Isidro Peña Millan

Title

Isidro Peña Millan

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: Isidro Peña Millan was born on May 15, 1937, in Rancho de Peñas, in the municipality of Satevó, Chihuahua, México; he was the eldest of his nine siblings; when he was nine years old, he and his family moved to Chihuahua, Chihuahua, where he worked odd jobs whenever he could; later, in 1957, he enrolled in the bracero program; as a bracero, he picked cotton in Texas and New Mexico, and continued to do so until 1961.


Summary of Interview: Mr. Peña describes his early adolescence and the various kinds of work he did; in 1957, he decided he wanted to work as a bracero; the first thing he had to do was pay someone to put his name on the county’s list of people to be called as workers; he then went to El Trocadero, a processing center in Chihuahua, Chihuahua, México, in order to officially begin the hiring process for the program; after this, he was transported from Chihuahua to the border by train and then taken to Rio Vista, a processing center in Socorro, Texas, where he was medically examined; he goes on to describe his first job picking cotton, the wages he received, the living conditions on the farms where he lived, the food they cooked and ate, their hobbies, and what they did on weekends and in their spare time; in addition, he also explains how braceros were able to extend their working contracts without having to leave the country; years later, he became a United States resident.

Creator

Martinez, Laureano
Peña Millan, Isidro

Date

2003-02-26

Subject

Bracero

Contributor

Cristóbal Borges

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Isidro Peña Millan

creator (Spanish)

Martínez, Laureano

contributor (Spanish)

Cristóbal A. Borges

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini Disc

Duration

1:30:05

Bit Rate/Frequency

24 bit
96 k

Transcription

Nombre del entrevistado: Isidro Peña Millán
Fecha de la entrevista: 26 de febrero de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano Martínez

Esta es una entrevista con el señor Isidro Peña Millán en la ciudad de Las Cruces, Nuevo México el día 26 de febrero de 2003, conducida por Laureano Martínez para el Proyecto Bracero del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso.

LM: Don Isidro, buenos días.

IP: Buenos días.

LM: Don Isidro, me gustaría comenzar esta entrevista preguntándole, ¿dónde y cuándo nació usted?

IP: Bueno, nací en 1937, en Rancho de Peñas, Municipio de Satevó, Chihuahua.

LM: Municipio de Satevó, Chihuahua.

IP: [El] 15 de mayo.

LM: Don Isidro, ¿a qué se dedicaron sus padres?

IP: A la agricultura de temporal.

LM: ¿Qué sembraban?

IP: Maíz y frijol, era todo lo que se producía ahí en esa área. Maíz y frijol con la esperanza de que si llovía había producción, si no llovía, pues era un problema para…

LM: ¿Cómo se llamó su papá?

IP: Antonio Peña Sáenz.

LM: Y, ¿su mamá?

IP: Albina Millán de Peña.

LM: ¿Cuántos hermanos tuvo?

IP: Fuimos nueve, nueve hermanos. Yo soy el mayor de los hombres y una mujer arriba de…

LM: Muy bien, o sea que usted fue…

IP: El segundo, en otras palabras soy el mayor de la familia.

LM: Don Isidro, ¿tuvo oportunidad de ir a la escuela?

IP: Desgraciadamente, sí tuve oportunidad hasta el cuarto año de primaria.

LM: Muy bien.

IP: Y pues desgraciadamente que teníamos que trabajar.

LM: Claro.

IP: No había la oportunidad de seguir la escuela porque en ese entonces era muy difícil. Nomás lo que se alcanzara y, nomás había hasta cuarto año de todos modos en el ranchito ese, porque ya cumpliendo cuarto año, y va pa fuera.

LM: ¿A qué edad empezó usted a ayudarle a su papá?

IP: En 1944, a sembrar maíz y frijol, cuando tenía seis años.

LM: ¿Cómo era su papá?, ¿era una persona dura?

IP: Era muy difícil, muy dura, con… fuerte de carácter, pero estaba ligado con su papá de él y lo que el papá de él dijiera, eso se hacía porque estaban juntos, sembraban juntos. Mi abuelo, su nombre era José María Peña y él tenía un tronco de burros y mi padre tenía una yunta de bueyes y nosotros sembrábamos con yunta de bueyes en esos años, en 1944, [19]45 y [19]46.

LM: [Mil novecientos] cuarenta y cuatro, [19]45 y [19]46. Y dice que era de temporal.

IP: De temporal, era de temporal. Y teníamos, pues con la yunta de bueyes, ya sabe usted que no se avanza nada porque va muy despacio.

LM: Claro.

IP: Abría nave sana, por decir le nombrábamos de sana. Y entonces ya abría y entonces para sembrar yo delante de la yunta de bueyes, para tapar el maíz, porque si no lo tapábamos a tiempo venían los pájaros y se lo…

LM: Claro.

IP: O los cuervos se lo comían. Entonces tenía que ir sembrando delante de la yunta de bueyes y entonces a mi padre, a tapando con arados de palo que mi abuelito hacía.

LM: Claro. ¿Cómo era en esos años?, ¿era muy difícil la vida?

IP: Pues para… Bueno, si no conoce otra vida, yo creo que no era difícil porque no conoce otro mundo más de que ese. Entonces para uno digo, yo creo que pues es lo mejor. Y yo pienso que no lo siente uno, ahora lo siento más en los niños que estaban como yo. En esos entonces se me hace, sufro más ahora por ellos que como, que lo que sufría yo. Entonces se me hace duro ahora ver a los niños en la situación de que yo me encontré, pero a lo mejor para ellos es lo mismo también, no conocen otro mundo más de que ese.

LM: Claro.

IP: Y posiblemente que sea así.

LM: Cuénteme don Isidro, ¿cómo es ese lugar donde usted nació? Ese Rancho de Peñas.

IP: Rancho de Peñas es un pueblito tan pequeño que podríamos ser de unos cincuenta, cien habitantes posiblemente y quizás menos. Porque habíamos nomás tres familias de Peñas y Millanes y los Millanes se casaron con Peñas y los Peñas con los Millanes. Era un familia que se revolvió nada más ahí.

LM: Claro.

IP: El que no es Peña Millán es Millán Peña. Entonces, entonces es un pueblito muy pequeño.

LM: Y, ¿todos se dedicaban a la agricultura?

IP: A lo mismo, todos. O sea, no había tiendas, no había, no había nada, nada de eso nada. Tenía que caminar un trecho largo para ir a comprar azúcar o comprar alguna cosa en otro ranchito.

LM: Su mamá, ¿cómo era?
IP: Una señora qué barbaridad. Muy, esa señora muy buena gente, pues desgraciadamente que no nos podían dar cariño porque tenían que atender a tanto muchacho y era muy difícil la vida para ellos porque para darle de comer a tanto y no había tiempo de cariño. No podíamos recibir el cariño que veo yo que se recibe ahorita, ¿verdad? Porque se mantenían trabajando muy duro para poder sobrevivir.

LM: Claro.

IP: Pero era muy callada ella. Mi papá era muy desenfalote, muy hablador. Muy, hablaba mucho y muy corajudo y… pero muy buena gente, muy, muy buen hombre, muy buen hombre.

LM: ¿Se acuerda de los nombres de sus hermanos?

IP: Sí cómo no. Mi hermana mayor Guadalupe Peña y luego yo, yo soy Isidro y luego entonces de ahí sigue otro hermano Simón, Jorge, Agapito que ya murió; y luego nació Eva, una mujer, Albina otra mujer y luego dos muchachos más chicos que fue José María y Concepción, que es el más chico.

LM: ¿Cómo se llevaban ustedes entre hermanos?

IP: Pues en verdad muy bien, lo que pasa es de que cuando está uno chiquito se pelea uno por cualquier cosa, por nada, ¿verdad? Pero de todos modos al ratito ya estábamos…

LM: Qué bueno.

IP: Yo siempre traté de ver por mi familia cuando ya crecí, porque estuvimos en una época que nos movíamos del Rancho de Peña, nos fuimos a Satevó. De Satevó, la cabecera del municipio de todo ahí, ¿verdad? Nos pusimos a… Mi padre se puso a sembrar ahí con, pues a medias o al tercio, ¿verdad? La parte mayor para el, para el dueño de la tierra y la parte menor para él y así fue como sobrevivimos dos años ahí en Satevó, hasta que nos fuimos a Chihuahua.

LM: Don Isidro, ¿recuerda usted cuál fue su primer trabajo de paga?

IP: ¿De paga? El primer trabajo de paga fue en Chihuahua. Fue, bueno, podríamos decir de paga porque ahí empezamos a vender el periódico El Heraldo, El Heraldo y La Tribuna en 1948.

LM: ¿Cuántos años tenía usted?

IP: Pues andaba en los nueve años.

LM: ¿Nueve años?

IP: A fines del [19]48.

LM: ¿Se acuerda cuánto ganaba?

IP: Pues sacábamos a veces, $1.50 a $2 pesos. Lo que pasa es que nos daban como $0.10 centavos por periódico. Entonces depende qué tanto podía correr uno por las calles para poder vender el periódico. Entonces nos tratábamos de figurar de que salieran de perdido $2 pesos.

LM: ¿Usted y sus hermanos?

IP: No, yo solo.

