Ignacio Nájera

Title

Ignacio Nájera

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: Ignacio Nájera was born in 1937, in Santa Isabel, Chihuahua, México; he was formally educated for four years; in 1960, he and a group of friends traveled to Chihuahua, Chihuahua, to begin the enrollment process for the bracero program; he worked in the cotton fields of Texas and New Mexico and the beet fields of Montana and Nebraska; he was a bracero for a total of six years.


Summary of Interview: When Mr. Nájera began the enrollment process in Chihuahua, Chihuahua, México he showed his Mexican military ID and a letter of recommendation; he recalls that sometimes when traveling from Chihuahua to El Paso, Texas, the braceros had to pay in order to get a place on a train or bus; his first work contract took him to the lettuce fields of Hereford, Texas; while there, he was burned with a liquid that was used to disinfect the lettuce; he worked in Montana for three years, where they paid him $14.50 per acre that he picked; in Pecos, Texas the braceros had to pay $10.00 per week for breakfast, lunch, and dinner; during their free time, the braceros often played cards.

Creator

Parra-Mantilla, Myrna
Nájera, Ignacio

Date

2003-05-11

Subject

Bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Ignacio Nájera

creator (Spanish)

Nájera, Ignacio

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Digital, WAV, MP3

Duration

30:24

Bit Rate/Frequency

24K
96 bit

Transcription

Nombre del entrevistado: Ignacio Nájera
Fecha de la entrevista: 11 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla

El día de hoy es 11 de mayo de 2003 en Santa Isabel, Chihuahua, entrevistando al señor Ignacio Nájera, para el Departamento de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla.

