Guadalupe García González

Title

Guadalupe García González

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: Guadalupe García was born in La Concha, Sinaloa, México; he was the second eldest of his eleven brothers and three sisters; his parents worked in agriculture and with cattle; he was formally educated through the third grade, but he left school in order to help his family work the land; for a time he was an undocumented worker in California, but he was later able to obtain proper documentation under the bracero program; as a bracero, he continued working throughout California picking celery, lettuce, and tomato, and he also operated heavy machinery, including a Caterpillar; he was ultimately able to emigrate to the United States.

Summary of Interview: Mr. García briefly describes his family; as a child, he recalls hearing about braceros and seeing them pass him by in trains; for a time, he was an undocumented worker in California; in 1953, farmers were fined for hiring such employees, and as a result he was let go; upon returning to México, he began the contracting process for the bracero program in Mexicali, Baja California; he goes on to detail the required documentation, the different contracting centers he went through, the extraordinarily long waiting times, and the thousands of men vying for contracts; in addition, he explains how the medical exams grew more stringent over time and how during the delousing process many men would vomit from the smell; he goes on to describe his various worksites, duties, housing, provisions, payment, treatment, remittances, and recreational activities; moreover, he relates how he was able to buy a car and obtain a driver’s license; although he did have some good employers, the foremen were often mean and mistreated the braceros; he even organized a strike once due to insufficient payment; even so, his memories of having worked as a bracero are positive; he was ultimately able to emigrate to the United States.

Creator

Loza, Mireya
García González, Guadalupe

Date

2006-05-11

Subject

Bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Guadalupe García González

creator (Spanish)

Loza, Mireya

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini Disc

Duration

1:09:31

Bit Rate/Frequency

24 bit
96k

Transcription

Nombre del entrevistado: Guadalupe García González
Fecha de la entrevista: 11 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Mireya Loza

Me llamo Mireya Loza, hoy estoy aquí con Guadalupe García González, mayo 11, 2006 en Los Ángeles, California.

ML: Guadalupe, ¿dónde nació?

GG: En La Concha, Sinaloa, México.

ML: ¿En qué pueblo?

GG: Se llama La Concha.

ML: ¿La Concha?

GG: La Concha, México.

ML: Y platíqueme un poco de ese pueblo, ¿cómo era?

GG: Pues antes era bonito, ahora va pa atrás, está muy, toda la gente casi se ha salido de ahí. [Es]tá como pueblo fantasma casi, ahí el pueblo viejo. Pero pos era un pueblo de gente muy, muy humilde, muy buena. La mayoría es pura gente trabajadora, honrada. Mis padres, digo, no porque haigan sido mis padres, eran personas muy honradas, muy trabajadoras.

ML: Y, ¿qué hacían sus padres en el pueblo?

GG: Agricultura y ganadería, tenían…

ML: ¿Qué tipo de agricultura?

GG: Pues maíz, frijol, más bien maíz y frijol es lo que se sembraba. Se sembraba tabaco, también se plantaba tabaco y pues una poca de verdura, casi no eso, sólo en otras partes.

ML: ¿Su familia era grande o pequeña?

GG: Grande.

ML: ¿Cuántos hermanos y hermanas?

GG: Once hermanos y tres hermanas.

ML: Y, ¿usted era uno de los mayores?

GG: El segundo.

ML: ¿El segundo?

GG: Sí, el mayor se llama Sepundino y yo Guadalupe, el segundo.

ML: Y cuando usted era niño, ¿tuvo la oportunidad de ir a la escuela en el pueblo?

GG: Nomás hasta tercer año. Nada más que tercer año en aquellos años era como ir ahorita a la junior high. Sí, porque era mucho el estudio. Le daban a uno ocho horas y ahí no iba a estar jugando uno ni nada de eso. Pues yo fui desde, que le dicen Parbulito, allá, sí ha oído ¿vedá? (risas) Kindergarten, tenía como cinco años, hasta la edad como de siete años, por ahí. Me sacó mi padre para ayudarle a trabajar, porque pos siempre ha sido po[bre], ellos fueron muy pobres. La agricultura casi la sembraban para ellos, para uno comer. Sembraban maíz y frijol y guardaban. Vendían muy poco, siempre tenía vaquitas, engordaban puerco para la manteca y para comer. Pero fue un pueblo muy productivo, ahora ya no, ahora está muy decaída la agricultura, tá muy mal.

ML: Y, ¿cuántos años tuvo usted cuando empezó a trabajar?

GG: De la edad de siete años, siete años. En el arado, que le llaman allá, con las mulas. (risas)

ML: Y, ¿cómo se enteró usted del Programa Bracero?

GG: Pues mire, yo ya desde chico, porque yo cuando los primeros braceros vinieron, yo tenía nada más diez años, que fue el [19]42. Pero por ahí pasaban, por ahí pasa la vía del ferrocarril y por ahí pasaban los trenes llenos de, que venían del sur de Jalisco, de Michoacán, Guanajuato, de todas partes. Y venían pues hasta Mexicali en ese tiempo. Y yo ya oía que decían, que son los braceros, los contratados. Y mi padre, ellos nunca quisieron venir, ni mis tíos, decían que no, que ellos no tenían nada que hacer aquí. (risas)

ML: ¿Usted era el primero en su familia que se…?

GG: El segundo.

ML: No, pero el primero que vino como bracero.

GG: Que vine para acá, sí. Vine primero, a entrar pues, como dicen, de alambre, ¿vedá? Pero no logré nunca llegar pa este lado. Nomás ahí en el Valle Imperial, que viene siendo Caléxico, El Centro, Brawley, todo eso. Nada de ahí para allá. Y ya cuando, se puso muy duro el 1953, que lo que quieren hacer ahorita lo hicieron en ese año, que multaban al patrón parece que con $500 ó $1,000 dólares por persona que le agarraran ilegal. Y pues yo entraba ahí a ayudarle a un señor que tenía ganado, establo y un día nos dijo: “¿Saben qué muchachos? Yo ya no les puedo ayudar, váyanse para México, porque si los agarran aquí conmigo, La Migración, me van a cobrar $1,000 dólares por cada uno”. “No, tá bien”. Le digo: “Gracias”. Y nos salimos porque toda la gente se salió, fue cuando se hizo la contratación en Mexicali y ahí fue donde me contraté yo.

ML: Y, ¿cuántos años tuvo usted cuando primero vino a los Estados Unidos?

GG: Yo tenía, andaba en veintidós años cuando llegué aquí a Santa Ana, al Condado de Orange, que fue en mayo, y duré hasta el [19]58, cuando anduve trabajando con el mismo patrón en lo mismo.

ML: Y, ¿cuántos años tuvo usted cuando se contrató de bracero?

GG: Pos duré como casi cinco años aquí en el Condado de Orange. Y yo no sólo, yo también trabajaba, como yo desde allá sabía manejar vehículo, carro y sabía manejar la Caterpillar. Y yo trabajé en la Caterpillar también contratado, con los patrones y con prestado. Porque nos prestaban porque el patrón pos él tenía un empaque, un packing house que le dicen, ¿vedá? Y pos yo ahí todo él me, me venía del field a trabajar ahí y ya era llevar al tren apio, tomate, porque él lo que más trabajaba era el apio y el tomate, el celery, ¿vedá? Y lo embarcaba por tren y otros van, semis y todo eso, pero yo era cargador.

ML: ¿Qué es lo que dijo su mamá cuando le contó por primera vez que se quería venir como bracero?

