Heriberto Cortéz Cortéz

Title

Heriberto Cortéz Cortéz

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: Heriberto Cortés was born in San Isidro, Oaxaca, México; in his childhood, he worked planting beans, corn, and peanuts; at the age of seventeen, he moved to Oaxaca, Oaxaca, México; in 1957, he joined the bracero program; he worked in Arkansas, Minnesota, and Texas picking apples, peppers, cotton, cucumbers, and watermelon; additionally, he labored in cattle ranches.


Summary of Interview: Mr. Cortés recalls growing up in San Isidro, Oaxaca, México; he relates how he worked planting beans, corn, and peanuts as a child, and, at age seventeen, moved to Oaxaca de Júarez, Oaxaca, México; additionally, he remembers being advised by a friend to travel to Mexico City, México to join the bracero program; he worked as a bracero from 1957 to 1960 in Arkansas, Minnesota, and Texas; there, he picking apples, peppers, cotton, cucumbers, and watermelons; he describes his experience at the bracero contracting center in Monterrey, Nuevo León, México, and the legal requirements he needed to fulfill for the program; furthermore, he details his trip to the United States-México border, his time at the reception center in Hidalgo, Texas, and the medical exams he went through; he explains the lengths of his contracts, and how he received extensions; moreover, he outlines daily life on the farms, what housing braceros had, the rules they had to follow, and how they organized cooking duties; he also states what they did during weekends, how they spent there money, and their visits to movie theaters; to conclude, he recounts what the benefits of having been a bracero were, how his life changed, and what he did after the program ended.

Creator

Domínguez, Violeta
Cortéz Cortéz, Heriberto

Date

2002-05-13

Subject

Bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Heriberto Cortés Cortés

creator (Spanish)

Domínguez, Violeta

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini Disc

Duration

1:50:00

Bit Rate/Frequency

24 bit
96 k

Transcription

Nombre del entrevistado: Heriberto Cortez Cortez
Fecha de la entrevista: 13 de mayo de 2002
Nombre del entrevistador: Violeta Domínguez

Bueno, el día de hoy es 13 de mayo de 2002 y estamos en casa del señor Heriberto Cortez Cortez para hacer esta entrevista.

