Ramón Ávila Hernández

Title

Ramón Ávila Hernández

Description

Nombre del entrevistado: Ramón Ávila Hernández
Fecha de la entrevista: 2 de junio de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano Martínez


Esta es una entrevista con el señor Ramón Ávila Hernández, en la ciudad de Durango, Durango, el día 2 de junio de 2003, conducida por Laureano Martínez, para el Proyecto Bracero del Instituto de Historia Oral, de la Universidad de Texas en El Paso.


LM: Buenas tardes don Ramón, ¿cómo está?

RA: Bien, bendito sea Dios.

LM: Me gustaría comenzar esta entrevista preguntándole, ¿dónde y cuándo nació?

RA: Pos nací en Durango, Durango.

LM: ¿Cuándo?

RA: El 20 de octubre de 1939.

LM: ¿Cuántos años tiene?

RA: Voy en sesenta y cuatro, treinta y nueve cumplidos, ya ando en los sesenta y cuatro.

LM: ¿Cómo se llama su papá?

RA: Ramón Ávila Lizardo.

LM: Y, ¿su mamá?

RA: Francisca Hernández Reyes.

LM: ¿De dónde son originarios ellos?

RA: Pos de aquí de Durango, ¿no?

2do: De Zacatecas.

RA: ¿Mande?

2do: De Zacatecas.

RA: De Zacatecas es mi papá.

LM: De Zacatecas, ajá. Y, ¿su mamá?

2do: De aquí de Durango.

LM: ¿A qué se dedicaba su papá o a qué se dedica su papá?

RA: Bueno, cuando yo tuve uso de razón mi papá trabajaba en el Cerro Mercado.

LM: En el Cerro Mercado. Es una mina, ¿verdad?

RA: Sí.

LM: ¿Qué hacía su papá ahí?

RA: Pos era barretero, ¿verdad?

LM: Barretero. Y, ¿su mamá?

RA: Pos ama de casa.

LM: Al hogar.

RA: Exactamente.

LM: ¿Cuántos fueron ustedes de familia?

RA: Catorce.

LM: Catorce, ¿cuántos hombres y cuántas mujeres?

RA: Somos…

2do: Cuatro hombres.

RA: Cuatro hombres y diez mujeres.

LM: De esos, ¿tú eres el mayor?

RA: El mayor de todos.

LM: ¿Fue usted a la escuela, don Ramón?

RA: Sí.

LM: ¿Hasta qué año?

RA: Hasta el cuarto año.

LM: Hasta el cuarto año. ¿Por qué?

RA: Porque ya no había más en el rancho onde estábamos nosotros ahí, hasta ahí había nada más.

LM: ¿Dónde vivían?, ¿en qué rancho?

RA: En Benjamín Aranda, Municipio de Canatlán.

LM: O sea que nació usted aquí en Durango y se fue.

RA: Sí, de la edad de once años nos fuimos para el rancho.

LM: ¿Le ayudabas a tu papá?

RA: Pos ahí, todos siempre. Con él nos la llevamos trabajando en la labor, viendo los animalitos que tenía y eso era todo.

LM: ¿Está bien que te hable de tú? Porque como los conozco.

RA: Sí, no, está correcto. Así es la cosa.

LM: ¿A qué le ayudabas?

RA: Pos en lo que se podía, a llevar las vacas, a ordeñar, con el tronco en la labor.

LM: ¿Cómo era el trabajo del tronco, cómo nos explicarías? Para la gente que no sabe, ¿verdad?

RA: Sí, pos arrimaba uno sus animales, los agarraba, los enguarnecía pegado del arado y se iba a la labor a dar vueltas con el arado.

LM: ¿Qué sembraban?

RA: Maíz y frijol.

LM: ¿Tenían vaquitas?

RA: Sí. Había más o menos como unas veintidós en ese entonces, ¿verdad?

LM: ¿Cómo era la vida en esos años?

RA: Pos dura, porque luego llovía y luego no llovía y andaba uno batallando.

LM: Claro, sembraban de temporal.

RA: Sí, puro temporal, así es.

LM: ¿Te acuerdas cuál fue tu primer trabajo de paga donde hayas ganado algo de dinero?

RA: Pos cuando se empezó aquí la Ciuda[d] Industrial aquí en el Palacio Federal, ahí empecé yo a trabajar.

LM: Aquí en Durango.

RA: Ajá.

LM: ¿Cuántos años tenías?

RA: Pos ya hace varios, ¿cuántos hace? No pos no recuerdo bien, pero ya le digo, cuando se empezó.

2do: En el [19]66 caímos aquí, el [19]66, como el [19]67, [19]68 por ahí.
RA: Ahí fue donde empecé yo a trabajar.

LM: ¿Ahí fue?

RA: Sí.

LM: Y, ¿cuánto le pagaban?

RA: Pos, más o menos ganábamos entonces un sueldo de $70, $80 pesos por semana.

LM: ¿Rendía el dinero?

RA: Pos no.

LM: ¿O no alcanzaba?

RA: No.

LM: ¿Era dura, verdad?

RA: Era dura la cosa sí, ya le digo y siempre trabajé yo. Pos ahí, cuando trabajamos ahí, trabajé de noche.

LM: ¿Qué hacía?

RA: Yo, pos construyendo el Palacio, subiendo material para arriba, cemento.

LM: ¿En la obra?

RA: Sí, en la obra.
LM: ¿En qué año se entera, te enteras de que hay oportunidad de irse de bracero a Estados Unidos?, o, ¿cómo fue que supiste de los braceros?

RA: No, porque pos, había cada año. Y yo entonces, en ese entonces que fui yo, fue en el 1960, la primera vez que entré.

LM: ¿En el [19]60?

RA: Sí.

LM: La gente comentaba. ¿Tu papá había sido bracero?

RA: Sí ya, ya había ido muchas veces él. Entonces ese año nos fuimos los dos juntos.

LM: ¿Te fuiste con tu papá?

RA: Sí.

LM: Y, ¿cómo fue que se enlistaron?, ¿dónde se enlistaron?

RA: De aquí fuimos a Vicente Guerrero.

LM: A Vicente Guerrero.

RA: Y de ahí salimos a Empalme, Sonora.

LM: ¿Qué pedían en aquellos años para enlistarse?

RA: No pos nada más la cartilla.

LM: La cartilla nada más.
RA: Sí.

LM: ¿Cuántos años tenía?

RA: Pues fue en el [19]60, veintiún años.

LM: Veintiún años, estabas jovencito.

RA: Sí.

LM: Y, ¿qué pensabas tú de Estados Unidos?

RA: No, pues iba a conocer la primera vez, yo iba a conocer, a ver cómo estaba y pos sí, a ver qué había.

LM: ¿Qué platicaba tu papá de que…?

RA: No, pos no, pues luego que: “Me fue bien, y luego me fue mal”. Una vez llegó nomás con puros costales.

2do: ¡Buenas tardes!

LM: Vamos a hacer una pequeña pausa.

(entrevista interrumpida)

LM: Continuamos con la entrevista con el señor Ramón Ávila, y me decía de lo que se imaginaba, qué pensaba que…

RA: No, pos nomás que íbamos a traer dinero, pos sí. Vamos a trabajar y pues yo sabía que íbamos a trabajar y a traer centavos. Por cierto, más o menos no nos fue mal ese año, más o menos sí nos fue…

LM: ¿Qué fue lo que lo animó a usted a irse a Estados Unidos a trabajar?

RA: No, pos que se echó una droga mi papá de un rancho y pos vamos a pagar.

LM: Claro.

RA: Pa pagar y como así se hizo.

LM: Claro. ¿De ahí de Vicente Guerrero se fueron a Empalme?

RA: Sí.

LM: Y, ¿en qué se fueron a Empalme?

RA: En autobús a Mazatlán.

LM: En autobús a Mazatlán y de Mazatlán a…

RA: A Empalme, en el tren.

LM: En el tren. ¿Cómo fue ese viaje?

RA: Pos más o menos.

LM: ¿Estaba cansado el viaje?

RA: Sí, claro porque pos iba uno como en jaulas del tren.

LM: Pos lo mandaron en jaulas.

RA: Sí.

LM: Muy bien. Cuando llegaron a Empalme, ¿a dónde fueron?

RA: A donde se quedaba la gente, había gente que tenía corrales grandes y hacía cuartitos de cartón y ahí pagaba uno y le daban un tapete pa quedarse, un cartón y ahí se quedaba uno.

LM: ¿Te acuerdas cuánto les cobraban?

RA: Pos parece que $1 peso diario.

LM: Un peso diario. ¿Cuántos días estuvieron ahí en Empalme?

RA: Pos se me figura que duramos como unos ocho días.

LM: Y, ¿qué comían en esos días?

RA: Pos allá le nombraban a la sopa de arroz y frijoles de la olla y un chile arrimado ahí, gallina. Y, cuando llegamos nosotros, le dije a mi papá: “Pos vamos”. “¿Pos qué vas a querer?”. “Pos gallina”. Pos oiga me sirvieron primero el arroz y los frijoles y yo seguía esperando la gallina y nunca llegó la gallina. “Pos oiga y, ¿la gallina?”. “Esa es la gallina”, me dijo. Sí, pos es que se iba uno a limitar, no iba uno a gastar, porque pos no sabía cuántos días podría durar uno ahí, ¿verdad?

LM: ¿Había mucha gente ahí?

RA: Sí, de a bola, mucha.

LM: ¿Como cuánta gente?

RA: No, pos más de diez mil gentes, sí se ponían ahí en las cosas esas.

LM: ¿Ahí llegaba gente de todos lados?

RA: De todas partes, sí, exactamente.

LM: ¿Cuántos se fueron con usted?, ¿nomás ustedes dos o iba más gente?

RA: No, iba mucha gente, iban de aquí del lado de Canatlán, de un rancho que se llama Medina, iban unos compañeros. Eran mi compadre Pedro, Javier y José, eran tres, había otro de aquí de Durango, Rafael Grajeola y otro que se llamaba Rosendo y otro de aquí que vivió en El Veinte pero vivía en Durango, se llama Nacho Salazar y unos de la fábrica de La Constancia y de aquí que nos haigamos ido.

LM: Y, ¿llegando allá se siguieron viendo, o ya se separaron?

RA: No, nos seguimos viendo y nos tocó juntos trabajar juntos todos.

LM: Está bien, ¿cómo era ese centro de contratación allá en Empalme? ¿Te acuerdas? Que me lo puedas describir.

RA: Pues era un corral grande de tela y un tejabán grandote nada más. De ahí pasaba uno a que lo examinaran, lo polveaban pa los piojos y las…

LM: ¿Había oficinas adentro?, ¿había cuartos?

RA: No, era un simple tejabán y ahí acomodaban para entrar la gente. Ahí le hablaban por micrófono y ahí corría uno. “El estado de la gente del estado de Durango”, y ya, se arrimaba toda la gente cuando ya le tocaba a uno.

LM: ¿A qué horas iban ustedes ahí a esperar el llamado?

RA: En la mañana, temprano.

LM: Como a eso de las qué, de las…

RA: Pos más o menos de las ocho en adelante.

LM: De las ocho, ¿hasta qué horas?

RA: Pos, a veces hasta las diez que decían: “No hay contratación”. Y cuando ya le llamaban a uno, pos ya.

LM: Sí.

RA: Y ahí le decían a uno: “No va a haber”. Y pos no había y no se arrimaba uno, ahí se andaba uno a veces. Y como en el último año que fui, que duramos vario tiempo ahí, pos nos íbamos a, llegaban trocas y se iba uno a piscar tomate.

LM: ¿Ahí mismo en los…?

RA: Sí, en los ranchitos.

LM: ¿Para…?

RA: Pos pa ayudarse uno.

LM: Claro.

RA: Pos no va a haber contrataciones, ya llegaban las trocas de los ranchos, ¿verdad?, y se iba uno a piscar tomate, le pagaban a uno $16 pesos.

LM: Dieciséis pesos. Pero bueno, pos sacaban el día, ¿no?

RA: Efectivamente, sí. Sí, porque pos andar todo el día ahí pa arriba y pa abajo, pos no, no era negocio. Ya salía esa cosa: “No va a haber en tantos días”. Pos tantos días, según. “Hasta tal día va a haber, se arriman”. Pos ya, ese día no iba uno y se arrimaba.

LM: ¿Cuántas veces se contrató?

RA: Dos, nada más. El [19]60 que fuimos yo y mi papá y el [19]63.

LM: Y, ¿las dos veces por Empalme?

