Felipe Hernández Zapata
Title
Felipe Hernández Zapata
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Felipe Hernández was born on June 6, 1927, in Coneto de Comonfort, Durango, México; at an early age, he began working in the mines by completing simple tasks, and he later worked in construction; in 1952, he decided to enroll in the bracero program; as a bracero, he worked in Texas, picking cotton, grapefruits, oranges, and peas; he continued working in the program until 1959.
Summary of Interview: Mr. Hernández briefly recalls his family, childhood, and early adolescence; the poverty he experienced growing up coupled with his desire to earn money and have a better life led him to enroll in the bracero program in 1952; he chronicles the hiring and contracting process he went through in Durango, Durango, México, including the requirements for enlisting and the medical exams he endured; from there he was transported to the border via bus; as a bracero, he worked in Texas, picking cotton, grapefruits, oranges, and peas; he explains how the various tasks were carried out, the different events that transpired throughout the course of a typical work day, contract amendments and extensions, the treatment he received from the foremen, and the methods of payment; in addition, he goes on to describe daily life on the farm, as well as the food, housing, furniture, weekend trips into town, recreational activities, and how he sent money home to his family in México; for him, working in Texas was not a good experience; he also mentions that there were many braceros who preferred to work in any state other than Texas; overall, he does admit that being a bracero had its definite benefits.
Summary of Interview: Mr. Hernández briefly recalls his family, childhood, and early adolescence; the poverty he experienced growing up coupled with his desire to earn money and have a better life led him to enroll in the bracero program in 1952; he chronicles the hiring and contracting process he went through in Durango, Durango, México, including the requirements for enlisting and the medical exams he endured; from there he was transported to the border via bus; as a bracero, he worked in Texas, picking cotton, grapefruits, oranges, and peas; he explains how the various tasks were carried out, the different events that transpired throughout the course of a typical work day, contract amendments and extensions, the treatment he received from the foremen, and the methods of payment; in addition, he goes on to describe daily life on the farm, as well as the food, housing, furniture, weekend trips into town, recreational activities, and how he sent money home to his family in México; for him, working in Texas was not a good experience; he also mentions that there were many braceros who preferred to work in any state other than Texas; overall, he does admit that being a bracero had its definite benefits.
Creator
Martínez, Laureano
Hernández Zapata, Felipe
Date
2003-06-04
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Felipe Hernández Zapata
creator (Spanish)
Martínez, Laureano
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini Disc
Duration
44:00
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Felipe Hernández Zapata
Fecha de la entrevista: 4 de junio de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano Martínez
Esta es una entrevista con el señor Felipe Hernández Zapata, en la ciudad de Durango, Durango, el día 4 de junio de 2003, conducida por Laureano Martínez para el Proyecto Bracero del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en el Paso.
LM: Buenas tardes don Felipe.
FH: Buenas tardes.
LM: Don Felipe, vamos a comenzar nuestra entrevista.
FH: Sí.
LM: Me gustaría que me dijera, ¿dónde y cuándo nació usted?
FH: En Cuneto [Coneto] de Comonfort.
LM: ¿Durango?
FH: Ey, la fecha de nacimiento, ¿no?
LM: ¿Qué día?
FH: Día 6 de junio de 1927.
LM: Bueno, pues ya mero es su cumpleaños, ¿verdad?
FH: Sí, ya mero, ¿verdad? (risas)
LM: Pasado mañana.
FH: Pasado mañana.
LM: ¿Cuántos años tiene?
FH: Ando en los, empezando setenta y seis años.
LM: ¿Va a cumplir setenta y seis?
FH: No, ando pisándolos, los setenta y seis años.
LM: Los setenta y seis.
FH: Buenos pues ya, ya entrando a los setenta y seis son los setenta y seis. Ya ni modo de rebajarlos, ¿verdad? Ya al contrario, vamos más pa arriba.
LM: Así es. Don Felipe, ¿cómo se llamó su papá?
FH: José Hernández.
LM: Y, ¿su mamá?
FH: Crecencia.
LM: ¿De dónde eran ellos originarios?
FH: Original, mi jefa era de abajo de San Juan del Río, del Cañón de los Higos.
