Florencio Magallanes Parada
Title
Florencio Magallanes Parada
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Florencio Magallanes Parada was born in Santa Isabel, Chihuahua, México, in 1933; he helped his father work the fields and he also went to school; he worked as a bracero in Texas, New Mexico, and Colorado; he was able to renew his work contract eight times.
Summary of Interview: Mr. Magallanes briefly recalls his childhood during which time he went to school for only three years; he was hired as a bracero in 1954, and worked in cotton and beet fields; he worked in Pecos, Texas, where the living conditions were harsh; there were between 200-300 braceros living in the same barracks; the food service was terrible as well; sometimes there was not enough food for all the braceros, but they had to pay for the food regardless of whether they ate or not; whenever they had free time, they liked to drink beer and have races.
Summary of Interview: Mr. Magallanes briefly recalls his childhood during which time he went to school for only three years; he was hired as a bracero in 1954, and worked in cotton and beet fields; he worked in Pecos, Texas, where the living conditions were harsh; there were between 200-300 braceros living in the same barracks; the food service was terrible as well; sometimes there was not enough food for all the braceros, but they had to pay for the food regardless of whether they ate or not; whenever they had free time, they liked to drink beer and have races.
Creator
Parra-Mantilla, Myrna
Magallanes Parada, Florencio
Date
2003-05-11
Subject
Bracero
Source
UTEP
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Florencio Magallanes
creator (Spanish)
Magallanes, Florencio
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Digital, WAV, MP3
Duration
32:34
Bit Rate/Frequency
24k/96 bit
Transcription
Nombre del entrevistado: Florencio Magallanes Parada
Fecha de la entrevista: 11 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El día de hoy es 11 de mayo de 2003 en Santa Isabel, Chihuahua, entrevistando al señor Florencio Magallanes para la Universidad de Texas en El Paso, el Departamento de Historia Oral, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenas tardes señor Magallanes.
FM: Buenas tardes.
MP: Muchas gracias por aceptar la entrevista y para empezar quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació usted?
FM: Aquí en Santa Isabel.
MP: En Santa Isabel, ¿qué año?
FM: El 11 de noviembre del [19]33.
MP: Hábleme de su familia, sus hermanos, sus papás, ¿a qué se dedicaban sus papás?
FM: A la agricultura.
MP: Y, ¿usted fue a la escuela?
FM: Hasta tercer año.
MP: Hasta tercer año. Y después de ahí, ¿qué hizo?
FM: Ya después, pos trabajar.
MP: Las tierras que usted trabajaba, ¿eran de su papá, o eran rentadas o eran del municipio?
FM: Eran del ejido, eran de él.
MP: ¿Tenía hermanos, hermanas?, ¿cuántos hermanos tenía?
FM: Tres.
MP: Y, ¿todos le ayudaban a su papá?
FM: Ajá.
MP: ¿Hasta qué edad usted trabajó con su papá ayudándole ahí en el rancho?
FM: Hasta la edad de dieciocho años.
MP: ¿Dieciocho años?
FM: Ya de dieciocho años ya comencé a trabajar ya por fuera. Y luego ya después, ya hubo chanza de entrar de bracero.
MP: Cuénteme, ¿cómo se dio cuenta del Programa Bracero?
FM: Pos yo me di cuenta del [19]53 que fueron unos señores de aquí hasta Idaho. Ya después, bueno, ese año no fui yo porque no tenía, tenía yo cartilla arreglada todavía, pero yo entré el [19]54, entré ocho veces.
MP: Ah caray. Y, ¿a qué estado?, ¿a qué lugar se fue esa primera vez?
FM: La primer vez entramos pa Pecos.
MP: A Pecos, ¿al algodón?
FM: Al algodón.
MP: ¿Cómo le fue ahí?, porque he oído puras cosas malas de Pecos.
FM: No, pos ahí nos fue muy mal.
MP: ¿Si?, cuénteme.
FM: Ahí no, pos era comedor, tenían un borde de comedor, pos a veces apenas alcanzábamos pa pagar el borde. Ya al último cumplimos el contrato y no, nos venimos para acá. Después estuve en Dexter, Nuevo México.
MP: Y luego, ¿de dónde más anduvo?
FM: Y ya estuve en Dell City.
MP: También en Nuevo México.
FM: Es Texas.
MP: Texas, sí es cierto, sí señor. Y, ¿siempre anduvo nada más trabajando en el algodón o estuvo haciendo otras cosas?
FM: No, después tuve en donde esta Fort Calis [Fort Collins] de aquel lado de Denver. Allá estuve en el betabel. Después tuve en Biggs Field también.
MP: ¿Ahí también en Denver?
FM: Este es Texas, el Biggs Field.
MP: Y, ¿también estuvo haciendo allá en el algodón?
FM: En el algodón.
MP: Cuénteme la primera vez este, bueno, primero, ¿por qué se decidió irse por allá a Estados Unidos como bracero?
FM: No pos, para trabajar porque aquí estaba poco feo el negocio, no había casi trabajo. Por eso por…
MP: Y, ¿usted pensó que sí le iba a ir mejor allá de bracero?
FM: Pos sí. En unas partes sí me iba poco bien y en otras partes mal, como en Pecos me fue mal, en Dell City me fue poquito bien.
MP: ¿Por qué le fue mal en Pecos?
FM: Porque había mucha gente y estábanos en un campo onde había así, muchos. Y en las otras partes estábanos dos, tres nomás en cada cuarto del ranchito.
MP: Y, ¿qué problemas tenían ahí con la gente en Pecos?
FM: No, pos munchas veces deste, no… Pos muchas veces no alcanzabanos a comer, deste tiempo la mucha gente, muchas veces, deste, no alcanzaba uno.
MP: Pero ahí si no alcanzaban a comer pos ya ni modo, ¿hasta el día siguiente?
FM: Sí, hasta el día siguiente.
MP: Y, ¿ustedes no le decían algo al mayordomo, al ranchero?
FM: Sí, sí le dijimos. Y al último nos llevó allá al campo onde andábanos, nos llevó una desta de galletas y una de estas de ostiones. Ya, ya comía uno más o menos.
MP: Entonces, ahí ustedes, dice que tenían el servicio del comedor, ¿verdad?
FM: Ey.
MP: ¿Cuánto pagaban por el servicio del comedor?
FM: Pos no, al último ni supimos cuánto pagábanos.
MP: O sea que ustedes comieran o no, ¿de todas maneras tenían que pagarlo?
FM: Sí, pos de todos modos corría el…
MP: Pero no les descontaban o algo: “No, pos no comiste, ahora que te quedaste sin comer, bueno, pos te descontamos el día de todas maneras”.
FM: No, no, no, seguía el, seguido el…
MP: Y cuando se iban a trabajar ahí a la labor, ¿les daban que llevaran lonche o tenían que regresar para comer acá al comedor?
