Jesús Arriaga Sierra
Title
Jesús Arriaga Sierra
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Jesús Arriaga Sierra was born on December 14, 1941, in Buenavista Chinantla, Puebla, México; he is one of five brothers; at age 13, he began working in agriculture; he was a bracero from 1963 to 1965, and he worked in California and Texas picking cotton and tomatoes.
Summary of Interview: Mr. Arriaga Sierra recalls his childhood in Buenavista Chinantla, Puebla, México and growing up with five brothers; he states that he completed two full years of formal education; additionally, he remembers working in the fields since he was thirteen years old; at the age of twenty-one, he decided to join the bracero program due to economic necessity; he was contracted in Empalme, Sonora, México; in this interview, he describes what the process was like at Empalme, how he was treated, and the medical exams he was put through; once contracted, he recounts being taken to the US-México border in the El Paso, Texas area; he discusses how he was deloused and, afterwards, taken to a center for hiring; he worked as a bracero from 1963 to 1965 in California and Texas; in those years, he picked cotton and tomatoes; he describes what work was like as a bracero, the good treatment he received from foremen, and the difficulty of having to work bent over for most of the day; furthermore, he details that he labored Monday through Saturday, and he explains the pay he received as a bracero; he also discusses the deductions that were made from his paycheck for food; moreover, he recalls having much difficulty with Filipino foremen; to conclude, he states that he entered the United States as an undocumented worker in 1980, gained citizenship through amnesty, and brought his family to California in the late 1980s.
Summary of Interview: Mr. Arriaga Sierra recalls his childhood in Buenavista Chinantla, Puebla, México and growing up with five brothers; he states that he completed two full years of formal education; additionally, he remembers working in the fields since he was thirteen years old; at the age of twenty-one, he decided to join the bracero program due to economic necessity; he was contracted in Empalme, Sonora, México; in this interview, he describes what the process was like at Empalme, how he was treated, and the medical exams he was put through; once contracted, he recounts being taken to the US-México border in the El Paso, Texas area; he discusses how he was deloused and, afterwards, taken to a center for hiring; he worked as a bracero from 1963 to 1965 in California and Texas; in those years, he picked cotton and tomatoes; he describes what work was like as a bracero, the good treatment he received from foremen, and the difficulty of having to work bent over for most of the day; furthermore, he details that he labored Monday through Saturday, and he explains the pay he received as a bracero; he also discusses the deductions that were made from his paycheck for food; moreover, he recalls having much difficulty with Filipino foremen; to conclude, he states that he entered the United States as an undocumented worker in 1980, gained citizenship through amnesty, and brought his family to California in the late 1980s.
Creator
Sandoval, Adriana
Arriaga Sierra, Jesús
Date
2006-05-20
Subject
bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Jesús Arriaga Sierra
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini disc
Duration
38:06
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Jesús Arriaga Sierra
Fecha de la entrevista: 20 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Adriana Sandoval
This is an interview with Jesús Arriaga Sierra on Saturday, May 20th, 2006, the interviewer is Adriana Sandoval and this interview is part of the Bracero Oral History Project.
AS: Podemos empezar con su niñez, entonces, ¿dónde y cuándo nació usted?
JA: Nací el mes 12, 14 del [19]41. [14 de diciembre de 1941]
AS: Y hábleme de su familia y del lugar donde nació.
JA: En Buenavista, Chinantla, Puebla.
AS: Y, ¿a qué se dedicaban sus padres?
JA: Este, trabajar en el campo, en el campo, sembrar maíz, cacahuates, ajonjolí, nomás puro de temporal nomás.
AS: Y, ¿viene usted de una familia grande?
JA: Sí.
AS: ¿Cuántos hermanos y hermanas?
JA: Cinco hermanos, siete.
AS: Y, ¿ellos dónde están ahora?
JA: Aquí están, allá solamente está uno en México, en México.
AS: Y hábleme de cuando fue a la escuela, ¿fue usted a la escuela de pequeño?
JA: Sí.
AS: ¿Dónde y por cuántos años?
JA: Hasta el segundo año nomás.
AS: Y, ¿aprendió usted a leer y a escribir?
JA: Sí, pues poco, no mucho.
AS: Bueno y, ¿cuántos años tenía cuando empezó a trabajar?
JA: ¿Allá en el campo?
AS: Sí, sí.
JA: Ya grande, como de unos trece años, por ahí así, catorce años.
AS: Y, ¿me puede contar de su primer trabajo?
JA: ¿De allá de mi tierra?
AS: Oh, sí, sí, de cuando empezó a trabajar por primera vez.
JA: Pos a sembrar maíz, trabajar con la yunta y…
AS: Y, ¿cómo se enteró usted del Programa Bracero?
JA: Porque allá, pos se oía, se oía por radio que iba a haber braceros, pues. Y entonces ya, de allá nosotros nos venimos al estado de Puebla, porque allá era donde se contrataba uno.
AS: Y, ¿dónde vivía usted en ese tiempo?
JA: En Buena Vista, Chinantla, Puebla.
AS: Y, ¿qué tipo de trabajo tenía?
JA: ¿En la casa?
AS: Sí, antes de que se fue para ser bracero.
JA: Sembramos maíz, cacahuate, ajonjolí, frijol.
AS: Y, ¿estaba ya casado?
JA: Soltero.
AS: ¿Soltero?
JA: Soltero.
AS: ¿Cuántos años tenía?
JA: Como trece años cuando ya comenzamos a trabajar, de trece, catorce años.
AS: Y, ¿cuándo decidió contratarse para ser un bracero?
JA: Eso ya de veinte años, veintiuno.
AS: Y, ¿todavía estaba soltero?
JA: Soltero, sí.
AS: Y, ¿por qué decidió ir a los Estados Unidos?
JA: Pues por, a veces por necesidad, ¿verdad? Porque allá sí, si no llueve, este, no hay cosecha. A veces cuando no llueve no ha levantado uno casi nada y por eso es nuestra necesidad de venir para acá.
AS: ¿Influyó su familia de alguna forma en su decisión?
JA: No, ¿como de qué?
AS: Para venirse a los Estados Unidos o, ¿fue su decisión solamente?
JA: No, por, pos permiso de mi papá porque entonces todavía vivía mi papá, mi mamá también.
AS: ¿Puede describir el proceso de contratación?
JA: ¿A dónde yo trabajé aquí en Estados Unidos?
AS: Más como, desde cuando decidió aplicar para ser un bracero y el proceso que tuvo que ir para coger su permiso y para llegar a la frontera y escoger su trabajo, ¿cómo fue todo eso?
JA: Es que cuando, de allá de Puebla cuando salimos, este, la lista decía: “Se van de aquí hasta Empalme, Sonora”. Y ahí era donde nos contratábamos nosotros, porque si llegaba uno, al otro día nos contratábamos y ya de ahí, al otro día nos mandaban pa acá pa la frontera. Y ya de ahí nos sacaban sangre, nos revisaban todo, si veníamos bueno y sanos. Y ya ahí sí ya, este, esperando nada más el patrón que cuántos necesitaba, cincuenta o sesenta hombres. Y ahí son de, pues nosotros veníamos a trabajar, pues cualquier patrón que venía. Pues a veces aunque nos engañaban, decían: “Se van a ir a cortar higo”. Pero no, cuando veníamos a cortar tomate era puro tomate.