LM: Usted solo.
IP: No, ellos fueron a la escuela. Ellos fueron en la escuela. Iban a la escuela, pero estábamos hablando de que mis hermanos todavía estaban pequeños también. Sí yo tenía nueve años, ellos estaban pequeños y ellos, pues todavía no, todavía no podían hacer nada. Yo era el mayor porque yo me abrí camino primeramente vendiendo el periódico, después boleando, después venían sin bolear las calles, me correteaban los carajos demás boleros porque es la mafia [que] ha existido yo creo en todas partes. “Este es mi territorio y no te quiero que te metas en el mío, vete tú para allá, las calles para allá son tuyas y lo de acá es mío”. Y sí había desde entonces…

LM: Cuénteme alguna experiencia que recuerde de…

IP: No, pues había en este, en la Plaza de Armas de Chihuahua, entonces yo tenía, nomás podía entrar nada más hasta la Reforma, que era una, es un molecito chiquito, La Reforma Chica, le nombrábamos. Entonces ahí puede bolear todas partes, en una plaza que le llaman Plaza San Francisco en Chihuahua, por la Avenida Juárez y Libertad, pero ya no podía uno ir pal lado del centro donde estaba la Plaza de Armas porque allá ya estaba, había muchos boleros y dice: “De aquí para allá es mío y ya para acá es tuyo y el que venga aquí lo corremos”. Nos correteaban. Entonces teníamos que ir a bolear otra vez allá en nuestro territorio.

LM: Claro.

IP: Pero experiencias, experiencias. A veces compartía… Cuando empecé, empecé a bolear, tenía miedo agarrar, decirles: “Se bolea”. Porque no estaba seguro de lo que, todavía no aprendía bien. Entonces me decía un muchacho: “Tú agarras un zapato y yo agarro el otro y me miras cómo le hago yo y entonces lo hacemos los dos y así vas aprendiendo más”. Pues entonces, lo agarrábamos entre los dos, nos repartíamos de lo que nos pagaban, $0.20 centavos. Entonces él agarraba un diez y yo agarraba otro diez, pero entonces iba, ya fue aprender, fui aprendiendo a bolear. Ya después de la boleada me dediqué a vender naranjas y limones.
LM: Y limones, ¿dónde los vendía?

IP: Ahí en La Reformita, que le nombraban le dicen La Reforma Chica, por la Libertad, ahí empieza la Libertad y Juárez. Era una tienda pues puestecitos. Entonces yo tendía una mantita de esas y la tendía en la banqueta. Entonces ponía todos los limones a cinco por un peso. Entonces, nomás le gritaba yo: “Limones cinco por un peso”. Entonces la gente nada más agarraba un veinte, cinco por un veinte, agarraban el veinte, los $0.20 centavos y lo dejaban ahí en la manta y agarraban los cinco limones.

LM: ¿Qué hacía usted con ese dinero, con ese que ganaba?

IP: No, pues a la casa siempre, siempre, siempre. Siempre fui responsable en ese aspecto.

LM: Qué bueno.

IP: Si ganaba un peso iba y le llevaba, me daban veinte o treinta, lo que sea en la casa. Siempre fui en ese aspecto, nunca, nunca, nunca lo gasté. Y pues yo pienso que fui honesto en ese aspecto y hasta que pues crecí.

LM: Claro.

IP: Y pues yo digo que todavía trato de ser igual que cuando estaba pequeño.

LM: Don Isidro, cuénteme ya en su adolescencia, ¿en qué trabajaba?

IP: Bueno, de ahí todavía agarré trabajo antes de salir de Chihuahua porque, después de que… Vendía naranjas con chile, las partía, les ponía su chile y los vendía y limones, ¿verdad? Ya que hablamos de esto, y huevos a, por las calles también. Y luego después al último agarré un trabajo en el Parque Cruz Blanca, que es la Cervecería Cruz Blanca que está ahí en Juárez, por la Juárez y Pacheco. Ahí en la esquina estaba una cervecería que le nombraba Cervecería Cruz Blanca, entonces había una lonchería adentro y ahí fue donde agarré mi primer trabajo.

LM: ¿Qué hacía?

IP: Pues iban las personas a tomarse su cerveza y les daba hambre, entonces ya me hablaban a mí y entonces yo les servía los lonches porque había un puestecito ahí adentro donde preparaban muy ricas tortas de diferentes, jamón, queso de puerco, queso, de todo; y carnitas de puerco y tacos de estofado, muy buena comida yo les servía a los, a las personas que iban ahí a tomar cerveza y les daba hambre y comían ahí y yo me encargaba de eso.

LM: Y, ¿le dejaban alguna propina?

IP: Y me daba, ahí era donde me… porque me pagaban $2 pesos, $2 pesos diarios me pagaban por noche, de las cuatro de la tarde a las once, doce de la noche.

LM: ¿Cuántos años tenía?

IP: Fue el [19]40 y… Fue, no ya pal [19]49 iba como pa doce años.

LM: Doce años.

IP: Trece, doce años y fracción.

LM: O sea que toda su vida se ha dedicado al comercio.

IP: Pues yo pienso que sí, yo pienso que me dediqué al comercio y me gustó. Porque en las calles pues, el comercio es bueno, digo, aprende uno mucho.

LM: Claro.

IP: Y los deseos siempre fueron, pues hacer comercio y todavía lo estoy haciendo aquí, haciéndole la lucha todavía.

LM: Don Isidro, ¿cuándo se entera usted que puede ir a trabajar a Estados Unidos como bracero, como trabajador agrícola?

IP: Pues volviendo hacia atrás nos fuimos de Chihuahua a un rancho que se llama Estación Consuelo, rumbo a Meoqui. Cerquitas de Meoqui está un pueblito que se llama Estación Consuelo, entonces ahí fui a entrar a la escuela. Pero primero me puse a cuidar vacas. Entonces después de que cuidaba vacas, yo iba a la escuela, la maestra me ponía la tarea, entonces yo me iba a cuidar las vacas al monte, entonces allá hacía la tarea, ya otro día la presentaba lo que me había puesto y entonces me ponía más tarea para… Entonces duré como unos seis meses así, hasta que entonces decidimos, decidieron mi papá pues ponerme en la escuela mejor, porque pues estaba cuidando vacas y haciendo la tarea en el monte, pues como que, pues yo pienso que no lo vio bien.

LM: ¿Le gustaba la escuela?

IP: Pues en verdad, hasta cierto punto sí, pero no había la oportunidad de estudiar hasta que, hasta cierto grado. Entonces empecé, estuve en Satevó en la escuela y en Chihuahua no pude estar en la escuela. Me fui a Consuelo, ahí empecé en segundo año otra vez. Entonces segundo y luego y luego tercero y luego cuarto, tres años y pa fuera.

LM: ¿Hasta qué edad, digamos, estuvo yendo a la escuela?

IP: Catorce, a catorce años.

LM: Catorce años.

IP: Catorce años en cuarto año.

LM: Muy bien.

IP: ¿Cómo la ve?

LM: Bueno, pues…

IP: Pero afortunadamente…

LM: Eran, eran otros tiempos.

IP: Eran otros tiempos.

LM: Claro.

IP: Imagínese ahorita un joven de catorce años en cuarto año. (risas)

LM: Pues sí.

IP: Pero yo, no había más.

LM: Y de que se da cuenta de que hay gente que se va a Estados Unidos, ¿cuándo se da cuenta usted?

IP: Hasta el [19]57, porque tiene que prestar el servicio militar, sacar mi cartilla, sacar todas esas cosas para poder enlistarme hacia con los braceros. Entonces del [19]57 fue la primer salida.

LM: ¿Dónde escuchó usted de…?

IP: No, pues mi padre, mis tíos, todos fueron de braceros. Todos, todos, la mayor parte de la gente de ese pueblito se iban de braceros cada año.

LM: Y, ¿cuál era el procedimiento?, ¿cómo le hacían para inscribirse?

IP: Bueno, la cosa era que todo el tiempo hay una persona: “Ve a ver [a] fulano”. Usted sabe por medio de… ¿me entiende? “Mira, ve a ver a fulano, para que te anote allí. Entonces le das $500 pesos, él te enlista y pa tal fecha más o menos posiblemente que los pueda meter acá en Chihuahua”. Entonces le da uno el dinero, aquel líder pues iba allá con otro líder allá en Chihuahua, generalo … No doy nombres. Entonces esa lista iba a, le nombraban al [El] Trocadero donde está, donde se contrataba toda la gente.

LM: Claro.

IP: Entonces nos decían: “Pa tal fecha, si no es este día, este día este, duraban tres, cuatro días, estén listos pa cuando les hablen”.

LM: Y eso, ¿dónde era?, ¿en Chihuahua?

IP: En Chihuahua. Entonces nos íbamos a Chihuahua pues el grupito que nos enlistábamos, pos ahí estábamos esperando días y días y días y pues tratando de sobrevivir ahí todo el… A veces quedamos ahí en el, pues a toda la gente se quedaba en el monte ahí; en las vías porque pues ahí estaban las vías.

LM: ¿Cuánta gente habría ahí en ese lugar?

IP: Muchos miles, había muchos miles de personas. En verdad es difícil de decirle yo cuántos, pero sí dos, tres mil, cuatro, no sé. Pero era mucha gente la que, de todas partes porque había gentes que deveras venían de allá del centro de la república. Esas personas sí sufrían porque duraban meses y meses ahí en viviendo, pobrecitos, ellos sí sufrieron. Nosotros estábamos cerquitas, de una hora de camino nada más.

LM: Claro.

IP: Era más fácil para nosotros.

LM: ¿Cuántos días tuvo que esperar?

IP: Tres días.

LM: ¿Usted y quienes fueron?

IP: Pues había un grupito ahí de varios. En ese entonces, pues lo recuerdo, hay un nombre Aginarras, Chivo, Medrano que ya murió y mi tío Jesús, también ya murió, mi padre también que ya murió.

LM: ¿Alguno de sus hermanos fue bracero también?

IP: No, no, yo fui el único.

LM: Usted fue el único.

IP: Yo fui el único. Mis hermanos…

LM: Y descríbame por favor cómo era ese, [El] Trocadero ese…

IP: [El] Trocadero, bueno pues, El Trocadero es donde está, donde están los doctores, donde están... Porque pasa uno revisiones bastante, poco no muy agradables que digamos, ¿verdad?