MP: Buenos días señor Nájera.
IN: Buenos días.
MP: Para empezar la entrevista quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació?
IN: El 31 de julio en 1937.
MP: ¿En dónde?
IN: Aquí en Santa Isabel.
MP: Santa Isabel. También quisiera que me platicara un poco acerca de su niñez, sus papás, ¿a qué se dedicaba su papá?
IN: Agricul[tor].
MP: ¿Sus hermanos?
IN: Agricultores, todos.
MP: Y, ¿usted fue a la escuela?, o, ¿siempre le estuvo ayudando a su papá en la agricultura?
IN: Sí, no, fui a la escuela.
MP: ¿Hasta qué…?
IN: Cuarto año.
MP: Hasta cuarto año. Y, luego de ahí, ¿empezó a trabajar?
IN: Sí.
MP: ¿Con su papá?
IN: Sí empecé a trabajar.
MP: ¿Hasta qué edad trabajó con su papá?
IN: Pues, toda la vida, todo el tiempo.
2do: Hasta la fecha.
IN: Ey.
MP: Bueno, entonces, me decía que toda la vida trabajó.
IN: Sí.
MP: En la agricultura, ¿verdad? Cuénteme cómo se dio cuenta del Programa Bracero.
IN: No, pues…
MP: La primera vez.
IN: No, pues hubo braceareada aquí contrataron en Chihuahua, fue onde nos dimos cuenta. Sí, y ya de ahí fui yo y me contraté.
MP: Pero, ¿usted se dio cuenta porque la gente hablaba de eso?
IN: Sí, la gente, sí.
MP: Y luego ya se fue a Chihuahua y allá, ¿qué hizo?
IN: Pues entonces daban números ahí mismo, ahí mismo en una oficina que se llama El Trocadero y ahí sacaba uno el número y ya de ahí, pues ya arreglaba uno y se iba, sí.
MP: Cuénteme, ¿allá cómo era El Trocadero?
IN: No, pos era un corralón grande y oficinas. Un corralón grande había ahí, El Trocadero, era El Trocadero.
MP: Y, ¿había mucha gente ahí?
IN: Sí, no, cantidad, mucha. Puros braceros que íbanos pa allá, de raza, mucha.
MP: Y, ¿cuánto tiempo se tardó ahí para que le dieran ya el pase para que se lo llevaran ya al El Paso?
IN: No, dos días, dos, tres días, es lo más que duraba uno y ya.
MP: Y en ese tiempo, ¿dónde comía, dónde dormía?
IN: Pues ahí, ahí comíanos, ahí en la fila, a veces, ahí dormíanos.
MP: ¿Ahí?
IN: Ahí dormíanos, sí.
MP: ¿Iba usted solo o iba con algún amigo?
IN: No, con amigos íbanos, íbanos con amigos de aquí mismo de Trías [General Trías].
MP: Ahí en El Trocadero, ¿le pidieron algún documento?
IN: Sí, sí nos pidieron documento, la cartilla.
MP: Permítame.
(entrevista interrumpida)
MP: Sí, me decía que le pedían la cartilla, ¿verdad?
IN: Sí.
MP: Si no tenía cartilla, ¿no podía ir?
IN: No.
2do: No podía entrar, se van.
IN: No se podía.
MP: Y, ¿ahí le hacían algunos exámenes médicos o tenía que…?
IN: No, no.
MP: ¿Le hacían como entrevistas?
IN: No, el de las, nomás, no, nomás las entrevistas y luego los exámenes los hacían allá en El Paso ya, ahí al entrar, allá sí lo examinaban a uno. Y aquí no, aquí, hasta allá le daban, lo examinaban a uno al entrar ahí, entrando a El Paso.
MP: Y luego de Chihuahua a El Paso, ¿en qué se los llevaron?
IN: A veces nos llevaban en el tren, en vagones y a veces nos íbanos nosotros en el camión, pagábamos y allá los esperábanos.
MP: ¿Ustedes tenían que pagar?
IN: Sí, teníanos que pagar a veces.
MP: ¿Por qué, oiga, ya no había cupo o qué?
IN: Por no ir todos hechos bola, ahí en el, ahí en los carros. Y ansina, pos nos iba, era toda la noche, ¿se imagina? En la Estrella [Estrella Blanca], así en el camión, pos se iba uno y pronto llegaba y dormía uno allá, a esperar uno a la gente pa entrar todos juntos.
MP: Y luego, ¿si se quedaban dormidos y la gente se pasaba y ustedes se quedaban ahí dormidos?
IN: No, (risas) no, no, no se quedaba uno dormido, taba uno más listo que un cerillo.
MP: Okay. Entonces me decía que ustedes tenían que pagar cuando iban muy llenos los trenes.
IN: Vagones, sí.
MP: Para que no anduvieran ahí muy apretados.
IN: Sí, pagábamos pasaje.
MP: Y luego ya llegaban al El Paso y ahí, ¿qué seguía?
