Eusebio Hernández
Title
Eusebio Hernández
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Eusebio Hernández was born on December 16, 1934, in Cuquío, Jalisco, México; growing up, most of his time was spent traveling between his hometown and Guadalajara during planting seasons; consequently, he received very little formal education; in 1958, he enlisted in the bracero program where he worked in the fields with crops such as beets, cotton, lettuce, and onions; he continued on and off with the program until 1962.
Summary of Interview: Mr. Hernández briefly mentions his family, childhood, and adolescence; while working at a gas station in Guadalajara, Jalisco, México, he heard about contracts for the bracero program; in order to receive the proper documentation for the program he had to pick two thousand kilograms of cotton before being sent to the contracting center in Empalme, Sonora; he describes the journey from the centers to the border and the physical exams and delousing process he underwent as rude and embarrassing; as a bracero he worked in the fields with crops such as beets, cotton, lettuce, and onions; furthermore, he details the difficulty of working while hunched over with a short hoe for hours at a time and the subsequent back problems he developed; he also talks about being paid 65¢ an hour, and in addition to taxes, having to pay $1.75 per day for food; there was one incident when he was not paid, but after bringing it to the foreman’s attention, the situation was soon resolved; in addition, he recalls a situation where a bracero was physically and verbally abused by an employer; he also mentions conflicts between the braceros themselves; the cooks, for example, earned a little more money and often mistreated those who worked in the fields; while he was a bracero his sister moved to Mexicali, Baja California, México, and he was able to visit her on weekends; he continued working on and off with the program until 1962, at which point he immigrated to the United States and began working as a tailor; during the midnineties, he was able to obtain citizenship; he concludes by stating that braceros had a positive effect on the nation as a whole.
Summary of Interview: Mr. Hernández briefly mentions his family, childhood, and adolescence; while working at a gas station in Guadalajara, Jalisco, México, he heard about contracts for the bracero program; in order to receive the proper documentation for the program he had to pick two thousand kilograms of cotton before being sent to the contracting center in Empalme, Sonora; he describes the journey from the centers to the border and the physical exams and delousing process he underwent as rude and embarrassing; as a bracero he worked in the fields with crops such as beets, cotton, lettuce, and onions; furthermore, he details the difficulty of working while hunched over with a short hoe for hours at a time and the subsequent back problems he developed; he also talks about being paid 65¢ an hour, and in addition to taxes, having to pay $1.75 per day for food; there was one incident when he was not paid, but after bringing it to the foreman’s attention, the situation was soon resolved; in addition, he recalls a situation where a bracero was physically and verbally abused by an employer; he also mentions conflicts between the braceros themselves; the cooks, for example, earned a little more money and often mistreated those who worked in the fields; while he was a bracero his sister moved to Mexicali, Baja California, México, and he was able to visit her on weekends; he continued working on and off with the program until 1962, at which point he immigrated to the United States and began working as a tailor; during the midnineties, he was able to obtain citizenship; he concludes by stating that braceros had a positive effect on the nation as a whole.
Creator
Murillo, Grisel
Hernández, Eusebio
Date
2006-05-20
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Eusebio Hernández
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini DIsc
Duration
1:03:00
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Eusebio Hernández
Fecha de la entrevista: 20 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Grisel Murillo
Esta es una entrevista con Eusebio Hernández en mayo 20 de 2006 en Coachella, California. Esta entrevista es parte del Bracero Oral History Project.
GM: Bueno, y haces la introducción y…
EH: Entonces…
GM: Bueno, ahorita para empezar antes de llegar a hablar de su experiencia como bracero, primero quiero saber más sobre cómo, dónde nació y, ¿cómo era su vida?, ¿con quién vivía cuando nació?, ¿de dónde viene?
EH: Yo vengo del Estado de Jalisco. Yo nací en un pueblo que se llama Cuquío y ahí pasé mi infancia. Como cuando la temporada de lluvia nos íbamos para el pueblo a sembrar y terminaba, levantamos cosecha, nos venimos para Guadalajara. Pos este, así estuve hasta la edad de veintidós, veintitrés años, por ahí, más o menos.
GM: Y, ¿vivía con sus padres?, ¿con quién vivía?
EH: Vivía con… mi padre nos abandonó pero este, entonces como éramos dos, tuvimos más hermanos pero estaban casados ya ellos. Fue cuando estábamos en una casa mi mamá y mi hermana más chica y yo. Y yo era según el hombre de la casa. Entonces yo les estaba sosteniendo del [19]55, [19]55 al [19]56, [19]57 por ahí estuve trabajando en una gasolinera en Guadalajara.
GM: Y, ¿usted cuándo nació?
EH: Yo nací el 12 de diciembre de… 16 de diciembre, sí. Es 12/16/34. [16 de diciembre de 1934]
GM: Entonces cuando [es]taba trabajando tenía como unos veintidós años.
EH: ¿La primer vez que me vine para acá? Este, la primer vez tenía veintitrés años más o menos y todavía no los cumplía, algo así. Y este, entonces para contratarse uno, estaba un programa en Sonora, en el Valle del Yaqui. Ahí piscaba dos mil kilos de algodón.
GM: ¿Eso es cuando ya era bracero?
EH: Sí.
GM: Oh, pero, ¿entonces cuál fue el primer año que se fue entonces? Era en el [19]50 y…
EH: Yo caí aquí el [19]58.
GM: Entonces usted estaba joven, tenía como unos veinte algo años.
EH: Sí, veintitrés años, por ahí.
GM: Y, ¿usted había ido a la escuela antes?
EH: Tuve muy poca escuela, tuve muy poca escuela porque a mí me rentaron para sembrar, como habían… Y este, tuve muy poca escuela yo. Me vine enseñando a escribir y a leer más o menos ahora ya de viejo.
GM: ¿Entonces cuando estaba joven tuvo muy poca escuela y también su hermana menor?
EH: Sí.
GM: Vivían con su mamá.
EH: Y entonces nos… Ah, pues cuando estuve en Guadalajara tres años, cuando estuve trabajando en esa gasolinera.
GM: Oh, es donde lo rentaron como dijo.
GH: Sí, cuando estaba chico, por eso no tuve escuela.
GM: Oh, porque se fue a Guadalajara y estaba trabajando.
EH: Sí y este… Pero ya de grande ya no hice por la escuela, o sea que me dediqué a puro trabajar. Y no, me quedé con el compromiso de mi mamá y de mi hermana. Entonces el [19]58 de allí de la gasolinera trabajaba, una gasolinera. De allí este, supe que estaban contratando gente para venirse pa acá pa Estados Unidos y nos venimos allí a Sonora al Valle del Yaqui, en Sonora. Y este, piscaba uno dos mil kilos de algodón o trabajaba uno veinte días y ya le daban una carta para contratarse, porque yo no tenía ni cartilla, nada. Pero no exigían, nomás con esa carta. Y de ahí nos mandaban a Empalme, ahí estaba cerca del [Valle del] Yaqui y en Empalme metían las listas y ya cuando, ya cuando salíamos de Empalme que nos mandaban para acá, ya veníamos listos a trabajar, para el trabajo. Pero este, yo no, no lo que, porque yo siempre he sido como vergonzoso, tímido. Y luego este, cuando ya entraba uno al este, luego luego pasaba uno por unos, como tejabanes y luego lo hacían que se quitara uno la ropa y luego se agachaba uno y le miraban a uno la cola y todo eso y ya… No me gustaba. Y luego venían y lo esprayeaban a uno, una tómbola(?) y ya listo al… De allí, pero yo nunca salí de allí del Valle, de aquí del Valle Imperial. Allí hice mi, todo mi contrato ahí estuve. Me tocó el desa[hije] de algodón, todavía pisqué aquí algodón y luego desahije de betabel, lechuga y luego después las escardas, y luego después en la escarda de la cebolla. Y ya hasta aquí, hasta que cumplí los contratos.
GM: A ver, pero cuénteme más de cómo se enteró usted de éste programa, también para empezar a ver. ¿Usted se enteró de este programa cuando estaba en Guadalajara o cómo supo?
EH: Sí, sí, es que bueno, de hecho ya este, como yo soy de un pueblo y yo siempre iba al pueblo y de allí del pueblo pues mucha gente se venía contratado porque éste programa de braceros comenzó en [19]42 y yo me vine, ya tenía años el programa. Pero ya un amigo mío ya había venido un año antes y se vino a Sonora. Y entonces hizo lo que tenía que hacer allí en Sonora y luego le dieron su carta y se vino para acá y él fue el que me dijo. Porque llevaba un radio, se vinieron, fueron los primeros radios que se oían.
GM: Oh, ¿sí?
EH: Que les ponían baterías y en donde quiera andaban allá por los ranchos y el radio jalaba. Entonces yo le dije: “Oye, ¿el radio cuánto te costó?”. “Pos no me acuerdo”. Total que me dice: “No, lo compré ahora que fui pa Estados Unidos”. Entonces yo me vine con la idea esa. Y al último él lo vendió por cuarenta hanegas de maíz, ¿se imagina el dineral que le sacaron? Era de los primeros que llevaban para allá. Y al bracero le daban chanza de que llevara algo, una cosa. Y entonces eso fue lo que me motivó a ir, a venir, cuando vine la primera vez.
GM: Que así como vio las cosas que podía obtener.
EH: Sí. Y este, y no, aquí a las cuatro de la mañana sonaban la campana pa levantarse uno a desayunar. Yo nunca he sabido desayunar.
GM: Oh, ¿entonces cuando llegó aquí cuando desayunaba?
EH: Sí este, entonces a las cuatro de la mañana y luego venía, se iban a desayunar. Yo nomás iba y agarraba un lonche porque los que no desayunaban ahí dejaban en una mesa, dejaban los lonches.
GM: Pero entonces le daban lonche, ¿o cómo?
EH: Sí.
GM: No, ¿le daban de comida?
EH: Sí, no, no…
GM: ¿Esto era en dónde?, ¿en Imperial?
EH: En El Centro.
GM: Oh, en El Centro.
EH: Pero fue aquí en el Valle Imperial.
GM: Oh, okay.
EH: Sí, aquí en el Valle Imperial.
GM: Es el primer lugar donde vino, ¿verdad?, como bracero.
EH: Sí, el primero y el último.