LM: Claro.

IP: Porque entonces ya, físicamente tienen que revisar todo esas cosas, ¿verdad? Entonces iban: “Córrele”. Pues como, como las vaquitas: “¡Vámonos!, córranle para aquí, córranle para allá y muévanse”. Tenían gente que les estaba diciendo: “Córrele para ahí, así muévanse”. Gritos.

LM: ¿Eran mexicanos esas personas?

IP: Sí, mexicanos, posiblemente podría haber un par de americanos, ¿verdad?, pero eran puros doctores mexicanos los que checaban ahí el físico de la persona. Pero estamos hablando, no, eran muchos exámenes en la parte del El Trocadero en Chihuahua. Los exámenes más fuertes eran acá en, en el Río Vista. Antes de llegar a Río Vista.

LM: Pero ahí en Chihuahua, ¿qué les chocaban o qué les revisaban?

IP: No, pues…

LM: ¿Cómo era?

IP: No, pues le quitan a uno toda la ropa y ve si no tiene algún, algo mal en su cuerpo, y pues checan como los doctores que checan próstatas y todas esas cosas en… Algunos no necesitaban eso, pero de todos modos tenía uno que cumplir todas las reglas que los doctores decían.

LM: Claro y, ¿qué sentía usted?
IP: “Agáchate”. No, pues, pues entre todos, pos todos estábamos iguales ahí nomás. “Ahora tú agáchate ahí y tú agáchate allá” Y: “Muévete, córrele”, y, “no te quedes ahí”. Algo, algo rápido.

LM: Claro.

IP: Y no, pues pasaba todos los exámenes esos, entonces ya al final le daban su… Un papel ya de que ya pasó todo el proceso este.

LM: ¿Los inyectaban ahí?

IP: No, no me tocó inyectada en…

LM: ¿Algún desinfectante?

IP: Los desinfectantes estaban acá en Río Vista, antes de llegar ahí, ahí estaban los desinfectantes.

LM: Muy bien. Entonces de ahí de Chihuahua.

IP: Nos transportaban en cargueros, en tren carguero.

LM: Tren carguero.

IP: En tren carguero, iban dirigiendo la gente y luego, pues en la tarde nos subían todos y ahí iba el tren a amanecer a Juárez, pero todos en un tren carguero.

LM: ¿Cómo era ese viaje, se acuerda?

IP: Pues muy duro, digo yo porque pues, imagínese un tren de carga, al paso del tren, pues es muy despacito. Dura toda la noche, toda la noche pa poder llegar a Juárez.
LM: ¿A qué hora salieron?

IP: Como a las seis de la tarde podríamos decir, ya venir acá como a las once de la mañana, acá a Juárez, ¿eh?

LM: Once de la mañana.

IP: Y esperando, estaban esperando el tren acá y luego para alinear la gente. Tiene el tren guías, y luego lo bajan a uno y: “Hagan línea y ahí vayan”.

LM: ¿Llevaban comida?

IP: No, pues algunos, cuando antes de subir al tren carguero hay vendedores. Entonces trata uno de comprar algo pos para ver si…

LM: Claro.

IP: Pero de todos modos algunos pues traían dinero otros no traían dinero y era difícil. Pero sí se debilitaba uno cantidad, mucho se debilitaba. Porque ya cuando llegaba uno acá al Río Vista, ya iba uno muy débil, ya por las, estando las noches sin dormir y pues mal comido, más que todo.

LM: ¿Cuántas personas metían por vagón?

IP: Bueno, ahorita no le puedo decir cuántas, pero podrían ser sesenta, ochenta personas, no recuerdo exactamente. Iba lleno el carro y no, no era un carro, eran veinte, treinta carros que estaban llegando a la semana.

LM: Y si tenía ganas de ir al baño, ¿qué hacía?

IP: No, pues es muy fácil, nomás se acerca a la puerta y ya, es todo, sí.
LM: Cuénteme, cuando llegaron a Ciudad Juárez, ¿qué pasó?, ¿a dónde los mandaron?

IP: Nos pasaron a pie, a cruzar el puente, nos dirigieron. Entonces ya va uno y cruza el puente, entonces ya nos están esperando, están revisando los papeles que ya vienen arreglados de allá, cada quien trae su papelito.

LM: Su contrato.

IP: Su contrato, más que nada que su inspección y todo. Lo presentan en el puente, ya pasa, están los camiones amarillos esperando allí y entonces ya nos llevan a la inspección general. Donde nos inspeccionan, donde nos sacan sangre, nos forman. Antes de llegar al Río Vista nos forman. Entonces ahí ya nos, nos van a sacar sangre. Uno pone la esa…

LM: La liga.

IP: Otro le cuelga un este y lo jala, y ahí más delante, ahí se lo quitan ya lleno de sangre. Pero va uno, se va llenando mientras va a uno, porque va caminando y unos poniendo y otros quitando allá. Pero en ese trayectito es poco duro porque, pues gente va, pues débil, mal comida, mal dormido y sí me tocó desmayarme porque es la debilidad, la debilidad. Pero ahí me agarraron unos compañeros también, pero no nomás yo, a muchos también se desmayaban.

LM: Claro.

IP: Por la debilidad.

LM: Claro.

IP: Pues ya pasaba aquello, nos metíamos a unos cuartos y nos quitaban la ropa, nos quitaban la ropa. Entonces ya nos fumigaban de, parecíamos… todo, cabeza, todo el cuerpo blanco, blanco.

LM: ¿Qué les echaban?

IP: Un polvo, sepa Dios qué polvo sería. Pero a todos, entonces ya pasaba todo ese proceso y algunos procesos más de inspección de todo.

LM: Pues cuénteme.

IP: De relaciones del cuerpo.

LM: ¿Sus partes nobles las checaban?

IP: Sí, sí claro para ver si no se había, si no había problemas, si no tenía problemas, ¿verdad? Y pues nomás los testículos, para ver si no tenía ningún problema también. Y nomás pasando eso ya nosotros estábamos en la gloria, pero eso es la parte más difícil.

LM: Eso es lo más duro.

IP: Más duro, ey.

LM: Y los médicos ahí, ¿eran mexicanos o eran americanos?

IP: Sinceramente, hablaban inglés. Yo pienso que serían mexicanos, serían americanos, yo pienso que había de los dos, pero había mexicanos también.

LM: ¿Usted qué pensaba de esos exámenes, pues qué sentía?
IP: Pues digo yo, uno no está acostumbrado, ¿verdad? Entonces eran duros para uno, eran duros para uno, pero por la ilusión de trabajar en los Estados Unidos es capaz uno de muchas cosas.

LM: Cuénteme, ¿qué pensaba usted de Estados Unidos?, ¿cómo se imaginaba Estados Unidos?

IP: Bueno, pues grande, yo pienso que era para mí, yo venir a los Estados Unidos era algo grande. Porque no cualquiera podía venir a los Estados, según yo no podía, no cualquiera porque pues había muchos millones de personas con los deseos de venir, ¿verdad?

LM: Claro.

IP: Y en verdad era un placer y era, estaba dispuesto a pasar todo estos problemas. No son problemas, pero todos esos cosas que le hacen a uno y que no se siente uno muy bien, pero por la ilusión del trabajo o de… pos del trabajo porque a mí siempre me gustó el trabajo desde que estaba pequeño me gustó el trabajo y me sigue gustando, porque yo no dejo de trabajar ni un día.

LM: Muy bien.

IP: Así es de que… Pues ya llegando allí, saliendo de allí nos llevaban al Río Vista y entonces ya estábamos liberados, ya en otras palabras, ya gracias a Dios.

LM: ¿Cómo era ese lugar de Río Vista?

IP: Era como, era un corralón grande con bodegas aquí, bodegas allá, pero había una tienda donde podía usted comprar si traía dinero. Iba y podía comprar algo de comer, ya era otra cosa, ya era….

LM: ¿Les daban comida ahí?

IP: Sí nos dieron comida, sí. Había, a tales horas había comedor y nos daban comida.

LM: ¿Había secretarias?

IP: Había sí, había todo, había todo. Tenían bien arreglado, tenían bien arreglado y pues yo miraba las cosas muy diferentes, ¿verdad? Entonces nos daban comida, había comedor y todo, a tales horas y…

LM: ¿Había camas?, ¿había dormitorios?

IP: Había… Sí había camas, pero no durábamos mucho ahí. Algunas personas duraban mucho, pero muchas personas casi un día y salían de allí contratados de una vez porque ya estaban las listas hechas para, principalmente para Pecos, que nadie quería ir a Pecos porque no sé por qué no querían ir a Pecos. Entonces estaban tratando de acabalar cierta cantidad de personas que iban hacia Pecos, entonces a veces le daban a uno la opción: “¿Quién quiere enlistarse para Pecos?”. Pues mucha gente que no sabía, pos: “Yo mero, yo estoy listo pa salir para allá”. No nos importaba. Entonces nosotros tratábamos de salir a otras partes por Nuevo México, Arizona, para no irnos para Texas.

LM: ¿Por qué?, ¿era mejor la paga?

IP: Parece que algo había en Pecos, que había mucha gente y yo pienso que salía, realmente no sé, digo. “No vayan, no vayan a Pecos”, me decía muchas personas, “no vayan a Pecos porque allá está muy duro, allá no sirve las cosas”. No sé, no sé en verdad, porque nunca me tocó ir, no sé. Pero veníamos recomendados de personas que habían estado en Pecos y decían: “No vayan a Pecos”. Pero no sabíamos cuál era la razón y nunca supe cuál fue la razón. Pero no porque los trataran mal, quizás sería porque ganaban menos dinero o quizás era mucha la gente. Y pues era más difícil de convivir con mucha gente que convivir, porque la primera vez conviví yo con doscientas personas, ¿verdad? Entonces había mucha gente y nos tenían en cada cuarto a diez personas por cuarto.