IN: Pos, ahí, ahí nos examinaban luego luego, ahí luego luego examen, una polveada buena que nos daban. (risas)
MP: ¿Polveada?
IN: Sí, una polveada.
2do: Con el veneno.
IN: Pa, ¡el veneno! Y luego ahí nos examinaban y nos sacaban sangre del brazo, unas jeringotas ahí a todos.
MP: Y, ¿les decían lo que les iban a hacer?
IN: Sí, sí, claro que sí.
MP: O, ¿les hacían sin decir nada?
IN: No, no. Sí nos decían, pos ahí estaban, ahí pasábanos por los doctores. Ahí ya, luego de ahí ya nos llevaban al corralón a, le decían Río Vista, al Río Vista, ya de ahí ya nos mandaban pa la parte a onde iba uno.
2do: Ahí, ahí en el Risto, en Río Vista nos hacían unos exámenes de pie a cabeza, de pie a cabeza.
MP: Y, ¿si salían mal en los exámenes?
2do: No, pos van pa adentro.
IN: No pos, ahí es onde nos metían unas inyecciones del tamaño de la botella, (risas) al que salía malo.
MP: ¿Sí?
IN: Sí.
MP: Y luego pos ya lo retachaban. ¿Ustedes tenía que pagar su pasaje de regreso o ellos lo pagaban?
IN: Pos no, nos regresaban, a muchos sí los regresaban y a muchos no.
2do: Como quiera, como quiera nos pagaban ellos.
IN: Sí, ajá.
2do: Sí, sí, sí, y también el paseo.
MP: Y luego ahí en el Río Vista, cuénteme, ¿cuánto tiempo pasaban para que el ranchero los…?
IN: No, de ahí…
2do: No, no, no.
IN: Eh, sí ahí durábanos dos, tres días a veces ahí. Entonces de ahí ya nos mandaban en camión a según al pueblo, a la parte o al estado que fuéranos, ¿ve? Como pos yo fui, dos o tres veces hasta Montana.
MP: ¿Hasta Montana? Platíqueme de los lugares en los que estuvo.
IN: Uh, en los que estuve. Fíjese, estuve tres años en Montana.
MP: Ahí, ¿qué hacía?
IN: En puro betabel.
2do: Puro betabel.
MP: ¿Y luego?
IN: En Colorado estuve también en el betabel. En Hereford, en Hereford, Texas en la lechuga.
MP: Ah, ¿lechuga?
IN: Sí.
MP: Qué raro.
IN: En Hereford. Y luego después en la pisca de algodón en Texas.
2do: Sí, ahí onde está el... (risas)
IN: Sí, en Nebraska. No, anduve en un montón de estados.
MP: Y cada vez que usted se movía a un estado, ¿tenía que hacer un contrato nuevo?
IN: Un contrato nuevo, sí.
MP: ¿No tenía problemas para renovarlo?
IN: No, no, no.
MP: Y cada vez que renovaba el contrato, ¿le tenían que hacer los exámenes de sangre?
IN: No, no, no, ahí nomás iba uno y si quería uno quedarse, renovaba uno el contrato y…
IN: Se iba uno pa otra parte, lo cambiaban o con el mismo patrón.
MP: Y, ¿usted podía elegir a los lugares a los que usted se quería ir?
IN: No, no.
MP: O, ¿a fuerzas se tenía que ir?
IN: No, no pos le decían a uno: “Pos vas pa tal estado”. Y pos pa allá tenía que ir uno.
2do: Exactamente.
IN: Sí tenía que ir uno.
2do: Ahí lo mandaban.
MP: Y luego, platíqueme la primera vez, ¿a cuál fue?, ¿a Montana, verdad?
IN: La primerita vez fui a Hereford, Texas.
MP: Ah okay, esto fue la primera vez.
IN: Sí, a la lechuga.
MP: Cuénteme cuando llegó ahí, ¿cómo era el lugar?, ¿cómo era el rancho?, ¿qué tenían?
IN: Era un pueblito así como éste, y era una, o sea ellos le decían barracas, hay unas…
2do: Hay unas, como una asociación.
IN: Unas barracas. (risas) Ahí a onde íbanos estaba, habíanos como doscientos, trescientos braceros ahí.
2do: Exactamente, ahí lo repartían a uno.
IN: Y ahí pues éranos un montón y ya nos quedábamos ahí, todos de ahí salíanos a trabajar, un pueblito chiquito como éste.
MP: Y luego, bueno ese era el pueblo, ¿no?, y, ¿el rancho?
IN: No, pos ahí nos repartían a los ranchos. Iban de a tres, cuatro, ansina, según el rancho.
MP: Y luego ahí en el rancho, ¿decía que los ponían en barracas?
2do: ¡Nada!
IN: No, no, ahí ya estábanos en casitas.
MP: Estaban en casa, ¿cuántas gentes en cada casa?
IN: No, pos depende de los braceros que ocupara el ranchero, ocupaba cuatro, tres, cinco, ey.