GG: Mis padres lloraron, porque ellos no querían que uno se viniera, más en esas épocas que México taba bien, porque como le digo, mis padres trabajaban, casi no vendían nada, pero ellos sacaban dinero de la leche, de los quesos, tenían ganado, ¿verdad? Vacas. Y ellos sembraban nomás para nosotros casi. Y cuando yo le dije, porque a mí me, un muchacho que ya había venido para acá fue y nos alborotó, como dicen allá, ¿vedá? “Que miren, que allá está muy bueno y que esto”. Y pos yo le dije: “Bueno, madre yo me voy”. Y mis padres, no, pos lloraron ellos. En aquellas épocas, ¿se da cuenta? Dejar sus hijos a sus padres, no, casi nadie dejaba a sus hijos. Como le digo, de ahí de mi pueblo casi nadie se contrató en esas épocas, cuando yo me vine. Eran de otros estados, ahí en Sinaloa no venían. Y pues ya, lloraron y todo, pero me vine yo, pos uno ya, yo tenía, andaba como en diecinueve años. Agarré yo una que le llaman cartilla ya del Army, ¿vedá? Que es un (ininteligible) aquí, ¿vedá? Y con eso, ya con eso podía uno viajar por todo el país, porque si no la tenía uno, donde cayera por desconocido lo metían a la cárcel. Y yo me vine aquí a Mexicali con un primo, dos primos y ese muchacho que él conocía, que ya había andado aquí de alambre, sin papel. Y no, pos estaba muy duro, ya se puso duro porque el [19]53 echaron toda la gente afuera. Y yo ahí encontré a mi tía, porque mi padre me dijo: “Hijo, ya que te vas para allá, ten pa que llegues con tía ahí”. Se llamaba Eulalia ella, ya también murió. Y ahí llegué yo con ella a su casa. Yo trabajaba ahí en Mexicali, nomás que ganaba uno muy poco. Ganaba uno como $20 pesos o menos, que no eran ni $2 dólares.

ML: Y cuénteme un poco del proceso de contratación en Mexicali, ¿cómo era eso? Explíqueme qué es lo que pasaba desde el principio.

GG: Mire, yo fui…

ML: Una entrada.

GG: Como le digo, le dije a ella, fui y agarrar un número, le daban, le decían ficha. Un número para que… Y lo ponían en lista. Y ya según cuando se le llegara a uno el número, ya le daban el contrato y lo pasaban pa Caléxico y lo llevaban a El Centro. Entonces pos como yo no tenía dinero, yo duré como, yo pienso que más de ocho meses para que me llegara mi número, mi turno. Y fue como batallé mucho, porque yo, había uno, recorría, corrían la lista y decían: “Se acabaron, se acabó la lista, siguen los especiales”, los que pagaban $600, $800 pesos. Era mucho dinero en aquel tiempo. Pero vino mucha gente que traía dinero y yo como yo aquí taba y ni modo, yo nunca quise mandarle pedir a mi padre, porque pos no era justo eso, ¿verdad? Que yo me vine a aventurar, como dicen allá y yo pos no pude conseguir trabajo aquí porque ilegal. Pero opté por contratarme, me salió bien al último y de ahí yo, pos llegué aquí con estos hombres al Condado de Orange.

ML: Y, ¿qué es lo que sucedió después de recibir la ficha? Dijo que lo llevaban a…

GG: Pues ya con…

ML: A la estación.

GG: Yo iba diario, ¿vedá? Porque habían, corrían la lista de lunes a sábado. Entonces yo diario tenía que ir, yo trabajaba, pero me tenía que estar ahí diario en la mañana, porque yo trabajaba ahí en la tarde. Tenía hasta que se acabara la lista, pero luego se acababa, como no pagaba uno, seguían los especiales. Entonces pos llegó un viernes y me llegó el número y ya: “Ora sí, vete”. Ya lo llevaban a uno a Caléxico, de ahí lo recogía un bus, lo traía a El Centro, ahí estaba el centro de contratación, el mero centro, de ahí lo destinaban a uno.

ML: Y, ¿qué es lo que sucedía en El Centro, uno entraba y qué pasaba?

GG: No, ahí llegaba uno, entonces podía estar uno hasta un mes ahí. Ahí le daban comida, uno no tenía que pagar ni un cinco. Tenían los bunkers pero tenían aire acondicionado y estaba bien y camitas ahí. No, eran camas de campaña como las que usaban los soldados antes. Uno las doblaba y ya cuando en la mañana y en la noche las abría y ya tenía su número y esperaba uno para que se viniera uno onde uno quisiera. Porque si yo hubiera, pos nomás que yo no sabía nada, nomás que me encontré un amigo que era de Durango él. No sé si ya moriría, pero él me dijo: “Tú eres sinaloense, ¿vedá?”, me dijo. “Sí”, le digo. Era el único sinaloense que andaba ahí. “Oye”, dijo, “¿tú conoces la movida aquí?”, me dijo, “¿cómo está todo el rol aquí?”. “No”, le digo, “no sé. Pues yo”, le digo, “lo que vengo es a irme a donde sea”. “No, no, no”, dijo, “no te vayas a ir pa Arizona, no te vayas a ir pa ninguna parte, nos vamos a ir al Condado de Orange”. Yo ni lo había oído mentar. “Bueno”, le digo, “y, ¿cómo está eso? A ver”. Me dijo: “Nos vamos a ir al apio y al tomate”. Apio yo ni lo conocía, le voy a hablar derecho, no lo conocía aún. Entonces ya pos él dijo: “Al cabo aquí podemos estar un mes”. Porque lo destinaban, no el destino, quiere decir que lo mandaban a donde uno quisiera, más o menos. Entonces un día pidieron cien hombres para traerlos al Condado de Orange y me dijo él: “Ahí nos vamos”. Y aquí me vine y ahí [es]tuve. Pero yo tuve bien con esa patrona, la verdad, yo no voy a decir que a mí me trataron mal. Porque yo, trataban a veces mal a los que eran muy inútiles, que no sabían trabajar, venían de los ranchos, de los pueblos chicos, de donde… Pues había mucho que nomás vivían en la sierra haciendo leña, haciendo carbón, no sabían de agricultura, casi no había agricultura pa la sierra. Y yo no, yo soy de la costa, ¿ve? Soy cerquitas al mar.

ML: Un momentito.

(entrevista interrumpida)

GG: Le voy a contar también eso, ya que le diga esto bien. O sea que no lo chequeaban en esos años en México, ya después sí. Entonces lo llevaban a uno a El Centro y ahí le sacaban a uno rayos X, X Rays y le sacaban sangre pa ver si no estaba uno tuberculoso o la, o tenía el corazón malo o…. La sangre era para este, ¿cómo se llama? Sífilis, a ver si no tenía sífilis, pero hombre, uno venía limpio, de rancho, que ni sabía uno de la mujer casi. Sí, pos es la verdad, taba uno inocente de todo, no como ahorita que los chiquitos ya saben todo. No, uno no. Entonces pos ahí ya le sacaban la sangre, la radiografía, ya cuando, pos si no le hablaban a uno es que taba bien, pero hubo muchos que sí salieron enfermos. Y le chequeaban a uno que la hernia aquí, eso era todo. Pero en 1960, cuando me fui a contratar a Empalme, porque en Mexicali no duró mucho la contrata[ción], se movió a Hermosillo, Sonora. Y de ahí la movieron a Empalme, Sonora, que ahí se quedó hasta que se acabó. Tonces yo, pos le voy a hablar derecho, me aventó La Migra por León; (risas) León, Guanajuato. Me llevaron al centro y del centro a McAllen, Texas y de Texas a Reynosa y de Reynosa a León, Guanajuato. Entonces ya me vine con mis padres, llegué ahí, ahí [es]tuve como unos tres meses, pero de ahí le escribía a mi esposa. Yo ya vivía con ella, pues yo ya desesperado le digo: “Pos si te gustas venir pa acá, vente, o si no me vas a tener que esperar hasta que yo, me voy a ir a contratar a Empalme”. Le escribía yo cartas y ella pues me contestaba.

ML: Y, ¿dónde escribía ella?

GG: Allá en mi pueblo, ella aquí vivía en Santa Ana con sus padres, pos ahí se quedó, pos a mí me aventaron pa allá.

ML: ¿Usted estaba en el pueblo y ella estaba acá en Santa Ana?