LM: ¿Cañón de los Higos?, ¿es un municipio de…?
FH: De Juan del Río, San Juan del Río.
LM: San Juan del Río, Durango.
FH: Que con eso también es… Mi jefe era de Cuneto [Coneto de Comonfort].
LM: ¿Su papá era de Coneto?
FH: Ey.
LM: ¿A qué se dedicaba su papá?
FH: Mi [p]apá se dedicaba a ambulante. Vendiendo así cositas, así en, así en burros. Llevaba cositas así como, cuestión de, así cueros, y las cerdas y todo eso y quiote y todo eso, en burros a los ranchos.
LM: Comercio.
FH: Comercio.
LM: Vendedor ambulante.
FH: Vendedor ambulante.
LM: ¿Su mamá?
FH: Pos, trabajo doméstico.
LM: Al hogar.
FH: Al hogar, nada más.
LM: ¿Cuántos fueron ustedes de familia?
FH: Fuimos, bueno de los vivos que yo conocí, fueron, Pancho, Petra, yo, Matías, Carmen y Juan.
LM: ¿Seis?
FH: Seis.
LM: Usted era de los de en medio.
FH: El tercero.
LM: El tercero.
FH: Tercero.
LM: Don Felipe, ¿fue usted a la escuela?
FH: No, muy poco, yo casi no fui. Eso sí, eso sí no, casi no tuve escuela, me echaban y me salían, me echaban y me salían. Pero, lo que aprendí, lo aprendí ya en la noche, así como en las nocturnas, que hacían escuelas nocturnas. Yo me iba a estudiar ahí, fue donde aprendí todo, a leer, a escribir. Poquito, no mucho.
LM: Pero sí aprendió.
FH: Sí, pero sí se, sí aprendí, aunque sea poco. Pero no, yo de escuelas, pos no, pos no me gustaron, de vaguito. Y luego un momento no le estiraban.
LM: ¿No?
FH: Pos no. Me iba ya salir de la escuela y: “¿Qué hiciste?”. “Pos nada, aquí vengo”. “Ándale pues”. Nomás.
LM: Nada más.
FH: Nada más.
LM: ¿Cómo fue su infancia, don Felipe?
FH: Mi infancia, pos fue trabajoso. Mi infancia fue, pos jugar, vago, vaguito. Así fue mi infancia.
LM: ¿A qué jugaba?
FH: Y jugaba.
LM: ¿A qué jugaba, don Felipe?
FH: Pos a la pelota, al trompo, a las canicas, a los aguilitas, a todo eso. Las escondidas, (risas) a la viborita. Uno cuando está chico pos todo juega eso, ¿verdad?
LM: ¿Cómo era su papá, de carácter?
FH: Pos más o menos, era calmado él, era muy calmado, sí.
LM: Y, ¿su mamá?
FH: Mi mamá era muy renegada, mucho biliosa.
LM: ¿Qué les decía, o qué?
FH: No, pos a mí cuando me hallaba así de vago, pos me iba y me traía casi a golpes, a regañadas, a gritos y todo eso. Y me venía yo a la casa.
LM: ¿Quería que fuera a la escuela?
FH: Sí a la escuela, pos sí iba pero no que le digo, me salía. No hice caso. Y por eso estamos ahora analfabeto.
LM: Oiga, don Felipe, ¿cuál fue su primer trabajo de paga cuando era chico?
FH: Pos mi primer trabajo de paga, pos fíjese que no, yo casi cuando estaba nuevo todavía, de trece años, catorce. Me dediqué a la sierra, oiga.
LM: A la sierra.
FH: A la sierra. A un mentado, que le decía en el trabajo, sacar huíjalo.
LM: El huíjalo. ¿Qué es el huíjalo?
FH: En la sierra.
2do: Es estaño.
FH: Como estaño. Piedritas así negras que salen entre el, abajo en la tierra. En los zancones así, en los arroyos, ahí en las minas, en las laderas, ese fui mi primer trabajo que yo tuve, hasta al, pos yo creo que hasta la edad como de veinticinco años, yo creo.
LM: Y, ¿sacaba dinerito?
FH: Sí, pues poco, nada más para mantenernos, pa comer y todo esto, para vestirse uno, nomás.