RA: Sí, la primera vez fuimos a Stockton, California, al valle de San Joaquín.

LM: Platícame un poquito de los exámenes médicos que les hacían ahí.

RA: No, pos en primer lugar, lo revisan a uno de todo a todo. Todo de todo y luego ya lo polvean a uno.

LM: ¿Los desnudaban?

RA: Sí. Efectivamente, pa no tener almorranas, de aquí de sus cosas también, le picaban a uno y todo pa…

LM: Las partes nobles.

RA: Sí. Y eso es todo. Revisar si está malo uno de la sangre y todo, las manos si a ver si tenía callos o no.

LM: ¿Le revisaban las manos?

RA: Sí, a ver si era un hombre trabajador.

LM: ¿Les hacían preguntas de si conocían el trabajo del campo?

RA: No, nada, nada, nada.

LM: Y esas personas que revisaban, ¿eran mexicanos?

RA: No, americano.

LM: ¿Eran americanos? ¿Cómo los trataban?

RA: Pos bueno, tratándose de aquí de empezar a, pos yo digo que bien, porque mal a mí no me trataron mal. Nunca me trataron mal y en el trabajo menos. Tampoco en las partes, en las… Cuando anduvimos juntos nunca nos trataron mal, es más, caímos con un mayordomo que ya conocía mi apá por mucho muy allá, nomás llegó: “Y que lo conoce, un filipino”. “¡Uh, Ramón!”. Y pos caímos parados ahí. Luego se iba: “Me voy al rancho”. Lo dejaba encargado él con la gente y luego: “Me voy al rancho, me voy a llevar tu…, ¿le das permiso de irse conmigo?”. Pos yo me iba con él. “Sí, vamos”.

LM: ¿Dónde firmaste el contrato?, ¿ahí en Empalme?

RA: Pos ahí firmaba unos papeles. Y allá ya no firmaba uno nada, desde aquí ya iba uno contratado desde Empalme. Ya llegaba uno a Caléxico aquí por Mexicali, pos ya nomás pasaba también a revisión y ya salía de revisión y…

LM: ¿Qué era esa revisión?

RA: Pos igual, el examinado de todo a todo, sí. Ya le sacaban más sangre a uno y si estaba enfermo ahí le ponían una inyección a la gente y seguía.

LM: ¿Se acuerda que lo hayan inyectado ahí?

RA: A mí no, ninguna de las dos veces. Y ya salía uno al comedor y ya comía uno y le daban a uno pa en el camino, que en el autobús que iba le daban pal camino.

LM: ¿Qué les daban de comer?, ¿qué les dieron?

RA: Pos panes con jamón, así todo eso y jugos, fruta.

LM: ¿Se llenaban con eso?

RA: Sí, así es.

LM: Y luego de ahí dices que los mandaron a Stockton, ¿verdad?

RA: Sí, caminamos todo ese día, más o menos, como de las tres de la tarde hasta otro día a las ocho de la mañana a llegar allá, a donde nos repartieron.

LM: ¿Cuántas gentes mandaron a Stockton?, ¿cuánta gente?

RA: Pos de nosotros éramos varios.

LM: De los que iban de aquí.

RA: Sí.

LM: Les tocó, ¿verdad?

RA: Sí, más o menos éramos como unos treinta. Había de Guanajuato, de Nayarit, de distintas partes, de Sinaloa.

LM: Y cuando llegaron a Stockton, ¿a dónde llegaron?

RA: No, no, nos llevaron directamente a donde íbamos, al campo que íbamos a trabajar. Y ya de ahí ya estando ahí en el campo, llegó una troca de la tienda de ahí, ahí ya. “Pos lo que se les ofrezca ahí, de ropa o todo”. Tanto que también el señor de la tienda conocía a mi papá. Luego luego me regaló unas camisetas y unas… “Ahí te van chavo”. “Muy bien”.

LM: O sea, estimaban a tu papá y ya…

RA: Sí y ya le digo. Y así, pues yo estuve bien. Ahí nos abordaba una señora que era de Jalisco, [es]taba casada con un señor también que se llamaba Ramón, el señor.

LM: ¿Ellos eran los que cocinaban?

RA: Sí y allí nos daban de comer. También yo la llevé muy bien con esa señora y…

LM: Y, ¿qué tal cocinaba la señora?

RA: Pos bien.

LM: ¿Sí?

RA: Sí.

LM: Era, ¿les daba bien de comer?

RA: Sí, pa qué voy a decir que… Las dos veces que yo fui, a mí me trataron bien y sí le daban a uno bien de comer, lo que acá en la… En el [19]63 que fui, pos éramos más de cinco mil almas en el campo y era un comedor muy grandote y ahí lo que uno quería le daban. “Yo quiero esto”. “Pos no”. “Nomás deme de esto, nomás de esto”.

LM: ¿Qué les daba de comer la señora?, ¿qué les preparaba?

RA: Pos mire, nos daba carne, blanquillos, café con leche en la mañana. Al medio día vendía refrescos ella y comía uno, hacía agua fresca y eso nos daba.

LM: ¿Les cobraban por la comida?

RA: Dos pesos de borde pagaba uno.

LM: ¿Al día?

RA: Sí, por las tres comidas.

LM: ¿Qué trabajo llegaron a hacer ahí en Stockton?

RA: Nosotros fuimos a la pisca de espárrago, en el [19]60.

LM: Pisca de espárrago, ¿cómo es ese trabajo del espárrago?

RA: Es una plantita que la corta uno así, verde.

LM: Como de unos…

RA: Todos los días.

LM: Treinta y cinco centímetros.

RA: Sí, más o menos. Es una cuchilla que la va cortando al ras de la tierra. Porque si no la corta bien, pa otro día esa misma planta se echa a perder y todos los días hay que cortar eso mismo todos los días, porque todos los días crece. Si no se corta bien, se echa a perder.

LM: ¿Como cuántos cortes le dan?

RA: Pos todos los días. Nosotros duramos lo que fue todo abril, mayo y junio, tres meses, era todos los días.

LM: ¿Fue de tres meses el contrato?

RA: Sí.

LM: ¿A qué horas empezaban a trabajar?

RA: En la mañana temprano. Más o menos como a las siete, siete y media.

LM: Y, ¿hasta qué hora trabajaban?

RA: Depende de lo que uno se bullera(??), luego a veces acabábamos a la una, luego a las dos, luego a las tres. Luego a veces que rendía mucho y se tardaba uno más, luego a veces era menos y eran menos.

LM: Y, ¿cómo les pagaban?

RA: Pos por lo que salía.

LM: Por lo que hacían.

RA: Exactamente.

LM: ¿Llenaban cajas o lo pesaban?

RA: No, se llenaban puras cajas de tractor. Y así se iba según y así nos pagaba. Y nosotros veíamos cuando salía mucho y nos salía más dinero. Cuando salía menos, salía también menos dinero.

LM: ¿Te acuerdas a cómo les pagaban la caja?

RA: No, eso sí no.

LM: Y, ¿a qué horas comían?

RA: Pos siempre más o menos, es por ahí como a las dos de la tarde.

LM: Como a las dos de la tarde y, ¿la cena?

RA: A las seis más o menos.

LM: ¿Tenían mayordomo ahí?

RA: Sí, el filipino ese que se llamaba Benito.

LM: Benito, ¿hablaba español?

RA: Sí.

LM: Y, ¿cómo se portaba él?

RA: Pos bien.

LM: Era de buen carácter el hombre.

RA: Sí.

LM: ¿Conociste a algún patrón por ahí?

RA: No, yo no.

LM: Los tres meses, ¿los trabajaron en el espárrago?

RA: Sí, los tres.

LM: Y, ¿dónde dormían?

RA: Nos tenían unas barracas con camas.

LM: Unas barracas, ¿cómo eran esas barracas?

RA: Eran casas de madera. Había como pa unos, dividida por departamentos, en esa nos quedábamos mi papá y yo, y otro señor de aquí mismo y después cayó un puertorriqueño ahí con nosotros y también nos hizo compañía, ahí. Entonces buscaba uno, avenir con la gente pa no discutir ni nada de que más, así.

LM: ¿Había un puertorriqueño por ahí?

RA: ¿Mande?

LM: ¿Había un puertorriqueño?

RA: Sí.

LM: ¿Había más gente por ahí que no fuera mexicana?

RA: Había otra cuadrilla de… Con nosotros nada más ése. Pero ahí mismo, en el mismo rancho sí había una cuadrilla de filipinos también, que ellos traiban [traían] también, pero era independiente. Ellos, era del mismo patrón. Pero, ellos tenían su parte y nosotros la de nosotros. Y ellos también dormían aparte y ellos comían aparte de nosotros.

LM: ¿No los juntaban para comer?

RA: No, no. Yo les robaba el café (risas) y los pasteles. Esos tenían un bate(??) de café caliente en cada cabecera y pasteles, yo y procuraba salir adelante pa írselos a robar.

LM: ¿No tuviste amistad con ellos?

RA: No, pos nomás así: “Buenos días y buenos días”. Y eso era todo.

LM: ¿Qué más cosechaban ahí en ese rancho?

RA: No, nada más eso, nada más, eso nada más.

LM: Muy bien, ¿cómo era el ambiente con los compañeros, con los demás braceros?
RA: Pos era bien, porque todos nos llevábamos bien, todos bien, en el trabajo bien. Ya cuando llegaba uno del trabajo cada quien se recogía a su cuartito y ahí se estaba, oyendo música, o viendo la tele y nomás.

LM: Ya había una que otra tele en aquellos años.

RA: No, sí. Cuando íbamos al pueblo allá, nos llevaban al pueblo y íbamos y veníamos.

LM: ¿Cada cuándo les pagaban?

RA: Cada ocho días.

LM: Cada ocho días, ¿el sábado?

RA: No, me parece que los viernes, no, no, sí, los sábados.

LM: Los sábados, ¿les pagaban con cheque o en efectivo?

RA: Con cheque, fíjese.

LM: Con cheques. Y, ¿dónde cambiaban el cheque?

RA: En la tienda, o lo mandaba uno. Pos más bien en la tienda del cuate ese, porque yo creo que era sobrino del dueño de ahí, eran italianos ellos.

LM: Eran italianos, ¿la compañía era de unos italianos?

RA: Ajá.

LM: Ahí cambiaban el cheque y mandaban dinero a la casa.

RA: Sí, así es.

LM: ¿Le mandabas tú a tu mamá?

RA: No, pos yo de ahí, vámonos pa pagar la cosa, eso es todo.

LM: ¿Era caro mandar el cheque, mandar el dinero?

RA: No.

LM: ¿Cómo le hacían para mandar el dinero?

RA: No, pos yo, en ese particular yo le digo, pos yo se lo entregaba a mi papá. Y él se encargaba de ese negocio.

LM: ¿Qué hacían los fines de semana?

RA: ¿Mande?

LM: ¿Qué hacían los fines de semana?

RA: Pos ahí nos [es]tábamos.

LM: ¿No iban al pueblo?

RA: No, nada más cuando nos llevaban. “¿Que si quieren ir?”. “Sí vamos”. Pero no, es que había que pasar un canal muy grande, en una plataforma grandota que pasaba muchos carros cargados. Y pa ir uno, pos no. Y taba lejos siempre de ahí. Y nada más cuando lo llevaban a uno a la tienda, iba uno.

LM: ¿Estuviste a gusto esos tres meses?

RA: Yo sí estuve a gusto.

LM: ¿Sí te gustó el lugar?

RA: Sí, así es.

LM: Qué bueno, muy bien. ¿Jugaban ustedes a algo?, ¿se divertían de alguna manera?

RA: No.

LM: Ya que estaban…

RA: No, pos luego así yo y un amigo, o otro por ahí nos íbamos a alrededor de ahí a juntar moras, o a andar por ahí. Pasaba el canal ese, se iba uno a pescar, ahí con el filipino ese pa darle los pescados, juntar almejas y se las daba uno a él.

LM: Estaban cerquita al mar.

RA: Ya le digo. Luego me paseaba en lancha ahí, porque al otro lado había un americano que tenía unos niños y se encariñaron mucho conmigo y ellos me dijeron: “No te andes pasando nadando, es peligroso”. Porque yo lo pasaba y ya después cuando me pasaba, ellos me pasaban de allá pa acá en la lancha.

LM: Y, ¿cómo era el trato de los americanos?

RA: Pos pa mí, aquellos que estaban en aquel rancho fueron muy buenos, porque las chamaquitas se encariñaron conmigo y…

LM: ¿Ibas seguido con ellos?

