Nereo Heredia López
Title
Nereo Heredia López
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Nereo Heredia Lopez was born on May 12, 1924, in Villa Escobedo, Chihuahua, México; he was the fifth of nine brothers; his father owned livestock and a number of ranches; he learned how to work on a ranch and care for the animals from his father; sometime later, he became a bracero and worked picking cotton in New Mexico and Texas and cleaning sugar beet fields in Colorado.
Summary of Interview: Mr. Heredia vividly describes what his life was like growing up in Villa Escobedo, Chihuahua, México; the first time he signed up to work as a bracero was in Ciudad Juárez, Chihuahua, México; there were no physical exams of any kind, in fact, all he had to do was sign a paper; he went to work in the cotton fields of La Mesa, New Mexico; the second time he signed up for a contract was out of Chihuahua, Chihuahua, where he went through a stringent hiring process; from there, he was sent to Rio Vista, a processing center in Socorro, Texas, where he underwent medical examinations; he relates what the trip was like from Chihuahua to his final destination in Pecos, Texas; in addition, he goes on to explain what the housing was like, their daily activities, their wages, methods of payment, and how many hours they worked a day; he remembers how difficult it was for him to leave his family every time he renewed his contract; while he was working in New Mexico, he received news that one of his daughters had passed away; he immediately went home to mourn his daughter’s passing, and he decided not to leave his family anymore.
Summary of Interview: Mr. Heredia vividly describes what his life was like growing up in Villa Escobedo, Chihuahua, México; the first time he signed up to work as a bracero was in Ciudad Juárez, Chihuahua, México; there were no physical exams of any kind, in fact, all he had to do was sign a paper; he went to work in the cotton fields of La Mesa, New Mexico; the second time he signed up for a contract was out of Chihuahua, Chihuahua, where he went through a stringent hiring process; from there, he was sent to Rio Vista, a processing center in Socorro, Texas, where he underwent medical examinations; he relates what the trip was like from Chihuahua to his final destination in Pecos, Texas; in addition, he goes on to explain what the housing was like, their daily activities, their wages, methods of payment, and how many hours they worked a day; he remembers how difficult it was for him to leave his family every time he renewed his contract; while he was working in New Mexico, he received news that one of his daughters had passed away; he immediately went home to mourn his daughter’s passing, and he decided not to leave his family anymore.
Creator
Martinez, Laureano
Heredia López, Nereo
Date
2003-03-10
Subject
Bracero
Contributor
Cristóbal Borges
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Nereo Heredia López
creator (Spanish)
Martínez, Laureano
contributor (Spanish)
Cristóbal A. Borges
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini Disc
Duration
1:28:00
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Nereo Heredia López
Fecha de la entrevista: 10 de marzo de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano Martínez
Esta es una entrevista con el señor Nereo Heredia López en Ciudad Juárez, Chihuahua, el día 10 de marzo de 2003, conducida por Laureano Martínez para el Proyecto Bracero del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en el Paso.
LM: Buenos días don Nereo.
NH: Bueno días.
LM: ¿Cómo está?
NH: Bien, gracias a Dios.
LM: Don Nereo, me gustaría comenzar esta entrevista preguntándole, ¿dónde y cuándo nació usted?
NH: En Villa Escobedo, Chihuahua.
LM: ¿Cuándo?
NH: Mil novecientos veinticuatro, 12 de mayo.
LM: Hábleme un poquito de ese lugar Villa Escobedo, ¿cómo es?
NH: Es mineral, mineral, agricultura, los ranchos que están a la redonda.
LM: ¿Se dedican a la minería y a la agricultura?
NH: Sí.
LM: ¿Es un lugar grande?, ¿cómo es?
NH: Pos no, pos es un mineral digamos, cuando yo estuve allá pos más o menos como aquí la Colonia Satélite, ¿me entiende? Pocos habitantes había en ese tiempo, pero muy pacífico. Nos la pasábamos mi familia y yo muy a gusto, y aquí nos tiene todavía en vida.
LM: ¿Cómo se llamó su papá?
NH: Nieves Heredia Amparán.
LM: Y, ¿su mamá?
NH: Salomé López de Heredia, por parte de mi padre.
LM: ¿A qué se dedicaba su papá?
NH: Él era ganadero, tenía ranchos. Es más, los perdió en Parral jugando, todo…
LM: Jugando, le gustaba jugar.
NH: Jugar baraja, y es todo.
LM: Y, ¿su mamá?
NH: Se casó muy jovencita con mi papá porque era casi el doble de la edad, y nos dejó muchos hermanos que ya nomás dos me quedan.
LM: ¿Cuántos hermanos tuvo?
NH: Son Nieves, Pedro, Guerrero, Lupe, Emilia, y Lorenza, Socorro, ¿ya puso a María?
LM: No.
NH: Y María.
LM: Son ocho y usted nueve, ¿usted que lugar ocupa, usted es el más grande, el más chico?
NH: Ora verá, es Emilia y luego Lencha, luego Nieves, Lupe y luego yo, quinto.
LM: Entonces es de los de en medio usted.
NH: De los de en medio.
LM: ¿Cómo era su papá, don Nereo?
NH: Chaparrito, ¡muy bravero!, agarraba el chicote y porque no. Yo duré nueve años en la escuela y no salí de primero, ¡sí señor!
LM: Cuénteme, ¿cómo era?
NH: No pos iba a la escuela, y pintaba la venada y me iba a los ranchos. Por eso yo soy de rancho, ¿me entiende?
LM: Y era muy enojón su papá.
NH: Sí, y mi mamá me defendía muncho, mis hermanos, todos. Pero yo me jui. Me quedé dormido en el panteón de Santa Bárbara, de Villa Escobedo, Chihuahua.
LM: ¿Qué andaba haciendo?
NH: Cuando me fui, ahí se me oscureció y ahí dormí entre la tumba, ahí quedé. Sí, pos todo el tiempo he andado en…Mi vida me la pasé en el rancho. Nada menos cuando llegué aquí a Juárez, don Arturo Chávez, hermano del gobernador que estaba en Chihuahua, pos él me dio el trabajo en un establo ordeñando vacas.
LM: Ordenando vacas, cuénteme un poquito de aquellos años de su infancia, ¿cómo fue su infancia, don Nereo?
NH: Pos mi infancia fue estar en los ranchos y ordeñar vacas, andar detrás de los animales. Después me fui, me enamoré de acá de mi señora y me fui a Santa Bárbara.
LM: ¿Santa Bárbara, Chihuahua?
NH: Chihuahua, y le entré a la gambusiniada. ¿Sabe qué es gambusino?
LM: Sí, cómo no.
NH: Bajar por metal sin permiso de la compañía, tres años.
LM: A ver, pero vamos a regresarnos a su infancia, ¿tuvo usted oportunidad de ir a la escuela?
NH: Mucha oportunidad, pero me gustó lo vago, pero sano, vago de no ir a…
LM: ¿Aprendió usted a leer y a escribir?
NH: Mi esposa me enseñó ya de casado. Lo que sé de escribir, mi esposa fue la que me enseñó de casado, de novios, y luego de casados, lo que yo sé.
LM: ¿Cómo fue su infancia?, ¿le ayudaba usted a su papá?
NH: Sí, en aquel tiempo, sí.
LM: ¿A qué le ayudaba?
NH: Pues le ayudaba, trabajaba y en la compañía me pagaban $35 pesos por semana, y de gambusino sacaba lo que me pagaban en tres, cuatro horas. Por eso fuera que sacaba, pa ayudarle a mi padres.
LM: ¿A qué edad empezó usted a trabajar? Su primer trabajo de paga.
NH: ¿De paga?
LM: Que le hayan pagado.
NH: De dieciséis años.
LM: ¿En qué don Nereo?
NH: En la mina.
LM: En la mina, ¿quién le enseñó a usted el trabajo de la mina?
NH: Yo de gambusino aprendí lo del…Primero le entré de gambusino, un hermano mío Nieves, jue el que me enseñó, ese sacaba ochenta kilos.
LM: ¿De oro?
NH: De bronce, oro y todo revuelto. Pero me bajó a mí con él, y comencé yo con veinte kilos, porque teníamos que subir con sogas el cerro.
LM: ¿En dónde hacían eso?
NH: En Santa Bárbara.
LM: Y, ¿cómo era? Platíqueme, ¿como era un día trabajando de gambusino?
NH: No pues, como no le dan a uno permiso, tiene que bajar con lámparas de carburo. Ahora muchos gambusinos ya traen batería, pero cuidando los veladores que no los vean pa bajar. Y yo usé todo el tiempo las lámparas de carburo y luego una barrita, y un marrito corto para irle barrendando, metiendo un pedacito de…
LM: Y, ¿cómo se guía en dónde escarbar o dónde piscar?
NH: No pos ya uno andaba buscando donde coleaba, en un cuerno de res, le echaba agua y ahí salían. Sí salía un diamantito chiquito de oro, pero la plata estaba más barata, el bronce y todo eso. Y el oro se venia para acá de este lado, así le hacía. Allá decíanos colea tantito, de este llevamos, sacábanos pum, pum, prendaríanos y toda la carga ahí se quedaba.
LM: Y, ¿dónde echaban la carga?
NH: Usábanos mecapal, en unos costales ya preparados para con su mecapal.
LM: ¿Se lo amarraban a la cabeza?
NH: Sí, había unos que sí.
LM: Y así los cargaban.
NH: Sí, los cargabanos y salíanos, llegué hasta sesenta kilos, pa que le digo.
LM: ¿Hasta que edad trabajo ahí?
NH: Tres años de gambusino.
LM: Y, ¿a cuánto les pagaban el mineral, lo que sacaban?
NH: Pues muy barato, pero sí sacábanos para ayudarle a la casa, comer rico.
LM: Para tomarse un refresco y ayudar a la casa, ¿le ayudaba usted a su mamá?
NH: Sí, cómo no, mucho, mucho, gracias a mi padre Dios. Y, después le entré a la compañía.
LM: Después se metió a trabajar en la compañía. ¿Qué compañía era esa, se acuerda?
NH: Sarco.
LM: Asarco, eso era acá en Juárez, ¿verdad?
NH: No, en Santa Bárbara. Y de ahí, trabajé hasta diez años.
LM: ¿Le pagaban bien ahí?
NH: Pos lo que pagaban era, cuando daban a contrato, el maquinista era el que ganaba. Pero yo era el ayudante, ¿me entiende?
LM: ¿Cómo era ese trabajo? Cuénteme.
NH: Barrenando, y caminando dos, tres metros enfrente, como este pa allá, pa allá. Y el maquinista era el que nos ayudaba a nosotros. “Gané tanto, ahí ta esto, toma tanto”. Pero a él era al que le pagaban. Y nos repartía una feria a nosotros, pero el sueldo mío era $4.50.
LM: Cuatro pesos cincuenta centavos, ¿el día?
NH: Sí, en aquel tiempo. El día, pero valía la feria.
LM: Claro, sí rendía, ¿cómo eran aquellos años?, ¿cómo era la vida en aquellos años?
NH: Muy sana, muy sana, hasta dormíanos ajuera, no había peligro de nada, en mis tiempos de los dieciséis, diecisiete años. Me casé de diecisiete.
LM: ¿Cuántos años tiene usted, don Nereo?
NH: Cumplidos setenta y ocho, diez meses.
LM: Ya anda en los setenta y nueve.
NH: Pegándole al ochentón ya.
LM: Muy bien, don Nereo. ¿Cuándo se entera usted que puede irse a trabajar a Estados Unidos como bracero?
NH: Cuando vino la contratación que estaba en Chihuahua. Primero se hizo una aquí en Juárez, y luego nos tocó que nos contrataban aquí, y la segunda vez ya se pasó a Chihuahua.
LM: ¿Se acuerda en qué año fue eso?
NH: Aquí está en esto, ¿no?
LM: Qué sería, en el [19]53 que dice aquí, esa fue la primera vez.
NH: La primera, sí.
LM: ¿Usted dónde estaba?
NH: En Santa Bárbara, ¡no, aquí en Juárez! Cuando la contratación ya vivíanos aquí, nosotros llegamos el [19]48 aquí.
LM: El [19]48, ¿ya se había casado usted?
NH: Ya, ya pues ya tenía yo mis…Ella nació aquí en Juárez.
LM: ¿Cómo se llama su esposa?
NH: María de la Luz Aguirre de Heredia.
LM: ¿En qué año se casaron?
NH: Cumplimos sesenta años el día veinte de este.
LM: O sea que se casaron.
NH: En el [19]43, en 1943.
LM: ¿Cuántos hijos tienen?
NH: Es Alejandro, Marta, Ernesto, Cecilia y Myrna.
LM: Cinco.
NH: Vivitos los demás…
LM: Entonces dice que llegaron el [19]48 aquí a Ciudad Juárez.
NH: Sí.
LM: Y luego, ¿cómo fue que se enteró usted, alguien le dijo, vio en los periódicos o cómo fue?
NH: No es que… Aquí cuando la contratación, salía en los periódicos: “Tan contratando en tal parte”. Y luego ya, vine y le dije a mi señora: “¿Sabes qué? Me voy a ir pa Chihuahua, a contratarme”. Y en una de esas contrataciones se me murió una hija mía, Felipita. Y luego vine, me dieron permiso que viniera a cumplir con ella y luego me regresé, para mandarme…
LM: O sea que usted se registro aquí en Juárez, o, ¿se fue a Chihuahua?
NH: No, la segunda vez en Chihuahua, nomás una vez aquí.
LM: Vamos a platicar de esa primera vez primero, ¿qué hizo usted cuando decidió irse a inscribir como bracero?
NH: No pues me tocó aquí en La Mesa, Nuevo México, me daban chanza de venir a ver mis hijos.
LM: Había algún centro de contratación, ¿cómo eran?, ¿dónde iban?
NH: Aquí en el parque Carta Blanca, ahí estaba la contratación.
LM: Ahí era la contratación, y, ¿qué les pedían para poderlos contratar, o qué requisitos tenían que…?
NH: No pues que si sabíanos algo de agricultura, eso era si sabes de agricultura. Me pidieron el acta de nacimiento, y muchas…
LM: ¿Le hicieron algún examen médico?
NH: Donde lo hicieron ese, jue en Chihuahua, aquí no.
LM: Aquí la primera vez no le hicieron examen.
NH: La primera vez no me hicieron, en Chihuahua sí me hicieron examen médico.
LM: ¿Le revisaron el cuerpo, las manos?
NH: Sí, todo, en Chihuahua.
LM: Y aquí nada.
NH: No, aquí no, nomás fírmale y vete.
LM: Usted llegó, se registró, firmó y, ¿a dónde lo mandaron esa vez?
NH: A La Mesa, Nuevo México.
LM: ¿Qué hizo ahí, don Nereo?
NH: Piscar algodón.
LM: ¿Usted ya había piscado algodón antes?
NH: Veía como lo piscaban pero no, ahí me enseñé yo en la primera contratación que me tocó en La Mesa, Nuevo México. Y la segunda me tocó en Pecos, donde le digo yo que echaba las tortillas.
LM: ¿Por cuánto tiempo lo contrataron en esa ocasión?
NH: Dieciocho meses.
LM: ¿Así eran los contratos?
NH: Pues a mí así.
LM: ¿Dónde cruzó la frontera?
NH: Aquí por el puente de Juárez, en la Lerdo.
LM: Y luego cuando cruzaron, ¿a dónde fueron?, ¿había alguien que los estaba esperando?
NH: Pues sí, los patrones, mi patrón se llamaba Chendo, ya se me olvidó el Chendo… Ahí lo tenía el nombre de Rosendo, Chendo…
LM: Así es. Entonces cruzaban, y, ¿a dónde los llevaban?
NH: A la pisca, luego luego a donde íbanos a dormir, y luego de allí muy temprano a piscar.
LM: ¿Cómo era ese lugar donde los llevaban a dormir?
NH: Pues eran unas casitas muy adornaditas, bien, bien….
LM: ¿Cómo estaban amuebladas esas casitas?
NH: Pues había mesa, estufa y las camas.