VD: Señor Heriberto, ¿qué edad tiene usted ahorita?
HC: Ahorita tengo sesenta y cuatro años, ¿no?
VD: Sesenta y cuatro años.
HC: Sesenta y cuatro años debo de tener.
VD: ¿Me dice de nuevo dónde nació?
HC: En San Isidro Monjes.
VD: En el estado de Oaxaca.
HC: Sí, de Oaxaca.
VD: ¿A qué se dedicaban sus papás?
HC: Campesinos.
VD: ¿Ellos eran de Oaxaca también?
HC: Totalmente campesinos, campesinos, total.
VD: ¿Su papá trabajaba el campo, tenía tierras propias, o trabajaba?
HC: Tierras propias, tierras propias.
VD: Y, ¿qué sembraba?, ¿se acuerda?
HC: Pos se siembra allá maíz, frijol, cacahuate, jícama, sorgo, tomate, picante, todas esas cosas.
VD: ¿Cómo se llamaba su papá?
HC: Luis Cortez.
VD: Y, ¿su mamá?
HC: María Cortez.
VD: María Cortez. ¿Ella se dedicó a la casa, al hogar?
HC: Al hogar, al hogar completamente.
VD: ¿No criaba animalitos o algo así?
HC: No, sí, no, sí, sí. Ahí había gallinas, había puercos.
VD: Y, ¿los vendían?
HC: Sí, de eso se vivía. Nomás que mi madre se dedicaba, ¿verdad?, pues a coser ropa.
VD: ¿Cosía ajeno?
HC: No, no, ella cosía su ropa y ella la iba a vender.
VD: Ah, sí. Sí vendía lo que hacía.
HC: Sí. Ella ya agarraba, tenía, en ese tiempo, pos claro, ¿no?, hasta la fecha también tienen burritos, ¿no? Entonces dice mi papá, ¿verdad?, que agarraba y emparejaba su burrito, le ponía sus canastas y ahí va con su ropa. Pero llevaba ropa de los chiquillos, así camisitas, ¿verdad?, para, calzoncitos de tirantes, ¿verdad?, para las criaturitas, ¿no? Entonces ya iba a vender de un pueblo a otro.
VD: Y, ¿se iba ella solita?
HC: Solita, o con mi hermanita la que está aquí en la foto.
VD: La pequeñita.
HC: Entonces, este, así iba a agarrar, pos a vender, ¿verdad?, su mercancía. Que, cuánto valdría una pieza en ese tiempo, pos tal vez, $6, $7 pesos, ¿verdad? Muy caro, hasta $5 pesos, ¿verdad? Porque como era ropa, pues sencilla, ¿verdad?, pero pues toda la gente, ¿verdad?, hombre, por ejemplo en El Trapiche San Javier, ¿no?, donde era mi madre. Porque a veces luego me dicen: “Oye, ¿por qué tú eres Cortez Cortez? ¿Pues qué eran primos o qué?”. “No, no, mi madre era de un pueblo, y mi padre de otro. Mi padre de San Isidro y mi madre era de San Javier”.
VD: San Javier.
HC: San Javier, que le decimos El Trapiche.
VD: ¿Así se conoce ahí?
HC: Así se conoce allá por El Trapiche, porque en aquellos tiempos, había una, ¿cómo se llama? Había mucha caña, por ahí por esas rutas, ¿no?, mucha caña. Entonces se llama trapiche, el molino que muele, que muele la caña, que hace unas alambiques onde va a dar la miel y se le quedó San Javier. Se llama, le decimos El Trapiche.
VD: Y, ¿entonces su mamá era de por allá?
HC: De por ahí era, de por allá.
VD: Y, ¿después se fueron a vivir a San Javier?
HC: No, ya cuando se casó con mi padre, ¿verdad?, pues ya se fue pa San Isidro, ¿verdad? Entonces por eso yo soy Cortez Cortez.
VD: ¿Cuántos hermanos tuvo, señor Heriberto?
HC: Tres, tres hermanos. De los tres se murieron, ora sí que los tres.
VD: ¿Se quedaron o se fueron?
HC: Yo me quedé solo.
VD: Fueron cuatro en total y sus tres hermanos fallecieron.
HC: Ajá, todos mis hermanos fallecieron.
VD: ¿De qué murieron?
HC: Pos no se sabe realmente, ¿verdad? Pero sí, el último, el último pos se dio un golpe.
VD: ¿De niño?
HC: No, tenía dieciocho años mi hermano, él, no, era el primero.
VD: ¿Era el más grande?
HC: Era el primero más grande, sí. Y se dice, ¿verdad?, que de un golpe, este, murió. Se pegó en el estómago, ¿verdad? Y así se fue enfermando y enfermando por ese golpe.
VD: Y falleció.
HC: Y falleció. Tenía dieciocho años. Yo estaba bien chiquillo.
VD: Muy joven.
HC: De a tiro chiquillo, era bueno. Y así fue como me quedé sin hermanos.
VD: Y, ¿los otros dos pequeñitos?
HC: Los otros dos, primero murió una de ellas y después murió la última que está ahorita en la foto que le puse.
VD: ¿También de niño?
HC: Tenía como unos, ¿qué? ¿Cuánto le calcula usted ahí más o menos, aquí a esta criatura?
VD: Unos, ¿qué tendría aquí?, como seis años, en éste.
HC: Un promedio, ¿verdad?
VD: Ah, pues así. A lo mejor cinco, seis años.
HC: ¿Verdad? Más.
VD: Bueno, a lo mejor sí, hasta ocho.
HC: Hasta ocho, ¿verdad?
VD: Y, ¿entonces murió de niña también?
HC: Sí. Yo en ese tiempo, me pregunto, ¿por qué la gente moría tanto?, viera usted, ¿verdad?
VD: De enfermedades a veces.
HC: Fíjese, en ese tiempo, por ejemplo, pegó el, pos la famosa tifo [tifoidea]. Había una enfermedad que se llamaba, le decían esa, la fiebre, ¿cómo [es] que le decían? Los fríos, pues decían los fríos. “¿Qué tiene?”. “Pues los fríos le están dando”.
VD: Ándele.
HC: ¿No? Toda la gente temblaba, ¿verdad?, y ¡pum!, de repente.
VD: Fallecían.
HC: Ya fallecían, en ese tiempo. Estamos hablando de, ¿cuántos años, señorita?
VD: No, pos sí, de que, usted nació en el [19]37.
HC: Siete.
VD: Un poquito después que usted nació.
HC: Ajá.
VD: Su hermanita. Sí, pos de falta de atención médica, a veces.
HC: Tal vez, porque pos zonas, bueno en ese tiempo eran zonas rurales, fuera de la ciudad, ¿no?
VD: Claro.
HC: Ahora si vas para Oaxaca, realmente, allá ahora es colonia, lo que antes le decíamos rancho. Ora ya, ora ya es colonia.
VD: Todos los servicios.
HC: Ya están las, todos los servicios, tenemos autobús, tenemos camiones, tenemos de todo. Tenemos agua potable, tenemos, ¿qué más?, teléfono, electricidad.
VD: Claro.
HC: En ese tiempo, no, en ese tiempo se transportaba todo en burritos pa la ciudad de Oaxaca, todos caminando. Todo lo que era el famoso Camino Real, como le decíamos, ¿verdad? Iba al Camino Real lleno de tantos burritos, ¿verdad?, y lleno aquello pues. Luego teníamos que pasarnos un río.
VD: Para llegar a la ciudad.
HC: Pa llegar antes, o sea, ya estamos a qué decir, a diez minutos ya de la ciudad, ¿verdad? Se atraviesa un río, que se llama el Río Atoyac. Ese río, cuando bajaba, por ejemplo en agosto, septiembre, que llueve pa allá. Porque allá el tiempo de agua es en este tiempo, ¿vedá? Entonces tiene uno que pasar pos casi nadando, ¿verdad?, con los animalitos ahí, ¿verdad? Unos se agarraban del burro y ahí va el burro caminando, ¿verdad?, y con su trompita para arriba así, ¿no? Y entonces los que se agarraban del burrito pos se iban también empujándolo y ayudándolo, ¿no? Porque la corriente se los llevaba.
VD: Se los llevaba.
HC: Hasta que por fin salían a la orilla, ¿no?, escurriendo, ¿verdá?, el agua del burrito y todos los que más iban, ¿no? Y así se la pasaban, así iba, llegábamos a la ciudad, ¿no? Yo por ejemplo, cuando pasábamos ese río, pos yo iba sentado en medio de las canastas onde, del burrito, ¿no? Porque llevábamos tomate, llevábamos jitomate, llevábamos tomate o sea el tomate de cazuela, ¡eh!, y jitomate, es el tomate rojo.
VD: El rojo. Y, ¿lo llevaban a vender?
HC: A vender, sí. Se acostumbraba por carguitas, unas canastitas así chiquitas.
VD: ¿Con quién se iba, con su mamá o con su papá?
HC: No, con mi papá, con mi papá. Mi papá, porque yo no conocí a mi madre, ¿eh? O sea, yo estaba chiquillo cuando mi madre murió.
VD: Ah, ella falleció.
HC: Yo apenas me empezaba a sentar, como a la edad de mi nieto más o menos.
VD: Bebé pequeñito.
HC: Ajá. Mi madre murió.
VD: Y ella murió. ¿De qué falleció ella?
HC: Pues quién sabe de qué fallecería, ese sí !eh!, no tengo ese dato, ¿eh? Total que me quedé, te imaginas, en esa edad de mi nieto más o menos.
VD: Y lo cuidó, ¿quién, su papá?
HC: Mi papá y me daba, buscaba personas que estuvieran criando, ¿no? Para que me dieran alimento, o sea pecho, ¿no? Mi apá, me crió, mi apá me cuidó, me cuidó él todo, todo, todo. Me daba mis alimentos, hasta que ya después mi papá se juntó con otra señora. Ya entonces ya me agarró, ¿verdad?, como ya, pues ya acabado de criar. No, no, no, si mi infancia, no, cálmate, no, me da no sé qué, de veras, recordarlo, ¿me entiendes?
VD: Ya me imagino.
HC: Pero ahora.
VD: ¿Usted fue a la escuela, señor, por allá en el rancho? ¿Estudió por allá?
HC: Bueno, fui a la primaria de ahí, como dicen la primaria del pueblo, ¿no?, a la primaria, ¿no? Y ya después…
VD: Ah, ¿estaba ahí mismo en el pueblo?
HC: Ahí mismo estaba yo, sí, ahí taba yo.
VD: ¿Cuántos años hizo ahí de primaria?
HC: Pos parece que como tres años, porque después de ahí, o sea tres años, ¿no?, pero son seis de ley, ¿no?
VD: Claro.
HC: Pero yo, como hay veces que me iba a la escuela y mejor me salía.
VD: No le gustaba.
HC: No me gustaba. Y luego después, también me acuerdo que hay una escuela ahí en la ciudad de Oaxaca, y nos fuimos a vivir unos años a la ciudad. Entonces este, ya de ahí pues dijo mi papá: “Te interno otra vez, o sea te llevo a la escuela otra vez, ¿no? En una escuela particular”. ¿Verdá? Y ahí creo que estudié otros tres años, ¿verdá? Y ahí hice la primaria.
VD: ¿Ahí terminó?
HC: Ahí terminé la primaria, sí. Y después nos regresamos de ahí al rancho otra vez, a vivir al rancho, a vivir de la agricultura, pues.
VD: ¿En el campo?
HC: Pero en aquel tiempo, caray, se daba todo, caray que, ¿cómo nos veíamos cortando sandía?, por ejemplo en ese tiempo, ¿no? Cortando melón, que se daba el chícharo, cosas que se daban, ¿verdad?, que daba gusto, ¿verdad?, como se cosechaba, ¿verdad? Pero ahora, ahora el gravísimo problema fue, ¿verdad?, que tenemos un río ahí en esa zona, pero el Gobierno, ¿verdad?, mandó decenso, ¿veá?, el río, así quedaba el río arriba y los terrenos quedaban abajo. Entonces el río alimentaba.
VD: Regaba.
HC: La humedad. Y cuando vino la máquina, una draga que llevaron a ese río, escarbaron y lo demás ya, lo escarbaron demasiado. Y como el río tiene mucha pendiente, ¿pos qué pasó? Que ora, ora se hizo más hondo, y se bajó la humedad, y ora quedaron los terrenos arriba y ora quedó el río abajo, ¿vedá? Entonces ya, ya, ya no tenemos ya humedad, no tenemos. Antes teníamos una creencia, ¿verdá? Que sembrábamos, por ejemplo de humedad, como decía uno, en el mes de abril, se sembraba con, a punta de coa como le llamábamos nosotros, con ciertas fechas por ejemplo, una fecha que se llamaba Santa Isabel que es del, un calendario, que se usaba antes, del calendario Galván, un calendario chiquitito así, que, no como ora que no, ahora son calendarios de a metro, que ya ni siquiera, nomás le pone ahí las cosas. No, no, ya no es como antes. No, antes el día, el día que decía el calendario, hoy tamos a 15 de abril, por decir, y hoy marca agua porque hoy es cuarto menguante, porque es luna llena, porque etcétera, etcétera. Y, ¡pum!, que llovía. Así lo estábanos comentando cuando se ponían las nubes y a llover. Porque estamos a quince y porque se llamaba Santa Isabel, ese día era la fiesta de Santa Isabel, y así, ¿verdá?, esas siembras de humedad que le decíamos. Pero entonces se daban las milpas, milpas negras, grandes, unas mazorcotas grandotas. Pero ahora, ora quiero decirle definitivamente que el campo ya no es negocio.
VD: Claro.
HC: Ni se puede invertir en un tractorazo, no se puede invertir porque no lo saca la lana, no, ya no. Hay que pagar $400 pesos por decir, por una parcela, ¿no? Y pa sacar los $400 pesos pos no va tan fácil.
VD: Y antes, sí, me estaba contando del…
HC: Ajá. De aquellos tiempos.
VD: Del campo, sí.
HC: Del campo en aquellos tiempos, ¿verdá? Ahora realmente, ya todos, por ejemplo ahí mi terreno, ¿verdá?, pos ya toda esa obra ya no trabaja en el campo. Yo me acuerdo hace poco, el último campesino que había, pos ya por los años, ¿verdá?, ya nomás está sentadito, ¿verdá? Y todavía tenía su yunta, pero hace poco se la vendieron, porque ya no era posible. Los animales comen mucho y es ya inservible, ¿verdá?, de poder darles de comer y a traer pastura y esas cosas, ¿verdá? Pos ya, ya terminó eso ya, ya se acabaron los campesinos. Ahora todos trabajan en la ciudad como, como albañiles, o piones a ver de qué se acomodan en la ciudad, ¿verdá? Pero, o en el comercio, o a comerciar. Pero ya las tierras ya están abandonadas, han tirado las tierras, ya no conviene como digo, llevar un tractor, ¿para qué?, si ya no se va a dar.
VD: No sale.
HC: No hay pozos. Si hacen el pozo, no sale agua, ¿verdá? Entonces, ¿cómo van a regar las alfalfas? Hay unos que tienen alfalfa ahorita, ¿verdá? Y ahí con trabajo, pos van al río, hacen un hoyo en el río, meten una bombita, esos de gasolina, y sale el agua, ¿verdá? Y sí riegan a distancia sus alfalfitas. Tienen algunos animalitos, ¿verdá?, que decir unas vaquitas tienen sus cosas, ¿no?, ¿verdá? Pero ya no es igual como antes, jamás, jamás. Pasaron esos tiempos.
VD: Claro. Entonces usted a eso se dedicaba, estaba en el campo cuando…
HC: Sí, en el campo, mira, cuando oímos que, bueno, cuando oímos, cuando yo tenía esa edad, ¿no?, de los dieciocho a veinte años, ¿verdá? Este, eh, yo me fui a la ciudad cuando mi padre murió, mi padre muere en 1954. Mil novecientos cincuenta y cuatro muere mi papá. Y ya, como te digo que yo era solo, entonces ya de ahí emigré a la ciudad, o sea a la mera ciudad en Oaxaca, ¿no? Entonces ya de ahí, ¿verdá?, pos yo empecé a trabajar, empecé a trabajar en una tienda, yo estaba todavía tonto, ¿no? Porque la gente del rancho, aunque está uno grande, pos todavía está uno medio tarado, ¿no? No todo un experto como una persona que estudia, ¿verdá? Ya después me fui acomodando ahí, ¿verdá?, ahí en la ciudad, en Oaxaca.
VD: ¿Qué hacía?, ¿en una tienda estaba de empleado?
HC: Estaba yo empleado en una tienda de ropa. Pero de ahí, ¿verdá?, me salí, ¿verdá? Y me fui a trabajar, o sea, obras del Gobierno, obras, de las obras, obras públicas, de la ciudad. Ahí me empecé a acomodar y ya después de ahí me mandaron como ayudante de topógrafo, como se llama cadenero, el que lleva todas las medidas. Lleva, se llama cadenero, lleva todas las medidas que van a medir, distancias y todo, se usa baliza, se usa estadal, para esos, tipo trabajos. Y ahí empecé a desarrollarme, ¿no? Y ya después dijeron: “Bueno, necesitamos una persona, ¿verdá?, que quiera ser ayudante de una moto conformadora”. Pos yo dije: “Yo le brinco”. Que me voy de ayudante a la moto conformadora, ¿verdá?, trabajar para, para el Gobierno, o sea de la ciudad, ¿verdá? Ahí me empecé a abrir paso, después se vino una campaña del paludismo. En la campaña del paludismo, pues fui, ¿verdá?, y que me acomodo. Había vacantes y que me acomodo en la campaña del paludismo.
VD: ¿Para vacunador?
HC: No, para rociado de las casas en los pueblos. El Gobierno puso, no sé si en ese tiempo había, o no había tanta rata como hoy, porque le aseguro que si ahorita fuera, se roban las camionetas. Ah, no, sí. Y ya empezamos a trabajar en el paludismo, empecé yo a trabajar en el paludismo, ¿verdá? Y entonces yo conocí una persona que era amigo de mi prima hermana, y este hombre ya estaba en Estados Unidos. ¡Ah caray! Me dijo: “Oye, ¿pues sabes qué?”, dice, “cómo no, este, pos arregla tus papeles”, dice, ¿verdá? “Y nos vamos a México y este, ya en México nos contratamos”. Le digo: “Y, ¿cómo está eso en México?”. “Ah, no”, dice, “es que ahí contratas. Están ahorita contratando braceros”, dice, “y esas cosas y yo ahora sí me voy también. Y si gustas, ¿verdá?, pos, este, pos nos vamos”, dice, “deja ver a tu hermana, pa, a tu prima hermana, pa decirle, ¿verdá?, que vamos a tener una entrevista, ¿verdá?, para que yo te diga qué papeles hay que llevar”. Pero para eso, ¿verdá?, ya ahí en el rancho, ya había llegado una circular, o sea un oficio como dicen, ¿no?, de la matriz, no sé, de, creo de Gobernación en Oaxaca. ¡Ah caray! Y solicitaban, que una persona que fuera a Estados Unidos a trabajar que estuviera dentro de los dieciocho a los veinte años, pero que fuera campesino de ley, que fuera campesino y para demostrar que fuera campesino que tuviera callos en las manos, callos en las manos. Entonces pues viendo eso, ¿verdá?, pos yo el único que salí de ahí del rancho, nadie más se aventó que yo.