RA: Pos cuando estaban las niñas que se paraban ahí pa que no se arrimaran a la orilla sí, me iba pa allá.

LM: ¿Aprendiste algo de inglés?

RA: No, nada, nada, nada.

LM: Y, ¿los señores hablaban español?

RA: Sí.

LM: Mira qué bien.

RA: Luego me paseaban en la lancha por todo el canal.

LM: ¿Qué pensabas tú de Estados Unidos ya que estabas allá trabajando?

RA: No, pos seguir trabajando nada más y si seguían tratando a uno bien, durar y si no pos regresarse pos, ¿qué está haciendo uno allá?

LM: ¿Escribían a la casa?, ¿se comunicaban con la familia?

RA: Sí, sí.

LM: Y, ¿qué les escribías?

RA: No, pos que cómo estaban aquí, por aquí, que cómo estaba la cosa, pero pos en ese entonces…Todavía eran puras secas, picaba uno nopal, como van las cosas de las vacas, sacar agua, darles pastura. Porque en ese entonces se quedó una hermana mía casi al pie del negocio, Dios la haiga perdonado, ya murió.

LM: ¿Eran muy unidos ustedes en la familia?

RA: Siempre hemos sido.

LM: Qué bueno.

RA: Siempre hemos sido. Qué nos puede pasar a uno o a otro que no andemos ahí, en friega, por todo.

LM: El pueblo ahí más cercano que había, ¿te acuerdas cómo se llamaba?

RA: ¿Dónde, oiga?

LM: Ahí cerca de donde estaban trabajando.

RA: No, pos había muchos pero no, pa qué voy a decir: “Este se llamaba así y este”. No.

LM: Dices que…

RA: Había muchas…

LM: Muy de vez en cuando iban, ¿verdad?

RA: Sí, así ya le digo. Había muchas granjitas, muchos ranchitos, pos son como islitas.

LM: Eran como islas, estaban rodeados por agua.

RA: Sí.

LM: ¿Qué es lo que más te gustaba de lo que veías, de lo que conocías?

RA: Pos todo, porque pa mí era raro, muchas cosas que pues uno no conoce, ¿verdad?, así es. El tren que pasaba que parecía, lo veía uno y de rato ya no veía nada de repente.

LM: Claro, muy bien, ¿alguna vez te tocó estar por allá en 16 de Septiembre o en Navidad?

RA: No, no, nosotros fuimos en marzo y nos venimos en junio.

LM: Marzo y en junio.

RA: Así es que no nos tocó nada de negocios de esos.

LM: ¿Qué les dijeron cuando se iba a terminar su contrato?, o, ¿cómo les avisaban?

RA: No, ahí, ya el negocio se terminó, ya se cumplió la cosa y van pa México.

LM: Los regresaban ellos a…

RA: Sí.

LM: ¿A dónde los regresaban?

RA: Hasta, le daban a uno el pasaje hasta aquí hasta Mexicali.

LM: ¿Cruzaron por Mexicali?

RA: Sí.

LM: Y de ahí de Mexicali, ¿en qué se fueron, en qué se vinieron a Durango?

RA: Pos todavía de ahí, todavía agarraba uno el tren. Y ya de aquí de Mazatlán pa acá en el autobús.

LM: ¿Qué traían?, ¿qué traías tú de allá?

RA: Pos lo que podía traer uno, ropa, pantalones, camisas y eso.

LM: Claro. ¿Cómo los recibieron aquí cuando llegaron?

RA: Pos bien.

LM: Muy contentos.

RA: Sí, exactamente.

LM: Qué bueno y, ¿cuándo te volviste a contratar?

RA: Fue en septiembre del [19]63.

LM: En el [19]63, por Empalme también, ¿no?

RA: Sí, también.

LM: Y, esa vez, ¿a dónde lo mandaron?

RA: Me tocó en Oxnard, California.

LM: ¿Cada vez que se contrataban había que hacer los exámenes médicos?

RA: Sí, cada vez que pasaba uno.
LM: Lo revisaban.

RA: Y entonces pos ya nomás firmaba uno el contrato, ya demás papeles ya no le daban porque le dieron a uno la primera vez una mica, que le daban el número.

LM: ¿Cuándo les daban esa mica?

RA: Cuando salía uno de allá pa acá y ya con esa misma mica pos ya pasaba uno, ya no había necesidad de hacer papeles. Nomás de firmar el contrato la vez que iba uno.

LM: Ya nada más el contrato. Ese segundo contrato también, ¿por cuánto tiempo fue?

RA: Pos yo estuve, vamos a suponer, septiembre, octubre y noviembre.

LM: Septiembre, octubre y noviembre. Y, ¿en qué trabajaste ahí?

RA: En varias partes, en varias cosas, porque era un campo muy grande y lo sacaban a uno luego al chile, luego a tomate y así.

LM: Al chile.

RA: Que entonces esa vez no sirvió esa cosa.

LM: ¿No sirvió la contratación?

RA: No.

LM: ¿Por qué?

RA: Porque le pagaban a uno por horas. Luego a veces trabajaba uno tres horas, cuatro horas, dos horas y pos a veces nomás sacaba uno pa el borde. Muchos compañeros de los que fuimos juntos se vinieron luego luego. Y yo a ver si se remediaba y a ver si se remediaba, yo cumplí el contrato. Con el fin de que a ver si le renovaban a uno y le tocaba otra parte buena para… Y ya no hubo pa mí y me vine.

LM: ¿Había muy poco trabajo?

RA: Pos en el campo con que caímos con el compañero ése, pos taba mala la cosa.

LM: ¿Cómo era el trabajo del chile, Ramón?

RA: Piscar chile. Igual que aquí.

LM: ¿De qué chile piscaban?

RA: Chile ancho.

LM: ¿Nada más?

RA: Sí.

LM: Y ahí, ¿a cómo lo pagaban, no te acuerdas?

RA: No, pos nos pagaban por horas.

LM: Por horas, ¿a qué les pagaban la hora?

RA: Pos parece que a $2 pesos.

LM: Pero dices que no trabajaban a veces.

RA: No. Llevábamos, trabajábamos una hora, dos horas y vámonos ya no hay, Pos ya.

LM: Y de ahí los pasaban al tomate.

RA: Pos una vez en el chile, una vez en el tomate y así andábamos.

LM: ¿Se quejaron los compañeros?, ¿se quejaron ustedes de que no les salía?

RA: Pos sí, pos que no salía y pos no. Yo le empecé a coyotear. Me quedaba al, pa no ir a donde íbamos yo ahí me agarraba en otros autobuses onde costeaba tantito y de todas maneras sí me pagaban.

LM: O sea que te ibas a otras granjas a…

RA: Sí, pues de ahí mismo del campo me subía a otro autobús y: “Pos tú eres”. “No, pos ya me dejó [el camión], yo no me quería quedar sin trabajo”. “Ándale pues”. Ya nomás me daban un papel.

LM: Pero, ¿de la misma empresa? La misma compañía.

RA: Sí.

LM: Muy bien, ¿qué les dijo ahí el patrón?, o, ¿con quién hablaron cuando se quejaron?

RA: Pos ahí nos hablaron ellos claramente, que ahí juéramos [fuéramos] a exponer nuestras quejas, ahí y ahí. “Y, ¿qué quieren que haga?, pos si está mala la cosa”.

LM: Claro, y, ¿qué les dijo?, el que se quiera quedar…

RA: Sí y pos muchos… Pero esto se puede componer, a fin del contrato se puede contratar pa otra parte y allá les puede ir bien y por eso muchos se quedaron con ese fin, que a ver si en la segunda. Y eso es si había y si no había pos nomás no, de todas maneras pos tenía que cumplir uno el contrato.

LM: Claro.

RA: De hambre no se iba a morir, ahí tenía que… (risas)

LM: No, ahí tenían que darles algo de trabajo.

RA: Así es, pos cuando menos pa comer sí le daban a uno.

LM: Y, ¿ahí dónde se quedaban?

RA: También nos tenían departamentos.

LM: También tenían departamentos.

RA: Barracas grandotas con tejabanes y camas así.

LM: ¿Cómo estaban amuebladas esas?

RA: No, no, no, nada más las camas así como en el seguro, en el hospital.

LM: ¿Tenían baños?

RA: Sí.

LM: ¿Con regadera?

RA: Sí todo, muy limpio, esa última vez yo… Que estaba muy limpio ahí todo.

LM: ¿La comida también era de buena calidad?

RA: Sí, sí. Un día le daban de una clase y otro día de otra y otro día de otra. Todo siempre estaba cambiado toda la cosa, había puros cocineros.

LM: ¿Ahí había algún pueblo cerca también?

RA: Sí, de a tiro, ahí se iba uno a pie.

LM: ¿Podían ir y venir cuando quisieran?

RA: Sí, sí, pos ya nomás caiba [caía] uno ahí pos se iba uno a desalocarla por ahí. (risas) Andar, nomás.

LM: Claro. ¿Ibas seguido al pueblo?

RA: Pos casi todos lo días, pos…

LM: No había trabajo.

RA: Pos no.

LM: ¿Cómo se portaba la gente del pueblo ahí con ustedes?

RA: Bueno, cuando estuvimos los amigos que nos fuimos juntos de ahí de La Tinaja, pos más o menos bien. Después me hice amigos de unos muchachos de San Luis Potosí, que tanto que me dijeron: “Vente pa acá con nosotros, estamos nomás los cuatro y tú, queda una cama”. “Sí, sí me voy”. Y la hacía mejor con ellos que con los compañeros de acá. Y con ellos, luego me invitaban al pueblo: “Vente, vamos”. “No, pos yo no tengo dinero”. “Vente vamos”. “No”. Se iban ellos y ya me traían mi nieve y no faltaba que me trajeran, cuando iban.

LM: Muy bien, y ahí, ¿en qué se divertían también los fines de semana?

RA: No, pos iba uno al pueblo.

LM: ¿Era toda la diversión?

RA: Sí.

LM: ¿Cuándo lavaban la ropa?

RA: Yo nunca lavé.

LM: ¿No?

RA: No, la traje mugrosa, compraba nuevo.

LM: Comprabas nuevo.

RA: Sí.

LM: Entonces no te iba tan mal. (risas) Muy bien, ¿cuánto fue ahí?, ¿otros tres meses?

RA: Sí, también.

LM: Y, ¿te regresaste?

RA: Sí, pos se acabó la cosa. Y ya ahí le están llamando a uno.

LM: En tren también te regresaste hasta Durango o, ¿en qué te regresaste?

RA: No, en autobús también.

LM: En autobús.

RA: Sí, en autobús a Mexicali, de Mexicali hasta Mazatlán en tren y de ahí en autobús para acá.

LM: ¿A todos los braceros les pagaban igual?

RA: Bueno, donde nosotros estábamos con el patrón que estábamos era lo mismo. Y cuando en el tomate, cuando le pagaban a uno por lo que hiciera pos el que fuera más liviano ganaba más si piscaba más tomate, el que piscaba menos pos ganaba menos, ¿eh?

LM: Ahí en el tomate, ¿lo piscaban y lo ponían en cajas?

RA: En cajas efectivamente y de ahí pasaba la cosa recogiendo.

LM: Y, ¿cargaban en un camión?

RA: Los sacaba uno a las cabeceras. Y ya estaba el mayordomo ahí recibiendo las cajas que uno piscaba.

LM: ¿Cuál trabajo fue el que te gustó más de los que hiciste?

RA: Pos en las dos, pues en los que a mí me tocó, pos lo sabía hacer y todo me gustaba.

LM: Ajá, todo.

RA: Dos veces pisqué tomate a contrato pero no con el patrón que [es]taba, sino onde yo me colaba a veces que me iba. Sí llegué a piscar doscientas veinte cajas de tomate.

LM: Doscientas veinte, ¿en cuánto tiempo?

RA: Pos en el plazo de que estaba uno a las ocho hasta la tarde que se venía uno. Cuando había y cuando no había pos no piscaba uno, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta a lo más.

LM: Claro, muy bien.

RA: Y ahí que me, había unos pelones onde vivíamos que me decían: “Pos no puede ser”. “Pos bueno, ahí está y limpiecito”.

LM: Así es, ¿se pisca verde o se pisca maduro el tomate?

RA: Rayado. Pa que madure en el… Bueno, cuando lo mandan a la parte que va ya llega maduro y cuando se pisca rojo, pos ya es pa salsas.

LM: ¿Ahí había mayordomo?

RA: También.

