros con la bolsa llena y asà nomás iban y lo pesaban.
MP: Pero entonces, ahà ya se ponÃa más pesado, ¿no?
NM: Pos sÃ.
MP: Porque me imagino que con el lodo y todo eso mojado.
NM: SÃ, pos hacÃamos puras batidas, puras pesadas chicas pa no batallar. Porque ya nomás juntaba poquito y ya se sentÃa… Y luego nos metÃan los pies en el lodo y ahà andamos todos… Pero asà andábamos, no…
MP: Y, ¿ahà no les daban, no sé, botas o impermeables o algo para que no se mojaran?
NM: Botas nada más.
MP: ¿Nada más botas?
NM: Botas nada más. Y no, pos nos gustaba andar mojados, porque Ãbanos y nos quitábanos todo lo mojadoy quedábanos otra vez secos, pero asà andábanos todo el dÃa.
MP: Y, ¿usted nunca? En esos lugares que anduvo, ¿nunca que se enfermó o algo que tuvo que ser hospitalizado?
NM: No, fÃjese que gracias a Dios que no, nunca me enfermé.
MP: Qué bueno, o alguno de sus compañeros, ¿no?
NM: No nadie, nunca.
MP: Y platÃqueme en esas partes donde anduvo, ¿qué hacÃan para distraerse un rato?, para pasarla bien. Porque me imagino que era muy duro, ¿no?, trabajar todo el dÃa.
NM: No, pos hacÃamos lo mismo. Ahà en Arkansas lo que hacÃamos era… Como ahà habÃa mucha arbolada muy verde, estaba muy bonito, mucho árbol verde y habÃa como carretera asÃ, pero de tierra, no habÃa pavimento. Y habÃa casitas asà entre los árboles y asà en los domingos salÃanos a dar vueltas asÃ. Y ya nos conocÃan ahÃ, ahà vive mucho, hay mucho negro, ahà vive mucho negro.
MP: Ah, ¿s�
NM: Casi la mayorÃa, en esa parte de acá, sà la mayorÃa era puro negro. Y Ãbanos y pos, ellos salÃan y nos platicaban pero pos no les entendÃamos el inglés a ellos. SÃ, y las negritas salÃan y los señores y ahà nos la pasábamos vacilando muy bien, con ellos ahà platicando.
MP: Qué bueno.
NM: SÃ pos.
MP: Disculpe, sÃ. Y entonces, ¿no tenÃan problemas con los negros allá, con la gente de allá?
NM: No.
MP: ¿Para nada?
NM: Para nada. ¿No le digo que antes les gustaba también estar con nosotros? Mirarnos como… Y luego nos decÃan cosas y pos, una que otra le agarrábanos. Pero no, muy contentos. Hasta les gustaba mucho saludarnos de mano y ellos hacÃan… Y habÃa unos negros bien pochudotes ahÃ.
MP: SÃ, ¿verdad?
NM: Ey.
MP: Y ahÃ, ¿usted no se dio cuenta de que los negros tuvieran problemas con los blancos por racismo o algo asÃ? Ya ve que hubo un tiempo en que estuvo muy fuerte el racismo.
NM: SÃ, una vez, un tiempo sÃ, pero ahà no, ahà estaba muy bien. Ahà yo en el tiempo que estuve ahÃ, casi más bien, habÃa puro negro, que americano, puro negro.
MP: Y, ¿el trato que ustedes recibÃan de los negros y los blancos era diferente?
NM: Era igual, era igual, sÃ. Porque allá, pos nosotros donde Ãbamos al mandado, pos era, habÃa allà tiendas de donde habÃa puro negro y habÃa tiendas de donde habÃa puro americano blanco. Y ahà era es donde Ãbanos, nos llevaban a nosotros, sÃ.
MP: Y, ¿usted cada cuándo venÃa acá a visitar a su esposa y a su hija?
NM: No, hasta que se terminaba el contrato también. Hasta que se acabó, cuando era pos, casi lo más eran de cuarenta y cinco dÃas.
MP: Y, ¿usted tampoco no tuvo problemas cuando les mandaba dinero? No, ¿siempre les llegaba bien?
