José Solano Ramírez

Title

José Solano Ramírez

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: José Ramírez was born on August 27, 1939, in Tizapotla, Morelos, México; at an early age, he began working on the farm with his family; he worked as a bracero from 1960 to 1962 in Arizona and California; there he picked cotton and cut lettuce.


Summary of Interview: Mr. Ramírez recalls growing up in Tizapotla, Morelos, México, and working from an early age on a farm; he remembers attending school to the third grade; later, he relates how he heard about the bracero program from men who went to the United States during the first years of the program; he joined the program in 1960, and describes the hiring process he went through in Empalme, Sonora, México; additionally, he details discrimination braceros suffered in Empalme and in the U.S.; he highlights how they were kicked out of church services, and how priest set up mass in Spanish for them; as a bracero, he worked in Arizona and California until 1962; he describes that during this time he picked cotton and cut lettuce; he expresses what daily life was like for him in the camps, and the work he had to perform; after the program was terminated, he states that he returned to the U.S. in 1973 as an undocumented worker; he explains how he crossed the border, and the work he did in Chicago; in 1980, he relates that he returned to México and decided not to go back to the U.S.

Creator

Domínguez, Violeta
Solano Ramírez, José

Date

2003-09-25

Subject

Bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

José Ramírez Solano

creator (Spanish)

Domínguez, Violeta

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini Disc

Duration

54:32

Bit Rate/Frequency

24 bit
96 k

Transcription

Nombre del entrevistado: José Solano Ramírez
Fecha de la entrevista: 25 de septiembre de 2003
Nombre del entrevistador: Violeta Domínguez

El día de hoy es 25 de septiembre del 2003 y ésta es una entrevista con el señor José Solano Ramírez en Tilzapotla, Morelos.

VD: Don José, déjeme empezar por preguntarle, ¿qué edad tiene usted?

JS: Sesenta y cuatro años.

VD: Y nació usted, ¿cuándo fue?

JS: El 27 de agosto de 1939.

VD: En el [19]39.

JS: En el [19]39, sí.

VD: ¿Nació aquí en Tilza[potla]?

JS: Sí, aquí en Tilzapotla.

VD: ¿Sus papás eran de aquí también, don José?

JS: Sí, sí mi apá es de aquí y mi amá es también de aquí.

VD: Y, ¿a qué se dedicaban ellos, don José?

JS: Pues nosotros todo el tiempo el campo.

VD: ¿Se acuerda qué sembraban?

JS: Maíz, frijol, cacahuate, ajonjolí, jitomate, tomate, jamaica, pues muchas cosas, todo eso.

VD: Y, ¿vendían, o era para consumo propio?

JS: Pues casi se vendía mucho el maíz y el cacahuate. Nomás apartaba uno para la siembra y se vendía el maíz, se vendía el cacahuate.

VD: Y, ¿sus papás tenían tierras propias?

JS: Sí, todavía las conservamos.

VD: ¿Le quedaron a usted y a sus hermanos?

JS: Sí, a mí y a mi hermano nos quedaron.

VD: Y, ¿cuántos hermanos tuvo, don José?

JS: Tres, dos hombres, mi hermano, otro hombre y otra y una mujer y yo, nada más tres, dos hombres y una mujer.

VD: ¿Usted era el más chico?

JS: El de en medio.

VD: El de en medio.

JS: Y mi hermana la más chica.

VD: Ándele. Oiga don José y, ¿usted fue aquí a la escuela, en Tilza?

JS: Sí. Fui pues, ¿cómo le dijera yo? En aquel tiempo porque ya ve que este, pues los papás le sacaban a uno en el tiempo de las yuntas por pa ayudarles a ellos. Entonces nada más íbamos poco tiempo. Pero sí, sí fuimos y aunque sea poquito, aprendimos.

VD: Y, ¿se acuerda cómo era la escuela antes aquí?

JS: La primera escuela estaba en donde está el atrio de la iglesia. Ahí estaba una escuela vieja grandota. Pero ésa ya después la tumbaron, ya hicieron la Morelos. Después hicieron la de aquí, la Zapata.

VD: Y a usted le tocó allá en el atrio de la iglesia.

JS: Ahí un tiempo y después a la Morelos, acá. Fui a las dos, sí.

VD: Y, ¿ahí aprendió un poquito a leer y a escribir?

JS: Sí, un poco.

VD: ¿Hasta qué año completó?, ¿se acuerda?

JS: A tercer año nada más. Sí, tercer año.

VD: Y después, ¿a qué edad fue que usted empezó a trabajar, a ayudarle a sus papás, don José?

JS: Pues desde chicos nosotros. Pues vamos a decir que desde, como cinco o seis años, de esa edad les empezamos a ayudar.

VD: Y, ¿se acuerda cuando, de esa edad chiquito, qué era lo que hacía cuando se lo llevaban para allá?

JS: A sembrar, a cuidar los bueyes, a…

2do: Buenas noches.

VD: Buenas noches.

2do: Ven hija. Mira, no quiere entrar a la casa.

JS: Ahí tenla afuera un ratito.

2do: Llévala allá afuera. Mira, llévala a la tienda hija.

VD: Así que le tocó entonces de chiquito, empezaba a sembrar.

JS: Pues sí, pues eso era lo que hacía mi papá, la siembra. Y pues teníamos que ayudarle porque pues ya ve que pues nosotros, los dos hombres, éramos los que le ayudábamos a él. Y ya después, mi hermano creció, o sea que ponía él un gañán y sembrábamos con dos yuntas, todo esto se utilizaba en los bueyes. Ya ahora es pura máquina, pero en aquel tiempo puro buey. Y nos parábamos temprano a cuidar los bueyes y en la tarde también a cuidarlos. Y en el día primero sembrar y ya después destapar la milpa. Y así, pues todo el tiempo había trabajo.

VD: Y, ¿se acuerda cómo era el pueblo entonces?

JS: El pueblo era chico entonces. Esta calle de aquí para arriba, aquí ya nada más de aquí para arriba era el pueblo. Para allá la colonia no estaba cuando yo estaba chico. De aquí de esta calle, la otra es la mina, la otra es de la escuela y la de los toros, nada más ésas eran. Pa allá tampoco no había, ni para arriba ni para abajo, pa la Santa Ana no había casas todavía. El pueblo era muy chico, pero sí ya creció bastante.

VD: Y, ¿se acuerda si desde aquellos años ya salía la gente de aquí de migrante?

JS: Pues, se oía, se oía. Este que, pues a un tío, hermano de mi abuelita, decía que se los llevaban de leva, se los llevaban de leva. Pero después ya iban contratados, pero fue como en el [19]42, para arriba, empezaron a ir algunos de aquí, contratados. Y de ahí para allá pues este, yo cuando crecí, que ajusté los dieciocho años, me fui la primera vez, para allá también.

