Heriberto Rivas Lugo
Title
Heriberto Rivas Lugo
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Heriberto Rivas Lugo was born on July 4, 1935, in Arivechi, Sonora, México; he is the eldest of his five sisters and three brothers; his parents were agricultural workers; although he liked school, he was formally educated only through the sixth grade; when he was sixteen, he came to the United States illegally, and he continued working there for a few years; later, in 1955, he obtained a bracero contract; by 1958, he was able to legally immigrate to the United States.
Summary of Interview: Mr. Rivas briefly chronicles his family and childhood; during his adolescence he saw no future for himself in helping his dad work the land nor did he see the opportunity to further his education; when he was sixteen, he came to the United States illegally; he was caught by immigration officials, and they told him about the bracero program; in 1955, he was able to obtain a bracero contract in Hermosillo, Sonora, México; he describes sneaking into the center, because there were more than twenty thousand men, and he knew he would not make it; he was then transported by train to Mexicali, Baja California, México, and then to Calexico, California; while there he was medically examined, which included being x-rayed and fumigated; initially, the work was very difficult, because he did not know what to do; after completing an eighteen month contract, he had to return to México, but his boss gave him a card that allowed him to quickly pass through the contracting center and return to the United States in three days; he explains that there were about five hundred braceros at the camp, and of those, sixty-five, including himself, were chosen to stay year-round; moreover, he details the living and working conditions, housing, provisions, duties, daily routines, payments, and deductions; in addition, he describes the entire process he underwent to obtain legal documentation; by 1958, he was able to immigrate to the United States.
Summary of Interview: Mr. Rivas briefly chronicles his family and childhood; during his adolescence he saw no future for himself in helping his dad work the land nor did he see the opportunity to further his education; when he was sixteen, he came to the United States illegally; he was caught by immigration officials, and they told him about the bracero program; in 1955, he was able to obtain a bracero contract in Hermosillo, Sonora, México; he describes sneaking into the center, because there were more than twenty thousand men, and he knew he would not make it; he was then transported by train to Mexicali, Baja California, México, and then to Calexico, California; while there he was medically examined, which included being x-rayed and fumigated; initially, the work was very difficult, because he did not know what to do; after completing an eighteen month contract, he had to return to México, but his boss gave him a card that allowed him to quickly pass through the contracting center and return to the United States in three days; he explains that there were about five hundred braceros at the camp, and of those, sixty-five, including himself, were chosen to stay year-round; moreover, he details the living and working conditions, housing, provisions, duties, daily routines, payments, and deductions; in addition, he describes the entire process he underwent to obtain legal documentation; by 1958, he was able to immigrate to the United States.
Creator
Guerrero, Perla
Rivas Lugo, Heriberto
Date
2006-05-13
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Heriberto Rivas Lugo
creator (Spanish)
Guerrero, Perla
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini Disc
Duration
47:34
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Heriberto Rivas Lugo
Fecha de la entrevista: 13 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Perla Guerrero
El señor Heriberto Rivas Lugo, el 5 de, el 13 de mayo del año 2006 en Los Ángeles, California.
PG: Si me puede decir su nombre por favor y en dónde nació y en qué año.
HR: Mi nombre es Heriberto Rivas Lugo, yo nací en Arivechi, Sonora el 4 de julio de 1935.
PG: Muy bien. Me puede decir un poquito sobre su familia en México, ¿cuántos fueron de familia, hermanos, hermanas?
HR: Fuimos ocho de familia, cinco hermanas y tres hermanos, mi papá y mi mamá.
PG: Y, ¿los nombres de sus padres?
HR: Rubén Rivas Acedo y María Lugo.
PG: Muy bien.
HR: López.
PG: López.
HR: Por, de soltera.
PG: ¿Usted fue el mayor de los hombres?
HR: Yo fui el mayor.
PG: El mayor.
HR: De todos.
PG: De todos. Y dijo que tenía, tuvo dos hermanos más.
HR: Sí, somos tres hermanos y cinco hermanas.
PG: ¿A qué se dedicaban sus padres?
HR: Pues a la siembra de maíz, de trigo y es lo que era lo más básico allá.
PG: Sí, de su poblado de donde vino, ¿era un rancho, era un pueblo?
HR: Era un pueblo como de, cerca de dos mil habitantes.
PG: Ah, muy bien. Y, ¿su familia ya tenía mucho tiempo que vivía ahí?
HR: Sí, ahí nacieron ahí.
PG: Ah, okay. De qué edad, ¿pudo ir a la escuela?
HR: Fui a la escuela, a la primaria, sesto [sexto] año y hasta ahí nomás fui.
PG: Y, ¿por qué no siguió cursando la escuela?
HR: Porque pos no, no había medios para, para, teníamos que trabajar, pues.
PG: ¿[A] usted le hubiera gustado seguir estudiando?
HR: Sí, cómo no.
PG: ¿Sí? ¿Usted se salió de la escuela por sí mismo o su papá lo inculcó a…?
HR: Es que ahí en el pueblo no había más que hasta sesto año.
PG: Ah, muy bien.
HR: Para ir a la secundaria o a otra parte, necesitaba salir y pues hacer gastos y no estaba uno en condiciones de, pa poder hacer gastos.
PG: Entonces, ¿qué pasó cuando dejó de ir a la escuela, cuando ya se acabó la…?
HR: Pues cuando yo, fui a la escuela hasta los quince años y pos un año, un año ahí le ayudaba a mi papá ahí en las siembras. Pero yo miré que no había futuro y no había posibilidades tampoco de estudiar. Y decidí, decidí venirme a los dieciséis años, me vine.
PG: A los dieciséis. ¿Qué año fue cuando se vino?
HR: Yo me vine en 1952.
PG: En el [19]52.
HR: El 10 de febrero.
PG: Ah, muy bien. Y, ¿no se vino como bracero?
HR: No, me vine, este, sin papeles y fui a, yo fui a trabajar a Sacramento a un pueblo que se llama Woodland, California. Allá trabajé hasta el [19]54 y cuando vinieron las contrataciones de braceros en Hermosillo, yo entré el último día que hubo contrataciones ahí, que fue el 5 de mayo de 1955.
PG: Entonces, ¿de aquí de California se regresó a México a entrar como bracero?
HR: No, es que me echó La Migración afuera.
PG: Ah, ah okay.
HR: Y ya no iban a, ahí nos decían en Nogales que ya no le hiciéramos lucha porque ya no iba, ya no iban a darle trabajo los rancheros a la gente sin papeles.
PG: Sin papeles.
HR: Pero que iba a haber otro medio de cómo, de cómo venir para acá por medio del programa de bracero.
PG: ¿Qué es lo que hizo cuando se vino sin papeles? ¿Qué estaba trabajando en la pisca?
HR: Yo trabajé allá en Woodland en el riego de betabel, de alfalfa y de tomate. Eso es lo que hacía allá. Y también la limpieza del tomate y del betabel, en diferentes cosas.
PG: ¿Por qué decidió a los dieciséis años irse de su poblado acá sin papeles?
HR: Porque fíjese nomás, eran, nosotros éramos una familia muy numerosa y no había trabajo ahí en el pueblo y yo miré desde entonces que yo necesitaba hacer algo para ayudar a mi familia. Y es lo que, es lo que, fueron mi meta, venirme y ayudar a mis, a mis padres y a mis hermanos.
PG: ¿Alguien le dio la idea?
HR: No, yo.
PG: ¿Había escuchado algo sobre Estados Unidos?
HR: Sí.
PG: O sobre, ¿qué había escu[chado]?
HR: Pos mi papá ya había venido.
PG: Ah, su papá.
HR: Y mi papá ya había venido y munchos de ahí del pueblo habían venido y entonces…
PG: ¿Qué era lo que contaban de Estados Unidos cuando regresaban o qué era lo que decían después de regresar?
HR: Pues cuando llegaban allá, pos contaban que trabajaban, pero llegaban con ropa muy buena, zapatos muy buenos y yo creía que así andaban todo el tiempo. Pero ya cuando vine acá, ya miré que no era así. Las, la ropa de trabajo la tiraban porque en el tomate, si metía la ropa a piscar tomate, ya no servía.
PG: Sí, porque se mancha.
HR: Sí, se manchaba y que quedaba muy fea. Entonces la gente de la ropa de trabajo la desechaba y llegaban con pura ropa nueva ya o buena este, y yo creía que no estaba tan duro para acá, pero ya cuando yo llegué allá, miré que no, estaba muy duro.
PG: Estaba duro.
HR: Y luego pos yo estaba muy chavalo.
PG: Sí.
HR: De dieciséis años. Pero pues me hice a la idea que yo había venido a buscarle y a trabajar.
PG: ¿Cuánto tiempo duró entre sus dieciséis años y cuando lo echaron de California o cuántos meses fue?
HR: Me echaron varias veces, pero yo me regresaba, pero este…
PG: La última vez, ¿entonces cuándo?
HR: La última vez fue en agosto de 1954 que…
PG: Y, ¿cuántos años tenía?
HR: Pos ya tenía yo como… [19]55, [19]56, [19]57, [19]52, [19]53, [19]54. Ya tenía como dieciocho años. Iba para diecinueve años.
PG: Y entonces lo echaron de Estados Unidos y, ¿se regresó a su poblado?
HR: Me fui a mi pueblo.
PG: Se fue.
HR: Y allá yo llegué en agosto, en el tiempo que se sembraba el maíz y me puse a sembrar maíz. Y en, en marzo, cuando estaban las contrataciones del [19]55 me vine a Hermosillo.
PG: Y, ¿cómo?
HR: Y me contraté ahí en Hermosillo, en 5 de mayo.
PG: Y, ¿como cuál es el proceso de contratación? De su pueblo, ¿usted se fue solo?
HR: No.
PG: ¿Pasó la Presidencia?
HR: ¿Cuando me fui a contratar?
PG: Sí.
HR: Nos fuimos, nos fuimos, porque había pueblo chico. Arivechi es un pueblo chico de dos mil habitantes, nos fuimos varios entre hombres ya mayores y jóvenes, pero yo era el más joven. El más chico. Y, ¿cuál es el proceso, fue a la Presidencia, tuvo que obtener una carta?
HR: Sí, ahí sacamos una carta en la Presidencia Municipal y…
PG: Y, ¿qué era lo que decía esa carta?
HR: Pues este, pues era como una carta de que, de que en qué se, a qué se dedicaba uno allá y este, para como referencia, ¿no? Porque no tenía, no tenía. Yo me vine sin nada, ni un papel, nomás esa carta para contratarse y no traía ni acta de nacimiento, hasta que mandé pedir, porque mi idea era que necesitaba ésa, esos papeles.
PG: El, su acta, ajá. ¿Le cobraron algo por la carta o fue gratuito?
HR: No, no, no. Fue gratuita ahí en, a todos nos daban las cartas ésas.
PG: ¿Tuvo que obtener una ficha o fue el que quería?
HR: Mire, ése, ahí como fue el último día de contrataciones había más de veinte mil gentes ahí y entonces, entonces yo cuando miré que ya sabíamos que era el último día, entonces yo dije: “Yo tengo que entrar a como dé lugar”. [Es]taba cuidado por los soldados todo alrededor.
PG: Y, ¿eso en dónde es, en qué?
HR: En Hermosillo fue.
PG: En Hermosillo.
HR: En Hermosillo.
PG: Okay.
HR: Y la razón que cambiaron la contratación pa Guanajuato fue porque había mucho destrozos en el comercio y todo. Y entonces yo mirando que iba a ser el último día de contratación, pos yo, la gente que estaban contratando, le hablaban y se iban allá en medio, pero éramos más de veinte mil. Entonces yo lo que hice, me puse a vigilar a los soldados y en una chancita que tuve me pelé. No me hablaron a mí, sino que me pelé por al lado y ya estando allá, pos me contraté. Y los demás que de allá de mi pueblo, decían: “¿Cómo le hiciste? ¿Cómo le hiciste?”.
PG: (risas)
HR: Pero yo, yo dije: “Es que es el último día, yo tengo que entrar”. Y así le hice. Vigilé a los soldados.
PG: A los soldados. ¿Cómo fue que llegó de su pueblo a Hermosillo? ¿Pagó usted por, viajó por tren, lo pagó usted?
HR: En troques.
PG: En troques.
HR: Sí.
PG: Ah, okay.
