Elsa Murillo Rodríguez
Title
Elsa Murillo Rodríguez
Description
Elsa Murillo Rodríguez was born September 10, 1954, in Zacatecas, México; she had six siblings, four of whom are still living; her father was a bracero until the early 1960s; he labored in the fields of Texas picking apples and oranges; several of her other family members were also braceros; while her father was gone, her oldest brother was killed; by the time she was seven years old, her father passed away; roughly two years later, her mother also died; Elsa and her siblings were raised by their aunt; by the time she was twelve, she was already working; she eventually immigrated to the United States to leave her abusive husband and find work to support her four children.
Summary of Interview: Ms. Murillo describes her childhood as very sad without her father; he
was a bracero until the early 1960s; he labored in the fields of Texas picking apples and oranges; several of her other family members were also braceros; there were times while her father was away that they did not have enough money for food, and their grandparents helped care for them; while he was gone, her oldest brother was killed; they did not have enough money to bury him, but her father was able to return home quickly and help them; her father returned home roughly every two years; it was a hard adjustment for everyone; she was very shy at first, and he was hard on her as well; over time they gained more confidence with each other, and they began to get along very well; after his time with the program, he stayed in México; Elsa’s mother became pregnant again, and he was able to stay for the birth of his last daughter, unlike the rest of his children; by the time Elsa was seven years old, her father passed away; her mother took it so hard that she essentially stopped living; roughly two years later, she also died; Elsa and her siblings were kicked out of their home by their uncles and faced great difficulties; they were eventually raised by their aunt, and by the time Elsa was twelve, she was already working; she eventually immigrated to the United States to leave her abusive husband and find work to support her four children
Summary of Interview: Ms. Murillo describes her childhood as very sad without her father; he
was a bracero until the early 1960s; he labored in the fields of Texas picking apples and oranges; several of her other family members were also braceros; there were times while her father was away that they did not have enough money for food, and their grandparents helped care for them; while he was gone, her oldest brother was killed; they did not have enough money to bury him, but her father was able to return home quickly and help them; her father returned home roughly every two years; it was a hard adjustment for everyone; she was very shy at first, and he was hard on her as well; over time they gained more confidence with each other, and they began to get along very well; after his time with the program, he stayed in México; Elsa’s mother became pregnant again, and he was able to stay for the birth of his last daughter, unlike the rest of his children; by the time Elsa was seven years old, her father passed away; her mother took it so hard that she essentially stopped living; roughly two years later, she also died; Elsa and her siblings were kicked out of their home by their uncles and faced great difficulties; they were eventually raised by their aunt, and by the time Elsa was twelve, she was already working; she eventually immigrated to the United States to leave her abusive husband and find work to support her four children
Creator
Sandoval, Adriana
Murillo Rodríguez, Elsa
Subject
bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Elsa Murillo Rodríguez
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini Disc
Duration
30 minutes
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Elsa Murillo Rodríguez
Fecha de la entrevista: 25 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Adriana Sandoval
This is an interview with Elsa Murillo Rodríguez on May 25th 200[6] in California. The interviewer is Adriana Sandoval and this interview is part of the Bracero Oral History Project in Perris.
AS: ¿Dónde y cuándo nació usted?
EM: Yo nací el 10 de septiembre del [19]54.
AS: Hábleme de su familia y su niñez.
EM: Pues mi niñez fue pues triste porque la mayor parte de mi niñez mi papá no estuvo con nosotros por estar trabajando también para nosotros aquí en los Estados Unidos. Se vino contratado y nos hacía falta mucho en la casa a mi mamá, a mis hermanos. Fuimos seis hermanos. Y este, duraba su tiempo por acá y no[s] la pasábamos solos allá [en] el rancho.
AS: Y, ¿cada cuánto usted veía a su padre?
EM: Pues a mi papá lo veíamos cada dos años, sí.
AS: Y, ¿cómo, qué era su relación con su padre mientras?
EM: Pues cuando lo veíamos cuando él se regresaba de aquí pues un poquito cohibidos todos porque no sabíamos cómo reaccionar con él por, lo veíamos diferente. Pero con el tiempecito que ya se la pasaba con nosotros agarrábamos más confiancita con él. No[s] la llevábamos bien. Nos trataba bien él.
AS: Y cuando él los visitaba, ¿por cuánto tiempo se quedaba?
EM: Oh, él se quedaba… No sé si seis meses, no recuerdo muy bien porque era muy chica yo pero como seis meses, platicaba mi mamá. Se quedaba con ellos, con nosotros.
AS: ¿Cuántos años tenía usted cuando primero vio a su papá que se pueda acordar de él?
EM: Tendría como, no recuerdo muy bien, pero tengo más noción de los cinco años. A los cinco años ya me acuerdo más de él. Él montaba a caballo.
AS: ¿Cuántos años tenía usted cuando él regresó, se regresó para la casa?
EM: Ya cuando estuvo más tiempo, que lo tuvimos más tiempo yo ya tenía cinco años.
AS: Y después de que él terminó el Programa Bracero, ¿él se quedó en la casa o se regresó a los Estados Unidos?
EM: Se quedó en la casa por un tiempo y volvió a regresar para acá. No sé cuánto tiempo pero fue mucho tiempo porque en ese tiempo mi mamá estuvo embarazada de la última niña y él estaba ahí cuando nació ella. Y cuando nosotros nacimos él no estuvo, cuando yo nací no estuvo y otro que nació también no estuvo él. Pero ya de la más chica, la última se puede decir, sí estuvo él.