FM: No, luego luego nos llevaban. Luego nos llevaban dos, tres sándwiches de pan de ese de barra. Y acá en otras partes, pos nosotros mismos hacíanos, pos reteagusto.
MP: Y, ¿sí les convenía más hacer ustedes su comida?
FM: ¡Bah!, pos cómo no, pos ahí.
MP: En cuanto al dinero, ¿también?
FM: La hacía uno como uno quería ahí. Come uno más tranquilo.
MP: Y platíqueme, usted estuvo en Río Vista, ¿verdad? ¿Ahí cómo fue el asunto en Río Vista? Explíqueme cómo era ahí todo el proceso.
FM: No, pos ahí era un corralón grande, ahí había deste, como tiendita. Ahí deste, pos si no quería uno hacer cola pa comer, pos deste, ahí uno le hacía comida. Si llevaba centavos, pos allá echaba un lonche y ya se espera al, a que salieran todos.
MP: ¿Ahí mismo en Río Vista tenían esa tiendita o tenían que salirse fuera de Río Vista?
FM: En mismo Río Vista tenían una tienda.
MP: O sea que era muy grande, ¿no?
FM: Era como un comedorcito, era muy grande.
MP: En Río Vista. Y, ¿ahí cuánto tiempo pasó usted para que lo contratara un ranchero?, para que se fuera con un ranchero.
FM: Pos nos, de un día para otro. Llegaron a la estación donde íbanos y entonces ya ahí ya iban ya los patrones a llevar dos, tres o cuatro y ahí íbanos, nos llevaban al rancho. Y ya nos llevaba a trai qué comer y ya ni modo, ya. “Descansen ahora”, dijo, “pos mañana hay que trabajar”. Y así lo hacíanos.
MP: O sea que ahí también ahí en Río Vista, pues tenían, por ejemplo, si se querían bañar, si querían ir al baño, tenían…
FM: Ey, sí, ahí tenían todos los servicios. Ahí mismo porque era grande.
MP: Y ahí en Río Vista, ¿había algún representante del Gobierno Mexicano que les pudiera ayudar a ustedes si tuvieran algún problema?
FM: Pos yo creo que sí.
MP: ¿Usted nunca se dio cuenta de alguien?
FM: No, nunca me dí cuenta, pero…
MP: Entonces platíqueme de esa primera vez que fue al rancho. ¿Qué impresión le dio, le gustó, se desanimó?, platíqueme.
FM: Sí, pos nomás aguanté nomás por el deste… Pos no estaba muy a gusto, nomás por cumplir el contrato para que me dieran la mica. Porque le daban una mica así, aquí traigo una del último año que estuve.
MP: Ah, ¿la trae?
FM: Ey.
MP: A ver.
FM: Nomás que sale uno asustado. (risas) Es que le, aquí en Río Vista.
MP: Sí señor.
FM: Le echaban polvo a uno.
MP: Pos no salió tan asustado.
FM: No. (risas)
MP: Ah qué bien. Entonces dice que ésta fue la última que le dieron.
FM: Sí, esta fue la última vez que estuve yo.
MP: O sea que cada vez que usted estaba…
FM: Cada vez que entraba contratado, ya cumplido mi contrato me daban una mica.
MP: Y, ¿no tiene contratos?, ¿no se quedó con algún contrato?
FM: No. Tenía un contrato de Denver y al último yo creo que lo quemaron, entre los papeles tenía un contrato de Fort Calis [Fort Collins], porque era el contrato de cuarenta y cinco días.
MP: Oiga, entonces, porque yo pensé que la mica era, se la daban así como tipo pasaporte, hasta que usted, por el tiempo que estuviera allá.
FM: No, no, le daban a uno un pasaporte así, pero era de cartoncito. Con ése podía uno andar allí como contratado, no como de mojado.
MP: Libres, sin temor de que La Migra lo llegara a parar y…
FM: Sí, pa que no lo molestaran a uno La Migración. Yo muchas veces ni la usaba y nunca me molestó La Migración. A un compañero que estaba aquí en la Presidencia, a ése sí, nos lo sacó de una cantina un día que estuvimos en una cantina que había dos de espacio, para allá restaurán, para acá hay cantina. Y luego se nos emborrachó y se puso pal otro lado, cruzaron pal otro lado a comer y se nos embolsó con siete bebidas. Entonces fue y llegó La Inmigración en ese rato y lo sacó pa fuera. Entonces le dije al otro compañero, porque el otro compañero comenzó a desparramar todos los papeles y dijo: “Vaya a ver onde tienen a este gringo”, así le dicen. Muy bien. Y entonces ya salí yo y le dije yo, entonces yo, aventaba a este, al otro compañero: “Preste el pasaporte”, le dije, “porque allá tienen a aquel amigo que, pos no haya qué decirles”. Y entonces yo no traía el pasaporte sino que llegué con él, dije: “¿Qué pasó?”. Entonces me dice el gringo: “Oh, deste, papeles de este hombre”. Entonces le dije yo al Sheriff, al inmigrante, entonces fui y le dije yo al compañero otra vez: “Présteme el pasaporte del deste compañero, porque se lo está pidiendo el de Inmigración”, le dije, y no, no hallaba qué decirle. Entonces jui yo y la miró y lo miraba y dice: “¡Muy chapito!”. “Sí”, le dije. “Pero mira tiene la edad ya”, dije, “tiene veintiún años y tiene edad ya”. Entonces ahí se estuvo buen rato, llegó y dice: “¿Tu compañero?”. “Sí”, le dije “mi compañero”. “¿Tú te encargas de él?”. “Sí, yo me encargo de él”. Entonces ya, dijo: “Bueno”, dijo, ya me saludó el inmigrante, “bueno”, dijo, “tu compañero cuídalo tú”, dijo. No, ya me lo llevé yo pa la cantina entonces ya ahí, ya me lo llevé yo al rancho. Me lo llevé en un carro que estab ahí, estaba cerca, pero como se le subió la cerveza, pos ya yo lo llevé en un carro que tenía ahí un nacional. Entonces le dije: “Vámonos a llevar a éste compa allá al rancho”. Yo me devolví a donde estaba el otro y entonces nosotros llegamos a las tres de la mañana y ya estaba el compañero, ya andaba echando tortillas y tenía un sartén de chile colorado con papas y…
MP: Qué rico.