LM: Y, ¿era mexicano o era americano?

RA: Americanos.

LM: Pero hablaban español.

RA: Sí.

LM: Y, ¿cómo se portaban ahí?

RA: Pos, bien también.

LM: Bien.

RA: Bien.

LM: Siempre te tocó…

RA: Bueno, ahí onde andábamos sí. Y ahí muchos decían que eran unos muy malos, pero el que es malo, no es malo con todos.

LM: Así que, así tú no puedes decir…

RA: No nada, exactamente, no. “¿Cómo ves?”. “Pos oiga a mí nunca me ha dicho ni media palabra, ni esto ni lo otro. Yo nomás también de esto y esto y cómo va a ser, nada más una pura vez quiero que me diga y eso es todo”. “No pos sí”. Y ya nunca…

LM: Claro.

RA: Sí.

LM: Pos si no dabas motivo no había…

RA: Luego había órdenes. “Va a haber nuevas órdenes”. “A ver dígame, pa que no vuelva a andar detrás de mí”. Eso era todo.

LM: ¿Ahí la comida también era buena?

RA: Sí, sí, muy buena. No le digo que nos cambiaban todos los días.

LM: ¿Alguna vez te tocó enfermarte por allá?

RA: Bendito sea Dios, ni una.

LM: Qué bueno.

RA: Ni una, ¿para qué?

LM: A ver, alguna anécdota que te acuerdes de ahí de los compañeros, algo.

RA: No, pos no, muy aparte de todos. Y como le digo no pos, andaba uno fuera, ¿cómo iba a andar uno haciendo y deshaciendo? No, pos es que está duro.

LM: ¿Alguna ocasión llegó La Migración por ahí a…?

RA: Nunca.

LM: ¿Revisar documentos o algo?

RA: Nada.

LM: Cuando se acabó ese segundo contrato que te regresaste, ¿de qué trabajaste en México?

RA: ¿Aquí?

LM: Aquí.

RA: Llegué al rancho acabando de rozar el tasole.

LM: ¿En qué mes fue?

RA: Pos en diciembre.

LM: En diciembre.

RA: Todavía había poquito tazole parado y llegamos juntándolo.

LM: A trabajar.

RA: Sí, no tiene remedio. Y con los animales igual.

LM: ¿Ya no te volvieron a dar ganas de ir a Estados Unidos?

RA: Ya no hubo.

LM: ¿Se acabó el…?

RA: Sí, ya no hubo. Que si ha habido a la mejor sí voy o a la mejor ya no. Como me fue mal y yo no envidio ir allá ya.

LM: ¿No?, nunca. Se te quitaron las ganas.

RA: Sí, pos no.

LM: Claro.

RA: Aquí van muchos mojados. Y ahora ya menos, si cuando podía, no nunca, ahora menos. Aquí les digo yo a muchos que les tengo miedo cuando vienen y lástima cuando ya tienen días.

LM: Al principio llegan…

RA: Sí y después andan dando lástima.

LM: ¿Alguno de tus hermanos fue bracero también?

RA: Sí, nomás que no está aquí ahorita, Felipe.

LM: Muy bien.

RA: Él nomás fue un año también.

LM: ¿Era común que la gente se fuera de los ranchos?

RA: Sí.

LM: ¿Cómo le llamaron a lo de los braceros aquí en los ranchos?, ¿cómo le decían?

RA: Pos va haber braceriada. “Se fue de bracero”.

LM: La braceriada.

RA: Sí. Y cuando, pos se iba uno así: “Pos se va de mojado”.

LM: ¿Nunca pensaste en irte de mojado?

RA: Yo nunca he pensado, nunca. Y si cuando estuve nuevo no, ahora ya menos.

LM: En aquellos años, sobre todo cuando te fue muy bien en el primer contrato, ¿alguna vez pensaste en quedarte por allá? En decir: “Bueno y, ¿si me quedo a trabajar aquí, a vivir?”.

RA: No, pos teníamos aquí también tantito de donde mantenerse uno, ¿verdad? Pos hasta allá tenemos, si íbamos nomás con el fin de pagar la droga que teníamos y punto.

LM: ¿Tenían tierras aquí y ranchos y todo?

RA: Sí, así es. Y ya ve que muchas de las veces tiene uno y no tiene con cómo. “Voy a ver si Dios me ayuda pa mover aquello que tengo pa no…

LM: ¿En qué trabajaste, aparte de lo propio, cuando regresaste de allá de Estados Unidos?

RA: Yo no. Ya trabajé cuando nos venimos del rancho de allá pa acá aquí en el Palacio.

LM: En el Palacio, en la construcción, en la obra.

RA: Sí. Y luego de ahí nos pasamos a la compañía de toda la zona industrial haciendo hoyos pa postes de luz, haciendo excavaciones, trayendo postes de luz, poniendo la luz con los electricistas. Anduve de mayordomo también, con puros estudiantes, porque la gente no podía, yo les día y pude con ellos. Les daba tareas: “Y oiga, esto”. “Sí, acabando eso vaya a poco”. “Sí”. “Oiga pero mire que esto le quedó mal”. “Ahorita se lo hago”. “Ah, órale”. “Ahora sí ya está bien, váyase”. Las pirámides esas que estaban ahí enfrente, ahí anduve yo de mayordomo picando con los puros estudiantes. Porque les daban preferencia entonces a los estudiantes, que picaran las piedras.

LM: Las piedras para construir.

RA: Las anduvimos llenando en los moldes, las anduvimos sentando.

LM: Ya para finalizar la entrevista me gustaría preguntarte, ¿qué significa el término bracero para ti, la palabra bracero?

RA: Pos, en una palabra es, pos se oye mal, pero esta… Fue como si fuera uno rentado allá. Rentado a trabajar porque pos, tanteo yo que al gobierno le pagan una parte por esto y el gobierno nos renta a nosotros, o sea que nos rentaba, ¿mande?

LM: ¿Se oía eso? Comentaba la gente algo de eso.

RA: No, yo digo. Eso se me viene a mi pensamiento que eso es, porque a poco nomás de barbas ahí va la gente a…

LM: Claro.

RA: Entonces yo me digo: “Que la deuda externa”. Acá piensa uno y platica, pos se debería de pagar con la renta de braceros y si hubiera otra vez, como hay todavía, pos la renta de esos braceros pos que sirva por…

LM: Claro, a cambio de…

RA: De lo que se le debe, o, ¿no es cierto? (risas) Digo yo eso.

LM: ¿Cómo te sientes de que te identifiquen como bracero?

RA: Pos no. Pos en una palabra pos bien, porque de todas maneras va uno en busca de la vida y va contratado, no va exponiendo su vida como mojado.

LM: Claro.

RA: ¿Verdad que sí? Yendo contratado pos ellos responden por uno.

LM: Claro.

RA: Si le pasa algo, pos responden y de mojado, ¿quién va a responder?

LM: ¿Estás orgulloso de haber sido bracero?

RA: Pos bueno en una palabra, sí.

LM: Tus recuerdos de esa época, ¿son positivos?

RA: Así es.

LM: Qué bueno.

RA: Sí, porque estuve a gusto, no me trataron mal, yo no tengo que hablar mal de… Hablo mal en cuestión de renta, pero del gobierno de aquí de nosotros mismos los mexicanos, ¿verdad? De allá no puedo decir porque a mí me trataron bien. Yo no puedo decir, como aquí mismo, hay mucha gente que pos es mala con otra y con uno no. Pa usted no es mala, pero pa otra es.

LM: Claro.

RA: ¿Verdad?

LM: Así es. ¿Sientes que el haber sido bracero cambió tu vida en algo?

RA: Pos en una palabra no, pos sigue igual. Me ayudé ese año, pero pos sigue siendo igual la mía. Me sentiría en cuanto dijeran: “Ya me dieron esto”. Sí sirvió haber ido porque me dieron una…

LM: Una ayuda.

RA: Exactamente, me correspondieron.

LM: Claro.

RA: Pero de otro modo, pos no. Fui a trabajarles, me pagaron. Pero fui a trabajarles, deoquis, no me lo dieron. Aquí le he dicho al patrón, a mucha gente: “No, pero que es el patrón”. Bueno, le dije: “Y el patrón, ¿de dónde está comiendo?”. Nosotros le estamos dando porque le estamos moviendo su negocio, él nos está manteniendo y nosotros también a él. “Dado no nos da nada”, le dije.

LM: Claro.

RA: ¿Eh? ¿Verdad que sí es cierto?

LM: Sí, si es cierto.

RA: Si no nos tuviera ocupados, yo ahí estaría su dinero hecho, ¿qué ganaría? Entonces está comiendo de con nosotros y nosotros también de con él.

LM: ¿Crees que fue benéfico el Programa Bracero en aquellos años?

RA: ¿Mande?

LM: ¿Crees que fue benéfico?, ¿crees que le sirvió a la gente?

RA: A mucha gente sí, pos a la mayor parte claro que sí. Porque sí, ¿por qué se iba uno? Porque sí ayudaba y eran los años que estaban mal y sí se ayudaba uno.

LM: ¿Piensas que sería bueno que lo volvieran a implementar el Programa Bracero?

RA: En una palabra, sí, porque ya no habría tanto mojado ni se andarían exponiendo tanta gente a morirse por ahí, o a que la roben, a que la maten. Y habiendo esto, pos vámonos mejor por acá.

LM: A la segura. ¿Qué es lo que más te gustó de Estados Unidos?, de lo que viste de Estados Unidos.

RA: Pos lo poquito que vi sí me gustó, por que más otra cosa no. A mí me habría gustado ver un rancho donde había muchos animales para decir: “Esto me llamó la atención, esto y esto otro”. Pero fue puro trabajo de campo.

LM: Pura agricultura.Y, ¿algo que no te haya gustado?

RA: No nada, de todo. A mí todo me gustó, lo que yo vi por ahí.

LM: ¿Tienes familiares en Estados Unidos?

RA: Yo no. Bueno que vivan pos sí, tengo mis hermanos, mis hermanas, tengo una hija y un yerno.

LM: ¿Cómo es que se fueron ellos a vivir para allá?

RA: Pos mi hija se fue porque su esposo se fue pa allá. Y allá estuvo y entonces él la estaba mandando pedir y se fue. Y no hace mucho que se fue, se fue el 26 de abril y allá está ya en Washington, con todo y su hija que tiene. Una chamaquita de nueve años.

LM: Ramón, pues quiero darte las gracias.

RA: Y, ¿de qué?

LM: Por habernos compartido tus…

RA: No, pos pa eso estamos. Ya le digo yo, pos si hubiera braceros pos cómo no. Yo porque mis hijos también se van de mojados y pos se exponen. Y si hubiera, ya iban contratados, yo sabía que pos iban a responder en caso de un accidente de algo y así de mojados, ¿cómo sabe uno qué pasó?, o, ¿cómo está la cosa? Entonces, es un beneficio muy grande pa México que haiga braceriada, no se expone la gente. ¿Verdad que sí? Y sí se ayuda a la gente.

RA: A unos, póngale que a unos nos vaya mal y a otros les va bien, no todo. Y es como aquí, unos tenemos buen trabajo y otros lo tenemos malo. Es como donde quiera todo eso y allá el vivir un matrimonio de aquí de México allá, haga de cuenta que está aquí, o pior [peor] tantito. Porque es muy cara la luz, que la renta y que el agua. Hay mucha gente que está allá pos toda su familia, se le muere un familiar aquí, pos mandan uno entre todos lo que están porque no tienen pa venir todos. Aquí ha pasado ya. Nada menos cuando se murió la señora y el hermano de este señor que es mi cuñado. [E]stan todos los hijos allá y nomás vino un par de ocho, nueve hijos que hay. “¿Por qué no?”. “Pos no teníamos, nomás pa los dos, nomás nosotros dos venimos”. Cuando se murió la mamá, cuando se murió el papá pasó lo mismo.

LM: Claro.

RA: ¿Entonces qué quiere decir?

LM: Pos que está dura la situación. Así es, pues muchas gracias a nombre de la Universidad de Texas, del Instituto de Historia Oral.

RA: No, gracias a ustedes que de todas maneras pos, hay que…

LM: Con esto vamos a dar por terminada la entrevista.