GG: Sí, yo taba, pero ahí mi pueblo es un pueblo que por ahí, ahí está todo, ahí hay todo casi, porque está como le digo en la costa y ahí pasa la vía y pasa la carretera que va a Guadalajara, a Tepic, Guadalajara, México, a todo. Va, esa carretera va desde Tijuana, es un freeway, ¿verdad?, un highway. No, pues me fui a contratar a Empalme, para eso tenía uno que, pos ir al municipio que es Cuinapa, mi municipio, o sea el county. Y de ahí a la capital que es Culiacán, Sinaloa, a que le dieran un papel para venir a Empalme. Muchos tenían que ir a piscar algodón, hasta mil, dos mil libras para que le dieran el papel ése. A mí no me tocó eso, tuve suerte. De ahí me vine en una lista, que le llaman, enlistado de Culiacán, venían como unos, de allá de mi pueblo venían como unos cien o más. Y ahí, pues en Culiacán ni dieron más listas, pero yo onde venía una lista del norte de Sinaloa, venía un amigo que ya habíamos estado juntos aquí contratados, aquí él estaba en Pomona, pero eran los únicos dos sinaloenses y ahí nos conocimos. Y era un hombre muy, muy inteligente, muy, ¿cómo le quiero decir? Muy activo. Él tenía mucha amistad en el Gobierno y él consiguió una lista especial para llegar. No pagó ni un cinco, porque él tenía muchas amistades en el Gobierno, era como los gobernadores y eso. Su familia, pues también eran de Gobierno algunos. Nomás que a él le gustaba venir contratado para acá. (risas) Y me lo encontré en Empalme y me dijo: “Paisa, ¿qué anda haciendo?”, porque así nos dicemos, ¿vedá? “Pos aquí vengo a contratarme, paisa”. Le digo: “Vengo de mi pueblo, de La Concha”. “Ire paisa”, dijo, “¿en qué lista viene?”. “La lista fulana de La Concha de allá”. Dijo: “Ésa lista no va a pasar luego. Si usted quiere que nos vayamos mañana, mañana nos vamos”. Tuve suerte, ¿vedá? Todavía le dije: “Sí, cómo no”. Y como muchos se rajaban, o sea, v[e]ían que, porque decían que venían a trabajar aquí casi los mataban, se morían del calor y de la comida, se enfermaban mucho y se regresaban para atrás, nomás agarraban pa el pasaje y se iban. Y la nostalgia de sus padres, de sus hijos, muchos tenían hijos. Yo no, pos yo mi mujer aquí, yo nunca me casé allá en mi pueblo, me vine joven. Y en esos años los padres no lo dejaban a uno casarse joven. Tenía que casarse uno como de, como de unos veinticinco años para adelante, la mujer como de unos veintitrés, veintidós. Era unas, ¿cómo le quiero decir? Costumbres diferentes que ahorita. Ahorita pos la mujer se casa a la hora que da la gana y el hombre también, ya no respetan a los padres. Y pos así fue como me vine a contratar, me tocó suerte, pero cuál es la sorpresa, nunca me había pasado eso de que lo nombraban a uno y como había mucha gente, así como doscientas mil personas [es]perando contratarse. Y luego pasaban la lista ésa y ya me nombraron a mí y le decían a uno: “Vente quitando la ropa”. Y sí, uno iba corriendo, se quitaba los zapatos primero, de ahí la camisa, pantalón y se quedaba uno en puros calzoncillos. Ya llegaba uno ahí y ahí estaba un doctor, lo hacía a uno que se agachara y se abriera uno todo, a ver si no tenía que almorranas y que eso. Y ya, pos si taba bien uno: “Vete”. Y ya le daban el contrato, se venía uno a Caléxico. Porque si uno quería, pos venía uno por tren o por bus, pero si uno traía pa pagar el pasaje, uno lo pagaba. Le daban un lonche a uno ahí en Empalme.

ML: ¿Eso es lo único que sucedió ahí con los doctores, no había otra cosa más de cuestiones médicas? ¿A usted lo trataron con DDT u otras cosas?

GG: No, eso fue aquí en, aquí en Caléxico.

ML: Y, ¿luego?

GG: Y a mí nunca me había pasado eso, por eso digo que yo ya no me contrataba. Allá nomás nos encueraron, nos vieron todo, a uno nuestras partes, ¿verdad? Pues era el chequeo que tenían, las órdenes de aquí de los rancheros, yo creo, no sé, del Gobierno federal. Pero cuando llego a Caléxico, nos pasan y entonces ya dijeron: “Hagan línea”. “Ah”, dije. Ya cuando no vi que nos subieron al bus dije: “¿Qué irá a pasar aquí?”. No, pos yo como nunca me habían hecho eso, lo metía en la línea encuerado de a tiro, la ropa se iba para un lado y a echarle polvo de ése hediondo de pie a cabeza. Entonces dije yo: “Ya esto sí ya no”. Yo venía limpiecito, venía de mi pueblo y luego yo mi ropa, pos llevé ropa de aquí y todo, buena ropa. Yo venía bien cambiado y no traía sombrero, yo nunca usé sombrero yo, la mera verdad. Nosotros, yo usaba, allá en mi pueblo sí, porque está caliente, pero ya cuando llegué yo a Mexicali, abandoné el sombrero. Yo nunca usé huaraches tampoco, puro zapato. Usaba uno huarache para ir a trabajar en el lodo, eso, ¿verdad? Pero unos huaraches diferentes. Pero ya cuando me fumigaron ahí a todos, ya que, hasta casi se vomi, muchos se vomitaban por el olor, casi se desmayaban. Yo dije: “Bueno, no supe yo, si no yo no vengo a contratarme ya”. Yo, yo tenía trabajo en Tijuana, yo ganaba ahí como $4 dólares por día. Pero dije: “Pa venir a ver a mi mujer”, ¿vedá? Ella podía ir, pero tenía yo que juntar una feria y mandarle a ella también para que fuera a verme a Tijuana. Pero dije: “Bueno, me voy a contratar”, le dije a ella. Pero ya cuando fui a Yuma, ya le escribí yo a ella y la telefoneé. Le dije: “¿Sabes qué? Yo ya no me vuelvo a contratar”. Porque me dijo: “¿Por qué no te vienes pa acá?”. Yo sé que me hubieran podido dar el cambio, porque yo conocía bien las leyes del contratado, ¿cómo le quiero decir? Los derechos que teníamos aquí, nomás que muchos no leían el contrato o no iban a reclamar. Yo podía haber pedido el traslado a Santa Ana, pero ya no quise, le dije: “¿Sabe qué? Yo mejor me voy a ir a Tijuana, cumpliendo el contrato aquí”. Porque tenía que cumplir el contrato uno pa que le dieran una mica, la mica de bracero y si no, pos si se quería contratar o cualquier cosa que quisiera arreglar uno aquí, o se la miraba, tal vez no le dieran a uno los papeles. Yo por eso agarré mi mica y cuando yo arreglé en 1952, el 31 de enero [19]62 me pidieron la mica de bracero, porque tuve que decir dónde estuve yo viviendo después de seis meses en Estados Unidos, porque es la ley de aquí. Y ya de ahí me iba a estar en Santa Ana arriba de cuatro años, tres meses en Yuma. No, pos me pidieron la mica La Migra y ahí fue como me la quitaron ellos, ya no me la dieron, pero es todo el historial, si gusta pregúnteme más.

ML: Sí. Y cuando cruzó, ¿qué tipo? Dijo que trabajó en apio, ¿dónde?

GG: Aquí en el Condado de Orange. En el apio, lechuga, tomate, más apio y tomate que lechuga.

ML: Y, ¿cómo era el lugar donde vivían ustedes?

GG: Yo viví en un lugar como, era una, había sido casa de los soldados de ahí de El Toro, de ahí, ¿cómo se llama? Son de los, no de los Marines, de los otros, de los. Yo, era una casa chiquita, era una como dúplex o apartment, muy bonito ahí en, ahí tá Santa Ana, tá Garden Grove, Westminster, porque en ese tiempo no era Huntington Beach, ahí no había, no existía Irvine.

ML: Y, ¿cuántos hombres dormían ahí?