LM: ¿Se dedicó usted a la agricultura?
FH: No, no, nunca. Nunca me dediqué a la agricultura. No, pos no, no, mis padres no, no, nunca hicieron esa lucha de tierra ni nada, ni nada de eso, pos yo menos, yo…
LM: Claro.
FH: Ya pa dónde.
LM: ¿Alguno de sus hermanos fue bracero?
FH: De mis hermanos no, fíjese, ni uno.
LM: ¿Usted cuándo se entera de que se puede ir a Estados Unidos a trabajar como bracero?, o, ¿cómo fue que se metió en lo de los braceros?
FH: No, pues cuando vinieron aquí a contratar gente. Aquí vinieron a contratar gente, aquí a Durango. Y luego ya nos juimos [fuimos] unos compañeros a contratarnos, nos enlistamos.
LM: ¿Usted dónde vivía?
FH: Aquí, vivía yo en San Miguel de Allende.
LM: En San Miguel de Allende, ¿Guanajuato?
FH: No, aquí. Aquí en Municipio de Canatlán.
LM: ¿A qué edad se fue a vivir ahí a San Miguel de Allende?
FH: En la edad de, ¿qué sería?, ¿qué sería la edad?, hombre, no me acuerdo.
LM: Ahí más o menos.
FH: Más o menos, de veinticinco, pos que unos veintisiete años, yo creo.
LM: ¿Cuántos años tenía cuando se contrató como bracero?
FH: ¿Cuántos años tendría? Eh, como unos, yo creo como unos cuarenta, yo creo.
LM: ¿Ya tenía unos cuarenta años?
FH: Unos cuarenta años. No, porque tavía no, unos treinta y cinco.
LM: ¿Cómo fue esa vez que se contrató?, ¿se acuerda?
FH: Pues sí, aquí nos contratamos y luego de aquí nos llevaron a Piedras Negras.
LM: ¿Qué les pedían para contratarse?
FH: ¿Qué pedían? Pos papeles nada más. La, nos pedían la, los nombres de los padres, de la mujer, y primeramente el nombre de uno, el domicilio y todo, y luego ya el de la mujer, y luego ya el de sus padres de uno. Todo eso le pedían a uno.
LM: ¿Algún documento, alguna cartilla?
FH: La cartilla, sí.
LM: Sí les pedían la cartilla, sí.
FH: La cartilla, también nos preguntaban. Sí la llevaba yo la cartilla, yo, todavía, todavía subsiste.
LM: ¿Ya estaba usted casado?
FH: Ya, ya estaba.
LM: ¿En qué edad?, ¿a qué edad se casó usted, don Felipe?
FH: A la edad de veinticinco años.
LM: ¿Les hicieron algunos exámenes médicos aquí en Durango, cuando se contrató?
FH: Aquí no, allá fue donde nos hicieron, allá en Piedras Negras.
LM: De aquí lo mandaron a Piedras Negras.
FH: A Piedras Negras.
LM: ¿Lo apuntaron en alguna lista?
FH: Sí, en la lista de los braceros.
LM: ¿Quién iba con usted?
FH: Pues otros compañeros, que ya ni me acuerdo yo.
LM: ¿Eran de ahí del pueblo?
FH: Pues de aquí de Durango, conocidos más bien, de aquí del pueblo no. Eran conocidos de aquí, amigos. Pero ya no me acuerdo de los nombres de los amigos.
LM: ¿Qué fue lo que hizo que usted se animara a contratarse?, ¿qué fue lo que lo animó?
FH: Pos la pobreza.
LM: ¿Cómo era la vida en esos años?
FH: Todo eso era vida dura, muy riquítica [raquítica] la vida.
LM: Y, ¿lo mandaron a Piedras Negras?
FH: Ey, ahí nos hicieron los exámenes.
LM: ¿En qué se fueron de aquí a Piedras Negras?
FH: En autobús.
LM: ¿Cómo fue ese viaje? Platíqueme.
FH: Pos bien, íbamos a gusto, porque íbamos a Estados Unidos.
LM: ¿Qué ilusiones tenía usted de…?