AS: Y, ¿usted sabe cuánto tiempo duró desde cuando usted nació y cuando él la vio por la primera vez?
EM: Yo creo que cuando él empezó a venir para acá yo no nacía. Pero cuando ya dejó de venir, él dejó de venir yo creo como en el sesenta y algo. Ya no vino él. Él se quedó con mis hermanos porque ya empezaron ellos a hacer agricultura allá en el rancho y a trabajar los tres porque mis hermanos ya eran más grandecitos, ya le podían ayudar a trabajar. Sí, pero se pasa uno unos tiempos muy tristes porque muchas veces hasta sin dinero se puede decir y en un rancho no era fácil conseguir porque no había trabajos, no había nada. Y cuando él se tardaba de mandar, yo pienso dinero, pues mi mamá se la veía muy, muy apurada, sí.
AS: Y, ¿qué hacía su mamá mientras su papá estaba trabajando?
EM: Mi mamá no hacía solamente más que cuidarnos, a criar gallinas, puercos, ahí no sé, una vaca o dos que tenían. Eso hacían.
AS: Y su relación con su papá después de que él regresó, ¿cómo era?
EM: Ya era mejor como ya fue pasando el tiempo y lo fuimos viendo, tratando más, ya era mejor. Yo más grandecita ya lo veíamos y eran bien. Fue muy duro. Como al principio era muy duro pero nos fue conociendo, yo creo también y se hizo a la idea que estábamos no tan mal. (risas)
AS: Y para usted fue…
EM: Para mí era triste porque veía a mi mamá llorar mucho y pues pasan cosas a veces. (llorando) Ay, disculpe.
AS: No, no. Sí, claro.
EM: Pero cuando él llegaba todo cambiaba.
AS: Y mientras él no estaba, ¿como qué cosas tuvieron que pasar?
EM: Pues problemas de que a mi hermano más grande lo mataron y mi papá creo tuvo que regresar rápido. Mi mamá muy sola, triste y sin dinero para poderle hacer su entierro, ¿verdad? Ah, pues muchas cosas. A veces no teníamos para comer cuando él andaba por acá no había y los abuelitos eran los que se preocupaban mucho por nosotros y ellos eran los que, más que nada se encargaban de tenernos ahí algo para comer. Pasan cosas difíciles. Mi mamá no sé, siempre lloraba, la veíamos triste. Pues yo pienso que para ella fue muy duro que él estuviera por mucho tiempo por acá. Pero cuando ya regresó todo, todo cambiaba, era diferente. Pero sí tiene uno sus épocas muy tristes, muy difícil y tiene uno que salir adelante y a él le dolía mucho eso. Ver sufrir a mi mamá, pero a veces no podía remediar las cosas. Él se tenía que regresar porque allá no había trabajo de nada. Tenía que regresar a buscar otra vez para sus hijos. Sí fue difícil. Es de lo que me acuerdo, estaba muy chica yo pero a los siete años él murió, cuando tenía yo siete años.
AS: Su papá…
EM: Mi papá.
AS: ¿Murió? Y, ¿entonces?
EM: Nos quedamos chicos todos sin. Los más grandes… el más grande pasó eso y ya se quedaron dos hermanos, fuimos seis y andamos así. Ahorita vivimos cinco, cuatro perdón, cuatro. Y andamos unos por aquí y otros por allá todos regados. Sí, ya le digo. Es difícil pero hay que aguantar, ¿verdad? Él tuvo que venirse también yo pienso a sufrir mucho. Pobrecito porque cuando llegaba yo creo que se sentía bien contento él y le echaba muchas ganas a trabajar en el rancho para ya no venir para acá para quedarse con nosotros. Lo veíamos trabajar mucho y decía, él nos decía: “Ya no los voy a dejar. Ya no voy a ir”. Siempre nos decía eso. “Yo también sufro mucho allá, no los tengo”. Sí. Y eso pasaba, sí.
AS: Y usted mencionó que sus abuelos, ¿los ayudaban?
EM: Sí. Los abuelos nos ayudaban porque mi abuelo el papá de mi mamá. Porque mi papá ya no tenía sus papás pero mis abuelitos siempre estaban ahí. De vez en cuando, cuando mi mamá ocupaba y era muy difícil porque mi mamá era una mujer muy callada, aunque ella sufría no, nunca decía. Ella sufría sola y lo que ella menos quería que se dieran cuenta sus papás lo que estaba pasando. Pero mi abuelita era muy lista y ella iba y nos veía. Yo me imagino que la cocina sola sin nada y ella se preocupaba por nosotros. Mi abuelito también fue muy bueno, mis tíos fueron… Tuvimos muchos tíos también que andaban por acá y también ellos nos ayudaban. Sí, casi la mayoría de mi familia anduvo por acá. Y ahora nosotros también ya andamos por acá, sin pensar que fuéramos a venir, aquí andamos ahora. Pues esa es mi historia. Que sufre uno estar solo sin ellos. Es la realidad.
AS: Y entonces su relación con sus abuelos, con su abuelo por ejemplo, ¿él era como siempre estaba ahí?
EM: Sí, como haga de cuenta si él fuera mi papá.
AS: ¿Sí?
EM: Claro, no podíamos hacer a un lado a mi papá. Cuando él llegaba era lo máximo para nosotros pero mientras, era mi abuelo. Mi abuelo fue una persona muy fiel con nosotros. Se quieren mucho los abuelitos. Mucho, sí.