AS: Y, ¿qué requisitos debían cumplir para ser braceros?
JA: Nos daban, nos pedían que tuviéramos cartilla, una cartilla de preferencia para que nosotros cruzáramos para acá. Y era, lo único que teníamos era una cartilla, porque los que no tenían cartilla no habían dado servicio al… Porque ahí marchaba uno de dieciocho años y con eso nosotros teníamos el permiso pues, nos daban el permiso pa venirnos para acá, con la cartilla.
AS: Y, ¿qué tenían que hacer para demostrar que reunían esos requisitos?
JA: Pues ellos, primero nos veían que si de veras sabíamos trabajar, nos ponían como quinientas hojas, meterlas en una bolsa y ahí nos veían que si éramos de trabajo o no. Y ahí comenzábamos a meterlas de cuantas hojas, dice: “¿Cuántas hojas van a ir metiendo por cada, por cada bolsita?”. Porque esas bolsas nos ocupábamos, las ocupábamos nosotros para el lonche y todo, ajá. Y teníamos, es como le digo, teníamos que estar bueno y sanos para trabajar y luego hacer el lonche también en el trabajo. Y si no salíamos, ellos veían que si uno sale, uno enfermo, nos regresaban para atrás. Todo aquél que no, no, estaba bueno y sano, lo regresaban para atrás. Nos ponía una máquina aquí por delante y se revisaba que si [es]taba uno bueno de los pulmones y todo. Y todo, pues gracias a Dios nosotros salíamos bien y… Pero otros, había otros paisanos que de ahí los regresaban para atrás. Nos chispaba unas jeringotas de sangre y algunos como no aguantaban, se caiban [caían], pero como había mucha sangre les metían de la misma sangre.
AS: Y, ¿dónde y cuándo se enlistó en el programa?
JA: El, jue el, primeramente la primera vez entramos, entré por Ciudad Juárez, creo que fue en Texas. ¿Nunca le oirá llamar a un lugar que le decían Harlingen, Texas? Ahí fue la primera vez que entramos a cortar algodón.
AS: Y, ¿cómo fue el viaje para llegar a la frontera y para llegar a Texas?
JA: Pues pagábamos nosotros de allá de México, nos veníamos pagando nuestro transporte, nomás que ya como del, como de, por ejemplo de Sonora para acá, Empalme, ya veníamos por parte de ellos, según ellos decían.
AS: Y, ¿venían en bus?
JA: Autobús.
AS: ¿Autobús?
JA: Y ya de Empalme pa acá, nos subían a veces en el tren, en el tren carguero, hasta la frontera.
AS: Y, ¿tuvo usted algo que decir acerca del lugar donde lo mandaron a trabajar?
JA: Sí. Y la segunda vez, eso jue, la primera vez fue en Texas. La segunda fue aquí por California en, el lugar se llamaba Gilroy, fue el [19]64. Y el [19]65, ése ya fue en Hollister, California a cortar tomate, chícharo, frijol. Como las máquinas nomás lo arrancaba e iban poniendo, así por fila, el frijol y ya los trabajadores tenía uno que ir agarrando y aventándole en la banda así.
AS: Y, ¿se le permitía tener con usted algunos objetos personales?
JA: ¿Cómo, qué?
AS: Fotos, entre usted y su familia, libros o su propia plata, ropa.
JA: No, pues lo que ganábamos, pues era una cosa que, si trabajábamos en el tomate nos pagaban a $0.14 centavos la caja de tomate. Entonces para ganar $14 dólares teníamos que hacer cien cajas de tomate. Pero no las hacíamos, apenas llegábamos a setenta, ochenta cajas, pues no nos ganábamos ni $14 dólares. Y lo que ganábamos, pues les mandábamos a nuestros padres, lo poquillo.
AS: ¿Entonces le pagaban en cheque o en efectivo?
JA: En efectivo.
AS: Y, ¿cada cuándo le pagaban?
JA: Cuando yo hacía, ochocientas sesenta cajas me daban $84 dólares, en quince días porque pagaban por quincena.
AS: Y, ¿cómo enviaba su dinero a su familia?
JA: Por carta certificada.
AS: Y, ¿cómo se comunicabas con sus padres?
JA: Por carta nomás.
AS: ¿Por carta?
JA: Por carta.
AS: Y, ¿los visitaba entre el tiempo que estaba trabajando?
JA: Sí, sí, pos este, en el tiempo que se nos terminaba, por ejemplo el permiso, ¿verdad? Salíamos y volvíamos a entrar.
AS: ¿Cuántas veces regresó a los Estados Unidos, trabajo del contrato?
JA: Serían como unas dos, tres veces por ahí.
AS: ¿Tres veces?
JA: Pero de ahí sí después, pues casi nos quedamos aquí, ya no volvimos para allá.
AS: Entonces, ¿cuántos años trabajó usted oficialmente como bracero?
JA: Como unos, como bracero, como unos tres años.
AS: ¿Tres años? Y, ¿en cuántos lugares diferentes trabajó?
JA: En, ya le dije, en Gilroy estuvimos ahí y en Hollister, California, y en Texas.
AS: Y, ¿cómo llegó ahí desde el centro de recepción de braceros?
JA: Pos tráibamos listas nosotros del estado de Puebla, ¿verdad? Para, nos decían qué lugar teníamos que estar y nos veníamos en autobús.
AS: Y, ¿el patrón pagaba por eso?
JA: No, de Empalme para acá, según ellos pagaban $18 dólares para, este, pues casi no nos pagaban todo, sino que nomás daban casi una ayuda nomás.
AS: Y, ¿cómo era el viaje?
JA: Para allá, lo que nos costaban $260 pesos mexicanos.
AS: Y, ¿cuántos braceros trabajaban junto con usted?
JA: Como sesenta braceros.
AS: Y, ¿todos los que trabajaron eran braceros o habían unos locales o unos ilegales?
JA: Puro bracero.
AS: ¿Puro?
JA: Ey.
AS: Y, ¿como cuánto te comunicabas con los locales?
JA: No, pues casi no porque hubo un tiempo que sí nos daban, hasta fuimos, íbamos en las tiendas y nomás de que nos veían a nosotros se enojaban con nosotros porque dicen que ellos no trabajan más, que ellos les trabajaban, los americanos solamente por $5 dólares la hora y nosotros vinimos a trabajar por $0.14 centavos la caja de tomate. Pero pues nosotros veníamos contratados.
AS: ¿Entonces las relaciones entre los locales y los braceros…?
JA: No, no nos aceptaban ellos, se enojaban.
AS: Y, ¿en alguna ocasión La Migra o las autoridades mexicanas fueron a donde usted estaba?
JA: No, al contrario si nos encontraban en el camino nomás nos preguntaban el lugar donde vivíamos y nos llevaban hasta el campo.
AS: Y, ¿encontró algún tipo de discriminación?
JA: Pues solamente con los patrones porque ellos, trabajando nos, que no nos querían ver que nos enderezáramos, que todo el tiempo agachado, agachado. Porque entonces se usaba azadón chiquito y por ser el mismo azadón, no como ora son grandotes hasta del mango.
AS: Y, ¿alguna vez tuvo algún problema en el trabajo?
JA: Me enfermé.
AS: Y, ¿qué sucedió?
JA: Me pegó un dolor en el pecho y tuvieron ellos que llevarme al doctor.