MP: O sea que no había mucha gente ahí.
IN: No.
MP: Y luego mucha gente me dice que a Pecos no les gustaba ir, que le sacaban la vuelta.
IN: Pos yo sí fui. (risas)
MP: ¿Usted sí fue?
IN: Sí fui a Pecos. (risas)
MP: ¿Al algodón?
IN: Al algodón.
MP: Cuénteme ahí Pecos, porque me dicen cosas así que había muchísima gente.
IN: Uy, muchos.
MP: Que eran unos problemas siempre.
IN: ¡Cantidad! Sí, oiga, sí, pos tábanos ahí en unos barracones grandísimos. Ahí habíanos muchos, ahí nos daban borde, ahí comíanos y todo, pa comer era una lata desde antes, tenía uno que hacer filas.
MP: Ah, o sea que tenían el servicio de comedor ahí, ¿ustedes no preparaban su comida?
IN: No, no, ahí tenían comedor y pagábanos nosotros, pues ahí nos daban el, la comida.
MP: Permítame.
(entrevista interrumpida)
MP: Okay. Me estaba platicando de Pecos, ¿verdad?
IN: Ey.
MP: Que vivían ahí en las barracas.
IN: Ey.
MP: Y, ¿había mucha gente ahí?
IN: Muchas, ahí éranos como doscientos ahí. Ahí teníanos dormitorio ahí en las barracas y todo, ahí catrecitos, ahí dormíanos y de allí, pos de ahí al comedor y al trabajo. Era mucha lata, ey.
(entrevista interrumpida)
MP: Sí. Entonces, sí era muy diferente, ¿no? ahí en la lechuga.
IN: Oh, sí.
MP: Que en el algodón.
IN: Sí, sí, cómo no, muy diferente.
MP: Y me estaba platicando de que tenían el servicio de comedor, que ustedes tenían que pagar, ¿cuánto pagaban ahí?
IN: No, nos cobraban poco oiga, como unos $10 pesos a la semana.
MP: Pues sí era mucho, ¿no? Y, ¿qué les daban? ¿Sí valía la pena pagar los dólares?
IN: No, pos sí, sí nos daban comida.
MP: ¿Qué era lo que les daban?
IN: Pos frijoles, papas, carne y caldo, así.
MP: Variadito cuando menos.
IN: Variado, sí, variadito.
MP: Y, ¿ahí les daban las tres comidas?
IN: Sí las…
MP: Desayuno, comida y cena.
IN: Ey, las tres comidas.
MP: Y, ¿les daban también para que se llevaran de lonche?
IN: Íbanos a comer, sí. Y almorzaban y luego nos llevaban a comer a medio día y luego ya de ahí al trabajo y en la tarde otra vez a cenar al comedor, sí.
MP: Y ustedes, ¿no podían pedir que ustedes mejor cocinaban su comida?
IN: No, no, no se podía.
2do: Lo que le servían a uno.
IN: No, no se podía.
MP: Porque me imagino que en los otros lugares, ustedes sí podían cocinar, ¿no?
IN: En, sí, en los otros lugares sí. Sí le dan a uno su casita y ya tiene uno su comida ahí, hacíanos la comida. Ya estufa y todo nos daban ahí, hacíanos la comida nosotros.
MP: Cuénteme ahí en la lechuga, ¿cómo hacía usted el trabajo?
IN: Ahí en la lechuga desde que fui yo, fui primero al desahije, que estaba así chiquita, a desahijarla, hasta que la cortaron. Ahí me estuve hasta que la cortaron y la empacaron y ahí estuve yo trabajando. Y pues tuvo, bueno, trabajo muy duro, ¡muy duro!, y luego muy barato, pagan muy barato.
MP: Ah, ¿sí? ¿Cuánto le pagaban ahí?
IN: Pagaban a $0.50 centavos la hora, ¿se imagina?
MP: Pos muy poquito.
IN: Muy poquito y había veces que trabajábanos cinco, seis horas nomás, muy poco, muy…
MP: Pos, no sacaban mucho.
IN: No sacábanos nada, no.
MP: De todos los trabajos, ¿dónde fue donde le pagaban mejor?
IN: Pues en el betabel, a $14.50 el acre.
MP: ¿En el betabel?
IN: Sí.
MP: A $14.50 el acre.
IN: Sí, a $14.50 el acre. Y luego la, y luego después la, seguía la, era el desahije, ¿ve?, a $14.50. Y después seguía la limpia, ya cuando acabamos del desahije, a limpiarlo, a quitar la hierba y pagaban a $9 pesos el acre, más barato.
MP: Pos muy barato.
IN: Muy barato, sí.
MP: Y eso fue en Montana, ¿verdad?
IN: Sí.
MP: O, ¿también en Colorado?
IN: En Colorado también, sí.
MP: ¿Sí?
IN: En Montana, en Colorado, en Nebraska, en todas esas partes anduve en el betabel.
MP: Ah, okay.