FH: Pos no, me hacía ilusiones que haiga, que haiga trabajo, para ganar dinero. Eran mis ilusiones. Pero hasta eso que, hasta la chamba estaba muy floja, entonces aquí por Texas.
LM: Cuando llegaron ahí a Piedras Negras, ¿a dónde los llevaron?
FH: Pos ahí, allí nos tuvieron una noche. Ahí nos examinaron, ahí nos examinaron y luego ya, otro día nos echaron, en unas trailas [tráiler].
LM: ¿Cómo eran esos exámenes?
FH: ¿El examen?
LM: Los exámenes médicos que les hicieron, ¿cómo eran?
FH: Pues mire, nos ponían a, nos sacaban una fotografía. Y luego nos inyectaban.
LM: Los inyectaban.
FH: Sí y luego, echaban, primeramente nos echaban polvo.
LM: Polvo.
FH: Todos parejos, toda la ropa.
LM: Era, ¿qué sería?, ¿insecticida?
FH: Insecticida.
LM: ¿Usted sabía que lo iban a polvear?
FH: Sí, pos sí, todos estábamos polvea[d]os.
LM: ¿Ya le habían platicado cómo era?
FH: Sí, ya los primeros ya, ya nos habían dicho. Los que pasaron por ahí, dijo: “Nos van a polvear”. Digo, para el caso de que llegue algún, pos sabe, como antes que se usaban el animalito, ¿verdá? Animalitos, la pulga, la chinche, el piojo. Y dijo: “Les van a polvear”. Y nos polvearon.
LM: ¿Les sacaron sangre ahí?
FH: Sangre también.
LM: ¿Cómo los trataban?
FH: Bien.
LM: ¿Eran médicos mexicanos, o eran médicos…?
FH: Pos unos mexicanos y otros, los que examinaban a uno eran gringos. Los que, porque lo encueran a uno. Y tiene que pasar por donde está el gringo, así encuerado.
LM: Pasaban desnudos.
FH: Desnudos, pasaban desnudos y el examen era pues con… Y luego, ya les decían a uno que se agarra y se hicieran pa delante. Porque muchos llevaban estas cosas, quién sabe qué, purgación y o quién sabe qué, atrás almorranas y todo eso. Por eso les hacían esos sus exámenes. Y luego ya la sangre, y ya.
LM: ¿Cómo se sentía usted con esos exámenes?
FH: Pos bien.
LM: ¿No le daba…?
FH: Pos sí, vergoncilla [vergüencilla], porque pos uno no estaba impuesto a esas cosas. Le daba a uno como que vergüenza así, como temorcito, así.
LM: Claro. Y luego después de esos exámenes, ¿les revisaban el oído, la vista?, ¿qué más?
FH: De la vista nomás.
LM: La vista.
FH: La vista nomás.
LM: Después de eso, lo pasaban a firmar contrato, o, ¿qué seguía?
FH: Sí, el contrato. A firmar el contrato ahí mismo. Y después ya otro día lo echaban a uno a trabajar.
LM: ¿Ahí firmó su contrato?
FH: Pos ahí firmé unos papeles, no sé sí sería contrato, el contrato me lo dieron pero de allá para acá. El contrato, me lo dieron ya, ya arregla[d]o. Hay tengo hasta ahí una hoja del contrato.
LM: Ahí firmó unos papeles. Y, ¿a dónde lo mandaron a trabajar?
FH: Le entré a un, no me acuerdo ahorita del nombre pero me parece que ese es Garland, Texas. La primer vez, en el mapeo.
LM: ¿Mapeo?, ¿cómo es el mapeo?
FH: Pues ese es casquillo seco, con todo y algodoncito. Va quitando uno todo el casquillo, todo, echándolo a la saca, con todo y casquillo y todo y algodoncito. Y eso fue lo que hicimos ese año.
LM: ¿De cuánto le dieron su contrato?, ¿se acuerda?
FH: Cuarenta y cinco.
LM: Cuarenta y cinco días.
FH: Ey, cuarenta y cinco.
LM: Y, ¿a cómo le pagaban, don Felipe?
FH: Me pagaban creo que a $155 las cien libras.
LM: Las cien libras.
FH: Porque, sí, a $155 me parece.
LM: Las cien libras.