AS: ¿El mayordomo te llevó?
JA: El mayordomo. Eso jue en Gilroy, no en Hollister, California.
AS: Y, ¿ellos cuidaban de los braceros cuando se enfermaban?
JA: Sí.
AS: ¿Entonces no era problema?
JA: Ellos nos llevaban. Nomás nos reportábamos que estamos enfermos y ellos nomás iban a dejar a los demás compañeros al trabajo y ya iban por nosotros a llevarnos al doctor.
AS: Y, ¿cómo te trababan como el mayordomo, el patrón?
JA: Pues ellos nos trataban bien, ¿verdad? Como el mayordomo, el único que jueron los cocineros, los cocineros, el patrón nomás o el mayordomo decía: “Y vete en la cocina que te den una cuchara para que tomes tu medecina”. Íbamos: “¿Nos pueden dar una cucharita?”. “No”, dicen. No nos hacían caso. Y en la tarde venía el patrón y sí, ya entonces, nos acusábamos con él, le decíamos: “Patrón, aquí no nos, no nos quieren ni siquiera prestar una cucharita para tomar nuestra medecina”. Y él entraba y les decía: “Si ya no quieren trabajar ustedes, por eso les estamos pagando”, decía el patrón, “si ya no quieren trabajar”, dice, “váyanse y podemos poner otro”. Ellos preferían más, tenían unos perros, creo que les daban más de comer más a los perros que nosotros.
AS: ¿Qué tipo de comida les daban?
JA: Pos a veces hacían como guisadito de res, papita, taquitos de papita así frita.
AS: Y, ¿era suficiente la comida?
JA: Pos no, pos nos daban, en la mañana nos daban desayuno, café pues, con leche y un panecito. Y ya como a las nueve de la mañana ya nos daban comida.
AS: Y, ¿ustedes tenían que pagar por la comida?
JA: Sí, nos cobraban, nos cobraban $26 dólares por quincena.
AS: Y, ¿cómo le sacaban la plata, de su salario?
JA: Nos los descontaban, ey.
AS: Y, ¿siempre recibió el pago correcto?
JA: Sí, sí de lo que trabajamos sí, ¿verdad? Pero pos ni nos dábamos cuenta, nos pagaban pues nomás lo que ellos, pues querían porque a veces nos engañaban que: “Vamos a ir a trabajar por horas”, onde era por contrato.
AS: ¿Cuál era mejor para ganar más plata, en contrato o por hora?
JA: Pues yo creo que por contrato, porque el que se hacía, por ejemplo, cien cajas, se ganaría $14 dólares y por horas no. Porque la hora, lo mínimo, lo que pagaban entonces era $1.05 la hora.
AS: Y, ¿cuántos días a la semana trabajaban?
JA: De lunes hasta sábado.
AS: Y, ¿cuántas horas cada día?
JA: Casi como las ocho horas, las ocho, sí. De seis hasta como las tres de la tarde.
AS: Okay. Entonces un día típico sería levantarse como a la…
JA: A las cinco de la mañana, a las cuatro ya teníamos que estar listos.
AS: Y, ¿les daban tiempo de descanso al mediodía para el almuerzo?
JA: Brei [break], el brei [break] nomás, pos es una media hora nomás.
AS: Y, ¿qué hacía en su día libre?
JA: Descansar, nomás los domingos era día de descanso.
AS: Y, ¿se quedaba en el campo o se iba?
JA: En el campo, en el campo.
AS: ¿De vez en cuando se iban al pueblo?
JA: De vez en cuando, porque entonces no teníamos la libertad más de irse por donde quiera. Como ahí, como nosotros como estamos contratados ahí.
AS: ¿No podían salir como lo deseaban?
JA: No, no.
AS: Y entonces, ¿qué hacían en el campo para divertirse?
JA: Nada, descansando nomás.
AS: Descansando.
JA: Descansando.
AS: ¿Unos de los braceros tenían cosas como radios o algo así?
JA: Radios, grabadoras.
AS: Y cuando se iban para el pueblo, ¿cómo llegaban allá?
JA: Caminando.
AS: Y, ¿había iglesias por allá?
JA: Sí, iglesias.
AS: ¿Podían ir a misa?
JA: Iglesias evangélicas.
AS: Y, ¿cómo celebraban los festivos como Semana Santa y la Navidad?
JA: Pues nosotros pertenecemos desde muy chicos, somos de la, evangélicos nosotros. Pos así es que cuando, como ahora en los domingos íbamos, pos solamente nuestra iglesia, nuestra secta nosotros.
AS: Y, ¿les daban días libres?
JA: Los domingos, es que los mismos pastores, pos ellos dicen: “Nosotros no podemos ir, pero podemos venir por ustedes una hora, dos horas”, y ellos nos traiban [traían].
AS: Y, ¿también celebraban días festivos mexicanos como el 16 de Septiembre en los campos?
JA: No, pos yo lo que me doy cuenta, solamente el dieciséis era cuando se tiraban de arriba los como, con paracaídas, es lo que nos divertíamos a veces.
AS: Y, ¿cómo era donde vivía y dormía?
JA: Son unos, eran como nosotros le decíamos, barracas. Onde eran muy grandes, onde alcanzaban como cuatrocientos hombres ahí. Porque no nomás cada patrón tenía, cada quien su lugar onde tuviera su gente, sino que ahí estábamos casi de varios patrones, su gente, por donde eran como cuatrocientos hombres. Nomás que allí pues es como, así en la primera una camita aquí abajo, luego otra aquí onde dormían tres en cada… Ni siquiera juera colchón, era de piso macizo. Nomás que pos le poníamos arriba una cobijita así arriba para dormir.
AS: Y, ¿el patrón les daba las cobijas?
JA: No, no.
AS: ¿Tenían que comprar?
JA: Comprarlas.
AS: Y, ¿dónde estaban los baños, estaban cerca del cuarto o aparte?
JA: No, los baños, por ejemplo, como aquí era onde dormíamos y por un lado estaba, los baños ahí.
AS: Y, ¿cómo hacían para lavar su ropa?
JA: Pues la ropa la lavábamos nosotros mismos, pues, mismos.
AS: Y usted pasó, ¿cuántos años trabajando como bracero?
JA: Pos no completos diré los años, pero jueron meses. Por ejemplo como el [19]64 duraría yo como unos siete meses. El [19]65 como seis meses. En Texas, como tres meses, porque según como, en Texas pos era puro algodón y ahí es onde, pues ése es nomás una pasada que daba, no había mucho trabajo, puro algodón, puro algodón.
AS: Y cuando uno de los contratos se terminó, ¿regresaba a México?
JA: A México, a México.
AS: Y después…
JA: Y después nos…
AS: Y, ¿como cuánto tiempo duró entre cada…?
JA: No, pos nomás visitábamos nuestra familia, ajá. Y cuando pasábamos en la frontera y nos decían: “Bueno, y, ¿tienes documentos?”. Pos nomás le enseñábamos, teníamos una miquita, dice: “¿Pos a poco desde ese tiempo ustedes están?”. “Sí, pos por allá estamos nosotros, trabajando”. Era La Migración mexicana.
AS: Y, ¿regresó usted a México cuando terminó su contrato final?