AS: Y después de que su papá falleció, ¿cómo llegó usted a vivir aquí?
EM: Pasaron munchos años después de que yo me vine para acá. Me vine sin papeles de nada y este, me quedé aquí con mi hermana. Ella es ciudadana de muchos años y yo desesperada porque pues [es]tá mal que lo diga no me gusta hablar mucho de esto pero tuve un esposo muy, muy abusivo, muy malo. Tuve que dejarlo, me pegaba mucho. Lo tuve que dejar y venirme para acá para mantener a mis hijos, tuve cuatro. Y fue por eso que quise venirme porque México para mí era difícil mantener a mis cuatro hijos y darles escuela. Porque allá todo cuesta. Entonces por eso decidí venirme. Los dejé solitos para venirme yo y ya aquí me quedé. Y ahora ya mis hijos de aquí se han casado con personas… una está casada con uno de Guatemala y mi hijo está casado con una americana y mi otro hijo también. Y mi hija, la otra, está casada con uno de Michoacán, sí y aquí están. Y yo pos estoy con este señor. Sí. No, no es muy bien porque tú sabes, todos batallamos, sufrimos aquí. Yo cuando me vine se me hacía imposible que yo venir hasta por acá y dejar a mis hijos chiquitos. Siempre lloraba y lloraba por ellos. Entonces mi hermana me dice un día: “¿Por qué no te los traes?”. “No puedo, no puedo”. Porque yo ganaba muy poquito aquí. Me ganaba como $70 dólares a la semana, me pagaban. No me alcanzaba mucho y eso lo guardaba para mandárselo a mis hijos. Pude sacar gracias a Dios a una de mis hijas. Ella estudió Agente Aduanal en México y nomás que ya me la traje para acá la otra. Uno es contador de mis hijos y el otro fue chofer de autobuses que le gustaba tanto. Y mi otra hija fue secretaria. Pero aquí ya no trabajaron nada de eso. Ya no ejercieron su carrera por los esposos que tienen son buenos porque no las dejan trabajar. Ora a ellas les toca tener muchos hijos. Pos digo que ya no, no es bueno tener tanto hijo. No, ya no. Fíjese, es mi historia.
AS: Una última pregunta.¿Dónde en México vivían?
EM: En Zacatecas.
AS: ¿Zacatecas?
EM: Zacatecas. Sí, en Zacatecas fue mi pueblo. Allá nacieron mis papás y ahí nos criamos y solitos porque enseguida que falleció mi papá, como que mi mamá ella también ya no quiso vivir y se dejó como morir y se murió ella enseguida, como dos años pasaron. Nos quedamos chiquitas porque mi hermana la más chica tenía seis años cuando ella murió. Yo tenía como diez, algo así. Y nos quedamos solos sin ellos muy chiquitos los cuatro que quedamos y no, fue muy difícil nuestra niñez porque los tíos no nos querían. Nos quitaron la casa que habían dejado mis papás, nos aventaron a la calle y andábamos rodando por ahí. Una hermana de mi mamá que vivía en Guadalajara nos recogió y nos tuvo en su casa. Ella tenía diez hijos y nosotros éramos cuatro, muy pesado para ella pero ella fue la única que nos sacó adelante. Hace un año también se me murió ella, que yo, pues era mi mamá, le decía yo mamá. Era mi tía pero fue muy buena con nosotros. Y ella nos tuvo que sacar adelante. Sí, una vida muy, muy difícil porque cuando ya nos faltaron nuestros papás ya nadien, nadien te da la mano, todos te huyen como si tuvieras alguna enfermedad que les puedes contagiar. Uno solo sin sus padres no es nada. Sí, pero yo quise mucho a mi papá, a mi mamá mucho, sí. Tenemos bonitos recuerdos de él muy bueno, muy bueno mi papá. Sí. Y no se me olvida nunca y siempre le rezo, siempre pido por ellos, por los dos. Mi hermano también. Este, ¡ay no! Son historias feas que pasa uno. Si uno pudiera decir cada momento de lo que está pasando, de lo que sufre uno, tu niñez, todo. Yo no tuve escuela mucha también porque ya cuando tenía doce años yo me puse a trabajar pa ayudarle a mis tíos para sacar adelante a mis hermanitos también. Muy chica trabajé y iba a empezar la escuela y mejor quise trabajar para ayudar allí porque todos estábamos muy pobrecitos. Sí, te digo.
AS: Y, ¿usted se recuerda de algunas historias que su papá hablaba de cuando trabajaba?
EM: Sí, sí, que en primer lugar dice él que él extrañaba tortillas y el hablar con alguien porque entonces no hablaba en inglés, ¿verdad? Puro inglés hablaban aquí y las tortillas no había. Para él era muy difícil todo eso. Los trabajaban mucho, mucho que los trabajaban. A él le tocó mucho trabajar creo que en la manzana y la naranja. Dice que subían unas cajas, no sé qué por escaleras y dice: “Muy difícil, mucho trabajo ese”. Sufría él porque la comida no era buena y de todos modos pos tenía que comer algo. Pero sí le sufría y aún así se venía él a buscar acá. Sí recuerdo que él le contaba a mi mamá, pues nosotros estábamos chicos pero él le contaba a ella. Yo de cinco años tengo recuerdos de él y a veces cuando se ponía a platicar con las personas y los oye uno pero muchas veces en los ranchos se acostumbra de que los niños no están allí en las pláticas de los mayores. Siempre estábamos allá. Pues no tengo muchas cosas de que, de eso porque era muy chica yo. Pero poquitas. (risas) Sí.
