Andrés Héctor Quezada Lara

Title

Andrés Héctor Quezada Lara

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: Andrés Héctor Quezada Lara was born in Chihuahua, Chihuahua, México, in 1925; because of his outstanding scholastic abilities, he received a scholarship for secundaria, which is equivalent to middle school in the United States, in Durango; in 1945, he learned of the bracero program; it was then that he decided to quit school and go to the United States to work; he worked in South Dakota, Illinois, Montana, Missouri, Minnesota, and Kansas.


Summary of Interview: Mr. Quezada quit school in order to go to the United States and work as a bracero; he was hired in Chihuahua, Chihuahua, México, but was sent to Querétaro, Querétaro to sign the job contract; his first contract took him to work in the Chicago Milwaukee Pacific Union railroads; after working there, he was sent to Kansas to work in the fields; while there, he organized a meeting to ask for better salary for the braceros; their pay was increased from 50¢ to 90¢ per hour; he was then sent to work in Missouri, where he had an accident while working in the cornfields; after the accident, he was moved to the food processing factory; he recalls that while in Montana, it snowed for eight days, and they did not get paid during that time.

Creator

Parra-Mantilla, Myrna
Quezada Lara, Andrés Héctor

Date

2003-06-16

Subject

Bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Andrés Héctor Quezada Lara

creator (Spanish)

Quezada Lara, Andrés Héctor

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Digital, WAV, MP3

Duration

1:05:00

Bit Rate/Frequency

24k/96bit

Transcription

Nombre del entrevistado: Andrés Héctor Quezada Lara
Fecha de la entrevista: 16 de junio de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla

El día de hoy es 16 de junio de 2003 en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, entrevistando al señor Andrés Héctor Quezada Lara, para el Departamento de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla.

MP: Buenas tardes, señor Quezada.

AQ: Buenas tardes.

MP: Gracias por aceptar la entrevista, y para empezar quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació?

AQ: El día 19 de agosto de 1925. Y nací en Chihuahua, Chihuahua.

MP: Cuénteme algo acerca de su niñez, sus papás, sus hermanos, ¿qué hacía usted de niño?

AQ: Nosotros fuimos, mi papá fue agricultor. Mi niñez pos la pasé en el rancho, ¿no? Y, de ahí mismo fui a la escuela, pero sin terminar la primaria porque nomás había de primero a tercero aprobado cuarto, se acabó. Después de como seis años o siete, nos cambiamos al pueblo de Aldama, que ahora es ciudad. Ahí había primaria y me pusieron a mí y a tres hermanos, dos hermanas junto en, entrar al mismo a tercer año, para terminar. Sobre las calificaciones que me… Cuando salí de sexto año, por las calificaciones que saqué, me hice acreedor a una beca de estudios en Lerdo, Durango, para ir a sacar la secundaria en Lerdo, Durango. Nomás que duré nomás un año, porque me vino una enfermedad. Nomás llegaba allá y tenía que tener los pies completamente rígidos. Nomás los doblaba y saltaba y aventaba todo y no podía caminar. Tenía que, la salida de la escuela tenía un, una entrada con escalones y yo los bajaba casi a sentadera pa poder ir al aula de la clase. Ya después se vino la cosa de… Al siguiente año de haberme inscrito, se vino la cosa, la contratación de los braceros aquí en Chihuahua, ya en el sur ya estaba y una vez que me vine aquí a vacaciones, mi papá me dio centavos para que fuera a la escuela porque mandaron, vine a vacaciones semestrales. Me dio centavos para que me fuera, y no. Y estaban los braceros aquí y me vine y me inscribí de bracero, y me fui, en lugar de irme a la escuela. Y aquí me contraté en Chihuahua, pero fuimos a firmar el contrato hasta Querétaro, la segunda quincena de abril de 1945. También en eso, salimos de allá en la, también en la… No recuerdo exactamente que día, como el 20, 20 y tantos de abril del [19]45, y montamos el ferrocarril y [nos] llevaron hasta Evenly, Evertly, Everyn [Aberdeen] o con doble ene, no me acuerdo como está, Sur Dakota. Y ahí, ahí vaciaron el tren. Iba yo, iba, llevaba muchos vagones. Iba, iban trabajadores de toda la república, de Jalisco, Zacatecas de, de este…

MP: De Durango.

AQ: De Durango, de, ¿cómo se llama?, Veracruz. Bueno casi, de Oaxaca, de todas, de la mayor parte fueron. Y ya nos bajaron, nos bajaron en Aberdeen, Sur Dakota. Y ahí nos contrató, ahí supimos que era la compañía que nos había contratado, la Milwaukee, Chicago, El Pacífico.

MP: Pacífico.

AQ: Y ahí duramos… De ahí, pasamos a otro pueblo que se llama James, del mismo estado y luego ya enseguida pasamos al estado de Minnesota, al estado de Minnesota. Y ahí en el estado de Minnesota, [es]tuvimos pos como [en] unos cuatro, cinco pueblitos, entre ellos de los que me acuerdo yo, era Montevideo, Watson y Bolivia. En Bolivia nos dijeron que ya se había cumplido el contrato. Nos llevaron hasta Chicago. Y en Chicago, según el récord de trabajo que tenía cada quien, el más efectivo pues, entonces ahí mismo lo contrataba. Ahí lo hacían firmar otro contrato por seis meses, entonces yo me quedé. Como tenía nomás una tarde que había faltado por un dolor de cabeza muy fuerte que traía. Y en todos los seis meses, entonces me hice acreedor a ser seleccionado a que doblara contrato. Y doblé contrato, ahí en Chicago. Pero entonces ya no salimos a las vías, al traque, ¿no? Sino, nos dejaron en un pueblo que se llama Bensenville. No pueblo, viene siendo como un barrio de Chicago. Bensenville, ahí estaba la casa redonda de la compañía, Chicago Milwaukee Pacífico. Que era, que fue la que me contrató. Y ahí duramos otros seis meses, y ya nos despacharon. A mí el este, tenía el Social Security y la carta, pero como volví a ir, la dejé en la casa de mi mamá. Y yo me retiré de treinta y ocho años ya aquí dentro… Bueno, después volví a ir a Estados Unidos. Vine de allá, pero ya me tocó en la agricultura. En las mismas condiciones, nos subían al tren y nos bajaron hasta, fuimos hasta un pueblo que se llama Dodge City, Kansas. De Kansas nos pasaron a otro pueblo que se llama Scott City. Y de Scott City, el ranchero ahí nos pagaba muy poco. Con el primer pago, ¿no? Que le digo que fueron los $0.26 en ocho días de trabajo, y aventé yo el, el cheque en la cara y me fui. Y entre cinco de Chihuahua, fuimos al Consulado y nos quejamos del fraude, del robo que nos estaban haciendo. Que nosotros íbanos a trabajar, pero que nos pagaran lo que verdaderamente habíanos ganado. Y vino un americano del Departamento, lo mandó, porque lo ya… En el Consulado yo creo que él les dijo y mandaron un americano que viniera a ver en el bill, en el terreno, cuánto era lo que… Y salieron con que se había equivocado la máquina y que en lugar de, a mí de $0.26 me tocaron $480 dólares.