JA: Pues nomás unos días, pero de ahí nos volvimos a venirnos para acá y ya de ahí pos ya no, cuando se acuerda que antes comenzó a traer entre la gente aquí, pues ya había trabajo aquí y a trabajar. Y, pos un tiempo anduvimos aquí trabajando, también sin papeles, también aquí y aquí anduvimos con varios patrones trabajando, cortando ocra, jitomate, iba al jitomate, a cortar, limón, en la uva también, lo que sea, pero ya sin, no teníamos nosotros pues, permisos.
AS: Y, ¿cuántos años usted pasó aquí trabajando así sin permisos?
JA: Pues aquí, casi digo desde el [19]80 y… Desde el [19]80, por ahí. Pues nosotros ya no hemos salido a México.
AS: Y entonces se casaron, ¿cuándo?
JA: Pues ya desde entonces…
AS: ¿En México?
JA: Cuando fue La Amnistía, ¿se acuerda? Fue La Amnistía, entonces tuvimos que traer nuestra familia para acá.
AS: Entonces ustedes se casaron después de que terminó el programa, pero antes de que se regresó a los Estados Unidos. Y entonces, ¿usted se vino solo y dejó a la familia?
JA: La familia en México.
AS: Y después, ¿cuántos años duraron todos?
JA: Pues hasta cuando fue el [19]89.
AS: Y, ¿después en el [19]89 vino?
JA: Sí, porque ya después decían que todo aquél que tenía su familia que se podía venir para acá.
AS: Y, ¿se hicieron residentes?
JA: Sí.
AS: Y, ¿tienen su ciudadanía?
JA: No, residentes.
AS: ¿Para usted qué significa el término bracero para usted?
JA: Pues, pues para mí, pues… Pues como le digo, fue una necesidad que nosotros veníamos, porque no teníamos, ¿verdad? Porque si allá no había cosecha, pos a veces es por nuestra necesidad, veníamos nosotros aquí. Aunque ganábamos poco pero allá en México, entonces nos pagaban aquí, si por ejemplo allá nos los pagaban a $12 dólares, $12.50 el dólar y pues era allá una ayuda para nuestra familia y pues, aunque no, digo, aunque sufrimos pero pues ni modo, a eso veníamos nosotros, como braceros a trabajar.
AS: ¿En qué forma sufrieron en tener que trabajar?
JA: Porque nos sacaban un, digo, porque muchos patrones eran como filipinos, que eran muy malos, ya nomás les faltaba como, pos el chicote para, como hasta para pegarnos así, ¿verdad? Esos eran muy malos, filipinos y no quería que ni siquiera nos enderezáramos, bien dobladitos y decía: “Bien agachados, hacer muchas cajas”, decía. Pero sí, si a veces ya no aguantábamos así agachados, nos medio así, poníamos la rodilla abajo. “Nada, nada, agachado”, dice, “sentado no muchas cajas”.
AS: Y en los tres diferentes campos que fue a, ¿sus mayordomos fueron todos filipinos?
JA: No, no, uno nomás.
AS: ¿Uno?
JA: Uno nomás.
AS: Y, ¿los otros dos?
JA: Los otros fueron americanos.
AS: Oh, ¿sí?, ¿cómo ellos los trataban?
JA: Uno bien, los otros bien, digo, no eran iguales como los filipinos. Un patrón pues era, hasta ahora me acuerdo, se llamaba Martín Corona. Pues eran más buenos, digo, pues si quiera que no nos maltrataban como unos.
AS: Y, ¿alguna vez ustedes trataron de pelear contra los mayordomos que los maltrataban?
JA: No, no, no.
AS: Simplemente…
JA: No.
AS: ¿No?
JA: Solamente como digo son los locales, los que querían pelear así. Hasta pelearon una vez, no con el grupo de nosotros, sino fue con otros. Se pegaron y se encontraron una tienda y se agarraron se aventaron sillitas y todo, por causa del trabajo que les viene uno a quitar el trabajo y todo que dicen.
AS: Y, ¿cómo se siente usted de que lo llamen bracero?
JA: Pues bien, bien, ¿verdad? Aunque digo, no jue una, no jue un gusto nada más por venirnos, sino que fue por nuestra necesidad y pues ésa era… Nuestro deseo es que a veces por conocer también aquí en Estados Unidos. Cuando veníamos las primeras veces, cuando entramos, dicen: “No, pos nos vamos a trabajar a Estados Unidos”. Pero nadien sabía el sufrimiento como, por eso decían que si ahora juera la gente como antes, yo creo que la gente no, no les gustaría el trabajo como era antes.
AS: ¿Entonces usted piensa que sus recuerdos de haber trabajado como bracero son positivos o negativos en general?
JA: Pues positivos.
AS: Y, ¿el haber sido bracero cambió su vida de alguna manera?
JA: Pos, porque digo, pa nuestra necesidad en México, aquí aunque sea poco, pues era un poquito muncho ahí en México.
AS: Y usted crees que sabiendo cómo era, pues como, usted ya sabe cómo, duro el trabajo, fue sufrimiento y todo, si usted hubieras sabido eso cuando era joven, ¿cree que otra vez hubiera decidido ser bracero?
JA: Pues yo creo que, yo creo que sí, ¿verdad? Como le digo, por nuestra necesidad, sí. Es como ahorita, mucha gente en nuestro México, la gente casi digo, allá semos la familia siempre pobres y venimos hasta arriesgando la vida. Mucha gente arriesga la vida por venir a ganarse un centavo aquí, porque allá no hay trabajo. Todo lo que no haiga del temporal, si no llueve no hay cosecha, por eso mucha gente se está viniendo pa acá y así era nosotros, nuestra necesidad.
AS: No sé, de pronto hay algo más que usted quiere decir algo, no sé, una historia o algo que no hemos hablado de…
JA: Pues de lo que digo, otras cosas como lo que nosotros sufríamos, ¿verdad?
AS: Sí.
JA: Decían mis compañeros, decían: “Si estuvieras en tu pueblo, en tu tierra, hoy hay una feria ahí, [es]tuvieras allá o tu esposa”, dice, “a lo mejor”, dice, “está”, dice, “ahí con el Sancho allá en México”. Pero sí en ese tiempo yo les digo: “Si supieran que yo soy soltero, no soy casado”. Pos yo me sentía pues bien, pues la gente aquí. Porque allá en ese tiempo había mucha gente, digo, de nuestro grupo, sino que de otro le sacaban las cartas y les ponían mala información, que tu esposa, las que tenía su esposa, les ponían: “Tu esposa ya se jue con otro”. Y había una vez que, como les platico, que un muchacho se puso loco un viernes, se jue al pueblo y cuando llegó como a las cuatro de la mañana, lo traiba la Policía, se volvió loco, trastornado nomás por [ha]berle dicho que su esposa se había ido con otro. Sí, porque entonces no era como ahora en este tiempo que puede uno ir por donde quiera, ahí nomás es, de tu trabajo al campo y nomás quedan los recuerdos, nomás. (risas)
AS: Pues claro. Y, ¿cómo? Pues aunque usted fue soltero mientras que estaba en el programa, ¿cómo cree que siendo un bracero afectó a su familia y su esposa?
JA: Pos sí, porque digo, todos aquellos que tenían sus esposas decían: “Nosotros queremos nuestras esposas, esposos que se vengan”. Y decíanos, decían: “[Es]tán ganando dinero, déjenlos que trabaje”. Pero las esposas decían: “No”, dice, “nosotros queremos nuestros esposos que se vengan para acá”. Porque en ese tiempo mucha, mucha gente se desertaba y se, o hasta se quedaban aquí.
