Librada Estrada
Title
Librada Estrada
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Herminio Estrada Tozcano was born on a ranch in Saloya, Jalisco, México; he was the second born, of his two sisters; his father died in the revolution when he was roughly three or four years old; he started going to school, but his teacher was killed during the Cristero War, which put an end to his formal education; when he was ten years old he began working in agriculture; Librada Estrada was born in Unión de Tula, Jalisco, México; she had three brothers and three sisters; in 1942, she and Herminio were married; later that same year, he enlisted in the bracero program and worked in Arizona and California until the program ended in 1964; they later moved to the United States and were ultimately able to legally and permanently settle there.
Summary of Interview: Librada talks about how she and Herminio met and courted for a year before getting married in 1942; later that same year, he traveled to Guadalajara, Jalisco, México, to enlist in the bracero program; his first contract took him to Phoenix, Arizona, where he picked lettuce for eighteen months; while in Arizona, he also worked in Aguila, Somerton, and Yuma; his contracts in California took him to work in Salinas and Yuba City; a friend of his wrote letters to Librada for him, because he did not know how to write; he sent home what little money he could; sometimes, he was only left $1.75 or $2.00 after deductions; if men complained, the foremen would remind them that México was close enough for them to return if they were dissatisfied; he explains that while in Yuma, he worked half a day on Saturday and was then given permission to go to México for the rest of the weekend; Librada moved to San Luis, Sonora, México, with their four children to be closer to Herminio while he worked in Yuma; while living in Sonora, they had seven more children, four of whom survived; Herminio continued working with the program until it ended in 1964, at which point he returned to Sonora and continued working in the fields there; Herminio and Librada later moved to the United States and were ultimately able to legally and permanently settle there.
Summary of Interview: Librada talks about how she and Herminio met and courted for a year before getting married in 1942; later that same year, he traveled to Guadalajara, Jalisco, México, to enlist in the bracero program; his first contract took him to Phoenix, Arizona, where he picked lettuce for eighteen months; while in Arizona, he also worked in Aguila, Somerton, and Yuma; his contracts in California took him to work in Salinas and Yuba City; a friend of his wrote letters to Librada for him, because he did not know how to write; he sent home what little money he could; sometimes, he was only left $1.75 or $2.00 after deductions; if men complained, the foremen would remind them that México was close enough for them to return if they were dissatisfied; he explains that while in Yuma, he worked half a day on Saturday and was then given permission to go to México for the rest of the weekend; Librada moved to San Luis, Sonora, México, with their four children to be closer to Herminio while he worked in Yuma; while living in Sonora, they had seven more children, four of whom survived; Herminio continued working with the program until it ended in 1964, at which point he returned to Sonora and continued working in the fields there; Herminio and Librada later moved to the United States and were ultimately able to legally and permanently settle there.
Creator
Pelayo, Monica
Estrada, Librada and Herminio Estrada Librada
Date
2006-05-26
Subject
bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
Relation
Estrada_Tozcano_SANB005
title (Spanish)
Librada Estrada
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini Disc
Duration
31:00
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre de los entrevistados: Herminio Estrada & Librada Estrada
Fecha de la entrevista: 26 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Mónica Pelayo
This is an interview with Herminio Estrada Tozcano and Librada Estrada on May 26, 2006 in San Bernardino, California. The interviewer is Mónica Pelayo. This interview is part of the Bracero Oral History Project.
MP: Bueno señor, podemos comenzar con usted. Y dígame, ¿en dónde nació y cuándo?
HE: Yo nací en Saloya. Bueno, o sea, en un rancho que es La Cofradía, pero yo soy bautizado en Saloya.
MP: ¿Saloya, Jalisco?
HE: Sí.
MP: Ah, de allá es mi familia. Unión de Tula.
HE: Sí.
MP: Ey. Bueno, qué bueno. Y, ¿cómo era allá en donde usted vivía?
HE: No, pos estaba muy feo. (risas)
MP: ¿En qué sentido?
HE: Era como un rancho.
MP: Un rancho.
HE: Sí.
MP: Entonces, ahí estaba, ¿cómo se llama? ¿Cómo puedo decir? ¿No tenían electricidad?
HE: Nada, había.
MP: ¿Agua potable?
HE: No, todavía no había.
MP: ¿No? Y, ¿usted venía de familia grande, chica, mediana?
HE: Chica.
MP: ¿Chica? ¿Cuántos eran?
HE: No, no sé, no eran más que, pos éramos dos nomás.
MP: ¿Nomás dos?
HE: Oh, tres éramos. (risas)
MP: Se le olvidó uno.
HE: Ya se iba quedando uno.
MP: Ey. Y, ¿cuántos eran de mujeres y hombres?
HE: Nomás yo era de hombre.
MP: Y, ¿dos muchachas?
HE: Dos muchachas.
MP: Y, ¿sus padres de qué trabajaban?
HE: No, no trabajaron.
MP: ¿No?
HE: Él murió, lo mataron a él.
MP: ¿Cómo? ¿Cuándo?
HE: En la Revolución.
MP: Oh, ¿en la Revolución? Y, ¿cuántos años tenía usted?
HE: No, yo tenía algunos tres, cuatro años.
MP: Ah, entonces usted nunca lo vio.
HE: No, no.
MP: No. Y, ¿su mamá tuvo que, qué hizo su mamá?
HE: Se quedó sola ahí.
MP: Ahí, ¿cuidándolos a ustedes?
HE: Nomás a nosotros.
MP: Entonces, ¿usted era el más pequeño o era el más grande?
HE: Era el segundo.
MP: ¿Usted era el segundo?
HE: Sí.
MP: Entiendo. Y, ¿pudo ir a la escuela?
HE: Viera que no.
MP: ¿No fue?
HE: Yo, me pusieron en la escuela, pero andando yo en la escuela, tenía dos días que había ido a la escuela y mataron al, al profesor.
MP: ¡Ay, Dios mío!
HE: Lo mataron los Cristeros que les nombraban allá.
MP: ¿Cómo es eso, los Cristeros? Yo nunca había escuchado eso.
HE: Ese, revoltosos.
MP: Ah.
HE: Es, no eran de Gobierno, eran del, como decir… Bueno, del cerro, que usted comprenderá.
MP: Ey. (risas) Yo entiendo el cerro, completamente.
HE: Ey, ey. (risas)
MP: Bueno. Y, ¿cuándo comenzó a trabajar usted?
HE: No, pues yo trabajé como de, de primero, como de unos diez años.
MP: ¿Qué hacía?
HE: [Es]taba trabajando ya en la labor, en el maíz, arando, sembrando y todo eso.
MP: Ah, qué bien. Y pues, cuénteme, ¿cómo escuchó del Programa Bracero?
HE: No, pues nos, nos dijeron, allá estaban contratándose en Guadalajara. Y yo me vine a Guadalajara, pero ya estaba grande ya, ya me había casado yo.
MP: ¿Cuántos años tenía usted?
HE: Ya tenía yo, pos nos casamos el [19]42.
MP: Ah, qué bien, qué bien. Y, ¿cómo se dice? ¿Qué tipo de trabajo, de qué lo contrataron? ¿En dónde? ¿Cómo fue ese proceso?
HE: El primer contrato fue en, en Maricopa, Phoenix en la lechuga.
MP: ¿En la lechuga? Ah. Y, ¿cómo fue el proceso para que usted llegara a allí?
HE: Este, teníamos un contrato de dieciocho meses, se acabó y fuimos a renovarlo, pero todo ese tiempo yo trabajé en la Águila también.
MP: ¿Águila?
HE: Sí.
MP: Y, ¿no habían requisitos para que usted comenzara en el programa?
HE: No.
MP: ¿No? Ah, ¿qué bien? Y, ¿no le hicieron exámenes ni nada de eso?
