Eduardo De Santiago
Title
Eduardo De Santiago
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Eduardo De Santiago was born in Jerez, Zacatecas, México; he had seven sisters and only one brother; his father took him out of school when he was in third grade because he needed help working the land; he worked as a bracero form 1954 to 1960; while a bracero he was promoted to ranch foreman.
Summary of Interview: Mr. De Santiago worked on a ranch in Zacatecas, México, prior to becoming a bracero; in 1954, when he learned of the bracero program, he made a list of all the people who worked with him that wanted to go to the United States as braceros; he was of course included on that list; upon beginning the hiring process in Chihuahua, Chihuahua, México, the braceros were asked to undress for physical examinations; they were then vaccinated and deloused; in Rio Vista, a processing center in Socorro, Texas, ranchers from Pecos, Texas, came to hire braceros; none of the workers wanted to go with them because they had heard about a number of bad experiences there; Mr. De Santiago worked primarily in the cotton fields of Texas; he recalls how many braceros would use tricks to weigh down their cotton in order to get paid more; over time, he was promoted to head foreman of the ranch where he worked; he worked as a bracero from 1954 to 1960.
Summary of Interview: Mr. De Santiago worked on a ranch in Zacatecas, México, prior to becoming a bracero; in 1954, when he learned of the bracero program, he made a list of all the people who worked with him that wanted to go to the United States as braceros; he was of course included on that list; upon beginning the hiring process in Chihuahua, Chihuahua, México, the braceros were asked to undress for physical examinations; they were then vaccinated and deloused; in Rio Vista, a processing center in Socorro, Texas, ranchers from Pecos, Texas, came to hire braceros; none of the workers wanted to go with them because they had heard about a number of bad experiences there; Mr. De Santiago worked primarily in the cotton fields of Texas; he recalls how many braceros would use tricks to weigh down their cotton in order to get paid more; over time, he was promoted to head foreman of the ranch where he worked; he worked as a bracero from 1954 to 1960.
Creator
Parra-Mantilla, Myrna
De Santiago, Eduardo
Date
2003-03-03
Subject
Bracero
Contributor
Cristóbal Borges
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Eduardo De Santiago
creator (Spanish)
De Santiago, Eduardo
contributor (Spanish)
Cristóbal A. Borges
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Original Format
Digital, WAV, MP3
Duration
1:09:33
Transcription
Nombre del entrevistado: Eduardo De Santiago
Fecha de la entrevista: 3 de marzo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El día de hoy es 3 de marzo de 2003 en la ciudad de El Paso, Texas. Entrevistando al señor Eduardo De Santiago para la Universidad de Texas en El Paso, para el Departamento de Historia Oral, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenas tardes señor De Santiago.
ES: Buenas tardes.
MP: Muchas gracias por haber aceptado esta entrevista. Para empezar, quisiera que me platicara un poco acerca de su familia cuando usted estaba pequeño. ¿Dónde y cuándo nació? Acerca de sus papás, ¿a qué se dedicaban sus hermanos?, ¿si usted tuvo algunos estudios?, ¿a qué edad empezó a trabajar?
ES: Mire, yo nací en, en un rancho que se llama Jumulquillo, en el Municipio de Jerez, Zacatecas. En ese rancho nací yo, pero cuando la, cuando la Guerra de los Cristeros, nos cambiamos para Jerez, porque llegaban al rancho y hacían muchas cosas malas. Entonces nos, mi papá se cambió para Jerez y luego ahí estuvimos trabajando. De ahí salíamos al, al campo a trabajar. En el rancho tenía él su terreno de sembradío y todo. Y después de ahí de, de Jerez, rumbo a, de Jerez al, ¿qué es?, al sur, al sureste, al sur. Fue cuando agarró mi apá una parcela de diez hectáreas de terreno, que el rancho se llamaba El Megallito. Y ahí fue en donde empezamos ya a trabajar la tierra nueva. Y de ahí estuvimos viviendo. Crecí yo, de allá llegué a la edad de que me, me conseguí una novia y me casé, nos casamos. ¿En qué, en qué año?
2do: En el [19]36, pero dígale cuántas hermanas, su mamá, su papá.
ES: Sí bueno, mis, mis hermanas eran, éramos ocho de familia. Pero en las ocho de familia, éramos nomás dos hombres. Y el mayor era yo y pos yo tenía que ayudarle a mi papá a trabajar. Entonces, cuando estaba ahí en la escuela, en el, en Jerez, pues me tuvo que sacar de la escuela para que le fuera a ayudar a trabajar al, por ahí… Íbamos a la sierra a traer carbón, sí sabe de qué es el carbón, ¿verdad?
MP: Sí.
ES: Carbón y madera para techar, este y, y después me dediqué a, había una, una taverna ahí dónde hacen sotol, también estuve acá.
2do: ¿De qué edad salió del… ¿de qué grado?
ES: No, yo estuve, yo estudié, yo estuve en la escuela nomás hasta tercer año, nomás primero, segundo y tercero. Cuando presenté el examen del tercer año, que pasé a cuarto año. Empezaron las clases del cuarto año, y fue mi apá a sacarme de la escuela, porque ya, él ya no podía solo. Nomás yo tenía, podía ayudarle en algo. Entonces, habló con mi maestra, dijo: “Ay señor De Santiago, no haga eso con su hijo. Mire, su hijo va muy bien en clases”. “Pues sí señorita, pero es que yo no puedo ya con la carga, es mucho, mucho, muy pesado. Tengo ocho de familia y, y nomás él es el mayor del, de dos hombres que tengo”. Pues no hubo más remedio, me tuvo que él sacar de la escuela y luego ya después de ahí, a mi rutina de… Al carbón y a la leña y madera y todo eso fuimos a la sierra. Y, y los sábados o los domingos, en Jerez salía yo de la calle con cinco burros cargados de leña, para venderla por la calle. No, sí, así mire, de volada se vendía la leña. En aquel tiempo no había más, más de pura leña. No había, todavía no había gas, todavía no había.
2do: Yo creo que las personas que tenían dinero, sí.
ES: No, pero pos ya ve que, bueno en partes no había ni luz. Pero, yo salía a la calle con mis cuatro, cinco burros cargados de leña, de volada vendía. Y carbón también bajaba, nos fuimos y traímos carbón, también salía a la calle, como le dije, pa venderlo el carbón y lo vendíamos muy rápido. Se vendía mucho allá, era con lo que se usaba para la cocina. Y ya después de, de eso, de, me fui de San Megallito, ahí a hacer la tierra, esa era puro llano, un… Nosotros la, la labramos de todo pa cultivarla.
MP: Y, ¿cuántos años tenía en ese año?
ES: En ese año, yo creo tenía como quince años, sería. Quince años hoy, eso fue dentro de los quince a los diecinueve, dieciocho, diecinueve, porque yo, nosotros nos venimos casando cuando yo tenía, iba a cumplir veinte años yo. En este en, nos casamos en mayo y en octubre cumplía yo mis veinte años. Después de ese, de ese terreno que mi papá compró ahí, ahí en el rancho El Megallito, en otro lugar más lejos de allí, que es ya por el, el Municipio de Villanueva, otro, otro pueblo. Allá agarró mi apá también, había mucho terreno de, en aquel tiempo de los hacendados. Había lugares de donde hubo mucha extensión de terreno y era puro allá, había puro ganado bravo. Era puro ganado bravo ahí en esas, en esos potreros y pensionaron esa cantidad y a mí me tocó que la parcela que agarró mi apá, en aquel tiempo, allá en ese otro lugar, también otras diez hectáreas y ésa era para mí, porque de lo poquito que yo, de lo que él me daba, porque yo trabajaba con él como empleado.
MP: Claro.
ES: Yo trabajaba como, con mi papá como empleado. Después que ya que me casé, con más razón. Y yo, y dijo: “Mira la parcela esa, allá de El Vergel”. Ahí se llama el rancho de El Vergel. Ahí, ahí, hicimos nosotros nuestra vida de recién casados. Ahí yo la hice también, era puro llano, había, ¡había mucho ganado! Y puro ganado bravo. Pero ya, los hacendados los fueron sacando de allí para otros lugares. Y luego ya de ahí, ahí crecimos. Ahí, sí, ahí vivimos nuestra vida en ese rancho, El Vergel, Municipio de Villanueva. Y el otro es Megallito, Municipio de Jerez. Ésa fue mi vida de, de niñez, pues digamos, de niñez hasta la edad de ya de los quince, dieciséis, que, que ya estaba yo ya más, más, más grandecito y todo. Y ya después cuando me casé, me dediqué todo a El Vergel. Municipio de Villanueva. Ahí cuando caí a ese rancho, mire, ¡hay híjole!, cómo, cómo será uno pobre.
2do: No llore, ya no está pobre.
MP: A ver, si quiere le paramos tantito.
ES: No. No, mire, porque me acuerdo y, y muy triste. Caí a El Vergel, nadie me conocía, nadie me brindaba amistad y bueno, ¿ve? Pero bueno, la suerte le cambia a uno de como luego dicen, de un día para otro. En esos días, de que estaba yo recién llegado a El Vergel, pues tuvimos que andar viviendo por acá, en casitas que había…
2do: Prestado.
ES: Pues prestado, ¿no? Mire, unas eran unas casas, tenían cocinita y sala y era todo, no te creas.
2do: ¡Era todo!, sala.
ES: Y, y no crea que era construcción de adobe o cuña, ¡no!, pura piedra, como un cerco de piedra. Y luego ya las enjarraban con barro y ya está, ahí está la casa, pues fíjese, en casa prestada. Cuando, le dije yo ahí a los que eran ahí los jefes como en, en los ranchos también hay presidente y secretario y tesorero, como en una ciudad. Entonces ya hablé con el señor que hacía ahí de presidente, le dije: “Oiga, pos yo quiero que me dé un lote para hacer mi casa, ¿sí?”. Y le dan, se lo dan a uno, onde era la orilla del, midiendo la, a onde iba creciendo la del rancho. Ya me dijo: “Mire, de aquí a acá, ahí está, esta es su extensión pa su casa”. Pos ándele que como pudimos yo, yo me metía a hacer adobes, y yo los hice, los adobes así de barro y otros que me ayudaban y así. Cuando se llegaba el tiempo, los otros los querían, se los prestaba y yo al siguiente día los devolvían y así iba, iba creciendo la cantidad, hasta que hicimos nuestra casa con sala y cocina y sala, todo, ¿verdad?, nomás su cocina y sala.
2do: Pues primero nomás dos.
ES: Y después le agregamos una, otra, otra recámara. Y yo, y yo así lo hacía, luego doce y allí, allí pusimos una tienda. Yo tenía este…
2do: Era una estanquilla, ¿sí sabes cómo son los (ininteligible), verdad?
ES: Como, sí, de madera.
2do: Y eso era lo que es, ahí estaba todo.
ES: Ahí estaba todo. Y vendíamos lo que llegaba allí, había la, en la tienda pos digamos de nosotros y otra en el centro del ranchito y fue todo, ¿no?
2do: Sí, pero primero tuvimos nomás en el pura orilla.
ES: Sí.
2do: Cuando ya nos creció, pusimos una en medio rancho.
ES: Ey.
2do: Otro cuartito, también.
ES: Igualmente.
2do: Cigarros, cerillos…
ES: Todo lo más, lo más usual de rancho, sopas, manteca y, bueno…
2do: Hasta ropa vendíamos.
ES: A veces hasta ropa.
2do: Pero cuando él se vino, ¿no le hace que yo meta mi plática?
MP: No, pos más bien, sería el señor.
ES: Sí es que mire, es que cuando ya llegamos a ese rancho, El Vergel, iba a habir, iba a haber renovación de, del presidente y el secretario y el tesorero en el rancho allí, los que manejaban en el rancho. Y por buena suerte, me voy a volver pa repartar un poquito. Cuando yo estuve en la escuela en Jerez, había un vecino ahí de la casa de donde yo vivía, se apellidaba Ibarra, se llamaba Salomón Ibarra el muchacho, pero ese era en un grado más adelante que yo, él se graduó y ya se, no sé si fue a high school, pero aquí no hay nada, nomás primaria.
MP: Ah, okay.
ES: No sé si, si después se fue alguna high school, total que él agarró una, muy buen estudio, porque llegó a ser el secretario del Gobernador de Zacatecas, fíjese.
MP: Ándele.
ES: Salvador Ibarra. Cuando, cuando yo estaba ahí viviendo en El Vergel, que iban a renovar el tribunal del comité de ahí del rancho, entonces estaba, entonces ahí en la escuela, ahí una escuela muy grande que había. Pos era él, se dice el, el que estaba ahí de… la junta. “Bueno, pos se decide un candidato para, para presidente”. Pos ya dijo ahí uno: “Fulano de tal”. Y otro dijo: “Eduardo de Santiago”. Dije yo: “¡Ándale, vas a ser presidente!”, me decía acá, (risas) “vas a ser presidente”. Pos ya, empezaban a que tres candidatos. “Los que vayan por fulano de tal, que levanten la mano. Ora por fulano de tal”, también así. “Ora por Eduardo de Santiago”, mire, [le] juro [que] todos levantaban la mano.
MP: ¿Todos?
ES: Todos, yo salí electo.
MP: ¡Ándele!
ES: Para presidente, presidente del comité ahí. Creo que ya, salía electo allí, entonces ya dijo: “Ahora para secretario y tesorero” bueno. (ininteligible) Pero seguía el tiempo de, ¿qué fue en 1954, de cuándo, de los, de braceros?
MP: Sí.
ES: En 1954 este, estaba yo, ya teníamos la tiendita del centro, ya era una sucursal que teníamos ahí.
MP: ¡Ándele!, ¿qué tal, eh?
ES: Este, entonces llegó un, llegó un, un señor que vivía así, un vecino que era mi… nuestro compadre, ya falleció el pobre. “¡Compadre!”. “¿Qué pasó?”. “Ahí ta el Secretario de, de Gobernación de Zacatecas y quiere hablar con usted”. “¿Pos de qué se trata?”. “De la lista pa braceros”. “¡Ándele!, pos ora ya llegó”. Mire, entré a la casa, ¡ándale! Le dije a mi señora: “Dame un pantalón limpio”, sí me dio un pantalón, de, de aquí, pa acá, era un parche. Así como le estoy a usted contando, de aquí a acá era un parche.
MP: ¿Pero estaba limpio?
ES: Pero estaba limpio, ahí voy yo…
2ND: Se nos acabó la tienda, por eso.
ES: Ahí sí, ahí se acabó la tienda y se…
MP: Pero, usted fue presidente del comité, ¿verdad?
ES: De ahí del rancho, del rancho. En todos los ranchos hay, hay eso, presidente y secretario y tesorero, son los que dirigen toda la comunidad.
MP: Ah, okay.
ES: Pues ya ve, que ya entonces bajé yo pa la escuela, estaba así abajo en el, cerca del, de un arroyo. Ya llegué yo y estaba ahí el secretario, yo llegué, ya llegué yo. “Tú eres”, me dice. “¿Tú eres Eduardo de Santiago?”. “Yo soy Eduardo de Santiago”. “¿Te acuerdas de mí?”. “Y cómo no me voy acordar, si tú eres Salvador Ibarra”. Dice: “No me hables de usted, háblame de tú”, me dijo él, “no me hables de usted, háblame de tú”. “¿Te acuerdas en la escuela como, cómo nos íbamos?, ¡acuérdate!”. “Pos sí, anda tan, ¿qué, qué se te ofrece?”, dije yo, “¿qué se te ofrece?”. “Mira, vengo para que me digas cuántos son, cuántos quieres que vayan los, los braceros de aquí de tu rancho”. Dije: “No, pos, dime tú cuántos me vas armar, qué lista me das a mí para, para elegirlos. Voy a tratar de mandar los más pobres”. ¡Todos éramos pobres!, pero habían unos más que otros. Entonces me dijo, dice: “Está bien, tú, tú vas dándome los nombres y yo los apunto en… Pos ya y ya le doy la lista y luego le dije, le dije: “Oye, ¡dame siquiera unos, unos veinte!”. Mira, eran muy poquitos, creo que me daba dieciocho hombres en la lista. Dice: “Bueno pues, que sean veinte”. Y estaba yo apuntando ahí los que yo sabía, los pobres que yo sabía y apunten. Y entonces llegaba un señor que también ya falleció, el pobre, se llamaba (ininteligible) “Señor de Santiago, ¿ya mandó la lista?”. “No, me faltan como unos, unos tres”. “¿Me permite el, el papel y el lápiz pa apuntar uno?”. “Dígame quién es y yo lo apunto”. “¡No, no, no!, présteme por favor la lista, nomás uno”, dice, “es un secreto, nomás uno”. “Bueno, ándele pues, uno nomás”. “Sí”. Le di el papel y el lápiz y, y me apuntaron a mí.
MP: ¡Y usted sin saber!
ES: Sin saber. Ya acabé. “No, Manuel, ¡no, no, no!, acuérdese que usted varias veces los que han ido de braceros al mes ya están en la, en el rancho de regreso y usted los regañaba. Ahora que usted debe de ir, yo creo que si nos toca suerte, se va usted a, a ver si lo aguanta”. “Bueno, pos ándele pues”. Y así era el agravio, muchos se iban de braceros y al mes ya estaban en el rancho.