LM: ¿Cuántas camas?
NH: Una pa cada, sí a mí me tocó dos compañeros, de aquí de Chihuahua, que tenía que mantenerlos porque ellos piscaban nomás cien libras, era un viejito que me tocó y dos muchachos, y tres y yo cuatro. Ellos tenían su cama aparte y todo, ¿no?, pero yo tenía que ayudarles porque yo piscaba trescientas libras. De lo que yo ganaba tenía que darles pa la comida, ¿me entiende?, porque ellos ganaban muy poquito. El que se quedó fue el viejito de Zacatecas.
LM: Cuénteme, ¿cómo era un día de trabajo?, ¿a qué horas empezaba su día de trabajo?
NH: Pos nosotros empezábanos temprano, como es tiempo de calor, nos íbamos a las seis y media de la mañana. Llegábanos a las siete y regresábanos a las cuatro.
LM: Regresaban hasta las cuatro, ¿en qué meses fue eso?
NH: En septiembre, sí, la pisca empieza en septiembre.
LM: ¿Cómo es ese trabajo de la pisca para los que no sabemos?
NH: Agarra usted el este y siguiendo le aprieta aquí y lo va echando a los costales.
LM: Llevan un costal.
NH: Sí, un costal arrastrando. Yo alcancé a los más ochenta, ochenta libras al costal, porque ya estaba pesadote, pero por debajo de las piernas. Y cuando ya me enseñaron, en Pecos que ya me salí y me contrate, ellos me enseñaron por este lado y por este lado y en medio.
LM: Y luego, ¿qué hacían con eso que iban juntando?
NH: No pues ahí estaba la báscula, Chester Randall se llamaba mi patrón, y los pesábanos y nos subíanos y lo vaciábanos.
LM: ¿Era grande ese rancho donde trabajaba?
NH: Sí, taba grande.
LM: ¿Cuántos acres tenía?
NH: Tenía muchos acres, muchos.
LM: ¿Cuántos trabajadores estaban ahí?
NH: Era cinco de nueve. Nueve piscadores.
LM: ¿A cómo les pagaban, se acuerda don…?
NH: Ahora verá, no me puedo acordar cuanto, a cómo estaba la libra. No, la verdad pa qué le miento, no me acuerdo a comó estaba la libra.
LM: Y, ¿les pagaban en efectivo o les pagaban con cheque?
NH: Efectivo.
LM: ¿Cada cuándo les pagaban?
NH: Cada semana.
LM: Cada semana, ¿qué día?
NH: Sábado.
LM: ¿Trabajaban?
NH: Medio día nomás.
LM: ¿Trabajaba de que día a que día?, ¿de lunes a sábado?
NH: De lunes a sábado, y como cuando me tocó aquí en Texas yo venía de darle una vuelta a mi familia, porque podíanos salir con la tarjeta esa. En aquel tiempo no había problema.
LM: No había mucho problema.
NH: No.
LM: ¿Tenían mayordomo ahí en el rancho?
NH: Nomás que no me acuerdo como se llamaba, muy buena persona también.
LM: Pero sí había.
NH: Sí, había mayordomo.
LM: ¿No tenían problemas con el idioma?
NH: No.
LM: ¿Hablaban español los patrones?
NH: Nomás un día sí tuve problemas, porque salió un conejo, y ahí estaba el patrón Chester Randall, y yo corrí a ver dónde se metía pa agarrarlo, y llegó el patrón, yo pensaba que era el mayordomo, ¿no?, y voltea y ya cuando voltié me dijo: “What’s your matter”. Le dije: “Si se asomara ya lo había matado”. (risas) Ese chiste, cómo se rió él, ¡hay Diosito santo! Pasan estas cositas que no se da uno cuenta pero…
LM: ¿Había algún pueblito ahí cerca de donde estaba el rancho?
NH: Anthony, Nuevo México.
LM: ¿Iban ahí a Anthony?
NH: Pues pasábanos por ahí por Anthony. Y había veces de que cuando no venía yo para acá, nos íbanos a llevar poco mandado de ahí, en La Mesa también había tienda pero, sí.
LM: O sea que les pagaban e iban al mandado.
NH: Sí.
LM: ¿Quién los llevaba?
NH: El mayordomo.
LM: ¿En qué los llevaba?
NH: En una troca.
LM: Y, ¿cómo se portaba la gente ahí en el pueblo con ustedes?
NH: Pues en ese tiempo eran muy buenas gentes, todas las gentes que iban y nos visitaban, muy buenas gentes.
LM: Los trataban bien.
NH: Sí.
LM: Usted sabe, pochitos, americanos que hablaban poco el español, nos procuraban mucho. Yo no tuve razón de nada, ni mis compañeros, porque yo les ayudé a mis compañeros que no podían piscar, dijeron: “A qué le tiramos, a qué le tiramos”. Y les ayudé con el pasaje y todo, para que se fueran a Chihuahua, y se quedó nomás…Voy a platicar la historia, se quedó nomás el viejito, eso fue en Pecos, se quedó el viejito que piscaba, fíjese nomás, ni las cien libras piscaba, noventa al día. Le dije: “No pos yo no me voy porque yo [es]toy solo”. Ah bueno, este compró una cartera con barajas y él las vendía a los compañeros de allá de Durango, de Aguascalientes que eran muy buenos pa piscar, que me enseñaron a mí a piscar, pero también me enseñaron jugando poquer, metían chueco. ¿Ya me entiende lo que le estoy diciendo? Metían el comodín. Pero como mi papá me enseñó a mí muchas cosas en la baraja, yo le agarré las movidas a mi papá. Entonces ya para venirnos le dije: “No le vendas cartas a mis compañeros ya”. “¿Por qué, Nereo?”. “Me las vendes a mí, yo te las compro todas”. Y yo las marqué todas las carta alta, las cuatro cartas altas, ases, rey, todas, y me puse a jugar porque ya estaba pa salir. Si ya me hicieron a mí, y me quitaban cada semana haciéndome jales chuecos, ¿yo por qué no? Entonces les hice, les marqué las cartas, y los recogí todo.
LM: ¿Cada cuándo jugaban?
NH: Cada ocho días, los domingos.
LM: ¿A qué horas empezaban a jugar?
NH: Tempra, desde en la mañana hasta en la noche. Y cuando ya le di fin le dije: “Yo te voy a dar el pasaje, nomás no digas nada, te voy a dar el pasaje de Juárez a Zacatecas”.
LM: ¿Cuántos se juntaban a jugar?
NH: Cinco de ellos y yo, seis.
LM: Y, ¿qué jugaban?
NH: Pokar[poker].
LM: ¿De a cómo era la apuesta más o menos?
NH: De a como usted dijera la carta, $5 o $10 dolaritos. Pero yo sabía bien lo que tenían, sí me convenía le iba y sí no, pos vengase chiquitito para acá.
LM: Y, ¿dónde jugaban ahí en el…?
NH: Ahí, nos turnabanos en la casa de onde yo estaba o en la casa de ellos, pero sin dificultad ninguna jugabanos porque… Pero sí, a mí me pudo mucho que yo me daba cuenta que estaban haciendo jales chuecos, que tenían la marca del comodín, y yo les marqué las otras cartas y les recogí todo, los dejé en ceros.
LM: ¿En alguna ocasión hubo algún problema ahí con los compañeros?
NH: No, de peleas no. Donde tuve dificultad fue en Pierce, Colorado. Allá sí, en el desahije de betabel.
LM: En el desahije de betabel.
NH: Allí sí había muchas envidias, que tuve que darme trompones con el capataz de ahí, que eran dos, mitad y mitad. Yo me encargaba del…Éranos como ocho o diez, cuatro y cuatro en el desahije.
LM: A ver, ahorita platicamos de eso, me gustaría que me platicara, ¿mandaba usted dinero a su familia, don Nereo?
NH: Sí, cómo no.
LM: ¿Cada cuando les mandaba?
NH: Pues cuando podía mandarles, les mandaba, ora verá…Pos cada mes.
LM: ¿De dónde les mandaba?
NH: Desde Pecos, cuando estuve en Pecos, miento en Colorado.
LM: En Colorado.
NH: Y aquí en Pecos también les mandaba
.
LM: Y, ¿cómo le hacía para mandar ese dinero?
NH: Pues por correo. Aquí estábanos en Juárez, todavía no veníanos pa acá.
LM: ¿Se acuerda cuánto le cobraban por mandar el dinero?
NH: Pues fíjese que no me acuerdo, era poco lo que me cobraban en aquel tiempo.
LM: ¿Era sencillo mandar el dinero?
NH: Sí.
LM: ¿Tenían que ir al pueblo?
NH: Sí, teníanos que ir hasta al pueblo, a los correos del pueblo.
LM: Y, ¿se escribía, tenía comunicación con su familia?
NH: No, por teléfono nada de eso no, nomás cartas.
LM: Por cartas. Vamos a ver desde su primer contrato, dice que fue por dieciocho meses.
NH: Sí, en La Mesa, Nuevo México. Pero pasaba yo cada ocho o quince días, venía a darle la vuelta.
LM: ¿Cada ocho, quince días venía?
NH: Aquí en Lamesa.
LM: Y, ¿cómo era eso?, ¿le dieron algún documento, algún pasaporte o algo?
NH: Me daban unos papeles que se me perdieron también con la honorífica, para presentarlo, ¿me entiende? Y luego tenía una de estas, pero en el camión se me olvidó todo, y no borracho nomás.
LM: Y, ¿se la pedían esa?, ¿tenía que traerla usted siempre?
NH: Sí, presentarla.
LM: Y venía y salía, ¿qué día salía, qué día se venía?
NH: No pues el sábado en la tarde, pos aquí estaba cerca, agarré el que hay en Anthony, en La Mesa, Nuevo México.
LM: Y, ¿cuándo se regresaba?
NH: A otro día, el domingo.
LM: ¿Cada cuándo dice que venía?
NH: Pos ocho o quince días.
LM: Estaba en contacto con su familia.
NH: Sí. Donde no estuve fue ahí en Pecos, estaba muy lejos.
LM: Cuando se le acabó ese contrato primero, ¿qué hizo?
NH: No, pues esperar otra contratación.
LM: O sea de ahí del rancho donde estaban, ¿los mandaron a algún lado?
NH: No. De La Mesa, Nuevo México cumplimos hasta que llegó la otra contratación por televisión y por correo, de esos periódicos, decían que ya estaba la contratación en Chihuahua.
LM: ¿Pero cómo?, ¿se vino para México cuando se terminó el contrato?
NH: Sí no, pos aquí en Juárez.
LM: Y, ¿en qué se vino?
NH: Hay autobuses que vienen de Anthony, Nuevo México y nos dejaban acá. Pero cuando cumplimos, nos mandaron en una troca pa El Paso, y en El Paso a la oficina de la braceriada, allí nos mandaba.
LM: ¿Ahí los mandaron? ¿Cómo era esa oficina, se acuerda?
NH: Pues estaba muy bonita, estaba casi hasta el centro.
LM: Grande.
NH: Grande era la oficina ahí.
LM: ¿Cuánta gente habría ahí?
NH: Pues bastante, yo vi, bueno, de los que estábanos saliendo había bastantes.
LM: ¿Se acuerda cómo era?
NH: Pos no, pues era una finca muy bonita.
LM: Tenía cuartos, tenía oficinas.
NH: Oficinas, americanos dentro de la oficina, mexicanos también.
LM: Y luego llegaron ahí, y, ¿cuánto tiempo estuvieron ahí antes de cruzar o qué?
NH: Porque, teníanos que estar hasta que nos hablaran, nos apuntaban ahí y: “Julano de tal”.
LM: Y luego les mandaban hablar.
NH: Nos mandaban hablar, que ya está listo la salida.
LM: ¿Les daban algún papel o algo?
NH: Sí, nos dieron papel, como le digo, los perdí todos, la honorífica.
LM: ¿Ahí le dieron a usted su mica?
NH: No, era una hoja muy bonita como esta, y la presentaba yo. Ni pasaporte necesitaba con esa.
LM: Y, ¿esa por qué se la dieron?
NH: Porque cumplí. Que cumplí todos los contratos que me dieron.
LM: Entonces se regresa usted a México, y, ¿cuánto tiempo se está aquí en México antes de volverse a ir?
NH: Pos no, como unos tres, cuatro meses, mientras que….Saliendo la otra contratación luego porque…
LM: ¿Avisaban cada determinado tiempo?
NH: Sí avisaban. Estaban contratando en Chihuahua entonces.
LM: O sea que no era cuando…
NH: Yo quería no, si estuviera abierta la contratación.
LM: Y, ¿para qué meses, más o menos, estaba abierta esa contratación?
NH: ¿En la pisca? Como un mes antes de septiembre.
LM: Y empezaban…La segunda vez que se contrató, ¿cómo fue?
NH: La segunda vez que me contraté, me tocó en Pecos.
LM: No, pero la contratación.
NH: Acá en Chihuahua.
LM: En Chihuahua, ¿vivía usted aquí en Juárez?
NH: Aquí en Juárez. Yo me fui a Chihuahua.
LM: Y se fue a Chihuahua.
NH: Allá vivían mis padres, mis hermanas.
LM: ¿Alguien más de su familia fue bracero?
NH: No, de mi familia, pos mis primos yo creo, pero no supe yo en qué parte estuvieron.
LM: Se fue a Chihuahua, y, ¿llegando a Chihuahua qué hizo?
NH: No, nomás ir a formarme para que me anotaran los…
LM: ¿Ya sabía a dónde tenía que ir?
NH: No, aquí nos mandaban cuando llegaban aquí en El Paso, ahí estaba la: “Se van a tal parte”.
LM: No, no, pero en Chihuahua.
NH: ¡En Chihuahua!, no pos ahí durábanos cuando mucho dos días, para contratarme en la punta y tanta gente que había.
LM: ¿Cuánta gente habría ahí?
NH: Pos era bastante oiga, mucha gente había en línea.
LM: Dice que duró dos días ahí.
NH: Dos días.
LM: Y, ¿cómo era?, ¿se acuerda cómo era ese lugar donde iban, donde tenían que esperar, donde contrataban?
NH: Pos no me acuerdo comó se llamaba pero, ¿aquí dice no?
LM: ¿A ver? No, no pero, de lo que se acuerde, ¿cómo era el proceso de contratación ahí?, ¿qué les pedían?
NH: El acta de nacimiento.
LM: El acta, ¿qué más?
NH: No, pues para mí nomás llevar el acta de nacimiento y ya cuando me dieron esta, presentaba esta nomás.
LM: ¿Los llamaban?
NH: Sí, por micrófono nos hablaban.
LM: Y luego, ya que los llamaban, ¿qué hacían?
NH: No pues, me tocó que me examinaban de tocho.
LM: ¿Ahí le tocaron exámenes médicos?, ¿cómo fueron esos exámenes médicos?
NH: Pos lo desnudaban a uno todo. A ver si no venían enfermos de…
LM: Enfermedades venéreas.
NH: Sí.
LM: ¿Qué más?
NH: Pos no, pero sí. Los que nos trataban, esos que nos examinaban eran muy buenas personas.
LM: ¿Eran mexicanos ellos o eran…?
NH: Pos yo creo que eran, porque hablaban muy bien español.
LM: ¿Le sacaron sangre ahí?
NH: Sangre y lo examinaban a uno de tocho, de todo.
LM: Sus partes nobles también.
NH: Sí, todo, todo.
LM: Y, ¿cómo se sentía usted con esos exámenes?
NH: Pos yo, lo que yo quería era venir a trabajar. Yo me sentía bien, me sentía feliz, libre de todo, cuando ya nos andabámos en el camión que nos trajera ya veníanos completotes.
LM: ¿Le tomaron alguna radiografía ahí?
NH: No, de eso sí no me acuerdo que me tomaran radiografías.
LM: ¿O algún especie de desinfectante que hayan usado?
NH: No.
LM: No le tocó a usted.
NH: No, no me tocó a mí.
LM: Entonces de ahí salían con su contrato, ¿ahí les daban su contrato en Chihuahua?