LM: Eso, ¿dónde fue?

IP: Eso fue en South Bend en la primera vez en 1957.

LM: O sea que de ahí de Río Vista, ¿a dónde lo mandaron?

IP: La primera vez fuimos contratados a Lubbock.

LM: Lubbock, ¿Texas?

IP: Lubbock, Texas, pero es, nos llevaron a un pueblito que se llama South Bend.

LM: South Bend. Y ahí, ¿qué hacía?

IP: Piscar algodón.

LM: Piscar algodón.

IP: Como pule, pero no era pule, era con todo y cáscara, con todo el capullo lo poníamos.

LM: Explíqueme un poquito para los que no sabemos cómo es la pisca del algodón, ¿cómo era el trabajo?

IP: Bueno, había dos, tres diferentes piscas. Había el pule, le nombraba agarrar la mata desde abajo y jalarla toda y ponerla al costal, ése le nombraban pule. Ese la pagaban, no recuerdo exactamente porque esa no la hice yo, pero la que hicimos nosotros era piscar con todo y cáscara. Ésa nos la pagaban a $1.55 dólar[es] las cien libras.

LM: Un dólar cincuenta y cinco centavos las cien libras.

IP: Así es. Entonces, pos nos iba bien, ¿verdad? Pero nomás que las lluvias en ese entonces no nos dejaron trabajar.

LM: ¿En qué fecha sería?

IP: En septiembre, octubre, septiembre, en octubre del [19]57.

LM: ¿Cuántos años tenía?

IP: Pues como unos dieciocho, diecinueve, dieciocho años, diecinueve años ya.

LM: ¿Lo echaba en algún costal?

IP: Sí, en un costal, acabalábamos, íbamos a pesar las ochenta, cien libras y vamos.

LM: Y luego, ¿qué hacían con eso que juntaban?

IP: No, pues a guardarlos, a guardar todo lo que pudiéramos. No hicimos mucho dinero porque llovió cantidad ese año, cantidad llovió allí.

LM: ¿A qué horas empezaban su día de trabajo?

IP: Pues todo depende a qué hora nos dejara el agua empezar, porque la hora de entrada era a las ocho de la mañana, pero a veces no podíamos hasta que no se secara poco y pudiéramos entrar al algodón. Pero de entrada, a veces de las ocho hasta que se metiera el sol, porque agarrando la oportunidad de trabajar todo lo que pudiera uno.

LM: Y cuando trabajaba normalmente era, ¿de qué horas a qué horas?

IP: De ocho a seis. Hasta que se metiera el sol.

LM: De sol a sol.

IP: Digo para poder sacar uno, tratábamos. A veces nos tenían que, nos paraban porque: “Vámonos ya, vámonos”. Ah, pues bueno, nos teníamos que ir.

LM: ¿Cuánta gente trabajaba en ese rancho?

IP: Pues en ese rancho, déjeme decirle, es como una asociación, no era un rancho; no era un rancho, este era como una asociación de allí íbamos de un rancho, íbamos a otro rancho, íbamos al rancho. En otras palabras, yo creo que los rancheros se unieron, entonces: “Ahora van para tal parte, ahora van para tal parte.” Y ellos tenían sus mayordomos que iban a diferentes ranchos, no era un… Nosotros no conocimos a ningún ranchero. No conocimos a ningún ranchero, nada más a los que nos dirigían. “Ahora vamos a tal parte, ahora vamos a tal parte”. Y ellos, porque al rancho no llegábamos. Teníamos tráilers ahí porque son unas labores muy grandes y pues ahí llenaban los tráilers y de ahí nos sacaban en trailers porque en trailers nos transportaban.

LM: O sea que era muchísimos ahí.

IP: En trailers, con redilas. Cincuenta personas, sesenta personas en cada trailers para ir a piscar.

LM: Y, ¿qué tan largos eran esos viajecitos?
IP: Oh viajecitos, eran como unas diez millas y ya, más o menos a la redonda.

LM: Y, ¿dónde vivía?

IP: Le decían la barraca, le nombraban una barraca y había en esa barraca había, dieciocho cuartos de diez personas cada cuarto.

LM: Y, ¿cómo eran esos cuartos?

IP: Nomás estaba la bodega dividida con travesaños en medio, donde ponían tres estufitas de esas parrillitas en cada cuarto para cada diez personas.

LM: Y ahí…

IP: Ahí cocinábamos diez personas, unos primero. Pero era tres parrillas para diez personas.

LM: Y, ¿las camas?

IP: Y diez camas que teníamos ahí de esas.

LM: ¿Chiquitas?

IP: De esas chiquitas donde cabe nomás la persona, nada más.

LM: ¿Estaban cómodas?

IP: Bueno, yo creo que estaban más cómodas que el suelo, yo creo sí estaban cómodas. (risas) Yo pienso que en ese entonces ya, es una cosa para nosotros está muy bien digamos, porque podíamos estar en peores condiciones. Porque hay veces que se encuentra en peores, una camita, con su colcha, una colcha para cada uno y eso era todo. Pos yo creo que estábamos felices, estábamos con el simple hecho de estar en los Estados Unidos trabajando. Ah, para eso no nos molestaban a nosotros.

LM: ¿Tenían baño?

IP: Afuera, sí, de hoyo.

LM: De hoyo. Y ¿para bañarse?

IP: Pues había unas de estas donde se puede jalar.

LM: Regaderas.

IP: Sí, regaderas pa todos ahí, como un baño público, ahí nos bañábamos.

LM: Y, ¿qué cocinaban, don Isidro?

IP: Pos frijoles y papas, frijoles y papas. Carne no había, pero había frijol y papa. Era lo que más, en los domingos de vez en cuando comprábamos botes de corn beef o Spam y revolvíamos a los frijoles, pero la mayor parte era papas y frijoles y queso, que le poníamos a los frijoles.

LM: ¿Tortillas?

IP: Sí, nosotros cocinábamos tortillas, bueno, hacíamos tortillas todos los días.

LM: Ah, ¿sí?

IP: Sí, nosotros en ese entonces no había tortillas en la tienda. Nosotros comprábamos ya sea de maíz o de harina, la harina y nosotros cocinábamos. Limpiábamos el frijol y poníamos frijoles, cozo muy buenos frijoles yo.

LM: Mire.

IP: Sí.

LM: Qué bien.

IP: Y agarran uno algunos trucos porque nosotros poníamos los frijoles toda la olla, entonces lo dejábamos con la mecha bajita, le poníamos una bandeja grande arriba de agua, entonces lo dejábamos toda la noche y se cocían solos. En la mañana nomás le poníamos la sal, era todo. El agua que se consumía era la que estaba en la bandeja y no la que estaba en los frijoles.

LM: Mire.

IP: Se quedaba en…

LM: O sea que se especializaron en la cocina.

IP: Sí, en ese aspecto, sí, en cuestión de eso sí aprendimos algo.

LM: Qué bueno, muy bien. Cuénteme, ¿tenían intérpretes?

IP: Pues casi fueron puros mexicanos, había el intérprete es que… el que los mayordomos eran mexicanos. Porque ellos se encargaban de hablar con los rancheros quizás, nosotros como le digo, casi no vimos americanos ahí con nosotros.

LM: Y, ¿cómo se portaban los mayordomos?

IP: No, hasta eso que bien. Les pagaban porque los mayordomos se encargaban de llevar a diferentes ranchos nada más como le digo, terminaban este rancho y luego hacían otro rancho y…

LM: ¿Hizo amigos ahí con los braceros?

IP: Pues hacía uno amigos temporales, ¿verdad? Entonces se hace uno amigo allí. Bueno, de las diez personas que estábamos ahí, casi todos eran conocidos, casi todos éramos del mismo pueblo. La mayor parte, quizás unos dos no, pero los demás sí eran ahí del mismo pueblo, estábamos como en familia.

LM: ¿Cada cuándo les pagaban?

IP: Pues cada ocho días.

LM: ¿Cada ocho días?

IP: Cada ocho días.

LM: ¿Les pagaban en cheque o en efectivo?

IP: Nos pagaban en efectivo porque no teníamos opción de ir a cambiar cheques, no conocimos un banco, no conocimos nada, era puro en efectivo. Porque, nos pagaban y nos íbamos ahí a un café a tomarnos una taza de café, muy contentos y a oír música mexicana ahí en el pueblito, caminando.

LM: ¿Estaba muy lejos el pueblito?

IP: No, ahí como unas dos millas nada más.
LM: ¿Mandaba dinero usted a su casa?

IP: Pues nomás mandé una sola vez porque no había mucho. La primera vez mandé y la segunda vez me lo llevé ya que compré… Para comprar ropa, me compré mis dos pantalones y mis tres camisas, iba muy contento yo.

LM: Mire, qué bueno.

IP: Un dólar noventa y nueve centavos, me recuerdo, la…

LM: ¿Un dólar noventa y nueve?

IP: La camisa.

LM: La camisa, y, ¿los pantalones?

IP: Y los pantalones $2.99, el Levi’s. Y muy contento. Bueno es que, es creíble digamos porque casi por lo regular la gente prefiere la ropa de los Estados Unidos por alguna razón, allá en esos entonces. Yo pienso que, pues me decían amigos: “Traime una camisa, que aquí te la pago”. Pos si no tenemos dinero con qué, apen[as] ni pa nosotros, menos pa llevar.

LM: Claro. ¿Ahorró usted algo?

IP: Pues muy poco, quizás fueron como unos $200 dólares, fue todo lo que alcancé a ahorrar.

LM: ¿Por cuánto tiempo fue su primer contrato?