MP: Y, ¿cómo les iba a ellos?, qué, ¿qué le decían?, que, ¿qué estaban bien?
ES: Pues: “¿Qué pasó, por qué no te pudiste ir?”. “¡No!, que me tocó un rancho muy, muy quién sabe qué, muy quién sabe cuando. ¡Y no aguanté! Y no, por eso me vine mejor”. Pero las mujeres les decían: “No, vente, pos si no te vienes, te dejo”. Ahí viene pal rancho directo. No, bien y mire, bueno: “¿Quiere que me vaya?, sí me voy”. Y me vine, me vine, era el 28 de septiembre, ¿verdad?
2ND: Sí.
ES: El 28 de septiembre de 1954 salí de El Vergel a Chihuahua.
MP: Ándale.
ES: De, de Chihuahua, ahí está del, se llama un lugar, porque desde Zacatecas no llevaban ya en, en camiones de, del estado. Llegamos a Chihuahua, llegamos al lugar donde estaban reconcentrando a toda la gente y ahí, ahí estaba, taba así en las listas pa acá y pa allá gente en ese lugar. Entonces ya que era yo, me, yo me chiveaba porque pos también yo nunca había yo visto eso. Mire estaba, estaba unas, había una así, ¿cómo se dice?… de madera, allá estaban las secretarias con sus maquinas allá y allá había una línea, ¿verdad? Como vine al mundo.
MP: ¿Cómo?
ES: Encueradito.
MP: ¿Sí?
ES: Encueradito.
MP: ¿Así era como los examinaban ahí?
ES: Era para pasar el examen, desque, de que no tuviera alguna enfermedad en su cuerpo. Y entonces, ¡ay no!, mejor eso no se lo digo. (risas)
MP: Y les pusieron vacunas ahí, ¿los vacunaron?
ES: Sí, nos vacunaron y nos a, nos hacían que si nos empinábamos para, para vernos en nuestras partes traseras y todo. Y bueno y luego ya de ahí las secretarias, ya todo mirándolo a uno ahí y ¡híjola!, se, se chiveaba uno.
MP: O sea que, ¿no tenía una forma de, de estar un poco más privado?, ¿así era?
ES: No, más, más privado no, estaba todo… Bueno, ya pasaron, ese santa historia ya. Entonces ya, ahora sí, pero ése era para salir para, para el, para Ciudad Juárez. Bueno, sale un, un bonche me dijo, una, una parte. Pos ya, llegó la hora que nos levantaron de ahí de Chihuahua, venimos a Ciudad Juárez, llegamos, no sé a dónde nos llevaron. Total que en donde, en donde se llevaba su, ni siquiera nos bajaron. Con el mismo camión urbano nos pasaron a El Paso, Texas. Ya cuando ya nos pasaron aquí a El Paso, Texas, nos llevaron a un lugar que tomara aquí este, no sé si usted lo conozca, Río Vista.
MP: Ah, sí señor.
ES: Río Vista y luego ya me… creo que ese de Río Vista antes era cuartel, no sé qué sería, era, era como un cuartel muy grande, estaba muy grande. Pos ya a mí me daban la… Se metía a Río Vista, ahí estuvimos en, ahí dormimos la primera noche. Al día siguiente empezaban a hacer las listas. “Vamos a hacer las listas para, para los lugares a donde van a ir toda, toda la gente”. Pos ya, ahí estamos sabe qué, “¡que para Pecos!”. Mire, nadie quería.
MP: ¿Por qué?, ¿ustedes ya sabían de lo que se trataba?
ES: No, todo era de algodón, todo era de algodón. Pero muchas que ya habían venido de braceros antes y quizás les había tocado ese lugar de Pecos y no les gustó porque era, pos que era muy malo, que no, que no se dio, que muy mal algodón o no sé qué, no sé qué. Miré la lista y: “¡Para Pecos! Quién, ¿quién se decide a, a ir?”. Entonces les decía a mis compañeros, somos, éramos como unos veinte.
MP: ¿Sí?
ES: Nosotros, entonces les dije: “¡Oigan, pos vámonos!, vámonos a, a Pecos a ver qué. Que si nos corren, pos bueno, si nos va bien, pos bueno y si no, pos nos regresamos pa México”.
MP: Claro.
ES: “Pos órale, vamos”. Ya ahí vamos a, estaba un señor, estaba un señor ahí a la puerta del la entrada pal, era un corral así mucho muy grande. Dice: “Necesito un grupo de unos doce hombres. Si es posible, que todos sean todos del mismo rancho, mejor. Pero si no, pos ni modo, doce hombres”. Le dije: “No, señor aquí estamos los doce hombres y, y hay más del mismo rancho; semos, somos como veinte”.
MP: O sea que usted, desde que salió de Zacatecas, ¿se fue con su mismo grupo de gente, hasta Pecos?
ES: Sí, hasta Pecos.
MP: Ah, okay.
ES: Una parte. Ya ahí, ahí en Pecos se quedaron los que no, los que no cupieron en el rancho. Entonces sí, nos venimos nosotros. Total que ya de ahí, de aquí de Río Vista nos aventaban, usaban la lista pa ese… hombres se, la se mataron, ya murió ese Ismael, José Carrasco. José Carrasco se llama el que fue a, ahí a, a Río Vista.
MP: ¿Río Vista?
ES: Pos ya, entonces ya de allí. Y luego y en Pecos también se presentó el mismo señor José Carrasco. Pos ya de ahí ya, a Pecos. Yo me acuerdo muy bien aquí en la calle que, uso en El Paso, la primera calle, la, la aquí (ininteligible) Y ya le dije a mi familia: “Mire, esta calle fue la primera calle que yo anduve aquí en camión cuando iba de bracero”. Esa vez que llegamos a Pecos, hace, todavía fue en el mismo año, en el [19]54. Llegó él y dice que: “Necesito una… de unos doce hombres”. “Pos aquí estamos, todos del mismo rancho”. “Pos ya, pásenle aquí a la oficina”. Ya pasamos a las oficinas, dimos nuestros nombres, ahí hicieron las listas, ahora sí ya. Le entregaron las listas, entonces ya nos subimos a una troca que llevaba hasta Balmorhea. En Balmohea tenía, estos, era, era una, una sociedad de tres: Juan Carrasco, Pedro Carrasco y José Carrasco, y el señor Juan Carrasco tenía una tienda en Balmorhea.
MP: Sí.
ES: Y era, era de nosotros, ahí estaba, agarrar nuestra provisión, nuestra comida. Ya de ahora, ahí a la tienda del señor Carrasco, Juan. Y bueno: “Lo que ustedes quieran llevar, ahí hay todo lo que quieren ustedes que hagan, todo lo que necesiten llevar a su almuerzo. En, en ese carrito ahí echen su comida y ahí le doy para que se la hagan, se la alisto y el día de pago, vienen y pagan. Y, y llevan más”. Y así fue al principio. Pos no un, de ahí de donde, de Balmorhea llegaban para el rancho. Tuvimos, fuimos con una, no creo yo, como una hora de camino, de Balmorrhea. No, pos si llegábamos al rancho y, y estaba rebonito, muy, muy grande y ya el rancho capullado de esas blancas. Ya dijo: “Mire, aquí están esos cuartos para que ahí duerman ya, de a, de a cuatro en cada cuarto”. Tenía camas dobles, aquí se acostaban unos y otros acá arriba. Y ya, ya ahí nos acomodamos, cuatro en ese cuarto y así todos repartiaditos. Al día siguiente dice: “Ahí está su costal, pa la pisca”. Y vamos ahí a la pisca de algodón. Yo nunca había piscado algodón, pos ellos sabían, los otros sí sabían pero yo no. Pos yo oía que, que agarraban y agarraban y pos yo, ya ve usted, pero ya, ahí había una chapucita. En el algodón, ya cuando tiene acá mucha, mucha lleno mire, como cortaban el, el, el peyote de donde estaba el algodón y lo revolvían con, con to y tupan, pa que pesara más.
MP: ¡Ah!, o sea que, ¿no le quitaban la cascarita?
ES: No.
2ND: La bola verde.
ES: Sí.
MP: Pero se supone que era… Bueno, según el ranchero el algodón tenía que estar muy limpio, ¿no?
ES: Sí, pero ahí pero, como, como va agarrar la, el costal y luego lo pesaban y nosotros mismos lo subíamos a la troca, lo echaba ahí. No se veía, si, si lo iban a sacar, si lo hallaban, pero yo… Bueno, total que yo veía que muchos decían de eso, yo no agarré porque yo no sabía que eso era movida pa que pesara más.
MP: Claro.
ES: Piscaban, ya cuando tenían aquí mucho algodón en la mano, agarraban un, una cáscara del mismo algodón que estaban piscando con todo, mire adentro del costal. Mire, a ver si se hace, dice: “¿A ti qué te importa? No te metas”.
MP: Y, ¿no tuvieron problemas por eso?
ES: No.
MP: ¿No?
ES: Hubo, mire, pos sí, mientras, sí. Porque mire, gracias a Dios la temporada del, del primer año, la terminaron muy bien, quedaron muy contentos los señores, los patrones con nosotros. Porque ya al último, la última semana de, de pisca, nos juntaban a todos, nos juntaban, dijo, dijo el señor Carrasco, Dios lo tenga en el cielo, dice: “Pues señores, tengo muy, estamos muy contentos mis hermanos y yo con ustedes, de que nos ayudaron a levantar nuestro algodón y les queremos advertir que para el año que viene si alguno de ustedes les toca venir como braceros y quiere venir con nosotros, nomás nos hablan, nos mandan una carta y yo ya voy por ustedes a Pecos. Y también les quiero decir que vamos a, a pedirle a tres trabajadores, que les vamos a renovar el contrato para que se queden a, a trabajar, para que nos ayuden a trabajar la tierra. Y ya tenemos aquí uno”. Era un señor que se llamaba Walter Márquez, también ya falleció: “Ya está aquí un señor, él se va a quedar, entonces necesito dos más”. “Entonces yo, yo también me quedo”. Ahora yo. “Yo también me quedo”. Y luego, pos otro: “Pos yo también”. Y ya. “Entonces ya los, los que se van a, los que van para, para El Paso, tengan todos sus cosas listas para llevarlos a la Pecos, a la Pecos”. Y de allí [de] Pecos, pa que los llevaban a El Paso. Pos no, mire, fue a un principio muy bonito, porque en el tiempo, la tempo… en el año que piscamos, el primero que piscamos, el que, el que pesaba el algodón era un hermano de, del patrón se llamaba… Ése murió aquí en El Paso.
MP: Ah, okay.
ES: Ese señor, ya se… y al siguiente año me dijo el señor: “Oiga don Eduardo, fíjese que mi hermano ya no, ya no va a poder ayudar a, en la, en la pesa. ¿Cómo ve, me pude ayudar?, con una, ¿cómo anda de número?”. Me dijo: “¿Cómo anda de números?”. “¡Uy, no!, pos quién sabe”. Dije: “Mire, yo sumar y restar y multiplicar sí, pero dividir, muy poquito, dividir muy poquito”, era la verdad. “Bueno, aquí lo que importa es multiplicar y restar”. Bueno entonces ya me dijo: “Mire, vamos a hacer de cuenta que va a vender tantas libras de algodón a tanto”. Usted lo hace con lápiz, y yo cogí la máquina”, dice. “Ándele pues”. Agarré el papel y el lápiz ahí estoy, ¡zas, zas! Y yo en la escuela aprendí una, una, una prueba, le hacían así como una, con una equis.
MP: Ah, sí.
ES: ¿Usted no se sabe usted esa?
MP: Sí.
ES: Mire, una equis así. Aquí ponía uno la cantidad de las libras del, a que se, a que se reduciera a un número. Por ejemplo, si son veintidós, entonces son, son cuatro. Y ese ponerlo aquí y luego la, la cantidad, eh, el resultado que sacamos en la cuenta acá en las, la de abajo, la recetan a un puro número. Entonces lo multiplicaba esto por esto y tenía que salir igual todo. Entonces ya le dije: “Mire, ahí ta ya, ahí está usted ya con las teclas de la máquina”, fíjate. “Ya, ¿ya estuvo?”. “Ya. Y con su prueba”, le dije. “Mire, ahí está la prueba”. Entonces ya lo que sacó con su máquina y lo veía y luego ya pos mire. “Perfectamente, usted va a ser mi pesador”. “Ah, bueno”. “Va, le voy a pagar por hora”. Fíjese nomás, $0.50 centavos por hora.
MP: Y piscando el algodón, ¿cuánto les pagaban?
2ND: Cincuenta centavos.
ES: No, pero la pisca era diferente. El precio de la, en realidad no me acuerdo a cómo, a cómo la, la libra.
MP: Era como de a $0.12 centavos por libra, ¿no? Algo así.
ES: No, no la hora. Por hora eran $0.50 centavos.
2ND: Sí, yo también trabajé, por eso.
ES: Sí, ella también trabajó, también trabajaba en un rancho.
MP: Ah, ¿sí?
ES: Sí, cuando ya, cuando ya hicimos la… arreglamos la ciudadanía. También, también fue a trabajar allí en el mismo rancho. Pues al principio del, de ese, de ese año, este, yo, yo me dijo, me dijo mi patrón, me dice: “Mire, usted va a ser el pesador. $0.50 centavos la hora. Son diez horas, son $5 dólares, $5 dólares diarios, pero tiene derecho a piscar aquí en la cabecera”. “Bueno, está bueno”. Pues agarré un costal yo y yo agarraba los surcos que eran más buenos de algodón y luego me gritaban: “¡Eh!, esos son surcos míos, no me… “Yo tengo órdenes del patrón de piscar en donde yo quiera”.
MP: ¡Ándele!
ES: Y ya me… mire y en las puras cabeceras me andaba ahí y también juntaba mis, mis buenas libras, a veces cien libras o doscientas libras y ése era aparte de lo que yo ganaba por hora y así. Así me la llevé hasta, hasta que ya se acabó el segundo año de, de pisca de algodón y seguía con la misma rutina. Entonces un día, un día platicando con el patrón en la tienda, con Balmorhea, me dijo, estaba así platicando y, y le gustaba mucho tomar cerveza y me invitaba, pos yo ya tengo, entonces ya no sé por qué, no sé por qué usaba la plebada porque [le dije]: “Fíjese nomás que, le tengo una nueva, que mi, mi esposa está embarazada”. “¿Cómo?”. “Sí”.
MP: O sea que cuando usted se vino para acá, ¿ya estaba embarazada su esposa?
2ND: No, de, de unos seis años.
ES: Seis años, sí. Yo duré diez años de bracero.
MP: Y luego en todo ese tiempo, ¿qué fue?
ES: Cuando, cuando ya, pero ellos, ellos se vinieron a, a aquí a Juárez.
MP: Ah, okay.
ES: A Juárez. Cuando ya, cuando ya se declaró que mi, que mi esposa estaba embarazada, entonces me, le, le dijo ya. Pos ya estaban aquí, ¿verdad?
2ND: Sí ya. Él nació en… él.
ES: Ey, mire…
2ND: Yo soy ciudadana.
ES: Ella, ella, nació en Long Beach, California.
MP: Ah.
ES: Cuando ya, cuando yo ya le dije a mi patrón la plebada que mi señora, que mi esposa estaba embarazada, dice: “¡Ah!, fíjese nomás que, qué bien. Bueno, sí, por, por ustedes”. Y luego dice la, la patrona al… Dice, se llama Dominga Carrasco, dice: “Oiga don y, ¿si nos da todos los que, si nos da todos los hijos que le de Dios, aquí para que yo, se los bauticemos?”. “Sí, seguro que sí”. Ojalá que sea unos, cinco, diez, ya tenemos nueve, ¿no?
2ND: Sí.
ES: Nueve y ese fue el primero que, que nació aquí en El Paso. Se llama Guillermo de Santiago, es el que vive aquí ahorita con nosotros.
ES: Está en el Navy, es del Navy, está en Virginia nomás que ahorita está aquí. Este, entonces ya, pos que ya se dio el día que nació el bebé y todo y, y seguimos ya que se… Allá mismo en el Balmorhea, allá lo tuvo.
MP: Ah, okay.
ES: A los dos años, no sé cuanto años, se volvió a embarazar y también nació allá. También y también los dos nacieron en Balmorhea y todo. Y se llama el, el otro se llama, éste se llama, se llama Guillermo el que está aquí y el otro se llama Ernesto. Y ya, párele de contar, ya no cero. Seguimos trabajando allí hasta que, cuando ya, que le dije yo que mi esposa era ciudadana. “¡Pos usted fácil agarra la, la residencia! Con el derecho de su esposa y sus hijos también”. “¿De veras?”. “Sí, cómo que no. Mire, yo le ayudo con los papeles que le pidan de aquí de los Estados Unidos y con dinero. Usted nomás se encarga de los papeles que le pidan de México, acta de nacimiento o, todos, todos papel de, de México. Pero de aquí de Estados Unidos yo se los consigo”. Así, así lo hicimos. Pos ya nos venimos para aquí para El Paso y luego estábamos viviendo en, en Juárez, nos fuimos allá.