GG: Ahí vivíamos como unos, cuando más, cuando en tiempo de verano que traían gente, como unos dieciséis, dieciséis. Teníamos cocina, hacíamos nuestro lonche, a veces nos ponían un cocinero, pero en invierno como quedábamos como unos tres o cuatro, yo siempre me quedé. No, ya no ponían al cocinero, porque no eran bastante gente para que nos dieran comida. Nosotros nos preparábamos la comida llegando. Ahí todos los japoneses nos llevaron a una tienda japonesa, tienda de comida. Ya ve ellos se ayudan, son vivos, con unas viejitas, le decían La Mama y ahí el patrón, o sea el mayordomo hablaba muy bien español, se llamaba Chadley, era japonés. Ya le dijo, era uno de los nuevos: “Contratáramos tres”. Le dijo: “Aquí dele lo que usted quiera”. No, pos nos dieron comida, luego ropa, porque pos no traía uno ropa mas que el puro cambio cuando me contraté; zapatos nuevos, botas pa trabajar y pantalones de trabajo y camisa para salir también. Ya después que agarramos nosotros dinero, ya iba uno y compraba a las tiendas a Santa Ana. Pos taba lejos Santa Ana, taba en el open table. Tábamos, Santa Ana taba como a unas cinco millas, pero yo luego compré un carro y luego saqué mi licencia aquí en 1954.

ML: ¿Como bracero sacó su licencia?

GG: Saqué mi licencia como bracero.

ML: Y, ¿cómo es que hizo eso?

GG: Es que yo ya, yo sabía manejar y yo manejaba una Caterpillar, yo araba y todo eso. Entonces había un, por donde estaba el campo había unos muchachos y una señora, la mamá de ellos. Se hicieron muy amigos míos al brincar la calle. Y ya me dijo uno que se llamaba Frankie, parece que ya murió él, era mayor que yo lejos. Me dijo: “Oye Lupe, mi mamá tiene un carrito de venta”. Porque los hijos de ella andaban en el Army, taban en Corea por allá y: “¿No se lo compras?”. “Pero yo no puedo manejar carro sin licencia”. “Yo te llevo a que saques tu licencia”, me dijo. “Bueno”, le digo, “pero pues aquí hay unas preguntas diferentes que en México”, le digo, “yo las preguntas de México sí las sé todas, pero aquí es diferente, es otro modo de tránsito”. Dijo: “Bueno”, dijo, “te voy a entregar un libro en español”, en esos años, el [19]54. Me trajo un libro en español de Santa Ana y ya me puse a estudiarlo. Pos casi era igual las preguntas, nomás que éstas pos taban en español. Ya le dije: “¿Sabes qué, Frankie? Ya estoy listo”. Y me llevó un día en la tarde. Ese día pasé eso y pasé la, pos casi nos la sacaban a manejar. Taba chiquito el DMV [Department of Motor Vehicles] de Santa Ana. Estaba donde ahorita está el Cinco y la Main. Allá taba entre las huertas de naranja.

ML: Y, ¿cómo juntó el dinero para comprar un carro?

GG: Pues me lo fiaron en $60 dólares, $60 dólares y les daba $5 dólares por mes. (risas) Y ya cuando les llevaba pagado como unos $40 dólares, me dijo la señora, me quería mucho, me quisieron mucho ellos, dice: “Mira, tú has de cuenta que eres mi hijo, ya no me debes ni un cinco ya”. Y lo puse a mi nombre luego luego que agarré la licencia. No, pos se enojó el patrón, alguien le dijo, porque yo tenía carro. Y vino el patrón, porque no lo llevé el carro hasta que no agarré la licencia, la provisional, ¿verdá? Entonces vino el patrón enojado y gritando ahí: “¿De quién es ese carro?”. Y yo estaba en la cocina, estaba haciendo lonche, era en la mañana pa irnos a trabajar. “Es mío”, le dije, por medio del intérprete, pues de Charlie, porque iba el Charlie con él, porque yo no hablaba casi inglés, poquito, dos, tres palabras y: “Es mío”, le dije, “¿por qué? Me costó mi dinero, yo lo compré”. “No”, dijo, “¿qué no sabes que los braceros no pueden tener carro?”. “Yo sé”, le digo, “pero los que no tienen licencia”, le digo, “pero mira”, le digo, “yo tengo licencia”. Y pateó ahí y se fue. Pues después me ocupaban pa que raiteara compañeros.

ML: Y, ¿a dónde iban en el carro?

GG: Pos íbamos a trabajar ahí cerca, al field y ya pa allá pasaban (ininteligible) aquí Westminster. Yo a lo que, porque nos llevaban en un pick up sin nada y en tiempo de frío, acá un friazo. Porque no éramos muchos, ¿vedá? Entonces yo le decía, pos ya uno que se llamaba Tony, le decían el Tony Valenzuela y otro se apellidaba Cerda, se llamaba Félix. Yo me lo llevaba a la… pos éramos íntimos amigos, nos hicimos muy amigos. Yo me los llevaba en mi carro a ellos para que no sufrieran frío. Pero digo, pues como estaba cerca, no, no traían troca para llevarnos y éramos pocos. Nos llevaban al pick up atrás y pos taba frío. Uno, yo vengo de tierras calientes, mi tierra es caliente así casi como el Valle Imperial, sí. ¿No conoce México usted?

ML: Sí.

GG: ¿Conoce Sinaloa?

ML: No.

GG: Pase un día por ahí.

ML: Y tengo una serie de preguntas. ¿Me puede explicar qué era la rutina diaria en ese campo?, ¿a qué horas se levantaban?

GG: Pues diario teníamos que empezar a las siete de la mañana. Depende de cuando, el tiempo, si amanecía más temprano, a las seis, pues. Y luego nos trabajaban hasta las siete y como le acabé de decir a la muchacha, la otra, que yo como sabía manejar la Caterpillar y manejaba troca, también sabía manejar troca y me la llevaban. Ya después que terminaba yo de la Caterpillar, de cargador cargando tomate y luego nos íbamos a llevar apio y tomate empacado en cajas. Ellos lo mandaban pa Chicago, pa New York, todo eso. Y pos como era cargador yo, pos a veces hasta la una, dos de la mañana y tener que levantarse a las cinco, seis de la mañana para hacer uno el lonche. Hay veces que no comía, llegaba con calentura del trabajo porque era trabajo en exceso, oiga, no. Ya ve el Chávez hizo una cosa muy fina, de que puso el azadón grande y en ese tiempo le decían, el cortito así estaba mira. Y los surcos de a media milla, de a milla, tenía que uno, sin enderezarse, agachado y agachado. Le ponían la agua en medio, no tomaba uno hasta que pos ya se iba uno muriendo de sed. Eso era lo malo que tenían los patrones japoneses. Yo creo eran como me recuerda las películas alemanas que traían la gente como en la prisión. Ellos lo que querían era que trabajaran. El que no quería trabajar, que no quería trabajar tiempo extra o over time lo odiaban casi.

ML: Y, ¿le pagaban más por ese over time?

GG: No, ni un cinco, $0.80 centavos la hora, trabajara las horas uno que trabajara, no había over time.

ML: Y yo miraba en el cheque que decía, en el talón del cheque, que ten percent de lo que le pagaban a uno pa el Gobierno mexicano, o sea que hizo el plan los dos Gobiernos, los dos Gobiernos federales, el Gobierno federal de Estados Unidos y el Gobierno federal de México para quitarnos el diez por ciento para que tuviéramos un ahorro para cuando nos fuéramos a México. Pero, ¿cuál es la…? Digo, en una parte este Gobierno yo sé que es muy honrado este Gobierno, pero tuvo la culpa que nunca nos dijo a nosotros ónde mandó ese dinero. Y el dinero ése nos lo quitaban los patrones, se lo mandaban al, por medio del Gobierno federal. Entonces ese dinero venía a parar a los bancos, a un banco que está aquí en Los Ángeles, el Wells Fargo, un grandote que está aquí, por aquí. Y ahí lo depositaban y de ahí al tiempo a los años lo mandaban pa México. La última remesa que mandaron de lo que nos quitaban a nosotros fueron casi $40 millones de dólares. En aquellos años se daba cuenta, era mucho dinero, por eso fue el robo más grande que nos hizo el Gobierno mexicano. Y yo culpo al Gobierno mexicano y todos nosotros culpamos al Gobierno americano, ¿por qué mandaba el dinero sabiendo que aquel Gobierno era bien rata? Porque ellos ya sabían, el Gobierno mexicano desde hace muchos años ha sido, yo digo el sistema, ¿no?, del Gobierno. No sé qué Gobierno. Según dicen que el Gobierno federal de México se clavó el dinero, o sea ellos lo usaron pa la política, el PRI [Partido Revolucionario Institucional] que le llaman, por eso nadie quiere, de nosotros nadie queremos al PRI. Y ni que se vaya a sentar, casi son los mismos, pero se portó muy mal con nuestro, con la gente pobre, el Gobierno del partido ése. Mataban gente, hacían lo que les daba su gana con la gente pobre. Pos ahorita ya hay más respeto, más bien desde que entró este presidente puso, quitó casi, le quitó fuerza al Gobierno judicial para que no nos moleste. Casi ya no lo molestan a uno, pero antes de este presidente, cuando estuvo el de Gortari, por derecho le decían a uno: “No, no, no”. Porque le decían: “A ver tus papeles”, ahí en las, onde ya termina la zona libre. Le daban, tiene que sacar un permiso para llevar carro uno y: “No, no, no”, decían, “estos papeles no me sirven”. “¿De cuáles quieres pues?”, les decía yo. “Verdes”. Y no querían dinero mexicano. “Y, ¿cuánto es la cuota?”. “Que $20, $30, $40 dólares”. Se los tenía que dar uno, si no le ponían pretexto y no lo dejaban ir pa allá pa México. Y uno pos allá tenía a su familia, yo tenía mis padres, mis hermanos, pos todavía tengo allá hermanos y pos uno cada año casi iba, como ahorita, ¿verdad? ¿Sí se ha dado cuenta que va toda la gente en diciembre? En esos años iba yo porque eran las fiestas de mi pueblo y pa las navidades muy bonito allá. Iba yo, iba uno con el gusto de ver a sus padres, sus hermanos estaban todavía allá, muchos de ellos no estaban casados.