GM: Oh, nomás vino allí.
EH: Allí cumplí contratos.
GM: ¿Por cuánto tiempo estuvo?
EH: El primer contrato fue de cuaren[ta], cuarenta y cinco días, luego otro de cuarenta y cinco y luego ya después tres meses. Fueron seis me[ses], más o menos, poquito más de seis.
GM: Oh, ¿entonces cuando cada vez que se le acababa el contrato se regresaba a México o se lo renovaban?
EH: No, ahí mismo me lo renovaban.
GM: Oh, entonces se quedó consecutivamente.
EH: Para eso yo tenía una hermana aquí… Ah, pos esa hermana que la estaba manteniendo yo. Entonces el año [19]57 se casó ella. Se casó y se vino para acá, para Mexicali. Y entonces cuando yo me vine contratado, recuerdo que en cuanto llegué, entonces eh… La primer vez que… ya estaba aquí contratado. Y la segunda semana salí entonces a ver si la emigraba con el domicilio, pero resulta que el domicilio que tenía de ella era un apartado, porque donde ellos vivían en Mexicali no había correo, estaban comenzando las colonias y entonces no, no me tocó ir al… Y, pero hice un, dejé un mensaje ahí, dije al señor de allí del correo que por favor pusieran en el apartado el mensaje de él, el mensaje y le dije que este, que iba a salir en septiembre 15, en el día que es la este… Allá el 15 de Septiembre o sea en la fiesta de patria. Y entonces cuando salí a Mexicali nos estaban esperando ahí en la línea. Y ya después cada ocho días salí a Mexicali.
GM: Pero entonces cuando primero se vino para el Programa Bracero, ¿salió de Mexicali entonces en México?
EH: No, salí de Sonora, de allí ya contratado.
GM: Oh, entonces salió de, en Sonora lo contrataron.
EH: En Sonora me contrataron.
GM: Ahí, entonces ahí cómo, entonces cuando usted vio del Programa Bracero fue a Sonora, sabía ir allí a…
EH: Sí, que con este, con veinte días que trabajaba uno le daban una carta, una carta para venirse uno de bracero. Una este, veinte días o dos mil kilos, si pisca uno dos mil kilos de algodón allí en Sonora y el ranchero de allí, el dueño del este, tenían permiso para, como para… Era como una recomendación vaya, de trabajo, que era buen trabajador.
GM: Oh, ¿entonces querían saber si iba a ser buen trabajador antes de que lo contrataran?
EH: Sí, para eso, por eso nos daban. Entonces con esa carta ya uno, pos ya con esa carta ya taban recomendando a uno como trabajador para bracero, (ruido) ¿sí me permite?
GM: Oh, pase.
EH: Hay que apagar ahí.
(entrevista interrumpida)
GM: Entonces estábamos hablando de cómo fue el proceso de cuando se vino, ¿verdad? De cómo oyó del programa de… Entonces primero se fue a Sonora estaba diciendo, ¿verdad?
EH: Sí.
GM: Y de allí es donde agarraron su información de cómo era de trabajador usted.
EH: Sí.
GM: Y luego entonces de ahí, ¿qué pasó?, ¿cuánto duró para llegar finalmente a los Estados Unidos?
EH: Este, en la… Mire, allí trabajamos, se supone que trabajamos veintidós días, yo creo; no, veintidós días. Y luego de allí nos mandaron a Empalme, ahí estaba cercas de donde… y luego en Empalme allí estaban las listas de todos los braceros, allí se registraban y ya de allí salían en el tren de Empalme.
GM: Oh, ¿entonces lo llevaban en tren para allá?
EH: Sí, nos traían en tren a Mexicali y ya allí en Caléxico, allí nos pasaban ya para acá para Estados Unidos.
GM: Oiga y, ¿cómo era el tren?, ¿así cómo viajaban?
EH: Recuerdo que pos yo, yo ah… usted sabe, uno joven, y luego yo tenía mi novia allá y nos queríamos mucho y todo. Me acuerdo que caminar, pos puro de noche, toda la noche caminamos de Empalme hasta Mexicali. Y este, ahí hijo, con una tristeza nos daban. Sentía a gusto porque dije: “Bueno, voy a sacar algo de dinero”, ¿verdad? Sacar algo de dinero para ir y a ver si me caso. Pos tantas ilusiones que trae uno. Y este, y todos allí, pos ni duerme uno del ruidajo del tren y luego no, no siquiera acojinado los asientos, ¿no? Pura tabla, pura tabla. Y a los lados de los furgones del tren, a los lados, bancas de madera y ___(?) también.
GM: Oh, entonces estaban en bancas todos.
EH: Ey, y cuál este, ni duerme uno nada.
GM: ¿No tenían comida?
EH: De comida nos daban unos sándwich de bologna, también a mí nunca me ha gustado la bologna. No, saben resecos y no, este… Pos mucho batalla uno, pero quiere uno ganar dólares.
GM: Sí, no, pos sí. Entonces si me puede contar más de cómo entró entonces en el tren, ¿verdad? Quiero que vaya paso por paso, a ver…
EH: Sí, sí, entonces entramos al tren, me acuerdo que ya cuando nos entramos, y luego luego puros allí que ya habían venido, ¿no? Decían: “Que ahorita te van a meter un plátano allá en”… (risas) Y que: “Una nuez, a ver si la qu[i]ebras”, y puras de ésas, ¿no? Y este, yo decía: “¿Por qué?, ¿qué onda?”. Y ya el camarada ese, porque sí nos venimos desde Guadalajara, Nicanor se llamaba el muchacho ese que le digo que fue un drabe(?) y este, cuando se vino, pos me vine con él. Y este, ese cuate: “No, no te creas”, dice, “no te creas, no es cierto”. “Sí”, dice, “ahí “encueran a uno y… Pero no, no te creas”. Y este, total que, oh, porque allí en Sonora cuando nos fuimos, nos venimos para Empalme, este, venía un hermano conmigo pero él no se vino para acá, él se regresó. Y entonces me decía: “No, vámonos. Vámonos, ni madre”. Y: “Yo pa allá no me voy. Yo pa allá no me voy porque este”… Me vine con dos pantalones y zapatos, unos zapatos y en la pisca del algodón ahí me acabé mi ropa.
GM: ¿Los dejaban traer mucha ropa?
EH: No, no, pos es que nos tenían en, tábamos como en unos ranchos, no hay. Entonces este, pos les digo: “¿Cómo voy a irme así?”, le digo. Pero en vez de llevar ropa o algo, dije: “La misma ropa que traigo y llevármela, sí”, le dije, “no, yo así no me voy”. Y este, y entonces como traía, creo que como $300 pesos ganamos ahí. Entonces le dije: “Toma y llévale este dinero a mi mamá”. Le di $250 pesos y yo me traje $50. Pero como ya veníamos a contratarnos, entonces ya no paga uno nada. Ya nomás allá por ahí en, allí mismo donde están la sala de contrataciones, allí ya miran en la lista. Porque va numerada las listas y para comer ya le hablan a la lista fulana, el número tanto y yo entraba a todas las listas. Y ya de ahí pos puras listas esas que vienen hasta aquí, hasta aquí ya en, luego luego cuando llega uno y los de la lista. Creo que la de nosotros era la cuatrocientos y algo y no, pos ya nomás oíamos y ya nos íbamos y nos quitábamos todos los de la lista. Y así, recuerdo que traía, ya nos habían esprayeado ya todo, pero traía yo un hambre y de: “¿Pos a qué hora nos van a dar de comer aquí?”. Y un saquillo y había una de esa como fuentecita de agua, de esas para… y iban y luego pasó un paletero, un paletero, no sé, ahí en Caléxico. Me acuerdo que, pos tenía que comprar la paleta, pos no me la iba a dar. Y le di mi billete de $50 pesos y me dio $3 dólares, $3.25. Ya dije: “Mire nomás lo que quedó mi billete”. Y ya, entonces de allí hay, había un centro, un centro de contrataciones, o sea ahí mismo en El Centro, ahí estaba otro. Eran unos casas largas, puras láminas arriba, como las barracas a donde nos llevaron cuando llegábamos. Una este… Mira nomás, a las cuatro de la mañana nos levantaban y a las cinco pa fuera, íbamos y agarrábamos nuestra… Daban puras porquerías, nos daban unas ánforas en puro tiempo de calor y mi cinto de mi ánfora y al troque. También los troques igual, troques nomás con una lona arriba y las bancas así por las orillas, las de redilas así al centro, como, igual que las del tren. Y llegábamos, entrábamos a las seis de la mañana y parábamos a las dos, hasta que ya llegábamos al campo a ver qué. Hacíamos una hora pa movernos y llegábamos tan cansados como, ya cuando comenzamos el desahije de betabel, ese trabajo es duro, duro, de lo más duro porque este, [a]gachas a echar, que quito todo ese, era el azadón así, mire, (ininteligible) todo el día andaba uno. Y los surcos, de a milla y no te podías enderezar.
GM: Todo el tiempo estaba agachado.
EH: Agachado, agachado. Te querías… yo este, nomás dejaba que se me durmiera la cintura. Ya dormido ya hasta, la sentía dormida pero ni me enderezaba pa nada y es…
GM: ¿Cómo cuántas horas seguidas así trabajando?
EH: Trabajábamos once horas, ocho horas. Y llegó a haber semanas que trabajábamos a doce, en la noche, como cuando andaba muy atrasados, metían una luz a medias, a medias iba caminando la luz y una luz adelante y otra atrás para ir mirando la planta. Trabajábamos cuatro horas en la tarde. Muchos, muchos este, yo, fíjese, salíamos a las… Llegamos a las tres de la tarde porque a las cuatro de la tarde a cenar. Entonces llegábamos todos, me acuerdo se quitaba uno la camisa y la exprimía.
GM: Sí, de sudor.
EH: Y quedaban las camisas blancas, blancas, pura sal. Y este, pero teníamos también en las orillas estaba un troque con los tambos de hielo, de agua con hielo y a medias, así es de que llegábamos y tomábamos agua, llenábamos la ánfora, anforita y ámonos, hasta la mitad, ahí otro. Pero anda uno sudando todo. Así es de que llegábamos y todos pegajosos y todo, pos al baño. [En]tonces se nos hacía llegar al baño y yo muchas veces me quedé sin cenar porque decía: “Mientras nos hablan a cenar voy a descansar un rato bañadito uno, a gusto”. Me quedaba dormido hasta las tres y media de la mañana que nos hablaban, a las tres y media, cuatro.