FM: Y ya, ya al entrar y llegar nosotros le digo: “¿Qué pasó Gringo?”. Porque así le dicen: “No nada, quién sabe qué me pasaría”. Le dije: “Pues se emborrachó con siete cervezas”, le dije, “y nosotros ya llevábamos catorce cervezas”, le dije, “y usted se emborrachó a las siete cervezas”. Y no, ya: “No”, dijo, “pos, ¿quién sabe qué me pasaría?”. Entonces de ahí se desprendió de onde tábanos nosotros y se arrimó a una radiola, al tiempo de agarrar la radiola, deste, azotó. Entonces yo corrí yo y lo levanté de un brazo y siente que va agarrar la radiola y le dije: “¡Y cálmese!”, le dije yo, “cálmese”, le dije, “no, no le va a jalar a la radiola porque si no nos llevan al bote a los dos”. Y entonces ya de ahí me lo llevé yo a onde estábanos sentados y ya una vez que vino y se compuso, entonces ya lo que hice fue llevármelo en un carro pal rancho.
MP: O sea que usted sí lo cuidaba.
FM: Sí, pos era compañero y pos el chota decía: “Muy shorty”, quería decir de que muy chiquito. Y yo, me daba risa a mí. Y no, a mí nunca me pidió el pasaporte y yo no lo llevaba ese día y no, a mí nunca, nunca me molestaron.
MP: Y, ¿no tuvo problemas ya después por eso de que…?
FM: No, ya no, no tenía problemas de… Yo arreglé permiso ahora hace poco. Estuve con una hija allá y no, yo anda y este, como andar aquí.
MP: Qué bueno, sin problemas, ¿verdad?
FM: Ey, sin problemas ni nada.
MP: Oiga y platíqueme, a todos los lugares donde usted anduvo, ¿siempre le daban herramientas de trabajo? O sea, con qué trabajar o usted llevaba.
FM: Sí, no, no, nos daban. Todo el tiempo nos daban para trabajar. Trabajábanos en el betabel, nos daban azadoncito para desahijar. Nomás que ahí sí es trabajoso porque va uno así, ¿no? El azandocito es cortito así, va uno así nomás, con esta mano quitando la mata que va quedando, que quede una sola. Luego tiene que quedar de este largo para que pueda servir.
MP: Y siempre agachado, ¿no?
FM: Ey, agachado.
MP: ¿Cuál de los dos trabajos era más pesado, el betabel o el algodón?
FM: El betabel, más pesado que el algodón. Pero el algodón pos tiene uno que traer el saco arrastrando, pero no es igual a irle jalando por medio de las piernas va uno, deste, echándole. Ya cuando se siente pesadita pos va y la pesa y luego ya se lleva la ésta vacía pa volverla a llenar. Pero también todo el día así zas, zas, zas, es más, más pesado.
MP: Y, ¿en dónde le pagaban mejor en el betabel o en el algodón?
FM: En el betabel. En el betabel pagaban a $16.50 el acre.
MP: Ah, pos estaba muy bien pagado, ¿no?, ¿verdad?
FM: Sí.
MP: Y, ¿cuántos acres más o menos hacía por día?
FM: Dos acres por día.
MP: ¿Por día? Pos sí le convenía más el betabel, ¿verdad?
FM: Dos acres, éranos tres, eran de acá de Balleza los dos compañeros que me tocaron. Dos acres cada, dos acres y cachito cada quien nos salía por el día.
MP: Entonces sí les convenía más que el algodón, porque me imagino que el algodón pos tenían que piscar mucho, mas o menos para que le saliera.
FM: Sí, no, en el algodón tenía uno que piscar mucho para poder que nos costeara. Pero en el betabel sí, sí costeaba más.
MP: Y ahí en Pecos ustedes no tuvieron así, porque pos era mucha la gente, ¿no? Entonces que hicieran ustedes competencia entre ustedes mismos para ver quién piscaba más o, ¿no tenían así ese tipo de competencias ahí entre ustedes?
FM: Sí, pos teníanos que apurarnos a ver si, si llegaban a la de los otros compañeros. Este, el gringo deste, se quedaba, luego nosotros nos íbanos en los sábados, se quedaba mucho después de cuando nos íbanos nosotros pa piscar las que nosotros piscábanos y nunca pudo llegarla. Entonces piscábanos trescientas cincuenta libras limpias y él quería alcanzarnos y no, nunca pudo alcanzarnos. Por eso es que se apuraba él, dice: “No oye, pos, ¿cómo le hacen ustedes?”. “Pos ahí voy, despacito pero ahí voy”. Y fue cuando…
MP: Y cuénteme, ¿qué hacían en sus ratos libres? Ya sea el día libre que tenían en la semana o los ratitos así libres que tenían durante el día, ¿qué hacían para distraerse?
FM: No, pos nos poníanos ahí a, allí es a jugar así este guitarrilla o hacíamos a, nos poníanos a lavar la ropa o algo y ya. O nos íbanos ahí al pueblo, como está cerca, nos íbanos un rato al pueblo y ahí nos regresábamos al ranchito.
MP: Y ustedes, ¿les permitían tener por ejemplo ahí radios, les permitían tener sus reuniones, sus fiestecitas o algo?
FM: No, pos un radiecito ahí pa un rato, deste, oír música o algo.
MP: Y, ¿no tenían así sus reuniones o que se juntaban a comer o así como, no fiestas, pero así algo más relajado?
FM: También luego, luego así nos juntabanos todos los que estaban allá. Así a hacer la reunión, deste, hacer este comida sí, tomábanos un refresco, una cerveza pero, así pa pasar el tiempo. En los domingos era cuando nos íbamos un rato al pueblo y ya después ya veníanos, ya nos estabanos ahí oyendo el radio, pos haciendo así platicando y haciendo comida y echarnos un refresco. Para poder, no pasarla tan de a tiro tristes.
MP: Porque sí era mucho trabajo, ¿no?, y sobre todo lejos de la familia. A propósito de la familia, ¿cada cuándo usted venía a visitarlos, venía a visitar a su familia?, ¿estaba usted casado cuando se fue?
FM: No, no estaba.
MP: ¿No?, ¿entonces venía acá a visitar a sus papás, a sus hermanos?
FM: Sí. Después sí ya, no, pos le escribía uno a la señora, pero no venía hasta que no se cumpliera el contrato. Qué chiste de venir y luego de volver a ir y luego, ¿si no lo dejaban pasar? Así que… Si así con permiso luego no lo dejan pasar pos ora este, nomás con el pasaporte, menos.
MP: Y platíqueme, ¿a usted no le dieron ganas de quedarse allá, de arreglar papeles y quedarse allá en Estados Unidos?
FM: Sí, hasta eso que tuve tres chanzas.
MP: ¿Ni uno?
FM: Y nunca, nunca me animé a llevar.
MP: ¿Por qué?