NH: En Chihuahua nos lo daban y lo presentábanos aquí en El Paso.
LM: Y, ¿cómo se vino de Chihuahua a El Paso?
NH: En camión, nos mandaban especial el camión.
LM: ¿Por parte de ellos?
NH: Sí, ya por parte de la braceriada, y nos pasaban…
LM: ¿Ya no pagaban ustedes?
NH: Nada, llegaban y ahí: “Tú te vas a tal parte”.
LM: ¿Dónde cruzó, aquí en El Paso?
NH: Aquí en El Paso, por la Juárez.
LM: Aquí en El Paso, ¿a dónde lo mandaron ya cuando cruzó?
NH: A La Mesa, Nuevo México.
LM: ¿Pero no llegó a algún lugar antes?
NH: No, nomás a la oficina esa que le digo.
LM: A la oficina.
NH: Y ya de ahí ya…
LM: ¿Cuánto estuvo en esa oficina?
NH: Pues, no duramos ni dos horas cuando llegamos de Chihuahua.
LM: Muy rápido.
NH: Y llegamos y nos llevaron a donde teníanos que trabajar a otro día y todo, a presentarnos un día y teníamos que piscar y todo.
LM: ¿En dónde fue eso?, ¿a dónde se lo llevaron la segunda vez?
NH: En La Mesa, Nuevo México.
LM: La Mesa.
NH: No, la primera vez fue en La Mesa.
LM: Y, ¿la segunda?
NH: En Pecos.
LM: Ahí se lo llevaron a Pecos. ¿Cuánto se hace de El Paso a Pecos?
NH: Pos más o menos unas tres horas.
LM: ¿En qué se fueron?
NH: En camión.
LM: ¿En camión de pasajeros?, y, ¿ahí trabajó en la pisca del algodón también?
NH: En la pisca del algodón.
LM: ¿A qué hora empezaba el día?
NH: Nosotros salíanos a las seis y media de donde estábanos para llegar media hora, a las siete comenzábanos, pa salir a las… Bueno yo salía a las tres, cuatro, estaba cercas. Había veces de que como piscabanos lo que teníanos que piscar, yo nomás pasando de las cuatrocientas libras ya, lo que sobre es carga.
LM: Cuénteme don Nereo ahí, ¿cómo era el lugar donde vivía ahí?
NH: Muy bonito, unas casitas, un ranchito muy bonito.
LM: ¿Tenían sus propias casitas?
NH: Sí, agua.
LM: ¿Tenían baño?
NH: Baño, agua caliente y todo.
LM: Y, ¿qué comían?
NH: Pos lo que hacíanos de comer, frijolitos, carne, sopa. Bueno yo hacía la sopa, las tortillas de harina y una que otra chevecita, para que se bajara, para hacer la digestión bien, no borrachos, no sodas en bote, teníamos refrigerado.
LM: ¿Cuántos vivían ahí en esa casita?
NH: Los que había como unos nueve.
LM: Nueve, y, ¿cómo se organizaban para la cocina?
NH: Nosotros éranos cuatro y ellos eran cinco, los de Durango y Aguascalientes. Los que eran muy buenos pa piscar, los que me enseñaron a mí a piscar, me quitaron el dolor que tenía yo por un solo lado de piscar por el medio de las piernas.
LM: A ver, platíqueme de eso.
NH: La pisca usted se faja el costal y se queda abierto tanto así para que eches, ¿no?, por en medio de las piernas. Entonces yo nunca me lo quité porque no sabía cómo, pero ellos se comprometieron a enseñarme y a quitarme el dolor, pero el dolor era porque de a un solo lado.
LM: Le dolía el…
NH: La cintura.
LM: ¿A qué hora sentía ese dolor?
NH: Como a la hora y media.
LM: Como a la hora y media de estar trabajando, ¿en dónde le dolía?
NH: Aquí en la espina dorsal. Y entonces ya cuando ellos… Me comprometí a echar las tortillas, nomás las puras tortillas, porque los otros dos compañeros se jueron, los muchachos jóvenes y me quedé con el viejito ese que le platico. Entonces, nos juntamos todos en el mismo departamento de los otros y ellos hacían almuerzo, comida y cena, pero yo me comprometía con las tortillas todos los días, un altero.
LM: ¿Eran de harina o de maíz?
NH: De harina, ¡pero le entraban muy duro, compadre!
LM: Y, ¿usted era bueno para tortear?
NH: No, pues en eso me enseñaron a mí, pero cuando los juntaba, eso sí que no había gente borracha. Nos unimos a que una cerveza o dos cervezas era lo más que se podía tomar ahí para estar con ánimos de trabajar, ¿me entiende?, porque si no, y todos éramos muy unidos: “¿Nereo qué te falta?”
.
LM: ¿Pusieron sus propias reglas?
NH: Sí. Ahí va a salir el chillido de la perra.
LM: No importa.
NH: Sí, no, éramos muy unidos, buenos compañeros.
LM: ¿Hizo buenos amigos allá?
NH: Sí, cuando ya salimos aquí se despidieron, hasta querían quedarse aquí en Juárez. Yo tengo mi familia, ni modo de darte… Al que sí le di cabida nomás para irle a sacarle, como le platico, de la feria que les gané a estos dos pares, le pagué el pasaje, $90 pesos hasta Zacatecas.
LM: ¿Él se había quedado sin dinero?
NH: No pues es que no llevaba gran cosa, yo me traje como $800, $900 dólares. Y le compré su boleto y ándale vente ya, fui lo eché en el camión pa Zacatecas, y tampoco se quería ir, quería quedarse aquí. Le dije: “No, yo tengo mi familia, ¿cómo?”. Y luego tábanos en Juárez, toda[vía] no hacía yo esta casa. Yo la hice solo, mi señora y yo todo esto solo.
LM: Don Nereo, cuénteme, ¿era muy difícil volver a conseguir un contrato?
NH: Pues, a como está el tiempo ahorita sí. Antes estaba muy fácil de contratarse uno, porque lo pedían a uno y lo veían a uno eran, si iban los viejitos, cuanto y más uno ya de mi edad, treinta y tantos años cuando me contraté.
LM: ¿Ese segundo contrato de cuántos meses fue?
NH: En Pecos, como de seis meses, más o menos.
LM: ¿Eso en que año fue, se acuerda?
NH: Pos el año fíjese que no me acuerdo.
LM: Pero fueron seis meses, ¿y luego?
NH: En Pierce, Colorado. Estuve en Artesia también.
LM: O sea que, ¿cuántas veces se contrató usted?
NH: Cuatro, que yo me acuerde, porque está carajo pa acordarse ya de la bola, ya tanto tiempo.
LM: Siempre había que salir del país, ¿había que salir a México?
NH: A contratarme a Chihuahua, era la única contrataciones que había.
LM: ¿Siempre era el mismo procedimiento?
NH: El mismo procedimiento.
LM: Y, ¿los mismo exámenes?
NH: Los mismos, sí.
LM: ¿En Estados Unidos nunca le tocó que le hicieran exámenes?
NH: No, de aquí íbamos todos. Quién sabe los otros contratistas que había, ¿no?, porque yo desde que ya salí conseguí trabajo en otra parte, pero eso no se puede hablar.
LM: Sí, usted cuénteme.
NH: Y luego ya cuando dejé de ir a los Estados [Unidos], me metí de hacer limpias en una cantina, chanza que usted la conozca. El Club Bajarí, que está por la 16 [de Septiembre] y Constitución. Ahí estaba mi concuño que se murió, José Ángel ahí trabajaba, y dijo: “Pues aprende”. Pero yo haciéndole los mandados a los que iban a jugar ahí dominó y a tomar, les caí bien y me dijeron: “Que te gusta la cantina”. “Sí, me encanta la cantina pero pues, ¿cómo?”. “Yo te voy a enseñar”. Ellos porque eran cantineros los que iban ahí, de otros lugares.
LM: ¿Eso dónde fue?
NH: Aquí en Juárez, en El Club Bajarí ahí. Pos no duré ni el mes trabajando cuando me metieron, ellos mismos: “Ya sabes servir, vente”. Y el patrón se dio cuenta y ya me dejó de cantinero. Y luego ellos me enseñaron las bebidas compuestas: “Vete a tal parte donde estoy trabajando para darte yo recetas pa que hagas”. Y ahí fue donde yo aprendí de cantinero.
LM: Vamos a regresarnos un poquito a su trabajo de bracero, don Nereo. Me dice que después del algodón, ¿a dónde se fue?
NH: Del algodón de Pecos salí a contratarme y me contraté a Pierce, Colorado.
LM: ¿En qué trabajó ahí en Colorado?
NH: En desahije de betabel.
LM: ¿Cómo es ese trabajo?
NH: ¿Mande?
LM: ¿Cómo es el desahije?
NH: Dejar una sola mata, lo más dos, pero hay tres, cuatro.
LM: O sea que nace la plantita.
NH: Nace la plantita pero salen muchas en veces, ¿no?, pero hay veces que salen abiertas y no batallas, pero necesitas saber con el azadón, un azadoncito así.
LM: Le dan un azadón chiquito.
NH: Chico.
LM: Y todo el día agachado.
NH: Sí, todo el día.
LM: ¿Era pesado ese trabajo?
NH: Pero sí pagaban muy bien.
LM: ¿Ahí cómo lo pagaban?
NH: El acre lo pagaban, pues no me acuerdo, pero muy bien lo pagaban el acre.
LM: ¿Era grande ese rancho?
NH: Muy grande en Pierce, Colorado.
LM: ¿Cuántas gentes trabajaban ahí con usted?
NH: Pues sí éranos bastantes, como unos dieciocho más o menos.
LM: Dieciocho, ¿todos braceros?
NH: Todos braceros.
LM: ¿En aquel entonces habría alguna persona que no fuera bracero, algún ilegal que estuviera trabajando por ahí?
NH: Con nosotros ninguno, todos, porque desde acá nos veían, cuando hablaban y todo.
LM: ¿Ahí tenían mayordomo?
NH: Sí, el mayordomo era el que nos mandaba, nos dividía: “Yo quiero que se dividan, hay una persona que los mande”. Y me tocó a mí.
LM: Ah, qué bien.
NH: Y al otro, pero el otro no me podía ver ni en pintura.
LM: ¿Por qué, oiga?
NH: Envidia. Es malo hablar de la gente pero es cierto, tuve que golpearlo.
LM: Cuénteme esa situación, ¿cómo?
NH: Es que me decía muchas cosas que no, que era un aquí, que era un allá. Y luego no podía ver a mis compañeros, a los que yo dirigía, y les decía. Y luego me fui y me puso mal con el mayordomo.
LM: ¿Qué le dijo?
NH: Que yo era un aquí y un allá y que no hacía las cosas como ellos decían, pero los muchachos me decían: “No los que son mal son ellos, y te lo compruebo, y revisa cómo van ellos y cómo vamos nosotros”. Y fue él.
LM: Le dijo usted al mayordomo.
NH: Y ahí fue donde se dio cuenta que sí me estaban cabuleando. Entonces se vino y me quiso golpear y salió golpeado.
LM: Se vino el otro y le quiso golpear.
NH: En la casa.
LM: ¿Eso fue en la casa?
NH: Ahí.
LM: Cuénteme, ¿cómo fue eso?
NH: No pos me insultó mucho, pero pos como yo me peleaba en Santa Bárbara con boxeadores, ¿qué no me va a hacer un bronco de estos? Por cierto, con mucho mole, y reconoció después era un muchachos que bárbaros. Dijo: “No, admítenos Nereo con tu gente”. “Órale mi compa”. Y de ahí pal real fue la única dificultad que tuve.
LM: ¿No hubo ningún problema con algún patrón?
NH: No, no, no. Fui yo y hablé con el mayordomo y le dije: “¿Sabes qué? Pues ya me pidió disculpas este compa, que le puse sus trompones y quiere que nos juntenos todos juntos”. “Ah no, pues mejor”.
LM: Y las cosas funcionaron mejor.
NH: Y todas las cosas funcionaron, salimos bien, todos parejitos. Y si se quedaba uno atrás, el otro le daba al surco pa que se emparejara, ya me entiende como le digo.
LM: Fue una buena experiencia.
NH: Sí, igualmente con la pisca, yo me adelantaba muncho pero agarraba los surcos de ellos para que se emparejara.
LM: O sea que se ayudaban unos con otros.
NH: Sí, pos era la ventaja cuando hay una unión, ¿me entiende?, para que camine bien y salganos completamente bien.
LM: ¿Ahí también les pagaban en efectivo o con cheque?
NH: En efectivo, en efectivo nos pagaban, no cheque.
LM: ¿Cuál era el pueblo que estaba más cerca de ahí de Colorado, de Pierce, Colorado?
NH: Denver.
LM: ¿Iban a Denver?
NH: Denver, y no me acuerdo la otra. No, no salíanos nosotros, sí no salíanos.. Y, pos no, ahí nos acoplábanos. Ahí en Pierce, Colorado había tiendas cercas, onde íbanos por el mandado, pero había veces de que nos juntábamos, cuando estábanos ya todos juntos, sacaban todo: “Pónganle ahí tanto y tanto”. Pues sí, era una comunicación que había cuando hacíanos los pollitos, pos ya sabrás, ¿no?, una ollota grande pa tantos. “Y, ¡ándele!, vámonos a darle que es mole de olla”.
LM: ¿Le gustaba a usted cocinar?
NH: Sí, ¿no?, y me gusta todavía, porque pos yo he trabajado en restaurante.
LM: ¿En qué se divertían?
NH: ¡Ay, si le platico! Había veces que nos íbanos al pueblo y andábanos pa arriba y pa abajo viendo las tiendas, viendo todo lo que se podía ver allí, pero nomás eso, y nos regresábamos.
LM: ¿Se echaban alguna cervecita?
NH: Una o dos cervezas era lo que nos tomábanos pa llegar bien al trabajo.
LM: ¿Cómo se portaba la gente ahí en los pueblos?
NH: No pues los americanos, ni bronca había ni nada, hay veces de que, no.
LM: ¿Aprendió usted algo de inglés?
NH: No, qué bárbaro. Pues, onde yo aprendí inglés fue aquí con los americanos lo que me pedían de, como si usted quiere ahorita le preparo unas pa que se caiga también.
LM: Muchas gracias. A ver, don Nereo cuénteme, del tiempo que estuvo usted trabajando en Estados Unidos, en alguna ocasión, ¿sintió que lo trataban mal, que le daban mal trato?, o, ¿sentía que lo trataban bien?
NH: No pues el único mal trato fue ese muchacho que le pareció mal que mis compañeros lo delataran.
LM: ¿Él era mexicano también?
NH: Sí, mexicano también era, creo era de Chihuahua también y todo eso, pero pues gente bravera que…
LM: ¿Llegó a conocer usted a algún patrón?
NH: Aquí en La Mesa sí, era muy buena gente Chester Randall, sí.
LM: ¿Se portaba muy bien?
NH: Nomás que el mayordomo, muy buena gente también, nomás que no me acuerdo cómo se llamaba.
LM: ¿Conoció usted a la familia de él?
NH: Pos sí, pero pos se imagina, pa que me acuerde, ya son muchos años. Y luego pa la juventud que tengo pos óigame, la memoria ya se está yendo compa.
LM: No, todavía tiene muy buena memoria. ¿En alguna ocasión le tocó algún detalle con alguna autoridad?
NH: No, ahí cuando yo estuve ninguna molestia hubo, iban a chequear los de imigracíon pero con nosotros no. Iban, yo creo ya directamente con la persona que iban a sacar, pero retirados de onde andábanos nosotros.
LM: ¿Nunca llegaron?
NH: Ahí con nosotros nunca llegaron.
LM: ¿Ni le pidieron a usted?
NH: Nada de identificación, ni nada.
LM: Muy bien don Nereo, vamos a ver.
LM: Y después del betabel, ¿en qué trabajó?
NH: No, nomás en las puras piscas he andado yo.
LM: Algodón y betabel.
NH: Y betabel, nomás eso.
LM: ¿En cuántos estados se fue?