HR: Porque no había camiones para ir allá. Se venía en troques uno de, troques que llevaban de Hermosillo alimentación como azúcar, café, todo lo que necesitaban y cuando venían de allá, pos venías, nos veníamos; pues les pagábamos el pasaje a ellos.
PG: ¿Cuánto tiempo se hace de su poblado a Hermosillo?
HR: En ese tiempo se hacían dos días.
PG: Dos días, ¡wow!
HR: Ahora se hacen tres horas y media.
PG: ¡Wow!
HR: Pero es que iba por…
PG: Por sierra.
HR: Por cerros y todo eso.
PG: Entonces cuando logró colarse, ¿qué fue lo que pasó después?
HR: No, pos como ya estaba adentro, pos me contrataron ahí porque todo el que estaba ahí adentro se contrató y jue ese día nomás.
PG: Y, ¿qué era? ¿Cómo lo contrataban?, ¿se formaba en fila?
HR: Sí, formaban a uno en fila y ahí lo, ahí le este… lo entrevistaban, lo anotaban nombre y todo y luego lo echaban en el tren, porque no había carretera pa Mexicali, no había carretera. Se venía en el tren uno hasta Mexicali, de ahí de Benjamín Hill, un pueblo. Hasta ahí llegaban los camiones nomás para acá pal norte no había camiones. Se venía en el tren a Mexicali.
PG: ¿Cuánto tiempo se hace de Hermosillo a, en el tren?
HR: En…
PG: ¿Hasta el punto final?
HR: Bueno, de Hermosillo como unas dos horas ahí a Benjamín Hill que era donde estaba la estación del tren y de ahí de Benjamín Hill.
HR: Ahí agarraba uno, lo echaba en el tren y pa Mexicali se hacía toda la noche.
PG: Toda la noche.
HR: Sí, y amanecía uno en Mexicali.
PG: Y, ¿ustedes tuvieron que pagar por ese transporte?
HR: No, ya eso ya no, ya era del, del mismo programa de los braceros.
PG: Y, ¿cómo?
HR: Y ahí en Caléxico, ahí entraba uno y ahí hasta lo fumigaban a uno y luego lo llevaban al centro y ahí le ponían rayos X y todo lo que, lo revisaban pues, que estuviera uno bien y todo eso.
PG: Los trenes, ¿en qué condición estaban?, ¿eran trenes pasajeros?
HR: Pasajeros.
PG: ¿Pasajeros?
HR: Sí.
PG: Entonces ustedes, ¿iban sentados?
HR: Sentados.
PG: Sentados, ustedes.
HR: Sí.
PG: ¿Había escuchado algo sobre el Programa Bracero antes de meterse?
HR: Sí, ya había oído.
PG: Y, ¿qué era lo que habían dicho del programa?
HR: Y ya había habido contrataciones en Mexicali, en Mexicali ya había habido contrataciones. Mi papá estuvo contratado en los [19]40 y tantos.
PG: Y no, no, ¿había escuchado algo particular sobre el programa o qué era lo que decían del programa?
HR: Sí, pos era, sí, sí ya yo estaba bien informado de todo.
PG: Por ejemplo, ¿qué era lo que usted sabía del programa antes de que entró?
HR: Pues del programa sabía yo que lo traían ahí a El Centro, California, ahí y ya de ahí los distribuían a, los distribuían para todo el estado de California. Porque ahí era, ahí en El Centro, California era para el estado de California y Yuma es parte de ahí también. Y ya yo sabía porque desde que salimos de allá de Hermosillo, en la tarjeta ahí decía que, que íbamos exclusivo nosotros todo un grupo al Valle Imperial.
PG: Ah, ¿desde allá ya sabían?
HR: Ya sabíamos que ahí en el tren todos, porque otros iban para Sacramento, pa Yolo, para Stockton, Fresno y nosotros, esos les podía tocar pa cualquier parte de allá y nosotros no. Nosotros ahí en el, en la tarjeta decía que era para el Valle Imperial. Nosotros no podíamos, si queríamos, yo me hubiera ido para Sacramento, que allá conocía yo. Entonces, pero como no pude porque veníamos, veníamos ahí al, ahí al Valle Imperial, pues ahí, ahí me tocó.
PG: Entonces a usted le dije, les dijeron simplemente: “Les toca el Valle Imperial”.
HR: Sí.
PG: No les dieron la opción de…
HR: No.
PG: De dónde querían ir.
HR: No.
PG: Entonces de Mexicali se…
HR: Allí entramos a Caléxico.
PG: Ah, okay.
HR: Y ahí nos, nos fuimos en los buses de los, de los buses de los braceros. Nos llevaban a El Centro, California. Ahí estaba, ahí toda la gente que venía a California ahí llegaba para hacerles examen médico y todo lo que requería del…
PG: Ah, mencionó antes, este, el examen médico de, de…
HR: Ah, la fumigada.
PG: ¿Qué era de que, qué era lo que hacían cuando en el examen?
HR: En Caléxico lo fumigaban a uno. Le echaban para si traía alguna cosa, algo de animales o algo, pues, que ahí se morían con la fumigación.
PG: ¿Se tenían que quitar la ropa o era con todo y ropa o se quitaban la camisa?
HR: No, no. Ahí era con todo y ropa.
PG: Oh, ¿con todo y ropa?
HR: Con ropa. De donde ya sí le quitaban, se quitaba uno la ropa, era en El Centro. Allá donde le hacían el examen médico.
PG: ¿Entonces fueron dos exámenes médicos?
HR: Bueno, ahí fue fumigada.
PG: Ah, fumigada.
HR: No fue doctor ni nada.
PG: Oh, okay.
HR: Fumigada para si traía, por cada vez pues que, en (ininteligible) donde hay mucha gente a veces se puede agarrar alguna cosa uno de piojos o algo, ¿no? Y con la fumigada se moría y luego de ahí lo llevaban a El Centro y allá sí lo miraban los médicos, lo revisaban bien a uno y le…
PG: ¿De qué lo revisaban o qué era, cómo era? ¿Qué era lo que les hacían?
HR: Bueno, nos hacían, nos quedábamos con la pura, con la pura ropa en calzoncillo nomás y nos revisaban, nos agachaban y nos revisaban, yo creo sería relacionario con, con las hemorroides, algo, ¿no? Y luego ya lo pasaban a los rayos X y ahí le tentaban acá o abría la boca uno y todo eso, ey.
PG: ¿Le tocó ver que hayan regresado a personas?
HR: Sí.
PG: ¿Sí? Y, ¿decían por qué o nada más lo echaban de la línea?
HR: No, les decían por qué. Muchos que estaban malos del pulmón o algo, ¿entiende? Y los devolvían.
PG: Oh, okay. Y, usted que pasó, que todo estuvo bien.
HR: [Es]tuvo bien.
PG: ¿Qué era lo que…?
HR: Sí, todo, todo, salí bien yo de todo.
PG: ¿Entonces de ahí a dónde lo mandaron?
HR: De ahí, como le digo, íbamos al Valle Imperial. De ahí de El Centro, nos mandaron a otro lugar en el mismo [El] Centro, que ahí era La Asociación de El Centro, California, La Asociación de bracero. Ya ahí iban los que necesitaban los trabajadores, si querían un grupo de veinte o treinta y ahí se lo llevaban a uno. Ésa era la, era diferente, era la otra. Entonces nos llevaron ahí y ahí me, ahí fue onde me llevaron a mí a ese campo y ahí trabajé como casi todos los cuatro años yo.
PG: Oh, ¿estuvo aquí cuatro años continuos o iba y venía?
HR: No, por ejemplo, mire, cuando uno se contrataba, podía, le renovaban el contrato por tres meses según el ranchero lo que consideraba el tiempo que tenía trabajo. Si tenía tres meses, pos tres meses; si tenía seis, seis meses, pero no más de seis se renovaba y completaba dieciocho meses. Cuando completaba los dieciocho meses, entonces ahí mismo le daba la compañía o el ranchero una carta para que se fuera a contratar otra vez a México. Pero nomás duraba dieciocho meses. Y luego venía y también duraba de, si hallaba una compañía que tenía trabajo todo el año, entonces, también otros dieciocho meses. Así fue como estuve yo.
PG: Y, ¿cuánto tiempo estuvo en México? O sea después de que se cumplieron los dieciocho meses y se tuvo que regresar a México a volver a contratarse, ¿fue de inmediato o tuvo…?
HR: De inmediato.
PG: Inmediatamente.
HR: En tres días fui y vine.
PG: Ah, okay, okay.
HR: Luego luego, porque le daban a uno una carta, la presentaba allá en Empalme, ya entonces estaban los braceros en Empalme, ahí taban las contrataciones y llegaba uno en la tarde, iba y presentaba la carta y otro día en la mañana le hablaban a uno y también este, le hacían el mismo procedimiento. Ya en ese tiempo ahí sí, sí ya le ponían rayos X y todo allá.
PG: Sí, ya.
HR: Sí.
PG: Entonces la primera vez que le, ¿en qué le tocó?, ¿qué tipo de pisca, fresa, melón?
HR: Trabajé, trabajé, en la lechuga. En el, en la zanahoria y esa, esa compañía tenía diferente trabajo, en la cebolla y el ajo. Se terminaba una, la lechuga y luego venían que la limpia de la cebolla, la cosecha de la cebolla y el ajo; la ocra también.
PG: ¿Trabajaba cinco o seis días o siete?
HR: Seis días.
PG: ¿Seis días?
HR: El domingo nomás descansábamos.
PG: Y, ¿qué era lo que hacían el domingo? No sé.
HR: El domingo pos nos dedicábamos a lavar la ropa y pos a descansar, a leer, algo. Yo todo el tiempo tenía mis, mis revistas. Iba a Mexicali y me compraba mis revistas y las leía ahí en el, durante la semana.
PG: ¿Entonces podían salir, por ejemplo, los domingos podían salir de…?
HR: Los domingos sí, ya del sábado en la tarde podía uno salir. Pero yo, yo como pos no, no, casi me quedaba yo mejor. Porque solamente cuando ya no tenía revistas salía e iba al cine y me compraba más revistas para leer durante la semana.
PG: Para tener algo que leer. Había, entonces entre ustedes no se juntaban a, no sé…
HR: ¿A platicar? Sí.
PG: Platicar, cartas.
HR: Sí.
PG: Jugar.
HR: Sí.
PG: ¿Sí?
HR: Sí, cómo no. Había, porque ese campo llegó a tener, llegó a, cuando estaba el trabajo de la lechuga, el repollo, la limpia de cebolla; ahí llegó a haber hasta cuatrocientos, quinientos braceros.
PG: ¡Wow!
HR: Pero, de esos quinientos nos quedábamos sesenta y cinco todo el año. Esos sí, sesenta y cinco era lo que, agarraban de cada cuadrilla dos o tres, los que, los que trabajábamos más duro y era, se hacía una cuadrilla y esos sí trabajábamos todo el año. Por eso es que yo duré tanto.
PG: Oh, tanto tiempo
HR: Porque, los que venían en las cosechas del repollo, lechuga, zanahoria, trabajaban nomás la zafra ésa, la pisca era y ya los entregaban a La Asociación. Pero nosotros, casi era el mismo grupo que quedamos sesenta y cinco para trabajar en lo que fuera ahí, ey.
PG: ¿Dónde los hospedaban?
HR: En un campo.
PG: ¿En un campo? ¿Eran barracas o eran…?
HR: Eran barracas.
PG: ¿Tenían literas entonces así como…?
HR: Sí, tenía de dos, cada doble cama, uno arriba y otro abajo.
PG: Y, ¿estaban recién construidas o estaban ya viejitas? ¿En qué estado se encontraban las barracas?
HR: Pues no estaban recién construidas, pero estaban en buen estado. Pues como se usaba ahí, casi eran todo el tiempo, en los campos eran iguales. Pero ahí, allá sí que taban limpias. Todo el tiempo tenían dos que hacían el aseo en el campo, ey.
PG: Y, ¿les daban de comer o ustedes tenían que cocinar?
HR: No, nos daban de comer.
PG: Y, ¿les descontaban hospedaje?
HR: Sí.
PG: ¿Y comida?