VD: Así que por ejemplo, ¿usted tenía algún pariente que se hubiera ido antes, don José, para Estados Unidos?

JS: Pues un cuñado mío, ése se fue primero que yo, estaba más grande. Él se fue, pero se fue de muchacho todavía este, no era mi cuñado entonces. Y muchos de aquí del pueblo, familiares iban de contratados. Pero pues yo estaba chico entonces. Ya después que crecí, ya marché y me dieron la cartilla y entonces sí ya empecé a ir, fui tres veces.

VD: ¿Se acuerda qué era lo que platicaban los que se iban allá al norte, qué decían, qué se acuerda usted? ¿Cómo pensaban?

JS: Pues era, ¿cómo le dijera yo?, era bonito y a la vez triste. Porque en aquel tiempo, para la gente de allá de las fronteras, los braceros, era casi como le voy a decir, como lo peor. Porque muchas veces íbamos a misa y nos sacaban de la iglesia porque pues que dejáramos el lugar para ellos y ya nosotros afuera. Ya después este, vio la necesidad el Padre que nos gustaba ir a misa, entonces después ahí iba a celebrar a los campos, onde, donde estábamos, donde vivíamos ahí, por parte de la compañía. O eran campos grandes y ahí este, iban a celebrar cada ocho días.

VD: Y eso fue, ¿en qué parte, don José?

JS: Yo estuve, la primera vez estuve en Stockton, California. Ya la segunda vez, caí en Arizona, en un pueblo que se llama Willcox. Ahí ya después la tercera vez que me fui este, caí en California también en un pueblo que se llama Heber, cerca de ahí de, cerquita de El Paso. Estaba muy cerca.

VD: Y esto que me platicaba de la iglesia cuando lo sacaban, ¿en qué parte fue, don José?

JS: Fue este…porque cuando nos llevaban a contratarnos, por ejemplo en Empalme, Empalme, Sonora, como le digo. Entonces ellos, la gente bracera como era pues como muy, ¿cómo le dijera yo?, como baja para ellos. O sea que ahí en Empalme también sacaban a la gente de la iglesia. O sea que primero ellos y ya después nosotros. Y después pa allá en Caléxico también pasó eso y ya estando de aquel lado también, íbamos a misa y pues sí, varias veces nos sacaron de la iglesia porque como le digo, pues primero estaban ellos y ya si había campo para nosotros, casi siempre afuera. Ya viendo el Padre la necesidad sí ya empezó a celebrar en los campos. Ya no fue necesario ir a las iglesias, porque ya iba él allá cada ocho días.

VD: Y, ¿la misa era en español?

JS: Sí.

VD: ¿Se la ofrecían la misa en español?

JS: En español la hacía el Padre, sí. Porque sabía que todos, pues nadien casi hablaba inglés. Todos pues íbamos por poquito tiempo.

VD: Y cuando iba a la iglesia de donde los sacaban, ¿la misa era en español o en inglés, don José?

JS: En español.

VD: ¿También en la iglesia era en español?

JS: Sí, sí en español, porque pues ahí en las fronteras hay mucha gente latina.

VD: Me voy a regresar un poquito, me decía usted que a los dieciocho años fue cuando decidió irse para allá y, ¿se acuerda qué pensaba que iba a encontrar?, o, ¿qué fue lo que lo animó a contratarse de bracero?

JS: Pues la ilusión, ya ve que muchos se iban y traían su dinerito y que se compraban un buen caballo y que pues se hacían cositas, ¿no? Entonces pues aquí ya ve que siempre aquí en México, el trabajo del campo pues siembra uno y eso pero no ajusta, o sea que no queda. Entonces yo me decidí irme la primera vez, me fui y pues, me fue hasta mal porque pues ya ve que antes había listas de Gobernación, o por coyote. Pero yo la primera vez que fui, me fui con coyote y el coyote me zumbó el dinero y no me pasó. Entonces después tuve que ir a ganarme la carta para poder pasar, en el control piscar dos mil kilos de algodón para poder pasar.

VD: Y entonces el coyote que conoció la primera vez, ¿fue aquí mismo en Tilza?

JS: No, fue este, en Culiacán, Sinaloa, de ahí nos dijeron. Él era de Tlazmala(??), pero nos dijeron que ese coyote era bueno, pero pues bueno para robar el dinero.

VD: Y, ¿usted de dónde sacó el dinero para pagarle al coyote, don José?, ¿se acuerda?

JS: Me lo dio mi papá cuando me fui. O sea que no me fui sin el parecer de mi apá. Mi apá me dio permiso y él me dio dinero para irme.

VD: Y se acuerda cuando usted les platicó que se quería ir, ¿qué le dijeron sus papás?

JS: No, pues no querían porque pues, pues como sabían pues que se sufría, ¿no?, por allá. Y sí se sufre bastante porque siempre no está uno acostumbrado, pues. Nosotros todo el tiempo aquí en la casa, no habíamos salido, ni salimos a estudiar a otro lado, lo poquito que estudiamos fue aquí y casi no salíamos. Entonces cuando fuimos la primera vez, que me fui la primera vez, pues siempre como que extraña uno el pueblo, la gente. Y ya ve, pues aunque se junta uno allá con distinta gente, pero es como otras costumbres. Porque cada estado tiene su costumbre, sí, su forma de platicar y eso.

VD: Y así que entonces usted de aquí se fue, cuando vio que el coyote no les… ¿Cómo se dio cuenta de que el coyote no le estaba funcionando?

JS: Pues o sea que nos, le preguntamos pues que qué pasaba y nomás decía que no había chanza. Yo ya vi que no había este, chanza de entrar con él, entonces ya me fui a piscar algodón a Ciudad Obregón. Ahí pisqué dos mil kilos y ya me dieron la carta para poder pasar y ya.

VD: Y, ¿se fue solo para allá a Ciudad Obregón, don José?

JS: De aquí de Tilza pues sí. Como yo, nos fuimos de aquí, unos muchachos, me fui con un muchacho. Pero en aquel tiempo había listas de Gobernación y a él lo enlistaron y él salió y él se fue. Tonces yo me quedé solo ahí en Culiacán y ya después de ahí, pues cuando vi que ya estaba perdida la opción, ya me fui a Ciudad Obregón a piscar la carta, algodón para ganarme la carta.

VD: Así que usted estuvo en Culiacán un tiempo mientras estaba esperando ahí al coyote.

JS: Sí, estuve en marzo, abril, mayo, junio y julio, cinco meses.

VD: Ah, mucho tiempo.

JS: Sí.

VD: Mucho tiempo.

JS: Mucho tiempo, sí.

VD: Y, ¿de qué vivían en ese tiempo? O sea, ¿qué estuvo haciendo?