IP: Eran cuarenta y cinco días y nos dejaron dos meses, fue todo.
LM: ¿Dos meses?

IP: Dos meses.

LM: Y, ¿cómo fue la situación al término del contrato?

IP: No, pues nomás se cumplieron, nos embarcaron y ya nos cruzaron para Juárez, nos dejaron, nos llevaron hasta Juárez, hasta que llegáramos. Entonces ya nosotros ya llevábamos cada quien su maletita, ya nos ponían en el puente. Entonces que estuvieran seguros que ya, que fuéramos pasando el puente, ahí se estaban hasta que pasábamos el puente. Entonces ya nomás pasando Migración Americana ya estaban seguros que ya habían cumplido.

LM: Entonces, ¿se aseguraban de que usted estaba allá?

IP: Sí, sí claro, se aseguraban.

LM: ¿En qué los llevaban a la frontera?

IP: Había camión, ah bueno, en tráiler por lo pronto esa vez, en tráiler, otra vez. Entonces ya… con bancas, con bancas porque esa vez había un tráiler que tenía bancas y nos trajeron hasta acá, nos llevaron y nos trajeron a…

LM: ¿Ya no llegaron a Río Vista?

IP: No, ya no, ya no llegamos. Ya íbamos directamente para México.

LM: ¿Les daban alguna identificación?, ¿alguna mica?

IP: ¿Allá? No, pues una tarjeta que traíamos para identificarnos que éramos braceros. Éramos contratados como braceros, pero nos la recogían cuando salíamos.
LM: ¿No era fácil volverse a contratar, recontratarse?

IP: No era fácil, tenía que pasar otra vez por todos los procesos. Eso era lo más difícil de que volverse a recontratar, era muy difícil. Al menos que el patrón hablara por el trabajador y que dijera: “Yo lo necesito y lo quiero aquí”. Entonces el patrón ya se encargaba con Migración.

LM: Y ya no necesitaba usted ir a…

IP: No necesitaba, sí. “Lo quiero aquí”. Pero en este caso éramos tantas gentes que pues, nadien se quedó. No lo, no lo necesitaban más de que para piscar algodón y cumplir y va pa fuera. Entonces ya, el [19]57 salimos y ya no pude contratarme el [19]58 por problemas, pues no hubo una manera, entonces hasta el [19]59 que fue cuando vine a caer a Mesilla Farm.

LM: Y otra vez volvió a pasar por esos exámenes.

IP: Todo, por todos exámenes, todo ese proceso, es lo que no me…

LM: ¿No contaba para nada que ya hubiera sido usted trabajador?

IP: No, no contaba para nada. Tenía que pasar otra vez por cada examen.

LM: Y su segundo contrato, ¿a dónde lo mandaron?

IP: Aquí a dos millas de aquí. A esa casa que la está viendo usted ahí.

LM: ¿Ahí?

IP: Ahí, ahí estuvimos. Existe todavía parte de la casa, de adobe.

LM: Mesilla, ¿en Mesilla?

IP: Dos millas sí, a Bracito, lo nombran Bracito.

LM: Bracito.

IP: Nuevo México, sí. Que está a dos millas de aquí.

LM: Y ahí en Bracito, ¿a qué se dedicó?

IP: Piscar algodón. También, piscar algodón.

LM: Entonces el patrón, se llamaba este patrón, se llama igual que yo, Isidro, Isidro Fierro y ese fue mi patrón por los primeros dieciocho meses, porque el ranchito que sembraba él, eran únicamente cuarenta acres.

LM: Cuarenta acres, no era muy grande.

IP: Era muy pequeño, entre tres personas lo piscábamos nosotros. Entre tres personas piscábamos el algodón. Entonces no necesitaba más de que terminar, pero yo no me quise ir. Cuando terminamos de piscar algodón no me quise ir para México y hablé con él y le digo: “¿Por qué no me renueva?”. En La Asociación podía renovar, diciendo que pues, que él podía darme trabajo, ¿verdad?

LM: Claro.

IP: Entonces yo tenía que pagar la renovación, eran $6 dólares por renovar el contrato de seis meses.

LM: Entonces a usted le dieron un contrato, ¿por cuánto tiempo?
IP: Tres meses, por los primeros tres meses. Ese era el contrato que, después de los tres meses tenía que renovar por seis meses.

LM: Y, ¿lo ayudó el patrón?

IP: Sí, porque él trabajaba también por fuera. Nos íbamos a trabajar él y yo a una nursery que se llama H&H. Y nos íbamos a trabajar él a manejar una máquina donde sacaban árboles y yo de labor, ganando $0.50 centavos la hora. Y él ganaba, le pagaban un peso la hora.

LM: Entonces, ¿hizo usted amistad con él?

IP: Sí, más que nada, más, ya fuimos más que amigos, digamos.

LM: Qué bueno.

IP: Ey, él y se portó muy bien.

LM: Qué bueno.

IP: Se portó muy bien conmigo.

LM: Don Isidro, ¿recuerda usted el tiempo que estuvo trabajando que haya habido algún problema entre los compañeros?

IP: Pues la mera verdad, pues problemas problemas grandes, no. Enojos por nada, ¿verdad?, pero que ya a las dos horas, ya se pasaba todo. Era no, no, nunca tuve problemas yo más grandes problemas nunca los tuve, gracias a Dios.

LM: ¿Siempre le pagaron a tiempo?
IP: Siempre me pagaron, siempre me pagaron, nunca tuve problemas pa que me pagaran. Pues en esa… nos trabajábamos ocho horas, $4 dólares, $4 dólares diarios. Y estaba bien, pero después que se ocupó, no, no había suficiente trabajo en el mes de febrero, marzo. Entonces ya me daban nomás dos días de trabajo por semana. Entonces eran $8 dólares a la semana nada más, estaba poquito duro.

LM: Ya era más duro.

IP: Ya era más duro, pero tampoco, yo nomás quería mantenerme aquí pa quedarme aquí, pa no irme para allá.

LM: Y ese patrón que conoció usted, ¿tenía familia?

IP: Tenía, pero no estaban, no estaba viviendo con ellos, estaba viviendo con su mamá. Él vivía con su mamá, más bien fue un hombre pues le gustaba mucho, pues la buena vida.

LM: Tomar.

IP: Y tomaba, sí, pero no digamos a ahogarse ni nada, pero sí le gustaba. Pues era, también le gustaban las muchachitas y entonces era su vicio de él. Y mujeres y… pero era un hombre muy muy respetuoso y muy buena gente el hombre y ayudaba, me ayudó digamos, a conseguir trabajos también.

LM: Qué bueno.

IP: Y sus hermanos, era un familión grande, son diez hermanos.

LM: Eran diez hermanos, sí.

IP: Diez hermanos y con todos la llevaba yo bien, con todos los hermanos.
LM: ¿Qué hacían los fines de semana? Después de que les pagaban.

IP: Nos llevaba el patrón a la tienda a comprar provisiones. Entonces todos los sábados nos llevaba al Safeway, en ese entonces era el Safeway y comprábamos para toda la semana, aparentemente bastante frijol y bastante harina y papas pero el domingo, comíamos algo diferente. No nos comíamos, comprábamos lechuga y comprábamos para hacer tacos y para cocinar digamos Spam con papas. Hacíamos caldillos ahí de spam con papas y comíamos como, como millonarios.

LM: Claro, muy sabroso.

IP: Ah, oh, sí. Pero nada más el domingo, el sábado y domingo nada más, ya el lunes frijol y papa. (risas)

LM: A volver.

IP: Es que trata uno de ahorrar todo lo que pueda. Más que nada, viene uno a tratar de ahorrar y trabajar muy duro y tratar de ahorrar todo lo que pueda.

LM: Claro, ¿iban al pueblo?, ¿cómo se portaba la gente en el pueblo con ustedes?

IP: Pues todos éramos amigos y nos saludábamos todo bien. Porque todos éramos iguales, eran las tiendas estaban así de ropa, las tiendas de comida, todo era puros braceros. La mayor parte eran miles y miles de personas de nuestra raza. Íbamos al cine en los sábados, en los domingos. Íbamos a divertirnos, a ver una película y pagábamos por que nos llevaran y luego por que nos trajeran, ¿verdad?

LM: ¿A quién le pagaban, al mayordomo?

IP: No, pues había gente, en ese entonces tenían carritos y nos cobraban tanto por persona por llevar a El Paso o llevarnos a Las Cruces. Al [El] Paso cobraban
un peso.

LM: Un peso.

IP: Entonces aquí nos juntábamos entre todos y nos llevaba, o el mismo patrón nos iba y nos dejaba en la calle ahí y entonces ya en la tarde, pos si no conseguíamos, o nos poníamos de acuerdo y él iba por nosotros.

LM: Claro, ¿alguna ocasión sintió usted que lo trataran mal, algo de discriminación?

IP: ¿En verdad? Nunca, nunca. En lo que fue en esa, porque casi por lo regular tratamos con pura raza de nosotros. No y sí la hubo… sí la hubo, pero fue, no es… Entre nosotros mismos, entre nuestra propia raza que dice aquel es mayordomo y pues… Más que nada en nuestra propia raza es la más difícil para tratar con ella, cuando agarran un puesto es tan difícil.

LM: Había envidia.

IP: Ey, había envidia o pues no lo tratan como debe ser sus propios… Pero deje, su propia gente, porque sí me trató mal un señor, un mayordomo a mí. Y poniéndome en uno de los trabajos más difícil[es], más duros. Pero yo sabía que, que no, no cabía yo ahí.

LM: Y, ¿qué le decía o qué?