AS: Y, ¿usted cree que hubiera estado casado antes de irse, todavía hubiera, todavía se hubiera ido a ser bracero?
JA: Casado, pues, pues más, con más razón yo digo, porque ya casado tiene uno que mantener la familia.
AS: Y, ¿usted cree que aunque no se casó hasta después, que todavía su experiencia como bracero afectó su familia y su esposa y sus hijos ahora?
JA: No.
2do: No, pos era poquito tiempo, era poquito tiempo.
JA: Malo pongo ya que mucha gente…
2do: Como ora, que ya no regresa.
JA: Munchas gentes se quedan aquí diez años, cinco años y ya no van a las esposas.
2do: No llegan con sus mujeres, muy triste, ahora en este tiempo ya están muchas mujeres solas.
AS: Entonces, ésas son todas las preguntas que yo planeaba decirle.
JA: Tá bien.
AS: ¿Quiere decir algo más o algo que no hablé de, que no le pregunté o algo?
JA: No, está bien, está bien.
AS: ¿Sí? Okay. Entonces…
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 20 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Adriana Sandoval
This is an interview with Jesús Arriaga Sierra on Saturday, May 20th, 2006, the interviewer is Adriana Sandoval and this interview is part of the Bracero Oral History Project.
AS: Podemos empezar con su niñez, entonces, ¿dónde y cuándo nació usted?
JA: Nací el mes 12, 14 del [19]41. [14 de diciembre de 1941]
AS: Y hábleme de su familia y del lugar donde nació.
JA: En Buenavista, Chinantla, Puebla.
AS: Y, ¿a qué se dedicaban sus padres?
JA: Este, trabajar en el campo, en el campo, sembrar maíz, cacahuates, ajonjolí, nomás puro de temporal nomás.
AS: Y, ¿viene usted de una familia grande?
JA: Sí.
AS: ¿Cuántos hermanos y hermanas?
JA: Cinco hermanos, siete.
AS: Y, ¿ellos dónde están ahora?
JA: Aquí están, allá solamente está uno en México, en México.
AS: Y hábleme de cuando fue a la escuela, ¿fue usted a la escuela de pequeño?
JA: Sí.
AS: ¿Dónde y por cuántos años?
JA: Hasta el segundo año nomás.
AS: Y, ¿aprendió usted a leer y a escribir?
JA: Sí, pues poco, no mucho.
AS: Bueno y, ¿cuántos años tenía cuando empezó a trabajar?
JA: ¿Allá en el campo?
AS: Sí, sí.
JA: Ya grande, como de unos trece años, por ahí así, catorce años.
AS: Y, ¿me puede contar de su primer trabajo?
JA: ¿De allá de mi tierra?
AS: Oh, sí, sí, de cuando empezó a trabajar por primera vez.
JA: Pos a sembrar maíz, trabajar con la yunta y…
AS: Y, ¿cómo se enteró usted del Programa Bracero?
JA: Porque allá, pos se oía, se oía por radio que iba a haber braceros, pues. Y entonces ya, de allá nosotros nos venimos al estado de Puebla, porque allá era donde se contrataba uno.
AS: Y, ¿dónde vivía usted en ese tiempo?
JA: En Buena Vista, Chinantla, Puebla.
AS: Y, ¿qué tipo de trabajo tenía?
JA: ¿En la casa?
AS: Sí, antes de que se fue para ser bracero.
JA: Sembramos maíz, cacahuate, ajonjolí, frijol.
AS: Y, ¿estaba ya casado?
JA: Soltero.
AS: ¿Soltero?
JA: Soltero.
AS: ¿Cuántos años tenía?
JA: Como trece años cuando ya comenzamos a trabajar, de trece, catorce años.
AS: Y, ¿cuándo decidió contratarse para ser un bracero?
JA: Eso ya de veinte años, veintiuno.
AS: Y, ¿todavía estaba soltero?
JA: Soltero, sí.
AS: Y, ¿por qué decidió ir a los Estados Unidos?
JA: Pues por, a veces por necesidad, ¿verdad? Porque allá sí, si no llueve, este, no hay cosecha. A veces cuando no llueve no ha levantado uno casi nada y por eso es nuestra necesidad de venir para acá.
AS: ¿Influyó su familia de alguna forma en su decisión?
JA: No, ¿como de qué?
AS: Para venirse a los Estados Unidos o, ¿fue su decisión solamente?
JA: No, por, pos permiso de mi papá porque entonces todavía vivía mi papá, mi mamá también.
AS: ¿Puede describir el proceso de contratación?
JA: ¿A dónde yo trabajé aquí en Estados Unidos?
AS: Más como, desde cuando decidió aplicar para ser un bracero y el proceso que tuvo que ir para coger su permiso y para llegar a la frontera y escoger su trabajo, ¿cómo fue todo eso?
JA: Es que cuando, de allá de Puebla cuando salimos, este, la lista decía: “Se van de aquí hasta Empalme, Sonora”. Y ahí era donde nos contratábamos nosotros, porque si llegaba uno, al otro día nos contratábamos y ya de ahí, al otro día nos mandaban pa acá pa la frontera. Y ya de ahí nos sacaban sangre, nos revisaban todo, si veníamos bueno y sanos. Y ya ahí sí ya, este, esperando nada más el patrón que cuántos necesitaba, cincuenta o sesenta hombres. Y ahí son de, pues nosotros veníamos a trabajar, pues cualquier patrón que venía. Pues a veces aunque nos engañaban, decían: “Se van a ir a cortar higo”. Pero no, cuando veníamos a cortar tomate era puro tomate.
AS: Y, ¿qué requisitos debían cumplir para ser braceros?
JA: Nos daban, nos pedían que tuviéramos cartilla, una cartilla de preferencia para que nosotros cruzáramos para acá. Y era, lo único que teníamos era una cartilla, porque los que no tenían cartilla no habían dado servicio al… Porque ahí marchaba uno de dieciocho años y con eso nosotros teníamos el permiso pues, nos daban el permiso pa venirnos para acá, con la cartilla.
AS: Y, ¿qué tenían que hacer para demostrar que reunían esos requisitos?
JA: Pues ellos, primero nos veían que si de veras sabíamos trabajar, nos ponían como quinientas hojas, meterlas en una bolsa y ahí nos veían que si éramos de trabajo o no. Y ahí comenzábamos a meterlas de cuantas hojas, dice: “¿Cuántas hojas van a ir metiendo por cada, por cada bolsita?”. Porque esas bolsas nos ocupábamos, las ocupábamos nosotros para el lonche y todo, ajá. Y teníamos, es como le digo, teníamos que estar bueno y sanos para trabajar y luego hacer el lonche también en el trabajo. Y si no salíamos, ellos veían que si uno sale, uno enfermo, nos regresaban para atrás. Todo aquél que no, no, estaba bueno y sano, lo regresaban para atrás. Nos ponía una máquina aquí por delante y se revisaba que si [es]taba uno bueno de los pulmones y todo. Y todo, pues gracias a Dios nosotros salíamos bien y… Pero otros, había otros paisanos que de ahí los regresaban para atrás. Nos chispaba unas jeringotas de sangre y algunos como no aguantaban, se caiban [caían], pero como había mucha sangre les metían de la misma sangre.