NH: Anduve en La Mesa, Nuevo México, en Pecos y en Artesia, Nuevo México y Colorado.
LM: Y Colorado. ¿Se pisca más o menos en los mismos meses?
NH: Septiembre se empieza.
LM: ¿El betabel también es en esa fecha?
NH: El betabel, el desahije, pos la verdad no me acuerdo qué mes, ¿no viene ahí?
LM: No, no. ¿En alguna ocasión se enfermó usted, don Nereo?
NH: Nunca, allá nunca me enfermé yo.
LM: ¿Tenían médico los ranchos?
NH: Pos sí. Le voy a decir que nunca hubo un enfermo ahí en lo que yo anduve, que se lo llevaron al…Nunca, ninguno.
LM: ¿Eran muy sanos?
NH: Muy sanos todos, gracias a Dios.
LM: Qué bueno, don Nereo, y, ¿iban a misa?
NH: No, las iglesias estaban muy lejos.
LM: Estaban muy lejos.
NH: Muy lejos las iglesias. Ahí nos persinábanos en los…
LM: Si acaso al pueblo nada más a comprar mandado.
NH: Sí, nomás a eso.
LM: Nomás a eso.
NH: Pero no, en el camino nos veníanos tomando una cerveza, y llegábanos y ya a comer. Sí, y a hacer y a preparar para otro día.
LM: Y, ¿de su ropa y eso?, ¿lavaban?
NH: Lavábamos sí, no pos sí sudábanos mucho compa. Ahí sí nos bañábamos en sudor sí, y luego luego, llegábanos y vámonos al baño luego luego, y a lavar la ropa y a tenderla.
LM: ¿Cada cuándo lavaban la ropa?
NH: Todos los días.
LM: Todos los días.
NH: Hasta el viejito ese, hasta el viejito lavaba su ropa porque…No sudaba porque pos piscaba muy poco, pero todos los días lavaba.
LM: Entonces había gentes de diferente edad.
NH: Sí, no, no. Este señor tenía como unos sesenta años, yo no sé cómo lo contrataron. A lo mejor se quitó los años, y lo vieron…
LM: ¿Sería de los más grandes?
NH: Sí, no, y todavía de los…Óigame.
LM: Había de todas las edades.
NH: No, pos cuáles, sí [a] mí me tocó nomás ese viejito, no pero ya los otros pura juventud. De perdida unos veinticinco, treinta años, lo más.
LM: Entonces mientras usted estuvo trabajando aquí cerca venía cada quince días.
NH: Sí, de perdido cada quince días venía. Pero los papeles, como le digo, ¿no? Nada más que la tarugada que hice es que los junté todos pa arreglar ahora con la amnistía que estaban dando y se me perdieron.
LM: Oiga don Nereo, ¿cuándo deja usted de trabajar como bracero?
NH: La verdad que no me acuerdo yo qué año, no me acuerdo, para qué le miento, ¿no?
LM: ¿Por qué?
NH: Porque conseguí trabajo acá, de cantinero y luego de mesero. Trabajé veinte años de cantinero y veinte años de mesero.
LM: ¿Le salía más dinero acá que allá?
NH: Sí, pos estaba con mi familia, por eso. Era mucho sufrimiento andar fuera de la familia.
LM: ¿Sufría usted?
NH: Sí, cantidad, pensando mucho en mis hijos.
LM: ¿Cuántos hijos tenía ya?
NH: No pos aquí tenía, cuando estaba aquí seis, me quedan cinco porque se me jue una, por irme de bracero se me murió.
LM: ¿Cómo fue eso? Platíqueme.
NH: Estaba muy engreída conmigo, llegaba yo de trabajar en la obra, y llegaba y me quitaba los zapatos y le decía a mi señora que si ya había hecho comida, que le apartara primero a su papá y luego que sirviera a los demás. Y se cargó, se le vinieron muchas complicaciones cuando me jui de bracero a Chihuahua.
LM: Lo extrañó.
NH: Y todavía la lloro, y voy al panteón muy seguido a darle su vuelta. De perdido voy tres, cuatro veces por año. Si ando cerquitas ahí donde está voy a darle una vuelta a mija.
LM: Claro.
NH: Sí.
LM: ¿Recuerda que su esposa le haya hablado para…
NH: Sí, no, cuando llegué para sepultarla, ¿no? Me dieron permiso allá, me dijo: “Vete, te regresas tan pronto como le des sepultura a tu hija”. Y me regresé luego y me vine. Pero así es, le toca a uno la de malas perder su familia. Pero era una niña, de cuatro años se me murió.
LM: De cuatro años.
NH: Cuando trabajaba en el establo ella iba, en la tarde que ordeñaban, y se ponía pa que le echaran…
LM: Y, ¿de ahí empezó usted a pensar en dejar de trabajar de bracero?
NH: Desde entonces.
LM: Eso fue lo…
NH: Que era de que estaba muy…Es que es una vida de estar juera, juera de su familia de uno, está muy pesado compa, y lejos. Con que tenga buen trabajo. ¡Ah, caray!
LM: No, está bien.
NH: Acá está.
LM: Dígame, me decía.
NH: Es muy…
LM: Sí, dígame, dígame don Nereo.
NH: Es muy triste estar juera de la familia de uno, sin saber cómo ande, cómo están. Y luego pos tenía mis hijos, ya tenía que estar su papá aquí con ellos, de escuela secundaria, preparatoria, todo eso. Que no se salgan de lo que no es. Y por eso es que le digo de que pos… Hay muchas veces que los padres tenemos la culpa que los hijos salgan malos, porque no está uno…
LM: Al pendiente.
NH: Y si les pegas, si les pegas pior, necesitas llevarlos. Yo tengo muy buenos hijos, gracias a mi padre Dios.
LM: ¡Qué bueno!
NH: Hasta le habló mi padre Dios, pa que se arrimara de él.
LM: ¡Bendito sea Dios!
NH: Y ella es la que nos echa, nos bendice y todo, no nos abandona, no nada, y todo el tiempo está con nosotros. Todas mis hijas, tengo tres y dos hijos, muy creyentes.
LM: Don Nereo, cuénteme, ¿cómo fue su vida después de que dejó de trabajar como bracero?
NH: Ya le puedo hablar de cantinero, pues muy…
LM: Se vino y empezó a trabajar, ¿en qué?
NH: Ya, ya cuando de ahí, dejando la braceriada luego luego me metí de… Trabajé en…Mire cómo está, ¿ya vio?, ahí está el matrimonio mire. No, mire, esos muchachos me enseñaron a mí, me apreciaban mucho porque yo les hacía los mandados jugando dominó y todo, y ellos mismos me dijeron: “Vete a la cantina donde estamos trabajando para que veas cómo trabajamos, y no vas a tomar nada, nomás te fijas lo que vas a hacer. Cómo estamos haciendo nosotros y todo, y cómo atendemos toda la clientela y todo”. “Pos órale”. Y me jui, y luego luego a los quince días les agarré la movida como estaba ahí. Entonces no había licuadoras como ora, pos la licuadera era un vaso de vidrio y de aluminio y, ¡ándele y ándele! Al grado de que había cinco mecánicos, aquí por la 16 [de Septiembre], aquí en Juárez, donde trabajaba yo en el Club Bajarí que se ponían bien bonitos. Y llegaban, cada ocho días llegaban: “Nereo, cúranos la cruda, ya no la aguantamos”. “Órale pues”. Pero tanto tanto estuvieron yendo ahí, que un día les dije: “Miren muchachos”. Falló uno porque eran cinco, pero fueron cuatro. Les hacía unas polla, pa la cruda, ¿no?, lleva blanquillo, lleva pos muchos ingredientes para que les abra el cerebro. Les dije: “Miren muchachos si se las toman, no me las pagan, pero si no se las toman, me las pagan doble”. Y el patrón atrás de mí, yo no me daba cuenta lo que yo estaba haciendo, ¿no?, y no pues agarré todos los ingredientes y, ¡ándele! Y ellos estaban viendo ahí. “Y, ¡qué bárbaro!”. Pero al darle vuelta al servirle. “Qué, ¿se la van a tomar?”. Nada compa, no se la tomaron. “Échele”. Creo que eran $6, $7 dolaritos.
Y el patrón: “Ándale compa”, me dijo, “ora sí se te cayó el… Dime como le haces pues es buena”. Y luego estaba la hielera así les vaciaba todo, es que le puse una esponja, pa que agarrara todo el líquido, pos no salió nada al servirle. (risas)
LM: Pos sí, no se tomaban nada.
NH: Y luego me dice, el patrón me dice: “¿Nereo, cómo le hicites?”. “¿Ah, pues ahí no estaba usted allá atrás viéndome?”. “Pero no di cuenta, nomás agarrates el líquido, Pos ¿cómo le hicites? Está vacío”. Yo ya había vaciado, pos muy rápido a la hielera. Eso sí tenías que limpiar la hielera.
LM: Pues sí.
NH: Por el blanquillo y todo lo que se iba ahí onde taba la cerveza de todas clases. Pos nada me dijo: “Sigue haciendo esas cosas, te doy libre todo, pero métele más dinero a la caja”. Vendió y me mandaron al El Farolito, otra cantina, y ya tampoco no…Me devolvió, el otro dueño me mandó a hablar que me necesitaba ahí y ahí me estuve otra vez, en el Bajarí, hasta que conseguí trabajo acá en El Morris Bar, con un conjunto muy poderoso aquí en Juárez, File Muñoz y sus Caballeros Victoria, una orquestota de grande, de miedo. ¡Uh!, había gente que… Pero por las bebidas compuestas y me la dieron de jefe de cantinero. Yo mandaba ahí ya de registro, y me daban $5 dólares cada mil pesos que vendía en aquel tiempo.
LM: ¿A usted le salía más dinero trabajando de cantinero que en…?
NH: Que de bracero.
LM: Que de bracero.
NH: Sí, estaba aquí con mi familia.
LM: Y estaba con su familia.
NH: Y estaba con mi familia.
LM: ¿En qué año empezaría usted a trabajar de cantinero?, ¿se acuerda?
NH: Pos ora verá, como el [19]53.
LM: O sea que usted trabajó del [19]52 al [19]53 en Estados Unidos.
NH: Del [19]42.
LM: Del [19]42.
NH: Desde que se comenzó la primera.
LM: Ah okay, del [19]42 hasta el [19]53.
NH: Sí ya pero de allí me la dieron de jefe de personal y de todo porque todo, ¿no?, tenía que estar pendiente con los meseros, con la clientela, que la atendieran bien, ¿no?, ¡uh!, a mí procuraban cantidad, pero…
(entrevista interrumpida)
LM: Continuamos con la entrevista con el señor Nereo Heredia López. Me decía don Nereo, ¿cuántos años trabajó de cantinero?
NH: Veinte.
LM: Veinte años. ¿En alguna ocasión pensó usted en volver a regresar a trabajar a los Estados Unidos?
NH: No, no jamás. Tengo familia allá pero no nos gusta.
LM: ¿A usted le fue mejor aquí?
NH: Sí, pues sí. Y estar aquí con…Ni a mi esposa le gusta estar en los Estados Unidos, vamos nomás a darle vuelta a la familia, a nuestros hijos, nietos, bisnietos.
LM: ¿Sus hijos viven allá?, ¿cómo fue que sus hijos se fueron a vivir allá?
NH: Pues se fue mi hija la mayor de las mujeres y luego convenció al otro y también se jueron, allá arreglaron, se casaron y arreglaron. Se casaron aquí, el mayor, y luego de aquí se jue, se jue allá y allá arregló y el más chico también, arreglaron allá y son ciudadanos ya.
LM: Don Nereo, me gustaría ya para cerrar esta entrevista que me diga, ¿qué significa el término bracero para usted?
NH: Pues un sacrificio bárbaro, porque deja uno la familia por irse uno allá. Porque muchos creemos que vamos a arreglar y no.
LM: ¿Usted creía que iba a arreglar residencia?
NH: Sí, pero nunca la quisimos. Vino mi hijo el mayor y nos trajó los papeles, y los rechazamos. Le arregló a la familia de la señora. Queríamos estar aquí, aquí estamos más…
LM: Muy bien, ¿cómo se siente usted de que alguien lo llame bracero? Que le digan que fue bracero.
NH: Bien, perfectamente bien porque es cierto, es cierto me fue muy bien gracias a Dios, ¿no?, de bracero. Pero como le digo, tiene uno que estar aquí pendiente con la familia.
LM: Claro.
NH: A estar con los hijos de uno. Ahora pos ya, ya están grandes todos mis hijos, ya adultos. Ahora estoy viendo por mis nietos, mis bisnietos que están aquí, mis nietas. Tengo una de ocho años, una de diez. Hay que estar pendientes de que no se enfermen, de que las traigan pa cuidarlos aquí.
LM: ¿Siente usted que el haber sido bracero le ayudó en alguna forma económicamente a su familia?
NH: Mire, yo le doy gracias a mi esposa, que le dijo, vino a ver a su hermano aquí, “Saca a Nereo de la mina, tráelo pa acá porque ya ves cómo ando yo”. Mal ya andaba muy mal. Pero a lo que yo me refiero es de que es una vida andar fuera de la casa de uno, muy pesado.
LM: Claro.
NH: No, y gracias a ella que me trajo pa acá, batallamos. Aquí cuando yo llegué tuve que entrarle de pion, ¿no?, pagándome $8 pesos diarios, ¿uste cree?
LM: En la obra.
NH: En la obra, pero sí me sirvió mucho porque ahí aprendí yo a ser también. No está bien hecho pero, gracias a mi Padre Dios, todo he hecho yo.
LM: Qué bueno, ¿cuántos años trabajó en la obra?
NH: No, pues aquí todavía estamos metiéndole.
LM: Mire, don Nereo usted cree, en términos generales que sus recuerdos de Estados Unidos de haber trabajado allá ¿son positivos?
NH: Sí no, eso sí, eso sí es muy cierto que pos por qué va a hablar uno mal donde le va bien a uno. Aquí en Juárez me ha ido bien, gracias a mi Padre Dios. Allá también en la mina, nomás que es otro trabajo, que se puede ir uno muy pronto, y gracias a Dios yo salí bien de todos mis pulmones y todo. A mí me están chequeando en el Seguro [Instituto Mexicano del Seguro Social], ¿no? Aunque me dan cualquier cosita del Seguro, a como dan allá. Pos aquí nomás $100 dólares, $120 es lo más que le dan a uno.
LM: ¿El haber sido bracero cambió su vida de alguna manera?
NH: No sí, cómo no, pos oiga. Lo siente uno porque viene uno del rancho, onde como quiera abre uno, le abren a uno la mente viniendo de un rancho onde, ¿pues qué hace usted en el rancho?, andar detrás de los animales, sembrar, cosechar, echar dos, tres la mata larga. Y el otro tapando el maizote acá.
LM: Claro.
NH: Entonces es muy bonito el rancho, ¿no?, muy bonito. Teníanos los animales aquí, cuando estaba aquí en el establo, que le ponía la música a las vacas, y sí se metían hasta la cocina a bailar.
LM: Mire.
NH: Pregúntele a mi vieja. ¿Por qué? Y a los otros compañeros los patiaban, ¿por qué? “¡ándele!”. Y esas vacas me las echaban a mí, les hacía cariños, les llevaba agua tibia para que aflojaran las ubres y todo, y les hacía cariños y hasta se… Y es tratar bien, ¿verdad? No, no todo, la agricultura, la braceriada, a mí me gustó mucho, mucho y más bien cuando íbanos que se ve el algodón precioso, y cuando sale uno se ve triste, porque lo deja uno. Es blanco y lo deja verde.
LM: Pues sí.
NH: Pues sí pos, hasta que abre los demás, en la segunda.
LM: ¿Cuál sería su recuerdo más agradable de su estancia como bracero?
NH: Pos estar aquí, mi recuerdo de estar cerca de mi familia aquí cerquitas pa venir a verlos y pasearlos, pero ya lejos se agüita uno todo. Se le va a uno cuando anda trabajando, pero llega a la casa a hacer el pipirín y a preparar pa todo, mientras pero se acuesta y usted está pensando en la familia.