HR: Uno setenta y cinco nos cobraban. Nos pagaban $0.70 centavos la hora cuando trabajábamos por hora. Pero a mí me gustó ahí porque había mucho contrato y en el contrato pues trabajando fuerte, pos es donde le iba bien a uno y por eso a mí me gustó ahí que, si ya trabajar, llegamos a trabajar por hora, pero había mucho trabajo de contrato: el tapeo de la cebolla, del ajo, la ocra, todo eso era de contrato y cuando no había contrato por horas, a $0.70 centavos la hora. Nos daban ocho horas, eran $5.60 y ahí nos rebajaban $1.75.
PG: Ah, ¿por día?
HR: Por día. Pero el sueldo en las ocho horas eran, eran, $5.60. Siete por ocho, cincuenta y seis.
PG: Sí, sí.
HR: Cinco sesenta. [de dólar]
PG: Y, ¿les pagaban cada semana?
HR: Cada semana, cada sábado.
PG: Okay. ¿Usted cree que pudo ahorrar dinero? ¿Le convenía realmente trabajar como bracero?
HR: Sí. Sí, por eso le digo que allí yo todo el tiempo antes de llegar ahí, siempre pensé en irme para arriba, porque allá pagaban más, para San José, Stockton, Sacramento. Pero como ahí me tocó a mí ahí, no tuve chanza. Pero luego miré que ahí había muncho trabajo por contrato y ahí iba bien, hasta mejor que me fuera arriba. Por eso es que yo me quedé tanto año ahí.
PG: ¿Se acuerda usted del primer día que llegó y trabajó en la pisca? ¿Estaba cansado, se le hizo pesado?
HR: Sí, porque pos cuando tiene tiempo que no trabaja uno y luego cuando empieza a trabajar y lo primero que empecé yo, fue a, esa vez, cuando recién llegué en mayo, en el tapeo de zanahoria y yo nunca había tapeado zanahoria. No tenía ni idea hasta…
PG: ¿Qué es lo que se hace al cosechar la zanahoria?
HR: Bueno, pues la saca, la va sacando un tractor y nosotros lo que hacíamos es este, trozarla de onde está la, onde está lo que es la zanahoria y quitarle hasta los tallitos, que quedara nomás la pura zanahoria y la echábamos en unos baldes y luego la echábamos en sacos. Nos pagaban por costal, sí. Y este, y no, pos me cansé mucho.
PG: ¿Es cosa de estar agachándose?
HR: Sí, agachado, como mejor, como considere que mejor le rinde el trabajo, porque era por contrato. Y ya después, pos ya uno mismo agarra experiencia y ya uno mismo sabe cómo, hasta cómo los movimientos, lo menos que pueda andar moviéndose para que le rinda a uno. Pero el principio sí me cansé, porque no, no creo, ya después le fui agarrando, ey.
PG: Entonces después de los cuatro años que estuvo contratado, ¿regresó a México y ya se quedó un tiempo?
HR: No.
PG: O, ¿se volvió?
HR: Bueno, sí me tuve que salir porque yo este, había hecho una aplicación para inmigrarme.
PG: Ah, estando aquí como bracero metió su aplicación.
HR: Sí, pero ya cuando me vino la cita, cuando vino la cita tenía yo que cancelar el contrato. No podía estar contratado y arreglar, [en]tonces me dijeron que tenía que cancelar el contrato para que fuera a Tijuana al día de la cita que tenía.
PG: ¿Cuáles eran, cuáles fueron los requisitos que le pidieron para poder legalizarse?
HR: Me pidieron la carta de sostenimiento y una carta de trabajo.
PG: ¿Qué es una carta de sostenimiento?
HR: Es el que, el que se hace responsable de uno y la carta de trabajo, pos el que le da, onde va a trabajar uno. Ellos quieren saber cómo va a hacerle cuando ya se emigra.
PG: ¿Quién le dio la carta de sostenimiento?
HR: El mismo con el trabajé yo cuando no tenía papeles. Él mismo me dio la carta de trabajo y la de sostenimiento también, ey. Así fue como o sea, nomás me… Me acuerdo como, lo que trabajaba allá, pues como le digo, sembrábamos. Pero cuando no había siembra, pues le buscábamos cómo agarrar dinero y nos íbamos a la, al monte a hacer leña y la traíamos en burro, la vendíamos y nos pagaban entonces la carga a $0.75 centavos. Traíamos como ocho burros entre yo y dos primos y estábamos allá, allá dormíamos allá en el monte. Y mañaneaba, pos uno se quedaba haciendo la leña y los otros dos veníamos al pueblo más grande, ahí Sahuaripa a vender la leña. Y luego de ahí llevábamos provisión pa comer y nos íbamos otra vez allá y durábamos como unos ocho, diez días o hasta quince para ir al pueblo allá. Pero allá dormíamos en la, en el, en la mesa, allá en el monte.
PG: Y, ¿eso lo hizo de joven, de menos de dieciséis?
HR: Como de, como de catorce años, quince, de trece empecé, pues.
PG: Y, ¿cómo compara esa experiencia de hacer trabajo manual, físico, al trabajo que hizo como bracero?
HR: Pues yo en ese tiempo estaba muy chamaco, pues de trece, catorce años, quince. Pues pos también era duro, porque dormir allá y luego el hacha, andar tumbando árboles era, yo ya estaba hecho a trabajos fuertes, desde chamaco. Que estaba y este, y cuando caí aquí, pos lo que yo sí pensé que, como le digo, que los que llegaban de aquí llegaban con pura ropa muy nueva y unas botas y decía yo: “No, pos sí me voy para allá”. Nunca me imaginé que como era para acá.
PG: Sí. ¿Nunca decían eso los señores que regresaban? ¿Lo duro que era?
HR: Pues sí decían, sí decían, pero uno como nunca conocía para acá y allá era un pueblo que ni luz eléctrica había, nada. Porque yo cuando salí de allá, onde vine, ¿cómo cree un pueblo que no tiene ni luz eléctrica ni todo eso? Y luego cae a Las Vegas donde está muy aluzado, porque por ahí me fui, ¿entiende?
PG: Sí.
HR: Había un contraste muy…
PG: Muy fuerte.
HR: Sí y yo ni siquiera sabía de la luz que roja, que verde.
PG: (risas)
HR: Una vez ahí en Las Vegas iba a pasar la calle porque, en cuando llegaba uno tenía que no estar, permanecer ahí en el depot porque La Migra caía. Entonces lo que hacíamos, nos andábamos circulando ahí en las calles y nomás agarrábamos la hora que iba a ser la salida, porque de ahí sacamos el boleto de Las Vegas a Reno y de Reno a Sacramento, de Sacramento a Woodland en taxi de ahí. Y este, y yo pos todavía no taba muy hecho al sistema de… Y miré que la gente como se iba en bola así y se puso la luz roja y yo me dejé ir sin saber y luego me agarró un americano, me agarró de la camisa y entonces me quedé.
PG: (risas)
HR: Y así fue como, ya después pos hace uno lo que hacen todos.
PG: Sí, sí, pues sí. Va aprendiendo uno. Entonces le escribió la carta a…
HR: Ah, y entonces cuando estaba de bracero yo, entonces como mi meta siempre fue ir para allá, para allá pa Yolo, Sacramento, entonces le escribí yo, con el que había trabajado sin papeles y le hice saber que yo quería ir para allá, pero que no podía porque estaba de bracero y la única forma era que si me daba las cartas pa arreglar mis papeles, que este, que me dijera si me podía ayudar o no y sí me contestó. Y me dijo él que, que él me iba a ayudar en todo, que me sintiera libre en pedirle lo que necesitara.
PG: Sí. ¿Él era americano?
HR: Sí, Paul, Paul Riff se llamaba. Él era americano de aquí de Estados Unidos. Sí, y él me dio las cartas. Y así fue, yo fui de los primeros que emigraron, yo me emigré el [19]58 porque ya después se vinieron en los principios de los [19]60, fue cuado arreglaron toda la braceriada que había y se emigró, está como ahora.
PG: Sí, mucha gente.
HR: Mucha gente, así estábamos muchos braceros y le dieron chanza de que arreglara, ahí toda la mayoría, pero yo arreglé antes de eso.
PG: Entonces, ¿cómo fue que pudo romper su contrato como bracero? Porque había…
HR: No, porque cuando, cuando me hablaron de Tijuana que tenía la cita en el consulado americano. Entonces me dijo el que me andaba ayudando en Mexicali, que me consiguió toda esa carta. Ésas de, él habló con el, con el señor ése que me dio las cartas. Entonces este, me dijo: “Tienes que cancelar el contrato, no puedes ir a Tijuana y todavía con el contrato, con el contrato”. Que estuviera, pues con el contrato, tenía que cancelarlo y ya. Tonces así y jue lo que hice.
PG: Y, ¿cómo fue que lo conceló? ¿Fue con su patrón y le dijo?
HR: No, pos yo le dije a mi patrón que me iba a ir pa mi pueblo. Porque como yo dije: “Si no arreglo, quiero seguir de contratado”. Entonces no me gusta mentir, pero dije yo: “Pos aquí una mentirita piadosa”. Tonces le dije que, que me iba a ir pa mi pueblo y que iba a cancelar el contrato y entonces él me propuso, dijo, me dijo: “No”, dijo, “¿por qué no, por qué no, no agarras un permiso? Y así te vienes el tiempo”. Bueno, no me quedaba mucho del contrato de los dieciocho meses. Entonces le dije, le dije yo: “No”, le dije, “no puedo porque ya voy a completar los dieciocho meses y voy a estar allá. Lo que sí”, le dije, “si quiere darme unas cartas usted. Quiere darme unas cartas y cuando ya me quiera ir, venir pa acá, voy a Empalme”, que era donde están las contrataciones, “y me contrato y ya me vengo”. Pero yo no era eso, yo lo que quería era emigrar pero no podía decirle yo.
PG: Sí, (risas) sí.
HR: Y entonces ya cancelé contrato y siempre aguardé las cartas pa si no arreglaba, no, pos ya saber, me iba y me contrataba. Pues sí, pues ya jui a Tijuana y entonces ya me pidieron ahí que necesitaban la acta de nacimiento o una forma, ahí decía el número para del que me había dado las cartas, para saber si era ciudadano o estaba legalmente. Pero entonces él me mandó decir que no podía darme el acta de nacimiento porque él la necesitaba. Pos ahí me estuve y hasta que ya faltaban como unos, como unos ocho días pa que ya se hicieran viejas las cartas, todos los papeles y entonces habló el que me andaba ayudando a conseguir las cartas. Habló por teléfono, porque le dije: “Háblale por teléfono y dile lo que está pasando”. Porque le dije: “Porque si no arreglo en estos días, yo me voy a meter de, otra vez me voy a contratar”. Y entonces ya le hablé él, porque él era chino mexicano. Hablaba español, chino y inglés. Y entonces él le habló y ya le dijo, le dijo: “Pero no puedo yo mandar”. “No”, le dijo, “no tienes que mandar la original, saca una copia, una copia fotostática, con ésa”. Y entonces dijo que sí lo iba a hacer, pero como yo ya le había dicho a unos compañeros de trabajo, de donde yo trabajaba, que yo iba a venir de vez a Empalme, entonces yo dije: “Pos si no viene, yo me voy a ir con ellos”. Y entonces le habló ese día, que pa otro día me iba a ir, porque ellos iban también para allá. Y entonces, le habló Mario, se llamaba o se llama; le habló al que me dio las cartas y le dijo que yo estaba desesperado, pues y que: “No, no”, le dijo, “ya se las mandé”, dijo, “ahora o mañana le llegan”. No, pos entonces los que iban pa Empalme y yo ya le había dicho porque yo dormía en las oficina del que me andaba dando las, me andaba ayudando a arreglar. Tenía sus oficinas y me dio llave, porque ya se me había acabado el dinero y me dio llave pa que durmiera ahí en la oficina. Entonces, este, como ya le había dicho a los compañeros que me iba a ir con ellos pa Empalme y ellos sabían onde yo vivía. En la mañana estaban toque y toque, muy temprano y yo los oía, pero no, dije: “No y no puedo irles a decir que me voy a quedar, porque no sé todavía si arregle”. Entonces me hice el dormido, pero no, no les abrí la puerta y se fueron ellos. Pos ahí me llevé otro día, ahí esperando el cartero, esperando el cartero y cuando… porque era, ahí en las oficinas era subterráneo, ahí en, ahí en Mexicali. Ese hotel era el mero fregón antes, en esos años. Ahí conocí a Lázaro Cárdenas yo, en el hotel. Y había oficinas de, había una peluquería, una imprenta, una fotografía y luego la oficina del que me andaba ayudando a arreglar. Entonces ahí me llevé yo arriba, esperando el carrito y cuando llegó el cartero, miré el sobre y miré un sobre largo, dije: “Ése va a ser”. Porque yo ya conocía todos los que trabajaban ahí en la imprenta y todo y entonces ya, ya me dieron las cartas ahí para la oficina y abajo. Tonces ya se la llevé, ya se la llevé a Mario. “Esto es lo que necesitamos”, dijo. Y sí, ya con ésa de que, si nomás se hubiera pa ocho días ya no podía arreglar porque se iban a hacer viejas.