MP: ¿Cómo estuvo?
2ND: Este él, este, él se vino en el [19]54 y, y nos, nos venimos todavía él de bracero en el [19]59. Entonces ya me vine yo, en el [19]59 y él, él duró nomás hasta el, en, en, se me hace que venimos en [19]59, en agosto del [19]59.
ES: ¡Ah, sí! Porque ya ve que en ese tiempo, en ese tiempo cuando, cuando todavía estaban en el rancho ellos en México, que me dijo el patrón que fácilmente agarrábamos nosotros la residencia con los derechos de mi esposa, dice: “Usted y todos sus hijos”, dice, “póngase en contacto con su esposa, a ver qué le dice”. Pos ándele que nomás me puse a hacer una carta y ahí te va. Llegó la carta a manos de ellas y ya la vio y la leyó y todo, ya juntó a los muchachos, mire, pos esto y esto otro: “Los necesito ahí”. Pos todos: “No, vámonos pa El Paso”. Y que vámonos y que vámonos. Ya, ya había una casada, ¿verdad?, ya estaba la mayor de, ya estaba casada.
MP: Y, ¿también ella arregló los papeles?
2ND: Ella fue, a ella le tocó ciudadanía por mí.
ES: Ella le tocó ciudadanía por, por el derecho de la mamá, nomás a uno. A todos los demás, ya cuando se, que se decidieron que se movían del, del rancho de México para acá, para El Paso, para Juárez. Le dicen, le dije yo a mi patrón: “Pos ya está mi familia ahí en Juárez”. “Pos póngase de acuerdo y váyase y vayan, vayan al Consulado y ahí metan a todos ahí”. Pos mire, pa no hacérsela tan larga, en seis meses, ¿verdad? En seis meses ya éramos residentes.
MP: Ah, fue muy rápido.
ES: Rápido, en aquel tiempo no sé por qué todos esos papeleos son, caminaban más rápidos que ahora. Ahora no, ahora tiene mucha, mucha demora.
MP: Sí.
ES: Ya vio, en seis meses ya cada quien tenía su pasaporte de residencia. Pos ya la, nos pasaron para acá para, para El Paso y luego rentamos por ahí una casa que no, se la quitaron porque era mucha familia (risas) no era… La, la señora rentó la casa, pero después iba, iba un, ¡válgame! Este, no sé cuál que, que ya estaba casada.
2ND: Fidel.
ES: ¡Fidel!
2ND: Fidel.
ES: Fidel, pero no, todavía no se ha casado. Pero lo vio la señora de la casa ve: “¿Y ese señor?”. “Pos es mi hijo”. ¡Uh, no!, le decían las mojadas, a ella y a mi hija le[s] decían las mojadas. “No”, dice, “la mojadas tiene mucha de familia”. Entonces ya, dejamos esa casa y buscábamos otra ahí muy cerca y ahí conseguimos otra casa ahí para allá. Ahí duramos, no sé cuántos años estuvimos en esa casa, luego ya de ahí, ya de ahí… En cuanto tuve ya que, tuve yo de, de, de un dinerito, acá en el Fox Plaza por la calle de la, por la Broadway.
2ND: No, la Coaxfax [Colfax St.]
ES: Coaxfax [Colfax St.], la Coaxfax [Colfax St] por aquí cercas de, de, del Fox, de ese de…
MP: De Fox Plaza.
ES: De Fox Plaza, a un lado en el puro… se la… Bueno, ahí en, en esa casa fuimos a verla y, y me gustó y la compramos.
2ND: La agarramos nomás.
MP: Y, ¿usted todavía estaba trabajando como bracero?
ES: Ya no.
2ND: No, ya no.
ES: No.
2ND: Sí, cuando la compramos, sí, todavía estaba, pero ya no de bracero, arregló.
ES: Ya, ya, ya como ciudadano, ya como residente, como residente.
MP: Y como bracero, ¿nada más estuvo aquí en Pecos?, ¿no fue a otros estados?
ES: No, nomás en Pecos.
2ND: Es el mismo patrón.
ES: El mismo patrón que tuve en Pecos, en Balmorhea, fue el mismo de que cuando entré, a cuando dejé de ir a trabajar con él.
MP: Y dice que duró seis años, ¿verdad?
ES: Seis años.
MP: De bracero.
2ND: Fue desde el [19]54 al [19]59.
ES: Sí.
MP: Y ahí, ¿sí tenían buena, buena atención?, ¿los patrones eran buenos con ustedes?
ES: Ahí, a mí me trataban muy bien. Y no, no, yo me daba cuenta cómo trataban a los trabajadores en, todos muy bien, nunca los andaban así maltratando de palabras, nada, nada. Muy buen trato, muy buenos hombres.
MP: Y en cuanto al pago, ¿nunca tuvieron problemas de que les pagaran menos?
ES: No, tampoco, no. Ellos dicen a tanto las libras, pos eso es, tantas libras, tanto le toca. Y cada sábado le pagan y vamos a la tienda a Balmorhea y ya compraba el mandado y nos pagaban y comprábamos el mandado y así. Pos yo nunca, lo que yo nunca supe, tenían que quitarle a uno derechos o impuestos, no sé. Y uno, nunca supe cuánto, ni nada de eso, nada de eso.
MP: O sea, ¿no les decían?
ES: ¡No! Nomás nos echaban de, de su cheque es de tanto, pero ya, yo nunca… le tenían que quitar a uno. Porque pos después me di cuenta que sí le quitaban a uno, del cheque le quitaban a uno no sé qué cantidad, nunca supe.
MP: ¿En el contrato no decía eso?
ES: No, no decía.
2ND: Y si decía, pues ya no te acuerdas.
ES: ¡No! No y no decía porque ya ahí estaba el mío como, yo ya estaba como residente y ya no estaba y luego ya después, ya, ya no sé, me di cuenta también.
MP: Oiga, señor y en esos seis años que estuvo acá de bracero, ¿cada cuándo iba a visitar a su familia?
ES: No, pos…
2ND: A veces cada… el rato que duró en eso, duró, nueve meses.
ES: Pero luego me los llevé para allá pal rancho.
2ND: Pero ya fue al último, ya fue al último.
ES: Pos sí ya, ya, pal final de la temporada, que iba yo a… Porque cuando ya, pos ya le trajía la, al patrón en esa cantidades de tiempo, me dice: “Mire don Eduardo, ora sí ya usted está libre”. Pos es que para el final de ese tiempo, ya éramos compadres.
2ND: No.
ES: ¿Cómo qué no?
2ND: De bracero no.
ES: No, de residente.
2ND: Ya de residente sí.
ES: De residente ya éramos compadres. Me dijo: “Pues usted ya puede trabajar aquí donde quiera que sea, como residente de los Estados Unidos puede trabajar donde quiera que sea. Puede ya, cerca en El Paso on ta su familia”. Pues ya, ya cuando, cuando me dio esa, esa investigación y todo y: “Yo creo que sí me voy para El Paso”.
2ND: Sí, él salió en agosto del [19]59.
ES: Y me vine para acá para El Paso, aquí anduvimos trabajando aquí por, pa el lado de Clint, yo y uno de mis hijos, en, en…
2ND: Pero ya, ya, ya de residente, de bracero ya no.
MP: Ya no de bracero.
ES: No, ya éramos residentes. Este y, no de bracero, ya no. Aquí en Clint no, este, ahí como, ya como…
2ND: Esto se trata nomás de puro bracero, ¿verdad?
ES: Pos ya como bracero, ¿qué más le puedo decir?
MP: Por ejemplo, ahí cuando estuvo en Chihuahua, que los transportaron de, de Zacatecas a Chihuahua, ¿cuánto tiempo se estuvo allí en Chihuahua para que lo contrataran?
ES: Para que lo, mire, allí en Chihuahua lo más que lo tenían a uno eran dos días.
2ND: No. ¿Cómo que no?
2ND: Fueron como dos o tres semanas, ¿no te acuerdas?
ES: ¡Bueno! Vamos a decir unas dos semanas, ahí en Chihuahua.
MP: Es mucho tiempo.
ES: Es mucho.
MP: Y luego en todo ese tiempo, ¿dónde vivía?, ¿qué comía?
ES: No, pos allá teníamos uno ahí como, como un, un mesón, no sé; como un hotel ahí, ahí lo tenían a uno.
MP: Y, ¿ustedes tenían que pagar algo?, o, ¿era por parte del gobierno?
ES: No, no, yo nunca pagué nada, nunca pagué, todo era por cuenta del, yo creo de los Estados Unidos con México, no sé. Este, ya de ahí de Chihuahua, nos transportaban a, aquí a Ciudad Juárez o más bien a El Paso. Porque en Juárez no nos bajaron de los camiones, nos metían derecho a El Paso.
MP: Y aquí en El Paso, ¿no los volvieron a examinar?, o, ¿no les volvieron a pedir alguna documentación?
ES: No, no, ya no, ya nada de papeleo ni nada. Nomás, nomás lo que traía ahí uno era de, ya de Chihuahua, los que le digo, los, ahí. Y aquí en Río Vista, ahí estaba uno, ahí, pos nomás a ver, a ver a qué horas le hablaban a uno. Todos los días le estaban hablando a la gente por grupos.
MP: Y, ¿no se estuvo ahí mucho tiempo en Río Vista?
ES: No, aquí en Río Vista también duramos como una, pos sería una, dos semanas, yo creo. Este y ya que y, el día que se llegó, el día que, que nos presentamos ahí en la, en la oficina, pos se va a ir un grupo para Pecos. Como le dije antes, no, nadie quería para Pecos, ¡nadie quería! Yo creo que ya conocían el lugar, no sé. Y ya les dije yo a mis compañeros: “¡Vámonos! A Pecos a ver qué”. No, le digo, no. Siempre hubo más gente que… Y aquí en Pecos, entonces creo que también era, era otro lugar también muy amplio, onde, onde estaba uno ahí y ya.
MP: O sea que por, por lo que me dice, de Río Vista los llevaban a Pecos.
ES: A Pecos.
MP: Y allí en Pecos como que era otro centro que los… era diferente.
ES: Sí, ahí, ahí lo concentraban a uno. Ya de ahí, estaban saliendo grupos pa acá y grupos pa los ranchos. Ya de ahí, salía pa los ranchos cada, cada grupo, según los trabajadores que querían los rancheros. Eran los que llegaban y pedían allí. Y luego ya cuando el señor Carrasco se presentó: “Necesito un grupo de doce hombres que sean del mismo rancho, hermanos, compadres, no le hace”. “Pos aquí estamos los doce y hay más, si quiere más del mismo rancho”, ¿no?
MP: Y entonces espéreme, de su grupo que venía desde Zacatecas, los de su grupo lo veían a ustedes así como que líder, me imagino, ¿no?
ES: Pues mire, no digamos líder, pero pos se, se dirigían conmigo.
ES: O cualesquier cosa, porque según ellos se… Tenía más, eh, ¿cómo le diríamos?, más inteligencia, más bien, más…
2ND: Confianza.
ES: Confianza, ¿me entiende? Yo les agradezco a mis compañeros que me confiaban mucho. Yo, yo me entendía de muchas cosas, a favor de ellos.
MP: Y usted no, ¿ellos nunca tuvieron algún problema?, o, ¿nunca vinieron con usted: “Oiga, pos ya no quiero terminar el contrato, me quiero ir”, o algo?
ES: No, nunca. Nunca nadie se vino antes del contrato de que, de que nosotros, todos se venían de que porque ya cuando estábamos en, aquí en Río Vista, dije: “Ya saben mi, mi teoría, no se vayan a ir para México antes de cumplir su contrato, váyales bien o váyanles mal, ¡cumplan! Pos así no se van a, van a haciendo de, de crédito, yo les voy a poner la muestra”. Y se las puse, hasta presente, fíjese.
MP: Y en cuánto, este, cuando ustedes recibían el cheque, ¿usted les mandaba dinero a su familia?
ES: Bueno, yo…
MP: Y, ¿nunca tuvo problemas de que se le extravió, o llegó menos?
ES: No, no, nunca, nomás le mandaba un cheque, sí le mandaba cada, cada mes, yo creo. Le mandaba pa que, pos siquiera pa que viviera, ¿no? Pero así pasó el tiempo. Yo para mí, en esos seis años, fueron muy buenos para mí, se dio uno cuenta de muchas cosas. Allá en el rancho de mis patrones, de primero ve que ya, ahí la hice yo de pesador y luego antes de eso, tiene uno que… Me dijo, me dijo el patrón, dice: “Oiga, eh, ¿sabe usted manejar carro?”. “Sí sé manejar carro”. Dice: “Porque le voy a poner a un tractor”. Ya ve que tumba uno la varas de algodón cuando ya está seca. “Le voy a poner un tractor a que me, a que me desvaree el, los bordos”. “Ta bueno, okay”. Ya me dijo: “Mire, estos son los cambios acá y acá, ya está la primera, segunda y tercera y todo”. Pos estaba refácil, ya me dijo cómo, cómo le hiciera. Ahí ando, ando en la fila yo tumbando la, la vara del algodón. “Cuando ya se la vaya a tumbar la, la desvarea todo”. Entonces ya metimos un otro, un otro tractor con discos, para desbaratar los bordos. Después de levantar los bordos a, con una rastra, para más o menos aplanar el terreno, todo y luego entonces ya, ya venía él con un tractor y los, los discos que hacen los surcos, los bordos.
MP: Ah, okay.
ES: Entonces para rayar el, los bordos.
MP: O sea que ustedes, ¿tenían que preparar también la tierra?
ES: Sí.
MP: Para la próxima temporada.
ES: Y yo le ayudé a mi patrón, le ayudé en todo, desvarar, con los discos tumbar los bordos y luego arrastrar y todo. Ya mi patrón hacía, hacía muy, lo único que no hacía yo, fue rayar pa sembrarlo. Pero ya después de que se sembró el algodón y todo, que nació para, para escarbar en el, en el algodón, le ponen así dos, dos disquitos así que van dando vuelta, van cortando la hierba lo que haiga. Y si se… uno se lleva también el algodón. Y ahorita, ahorita no, del menos, del menos, del que el tractor se va pa acá, pa allá, pero se lleva uno el algodón. Apenas pasa una línea de matitas por en medio de los disquitos y así, así me la pasaba yo.
MP: Y, ¿cuál fue su primer impresión cuando vino por primera vez aquí? Sí, este, ¿era más o menos como usted se imaginaba, o era muy diferente? O, ¿si se halló luego, luego aquí?
ES: Pues, era muy diferente la vida de uno allá de México. Allá, allá con nosotros toda la gente, en aquellos años, todo estaba muy cambiado, en aquellos era muy diferente. Todo lo, todos los días era de, del rancho del pueblo al, al barbecho a trabajar y todo eso. Pero aquí, aquí es muy diferente, aquí en los Estados Unidos es muy diferente, cambia mucho la persona que, que viene pa acá y que le toca durar cuatro, cinco años, lo que sea. Como a mí, que me tocó la buena suerte que me dejaron, que me renovaron mi contrato, pos yo estuve seis años, en esos años yo aprendí mucho, así es que…
MP: Y luego cuando vinieron, cuando venían los braceros nuevos, usted ya como quien dice era de casa, ¿no?, ahí con el ranchero.
ES: No, pos ya como luego dicen yo, yo era el mayordomo.
MP: ¡Ah!, ¿usted era mayordomo?
ES: Sí, yo me encargaba de cuando llegaban los braceros del siguiente año, siempre eran de, quince a veinte hombres, trabajaban piscando. Yo ya, yo me encargaba de todo, yo ya era el pesador, yo era todo. Yo era el que, yo manejaba todo el… con órdenes del patrón. Y así es de que pos por eso me la pasé muy, muy a gusto.
MP: Y, ¿usted no iba a Río Vista a contratar a los braceros, o nada más iba el patrón ahí?
ES: No, no, yo nunca volví a Río Vista, ¡nunca!, fíjese. ¡Nunca! Porque ya cuando salí ya porque ya yo no era bracero, ya era yo residente.
MP: Claro.
ES: Así es que yo nunca volví a Río Vista, fue una vida muy bonita.
MP: Y los, los braceros, los nuevos braceros que iban llegando ahí, eran, pos me imagino que venía gente de muchas partes de la república, ¿no?
ES: ¡Uy!, sí, ¡ahí del… Mire, a veces les toca a un grupo en un mismo rancho de diferentes lugares de México. Y ya una vez ahí, pos que yo soy de Zacatecas, que yo soy de, de esto y que acá, y de acá de, de mar, Villanueva, ¿ve? Todavía ahí sale de, de dónde son, de dónde vienen. “Pos aquí vienes a trabajar”. “Pos sí, a eso vengo, a trabajar”. Y ya, cuando iba yo cuando iba a ser de mayordomo. Ahí sí me ponía listo con la, con el algodón, que no llevara mucha, mucha bellota.
MP: ¿Entonces ahora sí se ponía exigente?