LM: Claro, pensaba en su familia, en su casa.
NH: Sí, en mis hijas.
LM: Claro. Don Nereo pues quiero darle las gracias por habernos concedido esta entrevista y por compartir con nosotros…
NH: No hay de qué.
LM: Sus memorias y sus recuerdos, le agradecemos mucho.
NH: Ándele, gracias. Y aquí estamos a sus órdenes a ver qué, qué sale. Ojalá que se arregle pa que nos pasen una feria, hombre.
LM: Ojalá.
NH: Pues creo que andan en eso, ¿no?, quién sabe. Quién sabe cómo están, pero sí. Muy bonitos recuerdos de la braceriada, ¿no? Pero me convino mejor acá, después que allá.
LM: Muy bien.
NH: Y ya no, ni pa ir a El Paso.
LM: Bueno, pues con esto vamos a dar por terminada la entrevista.
NH: Muy bien, gracias.
LM: Muchas gracias.
NH: Y aquí estamos a sus órdenes.
LM: Gracias.
NH: ¡Ándele pues!, gracias a usted.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 10 de marzo de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano Martínez
Esta es una entrevista con el señor Nereo Heredia López en Ciudad Juárez, Chihuahua, el día 10 de marzo de 2003, conducida por Laureano Martínez para el Proyecto Bracero del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en el Paso.
LM: Buenos días don Nereo.
NH: Bueno días.
LM: ¿Cómo está?
NH: Bien, gracias a Dios.
LM: Don Nereo, me gustaría comenzar esta entrevista preguntándole, ¿dónde y cuándo nació usted?
NH: En Villa Escobedo, Chihuahua.
LM: ¿Cuándo?
NH: Mil novecientos veinticuatro, 12 de mayo.
LM: Hábleme un poquito de ese lugar Villa Escobedo, ¿cómo es?
NH: Es mineral, mineral, agricultura, los ranchos que están a la redonda.
LM: ¿Se dedican a la minería y a la agricultura?
NH: Sí.
LM: ¿Es un lugar grande?, ¿cómo es?
NH: Pos no, pos es un mineral digamos, cuando yo estuve allá pos más o menos como aquí la Colonia Satélite, ¿me entiende? Pocos habitantes había en ese tiempo, pero muy pacífico. Nos la pasábamos mi familia y yo muy a gusto, y aquí nos tiene todavía en vida.
LM: ¿Cómo se llamó su papá?
NH: Nieves Heredia Amparán.
LM: Y, ¿su mamá?
NH: Salomé López de Heredia, por parte de mi padre.
LM: ¿A qué se dedicaba su papá?
NH: Él era ganadero, tenía ranchos. Es más, los perdió en Parral jugando, todo…
LM: Jugando, le gustaba jugar.
NH: Jugar baraja, y es todo.
LM: Y, ¿su mamá?
NH: Se casó muy jovencita con mi papá porque era casi el doble de la edad, y nos dejó muchos hermanos que ya nomás dos me quedan.
LM: ¿Cuántos hermanos tuvo?
NH: Son Nieves, Pedro, Guerrero, Lupe, Emilia, y Lorenza, Socorro, ¿ya puso a María?
LM: No.
NH: Y María.
LM: Son ocho y usted nueve, ¿usted que lugar ocupa, usted es el más grande, el más chico?
NH: Ora verá, es Emilia y luego Lencha, luego Nieves, Lupe y luego yo, quinto.
LM: Entonces es de los de en medio usted.
NH: De los de en medio.
LM: ¿Cómo era su papá, don Nereo?
NH: Chaparrito, ¡muy bravero!, agarraba el chicote y porque no. Yo duré nueve años en la escuela y no salí de primero, ¡sí señor!
LM: Cuénteme, ¿cómo era?
NH: No pos iba a la escuela, y pintaba la venada y me iba a los ranchos. Por eso yo soy de rancho, ¿me entiende?
LM: Y era muy enojón su papá.
NH: Sí, y mi mamá me defendía muncho, mis hermanos, todos. Pero yo me jui. Me quedé dormido en el panteón de Santa Bárbara, de Villa Escobedo, Chihuahua.
LM: ¿Qué andaba haciendo?
NH: Cuando me fui, ahí se me oscureció y ahí dormí entre la tumba, ahí quedé. Sí, pos todo el tiempo he andado en…Mi vida me la pasé en el rancho. Nada menos cuando llegué aquí a Juárez, don Arturo Chávez, hermano del gobernador que estaba en Chihuahua, pos él me dio el trabajo en un establo ordeñando vacas.
LM: Ordenando vacas, cuénteme un poquito de aquellos años de su infancia, ¿cómo fue su infancia, don Nereo?
NH: Pos mi infancia fue estar en los ranchos y ordeñar vacas, andar detrás de los animales. Después me fui, me enamoré de acá de mi señora y me fui a Santa Bárbara.
LM: ¿Santa Bárbara, Chihuahua?
NH: Chihuahua, y le entré a la gambusiniada. ¿Sabe qué es gambusino?
LM: Sí, cómo no.
NH: Bajar por metal sin permiso de la compañía, tres años.
LM: A ver, pero vamos a regresarnos a su infancia, ¿tuvo usted oportunidad de ir a la escuela?
NH: Mucha oportunidad, pero me gustó lo vago, pero sano, vago de no ir a…
LM: ¿Aprendió usted a leer y a escribir?
NH: Mi esposa me enseñó ya de casado. Lo que sé de escribir, mi esposa fue la que me enseñó de casado, de novios, y luego de casados, lo que yo sé.
LM: ¿Cómo fue su infancia?, ¿le ayudaba usted a su papá?
NH: Sí, en aquel tiempo, sí.
LM: ¿A qué le ayudaba?
NH: Pues le ayudaba, trabajaba y en la compañía me pagaban $35 pesos por semana, y de gambusino sacaba lo que me pagaban en tres, cuatro horas. Por eso fuera que sacaba, pa ayudarle a mi padres.
LM: ¿A qué edad empezó usted a trabajar? Su primer trabajo de paga.
NH: ¿De paga?
LM: Que le hayan pagado.
NH: De dieciséis años.
LM: ¿En qué don Nereo?
NH: En la mina.
LM: En la mina, ¿quién le enseñó a usted el trabajo de la mina?
NH: Yo de gambusino aprendí lo del…Primero le entré de gambusino, un hermano mío Nieves, jue el que me enseñó, ese sacaba ochenta kilos.
LM: ¿De oro?
NH: De bronce, oro y todo revuelto. Pero me bajó a mí con él, y comencé yo con veinte kilos, porque teníamos que subir con sogas el cerro.
LM: ¿En dónde hacían eso?
NH: En Santa Bárbara.
LM: Y, ¿cómo era? Platíqueme, ¿como era un día trabajando de gambusino?
NH: No pues, como no le dan a uno permiso, tiene que bajar con lámparas de carburo. Ahora muchos gambusinos ya traen batería, pero cuidando los veladores que no los vean pa bajar. Y yo usé todo el tiempo las lámparas de carburo y luego una barrita, y un marrito corto para irle barrendando, metiendo un pedacito de…
LM: Y, ¿cómo se guía en dónde escarbar o dónde piscar?
NH: No pos ya uno andaba buscando donde coleaba, en un cuerno de res, le echaba agua y ahí salían. Sí salía un diamantito chiquito de oro, pero la plata estaba más barata, el bronce y todo eso. Y el oro se venia para acá de este lado, así le hacía. Allá decíanos colea tantito, de este llevamos, sacábanos pum, pum, prendaríanos y toda la carga ahí se quedaba.
LM: Y, ¿dónde echaban la carga?
NH: Usábanos mecapal, en unos costales ya preparados para con su mecapal.
LM: ¿Se lo amarraban a la cabeza?
NH: Sí, había unos que sí.
LM: Y así los cargaban.
NH: Sí, los cargabanos y salíanos, llegué hasta sesenta kilos, pa que le digo.
LM: ¿Hasta que edad trabajo ahí?
NH: Tres años de gambusino.
LM: Y, ¿a cuánto les pagaban el mineral, lo que sacaban?
NH: Pues muy barato, pero sí sacábanos para ayudarle a la casa, comer rico.
LM: Para tomarse un refresco y ayudar a la casa, ¿le ayudaba usted a su mamá?
NH: Sí, cómo no, mucho, mucho, gracias a mi padre Dios. Y, después le entré a la compañía.
LM: Después se metió a trabajar en la compañía. ¿Qué compañía era esa, se acuerda?
NH: Sarco.
LM: Asarco, eso era acá en Juárez, ¿verdad?
NH: No, en Santa Bárbara. Y de ahí, trabajé hasta diez años.
LM: ¿Le pagaban bien ahí?
NH: Pos lo que pagaban era, cuando daban a contrato, el maquinista era el que ganaba. Pero yo era el ayudante, ¿me entiende?
LM: ¿Cómo era ese trabajo? Cuénteme.
NH: Barrenando, y caminando dos, tres metros enfrente, como este pa allá, pa allá. Y el maquinista era el que nos ayudaba a nosotros. “Gané tanto, ahí ta esto, toma tanto”. Pero a él era al que le pagaban. Y nos repartía una feria a nosotros, pero el sueldo mío era $4.50.
LM: Cuatro pesos cincuenta centavos, ¿el día?
NH: Sí, en aquel tiempo. El día, pero valía la feria.
LM: Claro, sí rendía, ¿cómo eran aquellos años?, ¿cómo era la vida en aquellos años?
NH: Muy sana, muy sana, hasta dormíanos ajuera, no había peligro de nada, en mis tiempos de los dieciséis, diecisiete años. Me casé de diecisiete.
LM: ¿Cuántos años tiene usted, don Nereo?
NH: Cumplidos setenta y ocho, diez meses.
LM: Ya anda en los setenta y nueve.
NH: Pegándole al ochentón ya.
LM: Muy bien, don Nereo. ¿Cuándo se entera usted que puede irse a trabajar a Estados Unidos como bracero?
NH: Cuando vino la contratación que estaba en Chihuahua. Primero se hizo una aquí en Juárez, y luego nos tocó que nos contrataban aquí, y la segunda vez ya se pasó a Chihuahua.
LM: ¿Se acuerda en qué año fue eso?
NH: Aquí está en esto, ¿no?
LM: Qué sería, en el [19]53 que dice aquí, esa fue la primera vez.
NH: La primera, sí.
LM: ¿Usted dónde estaba?
NH: En Santa Bárbara, ¡no, aquí en Juárez! Cuando la contratación ya vivíanos aquí, nosotros llegamos el [19]48 aquí.
LM: El [19]48, ¿ya se había casado usted?
NH: Ya, ya pues ya tenía yo mis…Ella nació aquí en Juárez.
LM: ¿Cómo se llama su esposa?
NH: María de la Luz Aguirre de Heredia.
LM: ¿En qué año se casaron?
NH: Cumplimos sesenta años el día veinte de este.
LM: O sea que se casaron.
NH: En el [19]43, en 1943.
LM: ¿Cuántos hijos tienen?
NH: Es Alejandro, Marta, Ernesto, Cecilia y Myrna.
LM: Cinco.
NH: Vivitos los demás…
LM: Entonces dice que llegaron el [19]48 aquí a Ciudad Juárez.
NH: Sí.
LM: Y luego, ¿cómo fue que se enteró usted, alguien le dijo, vio en los periódicos o cómo fue?
NH: No es que… Aquí cuando la contratación, salía en los periódicos: “Tan contratando en tal parte”. Y luego ya, vine y le dije a mi señora: “¿Sabes qué? Me voy a ir pa Chihuahua, a contratarme”. Y en una de esas contrataciones se me murió una hija mía, Felipita. Y luego vine, me dieron permiso que viniera a cumplir con ella y luego me regresé, para mandarme…
LM: O sea que usted se registro aquí en Juárez, o, ¿se fue a Chihuahua?
NH: No, la segunda vez en Chihuahua, nomás una vez aquí.
LM: Vamos a platicar de esa primera vez primero, ¿qué hizo usted cuando decidió irse a inscribir como bracero?
NH: No pues me tocó aquí en La Mesa, Nuevo México, me daban chanza de venir a ver mis hijos.
LM: Había algún centro de contratación, ¿cómo eran?, ¿dónde iban?
NH: Aquí en el parque Carta Blanca, ahí estaba la contratación.
LM: Ahí era la contratación, y, ¿qué les pedían para poderlos contratar, o qué requisitos tenían que…?
NH: No pues que si sabíanos algo de agricultura, eso era si sabes de agricultura. Me pidieron el acta de nacimiento, y muchas…
LM: ¿Le hicieron algún examen médico?
NH: Donde lo hicieron ese, jue en Chihuahua, aquí no.
LM: Aquí la primera vez no le hicieron examen.
NH: La primera vez no me hicieron, en Chihuahua sí me hicieron examen médico.
LM: ¿Le revisaron el cuerpo, las manos?
NH: Sí, todo, en Chihuahua.
LM: Y aquí nada.
NH: No, aquí no, nomás fírmale y vete.
LM: Usted llegó, se registró, firmó y, ¿a dónde lo mandaron esa vez?
NH: A La Mesa, Nuevo México.
LM: ¿Qué hizo ahí, don Nereo?
NH: Piscar algodón.
LM: ¿Usted ya había piscado algodón antes?
NH: Veía como lo piscaban pero no, ahí me enseñé yo en la primera contratación que me tocó en La Mesa, Nuevo México. Y la segunda me tocó en Pecos, donde le digo yo que echaba las tortillas.
LM: ¿Por cuánto tiempo lo contrataron en esa ocasión?
NH: Dieciocho meses.
LM: ¿Así eran los contratos?
NH: Pues a mí así.
LM: ¿Dónde cruzó la frontera?
NH: Aquí por el puente de Juárez, en la Lerdo.
LM: Y luego cuando cruzaron, ¿a dónde fueron?, ¿había alguien que los estaba esperando?
NH: Pues sí, los patrones, mi patrón se llamaba Chendo, ya se me olvidó el Chendo… Ahí lo tenía el nombre de Rosendo, Chendo…
LM: Así es. Entonces cruzaban, y, ¿a dónde los llevaban?
NH: A la pisca, luego luego a donde íbanos a dormir, y luego de allí muy temprano a piscar.
LM: ¿Cómo era ese lugar donde los llevaban a dormir?
NH: Pues eran unas casitas muy adornaditas, bien, bien….
LM: ¿Cómo estaban amuebladas esas casitas?
NH: Pues había mesa, estufa y las camas.
LM: ¿Cuántas camas?
NH: Una pa cada, sí a mí me tocó dos compañeros, de aquí de Chihuahua, que tenía que mantenerlos porque ellos piscaban nomás cien libras, era un viejito que me tocó y dos muchachos, y tres y yo cuatro. Ellos tenían su cama aparte y todo, ¿no?, pero yo tenía que ayudarles porque yo piscaba trescientas libras. De lo que yo ganaba tenía que darles pa la comida, ¿me entiende?, porque ellos ganaban muy poquito. El que se quedó fue el viejito de Zacatecas.
LM: Cuénteme, ¿cómo era un día de trabajo?, ¿a qué horas empezaba su día de trabajo?
NH: Pos nosotros empezábanos temprano, como es tiempo de calor, nos íbamos a las seis y media de la mañana. Llegábanos a las siete y regresábanos a las cuatro.
LM: Regresaban hasta las cuatro, ¿en qué meses fue eso?
NH: En septiembre, sí, la pisca empieza en septiembre.
LM: ¿Cómo es ese trabajo de la pisca para los que no sabemos?
NH: Agarra usted el este y siguiendo le aprieta aquí y lo va echando a los costales.
LM: Llevan un costal.
NH: Sí, un costal arrastrando. Yo alcancé a los más ochenta, ochenta libras al costal, porque ya estaba pesadote, pero por debajo de las piernas. Y cuando ya me enseñaron, en Pecos que ya me salí y me contrate, ellos me enseñaron por este lado y por este lado y en medio.