PG: Se vencen, sí.
HR: Se vencen, sí. Y este, y fui el 25 de julio de 1958 y entré ya emigrado el 28 de julio de 1958, ya emigrado.
PG: Qué bueno.
HR: Ey.
PG: ¿Cómo fue que conoció al señor que le estaba ayudando a hacer el trámite? ¿Dice que era un chino mexicano?
HR: Chino mexicano. Lo conocí porque, como le digo, yo leía muchas revistas, box y lucha y de muchas revistas; todo lo relacionado con béisbol y box y todo eso y yo estaba muy bien enterado. Y una vez que jui, que fui al béisbol, este, estaban ellos ahí, el que me [ayudó] y otros que trabajaban en la imprenta ahí. Tenían una discusión ellos, pero como yo taba muy bien informado, yo los saqué de la…
PG: (risas) De la duda.
HR: De la alegata que tenían y les di la explicación de lo que estaban alegando y entonces el Mario Chan me dio la tarjetita. Me dijo: “Mira”, dijo, “cuando quieras, cuando quieras ir allá a mi oficina a platicar o algo”. Y este, y otra vez también en el box. Primero fue en el béisbol y en el box, como coincidencia. También me volvía topar y ah, entonces ahí ya la hicimos, ya nos relacionamos más.
PG: Y, ¿dónde fue que, esto del box y el béisbol?
HR: En Mexicali.
PG: En Mexicali.
HR: En Mexicali, sí.
PG: Entonces era, fue una de las veces que, que…
HR: Yo salía, pues.
PG: Ah, okay.
HR: Que yo o sea, no le digo que salía y compraba revistas. Porque pos para, me gustaba estar informado. Entonces este, un día que jui a visitarlo ahí, a la oficina, pues muy agradables todos ahí, porque, muy amigables y todo. Y entonces y una de las veces que fui, porque ellos me decían Grande a mí. “Grande”, y que: “Grande pa acá”.
PG: (risas)
HR: Y luego me dijo un día, me dijo él: “Oye Grande, y, ¿ónde trabajas tú?”. “No”, le dije, “pos yo, yo trabajo al otro lado”. “Oh, ¿sí? ¿Estás emigrado o qué?”. “No, yo soy bracero”. “¿Pero cómo hombre?”, dijo: “Yo creía que trabajaba aquí en algún lugar o, no de bracero”, dijo. Es que cuando salía uno, siempre andaba yo limpio y más o menos vestido. Y entonces, no, pos él todavía me dijo: “Y, ¿por qué no arreglas?”. Entonces ya le expliqué lo que tenía de tiempo ahí trabajando y ahí, y ahí no le daban chanza de arreglar, puro de bracero. “Y, ¿qué no tienes otra parte donde conozcas a alguien que te pueda dar las cartas?”. Pues entonces ya dije: “Pos allá donde trabajé sin papeles”. “Y, ¿sabes la dirección?”. “Sí, yo la sé de memoria la dirección”. Y entonces dijo: “Mira, si quieres le hacemos una carta. Quién quita y sí te ayude. Pero si no te ayuda, si no te ayuda, este, no pierdes nada, yo no te voy a cobrar nada si no arreglas, si arreglas, ahí me das $80”, era lo que cobraba. “Y si no arreglas no, no, tú no vas a pagar nada”. Así jue como empecé ahí con él. Y este, pero por medio de eso, de que del béisbol y del box.
PG: (risas) Los deportes.
HR: Sí, yo estaba informado de todo eso. (risas)
PG: (risas)
HR: Me sirvió.
PG: Qué bueno.
HR: Que comprara las revistas.
PG: De algo. (risas) Los cuatro años que estuvo como bracero, ¿tuvo oportunidad de ver a su familia, a su mamá o sus hermanos?
HR: Sí, llegué a, llegué a ir allá a mi pueblo.
PG: ¿Sí?
HR: Sí.
PG: ¿Se le hacía difícil estar lejos de ellos?
HR: Sí, pos cómo no, pero pos necesitaba, necesitaba trabajar porque pos no, es que éramos muchos nosotros.
PG: ¿Entonces usted mandaba algo de lo que ganaba?
HR: Yo cada mes, cada mes le mandaba a mi papá. Cada mes, todo el tiempo.
PG: ¿Alguno de sus otros hermanos se vino como bracero?
HR: No, como bracero no.
PG: ¿No?
HR: Se vino después, ahora que ha venido gente, pero ya se emigró él.
PG: Sí, ya me…
HR: Ahora ya estamos como, como verá, tres, como cinco emigrados ya; seis, seis.
PG: Qué bueno, qué bueno. Entonces, ¿hay algo más que quiera comentar sobre su época como bracero, algo que, alguna memoria que tenga especial, bonita, fea?
HR: Pues yo, pos yo estoy muy conforme porque fue onde, onde, por medio de eso me emigré y tuve trabajo siempre, todo el tiempo tuve trabajo yo.
PG: Si tuviera la opción, ¿lo volvería a hacer de vuelta?
HR: Claro que sí.
PG: ¿Sí?
HR: Sí.
PG: ¿Cuál es la diferencia de trabajar tan duro en México y tan duro aquí? Si en los dos lugares se trabaja físicamente, ¿cuál es la diferencia?
HR: Este, pues es igual la diferencia. Sí se va a poner uno a trabajar, pero lo único, que en México, en México en los trabajos de uno, pos trabaja uno voluntario y si sientes algo, pos paras porque muchas de las ocasiones es de uno lo que anda haciendo. Y aquí, todo el tiempo, había veces que hasta enfermaba uno de los resfriados y todo eso, tenía uno que trabajar. Yo me acuerdo cuando llegué yo, pues que en el campo, cuando eso fue antes de los braceros. Cuando, tenía dieciséis años cuando llegué, el primer trabajo que hice fue tapear el betabel, sacarlo; no había máquina, sacarlo y mocharle así y eran unos camototes así y yo no tenía experiencia y lo que los demás con que andaba yo, sí tenían. Se me hincharon las manos, mire así. Y entonces miré que era puro trabajo duro siempre, el desahije de betabel y todo y yo pensaba en la noche, decía: “No, con este trabajo no voy a durar ni cuarenta años”. (risas)
PG: (risas)
HR: “No voy a durar ni cuarenta años”, decía yo en la noche.
PG: Sí.
HR: Cansado y de todo, ¿no?
PG: Sí.
HR: Bendito sea Dios, pero mira, aquí estoy.
PG: Qué bueno.
HR: Y de cuarenta años ya tengo, ya voy a tener setenta y uno.
PG: (risas) Qué bueno. Bueno, muchas gracias por su tiempo.
HR: Ándele pues.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 13 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Perla Guerrero
El señor Heriberto Rivas Lugo, el 5 de, el 13 de mayo del año 2006 en Los Ángeles, California.
PG: Si me puede decir su nombre por favor y en dónde nació y en qué año.
HR: Mi nombre es Heriberto Rivas Lugo, yo nací en Arivechi, Sonora el 4 de julio de 1935.
PG: Muy bien. Me puede decir un poquito sobre su familia en México, ¿cuántos fueron de familia, hermanos, hermanas?
HR: Fuimos ocho de familia, cinco hermanas y tres hermanos, mi papá y mi mamá.
PG: Y, ¿los nombres de sus padres?
HR: Rubén Rivas Acedo y María Lugo.
PG: Muy bien.
HR: López.
PG: López.
HR: Por, de soltera.
PG: ¿Usted fue el mayor de los hombres?
HR: Yo fui el mayor.
PG: El mayor.
HR: De todos.
PG: De todos. Y dijo que tenía, tuvo dos hermanos más.
HR: Sí, somos tres hermanos y cinco hermanas.
PG: ¿A qué se dedicaban sus padres?
HR: Pues a la siembra de maíz, de trigo y es lo que era lo más básico allá.
PG: Sí, de su poblado de donde vino, ¿era un rancho, era un pueblo?
HR: Era un pueblo como de, cerca de dos mil habitantes.
PG: Ah, muy bien. Y, ¿su familia ya tenía mucho tiempo que vivía ahí?
HR: Sí, ahí nacieron ahí.
PG: Ah, okay. De qué edad, ¿pudo ir a la escuela?
HR: Fui a la escuela, a la primaria, sesto [sexto] año y hasta ahí nomás fui.
PG: Y, ¿por qué no siguió cursando la escuela?
HR: Porque pos no, no había medios para, para, teníamos que trabajar, pues.
PG: ¿[A] usted le hubiera gustado seguir estudiando?
HR: Sí, cómo no.
PG: ¿Sí? ¿Usted se salió de la escuela por sí mismo o su papá lo inculcó a…?
HR: Es que ahí en el pueblo no había más que hasta sesto año.
PG: Ah, muy bien.
HR: Para ir a la secundaria o a otra parte, necesitaba salir y pues hacer gastos y no estaba uno en condiciones de, pa poder hacer gastos.
PG: Entonces, ¿qué pasó cuando dejó de ir a la escuela, cuando ya se acabó la…?
HR: Pues cuando yo, fui a la escuela hasta los quince años y pos un año, un año ahí le ayudaba a mi papá ahí en las siembras. Pero yo miré que no había futuro y no había posibilidades tampoco de estudiar. Y decidí, decidí venirme a los dieciséis años, me vine.
PG: A los dieciséis. ¿Qué año fue cuando se vino?
HR: Yo me vine en 1952.
PG: En el [19]52.
HR: El 10 de febrero.
PG: Ah, muy bien. Y, ¿no se vino como bracero?
HR: No, me vine, este, sin papeles y fui a, yo fui a trabajar a Sacramento a un pueblo que se llama Woodland, California. Allá trabajé hasta el [19]54 y cuando vinieron las contrataciones de braceros en Hermosillo, yo entré el último día que hubo contrataciones ahí, que fue el 5 de mayo de 1955.
PG: Entonces, ¿de aquí de California se regresó a México a entrar como bracero?
HR: No, es que me echó La Migración afuera.
PG: Ah, ah okay.
HR: Y ya no iban a, ahí nos decían en Nogales que ya no le hiciéramos lucha porque ya no iba, ya no iban a darle trabajo los rancheros a la gente sin papeles.
PG: Sin papeles.
HR: Pero que iba a haber otro medio de cómo, de cómo venir para acá por medio del programa de bracero.
PG: ¿Qué es lo que hizo cuando se vino sin papeles? ¿Qué estaba trabajando en la pisca?
HR: Yo trabajé allá en Woodland en el riego de betabel, de alfalfa y de tomate. Eso es lo que hacía allá. Y también la limpieza del tomate y del betabel, en diferentes cosas.
PG: ¿Por qué decidió a los dieciséis años irse de su poblado acá sin papeles?
HR: Porque fíjese nomás, eran, nosotros éramos una familia muy numerosa y no había trabajo ahí en el pueblo y yo miré desde entonces que yo necesitaba hacer algo para ayudar a mi familia. Y es lo que, es lo que, fueron mi meta, venirme y ayudar a mis, a mis padres y a mis hermanos.
PG: ¿Alguien le dio la idea?
HR: No, yo.
PG: ¿Había escuchado algo sobre Estados Unidos?
HR: Sí.
PG: O sobre, ¿qué había escu[chado]?
HR: Pos mi papá ya había venido.
PG: Ah, su papá.
HR: Y mi papá ya había venido y munchos de ahí del pueblo habían venido y entonces…
PG: ¿Qué era lo que contaban de Estados Unidos cuando regresaban o qué era lo que decían después de regresar?