FM: Pos no, no sé por qué nunca me animé. Ahí en Dexter, taba en una cantina y estaban dos, cerca de la tienda estaban dos, estaba un café, ahí íbanos a tomarnos un café. Y estaban dos jóvenes ahí y les dije: “¿Tienen ganas de quedarse aquí?”. “Pos que no,” dijo. “Quédense aquí”, dijo, “nosotros les arreglamos y nos vamos pa Denver”. Y nunca nos animamos. Cuando estuve en Biggs Field también, y nunca. Cuando estuve en Biggs Field se murió el patrón de una señora y dijo: “Quédense unos dos o tres”, dijo, “yo les arreglo”. Y nunca nos animó.
MP: ¿No?
FM: Nunca. Y acá en Roswell también y no. Tres chanzas y no, nunca, nunca.
MP: Platíqueme de esa vez de cuando se murió el ranchero.
FM: Fue en Biggs Field. No me acuerdo qué fecha es, que año fue. Fue la segunda vez que estuvimos, que estuve en Pecos, fue la segunda vez que estuvimos allá en Pecos. Que vendría siendo el [19]55, yo creo, cuando estuviamos en Biggs Field, porque el [19]54 fue cuando entré la primer vez y estuvimos en Pecos y después volví a entrar la segunda temporada y estuve en Biggs Field. Entonces fue cuando vine estando yo en Biggs Field, ahí en Biggs Field llegó una… Pa qué deste, yo todo el tiempo he tenido suerte porque de ahí del rancho donde estuvimos, fui yo, fuimos al pueblo y entonces teníanos que pasar por la mera corte y entonces voltea a un carro así, y entonces le dije aquellos: “Ya la fregamos”, le dije yo, “no traemos los pasaportes, nos van a llevar al sheriff a la corte”. Era un señor ya mayor, luego así la cuadra y salió acá el sheriff donde íbamos nosotros: “Eh, ¿papeles?”. “No, no traemos, ta en el rancho”. “¡Súbanse!”. Nos subimos, nos llevó al rancho y sacamos los pasaportes, entonces de ahí dijo: “Súbanse, vámonos pal pueblo”. Y nos llevó al pueblo ahí nos bajó en un café, dijo: “¿Dónde se quedan?”. Le digo: “Aquí en un café. Aquí nos sentamos en un café”. Y ahí nos dejó y todos los demás se amontonaron, y todos los demás compañeros que estaban de por ahí de los ranchos se amontonaron ahí. “Oye, ¿qué pasó con La Inmigración?, ¿por qué los traía?”. “No, es que no tráibamos pasaporte y nos llevó al rancho a traerlo”. “Yo veía que los iba a meter ahí a la corte”. “No, ¿por qué nos iba a meter? No le negamos los pasaportes, nomás que los tenía en el rancho y él nos llevó a traerlos, y nos llevó hasta el pueblo”.
MP: Pos con suerte, ¿eh?
FM: Ey. Y todo el tiempo, este, he tenido suerte. Ahora que he andado así con permiso, he estado así en alguna reunión de así las, como en las fiestas del carnaval o algo y he estado así junto en La Inmigración y nunca me ha dicho nada, nunca.
MP: No, qué bueno. Platíqueme de esa vez que me dice que la esposa del ranchero, cuando el ranchero se murió, que les decía que le arreglaba papeles a dos de ustedes.
FM: Fue como el 1955.
MP: Platíqueme de ese incidente, de la muerte del ranchero.
FM: Deste, esa vez, deste, se le, creo que se le murió el esposo y ya ella quería arreglarnos a uno porque tenía, creo que tenía algo de trabajo y ya no, lo que quería es que nos quedáramos unos tres y nos arreglaba. Pero no, nunca nos animamos. Y acá en Dexter igual.
MP: Era ahí de algodón, ¿verdad? Rancho de algodón.
FM: Era de algodón. Y acá en Dell City también era de algodón, también.
MP: Y entonces ahí la señora, ¿se quedó a cargo del rancho o quién se quedó a cargo del rancho?
FM: Sí, pos ella se quedó al cargo del rancho.
MP: Y, ¿tenía muchos braceros?
FM: Sí, oiga, tenía algunos.
MP: Y luego después, ¿siguieron trabajando ahí con la señora?, ¿o ya después de que se murió el señor ya se fueron de ahí?
FM: No, pos siguieron trabajando los que estaban con ella, pero cuando estábanos en La Asociación deste, yo creo que se le fueron y cuando estábanos en La Asociación fue y nos dijo, dijo que quién se quería quedar ahí en el rancho, que nos arreglaba, y no. Quien sabe si arreglarían así porque se fue con otros ahí la señora, y nosotros no nos animamos. Pero a nosotros fue a los primeros que nos dijieron, después se fue con otros ahí, quién sabe si se animarían. Porque en ese tiempo sí arreglaron algunos. Y con amnistía también arreglaron algunos. Y no, ¿a poco ahora que se le impuso arreglar, este, a poco no, no arreglaba?, Así se impuso a arreglar residencia, ¿a poco no? Dirán: “Pos, ¿qué viene a hacer?, ya no puede trabajar”.
MP: Pero pues si hubiera la oportunidad, cómo no, ¿verdad?
FM: Pues también.
MP: Otra vez.
FM: A ver.
MP: Dígame, este, su opinión acerca de todo lo que fue el Programa Bracero, ¿cuál es su opinión? Sí fue un programa bueno que ayudó a la gente, favorecía a otros, más que favorecer así en general a toda la gente, ¿cuál es su opinión acerca del programa?
FM: Sí, pos mucha gente se ayudaba, mucha gente nos ayudábanos, mucha. Si, pueda ser que unos más que otros porque ya ve que uno, no mucha gente le gusta mucho el…
MP: El trabajo.
FM: Y muchas veces este, le mandaban este, y después ahí decían que no le dejaban las heladas juntar dinero, pero las heladas son las cervezas.
MP: Las cervezas heladas. (risas)
FM: Ey. Y no, nosotros nunca nos, sí nos echábanos una cerveza, pero no para emborracharnos, pa pasar el rato ahí.
MP: Y, ¿usted nunca se dio cuenta de algún mojado que anduviera por ahí que se quisiera pasar de bracero?
FM: No, pos en este tiempo sí, sí se pasaba uno que otro, uno que otro sí era largo pa pasarse. Uno de ellos sí, nomás que ya murió, uno de ahí de, por ahí de la frontera, pero ése sí ya murió. Ése luego pasaba entre la raza y decía que era American citizen y pasaba, como era mucha raza así. Y luego pos, llegaba uno en la madrugada ahí al puente y ahí se hacía bola y pasaba la gente hecha bola a Río Vista. A veces que muchas veces se colaba así uno que otro.
MP: Y, ¿ahí no tenían ellos un trato diferente por parte de los rancheros al trato que recibían ustedes o los trataban igual?
FM: Sí, lo trataban a uno igual.
MP: Y, ¿el pago también era igual?
FM: Y el pago también era igual.