VD: ¿No quisieron?
HC: No quisieron.
VD: ¿Por qué?, ¿se acuerda usted?
HC: Por, no sé por qué no quisieron, pero no, nunca dijeron, bueno, no hubo tan, no están, no se acostumbraron a salir fuera.
VD: ¿No salían de ahí?
HC: No salían de ahí. Taban los jóvenes, mis contemporáneos actual, ellos nunca salieron, nunca han salido, ahí se pasaron los años, yo ahora por eso, precisamente, yo no sé, pos yo los veo hasta más acabados que yo actualmente. Porque no es, no es, este, ¿cómo dijera yo? Es que la alimentación en un rancho está pésima, poco, poquito bajita, ¿no? Entonces, qué necesita el cuerpo humano, ¿verdá?, para tener… Pues una buena alimentación, para conservar bien la vida, ¿no? Eso es lo que se necesita, ¿verdá? Y en ese tiempo, pos claro, ¿verdá?, que era pos poco, eso no tiene muchas vitaminas el alimento, ¿no?
VD: Claro.
HC: Entonces yo actualmente, realmente mis contemporáneos de ese tiempo, yo los veo un poco, pues más acabadotes.
VD: ¿Los que ya no salieron de allá?
HC: Y claro, ¿verdá? Yo sí, ¿verdá?, pos me voy, me voy, ¿cómo que no?
VD: Y, ¿usted por qué se animó, cómo fue que se animó?
HC: Bueno, pues en primer lugar, porque yo quería salir fuera. En primer lugar fue que mi papá antes de morir, en una ocasión me dijo: “Mira hijo, el campo es muy pesado. Toma nota, ¿verdá?, que yo estoy acabadísimo a causa del campo, por haber trabajado puro campo, pero tú, algún día hijo”, me decía, “puedes irte, puedes irte de aquí a buscar la vida, no te dediques al campo”. Así me dijo en una ocasión. ¿Por qué? Por lo pesado que es el campo. Entonces ya estando en eso, ¿verdá?, pos que ya, no, pos que bracero, pues órale, entonces me vengo aquí a la Ciudad de México. Me vine el 2 de marzo.
VD: Del [19]57.
HC: Así es.
VD: ¿Se vino con éste?
HC: Con esta persona.
VD: ¿Qué me dice que era?
HC: Este, se llama, no, él ya había ido, ya había estado.
VD: Pero, ¿usted cómo lo conocía?, porque era…
HC: Lo conocí, ¿verdá?, porque era amistad.
VD: Ah, amigo.
HC: De mi prima hermana. Amistad de mi prima hermana, ¿no? Entonces ya, empacamos las cosas el 2 de marzo, no se me olvida, ¿verdá? Aquellos camioncitos que no son como ahora, ¿verdá? Ahora tan de lujo los ADO. Y aquel tiempo eran camioncitos chiquitos, del ADO que corría de Oaxaca.
VD: Desde Oaxaca a la Ciudad de México.
HC: A México, México a Oaxaca, y así, pero unos carritos chicos, como de doce o quince pasajeros nomás, no de lujo como ora. Y ahí venimos, yo vine el 2 de marzo, aquí ya nos instalamos, me instalé en Hotel México que estaba frente a la terminal del ferrocarril aquí en México, ya me instalé ahí, nos instalamos, ¿verdá? Y ya de ahí agarramos y ya con los papeles, llegamos a La Ciudadela.
VD: ¿Qué papeles traía usted?
HC: Pues papeles, ¿verdá?, que éramos campesinos, pero que no teníamos tierra y tenía que certificar el agente municipal, el comisariado ejidal tenía que certificar, ¿verdá?, que Juan no tiene tierras.
VD: Sí, sí, sí.
HC: Que Pedro tampoco y que son hijos de campesinos, ¿verdá? Y ellos son campesinos, por lo tanto, ¿verdá? Sí pueden ir a Estados Unidos, porque no tienen tierras. Pero estaba prohibido que un campesino que tiene tierras, dejara las tierras y se largara a Estados Unidos.
VD: Que aún así se fueron muchos.
HC: Aún todavía se fueron muchos, dejaron todo, mujeres, hijos y todo y se fueron, ¿verdá? Entonces ya llegando aquí a México, ¿verdá?, ahí nosotros en México nos hospedamos. Pero cuando ya llegamos a La Ciudadela, ya tocamos el punto en La Ciudadela. Ya cuando llegamos a La Ciudadela, ya estaba otro grupo de gentes de Oaxaca. Fue cuando ya me enrolé con ellos ahí, ¿okay?, en La Ciudadela. Ya nomás, ya no era yo y Alfonso, que era mi amigo el que me trajo para acá.
VD: ¿Se conocieron con los otros ahí?
HC: Ya nos conocimos. “¿Que de Oaxaca?”. “Sí”. “A ver los de Oaxaca, pues vamos a unirnos con los de Oaxaca”. Y ahí estamos en La Ciudadela, ora on ta el mercado ese de...
VD: De artesanías.
HC: De artesanías. Ahí eran oficinas, ora, de este lado, donde está la joya mala, onde, on tan los servicios de baño y todo, ¿no?
VD: Sí.
HC: On tan, ¿qué es?, ¿qué es ahí? (sonido de teléfono) Mijo, teléfono pa, (llanto de bebé) papá, no, no, ahí viene, cálmate. Y este…
VD: ¿Esos eran donde ahora el edificio donde ahora se entra? ¿Ustedes dónde se contrataban?
HC: Ahí en las dos partes.
VD: En, ta, en...
HC: Donde está la artesanía, de esa artesanía y este otro lado, ahí taban las oficinas. Ya empezamos a recolectar papeles, ya le empezaron a pedir papeles. “¿De qué parte vienen? A ver los de Oaxaca”, por decir, ¿no? El tema es de los de Oaxaca. Ya los demás no se los cuento porque ellos es otro lado, ¿no? A ver, por ejemplo los de Tula, Hidalgo, ¿no? O sea los del Distrito Federal. “A formarse”.
VD: Entonces, ¿los llamaron por lugar, por estado?
HC: Por estados, ¿no? “¿Cuántos son de Oaxaca?”. “Pos son sesenta, setenta, cuarenta”. Lo que haiga sido, ¿verdá? Y todos así, de Guerrero, por decir así, ¿no? También en Guerrero, ¿verdá? Pos también allá fueron las circulares, ¿verdad?, para solicitar los braceros, ¿no? Porque ese tiempo estaba Estados Unidos pidiendo personal de México para poder trabajar, porque ellos estaban en guerra. Todavía, pos todavía, ¿no?, todavía estaba la guerra en ese tiempo, ¿no?
VD: Pues la otra, porque...
HC: Sí.
VD: Se acabó la primera.
HC: Se acabó la primera, ¿verdá? Entonces, si hablamos por ejemplo del [19]42, ¿no?, [19]37, ¿no? A ver, [19]37, [19]38, [19]39, [19]40, cinco o, ¿qué?, siete años después, ¿no?
VD: Pues sí, desde el [19]42 que empezaron.
HC: Que empezaron, ¿verdá?
VD: A llevarse braceros, pero pos ya de ahí se siguieron.
HC: Se siguieron.
VD: Ya no pararon.
HC: No paró hasta ahí el asunto, no. Entonces ya pos ahí, ya estábamos todos los días en La Ciudadela, así que nada más llegábamos al hotel a dormir y en La Ciudadela, a La Ciudadela, órale, ya todos ahí, ¿no?, listos. Ya después de ahí, salió el pedido, pero ese pedido no era ya para pasar para aquel lado, no, todavía no. Ese era para llegar a Monterrey, Nuevo León, es onde estaban las oficinas de contratación, onde estaba el control de papeles, control de braceros, en Monterrey, Nuevo León.
VD: Y, ¿entonces en La Ciudadela nada más los elegían?
HC: La Ciudadela era para una coordinación, ¿verdá?, de papeles y de personas que de dónde venían, pero sí, verdaderamente, por ejemplo, salió un grupo, qué decir, de dos mil, por decir así, reunidos de todos los estados, ¿verdá?, y así de ese grupo a Monterrey. Ahí en Monterrey también llegamos, ¿verdá?, y a hospedarnos donde podíamos, ¿no? Pero también nos presentábamos todos los días en el campo de contratación. Y el campo de contratación tenía magnavoz, tenía micrófonos, tenía todo, ¿no? A llamar, ya empezaban, entonces en ese tiempo, ¿verdá? Claro, empezaba en la mañana, hoy se contrataban qué decir, mil, o tres mil este día. Y nosotros, tiene uno que estar todos los días ahí, porque a ver si la lista de Oaxaca ya van a pasar, la lista de Puebla ya van a pasar.
VD: Y, ¿como cuántos días se estuvo usted por allá?
HC: No, no, no, ahí tardamos como un mes en Monterrey.
VD: ¿Dónde se quedaba mientras?
HC: No, cada uno buscó dónde irse.
VD: ¿No se quedaron juntos?
HC: No, no, bueno, ah, no, el grupo que íbamos de Oaxaca sí nos quedamos juntos.
VD: Y, ¿dónde se hospedaron?
HC: Nos hospedamos en Avenida Ferrocarril, número 112. Avenida Ferrocarril, número 112 en Monterrey, Nuevo León.
VD: Y, ¿qué era, una casa de huéspedes?
HC: Una casa particular. La señora nos rentó ahí, pues era como galera, pero sí nos puso camas ahí, pa que ahí viviéramos en ese tiempo, ¿verdá? Mientras ya nos contrataban para irnos ya de Monterrey a Ciudad Juárez.
VD: Y, ¿todo el mes se estuvo ahí con esa señora?
HC: Ahí estuvimos viviendo, ahí estuvimos viviendo, ahí estuvimos viviendo. Ahí comíamos, comíamos en la calle, comíamos con la señora, ¿verdá? Pero nunca faltamos, ¿verdá?, que teníamos que estar todas las mañanas ahí en...
VD: A esperar.
HC: El campo de contratación. Ora, hay veces que íbamos y nos decían: “¿Sabe qué? Hoy no hay movimiento”.
VD: Váyase.
HC: “Tamos ahorita paralizados porque no hay pedidos. Tal vez el lunes, ya nos comunicaron que del lunes al martes ya hay otro pedido, de otros mil”. Ahí agarraban las listas, ¿verdá? Y las iban acomodando. Y ya de repente, cuando en una de esas, ¿verdá?, dijeron: “Los de Oaxaca salen”. Y que ya van, ya cuando yo oí mi nombre, dije: “Pues órale a alinearse todos a ponerse en línea”, ¿verdá? Ya eso fue el 12, por eso la tarjeta está…
VD: Del día que salió.
HC: Del día que salí. Bueno, esta tarjeta, esta tarjeta esta del 12, está del 12 de junio, ¿verdad? Pero esta tarjeta fue cuando la hicieron, esta tarjeta. Ese día pasé, ese día llegamos a contratarnos a un lugar que se llama, ahí mismo que se llama Hidalgo, Texas, nomás pasando la frontera luego luego.
VD: O sea que de ahí de Monterrey, ahí fue donde le firmaron, donde usted firmó su contrato.
HC: Ahí firmé mi contrato en Monterrey.
VD: ¿Ahí le hicieron la revisión médica?
HC: No, no, esa revisión médica la hacen, la hicieron ya en Hidalgo, porque ya es en Estados Unidos. Ya, ya es en Estados Unidos. Ora verá. Entonces ya estando ahí en Monterrey, ya, ya que ya dijeron: “Bueno, este grupo ya sale”, ¿no? Luego luego, ya en la tarde nos citaron, esa misma tarde nos dieron lonche, nos dieron jugos, nos dieron todo, ¿verdá? Y entonces ya nos llevaron al tren, a un tren, no de pasajeros, ¡eh!, no.
VD: De carga.
HC: Un tren carguero que le acomodaron por dentro, a los lados le acomodaron bancas, bancas de ambos lados. Y otra línea de, los furgones son largos, ¡eh!, ya ve que son largos los furgones, ¿no? Entonces le pusieron bancas de un lado, bancas de otro, ¿verdá? Y órale a llenar, bien pegaditos, bien pegaditos todos juntos, juntos ahí y los que iban en medio, pos no tenían que recargarse, ¿verdá?
VD: Y, ¿como cuánto fue el viaje de ahí a…
HC: Ah, bueno, salimos a eso de las seis de la tarde, tal vez me equivoque del horario, ¡eh!, tal vez me equivoque el horario, ¿veá? Pero parece que salimos a las seis de la tarde y llegamos a las ocho de la mañana a Ciudad Juárez, sí.
VD: ¿Por ahí cruzó, por Juárez a El Paso?
HC: Por Juárez, o sea, por Juárez ya, porque ahí ta El Paso, ahí está El Paso, Texas. Por eso aquí dice, dice una tarjeta.
VD: El Paso.
HC: El Paso.
VD: Sí.
HC: Aquí dice El Paso, Texas, junio 12 de 1957, ¿no? Entonces, ya después cuando llegamos conformes, llegamos a la frontera, de ahí del tren, de ahí del tren, ya nos, y caminamos así uno, columna por uno, por decir, ¿no?, derechito, derechito ya pasamos, pues ya llevaron los contratos, ya teníamos que ya pasar con el contrato, todavía no nos daban esta mica, todavía no nos las daban, hasta que ya llegamos aquí a Hidalgo, aquí dice, bueno esto no dice Hidalgo, ¿verdá? Pero dice El Paso, pero se llama Hidalgo ese lugar de contratación.
VD: ¿Allá de aquel lado?
HC: Entonces, antes de que, que entráramos a esta, esta oficina de Hidalgo, primero nos pasaban a polvearnos, ¿vedá? Nos polvearon todos, bueno, desinfectarnos, nos ponían líquidos, todas esas cosas, ¿no? Y por eso.
VD: O sea que cruzó la frontera, y luego ahí, los, ¿fue donde los desnudaron y…
HC: Ahí nos desnudaron, sí, para polvearnos y todo, ¿no? Servicios médicos y todas esas cosas, ¿verdá? Ah, porque pues dice, dicen ellos, ¿vedá?, que el mexicano pues no sé, ¿vedá? Pero ni modo, así nos trataron, ¿no?, ¿verdá? Nos trataron mal, no, no, eso no es de cristianos, eso no va, no.
VD: Claro.
HC: Pues cómo que no pueden pasar por aquí, porque pos traen qué o qué, no va, ¿verdá? Entonces ya de ahí, de ahí fue onde nos expendieron estas micas.
VD: ¿Ahí firmó usted su contrato?
HC: A mí, ahí firmé mi contrato.
VD: ¿Se lo explicaron, señor Heriberto, alguien le explicó su contrato?
HC: Sí, me explicó que con esta mica yo podía trabajar.
VD: ¿Pero no le dijeron cuánto iba a ganar y sus derechos como trabajador?
HC: Sí, pero no me acuerdo.
VD: O sea sí anduvo alguien.
HC: Sí, sí. Sí, nos explicaron cuánto íbamos a ganar en esa ocasión, ahí está la foto donde fuimos a piscar algodón, por decir, ¿no? Porque puro algodón piscamos. La mayor parte yo estuve en Texas. Pero ya Texas, ya Minnesota no es Texas. Es el estado de Minnesota, ¿no? Arkansas también es estado. Arkansas y Minnesota son estados, es la última vez que yo fui en los cuatro años, para ese lado, ¿verdá? Pero Harlingen y McAllen, ah, McAllen, aquí me falta McAllen, pérese tantito ahora que me acordé. Aparte de Harlingen, también estuve en McAllen.
VD: ¿Ahí en Texas también?
HC: Sí, McAllen. Así le pongo.
VD: Entonces, ya que se pasó ahí y firmó su contrato.
HC: Ya firmamos nuestros contratos, pero de ahí nos fuimos a Pecos, de ahí nos fuimos a Pecos, Texas, de aquí de La Asociación de El Paso, que se llama Hidalgo, se llama el pueblo ahí.
VD: Sí.
HC: Ahí es onde taban las oficinas de, ahí taban los pies de Migración, porque en Migración nos dieron estas tarjetas. ¿De acuerdo? Entonces, de ahí nos trasladaron en autobuses, unos autobuses como escolares, ¿no? Color amarillo los autobuses, ¿vedá?
VD: ¿En eso se los llevaron?
HC: En esos nos llevaron a Pecos, Texas. Y en Pecos, Texas, estaban otras oficinas y ahí sí estaban los campamentos, ¿vedá? Para llegar y dormir, ya había camas, ya había todo, ¿no? Pues ya de aquel lado de los americanos, ¿no? Y nos apreciaban, ¿por qué no, verdá? Porque íbamos a hacerles un trabajo, ¿verdá?, que ellos necesitaban. Por ejemplo, ya el algodón se les pasaba, ¿verdá? Y luego ya pos la mano de obra era necesaria, ¿verdá? Tons por eso sí nos trataban bien. Porque luego los patrones, ¿verdá?, que nos, que llega un patrón, decía: “Deme veinte”. “Okay, a ver, formados, chaparros y altos súbanse, órale, ámonos, veinte, ahí ta la camioneta del patrón ya, o si no caben ahí, aviéntenme otra camioneta pa que ya se los lleven, eh, a Coyanosa”, por decir. A por Stockton, por decir, así nos íbamos repartidos, ¿verdá? Pos ya estábanos ya contratados, entonces ya cada uno agarró, agarró su patrón. Llevaban ahí los que llevaban diez, otros llevaban quince, de acuerdo con sus necesidades, ¿verdá?, de sus plantas, ¿no? El algodón, por ejemplo, sandía, picante y todo lo que estuvimos piscando, ¿no?, ¿vedá? Es una historia, ¿no?, es una historia realmente.
VD: Entonces usted, o sea que llegó ahí y los distribuían, o sea era una barraca grande.
HC: Ajá.
VD: Y de ahí los distribuían, según.
HC: Ahí nos daban de comer las tres veces, pero nos daban tortas, almuerzo en la mañana. Luego nos daban unas pastillas que eran no sé, no sé qué eran las pastillas, creo que eran alimento, no sé pa qué. No era necesario que comiéramos tanta comida, pero con esas pastillas nos íbamos a alimentar.
VD: ¿No eran las pastillas para el calor, unas pastillas de sal?
HC: No, aparte, no, eso es aparte, no.
VD: ¿Ah, además de esas?