MP: ¿Cuatrocientos ochenta dólares por cuánto tiempo?, ¿por todo el tiempo que estuvo allá?

AQ: ¡No, no!, pos no, no, no, no, por ocho días. Ocho, ocho días trabajados, pero once horas diarias, ¿me entiende? Pero cuando estuve en Dodge City, entonces ahí ganábanos, ahí estaban pagando a $14, a $14 dólares el acre, por el desahije. Ahí te… Ahí empezamos en el betabel y luego nos pasaron a Scott City y luego a, ¿cómo dije ahorita?, Garden City.

MP: Garden City.
AQ: Nomás que en Garden City nos topamos con una descriminación muy, muy mal, ¿me entiende?

MP: ¿Por qué? A ver, platíqueme eso.

AQ: Bueno, nosotros llegamos ahí porque no quisimos seguirle con el ranchero que no, que, que le digo que nos quería tildar con este…

MP: Con los $0.26.

AQ: Pero yo les arreglé a los que se quedaron ahí que eran de Zacatecas y Oaxaca creo, los otros y cinco de Chihuahua. No quisimos, no le dijimos al, a la gente que llegó, porque nomás llegó y dijo: “¡Ah, ustedes mucho huelguistas!”. “No”, le dije, “no somos huelguistas, lo que pasa es que no nos pagan. ¡Véngase!, vamos a ver el bill”, le dije, “son once, ocho días que tengo trabajando y yo sacaba dos surcos diarios”, le dije. “Y allá en el otro rancho, el acre lo sacaba antes de, como en ocho horas. Ocho horas y acá trabajaba once”, por eso digo. Bueno y luego salió con eso que eran $480, ¡algo así! Ya no me acuerdo exacto, $480, $490 pesos por, dólares fue lo que me dio. Entonces a mí me dijo que me quedara, que me la daba de…

MP: De mayordomo.

AQ: ¡Sí!, así mandar la gente. “¡No!”, le dije, ya le, que da por comer huevos aunque le quemen el hocico”, le dije, “y yo no me quedo aquí”. ¿No? Y nos vamos y luego, ese que llegó, dijo: “¿Qué?”. “No”, le dije, “yo no me quedo”. Entonces les arreglé yo a que les pagaran a $0.90 la hora.

MP: Era muy barato, ¿verdad?

AQ: Sí, sí era barato. Y luego entonces le dije: “Porque si no, van a seguir por destajo y va todo cada vez, cada día de pago este señor les va a hacer la misma”. Y así le dije: “Apuntan la hora que llegan y le pueden reclamar si, sí o no, van y reclaman al Consulado”. Bueno pues, luego de ahí nos pasaron, ¡ah!, fuimos en Garden City, como le digo, había una discriminación muy grande, y llegamos a una, una botica y vendían sodas y llegué yo y le dije que me vendiera cinco sodas, porque éranos cinco. Dijo que no, que los mexicanos no, le dije: “¿Cuál es el problema, no?” No, que no pos no, no le vendían nada a los mexicanos. Entonces, yo agarré, me metí, y agarré cinco sodas, las abrí y le di una soda a cada uno. Y agarré un dólar, porque costaban $0.05 las sodas y le dije: “Y ahí están las sodas”. Pero nos tomamos las sodas ahí y nos fuimos y le dejé el dólar. Le dije que lo dejara para que se echara él otras más. (risas) Ya de ahí nos fuimos, porque todavía nos iban a mandar a Montgomery, Minnesota de ahí. Y estábanos esperando que pasara el tren. Íbanos a dormir ahí esa noche. Y había un señor que, estaba un árbol muy bonito y era de un americano que estaba vendiendo sandías y llegamos otra vez ahí y luego le dijimos que nos vendiera una sandía, dijo que no, que los mexicanos no, no les vendía sandía. Le dije yo: “Pos”, pos le dije, “pos no venderá”, le dije, “pos yo sí, yo voy a comer sandía, pos me vale”. Pos…sandía, ¿no?

MP: Claro.

AQ: Entonces le dije que si me daba chanza de ver las sandías porque estaban muy bonitas y que esto, cuando estaba haciéndole así, le hice como que se me resbaló la sandía y le dije: “I’m sorry”. “¡No, no!”, me dijo. “La pagas”. “¡No!”, le dije, “me vendes otra y si no, no te pago nada”. ¿No?

MP: ¡Claro!

AQ: Y me las vendió, y nos fuimos a comer sandía. (risas) Pero así de… No pos es que había mucha…
MP: ¿En qué año fue eso?

AQ: En [19]45.

MP: ¿En [19]45?

AQ: Yo estuve allá del [19]45 al [19]47, entre la compañía del ferrocarril y cuando estuve allá en este… De ahí nos llevaron a un pueblo que se llama Iowa, Shenandoah, Iowa. Y estuve en San Luis, Misuri, en el corte del, de sacar la espiga al maíz y el elote. En Montgomery, Minnesota entré a una fábrica porque una de las banderillas del maíz las andábamos sacando y estaba quebrada y cuando le hice el jalón me picó el ojo y ya no pude trabajar. Entonces me llevaron a cobrar más liviano el trabajo en la esta… Nomás que pos yo trabajaba ocho horas en el bill acá en la tierra, ¿no? Y allá, allá tenía que trabajar en la fábrica doce horas pa completar lo que ganaba yo, porque acá…

MP: Y, ¿cuánto le pagaban aquí en el maíz?, los campos del maíz.

AQ: ¡Híjole!, exacto no, no me acuerdo.

MP: Sería como unos, ¿qué?, $0.50 la hora, ¿o algo así?

AQ: No, más. No, es que ganaba uno más eran de perdido, de $12 a $14 dólares diarios, ¿me entiende? pero era que trabajaba uno en, no había des[canso] digo, era muy pesado porque si iba uno, iba cortando usted los elotes y llevaba dos surcos y los echaba, y el camión iba jalando y el otro, otros dos y el otro, otros dos y así. Eran cuatro de aquel lado, cuatro surcos de este lado y llenaba la troca y salía. Y se iba a la fábrica y ahí los pelonaban y luego luego los cocían. Y ya cuando me accidenté, entonces pasé a la fábrica, para enrolo…los primero le ponían a uno los botes enlatados, pero en frío, chiquitos. De como de a, ¿qué serían? Serían dos libras si acaso, los de esos chiquillos así. Y había botes grandes también, pero esos los metían, los tapaban pues, calientes, ya venían cocidos. Y luego de ahí, los ponían esos chiquitos que le digo, los ponían en, tienen una como mesa. Le daban a uno una vaqueta, un cinto que tenía abierto los lados y salía el chorro de botes así, los agarraba y los ponía en, en unas…

MP: En unas bandas o en…

AQ: No, no, no Eran unas como canastas de varilla, ¿me entiende? Y ahí los agarraban, esos estaban en frío. Estaban en… No estaban cocidos, los chiquitos. Esos los agarraban, se llenaba, y agarraban la canasta y la metían a una pila que tenían que estaba hirviendo la, el agua.