MP: Oiga señor, y ahí en todos los lugares estos, ¿siempre les ofrecían, les proporcionaban casa?
IN: Sí.
MP: No sé, ropa de, por ejemplo, cobijas.
IN: No, sí, sí, camas y todo, sí. Sí, todos los servicios ahí.
MP: Y para el betabel, ¿qué herramientas utilizaban?
IN: El azadón. El azadón, un azadón un cortito así pal desahije y luego uno grande pa la limpia.
MP: Y eso pos también el ranchero se los daba, ¿verdad?
IN: Sí también, sí.
MP: Y, ¿ustedes se podían quedar con algo?
IN: No, no, luego todo lo entregábanos. Cuando ya nos íbanos a venir les entregábanos todo el, los azadoncitos.
MP: Y ahí en el algodón, ¿qué les daban para trabajar?
2do: Un costal.
IN: Un costalote grandote como de aquí a aquél árbol. (risas) Pa llenarlo ahí, ¿verdad? Sacas le decía.
MP: Ah, ¿sí? ¿Como cuántos metros serán?
2do: Doce.
IN: No, como unos…
2do: Seis.
IN: Seis metros yo creo.
MP: Como seis, ¿verdad?
IN: Sí.
2do: Pero son doce, doce de ése.
IN: Seis metros más o menos.
2do: Doce pies.
MP: Doce pies, casi seis metros.
2do: Doce pies, exactamente, doce.
MP: Y cuénteme allá, ¿qué le dijo su familia cuando decidió irse de bracero?
IN: No, pos que me fuera bien.
MP: ¿Estaba soltero o ya estaba casado?
IN: Sí, taba soltero, no, taba soltero.
MP: ¿Qué edad tenía?
IN: No, pos en ese entonces yo estaba muy nuevo, oiga, unos veinticuatro años.
MP: Muy nuevo.
2do: Ahorita tengo veintiséis.
IN: Ya ahorita ya estoy muy chicharrín. (risas)
MP: Y luego, ¿cómo le hacía para comunicarse con su familia? ¿Usted venía más o menos seguido?
IN: No, pos pura carta se escribía.
MP: Pura carta. Y, ¿cuánto tiempo estuvo allá, oiga, de bracero?
IN: No, pos es que iba año por año, oiga, yo. Yo iba año por año. Hay veces que duraba cinco, seis meses, así y venía. Sí, pero todos los años iba.
MP: Y pero en total, ¿cuánto tiempo anduvo? ¿Serán unos seis años o más?
IN: No, pos anduve así.
2do: Todo el tiempo.
IN: Todo el tiempo que hubo bracereada.
2do: Desde que empezaron los braceros hasta que se acabaron.
IN: Sí, como unos seis años.
MP: ¿Cómo unos seis años?
IN: Ey.
MP: Pues sí estuvo bastante. Y entonces, ¿me dice que en ese tiempo se comunicaba con su familia con pura carta?
IN: Pura carta, sí.
MP: Y, cuando les mandaba… ¿Les mandaba dinero?
IN: Sí, sí les mandaba en money order al correo aquí.
2do: Exactamente.
MP: Y luego no, nunca, ¿siempre le llegó a tiempo o la cantidad exacta a su familia?
IN: Sí, sí.
MP: ¿Nunca se les extravió el dinero?
IN: No, no, nunca se extravió, nunca se extravió, llegó bien. Lo que ponía allá, y $50 dólares ponía, ésos llegaban a mi familia.
MP: Ah, qué bien. Oiga y cuénteme, ¿qué hacían en sus ratos libres?
IN: No, pos así [es]tar ahí jugando baraja. (risas) Jugando baraja o nos íbanos al pueblo a pasearnos.
MP: ¿A pasear?
IN: Sí, cuando no había trabajo, que descansábanos, ey.
MP: Y ahí en el pueblo, si se les hacía tarde o algo, ¿cómo se regresaban?
IN: No, el patrón nos llevaba y en la tarde nos reco[gía], iba y nos recogía él. Iba por nosotros, le decíanos nosotros: “Venga”. Por ahí, por decir nos llevaba por ahí a las once, ¿ve? “Ya venga como a las cinco, seis”. Por ahí iba por, nos recogía ahí al pueblo, ey.
IN: Cuando estaba retirado pues el pueblo, que estaba lejos, cuando estaba cerquitas, pos nosotros nos íbanos.
MP: Y, ¿eso era en todas las partes donde anduvo?, ¿en todos los estados?
IN: Sí.
MP: O, ¿en unos estados tenían un algo diferente qué hacer?
IN: No, no, no, así fue en todas las partes que anduve, sí, ey, todas las partes. Y había veces que, como en Texas, oiga, en Texas nos, tábanos cerca del pueblo ahí, pos nos íbanos hasta a pie, en raites [rides] y nos íbanos pa la casa, pero como allá en Montana, oiga, allá en Montana sí estaba muy lejos.
2do: En Billings.
IN: En Billings, allá estaba muy lejos.