HE: Oh, ¿cuándo entramos de contratados? Sí.
MP: ¿Qué tipo de examen?
HE: Pos le echaban polvo a uno y en la cabeza, que, que traía uno piojos. ¡Ay, sí! (risas) No, no, pos polvean los, con una de esas que es como soplete pa desinfestar [desinfectar]. Y ya nos mandaban pa tal parte: “Van a ir a tal parte”.
MP: Ey.
HE: Sí. Y yo trabajé en el Phoenix y en la Águila. Y luego, del Águila se acabó el contrato… ¡Ah, no! Todavía teníamos contrato y me vine a Yuma.
MP: ¿Arizona?
HE: Allí, allí sí se me acabó el contrato y nos mandaron a contratar hasta Empalme. Y Empalme nos contrataba otra vez, por dieciocho años, dieciocho meses.
MP: Meses. (risas)
HE: Dieciocho meses. Y de allí, pos seguimos trabajando mucho allí en el… Ya, ya se acabó el contrato y me tocó a El Centro. Y luego de ahí, nos fuimos pa Salinas.
MP: ¿California?
HE: Sí. En Salinas, se me acabó el contrato otra vez, otros dieciocho meses y me vine a contratar a, ahí me contraté en Somerton, Yuma. Y entonces me tocó pa Yuba City. Allá fue el remate ya.
MP: ¿Ya ahí paró?
HE: Ya se acabó.
MP: Y, ¿cuánto duró en todo esos tiempos? ¿Cuántos años serían?
HE: Pos me contraté el, ¿qué?
MP: [El 19]42, dijo.
HE: El [19]42 y pos hasta que se acabó. Se acabó el contrato.
MP: Entonces, aquí me dijo su esposa que fueron veinte años que usted estuvo de arriba pa abajo como bracero, ¿es cierto?
HE: Sí.
MP: Y dígame, ¿cómo? Aquí entre nos, ¿qué hacía en sus días de descanso o no tenía?
HE: Pos había veces que sí teníamos. Como el sábado ya no trabajábanos, nomás medio día y vámonos. Nos salíamos a dar la vuelta a México.
MP: ¿Cómo a dar la vuelta a México? ¿Cómo le hacían?
HE: Pos no, había permiso. Con los contratos entrábanos y salía.
MP: ¡Ah! Y, ¿en dónde estaba en ese tiempo?
HE: En Yuma.
MP: En Yuma. Entonces, de Yuma.
HE: Ey.
MP: Y cuando estaba en Salinas, ¿qué hacía?
HE: No, allá no salíamos.
MP: Ya, ya no salían.
HE: No.
MP: ¿No iban al cine, no?
HE: No, allí ya no.
MP: ¿Ya no?
HE: Ya estaba muy retirado.
MP: Ah, ¿entonces ustedes no estaban cercas de la ciudad?
HE: No, no, estábamos en un rancho.
MP: Y, ¿cómo sabía? ¿Habían muchos braceros?
HE: Uh, bastante.
MP: ¿En serio?
HE: Ey.
MP: Y pos ¿cómo sabían quién era quién?
HE: Pos, ¿como de qué?
MP: ¿Cómo sabían cuántos? ¿Había un sistema? ¿Te llamaban por nombre?
HE: Lista.
MP: Lista.
HE: Ey. Julano de tal, zutano, mangano y así. Así los nombraban, lo mismo que acá. También en Yuma, en todas partes había una lista de los braceros que andábanos.
MP: Ey.
HE: Que andábanos cincuenta o cien. Allí estaba la lista.
MP: Ey.
HE: Y nomás pa comer o pa entrar al trabajo, nombraban lista. Y el que no salía o no, no respondía, pos lo tachaban.
MP: Lo tachaban. Y, ¿había gente que se escapaba o qué?
HE: Pos, a las últimas sí se escaparon ya.
MP: ¿Por qué cree?
HE: Algunos. Porque alargaban el contrato y mejor se iban pa otro lado.
MP: Ey. Y, ¿pos cuál fue su experiencia bien gacha? ¿Cuál fue la peor?
HE: Pos yo creo que ésa.
MP: ¿Cuál?
HE: De que se escapaban.
MP: Pero, ¿a usted nunca le tocó algo bien feo?
HE: No. No, yo no. A mí no me tocó nada de eso.
MP: ¿Nada, nada?
HE: No.
MP: ¿Siempre los mayordomos estaban bien con usted?
HE: Pos unos sí y otros no. Así, allá andábanos ahí. Había veces que se portaban mal, pos no le hace. Hay que, a mí dan trabajo y ya. Eso era todo.
MP: Ah, los mayordomos no, ¿cómo se puede decir? ¿De qué raza eran?
HE: Mexicanos.
MP: Sí. Mexicanos, ¿eran mexicanos de México?
HE: Sí.
MP: O, ¿de nacidos aquí?
HE: Unos sí, como dos fueron de aquí y los demás fueron mexicanos, pero de aquí son.
MP: Ah. Y, ¿a usted nunca le tocó trabajar con otros de otra raza?
HE: No.
MP: ¿No?
HE: No, puro mexicano.
MP: Y, ¿los mexicanos eran…? ¿Habían de indígen[a]s?
HE: Pos no, no sé, no.
MP: ¿No?
HE: No, no había.
MP: No había. Ah, qué bien. Pues cuénteme, ¿no tiene ningunas historitas por ahí que tenga escondidas de sus aventuras aquí en los Estados Unidos?
HE: No, no.
MP: ¿No?
HE: No, pues casi lo más, nos tocaba en un rancho. Lo más cercas jue aquí en Yuma, de México y las demás partes era en el rancho, como en la Águila, en Phoenix. Nosotros trabajábanos en un ranchito que se llama Avondale y de allí trabajábanos. Y pos muy poco había que salir.
MP: Y cuando iban a México, ¿qué hacían?
HE: Pos iba a bailar. (risas)
MP: Bailar.
HE: No, pos nomás a divertirnos.
MP: Nomás a divertirse, bailar.
HE: Sí.
MP: ¿Habían muchos bailes siempre?
HE: Pos sí había.
MP: Ey.
HE: Lo mismo que en Phoenix, también había bailes cuando, como los sábados había baile.
MP: Ah, qué bien.
HE: Ey. Ya. Y nosotros: “Que vamos al baile”. “Pos, vamos. Pos ya andamos aquí”.
MP: Y, ¿usted tenía que pagar pa bailar?
HE: No, yo no bailaba mucho.
MP: ¿No? ¿Por qué no?
HE: Porque no me gustaba, me gustaba tomar.
MP: ¡Ah!
HE: Yo me sentaba por ahí en una mesa y ya, échenle pa acá. (risas)
MP: Entonces, ¿también tomaba cuando estaba allá en Salinas?
HE: No, fíjese que allá no.
MP: ¿Allá no?
HE: No, no, no había baile ni cantina, nada había.
MP: ¡Ah!
HE: Es un, era como un rancho ahí donde pasaba el tren.
MP: Oh, cercas del tren.
HE: Sí.
MP: De las vías del tren.
HE: Sí.
MP: Pero allá cercas de México, pos ahí sí había.
HE: No, acá sí. Lo mismo que este, en Salinas este, en Yuba City. Pos está Sacramento ahí cerquitas. Nos íbanos a pie a Sacramento. Y pos allí nomás pasábanos el puente, [d]onde pasan los barcos, un canalón que ahí allí. Nomás pasaban ahí y esperábanos que pasaran los barcos. Y se levantaba el, el puente y al rato se, se cerraba y ya lo agarrábanos y nos pasábanos. (risas)
MP: ¿Tanto así se divertían?
HE: Sí, un poco.
MP: Ah, pos qué bueno. Para pasar el día, ¿no?
HE: Pos sí, pos se pasaba muy aburrido uno ahí.