MP: Bueno, pues ya para terminar la entrevista quisiera que me dijera, no sé algo, otra anécdota. Muy buenas anécdotas tiene usted. No sé, alguna otra anécdota o ya un comentario así final acerca de todo el tiempo que estuvo usted por allá.
FM: No, pos yo estuve muy a gusto por allá, nunca, nunca tuvimos quien nos molestara, nadie. Y ahora que he ido con permiso pos no, tampoco, nunca, nunca.
MP: Qué bueno. Bueno, pues muchísimas gracias por haber aceptado la entrevista y por el tiempo también.
FM: Ándele, gracias.
MP: Gracias a usted señor.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 11 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El día de hoy es 11 de mayo de 2003 en Santa Isabel, Chihuahua, entrevistando al señor Florencio Magallanes para la Universidad de Texas en El Paso, el Departamento de Historia Oral, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenas tardes señor Magallanes.
FM: Buenas tardes.
MP: Muchas gracias por aceptar la entrevista y para empezar quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació usted?
FM: Aquí en Santa Isabel.
MP: En Santa Isabel, ¿qué año?
FM: El 11 de noviembre del [19]33.
MP: Hábleme de su familia, sus hermanos, sus papás, ¿a qué se dedicaban sus papás?
FM: A la agricultura.
MP: Y, ¿usted fue a la escuela?
FM: Hasta tercer año.
MP: Hasta tercer año. Y después de ahí, ¿qué hizo?
FM: Ya después, pos trabajar.
MP: Las tierras que usted trabajaba, ¿eran de su papá, o eran rentadas o eran del municipio?
FM: Eran del ejido, eran de él.
MP: ¿Tenía hermanos, hermanas?, ¿cuántos hermanos tenía?
FM: Tres.
MP: Y, ¿todos le ayudaban a su papá?
FM: Ajá.
MP: ¿Hasta qué edad usted trabajó con su papá ayudándole ahí en el rancho?
FM: Hasta la edad de dieciocho años.
MP: ¿Dieciocho años?
FM: Ya de dieciocho años ya comencé a trabajar ya por fuera. Y luego ya después, ya hubo chanza de entrar de bracero.
MP: Cuénteme, ¿cómo se dio cuenta del Programa Bracero?
FM: Pos yo me di cuenta del [19]53 que fueron unos señores de aquí hasta Idaho. Ya después, bueno, ese año no fui yo porque no tenía, tenía yo cartilla arreglada todavía, pero yo entré el [19]54, entré ocho veces.
MP: Ah caray. Y, ¿a qué estado?, ¿a qué lugar se fue esa primera vez?
FM: La primer vez entramos pa Pecos.
MP: A Pecos, ¿al algodón?
FM: Al algodón.
MP: ¿Cómo le fue ahí?, porque he oído puras cosas malas de Pecos.
FM: No, pos ahí nos fue muy mal.
MP: ¿Si?, cuénteme.
FM: Ahí no, pos era comedor, tenían un borde de comedor, pos a veces apenas alcanzábamos pa pagar el borde. Ya al último cumplimos el contrato y no, nos venimos para acá. Después estuve en Dexter, Nuevo México.
MP: Y luego, ¿de dónde más anduvo?
FM: Y ya estuve en Dell City.
MP: También en Nuevo México.
FM: Es Texas.
MP: Texas, sí es cierto, sí señor. Y, ¿siempre anduvo nada más trabajando en el algodón o estuvo haciendo otras cosas?
FM: No, después tuve en donde esta Fort Calis [Fort Collins] de aquel lado de Denver. Allá estuve en el betabel. Después tuve en Biggs Field también.
MP: ¿Ahí también en Denver?
FM: Este es Texas, el Biggs Field.
MP: Y, ¿también estuvo haciendo allá en el algodón?
FM: En el algodón.
MP: Cuénteme la primera vez este, bueno, primero, ¿por qué se decidió irse por allá a Estados Unidos como bracero?
FM: No pos, para trabajar porque aquí estaba poco feo el negocio, no había casi trabajo. Por eso por…
MP: Y, ¿usted pensó que sí le iba a ir mejor allá de bracero?
FM: Pos sí. En unas partes sí me iba poco bien y en otras partes mal, como en Pecos me fue mal, en Dell City me fue poquito bien.
MP: ¿Por qué le fue mal en Pecos?
FM: Porque había mucha gente y estábanos en un campo onde había así, muchos. Y en las otras partes estábanos dos, tres nomás en cada cuarto del ranchito.
MP: Y, ¿qué problemas tenían ahí con la gente en Pecos?
FM: No, pos munchas veces deste, no… Pos muchas veces no alcanzabanos a comer, deste tiempo la mucha gente, muchas veces, deste, no alcanzaba uno.
MP: Pero ahí si no alcanzaban a comer pos ya ni modo, ¿hasta el día siguiente?
FM: Sí, hasta el día siguiente.
MP: Y, ¿ustedes no le decían algo al mayordomo, al ranchero?
FM: Sí, sí le dijimos. Y al último nos llevó allá al campo onde andábanos, nos llevó una desta de galletas y una de estas de ostiones. Ya, ya comía uno más o menos.
MP: Entonces, ahí ustedes, dice que tenían el servicio del comedor, ¿verdad?
FM: Ey.
MP: ¿Cuánto pagaban por el servicio del comedor?
FM: Pos no, al último ni supimos cuánto pagábanos.
MP: O sea que ustedes comieran o no, ¿de todas maneras tenían que pagarlo?
FM: Sí, pos de todos modos corría el…
MP: Pero no les descontaban o algo: “No, pos no comiste, ahora que te quedaste sin comer, bueno, pos te descontamos el día de todas maneras”.
FM: No, no, no, seguía el, seguido el…
MP: Y cuando se iban a trabajar ahí a la labor, ¿les daban que llevaran lonche o tenían que regresar para comer acá al comedor?
FM: No, luego luego nos llevaban. Luego nos llevaban dos, tres sándwiches de pan de ese de barra. Y acá en otras partes, pos nosotros mismos hacíanos, pos reteagusto.
MP: Y, ¿sí les convenía más hacer ustedes su comida?
FM: ¡Bah!, pos cómo no, pos ahí.
MP: En cuanto al dinero, ¿también?
FM: La hacía uno como uno quería ahí. Come uno más tranquilo.
MP: Y platíqueme, usted estuvo en Río Vista, ¿verdad? ¿Ahí cómo fue el asunto en Río Vista? Explíqueme cómo era ahí todo el proceso.
FM: No, pos ahí era un corralón grande, ahí había deste, como tiendita. Ahí deste, pos si no quería uno hacer cola pa comer, pos deste, ahí uno le hacía comida. Si llevaba centavos, pos allá echaba un lonche y ya se espera al, a que salieran todos.