LM: Y luego, ¿qué hacían con eso que iban juntando?
NH: No pues ahí estaba la báscula, Chester Randall se llamaba mi patrón, y los pesábanos y nos subíanos y lo vaciábanos.
LM: ¿Era grande ese rancho donde trabajaba?
NH: Sí, taba grande.
LM: ¿Cuántos acres tenía?
NH: Tenía muchos acres, muchos.
LM: ¿Cuántos trabajadores estaban ahí?
NH: Era cinco de nueve. Nueve piscadores.
LM: ¿A cómo les pagaban, se acuerda don…?
NH: Ahora verá, no me puedo acordar cuanto, a cómo estaba la libra. No, la verdad pa qué le miento, no me acuerdo a comó estaba la libra.
LM: Y, ¿les pagaban en efectivo o les pagaban con cheque?
NH: Efectivo.
LM: ¿Cada cuándo les pagaban?
NH: Cada semana.
LM: Cada semana, ¿qué día?
NH: Sábado.
LM: ¿Trabajaban?
NH: Medio día nomás.
LM: ¿Trabajaba de que día a que día?, ¿de lunes a sábado?
NH: De lunes a sábado, y como cuando me tocó aquí en Texas yo venía de darle una vuelta a mi familia, porque podíanos salir con la tarjeta esa. En aquel tiempo no había problema.
LM: No había mucho problema.
NH: No.
LM: ¿Tenían mayordomo ahí en el rancho?
NH: Nomás que no me acuerdo como se llamaba, muy buena persona también.
LM: Pero sí había.
NH: Sí, había mayordomo.
LM: ¿No tenían problemas con el idioma?
NH: No.
LM: ¿Hablaban español los patrones?
NH: Nomás un día sí tuve problemas, porque salió un conejo, y ahí estaba el patrón Chester Randall, y yo corrí a ver dónde se metía pa agarrarlo, y llegó el patrón, yo pensaba que era el mayordomo, ¿no?, y voltea y ya cuando voltié me dijo: “What’s your matter”. Le dije: “Si se asomara ya lo había matado”. (risas) Ese chiste, cómo se rió él, ¡hay Diosito santo! Pasan estas cositas que no se da uno cuenta pero…
LM: ¿Había algún pueblito ahí cerca de donde estaba el rancho?
NH: Anthony, Nuevo México.
LM: ¿Iban ahí a Anthony?
NH: Pues pasábanos por ahí por Anthony. Y había veces de que cuando no venía yo para acá, nos íbanos a llevar poco mandado de ahí, en La Mesa también había tienda pero, sí.
LM: O sea que les pagaban e iban al mandado.
NH: Sí.
LM: ¿Quién los llevaba?
NH: El mayordomo.
LM: ¿En qué los llevaba?
NH: En una troca.
LM: Y, ¿cómo se portaba la gente ahí en el pueblo con ustedes?
NH: Pues en ese tiempo eran muy buenas gentes, todas las gentes que iban y nos visitaban, muy buenas gentes.
LM: Los trataban bien.
NH: Sí.
LM: Usted sabe, pochitos, americanos que hablaban poco el español, nos procuraban mucho. Yo no tuve razón de nada, ni mis compañeros, porque yo les ayudé a mis compañeros que no podían piscar, dijeron: “A qué le tiramos, a qué le tiramos”. Y les ayudé con el pasaje y todo, para que se fueran a Chihuahua, y se quedó nomás…Voy a platicar la historia, se quedó nomás el viejito, eso fue en Pecos, se quedó el viejito que piscaba, fíjese nomás, ni las cien libras piscaba, noventa al día. Le dije: “No pos yo no me voy porque yo [es]toy solo”. Ah bueno, este compró una cartera con barajas y él las vendía a los compañeros de allá de Durango, de Aguascalientes que eran muy buenos pa piscar, que me enseñaron a mí a piscar, pero también me enseñaron jugando poquer, metían chueco. ¿Ya me entiende lo que le estoy diciendo? Metían el comodín. Pero como mi papá me enseñó a mí muchas cosas en la baraja, yo le agarré las movidas a mi papá. Entonces ya para venirnos le dije: “No le vendas cartas a mis compañeros ya”. “¿Por qué, Nereo?”. “Me las vendes a mí, yo te las compro todas”. Y yo las marqué todas las carta alta, las cuatro cartas altas, ases, rey, todas, y me puse a jugar porque ya estaba pa salir. Si ya me hicieron a mí, y me quitaban cada semana haciéndome jales chuecos, ¿yo por qué no? Entonces les hice, les marqué las cartas, y los recogí todo.
LM: ¿Cada cuándo jugaban?
NH: Cada ocho días, los domingos.
LM: ¿A qué horas empezaban a jugar?
NH: Tempra, desde en la mañana hasta en la noche. Y cuando ya le di fin le dije: “Yo te voy a dar el pasaje, nomás no digas nada, te voy a dar el pasaje de Juárez a Zacatecas”.
LM: ¿Cuántos se juntaban a jugar?
NH: Cinco de ellos y yo, seis.
LM: Y, ¿qué jugaban?
NH: Pokar[poker].
LM: ¿De a cómo era la apuesta más o menos?
NH: De a como usted dijera la carta, $5 o $10 dolaritos. Pero yo sabía bien lo que tenían, sí me convenía le iba y sí no, pos vengase chiquitito para acá.
LM: Y, ¿dónde jugaban ahí en el…?
NH: Ahí, nos turnabanos en la casa de onde yo estaba o en la casa de ellos, pero sin dificultad ninguna jugabanos porque… Pero sí, a mí me pudo mucho que yo me daba cuenta que estaban haciendo jales chuecos, que tenían la marca del comodín, y yo les marqué las otras cartas y les recogí todo, los dejé en ceros.
LM: ¿En alguna ocasión hubo algún problema ahí con los compañeros?
NH: No, de peleas no. Donde tuve dificultad fue en Pierce, Colorado. Allá sí, en el desahije de betabel.
LM: En el desahije de betabel.
NH: Allí sí había muchas envidias, que tuve que darme trompones con el capataz de ahí, que eran dos, mitad y mitad. Yo me encargaba del…Éranos como ocho o diez, cuatro y cuatro en el desahije.
LM: A ver, ahorita platicamos de eso, me gustaría que me platicara, ¿mandaba usted dinero a su familia, don Nereo?
NH: Sí, cómo no.
LM: ¿Cada cuando les mandaba?
NH: Pues cuando podía mandarles, les mandaba, ora verá…Pos cada mes.
LM: ¿De dónde les mandaba?
NH: Desde Pecos, cuando estuve en Pecos, miento en Colorado.
LM: En Colorado.
NH: Y aquí en Pecos también les mandaba
.
LM: Y, ¿cómo le hacía para mandar ese dinero?
NH: Pues por correo. Aquí estábanos en Juárez, todavía no veníanos pa acá.
LM: ¿Se acuerda cuánto le cobraban por mandar el dinero?
NH: Pues fíjese que no me acuerdo, era poco lo que me cobraban en aquel tiempo.
LM: ¿Era sencillo mandar el dinero?
NH: Sí.
LM: ¿Tenían que ir al pueblo?
NH: Sí, teníanos que ir hasta al pueblo, a los correos del pueblo.
LM: Y, ¿se escribía, tenía comunicación con su familia?
NH: No, por teléfono nada de eso no, nomás cartas.
LM: Por cartas. Vamos a ver desde su primer contrato, dice que fue por dieciocho meses.
NH: Sí, en La Mesa, Nuevo México. Pero pasaba yo cada ocho o quince días, venía a darle la vuelta.
LM: ¿Cada ocho, quince días venía?
NH: Aquí en Lamesa.
LM: Y, ¿cómo era eso?, ¿le dieron algún documento, algún pasaporte o algo?
NH: Me daban unos papeles que se me perdieron también con la honorífica, para presentarlo, ¿me entiende? Y luego tenía una de estas, pero en el camión se me olvidó todo, y no borracho nomás.
LM: Y, ¿se la pedían esa?, ¿tenía que traerla usted siempre?
NH: Sí, presentarla.
LM: Y venía y salía, ¿qué día salía, qué día se venía?
NH: No pues el sábado en la tarde, pos aquí estaba cerca, agarré el que hay en Anthony, en La Mesa, Nuevo México.
LM: Y, ¿cuándo se regresaba?
NH: A otro día, el domingo.
LM: ¿Cada cuándo dice que venía?
NH: Pos ocho o quince días.
LM: Estaba en contacto con su familia.
NH: Sí. Donde no estuve fue ahí en Pecos, estaba muy lejos.
LM: Cuando se le acabó ese contrato primero, ¿qué hizo?
NH: No, pues esperar otra contratación.
LM: O sea de ahí del rancho donde estaban, ¿los mandaron a algún lado?
NH: No. De La Mesa, Nuevo México cumplimos hasta que llegó la otra contratación por televisión y por correo, de esos periódicos, decían que ya estaba la contratación en Chihuahua.
LM: ¿Pero cómo?, ¿se vino para México cuando se terminó el contrato?
NH: Sí no, pos aquí en Juárez.
LM: Y, ¿en qué se vino?
NH: Hay autobuses que vienen de Anthony, Nuevo México y nos dejaban acá. Pero cuando cumplimos, nos mandaron en una troca pa El Paso, y en El Paso a la oficina de la braceriada, allí nos mandaba.
LM: ¿Ahí los mandaron? ¿Cómo era esa oficina, se acuerda?
NH: Pues estaba muy bonita, estaba casi hasta el centro.
LM: Grande.
NH: Grande era la oficina ahí.
LM: ¿Cuánta gente habría ahí?
NH: Pues bastante, yo vi, bueno, de los que estábanos saliendo había bastantes.
LM: ¿Se acuerda cómo era?
NH: Pos no, pues era una finca muy bonita.
LM: Tenía cuartos, tenía oficinas.
NH: Oficinas, americanos dentro de la oficina, mexicanos también.
LM: Y luego llegaron ahí, y, ¿cuánto tiempo estuvieron ahí antes de cruzar o qué?
NH: Porque, teníanos que estar hasta que nos hablaran, nos apuntaban ahí y: “Julano de tal”.
LM: Y luego les mandaban hablar.
NH: Nos mandaban hablar, que ya está listo la salida.
LM: ¿Les daban algún papel o algo?
NH: Sí, nos dieron papel, como le digo, los perdí todos, la honorífica.
LM: ¿Ahí le dieron a usted su mica?
NH: No, era una hoja muy bonita como esta, y la presentaba yo. Ni pasaporte necesitaba con esa.
LM: Y, ¿esa por qué se la dieron?
NH: Porque cumplí. Que cumplí todos los contratos que me dieron.
LM: Entonces se regresa usted a México, y, ¿cuánto tiempo se está aquí en México antes de volverse a ir?
NH: Pos no, como unos tres, cuatro meses, mientras que….Saliendo la otra contratación luego porque…
LM: ¿Avisaban cada determinado tiempo?
NH: Sí avisaban. Estaban contratando en Chihuahua entonces.
LM: O sea que no era cuando…
NH: Yo quería no, si estuviera abierta la contratación.
LM: Y, ¿para qué meses, más o menos, estaba abierta esa contratación?
NH: ¿En la pisca? Como un mes antes de septiembre.
LM: Y empezaban…La segunda vez que se contrató, ¿cómo fue?
NH: La segunda vez que me contraté, me tocó en Pecos.
LM: No, pero la contratación.
NH: Acá en Chihuahua.
LM: En Chihuahua, ¿vivía usted aquí en Juárez?
NH: Aquí en Juárez. Yo me fui a Chihuahua.
LM: Y se fue a Chihuahua.
NH: Allá vivían mis padres, mis hermanas.
LM: ¿Alguien más de su familia fue bracero?
NH: No, de mi familia, pos mis primos yo creo, pero no supe yo en qué parte estuvieron.
LM: Se fue a Chihuahua, y, ¿llegando a Chihuahua qué hizo?
NH: No, nomás ir a formarme para que me anotaran los…
LM: ¿Ya sabía a dónde tenía que ir?
NH: No, aquí nos mandaban cuando llegaban aquí en El Paso, ahí estaba la: “Se van a tal parte”.
LM: No, no, pero en Chihuahua.
NH: ¡En Chihuahua!, no pos ahí durábanos cuando mucho dos días, para contratarme en la punta y tanta gente que había.
LM: ¿Cuánta gente habría ahí?
NH: Pos era bastante oiga, mucha gente había en línea.
LM: Dice que duró dos días ahí.
NH: Dos días.
LM: Y, ¿cómo era?, ¿se acuerda cómo era ese lugar donde iban, donde tenían que esperar, donde contrataban?
NH: Pos no me acuerdo comó se llamaba pero, ¿aquí dice no?
LM: ¿A ver? No, no pero, de lo que se acuerde, ¿cómo era el proceso de contratación ahí?, ¿qué les pedían?
NH: El acta de nacimiento.
LM: El acta, ¿qué más?
NH: No, pues para mí nomás llevar el acta de nacimiento y ya cuando me dieron esta, presentaba esta nomás.
LM: ¿Los llamaban?
NH: Sí, por micrófono nos hablaban.
LM: Y luego, ya que los llamaban, ¿qué hacían?
NH: No pues, me tocó que me examinaban de tocho.
LM: ¿Ahí le tocaron exámenes médicos?, ¿cómo fueron esos exámenes médicos?
NH: Pos lo desnudaban a uno todo. A ver si no venían enfermos de…
LM: Enfermedades venéreas.
NH: Sí.
LM: ¿Qué más?
NH: Pos no, pero sí. Los que nos trataban, esos que nos examinaban eran muy buenas personas.
LM: ¿Eran mexicanos ellos o eran…?
NH: Pos yo creo que eran, porque hablaban muy bien español.
LM: ¿Le sacaron sangre ahí?
NH: Sangre y lo examinaban a uno de tocho, de todo.
LM: Sus partes nobles también.
NH: Sí, todo, todo.
LM: Y, ¿cómo se sentía usted con esos exámenes?
NH: Pos yo, lo que yo quería era venir a trabajar. Yo me sentía bien, me sentía feliz, libre de todo, cuando ya nos andabámos en el camión que nos trajera ya veníanos completotes.
LM: ¿Le tomaron alguna radiografía ahí?
NH: No, de eso sí no me acuerdo que me tomaran radiografías.
LM: ¿O algún especie de desinfectante que hayan usado?
NH: No.
LM: No le tocó a usted.
NH: No, no me tocó a mí.
LM: Entonces de ahí salían con su contrato, ¿ahí les daban su contrato en Chihuahua?
NH: En Chihuahua nos lo daban y lo presentábanos aquí en El Paso.
LM: Y, ¿cómo se vino de Chihuahua a El Paso?
NH: En camión, nos mandaban especial el camión.
LM: ¿Por parte de ellos?
NH: Sí, ya por parte de la braceriada, y nos pasaban…
LM: ¿Ya no pagaban ustedes?
NH: Nada, llegaban y ahí: “Tú te vas a tal parte”.
LM: ¿Dónde cruzó, aquí en El Paso?
NH: Aquí en El Paso, por la Juárez.
LM: Aquí en El Paso, ¿a dónde lo mandaron ya cuando cruzó?
NH: A La Mesa, Nuevo México.
LM: ¿Pero no llegó a algún lugar antes?
NH: No, nomás a la oficina esa que le digo.
LM: A la oficina.
NH: Y ya de ahí ya…
LM: ¿Cuánto estuvo en esa oficina?
NH: Pues, no duramos ni dos horas cuando llegamos de Chihuahua.
LM: Muy rápido.
NH: Y llegamos y nos llevaron a donde teníanos que trabajar a otro día y todo, a presentarnos un día y teníamos que piscar y todo.
LM: ¿En dónde fue eso?, ¿a dónde se lo llevaron la segunda vez?
NH: En La Mesa, Nuevo México.
LM: La Mesa.
NH: No, la primera vez fue en La Mesa.
LM: Y, ¿la segunda?
NH: En Pecos.
LM: Ahí se lo llevaron a Pecos. ¿Cuánto se hace de El Paso a Pecos?