IP: “Tu vete para allá y ponte a… Había, porque nos ponían a ponerle brea a los botes. Entonces era el trabajo más cochino que había, porque tenía un tanque grandote y luego nos metían en los botes y les dábamos vuelta y los llenábamos de brea y los aventaba uno a la pila donde estaban ahí que se secaran. Y después los usaban pa que la brea protegiera a la tierra, a los árbo[les], pa que durara tiempo para regarlos y todo. Por decir, no le ponen brea, se podría el bote con el tiempo. Era el trabajo más feo que había y ese era mi trabajo. Pero sentía yo que, pero yo sabía que, pues a veces a le gustaba que le trajeran su botellita o esto o etcétera. O que le prestaran cuando necesitaba dinero. Y había muchas personas ofrecidas: “Mira, yo te presto”. Entonces parece que no, pero ahí hay protección en ciertas áreas.

LM: Había ciertos grupitos.

IP: Pero, lo relacionado con americano no, nunca tuve yo problemas con los americanos.

LM: ¿En alguna ocasión vio alguna autoridad?, ¿alguna autoridad le pidió sus documentos? En caso concreto, La Migración.

IP: La Migración, no, sí. Sí, porque a veces cuando, una vez después que fui ahí yo a trabajar con Stone, ahí estuvo, en el rancho de Stone Farm State, ¿lo conoce?

LM: No.

IP: Es un rancho mucho, bastante grande. Si va uno caminando así por la carretera y para La Migración y: “¿los documentos?” Entonces una vez no los traía conmigo, los dejé en la casa, pues por protección, por protección.

LM: Claro.

IP: Entonces me subieron y fui allá y cuando se lo enseñé me regañaron, dijo: “Pa otra vez, no los vuelvas a dejar aquí, tú tienes que cargarlos todo el tiempo, es mejor que cargue los papeles, aunque no tengas pantalones”. Eso me decía La Migra[ción]. Porque para ellos es lo más importante.
LM: Pero ellos sabían que eran contratados.

IP: Sí, sí, pero muchas veces no están seguros, por la razón de que como, si va uno caminando por el camino, ya no está en el rancho. Va uno, digamos, caminando a la ciudad, porque nosotros caminábamos millas y millas. Entonces no sabían ellos si en verdad éramos contratados como braceros o habíamos pasado el río. Entonces por eso es que nos llevaban.

LM: ¿Había ilegales en aquel entonces?

IP: Había todavía uno que otro, sí, sí había.

LM: ¿Sí los contrataban en los ranchos también?

IP: Sí, también contrataban, había gente que contrataba, había muchos.

LM: ¿Les pagaban igual o les pagaban menos?

IP: Ah, pues en ese, yo pienso que… no estoy seguro en ese aspecto, pero posiblemente que los pagaran igual. Porque sí eran ilegales, pero como eran quizás conocidos o de confianza que ya conocían el trabajo y todo, preferían yo creo que el trabajo de aquella persona, porque para ellos es más fácil de contra[tar], de tener una persona que ya sepa el trabajo que tener que enseñarle a alguien.

LM: Claro, ¿usted qué pensaba, don Isidro?, ¿porqué no se quería regresar a México?

IP: No, quería otro tipo de vida, pensaba yo en tener un futuro más que nada. Yo no miraba a futuro, donde estaba no había futuro. Sembraba, mi papá sembraba pero a final del año pues no, no alcanzábamos a comprar zapatos, era muy difícil.

LM: Era muy difícil.

IP: Ey, el ejidatario, hijo de ejidatario yo soy, él era ejidatario y soy hijo de ejidatario donde es muy, muy dura la vida porque le falta experiencia en la agricultura, le falta muchas cosas y pos yo miraba que no había progreso en ese ramo de agricultura de allá. Entonces yo trataba de quedarme aquí de una manera u otra.

LM: ¿Qué sueños tenía?

IP: Pues nomás. Los sueños era arreglar papeles, era todo los sueños más grandes que existían. Y estaba la cosa bien difícil para nosotros, pero hasta que un señor se atascó ahí en el camino, era mayordomo de ahí del rancho de Stone; entonces se atascó y luego lo sacamos y luego dice: “Pues, ¿por qué no arreglan ustedes muchachos?”. Y le dije: “No, pero pues cartas, ¿de dónde?”. “Metan sus papeles”, dice, “yo les consigo las cartas aquí con el patrón”. Porque él trabajaba en el rancho, era mayordomo. ¡Uh!, pues al otro día ya estábamos acá aplicando en Juárez para arreglarlos.

LM: O sea que, ¿qué era lo que pedían para que usted pudiera arreglar?, ¿una carta?

IP: Una carta, la carta de trabajo y sostenimiento. Había dos cartas, carta de sostenimiento, carta de trabajo que son muy importantes, donde conste que el patrón le da trabajo y que lo sostiene con el trabajo. Era nada más eso, el requisito. Si el patrón quería, no había ningún problema.

LM: Para ellos no era difícil.

IP: Nada, absolutamente nada, pero cuando ya fuimos y hablamos que ya estábamos. “Pues fíjese que nos prometieron aquí eso”. “No, pues ya no dan cartas aquí,” dice, “ya no dan cartas”. Entonces se nos fue[ron] las ilusiones. Entonces yo empecé a venir acá a otro rancho donde había trabajado y donde quizás me trataron un poquito, pues no muy bien, y tratar de, de comprar inclusive las cartas dando; no comprarlas, sino dar y tratar de convencer al mayordomo para que hablara con el patrón. Entonces yo dándole inclusive algo al…

LM: Le granjeaste.

IP: De granjearlo, no. No, no comprar cartas, nomás de granjearlo. Entonces dijo: “No, no, el patrón ya no da cartas”. Entonces ya me retiré yo. Entonces hablé con mi primer patrón, ¿verdad?, que tuve, que fue con el que íbamos a trabajar juntos, que era el nombre Isidro y dice: “Yo voy a hablar con él y va a ver como le van a dar cartas”. Porque él no podía, era tan poco el dinero que hacía mi patrón que no calificaba para dar cartas. Era, su income del rancho era muy poco.

LM: Era muy pequeño.

IP: Entonces no era para sostener una persona año redondo. Entonces dijo: “Pero yo le voy a hablar con el jefe y… Porque ya habíamos trabajado él y yo en ese rancho. Y afortunadamente habló y lo oyeron y el mismo patrón del rancho ese, dijo: “Ven para acá, súbete”. Y me llevó en su carro, un carro nuevecito, ¡hijo de la fregada! Qué cosas tan bonitas. Era un Oldsmobile [19]59.

LM: ¿De qué color?

IP: Del color aquel que está, aquel segundo, de aquel color.

LM: Como cafecito.

IP: Ey, salieron esos, muy bonito, muy elegante. Y me subí, me llevó al banco y sacó, me dio todas las… Pues dan en el banco para que lo presentaran todo toda a…

LM: Una forma.
IP: No, todo lo que se relaciona de cuentas que él tenía, cuántos eran su, pues lo que hacía al año y todo. El banco le dio una copia y me las dio a mí. “Con eso”, dice, “y ve con un notario a que te hagan las cartas”. Y fui con un notario. Así me moví rápido y créalo, ya tenía yo los destos, la aplicación para presentarme la siguiente semana y no tenía cartas, no tenía nada, tenía todo, menos las cartas. Porque necesitaba actas de nacimiento originales, cartas de recomendación de Delicias, carta de recomendación de Meoqui, carta de recomendación de Ciudad Juárez, ya tenía todos los papeles juntos, con excepción de la carta.

LM: Y, ¿dónde era esa entrevista?, ¿en el Consulado?

IP: Sí, en el Consulado Americano en Juárez. Ahí tenía que presentarse uno con todos sus papeles que… Y tenía la cita, ya faltaban como ocho días o nueve días para presentarme y no tenía cartas y pues yo no sé, Dios me ayudó.

LM: Qué bueno.

IP: Dios me ayudó y conseguí eso rápido inmediatamente me fui al Consulado Americano y el primer día que tenía la cita no pasé, pero el siguiente día pasé. Y entonces ya para en la noche ya estaba yo aquí, y me dice el mayordomo que no me quería muy bien: “¿Ya llegaste?”. “Ya, gracias a Dios”. Y dio la media vuelta y se fue. (risas) ¡Uy!, esa noche no dormí en toda la noche.

LM: Estaba muy contento.

IP: No.

LM: Qué bueno. ¿Ahí mismo le dijeron que sí?, o, ¿tenía que esperar algún tiempo para que le respondieran?

IP: No, no, ya, ya había pasado y me dieron un comprobante y: “La mica la vas a recibir en un mes o… Nomás no tienes que venir para Juárez. En un mes, pero tienes tu, dame tu dirección”. Puse la dirección de mi primer patrón y ya entonces ahí esperé la mica de residencia.

LM: ¿En qué año fue que, cuando recibió usted su residencia?

IP: El [19]61.

LM: El [19]61. Y, ¿de ahí su vida cambió?

IP: Completamente.

LM: ¿En qué trabajó después de que tenía su mica?

IP: Inmediatamente pues me dijo el mayordomo: “¿Sabes qué? No tienes trabajo aquí ya, el patrón ya no te necesita”. “Okay”. Me vine caminando y buscando trabajo mientras en las labores y limpiando aquí, limpiando allá. Entonces me fui para Juárez, me di cuenta de unas personas que iban a California a trabajar. Entonces iban a salir como seis personas y cobraban $25 dólares para llevarlo a California. Entonces yo me junté con esas personas y les dije: “Yo voy, yo les doy los $25 dólares”. Entonces ese muchacho nos llevó hasta California. Él junto con él a trabajar a un rancho, inmediatamente nos tenían trabajo, había mucho trabajo y íbamos a ganar $1.25 dólar la hora.

LM: ¿En qué año fue eso?