GM: Entonces todo ese tiempo, ¿qué hacía con el dinero?, ¿mandaba a la casa?
EH: Le mandaba a mi mamá. Mandaba a mi mamá y aquí le ponía. No crea que ganaba uno mucho, nos pagaban a $0.65 centavos la hora y nos cobraban $1.75 de lonche. No, no hacía uno dinero. Yo me acuerdo, y luego lo que nos quitaban, también para eso que no nos quieren dar, nos quitaban un dinero, un tanto por ciento.
GM: ¿Piensa que le quitaban dinero así como por comida?
EH: Sí, pos la comida nos la cobraban.
GM: Oiga y, ¿usted piensa que siempre les decían como cuánto le iban a quitar?
EH: No, no, ahí, ahí tenía $1.75, eso nos [quitaban] cada día.
GM: Para comida.
EH: Sí, por la comida.
GM: ¿Entonces usted siempre cómo recibía su dinero?, ¿había cheque o en efectivo?
EH: En cheque, no, no, en cheque.
GM: ¿Siempre en cheque?
EH: Sí, nos daban cheque.
GM: Y, ¿les daban recibo?
EH: No me acuerdo, no me acuerdo la verdad.
GM: Tonces siempre pensaba que…
EH: Y nomás me acuerdo porque anduve de primero, todavía de los primeros días, todavía seguimos como en Sonora, piscamos algodón. Todavía aquí alcanzamos pisca de algodón y nos traía numerados, cada bracero tenía su número. Entonces íbamos y pesábamos y ya dábamos el número y ya nos apuntaban las libras, ¿no? Y me acuerdo una semana que no, no agarré cheque y pos tuve que reclamar. Y entonces, es que mi número era el 103 y todas las pesadas, la estaban metiendo al 113. Entonces salí sin cheque y decía: “Pos, ¿por qué?”, y: “¿Por qué?”. Y entonces uno de los mayordomos, dice: “¿Sabes qué? Aquí está la clave”. Y entonces al que traía el 113 lo investigaron y sí, él traía mi dinero.
GM: So, le estaban dando doble.
EH: Sí. Me acuerdo que ese día, híjole, pos era sábado y pos está uno esperando. Había veces que nos decían: “Ahora vamos a salir media hora antes”. Y llegábamos el sábado y ya le decíamos a los mayordomos: “Pos dijiste que antes”. “Sí, pos vámonos”. Y llegábamos y de volada nos bañábamos y nos íbamos, ni cenábamos ni nada pa salir a Mexicali. Tábamos cerquitas, ahí estábamos, hubo un tiempo que estuvimos en, se llama la Coyota, el campo ese que estaba pegado al Centinela, al cerro el Centinela, ahí está por la línea. Se hacen cinco minutos a Caléxico y así que bien contentos ese día y que no, no me van dando cheque. Hijo de la fregada y: “¿Por qué?”, y: “¿Por qué?”. “No, pos vamos a investigar”. Y este, pero para eso ya tenía yo un amigo de Michoacán, porque ya salimos muy este, salimos buenos pal desahije. Y luego no nos, el primer día, luego luego nos apartaron y nos mandaron a otra cuadrilla. Esa cuadrilla le decían los Masca-fierros, me acuerdo. ¡Perros!, los hijos de la fregada, ¡buenos, buenos! Todos una cuadrilla bien parejita y nos metieron.
GM: ¿Pero qué hacían ellos?
EH: Puro desahije, pero andaban corriendo todo el tiempo. Y nos metieron a esa cuadrilla. Me acuerdo, el mayordomo le decíamos el Pingüino y todavía vive el señor ese, todavía vive. Y, pos esos recuerdos, esos recuerdos tengo de…
GM: ¿Pero como qué les hacían?, porque todavía no, tal vez no comprendo así todo lo que pasaba. ¿Qué tipo de trabajo tenía esa cuadrilla o qué?
EH: No, pos desahije, puro desahije de betabel, el de betabel, el desahije de betabel es el azadón así, se me hace que es de 4 ó 6 pulgadas, pero es cortito. Y el de lechuga no, ése es así más o menos, creo que es de 8 pulgadas. Y luego a veces unos, o sea que la tierra dura, dura, pegaba el azadonazo y aquí sentía en la mano. Y un día se salía con las manos, los brazos, el cuerpo todo, todo dormido. Yo dejaba que se me durmiera, digo, así ya no siento. Pero pa enderezarme, cómo batallaba uno pa enderezarse porque mucho, muchísimo trabajo. Yo creo que ya son, todo, los braceros estoy seguro que le dicen de esa clase de trabajo. El trabajo más duro era ése.
GM: ¿Usted cree que ahora tiene problemas así con su espalda porque se ve que se esforzó mucho?
EH: Pos este, no crea, este sí, sí me siento fregado, sí me siento fregado, pero pos eso ya, ¿ya qué se puede hacer?
GM: No, pos sí. Y, ¿puede contar más así como también del dinero?
EH: Pos mire yo, yo el dinero, este… En primer lugar yo casi cada semana me compraba una muda de trapos, pos todo el tiempo me ha gustado tener ropa y más o menos. Como cuando estuve muy chico, estuve trabajando en sastrería, antes de trabajar en la gasolinera estaba trabajando en sastrería ahí en Guadalajara. Entonces yo me hacía mi ropa, pantalones y mis sacos, todo, todo este, siempre me gustaba andar más o menos bien vestido. No tenía dinero, pero me gustaba, no. Y allí en la gasolinera yo agarraba muy bueno dinero.
GM: Y entonces…
EH: Entonces ya, ya aquí, pos compré ropa, compraba ropa, le dejaba dinero a mi hermana aquí en Mexicali y le mandaba a mi mamá.
GM: Entonces si, aquí tenía tiempo de hacer como otras cosas, como de recreación, ¿salían así con los otros braceros?
EH: No, cuando andaba de este, pos en las salidas que hacíamos a Mexicali, cada ocho días era de…
GM: ¿Entonces no se iban como al baile o al cine o así?
EH: Al cine, al cine, pos, pero me gustaba más el cine en Mexicali que aquí. Y luego allí El Centro nomás un cine, un cine hay ahí en El Centro, California y en Mexicali, pos hay muchos cines, así es de que… Salíamos en sábado y el lunes a las dos de la mañana nos veníamos pa la línea y allí de los mismos que nos llevaban, les dábamos se me hace que un dólar o $2, a personas ahí que trabajaban con nosotros.
GM: ¿Qué pasó con la novia que tenía?
EH: Ay, se casó con otro. Se casó con otro, es que yo ya no, ya no fui. Ya no fui. No, sí fui, sí, sí fui y este: “Pero tráeme a mi mamá, ya cuando tú”. Terminé mi contrato, me fui pa Guadalajara y me traje a mi mamá y ya, ya no volvimos. Se casó ella, pero ya yo aquí en Mexicali todo serio. Allí me hice este, una novia, pero no, no me casé con ésa. Me casé con una monjita, cuando este, no sé si recuerda, no sé qué, cuánto sepa usted de la religión, pero este, la católica, el Vaticano Segundo, o sea Juan XXIII que este, le habló, había mucha, estaba la Iglesia Católica muy empolvada ya muy, muy… muchos padres viejitos ya y muy… No, no tenían ni libertades, siempre estaban que: “No hagas esto porque, que Dios te castiga”, y que esto y que lo otro. Y que con la renovación de la Iglesia, Juan Pablo II, el Papa Juan Pablo II la renovó y ya miró, ya entramos con la teología de la liberación, ¿verdad? Que Dios no es un Dios castigador, es un Dios de amor, que no es Dios un ogro, que nomás está esperando que haga una cosa mala para castigarlo. Entonces ya es un Dios que perdona por más pecador que sea, Dios está todo el tiempo perdonando. Y entonces Juan Pablo II o Juan XXIII, como había muchas religiosas, monjas y muchos sacerdotes que los habían hecho por la familia, ¿no? Que querían que hubiera un sacerdote o algo en la familia, entonces ahí estaban, pero no por vocación. Entonces mi esposa era religiosa y la mamá vivía en Mexicali y cuando les dieron chanza a los, porque les dijeron a las religiosas que salieran seis meses y a los sacerdotes también, dejaron seis meses, si este, si eran fieles, entonces los volvía a recoger la Iglesia y si no, y si se querían casar, entonces les dio, les dio chanza de que se casaran y muchos sacerdotes se casaron. Y mi esposa la conocí en Mexicali cuando fui yo por mi mamá a traérmela de allá de Guadalajara. Entonces fue mi suegra a traer a mi esposa, porque mi esposa también es de allá de Guadalajara, ella es de Tequila.
GM: Y, ¿cuándo fue a recoger a su mamá?, ¿cómo en qué año?
EH: El [19]60, me parece.
GM: ¿Entonces usted era ciudadano o residente o todavía era bracero?
EH: No, era, pos era bracero. Tonces yo, pos el [19]58 fue cuando estuve de bracero, ya cuando yo cumplí mi contrato y me quedé ahí en Mexicali, entonces comencé a trabajar en una sastrería y el [19]60…
GM: Pero entonces cuando se terminó ese contrato usted se fue a Mexicali.
EH: El [19]69 cumplí este…
GM: Oh, ¿el [19]69 se fue a Mexicali?
EH: No, el [19]59, el [19]58 comencé mi contrato y el [19]59 lo cumplí.
GM: Okay, ¿luego entonces el [19]59 se fue a Mexicali?
EH: Pa Mexicali, sí.
GM: Y, ¿entonces cuánto tiempo duró allí antes de que se vino de nuevo?
EH: No, pos yo duré muchos años viviendo en Mexicali, pero yo emigré el [19]62.
GM: ¿Era residente?