HR: Pues cuando llegaban allá, pos contaban que trabajaban, pero llegaban con ropa muy buena, zapatos muy buenos y yo creía que así andaban todo el tiempo. Pero ya cuando vine acá, ya miré que no era así. Las, la ropa de trabajo la tiraban porque en el tomate, si metía la ropa a piscar tomate, ya no servía.
PG: Sí, porque se mancha.
HR: Sí, se manchaba y que quedaba muy fea. Entonces la gente de la ropa de trabajo la desechaba y llegaban con pura ropa nueva ya o buena este, y yo creía que no estaba tan duro para acá, pero ya cuando yo llegué allá, miré que no, estaba muy duro.
PG: Estaba duro.
HR: Y luego pos yo estaba muy chavalo.
PG: Sí.
HR: De dieciséis años. Pero pues me hice a la idea que yo había venido a buscarle y a trabajar.
PG: ¿Cuánto tiempo duró entre sus dieciséis años y cuando lo echaron de California o cuántos meses fue?
HR: Me echaron varias veces, pero yo me regresaba, pero este…
PG: La última vez, ¿entonces cuándo?
HR: La última vez fue en agosto de 1954 que…
PG: Y, ¿cuántos años tenía?
HR: Pos ya tenía yo como… [19]55, [19]56, [19]57, [19]52, [19]53, [19]54. Ya tenía como dieciocho años. Iba para diecinueve años.
PG: Y entonces lo echaron de Estados Unidos y, ¿se regresó a su poblado?
HR: Me fui a mi pueblo.
PG: Se fue.
HR: Y allá yo llegué en agosto, en el tiempo que se sembraba el maíz y me puse a sembrar maíz. Y en, en marzo, cuando estaban las contrataciones del [19]55 me vine a Hermosillo.
PG: Y, ¿cómo?
HR: Y me contraté ahí en Hermosillo, en 5 de mayo.
PG: Y, ¿como cuál es el proceso de contratación? De su pueblo, ¿usted se fue solo?
HR: No.
PG: ¿Pasó la Presidencia?
HR: ¿Cuando me fui a contratar?
PG: Sí.
HR: Nos fuimos, nos fuimos, porque había pueblo chico. Arivechi es un pueblo chico de dos mil habitantes, nos fuimos varios entre hombres ya mayores y jóvenes, pero yo era el más joven. El más chico. Y, ¿cuál es el proceso, fue a la Presidencia, tuvo que obtener una carta?
HR: Sí, ahí sacamos una carta en la Presidencia Municipal y…
PG: Y, ¿qué era lo que decía esa carta?
HR: Pues este, pues era como una carta de que, de que en qué se, a qué se dedicaba uno allá y este, para como referencia, ¿no? Porque no tenía, no tenía. Yo me vine sin nada, ni un papel, nomás esa carta para contratarse y no traía ni acta de nacimiento, hasta que mandé pedir, porque mi idea era que necesitaba ésa, esos papeles.
PG: El, su acta, ajá. ¿Le cobraron algo por la carta o fue gratuito?
HR: No, no, no. Fue gratuita ahí en, a todos nos daban las cartas ésas.
PG: ¿Tuvo que obtener una ficha o fue el que quería?
HR: Mire, ése, ahí como fue el último día de contrataciones había más de veinte mil gentes ahí y entonces, entonces yo cuando miré que ya sabíamos que era el último día, entonces yo dije: “Yo tengo que entrar a como dé lugar”. [Es]taba cuidado por los soldados todo alrededor.
PG: Y, ¿eso en dónde es, en qué?
HR: En Hermosillo fue.
PG: En Hermosillo.
HR: En Hermosillo.
PG: Okay.
HR: Y la razón que cambiaron la contratación pa Guanajuato fue porque había mucho destrozos en el comercio y todo. Y entonces yo mirando que iba a ser el último día de contratación, pos yo, la gente que estaban contratando, le hablaban y se iban allá en medio, pero éramos más de veinte mil. Entonces yo lo que hice, me puse a vigilar a los soldados y en una chancita que tuve me pelé. No me hablaron a mí, sino que me pelé por al lado y ya estando allá, pos me contraté. Y los demás que de allá de mi pueblo, decían: “¿Cómo le hiciste? ¿Cómo le hiciste?”.
PG: (risas)
HR: Pero yo, yo dije: “Es que es el último día, yo tengo que entrar”. Y así le hice. Vigilé a los soldados.
PG: A los soldados. ¿Cómo fue que llegó de su pueblo a Hermosillo? ¿Pagó usted por, viajó por tren, lo pagó usted?
HR: En troques.
PG: En troques.
HR: Sí.
PG: Ah, okay.
HR: Porque no había camiones para ir allá. Se venía en troques uno de, troques que llevaban de Hermosillo alimentación como azúcar, café, todo lo que necesitaban y cuando venían de allá, pos venías, nos veníamos; pues les pagábamos el pasaje a ellos.
PG: ¿Cuánto tiempo se hace de su poblado a Hermosillo?
HR: En ese tiempo se hacían dos días.
PG: Dos días, ¡wow!
HR: Ahora se hacen tres horas y media.
PG: ¡Wow!
HR: Pero es que iba por…
PG: Por sierra.
HR: Por cerros y todo eso.
PG: Entonces cuando logró colarse, ¿qué fue lo que pasó después?
HR: No, pos como ya estaba adentro, pos me contrataron ahí porque todo el que estaba ahí adentro se contrató y jue ese día nomás.
PG: Y, ¿qué era? ¿Cómo lo contrataban?, ¿se formaba en fila?
HR: Sí, formaban a uno en fila y ahí lo, ahí le este… lo entrevistaban, lo anotaban nombre y todo y luego lo echaban en el tren, porque no había carretera pa Mexicali, no había carretera. Se venía en el tren uno hasta Mexicali, de ahí de Benjamín Hill, un pueblo. Hasta ahí llegaban los camiones nomás para acá pal norte no había camiones. Se venía en el tren a Mexicali.
PG: ¿Cuánto tiempo se hace de Hermosillo a, en el tren?
HR: En…
PG: ¿Hasta el punto final?
HR: Bueno, de Hermosillo como unas dos horas ahí a Benjamín Hill que era donde estaba la estación del tren y de ahí de Benjamín Hill.
HR: Ahí agarraba uno, lo echaba en el tren y pa Mexicali se hacía toda la noche.
PG: Toda la noche.
HR: Sí, y amanecía uno en Mexicali.
PG: Y, ¿ustedes tuvieron que pagar por ese transporte?
HR: No, ya eso ya no, ya era del, del mismo programa de los braceros.
PG: Y, ¿cómo?
HR: Y ahí en Caléxico, ahí entraba uno y ahí hasta lo fumigaban a uno y luego lo llevaban al centro y ahí le ponían rayos X y todo lo que, lo revisaban pues, que estuviera uno bien y todo eso.
PG: Los trenes, ¿en qué condición estaban?, ¿eran trenes pasajeros?
HR: Pasajeros.
PG: ¿Pasajeros?
HR: Sí.
PG: Entonces ustedes, ¿iban sentados?
HR: Sentados.
PG: Sentados, ustedes.
HR: Sí.
PG: ¿Había escuchado algo sobre el Programa Bracero antes de meterse?
HR: Sí, ya había oído.
PG: Y, ¿qué era lo que habían dicho del programa?
HR: Y ya había habido contrataciones en Mexicali, en Mexicali ya había habido contrataciones. Mi papá estuvo contratado en los [19]40 y tantos.
PG: Y no, no, ¿había escuchado algo particular sobre el programa o qué era lo que decían del programa?
HR: Sí, pos era, sí, sí ya yo estaba bien informado de todo.
PG: Por ejemplo, ¿qué era lo que usted sabía del programa antes de que entró?
HR: Pues del programa sabía yo que lo traían ahí a El Centro, California, ahí y ya de ahí los distribuían a, los distribuían para todo el estado de California. Porque ahí era, ahí en El Centro, California era para el estado de California y Yuma es parte de ahí también. Y ya yo sabía porque desde que salimos de allá de Hermosillo, en la tarjeta ahí decía que, que íbamos exclusivo nosotros todo un grupo al Valle Imperial.
PG: Ah, ¿desde allá ya sabían?
HR: Ya sabíamos que ahí en el tren todos, porque otros iban para Sacramento, pa Yolo, para Stockton, Fresno y nosotros, esos les podía tocar pa cualquier parte de allá y nosotros no. Nosotros ahí en el, en la tarjeta decía que era para el Valle Imperial. Nosotros no podíamos, si queríamos, yo me hubiera ido para Sacramento, que allá conocía yo. Entonces, pero como no pude porque veníamos, veníamos ahí al, ahí al Valle Imperial, pues ahí, ahí me tocó.
PG: Entonces a usted le dije, les dijeron simplemente: “Les toca el Valle Imperial”.
HR: Sí.
PG: No les dieron la opción de…
HR: No.
PG: De dónde querían ir.
HR: No.
PG: Entonces de Mexicali se…
HR: Allí entramos a Caléxico.
PG: Ah, okay.
HR: Y ahí nos, nos fuimos en los buses de los, de los buses de los braceros. Nos llevaban a El Centro, California. Ahí estaba, ahí toda la gente que venía a California ahí llegaba para hacerles examen médico y todo lo que requería del…
PG: Ah, mencionó antes, este, el examen médico de, de…
HR: Ah, la fumigada.
PG: ¿Qué era de que, qué era lo que hacían cuando en el examen?
HR: En Caléxico lo fumigaban a uno. Le echaban para si traía alguna cosa, algo de animales o algo, pues, que ahí se morían con la fumigación.
PG: ¿Se tenían que quitar la ropa o era con todo y ropa o se quitaban la camisa?
HR: No, no. Ahí era con todo y ropa.
PG: Oh, ¿con todo y ropa?
HR: Con ropa. De donde ya sí le quitaban, se quitaba uno la ropa, era en El Centro. Allá donde le hacían el examen médico.
PG: ¿Entonces fueron dos exámenes médicos?
HR: Bueno, ahí fue fumigada.
PG: Ah, fumigada.
HR: No fue doctor ni nada.
PG: Oh, okay.
HR: Fumigada para si traía, por cada vez pues que, en (ininteligible) donde hay mucha gente a veces se puede agarrar alguna cosa uno de piojos o algo, ¿no? Y con la fumigada se moría y luego de ahí lo llevaban a El Centro y allá sí lo miraban los médicos, lo revisaban bien a uno y le…
PG: ¿De qué lo revisaban o qué era, cómo era? ¿Qué era lo que les hacían?
HR: Bueno, nos hacían, nos quedábamos con la pura, con la pura ropa en calzoncillo nomás y nos revisaban, nos agachaban y nos revisaban, yo creo sería relacionario con, con las hemorroides, algo, ¿no? Y luego ya lo pasaban a los rayos X y ahí le tentaban acá o abría la boca uno y todo eso, ey.
PG: ¿Le tocó ver que hayan regresado a personas?
HR: Sí.
PG: ¿Sí? Y, ¿decían por qué o nada más lo echaban de la línea?
HR: No, les decían por qué. Muchos que estaban malos del pulmón o algo, ¿entiende? Y los devolvían.
PG: Oh, okay. Y, usted que pasó, que todo estuvo bien.
HR: [Es]tuvo bien.
PG: ¿Qué era lo que…?
HR: Sí, todo, todo, salí bien yo de todo.
PG: ¿Entonces de ahí a dónde lo mandaron?
HR: De ahí, como le digo, íbamos al Valle Imperial. De ahí de El Centro, nos mandaron a otro lugar en el mismo [El] Centro, que ahí era La Asociación de El Centro, California, La Asociación de bracero. Ya ahí iban los que necesitaban los trabajadores, si querían un grupo de veinte o treinta y ahí se lo llevaban a uno. Ésa era la, era diferente, era la otra. Entonces nos llevaron ahí y ahí me, ahí fue onde me llevaron a mí a ese campo y ahí trabajé como casi todos los cuatro años yo.
PG: Oh, ¿estuvo aquí cuatro años continuos o iba y venía?
HR: No, por ejemplo, mire, cuando uno se contrataba, podía, le renovaban el contrato por tres meses según el ranchero lo que consideraba el tiempo que tenía trabajo. Si tenía tres meses, pos tres meses; si tenía seis, seis meses, pero no más de seis se renovaba y completaba dieciocho meses. Cuando completaba los dieciocho meses, entonces ahí mismo le daba la compañía o el ranchero una carta para que se fuera a contratar otra vez a México. Pero nomás duraba dieciocho meses. Y luego venía y también duraba de, si hallaba una compañía que tenía trabajo todo el año, entonces, también otros dieciocho meses. Así fue como estuve yo.