AS: Y ¿usted se acuerda de cada cuánto él mandaba el dinero?
EM: La verdad no me acuerdo, de eso no me acuerdo. Pero yo pienso que sí mandaba no muy seguido pero pienso que sí mandaba. Si no, no hubiera… Mi mamá empezó a comprar que vaquitas, que esto porque él de era su ilusión tener vacas, caballos y se hizo bonito su ranchito pero luego pos pasó eso, se enfermó él y fue cuando ya se fue acabando todo. Y yo pienso que los tíos fueron los que acabaron con todo lo de él porque nosotros no nos dejaron ni las tierras. Y ya te digo, es todo lo que tengo que decirte.
AS: ¿Sí? Tenía una pregunta pero se me fue.
EM: Se te fue.
AS: Sí.
EM: Pues si te sirve de algo eso que te he platicado.
AS: Sí, no, muchísimo. Nos faltan las historias de los hijos y entonces todo lo que se pueda acordar nos ayuda y ver qué difícil fue para la familia.
EM: Sí, eso sí. Es difícil. Mis hermanos ellos pueden que tengan más recopilado más cosas que yo. No, porque ellos eran más grandes que yo, sí.
AS: Sus padres se comunicaban por…
EM: Solamente por como carta.
AS: ¿Carta?
EM: Que llegaba una carta y llegaba yo me imagino, como cada mes al pueblo más cercas del ranchito y allí tenían que ir como en caballo a llevar la correspondencia para que no había de… Y en ese tiempo había mucha gente que se venía para acá. Yo me imagino que había varias cartas que tenían que entregar y las, como que juntaban un, yo me imagino el fin de semana todo para ir a entregar todo eso y en una tienda se ponían a entregar todas esas cartas, en la tiendita del ranchito. Sí, allí entregaban el correo a caballo.
AS: Y ¿cómo era pues cuando llegaba la carta al rancho? ¿Cómo era?
EM: Oh, o sea que sí, había unas personas ahí y le decían: “Ve dile a”… Mi mamá se llamaba Jerónima. “Ve y dile a Jerónima que tiene carta”. Y ya iba una persona a avisar y ya mandaba mi mamá a mis hermanos los más grandes y ellos recogían la carta y ya se la llevaban a mi mamá.
AS: Y, ¿todos en la casa muy felices?
EM: Sí, claro porque nos escribía mi papá y algo que nos dijera nos gustaba. Sí, nos hacía bonito. Cuando iba ya de Texas lo que nos llevaba era nueces, nueces y una vez nos llevó un radio. Sí, un radio. Que estábamos felices porque en el rancho, en ese ranchito éramos poquitos, no había música porque en muchos años atrás no se usaba y mi papá llevó un radio. Y las amistades o familiares… Porque el rancho era se componía de pura familia de nosotros. Se juntaban a oír el radio. No, sí, era curioso eso. Y me acuerdo también que llevó un termo muy grande que él le ponía leche cuando ordeñaba, le ponía leche y decía: “Esto se guarda porque es caliente”. (risas) Sí, era él… Cosita, pos no podía llevar nada. Yo me imagino que nada pero él acarreaba con sus nueces pa sus hijos, sí.
AS: Entonces no sé si tiene otros recuerdos de algo.
EM: Recuerdos de mi papá no. Pues, ¿qué te puedo contar de más de él?
AS: ¿Él por no pasaba la Navidad o Semana Santa con ustedes?
EM: No.
AS: O, ¿casi todos nunca estaba?
EM: No, no había eso. Navidades para nosotros no, no había. Yo en navidades tuve ya cuando me casé. Fue cuando ya empecé a notar las navidades. Antes no tuve yo navidades. Yo pienso que hasta me quedé con ganas de una muñeca porque yo veo muñecas y las… yo compro muñecas a mi edad. Ya tengo cincuenta y tantos años y yo compro mi muñeca, (risas) sí. Bueno, es que en estos tiempos no había tiendas como me imagino para comprar eso. Y pues mi papá era una persona que él como que veía el futuro. No veía nomás aquí, él veía más adelante y siempre quería guardar para tener más adelante. Porque cuando él llegaba y que nos veía contentos y a mi mamá también, él siempre nos decía: “Ya no me voy a ir, ya no voy a ir”. Y como a los seis meses despertábamos y él tenía la costumbre de si tenía su vaquita, llevarnos leche a la cama y despertábamos y ya no, ya no veíamos el jarrito de leche y empezábamos: “Mi papá ya se fue”. Y ya nos levantábamos: “Y, ¿mi papá? Y, ¿mi papá?”. Y decía mi mamá: “Oh, fue a un mandado”. Y pero ya la veíamos llorar. Cuando le preguntábamos sabíamos que él ya se había ido, que ya no estaba con nosotros y que teníamos que durar otro mucho tiempo sin él. Así pasaba la vida. Sí, fue una vida muy restringida porque pues no lo teníamos ahí con nosotros. Fue difícil, sí. Pero no, pues Dios lo ayudaba porque le concedía tener lo que él podía hasta donde él alcanzaba, ¿verdad?
AS: Y cuando él regresaba a la casa por como esos seis meses, ¿él trabajaba en el pueblo o en el rancho para agarrar más plata?