EH: Ah, sí, [19]62, el [19]62 hasta… el [19]62 allí estuve viviendo, ya cumplí mi contrato, ahí estuve en Mexicali, ya ahí trabajé en una sastrería. El [19]62 arreglé y comencé a trabajar en Caléxico, pos en Caléxico, en una tienda de ropa. Pero ya emigrado, pero siempre, vivía, es que se la pasa uno bien suave. Ya con papeles sí. Gana uno dólares aquí y gasta, digo, gana uno dólares aquí y allá gasta uno dinero, le rinde a uno.
GM: ¿Entonces qué tipo de trabajo tenía allá en los Estados Unidos cuando regresó?
EH: Aquí, no le digo, este, una tienda, una tienda de ropa. Yo hacía toda la compostura, como los pantalones, ya ve que los venden ahí en las tiendas y yo les tomaba las medidas y yo les hacía la valenciana. Los sacos que les quedaban mangas las, las mangas largas se las encogía o se las bajaba y así, los arreglaba de cintura. Era trabajo de sastre.
GM: Oh, bueno.
EH: Entonces estuve trabajando hasta el [19]70 y el [19]70 ya nos vinimos. En el [19]64 nos casamos en Mexicali y ahí estuvimos, [es]tuvimos viviendo hasta el [19]70 que nos venimos ya para acá, para Cathedral City.
GM: Oh, okay, ¿aquí en California?
EH: California, sí. Y la ciudadanía la agarramos, no recuerdo exactamente, pero tenemos como unos diez o, como diez años que somos ciudadanos. Aquí nacieron, los primeros cinco hijos nacieron allí en Mexicali y los últimos dos ya nacieron aquí en Estados Unidos.
GM: Entonces tiene cuatro hijos.
EH: Seis.
GM: Oh, seis.
EH: Siete.
GM: Oh, siete.
EH: Sí, son… nacieron cinco en Mexicali y dos acá, son siete, son cuatro hombres y tres mujeres.
GM: Entonces llévenos pa atrás cuando estaba de bracero, ¿usted no notaba si había como conflictos como entre los mayordomos y los braceros o de los patrones?
EH: Ahí yo miré, miré una vez que un Jindo(??), le decíamos un Jindo(??), cuando, cuando…
GM: ¿Qué es un Jindo(??)
EH: Golpeó, ese Jindo(??) golpeó a un bracero.
GM: ¿Qué es un Jindo(??)
EH: Jindo(?) es un, es como negro, es un… Pos así le decían, El Jindo, yo no…
GM: Que golpeó a un…
EH: Golpeó a uno del este… Y pos nomás eso.
GM: Y, ¿esto dónde pasó, en el Imperial Valley?
EH: Este pasó, este, jue en… ¿En dónde estábamos en ese tiempo? Fue en Brawley, me parece.
GM: ¿No sabe por qué?
EH: Yo, yo no sé, lo que sí miré que le dio una cachetada.
GM: Oh, ¿entonces él no era un patrón, uno de los patrones?
EH: Era, era como patrón, era como patrón y le dijo el muchacho, era un chavalo, dice: “Ahora te voy a reportar”. Dijo: “Repórtame”, san… ¿san qué? San bar… dijo bastardo, algo así, en inglés. Y yo nomás me gustó la palabrita, digo, se me pegó, no le gustó. “San barter[bastard]”, dijo bastardo, ¿vedá? Y hasta después, un día le pregunté: “Oye, ¿qué es eso?”. Dice: “Es hijo bastardo”, como un hijo de…
GM: Sí.
EH: ¿Vedá?
GM: Vaya, entonces es el único problema que pasó. ¿No sabe por qué?
EH: Sí, ese, eso fue, no, no, es que yo no sé qué, qué le diría.
GM: Y, ¿no habían braceros que se enojaban por el pago, por el dinero? Así conflictos de ese tipo como las…
EH: No, yo, yo nomás esa vez que se me… que hubo ese error conmigo. Y pos allá, allí en el campo, como ya son unas barracas largas, unas… y luego camas arriba y abajo y había que llegaban unos bien tomados y un desgarriate y luego los, llegaban los patrones también a ver, a ver los cocineros y los mismos cocineros eran braceros también. Nomás que por, porque ganaban un poquito más ahí maltrataban también a los mismos, ey.
GM: Oh, sí, tonces no los trataban bien. ¿De qué manera los trataban mal?
EH: Pos este, que: “¡Pendejo!”, que: “No sean huevones”, que: “¡Órale!, cabrón que aquí no venimos a mantener”, quién sabe qué. Pos no, no, nadie estaba, (ininteligible) el que no tiene, no trabaja. Si tomas o algo, pos es tu dinero y este, pero ahí los mismos, los mismos, nomás los más jodones, ¿vedá? Y pues es todo lo que tengo que…
GM: Y no sale el tipo de comida, ¿qué comida tenían allá, entonces? (ruido)
EH: Yo a veces, a veces no comía porque el caldo, la carne, este, colorada.
GM: Unas preguntas también. Me está contando de lo que comía allí, ¿entonces le daban comida así mexicana?
EH: No, no, comida este, pos puro caldos, puro caldo, por lo regular caldo y este… Pos la verdad que yo me acuerdo que la mayoría puro caldo, caldo de colas, cola de res y caldo de, pos de este… Y el desayuno puro huevo así como torta de huevo, era todo, todos los días. Y los frijoles, pos nosotros estábamos impuestos a freírlos, frijoles fritos, no, todo el tiempo puro frijol de la olla.
GM: Y, ¿cómo lavaban la ropa?
EH: No me acuerdo fíjese, ni cómo lavábamos. No, sí, sí habían, habían lavaderos ahí en los baños donde nos bañábamos, había como unas, como unas tinas así desde el lavamanos grandes, y ahí había así como lavaderos, una lámina así como con costillas.
GM: Oh, de esas láminas.
EH: Sí, allí lavaban, lavaba yo mi ropa porque este, pa sacar, quitarle la sal, porque quedaba blanca la…quitarle la sal y si, porque si no le quitaba uno la sal, se despedaza la ropa. Entonces la secaba y luego en donde dormíamos ahí poníamos unos hilos y de una cama a otra ahí poníamos, ahí secábamos nuestra ropa, sí.
GM: Ahí tenía.
EH: Ey.
GM: Sí, tienen muchos baños ahí.
EH: Y todos los días.
GM: Sí, ¿todos los días lavaba?
EH: Sí, sí, todos los días, pos la ropa que traía uno, sí.
GM: Y, ¿había mucho mueble ahí?
EH: Ya ni me acordaba cómo… Sí, no, no, pos cuándo, pos nomás, era todo lo que teníamos, [en] las camas poníamos ahí un cordón.
GM: Entonces donde vivía usted, antes vivían en campos, ¿verdad, de bracero?
EH: Sí.
GM: ¿Verdad? Y, ¿alrededor como qué tipo de comunidad era donde vivían?
EH: Pos taban los campos muy afuera de las casas. Taban, taba solo, era como un desierto.
GM: Oh, entonces casi no había.
EH: No, no, no había gente, digo…
GM: Mexicanos, güero, ¿nada?
EH: No, puro mexicano.
GM: Bueno, pues ya las últimas ahora sí. Estas son las reflexiones más finales como: ¿qué significa el término bracero para usted?, como la palabra de bracero.
EH: Pos la palabra bracero es, pos por ahí nos pusieron bracero que trabajábamos con los brazos, cuál maquinaria, cuál nada. Entonces no había maquinaria, por eso eran los braceros todo el trabajo puro brazo.
GM: ¿Entonces usted cómo se siente de ser llamado, haberse llamado bracero?
EH: Pues mire, aunque muy duro, muy duro, pero pos aquí estoy ahora ya… Lo que sí no estoy de acuerdo con estos bancos tan sinvergüenzas porque si ese dinero que nos quitaron es de nosotros, ¿por qué no nos lo quieren dar? Ahora, ya se hizo la cuenta de que una persona como yo que trabajé seis meses, en el tiempo que tengo de réditos, de todo lo que es réditos se va duplicando, duplicando. Yo ya este, $10,000 dólares que estamos pidiendo, ya los pasé. Y no quieren, ahora, eso nomás yo, pero cuántas personas, cuántos braceros que vinieron y están en el contrato más grande que había, dieciocho meses y luego cumpliendo los dieciocho meses y se salían y volvían a renovar otra vez. Todas esas personas que trabajaron tanto tiempo y no les quieren dar nada. Entonces yo miro ahí una justicia, es una injusticia porque… Ahora, pos es dinero que nos quitaron, es dinero nuestro. Yo no quería este, cuando nos dijeron de esto, yo no quería nada, le digo. Pero me dijo una también que es religiosa, Raciel y Ventura que son los que están pos encargados del programa este, ella anda trabajando con ellos, Rosa Marta, una religiosa que nosotros nos educamos con ella porque yo no sé si estará bien en decirle algo, pero yo iba, o no sé si usted sepa lo que es un diácono. Un diácono es un servidor, como un sacerdote en la religión católica. Nomás el diácono no puede consagrar ni confesar, pero de ahí todo lo que hace el sacerdote lo puede hacer el diácono. Entonces yo estuve estudiando para diácono y Padre Patricio y Rosa Marta, que están muy metidos también en el programa de bracero, me dijeron, dicen: “Si han estado nombres de bracero”, le digo: “Sí. Pero, ¿qué va a andar pidiendo, qué voy a andar pidiendo? O sea los diez [mil dólares]”. “No, no, no le estás pidiendo nada, es tu dinero. Ese dinero es tuyo, no les vas a pedir nada”. Entonces por eso estoy, estoy peleando. Y, no peleando, pos estoy en contra de la injusticia, y muchos, mucha gente yo miro que están luchando de, ¿pos yo por qué no voy a luchar? Porque algunos ya se, se (ininteligible) y ya dejaron la cosa por la paz. Pero yo miro a Ventura y a Raciel que ahí andan ayudando a uno y sin interés de nada, y ahora ustedes también ayudándonos, pos tenemos que… como le digo, yo no puedo aportar mucho, pero es lo que puedo aportar.
GM: La historia es muy importante, ¿verdad? Y también pues me gustaría saber si haber sido bracero, ¿cómo se siente que su experiencia, fue más positiva o negativa haber trabajado como un bracero?