AS: Y, ¿dónde y cuándo se enlistó en el programa?
JA: El, jue el, primeramente la primera vez entramos, entré por Ciudad Juárez, creo que fue en Texas. ¿Nunca le oirá llamar a un lugar que le decían Harlingen, Texas? Ahí fue la primera vez que entramos a cortar algodón.
AS: Y, ¿cómo fue el viaje para llegar a la frontera y para llegar a Texas?
JA: Pues pagábamos nosotros de allá de México, nos veníamos pagando nuestro transporte, nomás que ya como del, como de, por ejemplo de Sonora para acá, Empalme, ya veníamos por parte de ellos, según ellos decían.
AS: Y, ¿venían en bus?
JA: Autobús.
AS: ¿Autobús?
JA: Y ya de Empalme pa acá, nos subían a veces en el tren, en el tren carguero, hasta la frontera.
AS: Y, ¿tuvo usted algo que decir acerca del lugar donde lo mandaron a trabajar?
JA: Sí. Y la segunda vez, eso jue, la primera vez fue en Texas. La segunda fue aquí por California en, el lugar se llamaba Gilroy, fue el [19]64. Y el [19]65, ése ya fue en Hollister, California a cortar tomate, chícharo, frijol. Como las máquinas nomás lo arrancaba e iban poniendo, así por fila, el frijol y ya los trabajadores tenía uno que ir agarrando y aventándole en la banda así.
AS: Y, ¿se le permitía tener con usted algunos objetos personales?
JA: ¿Cómo, qué?
AS: Fotos, entre usted y su familia, libros o su propia plata, ropa.
JA: No, pues lo que ganábamos, pues era una cosa que, si trabajábamos en el tomate nos pagaban a $0.14 centavos la caja de tomate. Entonces para ganar $14 dólares teníamos que hacer cien cajas de tomate. Pero no las hacíamos, apenas llegábamos a setenta, ochenta cajas, pues no nos ganábamos ni $14 dólares. Y lo que ganábamos, pues les mandábamos a nuestros padres, lo poquillo.
AS: ¿Entonces le pagaban en cheque o en efectivo?
JA: En efectivo.
AS: Y, ¿cada cuándo le pagaban?
JA: Cuando yo hacía, ochocientas sesenta cajas me daban $84 dólares, en quince días porque pagaban por quincena.
AS: Y, ¿cómo enviaba su dinero a su familia?
JA: Por carta certificada.
AS: Y, ¿cómo se comunicabas con sus padres?
JA: Por carta nomás.
AS: ¿Por carta?
JA: Por carta.
AS: Y, ¿los visitaba entre el tiempo que estaba trabajando?
JA: Sí, sí, pos este, en el tiempo que se nos terminaba, por ejemplo el permiso, ¿verdad? Salíamos y volvíamos a entrar.
AS: ¿Cuántas veces regresó a los Estados Unidos, trabajo del contrato?
JA: Serían como unas dos, tres veces por ahí.
AS: ¿Tres veces?
JA: Pero de ahí sí después, pues casi nos quedamos aquí, ya no volvimos para allá.
AS: Entonces, ¿cuántos años trabajó usted oficialmente como bracero?
JA: Como unos, como bracero, como unos tres años.
AS: ¿Tres años? Y, ¿en cuántos lugares diferentes trabajó?
JA: En, ya le dije, en Gilroy estuvimos ahí y en Hollister, California, y en Texas.
AS: Y, ¿cómo llegó ahí desde el centro de recepción de braceros?
JA: Pos tráibamos listas nosotros del estado de Puebla, ¿verdad? Para, nos decían qué lugar teníamos que estar y nos veníamos en autobús.
AS: Y, ¿el patrón pagaba por eso?
JA: No, de Empalme para acá, según ellos pagaban $18 dólares para, este, pues casi no nos pagaban todo, sino que nomás daban casi una ayuda nomás.
AS: Y, ¿cómo era el viaje?
JA: Para allá, lo que nos costaban $260 pesos mexicanos.
AS: Y, ¿cuántos braceros trabajaban junto con usted?
JA: Como sesenta braceros.
AS: Y, ¿todos los que trabajaron eran braceros o habían unos locales o unos ilegales?
JA: Puro bracero.
AS: ¿Puro?
JA: Ey.
AS: Y, ¿como cuánto te comunicabas con los locales?
JA: No, pues casi no porque hubo un tiempo que sí nos daban, hasta fuimos, íbamos en las tiendas y nomás de que nos veían a nosotros se enojaban con nosotros porque dicen que ellos no trabajan más, que ellos les trabajaban, los americanos solamente por $5 dólares la hora y nosotros vinimos a trabajar por $0.14 centavos la caja de tomate. Pero pues nosotros veníamos contratados.
AS: ¿Entonces las relaciones entre los locales y los braceros…?
JA: No, no nos aceptaban ellos, se enojaban.
AS: Y, ¿en alguna ocasión La Migra o las autoridades mexicanas fueron a donde usted estaba?
JA: No, al contrario si nos encontraban en el camino nomás nos preguntaban el lugar donde vivíamos y nos llevaban hasta el campo.
AS: Y, ¿encontró algún tipo de discriminación?
JA: Pues solamente con los patrones porque ellos, trabajando nos, que no nos querían ver que nos enderezáramos, que todo el tiempo agachado, agachado. Porque entonces se usaba azadón chiquito y por ser el mismo azadón, no como ora son grandotes hasta del mango.
AS: Y, ¿alguna vez tuvo algún problema en el trabajo?
JA: Me enfermé.
AS: Y, ¿qué sucedió?
JA: Me pegó un dolor en el pecho y tuvieron ellos que llevarme al doctor.
AS: ¿El mayordomo te llevó?
JA: El mayordomo. Eso jue en Gilroy, no en Hollister, California.
AS: Y, ¿ellos cuidaban de los braceros cuando se enfermaban?
JA: Sí.
AS: ¿Entonces no era problema?
JA: Ellos nos llevaban. Nomás nos reportábamos que estamos enfermos y ellos nomás iban a dejar a los demás compañeros al trabajo y ya iban por nosotros a llevarnos al doctor.
AS: Y, ¿cómo te trababan como el mayordomo, el patrón?
JA: Pues ellos nos trataban bien, ¿verdad? Como el mayordomo, el único que jueron los cocineros, los cocineros, el patrón nomás o el mayordomo decía: “Y vete en la cocina que te den una cuchara para que tomes tu medecina”. Íbamos: “¿Nos pueden dar una cucharita?”. “No”, dicen. No nos hacían caso. Y en la tarde venía el patrón y sí, ya entonces, nos acusábamos con él, le decíamos: “Patrón, aquí no nos, no nos quieren ni siquiera prestar una cucharita para tomar nuestra medecina”. Y él entraba y les decía: “Si ya no quieren trabajar ustedes, por eso les estamos pagando”, decía el patrón, “si ya no quieren trabajar”, dice, “váyanse y podemos poner otro”. Ellos preferían más, tenían unos perros, creo que les daban más de comer más a los perros que nosotros.
AS: ¿Qué tipo de comida les daban?
JA: Pos a veces hacían como guisadito de res, papita, taquitos de papita así frita.
AS: Y, ¿era suficiente la comida?