IP: El mismo año, sí. Desde…

LM: ¿Qué hacían en ese rancho?, ¿en qué trabajó en ese rancho?
IP: ¿En California? En el azadón, había unos azadones cortitos que dicen ya que es contra la ley usar esos azadones cortitos, desahijando betabel.

LM: Desahijando betabel.

IP: Desahijando el betabel, ese era nuestro trabajo.

LM: ¿Cómo es ese trabajo?

IP: Es duro.

LM: ¿Cómo?

IP: Ir agachado todo el día, es duro.

LM: Limpiando ahí.

IP: Desahijando, dejando nada más una… Porque es como la lechuga, cuando la siembran, siembran el chorrito pero hay que dejar una. Entonces era duro ese trabajo, pero ya terminándose ese trabajo nos contrataron para ir a piscar chabacanos, después de la pisca de chabacanos, nos contrataron a la pisca de la pera.

LM: ¿Ahí mismo en California?

IP: No, sí, bueno, en Sacramento nos tocó en un parte que se llamaba Woodland, cerquita Esparto. Esparto, cerquita de Woodland, es un pueblito chico y de ahí de Woodland nos contrataron para irnos a la pera a Vallejo. Vallejo estaba cerquitas de San Francisco, por ahí está Vallejo. Entonces yo me junté con unos muchachos que traían carro, entonces ellos me transportaba y yo les pagaba a ellos. Me junté con mucha gente de Michoacán y Durango. Hice buena amistad con todos, con todos y me querían muy bien, muy bien. Y pues como yo era uno de los más jóvenes también y me trataron muy, muy bien.

LM: ¿Usted regresó en alguna ocasión a México con su familia o ya no regresó?

IP: Sí, sí claro. Yo regresaba de todos modos cuando estaba aquí arreglado, fui una vez para allá, para con mi familia. Entonces me fui para California, estuve seis meses y ya en esos seis meses estaba planeando casarme, por eso pues…

LM: Ya, ya.

IP: Sí, ella ya tenía todo arreglado.

LM: Ah, qué bien.

IP: Entonces fui, trabajé en California y hice dinerito allá ahorré bastante entonces ya me fui a casar a México, a Delicias.

LM: ¿En qué año se casó?

IP: El [19]60… pues ese mismo año, el [19]62, el [19]62 en noviembre.

LM: ¿Cómo se llama su esposa?

IP: Bertha Estela Peña, es Morales, es Morales ella.

LM: ¿En Delicias se casó?

IP: Ahí en Delicias me casé.

LM: Y se vinieron, se vinieron para acá.
IP: Entonces no, ella se quedó todavía allá porque nos casamos en noviembre, el 17 de noviembre. Entonces yo me estuve allá, hasta el 28 de diciembre, el Día de los [Santos] Inocentes yo me vine de allá a buscar trabajo en el rancho ese donde había trabajado, en Stahmann, es un rancho muy grande y me fui y afortunadamente había trabajo y luego luego me puse a trabajar. Duré quince días trabajando y luego ya iba para Delicias en los camiones y luego regresaba. Entonces apliqué para la residencia de ella. Entonces yo tenía una casita que había hecho de adobes, antes de los [19]57, el [19]58, tenía una casita de adobe que haiba hecho yo, ya tenía mi casa yo allá.

LM: Y ahí estaba.

IP: Era muy ahorrativo yo. Pero de todos modos ella se vino para acá, le compré todos sus muebles y todo. Pero se quedaba mejor allí con mi mamá y con mi papá, porque pues no estaba acostumbrada a estar sola. Y entonces apliqué para arreglarle y en seis meses, siete meses ella arregló la residencia.

LM: ¿Cuántos hijos tienen?

IP: Pues ya cuando venía, ya venía esperando el primero y ahorita tenemos cuatro, dos hombres y dos mujeres. Por cierto que ese mismo año nació el primero, el mayor, nació el 4 de septiembre.

LM: ¿De qué año?

IP: Del siguiente año, del [19]63. Entonces, de ahí para allá, después ya nació esta hija y luego después otros dos más.

LM: Don Isidro cuénteme ya después del haber sido bracero, ¿cómo veía usted su vida personal, las cosa?
IP: Pues muy diferentes porque yo siempre digo, los deseos más grandes míos era estar en Estados Unidos y estar arreglado y tener trabajo, que es la base principal. Tener trabajo era una cosa muy… Nunca, nunca batallé yo. Nunca he batallado para nada, yo no sé, si la suerte o no sé, no sé a qué se deberá. Pero yo desde que llegué a ese rancho, ahí trabajé quince años en ese rancho. Después de que me salí de ese rancho yo tenía mi propio negocio.

LM: ¿En qué empezó su negocio?

IP: Árboles.

LM: Árboles.

IP: Nursery, pecan, árboles de nogal. Pero yo empecé activo, activo digamos, no había dinero, yo hacía todo. El patrón de ese rancho nos daba bonos cada año, esos bonos los dedicaba a meterlos ahí al negocio, digamos, porque era un pedacito chiquito, de cuatro acres nada más.

LM: Claro.

IP: Pero se necesitaba dinero para cultivar, pa fertilizar, para esto y para el otro.

LM: ¿Eso fue en California?

IP: No, fue aquí. Ya aquí.

LM: Ya aquí en el…

IP: Ya aquí ya, porque yo California me regresé, me casé, ¿verdad? Entonces ya me vine a trabajar con el Stahmann. Con Stahmann en ese rancho trabajé quince años, pero ya entonces antes de salirme con Stahmann, cuatro, cinco años antes yo ya estaba sembrando mis propios árboles, tratando de sacar algo pa futuro. Pero yo aprendí a injertar, yo aprendí todo ese ramo, entonces dije: “Yo lo voy a hacer”. Y lo hice, porque sé cómo hacer todas las cosas y me fue bien porque ese rancho de Stahmann fue una escuela para mí, entonces fue…

LM: De ahí fue creciendo en sus negocios.

IP: Entonces ya renté ese pedazo, el primer… Se necesita tres años para sacar, tres años para sacar el primer producto. Porque hay que sembrarlos, hay que injertarlos y se necesita tres años para poder sacar, para poder hacer un arbolito chiquito. Pero ya cuando saqué la primer cosecha, yo todavía estaba trabajando con Stahmann, entonces con ese dinero fui y renté más tierra, más terreno. Entonces ya sembré otros cinco acres más de nogal. Entonces seguí trabajando con Stahmann todavía, todavía seguí, después de que acá me dieron el primer, la primer compra de nogales o la primer venta que hice.

LM: Claro.

IP: Me dieron dos tantos de lo que yo ganaba en el rancho.

LM: Entonces ya.

IP: Ya, yo ganaba $9,000 dólares en el rancho al año y acá me dieron cerca de $20,000 dólares en el primer, en la primera venta de árboles. Entonces dije yo: “Esto, esto va bien”.

LM: Eso es bueno.

IP: Esto es bueno. Entonces fui, con ese dinero fui y renté terrenos y seguí trabajando otro rato, otro año más, allá. Y como no había sacado todos los árboles del primer pedazo, dejé la mitad y el siguiente año saqué la otra mitad porque me fue otra, otra vez muy bien, entonces con eso…
(entrevista interrumpida)

LM: Continuamos con la entrevista con el señor Isidro Peña. Don Isidro, me decía cómo fue avanzando en los negocios hasta la época actual.

IP: Bueno, cuando vi que el rancho no era suficiente para mí, suficiente trabajo… Me quedaba, me quedaba mucho tiempo libre, entonces pensé: “Necesito hacer otra cosa aparte porque no, esto no es suficiente para mí”. Era muy poco lo que tenía. Entonces yo estaba como dijéramos encantado de ver a esas personas en México que tenían de esas prensas donde hacían mosaicos mexicanos de, es concreto con pinturas y todas esas cosas. Entonces siempre me llamó la atención eso, entonces dije yo: “Yo me voy a poner a hacer eso, arriesgarme a hacer eso”. Entonces, afortunadamente que aquí en [Las] Cruces había un señor que tenía una prensa con todos sus moldes. Entonces traté de comprárselos y no quiso y entramos como socios. Entonces vio que no había dinero en la sociedad, porque pos un negocio muy difícil de que haiga dinero luego luego.

LM: Claro.

IP: Se desesperó y le digo: “Pues mire, ahí está, agarre su parte y yo agarro la mía y a ver qué hacemos. Pero ahorita por lo pronto pos tamos socios, pero no hay nomás”. Pero yo estaba pagando por todo, ¿verdad? Por el material, por el trabajador, por todo eso, porque yo traje una persona de Juárez para que viniera hacer ese mosaico aquí. Entonces dijo: “No, pues mejor se la vendo”. Entonces tuvimos un arreglo y al fin le compré todo. Entonces pues seguí haciendo experimentos, como experimentos y al fin me salió un pisito para allí, con uno de los amigos que trabajaban ahí en Stahmann Park y le fuimos y lo pusimos a su casa. Y entonces vi que había negocio porque pues estábamos aprendiendo también. El muchacho tenía más ideas cómo hacerlo y todo, pero pues vi que si lo hacíamos, iba a haber dinero en el futuro. Y entonces le seguimos, le seguimos y entonces ya empezaron a llegar uno que otro pisito y nosotros lo poníamos. A veces durábamos toda la noche poniendo piso, como estaban las casas solas, ¿verdad? Podíamos trabajar día y noche si queríamos.

LM: Claro.

IP: Entonces vi que, que pues venía poquito.

LM: Era redituable.

IP: Ey, entonces ya fue creciendo poquito más la cosa, hubo más trabajo. Entonces un hermano mío quedó sin trabajo en El Paso, porque estaba trabajando en una compañía. Entonces le digo: “Pues vente a trabajar, ayúdame aquí”. Entonces ya en el siguiente año ya él se viene y me empezó a ayudar. Y ya compremos otra prensa mejor y pues ya fue la cosa más diferente. Entonces yo me encargaba del rancho y entonces a él lo puse, pues con salario, ¿verdad? Con salario lo puse ahí en el negocio.