NH: Pos más o menos unas tres horas.
LM: ¿En qué se fueron?
NH: En camión.
LM: ¿En camión de pasajeros?, y, ¿ahí trabajó en la pisca del algodón también?
NH: En la pisca del algodón.
LM: ¿A qué hora empezaba el día?
NH: Nosotros salíanos a las seis y media de donde estábanos para llegar media hora, a las siete comenzábanos, pa salir a las… Bueno yo salía a las tres, cuatro, estaba cercas. Había veces de que como piscabanos lo que teníanos que piscar, yo nomás pasando de las cuatrocientas libras ya, lo que sobre es carga.
LM: Cuénteme don Nereo ahí, ¿cómo era el lugar donde vivía ahí?
NH: Muy bonito, unas casitas, un ranchito muy bonito.
LM: ¿Tenían sus propias casitas?
NH: Sí, agua.
LM: ¿Tenían baño?
NH: Baño, agua caliente y todo.
LM: Y, ¿qué comían?
NH: Pos lo que hacíanos de comer, frijolitos, carne, sopa. Bueno yo hacía la sopa, las tortillas de harina y una que otra chevecita, para que se bajara, para hacer la digestión bien, no borrachos, no sodas en bote, teníamos refrigerado.
LM: ¿Cuántos vivían ahí en esa casita?
NH: Los que había como unos nueve.
LM: Nueve, y, ¿cómo se organizaban para la cocina?
NH: Nosotros éranos cuatro y ellos eran cinco, los de Durango y Aguascalientes. Los que eran muy buenos pa piscar, los que me enseñaron a mí a piscar, me quitaron el dolor que tenía yo por un solo lado de piscar por el medio de las piernas.
LM: A ver, platíqueme de eso.
NH: La pisca usted se faja el costal y se queda abierto tanto así para que eches, ¿no?, por en medio de las piernas. Entonces yo nunca me lo quité porque no sabía cómo, pero ellos se comprometieron a enseñarme y a quitarme el dolor, pero el dolor era porque de a un solo lado.
LM: Le dolía el…
NH: La cintura.
LM: ¿A qué hora sentía ese dolor?
NH: Como a la hora y media.
LM: Como a la hora y media de estar trabajando, ¿en dónde le dolía?
NH: Aquí en la espina dorsal. Y entonces ya cuando ellos… Me comprometí a echar las tortillas, nomás las puras tortillas, porque los otros dos compañeros se jueron, los muchachos jóvenes y me quedé con el viejito ese que le platico. Entonces, nos juntamos todos en el mismo departamento de los otros y ellos hacían almuerzo, comida y cena, pero yo me comprometía con las tortillas todos los días, un altero.
LM: ¿Eran de harina o de maíz?
NH: De harina, ¡pero le entraban muy duro, compadre!
LM: Y, ¿usted era bueno para tortear?
NH: No, pues en eso me enseñaron a mí, pero cuando los juntaba, eso sí que no había gente borracha. Nos unimos a que una cerveza o dos cervezas era lo más que se podía tomar ahí para estar con ánimos de trabajar, ¿me entiende?, porque si no, y todos éramos muy unidos: “¿Nereo qué te falta?”
.
LM: ¿Pusieron sus propias reglas?
NH: Sí. Ahí va a salir el chillido de la perra.
LM: No importa.
NH: Sí, no, éramos muy unidos, buenos compañeros.
LM: ¿Hizo buenos amigos allá?
NH: Sí, cuando ya salimos aquí se despidieron, hasta querían quedarse aquí en Juárez. Yo tengo mi familia, ni modo de darte… Al que sí le di cabida nomás para irle a sacarle, como le platico, de la feria que les gané a estos dos pares, le pagué el pasaje, $90 pesos hasta Zacatecas.
LM: ¿Él se había quedado sin dinero?
NH: No pues es que no llevaba gran cosa, yo me traje como $800, $900 dólares. Y le compré su boleto y ándale vente ya, fui lo eché en el camión pa Zacatecas, y tampoco se quería ir, quería quedarse aquí. Le dije: “No, yo tengo mi familia, ¿cómo?”. Y luego tábanos en Juárez, toda[vía] no hacía yo esta casa. Yo la hice solo, mi señora y yo todo esto solo.
LM: Don Nereo, cuénteme, ¿era muy difícil volver a conseguir un contrato?
NH: Pues, a como está el tiempo ahorita sí. Antes estaba muy fácil de contratarse uno, porque lo pedían a uno y lo veían a uno eran, si iban los viejitos, cuanto y más uno ya de mi edad, treinta y tantos años cuando me contraté.
LM: ¿Ese segundo contrato de cuántos meses fue?
NH: En Pecos, como de seis meses, más o menos.
LM: ¿Eso en que año fue, se acuerda?
NH: Pos el año fíjese que no me acuerdo.
LM: Pero fueron seis meses, ¿y luego?
NH: En Pierce, Colorado. Estuve en Artesia también.
LM: O sea que, ¿cuántas veces se contrató usted?
NH: Cuatro, que yo me acuerde, porque está carajo pa acordarse ya de la bola, ya tanto tiempo.
LM: Siempre había que salir del país, ¿había que salir a México?
NH: A contratarme a Chihuahua, era la única contrataciones que había.
LM: ¿Siempre era el mismo procedimiento?
NH: El mismo procedimiento.
LM: Y, ¿los mismo exámenes?
NH: Los mismos, sí.
LM: ¿En Estados Unidos nunca le tocó que le hicieran exámenes?
NH: No, de aquí íbamos todos. Quién sabe los otros contratistas que había, ¿no?, porque yo desde que ya salí conseguí trabajo en otra parte, pero eso no se puede hablar.
LM: Sí, usted cuénteme.
NH: Y luego ya cuando dejé de ir a los Estados [Unidos], me metí de hacer limpias en una cantina, chanza que usted la conozca. El Club Bajarí, que está por la 16 [de Septiembre] y Constitución. Ahí estaba mi concuño que se murió, José Ángel ahí trabajaba, y dijo: “Pues aprende”. Pero yo haciéndole los mandados a los que iban a jugar ahí dominó y a tomar, les caí bien y me dijeron: “Que te gusta la cantina”. “Sí, me encanta la cantina pero pues, ¿cómo?”. “Yo te voy a enseñar”. Ellos porque eran cantineros los que iban ahí, de otros lugares.
LM: ¿Eso dónde fue?
NH: Aquí en Juárez, en El Club Bajarí ahí. Pos no duré ni el mes trabajando cuando me metieron, ellos mismos: “Ya sabes servir, vente”. Y el patrón se dio cuenta y ya me dejó de cantinero. Y luego ellos me enseñaron las bebidas compuestas: “Vete a tal parte donde estoy trabajando para darte yo recetas pa que hagas”. Y ahí fue donde yo aprendí de cantinero.
LM: Vamos a regresarnos un poquito a su trabajo de bracero, don Nereo. Me dice que después del algodón, ¿a dónde se fue?
NH: Del algodón de Pecos salí a contratarme y me contraté a Pierce, Colorado.
LM: ¿En qué trabajó ahí en Colorado?
NH: En desahije de betabel.
LM: ¿Cómo es ese trabajo?
NH: ¿Mande?
LM: ¿Cómo es el desahije?
NH: Dejar una sola mata, lo más dos, pero hay tres, cuatro.
LM: O sea que nace la plantita.
NH: Nace la plantita pero salen muchas en veces, ¿no?, pero hay veces que salen abiertas y no batallas, pero necesitas saber con el azadón, un azadoncito así.
LM: Le dan un azadón chiquito.
NH: Chico.
LM: Y todo el día agachado.
NH: Sí, todo el día.
LM: ¿Era pesado ese trabajo?
NH: Pero sí pagaban muy bien.
LM: ¿Ahí cómo lo pagaban?
NH: El acre lo pagaban, pues no me acuerdo, pero muy bien lo pagaban el acre.
LM: ¿Era grande ese rancho?
NH: Muy grande en Pierce, Colorado.
LM: ¿Cuántas gentes trabajaban ahí con usted?
NH: Pues sí éranos bastantes, como unos dieciocho más o menos.
LM: Dieciocho, ¿todos braceros?
NH: Todos braceros.
LM: ¿En aquel entonces habría alguna persona que no fuera bracero, algún ilegal que estuviera trabajando por ahí?
NH: Con nosotros ninguno, todos, porque desde acá nos veían, cuando hablaban y todo.
LM: ¿Ahí tenían mayordomo?
NH: Sí, el mayordomo era el que nos mandaba, nos dividía: “Yo quiero que se dividan, hay una persona que los mande”. Y me tocó a mí.
LM: Ah, qué bien.
NH: Y al otro, pero el otro no me podía ver ni en pintura.
LM: ¿Por qué, oiga?
NH: Envidia. Es malo hablar de la gente pero es cierto, tuve que golpearlo.
LM: Cuénteme esa situación, ¿cómo?
NH: Es que me decía muchas cosas que no, que era un aquí, que era un allá. Y luego no podía ver a mis compañeros, a los que yo dirigía, y les decía. Y luego me fui y me puso mal con el mayordomo.
LM: ¿Qué le dijo?
NH: Que yo era un aquí y un allá y que no hacía las cosas como ellos decían, pero los muchachos me decían: “No los que son mal son ellos, y te lo compruebo, y revisa cómo van ellos y cómo vamos nosotros”. Y fue él.
LM: Le dijo usted al mayordomo.
NH: Y ahí fue donde se dio cuenta que sí me estaban cabuleando. Entonces se vino y me quiso golpear y salió golpeado.
LM: Se vino el otro y le quiso golpear.
NH: En la casa.
LM: ¿Eso fue en la casa?
NH: Ahí.
LM: Cuénteme, ¿cómo fue eso?
NH: No pos me insultó mucho, pero pos como yo me peleaba en Santa Bárbara con boxeadores, ¿qué no me va a hacer un bronco de estos? Por cierto, con mucho mole, y reconoció después era un muchachos que bárbaros. Dijo: “No, admítenos Nereo con tu gente”. “Órale mi compa”. Y de ahí pal real fue la única dificultad que tuve.
LM: ¿No hubo ningún problema con algún patrón?
NH: No, no, no. Fui yo y hablé con el mayordomo y le dije: “¿Sabes qué? Pues ya me pidió disculpas este compa, que le puse sus trompones y quiere que nos juntenos todos juntos”. “Ah no, pues mejor”.
LM: Y las cosas funcionaron mejor.
NH: Y todas las cosas funcionaron, salimos bien, todos parejitos. Y si se quedaba uno atrás, el otro le daba al surco pa que se emparejara, ya me entiende como le digo.
LM: Fue una buena experiencia.
NH: Sí, igualmente con la pisca, yo me adelantaba muncho pero agarraba los surcos de ellos para que se emparejara.
LM: O sea que se ayudaban unos con otros.
NH: Sí, pos era la ventaja cuando hay una unión, ¿me entiende?, para que camine bien y salganos completamente bien.
LM: ¿Ahí también les pagaban en efectivo o con cheque?
NH: En efectivo, en efectivo nos pagaban, no cheque.
LM: ¿Cuál era el pueblo que estaba más cerca de ahí de Colorado, de Pierce, Colorado?
NH: Denver.
LM: ¿Iban a Denver?
NH: Denver, y no me acuerdo la otra. No, no salíanos nosotros, sí no salíanos.. Y, pos no, ahí nos acoplábanos. Ahí en Pierce, Colorado había tiendas cercas, onde íbanos por el mandado, pero había veces de que nos juntábamos, cuando estábanos ya todos juntos, sacaban todo: “Pónganle ahí tanto y tanto”. Pues sí, era una comunicación que había cuando hacíanos los pollitos, pos ya sabrás, ¿no?, una ollota grande pa tantos. “Y, ¡ándele!, vámonos a darle que es mole de olla”.
LM: ¿Le gustaba a usted cocinar?
NH: Sí, ¿no?, y me gusta todavía, porque pos yo he trabajado en restaurante.
LM: ¿En qué se divertían?
NH: ¡Ay, si le platico! Había veces que nos íbanos al pueblo y andábanos pa arriba y pa abajo viendo las tiendas, viendo todo lo que se podía ver allí, pero nomás eso, y nos regresábamos.
LM: ¿Se echaban alguna cervecita?
NH: Una o dos cervezas era lo que nos tomábanos pa llegar bien al trabajo.
LM: ¿Cómo se portaba la gente ahí en los pueblos?
NH: No pues los americanos, ni bronca había ni nada, hay veces de que, no.
LM: ¿Aprendió usted algo de inglés?
NH: No, qué bárbaro. Pues, onde yo aprendí inglés fue aquí con los americanos lo que me pedían de, como si usted quiere ahorita le preparo unas pa que se caiga también.
LM: Muchas gracias. A ver, don Nereo cuénteme, del tiempo que estuvo usted trabajando en Estados Unidos, en alguna ocasión, ¿sintió que lo trataban mal, que le daban mal trato?, o, ¿sentía que lo trataban bien?
NH: No pues el único mal trato fue ese muchacho que le pareció mal que mis compañeros lo delataran.
LM: ¿Él era mexicano también?
NH: Sí, mexicano también era, creo era de Chihuahua también y todo eso, pero pues gente bravera que…
LM: ¿Llegó a conocer usted a algún patrón?
NH: Aquí en La Mesa sí, era muy buena gente Chester Randall, sí.
LM: ¿Se portaba muy bien?
NH: Nomás que el mayordomo, muy buena gente también, nomás que no me acuerdo cómo se llamaba.
LM: ¿Conoció usted a la familia de él?
NH: Pos sí, pero pos se imagina, pa que me acuerde, ya son muchos años. Y luego pa la juventud que tengo pos óigame, la memoria ya se está yendo compa.
LM: No, todavía tiene muy buena memoria. ¿En alguna ocasión le tocó algún detalle con alguna autoridad?
NH: No, ahí cuando yo estuve ninguna molestia hubo, iban a chequear los de imigracíon pero con nosotros no. Iban, yo creo ya directamente con la persona que iban a sacar, pero retirados de onde andábanos nosotros.
LM: ¿Nunca llegaron?
NH: Ahí con nosotros nunca llegaron.
LM: ¿Ni le pidieron a usted?
NH: Nada de identificación, ni nada.
LM: Muy bien don Nereo, vamos a ver.
LM: Y después del betabel, ¿en qué trabajó?
NH: No, nomás en las puras piscas he andado yo.
LM: Algodón y betabel.
NH: Y betabel, nomás eso.
LM: ¿En cuántos estados se fue?
NH: Anduve en La Mesa, Nuevo México, en Pecos y en Artesia, Nuevo México y Colorado.
LM: Y Colorado. ¿Se pisca más o menos en los mismos meses?
NH: Septiembre se empieza.
LM: ¿El betabel también es en esa fecha?
NH: El betabel, el desahije, pos la verdad no me acuerdo qué mes, ¿no viene ahí?
LM: No, no. ¿En alguna ocasión se enfermó usted, don Nereo?
NH: Nunca, allá nunca me enfermé yo.
LM: ¿Tenían médico los ranchos?
NH: Pos sí. Le voy a decir que nunca hubo un enfermo ahí en lo que yo anduve, que se lo llevaron al…Nunca, ninguno.
LM: ¿Eran muy sanos?
NH: Muy sanos todos, gracias a Dios.
LM: Qué bueno, don Nereo, y, ¿iban a misa?
NH: No, las iglesias estaban muy lejos.
LM: Estaban muy lejos.
NH: Muy lejos las iglesias. Ahí nos persinábanos en los…
LM: Si acaso al pueblo nada más a comprar mandado.
NH: Sí, nomás a eso.
LM: Nomás a eso.
NH: Pero no, en el camino nos veníanos tomando una cerveza, y llegábanos y ya a comer. Sí, y a hacer y a preparar para otro día.
LM: Y, ¿de su ropa y eso?, ¿lavaban?
NH: Lavábamos sí, no pos sí sudábanos mucho compa. Ahí sí nos bañábamos en sudor sí, y luego luego, llegábanos y vámonos al baño luego luego, y a lavar la ropa y a tenderla.