MP: El agua.

AQ: Y ahí lo cocían y luego según estaba llenándose y luego ya en puro, enseguida que ya se cocían entonces los…

MP: Ya lo sacaban.

AQ: Y ahí tenía uno un riel onde se ponían las canastas esas y los llenaban y luego venía un muchacho y las jalaba así, caían adentro y así. Y ahí duré hasta que se terminó el ciclo del maíz.

MP: ¿Cuántos meses serían? Bueno, porque los contratos eran más o menos por tres meses, ¿no?

AQ: Seis meses.

MP: ¿Seis meses?

AQ: Nosotros nos contrataban por seis meses. Los primeros, después eran no sé, no sé, yo ya no quise ir con ella. Tuve varias experiencias con esa Shenandoah, y también, digo, también los mexicanos cometían errores, ¿no?

MP: Claro.

AQ: Porque sí, una vez fueron y cuando estábanos en la vía, en James. Estaba una este, ¿cómo se llama?, una granja grande y fueron y se metieron y agarraron unos cóconos y los desplumaron todos. Y luego otra cosa que, (risas) que la granja era del comisario, policía. (risas)

MP: ¡Uy!, oiga, con eso ¡pobres!

AQ: Sí. Y luego entonces, ¡no!, pos tuvieron que pagar todo, ¿no?, tenían pichones, tenía… digo, sí hubo, pero no desmandes, desmanes…

MP: De portarse mal.

AQ: Pos sí, pos cuando se iban a tomar la esta, pos les buscaban y pos había pleito, ¿no? Pos digo, no entendían pero, ya cuando empezaban los, pos llegaba uno, no entendía uno nada en inglés.

MP: Y, ¿cómo le hacían para comunicarse con la gente?

AQ: Había un intérprete.

MP: Con los patrones, o, ¿algo?

AQ: Había un intérprete. Y luego ése era el que cuando traía uno cualquier problema, cualquier cosa que iba a pedir o que necesitaba. Entonces ya le decía al intérprete y él ya se comunicaba con el capataz o el time keeper que le nombran y en este, pos los tomadores de tiempo, todo eso. Bueno y luego de ahí de, acabándose la cosa del maíz, ya se acabó el elote, se acabó todo y de ahí nos mandaron al estado de Montana, a un pueblo que se llama Fairview, Montana y está Sisne [Sydney] Montana. Ahí estuvimos trabajando otra vez en el betabel. Pero ahí sí estaba…cayó la primer nevada. Tuvimos que estar parece que ocho días sin hacer nada porque, para que se derritiera la[s] nevadas.

MP: La nieve. Y en ese tiempo, ¿qué hicieron?, bueno, ¿les pagaron o no les pagaron?

AQ: ¡No, no! Pos los días que no trabajaba uno, no le pagaban. Entonces les llegaba la protesta. “Bueno”, le dije, “no es culpa mía. El venir aquí, si venimos a trabajar, pos pónganos onde…” ¡Pos no tenía!, pos si estaba todo nevado, ¿no?

MP: Claro.

AQ: Y luego entonces, nomás que el patrón, el ranchero, era… Ahí se portaba muy suave, ¿me entiende? Tenía una cría de marranos muy grandes y todos los cachorritos los agarraba y se los regalaba a uno para que lo hiciera, pos, ¿cómo le dicen?, ¿chaparrito? Marrano ese que…

MP: ¿Como lechones?

AQ: Lechones, lechoncitos. Y luego tenía vacas y nos regalaba leche. Nos, no, digo, pero había otros que, ¡ay hijo!

MP: O sea que mientras en ese tiempo que no ganaron dinero, pos él les proveía, ¿no?

AQ: Sí, nos regalaba leche, nos regalaba este y trabajaba uno. Sí, el ranchero se portaba bien con uno, pos sí, empezaban a, este uy, pos ya pasando de cinco días sin trabajar, pos también uno perdía, ¿verdá? Entonces ya empezaba y no, pero ya nomás terminaba, se vino la nevada esa y nos pasaron a otro rancho que era, que ya el…casi los últimos que quedaban porque ya se iba a venir el invierno. Y de ahí de Fairview, agarramos el ferrocarril, nos mandaron allá, fue como en el [19]47. Fue, yo me fui en el [19]45 y duré no, no sé desde el [19]47, más o menos. Fueron esos dos o tres años que duré yo allá, es todo, nomás.

MP: ¿Cuánto tiempo estuvo trabajando en el ferrocarril?

AQ: Un año.

MP: ¿Un año?

AQ: Sí.

MP: Y entonces, ahí en el ferrocarril, ustedes andaban trabajando más bien poniendo las vías, haciendo otros trabajos.

AQ: Bueno, cuando andábanos en los pueblos acá que le digo, antes de firmarles el segundo contrato, nos tocó las puras vías, andábanos, andaban metiendo, quitando las tallas y todo de la vía antigua, de la vieja, ¿no? Y luego íbanos nosotros metiendo tallas y metiendo el riel más ancho y más alto, más grueso, todo nuevo, otra vez.

MP: Y ahí por ejemplo, ¿tenían una base donde ustedes vivían?, o los iban moviendo dependiendo qué tantos kilómetros.

AQ: Nos iban pasando de, era un, unos carros de ferrocarril. De pasajeros, ¿me entiende? Y los convirtieron con literas, ¿no?

MP: Ah okay.

AQ: Pero éramos novecientos, ¿no? Entonces ponían una hilera de literas por un lado, y otra por otro. Pero eran dobles nomás lo que cabían. Uno arriba y otro abajo, pero eran… Sí, pos eran un montón de carros, era unos veinte, veintitantos carros de este…

MP: O sea que ahí mismo los iban moviendo.

AQ: Sí, nos agarraban y metían en ahí ese que meten en, en las… Hacen los cambios, lo metían a un cambio y lo…Y paraban ahí y luego de ahí le, lo conectaban con agua y escusado y todo, ¿no? Solamente donde no, pos no había servicio, pos tenía que ir al llano, ¿no?

MP: Me imagino que tenían el servicio de comida ahí, ¿verdad? O sea, había cocineros que les daban la comida.

AQ: Sí, la comida cuando no estaba mal estaba porque entonces estaba buena. (risas) ¡Sí!, pos oiga nos la daban, de por si que la congelan allá cantidad, ¿no? Y luego llega pa onde los braceros y luego que estaba, la agarraba y estaba mal, la esta. Entonces al time keeper o que le decían, o sea al tomador del tiempo, ¿verdad? Y Mister William, un señor grande que era el mayordomo, le dijimos que la ésta, que, que no estaba bien. Que a él sí le estaban dando y nos llevó con… ¡Lo aguantamos tres días! A los tres días le fuimos, sacamos, todos nos venimos con todos los platos, se los quebramos ahí en la puerta en donde estaba, onde ellos dormían, ¿no? ¡No! Pos estaba apestosa la carne. Pos, ¿quién se la iba a comer? Y luego pos lo trabajado, ¡bien trabajado! No, pos solamente así, haciendo esto porque si se deja pos se envenena también allá, está grueso.