JS: Pues allí trabajábamos en lo que había para sacar para comer. Ahí que en lo que fuera, que ayudarles a los carros a cargar material o en cualquier cosa que se fuera, que hubiera que ganarse algo.

VD: Y ya ahí fue cuando se decidió irse para…

JS: Sí, cuando yo vi que la opción ya estaba perdida, entonces ya decidí irme para allá a ganarme la carta. Y sí, me la gané y pasé bendito sea Dios.

VD: Y se acuerda don José, ¿usted había salido de aquí de Tilza antes de que se fuera de bracero? ¿Conocía otros lugares?

JS: No, pues le digo que no, pues no salíamos casi. Este, pues yo solamente cuando me entregaron mi cartilla, que la fui a traer a Cuernavaca, pero antes no, no salíamos. O sea que, pues aquí como era pueblo chico y no había que salir a hacer. Pues el trabajo aquí estaba, todo el tiempo teníamos trabajo ayudándole a mi apá.

VD: Y, ¿cómo fue que se sintió aquella vez, la primera vez que salió y que viajó a otros lugares?, ¿se acuerda cómo se sintió?

JS: Pues, ¿cómo le dijera yo? Como, pues se siente durito porque pues piensa uno pues en la familia. Pos está uno acostumbrado a vivir con ellos y de repente se va uno. Y sí, pues extraña uno a los hermanos, al papá, a la mamá y a los amigos. Pues se decide uno a todo, pues.

VD: Así que pasó, entonces le dieron su carta. ¿En qué año fue esto, don José, la primera vez que usted se fue?

JS: La primera vez que me fui fue en el [19]60.

VD: En el [19]60.

JS: Sí.

VD: Así que entonces se fue usted para…le dieron su carta después de piscar las dos toneladas de algodón. Y entró, ¿por dónde?, ¿dónde fue que firmó su contrato?

JS: Por Caléxico.

VD: En Caléxico.

JS: Ahí pasé la primera vez en Caléxico, ahí pasamos en septiembre. En septiembre nos pasaron y ya llegamos allá, pero el contrato fue chico porque nos fuimos a Stockton. Ahí era jitomate y nada más fueron cuarenta y cinco días y ya se terminó y ya nos venimos.

VD: ¿Así que estuvo su contrato por los cuarenta y cinco días en el mismo lugar?

JS: Sí, ahí.

VD: Fue con el tomate, el jitomate.

JS: El jitomate ahí.

VD: Y, ¿dónde vivía mientras estuvo ahí, don José?

JS: Eran unos campos grandes que había ahí, que muchísima gente era, cabían hasta dos, tres mil hombres cabían ahí. Las casas que les llamaban ahí eran barracas. Ahí pues cada quien tenía su camita, pero vivíamos así todos por, una fila de camas ahí, otra aquí así, así, ahí vivíamos. Y ya temprano nos parábamos a desayunar y a hacer el lonche para irnos a trabajar.

VD: Y, ¿cómo era?, ¿se acuerda cómo era la vida ahí en el campo en las barracas, ahí en el campo?

JS: Pues, como que, pues era, para unas personas era bonito porque ya habían ido, ya sabían todo. Pero el que iba la primera vez como que no estaba acostumbrado y se sentía extraño porque pues, ¿cómo le dijera yo?, las comidas en primer lugar allá son muy distintas, a muchos les hacían mal y todo eso, pues se sufría, se sufría.

VD: Y, ¿el trabajo cómo era, don José?, cuando estuvo ahí en el jitomate.

JS: Pues ahí trabajábamos por contrato, o sea que ahí, a según le apuraba uno, a según ganaba uno. O sea que no era por horas, por horas fue cuando trabajé en Arizona, entonces sí trabajaba yo por horas.

VD: Y el jitomate se lo pagaban a destajo entonces, por caja.

JS: Por caja.

VD: Y, ¿se acuerda qué hacía en sus ratos libres ahí en California?, cuando tenía sus días libres, don José.

JS: Pues el domingo nos íbamos allá al pueblo, a misa, que a comprarnos una ropa, algo así, a salirnos al pueblo a divertirnos un poco.

VD: Y, ¿se acuerda cómo los trataba la gente? ¿Cómo los veía la gente de allá?, ¿cómo trataba a los braceros?

JS: Pues como le digo, o sea que para la gente de allá, los braceros era una cosa como muy baja. Porque, pues había de varias partes, aunque todos por ejemplo, pues algunos fuimos malos, otros fueron buenas gentes, humildes y eso. Pero ahí ya no, ahí arrollaban parejo, bueno y malo. Todo tenía como una discriminación.

VD: Y, ¿cómo se sentía usted, don José, con esas cosas?

JS: Pues daba tristeza porque pues decía uno: “Pues por venir a luchar aquí para ver si hace uno algo, ve el desprecio de la gente”. Pero sí se aprende bastante porque se da uno cuenta que la vida enseña, pues varias cosas, cosas tristes, bonitas y aprende uno a vivir.

VD: Y, ¿qué parte cree que haya sido la más dura de cuando estuvo trabajando por allá?

JS: La más dura fue cuando estuve en Arizona, ahí trabajaba yo. Bueno, cuando llegamos, llegamos a la lechuga, a cortar lechuga y a empacar, pero yo ahí me quedé un año en esa compañía.

VD: ¿Le renovaban sus contratos?

JS: Me renovaron los contratos. Entonces ya después se llevaron la gente pa Colorado, pa California y me dijeron que si me quería quedar ahí, yo dije que sí, me quedé ahí. Y ya después regaba yo, entraba yo a las seis de la tarde y salía yo a las seis de la mañana. Y pues ahí trabajábamos en muchas cosas porque ese patrón tenía un rancho muy grande, tenía ganado, sembraban alfalfa, sembraban lechuga, sembraban algodón, sembraban un maíz que lo ocupaban pa forraje. La alfalfa la cortaban con la máquina y hacían, la dejaban secar así en las pacas. Y ya después nosotros la juntábamos y hacíamos unas como zacateras grandísimas ahí. O sea que ahí se trabajaba en lo que había, ya fuera en una cosa, en otra. La cosa es que siempre estábamos ocupados, hubo mucho trabajo ahí. Pagaba muy barato, pero pues ni modo, pues íbamos a buscarle en aquel tiempo.

VD: Y eso fue, ¿en qué año fue?

JS: Allí ya fue el [19]61.

VD: El [19]61. O sea que terminando su primer contrato, ¿se regresó para acá, don José?

JS: Me regresé para acá.

VD: Y, ¿se acuerda cómo fue venir para acá de nuevo después de trabajar allá? ¿Cómo se sintió del regreso?

JR: No, pues ya me andaba por llegar. Luego que nos, que salimos ahí que nos dijeron: “Ya entonces ahora sí”, dice. Ya entonces agarramos el, el autobús para salir para acá, ahí en la frontera y ya nos venimos hasta México. Y ya de ahí para acá. Pero en aquel tiempo estaba más, había más pocos servicios, ahora hay bastante servicio, pero de todos modos llegaba uno para donde quiera que fuera uno.