MP: Ey. Y pos, ¿no le mandaba cartas a su esposa?
HE: Sí.
MP: Y, ¿qué le decía? (risas)
HE: Pos que, que estaba (risas) en el baile.
MP: Que estaba en el baile.
HE: Sí.
MP: ¡Ah, qué chistosito! Qué bueno. A ver usted, doña, a ver, platíqueme. Y, ¿en dónde nació usted?
LE: Yo soy nativa de la Unión de Tula, Jalisco.
MP: De la Unión de Tula.
LE: Sí.
MP: Ah. Y, ¿viene de familia chiquita o grande?
LE: ¿De hermanos?
MP: Ajá.
LE: Nomás fuimos siete.
MP: ¿Siete? ¿Cuántas mujeres y cuántos [hombres]?
LE: Ya ni me acuerdo. Cuatro.
MP: Cuatro mujeres y, ¿tres hombres?
LE: Tres hombres.
MP: ¡Ah, qué bien! Y, ¿cómo se conocieron? Platíqueme.
LE: Pos nos conocimos por medio de que cuando ellos se avencindaron a la Unión de Tula, este, que vivían en el Pospisaloya, entonces rentaron casa allí enseguida del, onde mis papás y de ese modo nos conocimos.
MP: ¡Ah, qué bien! Y, ¿cuánto tiempo anduvieron de novios?
LE: Un año.
MP: ¿Un año? ¡Ah, qué bien!
HE: Poquito. (risas)
MP: ¿Por qué dice eso? (risas)
LE: Dice que poquito.
HE: No, pues muchos duran muchos años.
MP: Pero, es que era amor a primera vista, ¿verdad?
LE: Sí.
MP: ¡Qué bueno! Y así debe de ser. (risas) Y pos, ¿cuántos hijos tuvieron?
HE: Jueron once.
MP: ¿Fueron once?
LE: Ocho, ocho vivos.
MP: Ocho vivos. Y, ¿cuántos de esos ocho fueron mujeres y hombres?
LE: Cuatro y cuatro.
MP: Cuatro y cuatro. ¡Ah! Le salieron parejitos.
LE: Sí.
MP: ¡Qué bien! Así está bien.
LE: Sí.
MP: Y, ¿usted pudo ir a la escuela cuando era chiquita?
LE: No, no supe, porque, porque sí hubo escuela, pero tocante a eso que hubo unas clases, le nombraban que eran laicas y mis papás como eran tan, mi papá como era tan recto, no quiso ya que fuera yo a la escuela.
MP: Entonces, ¿solamente iban sus hermanos?
LE: Poco, poco estudio tuvieron ellos.
MP: Y, ¿sus hermanas tampoco pudieron?
LE: Poca, poca estudios.
MP: Poco.
LE: Sí, también. Y yo, pos me iban pasando por, no porque sabía. Los tres o cuatro años, por lo, mi mente no me ayudaba. Y me iban pasando por grande que estaba, no porque sabía.
MP: ¡Ah!
LE: Ey.
MP: Pero, ¿saben ustedes leer y escribir?
LE: Yo líricamente aprendí, no aprendí. No le digo que mi mente no me ayuda. Es que yo cuando tenía cuatro años, según me platican mis familiares, di una caída de muy alto y quedé toda descuartijada, como gallina deshuesada.
MP: ¡Ay, Dios mío!
LE: Sí. Y no, no me ayuda mi mente.
MP: Y, ¿usted señor? ¿Puede leer y escribir?
HE: No, fíjese. Como le digo, no tuve escuela yo.
MP: Entonces, se ayudan.
HE: Yo, yo había veces que nomás el dedote ponía pa firmar. Y un muchacho me dijo: “No, pos, ponte a hacer esto”. Y me ayudó él. Por eso pongo mi nombre mal.
MP: Pero lo pone.
HE: Sí. Y pa leer, pos solamente deletreando.
MP: Entonces, ¿cómo le mandaba cartas usted a su esposa?
HE: Otro me hacía las cartas. Yo nomás le estaba diciendo.
MP: Y usted dijo que no. ¿No le mandaba cartas?
LE: Muy poco.
MP: Muy poco. Y, ¿no le mandaba dinero?
LE: Por razón de que pos si, ¿qué les pagaban? Muy poco. Poco me mandaba, pero como no sabía leer, pos le daba pena enfadar a los amigos que le hicieran las cartas.
HE: No, pos fíjese que en el tiempo que anduvimos de braceros, la bracereada nos acabó, porque había cheques que sacábanos hasta de $2, $2 pesos ó $1.50.
LE: $0.75 centavos.
HE: Por cheque, oiga.
MP: ¿No le daban ni un…? ¿Cómo? No entiendo. ¿No le daban suficiente en su cheque?
HE: No y nos matábanos mucho.
MP: Y, ¿cómo pasó eso? ¿Cómo le pagaban?
HE: Que comida, que el seguro, que sabe qué, nos hacían un borlote grande. Y pos yo no, yo en veces renegaba, porque no tenía dinero.
MP: Y, ¿les decía a los mayordomos?
HE: No, no le decíamos nada.
MP: ¿No?
HE: Porque…
EL: Eran muy brutos.
HE: Eran muy, muy, ¿cómo?
EL: Los mayordomos.
MP: Los mayordomos.
HE: Ey.
MP: ¿Qué les hacían o qué?
HE: No nos decían nada, nomás retaban ellos solos, que si no nos gustaba, allí estaba México cerca.
MP: ¿Así le decían? Ah, pos qué feo.
LE: Muy mal.
HE: Por eso ahora, ahora que estoy fregado, me dan, me pasan dinero y no, no tengo yo que decir que no me han ayudado. Si me han ayudado es porque me lo deben.
MP: Y, ¿cuántos años tenían de casados ustedes antes de que él se fuera de bracero?
LE: Pos imagínese, del [19]42. Nos casamos el [19]42.
MP: Entonces, ¿ese mismito año?
LE: El mismo año.
MP: El mismo. ¡Ah! Entonces, ni el año cumplieron juntos.
LE: No, cuando ya llegó eso de que iba a haber bracereada. Y ya se apuntó él y ya se vino a Guadalajara.
MP: Y, ¿cómo pudieron tener hijos? (risas)
LE: Cuando iba. (risas)
MP: Cuando iba. (risas)
LE: Pos no le digo que le daban vacaciones.
MP: Ey.
HE: No, no. Nos decían…
LE: Trabajábanos duro.
HE: Tenía… (risas)
MP: Señor, se está muriendo de la risa. (risas)
LE: No, es que ahora que le dio el embolio [la embolia] así quedó.
MP: ¡Ah, qué bueno! Qué bien.
LE: Por eso poco puede hablar.
MP: Entiendo, entiendo.
LE: Sí.
MP: Entonces, ¿así es como tuvieron hijos?
LE: Sí. (risas) Así es. (risas)
MP: Y, ¿cuándo nació su primer hijo?
LE: Pos eso sí no me acuerdo.
MP: ¿No?
LE: ¿Pa qué le voy a decir? No me acuerdo.
MP: Y la señora que los trajo…
LE: Ella, ella por el, por el Gobierno, el estado, es trabajadora. Como a mí se me acabó el líquido de mi brazo, por eso me, me pusieron. Ya ve que aquí les ponen trabajadora.
MP: Ey.
LE: Los que les dan poco dinero, les dan esa facilidad.
MP: ¡Ah! ¿Entonces no es…?
LE: Y ella, ella nos carga cuando se necesita de doctor y eso. Mandado, ella nos lleva.
MP: Ya entiendo, entiendo.
LE: Y me hace el, el trabajo de la casa.
MP: Ah, está bien.
LE: Cuatro días.
MP: Cuatro días a la semana.
LE: Sí.