MP: Claro, entonces ustedes pagaban, ¿verdad?

AQ: No.

MP: ¿No? Por recibir la comida, ¿no pagaban nada?

AQ: No, a nosotros nos pagaban un sueldo, no sé si estaría, nos rebajarían en el cheque que nos daba, o sería por la compañía, pero no me acuerdo qué…

MP: Y en el contrato no se acuerda si decía algo así de que les iban a rebajar la comida o por ejemplo el servicio médico.

AQ: No, a nosotros por ejemplo, como le digo que fuimos a firmar el contrato a Querétaro. Entonces ahí nos dijeron: “Se van a ir a los vagones, se alistan y subiendo al vagón”, dijo, “no pagan absolutamente nada. Todo va por la compañía”. Desde que entraron, toda la comida y todo. ¡Todo! Y hicimos casi cinco días desde Querétaro hasta allá hasta Sur Dakota.

MP: Hasta Dakota, pues mucho tiempo, ¿no?

AQ: No pos es que no podía ir, no podía, pos iba lleno de este, no pos… Tenía que estar librando los trenes de, de pasajeros que, que le dicen allá de jaguatas, ¿no?, ¡pos que esos sí corren! Este de los braceros pos iba despacito y luego llegaba, y de repente dijo: “Bueno pos aquí nos vamos a estar cuatro o cinco horas en la estación”. A nosotros cuando llegamos, que íbanos de aquí para allá, que llegamos a Chicago pos nos tuvieron seis horas ahí en la estación para que el tren que venía de allá, pa poder, que nos diera chanza, yo creo, ¡no sé! Y como eran muy, muy largos los estos, yo creo las estas, ¿cómo le dicen? Las vías, onde pueden sacar el tren. No cabía por lo largo, por lo, porque eran muchos, muchos carros, ¿me entiende?

MP: Platíqueme del detalle ese que les tenían que hacer exámenes médicos, para entrar a trabajar.

AQ: Ah, no, sí. Pues aquí, lo agarraban y…

MP: ¿Dónde les hacían el examen médico, aquí en Chihuahua o en Querétaro?

AQ: Aquí, en las dos partes, nos hicieron a nosotros. Aquí, aquí por ejemplo, nos hicieron, no, no un examen con rayos X ni nada, ¿me entiende? Nada más lo, le decían a uno que se quitara el pantalón y se quedara con, en…

MP: En ropa interior.

AQ: En ropa interior corta. Y luego llegaba uno y le revisaban las manos, los pies, a ver si no estaba quebrado que… Y luego le decían a uno: “Ora pon un pie adelante y otro atrás”. Distintos movimientos para, pa ver si las articulaciones le respondían sobre todo. Y luego, lo hicieron así y ya. Y luego ya nomás a uno que hacía, nos ponía como de aquí al este, un letrero así dijo: “¿Qué letras son esas?”. Y ya tenía uno que decirle, entonces el esto, pero llegamos allá, a Querétaro. Y entonces en aquél entonces el mayor de edad eran veintiún año[s].

MP: Ah, ¿sí?

AQ: Sí, entonces yo no los libraba. (risas) Entonces tenía una tarjeta que me, de res..que había sacado de quince años. Y con esa me fui acá entre… Y fui con la Presidencia y me la extendieron a veintidós años, la de quince. ¡Y así pude pasar! Pa poner, pa tener los veintiún años y con esa pasé. Pero cuando estábanos allá, llegan, iban adelante de mi tres oaxaqueños y ya ve como son chaparritos, ¿no? Con los estos pómulos salidos y luego los estos, que los veo y luego le dicen… ¡Ah!, estaba un señor bigotón grandote que era el jefe de Migración y le dice: “A ver, ¿cuántos años tienes tú?”. Pos no tenía barba, ¿no?, taban lampiños los pobres y luego chaparritos. “No”, dijo, “pues tengo veintitrés”. “A ver el acta de nacimiento”. “No, pos no la traje”. “Pos a traerla”. Pos, ¿cómo la iba a traer hasta Oaxaca?, ¿me entiende? Pos también iba con la cosa de que no tenía la esta y no podía sacar el acta de nacimiento. Y entonces yo iba atrás del tercero y a los tres los echó pa afuera, ¡hijo!, dije, “me va a echar a mi pa fuera”. Y entonces yo tenía… A mi no, no tenía barba sino que tenía el vello, así grande pero castaño, castaño, ¿me entiende? me veía así. Y no, me pusieron tizne, aquí así. Y cuando llegué, me dijo: “¿Cuántos años tienes tú?”. Le dije: “¡Veintiuno!, ¿por qué?”. (risas) Y luego entonces: “No, no”, me dijo, “¡pásale!”. ¿Me entiende?, pero allá a los otros pobres sí los agarró y los devolvió.

MP: El examen médico, ¿era diferente? Bueno, cuando se contrató de bracero, ¿le hicieron también examen médico?, o sea para trabajar en la labor, o, ¿no?

AQ: No, ya no.

MP: ¿Ya no?

AQ: No.

MP: Porque tenía la curiosidad si era diferente cuando iban a trabajar a la labor, en el campo, o cuando iban a trabajar por ejemplo en el ferrocarril.

AQ: No, en el ferrocarril era más correcto todo. Porque llevaban las…Hubo un aumento en cuando estuve yo ahí, hubo un aumento de salarios, que estaban en Chicago yo y hubo un aumento de salarios y nosotros nos venimos. Y pasó y no, cuando estaba en Dodge City, Kansas, me di cuenta yo y de ahí le escribí una carta dirigida a la compañía Chicago Milwaukee Pacífico. Me decía que sabía que habían tenido un aumento y que les solicitaba que me mandaran por favor lo que me correspondía porque yo había trabajado de tal fecha a tal fecha. Nomás que ahora ya no me acuerdo. Y entonces me llegó un aumento de cerca de $400 dólares ahí donde estaba, o $300 y pico, algo así.

MP: Y, ¿cómo se daba cuenta usted de todos estos aumentos y todo eso?

AQ: ¿Eh?

MP: ¿Cómo se daba cuenta de los aumentos?

AQ: No, es que mire, íbanos un montón. Íbanos quince o veinte de conocidos de aquí de Chihuahua, ¿no? Los otros, de los que fuimos primero, y que esos se vinieron, ¿no?, pos eran hermanos de los que fuimos después, uno de ellos y luego le dijeron: “Fíjate que hubo un aumento de tanto en la esta”, dijo, “y ya lo reclamó fulano y ya le vino los centavos. Reclámenlos y todo”. Y entonces nosotros pos ya nos…

MP: ¡Ah!