ES: Ahí sí, ahí sí porque ya sabía, la primera, el primer año que yo, que yo anduve en la pisca, pos yo no sabía, pero yo veía lo que hacían los, los de esos que yo creo ya sabían. Y los envolvían en el, en el algodón que llevaban ya piscado, quitaban bellota de las secas, cascarones en, nomás la envolvían y la echan, ahí va. Y era, era, esa era una trampa, era cuando, cuando hacían el costal en la tela, ahí se veía, todo lo que hacían ahí se vía. Los mismos se lo echaban y lo pisoteaban pa que se moviera pa abajo, tramposos. Pero yo me, me subía, pesaba un costal, yo me subía y yo me subía por, por un lado para ver que lo vaciaban y todo. Y uno me dijo, uno me dijo: “¿Qué viene a fisgar?”. “Pos a ver qué traes”. “Y qué, ¿te gusta o no te gusta?”. “No, está bien, nomás ya”, le dije, “mira, todo lo que traes de bellotas”, bellota seca, lo que estaban ahí, no todos los que traigo este. “Te voy a, te voy a rebajar libras”. “No, no hagas eso, no seas malo, hazte el disimulado que no ves”. Pos, ¿qué hacía uno?, pos eran, eran compas de México, si no.
MP: Pues sí, entonces usted debe, muchas veces estuvo en una situación muy, que lo comprometían mucho, ¿no? Porque era el mayordomo del patrón.
ES: En esa forma sí, en esa forma sí me comprometían porque…
MP: Ajá, o de los compatriotas.
ES: Decía yo que, como en esa, hacerme sacatón. En esa forma, porque, mire esa, esa cosa que hacen, es muy usual de la gente que va como bracero. Es una, una forma de, de, si son cincuenta libras, a lo mejor son veinticinco de, de bellotas secas. No será tanto así pero sí, sí les rinde el, las libras y eso, eso lo mandan. Y pos como me hice, me hice el sordito pa no decir nada. Porque allá en, cuando ya, cuando llevaban la, el algodón al, al, al gin, no sé cómo se llama ese onde lo, onde lo se…
MP: ¿Despepitan?
ES: Ándele, ahí salía todo lo que era la bellota que salía, pero ya no sabía de dónde era, de quién o de cómo, todo.
MP: Y a usted, ¿el ranchero no iba en contra de usted?
ES: No, nunca me… nunca me dijo.
MP: No les ponía atención o…
ES: Nunca me dijo nada. No, es que en partes yo sí les dije: “Miren, estaba bien que hagan chapuza, pero no le hagan tanto, un poco moderada pos sí, luego allá sale, luego viene a traerla, no”. “Ah, cállate la boca”, me dicen. “No, no, ¿cómo que cállate? Yo estoy al frente de este rancho y yo soy el responsable, si hay algún reclamo del patrón, me lo va a hacer a mí”.
MP: Claro.
ES: Ah, bueno, les voy a mermar y… pero eso es una trampa que juegan. Todos, todos, hacían eso, ¡todos!
MP: Y, ¿a usted nunca le tocó como mayordomo de que alguno de los braceros se pusieran mal? O sea, que se enfermara, que tuvieran que hospitalizarlos.
ES: No, fíjese que no, nunca, ¡nunca! Yo todo el tiempo que, que me hice cargo yo de la báscula, pos la hacía de como mayordomo también y nunca, nunca se me… se enfermó un trabajador, que dejara de trabajar porque estaba enfermo. No, no porque si no, si se enfermaba, decían ahí: “Está malo”. No trabajaban, no recibía pago, no recibía cheque, ¿no? Ahí le pagaban a uno lo que piscara nomás, no tenía, ¡nada!, así que pos tenía que, que aguantar uno ahí.
MP: Y, ¿cuáles eran los beneficios o cuál eran los puntos buenos o los puntos malos de entre ser bracero y mayordomo?
ES: Pues era una diferencia muy pequeña, el ser, el ser mayordomo nomás porque ya no trabaja uno tanto, eso es lo único. Aún así, yo como pesador de báscula lo hacía como mayordomo, yo todavía, todavía piscaba ahí. Pero de, hay una diferencia de que pos tiene uno que ponerse listo ahí uno. Porque había muchos que muy, que muy, ¿cómo se llama?, muy, muy vivos. Se fijaban que estaban surcos muy buenos y le hacían al locos que no lo agarraban pa que fuera otro, esos y cuando se venían todos a la pesa o, casi venían todos.
MP: Sí.
ES: Y ya ahí a otros agarraban otros surcos nuevos, sacar los que tenían de entrada. Y muchas veces, ahí una, una me brincó unos, tenía que agarrar dos surcos. “Oyes, oyes, no, no, a ti te tocan estos”. “¿Lo haría?”. “A ver, cámbiate acá”. Fue, fue la única vez, las dos veces que tuve que hacer ese, ese reclamo. Más que brincábamos, veían que estaban un poco malos, muy ralas las matas y: “No, no, no, hay está[n] tus surcos, que tiene pocas matas”. “Pos pon tus sacas a la orilla”. Pero quería agarrar los que tuviera mucho algodón, porque eran los que… Hay unos surcos que están las matas muy, crecen muy bonitos y crecen y echan mucho capullo. Pero no, no, por lo regular nunca tuve yo problemas con, con los trabajadores. Se imagina en seis años, ¿cuántos genios no, no experimenté de trabajadores?
MP: Pues sí.
ES: Uh no, mucho, pero no, nunca tuve problemas con uno.
MP: Y siempre ustedes, ¿llevaban a los braceros a que hicieran sus compras?
ES: Yo.
MP: ¿Para que ellos hicieran su comida ahí?
ES: El patrón me dijo, me dijo: “Mire don Eduardo, en esa troca se va a encargar usted de mover la gente al, al terreno de pisca, al field. Ahí le dice uno al field, al field, los sábados a la tienda, a la comida y de regreso”. Yo me encargaba de, en la troca yo le, los llevaba a la tienda y lo[s] regresaba al rancho y así fue, pos yo, yo tenía mi sueldo por hora.
MP: Y usted ya vivía aparte, ¿verdad? ¿Ya no estaba ahí viviendo junto con los braceros?
2ND: No, sí vivía.
ES: Sí, pos todos teníamos camas ahí juntos.
MP: Ah, o sea por ser mayordomo, ¿no tenía así su casita aparte?
ES: Nada, no hay diferencia de mayordomo a trabajador. Ahí estamos, todos somos iguales. Nomás que cualquier cosa que se, que algún… pos él era. “Mire, aquí todo el costal, ya mire, ya está todo rompido, mire ve”. Yo le daba otro. Y así, cualquier cosa que se los ponía yo, yo se los arreglaba ahí.
MP: Me habían dicho que les vendían los sacos.
ES: No, no, a nosotros no. Nos dieron costales mucho muy grandes, muy largos. Les cabían, cuando los llenaba, salían como setenta libras.
MP: Ah, pues muy… bastante.
ES: Setenta libras.
MP: Le cabía mucho.
ES: Pero cuando llegaban a la pesa mire, se lo echaban aquí al, al pescuezo, ¡híjola! El bultote qué grande. Y al, pero no, nunca hubo problemas de que, que van a pagar tanto por costales, no.
MP: Y cuando se iban a hacer las compras, todos los sábados, ¿qué otras cosas hacían para distraerse un poquito o para relajarse un poquito?
ES: No, pos no, no hacían nada, el que hacía yo, el que hacía era yo.
MP: Okay.
ES: Yo los llevaba al rancho y luego del rancho me regresaba yo, ya yo solo o un compañero.
ES: Yo y un compañero a la, ahí a Balmorhea, porque todos los sábados se, ahí había le nombraban el Country Club. Había un club ahí donde todos los sábados había baile ahí, familiar, de las familias. Todos, todos los rancheros se juntaban ahí en ese lugar. Y ahí íbamos nosotros también a, a veces a tomar y si ya teníamos a, conocidas con las bailadoras, pos bailábamos. No, no, pos muy a gusto el fin de semana y ya.
MP: Y por ejemplo para las navidades, para el año nuevo, ¿cómo le hacían?
ES: No, pos pasaba como cualquier día.
MP: ¿Sí?
ES: No había diferencia del, pos a veces le daban a uno un regalo de, cualquier cosa de dinero.
2ND: O se iba, para allá a los…
ES: Pero, nos la pasamos muy a gusto todos esos.
2ND: Pero ya para entonces ya no había algodón.
ES: Y luego, ahí lo único que había era algodón ahí en Pecos. Mucho, había ranchos que también chilar, había chilar también, pero ahí de puro algodón ahí. Como de bracero, seis años con un mismo patrón, desde que entré, nunca cambié de patrón. Me trataban pero muy bien, bien de yo, yo estoy muy agradecido con ellos por la, por lo que me ayudaron, por lo que me, lo que me valorizaron ellos que, para mi residencia, pos ellos fueron, ellos son los que me animaron.
MP: O sea que, más bien por, bueno, por medio de ellos usted se…
ES: Por medio de ellos, se dio cuenta que mi esposa era ciudadana, entonces me dijo mi patrona dice: “No, pos fácil arregla, arregla usted la residencia don Eduardo. Nomás es cuestión que se comunique con su esposa y se viene”. Y luego me dijo mi patrona: “Sí, si quiera haga ese movimiento con su esposa y vénganse a, a Ciudad Juárez y luego ya se comunican aquí y todo”. Y así es de que muy pronto, pues fíjese que en seis meses, en seis meses ya éramos residentes.
MP: Y, ¿usted fue el único que se vino acá de bracero de su familia?, o también algunos familiares.
ES: Sí, de mi familia, sí.
2ND: Este Lorenzo, ¿no?
ES: No.
2ND: ¿Cómo se vino pues?, ¿cómo se vino?
ES: Pues no sé de mojado ya ve, yo no me acuerdo que haya venido de bracero mi hermano. No creo que haya venido.
MP: Y, ¿usted qué sentía cuando le decían que era bracero? ¿Qué se le hacía algo…?
ES: Pues, no yo. No, yo sentía una cosa bonita que era yo bracero, de trabajador de Estados Unidos, pos, ¿se imagina?
MP: Le digo porque a muchos, como que asocian bracero con mojado, pero es diferente.
2ND: No.
ES: No.
MP: Es diferente.
2ND: Es diferente.
ES: Al mojado, al mojado es muy diferente, pero al bracero lo querían con todos los derechos de la ley.
2ND: No anda escondido.
ES: No anda escondido de nadie, porque hay una una identificación que ni sé qué, qué le dicen, para identificar que está uno en cada. Pero no, nunca se llegó el día que, que La Migración ande en lo, lo sorprendiera a uno, nunca. Porque del, del rancho al pueblo y del pueblo al rancho, ahí nomás.
MP: O sea que, ¿nunca tuvieron problemas con La Migración?
ES: ¡Nunca! Con la ley nunca. Fueron seis años muy chiquitos y muy rápidos se fueron.
MP: Entonces así en pocas palabras este, ¿cuál es su opinión de este programa, del Programa Bracero?
ES: Mire, yo sé que me la, toda la bracerada, todos. Me imagino porque de lo que yo sé, pos yo creo que fueron todos, o son, bueno, fueron ya, ya ahorita ya no. Pero mire, en ese, en el sábado, íbamos a la tienda a comprar su mandado y ahí agarrar su cheque. Yo nunca supe si le quitaban a uno parte de su dinero, nunca supe yo, tanto de $5 ó $1, $2, $3 dólares que le quitaban ahí por, pa los impuestos, no sé, ¡nunca! Pero después me di cuenta que sí le quitaban a uno dinero del, del cheque, pero nunca le decían a uno cuánto. Al final del… Ese año, ahora ya últimamente, yo sé de que, ese dinero que agarró el Gobierno de Estados Unidos. Y según tengo entendido el este, el Gobierno de Estados Unidos se lo mandó al de México, pero allá, allá es cuando se perdió ese dinero.
MP: Sí, allá está perdido.
2ND: Pues qué se va a perder.
MP: Oiga y como mayordomo, ¿también le quitaban ese impuesto?
ES: Oh, sí.
MP: ¿Sí?, o, ¿no le quitaban más porque tenía un puesto mejor?
ES: No, no, de todas maneras en el, en el cheque le quitaban a uno, según lo que sacara, era lo que le quitaban a uno. Nunca supe nada, pero sí supe que le quitaban a uno, yo nunca… Ahí le daban a uno su cheque, lo que le quedaba, lo que le alcanzaba y todo. Pero nunca supe yo cuánto le quitaban a uno, porque yo no, uno no tenía seguro social. No teníamos seguro social y eso decían que era para los impuestos, no sé de qué, que los impuestos, pero yo nunca supe cuánto por persona, no, hasta ahora que ya salió al margen esa cosa. Pos sí, tienen razón en reclamar.
MP: Claro.
ES: Tóquele a quién le toque, porque muchas veces esas personas ya no existen, de mi grupo mío, falleció don Guadalupe, Manuel, ¿quién más era de El Vergel?
2ND: Chayo.
ES: Rosario, como unos tres o cuatro, mire, que ya no existen, ya fallecieron. Así es que los que quedan, que viven, como el caso mío.
2ND: Este, mi compadre Roberto, Roberto también.
ES: Ah sí, sí, Cevallos.
2ND: Ya se han muerto muchos.
ES: Muchos y todos ellos estuvieron junto conmigo.
MP: Y cuando se acabó el programa, ¿ellos se regresaron a México o se estuvieron aquí?
ES: A México, sí, nunca entraron de, de ilegales nunca entraron nunca, hasta ahora es cuando se ha desparramado, desparramar la gente, de ilegal.
2ND: Entonces para acá de braceros se, se quedaron ahí.
ES: En aquél tiempo que hubo como una ocasión de, de la bracerada, ahí dependía de, de los rancheros cuánta gente necesitaban. Era la misma gente que el gobierno movilizaba de México para acá. No nomás de México, también de otros lugares, pero de México. Como braceros contrato por, el contrato era por un año, al final del año, nos entregaban a Pecos, los que son de ahí, los llevaban pa México, los que quedaban ahí como recontratados, ya era, ya era, ya era otro papel como recontratado.
MP: Ah, okay.
ES: Y así.
MP: Bueno, no sé si tenga otra cosa, otra anécdota qué contar.
ES: Pues yo ya de bracereada de que tengo de bracero, pos gracias a la bracerada, cuando vine, cuando trabajaba, gracias a Dios de la bracereada, aquí estoy yo con toda mi familia, aquí en los Estados Unidos. Porque después de que ya, no había, que ya no estaba yo como bracero, ya era yo residente, me vine para acá para El Paso. Me fui a trabajar aquí a Nuevo México en un rancho a donde había, ahí, ahí había pura pisca de chile. Ahí también la hice de mayordomo, aquí en, pa el lado de, de Las Cruces.
MP: De Las Cruces.
ES: Ahí estaba en un rancho de mayordomo, yo me encargaba de todos los que andaban piscando en el, en el field. Que ya era, ya era yo residente.
MP: Ah, okay.
ES: Pero de, dependía de, cuando estuve, de esa vez a la bracerada que, que entré. Ya después ya tenía yo, yo era libre onde trabajaba, onde yo me, onde me gustara más.
MP: Claro.
ES: Aquí en El Paso anduve yo y un hijo mío trabajando también aquí pa el lado de Clint, ahí anduve piscando con las máquinas algodón.
ES: Algodón aquí en Clint, yo traiba un tractor y mi hijo traiba otro y así, pero ya éramos residentes.
MP: Así es.
ES: De la misma bracereada, de los braceros fueron seis años que fueron muy bonitos y gracias a esa entrada como braceros, todos estamos aquí, ¡todos!
MP: Ah, qué bueno.
ES: No se quedó ni uno en México.
MP: Qué bueno que les fue… que sí le fue bien.
ES: Me ayudó demasiado bien, diría yo, demasiado bien porque como dije ahorita, no me canso de repetirlo, pero gracias a Dios y a esa entrada como bracero, aquí andamos. Mire, en México mire, la vida de uno como, como familia pobre, ¡hijo!, es muy triste, ¡muy triste!
MP: El campesino siempre va a seguir igual.
ES: ¡Todo el tiempo!
MP: Y aquí hay la oportunidad de que pueda hacer algo más.
ES: A mí me dijeron mire, en Jerez no hay nada, no hay nada de industrias, no hay nada de maquiladoras, no hay ya ni…
2ND: Ahora sí ya hay.
ES: ¿Ya? ¡Pos no!, pero qué tanto puede ser. Pero hay mucha gente desocupada en Jerez. Es mi pueblo mío, Jerez. Ya desde Jerez fuimos al Maicito, del Maicito a El Vergel y así. Pos pero vivimos, vivimos muy a gusto con nuestra familia y toda. A veces que yo, yo decía que yo estaba más bien que otros hombres, porque había muchos hombres que vivían en, en el rancho y no tenían ni siquiera dónde sembrar. Sembraban acá o allá, pero con, por ejemplo, conmigo también sembraban una parte de tierra conmigo, pero yo no, yo sembraba mi propia propiedad mía y todo. Ya cuando me vine como bracero, cambió mi vida mucho, mucho cambió.
MP: Qué bueno y cambió para bien, ¿verdad?