Fin de la entrevista

Creator

Martínez, Laureano
Ávila Hernández, Ramón

Date

2003-06-02

Subject

Bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Ramón Ávila Hernández

creator (Spanish)

Martínez, Laureano

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini Disc

Duration

54:54

Bit Rate/Frequency

24 bit
96 k

Transcription

Nombre del entrevistado: Ramón Ávila Hernández
Fecha de la entrevista: 2 de junio de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano Martínez


Esta es una entrevista con el señor Ramón Ávila Hernández, en la ciudad de Durango, Durango, el día 2 de junio de 2003, conducida por Laureano Martínez, para el Proyecto Bracero del Instituto de Historia Oral, de la Universidad de Texas en El Paso.


LM: Buenas tardes don Ramón, ¿cómo está?

RA: Bien, bendito sea Dios.

LM: Me gustaría comenzar esta entrevista preguntándole, ¿dónde y cuándo nació?

RA: Pos nací en Durango, Durango.

LM: ¿Cuándo?

RA: El 20 de octubre de 1939.

LM: ¿Cuántos años tiene?

RA: Voy en sesenta y cuatro, treinta y nueve cumplidos, ya ando en los sesenta y cuatro.

LM: ¿Cómo se llama su papá?

RA: Ramón Ávila Lizardo.

LM: Y, ¿su mamá?

RA: Francisca Hernández Reyes.

LM: ¿De dónde son originarios ellos?

RA: Pos de aquí de Durango, ¿no?

2do: De Zacatecas.

RA: ¿Mande?

2do: De Zacatecas.

RA: De Zacatecas es mi papá.

LM: De Zacatecas, ajá. Y, ¿su mamá?

2do: De aquí de Durango.

LM: ¿A qué se dedicaba su papá o a qué se dedica su papá?

RA: Bueno, cuando yo tuve uso de razón mi papá trabajaba en el Cerro Mercado.

LM: En el Cerro Mercado. Es una mina, ¿verdad?

RA: Sí.

LM: ¿Qué hacía su papá ahí?

RA: Pos era barretero, ¿verdad?

LM: Barretero. Y, ¿su mamá?

RA: Pos ama de casa.

LM: Al hogar.

RA: Exactamente.

LM: ¿Cuántos fueron ustedes de familia?

RA: Catorce.

LM: Catorce, ¿cuántos hombres y cuántas mujeres?

RA: Somos…

2do: Cuatro hombres.

RA: Cuatro hombres y diez mujeres.

LM: De esos, ¿tú eres el mayor?

RA: El mayor de todos.

LM: ¿Fue usted a la escuela, don Ramón?

RA: Sí.

LM: ¿Hasta qué año?

RA: Hasta el cuarto año.

LM: Hasta el cuarto año. ¿Por qué?

RA: Porque ya no había más en el rancho onde estábamos nosotros ahí, hasta ahí había nada más.

LM: ¿Dónde vivían?, ¿en qué rancho?

RA: En Benjamín Aranda, Municipio de Canatlán.

LM: O sea que nació usted aquí en Durango y se fue.

RA: Sí, de la edad de once años nos fuimos para el rancho.

LM: ¿Le ayudabas a tu papá?

RA: Pos ahí, todos siempre. Con él nos la llevamos trabajando en la labor, viendo los animalitos que tenía y eso era todo.

LM: ¿Está bien que te hable de tú? Porque como los conozco.

RA: Sí, no, está correcto. Así es la cosa.

LM: ¿A qué le ayudabas?

RA: Pos en lo que se podía, a llevar las vacas, a ordeñar, con el tronco en la labor.

LM: ¿Cómo era el trabajo del tronco, cómo nos explicarías? Para la gente que no sabe, ¿verdad?

RA: Sí, pos arrimaba uno sus animales, los agarraba, los enguarnecía pegado del arado y se iba a la labor a dar vueltas con el arado.

LM: ¿Qué sembraban?

RA: Maíz y frijol.

LM: ¿Tenían vaquitas?

RA: Sí. Había más o menos como unas veintidós en ese entonces, ¿verdad?

LM: ¿Cómo era la vida en esos años?

RA: Pos dura, porque luego llovía y luego no llovía y andaba uno batallando.

LM: Claro, sembraban de temporal.

RA: Sí, puro temporal, así es.

LM: ¿Te acuerdas cuál fue tu primer trabajo de paga donde hayas ganado algo de dinero?

RA: Pos cuando se empezó aquí la Ciuda[d] Industrial aquí en el Palacio Federal, ahí empecé yo a trabajar.

LM: Aquí en Durango.

RA: Ajá.

LM: ¿Cuántos años tenías?

RA: Pos ya hace varios, ¿cuántos hace? No pos no recuerdo bien, pero ya le digo, cuando se empezó.

2do: En el [19]66 caímos aquí, el [19]66, como el [19]67, [19]68 por ahí.
RA: Ahí fue donde empecé yo a trabajar.

LM: ¿Ahí fue?

RA: Sí.

LM: Y, ¿cuánto le pagaban?

RA: Pos, más o menos ganábamos entonces un sueldo de $70, $80 pesos por semana.

LM: ¿Rendía el dinero?

RA: Pos no.

LM: ¿O no alcanzaba?

RA: No.

LM: ¿Era dura, verdad?

RA: Era dura la cosa sí, ya le digo y siempre trabajé yo. Pos ahí, cuando trabajamos ahí, trabajé de noche.

LM: ¿Qué hacía?

RA: Yo, pos construyendo el Palacio, subiendo material para arriba, cemento.

LM: ¿En la obra?

RA: Sí, en la obra.
LM: ¿En qué año se entera, te enteras de que hay oportunidad de irse de bracero a Estados Unidos?, o, ¿cómo fue que supiste de los braceros?

RA: No, porque pos, había cada año. Y yo entonces, en ese entonces que fui yo, fue en el 1960, la primera vez que entré.

LM: ¿En el [19]60?

RA: Sí.

LM: La gente comentaba. ¿Tu papá había sido bracero?

RA: Sí ya, ya había ido muchas veces él. Entonces ese año nos fuimos los dos juntos.

LM: ¿Te fuiste con tu papá?

RA: Sí.

LM: Y, ¿cómo fue que se enlistaron?, ¿dónde se enlistaron?

RA: De aquí fuimos a Vicente Guerrero.

LM: A Vicente Guerrero.

RA: Y de ahí salimos a Empalme, Sonora.

LM: ¿Qué pedían en aquellos años para enlistarse?

RA: No pos nada más la cartilla.

LM: La cartilla nada más.
RA: Sí.

LM: ¿Cuántos años tenía?

RA: Pues fue en el [19]60, veintiún años.

LM: Veintiún años, estabas jovencito.

RA: Sí.

LM: Y, ¿qué pensabas tú de Estados Unidos?

RA: No, pues iba a conocer la primera vez, yo iba a conocer, a ver cómo estaba y pos sí, a ver qué había.

LM: ¿Qué platicaba tu papá de que…?

RA: No, pos no, pues luego que: “Me fue bien, y luego me fue mal”. Una vez llegó nomás con puros costales.

2do: ¡Buenas tardes!

LM: Vamos a hacer una pequeña pausa.

(entrevista interrumpida)

LM: Continuamos con la entrevista con el señor Ramón Ávila, y me decía de lo que se imaginaba, qué pensaba que…

RA: No, pos nomás que íbamos a traer dinero, pos sí. Vamos a trabajar y pues yo sabía que íbamos a trabajar y a traer centavos. Por cierto, más o menos no nos fue mal ese año, más o menos sí nos fue…

LM: ¿Qué fue lo que lo animó a usted a irse a Estados Unidos a trabajar?

RA: No, pos que se echó una droga mi papá de un rancho y pos vamos a pagar.

LM: Claro.

RA: Pa pagar y como así se hizo.

LM: Claro. ¿De ahí de Vicente Guerrero se fueron a Empalme?

RA: Sí.

LM: Y, ¿en qué se fueron a Empalme?

RA: En autobús a Mazatlán.

LM: En autobús a Mazatlán y de Mazatlán a…

RA: A Empalme, en el tren.

LM: En el tren. ¿Cómo fue ese viaje?

RA: Pos más o menos.

LM: ¿Estaba cansado el viaje?

RA: Sí, claro porque pos iba uno como en jaulas del tren.

LM: Pos lo mandaron en jaulas.

RA: Sí.

LM: Muy bien. Cuando llegaron a Empalme, ¿a dónde fueron?

RA: A donde se quedaba la gente, había gente que tenía corrales grandes y hacía cuartitos de cartón y ahí pagaba uno y le daban un tapete pa quedarse, un cartón y ahí se quedaba uno.

LM: ¿Te acuerdas cuánto les cobraban?

RA: Pos parece que $1 peso diario.

LM: Un peso diario. ¿Cuántos días estuvieron ahí en Empalme?

RA: Pos se me figura que duramos como unos ocho días.

LM: Y, ¿qué comían en esos días?

RA: Pos allá le nombraban a la sopa de arroz y frijoles de la olla y un chile arrimado ahí, gallina. Y, cuando llegamos nosotros, le dije a mi papá: “Pos vamos”. “¿Pos qué vas a querer?”. “Pos gallina”. Pos oiga me sirvieron primero el arroz y los frijoles y yo seguía esperando la gallina y nunca llegó la gallina. “Pos oiga y, ¿la gallina?”. “Esa es la gallina”, me dijo. Sí, pos es que se iba uno a limitar, no iba uno a gastar, porque pos no sabía cuántos días podría durar uno ahí, ¿verdad?

LM: ¿Había mucha gente ahí?

RA: Sí, de a bola, mucha.

LM: ¿Como cuánta gente?

RA: No, pos más de diez mil gentes, sí se ponían ahí en las cosas esas.

LM: ¿Ahí llegaba gente de todos lados?

RA: De todas partes, sí, exactamente.

LM: ¿Cuántos se fueron con usted?, ¿nomás ustedes dos o iba más gente?

RA: No, iba mucha gente, iban de aquí del lado de Canatlán, de un rancho que se llama Medina, iban unos compañeros. Eran mi compadre Pedro, Javier y José, eran tres, había otro de aquí de Durango, Rafael Grajeola y otro que se llamaba Rosendo y otro de aquí que vivió en El Veinte pero vivía en Durango, se llama Nacho Salazar y unos de la fábrica de La Constancia y de aquí que nos haigamos ido.

LM: Y, ¿llegando allá se siguieron viendo, o ya se separaron?

RA: No, nos seguimos viendo y nos tocó juntos trabajar juntos todos.

LM: Está bien, ¿cómo era ese centro de contratación allá en Empalme? ¿Te acuerdas? Que me lo puedas describir.

RA: Pues era un corral grande de tela y un tejabán grandote nada más. De ahí pasaba uno a que lo examinaran, lo polveaban pa los piojos y las…

LM: ¿Había oficinas adentro?, ¿había cuartos?

RA: No, era un simple tejabán y ahí acomodaban para entrar la gente. Ahí le hablaban por micrófono y ahí corría uno. “El estado de la gente del estado de Durango”, y ya, se arrimaba toda la gente cuando ya le tocaba a uno.

LM: ¿A qué horas iban ustedes ahí a esperar el llamado?

RA: En la mañana, temprano.

LM: Como a eso de las qué, de las…

RA: Pos más o menos de las ocho en adelante.

LM: De las ocho, ¿hasta qué horas?

RA: Pos, a veces hasta las diez que decían: “No hay contratación”. Y cuando ya le llamaban a uno, pos ya.

LM: Sí.

RA: Y ahí le decían a uno: “No va a haber”. Y pos no había y no se arrimaba uno, ahí se andaba uno a veces. Y como en el último año que fui, que duramos vario tiempo ahí, pos nos íbamos a, llegaban trocas y se iba uno a piscar tomate.

LM: ¿Ahí mismo en los…?

RA: Sí, en los ranchitos.

LM: ¿Para…?

RA: Pos pa ayudarse uno.

LM: Claro.

RA: Pos no va a haber contrataciones, ya llegaban las trocas de los ranchos, ¿verdad?, y se iba uno a piscar tomate, le pagaban a uno $16 pesos.

LM: Dieciséis pesos. Pero bueno, pos sacaban el día, ¿no?

RA: Efectivamente, sí. Sí, porque pos andar todo el día ahí pa arriba y pa abajo, pos no, no era negocio. Ya salía esa cosa: “No va a haber en tantos días”. Pos tantos días, según. “Hasta tal día va a haber, se arriman”. Pos ya, ese día no iba uno y se arrimaba.

LM: ¿Cuántas veces se contrató?

RA: Dos, nada más. El [19]60 que fuimos yo y mi papá y el [19]63.

LM: Y, ¿las dos veces por Empalme?

RA: Sí, la primera vez fuimos a Stockton, California, al valle de San Joaquín.