PG: Y, ¿cuánto tiempo estuvo en México? O sea después de que se cumplieron los dieciocho meses y se tuvo que regresar a México a volver a contratarse, ¿fue de inmediato o tuvo…?
HR: De inmediato.
PG: Inmediatamente.
HR: En tres días fui y vine.
PG: Ah, okay, okay.
HR: Luego luego, porque le daban a uno una carta, la presentaba allá en Empalme, ya entonces estaban los braceros en Empalme, ahí taban las contrataciones y llegaba uno en la tarde, iba y presentaba la carta y otro día en la mañana le hablaban a uno y también este, le hacían el mismo procedimiento. Ya en ese tiempo ahí sí, sí ya le ponían rayos X y todo allá.
PG: Sí, ya.
HR: Sí.
PG: Entonces la primera vez que le, ¿en qué le tocó?, ¿qué tipo de pisca, fresa, melón?
HR: Trabajé, trabajé, en la lechuga. En el, en la zanahoria y esa, esa compañía tenía diferente trabajo, en la cebolla y el ajo. Se terminaba una, la lechuga y luego venían que la limpia de la cebolla, la cosecha de la cebolla y el ajo; la ocra también.
PG: ¿Trabajaba cinco o seis días o siete?
HR: Seis días.
PG: ¿Seis días?
HR: El domingo nomás descansábamos.
PG: Y, ¿qué era lo que hacían el domingo? No sé.
HR: El domingo pos nos dedicábamos a lavar la ropa y pos a descansar, a leer, algo. Yo todo el tiempo tenía mis, mis revistas. Iba a Mexicali y me compraba mis revistas y las leía ahí en el, durante la semana.
PG: ¿Entonces podían salir, por ejemplo, los domingos podían salir de…?
HR: Los domingos sí, ya del sábado en la tarde podía uno salir. Pero yo, yo como pos no, no, casi me quedaba yo mejor. Porque solamente cuando ya no tenía revistas salía e iba al cine y me compraba más revistas para leer durante la semana.
PG: Para tener algo que leer. Había, entonces entre ustedes no se juntaban a, no sé…
HR: ¿A platicar? Sí.
PG: Platicar, cartas.
HR: Sí.
PG: Jugar.
HR: Sí.
PG: ¿Sí?
HR: Sí, cómo no. Había, porque ese campo llegó a tener, llegó a, cuando estaba el trabajo de la lechuga, el repollo, la limpia de cebolla; ahí llegó a haber hasta cuatrocientos, quinientos braceros.
PG: ¡Wow!
HR: Pero, de esos quinientos nos quedábamos sesenta y cinco todo el año. Esos sí, sesenta y cinco era lo que, agarraban de cada cuadrilla dos o tres, los que, los que trabajábamos más duro y era, se hacía una cuadrilla y esos sí trabajábamos todo el año. Por eso es que yo duré tanto.
PG: Oh, tanto tiempo
HR: Porque, los que venían en las cosechas del repollo, lechuga, zanahoria, trabajaban nomás la zafra ésa, la pisca era y ya los entregaban a La Asociación. Pero nosotros, casi era el mismo grupo que quedamos sesenta y cinco para trabajar en lo que fuera ahí, ey.
PG: ¿Dónde los hospedaban?
HR: En un campo.
PG: ¿En un campo? ¿Eran barracas o eran…?
HR: Eran barracas.
PG: ¿Tenían literas entonces así como…?
HR: Sí, tenía de dos, cada doble cama, uno arriba y otro abajo.
PG: Y, ¿estaban recién construidas o estaban ya viejitas? ¿En qué estado se encontraban las barracas?
HR: Pues no estaban recién construidas, pero estaban en buen estado. Pues como se usaba ahí, casi eran todo el tiempo, en los campos eran iguales. Pero ahí, allá sí que taban limpias. Todo el tiempo tenían dos que hacían el aseo en el campo, ey.
PG: Y, ¿les daban de comer o ustedes tenían que cocinar?
HR: No, nos daban de comer.
PG: Y, ¿les descontaban hospedaje?
HR: Sí.
PG: ¿Y comida?
HR: Uno setenta y cinco nos cobraban. Nos pagaban $0.70 centavos la hora cuando trabajábamos por hora. Pero a mí me gustó ahí porque había mucho contrato y en el contrato pues trabajando fuerte, pos es donde le iba bien a uno y por eso a mí me gustó ahí que, si ya trabajar, llegamos a trabajar por hora, pero había mucho trabajo de contrato: el tapeo de la cebolla, del ajo, la ocra, todo eso era de contrato y cuando no había contrato por horas, a $0.70 centavos la hora. Nos daban ocho horas, eran $5.60 y ahí nos rebajaban $1.75.
PG: Ah, ¿por día?
HR: Por día. Pero el sueldo en las ocho horas eran, eran, $5.60. Siete por ocho, cincuenta y seis.
PG: Sí, sí.
HR: Cinco sesenta. [de dólar]
PG: Y, ¿les pagaban cada semana?
HR: Cada semana, cada sábado.
PG: Okay. ¿Usted cree que pudo ahorrar dinero? ¿Le convenía realmente trabajar como bracero?
HR: Sí. Sí, por eso le digo que allí yo todo el tiempo antes de llegar ahí, siempre pensé en irme para arriba, porque allá pagaban más, para San José, Stockton, Sacramento. Pero como ahí me tocó a mí ahí, no tuve chanza. Pero luego miré que ahí había muncho trabajo por contrato y ahí iba bien, hasta mejor que me fuera arriba. Por eso es que yo me quedé tanto año ahí.
PG: ¿Se acuerda usted del primer día que llegó y trabajó en la pisca? ¿Estaba cansado, se le hizo pesado?
HR: Sí, porque pos cuando tiene tiempo que no trabaja uno y luego cuando empieza a trabajar y lo primero que empecé yo, fue a, esa vez, cuando recién llegué en mayo, en el tapeo de zanahoria y yo nunca había tapeado zanahoria. No tenía ni idea hasta…
PG: ¿Qué es lo que se hace al cosechar la zanahoria?
HR: Bueno, pues la saca, la va sacando un tractor y nosotros lo que hacíamos es este, trozarla de onde está la, onde está lo que es la zanahoria y quitarle hasta los tallitos, que quedara nomás la pura zanahoria y la echábamos en unos baldes y luego la echábamos en sacos. Nos pagaban por costal, sí. Y este, y no, pos me cansé mucho.
PG: ¿Es cosa de estar agachándose?
HR: Sí, agachado, como mejor, como considere que mejor le rinde el trabajo, porque era por contrato. Y ya después, pos ya uno mismo agarra experiencia y ya uno mismo sabe cómo, hasta cómo los movimientos, lo menos que pueda andar moviéndose para que le rinda a uno. Pero el principio sí me cansé, porque no, no creo, ya después le fui agarrando, ey.
PG: Entonces después de los cuatro años que estuvo contratado, ¿regresó a México y ya se quedó un tiempo?
HR: No.
PG: O, ¿se volvió?
HR: Bueno, sí me tuve que salir porque yo este, había hecho una aplicación para inmigrarme.
PG: Ah, estando aquí como bracero metió su aplicación.
HR: Sí, pero ya cuando me vino la cita, cuando vino la cita tenía yo que cancelar el contrato. No podía estar contratado y arreglar, [en]tonces me dijeron que tenía que cancelar el contrato para que fuera a Tijuana al día de la cita que tenía.
PG: ¿Cuáles eran, cuáles fueron los requisitos que le pidieron para poder legalizarse?
HR: Me pidieron la carta de sostenimiento y una carta de trabajo.
PG: ¿Qué es una carta de sostenimiento?
HR: Es el que, el que se hace responsable de uno y la carta de trabajo, pos el que le da, onde va a trabajar uno. Ellos quieren saber cómo va a hacerle cuando ya se emigra.
PG: ¿Quién le dio la carta de sostenimiento?
HR: El mismo con el trabajé yo cuando no tenía papeles. Él mismo me dio la carta de trabajo y la de sostenimiento también, ey. Así fue como o sea, nomás me… Me acuerdo como, lo que trabajaba allá, pues como le digo, sembrábamos. Pero cuando no había siembra, pues le buscábamos cómo agarrar dinero y nos íbamos a la, al monte a hacer leña y la traíamos en burro, la vendíamos y nos pagaban entonces la carga a $0.75 centavos. Traíamos como ocho burros entre yo y dos primos y estábamos allá, allá dormíamos allá en el monte. Y mañaneaba, pos uno se quedaba haciendo la leña y los otros dos veníamos al pueblo más grande, ahí Sahuaripa a vender la leña. Y luego de ahí llevábamos provisión pa comer y nos íbamos otra vez allá y durábamos como unos ocho, diez días o hasta quince para ir al pueblo allá. Pero allá dormíamos en la, en el, en la mesa, allá en el monte.
PG: Y, ¿eso lo hizo de joven, de menos de dieciséis?
HR: Como de, como de catorce años, quince, de trece empecé, pues.
PG: Y, ¿cómo compara esa experiencia de hacer trabajo manual, físico, al trabajo que hizo como bracero?
HR: Pues yo en ese tiempo estaba muy chamaco, pues de trece, catorce años, quince. Pues pos también era duro, porque dormir allá y luego el hacha, andar tumbando árboles era, yo ya estaba hecho a trabajos fuertes, desde chamaco. Que estaba y este, y cuando caí aquí, pos lo que yo sí pensé que, como le digo, que los que llegaban de aquí llegaban con pura ropa muy nueva y unas botas y decía yo: “No, pos sí me voy para allá”. Nunca me imaginé que como era para acá.
PG: Sí. ¿Nunca decían eso los señores que regresaban? ¿Lo duro que era?
HR: Pues sí decían, sí decían, pero uno como nunca conocía para acá y allá era un pueblo que ni luz eléctrica había, nada. Porque yo cuando salí de allá, onde vine, ¿cómo cree un pueblo que no tiene ni luz eléctrica ni todo eso? Y luego cae a Las Vegas donde está muy aluzado, porque por ahí me fui, ¿entiende?
PG: Sí.
HR: Había un contraste muy…
PG: Muy fuerte.
HR: Sí y yo ni siquiera sabía de la luz que roja, que verde.
PG: (risas)
HR: Una vez ahí en Las Vegas iba a pasar la calle porque, en cuando llegaba uno tenía que no estar, permanecer ahí en el depot porque La Migra caía. Entonces lo que hacíamos, nos andábamos circulando ahí en las calles y nomás agarrábamos la hora que iba a ser la salida, porque de ahí sacamos el boleto de Las Vegas a Reno y de Reno a Sacramento, de Sacramento a Woodland en taxi de ahí. Y este, y yo pos todavía no taba muy hecho al sistema de… Y miré que la gente como se iba en bola así y se puso la luz roja y yo me dejé ir sin saber y luego me agarró un americano, me agarró de la camisa y entonces me quedé.
PG: (risas)
HR: Y así fue como, ya después pos hace uno lo que hacen todos.
PG: Sí, sí, pues sí. Va aprendiendo uno. Entonces le escribió la carta a…
HR: Ah, y entonces cuando estaba de bracero yo, entonces como mi meta siempre fue ir para allá, para allá pa Yolo, Sacramento, entonces le escribí yo, con el que había trabajado sin papeles y le hice saber que yo quería ir para allá, pero que no podía porque estaba de bracero y la única forma era que si me daba las cartas pa arreglar mis papeles, que este, que me dijera si me podía ayudar o no y sí me contestó. Y me dijo él que, que él me iba a ayudar en todo, que me sintiera libre en pedirle lo que necesitara.
PG: Sí. ¿Él era americano?
HR: Sí, Paul, Paul Riff se llamaba. Él era americano de aquí de Estados Unidos. Sí, y él me dio las cartas. Y así fue, yo fui de los primeros que emigraron, yo me emigré el [19]58 porque ya después se vinieron en los principios de los [19]60, fue cuado arreglaron toda la braceriada que había y se emigró, está como ahora.
PG: Sí, mucha gente.