ES: Para bien y todo.
MP: Qué bueno.
2ND: Pa que vea bien, eh, todo lo que teníamos en México, ¿eh?
ES: Allá se quedó, sabrá Dios quién será dueño ahorita, mi parcela, yo creo.
MP: La tiendita.
ES: La tienda.
2ND: No, la tienda cuando él se vino, ya no teníamos nada.
ES: No, se acabó.
2ND: Sí, cuando él se vino, me quedó a mí un costal y medio de sal, fue todo lo que me quedó.
ES: Pero mire.
2ND: Y un montoncito de maíz, así de chiquito en un rinconcito. Cuando él pasó para acá, que de Chihuahua me mandó lo que le sobró de dinero mexicano, $40 pesos. ¡Uy! Pos me dio remucho gusto porque ya no teníamos tortillas más que para ese día y nada de maíz ni nada, nada.
ES: No, sí, era la vida de ranchero muy, muy triste.
2ND: Yo tenía a mis dos hijos chicos a un rancho, que había más que ah
Fecha de la entrevista: 3 de marzo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El día de hoy es 3 de marzo de 2003 en la ciudad de El Paso, Texas. Entrevistando al señor Eduardo De Santiago para la Universidad de Texas en El Paso, para el Departamento de Historia Oral, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenas tardes señor De Santiago.
ES: Buenas tardes.
MP: Muchas gracias por haber aceptado esta entrevista. Para empezar, quisiera que me platicara un poco acerca de su familia cuando usted estaba pequeño. ¿Dónde y cuándo nació? Acerca de sus papás, ¿a qué se dedicaban sus hermanos?, ¿si usted tuvo algunos estudios?, ¿a qué edad empezó a trabajar?
ES: Mire, yo nací en, en un rancho que se llama Jumulquillo, en el Municipio de Jerez, Zacatecas. En ese rancho nací yo, pero cuando la, cuando la Guerra de los Cristeros, nos cambiamos para Jerez, porque llegaban al rancho y hacían muchas cosas malas. Entonces nos, mi papá se cambió para Jerez y luego ahí estuvimos trabajando. De ahí salíamos al, al campo a trabajar. En el rancho tenía él su terreno de sembradío y todo. Y después de ahí de, de Jerez, rumbo a, de Jerez al, ¿qué es?, al sur, al sureste, al sur. Fue cuando agarró mi apá una parcela de diez hectáreas de terreno, que el rancho se llamaba El Megallito. Y ahí fue en donde empezamos ya a trabajar la tierra nueva. Y de ahí estuvimos viviendo. Crecí yo, de allá llegué a la edad de que me, me conseguí una novia y me casé, nos casamos. ¿En qué, en qué año?
2do: En el [19]36, pero dígale cuántas hermanas, su mamá, su papá.
ES: Sí bueno, mis, mis hermanas eran, éramos ocho de familia. Pero en las ocho de familia, éramos nomás dos hombres. Y el mayor era yo y pos yo tenía que ayudarle a mi papá a trabajar. Entonces, cuando estaba ahí en la escuela, en el, en Jerez, pues me tuvo que sacar de la escuela para que le fuera a ayudar a trabajar al, por ahí… Íbamos a la sierra a traer carbón, sí sabe de qué es el carbón, ¿verdad?
MP: Sí.
ES: Carbón y madera para techar, este y, y después me dediqué a, había una, una taverna ahí dónde hacen sotol, también estuve acá.
2do: ¿De qué edad salió del… ¿de qué grado?
ES: No, yo estuve, yo estudié, yo estuve en la escuela nomás hasta tercer año, nomás primero, segundo y tercero. Cuando presenté el examen del tercer año, que pasé a cuarto año. Empezaron las clases del cuarto año, y fue mi apá a sacarme de la escuela, porque ya, él ya no podía solo. Nomás yo tenía, podía ayudarle en algo. Entonces, habló con mi maestra, dijo: “Ay señor De Santiago, no haga eso con su hijo. Mire, su hijo va muy bien en clases”. “Pues sí señorita, pero es que yo no puedo ya con la carga, es mucho, mucho, muy pesado. Tengo ocho de familia y, y nomás él es el mayor del, de dos hombres que tengo”. Pues no hubo más remedio, me tuvo que él sacar de la escuela y luego ya después de ahí, a mi rutina de… Al carbón y a la leña y madera y todo eso fuimos a la sierra. Y, y los sábados o los domingos, en Jerez salía yo de la calle con cinco burros cargados de leña, para venderla por la calle. No, sí, así mire, de volada se vendía la leña. En aquel tiempo no había más, más de pura leña. No había, todavía no había gas, todavía no había.
2do: Yo creo que las personas que tenían dinero, sí.
ES: No, pero pos ya ve que, bueno en partes no había ni luz. Pero, yo salía a la calle con mis cuatro, cinco burros cargados de leña, de volada vendía. Y carbón también bajaba, nos fuimos y traímos carbón, también salía a la calle, como le dije, pa venderlo el carbón y lo vendíamos muy rápido. Se vendía mucho allá, era con lo que se usaba para la cocina. Y ya después de, de eso, de, me fui de San Megallito, ahí a hacer la tierra, esa era puro llano, un… Nosotros la, la labramos de todo pa cultivarla.
MP: Y, ¿cuántos años tenía en ese año?
ES: En ese año, yo creo tenía como quince años, sería. Quince años hoy, eso fue dentro de los quince a los diecinueve, dieciocho, diecinueve, porque yo, nosotros nos venimos casando cuando yo tenía, iba a cumplir veinte años yo. En este en, nos casamos en mayo y en octubre cumplía yo mis veinte años. Después de ese, de ese terreno que mi papá compró ahí, ahí en el rancho El Megallito, en otro lugar más lejos de allí, que es ya por el, el Municipio de Villanueva, otro, otro pueblo. Allá agarró mi apá también, había mucho terreno de, en aquel tiempo de los hacendados. Había lugares de donde hubo mucha extensión de terreno y era puro allá, había puro ganado bravo. Era puro ganado bravo ahí en esas, en esos potreros y pensionaron esa cantidad y a mí me tocó que la parcela que agarró mi apá, en aquel tiempo, allá en ese otro lugar, también otras diez hectáreas y ésa era para mí, porque de lo poquito que yo, de lo que él me daba, porque yo trabajaba con él como empleado.
MP: Claro.
ES: Yo trabajaba como, con mi papá como empleado. Después que ya que me casé, con más razón. Y yo, y dijo: “Mira la parcela esa, allá de El Vergel”. Ahí se llama el rancho de El Vergel. Ahí, ahí, hicimos nosotros nuestra vida de recién casados. Ahí yo la hice también, era puro llano, había, ¡había mucho ganado! Y puro ganado bravo. Pero ya, los hacendados los fueron sacando de allí para otros lugares. Y luego ya de ahí, ahí crecimos. Ahí, sí, ahí vivimos nuestra vida en ese rancho, El Vergel, Municipio de Villanueva. Y el otro es Megallito, Municipio de Jerez. Ésa fue mi vida de, de niñez, pues digamos, de niñez hasta la edad de ya de los quince, dieciséis, que, que ya estaba yo ya más, más, más grandecito y todo. Y ya después cuando me casé, me dediqué todo a El Vergel. Municipio de Villanueva. Ahí cuando caí a ese rancho, mire, ¡hay híjole!, cómo, cómo será uno pobre.
2do: No llore, ya no está pobre.
MP: A ver, si quiere le paramos tantito.
ES: No. No, mire, porque me acuerdo y, y muy triste. Caí a El Vergel, nadie me conocía, nadie me brindaba amistad y bueno, ¿ve? Pero bueno, la suerte le cambia a uno de como luego dicen, de un día para otro. En esos días, de que estaba yo recién llegado a El Vergel, pues tuvimos que andar viviendo por acá, en casitas que había…
2do: Prestado.
ES: Pues prestado, ¿no? Mire, unas eran unas casas, tenían cocinita y sala y era todo, no te creas.
2do: ¡Era todo!, sala.
ES: Y, y no crea que era construcción de adobe o cuña, ¡no!, pura piedra, como un cerco de piedra. Y luego ya las enjarraban con barro y ya está, ahí está la casa, pues fíjese, en casa prestada. Cuando, le dije yo ahí a los que eran ahí los jefes como en, en los ranchos también hay presidente y secretario y tesorero, como en una ciudad. Entonces ya hablé con el señor que hacía ahí de presidente, le dije: “Oiga, pos yo quiero que me dé un lote para hacer mi casa, ¿sí?”. Y le dan, se lo dan a uno, onde era la orilla del, midiendo la, a onde iba creciendo la del rancho. Ya me dijo: “Mire, de aquí a acá, ahí está, esta es su extensión pa su casa”. Pos ándele que como pudimos yo, yo me metía a hacer adobes, y yo los hice, los adobes así de barro y otros que me ayudaban y así. Cuando se llegaba el tiempo, los otros los querían, se los prestaba y yo al siguiente día los devolvían y así iba, iba creciendo la cantidad, hasta que hicimos nuestra casa con sala y cocina y sala, todo, ¿verdad?, nomás su cocina y sala.
2do: Pues primero nomás dos.
ES: Y después le agregamos una, otra, otra recámara. Y yo, y yo así lo hacía, luego doce y allí, allí pusimos una tienda. Yo tenía este…
2do: Era una estanquilla, ¿sí sabes cómo son los (ininteligible), verdad?
ES: Como, sí, de madera.
2do: Y eso era lo que es, ahí estaba todo.
ES: Ahí estaba todo. Y vendíamos lo que llegaba allí, había la, en la tienda pos digamos de nosotros y otra en el centro del ranchito y fue todo, ¿no?
2do: Sí, pero primero tuvimos nomás en el pura orilla.
ES: Sí.
2do: Cuando ya nos creció, pusimos una en medio rancho.
ES: Ey.
2do: Otro cuartito, también.
ES: Igualmente.
2do: Cigarros, cerillos…
ES: Todo lo más, lo más usual de rancho, sopas, manteca y, bueno…
2do: Hasta ropa vendíamos.
ES: A veces hasta ropa.
2do: Pero cuando él se vino, ¿no le hace que yo meta mi plática?
MP: No, pos más bien, sería el señor.
ES: Sí es que mire, es que cuando ya llegamos a ese rancho, El Vergel, iba a habir, iba a haber renovación de, del presidente y el secretario y el tesorero en el rancho allí, los que manejaban en el rancho. Y por buena suerte, me voy a volver pa repartar un poquito. Cuando yo estuve en la escuela en Jerez, había un vecino ahí de la casa de donde yo vivía, se apellidaba Ibarra, se llamaba Salomón Ibarra el muchacho, pero ese era en un grado más adelante que yo, él se graduó y ya se, no sé si fue a high school, pero aquí no hay nada, nomás primaria.
MP: Ah, okay.
ES: No sé si, si después se fue alguna high school, total que él agarró una, muy buen estudio, porque llegó a ser el secretario del Gobernador de Zacatecas, fíjese.
MP: Ándele.
ES: Salvador Ibarra. Cuando, cuando yo estaba ahí viviendo en El Vergel, que iban a renovar el tribunal del comité de ahí del rancho, entonces estaba, entonces ahí en la escuela, ahí una escuela muy grande que había. Pos era él, se dice el, el que estaba ahí de… la junta. “Bueno, pos se decide un candidato para, para presidente”. Pos ya dijo ahí uno: “Fulano de tal”. Y otro dijo: “Eduardo de Santiago”. Dije yo: “¡Ándale, vas a ser presidente!”, me decía acá, (risas) “vas a ser presidente”. Pos ya, empezaban a que tres candidatos. “Los que vayan por fulano de tal, que levanten la mano. Ora por fulano de tal”, también así. “Ora por Eduardo de Santiago”, mire, [le] juro [que] todos levantaban la mano.
MP: ¿Todos?
ES: Todos, yo salí electo.
MP: ¡Ándele!
ES: Para presidente, presidente del comité ahí. Creo que ya, salía electo allí, entonces ya dijo: “Ahora para secretario y tesorero” bueno. (ininteligible) Pero seguía el tiempo de, ¿qué fue en 1954, de cuándo, de los, de braceros?
MP: Sí.
ES: En 1954 este, estaba yo, ya teníamos la tiendita del centro, ya era una sucursal que teníamos ahí.
MP: ¡Ándele!, ¿qué tal, eh?
ES: Este, entonces llegó un, llegó un, un señor que vivía así, un vecino que era mi… nuestro compadre, ya falleció el pobre. “¡Compadre!”. “¿Qué pasó?”. “Ahí ta el Secretario de, de Gobernación de Zacatecas y quiere hablar con usted”. “¿Pos de qué se trata?”. “De la lista pa braceros”. “¡Ándele!, pos ora ya llegó”. Mire, entré a la casa, ¡ándale! Le dije a mi señora: “Dame un pantalón limpio”, sí me dio un pantalón, de, de aquí, pa acá, era un parche. Así como le estoy a usted contando, de aquí a acá era un parche.
MP: ¿Pero estaba limpio?
ES: Pero estaba limpio, ahí voy yo…
2ND: Se nos acabó la tienda, por eso.
ES: Ahí sí, ahí se acabó la tienda y se…
MP: Pero, usted fue presidente del comité, ¿verdad?
ES: De ahí del rancho, del rancho. En todos los ranchos hay, hay eso, presidente y secretario y tesorero, son los que dirigen toda la comunidad.
MP: Ah, okay.
ES: Pues ya ve, que ya entonces bajé yo pa la escuela, estaba así abajo en el, cerca del, de un arroyo. Ya llegué yo y estaba ahí el secretario, yo llegué, ya llegué yo. “Tú eres”, me dice. “¿Tú eres Eduardo de Santiago?”. “Yo soy Eduardo de Santiago”. “¿Te acuerdas de mí?”. “Y cómo no me voy acordar, si tú eres Salvador Ibarra”. Dice: “No me hables de usted, háblame de tú”, me dijo él, “no me hables de usted, háblame de tú”. “¿Te acuerdas en la escuela como, cómo nos íbamos?, ¡acuérdate!”. “Pos sí, anda tan, ¿qué, qué se te ofrece?”, dije yo, “¿qué se te ofrece?”. “Mira, vengo para que me digas cuántos son, cuántos quieres que vayan los, los braceros de aquí de tu rancho”. Dije: “No, pos, dime tú cuántos me vas armar, qué lista me das a mí para, para elegirlos. Voy a tratar de mandar los más pobres”. ¡Todos éramos pobres!, pero habían unos más que otros. Entonces me dijo, dice: “Está bien, tú, tú vas dándome los nombres y yo los apunto en… Pos ya y ya le doy la lista y luego le dije, le dije: “Oye, ¡dame siquiera unos, unos veinte!”. Mira, eran muy poquitos, creo que me daba dieciocho hombres en la lista. Dice: “Bueno pues, que sean veinte”. Y estaba yo apuntando ahí los que yo sabía, los pobres que yo sabía y apunten. Y entonces llegaba un señor que también ya falleció, el pobre, se llamaba (ininteligible) “Señor de Santiago, ¿ya mandó la lista?”. “No, me faltan como unos, unos tres”. “¿Me permite el, el papel y el lápiz pa apuntar uno?”. “Dígame quién es y yo lo apunto”. “¡No, no, no!, présteme por favor la lista, nomás uno”, dice, “es un secreto, nomás uno”. “Bueno, ándele pues, uno nomás”. “Sí”. Le di el papel y el lápiz y, y me apuntaron a mí.
MP: ¡Y usted sin saber!
ES: Sin saber. Ya acabé. “No, Manuel, ¡no, no, no!, acuérdese que usted varias veces los que han ido de braceros al mes ya están en la, en el rancho de regreso y usted los regañaba. Ahora que usted debe de ir, yo creo que si nos toca suerte, se va usted a, a ver si lo aguanta”. “Bueno, pos ándele pues”. Y así era el agravio, muchos se iban de braceros y al mes ya estaban en el rancho.
MP: Y, ¿cómo les iba a ellos?, qué, ¿qué le decían?, que, ¿qué estaban bien?
ES: Pues: “¿Qué pasó, por qué no te pudiste ir?”. “¡No!, que me tocó un rancho muy, muy quién sabe qué, muy quién sabe cuando. ¡Y no aguanté! Y no, por eso me vine mejor”. Pero las mujeres les decían: “No, vente, pos si no te vienes, te dejo”. Ahí viene pal rancho directo. No, bien y mire, bueno: “¿Quiere que me vaya?, sí me voy”. Y me vine, me vine, era el 28 de septiembre, ¿verdad?
2ND: Sí.
ES: El 28 de septiembre de 1954 salí de El Vergel a Chihuahua.
MP: Ándale.
ES: De, de Chihuahua, ahí está del, se llama un lugar, porque desde Zacatecas no llevaban ya en, en camiones de, del estado. Llegamos a Chihuahua, llegamos al lugar donde estaban reconcentrando a toda la gente y ahí, ahí estaba, taba así en las listas pa acá y pa allá gente en ese lugar. Entonces ya que era yo, me, yo me chiveaba porque pos también yo nunca había yo visto eso. Mire estaba, estaba unas, había una así, ¿cómo se dice?… de madera, allá estaban las secretarias con sus maquinas allá y allá había una línea, ¿verdad? Como vine al mundo.