HC: No, no, eso nos daban pa mitigar el hambre, yo creo. Pero no eran pastillas, eran unos cuadritos así. Eran unos cuadritos blancos, que partidos nos los pasábamos. Entonces ya nos daban lonche en la noche, ¿verdá? Nos daban café en la noche en las barracas, llegaban con los carritos a repartirnos café. Estas personas de, la noche ahí, estaban hasta una noche, ¿verdá? O hasta dos noches estábamos, ¿verdá? Pero ya de ahí ya el patrón nos llevaba pa su rancho y ahí en el rancho, el patrón ya también tenía otra barraca, pues ya el patrón ya tenía catres, ya tenía las estufas, ya tenía su tanque de gas afuera, las estufas todas formadas, de acuerdo, dos personas por estufa. Dos personas por parrilla, por decir, ¿no?, ¿verdá? Y este, ya nos acomodábamos cada uno en su cama, luego teníamos unas literas así, ¿verdá?, donde metíamos la mercancía. Porque conforme llegamos, ¿vedá?, el patrón, conforme llegábamos todos como fuimos contratados, ¿no? Ya el patrón agarraba, bueno, decían: “Este, les voy a prestar dinero, mi obligación es prestarles dinero pa que vayan a comprar ustedes su, su...
VD: Su alimento.
HC: Sí, pero se llama, provisión se llama. Se llamaba en ese tiempo la provisión, cómo no. “Entonces vamos a ir a un pueblo. ¿Ya guardaron todos sus cosas?”. “Sí, cómo no”. “Okay, súbanse a la camioneta, vamos a comprar, los llevo al pueblo. En este pueblo siempre vamos a venir a comprar, agarramos una carretera, agarramos otra, y ya llegamos al pueblo”.
VD: ¿Como cuántos eran, señor Heriberto, que se llevaba el patrón?
HC: No, bueno, bueno, pues todos los que él usaba, ¿no? Los doce, nosotros éramos doce, por decir así. Yo en ese grupo que, ahí se junta uno ya de otros lados, eh. No nada más los de Oaxaca, no, no, ya lo de Oaxaca, olvídese.
VD: Estaban revueltos.
HC: No. Ya se iban pa otro lado, porque cuando decían: “Bueno, a ver, que necesito, siete, ocho”, pos tábanos revueltos. Tal vez nos tocaba, qué decir, dos de Oaxaca y dos de Guerrero, etcétera, etcétera. Por ejemplo esta gente que tengo aquí son de Guerrero, ellos son de Guerrero. Éste es de Nayarit, fíjese, éste es de Nayarit. Éstos son, éste es de Nayarit, éstos son de, éstos son de Ciudad Camargo, estos chaparritos, estos son de Ciudad Camargo, así como tan. Éstos son laguneros, de La Laguna, Ciudad Camargo. Sí, sí, entonces estos, por ejemplo, éste es de Nayarit, yo que soy de acá, ¿no?, de Oaxaca y éste cuate era de, éste era de Durango.
VD: Ajá, del norte también.
HC: Del norte también, ¿verdá? Y éste era de Nayarit, y yo de acá del D.F. por decirlo así, ¿no? Estos eran de Oaxaca, estos hombres.
VD: ¿Esos eran paisanos suyos?
HC: Sí, paisanos míos. Esos les tocó, ¿verdá?, pues ahí junto conmigo, ¿no? Y así nos la llevamos, sí.
VD: ¿Ya estaban revueltos?
HC: Ya estábamos revueltos, claro, ya estábamos revueltos. Ya nadie decía, tú al rato me decías: “Tú, ¿de dónde eres?”. “No, pos yo soy de Oaxaca, ¿tú de dónde eres?”. “No, pos yo soy de Nayarit, ¿vedá?”. Ahí estamos todos, ¿no? Así, así fue, así es la historia, ya este, íbamos allá al asunto de la provisión, como le digo, ¿vedá? Íbamos a la marqueta y ya cada uno pues compraba. Y luego nos dividíamos, qué decir: “Vamos a hacer un grupo de tres, un grupo de tres”. “Okay”. “Tú, tú amasa la masa, tú haces las tortillas y el otro que las voltee”, ¿vedá? Así entre los tres poníamos los dólares juntos que nos daba el patrón, pero ese tiempo era barato. Hoy es carísimo Estados Unidos, carísimo es el alimento allá. Entonces ya nos cooperábamos, ¿no? Ya traíamos así como pa toda la semana. O si no nos alcanzaba, le decíamos: “Patrón, llévenos usted el miércoles o el jueves, otra vez a, que nos hace falta algo”, ¿verdá? O sea más bien, ¿verdá?, dos veces por semana íbamos a la marqueta, ¿verdá? Se nos acababa la leche, se nos acababa todo. Porque empezamos a comprar alimento, ¿no? Ya para poder trabajar, ¿no?
VD: ¿Ustedes se preparaban todo?
HC: Nosotros nos hacíamos la comida y todo, sí. Uno, le iba uno a lavar los trastes, el otro amasaba porque son tortillas de trigo, la masa de harina, ¿no? La que hay que amasar, ¿no? Nos dieron todo ahí, las palanganas esas, ¿verdá?, hasta el barrotito, el barrotito ese, ¿verdá?, para, pa agarrarla así. Se extiende, se hace la bolita, entonces le hacíamos así.
VD: Con un rodillo.
HC: Y dándole vuelta, dándole vuelta a la tortilla, ¿no? Dándole vuelta pa que se fuera extendiendo, ¿verdá? Y ya al comal, o sea al comalito, ¿verdá?, del de gas, ¿no? Y el otro volteándolas. Ya que acabamos de hacer todo eso de la comida, lo que hacíamos de guisado, qué decir, bistec, de esas cosas, ¿no? O lo que fuéramos a comer, papas o como fuera, ya entonces, ya terminando todo eso, ya sí nos sentábamos a comer, pos ya estaban las tortillas hechas. Ya se servía cada quien, ¿vedá? Hacíamos suficiente, como éramos tres de grupos, éramos tres, ¿vedá?, de compañeros. Entonces uno de ellos prevenía los lonches: “Este lonche tuyo, este lonche es mío”, y etcétera, etcétera. Pues teníamos que llevar lonche para, pal campo, ¿no? Entonces nos colgaba, ya el patrón nos daba una bolsa de agua, aparte que nos llevaba agua, una bolsa de agua, pero esa agua, no sé qué tenía, tenía algo esa agua, porque decía que esa nos tomáramos primero, porque esa era buena pal calor.
VD: Alguna sal...
HC: ¿Cómo se llama? Una anforita, pues. Una anforita que nos colgábamos aquí que tenía una bolsita, pero esa, esa agüita siempre nos la tenía que dar, nos la tomábanos primero, ¿veá? Y ya este, después acudíamos, ¿vedá?, al grande, al, ¿cómo se llama allá? Pos al termo pues.
VD: ¿Era como un tambo?
HC: No, no, como termo de plástico, como termo, así, exactamente como termo. El agua estaba fría, ¿verdá? Y el calor estaba que válgame Dios, no. En ese tiempo, por ejemplo en Pecos, pegó un calor de esos pero pésimos. Ya en el campo ya, yo ahí con mi el sombrero así, gacho mi sombrero, ¿no?, y con mi azadón todo el día. No, los surcos están que de kilómetros de largo, kilómetros, óigalo, hasta dos kilómetros de largo, los surcos, lo que es algodón. Un surco lo que es tomate, lo que es picante, hasta dos kilómetros de largo, así.
VD: Y, ¿a qué hora empezaban a trabajar?
HC: A las siete de la mañana.
VD: A las siete.
HC: De siete de la mañana.
VD: Y, ¿terminaban?
HC: A las cinco de la tarde, esa era la hora de yo salir. Así que llegábamos como cinco y media al, al, pero llegamos, en lugar de ponernos a hacer lo de la cocina, nombre, a tirarnos en el catre, sí, pos todos boca arriba.
VD: Que descansen.
HC: Porque la espalda era la que nos, la teníamos castigada pues, ¿verdá? Cansancio, por cansado, pos era cansado el azadón. Todo el día traía el azadón jalando todo, no, los surcos largos, otra vez repito lo mismo, ¿veá? Entonces ya de ahí, este, llegábanos, y ya: “Órale señor, a ti te toca, órale a la masa”, es el que hace la masa. Pos ya agarraba, ¿no?, sus bolsas de harina y ahora a sacudirla y vamos, agua, y a amasarla y a amasarla y a amasarla. Se le pone un liquidito, ¿verdá?, un polvito, ¿verdá?, pa que suelte la, porque si no se le pone eso, no se le puede extender. Porque la harina está chiclosa, ¿veá? Y tiene uno que hacer tortillas diario, ¿vedá? Entonces pos estaba pesado realmente, taba pesado.
VD: Y ya se hacían de cocinar ustedes mismos.
HC: Sí, nosotros nos hacíamos de cocinar, sí, claro, ya en la noche ya para merendar, ¿vedá? Pos si alguien quería, bueno, ya ellos cada quien, ¿no? Ya se hacía un cafecito, pues ya si tú quieres café, pues háztelo, ¿vedá? Pero no decía: “Yo hago pa todos”, no. Cada quien agarraba su tacita, se hacía su cafecito y ya, pa pasar la noche, ¿no? Ahorita ya en la mañana, así temprano, a las cinco de la mañana nos paramos a hacer, a hacer el lonche, a hacer los tacos, a hacer las tortillas otra vez para echarle comida a los tacos, porque comida así en trastes nos llevábamos. Y fíjate, el lonche nada más y unas frutas que comprábamos, ¿no? Eso nos llevábamos de lonche, ¿veá?
VD: Y ustedes mismos, bueno, me dice que usted, ¿se lavaba su ropa ahí?
HC: Ah, sí, claro. De preferencia los estos güeros tienen ahí sus, se llaman pompas, on tan las máquinas, on tan las máquinas, onde ta la bomba de agua, on ta la bomba de agua que es agua, son cuatro pulgadas de agua de este vuelo, mire. Ta la bomba sacando agua diario, esa agua es para el riego, esa agua es para regar y ahí, de preferencia ahí junto, de preferencia junto ahí donde está la bomba, ahí es onde, ahí es onde están las barracas para que ahí y ya, ya están los baños acomodados, ¿verdá? Con la presión de la bomba, sube el agua arriba al tinaco y cae el agua en presión y ya nos, eran los baños. Pero no agua caliente, eh.
VD: Fría.
HC: Fría el agua, no, ahí no había calentador de agua, nada, no, agua, agua así.
VD: ¿Se bañaba usted con agua fría?
HC: Mucha agua, ¿verdá?, pero agua fría, ¿vedá? Y ahí taban los baños, luego hicieron unas casetitas así de madera con sus puertitas bien selladitas, ¿verdá?, para los baños. Ahí taba la regadera arriba, ¿vedá? Bien limpio, la verdad, eso sí, bien limpio, ¿por qué no? Los catres, se cambiaban las cobijas, nos daban las cobijas, que por decir, la siguiente semana, otras cobijas.
VD: ¿Se las cambiaba el ranchero?
HC: Nos las cambiaban, el ranchero nos las cambiaba. Y sí nos quería el ranchero, ¿por qué no? Luego venía en la noche. “¿Qué novedad?”, nos decía, con el intérprete que nos traía, ¿no?
VD: ¿Él no hablaba español?
HC: No hablaba español.
VD: ¿Nomás tenían un mayordomo?
HC: Un mayordomo y de preferencia ese mayordomo claro que hablaba español e inglés, ¿no?, ¿verdá? Entonces ya decía: “¿Sabe qué?”, dice. Nos decía el mayordomo, dice: “Dice el ranchero, dice el ranchero allá que mañana no vamos a poder trabajar porque está anunciado la nieve hoy”, por decir así, ¿no? O, “está anunciado mañana, un”... ¿Cómo se llaman estos?, torbellinos, ¿cómo se llaman estos?
VD: Como tornado.
HC: Tornado. “Que mañana está anunciado un tornado y no vamos a poder trabajar”, ¿verdá? Y no trabajábanos ese día. “Ah, y dice el ranchero, dice que mañana, este, si quieren irse al pueblo”. “Ah, cómo no”. “Okay, entonces, ¿quieren ir todo el día?”, ¿verdá? “Ahora dice el ranchero, dice que los va a llevar a otro lado, no vamos a ir donde vamos a comprar la mercancía, ¿no? Porque nos los vamos a llevar, lo va a llevar donde hay cines. Lo va a llevar a una feria. Lo va a llevar a una feria”. Cómo no, íbamos lejos, hasta una hora hacíamos en carreteras para ir donde íbamos, ¿verdá? Ya, ahí vamos, ya íbamos, nos pasábamos todo el día allá, ¿no? Decía: “A las seis de la tarde yo vengo por ustedes, o, ¿quieren que venga más tarde? Porque el cine empieza a las cuatro”. “Véngase a las ocho por nosotros”. Y ahí va el ranchero a traernos en la redila, una redila grande, a la redila todos, vámonos. Nos iba a dejar al pueblo ése y nos iba a traer. Al otro día sí, temprano.
VD: A trabajar.
HC: A trabajar. Agarraba la soga, las sacas de lo que era el algodón, tenía como pos qué decir, ya casi los tres metros de largas, dos metros y medio. A ver, de aquí, de aquí allá a la saca, por decir así, de aquí a allá la saca, mira.
2do: Buenas tardes.
HC: Este, de aquí allá la saca, mire, de aquí al tal pilar aquel, ¿qué seran?, como dos metros, ¿no?
VD: Como dos metros.
HC: Más o menos dos metros, más, poco más o menos, más de dos metros. Así es que pa levantar una saca de ésas bien repleta, porque yo por ejemplo estaba joven, ¿verdá? Pos qué, ¿verdá? A mí qué importaba, pa mí no pesaba, yo me metía por en medio y me la echaba al hombro poco a poco, ya iba con la colota así de, arrastrando la saca de una punta y arrastrando la saca del otro lado, ¿verdá? Pero pesadas.
VD: ¿Como cuánto le cabía ahí?
HC: ¡Ah caray! Pesabamos hasta, hasta cincuenta libras, setenta libras, hasta ochenta libras pesábamos. Bien, bien retacada. Entonces ya llegábamos a la báscula, estaba, ya estaba el checador. Ya se colgaba la saca, la colgaba con el gancho, ya estaba ya. “Tanto pesó”. Setenta libras, ochenta libras. Había una persona que se llevaba noventa libras, pos ya llevar noventa libras es ya ser muy macho, porque está muy pesado ya. En cambio había otros, ¿verdá?, que iban a pesar cuarenta libras. O sea, nomás caminaban tantito sobre el algodón y ya corrían a pesar, ¿por qué? Porque tenían una creencia que haciendo muchas pesaditas chiquitas, rendía más que llevar una de noventa, ¿vedá? Y eso yo también lo hice, ¿verdad?, de mejor ir a pesar pesaditas chicas porque se rendía más. Ya en la tarde, íbamos y veíamos la lista, a ver, ¿cuántas hice? Anotaba yo hoy treinta libras, no, no, aquí treinta, aquí cincuenta, aquí veinte.
VD: ¿Usted llevaba su cuenta?
HC: Yo llevaba mi cuenta y mi papelito, ¿no? Decía el mayordomo el que estaba, el mayordomo, ¿no?, el intérprete: “A ver, a ver, ¿cuánto hice ora?”. Ya sumaba, trece, veinticuatro, treinta y cuatro, treinta y cinco, cuarenta y dos, tantas hiciste ora. Ciento y pico, doscientos o fracción, lo que hiciéramos, ¿no? Entonces ya de acuerdo con eso, nos pagaban. Pero sí, ya de acuerdo con eso ya nos venía el descuento.
VD: Claro.
HC: El descuento como quedamos, ¿no? Que aquí iba a ser un diez por ciento que nos iban a quitar, ya ahí venía el descuento. Ahí taba notificado, pero créeme que yo nuca tuve esa idea de guardar un papel de esos, nunca jamás, no, cuando me vine, tiré todo. Montones de recibos, de papeles, de pago, de cheque, de etcétera, etcétera.
VD: Del seguro.
HC: No, lo único que me guardé fue la mica, la mica. Y con esta mica me sirvió, pos me seguí contratando con esta mica, tú no tienes problema, a ti no te van a enseñar, ya sabes lo que vas a hacer. “¿A qué parte quieres ir?”. “Pues ora que no fuera Pecos”, ¿no? “Bueno, pero ahorita mira, te vas a ir aquí a, te vas a ir a McAllen, aquí junto al río luego luego, ahí está McAllen, luego junto al río”. Inclusive una vez por andarnos bañando en el Río Bravo, ¿que no me estaba llevando el río ya? Ya me llevaba.
VD: ¿Se fue a bañar ahí?
HC: Me fui a bañar, sí, yo estaba viviendo cerquita del río, ¿verdá? Y me fui a bañar y me escarbó el agua, los pies y me estaba enterrando los pies, ahí en McAllen. También jalé en Harlingen.
VD: Que fue, o sea que terminando su contrato, ¿de cuánto tiempo fue su primer contrato ahí en Pecos?
HC: El primer contrato fue de tres meses.
VD: Tres meses. ¿Ahí todo el tiempo en el algodón?
HC: En algodón.
VD: Y ahí cuando llegó, ¿el mayordomo les tuvo que enseñar cómo se trabajaba el algodón a ustedes ahí?
HC: No, de primero nada más, sí, de primero. Nada más, claro, ¿verdá?, nos decía: “Mira, no me dejes banderillas”.
VD: ¿Qué son las banderillas?
HC: Banderillas eso es que tiene uno que pelar bien el capullo del algodón que no se quede algodón pegado porque el que deja algodón luego luego se ve blanco, blanco se ve el que va dejando algodón. Entonces el patrón le dice: “No, no, tienes que quitarme todo el algodón”. Ah, y además, no andarle, ¿cómo se dice? No andar jugándole rudo ahí, ¿no? Porque hay unos que agarraban, eh, la cáscara del algodón, pesa el capullo. El capullo pesa.
VD: Se lo echaban.
HC: Ajá. Y luego hacían bolitas, que qué decir, sí pesaban qué decir, una libra, ¿no? Y se las metían por en medio. Entonces luego si no estaba cachando el cuate que estaba recibiendo el algodón arriba, si no veía, si estaba abajo por decir así, entonces qué decía el cuate ese: “Espérame, no vacíes, porque le estoy pesando aquí al cuate este, le estoy pesando la pesada, ¿no? Ahorita que ya, fórmense allí, ¿verdá?, para que yo les pese primero y después yo veo, yo recibo arriba lo de la pesada”, ¿no? Entonces se subía a la traila, porque son trailas grandes, ¿vedá? Entonces se subía a la traila y revisaba el algodón, ¿verdá? No sea que fuera a llevar, pero, unos mañosos, ¿vedá?, que también botellas le metían, ¿vedá?
VD: Pa que pesara.
HC: Sí, pa que pesara, claro, pa que pesara, o una piedra si se encontraba una piedra. La envolvía con el algodón y vámonos pa dentro, ¿no?
VD: Y, ¿los llegaron a cachar?