VD: Y entonces, ¿siente que porque le fue bien se animó a irse la siguiente vez, otra vez en el [19]61?

JR: Pues es que la primera vez como le digo, la primera vez sufrí harto porque estuve mucho tiempo sin trabajar. Entonces dije: “A ver si pa la otra vez”. Y pues ya la otra vez sí aguanté, trabajé. Ah, en la otra vez también me fui a ganarme otra carta, me fui dos veces a ganarme la carta. Y ya la tercera vez sí ya salí en lista de Gobernación y entonces sí ya me fui, ya no me costó. Ya nomás aquí nos salimos, nos alistamos en Cuernavaca y ya nos dieron la carta y ya pasamos.

VD: ¿Se fue a anotar a Cuernavaca la segunda vez?

JS: La tercera vez.

VD: Ah, la tercera. Ah sí, la segunda se fue también a ganar la carta.

JS: A ganar carta, dos veces me gané la carta.

VD: Y entonces estuvo un año ahí mismo en Arizona. Y, ¿cómo le pareció comparado con California, don José?

JS: Pues ahí era distinto porque ahí era un desierto grande. O sea que había mucho animal, mucha víbora ponzoñosa, mucho coyote, coralillas, camaleones, muchos animales ponzoñosos había ahí. Y por cierto que muchos no querían ir a regar ni en la noche, ni al desierto. Porque en el desierto tenía la alfalfa y ahí en el desierto se regaba la alfalfa y ya la lechuga más para arriba. Y nadien de los compañeros, decían: “No”, dicen, “yo mejor que me manden pa México pero no, no voy a regar allá”. Dice: “Está muy feo”, dice. Había mucho coyote y mucho animal pues ponzoñoso y tenían miedo. Pues yo le entré, le entraba yo ahí, o sea que fui con ganas de trabajar y pues a eso iba yo. Y pues y hasta tuve chanza de haberme arreglado esa vez, el patrón me decía que si quería, que si estaba a gusto, que él me daba la carta para arreglarme. Pero pues como había chanza de que salía uno enlistado en Gobernación, se hacía fácil. Pero después se terminó eso y ya se acabó la contratación y ya. Ya después fue cuando empezaron a ir ya de ilegales, mojados.

VD: Así que esa vez que su patrón le ofreció, ¿no le pareció a usted como una oportunidad o no quiso?

JS: Sí, o sea que hasta me decía: “Mira, si quieres este… Bueno, él hablaba poco español. Pero con el, el boss de ahí, el mayordomo, él le decía que me dijera si quería, que con el compromiso de trabajar dos años con él. Ya después, ya sí podía yo trabajar donde quería, pero era una regla que tenía yo que trabajar dos años con él por la ayuda de que él iba a dar la carta de sostenimiento y de trabajo.

VD: Y, ¿por qué no se animó ya, don José?

JS: Pues como le digo, o sea que está uno joven y todo se le hace fácil a uno. Entonces pues decía yo: “No, pues mejor me voy ahí y a ver si salgo otra vez”. Y sí desprecié la oportunidad, pero ya no, ya no tuve la oportunidad de arreglar.

VD: Y entonces, bueno la tercera vez, ¿dónde fue que le tocó?

JS: En Arizona.

VD: ¿En Arizona también?

JS: No, dos veces me tocó en California. La primera vez en Stockton y la otra vez me tocó en un pueblito que se llama Heber, cerquita de El Paso.

VD: Y ya la última fue la de Arizona.

JS: La de Arizona.

VD: Que estuvo renovándose sus contratos.

JS: Ahí estuve renovando los contratos.

VD: Y ahí en Arizona, ¿también vivía en unas barracas, en galeras grandes?

JS: Sí, ahí también.

VD: Y la comida, ¿cómo era ahí?, ¿se acuerda?

JS: Pues variaba, o sea que un día daban un guisado, otro día otro, así. Todos los días iban cambiando la comida. En el tiempo cuando había que llegaban, porque cuando se acababa el corte de lechuga se llevaba la compañía a la gente a California, a Colorado y ya nos quedábamos pocos ahí nomás los regadores. Entonces ya nada más quedaba un cocinero o dos para darnos de comer a nosotros, ya los demás se iban con la compañía. Ya cuando venía otra vez la gente a cortar la lechuga, otra vez había mucha gente. Pero cuando ya se terminaba, ya nos quedábamos ahí pocos, ya nomás éramos como doce los que trabajamos ahí.

VD: ¿Todos eran braceros?

JS: Todos.

VD: Y, ¿alguna vez le tocó trabajar con otros trabajadores que no fueran braceros, don José? En los campos o, ¿sus compañeros siempre eran braceros mexicanos?

JS: Siempre fueron, casi siempre fueron contratados, éramos contratados. Solamente una vez fuimos a ayudarle, nos prestaron un mes a sacar una lechuga que tenían. Entonces eran máquinas y entonces ya había bastantes mujeres y casi toda la gente trabajaba, pero ya ellos tenían papeles o eran de allá.

VD: ¿Así que usted veía a las mujeres trabajando en las máquinas?

JS: Sí, o sea que nosotros, ellas nomás se dedicaban a envolver la lechuga, a echarlas a las bandas de las máquinas. Y ya adentro de las máquinas, ya estaban empacándola y nosotros a cortar.

VD: Y, ¿cómo se llevaban con los otros trabajadores que no eran braceros, don José?

JS: Pues había unos que eran buenas gentes, pero otros se veía que eran egoístas porque pues casi no le hablaban a uno. Porque como le digo, siempre como a nosotros nos veían como con, ¿cómo le dijera yo? Con, o sea que para ellos siempre fuimos muy bajos, entonces por eso se sufría, se sufría porque uno siempre estaba uno acostumbrado aquí en su pueblo, con todo mundo: “¿Qué hubo?”. Y así, y llega uno allá y luego ve que alguien este, no le habla o que es orgulloso y eso y como que siente un poco feo. Pero no, a todo se acostumbra uno.

VD: Y, ¿platicaban de eso los braceros, don José, de cómo se sentían?

JS: Pues sí muchos, los que tenían su esposa, sus hijos, pues sentían duro. Porque pues nosotros…yo pues me fui de muchacho, pero algunos sí sufrían porque pues ya ve que dejar a la familia, a la mujer, a los hijos y pues ya es más duro. Pues siempre yendo de soltero pues sí deja uno el papá, la mamá, los hermanos, los amigos pero pues allá se la pasa uno. Ya ve que de repente se encuentra uno un amigo de confianza y ya platica uno allí lo de su pueblo de uno y lo de su pueblo de él. Y ahí se la pasa uno.