ML: Y cuando usted era bracero, ¿celebraban cosas como Navidad en el campo?

GG: ¿Cómo?

ML: ¿Celebraban Navidad o misa en domingo?

GG: No, no había celebración, mas que puro trabajar, no había celebración.

ML: ¿No?

GG: No, no había quién nos ayudara en ese tiempo aquí, oiga. El periodismo estaba muy débil aquí, casi no había periodistas de raza latina o menos mexicanos, casi. La única que estaba que ayudaba poco era la radio, que estaba aquí, que era la, ¿cuál era? Que estaba, anunciaban los laboratorios Mayo, que todavía los anuncian, ¿vedá? Pero era lo único que había, pero casi no lo ayudaban a uno, porque tenían miedo.

ML: Y, ¿después del trabajo?

GG: Pues a dormir, oiga. Uno todo cansado ni cenaba a veces uno, porque le metían hasta doce, trece horas a uno. Y no crea que parando, no. Si se paraba uno, bien fuerte: “No te pares y trabaja”. Luego para piscar la fresa, le daba un pito a uno, o le daban dulce para que no comiera fresa uno. No, los japoneses eran ideáticos. Había unos muy buenos, mi patrón era muy bueno porque él no se metía con nosotros. Los mayordomos, tenían un mayordomo muy, como decíamos allá en mi tierra, muy perro, muy malo. Pero ése ya luego, se llamaba Chip, pero nosotros, yo lo reporté con el patrón y lo cambió, ¿verdad? Ya no lo dejó que se metieran con nosotros.

ML: ¿Es la primera vez en su vida, en esta ocasión era la primera vez que usted conoció a una persona japonesa?

GG: ¿Cómo?

ML: ¿Era la primera vez que usted conoció a una persona japonesa?

GG: Primera vez que conocí a los japoneses, en mi tierra no había, (risas) no hay todavía. No, primera vez que conocí a un japonés. Mire, se ponían así uno que otro allá y luego venían así y así, muchos pobres hasta los pateaban. Hasta salí mal yo con el patrón una vez.

ML: ¿Por qué?

GG: Al mayordomo, porque le estaba pegando, con ese Chip, un pobre muchacho del estado de Jalisco. Pos como le acabo de decir, ahí que muchos venían de la sierra e iban, no se conocían, no sabían de agricultura, menos andar cortando apio. Nomás que los mandaban y ya venían ellos a trabajar. Entonces ese muchacho cuando llegó ahí, llevaban, llegó ya en la noche y pos le dije: “Oye muchacho, se ve que tú nunca has estado aquí, nunca habías estado en los Estados Unidos”. Nuevecito el muchacho, también de, tenía como dieciocho años, le dije: “Tú nunca has trabajado en la agricultura, ¿vedá? En la, cortando verdura y eso, legumbres”. “No”, dijo, “pos yo a estas plantas ni las conocía, ni las conozco”, dijo. Porque ahí donde vivíamos el campo estaba en medio de la agricultura y ahí el patrón, eran tierras de él y ahí casi plantaba puro apio. Le dije: “Mira, éste es el apio, es el que vamos a ir a trabajar mañana. Mira, se va a cortar así y así y tienes que andar rápido. Tú vas a andar así y dejando el apio, así cortándolo. Lo cortaba uno con una, le decían palitas. Era una cosa como cuchillo, pero así y tenía agarradera y así abajo, ¡tas, tas! Porque a veces tenían un tractor, que lo cortaba con una plate, con una cuchilla, pero a veces estaba atascoso, que no podía entrar el tractor y lo cortaba uno a mano y tenía que ir uno a la carrera, porque si no…

ML: Y, ¿el patrón en esa ocasión maltrató a ése…?

GG: A ese muchacho lo maltrató. Pero yo para eso yo ya sabía y tenía el amigo ése, él se llamaba Tom, había nacido en Mazatlán, se crió allá, pero estudió los dos idiomas. Era hijo de gringos, de americanos, de aquí güeros. Sus padres eran alemanes.

ML: Y, ¿cómo conoció a Tom?

GG: Lo conocí ahí cuando yo me contraté, porque él vio que decía Sinaloa y como él nació en Mazatlán: “Paisa”, me dijo, “¿qué parte de Sinaloa eres?”. Se alegró él también, porque él allá se crió y él decía que era sinaloense, que no era gringo. (risas) Y le dije: “Pos soy de tal parte, pos está cerca de ahí donde soy yo, de Mazatlán para allá”. ¿Sí ha oído mentar Mazatlán?

GG: Puerto, está suave el puerto. Y: “No, pos soy del Municipio de Cuinapa”. Dijo: “Pues yo conozco”. Entonces él se puso a las órdenes mías y dijo: “Mire, yo quiero que usted me cuide a la gente ahí con Canegai(??), donde va prestado. Dígame cómo tratan la gente ahí”. Porque él tenía el poder de quitarle la gente a los patrones. Y ya no darle contratado, porque él era de la federación, era federal. Y fue cuando leyó, le dije porque llegó el hombre y empezó a decirle en inglés. Y yo pa en ese tiempo ya hablaba algo de inglés, ya entendía, le empezó a: “Son of a bitch y que aquí que allá y que stupid”. Le dije: “Hey Chip”, le dije, “¿por qué le dices eso tú a él si él no habla inglés”, y que, “dime a mí, ¿pero por qué le estás mentando la madre tú? ¿Por qué le estás diciendo esas palabras?”. “No, que él no sabe”. “Pos hay que enseñarlo, yo lo ando enseñando, me puso el Charlie”. Entonces el Charlie, tonces le dije: “Charlie, corre a éste de aquí, si no, ahorita me voy a ir a La Asociación, orita voy a ir a hablar con el Tom, con Tomás”. “No, no, Lupe no”. Él sabía pues que eran duros esos hombres, eran rectos, el Gobierno federal de aquí de Estados Unidos. Dice: “No, no vayas, eso lo voy a arreglar”. Tonces lo corrió allá y le habló al patrón él, al que era el guy, al Henry. Le dijo: “¿Sabes qué? Que sea la última vez que mandas al Chip pa acá, porque Lupe quiere ir a La Asociación a reportarlo, que aquí le pegó a un muchacho”. No, se vino el patrón. No, pos quién sabe, yo creo corrió, porque ya nunca lo vimos nosotros.

ML: Y, ¿el patrón no se enojó con usted?