FH: Pos es que, y luego pos aguantaba uno poco, a mí me dolía mucho la cintura y todo eso. Yo creo unas trescientas, cuatrocientas cuanto mucho, doscientas.
LM: ¿Le dolía la cintura?
FH: Sí, a lo bárbaro.
LM: ¿Era trabajo pesado?
FH: Sí, pos nomás andar agacha[d]o, agachao, agachao, echándole a la saca.
LM: ¿Dónde lo echaban?, ¿cómo?, platíqueme.
FH: Aquí se amarraba uno la saca, aquí.
LM: En la cintura.
FH: Aquí, ey, por aquí se metía una saca. Y luego se la amarraba y luego de por aquí andaba echándole uno el algodón.
LM: Entre las piernas.
FH: Entre las piernas, sí. Y arrastrándolas las saca ya larga ya, como unos doce metros. Iba uno arrastrando y échele y échele.
LM: Y luego que la llenaban, ¿qué hacían?
FH: No pos ahí, no, la llenábamos hasta donde podíamos nomás para ir a llevarla a la, allá a la troca onde estaban pesando.
LM: Ahí había alguien pesando.
FH: Pesando sí, ahí estaba un pesador, que pesaba. Y luego ya nos ayudaba a subir las sacas pa arriba, pa vaciarlas nosotros arriba de la traila.
LM: Y, ¿le anotaban su…?
FH: Sí, lo anotaban.
LM: ¿Cuántos hombres trabajaban ahí en ese campo?
FH: Pos no me acuerdo, pero yo creo que aquí, los que [es]tábanos aquí éramos puros así conocidones. En esa vez era, sí iban conocidos, yo me acuerdo. De ahí de mi tierra, como unos cuatro. Pero habíamos como unos cincuenta, yo creo ahí.
LM: Como cincuenta hombres. ¿Puro algodón había en ese campo?
FH: Puro mapeo, a todos nos tocó puro mapeo. Esa vez, a todos, el que es bueno, pues sí se rayaba. Piscaba hasta quinientas, seiscientas. Y uno que era malón pues trescientas, doscientas, cuatrocientas cuando mucho, pero bien soba[d]o.
LM: ¿A qué horas empezaban a trabajar, don Felipe?
FH: Pos temprano, como a las siete.
LM: ¿Hasta qué hora?
FH: Hasta al, puede que hasta las cinco, seis.
LM: Y, ¿qué comían, don Felipe?
FH: Pos el mandadito que íbamos a traer. Papitas, avena, carnita y por ahí cositas de… Verduritas, tortillas de harina, frijolitos.
LM: ¿Ustedes se…?
FH: Nosotros hacíanos [hacíamos].
LM: ¿Cómo eran?
FH: Nosotros hacíamos tortillas, la comida. Uno está haciendo la comida, otro haciendo las tortillas, otros amasando y guisando y así.
LM: ¿En dónde cocinaban?
FH: En una estufa.
LM: ¿Dónde vivían, don Felipe?
FH: Ahí mismo, en las barraquitas.
LM: Eran barracas, ¿les decían barracas?
FH: Barraquitas, sí, en barraquitas.
LM: ¿Cómo eran esas barracas?
FH: Pos eran de madera, unos como cuartitos así más chiquitos que ahí.
De madera, chiquitos.
LM: ¿Estaban cómodos?
FH: Pues no muy bien, porque estaban muy chicos, pero, sí pues bueno. Ya uno ahí trabajando pos donde quiera que lo, que se sienta, se acuesta hasta a gusto, ¿verdad? Y luego cansado pues ahí más bien.
LM: Cansado es más fácil.
FH: ¿Veá?, ahí, estaba bien a gusto.
LM: ¿Cómo eran las camas?
FH: Eran éstas de, como de campaña, camitas de campaña, de esas con unos colchoncitos. Sí las conoce, ¿veá? Camitas de campaña, de esas, así eran. Unos colchoncitos y unas cobijitas.
LM: ¿El patrón les daba las cobijas?
FH: Sí el patrón todo. Ahí él tenían ya en cada barranca, tenía ahí ya todo, las camitas, las cobijas, las estufitas, los trastes y todo, ya. Ya nomás compramos un mandado cada ocho días y ya. Y hacer la comida.