VD: Así que, ¿hizo buenas amistades con alguno de los otros braceros?

JS: Sí, yo ahí con varios muchachos nos llevábamos muy bien. Trabajábamos ahí juntos, yo nunca tuve problemas con ninguno.

VD: Y sus mayordomos, ¿qué tal eran? Los mayordomos que le tocaron, don José.

JS: Cuando llegamos la primera vez era uno, dos, eran bien exigentes. Pero ya después cuando me quedé ahí, ya el mayordomo, ya muy buena gente. O sea que ya sabíamos lo que teníamos que hacer, o sea que tempranito a las seis estábamos listos, ya me llevaba y me dejaba ahí. Ya sabía yo lo que tenía yo que hacer, no me andaba ni diciendo: “Esto lo vas a hacer”. Ni: “Haz esto y esto otro”. Ya yo ya sabía lo que tenía que hacer.

VD: Y así que se llevaba bien con ellos.

JS: Sí, sí, todos ahí estábamos bien.

VD: Y, ¿se acuerda, don José, si alguna vez había como que alguna queja frecuente entre los braceros? Algo que nos les gustara.

JS: Algunos, pero le voy a decir, eso casi sucede porque a veces algunas personas son, ¿cómo le dijera yo?, como que son problemáticas. Les gustaba, que no les gustaba la comida, o que no les gustaba esto y que no les gustaba el otro, pero pues pocos, eran pocos.

VD: Así que, ¿le parece que la mayoría estaban más o menos de acuerdo?

JS: Sí, pues casi la mayoría. Pues sí, porque pues no conviene, en primer lugar, muchos esos que eran así medios, ¿cómo le dijera yo? Como inconformes, a esos les ponían el dedo los cocineros y como que los traían más a raya. Y al que no decía nada pues no y ahí con los cocineros también se la llevaba uno bien.

VD: Así que, ¿a los que estaban inconformes les daban menos de comer?

JS: No, o sea que a veces los aventaban a la cola.

VD: Ah.

JS: Cuando ya les fuera a tocar, o cualquier cosa. Luego dicen: “Mira, te vas allá”. O cualquier cosa, alguna cosa así, pero esos eran los que tenían problemas. Y por eso casi la gente trataba de no tener problemas con los cocineros, para que no hubiera problemas.

VD: Y, ¿usted alguna vez vio a los cónsules mexicanos, don José?, o, ¿a las autoridades mexicanas que los fueran a visitar a los campos?

JS: Allí una vez en, no me acuerdo en qué parte fue, creo fue en Arizona, fueron unos cónsules. Fue un cónsul con otro a decir que todo el que tuviera cartilla y la quisiera uno refrendar, que la refrendara uno. Y ahí a platicar con uno que cómo trataban a uno, que si no había problemas y eso. Y sí se portaban bien, o sea que prometían ayuda. Nomás que como le digo, portándose bien, no, no hay problemas.

VD: ¿Usted alguna vez requirió de visitarlos o de ver a los cónsules?, o de poner alguna queja de algo.

JS: Pues yo una vez perdí mi pasaporte, o sea bueno, no lo perdí, o sea que ahí los andaba uno cargando porque pues como trabajábamos a veces en el campo, ahí estuve todo el tiempo en el campo. Entonces sí, daban un contrato y ese contrato tenía la foto de uno y lo andaba cargando uno en la bolsa así. Y un día se me olvidó y me eché mi ropa a remojar y se me deshizo. Entonces no tenía yo el contrato, entonces le dije al mayordomo que cómo le iba a hacer, que se me había echado a perder. Pos me dio la dirección él, me dice: “Vete a la oficina allá y este, ahí que te lo hagan”. Y ya fui a mi oficina pero, sí pos siempre como no sabe uno inglés y se sufre, se navega. Pero de todo, todos modos aunque sea a señas se entiende uno.

VD: Alguna vez, por ejemplo, ¿aprendió alguna vez un poquito de inglés, don José o no?

JS: Pues mire, o sea que nosotros pues casi no teníamos chanza allá, trabajábamos mucho nosotros. Yo le digo, a veces cuando trabajaba yo en la noche, o sea que me cambiaban, a veces quince días en la noche y quince días en el día. Y cuando trabajaba yo en la noche, luego que le importaba, les importaba que les faltaba gente, trabajaba yo doce horas, a las seis de la tarde, a las seis de la mañana. Y luego me decían: “¿Quieres trabajar otro rato?”. E iba a trabajar otras seis horas y no había en ese tiempo quién se preocupara. Como le digo, la gente no se preocupaba, la gente por uno. Si se hubiera preocupado la gente, que alguno hubiera sido de los mismos que sabían que alguien le había tratado de enseñar a uno algo, hubiera uno aprendido un poco, pero no, para qué. Ni uno aprendía.

VD: ¿Nunca le tocó que, por ejemplo, las iglesias o algo que a veces iban a dar clases, que querían dar clases de inglés a los braceros, o algo así?

JS: No, bueno yo, a mí no me tocó eso, para qué, no.

VD: Y en sus tiempos libres en Arizona, ¿qué hacía, don José?

JS: Pues como estábamos en un campo, nos quedaba lejos el pueblo. El pueblo nos quedaba como de aquí a Jojutla. Pues ahí en el campo, nos íbamos a una marqueta, que comprábamos una nieve, que comprábamos una paleta, tomábamos un refresco, así pues, a pasear un rato a distraerse.

VD: Y, ¿se acuerda si conocía por ejemplo muchachas allá, o amigos allá, si, si conocía gente de ahí mismo?

JS: Pues ahí...

VD: ¿Qué hiciera amistad?

JS: Pues ahí casi en las tiendas, en los restaurantes, pues todos hablaban inglés. Nomás que a veces llegaba uno a comer ahí y sí lo atendían a uno, nunca hubo problemas. Pero nadie, no, no sé, o sea que la gente no se preocupaba porque aprendiéramos inglés.

VD: ¿A usted le hubiera gustado aprender un poco más?

JS: Sí, claro pues porque ayuda bastante, porque ya el que habla inglés, ya se va a comprar sus cosas, ya se desenvuelve más, ¿no?, siempre. Pero pues a ver, como le digo, carecíamos de que alguien nos enseñara y no teníamos tiempo, no había tanto. Ahora ya hay muchos cursos y eso. Ya los que están por allá y no aprenden por desidiosos y eso. Pero sí hay bastantes oportunidades ahora de aprender.

VD: Y cuando estaba por allá, ¿qué era lo que más extrañaba de México, don José?

JS: Pues las costumbres de que aquí por ejemplo, pues como no había en ese tiempo en qué divertirse, pues cada ocho días nos montábamos y ensillábamos la bestia. En la semana trabajábamos toda la semana y el domingo nos íbamos que al río a bañarnos, a las sandías, así a cualquier cosa, a pasear, a andar por ahí a caballo y pues siempre eso se extraña allá, ¿vedá?