LM: Platícame un poquito de los exámenes médicos que les hacían ahí.

RA: No, pos en primer lugar, lo revisan a uno de todo a todo. Todo de todo y luego ya lo polvean a uno.

LM: ¿Los desnudaban?

RA: Sí. Efectivamente, pa no tener almorranas, de aquí de sus cosas también, le picaban a uno y todo pa…

LM: Las partes nobles.

RA: Sí. Y eso es todo. Revisar si está malo uno de la sangre y todo, las manos si a ver si tenía callos o no.

LM: ¿Le revisaban las manos?

RA: Sí, a ver si era un hombre trabajador.

LM: ¿Les hacían preguntas de si conocían el trabajo del campo?

RA: No, nada, nada, nada.

LM: Y esas personas que revisaban, ¿eran mexicanos?

RA: No, americano.

LM: ¿Eran americanos? ¿Cómo los trataban?

RA: Pos bueno, tratándose de aquí de empezar a, pos yo digo que bien, porque mal a mí no me trataron mal. Nunca me trataron mal y en el trabajo menos. Tampoco en las partes, en las… Cuando anduvimos juntos nunca nos trataron mal, es más, caímos con un mayordomo que ya conocía mi apá por mucho muy allá, nomás llegó: “Y que lo conoce, un filipino”. “¡Uh, Ramón!”. Y pos caímos parados ahí. Luego se iba: “Me voy al rancho”. Lo dejaba encargado él con la gente y luego: “Me voy al rancho, me voy a llevar tu…, ¿le das permiso de irse conmigo?”. Pos yo me iba con él. “Sí, vamos”.

LM: ¿Dónde firmaste el contrato?, ¿ahí en Empalme?

RA: Pos ahí firmaba unos papeles. Y allá ya no firmaba uno nada, desde aquí ya iba uno contratado desde Empalme. Ya llegaba uno a Caléxico aquí por Mexicali, pos ya nomás pasaba también a revisión y ya salía de revisión y…

LM: ¿Qué era esa revisión?

RA: Pos igual, el examinado de todo a todo, sí. Ya le sacaban más sangre a uno y si estaba enfermo ahí le ponían una inyección a la gente y seguía.

LM: ¿Se acuerda que lo hayan inyectado ahí?

RA: A mí no, ninguna de las dos veces. Y ya salía uno al comedor y ya comía uno y le daban a uno pa en el camino, que en el autobús que iba le daban pal camino.

LM: ¿Qué les daban de comer?, ¿qué les dieron?

RA: Pos panes con jamón, así todo eso y jugos, fruta.

LM: ¿Se llenaban con eso?

RA: Sí, así es.

LM: Y luego de ahí dices que los mandaron a Stockton, ¿verdad?

RA: Sí, caminamos todo ese día, más o menos, como de las tres de la tarde hasta otro día a las ocho de la mañana a llegar allá, a donde nos repartieron.

LM: ¿Cuántas gentes mandaron a Stockton?, ¿cuánta gente?

RA: Pos de nosotros éramos varios.

LM: De los que iban de aquí.

RA: Sí.

LM: Les tocó, ¿verdad?

RA: Sí, más o menos éramos como unos treinta. Había de Guanajuato, de Nayarit, de distintas partes, de Sinaloa.

LM: Y cuando llegaron a Stockton, ¿a dónde llegaron?

RA: No, no, nos llevaron directamente a donde íbamos, al campo que íbamos a trabajar. Y ya de ahí ya estando ahí en el campo, llegó una troca de la tienda de ahí, ahí ya. “Pos lo que se les ofrezca ahí, de ropa o todo”. Tanto que también el señor de la tienda conocía a mi papá. Luego luego me regaló unas camisetas y unas… “Ahí te van chavo”. “Muy bien”.

LM: O sea, estimaban a tu papá y ya…

RA: Sí y ya le digo. Y así, pues yo estuve bien. Ahí nos abordaba una señora que era de Jalisco, [es]taba casada con un señor también que se llamaba Ramón, el señor.

LM: ¿Ellos eran los que cocinaban?

RA: Sí y allí nos daban de comer. También yo la llevé muy bien con esa señora y…

LM: Y, ¿qué tal cocinaba la señora?

RA: Pos bien.

LM: ¿Sí?

RA: Sí.

LM: Era, ¿les daba bien de comer?

RA: Sí, pa qué voy a decir que… Las dos veces que yo fui, a mí me trataron bien y sí le daban a uno bien de comer, lo que acá en la… En el [19]63 que fui, pos éramos más de cinco mil almas en el campo y era un comedor muy grandote y ahí lo que uno quería le daban. “Yo quiero esto”. “Pos no”. “Nomás deme de esto, nomás de esto”.

LM: ¿Qué les daba de comer la señora?, ¿qué les preparaba?

RA: Pos mire, nos daba carne, blanquillos, café con leche en la mañana. Al medio día vendía refrescos ella y comía uno, hacía agua fresca y eso nos daba.

LM: ¿Les cobraban por la comida?

RA: Dos pesos de borde pagaba uno.

LM: ¿Al día?

RA: Sí, por las tres comidas.

LM: ¿Qué trabajo llegaron a hacer ahí en Stockton?

RA: Nosotros fuimos a la pisca de espárrago, en el [19]60.

LM: Pisca de espárrago, ¿cómo es ese trabajo del espárrago?

RA: Es una plantita que la corta uno así, verde.

LM: Como de unos…

RA: Todos los días.

LM: Treinta y cinco centímetros.

RA: Sí, más o menos. Es una cuchilla que la va cortando al ras de la tierra. Porque si no la corta bien, pa otro día esa misma planta se echa a perder y todos los días hay que cortar eso mismo todos los días, porque todos los días crece. Si no se corta bien, se echa a perder.

LM: ¿Como cuántos cortes le dan?

RA: Pos todos los días. Nosotros duramos lo que fue todo abril, mayo y junio, tres meses, era todos los días.

LM: ¿Fue de tres meses el contrato?

RA: Sí.

LM: ¿A qué horas empezaban a trabajar?

RA: En la mañana temprano. Más o menos como a las siete, siete y media.

LM: Y, ¿hasta qué hora trabajaban?

RA: Depende de lo que uno se bullera(??), luego a veces acabábamos a la una, luego a las dos, luego a las tres. Luego a veces que rendía mucho y se tardaba uno más, luego a veces era menos y eran menos.

LM: Y, ¿cómo les pagaban?

RA: Pos por lo que salía.

LM: Por lo que hacían.

RA: Exactamente.

LM: ¿Llenaban cajas o lo pesaban?

RA: No, se llenaban puras cajas de tractor. Y así se iba según y así nos pagaba. Y nosotros veíamos cuando salía mucho y nos salía más dinero. Cuando salía menos, salía también menos dinero.

LM: ¿Te acuerdas a cómo les pagaban la caja?

RA: No, eso sí no.

LM: Y, ¿a qué horas comían?

RA: Pos siempre más o menos, es por ahí como a las dos de la tarde.

LM: Como a las dos de la tarde y, ¿la cena?

RA: A las seis más o menos.

LM: ¿Tenían mayordomo ahí?

RA: Sí, el filipino ese que se llamaba Benito.

LM: Benito, ¿hablaba español?

RA: Sí.

LM: Y, ¿cómo se portaba él?

RA: Pos bien.

LM: Era de buen carácter el hombre.

RA: Sí.

LM: ¿Conociste a algún patrón por ahí?

RA: No, yo no.

LM: Los tres meses, ¿los trabajaron en el espárrago?

RA: Sí, los tres.

LM: Y, ¿dónde dormían?

RA: Nos tenían unas barracas con camas.

LM: Unas barracas, ¿cómo eran esas barracas?

RA: Eran casas de madera. Había como pa unos, dividida por departamentos, en esa nos quedábamos mi papá y yo, y otro señor de aquí mismo y después cayó un puertorriqueño ahí con nosotros y también nos hizo compañía, ahí. Entonces buscaba uno, avenir con la gente pa no discutir ni nada de que más, así.

LM: ¿Había un puertorriqueño por ahí?

RA: ¿Mande?

LM: ¿Había un puertorriqueño?

RA: Sí.

LM: ¿Había más gente por ahí que no fuera mexicana?

RA: Había otra cuadrilla de… Con nosotros nada más ése. Pero ahí mismo, en el mismo rancho sí había una cuadrilla de filipinos también, que ellos traiban [traían] también, pero era independiente. Ellos, era del mismo patrón. Pero, ellos tenían su parte y nosotros la de nosotros. Y ellos también dormían aparte y ellos comían aparte de nosotros.

LM: ¿No los juntaban para comer?

RA: No, no. Yo les robaba el café (risas) y los pasteles. Esos tenían un bate(??) de café caliente en cada cabecera y pasteles, yo y procuraba salir adelante pa írselos a robar.

LM: ¿No tuviste amistad con ellos?

RA: No, pos nomás así: “Buenos días y buenos días”. Y eso era todo.

LM: ¿Qué más cosechaban ahí en ese rancho?

RA: No, nada más eso, nada más, eso nada más.

LM: Muy bien, ¿cómo era el ambiente con los compañeros, con los demás braceros?
RA: Pos era bien, porque todos nos llevábamos bien, todos bien, en el trabajo bien. Ya cuando llegaba uno del trabajo cada quien se recogía a su cuartito y ahí se estaba, oyendo música, o viendo la tele y nomás.

LM: Ya había una que otra tele en aquellos años.

RA: No, sí. Cuando íbamos al pueblo allá, nos llevaban al pueblo y íbamos y veníamos.

LM: ¿Cada cuándo les pagaban?

RA: Cada ocho días.

LM: Cada ocho días, ¿el sábado?

RA: No, me parece que los viernes, no, no, sí, los sábados.

LM: Los sábados, ¿les pagaban con cheque o en efectivo?

RA: Con cheque, fíjese.

LM: Con cheques. Y, ¿dónde cambiaban el cheque?

RA: En la tienda, o lo mandaba uno. Pos más bien en la tienda del cuate ese, porque yo creo que era sobrino del dueño de ahí, eran italianos ellos.

LM: Eran italianos, ¿la compañía era de unos italianos?

RA: Ajá.

LM: Ahí cambiaban el cheque y mandaban dinero a la casa.

RA: Sí, así es.

LM: ¿Le mandabas tú a tu mamá?

RA: No, pos yo de ahí, vámonos pa pagar la cosa, eso es todo.

LM: ¿Era caro mandar el cheque, mandar el dinero?

RA: No.

LM: ¿Cómo le hacían para mandar el dinero?

RA: No, pos yo, en ese particular yo le digo, pos yo se lo entregaba a mi papá. Y él se encargaba de ese negocio.

LM: ¿Qué hacían los fines de semana?

RA: ¿Mande?

LM: ¿Qué hacían los fines de semana?

RA: Pos ahí nos [es]tábamos.

LM: ¿No iban al pueblo?

RA: No, nada más cuando nos llevaban. “¿Que si quieren ir?”. “Sí vamos”. Pero no, es que había que pasar un canal muy grande, en una plataforma grandota que pasaba muchos carros cargados. Y pa ir uno, pos no. Y taba lejos siempre de ahí. Y nada más cuando lo llevaban a uno a la tienda, iba uno.

LM: ¿Estuviste a gusto esos tres meses?

RA: Yo sí estuve a gusto.

LM: ¿Sí te gustó el lugar?

RA: Sí, así es.

LM: Qué bueno, muy bien. ¿Jugaban ustedes a algo?, ¿se divertían de alguna manera?

RA: No.

LM: Ya que estaban…

RA: No, pos luego así yo y un amigo, o otro por ahí nos íbamos a alrededor de ahí a juntar moras, o a andar por ahí. Pasaba el canal ese, se iba uno a pescar, ahí con el filipino ese pa darle los pescados, juntar almejas y se las daba uno a él.

LM: Estaban cerquita al mar.

RA: Ya le digo. Luego me paseaba en lancha ahí, porque al otro lado había un americano que tenía unos niños y se encariñaron mucho conmigo y ellos me dijeron: “No te andes pasando nadando, es peligroso”. Porque yo lo pasaba y ya después cuando me pasaba, ellos me pasaban de allá pa acá en la lancha.

LM: Y, ¿cómo era el trato de los americanos?

RA: Pos pa mí, aquellos que estaban en aquel rancho fueron muy buenos, porque las chamaquitas se encariñaron conmigo y…

LM: ¿Ibas seguido con ellos?