EM: Sí, allí en el ranchito empezaba él a sembrar maíz. Eso hacía él con sus hijos. Ponía a sus hijos y él y se ponían. Yo pienso que cuando él mandaba algo de dinero a mi mamá le decía que comprara algo como el eso para abrir los surcos del arado y todas esas sus cositas que él ocupaba para llegar a sembrar. Porque llegaba él en tiempos de sembrar y sembraba con ya sus hijos y mi mamá le llevaba de comer. Veíamos que su canasta de comida para ellos. Sí, sí trabajaba él cuando estaba, se iba por tiempo para allá, sí. Cuando mis hermanos ya empezaron a crecer, empezaron a ayudarle y fue cuando se empezó a ver también más tranquila la casa. Ya no nos faltaba comida, ya todos juntos. Sí, todos. Le hacía falta que le ayudaran también porque él solito no podía. Fíjate qué cosas, ¿vedá?, pasa uno. Mis hermanos los más grandes, yo pienso que ellos sufrieron más la ausencia de él. Yo estaba más chica y poco me acuerdo pero ellos ya que estaban más grandes pienso que sí, era junto con mi mamá.
AS: Entonces creo que…
EM: Es todo, ¿verdad?
AS: Sí.
EM: Bueno, está bien.
AS: Si usted no tiene nada más.
EM: No, no tengo nada más qué decir, ¿eh?
AS: Muy bien entonces.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 25 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Adriana Sandoval
This is an interview with Elsa Murillo Rodríguez on May 25th 200[6] in California. The interviewer is Adriana Sandoval and this interview is part of the Bracero Oral History Project in Perris.
AS: ¿Dónde y cuándo nació usted?
EM: Yo nací el 10 de septiembre del [19]54.
AS: Hábleme de su familia y su niñez.
EM: Pues mi niñez fue pues triste porque la mayor parte de mi niñez mi papá no estuvo con nosotros por estar trabajando también para nosotros aquí en los Estados Unidos. Se vino contratado y nos hacía falta mucho en la casa a mi mamá, a mis hermanos. Fuimos seis hermanos. Y este, duraba su tiempo por acá y no[s] la pasábamos solos allá [en] el rancho.
AS: Y, ¿cada cuánto usted veía a su padre?
EM: Pues a mi papá lo veíamos cada dos años, sí.
AS: Y, ¿cómo, qué era su relación con su padre mientras?
EM: Pues cuando lo veíamos cuando él se regresaba de aquí pues un poquito cohibidos todos porque no sabíamos cómo reaccionar con él por, lo veíamos diferente. Pero con el tiempecito que ya se la pasaba con nosotros agarrábamos más confiancita con él. No[s] la llevábamos bien. Nos trataba bien él.
AS: Y cuando él los visitaba, ¿por cuánto tiempo se quedaba?
EM: Oh, él se quedaba… No sé si seis meses, no recuerdo muy bien porque era muy chica yo pero como seis meses, platicaba mi mamá. Se quedaba con ellos, con nosotros.
AS: ¿Cuántos años tenía usted cuando primero vio a su papá que se pueda acordar de él?
EM: Tendría como, no recuerdo muy bien, pero tengo más noción de los cinco años. A los cinco años ya me acuerdo más de él. Él montaba a caballo.
AS: ¿Cuántos años tenía usted cuando él regresó, se regresó para la casa?
EM: Ya cuando estuvo más tiempo, que lo tuvimos más tiempo yo ya tenía cinco años.
AS: Y después de que él terminó el Programa Bracero, ¿él se quedó en la casa o se regresó a los Estados Unidos?
EM: Se quedó en la casa por un tiempo y volvió a regresar para acá. No sé cuánto tiempo pero fue mucho tiempo porque en ese tiempo mi mamá estuvo embarazada de la última niña y él estaba ahí cuando nació ella. Y cuando nosotros nacimos él no estuvo, cuando yo nací no estuvo y otro que nació también no estuvo él. Pero ya de la más chica, la última se puede decir, sí estuvo él.
AS: Y, ¿usted sabe cuánto tiempo duró desde cuando usted nació y cuando él la vio por la primera vez?
EM: Yo creo que cuando él empezó a venir para acá yo no nacía. Pero cuando ya dejó de venir, él dejó de venir yo creo como en el sesenta y algo. Ya no vino él. Él se quedó con mis hermanos porque ya empezaron ellos a hacer agricultura allá en el rancho y a trabajar los tres porque mis hermanos ya eran más grandecitos, ya le podían ayudar a trabajar. Sí, pero se pasa uno unos tiempos muy tristes porque muchas veces hasta sin dinero se puede decir y en un rancho no era fácil conseguir porque no había trabajos, no había nada. Y cuando él se tardaba de mandar, yo pienso dinero, pues mi mamá se la veía muy, muy apurada, sí.
AS: Y, ¿qué hacía su mamá mientras su papá estaba trabajando?
EM: Mi mamá no hacía solamente más que cuidarnos, a criar gallinas, puercos, ahí no sé, una vaca o dos que tenían. Eso hacían.
AS: Y su relación con su papá después de que él regresó, ¿cómo era?
EM: Ya era mejor como ya fue pasando el tiempo y lo fuimos viendo, tratando más, ya era mejor. Yo más grandecita ya lo veíamos y eran bien. Fue muy duro. Como al principio era muy duro pero nos fue conociendo, yo creo también y se hizo a la idea que estábamos no tan mal. (risas)
AS: Y para usted fue…
EM: Para mí era triste porque veía a mi mamá llorar mucho y pues pasan cosas a veces. (llorando) Ay, disculpe.