HC: Sí, algunos, ¿vedá? Y les llamaban la atención: “Que sea la última vez, porque de aquí en delante te voy a tener desconfianza pa todo lo que vayas a hacer, ya sé, ya te conozco quién eres tú”, ¿verdá? Así le decían al mexicano, ¿no? Ya sabes que eres transa como dicen, ¿vedá? Entonces ya así, por eso, a uno, le decían: “No vacía, ya sé que tú no eres transa”, ¿no? Y así vaciamos el algodón, ¿verdá? Pero siempre a ojo de aquel, del mayordomo que estaba ahí. Ya que se llenaba la traila, quitaban ésa y traían otra con el tractor.
VD: Y, ¿así iban llenando?
HC: Y así íbamos llenando las trailas, ¿verdá?
VD: Entonces así estuvo tres meses ahí. Con ese patrón, ¿tenía buena relación?
HC: Con ese patrón, no, con ese patrón estuve buen rato, con ese patrón tuve buen rato, con, otro contrato. Yo con ese patrón hice tres contratos, porque no nomás piscamos algodón, hasta espinadas del algodón. Después se viene el barbecho ya con tractor, pero eso lo hace ya el tractor y lo hace el del tractorista de la hacienda. Pero también viene el riego. Hay que prevenir el riego, atender las pompas, se llaman pompas los tubos largos esos que se tienden a los canales, ¿verdá? Ya entonces ya los que van a regar. Luego lo que les sobraba, lo llevaba a la Asociación, ¿sí? Yo me quedo con cinco, por decir así, si tenía diez, devolvía cinco, porque en otro rancho los estaban solicitando.
VD: Él se quedaba con los únicos que...
HC: Y él se que quedaba con cinco, por decir así, ¿no? Esos cinco ya, eh, unos, como tenía ganado el patrón, unos nos íbanos a la pastura, otros nos íbamos a regar, ya éramos de planta ahí pues, según, ya éramos ya, pues sí, de planta, ¿no? Y además de confianza del patrón, ¿no? Ya el mayordomo sabía qué teníamos que hacer. Por ejemplo, yo ya sabía en el riego, ya enseñan a uno cómo se bombea la, se tapa aquí el tubo y se le pega el jalón, pa que haga, ¡paj! Y así jala el aigre y jala el agua. Y va uno tendiendo pompas. Pompas se llaman las mangueras esas, pero son de tubo de, de este, ¿cómo se llama?, ¿cómo se llama este tubo? Son, pos de lata pos, pero son livianas las pompas. Pero ya, pero hartas, cuatrocientas, quinientas, que se tenían que tender, toda una para cada, para un surco. Se pone hoy en la mañana en aquella cabecera, hoy en la mañana y están todo el día y hasta media noche van saliendo, al otro, al final del field, al final del field.
VD: Larguísimo.
HC: Larguísimos, ¿no? Y la pompa toda la noche, así de estos son cuatro pulgadotas de agua, seis pulgadas, doce pulgadas de agua, ¿veá? Ya nos toca el riego, por ejemplo, un regador de noche, el otro de día, ¿verdá? El de noche pues duerme en el día. Así nos revolábamos. Y había una persona que era nuestro intérprete, se llamaba don Magdaleno, el señor era chihuahueño el hombre, era don Magdaleno, ese señor. “Que ya me lo tienen que hacer muchachos”. Ya entonces ya empecé a manejar yo, bueno ya manejaba. Ya entonces me daba el Jeep, en un Jeep trepaba todas mis pompas, me iba yo a equis tramo, ¿verdá?, para atender mis pompas. Ya después me echaban la agua, se desocupaba el agua de allá, me la dan para acá. Se hace la toma, se hace la toma, se hace la tranca le decíamos, se envuelve la lona, se envuelve la lona con unos palos, se tiende, se le pone tierra y ya no pasa el agua, ya no pasa el agua. Porque ya la empieza a jalar la bomba. Y así, hasta que yo ya fui agarrando, bueno, yo empecé a trabajar hasta el tractor, allá.
VD: ¿Pero sí lo dejaron manejar allá?
HC: Sí, sí porque empecé a trabajar en el barbecho. Ya, pero eso ya fue en Coyanosa.
VD: Ya no fue ahí en ese...
HC: Ya no, ya fue otro, otro contrato.
VD: Entonces ahí se terminó su contrato y, ¿lo renovó otras dos veces?
HC: Sí, otras dos veces.
VD: ¿Ahí mismo? ¿No se tuvo que regresar a México?
HC: Me regresé a México después de los dos, después de, o sea a los seis meses.
VD: ¿Se regresó a los seis meses?
HC: Sí.
VD: Y, ¿después?
HC: Y ya estaban otra vez, había contrataciones.
VD: ¿En dónde?, ¿por dónde salió, por Ciudad Juárez?
HC: Por ahí mismo por Ciudad Juárez, por ahí nos salimos.
VD: Y, ¿otra vez se contrató?
HC: Otra vez me contrataba, por como decían los que ya han ido: “Pásenle de una vez. Ya, ya queremos gente que…
VD: ¿Le daban preferencia?
HC: De preferencia, gente que ya conoce lo que van a hacer. “Órale, pásenle”. Ya entonces ya no había eso de que a ver, tan recolectando gente aquí, no, no.
VD: ¿Eran los mismos que les renovaban?
HC: Ahí mismo los agarraban otra vez. “A ver los que tienen mica allá”. “Aquí ta mi mica”. “Va pa dentro”. Ya no había problema.
VD: ¿No fue en la siguiente vez? ¿Otra vez en ese mismo rancho?
HC: No, en otro, pa otro rancho. Ya entonces les di para, aquí estoy en Pecos, no, no, de Coyanosa ya le di para Pecos, ¿sí? Y después el otro año ya me tocó en, aquí ta, mire usted, ya es tantos años que se olvida, ¿eh?
VD: No, claro, no, sí.
HC: Coyanosa, Pecos, Coyanosa, Harlingen, por ahí así. Pero fíjese, tuve en Pecos, Coyanosa, Harlingen, estado de Arkansas, estado de Minnesota, y McAllen.
VD: O sea que se empezó a ir, señor Heriberto, en el [19]57, ¿entonces ahí se quedó medio año y después se regresó?
HC: Me regresé y volví a entrar otra vez.
VD: Se volvió a contratar casi que luego luego.
HC: Luego luego.
VD: No esperó mucho.
HC: No esperé mucho.
VD: Y, ¿le dieron un contrato de cuánto, de otros tres meses, o de cuarenta y cinco días?
HC: Bueno, pero siempre, casi, casi nos daban, yo alcancé, en un lugar alcancé hasta tres contratos, ¿vedá? Porque yo entonces ya para eso era tractorista, ya tractoriaba en ese tiempo. Entonces ya, más confianza, ¿verdá?, con el patrón y esas cosas, ¿no? Entonces este, nos llevaban también a ver, aquí fuimos a piscar, por ejemplo, en Minnesota fuimos a piscar pepino, pero también piscamos manzana.
VD: Pepino y manzana.
HC: Pepino y manzana, en el estado de Minnesota.
VD: Y, ¿allá dónde vivía cuando estuvo en Minnesota?
HC: Eh, allá en barraca también.
VD: ¿En una barraca?
HC: Barraca también, en casa. Ahí mismo vivía el patrón.
VD: Ah, no, no era.
HC: Éramos dos nada más.
VD: ¿Era un rancho pequeño?
HC: Esos ya. No, era grande el rancho, de pura vaca. Ya después nos convertimos en vaqueros allá, ¿veá?, a cortar zacate con la máquina para los animales, a picarlo en la picadora para los animales. Éramos dos nada más en ese tiempo allá en el estado de Minnesota.
VD: De Minnesota.
HC: En Minnesota. Ahí terminé yo en 1964.
VD: Ese fue su último contrato.
HC: Ese fue mi último contrato.
VD: Y, ¿luego?
HC: Pero casi, casi me ando aventando un año ahí.
VD: Esto, o sea, ¿estuvo renovando y renovando?
HC: Sí, nueve meses trabajé ahí con ese patrón.
VD: ¿Casi un año con el mismo?
HC: Sí, nueve meses.
VD: Entre el cuidado de las vacas.
HC: Las vacas y todo.
VD: El pepino.
HC: Pepino.
VD: La manzana.
HC: Sandía también que tenía, sí. Ese, con ese patrón teníamos mucha confianza, pos ya éramos dos trabajadores nada más, dos.
VD: Y, ¿ahí estuvieron?
HC: Hasta ahí terminamos en el [19]64, son los años que fui, los cuatro años.
VD: Y entre, y antes, o sea porque entonces usted se fue, terminando su contrato ahí en Texas, se volvió a meter casi luego luego y, ¿otra vez se quedó en Texas?
HC: Bueno, otra vez en Texas.
VD: ¿Ahí también al algodón?
HC: No, no, ya no, fue a otras cosas ya, a picar, este, de sandía.
VD: Sandía.
HC: Picante y no sembramos, ahí no se siembra el tomate, no.
VD: Y después terminando ese contrato, ¿regresó a México?
HC: Me regresé a México. Fueron tres contratos de cuarenta y cinco días. Vine a México, vine aquí a la Ciudad de México.
VD: ¿Se regresó hasta acá?
HC: Me regresé otra vez pa allá. Nomás me iba yo a la frontera y ya me contrataba otra vez.
VD: Y cuando vino hasta acá, hasta la Ciudad de México.
HC: Ya cuando, ya fue en el [19]64.
VD: ¿El último?
HC: En el último ya me vine aquí a la Ciudad de México, fue en el [19]64, que ya no, ya entonces se terminó la contratación.
VD: ¿Ya no hubo más?
HC: Hasta el [19]64, ya no hubo más.
VD: Pero mientras, entre el primer contrato el [19]57 y ese, ¿alguna de las veces que regresó a México, se tuvo que venir hasta acá o...
HC: Estoy, estoy hablando, estoy hablando, me falta un detalle que decirle a usted, mire, [19]57, [19]58 y [19]59, en el [19]60, hasta ahí dejé yo de ir. Sí, nomás que le estoy hablando a usted del [19]64. En el [19]64 terminó la contratación. Pos yo nomás trabajé en el [19]57, [19]58, [19]59 y [19]60, nada más.
VD: Ah, ese, el [19]60 fue su último año.
HC: El último año que yo vine del estado de Arkansas.
VD: Y en Minnesota, ¿cuándo fue eso?
HC: En Minnesota fue en el trayecto, en el trayecto del [19]57 al [19]58.
VD: Ah, o sea, ¿en los intermedios?
HC: Los intermedios, ¿vedá?
VD: Y entonces, en esos cuatro años que estuvo del [19]57 al [19]60, ¿nunca se tuvo que regresar a México por una temporada larga? Es decir, que terminara su contrato y no sé, no consiguiera renovarlo y los regresaran para acá otra vez. ¿Nunca regresó a Oaxaca en esos...
HC: No, a Oaxaca nunca regresé.
VD: ¿En esos cuatro años?
HC: No, porque mire, yo salí de Oaxaca en 1957 y ya no me fui a parar a Oaxaca, ya no.
VD: ¿Se regresó?
HC: No, pos ya taba soltero.
VD: ¿Se regresó alguna vez a la Ciudad de México?
HC: No. Ya pa el [19]60 ya me vine aquí a México.
VD: Pero mientras, ¿siempre estuvo renovando allá sus contratos?
HC: Estuve renovando, todos estos lados, como le dije, mire, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, seis partes.
VD: Siempre, uno tras otro.
HC: Que no le puedo descifrar ahorita, ¿verdá?, en qué, qué tiempo estuve en una, qué tiempo estuve en otra.
VD: Claro.
HC: Estuve en otra, ¿verdá? Pero durante todo.
VD: Pero fue continuo.
HC: Este patrón de aquí, a ver, este patrón, el patrón este de Harlingen.
VD: ¿Ese en qué estado está?
HC: De Arkansas. Tons Texas.
VD: En Texas.
HC: Mire, McAllen es Texas, estado de Minnesota, ese es el estado de Minnesota. Estado de Arkansas es estado de Arkansas, pero Harlingen, Texas, Reynosa y Coyanosa, son de Texas, ¿vedá? Pos ya lo demás, estas dos partes en los dos estados, ¿vedá? Entonces, yo como ya se ve, hay veces que venía a México y me regresaba, ¿por qué? Porque allá iban a contratar más.
VD: O sea que sí llegó a venir a la Ciudad de México.
HC: Llegué a venir a la Ciudad de México, exactamente.
VD: Se estuvo aquí, ¿cuánto tiempo más o menos?
HC: Hasta tres meses estaba aquí.
VD: Y, ¿dónde vivía mientras estaba por aquí?
HC: Bueno, mire, yo estaba con una familia en Casas Alemán, ¿vedá? Y ahí me daba otra vez por irme y me iba, me volvía a contratar otra vez. Porque con esto me decían, con esto a mí que me decían: “Tú puedes trabajar aquí ya”. Es más, ¿no ha usted oído que por ahí dicen que esta mica es buena pa pasarse?
VD: Es lo que han dicho.
HC: Pero no se las creo.
VD: Parece que algunas.
HC: Si llego a Migración y le presento esto, quién sabe si me dejen pasar.
VD: O quién sabe si se la quiten. (risas)
HC: A ver, a la mejor me la quitan. Ahí ta, ¿verdá?
VD: Entonces regresó aquí un tiempo nada más y se volvió a ir.
HC: Ajá.
VD: ¿No se casó en ese tiempo que estuvo aquí?
HC: No, ya hasta que vine yo en el [19]64.
VD: Ah, o sea hasta después.
HC: Hasta después.
VD: Oiga, señor Heriberto, cuando estaba usted por allá, ¿trabajaba normalmente de lunes a sábado?
HC: Sí, de lunes a sábado.
VD: Y, ¿qué hacía en su tiempo libre?, ¿qué hacía los domingos?
HC: Los domingos, no le digo que nos llevaban al pueblo, le llaman pueblo, como dicen por acá, ¿no?, al pueblo. Pos íbanos al mono, como se llama allá, al cine.
Así se llama, mono, ¿veá? Íbamos a comer. Nos bañábamos en la mañana, a las diez venía el patrón por nosotros, nos llevaba al pueblo. Ahí nos estábanos en el pueblo, comíanos en un restaurán, comíamos en otro restaurán, a la hora del cine nos metíamos al cine, ¿vedá? Ahora, si había fiesta en ese pueblo, pos estábamos en la variedad como dicen allá, ¿no? Vamos a la variedad.
VD: Y, ¿nunca tuvo problema con la gente de ahí, con los nativos?
HC: No, no.
VD: ¿Alguna vez...
HC: Completamente nada.
VD: Había rechazo.
HC: No, nada, porque, porque todos éramos mexicanos, ¿verdá? Y todos éramos la raza. Por ejemplo, nos decía el patrón: “No tomar beer”. Decía que cerveza no, ¿verdá? “No, beer no”, decía, “no, no, no. En México sí, pero aquí no”. Tons que tomábamos refresco, tomábamos agua, ¿no? Pero nunca nos emborrachábamos y tampoco nos han andado cuidando que no lleváramos botellas pa allá, por ejemplo, pa la barraca.
VD: ¿Tampoco los dejaban?
HC: Ajá. Toda la cosa.
VD: ¿Radios tenían ahí en la barraca?
HC: Radios sí, no, empezamos a comprar de que, de que llegamos a trabajar allá. Si no compramos tele, no sé por qué pero, pero radios sí.
VD: Y, ¿qué más se compraban por allá?
HC: Pos ya la ropa, porque ya por ejemplo, cuando iba a vencer el contrato, ya estábanos prevenidos, porque no sabíamos si íbamos a renovar, sí. Y si no, salíamos a La Asociación y ahí en La Asociación nos estábamos hasta ocho días. Y en ocho días ya nos hicimos pa otro lado. Nos volvían a contratar otra vez, ya contratados pa otro lado.
VD: Y, ¿mientras hacían sus compras? ¿Se hacían, se compraban su ropa?
HC: Sí, compraban la ropa, ¿verdá? Pero pos pa vestirnos ahí, pa esas cosas, ¿no?, íbamos a otro lado, volvíamos a comprar ropa y así estábamos en ese tiempo. Esta mica, gracias a Dios esta mica fue la que me abrió las puertas, porque esta mica era que, yo nomás presentaba esta y ya. “Pásese.”
VD: ¿Le volvían a contratar rápido?
HC: Sí, rápido me contrataban con esta mica. Y es una, pues qué suerte, ¿verdá?, de haber guardado esta mica nada más, porque los demás papelitos, los recibitos de pago y esas cosas.
VD: Los tiró.
HC: ¿Vedá? Los tiré, ¿no? Por ejemplo, tengo algo, ¿quiere usted que le muestre unos papeles después del [19]80 para acá?
VD: Ah, ahorita me los enseña, ahorita que terminemos me los enseña, ¿sí?
HC: Ah, okay.
VD: Ahorita me los enseña. Le quiero preguntar, señor Heriberto, ¿alguna vez le tocó por allá el 16 de Septiembre, por ejemplo?
HC: Ah, sí.
VD: Y, ¿se acuerda cómo celebraban por allá?
HC: Híjole. Bueno mire, en esas partes en el campo no hay tanto, tanta fiesta de esas, en el campo no. Yo nomás me acuerdo en una ocasión, que estábanos viendo en la televisión del patrón, ¿veá? Tábanos viendo, ¿verdá?, que estaba aquí México, estaba, quién estaba de presidente en ese tiempo y estaba: “¡Mexicanos!”. Taba ¿no? Pero apenas, como que no, no agarraba muy bien la tele y hacía su bandera así. “¡Viva México!”. ¡Ah caray! Dice: “¿Es el 16 de Septiembre en México?”. “Sí”. Ahí no dan el, como el grito como aquí, allá no hay esas cosas, hombre.
VD: ¿No festejaban?
HC: No, no festejábamos, no, no, ¿qué pasó? No, nomás oíamos, sabíamos que estábamos aquí en México. Pero en esa vez lo vimos en tele, como le digo, en una sombra, precisamente en Arkansas, ¿vedá? Que son nomás una sombra de la tele donde estaban ondeando la bandera, taba el presidente de la república ondeando la bandera y los mexicanos que decían: “¡Viva México!”. Contestaban como hacen aquí, ¿no? En ese momento, estaban transmitiendo pa las televisoras, ¿no?
VD: ¿El patrón les dejaba ver la tele?
HC: No, no me acuerdo por qué nos dio chanza de ver tantito. Yo vi, creo que iba yo pasando, vi esa hora, o no sé, no me acuerdo.
VD: ¿Pero no era su costumbre?
HC: No, no era de estar ahí en la tele, no, no. Cada quien compraba su radio, o cada quien. No, ¿sabe qué comprábamos allá? Carabinas, pistolas, comprábamos.
VD: ¿Ah sí?