RA: Pos cuando estaban las niñas que se paraban ahí pa que no se arrimaran a la orilla sí, me iba pa allá.

LM: ¿Aprendiste algo de inglés?

RA: No, nada, nada, nada.

LM: Y, ¿los señores hablaban español?

RA: Sí.

LM: Mira qué bien.

RA: Luego me paseaban en la lancha por todo el canal.

LM: ¿Qué pensabas tú de Estados Unidos ya que estabas allá trabajando?

RA: No, pos seguir trabajando nada más y si seguían tratando a uno bien, durar y si no pos regresarse pos, ¿qué está haciendo uno allá?

LM: ¿Escribían a la casa?, ¿se comunicaban con la familia?

RA: Sí, sí.

LM: Y, ¿qué les escribías?

RA: No, pos que cómo estaban aquí, por aquí, que cómo estaba la cosa, pero pos en ese entonces…Todavía eran puras secas, picaba uno nopal, como van las cosas de las vacas, sacar agua, darles pastura. Porque en ese entonces se quedó una hermana mía casi al pie del negocio, Dios la haiga perdonado, ya murió.

LM: ¿Eran muy unidos ustedes en la familia?

RA: Siempre hemos sido.

LM: Qué bueno.

RA: Siempre hemos sido. Qué nos puede pasar a uno o a otro que no andemos ahí, en friega, por todo.

LM: El pueblo ahí más cercano que había, ¿te acuerdas cómo se llamaba?

RA: ¿Dónde, oiga?

LM: Ahí cerca de donde estaban trabajando.

RA: No, pos había muchos pero no, pa qué voy a decir: “Este se llamaba así y este”. No.

LM: Dices que…

RA: Había muchas…

LM: Muy de vez en cuando iban, ¿verdad?

RA: Sí, así ya le digo. Había muchas granjitas, muchos ranchitos, pos son como islitas.

LM: Eran como islas, estaban rodeados por agua.

RA: Sí.

LM: ¿Qué es lo que más te gustaba de lo que veías, de lo que conocías?

RA: Pos todo, porque pa mí era raro, muchas cosas que pues uno no conoce, ¿verdad?, así es. El tren que pasaba que parecía, lo veía uno y de rato ya no veía nada de repente.

LM: Claro, muy bien, ¿alguna vez te tocó estar por allá en 16 de Septiembre o en Navidad?

RA: No, no, nosotros fuimos en marzo y nos venimos en junio.

LM: Marzo y en junio.

RA: Así es que no nos tocó nada de negocios de esos.

LM: ¿Qué les dijeron cuando se iba a terminar su contrato?, o, ¿cómo les avisaban?

RA: No, ahí, ya el negocio se terminó, ya se cumplió la cosa y van pa México.

LM: Los regresaban ellos a…

RA: Sí.

LM: ¿A dónde los regresaban?

RA: Hasta, le daban a uno el pasaje hasta aquí hasta Mexicali.

LM: ¿Cruzaron por Mexicali?

RA: Sí.

LM: Y de ahí de Mexicali, ¿en qué se fueron, en qué se vinieron a Durango?

RA: Pos todavía de ahí, todavía agarraba uno el tren. Y ya de aquí de Mazatlán pa acá en el autobús.

LM: ¿Qué traían?, ¿qué traías tú de allá?

RA: Pos lo que podía traer uno, ropa, pantalones, camisas y eso.

LM: Claro. ¿Cómo los recibieron aquí cuando llegaron?

RA: Pos bien.

LM: Muy contentos.

RA: Sí, exactamente.

LM: Qué bueno y, ¿cuándo te volviste a contratar?

RA: Fue en septiembre del [19]63.

LM: En el [19]63, por Empalme también, ¿no?

RA: Sí, también.

LM: Y, esa vez, ¿a dónde lo mandaron?

RA: Me tocó en Oxnard, California.

LM: ¿Cada vez que se contrataban había que hacer los exámenes médicos?

RA: Sí, cada vez que pasaba uno.
LM: Lo revisaban.

RA: Y entonces pos ya nomás firmaba uno el contrato, ya demás papeles ya no le daban porque le dieron a uno la primera vez una mica, que le daban el número.

LM: ¿Cuándo les daban esa mica?

RA: Cuando salía uno de allá pa acá y ya con esa misma mica pos ya pasaba uno, ya no había necesidad de hacer papeles. Nomás de firmar el contrato la vez que iba uno.

LM: Ya nada más el contrato. Ese segundo contrato también, ¿por cuánto tiempo fue?

RA: Pos yo estuve, vamos a suponer, septiembre, octubre y noviembre.

LM: Septiembre, octubre y noviembre. Y, ¿en qué trabajaste ahí?

RA: En varias partes, en varias cosas, porque era un campo muy grande y lo sacaban a uno luego al chile, luego a tomate y así.

LM: Al chile.

RA: Que entonces esa vez no sirvió esa cosa.

LM: ¿No sirvió la contratación?

RA: No.

LM: ¿Por qué?

RA: Porque le pagaban a uno por horas. Luego a veces trabajaba uno tres horas, cuatro horas, dos horas y pos a veces nomás sacaba uno pa el borde. Muchos compañeros de los que fuimos juntos se vinieron luego luego. Y yo a ver si se remediaba y a ver si se remediaba, yo cumplí el contrato. Con el fin de que a ver si le renovaban a uno y le tocaba otra parte buena para… Y ya no hubo pa mí y me vine.

LM: ¿Había muy poco trabajo?

RA: Pos en el campo con que caímos con el compañero ése, pos taba mala la cosa.

LM: ¿Cómo era el trabajo del chile, Ramón?

RA: Piscar chile. Igual que aquí.

LM: ¿De qué chile piscaban?

RA: Chile ancho.

LM: ¿Nada más?

RA: Sí.

LM: Y ahí, ¿a cómo lo pagaban, no te acuerdas?

RA: No, pos nos pagaban por horas.

LM: Por horas, ¿a qué les pagaban la hora?

RA: Pos parece que a $2 pesos.

LM: Pero dices que no trabajaban a veces.

RA: No. Llevábamos, trabajábamos una hora, dos horas y vámonos ya no hay, Pos ya.

LM: Y de ahí los pasaban al tomate.

RA: Pos una vez en el chile, una vez en el tomate y así andábamos.

LM: ¿Se quejaron los compañeros?, ¿se quejaron ustedes de que no les salía?

RA: Pos sí, pos que no salía y pos no. Yo le empecé a coyotear. Me quedaba al, pa no ir a donde íbamos yo ahí me agarraba en otros autobuses onde costeaba tantito y de todas maneras sí me pagaban.

LM: O sea que te ibas a otras granjas a…

RA: Sí, pues de ahí mismo del campo me subía a otro autobús y: “Pos tú eres”. “No, pos ya me dejó [el camión], yo no me quería quedar sin trabajo”. “Ándale pues”. Ya nomás me daban un papel.

LM: Pero, ¿de la misma empresa? La misma compañía.

RA: Sí.

LM: Muy bien, ¿qué les dijo ahí el patrón?, o, ¿con quién hablaron cuando se quejaron?

RA: Pos ahí nos hablaron ellos claramente, que ahí juéramos [fuéramos] a exponer nuestras quejas, ahí y ahí. “Y, ¿qué quieren que haga?, pos si está mala la cosa”.

LM: Claro, y, ¿qué les dijo?, el que se quiera quedar…

RA: Sí y pos muchos… Pero esto se puede componer, a fin del contrato se puede contratar pa otra parte y allá les puede ir bien y por eso muchos se quedaron con ese fin, que a ver si en la segunda. Y eso es si había y si no había pos nomás no, de todas maneras pos tenía que cumplir uno el contrato.

LM: Claro.

RA: De hambre no se iba a morir, ahí tenía que… (risas)

LM: No, ahí tenían que darles algo de trabajo.

RA: Así es, pos cuando menos pa comer sí le daban a uno.

LM: Y, ¿ahí dónde se quedaban?

RA: También nos tenían departamentos.

LM: También tenían departamentos.

RA: Barracas grandotas con tejabanes y camas así.

LM: ¿Cómo estaban amuebladas esas?

RA: No, no, no, nada más las camas así como en el seguro, en el hospital.

LM: ¿Tenían baños?

RA: Sí.

LM: ¿Con regadera?

RA: Sí todo, muy limpio, esa última vez yo… Que estaba muy limpio ahí todo.

LM: ¿La comida también era de buena calidad?

RA: Sí, sí. Un día le daban de una clase y otro día de otra y otro día de otra. Todo siempre estaba cambiado toda la cosa, había puros cocineros.

LM: ¿Ahí había algún pueblo cerca también?

RA: Sí, de a tiro, ahí se iba uno a pie.

LM: ¿Podían ir y venir cuando quisieran?

RA: Sí, sí, pos ya nomás caiba [caía] uno ahí pos se iba uno a desalocarla por ahí. (risas) Andar, nomás.

LM: Claro. ¿Ibas seguido al pueblo?

RA: Pos casi todos lo días, pos…

LM: No había trabajo.

RA: Pos no.

LM: ¿Cómo se portaba la gente del pueblo ahí con ustedes?

RA: Bueno, cuando estuvimos los amigos que nos fuimos juntos de ahí de La Tinaja, pos más o menos bien. Después me hice amigos de unos muchachos de San Luis Potosí, que tanto que me dijeron: “Vente pa acá con nosotros, estamos nomás los cuatro y tú, queda una cama”. “Sí, sí me voy”. Y la hacía mejor con ellos que con los compañeros de acá. Y con ellos, luego me invitaban al pueblo: “Vente, vamos”. “No, pos yo no tengo dinero”. “Vente vamos”. “No”. Se iban ellos y ya me traían mi nieve y no faltaba que me trajeran, cuando iban.

LM: Muy bien, y ahí, ¿en qué se divertían también los fines de semana?

RA: No, pos iba uno al pueblo.

LM: ¿Era toda la diversión?

RA: Sí.

LM: ¿Cuándo lavaban la ropa?

RA: Yo nunca lavé.

LM: ¿No?

RA: No, la traje mugrosa, compraba nuevo.

LM: Comprabas nuevo.

RA: Sí.

LM: Entonces no te iba tan mal. (risas) Muy bien, ¿cuánto fue ahí?, ¿otros tres meses?

RA: Sí, también.

LM: Y, ¿te regresaste?

RA: Sí, pos se acabó la cosa. Y ya ahí le están llamando a uno.

LM: En tren también te regresaste hasta Durango o, ¿en qué te regresaste?

RA: No, en autobús también.

LM: En autobús.

RA: Sí, en autobús a Mexicali, de Mexicali hasta Mazatlán en tren y de ahí en autobús para acá.

LM: ¿A todos los braceros les pagaban igual?

RA: Bueno, donde nosotros estábamos con el patrón que estábamos era lo mismo. Y cuando en el tomate, cuando le pagaban a uno por lo que hiciera pos el que fuera más liviano ganaba más si piscaba más tomate, el que piscaba menos pos ganaba menos, ¿eh?

LM: Ahí en el tomate, ¿lo piscaban y lo ponían en cajas?

RA: En cajas efectivamente y de ahí pasaba la cosa recogiendo.

LM: Y, ¿cargaban en un camión?

RA: Los sacaba uno a las cabeceras. Y ya estaba el mayordomo ahí recibiendo las cajas que uno piscaba.

LM: ¿Cuál trabajo fue el que te gustó más de los que hiciste?

RA: Pos en las dos, pues en los que a mí me tocó, pos lo sabía hacer y todo me gustaba.

LM: Ajá, todo.

RA: Dos veces pisqué tomate a contrato pero no con el patrón que [es]taba, sino onde yo me colaba a veces que me iba. Sí llegué a piscar doscientas veinte cajas de tomate.

LM: Doscientas veinte, ¿en cuánto tiempo?

RA: Pos en el plazo de que estaba uno a las ocho hasta la tarde que se venía uno. Cuando había y cuando no había pos no piscaba uno, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta a lo más.

LM: Claro, muy bien.

RA: Y ahí que me, había unos pelones onde vivíamos que me decían: “Pos no puede ser”. “Pos bueno, ahí está y limpiecito”.

LM: Así es, ¿se pisca verde o se pisca maduro el tomate?

RA: Rayado. Pa que madure en el… Bueno, cuando lo mandan a la parte que va ya llega maduro y cuando se pisca rojo, pos ya es pa salsas.

LM: ¿Ahí había mayordomo?

RA: También.

LM: Y, ¿era mexicano o era americano?