IN: Taba, taba en la pura guardarraya de Canadá, yo esa vez, cuando estuve allá. Y una vez, oiga ya íbanos pa, éranos tres los que habíanos ahí y el pueblo más cercas, pues se miraba más cercas, ya era de Canadá y nosotros no sabíanos y luego le digo a aquél: “¿Vamos al pueblo?”. “¡Pos vamos!”. Estábanos deoquis y no le dijimos al patrón y ahí vamos. Y luego nos vio el patrón cuando íbamos más lejos y fue en la troca y dijo: “¿Pa onde van?”. “Pos vamos al pueblo”. “¡No, allá es Canadá! Allá son mojados ustedes, los meten al bote”. (risas) Pos no, y nos regresó y pos ya fue y nos llevó al pueblo él, pero estaba muy lejos el pueblo de ahí del rancho on tábanos.
MP: Ah, ¿sí?
IN: Sí, taba muy lejos, iba y nos llevaba y, mire, la tarde. Pero esa vez si nomás no nos ve y nos pasamos pa Canadá.
MP: Mire.
IN: Ey, taba muy cerquita oiga, pos se miraba…
2do: ¿Acá pa Laurel o dónde?
IN: En Billings.
2do: En Billings, Montana o Laurel, Montana allá.
IN: No, no, en Billings.
MP: Y luego, ¿no tuvieron ningún problema en cuanto a que La Migración los andaba cuidando o algo?
IN: No, nada.
MP: ¿En ningún estado?
IN: No, no. No, pos le daba a uno el pasaporte, ¿ve?
2do: ¡Si estábanos arreglados!
IN: Taba, le daban a uno el pasaporte y lo traiba uno todo el tiempo en la bolsa. Lo agarraba a uno la Polecía y ya les enseña uno el pasaporte.
MP: Y, ¿ya no les molestaba?
IN: No, no molestaba.
MP: Qué bueno. Oiga, y cuénteme cuando se llegaban a enfermar.
IN: Le voy a decir que una vez sí, una vez sí me enfermé mucho. (risas)
MP: ¿Sí?, ¿por qué oiga? ¿A consecuencia de qué?
IN: A consecuencia de allá cuando andábanos en la lechuga precisamente, el primer año que entré. Ya cuando andábanos en el corte de la lechuga. Entonces llenaban las cajas ansina del, las cajas de lechuga le metían veinticuatro cabezas a cada caja. Y luego les ponen un papel con un líquido muy fuerte a la lechuga pa que no, pos pa que dure yo creo fresca, pa la parte a onde la llevan. Y nos dieron unos papeles así y una pechera aquí así, pero no nos dieron hule, total que nos quemamos todo esto mire. El líquido ese nos quemó.
MP: ¿Sí?
IN: A mí y a otro muchacho acá de Cuauhtémoc. Sí, hizo rosa todo, (risas) sí.
MP: ¿Y luego?
IN: No, pos ya nos llevaron al doctor ahí en la noche, dos, a los dos días, nos llevaron al doctor, ey.
MP: Y ahí pos me imagino que el ranchero pagó, ¿no?, el…
IN: Sí, sí, tuvo que, sí, sí pos la aseguranza pagó, el seguro, ey. Sí, la aseguranza.
MP: Y ahí dice que estuvo dos días ahí, ¿verdad? Entonces esos dos días pos fueron pues perdidos, ¿no?
IN: Sí, perdidos esos. (risas) Esos fueron perdidos, no nos los pagaron. Duramos dos días ahí y luego más tres días o cuatro que duramos ahí encamados todavía, ey, por lo quemados que estábanos, yo y el otro muchacho.
MP: Pues sí fue bastante, ¿no?
IN: Ey.
MP: Y ya cuando salió de ahí, ¿ya estuvo mejor, ya no…?
IN: Sí, ya.
MP: ¿Ya no tuvo otro accidente así?
IN: No, ya no. No, ya no, ya trabajamos bien, sí.
MP: Y cuénteme cuando, cuando eran, no sé, las, por ejemplo los cumpleaños o los días festivos que el 15 de septiembre, que Navidad, ¿los festejaban allá?
IN: No, nomás el 4 de Julio.
MP: ¿Nada más?
IN: Nomás el 4 de Julio festejaban.
MP: Y luego, ¿cómo lo festejaban allá?
IN: No, pos a veces fiesta que hacen así como desfile, muy curioso, muy bonito. Muy bonitos desfiles hacía, ey. Pos nos íbanos nosotros a ver, no trabajábanos, no nos dejaban trabajar y se iban a ver el, los desfiles muy bonitos ese día, pos sí.
MP: Qué bueno. Y, ¿usted nunca se dio cuenta de que anduvieran mojados ahí que se hicieran pasar por braceros?
IN: No.
MP: ¿Nunca?
IN: No, no me di cuenta, no, no.