HR: Mucha gente, así estábamos muchos braceros y le dieron chanza de que arreglara, ahí toda la mayoría, pero yo arreglé antes de eso.
PG: Entonces, ¿cómo fue que pudo romper su contrato como bracero? Porque había…
HR: No, porque cuando, cuando me hablaron de Tijuana que tenía la cita en el consulado americano. Entonces me dijo el que me andaba ayudando en Mexicali, que me consiguió toda esa carta. Ésas de, él habló con el, con el señor ése que me dio las cartas. Entonces este, me dijo: “Tienes que cancelar el contrato, no puedes ir a Tijuana y todavía con el contrato, con el contrato”. Que estuviera, pues con el contrato, tenía que cancelarlo y ya. Tonces así y jue lo que hice.
PG: Y, ¿cómo fue que lo conceló? ¿Fue con su patrón y le dijo?
HR: No, pos yo le dije a mi patrón que me iba a ir pa mi pueblo. Porque como yo dije: “Si no arreglo, quiero seguir de contratado”. Entonces no me gusta mentir, pero dije yo: “Pos aquí una mentirita piadosa”. Tonces le dije que, que me iba a ir pa mi pueblo y que iba a cancelar el contrato y entonces él me propuso, dijo, me dijo: “No”, dijo, “¿por qué no, por qué no, no agarras un permiso? Y así te vienes el tiempo”. Bueno, no me quedaba mucho del contrato de los dieciocho meses. Entonces le dije, le dije yo: “No”, le dije, “no puedo porque ya voy a completar los dieciocho meses y voy a estar allá. Lo que sí”, le dije, “si quiere darme unas cartas usted. Quiere darme unas cartas y cuando ya me quiera ir, venir pa acá, voy a Empalme”, que era donde están las contrataciones, “y me contrato y ya me vengo”. Pero yo no era eso, yo lo que quería era emigrar pero no podía decirle yo.
PG: Sí, (risas) sí.
HR: Y entonces ya cancelé contrato y siempre aguardé las cartas pa si no arreglaba, no, pos ya saber, me iba y me contrataba. Pues sí, pues ya jui a Tijuana y entonces ya me pidieron ahí que necesitaban la acta de nacimiento o una forma, ahí decía el número para del que me había dado las cartas, para saber si era ciudadano o estaba legalmente. Pero entonces él me mandó decir que no podía darme el acta de nacimiento porque él la necesitaba. Pos ahí me estuve y hasta que ya faltaban como unos, como unos ocho días pa que ya se hicieran viejas las cartas, todos los papeles y entonces habló el que me andaba ayudando a conseguir las cartas. Habló por teléfono, porque le dije: “Háblale por teléfono y dile lo que está pasando”. Porque le dije: “Porque si no arreglo en estos días, yo me voy a meter de, otra vez me voy a contratar”. Y entonces ya le hablé él, porque él era chino mexicano. Hablaba español, chino y inglés. Y entonces él le habló y ya le dijo, le dijo: “Pero no puedo yo mandar”. “No”, le dijo, “no tienes que mandar la original, saca una copia, una copia fotostática, con ésa”. Y entonces dijo que sí lo iba a hacer, pero como yo ya le había dicho a unos compañeros de trabajo, de donde yo trabajaba, que yo iba a venir de vez a Empalme, entonces yo dije: “Pos si no viene, yo me voy a ir con ellos”. Y entonces le habló ese día, que pa otro día me iba a ir, porque ellos iban también para allá. Y entonces, le habló Mario, se llamaba o se llama; le habló al que me dio las cartas y le dijo que yo estaba desesperado, pues y que: “No, no”, le dijo, “ya se las mandé”, dijo, “ahora o mañana le llegan”. No, pos entonces los que iban pa Empalme y yo ya le había dicho porque yo dormía en las oficina del que me andaba dando las, me andaba ayudando a arreglar. Tenía sus oficinas y me dio llave, porque ya se me había acabado el dinero y me dio llave pa que durmiera ahí en la oficina. Entonces, este, como ya le había dicho a los compañeros que me iba a ir con ellos pa Empalme y ellos sabían onde yo vivía. En la mañana estaban toque y toque, muy temprano y yo los oía, pero no, dije: “No y no puedo irles a decir que me voy a quedar, porque no sé todavía si arregle”. Entonces me hice el dormido, pero no, no les abrí la puerta y se fueron ellos. Pos ahí me llevé otro día, ahí esperando el cartero, esperando el cartero y cuando… porque era, ahí en las oficinas era subterráneo, ahí en, ahí en Mexicali. Ese hotel era el mero fregón antes, en esos años. Ahí conocí a Lázaro Cárdenas yo, en el hotel. Y había oficinas de, había una peluquería, una imprenta, una fotografía y luego la oficina del que me andaba ayudando a arreglar. Entonces ahí me llevé yo arriba, esperando el carrito y cuando llegó el cartero, miré el sobre y miré un sobre largo, dije: “Ése va a ser”. Porque yo ya conocía todos los que trabajaban ahí en la imprenta y todo y entonces ya, ya me dieron las cartas ahí para la oficina y abajo. Tonces ya se la llevé, ya se la llevé a Mario. “Esto es lo que necesitamos”, dijo. Y sí, ya con ésa de que, si nomás se hubiera pa ocho días ya no podía arreglar porque se iban a hacer viejas.
PG: Se vencen, sí.
HR: Se vencen, sí. Y este, y fui el 25 de julio de 1958 y entré ya emigrado el 28 de julio de 1958, ya emigrado.
PG: Qué bueno.
HR: Ey.
PG: ¿Cómo fue que conoció al señor que le estaba ayudando a hacer el trámite? ¿Dice que era un chino mexicano?
HR: Chino mexicano. Lo conocí porque, como le digo, yo leía muchas revistas, box y lucha y de muchas revistas; todo lo relacionado con béisbol y box y todo eso y yo estaba muy bien enterado. Y una vez que jui, que fui al béisbol, este, estaban ellos ahí, el que me [ayudó] y otros que trabajaban en la imprenta ahí. Tenían una discusión ellos, pero como yo taba muy bien informado, yo los saqué de la…
PG: (risas) De la duda.
HR: De la alegata que tenían y les di la explicación de lo que estaban alegando y entonces el Mario Chan me dio la tarjetita. Me dijo: “Mira”, dijo, “cuando quieras, cuando quieras ir allá a mi oficina a platicar o algo”. Y este, y otra vez también en el box. Primero fue en el béisbol y en el box, como coincidencia. También me volvía topar y ah, entonces ahí ya la hicimos, ya nos relacionamos más.
PG: Y, ¿dónde fue que, esto del box y el béisbol?
HR: En Mexicali.
PG: En Mexicali.
HR: En Mexicali, sí.
PG: Entonces era, fue una de las veces que, que…
HR: Yo salía, pues.
PG: Ah, okay.
HR: Que yo o sea, no le digo que salía y compraba revistas. Porque pos para, me gustaba estar informado. Entonces este, un día que jui a visitarlo ahí, a la oficina, pues muy agradables todos ahí, porque, muy amigables y todo. Y entonces y una de las veces que fui, porque ellos me decían Grande a mí. “Grande”, y que: “Grande pa acá”.
PG: (risas)
HR: Y luego me dijo un día, me dijo él: “Oye Grande, y, ¿ónde trabajas tú?”. “No”, le dije, “pos yo, yo trabajo al otro lado”. “Oh, ¿sí? ¿Estás emigrado o qué?”. “No, yo soy bracero”. “¿Pero cómo hombre?”, dijo: “Yo creía que trabajaba aquí en algún lugar o, no de bracero”, dijo. Es que cuando salía uno, siempre andaba yo limpio y más o menos vestido. Y entonces, no, pos él todavía me dijo: “Y, ¿por qué no arreglas?”. Entonces ya le expliqué lo que tenía de tiempo ahí trabajando y ahí, y ahí no le daban chanza de arreglar, puro de bracero. “Y, ¿qué no tienes otra parte donde conozcas a alguien que te pueda dar las cartas?”. Pues entonces ya dije: “Pos allá donde trabajé sin papeles”. “Y, ¿sabes la dirección?”. “Sí, yo la sé de memoria la dirección”. Y entonces dijo: “Mira, si quieres le hacemos una carta. Quién quita y sí te ayude. Pero si no te ayuda, si no te ayuda, este, no pierdes nada, yo no te voy a cobrar nada si no arreglas, si arreglas, ahí me das $80”, era lo que cobraba. “Y si no arreglas no, no, tú no vas a pagar nada”. Así jue como empecé ahí con él. Y este, pero por medio de eso, de que del béisbol y del box.
PG: (risas) Los deportes.
HR: Sí, yo estaba informado de todo eso. (risas)
PG: (risas)
HR: Me sirvió.
PG: Qué bueno.
HR: Que comprara las revistas.
PG: De algo. (risas) Los cuatro años que estuvo como bracero, ¿tuvo oportunidad de ver a su familia, a su mamá o sus hermanos?
HR: Sí, llegué a, llegué a ir allá a mi pueblo.
PG: ¿Sí?
HR: Sí.
PG: ¿Se le hacía difícil estar lejos de ellos?
HR: Sí, pos cómo no, pero pos necesitaba, necesitaba trabajar porque pos no, es que éramos muchos nosotros.
PG: ¿Entonces usted mandaba algo de lo que ganaba?
HR: Yo cada mes, cada mes le mandaba a mi papá. Cada mes, todo el tiempo.
PG: ¿Alguno de sus otros hermanos se vino como bracero?
HR: No, como bracero no.
PG: ¿No?
HR: Se vino después, ahora que ha venido gente, pero ya se emigró él.
PG: Sí, ya me…
HR: Ahora ya estamos como, como verá, tres, como cinco emigrados ya; seis, seis.
PG: Qué bueno, qué bueno. Entonces, ¿hay algo más que quiera comentar sobre su época como bracero, algo que, alguna memoria que tenga especial, bonita, fea?
HR: Pues yo, pos yo estoy muy conforme porque fue onde, onde, por medio de eso me emigré y tuve trabajo siempre, todo el tiempo tuve trabajo yo.
PG: Si tuviera la opción, ¿lo volvería a hacer de vuelta?
HR: Claro que sí.
PG: ¿Sí?
HR: Sí.
PG: ¿Cuál es la diferencia de trabajar tan duro en México y tan duro aquí? Si en los dos lugares se trabaja físicamente, ¿cuál es la diferencia?
HR: Este, pues es igual la diferencia. Sí se va a poner uno a trabajar, pero lo único, que en México, en México en los trabajos de uno, pos trabaja uno voluntario y si sientes algo, pos paras porque muchas de las ocasiones es de uno lo que anda haciendo. Y aquí, todo el tiempo, había veces que hasta enfermaba uno de los resfriados y todo eso, tenía uno que trabajar. Yo me acuerdo cuando llegué yo, pues que en el campo, cuando eso fue antes de los braceros. Cuando, tenía dieciséis años cuando llegué, el primer trabajo que hice fue tapear el betabel, sacarlo; no había máquina, sacarlo y mocharle así y eran unos camototes así y yo no tenía experiencia y lo que los demás con que andaba yo, sí tenían. Se me hincharon las manos, mire así. Y entonces miré que era puro trabajo duro siempre, el desahije de betabel y todo y yo pensaba en la noche, decía: “No, con este trabajo no voy a durar ni cuarenta años”. (risas)
PG: (risas)
HR: “No voy a durar ni cuarenta años”, decía yo en la noche.
PG: Sí.
HR: Cansado y de todo, ¿no?
PG: Sí.
HR: Bendito sea Dios, pero mira, aquí estoy.
PG: Qué bueno.
HR: Y de cuarenta años ya tengo, ya voy a tener setenta y uno.
PG: (risas) Qué bueno. Bueno, muchas gracias por su tiempo.
HR: Ándele pues.
Fin de la entrevista
Interviewer
Guerrero, Perla
Interviewee
Rivas Lugo, Heriberto
Location
Los Angeles, California
Time Summary
[Mins 0:00-3:02; Early Life] Heriberto was born in Jaquiverachic, Sonora, Mexico on July 4, 1935. He was the oldest of five sisters and three brothers. His parents farmed plants like corn. His town had about 2000 inhabitants. Heriberto was 15 years old when he stopped attending school and started working. For one year he helped his father on the farm and when he realized he had no hope of attending school again, he decided to go to the United States at age 16.