EH: Mire, pos yo miro muy positiva la este, para esta nación muy positiva porque nosotros a esta nación la hemos levantado. El bracero le dio mucha, mucha, levantó mucho aquí a este país. Entonces este, yo miro, es cosa muy positiva. Ahora, lo que miro negativo que este presidente quiera otra vez hacer el programa braceros. Pero si no, si no cumplen ya con lo que no nos han cumplido, con lo que nos deben, ¿pa qué quieren meter éste otro programa otra vez? Esa parte yo no, yo la miro como negativa, para mí no sirven el Programa Bracero. Si van a dar amnistía, que la den pa que arreglen ya todas estas personas que están, que ya tienen años aquí.
GM: ¿Entonces usted cree que el haber sido bracero cambió su vida en algo?
EH: Pos sí, sí cambió, sí, a mí sí me cambió, porque parece que me hice más formal, o sea por el trabajo. Me hice más responsable. Y yo del momento que yo puse un pie en este país, yo no me sentí otro, muy arriba, pero hubo un cambio. Hubo un cambio y ha sido para bien, para bien pos. Cosa que pasamos por allí cuando anduve de bracero, a mí me sirvió. Son cosas muy duras, el calorón y todo, toda esa cosa. Mirar gente que se insolaba, porque me tocó mirar a mí a tres personas que se insolaron. Ésas las mandaron para México luego luego. Entonces pos yo digo, superamos eso.
GM: Bien, pues muchas gracias por todo y gracias por compartir su historia con nosotros, ya que es algo muy importante, ¿vedá? Que se tiene que hacer como nos ha dicho en el pasado, pero a ver, déjeme apagar esto.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 20 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Grisel Murillo
Esta es una entrevista con Eusebio Hernández en mayo 20 de 2006 en Coachella, California. Esta entrevista es parte del Bracero Oral History Project.
GM: Bueno, y haces la introducción y…
EH: Entonces…
GM: Bueno, ahorita para empezar antes de llegar a hablar de su experiencia como bracero, primero quiero saber más sobre cómo, dónde nació y, ¿cómo era su vida?, ¿con quién vivía cuando nació?, ¿de dónde viene?
EH: Yo vengo del Estado de Jalisco. Yo nací en un pueblo que se llama Cuquío y ahí pasé mi infancia. Como cuando la temporada de lluvia nos íbamos para el pueblo a sembrar y terminaba, levantamos cosecha, nos venimos para Guadalajara. Pos este, así estuve hasta la edad de veintidós, veintitrés años, por ahí, más o menos.
GM: Y, ¿vivía con sus padres?, ¿con quién vivía?
EH: Vivía con… mi padre nos abandonó pero este, entonces como éramos dos, tuvimos más hermanos pero estaban casados ya ellos. Fue cuando estábamos en una casa mi mamá y mi hermana más chica y yo. Y yo era según el hombre de la casa. Entonces yo les estaba sosteniendo del [19]55, [19]55 al [19]56, [19]57 por ahí estuve trabajando en una gasolinera en Guadalajara.
GM: Y, ¿usted cuándo nació?
EH: Yo nací el 12 de diciembre de… 16 de diciembre, sí. Es 12/16/34. [16 de diciembre de 1934]
GM: Entonces cuando [es]taba trabajando tenía como unos veintidós años.
EH: ¿La primer vez que me vine para acá? Este, la primer vez tenía veintitrés años más o menos y todavía no los cumplía, algo así. Y este, entonces para contratarse uno, estaba un programa en Sonora, en el Valle del Yaqui. Ahí piscaba dos mil kilos de algodón.
GM: ¿Eso es cuando ya era bracero?
EH: Sí.
GM: Oh, pero, ¿entonces cuál fue el primer año que se fue entonces? Era en el [19]50 y…
EH: Yo caí aquí el [19]58.
GM: Entonces usted estaba joven, tenía como unos veinte algo años.
EH: Sí, veintitrés años, por ahí.
GM: Y, ¿usted había ido a la escuela antes?
EH: Tuve muy poca escuela, tuve muy poca escuela porque a mí me rentaron para sembrar, como habían… Y este, tuve muy poca escuela yo. Me vine enseñando a escribir y a leer más o menos ahora ya de viejo.
GM: ¿Entonces cuando estaba joven tuvo muy poca escuela y también su hermana menor?
EH: Sí.
GM: Vivían con su mamá.
EH: Y entonces nos… Ah, pues cuando estuve en Guadalajara tres años, cuando estuve trabajando en esa gasolinera.
GM: Oh, es donde lo rentaron como dijo.
GH: Sí, cuando estaba chico, por eso no tuve escuela.
GM: Oh, porque se fue a Guadalajara y estaba trabajando.
EH: Sí y este… Pero ya de grande ya no hice por la escuela, o sea que me dediqué a puro trabajar. Y no, me quedé con el compromiso de mi mamá y de mi hermana. Entonces el [19]58 de allí de la gasolinera trabajaba, una gasolinera. De allí este, supe que estaban contratando gente para venirse pa acá pa Estados Unidos y nos venimos allí a Sonora al Valle del Yaqui, en Sonora. Y este, piscaba uno dos mil kilos de algodón o trabajaba uno veinte días y ya le daban una carta para contratarse, porque yo no tenía ni cartilla, nada. Pero no exigían, nomás con esa carta. Y de ahí nos mandaban a Empalme, ahí estaba cerca del [Valle del] Yaqui y en Empalme metían las listas y ya cuando, ya cuando salíamos de Empalme que nos mandaban para acá, ya veníamos listos a trabajar, para el trabajo. Pero este, yo no, no lo que, porque yo siempre he sido como vergonzoso, tímido. Y luego este, cuando ya entraba uno al este, luego luego pasaba uno por unos, como tejabanes y luego lo hacían que se quitara uno la ropa y luego se agachaba uno y le miraban a uno la cola y todo eso y ya… No me gustaba. Y luego venían y lo esprayeaban a uno, una tómbola(?) y ya listo al… De allí, pero yo nunca salí de allí del Valle, de aquí del Valle Imperial. Allí hice mi, todo mi contrato ahí estuve. Me tocó el desa[hije] de algodón, todavía pisqué aquí algodón y luego desahije de betabel, lechuga y luego después las escardas, y luego después en la escarda de la cebolla. Y ya hasta aquí, hasta que cumplí los contratos.
GM: A ver, pero cuénteme más de cómo se enteró usted de éste programa, también para empezar a ver. ¿Usted se enteró de este programa cuando estaba en Guadalajara o cómo supo?
EH: Sí, sí, es que bueno, de hecho ya este, como yo soy de un pueblo y yo siempre iba al pueblo y de allí del pueblo pues mucha gente se venía contratado porque éste programa de braceros comenzó en [19]42 y yo me vine, ya tenía años el programa. Pero ya un amigo mío ya había venido un año antes y se vino a Sonora. Y entonces hizo lo que tenía que hacer allí en Sonora y luego le dieron su carta y se vino para acá y él fue el que me dijo. Porque llevaba un radio, se vinieron, fueron los primeros radios que se oían.
GM: Oh, ¿sí?
EH: Que les ponían baterías y en donde quiera andaban allá por los ranchos y el radio jalaba. Entonces yo le dije: “Oye, ¿el radio cuánto te costó?”. “Pos no me acuerdo”. Total que me dice: “No, lo compré ahora que fui pa Estados Unidos”. Entonces yo me vine con la idea esa. Y al último él lo vendió por cuarenta hanegas de maíz, ¿se imagina el dineral que le sacaron? Era de los primeros que llevaban para allá. Y al bracero le daban chanza de que llevara algo, una cosa. Y entonces eso fue lo que me motivó a ir, a venir, cuando vine la primera vez.
GM: Que así como vio las cosas que podía obtener.
EH: Sí. Y este, y no, aquí a las cuatro de la mañana sonaban la campana pa levantarse uno a desayunar. Yo nunca he sabido desayunar.
GM: Oh, ¿entonces cuando llegó aquí cuando desayunaba?
EH: Sí este, entonces a las cuatro de la mañana y luego venía, se iban a desayunar. Yo nomás iba y agarraba un lonche porque los que no desayunaban ahí dejaban en una mesa, dejaban los lonches.
GM: Pero entonces le daban lonche, ¿o cómo?
EH: Sí.
GM: No, ¿le daban de comida?
EH: Sí, no, no…
GM: ¿Esto era en dónde?, ¿en Imperial?
EH: En El Centro.
GM: Oh, en El Centro.
EH: Pero fue aquí en el Valle Imperial.
GM: Oh, okay.
EH: Sí, aquí en el Valle Imperial.
GM: Es el primer lugar donde vino, ¿verdad?, como bracero.
EH: Sí, el primero y el último.
GM: Oh, nomás vino allí.
EH: Allí cumplí contratos.
GM: ¿Por cuánto tiempo estuvo?
EH: El primer contrato fue de cuaren[ta], cuarenta y cinco días, luego otro de cuarenta y cinco y luego ya después tres meses. Fueron seis me[ses], más o menos, poquito más de seis.
GM: Oh, ¿entonces cuando cada vez que se le acababa el contrato se regresaba a México o se lo renovaban?
EH: No, ahí mismo me lo renovaban.
GM: Oh, entonces se quedó consecutivamente.
EH: Para eso yo tenía una hermana aquí… Ah, pos esa hermana que la estaba manteniendo yo. Entonces el año [19]57 se casó ella. Se casó y se vino para acá, para Mexicali. Y entonces cuando yo me vine contratado, recuerdo que en cuanto llegué, entonces eh… La primer vez que… ya estaba aquí contratado. Y la segunda semana salí entonces a ver si la emigraba con el domicilio, pero resulta que el domicilio que tenía de ella era un apartado, porque donde ellos vivían en Mexicali no había correo, estaban comenzando las colonias y entonces no, no me tocó ir al… Y, pero hice un, dejé un mensaje ahí, dije al señor de allí del correo que por favor pusieran en el apartado el mensaje de él, el mensaje y le dije que este, que iba a salir en septiembre 15, en el día que es la este… Allá el 15 de Septiembre o sea en la fiesta de patria. Y entonces cuando salí a Mexicali nos estaban esperando ahí en la línea. Y ya después cada ocho días salí a Mexicali.
GM: Pero entonces cuando primero se vino para el Programa Bracero, ¿salió de Mexicali entonces en México?
EH: No, salí de Sonora, de allí ya contratado.