JA: Pos no, pos nos daban, en la mañana nos daban desayuno, café pues, con leche y un panecito. Y ya como a las nueve de la mañana ya nos daban comida.
AS: Y, ¿ustedes tenían que pagar por la comida?
JA: Sí, nos cobraban, nos cobraban $26 dólares por quincena.
AS: Y, ¿cómo le sacaban la plata, de su salario?
JA: Nos los descontaban, ey.
AS: Y, ¿siempre recibió el pago correcto?
JA: Sí, sí de lo que trabajamos sí, ¿verdad? Pero pos ni nos dábamos cuenta, nos pagaban pues nomás lo que ellos, pues querían porque a veces nos engañaban que: “Vamos a ir a trabajar por horas”, onde era por contrato.
AS: ¿Cuál era mejor para ganar más plata, en contrato o por hora?
JA: Pues yo creo que por contrato, porque el que se hacía, por ejemplo, cien cajas, se ganaría $14 dólares y por horas no. Porque la hora, lo mínimo, lo que pagaban entonces era $1.05 la hora.
AS: Y, ¿cuántos días a la semana trabajaban?
JA: De lunes hasta sábado.
AS: Y, ¿cuántas horas cada día?
JA: Casi como las ocho horas, las ocho, sí. De seis hasta como las tres de la tarde.
AS: Okay. Entonces un día típico sería levantarse como a la…
JA: A las cinco de la mañana, a las cuatro ya teníamos que estar listos.
AS: Y, ¿les daban tiempo de descanso al mediodía para el almuerzo?
JA: Brei [break], el brei [break] nomás, pos es una media hora nomás.
AS: Y, ¿qué hacía en su día libre?
JA: Descansar, nomás los domingos era día de descanso.
AS: Y, ¿se quedaba en el campo o se iba?
JA: En el campo, en el campo.
AS: ¿De vez en cuando se iban al pueblo?
JA: De vez en cuando, porque entonces no teníamos la libertad más de irse por donde quiera. Como ahí, como nosotros como estamos contratados ahí.
AS: ¿No podían salir como lo deseaban?
JA: No, no.
AS: Y entonces, ¿qué hacían en el campo para divertirse?
JA: Nada, descansando nomás.
AS: Descansando.
JA: Descansando.
AS: ¿Unos de los braceros tenían cosas como radios o algo así?
JA: Radios, grabadoras.
AS: Y cuando se iban para el pueblo, ¿cómo llegaban allá?
JA: Caminando.
AS: Y, ¿había iglesias por allá?
JA: Sí, iglesias.
AS: ¿Podían ir a misa?
JA: Iglesias evangélicas.
AS: Y, ¿cómo celebraban los festivos como Semana Santa y la Navidad?
JA: Pues nosotros pertenecemos desde muy chicos, somos de la, evangélicos nosotros. Pos así es que cuando, como ahora en los domingos íbamos, pos solamente nuestra iglesia, nuestra secta nosotros.
AS: Y, ¿les daban días libres?
JA: Los domingos, es que los mismos pastores, pos ellos dicen: “Nosotros no podemos ir, pero podemos venir por ustedes una hora, dos horas”, y ellos nos traiban [traían].
AS: Y, ¿también celebraban días festivos mexicanos como el 16 de Septiembre en los campos?
JA: No, pos yo lo que me doy cuenta, solamente el dieciséis era cuando se tiraban de arriba los como, con paracaídas, es lo que nos divertíamos a veces.
AS: Y, ¿cómo era donde vivía y dormía?
JA: Son unos, eran como nosotros le decíamos, barracas. Onde eran muy grandes, onde alcanzaban como cuatrocientos hombres ahí. Porque no nomás cada patrón tenía, cada quien su lugar onde tuviera su gente, sino que ahí estábamos casi de varios patrones, su gente, por donde eran como cuatrocientos hombres. Nomás que allí pues es como, así en la primera una camita aquí abajo, luego otra aquí onde dormían tres en cada… Ni siquiera juera colchón, era de piso macizo. Nomás que pos le poníamos arriba una cobijita así arriba para dormir.
AS: Y, ¿el patrón les daba las cobijas?
JA: No, no.
AS: ¿Tenían que comprar?
JA: Comprarlas.
AS: Y, ¿dónde estaban los baños, estaban cerca del cuarto o aparte?
JA: No, los baños, por ejemplo, como aquí era onde dormíamos y por un lado estaba, los baños ahí.
AS: Y, ¿cómo hacían para lavar su ropa?
JA: Pues la ropa la lavábamos nosotros mismos, pues, mismos.
AS: Y usted pasó, ¿cuántos años trabajando como bracero?
JA: Pos no completos diré los años, pero jueron meses. Por ejemplo como el [19]64 duraría yo como unos siete meses. El [19]65 como seis meses. En Texas, como tres meses, porque según como, en Texas pos era puro algodón y ahí es onde, pues ése es nomás una pasada que daba, no había mucho trabajo, puro algodón, puro algodón.
AS: Y cuando uno de los contratos se terminó, ¿regresaba a México?
JA: A México, a México.
AS: Y después…
JA: Y después nos…
AS: Y, ¿como cuánto tiempo duró entre cada…?
JA: No, pos nomás visitábamos nuestra familia, ajá. Y cuando pasábamos en la frontera y nos decían: “Bueno, y, ¿tienes documentos?”. Pos nomás le enseñábamos, teníamos una miquita, dice: “¿Pos a poco desde ese tiempo ustedes están?”. “Sí, pos por allá estamos nosotros, trabajando”. Era La Migración mexicana.
AS: Y, ¿regresó usted a México cuando terminó su contrato final?
JA: Pues nomás unos días, pero de ahí nos volvimos a venirnos para acá y ya de ahí pos ya no, cuando se acuerda que antes comenzó a traer entre la gente aquí, pues ya había trabajo aquí y a trabajar. Y, pos un tiempo anduvimos aquí trabajando, también sin papeles, también aquí y aquí anduvimos con varios patrones trabajando, cortando ocra, jitomate, iba al jitomate, a cortar, limón, en la uva también, lo que sea, pero ya sin, no teníamos nosotros pues, permisos.
AS: Y, ¿cuántos años usted pasó aquí trabajando así sin permisos?
JA: Pues aquí, casi digo desde el [19]80 y… Desde el [19]80, por ahí. Pues nosotros ya no hemos salido a México.
AS: Y entonces se casaron, ¿cuándo?
JA: Pues ya desde entonces…
AS: ¿En México?
JA: Cuando fue La Amnistía, ¿se acuerda? Fue La Amnistía, entonces tuvimos que traer nuestra familia para acá.
AS: Entonces ustedes se casaron después de que terminó el programa, pero antes de que se regresó a los Estados Unidos. Y entonces, ¿usted se vino solo y dejó a la familia?
JA: La familia en México.
AS: Y después, ¿cuántos años duraron todos?
JA: Pues hasta cuando fue el [19]89.
AS: Y, ¿después en el [19]89 vino?
JA: Sí, porque ya después decían que todo aquél que tenía su familia que se podía venir para acá.
AS: Y, ¿se hicieron residentes?
JA: Sí.
AS: Y, ¿tienen su ciudadanía?
JA: No, residentes.
AS: ¿Para usted qué significa el término bracero para usted?