VD: Y, ¿se acuerda qué era lo que le daba más nostalgia? ¿Alguna vez se sintió tan triste que quisiera regresarse?

JS: Pues a veces sí, sí como que se desesperaba uno. Y a veces que sabía uno que el papá o que la mamá estaba medio malo y como que se preocupaba uno porque pues estaba uno lejos.

VD: Y, ¿cómo se mantenía en contacto con su familia?

JS: Por carta, pura carta.

VD: Se escribía.

JS: Pura carta.

VD: ¿Usted les escribía sus cartas desde allá?

JS: Sí, antes.

VD: Y también le mandaban ellos a usted cartas.

JS: Sِí, o sea que yo escribía cuando llegaba yo. Les mandaba yo la dirección donde estaba yo y ya me contestaban y así estábamos. O sea que carta que llegaba me contestaban y así había comunicación.

VD: Y mientras estaba allá, ¿cómo se acordaba de su país, de México, don José?

JS: Pues siempre, o sea como le digo, las costumbres de allá son distintas a las de acá. Aquí, pa donde quiera que fuera, a Jojutla o así, a Cuernavaca, a alguna parte así, pues estaba en su país, en México. Y pues aquí donde quiera platica, o sea que se entendía con cualquier persona y allá no. Allá estaba triste la situación, porque allá de no ser, de no ir, por ejemplo, con otro compañero a la iglesia o a comer a algún restaurant o algo así o, o al cine. Algunas veces fuimos al cine y allá es distinto a aquí. Pues ahora quién sabe cómo esté ahora allá, pero en aquel tiempo sí estaba medio triste, pues. Como le digo, había discriminación pal bracero.

VD: Y, ¿se acuerda en qué otra forma sentía usted esa discriminación, don José? A, por ejemplo, un ejemplo es el de la iglesia pero, ¿se acuerda usted qué otros incidentes había, o cómo se sentía usted?

JS: Cuando llegábamos por ejemplo ahí a, a Caléxico ahí el, el mero que se encargaba de toda la gente de contratarla, o sea que cuando… Pues ahí este, le sacaban sangre a uno para ver si estaba uno bueno y sano. Y luego pues también lo fumigaban a uno para que no llevara uno plaga pues. O sea que, que pues algunos decían que, que era piojo, que algún cualquier cosa, no. Pero o sea que nos fumigaban y nos sacaban sangre y muchos débiles, o no estarían acostumbrados. Muchos cuando les sacaban la sangre se desmayaban y así. Pero no querían que los atendieran y eso que les, los, no. Así la, los mismo compañeros ahí pues tratábamos de que no, no se golpearan y ya pues les pasaba y ya. Pero o sea que no, no había este, era muy canijo ese hombre, no tenía consideración a la gente. Era muy déspota así y pero pues iba uno con la ilusión de pasar, o sea que tenía uno que aguantar.

VD: Y, ¿usted ya sabía, don José, que a los braceros los fumigaban cuando pasaban para allá?

JS: Ya se oía platicarse, sí se oía decir que le sacaban sangre y que los fumigaban para que fueran limpios.

VD: Y cuando le pasó a usted que lo fumigaron y le hicieron toda esa revisión médica, ¿cómo se sintió, don José?

JS: Pues como ya sabíamos, o sea que nos platicaban los demás que ya habían ido, que nos decían: “Pues sí, les dan a uno una fumigada y les sacan sangre, pero no pasa nada”. Pero sí, pues siempre como que son cosas que va uno viviendo y que ve uno. Y ya para la primera vez es cuando va uno nervioso, pero ya la segunda vez que se va ya, ya no es igual que la primera vez. Porque siempre la primera vez muchos nervios que: “¿Qué me irá a pasar?, ¿qué me irán a hacer?”, o eso. Pero ya la segunda vez como ya sabe, ya no tiene uno nervios, ni hay problemas.

VD: Ya sabe usted lo que le iba a tocar entonces.

JS: Sí.

VD: Y se acuerda entonces cuando regresó, por ejemplo, de Arizona que estuvo mucho tiempo fuera, estuvo casi un año allá, dice, ¿verdad?

JS: Un año estuve, ajá.

VD: ¿Cómo se sentía de cuando iba a regresar?

JS: Bueno, me dio harto gusto. Me dio harto gusto porque pues ya estaba un año aquí. Como le digo, los otros contratos fueron chicos, de cuarenta y cinco días y ya cuando me aventé un año, pues ya tenía ganas de venir a ver a mi familia. Extraña uno aquí como le digo, las costumbres de aquí, las comidas y todo.

VD: Y, ¿compró cosas cuando se vino para acá, don José?

JS: Pues poquitas aunque sea. Ropa para mí, para mis hermanos, pa mi hermano, para mi hermana, así pa cositas que compraba uno. Pa la mamá y pal papá una camisa y cualquier cosita compraba uno.

VD: Y, ¿lo pudo pasar todo bien en la Aduana?

JS: Sí, sí, no había problema, o sea que un radio, era lo que había más fácil, radio. Las teles todavía estaba más y de baterías, porque en aquel tiempo no había luz aquí todavía.

VD: Ah, no había luz aquí en el pueblo.

JS: No, no.

VD: Así que se trajo su radio de baterías.

JS: De baterías.

VD: Y, ¿la gente ya tenía radios aquí en el pueblo en ese entonces?

JS: Poca gente, solamente los más ricos. Los más ricos son los que tenían radios de pilas porque como le digo, no había luz.

VD: Y se acuerda esta vez que trajo su radio, ¿cómo se sentía usted de que ya tenía?

JS: Uh, pues ya nos daba gusto porque había unos programas muy bonitos, esos del Tequila Sauza y Al Amanecer Ranchero y sí, pues eran muy distintas las estaciones de antes a las de ahora. La XEW todo el tiempo ha sido muy buena. La XEV, Grande de México y todas esas cosas.

VD: Y, ¿allá en Estados Unidos escuchaba la radio en español?

JS: Pues sí, había unas estaciones también ahí, como le digo en las fronteras. Por ejemplo, nosotros ahí estaba cerquita la frontera, cerquita a Agua Prieta y luego Nogales, estábamos cerca de esa frontera, o sea que los radios agarraban bien esas estaciones.

VD: Así que usted podía escuchar música en español.

JS: Sí.

VD: Y radio en español.

JS: Sí.

VD: Y, ¿se acuerda usted cuando regresó para acá don José, si hubo algo de sus hábitos que cambiara? Por ejemplo, algunos que empezaban a fumar allá como de braceros.