MP: ¿Ahí mismo en Río Vista tenían esa tiendita o tenían que salirse fuera de Río Vista?
FM: En mismo Río Vista tenían una tienda.
MP: O sea que era muy grande, ¿no?
FM: Era como un comedorcito, era muy grande.
MP: En Río Vista. Y, ¿ahí cuánto tiempo pasó usted para que lo contratara un ranchero?, para que se fuera con un ranchero.
FM: Pos nos, de un día para otro. Llegaron a la estación donde íbanos y entonces ya ahí ya iban ya los patrones a llevar dos, tres o cuatro y ahí íbanos, nos llevaban al rancho. Y ya nos llevaba a trai qué comer y ya ni modo, ya. “Descansen ahora”, dijo, “pos mañana hay que trabajar”. Y así lo hacíanos.
MP: O sea que ahí también ahí en Río Vista, pues tenían, por ejemplo, si se querían bañar, si querían ir al baño, tenían…
FM: Ey, sí, ahí tenían todos los servicios. Ahí mismo porque era grande.
MP: Y ahí en Río Vista, ¿había algún representante del Gobierno Mexicano que les pudiera ayudar a ustedes si tuvieran algún problema?
FM: Pos yo creo que sí.
MP: ¿Usted nunca se dio cuenta de alguien?
FM: No, nunca me dí cuenta, pero…
MP: Entonces platíqueme de esa primera vez que fue al rancho. ¿Qué impresión le dio, le gustó, se desanimó?, platíqueme.
FM: Sí, pos nomás aguanté nomás por el deste… Pos no estaba muy a gusto, nomás por cumplir el contrato para que me dieran la mica. Porque le daban una mica así, aquí traigo una del último año que estuve.
MP: Ah, ¿la trae?
FM: Ey.
MP: A ver.
FM: Nomás que sale uno asustado. (risas) Es que le, aquí en Río Vista.
MP: Sí señor.
FM: Le echaban polvo a uno.
MP: Pos no salió tan asustado.
FM: No. (risas)
MP: Ah qué bien. Entonces dice que ésta fue la última que le dieron.
FM: Sí, esta fue la última vez que estuve yo.
MP: O sea que cada vez que usted estaba…
FM: Cada vez que entraba contratado, ya cumplido mi contrato me daban una mica.
MP: Y, ¿no tiene contratos?, ¿no se quedó con algún contrato?
FM: No. Tenía un contrato de Denver y al último yo creo que lo quemaron, entre los papeles tenía un contrato de Fort Calis [Fort Collins], porque era el contrato de cuarenta y cinco días.
MP: Oiga, entonces, porque yo pensé que la mica era, se la daban así como tipo pasaporte, hasta que usted, por el tiempo que estuviera allá.
FM: No, no, le daban a uno un pasaporte así, pero era de cartoncito. Con ése podía uno andar allí como contratado, no como de mojado.
MP: Libres, sin temor de que La Migra lo llegara a parar y…
FM: Sí, pa que no lo molestaran a uno La Migración. Yo muchas veces ni la usaba y nunca me molestó La Migración. A un compañero que estaba aquí en la Presidencia, a ése sí, nos lo sacó de una cantina un día que estuvimos en una cantina que había dos de espacio, para allá restaurán, para acá hay cantina. Y luego se nos emborrachó y se puso pal otro lado, cruzaron pal otro lado a comer y se nos embolsó con siete bebidas. Entonces fue y llegó La Inmigración en ese rato y lo sacó pa fuera. Entonces le dije al otro compañero, porque el otro compañero comenzó a desparramar todos los papeles y dijo: “Vaya a ver onde tienen a este gringo”, así le dicen. Muy bien. Y entonces ya salí yo y le dije yo, entonces yo, aventaba a este, al otro compañero: “Preste el pasaporte”, le dije, “porque allá tienen a aquel amigo que, pos no haya qué decirles”. Y entonces yo no traía el pasaporte sino que llegué con él, dije: “¿Qué pasó?”. Entonces me dice el gringo: “Oh, deste, papeles de este hombre”. Entonces le dije yo al Sheriff, al inmigrante, entonces fui y le dije yo al compañero otra vez: “Présteme el pasaporte del deste compañero, porque se lo está pidiendo el de Inmigración”, le dije, y no, no hallaba qué decirle. Entonces jui yo y la miró y lo miraba y dice: “¡Muy chapito!”. “Sí”, le dije. “Pero mira tiene la edad ya”, dije, “tiene veintiún años y tiene edad ya”. Entonces ahí se estuvo buen rato, llegó y dice: “¿Tu compañero?”. “Sí”, le dije “mi compañero”. “¿Tú te encargas de él?”. “Sí, yo me encargo de él”. Entonces ya, dijo: “Bueno”, dijo, ya me saludó el inmigrante, “bueno”, dijo, “tu compañero cuídalo tú”, dijo. No, ya me lo llevé yo pa la cantina entonces ya ahí, ya me lo llevé yo al rancho. Me lo llevé en un carro que estab ahí, estaba cerca, pero como se le subió la cerveza, pos ya yo lo llevé en un carro que tenía ahí un nacional. Entonces le dije: “Vámonos a llevar a éste compa allá al rancho”. Yo me devolví a donde estaba el otro y entonces nosotros llegamos a las tres de la mañana y ya estaba el compañero, ya andaba echando tortillas y tenía un sartén de chile colorado con papas y…
MP: Qué rico.
FM: Y ya, ya al entrar y llegar nosotros le digo: “¿Qué pasó Gringo?”. Porque así le dicen: “No nada, quién sabe qué me pasaría”. Le dije: “Pues se emborrachó con siete cervezas”, le dije, “y nosotros ya llevábamos catorce cervezas”, le dije, “y usted se emborrachó a las siete cervezas”. Y no, ya: “No”, dijo, “pos, ¿quién sabe qué me pasaría?”. Entonces de ahí se desprendió de onde tábanos nosotros y se arrimó a una radiola, al tiempo de agarrar la radiola, deste, azotó. Entonces yo corrí yo y lo levanté de un brazo y siente que va agarrar la radiola y le dije: “¡Y cálmese!”, le dije yo, “cálmese”, le dije, “no, no le va a jalar a la radiola porque si no nos llevan al bote a los dos”. Y entonces ya de ahí me lo llevé yo a onde estábanos sentados y ya una vez que vino y se compuso, entonces ya lo que hice fue llevármelo en un carro pal rancho.
MP: O sea que usted sí lo cuidaba.
FM: Sí, pos era compañero y pos el chota decía: “Muy shorty”, quería decir de que muy chiquito. Y yo, me daba risa a mí. Y no, a mí nunca me pidió el pasaporte y yo no lo llevaba ese día y no, a mí nunca, nunca me molestaron.