GG: No, no, él lo que me pidió, no, que lo disculpáramos, porque si yo voy, llevo al muchacho y ve que le pegó el otro y lo maltrató y había testigo, le quitan la gente. Entonces él pierde su cosecha, porque les quitaban la gente y ya no les daban, les tenían que dar a los hijos y tenían que ir a firmar un contrato, porque ellos tenían un contrato con el Gobierno federal de aquí de México, los patrones. No nos traían nomás así, veníamos bien, ¿cómo se dice?, afianzados, que respetaran nuestros derechos. Pero como le dije anteriormente, muchos no sabían leer ni escribir; pobrecitos, no sabían defenderse. Y veníamos de un país donde estábamos casi marginados, oiga, que allá el Gobierno atropellaba a quien le diera la gana y no podía uno reclamar. Y por eso venían impuestos, la mayoría, a que el Gobierno aquél nos tenía, como quien dice, piel de pescuezo y decían que éramos tontos. No, no éramos tontos, es que allá el Gobierno era muy perro, muy malo y no podía uno reclamar porque si no hasta lo mataban a uno. Ya de policía pa arriba, porque todos eran del PRI y todos tenían al pueblo, lo tenían como sumergido y por eso muchos que llegaban aquí, pos decían: “Cuáles derechos, si no tenemos derechos allá, ¿vamos a tener aquí?”. Y se equivocaban, yo a muchos les daba consejos: “Mira, lean los contratos, si no, tráeme tu contrato pa leértelo, pa que veas los derechos que tienes aquí en Estados Unidos. Y aquí si te quieres emigrar el mismo patrón te migra. Aquí no estamos en México, aquí hay que reclamar, hay que ir a reclamar nuestros derechos. Aquí si un patrón te atropella, te empuja o te empuja a que trabajes de más, vamos a La Asociación”. Yo hice huelga una vez.

ML: Y, ¿qué, cómo es que hizo eso?

GG: Pos la huelga porque me pusieron a piscar tomate, que no sacábamos ni pa comer, oiga. Ni pa la comida. Taba todo podrido, todo malo y querían que, que lo escogiera uno, ¿pos cuándo? No ganaba ni un dólar al día uno, no, ¿cuándo? No, cuándo lo iba a ganar. Entonces yo fui con los patrones, pero no era mi patrón, eran otros, yo vi prestado. Yo me fui con el Henry y le dije: “Henry, la gente no quiere trabajar ahí donde tú nos llevastes prestados, ni los que están ahí, ni los de ese patrón”. “¿Por qué?”, me dijo. “Porque no sirve el tomate, no sacamos ni, no hacemos ni un dólar en doce horas”. “Oh”, dijo, “que, que”. “No”, le dije, “si no, voy a hacer huelga”. “No, que”… Y nos sentamos en los surcos, les digo: “Muchachos, no hay que piscar tomate ya. El patrón va a venir, el Henry, orita”. Le digo: “Voy a ir a ver a Tom o le van a hablar a Tom que venga, Tomás”, le digo, “él nos va a arreglar esto”. Y nos sentamos ahí en los surcos. Éramos como unos, de ahí de con Canegai(??) eran como unos seis, pero de otros, porque veían prestados eran como unos cincuenta, sesenta. Era un field grande. Y no, pos ya vino el Tom y ya le dijo al patrón: “¿Sabes qué? Esta cochinada no sirve, ¿por qué traes a esta gente trabajando sin pago? Porque aquí no van a ganar ni pa comprar un vaso de agua”. Y dijo: “Ya no trabajen más. El que no tenga trabajo yo le consigo, yo le doy el cambio”. No, pos muchos, pero yo me quedé con el patrón ya, ya me dijo el Canegai(??), le dije: “No, ¿sabe qué? Esto y esto otro”. Dijo: “No, tá bien”, dijo, “entonces mejor váyanse a otra parte”. Y nos mandaron aquí a Buena Park, ahí con un patrón muy bueno a piscar tomate de ése, de estaca, que le dice, de guía. Y no, pos ahí a gusto, pero la mera verdad hice la huelga por eso yo y muchos se rajaron, porque éramos más. “No, que nos van a correr, que quién sabe, (risas) que nos van a quitar el contrato”. “No nos lo quitan porque estamos en nuestros derecho”. Si los primeros braceros que vinieron fue en septiembre 29 de 1942, les tocó la remolacha, que viene siendo el betabel, muy duro trabajo. Vinieron mil quinientos de la capital de México, pero de los estados de alrededor, primeros braceros a Stockton, California. Y como ellos nunca habían hecho ese trabajo, pues no sabían cómo avanzar en el trabajo, ganar más y no ganaban ni pa comer. Y los mil quinientos se sentaron y hicieron huelga. Entonces les dieron por hora, porque nosotros en el contrato decía que veníamos a trabajar por horas, no por contrato. Si uno se estaba a trabajar por contrato, que viene siendo piece work, ¿vedá? Sí, si no ellos no lo podían exigir a uno. Y ahí fue donde yo me basé a hacer la huelga, porque ahí decía en el contrato que tenían que pagarle a uno. Allá por Texas pagaban $0.50 en el Valle Imperial, $0.50. Aquí en el Condado de Orange pagaban a $0.80 centavos la hora, aquí en Ventura, para estos lados pagaban a dólar. Pero acá en, yo trabajé, puro $0.80 centavos la hora. Nomás que como fui carapilero, ¿vedá? Trabajaba en una Caterpillar, yo ganaba $1.25. Pero no debía haber trabajado yo ahí, pero siempre ha habido algo. Los patrones pues como no me pagaban lo que era, en ese tiempo los carapileros ganaban como $2.50, $3 dólares la hora y a mí me pagaban menos de la mitad, por eso les convenía, me daban trabajo en eso. Pues, pregúnteme algo más.

ML: Y, ¿cómo se enteró de la huelga de otros braceros? Dijo que en 1942 había…

GG: Sí, porque está en la historia.

ML: Y, ¿cómo se enteró de eso?

GG: Ora que ando aquí. Sí, o sea Baldomero Capís tiene ese documento, esos documentos él los tiene. Por eso quisiera que ustedes entrevistaran a Baldomero Capís.

ML: Y tengo otras preguntas, ¿le escribía a su mamá o a su esposa?

GG: A mi mamá, a mis padres les mandaba dinero y les escribía. Pero, ¿cuánto cree que duraba una carta en llegar?

ML: No sé.

GG: Casi un mes y a veces se perdían. Yo mandaba el dinero por telégrafo, porque por carta se perdía. Allá en México ahí robaban los cheques. Como tenían una cosa así, miraban el cheque y la cerraban nomás igual y no llegaba el dinero. Entonces fue cuando mi, mi hermano, los que estaban, ya que sabían leer y escribir, pos mi padre y mi madre ellos no sabían leer ni escribir. Me da pena decirlo pero es cierto. Entonces ellos me empezaron, me mandaron decir: “Hermano, manda por telégrafo y manda el nombre mío, de Carlos o Telésforo”, que eran los más grandecitos de, pues que estaban, ya habían ido a la escuela. Sí fueron a sexto año por ahí y ya decían: “Para nosotros cambiar el cheque”. Porque pos pa agarrar, pa que le dieran el dinero ahí en el telégrafo de otro modo y tenían que presentar identificación. Ellos ya tenían de la escuela y de eso. Ellos iban, porque a mi padre y a mi madre no les hubieran dado nada.

ML: ¿Por qué?

GG: Porque ellos no tenían casi ningún documento, no tenían ni acta de nacimiento. Antes nacían ahí y no los registraban. (risas) Decían que pa qué quería, que eran mexicanos y a ver oiga, otra pregunta.

ML: Y cuando no trabajaban dijo que ustedes no tenían mucho tiempo, pero como tenían carro de vez en cuando se iban, decía a Santa Ana, ¿no?

GG: Íbamos, iba yo, ahí mismo tá Santa Ana, era Santa Ana donde estaba yo, todavía ese tiempo era todavía ahí. Ahora ya creo le quitó una parte a Westminster y todo eso. Y me iba a la tienda, llevaba pues, ya de a uno de a dos, de a tres pa ir a traer comida, o sea provisión.

ML: Y, ¿cómo lo trataban en las tiendas y en otros lugares públicos, bien?