HC: Ah, sí. Yo sí me compraba hasta una, dos, tres pistolas me compraba. Inclusive una vez me vine y me traje una pistola. Me traje una veintidós.
VD: Y, ¿no se la quitaron, no se la...
HC: No me la quitaron. Me la traje envuelta en calcetines. Sí, me traje una veintidós.
VD: Y, ¿para qué querían las pistolas por allá, señor Heriberto?
HC: Ah, porque íbamos a tirar al blanco.
VD: ¿En dónde?
HC: Íbamos al campo a tirar con la pistola, a tirar, a tirarle balazos con la pistola, era nuestro gusto.
VD: ¿A los animales?
HC: No, a los pájaros.
2do: Abuelito, cuando acaben esto dice mi papá que prenda esa.
HC: ¿La máquina?
2do: La máquina.
HC: Ahorita la prendo, mi reina. Dile a tu abuelita si no me manda un plátano o algo, una manzana que me da, que tengo hambre, córrele.
VD: ¿No quiere parar un momentito, señor Heriberto, para comer?
HC: No, no Violeta, no. Vamos a terminar esto. Entonces, ¿en qué vamos? ¿En qué tema íbamos?
VD: Me estaba contando de cuando estaba celebrando por allá.
HC: Pos sí, pos es tristeza, ¿no? Porque pos debe uno estar en México, ¿no?, ¿vedá? Entonces este, pues sí, siempre se siente nostalgia.
VD: ¿Le entraba un poco de nostalgia?
HC: Ah, claro. Me acuerdo que en una ocasión compramos botellas y nos emborrachamos, en una ocasión, me acuerdo. Pero no me acuerdo en qué parte, pero tábanos todos juntos y hasta dimos el grito todos también, ¿no?, ya borrachos, ¿vedá? Entonces al otro día nos dijo el mayordomo, dijo: “Los que están crudos no van a ir a trabajar, quédense a dormir, pero mañana sí van a trabajar. Ya los que no tomaron, pos vamos a trabajar ora”.
VD: Ándele.
HC: Ey, así, así nos trataban.
VD: Dice, me estaba diciendo de las pistolas que se compraban por allá, que se iban al campo a tirar.
HC: Sí, al campo a tirar allá, pos a tirar al blanco, los botes, a poner las botellas, a ver quién rompía tres, cuatro botellas, ¿no?, ¿veá? Pues uno tan tarado, ¿verdá?, pa tirar, que se van las balas y no rompe uno la botella. Ocasional aquel que le pegaban, ese era, y jugábamos digo, sí apuestas, ¿no? Apostábamos de $10 dólares, de $5 dólares, apostaba uno pa tirar. Ya cuando se le acababa, no sé qué le pasaba a la pistola, ya, ya la tirábanos por ahí y comprábamos otra. Porque allá las carabinas se pueden comprar como comprar un juguete.
VD: Y, ¿no tenían problemas en las barracas?
HC: No, no teníamos problema, nada, no.
VD: ¿Con los patrones?
HC: No, nada, no, no teníamos problema. Nomás no tirábamos de balazos de noche, de ahí más no. No, no, el día sí, nos íbamos al campo, sí, pistola veintidós, el rifle ese veintidós, ¿vedá? Todos teníamos permiso de usarlos, comprábamos como si, íbanos a la tienda a comprar arma y ahí las venden. Ahorita quién sabe cómo andará el agua, pero ahora que fui yo, pues todavía, por ejemplo, el ranchero trae su rifle colgado aquí, su mouser colgado aquí el ranchero. En Texas toda la gente anda armada.
VD: Oiga y, ¿cómo se entendía con la gente cuando iban a las tiendas y esas cosas?
HC: Bueno, llevábamos un intérprete.
VD: ¿Siempre?
HC: O ya las tiendas ya tienen un intérprete allí, por ejemplo, a la hora de pasar a pagar, ¿no? Uno agarraba la mercancía al pasar a pagar, ya la persona ya habla. Y luego nos decían, ay rica, gracias mamacita, gracias mijita chula. A ver, nos trajeron melón.
VD: Muchas gracias.
HC: Sírvete.
VD: Me sirvo este blandito.
HC: Sírvete. No, muy bonito, ¿por qué no?, muy bonito.
VD: ¿Nunca tuvieron problema con otros norteamericanos por allá?
HC: Nada de nada.
VD: ¿Algún pleito que tuvieran?
HC: Nada.
VD: ¿Ni en las cantinas, ni nada?
HC: Menos, no, ni íbamos a las cantinas, no íbamos a las cantinas, no, tábamos prohibido ir a las cantinas.
VD: ¿Ni en los otros estados, ni cuando estuvo en Arkansas y en Minnesota?
HC: Donde iba yo a las cantinas era aquí en Harlingen.
VD: ¿Ahí sí lo dejaban?
HC: McAllen, porque están cerca de la frontera con México.
VD: ¿Pero se iba a las cantinas en México, o ahí de aquel lado?
HC: No, aquel lado, pos no, no, comprábamos algo y nos los envolvían, vámonos. Pero no, no nos quedábamos a tomar ahí, no, taba prohibido. Ahí el mexicano, no, no puede tomar, en esos tiempos no podía tomar, no, porque era bracero, era migrante, por decir así, ¿no?, ¿veá?
VD: Y no les, ¿en las cantinas no los dejaban o no los dejaban sus patrones?
HC: No nos dejaban porque, pura, puro americano ahí, ¿no?, puro negro.
VD: ¿No los dejaban entrar?
HC: En Texas no hay mucho negro, los negros están en California. ¡Ay! Mi perro no ha comido, ahorita le voy a dar de comer. Ta castigado porque, ta castigado por lo que hizo anoche.
VD: Oiga, señor Heriberto, ¿entonces me dice usted que no los dejaban entrar en las cantinas? ¿Nada más dejaban entrar a los norteamericanos?
HC: Ah, sí. Nosotros no nos paramos por la cantina, nunca nos paramos, no.
VD: Pero, ¿por qué no los dejaban entrar ahí?
HC: No nos dejaban entrar, estaba prohibido, porque éramos braceros nos estaba prohibido.
VD: Y, ¿nunca intentaron ustedes?
HC: No, no, porque nos dedicamos a trabajar realmente.
VD: Oiga, y en otros restaurantes, que no los dejaran tampoco.
HC: No, sí entrábamos, a la comida sí, sí entrábamos a restauranes, pero menos, menos tomar cerveza, por así decirlo.
VD: O sea el alcohol no.
HC: No alcohol, nada de alcohol, no.
VD: ¿Pero en otros lugares sí les daban servicio?
HC: Nos daban servicio de comida y esas cosas, de refrescos y todo, café.
VD: ¿En las mismas tiendas que a los blancos?
HC: Las mismas tiendas. Las mismas tiendas, pero siempre había, ¿cómo se llama?, racistas, ¿no? Eran racistas, ¿verdá?
VD: ¿Como qué cosas hacían? ¿De qué manera se daba usted cuenta?
HC: Bueno, por ejemplo que no se querían juntar con los mexicanos, es todo, ¿no?
VD: ¿Les decían algo?
HC: No, nada, no, no, nomás que aparte, ¿no? Por decir así, ¿verdá? Primero le servían a los americanos y luego a nosotros, ¿vedá? Entonces sí siempre nos distanciaban, ¿no?, ¿vedá? Porque en ese tiempo pos era primera vez que entraba el mexicano, mucho mexicano para allá, ¿no?, ¿vedá? Pero ahora no, ahora, hasta ora los que están allá, hasta ellos quieren mandar allá. Si eres mexicano, no, les vale gorro. Esta caja acá la avientan, ahorita la avientan en la calle allá, esta caja en la calle allá. Les vale gorro, que un plato en la media calle sale. Ahorita mientras no los cache la ley, pero sí, no, ahorita hay tickets, ahorita tan $200, como $300 pesos, póngale $180, o $200 dólares por un ticket de esos.
VD: Por estar tirando basura.
HC: Ah, sí claro.
VD: Y entonces, y cuando andaba por allá, señor Heriberto, ¿qué era lo que más extrañaba de México?
HC: Pos la verdá, la verdá, la verdá, lo que yo extrañaba, mire, yo como estaba jovenazo, pos no me interesaba mucho, mucho, no andaba muy...
VD: No extrañaba nada.
HC: No extrañaba nada, ¿verdá? Porque pos yo decía: “Bueno, yo toy por acá”. Yo era solo, ¿no? Si hubiera tenido hijos en ese tiempo, siquiera pos mi mujer o mis hijos, ¿verdá? Pero no, yo solo estaba allá, nada más yo ahí comía, yo me gastaba mi dinero.
VD: ¿Nunca mandó nada?
HC: No, no, yo no mandaba dinero, no, no. No mandaba dinero porque no tenía a quién mandarle. Así sinceramente, no tenía a quién mandarle. A las personas que en una ocasión me pidieron un favor, que les prestara dinero, nunca me lo pagaron esas personas ya ni viven, ¿vedá?
VD: Y, ¿la comida no [la] extrañaba usted?
HC: No, nada. Yo la verdad me acuerdo así que no extrañaba nada, sinceramente no.
VD: ¿Usted estuvo a gusto por allá?
HC: Tuve muy tranquilo, muy tranquilo. Sí, entonces llegaba a la frontera, ya que me contrataba otra vez, pues me iba, me gustaba más allá desde luego, ¿no?, ¿veá?
VD: ¿A usted le gustó el trabajo por allá más que estar por acá?
HC: Sí, sí. Me gustó el trabajo más porque, bueno ya en ese tiempo yo, falto de experiencia a los dieciocho, veinte años, ¿no? Pero ahora que ya fui en el [19]84, ¿vedá? Yo ya era operador de maquinaria, trabajé en San Diego, trabajé maquinaria en San Diego.
VD: Ya con la experiencia de antes de los braceros.
HC: Pos sí, pos sí. Que era diferente, ¿no? Que nomás hubiera el campo.
VD: En aquellos años que estuvo, los primeros de bracero, este, ¿nunca le entró la nostalgia fuerte, como que dijera que se quería regresar a México?
HC: No, no.
VD: ¿Que quisiera abandonar su contrato?
HC: No, nada, no, no. Toda la vida estuve trabajando tranquilo. No me extrañó México para nada, a mí no me extrañó. Yo a lo mejor sí, ahora sí tal vez, ¿no? Ah, pero sí, en el [19]84 para acá sí extrañaba, ¿no?
VD: Después.
HC: Pues claro, pues yo tenía hijos, mis hijos estaban chicos, ¿verdá?
VD: La familia, claro.
HC: La familia, claro, no.
VD: Cuando estaba soltero.
HC: Ya me medía mi lana, decía yo: “¡Caray!, pos tengo que mandar esto o no, ¿cuánto voy a mandar?, o no voy a mandar”, ¿no?, ¿vedá? Pero cuando estaba soltero, yo ahí lo que ganaba ahí me lo consumía yo.
VD: Y, ¿allá no conoció muchachas?, ¿no se hizo de alguna novia?
HC: Pos la verdá que no, porque era puro campo, no, no nada, no, allá, este, es puro campo allá, pos cuál ciudad, cuál nada. Allá no le hace caso uno la mujer, porque pos son fuereños, como dicen en Sinaloa, son forasteros, en Sinaloa así la gente allá. Se le habla una muchacha: “Tú eres forastero, ¿verdá?”, dicen en Sinaloa. “Tú eres forastero, ¿verdá?”. “No”. Dice: “No, no, no. Si fueras de aquí, tal vez te hacía caso, pero no”, dice, “gracias”. Así son en Sinaloa. Y yo operador de maquinaria, estuve trabajando por todos lados, muchos años estuve trabajando.
VD: ¿En los últimos años que se fue?
HC: Los últimos años que vine para acá del...
VD: Oiga y, ¿por qué se regresó en el [19]60? ¿Por qué no siguió yendo?
HC: No, porque me regresé, porque me dijo el patrón que ya, que ya este, mi Gobierno, ya había quedado con su Gobierno de ellos, ¿verdá? Que iba, hasta ahí terminaba la contratación. Que ya no podía seguir trabajando con este patrón. Eso fue en Minnesota, sí, en Minnesota.
VD: ¿Le dijeron que ya no se iba a poder renovar?
HC: Ya no se iba a poder renovar, me dijo que hasta ahí terminaba mi contrato.
VD: Pero y, ¿cómo? Y, ¿usted ya no supo? Porque el contrato, los contratos siguieron hasta el [19]64.
HC: Pero él nos dijo así.
VD: Y cuando se regresó y vio que seguían contratando, ¿ya no le dieron ganas?
HC: No, ya no me interesó.
VD: ¿Por qué?
HC: Ya no me interesó, ya, ya los contratos de hasta el [19]64 ya no me interesó, porque ya me quedé aquí en México, vine aquí a México y ya me casé aquí en México.
VD: Ah, ¿ya no se fue porque se casó?
HC: Ya no, me casé aquí en México, sí.
VD: Si no se hubiera casado, ¿cree que hubiera seguido yendo?
HC: Vamos a suponer que a lo mejor sí, a lo mejor no. No, pero ya no tenía intención ya. Total me quedé ya de este tiempo ya aquí en México.
VD: Y, ¿por qué prefirió quedarse por acá?
HC: Porque, en varia, a ver, ¿en qué estuve trabajando aquí? Porque aquí estaba yo trabajando de vendedor de terrenos.
VD: ¿En el Distrito Federal?
HC: Aquí en el Distrito Federal, pos sí, fui a trabajar de vendedor de terrenos en un fraccionamiento que trabajaba, yo vendía lotes y el enganche era pa mi bolsa, los terrenos. Y después empecé a trabajar la maquinaria aquí y así me la llevé.
VD: O sea que usted terminó su contrato en Minnesota, se regresó a México y se vino hasta acá a la Ciudad de México.
HC: A la Ciudad de México.
VD: Y aquí ya no hizo por volverse a contratar.
HC: Ya no hice por volver, hasta 1990 y… Hasta el [19]84.
VD: Hasta el [19]80.
HC: Y cuatro.
VD: Entonces, [19]84, sí. ¿Usted regresó y se consiguió otro trabajo?
HC: Bueno, pero eso ya fue fuera de onda, eh. Eso ya fue otra cosa, yo fui a vender hasta paletas allá.
VD: Pero digo, cuando se regresó aquí que terminó allá en Minnesota, llegó aquí a la Ciudad de México. ¿Se había traído usted dinero ahorrado del tiempo que estuvo allá?
HC: No.
VD: O, ¿no consiguió?
HC: No traje nada. Le digo a usted que en ese tiempo que pos qué, yo pa quién ahorraba. No, nada, vine a México como cualquiera. Sí, no, no, no.
VD: Y ya aquí se consiguió otro trabajo.
HC: Aquí me conseguí otro trabajo y seguí trabajando. Ya agarré maquinaria pesada. Empecé a trabajar maquinaria pesada, ¿verdá? Y hasta ahí terminó. Entonces ya después, en el [19]84, me, entonces sí saqué un pasaporte. Yo trabajaba en Cruz de Lota, en el estado de Sinaloa e hicimos una presa. Pero se vino un ciclón, que deshizo la presa, se quedó la maquinaria tapada. Y ya entonces de ahí bueno, quedé con mi mujer, ¿vedá?, que me iba yo otra vez a Estados Unidos.
VD: ¿En qué año se casó?
HC: Ah, caray.
VD: O sea, fue poquito después de que vino de...
HC: Sí, poquito, como al año.
VD: Cuando terminó de bracero.
HC: Sería como al año, los dos años.
VD: ¿Aquí conoció en el Distrito Federal a su esposa?
HC: Aquí la conocí. Entonces ya me fui en el [19]84, se vino la amnistía en el [19]85.
VD: En el [19]86, sí.
HC: Sí, [19]86, ¿no? Se vino la amnistía, ¿veá? Y, ¿qué estamos grabando todo esto?
VD: Sí, pero si usted quiere lo detengo. Como usted quiera.
HC: Pos no.
VD: De todas formas lo que más nos importa para esto pues fue, del tiempo de bracero, si usted me quiere contar de lo demás, pero si le incomoda, si quiere lo paramos.
HC: No, bueno, yo digo, ¿verdá?, que a lo mejor afectaría, ¿no? ¿Pero qué afectaría en qué?
VD: Ah, no, no se preocupe y mire de todas formas esto realmente es para fines como de académicos, haga de cuenta de la universidad y eso, no políticos, ¿verdad?
HC: No.
VD: No se apure por eso.
HC: Ah, bueno, bueno, pero no tiene que ver nada, porque yo por ejemplo, yo no me fui de mojado, ¿vedá? Yo no me fui de mojado, yo saqué mi pasaporte.
VD: Claro. No y no se preocupe, por eso no hay ningún problema.
HC: Entonces, yo con mi pasaporte, yo le dije a los güeros: “Pos, ¿sabe qué?”. “Y, ¿usted a que va a Estados Unidos?”. “Ah”, le digo, “¿pos a qué? Pos a pasearme.” “Y, ¿usted en qué trabaja?”. “Yo soy operador de maquinaria pesada aquí en México”. “Y, ¿ora por qué va a Estados Unidos?”. “Porque voy a ir a pasearme”. “Y, ¿qué tiempo va ir?”. “Pos el tiempo que ustedes me den de permiso para ir, ¿no?”. “Y, ¿a qué parte va a ir?”. “Voy a Walt Disney, voy a conocer Walt Disney”. “Así es que y, ¿en qué tiempo? Y, ¿como cuándo piensa irse?”. “Cuando ustedes lo digan”. “Okay, si puede irse la semana que entra”. “Sí, cómo no”. “A ver su dinero que lleva usted para gastar”. En ese tiempo todavía se amarraban los perros con chorizo ahí en Estados Unidos. No estaban cachando que el que iba con un pasaporte de un año, era pa quedarse. A ver, yo me los bailé con nueve, diez años, ¿vedá?
VD: Y, ¿se quedó por allá?
HC: Ah, no, pos claro, pos si yo me quedé hasta el [19]94, ¿no le digo?
VD: ¿En California, me decía?
HC: California.
VD: Luego Washington.
HC: Washington. Fui a Minnesota también. Ah perdón, no, a Minnesota no, fui a West Virginia a la manzana.
VD: ¿Siguió en el campo?
HC: Seguí en el campo en esa ocasión, pero también trabajé en la ciudad, yo fui comerciante, me compré mi troca ahí en Santa Ana, me compré mi troca.
VD: Oiga, y esos nueve años que estuvo por allá, ¿nunca vino a México?
HC: No.
VD: Fueron corriditos.
HC: Corridos. Nunca vine a México. Ya aquí en mi casa me daban por perdido ya. Sabían que estaba vivo porque les escribía o les hablaba por teléfono a veces, ¿veá? Allá me pasé toda esa temporada. Se vino la amnistía en el [19]85, [19]86, ¿no? Este, yo compré una carta, como todos compramos cartas, la ley decía: “Si tienes seis años trabajando con el gabacho, se tiene que dar”. “Sí, cómo no”. Como no tenía los seis, tenía un año, tenía un mes, dos meses. “Okay, es que necesito una carta”. “Sí, cómo no, te cuesta $1500 dólares”. ¿Vedá? Donde quiera se cuecen habas, ¿eh? Donde quiera hay transas como dicen, ¿verdá?