MP: Y, ¿ustedes nunca tuvieron problemas en cuanto a que los trataran mal la gente de los pueblos o el mayordomo ahí el rancho o el ranchero?
IN: No, no, no, no nunca, no. No, no nos trataban mal, no.
MP: Y ahí cuando estuvo usted en Pecos con toda esa gente, viviendo en la misma barraca, ¿nunca tuvieron problemas?
IN: No, no nunca. No, era un solo gusto ahí todo, una cantadera y gritadera pos sí, no, no se ganaban nada, oiga, puro estar vacilando ahí. (risas) Pos sí, sí porque no ganábanos gran cosa, (risas) que no ganábanos gran cosa. Nos veníanos casi como nos íbanos.
MP: Pero el dinero sí le rendía allá, ¿no?
IN: No, no pos sí, sí rendía, ganaba uno poco, pero pos cuidándolo, pues, lo cuidábamos. Si no, no nos rendía, pos necesitaba uno cuidarlo. Y luego pos no era tanto lo que ganaba uno, ¿qué tanto era?
MP: Y luego de eso tanto, ¿como cuánto más o menos le mandaba acá a su familia?
IN: No, no, pos el, en aquél entonces, oiga, pos sí rendía, digo aquí le mandaba uno los $50, los $100 dólares ahí.
MP: Y luego, ¿se casó andando usted de bracero o se casó ya después de que había ido?
IN: No, no ya, ey. Cuando ya vine yo de allá oiga, me casé. Sí, ya cuando vine yo de allá.
MP: Y usted, ¿alguno de sus hermanos, o algo, se fue con usted?
IN: No, iba, yo me iba solo con otros amigos, sí.
MP: Y, ¿nunca tuvo problemas para pasar?
IN: No, no, no, nunca tuve problemas.
MP: ¿Le daban algún permiso especial? O sea, para que no tuviera problemas.
IN: Sí, sí no, sí le daban a uno un permiso, permiso, allá con ese se… Pos se amparaba uno onde quiera que lo encontraba uno la Policía lo paraba uno y nomás le enseñaba el pasaporte y ya, permiso, y no lo molestaban para nada.
MP: Más o menos en el tiempo que anduvo usted, anduvieron también los del, el racismo muy fuerte, ¿no?, en contra de los negros y los…
IN: ¿En ese entonces?
MP: Sí.
IN: Casi no, oiga. No, casi no. Pos no, yo no supe nada de eso allá.
MP: Bueno es que usted más bien anduvo allá por el norte, ¿no? Y allá casi no se dio eso.
IN: Sí, pos el norte. No, allá no, no. Allá no oíamos nada de eso.
MP: Y, ¿acá en, por el sur, acá por Pecos, por Hereford tampoco?
IN: Pues no, no, muy a gusto también, muy suave pos acá, sí. Todo eso sí, sí le digo por muchas partes y no, muy bien. Muy bien me porté, se portaban muy bien con nosotros toda la gente de allá, nada de razón de allá, de nada.
MP: Oiga y el cónsul mexicano, ¿qué? ¿Sí les ayudaba cuando necesitaban algo?
IN: No, sí, sí ayudaba. Digo, pos yo nunca la, a mí nunca se me ofreció pero había muchas, muchos compañeros ahí que sí les pasaba alguna cosa, el cónsul les ayudaba, ey. A mí gracias a Dios que nunca me pasó nada.
MP: Qué bueno.
IN: Sí, sí pero a muchos sí les ayudaba el cónsul. Sí, pos el cónsul mexicano es el mero bueno. Sí, sí así estuvo la cosa.
MP: Oiga y en cuanto a la, cuando firmaron el contrato, ¿a ustedes les estaban explicando de qué se trataba, de qué estaban firmando?
IN: Sí, sí, no, sí gracias a Dios. Nomás íbanos pa la pisca del beta[bel], al desahije de betabel o a la pisca del algodón, sí nos decían, sí.
MP: Oiga y cuando se fue a Montana, ¿los transportaron en tren?
IN: Camión.
MP: Y, ¿cuánto tiempo hizo esa vez?
IN: No, hacíanos cuarenta y ocho horas.
MP: ¿Hasta allá? Permítame, ¿cuarenta y ocho horas hasta allá?
IN: Sí, cuarenta y ocho.
MP: Era mucho tiempo, ¿no?
IN: Era mucho tiempo.
MP: Y, ¿sí se iban parando o algo a descansar?
IN: Sí, sí pos salía por decir el camión de aquí de El Paso oiga, en la mañana pos, camiones malos, malos. Y llegábanos a Fort Loop [Fort Lupton], Colorado. Ahí llegábamos a otro día, veinticuatro horas se aventaba. Y ahí descansábamos un día, nos daban de descanso un día y otro día le salía, o sea que llegábanos en la mañana y en la tarde. Descansábanos todo el día y en la tarde agarrábanos el camión otra vez hasta allá, hasta Montana.