AQ: ¡Nos escribían!, o le decían por ejemplo a mis papás. Mi papá no me decía eso, pero mis hermanos sí me, me ponían, me escribían. Y entonces dijo: “Fíjate que, a fulano y zutano que fueron la vez pasada”, dijo, “les vino un aumento de tanto”. Y entonces le digo: “Bueno pos yo, yo le hago la lucha, si me la pagan bien y si no, también”. Y me valió.

MP: Y de los dos, de los dos tipos de trabajos del campo y el…

AQ: ¿Ferrocarril?

MP: El ferrocarril, cual para usted, desde su punto de vista, ¿cuál fue el mejor? Y, ¿por qué?

AQ: ¡No le digo! El ferrocarril. Porque, ahí teníanos un tomador de tiempo. Yo ni… Ese iba cuando andábanos trabajando, en la mañana tomaba el número de cada quien, los que estábanos trabajando, ¿no? Y en la tarde volvía a ver, a ir digo y checar todo. Él era, ese Johnny y el time keeper, eran los que llevaban los libros. Y ahí tenían las asistencias de cada quien, los que habían ido a trabajar y los que no iban, pos no les pagaban, ¿no? ¡No, no! En el campo está mucho muy difícil. Yo por eso le dije, ¿no?, yo fui allá y dije, ¡yo me defendí! Si no, hubo otros pobres que aguantaron todo y no les dieron nada, ¿me entiende? Pero como yo estaba soltero estaba…no tenía este, obligación de nada, ¿me entiende? Nomás que reclamar, le dije yo: “¿Por qué no?”. Le dije: “Pos a mí, si no te gusta”, le digo, “dame el cheque de regreso y me voy”, le dije, “y se acabó el lío. Pero yo no, yo no, yo no te voy a…ahora”, le dije, “si te gusta lo ajeno, ¡pos sal a camino real!”, le dije, “pa que te expongas en algo”. Pos, ¿no?

MP: Platíqueme otra vez eso de los cupones que les daban cuando se iban a surtir de zapatos.

AQ: Eran unas estampillas, fue en 1945. Ya nomás pasó la guerra, y creo se terminó porque le daban… Llegaba uno y le daban un, cierta cantidad. Eran unas estampillas y con esas estampillas el que llevaba estampillas podía comprar zapatos. Por ejemplo yo, me dieron para comprar zapatos, las estampillas y luego para comprar cigarros, y no me acuerdo que más. Y esas tenía, le dijo: “Bueno pos necesitas tantas estampillas para un par de zapatos”. Da las, daba las estampillas esas y pagaba lo que costaba el zapato. No, no, nomás. ¿Cómo le decía? Como garantía yo creo para ellos decir: “Vendimos tantos pares de zapatos”. No sé cómo sería la tienda, ¿me entiende? Y ya después creo ya se acabó la guerra. Nosotros fuimos… ¡Ah!, pos cuando estábanos, ¿en dónde?, en Bolivia, nos agarró un 15 de septiembre.

MP: Sí.

AQ: Y en estado, estábanos en Bolivia, Minnesota. Luego entonces nos fuimos a pasar el 15 y el 16 de Septiembre a San Paulo porque bueno, la capital de ésta es Minneapolis, ¿no? Pero está pegado a San Paulo. Y en la, y en y de centro en aquél entonces, el centro de Minneapolis, al centro de San Paulo, decían que había creo diez millas. Y en San Paulo estaba la colonia mexicana. Y ahí conmemoraban ellos el 15 y 16 de septiembre. Y me tocó a mí pasarla dos años el 15 y 16 [de septiembre].

MP: Y las celebraciones más o menos igual que aquí.

AQ: ¡No, pos son distintas! No es que, (risas) digo, se impone uno a comer la…pos puro pan y puro nomás de allá. Y ese día que fuimos, que vamos llegando: “¿Tú qué quieres?”. “No”, dijo, “pos mole poblano. Y, ¿tú qué?”. “Unos frijoles con chicharrón”, le dije. Que bueno, total. ¡Nada!, que nos lo vamos comiendo y al día siguiente, ¡una diarrea que nos viene! Ya no hallábanos qué hacer, ¡hijo! Pero es, la falta…pos no está ya acostumbrado uno a lo, a lo que comía.

MP: Claro.

AQ: Y dijo y como quiera que sea también cambia la hechura de, del mole. A poquito allá, ¿verdad?, quién sabe qué, qué le echarán.

MP: No son los mismos ingredientes, ¿no?

AQ: Pos sí y, pero sí esa vez. (pausa larga) Y ya ahí nosotros ya cuando fui le digo en de, en el pueblito este de Montana, de Fairview. De Fairview ya de ahí fue la última, de ahí ya agarramos el tren y nos mandaron para acá. Pero estaba haciendo un frío ya, se salía uno… Primero, ya ve que cuando hace mucho frío empieza la nariz a gotearle, ¿no?, a como agua. Pos se hacían unos chuponcitos de hielo en… Y se le pegaban a uno en el vello de adentro. Y luego se, después de eso, cuando, si sigue arreciando el frío, entonces empiezan a lagrimearle los ojos aquí así. Entonces sale y al salir se le hacen unos chuponcitos de hielo aquí en esta parte de aquí así. Digo y eso estaba como a 16 bajo cero nomás allá en Montana, ¿no? “¡No!”, le dije, “aquí nos lleva el tren”. ¿No? Y vivíanos en un, en un cuarto enterrado y nomás le salía así por ejemplo, casi con aquellas, las ventanitas a la ras del piso de arriba y nosotros estábanos adentro. Y luego entraban, metían ahí los carros y nosotros teníamos una tina, ¿cómo estaría el frío? Y luego entonces… Adentro de la cocina, pero tenía la esta, y si, y se le, dejábanos el agua en la tina y se ponía de hielo así, adentro oye. Pero allá en las recámaras con un calentón de esos de carbón de piedra se ponía hasta rojo. Y en la noche y con seis cobijas de esas de lana del Army, las verdes, con esas se tapaba. Ya no nos echaba más porque no las, casi no las podía uno mover, ¿no? Pero nomás se acaba, se acababa el carbón y se le… El más friolento era el que se levantaba a…

MP: A atizarle al carbón.

AQ: A atizarle al carbón porque está grueso pa… Y en Chicago sí pasé todo yo el, todo el invierno ahí. Y allá, ¡no!, oiga. Pos allá, allá nomás como le digo hasta, ¿qué fue?, sería, ¿qué?, como en noviembre, yo creo. Los últimos de octubre, los primeros de noviembre fue cuando que, empezaba las primeras nevadas. Nomás que acá nos tocó el desahije, acá en Dodge City, en Scott City y en Garden City. Y allá, nos tocó el tapeo, o sea ya onde van a sacar el betabel.

MP: Y en esos ranchos, ¿sí les daban toda la herramienta que ustedes necesitaban para ir a trabajar?

AQ: Sí.