MP: Y a ver, cuando usted estaba allá en México, ¿cómo la hacía usted para sobrevivir?
LE: Cuando podía que me mandaba y pos yo me ayudaba. Y luego mis papás me ayudaban también.
MP: ¿Le ayudaban con los hijos?
LE: Me ayudaban en, en el modo de la manutención.
MP: Entiendo. Entonces, ¿usted vivió con sus padres?
LE: No, en mi casita.
MP: En su casita.
LE: Sí.
MP: Ahí juntos. Ah, qué bien. Y, ¿sus hijos pudieron ir a la escuela o también tenían que quedarse a trabajar?
EL: No, estaban chicos.
MP: No. Entonces, ¿ellos nunca pudieron ir a la escuela?
EL: No.
MP: ¿A qué edad vinieron sus hijos ya para acá?
HE: ¿Cuando nos venimos?
MP: Ajá.
EL: A San Luis, Sonora.
MP: A San Luis, Sonora.
EL: Sí.
MP: Y a ver, ¿cómo pasó? Explíqueme eso, ¿cómo?
LE: ¿De la venida?
MP: Ey.
LE: Pues ya me vine a San Luis a seguirlo a él.
MP: ¿Cómo? ¿Por qué estaba en Sonora?
LE: Porque él estaba en Yuma.
MP: ¡Oh! Para…
HE: Allí está cerquita.
LE: Yuma, y luego sigue San Luis, Arizona y San Luis, Sonora.
MP: ¡Ah, ya entiendo! Entonces allí usted se quedó con su familia.
LE: Me vine yo con mi familia. De allá me traje [a] Sara, Rosa… me traje cuatro.
MP: ¿De cuántos eran?
LE: Uno de nueve, el otro de, uno de, una de cinco, Sara. Y Roberto empezó a caminar en el, en el camino.
MP: ¡Ah, qué bien! ¿Cuánto tiempo le tomó para llegar de Jalisco a Sonora?
LE: Pos no sé cuántas horas hace el camión.
MP: ¡Oh! Pero, entre medio del camión es cuando el…
LE: En el camión empezó a dar los primeros pasos.
MP: ¡Ah, qué bonito!
LE: Sí. Ése fue el más chico que me traje de allá de Jalisco.
MP: De Jalisco.
LE: Sí, me traje cuatro. Y ya los demás son de aquí de Sonora. Son yaquis.
MP: Son yaquis. (risas)
LE: Sí, yaquis de Sonora.
MP: ¡Ah, qué bien! Y, ¿usted se quedó entonces ahí toda su vida en Sonora o cómo le hicieron para llegar aquí a Estados Unidos después?
LE: Oh, porque ya él como estaba acá, ya creció la última, la hija del [19]59. Y ya creció y se casó con un ciudadano de aquí. Y se hizo ciudadana y nos arregló ella.
MP: Y los trajo de Sonora. ¿En qué año era eso?
LE: Nos cambiamos, que nos venimos para acá, veníamos y íbamos con pasaporte.
MP: Ah, entiendo.
LE: Ey. Y ya cuando ella nos arregló, entonces, sí ya nos venimos.
MP: ¡Ah, okay!
LE: Ey.
MP: Entonces, ¿qué hicieron después de que él terminara de ser bracero?
LE: Pos trabajaba en, en el algodón.
MP: ¿En Estados Unidos?
LE: En México.
HE: No, en…
LE: En, en Sonora.
HE: En Sonora.
MP: En Sonora. Entonces, ¿ahí se quedaron en Sonora?
HE: Sí.
LE: Sí, ahí radicamos. Fuimos avecindados de Sonora. Por eso tuve los yaquis ahí.
MP: ¡Ah, qué bien! (risas)
HE: Los yaquis.
LE: Sí, pues son yaquis de ahí.
MP: Y, ¿usted le daba regañadas a él cuando le decía de los bailes?
LE: No, porque no, no, no he sido yo amante de estar a dime y te diré.
MP: Ah, pos qué bueno.
LE: Mis papás no, no, no se, ellos no, que yo mirara cómo se trataban, no. Por eso nosotros éramos así.
MP: No, pos qué bueno.
LE: Ey. No. Por eso él vive contento.
MP: ¡Ah! (risas) Feliz. Así debe de ser.
HE: Sí.
LE: Sí.
MP: Qué bueno. Y en todo ese tiempo que estaba usted allá, ¿qué tuvo de ropa o cómo le hacía para lavar, ya que su esposa estaba en un lado y usted en el otro?
HE: ¿Yo acá? No, yo lavaba.
MP: ¿Usted lavaba?
HE: Sí.
MP: ¿Usted podía cocinar y lavar y todo eso?
HE: No, cocinar no, pero yo lavaba mi ropa nomás.
MP: Y, ¿cómo comía?
HE: Había comedores.
MP: ¡Ah!
HE: Sí, allí había comedor y que eso: “Ya hay comida, vámonos a hacer cola pa comer”. Almorzar o así en los domingos, a almorzar y a desayunar.
LE: Por eso no le quedaba dinero, porque ahí quedaba en el comedor.
MP: Ya entiendo.
HE: Ey. Allí, allí comida nunca hice yo. Bueno, una vez estuve solo ahí en un rancho, yo hacía tortilla, yo guisaba pa mí.
MP: Ah, ¿tortillas?
HE: Sí.
MP: ¡Uh! Yo que ni, yo no sé, yo las compro.
LE: Pos, por eso se me acabó el líquido, tanto hijo y haciendo tortillas de harina.
MP: Usted, ¿cada día tenía que hacer las tortillas?
LE: Diario.
MP: ¿Cómo?
HE: Aquí, aquí diario de hacer tortillas de harina.
MP: ¿En Sonora?
LE: Sí, aquí pura tortilla de, de harina se usa. Allá no, pos allá de, de maíz. En Jalisco, pura de maíz.
MP: Ey.
LE: Aquí venía, una señora me enseñó a hacerla. Con decirte que me acababa un bote un así de manteca que él me compraba.
MP: ¿Qué es eso? ¿Cómo unos tres pies? No, ¿sería un pie de manteca?
HE: Por aquí así los botes.
LE: Eran como, ¿cuatro libras? No.
HE: No, más.
LE: Como ocho libras.
MP: ¿Ocho libras de manteca en un día?
LE: De manteca.
HE: No.
LE: No.
MP: Bueno…
HE: A la semana.
LE: Amasaba la masa con pura manteca en vez de agua.
MP: ¡Ah!
LE: Pero una señora me enseñó a cómo se hacían.
MP: A ver, y dígame, ¿cómo era su día de a diario? ¿Cómo? ¿Qué? ¿Se despertaba a qué hora o cómo le hacía en Sonora?
LE: En Sonora, como yo había sido tan amante de dormir, (risas) me levantaba a las ocho.
MP: ¡Ah, qué bien!
LE: Y todavía me levanto a las ocho. (risas)
HE: Todavía no se te olvida.
LE: Mis papás no me exigían. A las ocho me levantaba.
MP: Y después de despertarse, ¿qué hacía?
LE: Pos hacer comida, hacer desayuno pa mis hijos, que fueran a la escuela.
MP: ¡Ah, qué bien! Entonces, ¿ya en Sonora pudieron ir sus hijos a la escuela?
LE: Sí. Ya fueron a la escuela en Sonora.
MP: Ya todos. Ah, qué bueno.
LE: López Mateos.
MP: Ah, está bien. Y pues, ¿qué hacían? ¿Cómo celebraban la Semana Santa y Navidad y toda la cosa? Porque estaban, pos separados, supongo, ¿verdad?
LE: No, pos él donde vivía y yo donde estaba.
MP: ¿Nunca los dejaban ir a la casa?
HE: Como en los días santos, no.
MP: No. Y, ¿en Navidad?