GG: Mire, sabe que bien, bien, ¿pa qué voy a decir? Porque pues mire, nosotros, yo la mera verdad, cantinas muy poco visité y si la visitaba era pa ir a oír la música mexicana, porque era la única parte. O pos ya cuando ya tuve dinero me compré un radio y el programa que estaba aquí en Los Ángeles, era Castillo, se apellidaba él, era hermano de Tin Tan. Él era un locutor muy bueno, aquí estaba en Los Ángeles. Y pos compraba el radio uno y se divertía uno, por los fines de semana. Y luego, pos ya después, pos ahí conocí una muchacha, ahí me iba a los bailes. (risas) Me iba a los bailes los domingos, los sábados en la noche, ¿vedá? Sale uno del trabajo, se bañaba uno y se cambiaba y ya, pues entacuchado, porque no se usaba, no lo dejaban entrar a los bailes a uno sin traje.

ML: Y, ¿usted todavía aún no estaba casado, estaba de novio con su esposa?

GG: Ni conocía a mi señora, la conocí el [19]56, sí. Y ya, pos nos enamoramos y me quedé aquí, oiga.

ML: Y, ¿cómo la conoció?

GG: La conocí, la conocí un día que yo, porque yo pasaba mucho por la 5, iba mucho a un baile que se llama El Monterrey, todavía está, el viejo Monterrey, tá el nuevo Monterrey. Tá por la calle 5 en Santa Ana, allá en el pueblo viejo. Y una hermana de ella vivía ahí y nos íbamos nosotros, vivía enfrente en la pura esquina así. Se llama Mary ella y entonces ella ahí llegaba con ella. Y pos me gustó y sobre ella, y no me quería de primero, porque su mamá le decía: “No hija, no te metas con ese muchacho, porque él se va a ir pa México y, ¿cuándo te voy a ver hija?”. Y ella por eso no quería muy bien andar conmigo. “No”, le dije, “mira, si nos casamos, yo me voy a Tijuana, yo arreglo y yo me vengo y aquí vamos a vivir”, le digo, “si tú quieres ir conmigo a mi tierra, vamos”, le digo, “a la hora. Pues eso será cada año”. Le decía yo que juntemos dinero porque pagaban muy poco, pero era bastante dinero antes, un dólar era mucho, ahorita pos ya no sirve. Y fue como la conocí a ella ahí, porque yo iba a Monterrey, porque había una parte donde estaba el salón de baile y había otra parte que había barra y había mesa de pool, de billar. Y a mí me gustaba mucho eso, ir a jugar y pos era la diversión que tenía uno. Yo, ir al cine al Joe’s en Santa Ana, que ya no existen esos y era lo único que hacía uno los domingos, más bien se iba uno. Y a veces, ya cuando la conocí pues que nos pusimos de novios, como dicen, la invitaba yo al cine o al baile y nos íbamos al baile pero respetándolas, ¿verdad? Yo venía, nosotros veníamos de allá respetando la gente, especialmente las damas. Uno nunca le decía una grosería a una mujer nunca, nada. La tenía que enamorar bien y pior, allá en México se usaba que si una mala palabra, la muchacha lo corría a uno, lo despreciaba. (risas) Era muy duro y luego los padres, oiga. Dios mío de mi vida. Dios guarde que lo vieran a uno que la acompañara, eran muy duros. Pa noviar allá era muy difícil en los pueblos chicos, hasta lo mataban a uno los hermanos, primos, olvídese. Por eso andaba uno armado también. (risas) Pregúnteme algo más. Pero era una vida muy hermosa, muy limpia, como dice el presidente, digo es transparente.

ML: Y después de algunos años, ¿usted notó una diferencia en el rancho cuando se inició el programa de los braceros?

GG: Cuando llegué aquí, mucha diferiencia, muy bonito, oiga. Pero que estaba más bonito antes que ahora. Le voy a hablar derecho. No había cholos, no había pandilleros, ¿vedá? No había de esos que rayan las banquetas, las paredes. Eran pueblos bonitos, Santa Ana, Garden Grove, Anaheim, pueblos limpios, gente muy buena, muy buena. Venía uno aquí a Los Ángeles, era una ciudad ya grande pero no como ahorita. Y no había gente mala como ahorita, que vienen, porque la… Yo sí estoy de acuerdo que a esa gente la echen para afuera, ¿verdad? No la gente trabajadora.

ML: Y en México después del programa, ¿usted notó una diferencia?

GG: Pues sí.

ML: ¿En su pueblo allá?

GG: Sí, porque pues mi pueblo, le voy a hablar derecho, es un pueblo que nunca ha tenido ni drenaje. Allá el drenaje es cesspool, allá cada quien hace su cesspool, entonces. Y no hay pavimentación, no hay concreto, ahí las calles son de tierra, igual que aquellos años. El Gobierno se desatiende mucho, el Gobierno en México enseña nomás lo bonito, la capital, Guadalajara, León, ciudades que están, tienen cemento, las calles pavimentadas, pero los pueblos chicos no los enseñan, oiga. Están bonitos, porque son parte muy verdes, son partes tropicales, pero no arregla nada el Gobierno. No tiene carretera pa los pueblos chicos. Ahí Zacatecas sí tiene ya casi muchos lugares, casi todo, ¿por qué? Por el programa ése que tienen de trece, tres-uno, donde ellos ponen un dólar y el Gobierno pone tres. Pero Sinaloa nunca ha hecho eso, ni Nayarit y son partes muy bonitas, costas bonitas, costas tropicales. Pero que esté bonito el pueblo, no. ¿Nunca ha ido usted a los pueblitos allá?

ML: No.

GG: Pues…

ML: En esa región no.

GG: Y no hay diversión, oiga. En mi tierra no hay cantinas, beer joints no hay. (risas)

ML: Le voy a preguntar algunas cosas más.

GG: Como que usted guste, estamos aquí para…

ML: Hábleme de su vida después de haber trabajado como bracero, cuando terminó su contrato.

GG: Pues como le digo…

ML: La última vez.

GG: Me fui para Tijuana.

ML: Sí dijo eso.

GG: Sí. Y ahí estuve en Tijuana hasta que arreglé mis papeles, parece que fue el [19]62.

ML: Y luego cuando regresó a los Estados Unidos.

GG: Ya entonces ya viví con mi esposa ya de, rentamos y le voy a hablar derecho, cuando yo me vine ya arreglado, pues siempre la gente pos era en una, ¿cómo le quiero decir? No nos ayudaron casi. Yo tuve que irme a un campo de braceros porque todavía había bracero, se acabó el [19]64. Yo le dije a mi esposa, le digo: “Mira, pos yo ahí con tu padre, pos no traigo dinero casi para ayudarle a pagar renta”. Pos siempre la gente aquí ha sido así, que tiene que pagar uno comida, renta, si no, no le ayudan. Le dije: “Tú te quedas allí y yo voy a pagar por ti y yo para trabajar me voy a ir allá al campo o al Escáride llamado”, le digo, “allá pal lado de Huntington Beach”. Y de ahí pos iban patrones y se iba uno a trabajar, como estos que levantan en la calle, pero ahí era un campo. “Ahí no me van a cobrar renta”, le digo, “ni nada”. Y tenía el dueño del campo el, era el Scotty que ya, pues nos conocía a todos nosotros. Era un americano que yo hablé con él, yo sabía dónde vivía, ahí vivía él pa el lado de Tustin. Era rico pues, él, hombre rico, pero era muy bueno y ranchero también era. Y le dije pos que yo venía emigrado y no traía dinero y no tenía trabajo y no había fábrica, no había nada ahí en el Condado de Orange. Y le dije y ya me dijo él: “Pos vete al campo y te vas a trabajar al espárrago”. Ya, le habló a un mayordomo y luego ya le dijo: “Mira, este muchacho, este hombre se va a ir a trabajar con nosotros allá al espárrago, allá pa Irvine”. Y ya cuando yo ya junté dinero para rentar y ya conseguí trabajo en una nursery, en Huntington Beach, se llamaba La Meaila(??) Nursery. Y ya, pos ahí me pagaban a dólar y ya ahí trabajaba uno hasta diez, once horas yo, pero un trabajo liviano. Ahí hasta ayudándoles a vender, porque pa esos años yo ya hablaba mejor que orita oiga, sabía escribir, ahorita ya se me olvidó porque no lo he practicado. Sé leer, pero no sé escribir casi porque en esos años me enseñé a leer y a escribir y a hablar más o menos, a entender mejor, pero ahora como se la pasa uno con puro mexicano. Antes ahí en el condado, pues pocos mexicanos, había puro gringo. Y luego trabajé yo con japoneses y gringos en la nursery, ahí me enseñé más. Y luego me iba ahora en la noche a la escuela, high school de Santa Ana y a otra de Garden Grove.