MP: Y, ¿no tuvo problemas ya después por eso de que…?
FM: No, ya no, no tenía problemas de… Yo arreglé permiso ahora hace poco. Estuve con una hija allá y no, yo anda y este, como andar aquí.
MP: Qué bueno, sin problemas, ¿verdad?
FM: Ey, sin problemas ni nada.
MP: Oiga y platíqueme, a todos los lugares donde usted anduvo, ¿siempre le daban herramientas de trabajo? O sea, con qué trabajar o usted llevaba.
FM: Sí, no, no, nos daban. Todo el tiempo nos daban para trabajar. Trabajábanos en el betabel, nos daban azadoncito para desahijar. Nomás que ahí sí es trabajoso porque va uno así, ¿no? El azandocito es cortito así, va uno así nomás, con esta mano quitando la mata que va quedando, que quede una sola. Luego tiene que quedar de este largo para que pueda servir.
MP: Y siempre agachado, ¿no?
FM: Ey, agachado.
MP: ¿Cuál de los dos trabajos era más pesado, el betabel o el algodón?
FM: El betabel, más pesado que el algodón. Pero el algodón pos tiene uno que traer el saco arrastrando, pero no es igual a irle jalando por medio de las piernas va uno, deste, echándole. Ya cuando se siente pesadita pos va y la pesa y luego ya se lleva la ésta vacía pa volverla a llenar. Pero también todo el día así zas, zas, zas, es más, más pesado.
MP: Y, ¿en dónde le pagaban mejor en el betabel o en el algodón?
FM: En el betabel. En el betabel pagaban a $16.50 el acre.
MP: Ah, pos estaba muy bien pagado, ¿no?, ¿verdad?
FM: Sí.
MP: Y, ¿cuántos acres más o menos hacía por día?
FM: Dos acres por día.
MP: ¿Por día? Pos sí le convenía más el betabel, ¿verdad?
FM: Dos acres, éranos tres, eran de acá de Balleza los dos compañeros que me tocaron. Dos acres cada, dos acres y cachito cada quien nos salía por el día.
MP: Entonces sí les convenía más que el algodón, porque me imagino que el algodón pos tenían que piscar mucho, mas o menos para que le saliera.
FM: Sí, no, en el algodón tenía uno que piscar mucho para poder que nos costeara. Pero en el betabel sí, sí costeaba más.
MP: Y ahí en Pecos ustedes no tuvieron así, porque pos era mucha la gente, ¿no? Entonces que hicieran ustedes competencia entre ustedes mismos para ver quién piscaba más o, ¿no tenían así ese tipo de competencias ahí entre ustedes?
FM: Sí, pos teníanos que apurarnos a ver si, si llegaban a la de los otros compañeros. Este, el gringo deste, se quedaba, luego nosotros nos íbanos en los sábados, se quedaba mucho después de cuando nos íbanos nosotros pa piscar las que nosotros piscábanos y nunca pudo llegarla. Entonces piscábanos trescientas cincuenta libras limpias y él quería alcanzarnos y no, nunca pudo alcanzarnos. Por eso es que se apuraba él, dice: “No oye, pos, ¿cómo le hacen ustedes?”. “Pos ahí voy, despacito pero ahí voy”. Y fue cuando…
MP: Y cuénteme, ¿qué hacían en sus ratos libres? Ya sea el día libre que tenían en la semana o los ratitos así libres que tenían durante el día, ¿qué hacían para distraerse?
FM: No, pos nos poníanos ahí a, allí es a jugar así este guitarrilla o hacíamos a, nos poníanos a lavar la ropa o algo y ya. O nos íbanos ahí al pueblo, como está cerca, nos íbanos un rato al pueblo y ahí nos regresábamos al ranchito.
MP: Y ustedes, ¿les permitían tener por ejemplo ahí radios, les permitían tener sus reuniones, sus fiestecitas o algo?
FM: No, pos un radiecito ahí pa un rato, deste, oír música o algo.
MP: Y, ¿no tenían así sus reuniones o que se juntaban a comer o así como, no fiestas, pero así algo más relajado?
FM: También luego, luego así nos juntabanos todos los que estaban allá. Así a hacer la reunión, deste, hacer este comida sí, tomábanos un refresco, una cerveza pero, así pa pasar el tiempo. En los domingos era cuando nos íbamos un rato al pueblo y ya después ya veníanos, ya nos estabanos ahí oyendo el radio, pos haciendo así platicando y haciendo comida y echarnos un refresco. Para poder, no pasarla tan de a tiro tristes.
MP: Porque sí era mucho trabajo, ¿no?, y sobre todo lejos de la familia. A propósito de la familia, ¿cada cuándo usted venía a visitarlos, venía a visitar a su familia?, ¿estaba usted casado cuando se fue?
FM: No, no estaba.
MP: ¿No?, ¿entonces venía acá a visitar a sus papás, a sus hermanos?
FM: Sí. Después sí ya, no, pos le escribía uno a la señora, pero no venía hasta que no se cumpliera el contrato. Qué chiste de venir y luego de volver a ir y luego, ¿si no lo dejaban pasar? Así que… Si así con permiso luego no lo dejan pasar pos ora este, nomás con el pasaporte, menos.
MP: Y platíqueme, ¿a usted no le dieron ganas de quedarse allá, de arreglar papeles y quedarse allá en Estados Unidos?
FM: Sí, hasta eso que tuve tres chanzas.
MP: ¿Ni uno?
FM: Y nunca, nunca me animé a llevar.
MP: ¿Por qué?
FM: Pos no, no sé por qué nunca me animé. Ahí en Dexter, taba en una cantina y estaban dos, cerca de la tienda estaban dos, estaba un café, ahí íbanos a tomarnos un café. Y estaban dos jóvenes ahí y les dije: “¿Tienen ganas de quedarse aquí?”. “Pos que no,” dijo. “Quédense aquí”, dijo, “nosotros les arreglamos y nos vamos pa Denver”. Y nunca nos animamos. Cuando estuve en Biggs Field también, y nunca. Cuando estuve en Biggs Field se murió el patrón de una señora y dijo: “Quédense unos dos o tres”, dijo, “yo les arreglo”. Y nunca nos animó.
MP: ¿No?
FM: Nunca. Y acá en Roswell también y no. Tres chanzas y no, nunca, nunca.
MP: Platíqueme de esa vez de cuando se murió el ranchero.