HE: Yo me pasaba los días santos aquí en, en El Centro.
MP: ¡Ah!
LE: Cuando le tocaba que salía ya, que se le acababa el contrato, era cuando salía. Y, si le tocaba estar, pos celebraba y si no, no.
MP: Y entonces, ¿usted que hacía? ¿No lo celebraba? ¿Trabajaba?
HE: No, viera que no, no, no se usaba, pues allí…
LE: Pues aquí se usa trabajar hasta los Jueves Santos y los Viernes [Santos]. Aquí no hay días de festivos, solamente de la, de la historia de aquí de Estados Unidos. Pero así no.
MP: Y, ¿pa Navidad?
HE: No, pos ahí nos la pasábanos nomás.
LE: Haciendo tamales.
HE: Porque yo, yo había veces que como el, cuando había día de fiesta, como en los días santos, que decían que, que es día santo, pos no nos importaba, nosotros trabajábanos.
MP: ¡Ah! Entonces, ¿para ganar la vida?
HE: Pos a fuerzas trabajábanos, porque si no, no comíamos.
MP: Entiendo, entiendo. Pues, ¿tienen otras historias que me quieran platicar sobre su vida juntos?
LE: No, yo no tengo ninguna historia.
MP: ¿No? ¿No?
HE: No, nada.
MP: Nada. Bueno.
HE: Ninguna.
MP: Bueno. Muchísimas gracias.
LE: Sí.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 26 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Mónica Pelayo
This is an interview with Herminio Estrada Tozcano and Librada Estrada on May 26, 2006 in San Bernardino, California. The interviewer is Mónica Pelayo. This interview is part of the Bracero Oral History Project.
MP: Bueno señor, podemos comenzar con usted. Y dígame, ¿en dónde nació y cuándo?
HE: Yo nací en Saloya. Bueno, o sea, en un rancho que es La Cofradía, pero yo soy bautizado en Saloya.
MP: ¿Saloya, Jalisco?
HE: Sí.
MP: Ah, de allá es mi familia. Unión de Tula.
HE: Sí.
MP: Ey. Bueno, qué bueno. Y, ¿cómo era allá en donde usted vivía?
HE: No, pos estaba muy feo. (risas)
MP: ¿En qué sentido?
HE: Era como un rancho.
MP: Un rancho.
HE: Sí.
MP: Entonces, ahí estaba, ¿cómo se llama? ¿Cómo puedo decir? ¿No tenían electricidad?
HE: Nada, había.
MP: ¿Agua potable?
HE: No, todavía no había.
MP: ¿No? Y, ¿usted venía de familia grande, chica, mediana?
HE: Chica.
MP: ¿Chica? ¿Cuántos eran?
HE: No, no sé, no eran más que, pos éramos dos nomás.
MP: ¿Nomás dos?
HE: Oh, tres éramos. (risas)
MP: Se le olvidó uno.
HE: Ya se iba quedando uno.
MP: Ey. Y, ¿cuántos eran de mujeres y hombres?
HE: Nomás yo era de hombre.
MP: Y, ¿dos muchachas?
HE: Dos muchachas.
MP: Y, ¿sus padres de qué trabajaban?
HE: No, no trabajaron.
MP: ¿No?
HE: Él murió, lo mataron a él.
MP: ¿Cómo? ¿Cuándo?
HE: En la Revolución.
MP: Oh, ¿en la Revolución? Y, ¿cuántos años tenía usted?
HE: No, yo tenía algunos tres, cuatro años.
MP: Ah, entonces usted nunca lo vio.
HE: No, no.
MP: No. Y, ¿su mamá tuvo que, qué hizo su mamá?
HE: Se quedó sola ahí.
MP: Ahí, ¿cuidándolos a ustedes?
HE: Nomás a nosotros.
MP: Entonces, ¿usted era el más pequeño o era el más grande?
HE: Era el segundo.
MP: ¿Usted era el segundo?
HE: Sí.
MP: Entiendo. Y, ¿pudo ir a la escuela?
HE: Viera que no.
MP: ¿No fue?
HE: Yo, me pusieron en la escuela, pero andando yo en la escuela, tenía dos días que había ido a la escuela y mataron al, al profesor.
MP: ¡Ay, Dios mío!
HE: Lo mataron los Cristeros que les nombraban allá.
MP: ¿Cómo es eso, los Cristeros? Yo nunca había escuchado eso.
HE: Ese, revoltosos.
MP: Ah.
HE: Es, no eran de Gobierno, eran del, como decir… Bueno, del cerro, que usted comprenderá.
MP: Ey. (risas) Yo entiendo el cerro, completamente.
HE: Ey, ey. (risas)
MP: Bueno. Y, ¿cuándo comenzó a trabajar usted?
HE: No, pues yo trabajé como de, de primero, como de unos diez años.
MP: ¿Qué hacía?
HE: [Es]taba trabajando ya en la labor, en el maíz, arando, sembrando y todo eso.
MP: Ah, qué bien. Y pues, cuénteme, ¿cómo escuchó del Programa Bracero?
HE: No, pues nos, nos dijeron, allá estaban contratándose en Guadalajara. Y yo me vine a Guadalajara, pero ya estaba grande ya, ya me había casado yo.
MP: ¿Cuántos años tenía usted?
HE: Ya tenía yo, pos nos casamos el [19]42.
MP: Ah, qué bien, qué bien. Y, ¿cómo se dice? ¿Qué tipo de trabajo, de qué lo contrataron? ¿En dónde? ¿Cómo fue ese proceso?
HE: El primer contrato fue en, en Maricopa, Phoenix en la lechuga.
MP: ¿En la lechuga? Ah. Y, ¿cómo fue el proceso para que usted llegara a allí?
HE: Este, teníamos un contrato de dieciocho meses, se acabó y fuimos a renovarlo, pero todo ese tiempo yo trabajé en la Águila también.
MP: ¿Águila?
HE: Sí.
MP: Y, ¿no habían requisitos para que usted comenzara en el programa?
HE: No.
MP: ¿No? Ah, ¿qué bien? Y, ¿no le hicieron exámenes ni nada de eso?
HE: Oh, ¿cuándo entramos de contratados? Sí.
MP: ¿Qué tipo de examen?
HE: Pos le echaban polvo a uno y en la cabeza, que, que traía uno piojos. ¡Ay, sí! (risas) No, no, pos polvean los, con una de esas que es como soplete pa desinfestar [desinfectar]. Y ya nos mandaban pa tal parte: “Van a ir a tal parte”.
MP: Ey.
HE: Sí. Y yo trabajé en el Phoenix y en la Águila. Y luego, del Águila se acabó el contrato… ¡Ah, no! Todavía teníamos contrato y me vine a Yuma.
MP: ¿Arizona?
HE: Allí, allí sí se me acabó el contrato y nos mandaron a contratar hasta Empalme. Y Empalme nos contrataba otra vez, por dieciocho años, dieciocho meses.
MP: Meses. (risas)
HE: Dieciocho meses. Y de allí, pos seguimos trabajando mucho allí en el… Ya, ya se acabó el contrato y me tocó a El Centro. Y luego de ahí, nos fuimos pa Salinas.
MP: ¿California?
HE: Sí. En Salinas, se me acabó el contrato otra vez, otros dieciocho meses y me vine a contratar a, ahí me contraté en Somerton, Yuma. Y entonces me tocó pa Yuba City. Allá fue el remate ya.
MP: ¿Ya ahí paró?
HE: Ya se acabó.
MP: Y, ¿cuánto duró en todo esos tiempos? ¿Cuántos años serían?
HE: Pos me contraté el, ¿qué?
MP: [El 19]42, dijo.
HE: El [19]42 y pos hasta que se acabó. Se acabó el contrato.
MP: Entonces, aquí me dijo su esposa que fueron veinte años que usted estuvo de arriba pa abajo como bracero, ¿es cierto?