AS: No, no. Sí, claro.
EM: Pero cuando él llegaba todo cambiaba.
AS: Y mientras él no estaba, ¿como qué cosas tuvieron que pasar?
EM: Pues problemas de que a mi hermano más grande lo mataron y mi papá creo tuvo que regresar rápido. Mi mamá muy sola, triste y sin dinero para poderle hacer su entierro, ¿verdad? Ah, pues muchas cosas. A veces no teníamos para comer cuando él andaba por acá no había y los abuelitos eran los que se preocupaban mucho por nosotros y ellos eran los que, más que nada se encargaban de tenernos ahí algo para comer. Pasan cosas difíciles. Mi mamá no sé, siempre lloraba, la veíamos triste. Pues yo pienso que para ella fue muy duro que él estuviera por mucho tiempo por acá. Pero cuando ya regresó todo, todo cambiaba, era diferente. Pero sí tiene uno sus épocas muy tristes, muy difícil y tiene uno que salir adelante y a él le dolía mucho eso. Ver sufrir a mi mamá, pero a veces no podía remediar las cosas. Él se tenía que regresar porque allá no había trabajo de nada. Tenía que regresar a buscar otra vez para sus hijos. Sí fue difícil. Es de lo que me acuerdo, estaba muy chica yo pero a los siete años él murió, cuando tenía yo siete años.
AS: Su papá…
EM: Mi papá.
AS: ¿Murió? Y, ¿entonces?
EM: Nos quedamos chicos todos sin. Los más grandes… el más grande pasó eso y ya se quedaron dos hermanos, fuimos seis y andamos así. Ahorita vivimos cinco, cuatro perdón, cuatro. Y andamos unos por aquí y otros por allá todos regados. Sí, ya le digo. Es difícil pero hay que aguantar, ¿verdad? Él tuvo que venirse también yo pienso a sufrir mucho. Pobrecito porque cuando llegaba yo creo que se sentía bien contento él y le echaba muchas ganas a trabajar en el rancho para ya no venir para acá para quedarse con nosotros. Lo veíamos trabajar mucho y decía, él nos decía: “Ya no los voy a dejar. Ya no voy a ir”. Siempre nos decía eso. “Yo también sufro mucho allá, no los tengo”. Sí. Y eso pasaba, sí.
AS: Y usted mencionó que sus abuelos, ¿los ayudaban?
EM: Sí. Los abuelos nos ayudaban porque mi abuelo el papá de mi mamá. Porque mi papá ya no tenía sus papás pero mis abuelitos siempre estaban ahí. De vez en cuando, cuando mi mamá ocupaba y era muy difícil porque mi mamá era una mujer muy callada, aunque ella sufría no, nunca decía. Ella sufría sola y lo que ella menos quería que se dieran cuenta sus papás lo que estaba pasando. Pero mi abuelita era muy lista y ella iba y nos veía. Yo me imagino que la cocina sola sin nada y ella se preocupaba por nosotros. Mi abuelito también fue muy bueno, mis tíos fueron… Tuvimos muchos tíos también que andaban por acá y también ellos nos ayudaban. Sí, casi la mayoría de mi familia anduvo por acá. Y ahora nosotros también ya andamos por acá, sin pensar que fuéramos a venir, aquí andamos ahora. Pues esa es mi historia. Que sufre uno estar solo sin ellos. Es la realidad.
AS: Y entonces su relación con sus abuelos, con su abuelo por ejemplo, ¿él era como siempre estaba ahí?
EM: Sí, como haga de cuenta si él fuera mi papá.
AS: ¿Sí?
EM: Claro, no podíamos hacer a un lado a mi papá. Cuando él llegaba era lo máximo para nosotros pero mientras, era mi abuelo. Mi abuelo fue una persona muy fiel con nosotros. Se quieren mucho los abuelitos. Mucho, sí.
AS: Y después de que su papá falleció, ¿cómo llegó usted a vivir aquí?
EM: Pasaron munchos años después de que yo me vine para acá. Me vine sin papeles de nada y este, me quedé aquí con mi hermana. Ella es ciudadana de muchos años y yo desesperada porque pues [es]tá mal que lo diga no me gusta hablar mucho de esto pero tuve un esposo muy, muy abusivo, muy malo. Tuve que dejarlo, me pegaba mucho. Lo tuve que dejar y venirme para acá para mantener a mis hijos, tuve cuatro. Y fue por eso que quise venirme porque México para mí era difícil mantener a mis cuatro hijos y darles escuela. Porque allá todo cuesta. Entonces por eso decidí venirme. Los dejé solitos para venirme yo y ya aquí me quedé. Y ahora ya mis hijos de aquí se han casado con personas… una está casada con uno de Guatemala y mi hijo está casado con una americana y mi otro hijo también. Y mi hija, la otra, está casada con uno de Michoacán, sí y aquí están. Y yo pos estoy con este señor. Sí. No, no es muy bien porque tú sabes, todos batallamos, sufrimos aquí. Yo cuando me vine se me hacía imposible que yo venir hasta por acá y dejar a mis hijos chiquitos. Siempre lloraba y lloraba por ellos. Entonces mi hermana me dice un día: “¿Por qué no te los traes?”. “No puedo, no puedo”. Porque yo ganaba muy poquito aquí. Me ganaba como $70 dólares a la semana, me pagaban. No me alcanzaba mucho y eso lo guardaba para mandárselo a mis hijos. Pude sacar gracias a Dios a una de mis hijas. Ella estudió Agente Aduanal en México y nomás que ya me la traje para acá la otra. Uno es contador de mis hijos y el otro fue chofer de autobuses que le gustaba tanto. Y mi otra hija fue secretaria. Pero aquí ya no trabajaron nada de eso. Ya no ejercieron su carrera por los esposos que tienen son buenos porque no las dejan trabajar. Ora a ellas les toca tener muchos hijos. Pos digo que ya no, no es bueno tener tanto hijo. No, ya no. Fíjese, es mi historia.