LM: ¿Cada cuándo lavaban la ropa?
NH: Todos los días.
LM: Todos los días.
NH: Hasta el viejito ese, hasta el viejito lavaba su ropa porque…No sudaba porque pos piscaba muy poco, pero todos los días lavaba.
LM: Entonces había gentes de diferente edad.
NH: Sí, no, no. Este señor tenía como unos sesenta años, yo no sé cómo lo contrataron. A lo mejor se quitó los años, y lo vieron…
LM: ¿Sería de los más grandes?
NH: Sí, no, y todavía de los…Óigame.
LM: Había de todas las edades.
NH: No, pos cuáles, sí [a] mí me tocó nomás ese viejito, no pero ya los otros pura juventud. De perdida unos veinticinco, treinta años, lo más.
LM: Entonces mientras usted estuvo trabajando aquí cerca venía cada quince días.
NH: Sí, de perdido cada quince días venía. Pero los papeles, como le digo, ¿no? Nada más que la tarugada que hice es que los junté todos pa arreglar ahora con la amnistía que estaban dando y se me perdieron.
LM: Oiga don Nereo, ¿cuándo deja usted de trabajar como bracero?
NH: La verdad que no me acuerdo yo qué año, no me acuerdo, para qué le miento, ¿no?
LM: ¿Por qué?
NH: Porque conseguí trabajo acá, de cantinero y luego de mesero. Trabajé veinte años de cantinero y veinte años de mesero.
LM: ¿Le salía más dinero acá que allá?
NH: Sí, pos estaba con mi familia, por eso. Era mucho sufrimiento andar fuera de la familia.
LM: ¿Sufría usted?
NH: Sí, cantidad, pensando mucho en mis hijos.
LM: ¿Cuántos hijos tenía ya?
NH: No pos aquí tenía, cuando estaba aquí seis, me quedan cinco porque se me jue una, por irme de bracero se me murió.
LM: ¿Cómo fue eso? Platíqueme.
NH: Estaba muy engreída conmigo, llegaba yo de trabajar en la obra, y llegaba y me quitaba los zapatos y le decía a mi señora que si ya había hecho comida, que le apartara primero a su papá y luego que sirviera a los demás. Y se cargó, se le vinieron muchas complicaciones cuando me jui de bracero a Chihuahua.
LM: Lo extrañó.
NH: Y todavía la lloro, y voy al panteón muy seguido a darle su vuelta. De perdido voy tres, cuatro veces por año. Si ando cerquitas ahí donde está voy a darle una vuelta a mija.
LM: Claro.
NH: Sí.
LM: ¿Recuerda que su esposa le haya hablado para…
NH: Sí, no, cuando llegué para sepultarla, ¿no? Me dieron permiso allá, me dijo: “Vete, te regresas tan pronto como le des sepultura a tu hija”. Y me regresé luego y me vine. Pero así es, le toca a uno la de malas perder su familia. Pero era una niña, de cuatro años se me murió.
LM: De cuatro años.
NH: Cuando trabajaba en el establo ella iba, en la tarde que ordeñaban, y se ponía pa que le echaran…
LM: Y, ¿de ahí empezó usted a pensar en dejar de trabajar de bracero?
NH: Desde entonces.
LM: Eso fue lo…
NH: Que era de que estaba muy…Es que es una vida de estar juera, juera de su familia de uno, está muy pesado compa, y lejos. Con que tenga buen trabajo. ¡Ah, caray!
LM: No, está bien.
NH: Acá está.
LM: Dígame, me decía.
NH: Es muy…
LM: Sí, dígame, dígame don Nereo.
NH: Es muy triste estar juera de la familia de uno, sin saber cómo ande, cómo están. Y luego pos tenía mis hijos, ya tenía que estar su papá aquí con ellos, de escuela secundaria, preparatoria, todo eso. Que no se salgan de lo que no es. Y por eso es que le digo de que pos… Hay muchas veces que los padres tenemos la culpa que los hijos salgan malos, porque no está uno…
LM: Al pendiente.
NH: Y si les pegas, si les pegas pior, necesitas llevarlos. Yo tengo muy buenos hijos, gracias a mi padre Dios.
LM: ¡Qué bueno!
NH: Hasta le habló mi padre Dios, pa que se arrimara de él.
LM: ¡Bendito sea Dios!
NH: Y ella es la que nos echa, nos bendice y todo, no nos abandona, no nada, y todo el tiempo está con nosotros. Todas mis hijas, tengo tres y dos hijos, muy creyentes.
LM: Don Nereo, cuénteme, ¿cómo fue su vida después de que dejó de trabajar como bracero?
NH: Ya le puedo hablar de cantinero, pues muy…
LM: Se vino y empezó a trabajar, ¿en qué?
NH: Ya, ya cuando de ahí, dejando la braceriada luego luego me metí de… Trabajé en…Mire cómo está, ¿ya vio?, ahí está el matrimonio mire. No, mire, esos muchachos me enseñaron a mí, me apreciaban mucho porque yo les hacía los mandados jugando dominó y todo, y ellos mismos me dijeron: “Vete a la cantina donde estamos trabajando para que veas cómo trabajamos, y no vas a tomar nada, nomás te fijas lo que vas a hacer. Cómo estamos haciendo nosotros y todo, y cómo atendemos toda la clientela y todo”. “Pos órale”. Y me jui, y luego luego a los quince días les agarré la movida como estaba ahí. Entonces no había licuadoras como ora, pos la licuadera era un vaso de vidrio y de aluminio y, ¡ándele y ándele! Al grado de que había cinco mecánicos, aquí por la 16 [de Septiembre], aquí en Juárez, donde trabajaba yo en el Club Bajarí que se ponían bien bonitos. Y llegaban, cada ocho días llegaban: “Nereo, cúranos la cruda, ya no la aguantamos”. “Órale pues”. Pero tanto tanto estuvieron yendo ahí, que un día les dije: “Miren muchachos”. Falló uno porque eran cinco, pero fueron cuatro. Les hacía unas polla, pa la cruda, ¿no?, lleva blanquillo, lleva pos muchos ingredientes para que les abra el cerebro. Les dije: “Miren muchachos si se las toman, no me las pagan, pero si no se las toman, me las pagan doble”. Y el patrón atrás de mí, yo no me daba cuenta lo que yo estaba haciendo, ¿no?, y no pues agarré todos los ingredientes y, ¡ándele! Y ellos estaban viendo ahí. “Y, ¡qué bárbaro!”. Pero al darle vuelta al servirle. “Qué, ¿se la van a tomar?”. Nada compa, no se la tomaron. “Échele”. Creo que eran $6, $7 dolaritos.
Y el patrón: “Ándale compa”, me dijo, “ora sí se te cayó el… Dime como le haces pues es buena”. Y luego estaba la hielera así les vaciaba todo, es que le puse una esponja, pa que agarrara todo el líquido, pos no salió nada al servirle. (risas)
LM: Pos sí, no se tomaban nada.
NH: Y luego me dice, el patrón me dice: “¿Nereo, cómo le hicites?”. “¿Ah, pues ahí no estaba usted allá atrás viéndome?”. “Pero no di cuenta, nomás agarrates el líquido, Pos ¿cómo le hicites? Está vacío”. Yo ya había vaciado, pos muy rápido a la hielera. Eso sí tenías que limpiar la hielera.
LM: Pues sí.
NH: Por el blanquillo y todo lo que se iba ahí onde taba la cerveza de todas clases. Pos nada me dijo: “Sigue haciendo esas cosas, te doy libre todo, pero métele más dinero a la caja”. Vendió y me mandaron al El Farolito, otra cantina, y ya tampoco no…Me devolvió, el otro dueño me mandó a hablar que me necesitaba ahí y ahí me estuve otra vez, en el Bajarí, hasta que conseguí trabajo acá en El Morris Bar, con un conjunto muy poderoso aquí en Juárez, File Muñoz y sus Caballeros Victoria, una orquestota de grande, de miedo. ¡Uh!, había gente que… Pero por las bebidas compuestas y me la dieron de jefe de cantinero. Yo mandaba ahí ya de registro, y me daban $5 dólares cada mil pesos que vendía en aquel tiempo.
LM: ¿A usted le salía más dinero trabajando de cantinero que en…?
NH: Que de bracero.
LM: Que de bracero.
NH: Sí, estaba aquí con mi familia.
LM: Y estaba con su familia.
NH: Y estaba con mi familia.
LM: ¿En qué año empezaría usted a trabajar de cantinero?, ¿se acuerda?
NH: Pos ora verá, como el [19]53.
LM: O sea que usted trabajó del [19]52 al [19]53 en Estados Unidos.
NH: Del [19]42.
LM: Del [19]42.
NH: Desde que se comenzó la primera.
LM: Ah okay, del [19]42 hasta el [19]53.
NH: Sí ya pero de allí me la dieron de jefe de personal y de todo porque todo, ¿no?, tenía que estar pendiente con los meseros, con la clientela, que la atendieran bien, ¿no?, ¡uh!, a mí procuraban cantidad, pero…
(entrevista interrumpida)
LM: Continuamos con la entrevista con el señor Nereo Heredia López. Me decía don Nereo, ¿cuántos años trabajó de cantinero?
NH: Veinte.
LM: Veinte años. ¿En alguna ocasión pensó usted en volver a regresar a trabajar a los Estados Unidos?
NH: No, no jamás. Tengo familia allá pero no nos gusta.
LM: ¿A usted le fue mejor aquí?
NH: Sí, pues sí. Y estar aquí con…Ni a mi esposa le gusta estar en los Estados Unidos, vamos nomás a darle vuelta a la familia, a nuestros hijos, nietos, bisnietos.
LM: ¿Sus hijos viven allá?, ¿cómo fue que sus hijos se fueron a vivir allá?
NH: Pues se fue mi hija la mayor de las mujeres y luego convenció al otro y también se jueron, allá arreglaron, se casaron y arreglaron. Se casaron aquí, el mayor, y luego de aquí se jue, se jue allá y allá arregló y el más chico también, arreglaron allá y son ciudadanos ya.
LM: Don Nereo, me gustaría ya para cerrar esta entrevista que me diga, ¿qué significa el término bracero para usted?
NH: Pues un sacrificio bárbaro, porque deja uno la familia por irse uno allá. Porque muchos creemos que vamos a arreglar y no.
LM: ¿Usted creía que iba a arreglar residencia?
NH: Sí, pero nunca la quisimos. Vino mi hijo el mayor y nos trajó los papeles, y los rechazamos. Le arregló a la familia de la señora. Queríamos estar aquí, aquí estamos más…
LM: Muy bien, ¿cómo se siente usted de que alguien lo llame bracero? Que le digan que fue bracero.
NH: Bien, perfectamente bien porque es cierto, es cierto me fue muy bien gracias a Dios, ¿no?, de bracero. Pero como le digo, tiene uno que estar aquí pendiente con la familia.
LM: Claro.
NH: A estar con los hijos de uno. Ahora pos ya, ya están grandes todos mis hijos, ya adultos. Ahora estoy viendo por mis nietos, mis bisnietos que están aquí, mis nietas. Tengo una de ocho años, una de diez. Hay que estar pendientes de que no se enfermen, de que las traigan pa cuidarlos aquí.
LM: ¿Siente usted que el haber sido bracero le ayudó en alguna forma económicamente a su familia?
NH: Mire, yo le doy gracias a mi esposa, que le dijo, vino a ver a su hermano aquí, “Saca a Nereo de la mina, tráelo pa acá porque ya ves cómo ando yo”. Mal ya andaba muy mal. Pero a lo que yo me refiero es de que es una vida andar fuera de la casa de uno, muy pesado.
LM: Claro.
NH: No, y gracias a ella que me trajo pa acá, batallamos. Aquí cuando yo llegué tuve que entrarle de pion, ¿no?, pagándome $8 pesos diarios, ¿uste cree?
LM: En la obra.
NH: En la obra, pero sí me sirvió mucho porque ahí aprendí yo a ser también. No está bien hecho pero, gracias a mi Padre Dios, todo he hecho yo.
LM: Qué bueno, ¿cuántos años trabajó en la obra?
NH: No, pues aquí todavía estamos metiéndole.
LM: Mire, don Nereo usted cree, en términos generales que sus recuerdos de Estados Unidos de haber trabajado allá ¿son positivos?
NH: Sí no, eso sí, eso sí es muy cierto que pos por qué va a hablar uno mal donde le va bien a uno. Aquí en Juárez me ha ido bien, gracias a mi Padre Dios. Allá también en la mina, nomás que es otro trabajo, que se puede ir uno muy pronto, y gracias a Dios yo salí bien de todos mis pulmones y todo. A mí me están chequeando en el Seguro [Instituto Mexicano del Seguro Social], ¿no? Aunque me dan cualquier cosita del Seguro, a como dan allá. Pos aquí nomás $100 dólares, $120 es lo más que le dan a uno.
LM: ¿El haber sido bracero cambió su vida de alguna manera?
NH: No sí, cómo no, pos oiga. Lo siente uno porque viene uno del rancho, onde como quiera abre uno, le abren a uno la mente viniendo de un rancho onde, ¿pues qué hace usted en el rancho?, andar detrás de los animales, sembrar, cosechar, echar dos, tres la mata larga. Y el otro tapando el maizote acá.
LM: Claro.
NH: Entonces es muy bonito el rancho, ¿no?, muy bonito. Teníanos los animales aquí, cuando estaba aquí en el establo, que le ponía la música a las vacas, y sí se metían hasta la cocina a bailar.
LM: Mire.
NH: Pregúntele a mi vieja. ¿Por qué? Y a los otros compañeros los patiaban, ¿por qué? “¡ándele!”. Y esas vacas me las echaban a mí, les hacía cariños, les llevaba agua tibia para que aflojaran las ubres y todo, y les hacía cariños y hasta se… Y es tratar bien, ¿verdad? No, no todo, la agricultura, la braceriada, a mí me gustó mucho, mucho y más bien cuando íbanos que se ve el algodón precioso, y cuando sale uno se ve triste, porque lo deja uno. Es blanco y lo deja verde.
LM: Pues sí.
NH: Pues sí pos, hasta que abre los demás, en la segunda.
LM: ¿Cuál sería su recuerdo más agradable de su estancia como bracero?
NH: Pos estar aquí, mi recuerdo de estar cerca de mi familia aquí cerquitas pa venir a verlos y pasearlos, pero ya lejos se agüita uno todo. Se le va a uno cuando anda trabajando, pero llega a la casa a hacer el pipirín y a preparar pa todo, mientras pero se acuesta y usted está pensando en la familia.
LM: Claro, pensaba en su familia, en su casa.
NH: Sí, en mis hijas.
LM: Claro. Don Nereo pues quiero darle las gracias por habernos concedido esta entrevista y por compartir con nosotros…
NH: No hay de qué.
LM: Sus memorias y sus recuerdos, le agradecemos mucho.
NH: Ándele, gracias. Y aquí estamos a sus órdenes a ver qué, qué sale. Ojalá que se arregle pa que nos pasen una feria, hombre.
LM: Ojalá.
NH: Pues creo que andan en eso, ¿no?, quién sabe. Quién sabe cómo están, pero sí. Muy bonitos recuerdos de la braceriada, ¿no? Pero me convino mejor acá, después que allá.
LM: Muy bien.
NH: Y ya no, ni pa ir a El Paso.
LM: Bueno, pues con esto vamos a dar por terminada la entrevista.
NH: Muy bien, gracias.
LM: Muchas gracias.
NH: Y aquí estamos a sus órdenes.
LM: Gracias.
NH: ¡Ándele pues!, gracias a usted.
Fin de la entrevista
Interviewer
Martinez, Laureano
Interviewee
Heredia Lopez, Nereo
Location
Ciudad Juárez, Chihuahua, México
File Name Identifier
Heredia_Lopez_ELP027
Citation
Martinez, Laureano and Heredia López, Nereo, “Nereo Heredia López,” Bracero History Archive, accessed November 17, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/78.