HE: Sí.
MP: Y dígame, ¿cómo? Aquí entre nos, ¿qué hacía en sus días de descanso o no tenía?
HE: Pos había veces que sí teníamos. Como el sábado ya no trabajábanos, nomás medio día y vámonos. Nos salíamos a dar la vuelta a México.
MP: ¿Cómo a dar la vuelta a México? ¿Cómo le hacían?
HE: Pos no, había permiso. Con los contratos entrábanos y salía.
MP: ¡Ah! Y, ¿en dónde estaba en ese tiempo?
HE: En Yuma.
MP: En Yuma. Entonces, de Yuma.
HE: Ey.
MP: Y cuando estaba en Salinas, ¿qué hacía?
HE: No, allá no salíamos.
MP: Ya, ya no salían.
HE: No.
MP: ¿No iban al cine, no?
HE: No, allí ya no.
MP: ¿Ya no?
HE: Ya estaba muy retirado.
MP: Ah, ¿entonces ustedes no estaban cercas de la ciudad?
HE: No, no, estábamos en un rancho.
MP: Y, ¿cómo sabía? ¿Habían muchos braceros?
HE: Uh, bastante.
MP: ¿En serio?
HE: Ey.
MP: Y pos ¿cómo sabían quién era quién?
HE: Pos, ¿como de qué?
MP: ¿Cómo sabían cuántos? ¿Había un sistema? ¿Te llamaban por nombre?
HE: Lista.
MP: Lista.
HE: Ey. Julano de tal, zutano, mangano y así. Así los nombraban, lo mismo que acá. También en Yuma, en todas partes había una lista de los braceros que andábanos.
MP: Ey.
HE: Que andábanos cincuenta o cien. Allí estaba la lista.
MP: Ey.
HE: Y nomás pa comer o pa entrar al trabajo, nombraban lista. Y el que no salía o no, no respondía, pos lo tachaban.
MP: Lo tachaban. Y, ¿había gente que se escapaba o qué?
HE: Pos, a las últimas sí se escaparon ya.
MP: ¿Por qué cree?
HE: Algunos. Porque alargaban el contrato y mejor se iban pa otro lado.
MP: Ey. Y, ¿pos cuál fue su experiencia bien gacha? ¿Cuál fue la peor?
HE: Pos yo creo que ésa.
MP: ¿Cuál?
HE: De que se escapaban.
MP: Pero, ¿a usted nunca le tocó algo bien feo?
HE: No. No, yo no. A mí no me tocó nada de eso.
MP: ¿Nada, nada?
HE: No.
MP: ¿Siempre los mayordomos estaban bien con usted?
HE: Pos unos sí y otros no. Así, allá andábanos ahí. Había veces que se portaban mal, pos no le hace. Hay que, a mí dan trabajo y ya. Eso era todo.
MP: Ah, los mayordomos no, ¿cómo se puede decir? ¿De qué raza eran?
HE: Mexicanos.
MP: Sí. Mexicanos, ¿eran mexicanos de México?
HE: Sí.
MP: O, ¿de nacidos aquí?
HE: Unos sí, como dos fueron de aquí y los demás fueron mexicanos, pero de aquí son.
MP: Ah. Y, ¿a usted nunca le tocó trabajar con otros de otra raza?
HE: No.
MP: ¿No?
HE: No, puro mexicano.
MP: Y, ¿los mexicanos eran…? ¿Habían de indígen[a]s?
HE: Pos no, no sé, no.
MP: ¿No?
HE: No, no había.
MP: No había. Ah, qué bien. Pues cuénteme, ¿no tiene ningunas historitas por ahí que tenga escondidas de sus aventuras aquí en los Estados Unidos?
HE: No, no.
MP: ¿No?
HE: No, pues casi lo más, nos tocaba en un rancho. Lo más cercas jue aquí en Yuma, de México y las demás partes era en el rancho, como en la Águila, en Phoenix. Nosotros trabajábanos en un ranchito que se llama Avondale y de allí trabajábanos. Y pos muy poco había que salir.
MP: Y cuando iban a México, ¿qué hacían?
HE: Pos iba a bailar. (risas)
MP: Bailar.
HE: No, pos nomás a divertirnos.
MP: Nomás a divertirse, bailar.
HE: Sí.
MP: ¿Habían muchos bailes siempre?
HE: Pos sí había.
MP: Ey.
HE: Lo mismo que en Phoenix, también había bailes cuando, como los sábados había baile.
MP: Ah, qué bien.
HE: Ey. Ya. Y nosotros: “Que vamos al baile”. “Pos, vamos. Pos ya andamos aquí”.
MP: Y, ¿usted tenía que pagar pa bailar?
HE: No, yo no bailaba mucho.
MP: ¿No? ¿Por qué no?
HE: Porque no me gustaba, me gustaba tomar.
MP: ¡Ah!
HE: Yo me sentaba por ahí en una mesa y ya, échenle pa acá. (risas)
MP: Entonces, ¿también tomaba cuando estaba allá en Salinas?
HE: No, fíjese que allá no.
MP: ¿Allá no?
HE: No, no, no había baile ni cantina, nada había.
MP: ¡Ah!
HE: Es un, era como un rancho ahí donde pasaba el tren.
MP: Oh, cercas del tren.
HE: Sí.
MP: De las vías del tren.
HE: Sí.
MP: Pero allá cercas de México, pos ahí sí había.
HE: No, acá sí. Lo mismo que este, en Salinas este, en Yuba City. Pos está Sacramento ahí cerquitas. Nos íbanos a pie a Sacramento. Y pos allí nomás pasábanos el puente, [d]onde pasan los barcos, un canalón que ahí allí. Nomás pasaban ahí y esperábanos que pasaran los barcos. Y se levantaba el, el puente y al rato se, se cerraba y ya lo agarrábanos y nos pasábanos. (risas)
MP: ¿Tanto así se divertían?
HE: Sí, un poco.
MP: Ah, pos qué bueno. Para pasar el día, ¿no?
HE: Pos sí, pos se pasaba muy aburrido uno ahí.
MP: Ey. Y pos, ¿no le mandaba cartas a su esposa?
HE: Sí.
MP: Y, ¿qué le decía? (risas)
HE: Pos que, que estaba (risas) en el baile.
MP: Que estaba en el baile.
HE: Sí.
MP: ¡Ah, qué chistosito! Qué bueno. A ver usted, doña, a ver, platíqueme. Y, ¿en dónde nació usted?
LE: Yo soy nativa de la Unión de Tula, Jalisco.
MP: De la Unión de Tula.
LE: Sí.
MP: Ah. Y, ¿viene de familia chiquita o grande?
LE: ¿De hermanos?
MP: Ajá.
LE: Nomás fuimos siete.
MP: ¿Siete? ¿Cuántas mujeres y cuántos [hombres]?
LE: Ya ni me acuerdo. Cuatro.
MP: Cuatro mujeres y, ¿tres hombres?
LE: Tres hombres.
MP: ¡Ah, qué bien! Y, ¿cómo se conocieron? Platíqueme.
LE: Pos nos conocimos por medio de que cuando ellos se avencindaron a la Unión de Tula, este, que vivían en el Pospisaloya, entonces rentaron casa allí enseguida del, onde mis papás y de ese modo nos conocimos.
MP: ¡Ah, qué bien! Y, ¿cuánto tiempo anduvieron de novios?
LE: Un año.
MP: ¿Un año? ¡Ah, qué bien!
HE: Poquito. (risas)
MP: ¿Por qué dice eso? (risas)
LE: Dice que poquito.
HE: No, pues muchos duran muchos años.
MP: Pero, es que era amor a primera vista, ¿verdad?
LE: Sí.