MP: ¿Cómo?
ES: Encueradito.
MP: ¿Sí?
ES: Encueradito.
MP: ¿Así era como los examinaban ahí?
ES: Era para pasar el examen, desque, de que no tuviera alguna enfermedad en su cuerpo. Y entonces, ¡ay no!, mejor eso no se lo digo. (risas)
MP: Y les pusieron vacunas ahí, ¿los vacunaron?
ES: Sí, nos vacunaron y nos a, nos hacían que si nos empinábamos para, para vernos en nuestras partes traseras y todo. Y bueno y luego ya de ahí las secretarias, ya todo mirándolo a uno ahí y ¡híjola!, se, se chiveaba uno.
MP: O sea que, ¿no tenía una forma de, de estar un poco más privado?, ¿así era?
ES: No, más, más privado no, estaba todo… Bueno, ya pasaron, ese santa historia ya. Entonces ya, ahora sí, pero ése era para salir para, para el, para Ciudad Juárez. Bueno, sale un, un bonche me dijo, una, una parte. Pos ya, llegó la hora que nos levantaron de ahí de Chihuahua, venimos a Ciudad Juárez, llegamos, no sé a dónde nos llevaron. Total que en donde, en donde se llevaba su, ni siquiera nos bajaron. Con el mismo camión urbano nos pasaron a El Paso, Texas. Ya cuando ya nos pasaron aquí a El Paso, Texas, nos llevaron a un lugar que tomara aquí este, no sé si usted lo conozca, Río Vista.
MP: Ah, sí señor.
ES: Río Vista y luego ya me… creo que ese de Río Vista antes era cuartel, no sé qué sería, era, era como un cuartel muy grande, estaba muy grande. Pos ya a mí me daban la… Se metía a Río Vista, ahí estuvimos en, ahí dormimos la primera noche. Al día siguiente empezaban a hacer las listas. “Vamos a hacer las listas para, para los lugares a donde van a ir toda, toda la gente”. Pos ya, ahí estamos sabe qué, “¡que para Pecos!”. Mire, nadie quería.
MP: ¿Por qué?, ¿ustedes ya sabían de lo que se trataba?
ES: No, todo era de algodón, todo era de algodón. Pero muchas que ya habían venido de braceros antes y quizás les había tocado ese lugar de Pecos y no les gustó porque era, pos que era muy malo, que no, que no se dio, que muy mal algodón o no sé qué, no sé qué. Miré la lista y: “¡Para Pecos! Quién, ¿quién se decide a, a ir?”. Entonces les decía a mis compañeros, somos, éramos como unos veinte.
MP: ¿Sí?
ES: Nosotros, entonces les dije: “¡Oigan, pos vámonos!, vámonos a, a Pecos a ver qué. Que si nos corren, pos bueno, si nos va bien, pos bueno y si no, pos nos regresamos pa México”.
MP: Claro.
ES: “Pos órale, vamos”. Ya ahí vamos a, estaba un señor, estaba un señor ahí a la puerta del la entrada pal, era un corral así mucho muy grande. Dice: “Necesito un grupo de unos doce hombres. Si es posible, que todos sean todos del mismo rancho, mejor. Pero si no, pos ni modo, doce hombres”. Le dije: “No, señor aquí estamos los doce hombres y, y hay más del mismo rancho; semos, somos como veinte”.
MP: O sea que usted, desde que salió de Zacatecas, ¿se fue con su mismo grupo de gente, hasta Pecos?
ES: Sí, hasta Pecos.
MP: Ah, okay.
ES: Una parte. Ya ahí, ahí en Pecos se quedaron los que no, los que no cupieron en el rancho. Entonces sí, nos venimos nosotros. Total que ya de ahí, de aquí de Río Vista nos aventaban, usaban la lista pa ese… hombres se, la se mataron, ya murió ese Ismael, José Carrasco. José Carrasco se llama el que fue a, ahí a, a Río Vista.
MP: ¿Río Vista?
ES: Pos ya, entonces ya de allí. Y luego y en Pecos también se presentó el mismo señor José Carrasco. Pos ya de ahí ya, a Pecos. Yo me acuerdo muy bien aquí en la calle que, uso en El Paso, la primera calle, la, la aquí (ininteligible) Y ya le dije a mi familia: “Mire, esta calle fue la primera calle que yo anduve aquí en camión cuando iba de bracero”. Esa vez que llegamos a Pecos, hace, todavía fue en el mismo año, en el [19]54. Llegó él y dice que: “Necesito una… de unos doce hombres”. “Pos aquí estamos, todos del mismo rancho”. “Pos ya, pásenle aquí a la oficina”. Ya pasamos a las oficinas, dimos nuestros nombres, ahí hicieron las listas, ahora sí ya. Le entregaron las listas, entonces ya nos subimos a una troca que llevaba hasta Balmorhea. En Balmohea tenía, estos, era, era una, una sociedad de tres: Juan Carrasco, Pedro Carrasco y José Carrasco, y el señor Juan Carrasco tenía una tienda en Balmorhea.
MP: Sí.
ES: Y era, era de nosotros, ahí estaba, agarrar nuestra provisión, nuestra comida. Ya de ahora, ahí a la tienda del señor Carrasco, Juan. Y bueno: “Lo que ustedes quieran llevar, ahí hay todo lo que quieren ustedes que hagan, todo lo que necesiten llevar a su almuerzo. En, en ese carrito ahí echen su comida y ahí le doy para que se la hagan, se la alisto y el día de pago, vienen y pagan. Y, y llevan más”. Y así fue al principio. Pos no un, de ahí de donde, de Balmorhea llegaban para el rancho. Tuvimos, fuimos con una, no creo yo, como una hora de camino, de Balmorrhea. No, pos si llegábamos al rancho y, y estaba rebonito, muy, muy grande y ya el rancho capullado de esas blancas. Ya dijo: “Mire, aquí están esos cuartos para que ahí duerman ya, de a, de a cuatro en cada cuarto”. Tenía camas dobles, aquí se acostaban unos y otros acá arriba. Y ya, ya ahí nos acomodamos, cuatro en ese cuarto y así todos repartiaditos. Al día siguiente dice: “Ahí está su costal, pa la pisca”. Y vamos ahí a la pisca de algodón. Yo nunca había piscado algodón, pos ellos sabían, los otros sí sabían pero yo no. Pos yo oía que, que agarraban y agarraban y pos yo, ya ve usted, pero ya, ahí había una chapucita. En el algodón, ya cuando tiene acá mucha, mucha lleno mire, como cortaban el, el, el peyote de donde estaba el algodón y lo revolvían con, con to y tupan, pa que pesara más.
MP: ¡Ah!, o sea que, ¿no le quitaban la cascarita?
ES: No.
2ND: La bola verde.
ES: Sí.
MP: Pero se supone que era… Bueno, según el ranchero el algodón tenía que estar muy limpio, ¿no?
ES: Sí, pero ahí pero, como, como va agarrar la, el costal y luego lo pesaban y nosotros mismos lo subíamos a la troca, lo echaba ahí. No se veía, si, si lo iban a sacar, si lo hallaban, pero yo… Bueno, total que yo veía que muchos decían de eso, yo no agarré porque yo no sabía que eso era movida pa que pesara más.
MP: Claro.
ES: Piscaban, ya cuando tenían aquí mucho algodón en la mano, agarraban un, una cáscara del mismo algodón que estaban piscando con todo, mire adentro del costal. Mire, a ver si se hace, dice: “¿A ti qué te importa? No te metas”.
MP: Y, ¿no tuvieron problemas por eso?
ES: No.
MP: ¿No?
ES: Hubo, mire, pos sí, mientras, sí. Porque mire, gracias a Dios la temporada del, del primer año, la terminaron muy bien, quedaron muy contentos los señores, los patrones con nosotros. Porque ya al último, la última semana de, de pisca, nos juntaban a todos, nos juntaban, dijo, dijo el señor Carrasco, Dios lo tenga en el cielo, dice: “Pues señores, tengo muy, estamos muy contentos mis hermanos y yo con ustedes, de que nos ayudaron a levantar nuestro algodón y les queremos advertir que para el año que viene si alguno de ustedes les toca venir como braceros y quiere venir con nosotros, nomás nos hablan, nos mandan una carta y yo ya voy por ustedes a Pecos. Y también les quiero decir que vamos a, a pedirle a tres trabajadores, que les vamos a renovar el contrato para que se queden a, a trabajar, para que nos ayuden a trabajar la tierra. Y ya tenemos aquí uno”. Era un señor que se llamaba Walter Márquez, también ya falleció: “Ya está aquí un señor, él se va a quedar, entonces necesito dos más”. “Entonces yo, yo también me quedo”. Ahora yo. “Yo también me quedo”. Y luego, pos otro: “Pos yo también”. Y ya. “Entonces ya los, los que se van a, los que van para, para El Paso, tengan todos sus cosas listas para llevarlos a la Pecos, a la Pecos”. Y de allí [de] Pecos, pa que los llevaban a El Paso. Pos no, mire, fue a un principio muy bonito, porque en el tiempo, la tempo… en el año que piscamos, el primero que piscamos, el que, el que pesaba el algodón era un hermano de, del patrón se llamaba… Ése murió aquí en El Paso.
MP: Ah, okay.
ES: Ese señor, ya se… y al siguiente año me dijo el señor: “Oiga don Eduardo, fíjese que mi hermano ya no, ya no va a poder ayudar a, en la, en la pesa. ¿Cómo ve, me pude ayudar?, con una, ¿cómo anda de número?”. Me dijo: “¿Cómo anda de números?”. “¡Uy, no!, pos quién sabe”. Dije: “Mire, yo sumar y restar y multiplicar sí, pero dividir, muy poquito, dividir muy poquito”, era la verdad. “Bueno, aquí lo que importa es multiplicar y restar”. Bueno entonces ya me dijo: “Mire, vamos a hacer de cuenta que va a vender tantas libras de algodón a tanto”. Usted lo hace con lápiz, y yo cogí la máquina”, dice. “Ándele pues”. Agarré el papel y el lápiz ahí estoy, ¡zas, zas! Y yo en la escuela aprendí una, una, una prueba, le hacían así como una, con una equis.
MP: Ah, sí.
ES: ¿Usted no se sabe usted esa?
MP: Sí.
ES: Mire, una equis así. Aquí ponía uno la cantidad de las libras del, a que se, a que se reduciera a un número. Por ejemplo, si son veintidós, entonces son, son cuatro. Y ese ponerlo aquí y luego la, la cantidad, eh, el resultado que sacamos en la cuenta acá en las, la de abajo, la recetan a un puro número. Entonces lo multiplicaba esto por esto y tenía que salir igual todo. Entonces ya le dije: “Mire, ahí ta ya, ahí está usted ya con las teclas de la máquina”, fíjate. “Ya, ¿ya estuvo?”. “Ya. Y con su prueba”, le dije. “Mire, ahí está la prueba”. Entonces ya lo que sacó con su máquina y lo veía y luego ya pos mire. “Perfectamente, usted va a ser mi pesador”. “Ah, bueno”. “Va, le voy a pagar por hora”. Fíjese nomás, $0.50 centavos por hora.
MP: Y piscando el algodón, ¿cuánto les pagaban?
2ND: Cincuenta centavos.
ES: No, pero la pisca era diferente. El precio de la, en realidad no me acuerdo a cómo, a cómo la, la libra.
MP: Era como de a $0.12 centavos por libra, ¿no? Algo así.
ES: No, no la hora. Por hora eran $0.50 centavos.
2ND: Sí, yo también trabajé, por eso.
ES: Sí, ella también trabajó, también trabajaba en un rancho.
MP: Ah, ¿sí?
ES: Sí, cuando ya, cuando ya hicimos la… arreglamos la ciudadanía. También, también fue a trabajar allí en el mismo rancho. Pues al principio del, de ese, de ese año, este, yo, yo me dijo, me dijo mi patrón, me dice: “Mire, usted va a ser el pesador. $0.50 centavos la hora. Son diez horas, son $5 dólares, $5 dólares diarios, pero tiene derecho a piscar aquí en la cabecera”. “Bueno, está bueno”. Pues agarré un costal yo y yo agarraba los surcos que eran más buenos de algodón y luego me gritaban: “¡Eh!, esos son surcos míos, no me… “Yo tengo órdenes del patrón de piscar en donde yo quiera”.
MP: ¡Ándele!
ES: Y ya me… mire y en las puras cabeceras me andaba ahí y también juntaba mis, mis buenas libras, a veces cien libras o doscientas libras y ése era aparte de lo que yo ganaba por hora y así. Así me la llevé hasta, hasta que ya se acabó el segundo año de, de pisca de algodón y seguía con la misma rutina. Entonces un día, un día platicando con el patrón en la tienda, con Balmorhea, me dijo, estaba así platicando y, y le gustaba mucho tomar cerveza y me invitaba, pos yo ya tengo, entonces ya no sé por qué, no sé por qué usaba la plebada porque [le dije]: “Fíjese nomás que, le tengo una nueva, que mi, mi esposa está embarazada”. “¿Cómo?”. “Sí”.
MP: O sea que cuando usted se vino para acá, ¿ya estaba embarazada su esposa?
2ND: No, de, de unos seis años.
ES: Seis años, sí. Yo duré diez años de bracero.
MP: Y luego en todo ese tiempo, ¿qué fue?
ES: Cuando, cuando ya, pero ellos, ellos se vinieron a, a aquí a Juárez.
MP: Ah, okay.
ES: A Juárez. Cuando ya, cuando ya se declaró que mi, que mi esposa estaba embarazada, entonces me, le, le dijo ya. Pos ya estaban aquí, ¿verdad?
2ND: Sí ya. Él nació en… él.
ES: Ey, mire…
2ND: Yo soy ciudadana.
ES: Ella, ella, nació en Long Beach, California.
MP: Ah.
ES: Cuando ya, cuando yo ya le dije a mi patrón la plebada que mi señora, que mi esposa estaba embarazada, dice: “¡Ah!, fíjese nomás que, qué bien. Bueno, sí, por, por ustedes”. Y luego dice la, la patrona al… Dice, se llama Dominga Carrasco, dice: “Oiga don y, ¿si nos da todos los que, si nos da todos los hijos que le de Dios, aquí para que yo, se los bauticemos?”. “Sí, seguro que sí”. Ojalá que sea unos, cinco, diez, ya tenemos nueve, ¿no?
2ND: Sí.
ES: Nueve y ese fue el primero que, que nació aquí en El Paso. Se llama Guillermo de Santiago, es el que vive aquí ahorita con nosotros.
ES: Está en el Navy, es del Navy, está en Virginia nomás que ahorita está aquí. Este, entonces ya, pos que ya se dio el día que nació el bebé y todo y, y seguimos ya que se… Allá mismo en el Balmorhea, allá lo tuvo.
MP: Ah, okay.
ES: A los dos años, no sé cuanto años, se volvió a embarazar y también nació allá. También y también los dos nacieron en Balmorhea y todo. Y se llama el, el otro se llama, éste se llama, se llama Guillermo el que está aquí y el otro se llama Ernesto. Y ya, párele de contar, ya no cero. Seguimos trabajando allí hasta que, cuando ya, que le dije yo que mi esposa era ciudadana. “¡Pos usted fácil agarra la, la residencia! Con el derecho de su esposa y sus hijos también”. “¿De veras?”. “Sí, cómo que no. Mire, yo le ayudo con los papeles que le pidan de aquí de los Estados Unidos y con dinero. Usted nomás se encarga de los papeles que le pidan de México, acta de nacimiento o, todos, todos papel de, de México. Pero de aquí de Estados Unidos yo se los consigo”. Así, así lo hicimos. Pos ya nos venimos para aquí para El Paso y luego estábamos viviendo en, en Juárez, nos fuimos allá.
MP: ¿Cómo estuvo?
2ND: Este él, este, él se vino en el [19]54 y, y nos, nos venimos todavía él de bracero en el [19]59. Entonces ya me vine yo, en el [19]59 y él, él duró nomás hasta el, en, en, se me hace que venimos en [19]59, en agosto del [19]59.
ES: ¡Ah, sí! Porque ya ve que en ese tiempo, en ese tiempo cuando, cuando todavía estaban en el rancho ellos en México, que me dijo el patrón que fácilmente agarrábamos nosotros la residencia con los derechos de mi esposa, dice: “Usted y todos sus hijos”, dice, “póngase en contacto con su esposa, a ver qué le dice”. Pos ándele que nomás me puse a hacer una carta y ahí te va. Llegó la carta a manos de ellas y ya la vio y la leyó y todo, ya juntó a los muchachos, mire, pos esto y esto otro: “Los necesito ahí”. Pos todos: “No, vámonos pa El Paso”. Y que vámonos y que vámonos. Ya, ya había una casada, ¿verdad?, ya estaba la mayor de, ya estaba casada.
MP: Y, ¿también ella arregló los papeles?
2ND: Ella fue, a ella le tocó ciudadanía por mí.