NM: No, nunca tuve. Sà le llegaba bien a mi señora.
MP: Qué bueno.
NM: Sà le llegaba muy bien. Nunca tuve problemas de que no le llegan y que no. No, todo el tiempo lo ponÃa yo y luego luego me escribÃa: “Ya recibà el dineroâ€.
MP: Qué bueno.
NM: SÃ.
MP: Y usted estando allá, ¿no tuvo problemas con La Migra de que los anduviera asà rondando mucho?
NM: No.
MP: ¿Echando muchas vueltas al trabajo?
NM: No, fÃjese que no. Pos yo nunca vi que anduviera por ahà La Migra, ni carros de esos del… Porque pos siempre estábanos en puro rancho nosotros, pero pos nunca vimos que fueran ahÃ. Y luego en esos ranchos, pos nomás habÃamos los que estábanos, los trabajadores que habÃamos ahà y no habÃa otro, no habÃa otra casa cerca, estaban retiradas y, pero no.
MP: Y, ¿ustedes nunca se perdieron? O, ¿algún compañero suyo nunca se perdió, que se fue a caminar y que ya no regresara?
NM: No, nunca no. No, no salÃanos solos, salÃanos asà tres, cuatro juntos, platicando, jugando ahÃ.
MP: Y cuando renovaban el contrato, ¿tenÃan que hacerles otra vez todos los exámenes médicos?
NM: No, ya nomás ahà donde ya terminábamos el contrato, ahà mismo nos hacÃan el otro contrato. Nos Ãbanos y nos entregaban, y luego ahà nos decÃan: “¿Ustedes van a renovar pa tal parte?â€. “SÃâ€. Ahà nos hacÃan el contrato y ya Ãbanos.
MP: Y, ¿nunca se estuvo renovando contratos con un ranchero? O sea, que le gustó y…
NM: No, nunca.
MP: ¿No?
NM: Nunca.
MP: Y, ¿usted nunca tuvo la oportunidad, el ranchero no le dio la oportunidad de quedarse ahÃ, de que arreglara papeles?
NM: Pos una vez sÃ, pero pos eso no, no, al último ya siempre no.
MP: ¿Por qué no?, ¿por qué decidió mejor no?
NM: Pues es que me vine con permiso y ya no regresé, por eso. Me vine con permiso y ya no regresé.
MP: ¿Ya de plano no?
NM: Ya no. Pos es que ya viniendo uno pos tiene ganas de estar con uno la familia y pos ya no me dejaron ir. “Ya no vayas, ¿qué vas a hacer?â€, y ya. Y hasta fÃjese que traÃa permiso de quince dÃas y se cumplió el permiso y ya no me fui y poquito antes de los otros quince dÃas, me llegó una carta del patrón en donde me decÃa que qué pasaba, que me fuera, que todavÃa podÃa irme.
MP: FÃjese, todavÃa hasta buscándolo.
NM: TodavÃa me daba más chanza, pero ya no quise ir y fue la única vez. Y cuando estaba allá, pos se le hace uno ya, pos, ya ve que se impone uno a estar allá y pos, al tiempo, que le dicen: “¿Quieres?â€. “Pos sÃ, sà me quedoâ€, pero ya, ya le digo, ya nomás me vine y ya se me quitaron las ganas.
MP: Pero se podÃa llevar a su familia, ¿no?, a su esposa y a su hijo.
NM: Pues sÃ, pero eso no pensaba yo, hasta ahora después pienso: “¿Por qué no me estarÃa allà y hasta le hubiera arreglado a mi… Hubiera arreglado yo allá para quedarme allá y a mi familiaâ€. Pero no, no pensaba en eso, hasta ya después, ¿ya para qué?, ya no está.
MP: Y en total, ¿cuánto tiempo, cuántos años estuvo trabajando de bracero?
NM: No, pues estuve algunos, pero pos habÃa veces que en un año iba dos veces asà es que…
MP: Y en total, ¿cuántos años asà iba?
NM: Fue del, pos fueron como unos seis años.
MP: Ah, pues sà fue bastante tiempo.