MP: ¡Qué bueno! Y así debe de ser. (risas) Y pos, ¿cuántos hijos tuvieron?
HE: Jueron once.
MP: ¿Fueron once?
LE: Ocho, ocho vivos.
MP: Ocho vivos. Y, ¿cuántos de esos ocho fueron mujeres y hombres?
LE: Cuatro y cuatro.
MP: Cuatro y cuatro. ¡Ah! Le salieron parejitos.
LE: Sí.
MP: ¡Qué bien! Así está bien.
LE: Sí.
MP: Y, ¿usted pudo ir a la escuela cuando era chiquita?
LE: No, no supe, porque, porque sí hubo escuela, pero tocante a eso que hubo unas clases, le nombraban que eran laicas y mis papás como eran tan, mi papá como era tan recto, no quiso ya que fuera yo a la escuela.
MP: Entonces, ¿solamente iban sus hermanos?
LE: Poco, poco estudio tuvieron ellos.
MP: Y, ¿sus hermanas tampoco pudieron?
LE: Poca, poca estudios.
MP: Poco.
LE: Sí, también. Y yo, pos me iban pasando por, no porque sabía. Los tres o cuatro años, por lo, mi mente no me ayudaba. Y me iban pasando por grande que estaba, no porque sabía.
MP: ¡Ah!
LE: Ey.
MP: Pero, ¿saben ustedes leer y escribir?
LE: Yo líricamente aprendí, no aprendí. No le digo que mi mente no me ayuda. Es que yo cuando tenía cuatro años, según me platican mis familiares, di una caída de muy alto y quedé toda descuartijada, como gallina deshuesada.
MP: ¡Ay, Dios mío!
LE: Sí. Y no, no me ayuda mi mente.
MP: Y, ¿usted señor? ¿Puede leer y escribir?
HE: No, fíjese. Como le digo, no tuve escuela yo.
MP: Entonces, se ayudan.
HE: Yo, yo había veces que nomás el dedote ponía pa firmar. Y un muchacho me dijo: “No, pos, ponte a hacer esto”. Y me ayudó él. Por eso pongo mi nombre mal.
MP: Pero lo pone.
HE: Sí. Y pa leer, pos solamente deletreando.
MP: Entonces, ¿cómo le mandaba cartas usted a su esposa?
HE: Otro me hacía las cartas. Yo nomás le estaba diciendo.
MP: Y usted dijo que no. ¿No le mandaba cartas?
LE: Muy poco.
MP: Muy poco. Y, ¿no le mandaba dinero?
LE: Por razón de que pos si, ¿qué les pagaban? Muy poco. Poco me mandaba, pero como no sabía leer, pos le daba pena enfadar a los amigos que le hicieran las cartas.
HE: No, pos fíjese que en el tiempo que anduvimos de braceros, la bracereada nos acabó, porque había cheques que sacábanos hasta de $2, $2 pesos ó $1.50.
LE: $0.75 centavos.
HE: Por cheque, oiga.
MP: ¿No le daban ni un…? ¿Cómo? No entiendo. ¿No le daban suficiente en su cheque?
HE: No y nos matábanos mucho.
MP: Y, ¿cómo pasó eso? ¿Cómo le pagaban?
HE: Que comida, que el seguro, que sabe qué, nos hacían un borlote grande. Y pos yo no, yo en veces renegaba, porque no tenía dinero.
MP: Y, ¿les decía a los mayordomos?
HE: No, no le decíamos nada.
MP: ¿No?
HE: Porque…
EL: Eran muy brutos.
HE: Eran muy, muy, ¿cómo?
EL: Los mayordomos.
MP: Los mayordomos.
HE: Ey.
MP: ¿Qué les hacían o qué?
HE: No nos decían nada, nomás retaban ellos solos, que si no nos gustaba, allí estaba México cerca.
MP: ¿Así le decían? Ah, pos qué feo.
LE: Muy mal.
HE: Por eso ahora, ahora que estoy fregado, me dan, me pasan dinero y no, no tengo yo que decir que no me han ayudado. Si me han ayudado es porque me lo deben.
MP: Y, ¿cuántos años tenían de casados ustedes antes de que él se fuera de bracero?
LE: Pos imagínese, del [19]42. Nos casamos el [19]42.
MP: Entonces, ¿ese mismito año?
LE: El mismo año.
MP: El mismo. ¡Ah! Entonces, ni el año cumplieron juntos.
LE: No, cuando ya llegó eso de que iba a haber bracereada. Y ya se apuntó él y ya se vino a Guadalajara.
MP: Y, ¿cómo pudieron tener hijos? (risas)
LE: Cuando iba. (risas)
MP: Cuando iba. (risas)
LE: Pos no le digo que le daban vacaciones.
MP: Ey.
HE: No, no. Nos decían…
LE: Trabajábanos duro.
HE: Tenía… (risas)
MP: Señor, se está muriendo de la risa. (risas)
LE: No, es que ahora que le dio el embolio [la embolia] así quedó.
MP: ¡Ah, qué bueno! Qué bien.
LE: Por eso poco puede hablar.
MP: Entiendo, entiendo.
LE: Sí.
MP: Entonces, ¿así es como tuvieron hijos?
LE: Sí. (risas) Así es. (risas)
MP: Y, ¿cuándo nació su primer hijo?
LE: Pos eso sí no me acuerdo.
MP: ¿No?
LE: ¿Pa qué le voy a decir? No me acuerdo.
MP: Y la señora que los trajo…
LE: Ella, ella por el, por el Gobierno, el estado, es trabajadora. Como a mí se me acabó el líquido de mi brazo, por eso me, me pusieron. Ya ve que aquí les ponen trabajadora.
MP: Ey.
LE: Los que les dan poco dinero, les dan esa facilidad.
MP: ¡Ah! ¿Entonces no es…?
LE: Y ella, ella nos carga cuando se necesita de doctor y eso. Mandado, ella nos lleva.
MP: Ya entiendo, entiendo.
LE: Y me hace el, el trabajo de la casa.
MP: Ah, está bien.
LE: Cuatro días.
MP: Cuatro días a la semana.
LE: Sí.
MP: Y a ver, cuando usted estaba allá en México, ¿cómo la hacía usted para sobrevivir?
LE: Cuando podía que me mandaba y pos yo me ayudaba. Y luego mis papás me ayudaban también.
MP: ¿Le ayudaban con los hijos?
LE: Me ayudaban en, en el modo de la manutención.
MP: Entiendo. Entonces, ¿usted vivió con sus padres?
LE: No, en mi casita.
MP: En su casita.
LE: Sí.
MP: Ahí juntos. Ah, qué bien. Y, ¿sus hijos pudieron ir a la escuela o también tenían que quedarse a trabajar?
EL: No, estaban chicos.
MP: No. Entonces, ¿ellos nunca pudieron ir a la escuela?
EL: No.
MP: ¿A qué edad vinieron sus hijos ya para acá?
HE: ¿Cuando nos venimos?
MP: Ajá.
EL: A San Luis, Sonora.
MP: A San Luis, Sonora.
EL: Sí.
MP: Y a ver, ¿cómo pasó? Explíqueme eso, ¿cómo?
LE: ¿De la venida?
MP: Ey.
LE: Pues ya me vine a San Luis a seguirlo a él.
MP: ¿Cómo? ¿Por qué estaba en Sonora?
LE: Porque él estaba en Yuma.
MP: ¡Oh! Para…
HE: Allí está cerquita.
LE: Yuma, y luego sigue San Luis, Arizona y San Luis, Sonora.
MP: ¡Ah, ya entiendo! Entonces allí usted se quedó con su familia.
LE: Me vine yo con mi familia. De allá me traje [a] Sara, Rosa… me traje cuatro.
MP: ¿De cuántos eran?
LE: Uno de nueve, el otro de, uno de, una de cinco, Sara. Y Roberto empezó a caminar en el, en el camino.