LM: ¿Todos sus hermanos son residentes o ciudadanos?

IP: Sí, bueno, pos casi todos están aquí ya, residentes y un ciudadano.

LM: ¿A raíz de que usted arregló?

IP: A raíz, sí pues, usted sabe que uno jala a su familia de una manera u otra.

LM: Claro.

IP: Entonces yo traje al mayor, al que sigue del más chico que yo y él ayudó a los demás. Ayudó a los, a traer… Entonces tratamos de yo y otra hermana se casó con uno de aquí y entonces ya fue creciendo más la familia, digamos arreglada. Entonces a raíz de esto, pues ya el negocio del, no es cerámica, porque no era cerámica, es mosaico mexicano, que todavía tengo la prensa ahí, que ahorita se la enseño.

LM: Sí señor.

IP: Entonces hicimos bastantes, como tres años haciendo ese negocio. Vino un señor ofreciéndonos cerámica de España. No, teníamos un localito chiquito, completamente pequeño y le compramos como podríamos decir unos, quinientos metros, quizás. No, como unos tres pallets, como unos cuatrocientos metros, quizás de cerámica. Pues ahí la tuvimos, nunca se pudo vender porque pues estaba muy cara, ¿verdad? Entonces cuando la vendí, pues la vendí a medio precio de lo que queríamos, ¿verdad? Al fin. Entonces alguien quería más. Entonces cuando fui a buscar a este señor, a ordenarle más, ya se había ido pa España, era español el hombre y vivía en Houston. Entonces en las cajas de la cerámica, ahí estaba la dirección, el teléfono de España, entonces hablé a España y le digo: “Mire, necesito esto, necesito este tal y al que se lo compré ya no está aquí”. Entonces nos dijeron: “Está un representante en los Estados Unidos visitando tiendas”, dice, “los vamos a poner en contacto con él, entonces hablen con él y a ver qué es lo que pueden hacer”. Entonces ya nos contactamos con el señor, Bacharac, el apellido de el señor, el señor Bacharac. Entonces nos pusimos de acuerdo, él iba a bajar aquí en el aeropuerto de El Paso, nosotros íbamos a esperarlo ahí en el aeropuerto, nos entrevistamos allí, tomó la orden y dijo: “Bueno, ahí está. Les mandamos la cerámica tan pronto ustedes nos manden una carta de crédito”, ¿verdad? Del banco, para que nosotros, digo, para representar el costo. Entonces mandamos la carta que nos cuesta dinero, la mandamos a la compañía, nos mandaron la cerámica, se pagó.

LM: ¿Actualmente tienen pisos de importación?
IP: Tenemos pisos de importación, ahorita estamos importando de España e Italia, tenemos Argentina, tenemos Brasil, tenemos Francia, tenemos Estados Unidos, tenemos México, Malasia, algunas diferentes partes del mundo por decir ya.

LM: ¿El idioma, no fue una barrera para usted, don Isidro?

IP: Pues sí, sí fue una barrera para mí, pero siempre pues trataba de, pues poquito hablar poquito inglés. Pero sí, sí notaba que había dificultades a veces de hacer las transacciones. Pero a través de los años pues se les suelta un poquito más la lengua y va uno entendiendo más y se batalla. Pero mi hermano estuvo en la escuela en Fabens, entonces él me ayudaba con el inglés también, en los primeros…

LM: Claro.

IP: En las primeras trabajos, transacciones que hacíamos.

LM: Muy bien don Isidro, ya para casi terminar, me gustaría preguntarle, ¿qué significa el término bracero para usted?

IP: ¿Qué significa? Pues, ¿cómo qué?

LM: ¿Cómo lo siente, cómo?

IP: No, pues yo creo que fue muy importante para nosotros haber pasado por esa etapa, es como pasar por la pobreza. Es muy importante, porque en la pobreza es donde aprende uno. La vida es una escuela muy importante, muy importante, yo la veo muy importante porque ahora que mis hijos están grandes y que ellos tuvieron colegio, todavía me preguntan a mí ciertas cosas que yo no tuve, pues de la experiencia de mi vida. La experiencia de la vida es la que le puede ayudar a la juventud. Y los jóvenes no porque digan, pues no saben parte de la vida, porque la vida es una experiencia muy bonita. Entonces como dicen, el diablo no es, el diablo por diablo, sino que por viejo. Entonces yo pienso que la única experiencia que tengo es la de la vida. Pero gracias que pasé por donde pasé, que eso es donde va viendo unos… O sea las puertas se van abriendo poco a poco, poco a poco, también depende quién sea usted.

LM: Claro.
IP: Cómo sea usted, cómo se comporta en la sociedad y cómo cumple con todos, porque no es fácil, porque tuve muchas barreras.

LM: Claro.

IP: Al principio con mi negocio muchas barreras, inclusive de mi propia raza, tuve muchas envidias. Y eso me duele, porque como que no lo quieren a uno ver escalar, yo digo. “¿Pues cómo? Si no sabe ni inglés, ¿cómo puede hacer esto?, si no sabe esto, ¿cómo puede saber? Si era un don nadie aquí en esta parte donde trabajaba”, y todas esas cosas, ¿verdad?

LM: Claro.

IP: Entonces algunas personas no se sintieron a gusto, no sé por qué, pero así pasó.
LM: ¿Qué siente usted de que lo llamen bracero?

IP: No, es orgullo, digamos que me diga, pues: “Tú eres un bracero, tú eres un persona que… “Ta bien”, ¿eso qué? No le, no importa, yo soy… y yo les digo, yo les digo: “Yo entré como bracero”. Y algunos, ni siquiera, americanos que de veras me respetan y los respeto, me dicen: “¿Cómo que llegaste de bracero?”. Sí, soy bracero, soy del Programa Bracero.

LM: Qué bueno, muy bien.

IP: Y es un orgullo para mí.

LM: Claro.

IP: Haber sido bracero y haber pasado por todo el proceso desde pequeño hasta donde estoy.

LM: ¿Siente usted que el haber sido bracero cambió su vida de alguna manera?

IP: ¿En qué sentido?

LM: En, para bien o para mal.

IP: Para bien. No, no para bien, porque el orgullo porque somos, tenemos orgullo a personas no le hace que nos estemos muriendo, pero hay este orgullo que, no sé, no se da uno a vencer. Entonces yo pienso que el, todo eso, es un orgullo desde braceros, desde pobreza a bracero, a batallar con su propia gente porque yo batallé mucho con mi propia gente cuando empecé mi negocio. No querían aceptar mi negocio. Hasta el grado que hubo unas lenguas poquito malas en que no era un negocio, era un negocio ilícito, que no era un negocio como debería de ser. Pero afortunadamente que tenía amigos en la Policía, me hice amigo de gente importante, entonces les probé. Porque alguno de los contratistas dijo: “¿Sabes qué? Ya no quiero hacer negocio contigo porque sé que andas en malos pasos”. Le dije: “No, mira ya tengo una carta de aquí del departamento de… y te voy a decir quién soy yo”, digo. Y afortunadamente que me informaron, me indagaron, me revisaron todo lo que mi vida desde que llegué yo aquí y no sacaron ningún, nada. Entonces esa carta, las mismas autoridades me dieron esa carta: “Enséñasela a con los que haces negocio y diles que si tienen alguna pregunta, que nos hablen”.

LM: Claro.

IP: Entonces, firmada por el Departamento de la Policía, del State Police y todo. Los departamentos donde que pertenecía la carta, ningún problema, jamás tuve problemas, pero es muy duro. Digo, poder estar contra tantas personas que no quieren que uno, pues desgraciadamente pues es ignorancia. El mundo es para todos, si usted quiere hacer, usted puede hacer lo que quiere hacer y puede llegar a donde usted quiera llegar o hasta donde pueda llegar. Pero yo pienso que estamos en un mundo, en un país donde de veras está la oportunidad, yo creo en todos los países, ¿verdad? Pero este es uno de los países. En México también se puede hacer dinero, claro, pero estamos aquí en el país donde gracias a Dios hay todo.

LM: Hay todo.

IP: Y el que no quiera es porque no quiere.

LM: Exacto.

IP: Ese mi modo de…

LM: Claro.

IP: Así es de que no, no sabría yo decirle lo demás, ¿verdad? Pero estoy orgulloso de todo, gracias a Dios.

LM: Muy bien, don Isidro…

IP: Y muy contento.

LM: Quiero darle las gracias por haber compartido con nosotros sus experiencias, su vida a través de esta grabación. Estamos muy agradecidos de que nos haya dado esta oportunidad.

IP: No, pues es un placer para mí que hayan ustedes, que me hayan entrevistado. Yo dándoles mis puntos de vista cómo fue todo y pues a ustedes les agradezco porque yo lo vi en el periódico de El Paso Times y dije, “Voy a hablarles”, y les hablé. Duró un tiempo para podernos comunicar porque cuando ustedes hablaban yo no estaba y cuando yo hablaba no estaban. Y entonces, pero de todos modos ya se hizo y es una orgullo para mí que lo hayan hecho y es un placer y me siento con ese orgullo de que salga esto, o que esté ahí grabado.

LM: Muchas gracias. Con esto vamos a dar por terminada la entrevista. Muchas gracias.

IP: Gracias a ustedes.





Fin de la entrevista

Interviewer

Martínez, Laureano

Interviewee

Peña Millan, Isidro

Location

Las Cruces, New Mexico

File Name Identifier

Peña_Millan_ELP037

Citation

Martinez, Laureano and Peña Millan, Isidro, “Isidro Peña Millan,” Bracero History Archive, accessed November 15, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/58.