MP: Ah, mucho tiempo.
IN: Mucho tiempo, sí.
MP: Y, ¿nunca le tocó que alguien, durante el camino, que se enfermara o…?
IN: No.
MP: Algún incidente ahí en el camino o que se quedaron a la carretera.
IN: No, no nunca, no, nunca. Sí, nunca.
MP: Qué bueno.
IN: Ey, nunca.
MP: Para usted, ¿qué significó usted ser bracero?
IN: No, pos pa mí, oiga, pos una experiencia muy suave que pos fui a trabajar allá, muy a gusto. Y estuvo muy bueno esa cosa de la bracereada porque nos ayudábamos, mucho, digo, aquí. Nos ayudamos mucho. Y ahorita oiga, ojalá y hubiera otra vez braceros para contratarnos, pa… (risas)
MP: Sí, ¿verdad?
IN: Pos sí.
MP: Oiga y alguno de los rancheros, ¿no le ofreció que lo ayudaba para que arreglara papeles o usted nunca le interesó?
IN: No, no, nunca, nunca ofrecieron de eso, oiga, nunca. Todavía no, ni nada de eso que, movida de que querían arreglar. Decidí que, yo, por cierto que yo tuve muchos patrones allá, pero nomás de uno me acuerdo, del nombre del que, con el que estaba en Montana y eso porque fui dos años, allá estuve dos años con él. Fue el único que se me grabó el nombre de él.
MP: Y el ranchero entonces, ¿sí lo trataba bien?
IN: Oh, sí muy bien.
MP: ¿La familia del ranchero?
IN: No, muy bien, sí.
MP: ¿También?
IN: Sí, no, sí muy bien. Todos los rancheros muy bien, oiga, los patrones muy buenos.
MP: Y, ¿los mayordomos también?
IN: Sí, sí también, sí muy buenos, eso sí, ¿pa qué?
MP: Qué bueno. Y usted, cuando le decían que si era bracero o algo, ¿usted nunca se sentía así como que menos o algo?
IN: ¡No!, no, no se siente uno mal, no. Y pos allá, pos todo ya, ya pos ahí estaba toda la gente, todos los gabachos y todos sabían que había muchos braceros, muchos mexicanos, pero bracero, ey. Andábanos ahí todas las calles de los pueblos onde quiera muy a gusto, ni quien lo molestara a uno, nada, sí.
MP: Y platíqueme, ya así en general, ¿el programa sí fue bueno?
IN: Sí, sí fue bueno.
MP: Le convino.
IN: Ey.
MP: ¿Algo que no le haya gustado del programa?
IN: No, no, pos [es]tuvo muy bueno eso oiga, eso. Lo único nomás que lo, no le gustaba era de la polveada que nos daban cuando íbanos (risas) pa allá. Pero como, es que en ese tiempo, oiga, había mucho, venía mucha gente del sur. Y esa gente del sur aquí, cuando se iba a contratar, duraba meses ahí pa poder entrar los pobres, y usted sabe, pos todo mugroso, todos los pobres, pos no. Pos por culpa de ellos, nos polveaban hasta a nosotros, nos echaban polvo. Eso fue lo único que no me gustaba, la polveada que nos daban, ey. Y lo demás estuvo bien.
MP: Qué bien. Ya para terminar la entrevista quisiera que me dijera una última anécdota, algo que vivió, algo chusco por allá.
IN: No, no, tuvo bien ansina, oiga, allá tuvo bueno, viví muy a gusto.
MP: Qué bueno. No, pos bueno entonces, le agradezco el… Permítame.
(entrevista interrumpida)
MP: Sí, le decía que le agradezco que, agradeciéndole el tiempo que me permitió platicar y sobre todo que haya aceptado la entrevista.
IN: Ándele.
MP: Que fue muy buena experiencia la que tuvo allá.
IN: Sí.
MP: En Estados Unidos.
IN: Muy buena experiencia, ey, muy buena estuvo.
MP: Qué bueno, y qué bueno que sí lo aprovechó.
IN: No, sí, lo aprovechamos gracias a Dios, sí. Estuvo bien, ey.
MP: Bueno pues muchísimas gracias.
IN: Ándele.
MP: Gracias.





Fin de la entrevista

Interviewer

Parra-Mantilla, Myrna

Interviewee

Nájera, Ignacio

Location

Santa Isabel, Chihuahua, México

File Name Identifier

Najera_CHIH022

Citation

Parra-Mantilla, Myrna and Nájera, Ignacio, “Ignacio Nájera,” Bracero History Archive, accessed November 26, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/17.