MP: ¡Ah, qué bien! ¿Cuánto tiempo le tomó para llegar de Jalisco a Sonora?
LE: Pos no sé cuántas horas hace el camión.
MP: ¡Oh! Pero, entre medio del camión es cuando el…
LE: En el camión empezó a dar los primeros pasos.
MP: ¡Ah, qué bonito!
LE: Sí. Ése fue el más chico que me traje de allá de Jalisco.
MP: De Jalisco.
LE: Sí, me traje cuatro. Y ya los demás son de aquí de Sonora. Son yaquis.
MP: Son yaquis. (risas)
LE: Sí, yaquis de Sonora.
MP: ¡Ah, qué bien! Y, ¿usted se quedó entonces ahí toda su vida en Sonora o cómo le hicieron para llegar aquí a Estados Unidos después?
LE: Oh, porque ya él como estaba acá, ya creció la última, la hija del [19]59. Y ya creció y se casó con un ciudadano de aquí. Y se hizo ciudadana y nos arregló ella.
MP: Y los trajo de Sonora. ¿En qué año era eso?
LE: Nos cambiamos, que nos venimos para acá, veníamos y íbamos con pasaporte.
MP: Ah, entiendo.
LE: Ey. Y ya cuando ella nos arregló, entonces, sí ya nos venimos.
MP: ¡Ah, okay!
LE: Ey.
MP: Entonces, ¿qué hicieron después de que él terminara de ser bracero?
LE: Pos trabajaba en, en el algodón.
MP: ¿En Estados Unidos?
LE: En México.
HE: No, en…
LE: En, en Sonora.
HE: En Sonora.
MP: En Sonora. Entonces, ¿ahí se quedaron en Sonora?
HE: Sí.
LE: Sí, ahí radicamos. Fuimos avecindados de Sonora. Por eso tuve los yaquis ahí.
MP: ¡Ah, qué bien! (risas)
HE: Los yaquis.
LE: Sí, pues son yaquis de ahí.
MP: Y, ¿usted le daba regañadas a él cuando le decía de los bailes?
LE: No, porque no, no, no he sido yo amante de estar a dime y te diré.
MP: Ah, pos qué bueno.
LE: Mis papás no, no, no se, ellos no, que yo mirara cómo se trataban, no. Por eso nosotros éramos así.
MP: No, pos qué bueno.
LE: Ey. No. Por eso él vive contento.
MP: ¡Ah! (risas) Feliz. Así debe de ser.
HE: Sí.
LE: Sí.
MP: Qué bueno. Y en todo ese tiempo que estaba usted allá, ¿qué tuvo de ropa o cómo le hacía para lavar, ya que su esposa estaba en un lado y usted en el otro?
HE: ¿Yo acá? No, yo lavaba.
MP: ¿Usted lavaba?
HE: Sí.
MP: ¿Usted podía cocinar y lavar y todo eso?
HE: No, cocinar no, pero yo lavaba mi ropa nomás.
MP: Y, ¿cómo comía?
HE: Había comedores.
MP: ¡Ah!
HE: Sí, allí había comedor y que eso: “Ya hay comida, vámonos a hacer cola pa comer”. Almorzar o así en los domingos, a almorzar y a desayunar.
LE: Por eso no le quedaba dinero, porque ahí quedaba en el comedor.
MP: Ya entiendo.
HE: Ey. Allí, allí comida nunca hice yo. Bueno, una vez estuve solo ahí en un rancho, yo hacía tortilla, yo guisaba pa mí.
MP: Ah, ¿tortillas?
HE: Sí.
MP: ¡Uh! Yo que ni, yo no sé, yo las compro.
LE: Pos, por eso se me acabó el líquido, tanto hijo y haciendo tortillas de harina.
MP: Usted, ¿cada día tenía que hacer las tortillas?
LE: Diario.
MP: ¿Cómo?
HE: Aquí, aquí diario de hacer tortillas de harina.
MP: ¿En Sonora?
LE: Sí, aquí pura tortilla de, de harina se usa. Allá no, pos allá de, de maíz. En Jalisco, pura de maíz.
MP: Ey.
LE: Aquí venía, una señora me enseñó a hacerla. Con decirte que me acababa un bote un así de manteca que él me compraba.
MP: ¿Qué es eso? ¿Cómo unos tres pies? No, ¿sería un pie de manteca?
HE: Por aquí así los botes.
LE: Eran como, ¿cuatro libras? No.
HE: No, más.
LE: Como ocho libras.
MP: ¿Ocho libras de manteca en un día?
LE: De manteca.
HE: No.
LE: No.
MP: Bueno…
HE: A la semana.
LE: Amasaba la masa con pura manteca en vez de agua.
MP: ¡Ah!
LE: Pero una señora me enseñó a cómo se hacían.
MP: A ver, y dígame, ¿cómo era su día de a diario? ¿Cómo? ¿Qué? ¿Se despertaba a qué hora o cómo le hacía en Sonora?
LE: En Sonora, como yo había sido tan amante de dormir, (risas) me levantaba a las ocho.
MP: ¡Ah, qué bien!
LE: Y todavía me levanto a las ocho. (risas)
HE: Todavía no se te olvida.
LE: Mis papás no me exigían. A las ocho me levantaba.
MP: Y después de despertarse, ¿qué hacía?
LE: Pos hacer comida, hacer desayuno pa mis hijos, que fueran a la escuela.
MP: ¡Ah, qué bien! Entonces, ¿ya en Sonora pudieron ir sus hijos a la escuela?
LE: Sí. Ya fueron a la escuela en Sonora.
MP: Ya todos. Ah, qué bueno.
LE: López Mateos.
MP: Ah, está bien. Y pues, ¿qué hacían? ¿Cómo celebraban la Semana Santa y Navidad y toda la cosa? Porque estaban, pos separados, supongo, ¿verdad?
LE: No, pos él donde vivía y yo donde estaba.
MP: ¿Nunca los dejaban ir a la casa?
HE: Como en los días santos, no.
MP: No. Y, ¿en Navidad?
HE: Yo me pasaba los días santos aquí en, en El Centro.
MP: ¡Ah!
LE: Cuando le tocaba que salía ya, que se le acababa el contrato, era cuando salía. Y, si le tocaba estar, pos celebraba y si no, no.
MP: Y entonces, ¿usted que hacía? ¿No lo celebraba? ¿Trabajaba?
HE: No, viera que no, no, no se usaba, pues allí…
LE: Pues aquí se usa trabajar hasta los Jueves Santos y los Viernes [Santos]. Aquí no hay días de festivos, solamente de la, de la historia de aquí de Estados Unidos. Pero así no.
MP: Y, ¿pa Navidad?
HE: No, pos ahí nos la pasábanos nomás.
LE: Haciendo tamales.
HE: Porque yo, yo había veces que como el, cuando había día de fiesta, como en los días santos, que decían que, que es día santo, pos no nos importaba, nosotros trabajábanos.
MP: ¡Ah! Entonces, ¿para ganar la vida?
HE: Pos a fuerzas trabajábanos, porque si no, no comíamos.
MP: Entiendo, entiendo. Pues, ¿tienen otras historias que me quieran platicar sobre su vida juntos?
LE: No, yo no tengo ninguna historia.
MP: ¿No? ¿No?
HE: No, nada.
MP: Nada. Bueno.
HE: Ninguna.
MP: Bueno. Muchísimas gracias.
LE: Sí.
Fin de la entrevista
Interviewer
Pelayo, Monica
Interviewee
Librado Estrada
Location
San Bernardino, CA
File Name Identifier
Estrada_SANB005
Citation
Pelayo, Monica and Estrada, Librada and Herminio Estrada Librada, “Librada Estrada,” Bracero History Archive, accessed November 23, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/377.