VD: Claro.
HC: Ya presenté la carta a Migración y esas cosas, ya. Me dieron mi permiso de trabajo, después de ese permiso, tres permisos de trabajo, tres años, ¿vedá? Al cuarto año ya nos dieron los documentos.
VD: Se le venció y ya no...
HC: Sí. Se venció la, este, el permiso, pues. Nada más que mi carta no funcionó. No funcionó por una cosa, ¿verdá?, que el hombre que me vendió la carta, no sé que no, no sé qué registro no tenía. Y por lo tanto no le creyeron, ¿verdá?, que yo estaba trabajando con él. Y fue como yo fui de los rechazados.
VD: Ya no le dieron.
HC: Ya no me dieron.
VD: La residencia.
HC: La residencia, exactamente. En cambio a mi yerno sí, ¿verdá? Los demás sí, yo y dos, tres, cuatro, y muchos no. Y muchos no alcanzamos.
VD: Claro.
HC: Pero era en este tiempo, ¿vedá?
VD: Sí. Para terminar nada más, señor Heriberto. Yo quisiera preguntarle si de aquellos años que usted estuvo como bracero, ¿hubo algunos hábitos que hubiera cambiado después de estar tanto tiempo en Estados Unidos?
HC: ¿La primera vez?
VD: La primera vez que usted....
HC: Pues sí, yo empecé a vestir mejor, ¿no? Por ejemplo, los que íbamos de aquí para allá, íbamos de huarache, por decir, ¿no?, ¿veá? Íbamos en huarache, íbamos todos, ¿vedá?, pos chiviados, ¿no?, pos qué diferencia. Ya llegando allá ya se arregla uno mejor, ¿no? Ya se lava uno los dientes y esas cosas, ¿verdá? Pos no es igual, todo cambia. Ya, ya en lugar de comer comida con, hacían la cucharita con tortilla, como aquí en México, ¿no?, ¿verdá? Hacían una cucharita pa agarrar la comida. Allá hay que comer con trinches, ¿verdá?, con…
VD: Con cubiertos.
HC: Con cubiertos, ¿verdá? Pos no vaya a ser la que, ¿vedá? Tons no es diferente, ya, ya no le, se pega uno al vaso, aquí o a la taza, o la jícara, como aquí, ¿no? Allá toma su popote, allá toman las cosas con popote, ¿verdá? Aquí agarra todavía a la mejor a alguien, ¿verdá? Pues se agarra un refresco y pum, va pa dentro. Lo destapa y allá no, allá se acostumbra: “A ver, una servilletita por favor, ¿no?, pa darle una limpiadita a mi refresco”, ¿verdá? Ora, aquí todavía le sirven a uno, en ese vaso, ya han tomado más de cincuenta personas en el día. Nomás lo meten al agua, lo enjuagan y ahí muere, ¿no? Sirve otra vez ahí. Ora no, ahora yo por ejemplo, yo exijo, ¿no? “¿Sabe qué, no tiene vasos desechables? Por favor”. Si eran en bolsa mejor, pero, “de ese vaso no me dé”, aquí está el montón de gente y luego el montón de vasos que nomás los hacen en la agua así y ya están otra vez allí. “No”, le digo, “no, no, no”, yo les digo, “¿sabe qué? ¿No tiene vaso desechable?”. “No”. “Pos compre vasos desechables, ¿no?, ¿qué le cuesta? Son baratos por docena, cómprelos”. Aquí hay una persona por ejemplo, ¿verdá?, que esta persona tiene sus borrachitos alrededor, ¿no? Y esos borrachitos están ahí en la mañana porque les vende un vino, que dice que son pollas, entonces ese vino según ellos están ahí porque el que va pues, ¿verdá?, así una pollita, que le eche unos dos huevitos, ¿verdá? Tonces que tenemos, ¿verdá? , que la persona, ¿verdá?, pos de esos vasos tiene amontonados ahí. Le da un borrachito un, una copa de esas que le dije a usted, se la toma el borracho, ¿verdá? Y nomás la enjuaga tantito y ahí ta otra, pa que venga otro. Ahí están rodeados, ¿no? Entonces yo no, no, no, yo de chico: “¿Sabe qué? No, mejor no compro nada”. !Ah! No, sí, claro que todo cambia, ¿no?
VD: ¿Le costó trabajo a usted adaptarse cuando regresó aquí a México, que ya se quedó?
HC: Pues sí, con ganas de volverme a regresar para allá, ¿verdá? Pero ya no me dieron ganas. Ya empecé yo a tener novia aquí, empecé a trabajar y ya que...
VD: ¿No le pasó que extrañara la vida allá en Estados Unidos, que pues echara de menos algo de lo que tenía allá?
HC: Pues la verdad que todo el trayecto este, por ejemplo, ah, pero usted se refiere a la primera vez, ¿no?, nomás a la primera vez.
VD: Sí, la primera vez que estuvo por allá, después de bracero.
HC: Pues yo lo que quería cambiar, porque claramente que yo no, no trabajé en ciudad, en ese tiempo yo no trabajé en ciudad, todo el tiempo al campo, siempre el campo, puro campo. Así es que ya no me quedaron ganas, ya no sé en esa ocasión. Fui, ¿verdá?, porque unos padres me dijeron: “Bueno, vamos hombre, vamos aunque sea este año, vamos, o sea que este año vamos”. “Vamos entonces”, ¿verdá? Pero ya así que dijeramos que, por ejemplo, no como ora que estaba yo en esta ocasión de que fui, ¿no?, pues trabajaba en la ciudad, ¿no?
VD: La última vez.
HC: Claro, claro, pos qué diferencia, ¿no? Yo trabajé, pa qué le cuento más, oiga, yo trabajé en el, ¿está grabando todo? Yo trabajé, por ejemplo, hay trabajos que los güeros no quieren hacer, no quieren hacerlo. Por ejemplo, yo fui a bañar locos, yo fui a trabajar en un, en un como tipo hospital, ¿verdá? On tan las personas enfermas que están chuequitas, que no pueden comer, que etcétera, etcétera.
VD: Y, ¿les iba a hacer el aseo?
HC: ¿Verdá? Yo ahora, yo antes cocinaba ahí, ¿verdá? Y yo tenía que hacer todo como se me ordenaba. Además como tenía yo necesidad de trabajar trabajos, trabajaba yo doble turno, o hacía yo una chamba de dos personas. Yo atendía todo, yo atendía mesa, atendía todo y todo. Y a resumidas cuentas, tenía que limpiar toda la cochinada que dejaban todos, ¿verdá? Ahora a bañar locos también y también fui a cargar muertos, por decir.
VD: ¿Ahí mismo?
HC: Sí, ahí en Santa Ana había una compañía, yo a la vuelta donde vivía había una compañía de, es como si fuera la Cruz Roja, ¿no? A cargar muertos, iba yo porque, porque era $20 la hora, ¿vedá? No es igual que $4.50.
VD: Claro.
HC: Yo después me acostumbré no ir a trabajar una yarda por $4.50 la hora, ¿no? No mejor, me iba yo por ejemplo a bañar locos, pos ganaba yo a $25 la hora.
VD: Más.
HC: Ahí en esos enfermitos, ¿verdá? Que ahí toy yo, también estaba yo a $12.
VD: Ah, pos le iba mejor.
HC: Sí. Era a $12 la hora, pero tenían que pagar más, ¿no? Porque yo estaba haciendo chamba de dos personas.
VD: Doble trabajo.
HC: Entonces me dijo: “¿Qué haces? Te ganas una lana más, o me quemas otro”. “No, pos yo me quedo”. Hasta las diez de la noche, siete de la mañana a diez de la noche. Siete de la mañana a diez de la noche. Yo tenía que hacer todo. Metía los trastos a la máquina, ¿verdá? Pero había que secarlos, ¿verdá? Las ollotas, que porte lo que es toda la cocina y esas personas comían todos, comían puras cosas de harina. Huevos de harina, lo demás todo de harina y de harina. Por aquí se lo comían y por aquí lo aventaban y me lo dejaban ahí en la mesa. Hijo de, no pos, así estaba de flaco, taba de flaco yo del asco que tenía en ese lugar. Yo me hacía allá donde vivían por la calle de bolsa, allá donde en Santa Ana, este, yo me hacía mi lonchecito. Me traía y por ahí lo guardaba y por ahí en una esquinita me lo comía yo porque no quería la manager que yo comiera ahí. “Usted tiene que comer en este plato”, y me señalaba, “en este plato que comen estos seres humanos que están aquí, usted tiene que comer aquí también. ¿Ustedes quiénes son para que desprecien estas gentes, son unos enfermos únicamente, todos son igual que nosotros. Yo mire cómo como en estos platos”. A mí, mangas, me daba asco.
VD: No quería.
HC: No, yo no comía, yo mejor por ahí les daba los tacos, me los quito y así me la pasé, por eso me puse así de flaco, tanto asco. Y ahora no le digo los muertos, pero ya me acostumbré, ¿no? Ya me había acostumbrado yo a levantar un muerto hecho pedazos.
VD: ¿Cuánto tiempo estuvo trabajando ahí?
HC: Como unos cuatro meses en levantar muertos, cuatro meses, a $20 la hora. Apenas levantábamos uno, íbamos por otro.
VD: ¿De accidentes?
HC: De accidentes, de todo, de muertos en la casa, de todo. Sí, todos, personas deshechas, personas ya todo. Unas personas estaban con los ojos abiertos y estaban muertos. No, no, cálmese, yo en esos diez años, no me la, fui operador de árbol, podador de árboles, trabajé en la yarda, propio. Yo tenía mi camioneta y tenía otro muchacho y yo compraba mis sierras, todo para garigolear árboles y todo, jardinería y todo. No, yo me movilizaba, yo me compré luego mi troca, una trocota grande, como los que traen sus trocas de aquí de la, pan Bimbo. Usted pare el tamaño de mi troca, llena de cosas, desde paletas, cigarros, de todo, juguetes de todo y todo. Uno se para el volante en la escuela, ¿no? No en la puerta de la escuela, no, hasta la otra calle. Y ahí llegan los niños a comprar sus paletas, sus refrescos y todo, ¿no? Y ahí me voy a otro lado y después me voy campaneando por todos los lados. Yo trabajaba para eso en Los Ángeles, me iba yo pa La Habra ahí me iba yo a trabajar. Agarraba una ruta y hasta que saliera a las seis de la tarde era la ruta. Entonces pos, ¿por qué no?, ¿verdá?, si me fue bien en esta ocasión, ¿verdá?
VD: La segunda vez.
HC: La segunda vez, sí.
VD: ¿Siente que le fue mejor que de bracero?
HC: Ah, no, claro, sí. El bracero, el campo olvídese. Pelados aquí en México y pelados allá en el campo, estaba refeo. No, en esta ocasión trabajé en la ciudad, como le digo, de paletero de carrito, de trabajando, por ejemplo, en Santa Ana, ahí en Santa Ana, la paletería, la esta la, ahí tengo la camisa todavía con el logotipo de la paletería, La Michoacana, perdón, La Michoacana. Es una mujer que es hindú, no, no, de la India pues, es una mujer que tiene ahí, cerca de cuarenta trocas, pa rentárselas a los que quieran vender en troca y más de cuatrocientos carritos de pushar. Día, yo cargaba más de treinta o cuarenta carros de pushar y las trocas no salen las cuarenta, pero salen veinte, treinta. Ahí en Santa Ana, la calle de Bristol, por ahí ta la paletería de la, le decíamos La Ratera, le decíamos la, porque decía, por un centavo, andaba alegando con uno. “No, este penny es mío. Tú mucho ropa”. Decía que mucho robaba, se refería a Abelardo, que Abelardo siempre andaba manoteando ahí un paquete de galletas, era como el mexicano él. Luego, una caja de refrescos también se la pasaba por aquí. Pase usted.
VD: Buenas noches.
HC: Pos todas esas cosas. Entonces, en todos esos lugares, ¿verdá?, estuve trabajando. No, pos, ¿en qué trabajé? ¿En qué más? Bueno, primero maquinaria, eh.
VD: De operador de maquinaria.
HC: Fui operador de maquinaria de este, ahí en San Isidro pues, pos dos lugares. Ya después de ahí me fui a Pomona, on ta la compañía, ajá. Ya empecé a trabajar, pero cuando me dijeron, antes la amnistía me dijo el patrón, me dijo: “¿Sabes qué? Mañana me traes $700 dólares y me traes tus documentos migratorios, porque te voy a ingresar a la Unión de Operadores”. Yo sentí que el suelo me tragó en ese instante, después de cuatro meses trabajar maquinaria con ellos. “Ya te probamos, ya vimos, tú sí eres eficiente pa trabajar, nos gusta como trabajas, pero tráeme mañana, $700 dólares, me traes mañana tus documentos migratorios”.
(entrevista interrumpida)
VD: No, me estaba contando de la maquinaria, de cuando estaba trabajando.
HC: De la maquinaria, ¿verdá? Claro que me fue bien en la maquinaria, ¿no?, porque ya llevaba yo, ya tenía yo diecisiete la hora, ¿ya tamos grabando? Ya tenía yo $17 dólares la hora, ¿verdá? Pos me vieron bueno pa trabajar, porque yo le, yo le eso, le agarré a la mecánica, a la máquina. Y luego yo: “¿Qué máquina quieres que te traigamos?”. “Pos tráigame un trascabo 955L”. Ese día que me trajeron esa máquina nueva, el trascabo 955L, me trajeron un trailerzote, un tráiler grande, de esos de volteo, una plataforma góndola, pues, por decir. Cuando vi, llegó otra, ¿vedá? Pero qué tenemos que a los tres días me dijo el patrón...
VD: Ya no.
HC: “Mañana me traes tus documentos y $700 dólares porque te vamos a ingresar a la Unión de Operadores, pa que te quedes a trabajar con nosotros porque te vamos a mandar a Los Ángeles”.
VD: Y, ¿usted no se quería ir?
HC: No, no, no fue eso. No fue eso que hasta ahí terminó, al otro día me dijo: “Mira, ¿no trajistes el dinero? No trajistes y, ¿tus documentos?”.
VD: Lo despidió.
HC: “Bueno, mira, ahorita te vas a la oficina, sí, y en la oficina dejas tu teléfono, por si te quedamos a deber algo y Dios que te ayude”. Y me dijo: “Y Dios que te ayude”, y me toca el hombro, “y Dios que te ayude”. Así, hasta ahí, no me dijeron ahí que: “No, lo sentimos mucho”. Nada, no, no, no. “Hasta aquí no me trajiste tus documentos, hasta aquí el dinero menos”. ¿Verdá? El dinero pues yo si lo llevaría, ¿no? ¿Pero los documentos? Hasta que se llegó el [19]85 y alcancé la amnistía, entonces me la habían pedido. Ya para entonces tenía yo el permiso de trabajo, ¿verdá? Yo me vine porque, me vine por, por tarado me vine, ¿verdá? Tenía que venirme, ¿no? Porque me pagó, la aseguranza me pagó mi problema de la rodilla. Tons como se me da la gana y que me vengo.
VD: ¿Ya no quería trabajar por aquí?
HC: No, ya no, ya no, no.
VD: ¿Por qué?
HC: No, no, por el simple hecho, ¿vedá?, de que ya trabajé todo lo que tenía qué hacer. Ya, ya, ya había dado el ancho, ya había trabajado en tantas cosas, ¿verdá? Que sea la hora que no me inspira ni ver a, ni ir siquiera a ver a mis nietos, no.
VD: Y aquella vez ya después, ¿no le dieron ganas de regresarse?
HC: En esa ocasión que, ¿que la primera vez?
VD: No, la última, ya cuando se…
HC: Ah no, la última vez, no, ya no, ya no. Yo ya pensaba ya sentar cabeza aquí y hice unos gastos, traje una lana. Hice unos gastos.
VD: ¿Esa vez sí trajo un ahorrado?
HC: Claro que sí, ¿vedá? Pues ahorré en la paletería, no tenía colado en la paletería, compré carros, compramos, etcétera, etcétera, etcétera, ¿vedá?, cositas que hicimos, ¿no? Pero ya no, con ganas de ir, no. Algún día que vaya a ver a mis nietos que tengo allá, ¿verdá?, pos algún día. Pero...
VD: ¿Uno de sus hijos está por allá?
HC: Eh, tengo dos hijas y un hijo. Todos ellos están en Nueva York.
VD: Ah, ¿los tres?
HC: Dos.
VD: Dos.
HC: Y, uno está en Newport, Newport Beach. Algún día voy pa allá, pero no, no tengo tiempo en primer lugar, no ha habido tiempo. Sinceramente no ha habido tiempo.
VD: ¿A qué se dedica ahora, señor Heriberto?
HC: Ahora sí que yo me dedico a viajar nada más.
VD: ¿De aquí a Oaxaca?
HC: De aquí a Oaxaca y de Oaxaca pa acá. Vengo a arreglar mis asuntos aquí, este, tengo asuntos que arreglar aquí, tengo un taxi que también tengo que arreglar los papeles, tengo que llevarlo, que tengo que pagar, que esa es la aseguranza, que tantas cosas, ¿vedá? Todo eso tengo que hacer. Por ejemplo, ahorita tengo que ver al cuate éste, ¿verdá?, también que quiere que lo lleve al, al esmoc(??). Ya que arreglo todo aquí, este, ya me voy a Oaxaca otra vez, pos allá en Oaxaca ya estoy haciendo un negocito, ¿verdá? Entonces, a eso me dedico, ahora sí que a viajar.
VD: Y a atender su negocio.
HC: Ya no trabajé. Ya no trabajo, ya no trabajo. Entonces, este, por eso, ¿vedá? A eso me dedico ahora. Cuando estaba aquí, cuando estaba aquí, me dedicaba pos con el asunto de las paletas, ¿no? Yo agarraba mi carrito y me iba a vender paletas también. Me agarraba una ruta y vendía de allá para acá lo que vendiera, vaciaba el carro de allá para acá, ¿vedá? Pero ya pasó todo eso, ya no. Ora estoy allá como, ¿qué decirle a usted?, descansando, ¿verdá? Ya, ni modo que trabaje todavía como antes.
VD: Claro.
HC: Ya no. Allá estoy, este, notificando unos terrenos, ¿verdá? Estoy haciendo un, voy a hacer un negocito, ¿vedá?
VD: Pues, señor Heriberto, ya por último, ya nada más como, este, pues una reflexión a la distancia.
HC: Sí.