ES: Ella le tocó ciudadanía por, por el derecho de la mamá, nomás a uno. A todos los demás, ya cuando se, que se decidieron que se movían del, del rancho de México para acá, para El Paso, para Juárez. Le dicen, le dije yo a mi patrón: “Pos ya está mi familia ahí en Juárez”. “Pos póngase de acuerdo y váyase y vayan, vayan al Consulado y ahí metan a todos ahí”. Pos mire, pa no hacérsela tan larga, en seis meses, ¿verdad? En seis meses ya éramos residentes.
MP: Ah, fue muy rápido.
ES: Rápido, en aquel tiempo no sé por qué todos esos papeleos son, caminaban más rápidos que ahora. Ahora no, ahora tiene mucha, mucha demora.
MP: Sí.
ES: Ya vio, en seis meses ya cada quien tenía su pasaporte de residencia. Pos ya la, nos pasaron para acá para, para El Paso y luego rentamos por ahí una casa que no, se la quitaron porque era mucha familia (risas) no era… La, la señora rentó la casa, pero después iba, iba un, ¡válgame! Este, no sé cuál que, que ya estaba casada.
2ND: Fidel.
ES: ¡Fidel!
2ND: Fidel.
ES: Fidel, pero no, todavía no se ha casado. Pero lo vio la señora de la casa ve: “¿Y ese señor?”. “Pos es mi hijo”. ¡Uh, no!, le decían las mojadas, a ella y a mi hija le[s] decían las mojadas. “No”, dice, “la mojadas tiene mucha de familia”. Entonces ya, dejamos esa casa y buscábamos otra ahí muy cerca y ahí conseguimos otra casa ahí para allá. Ahí duramos, no sé cuántos años estuvimos en esa casa, luego ya de ahí, ya de ahí… En cuanto tuve ya que, tuve yo de, de, de un dinerito, acá en el Fox Plaza por la calle de la, por la Broadway.
2ND: No, la Coaxfax [Colfax St.]
ES: Coaxfax [Colfax St.], la Coaxfax [Colfax St] por aquí cercas de, de, del Fox, de ese de…
MP: De Fox Plaza.
ES: De Fox Plaza, a un lado en el puro… se la… Bueno, ahí en, en esa casa fuimos a verla y, y me gustó y la compramos.
2ND: La agarramos nomás.
MP: Y, ¿usted todavía estaba trabajando como bracero?
ES: Ya no.
2ND: No, ya no.
ES: No.
2ND: Sí, cuando la compramos, sí, todavía estaba, pero ya no de bracero, arregló.
ES: Ya, ya, ya como ciudadano, ya como residente, como residente.
MP: Y como bracero, ¿nada más estuvo aquí en Pecos?, ¿no fue a otros estados?
ES: No, nomás en Pecos.
2ND: Es el mismo patrón.
ES: El mismo patrón que tuve en Pecos, en Balmorhea, fue el mismo de que cuando entré, a cuando dejé de ir a trabajar con él.
MP: Y dice que duró seis años, ¿verdad?
ES: Seis años.
MP: De bracero.
2ND: Fue desde el [19]54 al [19]59.
ES: Sí.
MP: Y ahí, ¿sí tenían buena, buena atención?, ¿los patrones eran buenos con ustedes?
ES: Ahí, a mí me trataban muy bien. Y no, no, yo me daba cuenta cómo trataban a los trabajadores en, todos muy bien, nunca los andaban así maltratando de palabras, nada, nada. Muy buen trato, muy buenos hombres.
MP: Y en cuanto al pago, ¿nunca tuvieron problemas de que les pagaran menos?
ES: No, tampoco, no. Ellos dicen a tanto las libras, pos eso es, tantas libras, tanto le toca. Y cada sábado le pagan y vamos a la tienda a Balmorhea y ya compraba el mandado y nos pagaban y comprábamos el mandado y así. Pos yo nunca, lo que yo nunca supe, tenían que quitarle a uno derechos o impuestos, no sé. Y uno, nunca supe cuánto, ni nada de eso, nada de eso.
MP: O sea, ¿no les decían?
ES: ¡No! Nomás nos echaban de, de su cheque es de tanto, pero ya, yo nunca… le tenían que quitar a uno. Porque pos después me di cuenta que sí le quitaban a uno, del cheque le quitaban a uno no sé qué cantidad, nunca supe.
MP: ¿En el contrato no decía eso?
ES: No, no decía.
2ND: Y si decía, pues ya no te acuerdas.
ES: ¡No! No y no decía porque ya ahí estaba el mío como, yo ya estaba como residente y ya no estaba y luego ya después, ya, ya no sé, me di cuenta también.
MP: Oiga, señor y en esos seis años que estuvo acá de bracero, ¿cada cuándo iba a visitar a su familia?
ES: No, pos…
2ND: A veces cada… el rato que duró en eso, duró, nueve meses.
ES: Pero luego me los llevé para allá pal rancho.
2ND: Pero ya fue al último, ya fue al último.
ES: Pos sí ya, ya, pal final de la temporada, que iba yo a… Porque cuando ya, pos ya le trajía la, al patrón en esa cantidades de tiempo, me dice: “Mire don Eduardo, ora sí ya usted está libre”. Pos es que para el final de ese tiempo, ya éramos compadres.
2ND: No.
ES: ¿Cómo qué no?
2ND: De bracero no.
ES: No, de residente.
2ND: Ya de residente sí.
ES: De residente ya éramos compadres. Me dijo: “Pues usted ya puede trabajar aquí donde quiera que sea, como residente de los Estados Unidos puede trabajar donde quiera que sea. Puede ya, cerca en El Paso on ta su familia”. Pues ya, ya cuando, cuando me dio esa, esa investigación y todo y: “Yo creo que sí me voy para El Paso”.
2ND: Sí, él salió en agosto del [19]59.
ES: Y me vine para acá para El Paso, aquí anduvimos trabajando aquí por, pa el lado de Clint, yo y uno de mis hijos, en, en…
2ND: Pero ya, ya, ya de residente, de bracero ya no.
MP: Ya no de bracero.
ES: No, ya éramos residentes. Este y, no de bracero, ya no. Aquí en Clint no, este, ahí como, ya como…
2ND: Esto se trata nomás de puro bracero, ¿verdad?
ES: Pos ya como bracero, ¿qué más le puedo decir?
MP: Por ejemplo, ahí cuando estuvo en Chihuahua, que los transportaron de, de Zacatecas a Chihuahua, ¿cuánto tiempo se estuvo allí en Chihuahua para que lo contrataran?
ES: Para que lo, mire, allí en Chihuahua lo más que lo tenían a uno eran dos días.
2ND: No. ¿Cómo que no?
2ND: Fueron como dos o tres semanas, ¿no te acuerdas?
ES: ¡Bueno! Vamos a decir unas dos semanas, ahí en Chihuahua.
MP: Es mucho tiempo.
ES: Es mucho.
MP: Y luego en todo ese tiempo, ¿dónde vivía?, ¿qué comía?
ES: No, pos allá teníamos uno ahí como, como un, un mesón, no sé; como un hotel ahí, ahí lo tenían a uno.
MP: Y, ¿ustedes tenían que pagar algo?, o, ¿era por parte del gobierno?
ES: No, no, yo nunca pagué nada, nunca pagué, todo era por cuenta del, yo creo de los Estados Unidos con México, no sé. Este, ya de ahí de Chihuahua, nos transportaban a, aquí a Ciudad Juárez o más bien a El Paso. Porque en Juárez no nos bajaron de los camiones, nos metían derecho a El Paso.
MP: Y aquí en El Paso, ¿no los volvieron a examinar?, o, ¿no les volvieron a pedir alguna documentación?
ES: No, no, ya no, ya nada de papeleo ni nada. Nomás, nomás lo que traía ahí uno era de, ya de Chihuahua, los que le digo, los, ahí. Y aquí en Río Vista, ahí estaba uno, ahí, pos nomás a ver, a ver a qué horas le hablaban a uno. Todos los días le estaban hablando a la gente por grupos.
MP: Y, ¿no se estuvo ahí mucho tiempo en Río Vista?
ES: No, aquí en Río Vista también duramos como una, pos sería una, dos semanas, yo creo. Este y ya que y, el día que se llegó, el día que, que nos presentamos ahí en la, en la oficina, pos se va a ir un grupo para Pecos. Como le dije antes, no, nadie quería para Pecos, ¡nadie quería! Yo creo que ya conocían el lugar, no sé. Y ya les dije yo a mis compañeros: “¡Vámonos! A Pecos a ver qué”. No, le digo, no. Siempre hubo más gente que… Y aquí en Pecos, entonces creo que también era, era otro lugar también muy amplio, onde, onde estaba uno ahí y ya.
MP: O sea que por, por lo que me dice, de Río Vista los llevaban a Pecos.
ES: A Pecos.
MP: Y allí en Pecos como que era otro centro que los… era diferente.
ES: Sí, ahí, ahí lo concentraban a uno. Ya de ahí, estaban saliendo grupos pa acá y grupos pa los ranchos. Ya de ahí, salía pa los ranchos cada, cada grupo, según los trabajadores que querían los rancheros. Eran los que llegaban y pedían allí. Y luego ya cuando el señor Carrasco se presentó: “Necesito un grupo de doce hombres que sean del mismo rancho, hermanos, compadres, no le hace”. “Pos aquí estamos los doce y hay más, si quiere más del mismo rancho”, ¿no?
MP: Y entonces espéreme, de su grupo que venía desde Zacatecas, los de su grupo lo veían a ustedes así como que líder, me imagino, ¿no?
ES: Pues mire, no digamos líder, pero pos se, se dirigían conmigo.
ES: O cualesquier cosa, porque según ellos se… Tenía más, eh, ¿cómo le diríamos?, más inteligencia, más bien, más…
2ND: Confianza.
ES: Confianza, ¿me entiende? Yo les agradezco a mis compañeros que me confiaban mucho. Yo, yo me entendía de muchas cosas, a favor de ellos.
MP: Y usted no, ¿ellos nunca tuvieron algún problema?, o, ¿nunca vinieron con usted: “Oiga, pos ya no quiero terminar el contrato, me quiero ir”, o algo?
ES: No, nunca. Nunca nadie se vino antes del contrato de que, de que nosotros, todos se venían de que porque ya cuando estábamos en, aquí en Río Vista, dije: “Ya saben mi, mi teoría, no se vayan a ir para México antes de cumplir su contrato, váyales bien o váyanles mal, ¡cumplan! Pos así no se van a, van a haciendo de, de crédito, yo les voy a poner la muestra”. Y se las puse, hasta presente, fíjese.
MP: Y en cuánto, este, cuando ustedes recibían el cheque, ¿usted les mandaba dinero a su familia?
ES: Bueno, yo…
MP: Y, ¿nunca tuvo problemas de que se le extravió, o llegó menos?
ES: No, no, nunca, nomás le mandaba un cheque, sí le mandaba cada, cada mes, yo creo. Le mandaba pa que, pos siquiera pa que viviera, ¿no? Pero así pasó el tiempo. Yo para mí, en esos seis años, fueron muy buenos para mí, se dio uno cuenta de muchas cosas. Allá en el rancho de mis patrones, de primero ve que ya, ahí la hice yo de pesador y luego antes de eso, tiene uno que… Me dijo, me dijo el patrón, dice: “Oiga, eh, ¿sabe usted manejar carro?”. “Sí sé manejar carro”. Dice: “Porque le voy a poner a un tractor”. Ya ve que tumba uno la varas de algodón cuando ya está seca. “Le voy a poner un tractor a que me, a que me desvaree el, los bordos”. “Ta bueno, okay”. Ya me dijo: “Mire, estos son los cambios acá y acá, ya está la primera, segunda y tercera y todo”. Pos estaba refácil, ya me dijo cómo, cómo le hiciera. Ahí ando, ando en la fila yo tumbando la, la vara del algodón. “Cuando ya se la vaya a tumbar la, la desvarea todo”. Entonces ya metimos un otro, un otro tractor con discos, para desbaratar los bordos. Después de levantar los bordos a, con una rastra, para más o menos aplanar el terreno, todo y luego entonces ya, ya venía él con un tractor y los, los discos que hacen los surcos, los bordos.
MP: Ah, okay.
ES: Entonces para rayar el, los bordos.
MP: O sea que ustedes, ¿tenían que preparar también la tierra?
ES: Sí.
MP: Para la próxima temporada.
ES: Y yo le ayudé a mi patrón, le ayudé en todo, desvarar, con los discos tumbar los bordos y luego arrastrar y todo. Ya mi patrón hacía, hacía muy, lo único que no hacía yo, fue rayar pa sembrarlo. Pero ya después de que se sembró el algodón y todo, que nació para, para escarbar en el, en el algodón, le ponen así dos, dos disquitos así que van dando vuelta, van cortando la hierba lo que haiga. Y si se… uno se lleva también el algodón. Y ahorita, ahorita no, del menos, del menos, del que el tractor se va pa acá, pa allá, pero se lleva uno el algodón. Apenas pasa una línea de matitas por en medio de los disquitos y así, así me la pasaba yo.
MP: Y, ¿cuál fue su primer impresión cuando vino por primera vez aquí? Sí, este, ¿era más o menos como usted se imaginaba, o era muy diferente? O, ¿si se halló luego, luego aquí?
ES: Pues, era muy diferente la vida de uno allá de México. Allá, allá con nosotros toda la gente, en aquellos años, todo estaba muy cambiado, en aquellos era muy diferente. Todo lo, todos los días era de, del rancho del pueblo al, al barbecho a trabajar y todo eso. Pero aquí, aquí es muy diferente, aquí en los Estados Unidos es muy diferente, cambia mucho la persona que, que viene pa acá y que le toca durar cuatro, cinco años, lo que sea. Como a mí, que me tocó la buena suerte que me dejaron, que me renovaron mi contrato, pos yo estuve seis años, en esos años yo aprendí mucho, así es que…
MP: Y luego cuando vinieron, cuando venían los braceros nuevos, usted ya como quien dice era de casa, ¿no?, ahí con el ranchero.
ES: No, pos ya como luego dicen yo, yo era el mayordomo.
MP: ¡Ah!, ¿usted era mayordomo?
ES: Sí, yo me encargaba de cuando llegaban los braceros del siguiente año, siempre eran de, quince a veinte hombres, trabajaban piscando. Yo ya, yo me encargaba de todo, yo ya era el pesador, yo era todo. Yo era el que, yo manejaba todo el… con órdenes del patrón. Y así es de que pos por eso me la pasé muy, muy a gusto.
MP: Y, ¿usted no iba a Río Vista a contratar a los braceros, o nada más iba el patrón ahí?
ES: No, no, yo nunca volví a Río Vista, ¡nunca!, fíjese. ¡Nunca! Porque ya cuando salí ya porque ya yo no era bracero, ya era yo residente.
MP: Claro.
ES: Así es que yo nunca volví a Río Vista, fue una vida muy bonita.
MP: Y los, los braceros, los nuevos braceros que iban llegando ahí, eran, pos me imagino que venía gente de muchas partes de la república, ¿no?
ES: ¡Uy!, sí, ¡ahí del… Mire, a veces les toca a un grupo en un mismo rancho de diferentes lugares de México. Y ya una vez ahí, pos que yo soy de Zacatecas, que yo soy de, de esto y que acá, y de acá de, de mar, Villanueva, ¿ve? Todavía ahí sale de, de dónde son, de dónde vienen. “Pos aquí vienes a trabajar”. “Pos sí, a eso vengo, a trabajar”. Y ya, cuando iba yo cuando iba a ser de mayordomo. Ahí sí me ponía listo con la, con el algodón, que no llevara mucha, mucha bellota.
MP: ¿Entonces ahora sí se ponía exigente?
ES: Ahí sí, ahí sí porque ya sabía, la primera, el primer año que yo, que yo anduve en la pisca, pos yo no sabía, pero yo veía lo que hacían los, los de esos que yo creo ya sabían. Y los envolvían en el, en el algodón que llevaban ya piscado, quitaban bellota de las secas, cascarones en, nomás la envolvían y la echan, ahí va. Y era, era, esa era una trampa, era cuando, cuando hacían el costal en la tela, ahí se veía, todo lo que hacían ahí se vía. Los mismos se lo echaban y lo pisoteaban pa que se moviera pa abajo, tramposos. Pero yo me, me subía, pesaba un costal, yo me subía y yo me subía por, por un lado para ver que lo vaciaban y todo. Y uno me dijo, uno me dijo: “¿Qué viene a fisgar?”. “Pos a ver qué traes”. “Y qué, ¿te gusta o no te gusta?”. “No, está bien, nomás ya”, le dije, “mira, todo lo que traes de bellotas”, bellota seca, lo que estaban ahí, no todos los que traigo este. “Te voy a, te voy a rebajar libras”. “No, no hagas eso, no seas malo, hazte el disimulado que no ves”. Pos, ¿qué hacía uno?, pos eran, eran compas de México, si no.
MP: Pues sí, entonces usted debe, muchas veces estuvo en una situación muy, que lo comprometían mucho, ¿no? Porque era el mayordomo del patrón.