MP: Y también ropa especial por ejemplo, como dice usted hacía mucho frío o llovía mucho, botas especiales o…

AQ: ¡No!, no, las tenía que comprar uno, las compraba uno. Y acá en la, acá en la esta otra de, cuando estaba en Bensenville, acá en Chicago en la compañía, ahí le daban esas overchuzas que le nombran, ¿no? Los que van encima del, este, por la nieve porque pos si no el zapato se moja todo. A veces traía bota uno.

MP: Y durante ese tiempo, dice que a usted le tocó ir durante la Segunda Guerra. Usted no vio que racionalizaran por ejemplo, o que no se encontrara algún tipo de comida. O por ejemplo zapatos, que le dijeran: “No, es que ya no hay porque todos se los están llevando para los soldados”.

AQ: ¡No, no, no! Limitación no, no tenían. Nomás que sí tábanos limitados porque le daban a usted en tanto tiempo, tantos meses, no me acuerdo. Para zapatos le dicen: “Ahí está tanto, para un par de zapatos y ahí está esto para tantos cigarros, para que compre los cigarros”. Y, pero el cigarro, porque vendían a la, los estos de tabaco ese que eran que de la…

MP: Las cajitas.

AQ: Unas de, que traían una vaquita.

MP: Sí.

AQ: Y el Belmont y el otro, que eran unos botes. Pancho tabaco, que le fueran a, para el que fumaba en pipa. Pero el cigarro, la cajetilla de cigarros si tenía que pagarla con estampilla.

MP: Y cuando dice que le pasó el accidente del ojo, ¿recibió atención médica?

AQ: Sí.

MP: Y luego ya…

AQ: No le digo que me quitaron del field y me mandaron a la… Me mandaron al descanso. Me descansaron creo cuatro días.

MP: Pero lo mandaron al hospital, con el médico, ¿algo así?
AQ: Había una doctora ahí en la compañía, en la fábrica. Entonces ésa me vio y me dijo… No no me acuerdo si me dio, tres o cinco días de… Y entonces ya no me dejó ir a trabajar el field por la cosa que, pos allá sí sudaba uno, ¿no? Y acá pos sí trabajaba pero no era el trabajo igual. Era muy liviano y trabajaban por ejemplo muchas muchachas que podían hacer el mismo trabajo que estaba haciendo uno. Y en el field, allá no, allá es trabajo más…

MP: Es más pesado, ¿no?

AQ: Es muy pesado y luego los solones y cuando estaban ahí en Watson, taba una compañía se desmayaron como cinco del calor que estaba haciendo.

MP: Y ahí ustedes sí recibían la comida, ¿o tenían que comprar ustedes sus provisiones para comida?

AQ: No, ahí es donde le digo, ¿en el ferrocarril?

MP: No, acá en los campos. En el maíz.

AQ: No, nos daban… ¿No le digo que nos cobraban el borde? O sea la comida.

MP: Ah okay.

AQ: Acá con el que le digo que me debe los $0.16 del cheque, ése nos cobraba $1.40 de borde, o sea la comida, la alimentación. Y con eso, quería trabajarle las, los ocho días que había trabajado yo, eran dieciséis surcos. Y yo veía que pasaba de $300 pesos lo que había hecho, pero… Y hasta que vino el representante del Gobierno de, o sería del campo y luego le dije: “Vamos a medirlo si yo no quiero que…”. Porque nos pagaban a $14, a $14 dólares el acre en el desahije.

MP: Ah, okay.
AQ: Y luego creo a $2.50, ¿o qué? $4.50, ¿$4.50?, o $6.50 la limpia. Y el tapeo ya para sacar el betabel, ése lo pagaban por toneladas, pero no me acuerdo cuánto la tonelada. Digo, yo les llevaba la cuenta a todos a los que andábanos juntos, ¿no? Y dijo: “¿Qué no?”. Le dije: “Pos no”. Pos muchos no lo podían pero yo le dije: “Yo los, yo los llevo, yo llevo la esta”. Y llenaba y se iba la troca llena de betabel, iba y la pesaba y regresaba y le daban a uno el tíquete, cuantas, cuantas toneladas, digo o libras, eran las que…

MP: Habían hecho.

AQ: Era la…y cuánto pesaba. Y luego ya sobre eso pagaban ellos. Y luego ya lo repartía yo entre los que andábanos trabajando ahí. Y a tanto le digo, ahí si, porque ahí sí no había con que hizo uno mal la… Pos sí había unos que trabajaban más rápidos y otros que menos y otros, ¡como todo!, ¿no? Yo era de los medianos, había unos muy buenos de Zacatecas, que eran muy, muy trabajadora la gente, los que están gruesos para trabajar las cosas de esas, ¿verdad?, es Veracruz y Tabasco.

MP: ¿Por qué?, oiga.

AQ: Pos yo creo porque están impuestos a todo puro jalar la fruta allá (risas) son muy, allá, vegetal la esta. Y: “No”, dijo, “aquí hay para…”, para este, ¿cómo se llama? “Aquí pa poder comer se tiene que partir uno la cepa”, dijo, “porque allá no”, dijo, “allá nomás se sale uno y a cortar”. “No”, le dije, “aquí, y no vayas a Chihuahua porque (risas) te acaba de llevar el tren, ta uno tantito peor”.

MP: Y entonces por esos detalles, ¿a usted nunca le vino la idea de arreglar papeles y quedarse allá?

AQ: Me dijo el ranchero ese que le digo que, que estaba enfermo en Montana. Donde trabajaba, que tenía los marranos que tenía… Me dijo a mí, no a todos. A mí me vio y a dos más. Dijo que si no quería que, quedarme, que me quedara yo ahí. “¡No!”, le dije, “¡ya no! Yo nomás vine a experimentar”, le dije, “pero no, ya no me gustó más. Sí me gustan muchos los centavos”, le dije, “y puedo hasta onde pueda”, dije, “pero ya no”. “Pero, ¿si te arreglo los papeles?”. “Pos bueno, yo le escribo”, le dije, “si tengo chanza, yo le escribo”. ¡No!, yo me vine. No, taba haciendo un frío de la fregada. ¡Ah! Y luego estos de Tabasco, llegamos el día 25, con ellos, de Diciembre allá a este, a Aberdeen y en la tarde y empezó el frío. ¿Sabe qué hicieron? Agarraron todas las cobijas de los que tenían y agarraron y agarraron la bici y vinieron a, ¡a pie! ¿Te imaginas?, ya ahí en la… Dije pos lo agarra sin… ¡El 10 de Mayo! El 25, el 25, o el 26 [de diciembre] se vinieron caminando para venirse pa México. Eran como unos seis o siete de Tabasco. Porque no aguantaban, no aguantaban los zapatos por los dedos que andaban descalzos siempre. Les lastimaban pues, ¿no? Y luego la, cuando andaban trabajando los obligaban porque traían protección de acero. La punta de acero, pa por si se le caía en el pie. Y se fueron, ¡no!, los vinieron a alcanzar, veinte y tantos kilómetros. Ya en la noche y los devolvieron nomás no los devuelven. El día 10 de Mayo cayó ahí una helada que parecía nevada. Tanto así se veía la desta.