RA: Americanos.

LM: Pero hablaban español.

RA: Sí.

LM: Y, ¿cómo se portaban ahí?

RA: Pos, bien también.

LM: Bien.

RA: Bien.

LM: Siempre te tocó…

RA: Bueno, ahí onde andábamos sí. Y ahí muchos decían que eran unos muy malos, pero el que es malo, no es malo con todos.

LM: Así que, así tú no puedes decir…

RA: No nada, exactamente, no. “¿Cómo ves?”. “Pos oiga a mí nunca me ha dicho ni media palabra, ni esto ni lo otro. Yo nomás también de esto y esto y cómo va a ser, nada más una pura vez quiero que me diga y eso es todo”. “No pos sí”. Y ya nunca…

LM: Claro.

RA: Sí.

LM: Pos si no dabas motivo no había…

RA: Luego había órdenes. “Va a haber nuevas órdenes”. “A ver dígame, pa que no vuelva a andar detrás de mí”. Eso era todo.

LM: ¿Ahí la comida también era buena?

RA: Sí, sí, muy buena. No le digo que nos cambiaban todos los días.

LM: ¿Alguna vez te tocó enfermarte por allá?

RA: Bendito sea Dios, ni una.

LM: Qué bueno.

RA: Ni una, ¿para qué?

LM: A ver, alguna anécdota que te acuerdes de ahí de los compañeros, algo.

RA: No, pos no, muy aparte de todos. Y como le digo no pos, andaba uno fuera, ¿cómo iba a andar uno haciendo y deshaciendo? No, pos es que está duro.

LM: ¿Alguna ocasión llegó La Migración por ahí a…?

RA: Nunca.

LM: ¿Revisar documentos o algo?

RA: Nada.

LM: Cuando se acabó ese segundo contrato que te regresaste, ¿de qué trabajaste en México?

RA: ¿Aquí?

LM: Aquí.

RA: Llegué al rancho acabando de rozar el tasole.

LM: ¿En qué mes fue?

RA: Pos en diciembre.

LM: En diciembre.

RA: Todavía había poquito tazole parado y llegamos juntándolo.

LM: A trabajar.

RA: Sí, no tiene remedio. Y con los animales igual.

LM: ¿Ya no te volvieron a dar ganas de ir a Estados Unidos?

RA: Ya no hubo.

LM: ¿Se acabó el…?

RA: Sí, ya no hubo. Que si ha habido a la mejor sí voy o a la mejor ya no. Como me fue mal y yo no envidio ir allá ya.

LM: ¿No?, nunca. Se te quitaron las ganas.

RA: Sí, pos no.

LM: Claro.

RA: Aquí van muchos mojados. Y ahora ya menos, si cuando podía, no nunca, ahora menos. Aquí les digo yo a muchos que les tengo miedo cuando vienen y lástima cuando ya tienen días.

LM: Al principio llegan…

RA: Sí y después andan dando lástima.

LM: ¿Alguno de tus hermanos fue bracero también?

RA: Sí, nomás que no está aquí ahorita, Felipe.

LM: Muy bien.

RA: Él nomás fue un año también.

LM: ¿Era común que la gente se fuera de los ranchos?

RA: Sí.

LM: ¿Cómo le llamaron a lo de los braceros aquí en los ranchos?, ¿cómo le decían?

RA: Pos va haber braceriada. “Se fue de bracero”.

LM: La braceriada.

RA: Sí. Y cuando, pos se iba uno así: “Pos se va de mojado”.

LM: ¿Nunca pensaste en irte de mojado?

RA: Yo nunca he pensado, nunca. Y si cuando estuve nuevo no, ahora ya menos.

LM: En aquellos años, sobre todo cuando te fue muy bien en el primer contrato, ¿alguna vez pensaste en quedarte por allá? En decir: “Bueno y, ¿si me quedo a trabajar aquí, a vivir?”.

RA: No, pos teníamos aquí también tantito de donde mantenerse uno, ¿verdad? Pos hasta allá tenemos, si íbamos nomás con el fin de pagar la droga que teníamos y punto.

LM: ¿Tenían tierras aquí y ranchos y todo?

RA: Sí, así es. Y ya ve que muchas de las veces tiene uno y no tiene con cómo. “Voy a ver si Dios me ayuda pa mover aquello que tengo pa no…

LM: ¿En qué trabajaste, aparte de lo propio, cuando regresaste de allá de Estados Unidos?

RA: Yo no. Ya trabajé cuando nos venimos del rancho de allá pa acá aquí en el Palacio.

LM: En el Palacio, en la construcción, en la obra.

RA: Sí. Y luego de ahí nos pasamos a la compañía de toda la zona industrial haciendo hoyos pa postes de luz, haciendo excavaciones, trayendo postes de luz, poniendo la luz con los electricistas. Anduve de mayordomo también, con puros estudiantes, porque la gente no podía, yo les día y pude con ellos. Les daba tareas: “Y oiga, esto”. “Sí, acabando eso vaya a poco”. “Sí”. “Oiga pero mire que esto le quedó mal”. “Ahorita se lo hago”. “Ah, órale”. “Ahora sí ya está bien, váyase”. Las pirámides esas que estaban ahí enfrente, ahí anduve yo de mayordomo picando con los puros estudiantes. Porque les daban preferencia entonces a los estudiantes, que picaran las piedras.

LM: Las piedras para construir.

RA: Las anduvimos llenando en los moldes, las anduvimos sentando.

LM: Ya para finalizar la entrevista me gustaría preguntarte, ¿qué significa el término bracero para ti, la palabra bracero?

RA: Pos, en una palabra es, pos se oye mal, pero esta… Fue como si fuera uno rentado allá. Rentado a trabajar porque pos, tanteo yo que al gobierno le pagan una parte por esto y el gobierno nos renta a nosotros, o sea que nos rentaba, ¿mande?

LM: ¿Se oía eso? Comentaba la gente algo de eso.

RA: No, yo digo. Eso se me viene a mi pensamiento que eso es, porque a poco nomás de barbas ahí va la gente a…

LM: Claro.

RA: Entonces yo me digo: “Que la deuda externa”. Acá piensa uno y platica, pos se debería de pagar con la renta de braceros y si hubiera otra vez, como hay todavía, pos la renta de esos braceros pos que sirva por…

LM: Claro, a cambio de…

RA: De lo que se le debe, o, ¿no es cierto? (risas) Digo yo eso.

LM: ¿Cómo te sientes de que te identifiquen como bracero?

RA: Pos no. Pos en una palabra pos bien, porque de todas maneras va uno en busca de la vida y va contratado, no va exponiendo su vida como mojado.

LM: Claro.

RA: ¿Verdad que sí? Yendo contratado pos ellos responden por uno.

LM: Claro.

RA: Si le pasa algo, pos responden y de mojado, ¿quién va a responder?

LM: ¿Estás orgulloso de haber sido bracero?

RA: Pos bueno en una palabra, sí.

LM: Tus recuerdos de esa época, ¿son positivos?

RA: Así es.

LM: Qué bueno.

RA: Sí, porque estuve a gusto, no me trataron mal, yo no tengo que hablar mal de… Hablo mal en cuestión de renta, pero del gobierno de aquí de nosotros mismos los mexicanos, ¿verdad? De allá no puedo decir porque a mí me trataron bien. Yo no puedo decir, como aquí mismo, hay mucha gente que pos es mala con otra y con uno no. Pa usted no es mala, pero pa otra es.

LM: Claro.

RA: ¿Verdad?

LM: Así es. ¿Sientes que el haber sido bracero cambió tu vida en algo?

RA: Pos en una palabra no, pos sigue igual. Me ayudé ese año, pero pos sigue siendo igual la mía. Me sentiría en cuanto dijeran: “Ya me dieron esto”. Sí sirvió haber ido porque me dieron una…

LM: Una ayuda.

RA: Exactamente, me correspondieron.

LM: Claro.

RA: Pero de otro modo, pos no. Fui a trabajarles, me pagaron. Pero fui a trabajarles, deoquis, no me lo dieron. Aquí le he dicho al patrón, a mucha gente: “No, pero que es el patrón”. Bueno, le dije: “Y el patrón, ¿de dónde está comiendo?”. Nosotros le estamos dando porque le estamos moviendo su negocio, él nos está manteniendo y nosotros también a él. “Dado no nos da nada”, le dije.

LM: Claro.

RA: ¿Eh? ¿Verdad que sí es cierto?

LM: Sí, si es cierto.

RA: Si no nos tuviera ocupados, yo ahí estaría su dinero hecho, ¿qué ganaría? Entonces está comiendo de con nosotros y nosotros también de con él.

LM: ¿Crees que fue benéfico el Programa Bracero en aquellos años?

RA: ¿Mande?

LM: ¿Crees que fue benéfico?, ¿crees que le sirvió a la gente?

RA: A mucha gente sí, pos a la mayor parte claro que sí. Porque sí, ¿por qué se iba uno? Porque sí ayudaba y eran los años que estaban mal y sí se ayudaba uno.

LM: ¿Piensas que sería bueno que lo volvieran a implementar el Programa Bracero?

RA: En una palabra, sí, porque ya no habría tanto mojado ni se andarían exponiendo tanta gente a morirse por ahí, o a que la roben, a que la maten. Y habiendo esto, pos vámonos mejor por acá.

LM: A la segura. ¿Qué es lo que más te gustó de Estados Unidos?, de lo que viste de Estados Unidos.

RA: Pos lo poquito que vi sí me gustó, por que más otra cosa no. A mí me habría gustado ver un rancho donde había muchos animales para decir: “Esto me llamó la atención, esto y esto otro”. Pero fue puro trabajo de campo.

LM: Pura agricultura.Y, ¿algo que no te haya gustado?

RA: No nada, de todo. A mí todo me gustó, lo que yo vi por ahí.

LM: ¿Tienes familiares en Estados Unidos?

RA: Yo no. Bueno que vivan pos sí, tengo mis hermanos, mis hermanas, tengo una hija y un yerno.

LM: ¿Cómo es que se fueron ellos a vivir para allá?

RA: Pos mi hija se fue porque su esposo se fue pa allá. Y allá estuvo y entonces él la estaba mandando pedir y se fue. Y no hace mucho que se fue, se fue el 26 de abril y allá está ya en Washington, con todo y su hija que tiene. Una chamaquita de nueve años.

LM: Ramón, pues quiero darte las gracias.

RA: Y, ¿de qué?

LM: Por habernos compartido tus…

RA: No, pos pa eso estamos. Ya le digo yo, pos si hubiera braceros pos cómo no. Yo porque mis hijos también se van de mojados y pos se exponen. Y si hubiera, ya iban contratados, yo sabía que pos iban a responder en caso de un accidente de algo y así de mojados, ¿cómo sabe uno qué pasó?, o, ¿cómo está la cosa? Entonces, es un beneficio muy grande pa México que haiga braceriada, no se expone la gente. ¿Verdad que sí? Y sí se ayuda a la gente.

RA: A unos, póngale que a unos nos vaya mal y a otros les va bien, no todo. Y es como aquí, unos tenemos buen trabajo y otros lo tenemos malo. Es como donde quiera todo eso y allá el vivir un matrimonio de aquí de México allá, haga de cuenta que está aquí, o pior [peor] tantito. Porque es muy cara la luz, que la renta y que el agua. Hay mucha gente que está allá pos toda su familia, se le muere un familiar aquí, pos mandan uno entre todos lo que están porque no tienen pa venir todos. Aquí ha pasado ya. Nada menos cuando se murió la señora y el hermano de este señor que es mi cuñado. [E]stan todos los hijos allá y nomás vino un par de ocho, nueve hijos que hay. “¿Por qué no?”. “Pos no teníamos, nomás pa los dos, nomás nosotros dos venimos”. Cuando se murió la mamá, cuando se murió el papá pasó lo mismo.

LM: Claro.

RA: ¿Entonces qué quiere decir?

LM: Pos que está dura la situación. Así es, pues muchas gracias a nombre de la Universidad de Texas, del Instituto de Historia Oral.

RA: No, gracias a ustedes que de todas maneras pos, hay que…

LM: Con esto vamos a dar por terminada la entrevista.





Fin de la entrevista

Interviewer

Martínez, Laureano

Interviewee

Ávila Hernández, Ramón

Location

Durango, Durango, México

File Name Identifier

Avila_Hernandez_DGO005

Citation

Martínez, Laureano and Ávila Hernández, Ramón, “Ramón Ávila Hernández,” Bracero History Archive, accessed April 29, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/215.