ES: En esa forma sí, en esa forma sí me comprometían porque…
MP: Ajá, o de los compatriotas.
ES: Decía yo que, como en esa, hacerme sacatón. En esa forma, porque, mire esa, esa cosa que hacen, es muy usual de la gente que va como bracero. Es una, una forma de, de, si son cincuenta libras, a lo mejor son veinticinco de, de bellotas secas. No será tanto así pero sí, sí les rinde el, las libras y eso, eso lo mandan. Y pos como me hice, me hice el sordito pa no decir nada. Porque allá en, cuando ya, cuando llevaban la, el algodón al, al, al gin, no sé cómo se llama ese onde lo, onde lo se…
MP: ¿Despepitan?
ES: Ándele, ahí salía todo lo que era la bellota que salía, pero ya no sabía de dónde era, de quién o de cómo, todo.
MP: Y a usted, ¿el ranchero no iba en contra de usted?
ES: No, nunca me… nunca me dijo.
MP: No les ponía atención o…
ES: Nunca me dijo nada. No, es que en partes yo sí les dije: “Miren, estaba bien que hagan chapuza, pero no le hagan tanto, un poco moderada pos sí, luego allá sale, luego viene a traerla, no”. “Ah, cállate la boca”, me dicen. “No, no, ¿cómo que cállate? Yo estoy al frente de este rancho y yo soy el responsable, si hay algún reclamo del patrón, me lo va a hacer a mí”.
MP: Claro.
ES: Ah, bueno, les voy a mermar y… pero eso es una trampa que juegan. Todos, todos, hacían eso, ¡todos!
MP: Y, ¿a usted nunca le tocó como mayordomo de que alguno de los braceros se pusieran mal? O sea, que se enfermara, que tuvieran que hospitalizarlos.
ES: No, fíjese que no, nunca, ¡nunca! Yo todo el tiempo que, que me hice cargo yo de la báscula, pos la hacía de como mayordomo también y nunca, nunca se me… se enfermó un trabajador, que dejara de trabajar porque estaba enfermo. No, no porque si no, si se enfermaba, decían ahí: “Está malo”. No trabajaban, no recibía pago, no recibía cheque, ¿no? Ahí le pagaban a uno lo que piscara nomás, no tenía, ¡nada!, así que pos tenía que, que aguantar uno ahí.
MP: Y, ¿cuáles eran los beneficios o cuál eran los puntos buenos o los puntos malos de entre ser bracero y mayordomo?
ES: Pues era una diferencia muy pequeña, el ser, el ser mayordomo nomás porque ya no trabaja uno tanto, eso es lo único. Aún así, yo como pesador de báscula lo hacía como mayordomo, yo todavía, todavía piscaba ahí. Pero de, hay una diferencia de que pos tiene uno que ponerse listo ahí uno. Porque había muchos que muy, que muy, ¿cómo se llama?, muy, muy vivos. Se fijaban que estaban surcos muy buenos y le hacían al locos que no lo agarraban pa que fuera otro, esos y cuando se venían todos a la pesa o, casi venían todos.
MP: Sí.
ES: Y ya ahí a otros agarraban otros surcos nuevos, sacar los que tenían de entrada. Y muchas veces, ahí una, una me brincó unos, tenía que agarrar dos surcos. “Oyes, oyes, no, no, a ti te tocan estos”. “¿Lo haría?”. “A ver, cámbiate acá”. Fue, fue la única vez, las dos veces que tuve que hacer ese, ese reclamo. Más que brincábamos, veían que estaban un poco malos, muy ralas las matas y: “No, no, no, hay está[n] tus surcos, que tiene pocas matas”. “Pos pon tus sacas a la orilla”. Pero quería agarrar los que tuviera mucho algodón, porque eran los que… Hay unos surcos que están las matas muy, crecen muy bonitos y crecen y echan mucho capullo. Pero no, no, por lo regular nunca tuve yo problemas con, con los trabajadores. Se imagina en seis años, ¿cuántos genios no, no experimenté de trabajadores?
MP: Pues sí.
ES: Uh no, mucho, pero no, nunca tuve problemas con uno.
MP: Y siempre ustedes, ¿llevaban a los braceros a que hicieran sus compras?
ES: Yo.
MP: ¿Para que ellos hicieran su comida ahí?
ES: El patrón me dijo, me dijo: “Mire don Eduardo, en esa troca se va a encargar usted de mover la gente al, al terreno de pisca, al field. Ahí le dice uno al field, al field, los sábados a la tienda, a la comida y de regreso”. Yo me encargaba de, en la troca yo le, los llevaba a la tienda y lo[s] regresaba al rancho y así fue, pos yo, yo tenía mi sueldo por hora.
MP: Y usted ya vivía aparte, ¿verdad? ¿Ya no estaba ahí viviendo junto con los braceros?
2ND: No, sí vivía.
ES: Sí, pos todos teníamos camas ahí juntos.
MP: Ah, o sea por ser mayordomo, ¿no tenía así su casita aparte?
ES: Nada, no hay diferencia de mayordomo a trabajador. Ahí estamos, todos somos iguales. Nomás que cualquier cosa que se, que algún… pos él era. “Mire, aquí todo el costal, ya mire, ya está todo rompido, mire ve”. Yo le daba otro. Y así, cualquier cosa que se los ponía yo, yo se los arreglaba ahí.
MP: Me habían dicho que les vendían los sacos.
ES: No, no, a nosotros no. Nos dieron costales mucho muy grandes, muy largos. Les cabían, cuando los llenaba, salían como setenta libras.
MP: Ah, pues muy… bastante.
ES: Setenta libras.
MP: Le cabía mucho.
ES: Pero cuando llegaban a la pesa mire, se lo echaban aquí al, al pescuezo, ¡híjola! El bultote qué grande. Y al, pero no, nunca hubo problemas de que, que van a pagar tanto por costales, no.
MP: Y cuando se iban a hacer las compras, todos los sábados, ¿qué otras cosas hacían para distraerse un poquito o para relajarse un poquito?
ES: No, pos no, no hacían nada, el que hacía yo, el que hacía era yo.
MP: Okay.
ES: Yo los llevaba al rancho y luego del rancho me regresaba yo, ya yo solo o un compañero.
ES: Yo y un compañero a la, ahí a Balmorhea, porque todos los sábados se, ahí había le nombraban el Country Club. Había un club ahí donde todos los sábados había baile ahí, familiar, de las familias. Todos, todos los rancheros se juntaban ahí en ese lugar. Y ahí íbamos nosotros también a, a veces a tomar y si ya teníamos a, conocidas con las bailadoras, pos bailábamos. No, no, pos muy a gusto el fin de semana y ya.
MP: Y por ejemplo para las navidades, para el año nuevo, ¿cómo le hacían?
ES: No, pos pasaba como cualquier día.
MP: ¿Sí?
ES: No había diferencia del, pos a veces le daban a uno un regalo de, cualquier cosa de dinero.
2ND: O se iba, para allá a los…
ES: Pero, nos la pasamos muy a gusto todos esos.
2ND: Pero ya para entonces ya no había algodón.
ES: Y luego, ahí lo único que había era algodón ahí en Pecos. Mucho, había ranchos que también chilar, había chilar también, pero ahí de puro algodón ahí. Como de bracero, seis años con un mismo patrón, desde que entré, nunca cambié de patrón. Me trataban pero muy bien, bien de yo, yo estoy muy agradecido con ellos por la, por lo que me ayudaron, por lo que me, lo que me valorizaron ellos que, para mi residencia, pos ellos fueron, ellos son los que me animaron.
MP: O sea que, más bien por, bueno, por medio de ellos usted se…
ES: Por medio de ellos, se dio cuenta que mi esposa era ciudadana, entonces me dijo mi patrona dice: “No, pos fácil arregla, arregla usted la residencia don Eduardo. Nomás es cuestión que se comunique con su esposa y se viene”. Y luego me dijo mi patrona: “Sí, si quiera haga ese movimiento con su esposa y vénganse a, a Ciudad Juárez y luego ya se comunican aquí y todo”. Y así es de que muy pronto, pues fíjese que en seis meses, en seis meses ya éramos residentes.
MP: Y, ¿usted fue el único que se vino acá de bracero de su familia?, o también algunos familiares.
ES: Sí, de mi familia, sí.
2ND: Este Lorenzo, ¿no?
ES: No.
2ND: ¿Cómo se vino pues?, ¿cómo se vino?
ES: Pues no sé de mojado ya ve, yo no me acuerdo que haya venido de bracero mi hermano. No creo que haya venido.
MP: Y, ¿usted qué sentía cuando le decían que era bracero? ¿Qué se le hacía algo…?
ES: Pues, no yo. No, yo sentía una cosa bonita que era yo bracero, de trabajador de Estados Unidos, pos, ¿se imagina?
MP: Le digo porque a muchos, como que asocian bracero con mojado, pero es diferente.
2ND: No.
ES: No.
MP: Es diferente.
2ND: Es diferente.
ES: Al mojado, al mojado es muy diferente, pero al bracero lo querían con todos los derechos de la ley.
2ND: No anda escondido.
ES: No anda escondido de nadie, porque hay una una identificación que ni sé qué, qué le dicen, para identificar que está uno en cada. Pero no, nunca se llegó el día que, que La Migración ande en lo, lo sorprendiera a uno, nunca. Porque del, del rancho al pueblo y del pueblo al rancho, ahí nomás.
MP: O sea que, ¿nunca tuvieron problemas con La Migración?
ES: ¡Nunca! Con la ley nunca. Fueron seis años muy chiquitos y muy rápidos se fueron.
MP: Entonces así en pocas palabras este, ¿cuál es su opinión de este programa, del Programa Bracero?
ES: Mire, yo sé que me la, toda la bracerada, todos. Me imagino porque de lo que yo sé, pos yo creo que fueron todos, o son, bueno, fueron ya, ya ahorita ya no. Pero mire, en ese, en el sábado, íbamos a la tienda a comprar su mandado y ahí agarrar su cheque. Yo nunca supe si le quitaban a uno parte de su dinero, nunca supe yo, tanto de $5 ó $1, $2, $3 dólares que le quitaban ahí por, pa los impuestos, no sé, ¡nunca! Pero después me di cuenta que sí le quitaban a uno dinero del, del cheque, pero nunca le decían a uno cuánto. Al final del… Ese año, ahora ya últimamente, yo sé de que, ese dinero que agarró el Gobierno de Estados Unidos. Y según tengo entendido el este, el Gobierno de Estados Unidos se lo mandó al de México, pero allá, allá es cuando se perdió ese dinero.
MP: Sí, allá está perdido.
2ND: Pues qué se va a perder.
MP: Oiga y como mayordomo, ¿también le quitaban ese impuesto?
ES: Oh, sí.
MP: ¿Sí?, o, ¿no le quitaban más porque tenía un puesto mejor?
ES: No, no, de todas maneras en el, en el cheque le quitaban a uno, según lo que sacara, era lo que le quitaban a uno. Nunca supe nada, pero sí supe que le quitaban a uno, yo nunca… Ahí le daban a uno su cheque, lo que le quedaba, lo que le alcanzaba y todo. Pero nunca supe yo cuánto le quitaban a uno, porque yo no, uno no tenía seguro social. No teníamos seguro social y eso decían que era para los impuestos, no sé de qué, que los impuestos, pero yo nunca supe cuánto por persona, no, hasta ahora que ya salió al margen esa cosa. Pos sí, tienen razón en reclamar.
MP: Claro.
ES: Tóquele a quién le toque, porque muchas veces esas personas ya no existen, de mi grupo mío, falleció don Guadalupe, Manuel, ¿quién más era de El Vergel?
2ND: Chayo.
ES: Rosario, como unos tres o cuatro, mire, que ya no existen, ya fallecieron. Así es que los que quedan, que viven, como el caso mío.
2ND: Este, mi compadre Roberto, Roberto también.
ES: Ah sí, sí, Cevallos.
2ND: Ya se han muerto muchos.
ES: Muchos y todos ellos estuvieron junto conmigo.
MP: Y cuando se acabó el programa, ¿ellos se regresaron a México o se estuvieron aquí?
ES: A México, sí, nunca entraron de, de ilegales nunca entraron nunca, hasta ahora es cuando se ha desparramado, desparramar la gente, de ilegal.
2ND: Entonces para acá de braceros se, se quedaron ahí.
ES: En aquél tiempo que hubo como una ocasión de, de la bracerada, ahí dependía de, de los rancheros cuánta gente necesitaban. Era la misma gente que el gobierno movilizaba de México para acá. No nomás de México, también de otros lugares, pero de México. Como braceros contrato por, el contrato era por un año, al final del año, nos entregaban a Pecos, los que son de ahí, los llevaban pa México, los que quedaban ahí como recontratados, ya era, ya era, ya era otro papel como recontratado.
MP: Ah, okay.
ES: Y así.
MP: Bueno, no sé si tenga otra cosa, otra anécdota qué contar.
ES: Pues yo ya de bracereada de que tengo de bracero, pos gracias a la bracerada, cuando vine, cuando trabajaba, gracias a Dios de la bracereada, aquí estoy yo con toda mi familia, aquí en los Estados Unidos. Porque después de que ya, no había, que ya no estaba yo como bracero, ya era yo residente, me vine para acá para El Paso. Me fui a trabajar aquí a Nuevo México en un rancho a donde había, ahí, ahí había pura pisca de chile. Ahí también la hice de mayordomo, aquí en, pa el lado de, de Las Cruces.
MP: De Las Cruces.
ES: Ahí estaba en un rancho de mayordomo, yo me encargaba de todos los que andaban piscando en el, en el field. Que ya era, ya era yo residente.
MP: Ah, okay.
ES: Pero de, dependía de, cuando estuve, de esa vez a la bracerada que, que entré. Ya después ya tenía yo, yo era libre onde trabajaba, onde yo me, onde me gustara más.
MP: Claro.
ES: Aquí en El Paso anduve yo y un hijo mío trabajando también aquí pa el lado de Clint, ahí anduve piscando con las máquinas algodón.
ES: Algodón aquí en Clint, yo traiba un tractor y mi hijo traiba otro y así, pero ya éramos residentes.
MP: Así es.
ES: De la misma bracereada, de los braceros fueron seis años que fueron muy bonitos y gracias a esa entrada como braceros, todos estamos aquí, ¡todos!
MP: Ah, qué bueno.
ES: No se quedó ni uno en México.
MP: Qué bueno que les fue… que sí le fue bien.
ES: Me ayudó demasiado bien, diría yo, demasiado bien porque como dije ahorita, no me canso de repetirlo, pero gracias a Dios y a esa entrada como bracero, aquí andamos. Mire, en México mire, la vida de uno como, como familia pobre, ¡hijo!, es muy triste, ¡muy triste!
MP: El campesino siempre va a seguir igual.
ES: ¡Todo el tiempo!
MP: Y aquí hay la oportunidad de que pueda hacer algo más.
ES: A mí me dijeron mire, en Jerez no hay nada, no hay nada de industrias, no hay nada de maquiladoras, no hay ya ni…
2ND: Ahora sí ya hay.
ES: ¿Ya? ¡Pos no!, pero qué tanto puede ser. Pero hay mucha gente desocupada en Jerez. Es mi pueblo mío, Jerez. Ya desde Jerez fuimos al Maicito, del Maicito a El Vergel y así. Pos pero vivimos, vivimos muy a gusto con nuestra familia y toda. A veces que yo, yo decía que yo estaba más bien que otros hombres, porque había muchos hombres que vivían en, en el rancho y no tenían ni siquiera dónde sembrar. Sembraban acá o allá, pero con, por ejemplo, conmigo también sembraban una parte de tierra conmigo, pero yo no, yo sembraba mi propia propiedad mía y todo. Ya cuando me vine como bracero, cambió mi vida mucho, mucho cambió.
MP: Qué bueno y cambió para bien, ¿verdad?
ES: Para bien y todo.
MP: Qué bueno.
2ND: Pa que vea bien, eh, todo lo que teníamos en México, ¿eh?
ES: Allá se quedó, sabrá Dios quién será dueño ahorita, mi parcela, yo creo.
MP: La tiendita.
ES: La tienda.
2ND: No, la tienda cuando él se vino, ya no teníamos nada.
ES: No, se acabó.
2ND: Sí, cuando él se vino, me quedó a mí un costal y medio de sal, fue todo lo que me quedó.
ES: Pero mire.
2ND: Y un montoncito de maíz, así de chiquito en un rinconcito. Cuando él pasó para acá, que de Chihuahua me mandó lo que le sobró de dinero mexicano, $40 pesos. ¡Uy! Pos me dio remucho gusto porque ya no teníamos tortillas más que para ese día y nada de maíz ni nada, nada.
ES: No, sí, era la vida de ranchero muy, muy triste.
2ND: Yo tenía a mis dos hijos chicos a un rancho, que había más que ah
Interviewer
Parra-Mantilla, Myrna
Interviewee
De Santiago, Eduardo
Location
El Paso, Texas
File Name Identifier
De_Santiago_ELP014
Citation
Parra-Mantilla, Myrna and De Santiago, Eduardo, “Eduardo De Santiago,” Bracero History Archive, accessed November 14, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/45.