JA: Pues, pues para mí, pues… Pues como le digo, fue una necesidad que nosotros veníamos, porque no teníamos, ¿verdad? Porque si allá no había cosecha, pos a veces es por nuestra necesidad, veníamos nosotros aquí. Aunque ganábamos poco pero allá en México, entonces nos pagaban aquí, si por ejemplo allá nos los pagaban a $12 dólares, $12.50 el dólar y pues era allá una ayuda para nuestra familia y pues, aunque no, digo, aunque sufrimos pero pues ni modo, a eso veníamos nosotros, como braceros a trabajar.
AS: ¿En qué forma sufrieron en tener que trabajar?
JA: Porque nos sacaban un, digo, porque muchos patrones eran como filipinos, que eran muy malos, ya nomás les faltaba como, pos el chicote para, como hasta para pegarnos así, ¿verdad? Esos eran muy malos, filipinos y no quería que ni siquiera nos enderezáramos, bien dobladitos y decía: “Bien agachados, hacer muchas cajas”, decía. Pero sí, si a veces ya no aguantábamos así agachados, nos medio así, poníamos la rodilla abajo. “Nada, nada, agachado”, dice, “sentado no muchas cajas”.
AS: Y en los tres diferentes campos que fue a, ¿sus mayordomos fueron todos filipinos?
JA: No, no, uno nomás.
AS: ¿Uno?
JA: Uno nomás.
AS: Y, ¿los otros dos?
JA: Los otros fueron americanos.
AS: Oh, ¿sí?, ¿cómo ellos los trataban?
JA: Uno bien, los otros bien, digo, no eran iguales como los filipinos. Un patrón pues era, hasta ahora me acuerdo, se llamaba Martín Corona. Pues eran más buenos, digo, pues si quiera que no nos maltrataban como unos.
AS: Y, ¿alguna vez ustedes trataron de pelear contra los mayordomos que los maltrataban?
JA: No, no, no.
AS: Simplemente…
JA: No.
AS: ¿No?
JA: Solamente como digo son los locales, los que querían pelear así. Hasta pelearon una vez, no con el grupo de nosotros, sino fue con otros. Se pegaron y se encontraron una tienda y se agarraron se aventaron sillitas y todo, por causa del trabajo que les viene uno a quitar el trabajo y todo que dicen.
AS: Y, ¿cómo se siente usted de que lo llamen bracero?
JA: Pues bien, bien, ¿verdad? Aunque digo, no jue una, no jue un gusto nada más por venirnos, sino que fue por nuestra necesidad y pues ésa era… Nuestro deseo es que a veces por conocer también aquí en Estados Unidos. Cuando veníamos las primeras veces, cuando entramos, dicen: “No, pos nos vamos a trabajar a Estados Unidos”. Pero nadien sabía el sufrimiento como, por eso decían que si ahora juera la gente como antes, yo creo que la gente no, no les gustaría el trabajo como era antes.
AS: ¿Entonces usted piensa que sus recuerdos de haber trabajado como bracero son positivos o negativos en general?
JA: Pues positivos.
AS: Y, ¿el haber sido bracero cambió su vida de alguna manera?
JA: Pos, porque digo, pa nuestra necesidad en México, aquí aunque sea poco, pues era un poquito muncho ahí en México.
AS: Y usted crees que sabiendo cómo era, pues como, usted ya sabe cómo, duro el trabajo, fue sufrimiento y todo, si usted hubieras sabido eso cuando era joven, ¿cree que otra vez hubiera decidido ser bracero?
JA: Pues yo creo que, yo creo que sí, ¿verdad? Como le digo, por nuestra necesidad, sí. Es como ahorita, mucha gente en nuestro México, la gente casi digo, allá semos la familia siempre pobres y venimos hasta arriesgando la vida. Mucha gente arriesga la vida por venir a ganarse un centavo aquí, porque allá no hay trabajo. Todo lo que no haiga del temporal, si no llueve no hay cosecha, por eso mucha gente se está viniendo pa acá y así era nosotros, nuestra necesidad.
AS: No sé, de pronto hay algo más que usted quiere decir algo, no sé, una historia o algo que no hemos hablado de…
JA: Pues de lo que digo, otras cosas como lo que nosotros sufríamos, ¿verdad?
AS: Sí.
JA: Decían mis compañeros, decían: “Si estuvieras en tu pueblo, en tu tierra, hoy hay una feria ahí, [es]tuvieras allá o tu esposa”, dice, “a lo mejor”, dice, “está”, dice, “ahí con el Sancho allá en México”. Pero sí en ese tiempo yo les digo: “Si supieran que yo soy soltero, no soy casado”. Pos yo me sentía pues bien, pues la gente aquí. Porque allá en ese tiempo había mucha gente, digo, de nuestro grupo, sino que de otro le sacaban las cartas y les ponían mala información, que tu esposa, las que tenía su esposa, les ponían: “Tu esposa ya se jue con otro”. Y había una vez que, como les platico, que un muchacho se puso loco un viernes, se jue al pueblo y cuando llegó como a las cuatro de la mañana, lo traiba la Policía, se volvió loco, trastornado nomás por [ha]berle dicho que su esposa se había ido con otro. Sí, porque entonces no era como ahora en este tiempo que puede uno ir por donde quiera, ahí nomás es, de tu trabajo al campo y nomás quedan los recuerdos, nomás. (risas)
AS: Pues claro. Y, ¿cómo? Pues aunque usted fue soltero mientras que estaba en el programa, ¿cómo cree que siendo un bracero afectó a su familia y su esposa?
JA: Pos sí, porque digo, todos aquellos que tenían sus esposas decían: “Nosotros queremos nuestras esposas, esposos que se vengan”. Y decíanos, decían: “[Es]tán ganando dinero, déjenlos que trabaje”. Pero las esposas decían: “No”, dice, “nosotros queremos nuestros esposos que se vengan para acá”. Porque en ese tiempo mucha, mucha gente se desertaba y se, o hasta se quedaban aquí.
AS: Y, ¿usted cree que hubiera estado casado antes de irse, todavía hubiera, todavía se hubiera ido a ser bracero?
JA: Casado, pues, pues más, con más razón yo digo, porque ya casado tiene uno que mantener la familia.
AS: Y, ¿usted cree que aunque no se casó hasta después, que todavía su experiencia como bracero afectó su familia y su esposa y sus hijos ahora?
JA: No.
2do: No, pos era poquito tiempo, era poquito tiempo.
JA: Malo pongo ya que mucha gente…
2do: Como ora, que ya no regresa.
JA: Munchas gentes se quedan aquí diez años, cinco años y ya no van a las esposas.
2do: No llegan con sus mujeres, muy triste, ahora en este tiempo ya están muchas mujeres solas.
AS: Entonces, ésas son todas las preguntas que yo planeaba decirle.
JA: Tá bien.
AS: ¿Quiere decir algo más o algo que no hablé de, que no le pregunté o algo?
JA: No, está bien, está bien.
AS: ¿Sí? Okay. Entonces…
Fin de la entrevista
Interviewer
Sandoval, Adriana
Interviewee
Arriaga Sierra, Jesús
Location
Coachella, CA
File Name Identifier
Arriaga_Sierra_COA005
Citation
Sandoval, Adriana and Arriaga Sierra, Jesús, “Jesús Arriaga Sierra,” Bracero History Archive, accessed November 24, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/338.