VD: Después de tantos años que estuvo usted por allá, ¿cómo se siente de haber sido bracero?, ¿qué recuerdos le quedan de aquellos años?
HC: Bueno, pos yo en primer lugar, de haber estado en el rancho, de 1957, o desde que empecé a tener uso de razón, pues yo creo que de ahí no hubiera salido, ¿no? Fuera yo como son allá, ahorita hay unos pobres, ¿vedá?, que no, no, no saben, no tienen nada de experiencia, no saben nomás que un ritmo, ¿no? En cambio yo no, ¿verdá?, porque por yo salí, yo me salí, ¿verdá?, a otra vida. Yo tengo más colmillo que ellos, por, yo también les digo a veces: “Yo tengo más horas de vuelo que ustedes. Primero estoy yo que ustedes”. “A ver, tú cuéntame una experiencia”, por decir así, si se trata de cabrón a cabrón, “cuénteme una experiencia a ver”. ¿No? Entonces mejor se quedan callados, porque yo me lo echo, ¿verdá? Porque yo le hice, yo sí le he pasado. Yo ya estuve en la cárcel, yo también. Sí, cuando yo fui a operar una maquinaria, ¿vedá?, por un error de los topógrafos, de topógrafos, de topografía, yo rompí un tubo de Petróleos Mexicanos en el estado de Veracruz, por un error de los topógrafos. Si vamos sobre una línea, esta es la línea de gas de cuarenta y ocho pulgadas de petróleo crudo y de aquí vamos a medir dos metros, y a esta distancia de dos metros, va una retro, va hacia la zanja para meter una línea de siete, doce pulgadas de gas, tienen que ir sondeando, ¿verdá?, que este tubo, como se va a escarbar aquí, tienen que medir a dos metros, ir sondeando, que este tubo, aquí va el tubo y a ver por dónde va el tubo. Estos señores cruzaron el tubo, y pasaron la raya de cal que me iban señalando, ¿sí? Y entonces yo con el ripe de la máquina, agarro el tubo y rompo el tubo y fui a parar hasta la cárcel. Fue imprudencial el accidente. Yo no tuve la culpa, pero de todas maneras estuve en el bote.
VD: ¿Eso fue antes de que se fuera de bracero?
2do: Buenas tardes.
VD: Buenas tardes.
HC: Este...
VD: O, ¿fue después?
HC: No, fue antes.
VD: Antes.
HC: Ah, sí, antes, claro. Eso fue como en el, como en el [19]69, el [19]70.
VD: No, o sea, ¿después de que se fue?
HC: No, no, eso fue antes. Antes, antes de que yo me fuera.
VD: ¿Antes de que se fuera por primera vez de bracero?
HC: Sí, antes que me fuera. No, no, en el trayecto cuando vine de bracero.
VD: Ándele.
HC: De bracero.
VD: Entre que se fue...
HC: Eso.
VD: De bracero y se fue por segunda vez.
HC: Exacto, en ese trayecto. En ese trayecto, ¿vedá? Entonces, pos mientras eran peras, o peritas, me cargaron a mí los difuntos que hubo, porque como el gas crudo es más fuerte que el, que el gas, gas éste. Éste a mí, mata, sí mata, de acuerdo, pero aquél también es más bravo. El gas crudo y el petróleo crudo, ése también mata a la gente. Hubo dos muertos, hubo, se quemaron cañales, murieron animalitos, etcétera, etcétera. Y yo no salía del bote hasta que la compañía pagara todo, ¿verdá? Pagó la compañía todo, me sacaron bajo fianza, ya después me dieron ley libre y ya no debo nada, a nadie debo nada, ¿verdá? Todo se arregló, todo se pagó y todo y todo. Yo no tuve la culpa. Topografía, el departamento de Topografía, tuvo la culpa, ¿verdá? Porque ellos cruzaron el tubo. El tubo del gas iba por aquí y ellos pasaron así. Así pasaron ellos con la raya de cal así, así.
VD: Lo, pues lo tenían que...
HC: Sí. Hubieran sondeado donde iba el tubo, si sondean el tubo, agarra para acá, entonces van por acá. Pero como no sondearon el tubo, se atravesó el tubo, se atravesó el tubo y ellos pasaron la raya, pues ahí pasé yo con la máquina. No, no, no, si nomás eso me faltaba a mí un carcelazo, nomás eso me faltaba. ¿Qué más pudiera contar de mi vida? No, no, no. Y cosas, ¿verdá?, que han pasado, ¿verdá?, desde luego, ¿no?
2do: Este...
HC: Dígame.
2do: ¿Interrumpo?
(entrevista interrumpida)
VD: Entonces me decía, ¿usted entonces cree que al fin de cuentas, toda esta experiencia haya sido, tenga algo que ver con que usted salió en aquellos años como bracero en que usted salió?
HC: Sí, sí, porque se aprende mucho, no es igual estar, ¿verdá?, en casa y estar ahí en el rancho, ¿verdá? Que en el ritmo de, ¿qué decir?, del campo a la casa, ¿no? No es igual. Sale uno fuera, por ejemplo, una experiencia ir a Estados Unidos, ¿vedá? Ya conoce costumbres de los güeros, cómo son, ¿vedá?, etcétera. Y peor esa ocasión, ¿verdá?, que también fui a experimentar comercio en Estados Unidos, ¿no? Muchas cosas, no, ya para mí, ya con mis sesenta y cuatro años, ya con eso ya tengo. Tengo para contar, ¿no? Ya tengo pa contar mi historia, ¿verdá?
VD: Pues ya lo último, última pregunta que le quiero hacer.
HC: Sí.
VD: ¿Qué fue lo que más le gustó y lo que menos le gustó de cuando estuvo por allá?
HC: Bueno, lo que más me gustó de allá, ¿vedá?, por ejemplo, pos es que mi ilusión era estar allá, pos es diferente la vida, ¿no? Es mejor, todo es mucho mejor. Tanto la primera vez como la segunda vez, ¿verdá? ¿Quién no quiere ir a Estados Unidos? Orita en la actualidad, ¿quién no quiere ir a Estados Unidos? Porque en Estados Unidos pues yo llego allá, ¿verdá?, y si yo me pongo abusado, en quince días ya tengo un carro, ahorita actualmente. Sí, póngale que un mes me tardo yo para comprar un carro, ¿verdá? Por ejemplo, yo pa donde anduve, pa el lado de, ora que fui últimamente, ¿verá? Ahí [es]tán los carros en las carreteras: “Se vende carro en buenas condiciones”. Un mexicano con $300 dólares. Pásate, pásate Tavito, ahorita no te vayas, ahorita viene mijo, siéntate. Este, entonces allá en quince días, un mes, le digo a usted, ¿no?, ya se compra un carro, pos qué diferencia.
2do: Buenas noches, con permiso.
VD: Buenas noches,
HC: Sí, pásenle. Este, agárrate una sillita, mira.
2do: Sí, sí, gracias.
HC: A ver, a ver, quién de las dos va caer a la chamba, eh. Orita las atiendo, permítame.
2do: Ah, no falta qué, a falta de...
HC: Ahorita va a estar bueno, van a ver.
2do: De barrendera.
HC: Permítame un segundito, ¿no?
VD: Sí, sí, sí. (risas)
(entrevista interreumpida)
VD: Sí, me estaba diciendo esto, que lo que sí le gustaba de por allá, lo que de cuando…
HC: Pos esa es la base principal, ¿vedá?, que pues claro, ¿verdá? Sí, que cambia uno, ¿verdá?, pos todo cambia, ¿verdá?, pos, ¿vedá? En esta ocasión pues yo, trabajé tranquilo, por eso me quedé tantos años, ¿no? Porque ya diez años, ya ta verde, ¿no? Para estar allá con los güeros, yo en ese tiempo yo no vine a parar a mi casa, ¿vedá?
VD: Bastante tiempo. Y, ¿lo que no le gustó, señor Heriberto, desde la primera vez que estuvo y después?
HC: Ah, lo de la primera vez, ¿vedá? Pos bueno, yo estaba, yo era hombre de campo, ¿no? Así es que llegaba al campo allá y ganar en dólar, pues estaba mejor, ¿no? En ese tiempo estaba a $12.50 el dólar aquí en México. Pero como le voy a repetir, yo no tenía a quién mandarle dinero. Yo allá me, allá me, le digo que compraba pistolas, gastaba mi lana, ¿vedá? Me vestía y todo, ¿no? Entonces yo lo que ganaba allá me lo gastaba, ¿vedá? Y en esta ocasión no, ¿vedá? Pos ahí lo que podía a veces mandaba, a veces también no, porque, pos ahora con, me agarró el asunto de la rodilla, ¿verdá?
VD: Todavía no podía.
HC: Sí, pos fueron cuatro años, largos cuatro años con la rodilla, ¿no? Ya con la lana, ¿verdá?, que me dio la aseguranza, al pagarme, según me pagó la aseguranza, pues con eso me vine, ¿verdá? Ya como le, ya me vine satisfecho, contento en esta ocasión. Inclusive me traje la cámara que usted ve, con la que filmo. Esa cámara, todo ese tiempo tiene filmando la cámara aquí en México, ¿verdá? Y ahí venimos, ya me vine tranquilazo, fue mi mujer por mí, me fue a traer allá, ¿vedá? Porque como ya venía con las maletas, ¿vedá? Pero ya me vine tranquilazo, a mí en esa ocasión, sí, muy tranquilo, ya, ya.
VD: Y entonces, de experiencias que no le agradaron, o la parte que no le gustaba de estar allá.
HC: Pues no, lo que no me gustaba era levantarme temprano y irme al campo todos los días, la primera vez, ¿no?
VD: ¿El trabajo era el que no...?
HC: El trabajo.
VD: O sea, ¿saliéndole tipo de trabajo?
HC: En esa ocasión, ¿verdá?, en Santa Ana, ¿verdá? Porque pos siempre andaba cambiando trabajos porque pos, son de esos trabajos, ¿verdá?, que son rústicos. Son trabajos que no quieren hacer los americanos. No, pos que vaya el mexicano.
VD: Que tampoco el campo, pero entonces el campo también.
HC: No, en esta ocasión yo no fui al campo, ahora sí que yo nomás fui, mire, iba también con el fin de piscar fresa. Un día fuimos al field de fresa y nos dijeron, nos dijo el mayordomo: “¿Ustedes sí han piscado fresa?”. “No, señor”. “Ah, entonces no, gracias, no los necesito. Si no saben piscar fresa, nomás no”. Ah, o sea que nos fuimos del campo, no, no piscamos fresa, porque no sabíamos, dijo él, ¿verdá? En cambio, hay gente en Santa Ana que trabaja en el campo diario, ¿vedá? Acá por ejemplo, todos alrededor de Santa Ana, todos los campos, grandes los campos, ¿verdá? Entonces yo ya no le miento, ya estoy tranquilo, ya fui, ¿para qué fui? Ahora le cuento a mis cuates, ¿vedá?, que, que: “Oiga, que, ¿cómo es?”. Porque hay unos que no quieren, quieren saber cómo es, ¿no? Ya sabemos que los güeros viven mejor que nosotros, ¿vedá? Por ejemplo, si usted pasa, ya sabe ahí cómo ta la Aduana, ¿no? La Aduana, el Freeway 5 está elegante, ¿no? Pase usted nomás del puente para acá, cómo está aquí, el basurero aquí en México, ahí Tijuana. Carros viejos, basura por todos lados, perros y todo y todo, ¿vedá? Como cambia luego luego. Ya no, no, pues claro, pues todos quieren ir ahorita, cualquiera dice: “No, yo voy a Estados Unidos”. Por ahí se va a ver como se les cuela ahí a los de la frontera, ¿no?, para pasarse. Yo ya no, yo ya gracias a Dios ya no quiero saber nada de eso, ya, sinceramente ya no quiero.
VD: ¿Aunque usted crea que se vive mejor allá? o, ¿cree que se vive mejor aquí?
HC: No, mire, se vive igual allá que aquí, pero yo prefiero México. Prefiero, porque como México no hay dos, así la veo. Qué diferencia, aquí es un poco de más libertad todo, allá no, está restringida la libertad, ¿vedá? Entonces, por ejemplo, aquí, hoy mismo saco una licencia, ¿vedá?, por decirlo así, ¿no? Hoy mismo voy y ya con una mordidita ya me dan una licencia. “Vete a manejar, a matar gente a la calle, toma vete”, ¿verdá? En cambio allá no, allá que, hay que aprenderse todo en primer lugar, si uno sabe inglés, ta más verde. Hay que, aunque sea sí hay que aprenderse todas las flechas, como se le indica allá, ¿no? Si usted le dice, párese aquí, pues tiene que pararse. Échese de reversa, métase y sálgase, uno una sola vuelta, al tiempo de pasar la prueba para la licencia. Si no lo hace, pues en un lado le ponen la palomita y no puede usted pasar. Y otra vez tiene que ir otra vez, porque tiene que ir, hasta que pase el visto bueno. Es decir, usted es el machote, ¿no? Entonces esos están marcados, ¿no? Tiene que hacer lo que los dedos están marcados, pero si por aquí les falta medio dedo en la torre, ya no pasó. Y ahí va el instructor aquí junto a usted, a ver cómo maneja, a ver cuantos acelerones le da al motor deoquis, ¿verdá? No, no la hizo, no la hizo, necesita otra prueba, ¿vedá? Muy delicado, muy delicado esto de sacar una licencia. Sacar una licencia ahí es como, como sacar un pasaporte para matar, digo un permiso para matar, un licencia para matar. Por eso es criminal. Ahí a una licencia se le nombra criminal, la licencia. Una persona que atropella a una persona, es criminal, ¿no? Aquí no, aquí no existe eso, aquí le pasa el carro encima a una persona y se va. Fíjese, así es la gente aquí. No, no son leyes, leyes las de allá. No, aquí son leyes elásticas. Discúlpeme pero es así, es la verdad. Entonces señorita, yo estoy como le digo, mire ya de ese tiempo, del [19]57 a, tamos en el 2002, ¿vedá? Ya estoy, ya, ya le di ya, pero sí se lo digo de una vez, eh. Yo que siempre de ese tiempo, me la he pasado viajando, de veras. Si en el trayecto del, en el trayecto del [19]64, del [19]57, [19]58, [19]59, del [19]60 al [19]44 por decir así, ¿verdá? También me la pasaba viajando porque yo trabajaba en todos los lugares de la república, ¿no?
VD: Del [19]60 al [19]84 así fue.
HC: Sí. Yo pasaba que, que estaba trabajando en Coatzacoalcos, por decir así. “Que no que, se va usted a Guanajuato, que no que, se va la máquina a Guerrero”, ¿verdá? Y así, eso es viajar, pues trabajaba tres meses en Guerrero, me tenía que ir a Oaxaca también a trabajar con maquinaria, vuelta y vuelta. Tenía que venir, el tiempo que le decían al tiempo de Semana Santa, ¿verdá? Pos se quedaba la máquina parada y me venía pa la casa. Otra vez viajar, ¿vedá? Ora, si es allá adentro de en la, la primera vez no viajé tanto en Estados Unidos como en esta vez, no, en esta vez viajé mucho. Me fui a, iba a San Francisco, iba yo a, me fui a Washington, me fui al West Virginia, a todos esos lugares, ¿no?, ¿vedá? Entonces pos sí viajaba yo más, pero ora también viajo, sigo viajando de ese tiempo para acá. Sigo viajando porque tengo que ir a mi terruño, ¿verdá? Tengo que venir, ahora parece que voy a Guerrero, esta semana creo que voy a ir a Guerrero antes de irme a Oaxaca, ¿verdá? Siempre me la he pasado sobre los camiones, oiga, desde el [19]57.
VD: Desde que salió.
HC: Desde que salí de Oaxaca, óigalo usted, cuántos años, mire usted, del [19]57 hasta, mire, desde julio de este año, del año pasado, ¿no Leonor? Desde julio empecé a ir a Oaxaca, ¿verdá?
2do: Sí.
HC: Ya voy, no pobrecita(??), pero no ha comido, Leonor.
2do: Qué estaban haciendo que no es...
HC: Bueno, ahorita le doy, pérame tantito. Este, ya desde julio para acá, he estado, ya de julio para acá, ya en Oaxaca llevo, qué decir, hasta dos, hasta un mes, ¿verdá? Pero entre ese mes, ya he venido, dos, tres veces para acá, otra vez a viajar, ¿vedá? Pero ya estoy más de base allá que aquí, pero nunca, nunca dejo de viajar. Mientras tenga yo asuntos que arreglar aquí, mientras tenga mi familia aquí, mientras tenga esta casita, pues siempre soy de aquí y soy de allá.
VD: Para los dos lados.
HC: Pa los dos lados estoy. Por ejemplo, ¿no?, que vamos a hacer una fiesterita aquí, pues ahí vengo corriendo, ¿no? Que me voy, me urge allá, me voy, que tengo un problema con el carro aquí, tengo que venir, ¿vedá? Así es las cosas.
VD: Pues señor Heriberto, pues muchísimas gracias.
HC: Pos sí, estoy para servirle a usted.
VD: Muchas gracias por su tiempo.
HC: Sí, sí, no tenga cuidado.
VD: Muchas gracias por sus recuerdos.
HC: Estoy pa siempre que requiera usted algún dato, por ejemplo del bracero, ¿vedá?, del año, de aquel tiempo, del [19]57 al [19]60, ¿no?, [19]57, [19]58, [19]59.
VD: Hasta el [19]60.
HC: Hasta el [19]60, ¿no? Pos tamos, toy pa servirle, ¿verdá?, todos los datos que requiera, ¿no?
VD: Muchísimas gracias, señor Heriberto.
HC: Y también yo quiero decirle, ¿verdá?, que yo pos siempre, yo quedé con Capiz, ¿verdá?, que ora, yo me voy a convertir en el vocero de los braceros.
VD: Del movimiento.
HC: Del movimiento, ¿no? Me acaba orita de anunciar Capiz, ¿vedá?, que yo ora en la siguientes juntas, reuniones que haiga, que yo los entreviste.
VD: Sí.
HC: Porque le voy a tener guardado un casete, ¿verdá?, de entrevistas, opiniones, etcétera.





Fin de la entrevista.

Interviewer

Domínguez, Violeta

Interviewee

Cortéz Cortéz, Heriberto

Location

Mexico City, México

File Name Identifier

Cortez_Cortez_MEX005

Citation

Domínguez, Violeta and Cortéz Cortéz, Heriberto, “Heriberto Cortéz Cortéz,” Bracero History Archive, accessed November 25, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/122.