ML: ¿Sí?

GG: Sí, me iba a estudiar a… y por eso que hablo más o menos, un poco pues, ¿verdad? Pero ya se me ha olvidado porque no lo practico casi. Pos sí, oigo la televisión, miro películas americanas o programas, pero es mejor hablarlo uno, [es]tarlo hablando.

ML: ¿Qué significa para usted el término bracero?

GG: Pues mire, si lo van a hacer como antes yo no estoy de acuerdo. Porque mire, antes se deterioró tanto eso que los pobres venían por cuarenta y cinco días y no les daban ni treinta días de trabajo. Allá vendían sus animalitos que tenían, una vaca, los padres le vendían un animal para que se vinieran a contratar a Empalme. Y los pobres se iban que ni sacaban pa, pa pagarle al papá pa que comprara otro animal. Eso yo lo miro mal, si va, si va a ser como antes así, que se deteriore tanta gente que van a mandar contratada, va a ser lo mismo que antes, pero si va a hacerse como empezó primero, que le… Pues cuando yo llegué todavía había mucho trabajo, o sea no venía tanta gente. Después así, mire, convinieron millones de pesos. Entonces no había trabajo suficiente, se acababa el trabajo y los echaban pa fuera, ni modo que les estuvieran pagando sin trabajar. Y si va a ser una cosa como dicen que van a poder trabajar en fábricas, otros en la agricultura, en el ferrocarril, pos tá bien, tá bien porque pos mucha gente tal vez se beneficie, ¿verdad? Y como les prometen que dicen que a los tres o cinco años que pueden agarrar su residencia, sí lo hallo bien. Pero que no se vaya a hacer como cuando nosotros vinimos, ya al último, del [19]60 para adelante, que se deterioró todo eso y que empezaron con la discriminación, tanto en México como aquí a fumigarnos… Pues ya casi decir, pa que no viniéramos, por eso yo ya no quise venir.

ML: ¿El haber sido bracero cambió su vida de alguna manera?

GG: Pues sí, sí porque pos agarra uno técnica aquí, ¿verdad? Porque por la agricultura, muy bonita la agricultura ha sido aquí, muy técnica y pos mucho respeto, ¿vedá? El Gobierno, si uno nunca hace nada, el Gobierno aquí nunca lo molesta, menos en aquellos años. Yo lo que sí digo que aquí yo a mí nunca me ha… Pues nunca me ha discriminado ni un policía ni nadie porque yo siempre he respetado el Gobierno. Si el Gobierno me dice: “Párate”, hay que pararse uno. Mucha gente que: “No, que el policía esto”. No, no, ellos son trabajadores igual que nosotros, digo. Y ahí yo en Santa Ana pos nunca me ha tratado mal un policía, ninguna clase de Gobierno. Yo si me paran, les digo: “Ya sé por qué me paraste. Aquí está mi licencia, dame el ticket y me voy”. “Oh, ¿sí?”. Y luego: “Sí, cómo no”. Porque muy pocas veces me paran. Yo duré muchos años que me mandaban la licencia por correo, nomás que como después de setenta años, mi licencia se me cumplió ahora el año pasado. Y la saqué sin, ora la saqué en inglés. (risas) Ya tenía muchos años que no iba al DMV y esta vez me tocó y la saqué en inglés y pos, Dios me ha ayudado en la forma de que mi vista está muy bien y todo mi sistema de la cabeza pues, ¿vedá? Pos no ocupé lentes y pasé luego lo de la vista y de eso también, pero no me sacaron a manejar, porque no lo sacan a uno, nomás el test driving.

ML: Y, ¿su esposa nació aquí en los Estados Unidos?

GG: Ella nació aquí.

ML: Y, ¿muchas mujeres que nacieron aquí en los Estados Unidos se casaron con braceros, mexicanas?

GG: Muchas, la mayoría de ahí.

ML: ¿Sí?

GG: Sí, pos ora y después ya empezaron a traer sus esposas, ¿vedá? Cuando dijeron que teniendo un niño… Porque muchos, yo le voy a hablar derecho, yo me engrié aquí por lo bonito también y el buen trato y mucho trabajo, ¿verdad? Eso también se engre aquí porque y luego el agarrar dólares, en andar en carro, pos allá cuándo iba a comprar un carro en esos años oiga, ¿cuándo? Apenas los ricos, los millonarios. Hasta orita en la fecha ya no, porque lleva uno los carros de aquí y también allá no están muy caros. Cualquier profesionista como un maestro, ellos los compran casi allá. Pero en esos años, ¿usted cree, oiga? Pos yo sabía manejar, pero me enseñé a manejar cuando yo anduve trabajando en una carretera en un highway, en un freeway que estaban haciendo. Ahí me enseñé a manejar Caterpillar, todo, todo y troque, pero carro no, casi no. Ahí en mi tierra nomás había un carro, todos eran trucks de trabajo, ¿vedá? Pero eran los ricos los que lo tenían y nosotros éramos pobres de a tiro. Mis padres muy humildes, muy pobres, pero muy buenos ellos, muy honrados. Todo el que se hizo rico allá también era por rata, la mera verdad, porque trabajaban en el Gobierno. Pero el que nunca trabajó en el Gobierno está pobre hasta la fecha.

ML: Mi última pregunta va a ser, ¿sus recuerdos de su trabajo como bracero son positivos o negativos en general?

GG: Positivos, positivos. Porque pues este país me dio mucho pues de trabajo y respeto. Ahora, pos tal vez por causa de mucha gente que viene mala nos han discriminado, pero eso es. Y pos mucha gente muchas veces tiene el, especialmente la gente que es de aquí tiene razón, ¿verdad? Por la gente mala como los cholos y eso, que matan gente sin que aquella persona les haga nada. Y por eso tal vez viene la discriminación porque anteponen, a nosotros los braceros nunca nos discriminaron, lo único que el trabajo era duro y mucha gente sí vivió en bonques [bunkers] onde le daban la comida muy mala. Yo no, yo como le digo, yo me tocó suerte llegar en ese lugar y hacer mi propia comida. Yo no sabía hacer comida, a mí me enseñaron otros braceros, pero me enseñé porque en ese tiempo no había tortilla de maíz en el Condado de Orange ni de harina. Uno las tenía que hacer y eso a mí un muchacho de Durango a mí me enseñó a hacer las tortillas. En mi tierra no se usaba la tortilla de harina, pura de maíz. Y, ¿pos qué iba a hacer tortillas yo?, si eran las madres las que le hacían a uno. (risas) Es más, no lo dejaban ni que se metiera a la cocina uno. “Vete a trabajar, vete allá. ¿Tú qué? No eres mujer para que vengas aquí a quererme ayudar”. Y por eso nunca se enseñó uno a hacer comida. Pero yo estoy muy a gusto y muy contento con este país por eso, porque nos dio la oportunidad de que hiciéramos dinero, nomás que muchos de ellos pos no aguantaban, se iban luego. Y luego muchos dejaban las muchachas nuevecitas, recién casados y los más mayores les empezaban a decir: “Te la va a ganar otro allá”. Y se iban y ya no volvían. (risas) Yo no, yo pos ni novia dejé siquiera. Yo aquí es donde vine a hacer una o dos novias nomás, pero me salieron ellas chuecas, por eso ya no quise nada, pero esta mujer no, pos ella sí, muy limpia, muy derecha.

ML: Muchas gracias.

GG: Ándele, sí.




Fin de la entrevista

Interviewer

Loza, Mireya

Interviewee

García González, Guadalupe

Location

Los Angeles, California

File Name Identifier

Garcia_Gonzalez_LAS007

Citation

Loza, Mireya and García González, Guadalupe, “Guadalupe García González,” Bracero History Archive, accessed September 20, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/263.