GM: Oh, entonces salió de, en Sonora lo contrataron.
EH: En Sonora me contrataron.
GM: Ahí, entonces ahí cómo, entonces cuando usted vio del Programa Bracero fue a Sonora, sabía ir allí a…
EH: Sí, que con este, con veinte días que trabajaba uno le daban una carta, una carta para venirse uno de bracero. Una este, veinte días o dos mil kilos, si pisca uno dos mil kilos de algodón allí en Sonora y el ranchero de allí, el dueño del este, tenían permiso para, como para… Era como una recomendación vaya, de trabajo, que era buen trabajador.
GM: Oh, ¿entonces querían saber si iba a ser buen trabajador antes de que lo contrataran?
EH: Sí, para eso, por eso nos daban. Entonces con esa carta ya uno, pos ya con esa carta ya taban recomendando a uno como trabajador para bracero, (ruido) ¿sí me permite?
GM: Oh, pase.
EH: Hay que apagar ahí.
(entrevista interrumpida)
GM: Entonces estábamos hablando de cómo fue el proceso de cuando se vino, ¿verdad? De cómo oyó del programa de… Entonces primero se fue a Sonora estaba diciendo, ¿verdad?
EH: Sí.
GM: Y de allí es donde agarraron su información de cómo era de trabajador usted.
EH: Sí.
GM: Y luego entonces de ahí, ¿qué pasó?, ¿cuánto duró para llegar finalmente a los Estados Unidos?
EH: Este, en la… Mire, allí trabajamos, se supone que trabajamos veintidós días, yo creo; no, veintidós días. Y luego de allí nos mandaron a Empalme, ahí estaba cercas de donde… y luego en Empalme allí estaban las listas de todos los braceros, allí se registraban y ya de allí salían en el tren de Empalme.
GM: Oh, ¿entonces lo llevaban en tren para allá?
EH: Sí, nos traían en tren a Mexicali y ya allí en Caléxico, allí nos pasaban ya para acá para Estados Unidos.
GM: Oiga y, ¿cómo era el tren?, ¿así cómo viajaban?
EH: Recuerdo que pos yo, yo ah… usted sabe, uno joven, y luego yo tenía mi novia allá y nos queríamos mucho y todo. Me acuerdo que caminar, pos puro de noche, toda la noche caminamos de Empalme hasta Mexicali. Y este, ahí hijo, con una tristeza nos daban. Sentía a gusto porque dije: “Bueno, voy a sacar algo de dinero”, ¿verdad? Sacar algo de dinero para ir y a ver si me caso. Pos tantas ilusiones que trae uno. Y este, y todos allí, pos ni duerme uno del ruidajo del tren y luego no, no siquiera acojinado los asientos, ¿no? Pura tabla, pura tabla. Y a los lados de los furgones del tren, a los lados, bancas de madera y ___(?) también.
GM: Oh, entonces estaban en bancas todos.
EH: Ey, y cuál este, ni duerme uno nada.
GM: ¿No tenían comida?
EH: De comida nos daban unos sándwich de bologna, también a mí nunca me ha gustado la bologna. No, saben resecos y no, este… Pos mucho batalla uno, pero quiere uno ganar dólares.
GM: Sí, no, pos sí. Entonces si me puede contar más de cómo entró entonces en el tren, ¿verdad? Quiero que vaya paso por paso, a ver…
EH: Sí, sí, entonces entramos al tren, me acuerdo que ya cuando nos entramos, y luego luego puros allí que ya habían venido, ¿no? Decían: “Que ahorita te van a meter un plátano allá en”… (risas) Y que: “Una nuez, a ver si la qu[i]ebras”, y puras de ésas, ¿no? Y este, yo decía: “¿Por qué?, ¿qué onda?”. Y ya el camarada ese, porque sí nos venimos desde Guadalajara, Nicanor se llamaba el muchacho ese que le digo que fue un drabe(?) y este, cuando se vino, pos me vine con él. Y este, ese cuate: “No, no te creas”, dice, “no te creas, no es cierto”. “Sí”, dice, “ahí “encueran a uno y… Pero no, no te creas”. Y este, total que, oh, porque allí en Sonora cuando nos fuimos, nos venimos para Empalme, este, venía un hermano conmigo pero él no se vino para acá, él se regresó. Y entonces me decía: “No, vámonos. Vámonos, ni madre”. Y: “Yo pa allá no me voy. Yo pa allá no me voy porque este”… Me vine con dos pantalones y zapatos, unos zapatos y en la pisca del algodón ahí me acabé mi ropa.
GM: ¿Los dejaban traer mucha ropa?
EH: No, no, pos es que nos tenían en, tábamos como en unos ranchos, no hay. Entonces este, pos les digo: “¿Cómo voy a irme así?”, le digo. Pero en vez de llevar ropa o algo, dije: “La misma ropa que traigo y llevármela, sí”, le dije, “no, yo así no me voy”. Y este, y entonces como traía, creo que como $300 pesos ganamos ahí. Entonces le dije: “Toma y llévale este dinero a mi mamá”. Le di $250 pesos y yo me traje $50. Pero como ya veníamos a contratarnos, entonces ya no paga uno nada. Ya nomás allá por ahí en, allí mismo donde están la sala de contrataciones, allí ya miran en la lista. Porque va numerada las listas y para comer ya le hablan a la lista fulana, el número tanto y yo entraba a todas las listas. Y ya de ahí pos puras listas esas que vienen hasta aquí, hasta aquí ya en, luego luego cuando llega uno y los de la lista. Creo que la de nosotros era la cuatrocientos y algo y no, pos ya nomás oíamos y ya nos íbamos y nos quitábamos todos los de la lista. Y así, recuerdo que traía, ya nos habían esprayeado ya todo, pero traía yo un hambre y de: “¿Pos a qué hora nos van a dar de comer aquí?”. Y un saquillo y había una de esa como fuentecita de agua, de esas para… y iban y luego pasó un paletero, un paletero, no sé, ahí en Caléxico. Me acuerdo que, pos tenía que comprar la paleta, pos no me la iba a dar. Y le di mi billete de $50 pesos y me dio $3 dólares, $3.25. Ya dije: “Mire nomás lo que quedó mi billete”. Y ya, entonces de allí hay, había un centro, un centro de contrataciones, o sea ahí mismo en El Centro, ahí estaba otro. Eran unos casas largas, puras láminas arriba, como las barracas a donde nos llevaron cuando llegábamos. Una este… Mira nomás, a las cuatro de la mañana nos levantaban y a las cinco pa fuera, íbamos y agarrábamos nuestra… Daban puras porquerías, nos daban unas ánforas en puro tiempo de calor y mi cinto de mi ánfora y al troque. También los troques igual, troques nomás con una lona arriba y las bancas así por las orillas, las de redilas así al centro, como, igual que las del tren. Y llegábamos, entrábamos a las seis de la mañana y parábamos a las dos, hasta que ya llegábamos al campo a ver qué. Hacíamos una hora pa movernos y llegábamos tan cansados como, ya cuando comenzamos el desahije de betabel, ese trabajo es duro, duro, de lo más duro porque este, [a]gachas a echar, que quito todo ese, era el azadón así, mire, (ininteligible) todo el día andaba uno. Y los surcos, de a milla y no te podías enderezar.
GM: Todo el tiempo estaba agachado.
EH: Agachado, agachado. Te querías… yo este, nomás dejaba que se me durmiera la cintura. Ya dormido ya hasta, la sentía dormida pero ni me enderezaba pa nada y es…
GM: ¿Cómo cuántas horas seguidas así trabajando?
EH: Trabajábamos once horas, ocho horas. Y llegó a haber semanas que trabajábamos a doce, en la noche, como cuando andaba muy atrasados, metían una luz a medias, a medias iba caminando la luz y una luz adelante y otra atrás para ir mirando la planta. Trabajábamos cuatro horas en la tarde. Muchos, muchos este, yo, fíjese, salíamos a las… Llegamos a las tres de la tarde porque a las cuatro de la tarde a cenar. Entonces llegábamos todos, me acuerdo se quitaba uno la camisa y la exprimía.
GM: Sí, de sudor.
EH: Y quedaban las camisas blancas, blancas, pura sal. Y este, pero teníamos también en las orillas estaba un troque con los tambos de hielo, de agua con hielo y a medias, así es de que llegábamos y tomábamos agua, llenábamos la ánfora, anforita y ámonos, hasta la mitad, ahí otro. Pero anda uno sudando todo. Así es de que llegábamos y todos pegajosos y todo, pos al baño. [En]tonces se nos hacía llegar al baño y yo muchas veces me quedé sin cenar porque decía: “Mientras nos hablan a cenar voy a descansar un rato bañadito uno, a gusto”. Me quedaba dormido hasta las tres y media de la mañana que nos hablaban, a las tres y media, cuatro.
GM: Entonces todo ese tiempo, ¿qué hacía con el dinero?, ¿mandaba a la casa?
EH: Le mandaba a mi mamá. Mandaba a mi mamá y aquí le ponía. No crea que ganaba uno mucho, nos pagaban a $0.65 centavos la hora y nos cobraban $1.75 de lonche. No, no hacía uno dinero. Yo me acuerdo, y luego lo que nos quitaban, también para eso que no nos quieren dar, nos quitaban un dinero, un tanto por ciento.
GM: ¿Piensa que le quitaban dinero así como por comida?
EH: Sí, pos la comida nos la cobraban.
GM: Oiga y, ¿usted piensa que siempre les decían como cuánto le iban a quitar?
EH: No, no, ahí, ahí tenía $1.75, eso nos [quitaban] cada día.
GM: Para comida.
EH: Sí, por la comida.
GM: ¿Entonces usted siempre cómo recibía su dinero?, ¿había cheque o en efectivo?
EH: En cheque, no, no, en cheque.
GM: ¿Siempre en cheque?
EH: Sí, nos daban cheque.
GM: Y, ¿les daban recibo?
EH: No me acuerdo, no me acuerdo la verdad.