LM: ¿Cómo estaban amuebladas?, ¿tenían dónde poner su ropa?
FH: No, pos eso sí no. Lo poníamos ahí onde, ahí en, como se… Unas bancas que había allí ya, bancas ya muy viejonas, en esa vez.
LM: ¿Cuántos hombres metían por barraca?
FH: Por barraca eran como unos, pos pa todos los que cocinaban, eran barraquitas chicas, metían como seis.
LM: Y, ¿ahí mismo tenían su estufa?
FH: Ahí mismo, adentro la estufa.
LM: ¿De qué era la estufita?
FH: Una estufita de esa, de como, de estos quemadores, unas larguitas, así.
LM: ¿De gas o de petróleo?
FH: Eran de gas.
LM: Muy bien, cuénteme don Felipe, cómo era el ambiente con los compañeros, con los braceros ahí.
FH: Pues sí, pues eran buenas gentes todos, éramos buenas gentes todos nos, todos nos apreciábanos, todos nos platicábanos todo.
LM: ¿Qué se platicaban, que se contaban?
FH: Pues muchas cosas, muchas mentiras en la noche, hasta cuentos y lo que se le ocurría a uno platicar. Y pues puras a veces, pura vacilada, ¿verdá? A veces, pos platica uno en la noche. Y sí oíamos todas las noches.
LM: ¿Salían a platicar ahí en la noche?
FH: Ey, afuera, sí, afuera. Allá afuera, pos no, no mucho afuera porque estaba haciendo, también era tiempo de frío.
LM: ¿En que mes fue más o menos que usted se contrató?
FH: Aquí fue, me parece, fue en noviembre.
LM: En noviembre, ¿de qué año?
FH: Del [19]52, ahí donde le digo fue en el [19]52. Fue mi primer contrato en el [19]52.
LM: ¿Tenían mayordomo?
FH: Sí, mayordomo.
LM: ¿Era mexicano, o era americano?
FH: Pos decían que era chicano. Sería mexicano, yo creo, chicano.
LM: ¿Cómo se portaba él?
FH: Pos bien, se portaba bien. No, sí, buena gente. Algunos que sí les gritaba así, pero, es que a veces, no hace uno muy bien las cosas, ¿verdad? Tiene que gritarle a uno, reprimirle, esto, así y así hazle. Y pues, a la mayoría casi a nadie nos regañó, a mí nunca me regañó. Porque sí, en cualquier trabajo si uno da lugar lo regaña, si uno no da lugar no lo regaña.
LM: ¿Conoció algún patrón, don Felipe?
FH: No, no me acuerdo yo, fíjese. No me, yo no me acuerdo del patrón ese, ni de ninguno me acuerdo, pos no. Decían que ahí tan, que ahí tan, que estaban en los contratos. Ahí le explicaba, pero como está, yo nunca lo leí. Y luego, pos sé leer poco. Todas las partes estaban en inglés, casi todo los contrato, ¿verdad? Tiene una parte que está en mexicano.
LM: Así habían en español y en inglés.
FH: Sí había, ¿verdad?
LM: ¿Le explicaron a usted su contrato, cuando lo firmó?
FH: Pues fíjese que ya no me acuerdo. Ya no me acuerdo, pero yo creo que sí me explicaron.
LM: Y, ¿cómo se organizaban para limpiar la barraca?
FH: Todos nos organizábamos, unos una cosa y otros otra. A barrer, otros a lavar los trastes, otros a lavar y todos.
LM: ¿A usted qué le tocaba?
FH: Pues en veces una cosa y en veces otra. Lavar los trastes, a veces echar tortillas, a veces cocinar, a veces barrer, a veces lavar trastes, a veces lavar ropa. Así nos tocaba, pero a cada quien.
LM: ¿Sabía usted cocinar?, ¿estaba acostumbrado a cocinar?
FH: Sí, estaba acostumbrado. Sí, pues fíjese en la sierra, yo me había enseñado a cocinar en la sierra.
LM: ¿Estuvo a gusto en ese campo, en ese trabajo?
FH: Sí, ahí tuve a gusto, ahí estuve a gusto.