FM: Fue en Biggs Field. No me acuerdo qué fecha es, que año fue. Fue la segunda vez que estuvimos, que estuve en Pecos, fue la segunda vez que estuvimos allá en Pecos. Que vendría siendo el [19]55, yo creo, cuando estuviamos en Biggs Field, porque el [19]54 fue cuando entré la primer vez y estuvimos en Pecos y después volví a entrar la segunda temporada y estuve en Biggs Field. Entonces fue cuando vine estando yo en Biggs Field, ahí en Biggs Field llegó una… Pa qué deste, yo todo el tiempo he tenido suerte porque de ahí del rancho donde estuvimos, fui yo, fuimos al pueblo y entonces teníanos que pasar por la mera corte y entonces voltea a un carro así, y entonces le dije aquellos: “Ya la fregamos”, le dije yo, “no traemos los pasaportes, nos van a llevar al sheriff a la corte”. Era un señor ya mayor, luego así la cuadra y salió acá el sheriff donde íbamos nosotros: “Eh, ¿papeles?”. “No, no traemos, ta en el rancho”. “¡Súbanse!”. Nos subimos, nos llevó al rancho y sacamos los pasaportes, entonces de ahí dijo: “Súbanse, vámonos pal pueblo”. Y nos llevó al pueblo ahí nos bajó en un café, dijo: “¿Dónde se quedan?”. Le digo: “Aquí en un café. Aquí nos sentamos en un café”. Y ahí nos dejó y todos los demás se amontonaron, y todos los demás compañeros que estaban de por ahí de los ranchos se amontonaron ahí. “Oye, ¿qué pasó con La Inmigración?, ¿por qué los traía?”. “No, es que no tráibamos pasaporte y nos llevó al rancho a traerlo”. “Yo veía que los iba a meter ahí a la corte”. “No, ¿por qué nos iba a meter? No le negamos los pasaportes, nomás que los tenía en el rancho y él nos llevó a traerlos, y nos llevó hasta el pueblo”.
MP: Pos con suerte, ¿eh?
FM: Ey. Y todo el tiempo, este, he tenido suerte. Ahora que he andado así con permiso, he estado así en alguna reunión de así las, como en las fiestas del carnaval o algo y he estado así junto en La Inmigración y nunca me ha dicho nada, nunca.
MP: No, qué bueno. Platíqueme de esa vez que me dice que la esposa del ranchero, cuando el ranchero se murió, que les decía que le arreglaba papeles a dos de ustedes.
FM: Fue como el 1955.
MP: Platíqueme de ese incidente, de la muerte del ranchero.
FM: Deste, esa vez, deste, se le, creo que se le murió el esposo y ya ella quería arreglarnos a uno porque tenía, creo que tenía algo de trabajo y ya no, lo que quería es que nos quedáramos unos tres y nos arreglaba. Pero no, nunca nos animamos. Y acá en Dexter igual.
MP: Era ahí de algodón, ¿verdad? Rancho de algodón.
FM: Era de algodón. Y acá en Dell City también era de algodón, también.
MP: Y entonces ahí la señora, ¿se quedó a cargo del rancho o quién se quedó a cargo del rancho?
FM: Sí, pos ella se quedó al cargo del rancho.
MP: Y, ¿tenía muchos braceros?
FM: Sí, oiga, tenía algunos.
MP: Y luego después, ¿siguieron trabajando ahí con la señora?, ¿o ya después de que se murió el señor ya se fueron de ahí?
FM: No, pos siguieron trabajando los que estaban con ella, pero cuando estábanos en La Asociación deste, yo creo que se le fueron y cuando estábanos en La Asociación fue y nos dijo, dijo que quién se quería quedar ahí en el rancho, que nos arreglaba, y no. Quien sabe si arreglarían así porque se fue con otros ahí la señora, y nosotros no nos animamos. Pero a nosotros fue a los primeros que nos dijieron, después se fue con otros ahí, quién sabe si se animarían. Porque en ese tiempo sí arreglaron algunos. Y con amnistía también arreglaron algunos. Y no, ¿a poco ahora que se le impuso arreglar, este, a poco no, no arreglaba?, Así se impuso a arreglar residencia, ¿a poco no? Dirán: “Pos, ¿qué viene a hacer?, ya no puede trabajar”.
MP: Pero pues si hubiera la oportunidad, cómo no, ¿verdad?
FM: Pues también.
MP: Otra vez.
FM: A ver.
MP: Dígame, este, su opinión acerca de todo lo que fue el Programa Bracero, ¿cuál es su opinión? Sí fue un programa bueno que ayudó a la gente, favorecía a otros, más que favorecer así en general a toda la gente, ¿cuál es su opinión acerca del programa?
FM: Sí, pos mucha gente se ayudaba, mucha gente nos ayudábanos, mucha. Si, pueda ser que unos más que otros porque ya ve que uno, no mucha gente le gusta mucho el…
MP: El trabajo.
FM: Y muchas veces este, le mandaban este, y después ahí decían que no le dejaban las heladas juntar dinero, pero las heladas son las cervezas.
MP: Las cervezas heladas. (risas)
FM: Ey. Y no, nosotros nunca nos, sí nos echábanos una cerveza, pero no para emborracharnos, pa pasar el rato ahí.
MP: Y, ¿usted nunca se dio cuenta de algún mojado que anduviera por ahí que se quisiera pasar de bracero?
FM: No, pos en este tiempo sí, sí se pasaba uno que otro, uno que otro sí era largo pa pasarse. Uno de ellos sí, nomás que ya murió, uno de ahí de, por ahí de la frontera, pero ése sí ya murió. Ése luego pasaba entre la raza y decía que era American citizen y pasaba, como era mucha raza así. Y luego pos, llegaba uno en la madrugada ahí al puente y ahí se hacía bola y pasaba la gente hecha bola a Río Vista. A veces que muchas veces se colaba así uno que otro.
MP: Y, ¿ahí no tenían ellos un trato diferente por parte de los rancheros al trato que recibían ustedes o los trataban igual?
FM: Sí, lo trataban a uno igual.
MP: Y, ¿el pago también era igual?
FM: Y el pago también era igual.
MP: Bueno, pues ya para terminar la entrevista quisiera que me dijera, no sé algo, otra anécdota. Muy buenas anécdotas tiene usted. No sé, alguna otra anécdota o ya un comentario así final acerca de todo el tiempo que estuvo usted por allá.
FM: No, pos yo estuve muy a gusto por allá, nunca, nunca tuvimos quien nos molestara, nadie. Y ahora que he ido con permiso pos no, tampoco, nunca, nunca.
MP: Qué bueno. Bueno, pues muchísimas gracias por haber aceptado la entrevista y por el tiempo también.
FM: Ándele, gracias.
MP: Gracias a usted señor.
Fin de la entrevista
Interviewer
Parra-Mantilla, Myrna
Interviewee
Magallanes Parada, Florencio
Location
Santa Isabel, Chihuahua, México
File Name Identifier
Magallanes_Parada_CHIH016
Citation
Parra-Mantilla, Myrna and Magallanes Parada, Florencio, “Florencio Magallanes Parada,” Bracero History Archive, accessed December 22, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/10.