GM: Tonces siempre pensaba que…
EH: Y nomás me acuerdo porque anduve de primero, todavía de los primeros días, todavía seguimos como en Sonora, piscamos algodón. Todavía aquí alcanzamos pisca de algodón y nos traía numerados, cada bracero tenía su número. Entonces íbamos y pesábamos y ya dábamos el número y ya nos apuntaban las libras, ¿no? Y me acuerdo una semana que no, no agarré cheque y pos tuve que reclamar. Y entonces, es que mi número era el 103 y todas las pesadas, la estaban metiendo al 113. Entonces salí sin cheque y decía: “Pos, ¿por qué?”, y: “¿Por qué?”. Y entonces uno de los mayordomos, dice: “¿Sabes qué? Aquí está la clave”. Y entonces al que traía el 113 lo investigaron y sí, él traía mi dinero.
GM: So, le estaban dando doble.
EH: Sí. Me acuerdo que ese día, híjole, pos era sábado y pos está uno esperando. Había veces que nos decían: “Ahora vamos a salir media hora antes”. Y llegábamos el sábado y ya le decíamos a los mayordomos: “Pos dijiste que antes”. “Sí, pos vámonos”. Y llegábamos y de volada nos bañábamos y nos íbamos, ni cenábamos ni nada pa salir a Mexicali. Tábamos cerquitas, ahí estábamos, hubo un tiempo que estuvimos en, se llama la Coyota, el campo ese que estaba pegado al Centinela, al cerro el Centinela, ahí está por la línea. Se hacen cinco minutos a Caléxico y así que bien contentos ese día y que no, no me van dando cheque. Hijo de la fregada y: “¿Por qué?”, y: “¿Por qué?”. “No, pos vamos a investigar”. Y este, pero para eso ya tenía yo un amigo de Michoacán, porque ya salimos muy este, salimos buenos pal desahije. Y luego no nos, el primer día, luego luego nos apartaron y nos mandaron a otra cuadrilla. Esa cuadrilla le decían los Masca-fierros, me acuerdo. ¡Perros!, los hijos de la fregada, ¡buenos, buenos! Todos una cuadrilla bien parejita y nos metieron.
GM: ¿Pero qué hacían ellos?
EH: Puro desahije, pero andaban corriendo todo el tiempo. Y nos metieron a esa cuadrilla. Me acuerdo, el mayordomo le decíamos el Pingüino y todavía vive el señor ese, todavía vive. Y, pos esos recuerdos, esos recuerdos tengo de…
GM: ¿Pero como qué les hacían?, porque todavía no, tal vez no comprendo así todo lo que pasaba. ¿Qué tipo de trabajo tenía esa cuadrilla o qué?
EH: No, pos desahije, puro desahije de betabel, el de betabel, el desahije de betabel es el azadón así, se me hace que es de 4 ó 6 pulgadas, pero es cortito. Y el de lechuga no, ése es así más o menos, creo que es de 8 pulgadas. Y luego a veces unos, o sea que la tierra dura, dura, pegaba el azadonazo y aquí sentía en la mano. Y un día se salía con las manos, los brazos, el cuerpo todo, todo dormido. Yo dejaba que se me durmiera, digo, así ya no siento. Pero pa enderezarme, cómo batallaba uno pa enderezarse porque mucho, muchísimo trabajo. Yo creo que ya son, todo, los braceros estoy seguro que le dicen de esa clase de trabajo. El trabajo más duro era ése.
GM: ¿Usted cree que ahora tiene problemas así con su espalda porque se ve que se esforzó mucho?
EH: Pos este, no crea, este sí, sí me siento fregado, sí me siento fregado, pero pos eso ya, ¿ya qué se puede hacer?
GM: No, pos sí. Y, ¿puede contar más así como también del dinero?
EH: Pos mire yo, yo el dinero, este… En primer lugar yo casi cada semana me compraba una muda de trapos, pos todo el tiempo me ha gustado tener ropa y más o menos. Como cuando estuve muy chico, estuve trabajando en sastrería, antes de trabajar en la gasolinera estaba trabajando en sastrería ahí en Guadalajara. Entonces yo me hacía mi ropa, pantalones y mis sacos, todo, todo este, siempre me gustaba andar más o menos bien vestido. No tenía dinero, pero me gustaba, no. Y allí en la gasolinera yo agarraba muy bueno dinero.
GM: Y entonces…
EH: Entonces ya, ya aquí, pos compré ropa, compraba ropa, le dejaba dinero a mi hermana aquí en Mexicali y le mandaba a mi mamá.
GM: Entonces si, aquí tenía tiempo de hacer como otras cosas, como de recreación, ¿salían así con los otros braceros?
EH: No, cuando andaba de este, pos en las salidas que hacíamos a Mexicali, cada ocho días era de…
GM: ¿Entonces no se iban como al baile o al cine o así?
EH: Al cine, al cine, pos, pero me gustaba más el cine en Mexicali que aquí. Y luego allí El Centro nomás un cine, un cine hay ahí en El Centro, California y en Mexicali, pos hay muchos cines, así es de que… Salíamos en sábado y el lunes a las dos de la mañana nos veníamos pa la línea y allí de los mismos que nos llevaban, les dábamos se me hace que un dólar o $2, a personas ahí que trabajaban con nosotros.
GM: ¿Qué pasó con la novia que tenía?
EH: Ay, se casó con otro. Se casó con otro, es que yo ya no, ya no fui. Ya no fui. No, sí fui, sí, sí fui y este: “Pero tráeme a mi mamá, ya cuando tú”. Terminé mi contrato, me fui pa Guadalajara y me traje a mi mamá y ya, ya no volvimos. Se casó ella, pero ya yo aquí en Mexicali todo serio. Allí me hice este, una novia, pero no, no me casé con ésa. Me casé con una monjita, cuando este, no sé si recuerda, no sé qué, cuánto sepa usted de la religión, pero este, la católica, el Vaticano Segundo, o sea Juan XXIII que este, le habló, había mucha, estaba la Iglesia Católica muy empolvada ya muy, muy… muchos padres viejitos ya y muy… No, no tenían ni libertades, siempre estaban que: “No hagas esto porque, que Dios te castiga”, y que esto y que lo otro. Y que con la renovación de la Iglesia, Juan Pablo II, el Papa Juan Pablo II la renovó y ya miró, ya entramos con la teología de la liberación, ¿verdad? Que Dios no es un Dios castigador, es un Dios de amor, que no es Dios un ogro, que nomás está esperando que haga una cosa mala para castigarlo. Entonces ya es un Dios que perdona por más pecador que sea, Dios está todo el tiempo perdonando. Y entonces Juan Pablo II o Juan XXIII, como había muchas religiosas, monjas y muchos sacerdotes que los habían hecho por la familia, ¿no? Que querían que hubiera un sacerdote o algo en la familia, entonces ahí estaban, pero no por vocación. Entonces mi esposa era religiosa y la mamá vivía en Mexicali y cuando les dieron chanza a los, porque les dijeron a las religiosas que salieran seis meses y a los sacerdotes también, dejaron seis meses, si este, si eran fieles, entonces los volvía a recoger la Iglesia y si no, y si se querían casar, entonces les dio, les dio chanza de que se casaran y muchos sacerdotes se casaron. Y mi esposa la conocí en Mexicali cuando fui yo por mi mamá a traérmela de allá de Guadalajara. Entonces fue mi suegra a traer a mi esposa, porque mi esposa también es de allá de Guadalajara, ella es de Tequila.
GM: Y, ¿cuándo fue a recoger a su mamá?, ¿cómo en qué año?
EH: El [19]60, me parece.
GM: ¿Entonces usted era ciudadano o residente o todavía era bracero?
EH: No, era, pos era bracero. Tonces yo, pos el [19]58 fue cuando estuve de bracero, ya cuando yo cumplí mi contrato y me quedé ahí en Mexicali, entonces comencé a trabajar en una sastrería y el [19]60…
GM: Pero entonces cuando se terminó ese contrato usted se fue a Mexicali.
EH: El [19]69 cumplí este…
GM: Oh, ¿el [19]69 se fue a Mexicali?
EH: No, el [19]59, el [19]58 comencé mi contrato y el [19]59 lo cumplí.
GM: Okay, ¿luego entonces el [19]59 se fue a Mexicali?
EH: Pa Mexicali, sí.
GM: Y, ¿entonces cuánto tiempo duró allí antes de que se vino de nuevo?
EH: No, pos yo duré muchos años viviendo en Mexicali, pero yo emigré el [19]62.
GM: ¿Era residente?
EH: Ah, sí, [19]62, el [19]62 hasta… el [19]62 allí estuve viviendo, ya cumplí mi contrato, ahí estuve en Mexicali, ya ahí trabajé en una sastrería. El [19]62 arreglé y comencé a trabajar en Caléxico, pos en Caléxico, en una tienda de ropa. Pero ya emigrado, pero siempre, vivía, es que se la pasa uno bien suave. Ya con papeles sí. Gana uno dólares aquí y gasta, digo, gana uno dólares aquí y allá gasta uno dinero, le rinde a uno.
GM: ¿Entonces qué tipo de trabajo tenía allá en los Estados Unidos cuando regresó?
EH: Aquí, no le digo, este, una tienda, una tienda de ropa. Yo hacía toda la compostura, como los pantalones, ya ve que los venden ahí en las tiendas y yo les tomaba las medidas y yo les hacía la valenciana. Los sacos que les quedaban mangas las, las mangas largas se las encogía o se las bajaba y así, los arreglaba de cintura. Era trabajo de sastre.
GM: Oh, bueno.
EH: Entonces estuve trabajando hasta el [19]70 y el [19]70 ya nos vinimos. En el [19]64 nos casamos en Mexicali y ahí estuvimos, [es]tuvimos viviendo hasta el [19]70 que nos venimos ya para acá, para Cathedral City.
GM: Oh, okay, ¿aquí en California?
EH: California, sí. Y la ciudadanía la agarramos, no recuerdo exactamente, pero tenemos como unos diez o, como diez años que somos ciudadanos. Aquí nacieron, los primeros cinco hijos nacieron allí en Mexicali y los últimos dos ya nacieron aquí en Estados Unidos.
GM: Entonces tiene cuatro hijos.
EH: Seis.
GM: Oh, seis.
EH: Siete.
GM: Oh, siete.
EH: Sí, son… nacieron cinco en Mexicali y dos acá, son siete, son cuatro hombres y tres mujeres.
GM: Entonces llévenos pa atrás cuando estaba de bracero, ¿usted no notaba si había como conflictos como entre los mayordomos y los braceros o de los patrones?