AS: Una última pregunta.¿Dónde en México vivían?
EM: En Zacatecas.
AS: ¿Zacatecas?
EM: Zacatecas. Sí, en Zacatecas fue mi pueblo. Allá nacieron mis papás y ahí nos criamos y solitos porque enseguida que falleció mi papá, como que mi mamá ella también ya no quiso vivir y se dejó como morir y se murió ella enseguida, como dos años pasaron. Nos quedamos chiquitas porque mi hermana la más chica tenía seis años cuando ella murió. Yo tenía como diez, algo así. Y nos quedamos solos sin ellos muy chiquitos los cuatro que quedamos y no, fue muy difícil nuestra niñez porque los tíos no nos querían. Nos quitaron la casa que habían dejado mis papás, nos aventaron a la calle y andábamos rodando por ahí. Una hermana de mi mamá que vivía en Guadalajara nos recogió y nos tuvo en su casa. Ella tenía diez hijos y nosotros éramos cuatro, muy pesado para ella pero ella fue la única que nos sacó adelante. Hace un año también se me murió ella, que yo, pues era mi mamá, le decía yo mamá. Era mi tía pero fue muy buena con nosotros. Y ella nos tuvo que sacar adelante. Sí, una vida muy, muy difícil porque cuando ya nos faltaron nuestros papás ya nadien, nadien te da la mano, todos te huyen como si tuvieras alguna enfermedad que les puedes contagiar. Uno solo sin sus padres no es nada. Sí, pero yo quise mucho a mi papá, a mi mamá mucho, sí. Tenemos bonitos recuerdos de él muy bueno, muy bueno mi papá. Sí. Y no se me olvida nunca y siempre le rezo, siempre pido por ellos, por los dos. Mi hermano también. Este, ¡ay no! Son historias feas que pasa uno. Si uno pudiera decir cada momento de lo que está pasando, de lo que sufre uno, tu niñez, todo. Yo no tuve escuela mucha también porque ya cuando tenía doce años yo me puse a trabajar pa ayudarle a mis tíos para sacar adelante a mis hermanitos también. Muy chica trabajé y iba a empezar la escuela y mejor quise trabajar para ayudar allí porque todos estábamos muy pobrecitos. Sí, te digo.
AS: Y, ¿usted se recuerda de algunas historias que su papá hablaba de cuando trabajaba?
EM: Sí, sí, que en primer lugar dice él que él extrañaba tortillas y el hablar con alguien porque entonces no hablaba en inglés, ¿verdad? Puro inglés hablaban aquí y las tortillas no había. Para él era muy difícil todo eso. Los trabajaban mucho, mucho que los trabajaban. A él le tocó mucho trabajar creo que en la manzana y la naranja. Dice que subían unas cajas, no sé qué por escaleras y dice: “Muy difícil, mucho trabajo ese”. Sufría él porque la comida no era buena y de todos modos pos tenía que comer algo. Pero sí le sufría y aún así se venía él a buscar acá. Sí recuerdo que él le contaba a mi mamá, pues nosotros estábamos chicos pero él le contaba a ella. Yo de cinco años tengo recuerdos de él y a veces cuando se ponía a platicar con las personas y los oye uno pero muchas veces en los ranchos se acostumbra de que los niños no están allí en las pláticas de los mayores. Siempre estábamos allá. Pues no tengo muchas cosas de que, de eso porque era muy chica yo. Pero poquitas. (risas) Sí.
AS: Y ¿usted se acuerda de cada cuánto él mandaba el dinero?
EM: La verdad no me acuerdo, de eso no me acuerdo. Pero yo pienso que sí mandaba no muy seguido pero pienso que sí mandaba. Si no, no hubiera… Mi mamá empezó a comprar que vaquitas, que esto porque él de era su ilusión tener vacas, caballos y se hizo bonito su ranchito pero luego pos pasó eso, se enfermó él y fue cuando ya se fue acabando todo. Y yo pienso que los tíos fueron los que acabaron con todo lo de él porque nosotros no nos dejaron ni las tierras. Y ya te digo, es todo lo que tengo que decirte.
AS: ¿Sí? Tenía una pregunta pero se me fue.
EM: Se te fue.
AS: Sí.
EM: Pues si te sirve de algo eso que te he platicado.
AS: Sí, no, muchísimo. Nos faltan las historias de los hijos y entonces todo lo que se pueda acordar nos ayuda y ver qué difícil fue para la familia.
EM: Sí, eso sí. Es difícil. Mis hermanos ellos pueden que tengan más recopilado más cosas que yo. No, porque ellos eran más grandes que yo, sí.
AS: Sus padres se comunicaban por…
EM: Solamente por como carta.
AS: ¿Carta?