JS: Pues yo casi no, cuando estaba chavalón así, sí fumaba yo. Pero yo el vicio del cigarro lo dejé como a los diecinueve años. Ya no quise fumar porque me empezó a doler la cabeza y dije: “No, pues no, ¿para qué?”, y pues ya. Para acá no y ya no, no fumaba yo. Pero siempre a veces se junta uno con los amigos aquí platicando y ellos fumando, pero se siente como distinto, pues allá. Pues como le digo allá no había casi con quién platicar. A veces unos, los que entrábamos en la mañana, a trabajar en la mañana, se quedaban los que habían trabajado en la noche, cuando nosotros trabajábamos de noche se quedaban así. O sea que el tiempo lo ocupábamos para dormir un rato, para lavar la ropa, para hacer esas cositas. O sea que no había casi tiempo de platicar.

VD: Así que no tenía mucho tiempo libre con sus compañeros ahí.

JS: No pues, o sea que todos por ejemplo, a veces llegaba uno cansado y se ponía uno a escuchar música un rato y se dormía uno para el otro día estar temprano porque se paraba uno muy temprano. A las cuatro de la mañana había que hacer cola para desayuno.

VD: Así que en los tres lugares le tocó comedor, ¿nunca le tocó que usted se tuviera que preparar su comida?

JS: No, siempre comedor.

VD: Y, ¿cuándo regresó de allá? ¿Su último año fue el [19]63?

JS: El [19]62.

VD: Oh, [19]62. Y, ¿por qué ya no se quiso volver a ir?

JS: Pues se…

VD: ¿De bracero?

JS: Pues se acabaron las contrataciones después, o sea que ya empezaron, ya no hubo contrataciones. Bueno, sí había, pero estaba más trabajoso y ya no, ya luego pues me casé y ya no me fui.

VD: Y, ¿le hubiera gustado a usted por ejemplo, irse para allá con su familia?

JS: Pues es que las costumbres allá y allá, allá es muy distinto allá, tener la familia allá, hay muchas gangas, muchas cosas distintas aquí. Aquel país, en aquel tiempo como le digo, estaba triste, más triste. Pues ahora ya, los que se van de mojados se llevan su familia, viven allá. Porque pues ya ve que hay muchísima gente ilegal allá.

VD: Sí, pero en aquel entonces a usted no le llamaba la atención.

JS: Sí, ya no me quise ir. Entonces yo me casé, luego vino la familia. Y pues aquí nos la llevamos trabajando, sembrando, todo el tiempo hemos sembrado. Y aquí es distinto y si uno quiere trabajar, onde quiera la pasa uno, se sufre más aquí, pero de todos modos es nuestro país y aquí estamos.

VD: Y alguna vez ya casado, ¿le dieron ganas de irse para allá sin papeles, don José?

JS: Fíjese que sí fui, fui de ilegal.

VD: ¿Cuántos años después de que se fue de bracero?

JS: Me fui el [19]73, me fui de ilegal.

VD: ¿Para dónde se fue, don José?

JS: A Chicago. Estuve en Chicago.

VD: Así que para el tiempo en que usted se fue sin papeles, ¿ya había mucha gente allá de Tilza en Chicago?

JS: Sí, entonces había, ya había bastante gente de Tilza en las fábricas, casi, como en aquel tiempo a los que íbamos de ilegales, pues siempre eso nos pagaban más barato. Entonces las fábricas trataban de tener gente ilegal, porque la gente ilegal pues va uno a trabajar. Si le dicen a uno: “¿Quieres trabajar tiempo extra?”. Carajo, quiere uno, pues sí quiere uno. Y los de allá pues, dando las cuatro y media afuera, dejan el trabajo. Pues como son de allá ellos, o sea que uno está de ilegal pensando que a la mejor cualquier rato lo tuercen a uno y lo van a aventar a uno y se gasta dinero para irse.

VD: ¿Se acuerda si pagó mucho por…? ¿Cómo se pasó usted aquella vez en el [19]73?, ¿me dijo?

JS: En el [19]73 me fui por aquí por Texas, nos fuimos en febrero. Pasamos el río y tenía poquita agua y allí nos recogió el coyote y ya nos llevó a Houston y ya de Houston… Yo ahí estuve trabajando un tiempecito en Houston. Nomás que había mas Migración y me dijeron que mejor me fuera pa Chicago. Y ya me fui pa Chicago, me fui en el avión, me mandó el coyote en el avión y allá me fui para donde vivían ellos.

VD: ¿Conocía gente allá, o con quién?

JS: Estaba mi cuñado, estaba mi hermano. Y no, pues ya entonces ya es distinto, ya tiene uno ahí, ya se busca un apartamento y ya vive uno ahí este, pues más cómodo. O sea que por ejemplo, que con un hermano, que con un amigo y ahí ya, uno con otro va, está uno las costumbres de las comida casi son los mismos de aquí de todos los mexicanos. Pero siempre está uno de acuerdo de: “¿Qué vamos a llevar?, ¿cuándo vamos a hacer el mandado?, ¿qué te gusta más?”. Y se pregunta uno qué es lo que les gusta más a uno y a otro para convivir bien.

VD: Y, ¿su hermano y su cuñado tenían mucho tiempo que se habían ido para allá, don José?

JS: Mi cuñado tenía un año. Mi cuñado tenía un año y mi hermano, mi hermano se fue junto conmigo. Nomás que yo como me quedé ahí en Houston a trabajar un tiempo, él se fue para allá como un mes antes, él estuvo allá. Ya cuando llegué, ya llegué allá, ya tenía un apartamento, ahí vivíamos con un amigo y ya después que nos apartamos mi hermano y yo para… y mi cuñado y mi hermana, vivíamos los cuatro.

VD: Y usted que tuvo oportunidad de vivir, de irse para allá a trabajar como bracero contratado y después sin papeles, ¿qué cree que fue mejor? ¿Cómo cree que le gustó más o cómo se sintió mejor?

JS: Pues ya ahora de ilegal porque ya ahora pues ya es muy distinto. Chicago es una ciudad muy grande, hay muchísimo dónde divertirse, que ir al cine, que caravanas buenas que van de aquí de México. Y ya es más, se siente uno más así, más a gusto y trabaja uno en fábrica. Y pues como que sí, yo siento que me la pasé bien cuando estuve allá, fui algunas veces y ya después me vine. Ya el [19]80 me vine y ya no quise regresar. Y en el [19]85 hubo chance de que me hubiera arreglado, pero ya no me quise ir. Mi hermano y mi hermana me dijeron: “Vente para que te arregles”, dice, “ahorita hay, por La Amnistía”. Pero no quise irme, estaba mi amá y mi familia y mis hijos ya empezaban a crecer y dije: “No, pues me voy a ir, los voy a dejar aquí”. Ya no quise regresarme, ya me quedé aquí, del [19]80 pa acá ya no me fui.

VD: ¿Ya después no tuvo ganas otra vez de regresar?