NM: SÃ, sà fue. Si la última vez todavÃa me tocó a mà ir de bracero, nomás que ya fue, también me tocó ahà en Pecos y ya nomás fui y…
MP: Llegó otra vez allÃ.
NM: Ya nomás llegué allá y nomás… Es que, en la pisca de algodón tienen una cosa que cuando llega uno, está de primera, está lleno de… Y ya le pasa uno la primera y ya la segunda ya no es igual, ya no saca uno los mismos kilos. Si sacaba usted cien, ya la segunda ya nomás saca cincuenta, setenta. Y yo ya nomás pasó la primera y dije: “Ahà nos vemosâ€.
MP: O sea que la mata va dando menos o, ¿cómo?
NM: SÃ, es que ya quedan más poquitos capullos, los que abren. Y ya por eso ya, ya nomás la primer pisca me gustaba, ya después la otra ya no.
MP: Y a usted, ¿cuál lugar le gustó más?, ¿cuál lugar le convino más de todos los que anduvo en Nuevo México, Texas?
NM: Pos fÃjese que a mà me gustó más en Nuevo México.
MP: ¿Nuevo México?
NM: Porque sabe que ahà el patrón ése sà era muy, pero a todo dar.
MP: Ah, ¿s�
NM: Ése sÃ, nos llevaba hasta comida a veces, carne y…
MP: FÃjese.
NM: Y bien, es que era hermano y nos trataba muy bien, lo que sea.
MP: Qué bueno. Y entonces ahÃ, por ejemplo, ¿sus cumpleaños o los dÃas festivos, que el 15 de septiembre, el 1o de Mayo, los festejaban allá?
NM: No, allá no festejábanos nada de eso. Nos tocaba estar allá y no, nunca no. Allá era como un dÃa entre semana a chambear, solamente que tocara en domingo, pos asÃ, porque allá todo el, todo lo… Pos es que va uno a lo que va y no quiere perder uno el…
MP: El tiempo, ¿no?
NM: El tiempo, sÃ. Nomás que el algodón, pues ése también se acaba y ya. Y ahà ya al último llegaba uno y daba uno la primer pisca como le digo, en limpio, pura pisca de algodón limpio. Y ya el segundo, como ya hiela y se seca, entonces ya ahà nos daba chanza que arrancáramos con todo y mata, como luego dicen.
MP: Ah, ¿s�
NM: Asà es que, ¿quién no se va a engreÃr asÃ? (risas) Ahà sà hacÃanos dinero nosotros. Y acá no, en el betabel también fui dos veces yo allá o tres veces creo. No, y allá sÃ, allá sà trabajaba, allá sà se trabaja.
MP: Bastante, ¿verdad?
NM: Bastante, aunque también ya al último se impone uno, porque allá empieza uno a trabajar y allá es puro andar agachado. Si le toca uno el azadón, porque tiene el manguito tamañito asà y luego va uno con una pura mano empinado, y luego con la otra va, donde le quedan dos, tres matas que se las va quitando.
MP: HÃjole.
NM: Y pos nomás la primer semana batalla uno y ya después ya no se le hace trabajoso, pero sà se cansa uno.
MP: SÃ, cómo no y luego, ¿no tenÃan problema que, ya le pisaron las matitas de betabel al de atrás o algo?
NM: No, pos, eso es que… Y luego que estaban los surquitos asà onde cabe nomás el pie asà donde va uno asà nomás. Es que ahà onde va dejando una la huella, deja uno un puro rastro, no deja un pedacillo, ahà deja todos los pies pegaditos.
MP: Pos muy difÃcil.
2do: Oiga, ¿puedo hablar?
NM: SÃ dÃgame.
2do: No, en el betabel, otro dÃa no se puede uno ni sentar a hacer su necesidad. (risas)
NM: La primer semana.
2do: Muchos dicen que ponÃan un lacito, digamos asà en el baño porque aquà asà le duele a uno esto mire, pero que si se sienta se cae pa abajo.
MP: ¿S�
NM: No, y luego hay unos que ya llegan en la tarde y ya no hacen ni cena, ya nomás llegan y se acuestan y a dormirse, y ya nomás se acuestan.