EM: Que llegaba una carta y llegaba yo me imagino, como cada mes al pueblo más cercas del ranchito y allí tenían que ir como en caballo a llevar la correspondencia para que no había de… Y en ese tiempo había mucha gente que se venía para acá. Yo me imagino que había varias cartas que tenían que entregar y las, como que juntaban un, yo me imagino el fin de semana todo para ir a entregar todo eso y en una tienda se ponían a entregar todas esas cartas, en la tiendita del ranchito. Sí, allí entregaban el correo a caballo.
AS: Y ¿cómo era pues cuando llegaba la carta al rancho? ¿Cómo era?
EM: Oh, o sea que sí, había unas personas ahí y le decían: “Ve dile a”… Mi mamá se llamaba Jerónima. “Ve y dile a Jerónima que tiene carta”. Y ya iba una persona a avisar y ya mandaba mi mamá a mis hermanos los más grandes y ellos recogían la carta y ya se la llevaban a mi mamá.
AS: Y, ¿todos en la casa muy felices?
EM: Sí, claro porque nos escribía mi papá y algo que nos dijera nos gustaba. Sí, nos hacía bonito. Cuando iba ya de Texas lo que nos llevaba era nueces, nueces y una vez nos llevó un radio. Sí, un radio. Que estábamos felices porque en el rancho, en ese ranchito éramos poquitos, no había música porque en muchos años atrás no se usaba y mi papá llevó un radio. Y las amistades o familiares… Porque el rancho era se componía de pura familia de nosotros. Se juntaban a oír el radio. No, sí, era curioso eso. Y me acuerdo también que llevó un termo muy grande que él le ponía leche cuando ordeñaba, le ponía leche y decía: “Esto se guarda porque es caliente”. (risas) Sí, era él… Cosita, pos no podía llevar nada. Yo me imagino que nada pero él acarreaba con sus nueces pa sus hijos, sí.
AS: Entonces no sé si tiene otros recuerdos de algo.
EM: Recuerdos de mi papá no. Pues, ¿qué te puedo contar de más de él?
AS: ¿Él por no pasaba la Navidad o Semana Santa con ustedes?
EM: No.
AS: O, ¿casi todos nunca estaba?
EM: No, no había eso. Navidades para nosotros no, no había. Yo en navidades tuve ya cuando me casé. Fue cuando ya empecé a notar las navidades. Antes no tuve yo navidades. Yo pienso que hasta me quedé con ganas de una muñeca porque yo veo muñecas y las… yo compro muñecas a mi edad. Ya tengo cincuenta y tantos años y yo compro mi muñeca, (risas) sí. Bueno, es que en estos tiempos no había tiendas como me imagino para comprar eso. Y pues mi papá era una persona que él como que veía el futuro. No veía nomás aquí, él veía más adelante y siempre quería guardar para tener más adelante. Porque cuando él llegaba y que nos veía contentos y a mi mamá también, él siempre nos decía: “Ya no me voy a ir, ya no voy a ir”. Y como a los seis meses despertábamos y él tenía la costumbre de si tenía su vaquita, llevarnos leche a la cama y despertábamos y ya no, ya no veíamos el jarrito de leche y empezábamos: “Mi papá ya se fue”. Y ya nos levantábamos: “Y, ¿mi papá? Y, ¿mi papá?”. Y decía mi mamá: “Oh, fue a un mandado”. Y pero ya la veíamos llorar. Cuando le preguntábamos sabíamos que él ya se había ido, que ya no estaba con nosotros y que teníamos que durar otro mucho tiempo sin él. Así pasaba la vida. Sí, fue una vida muy restringida porque pues no lo teníamos ahí con nosotros. Fue difícil, sí. Pero no, pues Dios lo ayudaba porque le concedía tener lo que él podía hasta donde él alcanzaba, ¿verdad?
AS: Y cuando él regresaba a la casa por como esos seis meses, ¿él trabajaba en el pueblo o en el rancho para agarrar más plata?
EM: Sí, allí en el ranchito empezaba él a sembrar maíz. Eso hacía él con sus hijos. Ponía a sus hijos y él y se ponían. Yo pienso que cuando él mandaba algo de dinero a mi mamá le decía que comprara algo como el eso para abrir los surcos del arado y todas esas sus cositas que él ocupaba para llegar a sembrar. Porque llegaba él en tiempos de sembrar y sembraba con ya sus hijos y mi mamá le llevaba de comer. Veíamos que su canasta de comida para ellos. Sí, sí trabajaba él cuando estaba, se iba por tiempo para allá, sí. Cuando mis hermanos ya empezaron a crecer, empezaron a ayudarle y fue cuando se empezó a ver también más tranquila la casa. Ya no nos faltaba comida, ya todos juntos. Sí, todos. Le hacía falta que le ayudaran también porque él solito no podía. Fíjate qué cosas, ¿vedá?, pasa uno. Mis hermanos los más grandes, yo pienso que ellos sufrieron más la ausencia de él. Yo estaba más chica y poco me acuerdo pero ellos ya que estaban más grandes pienso que sí, era junto con mi mamá.
AS: Entonces creo que…
EM: Es todo, ¿verdad?
AS: Sí.
EM: Bueno, está bien.
AS: Si usted no tiene nada más.
EM: No, no tengo nada más qué decir, ¿eh?
AS: Muy bien entonces.
Fin de la entrevista
Interviewer
Sandoval, Adriana
Interviewee
Murillo Rodríguez, Elsa
Location
Perris, CA
File Name Identifier
Murillo_Rodriguez_PERR012
Citation
Sandoval, Adriana and Murillo Rodríguez, Elsa, “Elsa Murillo Rodríguez,” Bracero History Archive, accessed November 26, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/406.