JS: Pues no, pues ya como le digo, mi hermano estaba allá, luego mi apá murió, quedó mi amá este, viuda. Y pues yo era el que me encargaba de, de sembrar el terreno, de cuidar los animalitos y aquí vivíamos pues.

VD: Y, ¿sus hermanos sí se arreglaron allá?

JS: Sí.

VD: Así que ellos han sido ciudadanos desde entonces.

JS: Ellos se arreglaron del [19]85, [19]85 se arreglaron y yo ya no me arreglé. Y pues ya ahora menos, porque ya está uno más grande.

VD: Y, ¿los ha ido a visitar después, don José, a sus hermanos?

JS: No, ellos vienen, pero yo no, ya no he ido para allá.

VD: ¿Tiene usted hijos, o algunos de sus hijos que se hayan ido para allá?

JS: Hay una hija que está en Texas, se casó con un muchacho, ya ella ya es residente, tiene dos hijos allá y mi hermano pues allá está también. Tengo este, hay dos, dos hijos allá, Paulino y Noé y mi hija Reina. Mi hermano y mi hermana ellos ya se jubilaron, ya se vinieron, nomás que esos van y vienen, como tienen papeles, están un tiempo aquí y se enfadan, se van para allá, pero ya están jubilados.

VD: Así que también van y vienen ellos, se pasan un tiempo aquí y un tiempo allá.

JS: Y un tiempo allá. Pues como toda su familia está allá, de ellos, todos sus hijos, se vienen un tiempo aquí, están un tiempo aquí y luego se van allá un tiempo con sus hijos y así están.

VD: Oiga don José y, ¿cuándo cree que se empezó a ir la gente de Tilza para Chicago?, ¿cuándo fue que empezaron a irse? Pues porque ahora hay mucha gente de aquí del pueblo allá.

JS: Sí, hay muchísimo. Pues cuando la gente se empezó a ir, en aquel tiempo estaba muy bueno, porque no había casi mucho ilegal, entonces este, había mucho trabajo. Y en las fábricas, cuando sabían que alguien tenía un compañero que no tenía trabajo, le decían: “Tráelo para aquí y le vamos a dar trabajo y te vamos a dar ahí, que hasta $50 dólares”. Les daban con tal de que llevaran un trabajador, porque había poca gente, jue como el [19]68, [19]69, en ese tiempo.

VD: Así que antes no había tanta gente allá que se fuera de aquí.

JS: De Tilza muy pocos, aquí eran muy pocos los que habían de aquí. Pues los primeros que se fueron de aquí, casi fueron, Pedro el hijo del difunto Chucho Gorgolla, un hijo del tío León. Eran pocos los que habían de aquí y ya después sí nos empezamos a ir muchos y ya, ya ahora hay muchísima gente de allá. Aquí ya el pueblo ya tiene casi pura gente de afuera, ya de aquí ya son pocos. Hay mucha gente de allá, mucha gente. Por los trabajos pues y siempre la vida de allá es distinta se, se trabaja en fábricas y ya si usted puede, quiere, compra su carrito y anda para allá y pa acá, se divierte más. Y aquí ya ve que está duro pa comprarse un carro, no, no está tan fácil. Aquí apenas ajusta para comer.

VD: Y si usted compara la vida en los dos países, don José, ¿dónde cree que le gustó más?, o, ¿dónde se sentiría más a gusto?

JS: Pues, ¿cómo le dijera yo? Chicago es bonito porque tiene mucho trabajo, pero sus climas son medios extremosos, en el tiempo del frío, muchísimo frío. Y cuando se viene el verano en el calor, también hace muchísimo calor. Entonces, siempre aquí en México, pues teniendo en qué, teniendo su terrenito y teniendo trabajar y trabajando aquí, también se la pasa uno, ahí va uno aunque sea más o menos.

VD: Y ahora, don José, pues ya por último, cuando usted se acuerda allá, después de tantos años que anduvo por allá, cuando usted se acuerda de sus años de bracero, ¿cómo se siente?, ¿qué recuerdos le quedan?

JS: Pues fue bonito porque estaba uno joven, o sea que no tenía uno tantos problemas. O sea que como le digo, sí, a veces cuando estaba uno por allá, que el papá o la mamá sí estaban enfermos, sí se preocupaba uno. Pero pues, sí fue bonito porque pues trabajábamos y pues estábamos jóvenes y andábamos que íbamos al cine, que íbamos a misa, a un restaurant a comer, así cositas así. Y pues como que sí se acuerda uno y como que son tiempos que vivió uno y pues fueron bonitos, a veces tristones, pero de todos modos tiene que haber de todo en la vida.

VD: Así que le quedó un recuerdo agradable.

JS: Sí.

VD: Y cuando usted regresó de allá, ¿estuvo aquí trabajando en el campo otra vez?

JS: Sí, luego que yo me vine aquí, pues nosotros todo el tiempo hemos sembrado. Este, aquí nomás tenemos terreno de temporal cada año, pero de todos modos todo el tiempo hay qué hacer. Ajá, o sea que…

VD: Y, ¿ahorita sigue sembrando?

JS: Sí.

VD: ¿Qué siembra ahorita?

JS: Sembramos maíz y sorgo.

VD: ¿El sorgo para los animales?

JS: Para los animales.

VD: Y, ¿su maíz lo vende?, o, ¿nada más es para usted?

JS: O sea que guardamos un poco pa acá y ya lo demás casi todo lo molemos, forraje pa los animales.

VD: Ándele, así que también tiene su ganado.

JS: Y sembramos cacahuate, que sembramos sandía, que jitomate, que tomate y así, cositas así. Pero lo más que se siembra es el sorgo y el maíz.

VD: Pues don José, muchísimas gracias, yo le agradezco todos sus recuerdos.

JS: No pues gracias a usted que haya gente quién se preocupe por guardar como una historia del país de uno. Por ejemplo usted tiene familiares de aquí, es de aquí, o es de México, vive en México, ¿nació en México usted?, o, ¿aquí?

VD: Sí, nací allá, pero mi familia es de aquí.

JS: Pero tiene familiares aquí pues todos los Ocampo, ¿no?, Margarito, el difunto Manuel, todos esos son familiares de ustedes. Y pues qué bueno que haya gente que se preocupe por el pueblo porque son pocas las gentes que se preocupan. Entonces de todos modos yo le agradezco bastante.

VD: No, pues yo al contrario, le agradezco a usted su tiempo y sus recuerdos y pues además su historia de bracero.




Fin de la entrevista

Interviewer

Domínguez, Violeta

Interviewee

Solano Ramírez, José

Location

Tizapotla, Morelos, México

File Name Identifier

Solano_Ramirez_MOR010

Citation

Domínguez, Violeta and Solano Ramírez, José, “José Solano Ramírez,” Bracero History Archive, accessed November 22, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/110.