MP: Ah, ¿sí?

AQ: ¡El 10 de Mayo!, por cierto que hacían enojar mucho a, eran unos aguadores, los que traían, que nomás les sacaban el trabajo, le agarraban la agua no para andar con… Y ese día llegaron, traían unos baldecitos y un cucharón y unos vasos y luego le servían a uno, y estaba el frío, pos se le cuajaba el baldecito y luego le gritaba: “¡Agua!”. ¡Hijo! Y luego llegaba él y nomás se enjuagaba la boca y le tiraba nomás porque lo veía que estaba en la lumbre y estaba calentándose, ¿no?

MP: Les daban mucha carrilla ahí, ¿no?

AQ: No, sí se trabajaba. Sí digo, es que lo hacían, pos unos iban levantando las tallas, otros iban por etapas, ¿me entiende? Y de los últimos, nosotros nos pusieron el nombre de los, ¿cómo? “Los doce apóstoles”. Porque nosotros veníanos alineado la vía y éranos doce, y ya para dejarla ya correcta, ya derecha, ¿no? Y en cada uno pos, había los que andaban poniendo los spikes, los que iban metiendo los rieles, los que iban metiendo las tallas, los que venían [en] las góndolas y a vaciar el hidráulico. Y ya iba quedando todo, pero en las noches cuando no se alcanzaba a poner, se enderezaba más o menos el riel y dejaba así. Pero entonces venían los trenes, pos corren mucho y a veces no, se, se excedían. Pos tenían todos los señalamientos, pero se excedían de la velocidad y cuando llegaban dejaban otra vez la vía toda chueca y en la mañana ahí van los apóstoles a este, a enderezarla. (risas) A la hora que fuera, a veces a las tres de la mañana nos levantaban.

MP: ¿Sí? O sea, no tenían horario para trabajar.

AQ: ¡No!, digo cuando era emergencia.

MP: Ah, okay.

AQ: Cuando era emergencia, a la hora que fuera tenía que levantarse.

MP: Y, ¿sí les pagaban esas horas?, como quien dice, extras.

AQ: Sí.

MP: Y cuando regresó acá ya después de que, pues acabó su periodo ya de bracero, cuando regresó acá a México, ¿batalló para conseguir trabajo? Para ambientarse acá.

AQ: No, aquí no, empezó, yo empecé a… Se abrió la empacadora, Chimex. Inauguraron, fue en el [19]49. Primero anduve con un, me vine de allá y pos no tenía trabajo. Mi papá siempre ha tenido rancho ahí en Aldama. Y luego entonces y trabajé un tiempo con él y: “Sabe que aquí no la hacemos y yo me voy a salir y me voy a ir”, digo. Y vine con un primo hermano, entonces corríanos en una troca para el lado de Ocampo, Pinos Altos, llevando diesel y mercancía. Duré unos, como dos años. Y el [19]49, se inauguró la Chimex y entré a la Chimex. Y ahí entonces pagaban el salario mínimo, estaba a $4.80, a $4.60.
MP: Pos no se comparaba con lo que ganaba allá.

AQ: No, no. Y, pero entonces, ¡no!, pero ese sueldo no lo agarré yo. Yo tenía, yo agarré de ahí de prensista. A mí me pagaban $13.25 diarios. Y luego trabajé seis meses aquí y nos mandaron a cuatro a hacernos cargo de una planta de beneficio en México. Que es, fue cuando estaba la fiebre aftosa. Que la tenía éste, el que fue, es Gobernador, ¿cómo se llamaba oye? El viejo seco este de muy, muy enérgico, este… ¿Eh? ¡No, no, no!, antes de Soto Maines. Oscar, Oscar, Oscar, Oscar Flores, ¿es? Oscar Flores. No pos fue procurador de justicia, ¿no? Pos ése, ése, era el encargado de la fiebre, cuando estaba la fiebre aftosa que fue en el [19]49. Pero hubo una bola de fraudes, que, ¡pobre! Los agarraban y el pobre tenía cuatro, cinco, seis vaquitas del… Y luego luego llegaban y dijo: “Todas están infectadas”. Y se las llevaban. Pos unas las quemaban y las otras se las llevaban al rastro y las destazaban, utilizaban…las deshuesaban. Utilizaban el hueso y las vísceras, las molían, para eso es la planta de beneficio y la carne toda, pos se iba para, pa venderla y el pobre se quedaba sin nada, nomás el recuerdo de las vacas. Ya después, se acabó eso y a mí me iban a mandar a Veracruz. A ir a sacar aceite de bacalao, de pescado, porque yo estaba en la planta de tratamiento, por la planta de tratamiento sacaban el este que… ¡Todo el cebo!, de las vísceras y de los huesos pos onde los molían. Y la carne pos se la llevaban, ¿no?, entonces, ya ve que dicen, (risas) se da uno cuenta, ¿verdad?, entonces tenían unas prensas y se prensaba toda la carne esa y sacaban el cebo, y ya ve que dice el jabón ese Palmolive que tiene puro, ¿qué?, aceite de, de, ¿de qué es?

MP: De oliva.