EH: Ahí yo miré, miré una vez que un Jindo(??), le decíamos un Jindo(??), cuando, cuando…
GM: ¿Qué es un Jindo(??)
EH: Golpeó, ese Jindo(??) golpeó a un bracero.
GM: ¿Qué es un Jindo(??)
EH: Jindo(?) es un, es como negro, es un… Pos así le decían, El Jindo, yo no…
GM: Que golpeó a un…
EH: Golpeó a uno del este… Y pos nomás eso.
GM: Y, ¿esto dónde pasó, en el Imperial Valley?
EH: Este pasó, este, jue en… ¿En dónde estábamos en ese tiempo? Fue en Brawley, me parece.
GM: ¿No sabe por qué?
EH: Yo, yo no sé, lo que sí miré que le dio una cachetada.
GM: Oh, ¿entonces él no era un patrón, uno de los patrones?
EH: Era, era como patrón, era como patrón y le dijo el muchacho, era un chavalo, dice: “Ahora te voy a reportar”. Dijo: “Repórtame”, san… ¿san qué? San bar… dijo bastardo, algo así, en inglés. Y yo nomás me gustó la palabrita, digo, se me pegó, no le gustó. “San barter[bastard]”, dijo bastardo, ¿vedá? Y hasta después, un día le pregunté: “Oye, ¿qué es eso?”. Dice: “Es hijo bastardo”, como un hijo de…
GM: Sí.
EH: ¿Vedá?
GM: Vaya, entonces es el único problema que pasó. ¿No sabe por qué?
EH: Sí, ese, eso fue, no, no, es que yo no sé qué, qué le diría.
GM: Y, ¿no habían braceros que se enojaban por el pago, por el dinero? Así conflictos de ese tipo como las…
EH: No, yo, yo nomás esa vez que se me… que hubo ese error conmigo. Y pos allá, allí en el campo, como ya son unas barracas largas, unas… y luego camas arriba y abajo y había que llegaban unos bien tomados y un desgarriate y luego los, llegaban los patrones también a ver, a ver los cocineros y los mismos cocineros eran braceros también. Nomás que por, porque ganaban un poquito más ahí maltrataban también a los mismos, ey.
GM: Oh, sí, tonces no los trataban bien. ¿De qué manera los trataban mal?
EH: Pos este, que: “¡Pendejo!”, que: “No sean huevones”, que: “¡Órale!, cabrón que aquí no venimos a mantener”, quién sabe qué. Pos no, no, nadie estaba, (ininteligible) el que no tiene, no trabaja. Si tomas o algo, pos es tu dinero y este, pero ahí los mismos, los mismos, nomás los más jodones, ¿vedá? Y pues es todo lo que tengo que…
GM: Y no sale el tipo de comida, ¿qué comida tenían allá, entonces? (ruido)
EH: Yo a veces, a veces no comía porque el caldo, la carne, este, colorada.
GM: Unas preguntas también. Me está contando de lo que comía allí, ¿entonces le daban comida así mexicana?
EH: No, no, comida este, pos puro caldos, puro caldo, por lo regular caldo y este… Pos la verdad que yo me acuerdo que la mayoría puro caldo, caldo de colas, cola de res y caldo de, pos de este… Y el desayuno puro huevo así como torta de huevo, era todo, todos los días. Y los frijoles, pos nosotros estábamos impuestos a freírlos, frijoles fritos, no, todo el tiempo puro frijol de la olla.
GM: Y, ¿cómo lavaban la ropa?
EH: No me acuerdo fíjese, ni cómo lavábamos. No, sí, sí habían, habían lavaderos ahí en los baños donde nos bañábamos, había como unas, como unas tinas así desde el lavamanos grandes, y ahí había así como lavaderos, una lámina así como con costillas.
GM: Oh, de esas láminas.
EH: Sí, allí lavaban, lavaba yo mi ropa porque este, pa sacar, quitarle la sal, porque quedaba blanca la…quitarle la sal y si, porque si no le quitaba uno la sal, se despedaza la ropa. Entonces la secaba y luego en donde dormíamos ahí poníamos unos hilos y de una cama a otra ahí poníamos, ahí secábamos nuestra ropa, sí.
GM: Ahí tenía.
EH: Ey.
GM: Sí, tienen muchos baños ahí.
EH: Y todos los días.
GM: Sí, ¿todos los días lavaba?
EH: Sí, sí, todos los días, pos la ropa que traía uno, sí.
GM: Y, ¿había mucho mueble ahí?
EH: Ya ni me acordaba cómo… Sí, no, no, pos cuándo, pos nomás, era todo lo que teníamos, [en] las camas poníamos ahí un cordón.
GM: Entonces donde vivía usted, antes vivían en campos, ¿verdad, de bracero?
EH: Sí.
GM: ¿Verdad? Y, ¿alrededor como qué tipo de comunidad era donde vivían?
EH: Pos taban los campos muy afuera de las casas. Taban, taba solo, era como un desierto.
GM: Oh, entonces casi no había.
EH: No, no, no había gente, digo…
GM: Mexicanos, güero, ¿nada?
EH: No, puro mexicano.
GM: Bueno, pues ya las últimas ahora sí. Estas son las reflexiones más finales como: ¿qué significa el término bracero para usted?, como la palabra de bracero.
EH: Pos la palabra bracero es, pos por ahí nos pusieron bracero que trabajábamos con los brazos, cuál maquinaria, cuál nada. Entonces no había maquinaria, por eso eran los braceros todo el trabajo puro brazo.
GM: ¿Entonces usted cómo se siente de ser llamado, haberse llamado bracero?
EH: Pues mire, aunque muy duro, muy duro, pero pos aquí estoy ahora ya… Lo que sí no estoy de acuerdo con estos bancos tan sinvergüenzas porque si ese dinero que nos quitaron es de nosotros, ¿por qué no nos lo quieren dar? Ahora, ya se hizo la cuenta de que una persona como yo que trabajé seis meses, en el tiempo que tengo de réditos, de todo lo que es réditos se va duplicando, duplicando. Yo ya este, $10,000 dólares que estamos pidiendo, ya los pasé. Y no quieren, ahora, eso nomás yo, pero cuántas personas, cuántos braceros que vinieron y están en el contrato más grande que había, dieciocho meses y luego cumpliendo los dieciocho meses y se salían y volvían a renovar otra vez. Todas esas personas que trabajaron tanto tiempo y no les quieren dar nada. Entonces yo miro ahí una justicia, es una injusticia porque… Ahora, pos es dinero que nos quitaron, es dinero nuestro. Yo no quería este, cuando nos dijeron de esto, yo no quería nada, le digo. Pero me dijo una también que es religiosa, Raciel y Ventura que son los que están pos encargados del programa este, ella anda trabajando con ellos, Rosa Marta, una religiosa que nosotros nos educamos con ella porque yo no sé si estará bien en decirle algo, pero yo iba, o no sé si usted sepa lo que es un diácono. Un diácono es un servidor, como un sacerdote en la religión católica. Nomás el diácono no puede consagrar ni confesar, pero de ahí todo lo que hace el sacerdote lo puede hacer el diácono. Entonces yo estuve estudiando para diácono y Padre Patricio y Rosa Marta, que están muy metidos también en el programa de bracero, me dijeron, dicen: “Si han estado nombres de bracero”, le digo: “Sí. Pero, ¿qué va a andar pidiendo, qué voy a andar pidiendo? O sea los diez [mil dólares]”. “No, no, no le estás pidiendo nada, es tu dinero. Ese dinero es tuyo, no les vas a pedir nada”. Entonces por eso estoy, estoy peleando. Y, no peleando, pos estoy en contra de la injusticia, y muchos, mucha gente yo miro que están luchando de, ¿pos yo por qué no voy a luchar? Porque algunos ya se, se (ininteligible) y ya dejaron la cosa por la paz. Pero yo miro a Ventura y a Raciel que ahí andan ayudando a uno y sin interés de nada, y ahora ustedes también ayudándonos, pos tenemos que… como le digo, yo no puedo aportar mucho, pero es lo que puedo aportar.
GM: La historia es muy importante, ¿verdad? Y también pues me gustaría saber si haber sido bracero, ¿cómo se siente que su experiencia, fue más positiva o negativa haber trabajado como un bracero?
EH: Mire, pos yo miro muy positiva la este, para esta nación muy positiva porque nosotros a esta nación la hemos levantado. El bracero le dio mucha, mucha, levantó mucho aquí a este país. Entonces este, yo miro, es cosa muy positiva. Ahora, lo que miro negativo que este presidente quiera otra vez hacer el programa braceros. Pero si no, si no cumplen ya con lo que no nos han cumplido, con lo que nos deben, ¿pa qué quieren meter éste otro programa otra vez? Esa parte yo no, yo la miro como negativa, para mí no sirven el Programa Bracero. Si van a dar amnistía, que la den pa que arreglen ya todas estas personas que están, que ya tienen años aquí.
GM: ¿Entonces usted cree que el haber sido bracero cambió su vida en algo?
EH: Pos sí, sí cambió, sí, a mí sí me cambió, porque parece que me hice más formal, o sea por el trabajo. Me hice más responsable. Y yo del momento que yo puse un pie en este país, yo no me sentí otro, muy arriba, pero hubo un cambio. Hubo un cambio y ha sido para bien, para bien pos. Cosa que pasamos por allí cuando anduve de bracero, a mí me sirvió. Son cosas muy duras, el calorón y todo, toda esa cosa. Mirar gente que se insolaba, porque me tocó mirar a mí a tres personas que se insolaron. Ésas las mandaron para México luego luego. Entonces pos yo digo, superamos eso.
GM: Bien, pues muchas gracias por todo y gracias por compartir su historia con nosotros, ya que es algo muy importante, ¿vedá? Que se tiene que hacer como nos ha dicho en el pasado, pero a ver, déjeme apagar esto.
Fin de la entrevista
Interviewer
Murillo, Grisel
Interviewee
Hernández, Eusebio
Location
Coachella, CA
File Name Identifier
Hernandez_COA032
Citation
Murillo, Grisel and Hernández, Eusebio, “Eusebio Hernández,” Bracero History Archive, accessed November 24, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/365.