MP: Y al dÃa siguiente, a ver cómo se levantan, ¿no?
2do: Pos imagÃnese, se estira uno todos estos nervios.
NM: SÃ, pos es que una semana, en una semana ya se pone uno al corriente y ya le agarra uno. Y pos casi la pisca también es igual, porque también la pisca es, va uno asà agachado piscando, nomás que ahà hay chanza de que se pueda sentar uno, asà hincarse uno, muchos piscan hincados mejor.
MP: Ah, okay.
NM: SÃ.
MP: No, pues sà fue muy difÃcil, ¿no?
NM: SÃ.
MP: Todo ése trabajo.
2do: Eso fue en el betabel, sÃ.
MP: SÃ.
NM: No, el betabel es, ése trabajo era el número uno, yo creo.
MP: ¿S�
NM: SÃ.
2do: No, pos, ¿cómo le decÃan?, le decÃan el desmadre.
NM: El desmadre.
2do: ¡Pero asà un trabajo, qué barbaridad!
MP: DÃgame su punto de vista acerca del Programa Bracero, ¿fue bueno?, ¿les hubieran de haber dado más equipo para trabajar?
NM: No, pos para mà sà fue bueno. Sà todavÃa me dieran chanza sà volvÃa a ir.
MP: SÃ, ¿asà de plano?
NM: Asà de plano.
MP: Y, ¿al mismo trabajo?
NM: Al mismo trabajo, no le hace.
MP: Y allá habÃa gente de mucha edad, ¿no? O sea señores ya mayores o, ¿tenÃan un tope de edad?
NM: No, pos yo creo que tenÃan un tope de edad porque allá, pos yo nunca vi un señor ya de edad, ¿verdad?
2do: No, a mà sà me tocó en el algodón donde andaba uno vetarro(??), era un señor como de sesenta y seis años pues ya estaba grande y…
MP: Muy grande.
2do: Pero él dijo que el trabajaba en la mina y dijo: “Si no me echan pa jueraâ€, dijo, “yo voy a durar hasta que me, ya me corran de atiro, porque ya no sea al último que voy a entrarâ€, dijo. Ya muy grande el señor.
NM: SÃ, pos es que….
MP: Lo que es la necesidad, ¿no?
NM: SÃ, pos. No, yo nunca vi un señor grande ya, puros más o menos jovenazos todavÃa en ese entonces. Andaba un señor, pero ese era nacional, ese de allá era, ése ya estaba, el señor, grande. Era el que la hacÃa de intérprete ahà con el patrón ese de Nuevo México.
MP: Ah, okay.
NM: Ese al principio era ahà el que trabajaba con él. Allà hacÃa lo que querÃa, pos era el pesador el que pesaba ahÃ.
MP: Muy bien el trabajo, ¿no?
NM: SÃ, pos nomás estar en la báscula ahÃ. Ahà se la pasaba el señor ése y también piscaba ahà alrededor cerquitas, también está…
MP: Pues ya para terminar la entrevista, quisiera que me platicara, no sé, alguna anécdota o algún comentario final que tenga usted.
NM: No, pos nomás de que si volviera a haber braceros sà iba yo otra vez, si me dieran chanza pues, porque si ya ni aquà me quieren dar trabajo, pos sÃ.
MP: Bueno, pues muchÃsimas gracias.
NM: Ãndele.
MP: Por aceptar la entrevista y por el tiempo que estuvo aquà con nosotros.
NM: Ãndele, no hay de qué.
MP: Gracias.
NM: Ojala y le salga bien a usted allá también todo esto.
MP: Pues, primero Dios.
NM: Pos, sÃ.
MP: Gracias.
NM: Ãndele.
Fin de la entrevista
Original Format
Digital, WAV, MP3
Duration
34:14
Bit Rate/Frequency
24K
96 bit
96 bit
File Name Identifier
Mancinas_CHIH015
Citation
Parra-Mantilla, Myrna and Mancina, Natibidad, “Natibidad Mancinas,” Bracero History Archive, accessed October 25, 2025, https://braceroarchive.org/items/show/23.