AQ: De oliva sí, ¿cuál de oliva?, ahí iba y llenaba las pipas de cebo en la…en México, pues. Aquí no lo veía porque pos estaba muy, taba muy retirado. Pero ahí estaba enfrentito el tanque de almacenamiento y tenía un serpentín pa que, que no se cuajara, ¿no?, tenerlo siempre con temperatura. Y de ahí a las, de las prensas, lo prensaban y sale. ¡No!, pos le metían trescientas toneladas de compresión, pos lo dejaban hecho piedra, ¿no?, el, las y a toda la grasa chorreaba y luego esa tenía una bombita y la metía al tanque de almacenamiento. Tenía uno de día y otro de almacenamiento. Y llegaba el, las pipas cada semana, del Palmolive a llevarse la grasa. Decían que aceite de oliva, ¿cuál aceite de oliva? Y ya de ahí… ¡Ah!, pos entonces me querían mandar para Veracruz y había uno que se mantenía temblando (risas) en el puro sol. Ya iba a firmar yo la… Ahí sí me fue muy bien. Lo que… pos cuando taba el sueldo a $12 y pico, entonces yo estaba ganando $12,000 pesos mensuales, por el cambio de… Y allá me iban a pagar lo doble en Veracruz por sacar pescado, pero estaba Pedro González y ese se mantenía en el sol ahí a tiemble y tiemble. Y ya habían firmado como dos, ya nomás yo faltaba yo estaba trabajando y luego dije: “¿Pos qué tienes Pedro, que tanto tiemblas”. “No”, dijo, “pos es que me dieron los fríos”. “Y, ¿dónde te dieron los fríos?”, le dije. “Pos en Veracruz”. “Ah, ¿sí?”. “No”, dijo. “Yo te, yo no, no llego temblando a Chihuahua” (risas). Fui y le dije: “¿Sabe qué?”, le dije, “ya no jalo, yo ya no voy a…”. “Pero ya está…”. “No, estará”, le dije, “pero mire este pobre infeliz cómo está”. Pos es que tenía dieciocho años, diecinueve años cuando taba. No, veintidós años, cuando estaba ahí. “¡No!”, le dije, “yo ahí pa llegar temblando y luego que no creo, creo que esa chiva no se quita”, ¿verdad? El paludismo. Y era lo que tenía y ya después me vine aquí… ¡Ah! y luego tenía mi planta aquí en la empacadora. Llegué a la empacadora y estaba Jesús Miramontes, uno que se quedó en mi lugar. Y cuando vine: “¿Qué paso?”. “No”, le dije, “pos ora sí ya vengo a quedarme”. “¡No!”, dijo. Él sí ya estaba casado y tenía cuatro niñas, pero tenía como dos, un año creo, un año y fracción se le había muerto la señora y le habían quedado las cuatro niñas. Y luego con las cuatro niñas y sin trabajo y sin la esposa. “No”, le dije, “espérate, ahorita se arregla”. Me metí y Héctor Ahumada era el gerente. Vino, llegaron con el sindicato. “No”, le dije, “yo lo que quiero”, dije, “¿cómo ves como trabajador este Jesús Miramontes?”. “No”, dijo, “es muy buen trabajador”. “Bueno”, le dije, “vamos sacrificándonos tantito, ustedes y yo, ¿no?”. “¿Por qué?”. “Pos, yo le dejo mi plaza”, le dije. “No, pos, sí”. “No”, le dije, “pero, ustedes también reconozcan de la antigüedad que yo tengo y se las disponen…” “No, pero…” “No, pos, ese es que, yo voy a dejar mi trabajo no tengo, me voy a quedar sin nada”, le dije, “y, a usted es no puede uno ni…que yo ya tengo ganado mi antigüedad”, le dije, “nomás, ni le pone mi antigüedad”. Pos, al fin aceptaron y se quedó y salí yo y a ver a dónde. No, me tocó la…Un primo hermano andaba en los camiones Apache, venía a trabajar en la grasa con guantes, en la pura grasa. Aquí en la esta, de aquí así, salía una membranita hasta acá. Traía mejor, más cuidadas las manos que cualquier señorita, ¿no?, pos oiga, con guantes y en la pura grasa. Y, luego que vengo acá y que me dicen: “A cargar la varilla corrugada en 3/8 y no llevaba guantes en la tarde que salí. Salí chorreando de todo, todo se me habían perforado los dedos de donde jalaba. Y que le dije: “Pos mientras a ver de donde”. No, ya después, a los cuantos…estuve trabajando como unos seis meses, yo creo allí, y se vino la cosa de la termo y ya entre a la construcción del latero. Y, luego ya…

MP: Entonces, no batalló para, ya cuando vino de regreso a Estados Unidos, pos, en realidad, no batalló, ¿verdad?, para…

AQ: No, pos, yo tenía donde trabajar, nomás que allí en el rancho, pos no, no salía.

MP: Por eso se decidió mejor irse de bracero, ¿no?

AQ: Más bien fue en este, digo, mi papá. Pos, sí había carencias en el rancho, pero, en la casa no había carencia, ¿me entiende? Pues de alimentación, de esto. Había carencias de, digo, pos, que un viaje a…o esto y lo otro. Bueno, vamos de vacaciones o vamos esto, nada, ¿no? Pero todos lo demás, pos, estábamos bien y mi mamá fue muy luchadora en ese aspecto. Ella controlaba las gallinas, los cóconos y los marranos y las vacas, era lo de ella, hacía quesos, hacía mantequillas, hacía todo lo derivado de esto, y luego los marranos los engordaban tres marranos cada año, los mataba para la manteca del gasto de la casa. Y las gallinas, tenía como unas ochocientas gallinas.

MP: ¡Ah, caray!, pos muchas.

AQ: O sea, nomás que eran corrientotas, de esas con patas color gris, ¿no? De esas corrientotas, pero ponían cada tercer día, bueno pos, pero recogía un balde de esos de número doce, lleno de blanquillos diario. Y por eso le digo, estábamos bien, más o menos.

MP: O sea que, a usted, eso de la braceriada, pos sí le convino mucho, ¿no?

AQ: No, me convino…

MP: Fue a pasearse, porque me imagino que le gusta pasearse, ¿verdad?

AQ: Pos, yo fui el único de todos mis hermanos que salió pa… Pos, ya nomás salí la primer vez y regresé, pos, ya cuando me jubilé, regresé. Dicen que va uno, regresa donde más mal le va. (risas)

MP: Muy interesante. No sé si tenga otra cosa que agregar a la entrevista, señor.

AQ: No, pos, no sé. Tengo [un] compañero, le dije a Parrita el otro día, pero ya no sale ni uno. Pos, era mayor que yo y ahora, cuando me fui, fue de los más chingones, pos, tuve que poner la esta de…

MP: De más edad.

AQ: De más edad. Los otros ya eran… Pos, si viven, ya no salen. El otro día me encontré uno, un amigo mío, que fue Lupe Zubía, que anduvimos allá en Chicago y todo eso, nos criamos juntos, anduvimos todos tres años juntos. “¿Cómo le va, señor?”, me dice. ¡Híjole! Ya le dije: “Pos, ¿qué pasó, Lupito? Pos, ¿qué…”. “No, nada, pos aquí nomás, ¿cómo ha estado?, oiga”. Digo: “Pos, ¿qué no me conoces?”. “No, señor”, me dice. “¡No!”, dije, “pos, entonces, yo ando todo mariachi todavía. (risas)

MP: Sí, ¿verdad?

AQ: Sí, pero, era como yo era, el que llevaba… Cuando me fui, pos era de los más chicos, o el más chico, pues, de todos, ¿no? Ellos ya estaban de veinte y tantos años, pos ya tienen ochenta y tantos años. A mí con el que me dio mucha lastima fue con… ¡Híjola! Está grabando todo esto, ¿verdad?

MP: No, bueno, entonces, si quiere, no sé si tenga algo más…

AQ: No, pos, no me acuerdo, si hay alguna pregunta pa contestársela, porque soy muy bueno pa platicar, porque… Y todo se está grabando. (risas)

MP: No, pos le agradezco mucho, señor, el tiempo y que haya aceptado la entrevista.

AQ: No, ¡cómo no!, para servirle.

MP: Bueno.

AQ: En lo que sea.

MP: Gracias.

AQ: A usted.

Fin de la entrevista

Interviewer

Parra-Mantilla, Myrna

Interviewee

Quezada Lara, Andrés Héctor

Location

Chihuahua, Chihuahua, México

File Name Identifier

Quezada_Lara_CHIH028

Citation

Parra-Mantilla, Myrna and Quezada Lara, Andrés Héctor, “Andrés Héctor Quezada Lara,” Bracero History Archive, accessed November 5, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/4.