[Mins 3:03-4:34; U.S. Work Experience] Heriberto first worked in the U.S. without documentation from 1952 to 1954 in Woodland, California. He irrigated and cleaned fields of beets, alfalfa, and tomatoes. Immigration officers pressured farm-owners to stop hiring undocumented workers, so Heriberto looked for another way to work in the U.S. He became contracted to work as a bracero in Hermosillo, Sonora, Mexico on May 5, 1955, the last day possible to become contracted there.
[Mins 4:35-7:40; Becoming a Bracero] Heriberto had first come to the United States when he was 16 to help his family financially. Heriberto’s father told him about the nature of working in the U.S. Judging by his father’s nice clothes and shoes, it seemed to be cleaner work than it really was. Heriberto describes how much messier and harder working in the U.S. was than what he had expected. Immigration reprimanded him several times for working without documentation. After going back to Mexico in August of 1954, he worked on a corn farm until becoming a bracero.
[Mins 7:41-11:39; Pre-Processing] Heriberto was the youngest of the group he traveled to the processing center with. They traveled to Hermosillo in trucks for two days and were given food and coffee. Before going, braceros received reference letter from their respective principal municipalities. There were more than 20 thousand people in Hermosillo. He offers anecdotes on the challenges of navigating the processing center and getting contracted.
[Mins 11:40-13:19; Processing] At the processing center, the braceros formed lines to be interviewed. From Hermosillo, they took passenger trains to Benjamin Hill, Sonora, Mexico, and then to Mexicali, Baja California Norte, Mexico. It was about a two hour train ride to Benjamin Hill and from there a night-long train ride to Mexicali. Costs were covered by the bracero program. From Mexicali, braceros crossed the U.S.-Mexico border to Calexico, California where they were fumigated. They then went to El Centro, California to be given x-rays.
[Mins 13:20-15:59; Staying Informed] Heriberto felt well-informed about the events of processing before he experienced them himself. He and the group he traveled with all received cards in Hermosillo which stated their final destination as the Imperial Valley of California. Other groups’ cards said they were headed to other California cities like Fresno and Sacramento.
[Mins 16:00-18:18; Processing continued] The braceros had to undress for the medical examination in El Centro. Those who did not pass the medical exam, for conditions like lung problems, were sent back to Mexico. Those who did pass went to the bracero association in El Centro to be given a job. From there groups of 20 to 30 traveled to their work camps.
[Mins 18:19-20:06; Bracero Overview] Heriberto worked at the same camp for nearly all four years that he was a bracero. He explains the details of how he managed to renew his contract several times during that period. Sometimes he could renew at the Association, and others he had to go to Empalme, Sonora, Mexico to renew his contract, reprocess, and return to California.
[Mins 20:07-22:50; Daily Life] Heriberto worked with lettuce, carrots, onion, garlic, and okra at the camp. He worked six days a week, using Sundays to wash his clothes, read magazines he bought in Mexicali, and relax. Saturday evenings, braceros could leave the camp, which Heriberto would usually do when he wanted to see a movie or buy more magazines. Approximately 400 to 500 braceros worked at his camp at a time and of those people, about 75 worked year-round.
[Mins 22:51-25:27; Food and Wages] Braceros lived in barracks with bunked-beds. The beds were in “good shape” which Heriberto says was the case in most camps. Food was prepared for the braceros and a flat rate was subtracted from their paychecks to cover board. Most of the time Heriberto was paid according to contract rather than hourly, which he preferred since he was working so hard. Topping onion, garlic, and okra was contracted work. When he did make an hourly wage, Heriberto received 70 cents an hour and was paid on Saturdays. Heriberto was able to save money during his bracero years.
[Mins 25:28-27:00; Stooped Labor] Heriberto’s first days of working on the farm were challenging because he had never topped before. He explains topping as either done manually (bent over) or mechanically (with a tractor) removing the plant from the buried vegetable. It took him a while to get used to this type of labor which, at first, tired him greatly.
[Mins 27:01-28:31; Immigrating] After spending four years as a bracero, Heriberto applied to immigrate to the U.S. permanently. He made an appointment in Tijuana, Baja California Norte, Mexico to turn in the proper documentation, cancel his bracero contract, and begin his immigration process.
[Mins 28:32-32:10; Mexico vs. America] (Recording skips here) He speaks about how he and two cousins cut firewood to sell between farm jobs. He started doing this when he was 13 years old. He says that this physical labor was just as hard as the bracero work, but that the bracero program afforded one more luxuries like nice clothing. The image of braceros coming back to Mexico with luxuries and stories seems to be what inspired Heriberto to become a bracero; he contrasts the bright lights of Las Vegas, Nevada with his electricity-less town and describes what a powerful image it was. He describes how he traveled from Las Vegas to Reno, Nevada, to Sacramento, California, and finally to Woodland, California when he first became a bracero.
[Mins 32:11-40:17; Immigrating continued] Heriberto describes how he obtained the necessary documentation for immigration and how he cancelled his bracero contract with his boss. He immigrated in 1958 and was among the first Mexicans to do so after the bracero program. Heriberto talks at length about the Spanish-speaking Chinese-American who helped facilitate his immigration.
[Mins 40:18-43:46; Immigrating continued] When describing his love of many sports like boxing and baseball, he says he was very “buried” [in American sports.] He met the Chinese-American man at a baseball game and coincidentally ran into him again at a boxing match during one of his trips to Mexicali, Baja California Norte, Mexico. Heriberto speaks more about how he immigrated with the Chinese-American’s help.
[Mins 43:47-44:49; Family in Mexico] During his four years as a bracero, Heriberto had the opportunity to visit his family on occasion. He sent money to his father every month. His brothers never came to the U.S. as braceros but have come to the U.S. to work.
[Mins 44:50-47:10; Final Thoughts] If given the opportunity to go back in time, Heriberto still would have been a bracero. He says that there is not much of a difference between working hard in the U.S. and working hard in Mexico. He recalls his first U.S. job topping beets; he was 16 and had no previous experience. Heriberto laughs as he says he did not think he would make it to age 40 because of how tired he felt at night during his bracero years.
[Mins 3:03-4:34; U.S. Work Experience] Heriberto first worked in the U.S. without documentation from 1952 to 1954 in Woodland, California. He irrigated and cleaned fields of beets, alfalfa, and tomatoes. Immigration officers pressured farm-owners to stop hiring undocumented workers, so Heriberto looked for another way to work in the U.S. He became contracted to work as a bracero in Hermosillo, Sonora, Mexico on May 5, 1955, the last day possible to become contracted there.
[Mins 4:35-7:40; Becoming a Bracero] Heriberto had first come to the United States when he was 16 to help his family financially. Heriberto’s father told him about the nature of working in the U.S. Judging by his father’s nice clothes and shoes, it seemed to be cleaner work than it really was. Heriberto describes how much messier and harder working in the U.S. was than what he had expected. Immigration reprimanded him several times for working without documentation. After going back to Mexico in August of 1954, he worked on a corn farm until becoming a bracero.
[Mins 7:41-11:39; Pre-Processing] Heriberto was the youngest of the group he traveled to the processing center with. They traveled to Hermosillo in trucks for two days and were given food and coffee. Before going, braceros received reference letter from their respective principal municipalities. There were more than 20 thousand people in Hermosillo. He offers anecdotes on the challenges of navigating the processing center and getting contracted.
[Mins 11:40-13:19; Processing] At the processing center, the braceros formed lines to be interviewed. From Hermosillo, they took passenger trains to Benjamin Hill, Sonora, Mexico, and then to Mexicali, Baja California Norte, Mexico. It was about a two hour train ride to Benjamin Hill and from there a night-long train ride to Mexicali. Costs were covered by the bracero program. From Mexicali, braceros crossed the U.S.-Mexico border to Calexico, California where they were fumigated. They then went to El Centro, California to be given x-rays.
[Mins 13:20-15:59; Staying Informed] Heriberto felt well-informed about the events of processing before he experienced them himself. He and the group he traveled with all received cards in Hermosillo which stated their final destination as the Imperial Valley of California. Other groups’ cards said they were headed to other California cities like Fresno and Sacramento.
[Mins 16:00-18:18; Processing continued] The braceros had to undress for the medical examination in El Centro. Those who did not pass the medical exam, for conditions like lung problems, were sent back to Mexico. Those who did pass went to the bracero association in El Centro to be given a job. From there groups of 20 to 30 traveled to their work camps.
[Mins 18:19-20:06; Bracero Overview] Heriberto worked at the same camp for nearly all four years that he was a bracero. He explains the details of how he managed to renew his contract several times during that period. Sometimes he could renew at the Association, and others he had to go to Empalme, Sonora, Mexico to renew his contract, reprocess, and return to California.
[Mins 20:07-22:50; Daily Life] Heriberto worked with lettuce, carrots, onion, garlic, and okra at the camp. He worked six days a week, using Sundays to wash his clothes, read magazines he bought in Mexicali, and relax. Saturday evenings, braceros could leave the camp, which Heriberto would usually do when he wanted to see a movie or buy more magazines. Approximately 400 to 500 braceros worked at his camp at a time and of those people, about 75 worked year-round.
[Mins 22:51-25:27; Food and Wages] Braceros lived in barracks with bunked-beds. The beds were in “good shape” which Heriberto says was the case in most camps. Food was prepared for the braceros and a flat rate was subtracted from their paychecks to cover board. Most of the time Heriberto was paid according to contract rather than hourly, which he preferred since he was working so hard. Topping onion, garlic, and okra was contracted work. When he did make an hourly wage, Heriberto received 70 cents an hour and was paid on Saturdays. Heriberto was able to save money during his bracero years.
[Mins 25:28-27:00; Stooped Labor] Heriberto’s first days of working on the farm were challenging because he had never topped before. He explains topping as either done manually (bent over) or mechanically (with a tractor) removing the plant from the buried vegetable. It took him a while to get used to this type of labor which, at first, tired him greatly.
[Mins 27:01-28:31; Immigrating] After spending four years as a bracero, Heriberto applied to immigrate to the U.S. permanently. He made an appointment in Tijuana, Baja California Norte, Mexico to turn in the proper documentation, cancel his bracero contract, and begin his immigration process.
[Mins 28:32-32:10; Mexico vs. America] (Recording skips here) He speaks about how he and two cousins cut firewood to sell between farm jobs. He started doing this when he was 13 years old. He says that this physical labor was just as hard as the bracero work, but that the bracero program afforded one more luxuries like nice clothing. The image of braceros coming back to Mexico with luxuries and stories seems to be what inspired Heriberto to become a bracero; he contrasts the bright lights of Las Vegas, Nevada with his electricity-less town and describes what a powerful image it was. He describes how he traveled from Las Vegas to Reno, Nevada, to Sacramento, California, and finally to Woodland, California when he first became a bracero.
[Mins 32:11-40:17; Immigrating continued] Heriberto describes how he obtained the necessary documentation for immigration and how he cancelled his bracero contract with his boss. He immigrated in 1958 and was among the first Mexicans to do so after the bracero program. Heriberto talks at length about the Spanish-speaking Chinese-American who helped facilitate his immigration.
[Mins 40:18-43:46; Immigrating continued] When describing his love of many sports like boxing and baseball, he says he was very “buried” [in American sports.] He met the Chinese-American man at a baseball game and coincidentally ran into him again at a boxing match during one of his trips to Mexicali, Baja California Norte, Mexico. Heriberto speaks more about how he immigrated with the Chinese-American’s help.
[Mins 43:47-44:49; Family in Mexico] During his four years as a bracero, Heriberto had the opportunity to visit his family on occasion. He sent money to his father every month. His brothers never came to the U.S. as braceros but have come to the U.S. to work.
[Mins 44:50-47:10; Final Thoughts] If given the opportunity to go back in time, Heriberto still would have been a bracero. He says that there is not much of a difference between working hard in the U.S. and working hard in Mexico. He recalls his first U.S. job topping beets; he was 16 and had no previous experience. Heriberto laughs as he says he did not think he would make it to age 40 because of how tired he felt at night during his bracero years.
File Name Identifier
Rivas_Lugo_LAS017
Citation
Guerrero, Perla and Rivas Lugo, Heriberto, “Heriberto Rivas Lugo,” Bracero History Archive, accessed November 7, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/273.