LM: Y, ¿cada cuándo les pagaban?
FH: Pos cada ocho días.
LM: ¿De qué días a que días trabajaban?
FH: De lunes a sábado.
LM: Y, ¿el sábado les pagaban?
FH: El sábado.
LM: ¿El domingo?
FH: Nos la llevábamos ahí, íbanos a traer el mandado al pueblo.
LM: Era día de descanso.
FH: De descanso y ya nos veníamos a estarnos ahí. A, jugando a la baraja, jugando al dominó, jugando ahí a cualquier cosa ahí, pa divertirse uno, pa no dormirse o irse de vago, ¿vea? (risas)
LM: ¿Le pagaban con cheque o le pagaban en efectivo?
FH: No, en efectivo.
LM: ¿Mandaba usted dinero a su casa, don Felipe?
FH: Sí, pues poquito, pero sí mandaba, sí.
LM: ¿Qué dejaba para usted?
FH: Pos dejaría por ahí unos, pos ganaba muy poco entonces. Dejaría uno, unos $30 o $40.
LM: Y lo demás, ¿lo mandaba?
FH: Lo mandaba a mi jefa.
LM: ¿Cómo le hacían para mandar el dinero?
FH: Pos íbanos al pueblo a comprar el, comprarme un chequecito.
LM: Platíqueme, ¿cómo eran esas idas al pueblo?
FH: Pos, nos íbanos en un carro.
LM: ¿Quién los llevaba?
FH: Pos los de los taxis de ahí, box, ¿cómo le llaman, nombran? Y había veces los mismos de ahí, los patrones nos llevaban, allá al pueblo, a traer el mandado.
LM: ¿Estaba lejos?
FH: No, no estaba muy lejos.
LM: Iban a comprar su mandado.
FH: La provisión para comer.
LM: La provisión, cada sábado. ¿Cada domingo o el sábado?
FH: No, el domingo en la mañana.
LM: Y, ¿qué más hacía?, ¿alguna vez fue al cine por ahí en el pueblo?
FH: No, no, nunca. Ni salía a las, ni nunca allá. Ni nos emborrachábanos ni nada allá, entonces.
LM: No le gustaba.
FM: No, no, pos oiga, ahí que mucha raza decía, igual venimos a trabajar y a llevar dinero. Y, ¿cómo vamos a gastarlo?, pues, ¿qué mandamos?
LM: Claro.
FM: Nada Y la raza no salía, ahí nos tábanos. Digo, jugando, jugando a la baraja, al dominó, el cuatro, a las aguilitas allí, un rato nomás.
LM: ¿Qué pasó cuando terminó su contrato ahí?
FM: Pos nos venimos.
LM: ¿Los mandaron ellos de regreso a La Asociación?
FM: Sí a La Asociación. Ahí nos dieron una nurifica [honorífica]. Entonces daban nurifica, en el [19]52 me dieron una nurifica, un cartoncito así amarillo. Era la identificación.
LM: ¿No le ofrecieron que se quedara más tiempo?
FM: No, no, pues se acabó el trabajo, más bien, se acabó, sí.
LM: Porque, tengo entendido que a veces, le ofrecían otra…
FM: Sí, había otra vez, si quiere trabajar vamos a, nos cambiaban a otra parte, a muchos. Pero ahí se acabó el trabajo, de a tiro. Y una vez que se acabó, que jui, se acabó el trabajo, de a tiro.
LM: Se acabó y lo regresaron.
FM: Me regresaron pa acá.
LM: Y, ¿qué hizo usted?
FM: Pos me vine.
LM: Se vino acá a Durango.
FM: Ey.
LM: ¿Qué hacía cuando se venía a Durango?
FM: Pues, me venía a trabajar otra vez aquí mismo.
LM: ¿Trabajó otra vez en la sierra?
FM: No, enton[ces]… Ya aquí, aquí, ya me vine aquí a la obra.
LM: ¿Aquí en Durango?
FM: Aquí en Durango en la obra.
LM: ¿Trabajaba en la obra?
FM: En la obra.
LM: Y, ¿ganaba más o menos en la obra?
FM: No, pos pagaban muy poquito entonces. Pagaban muy poquito, creo que $15, $15 pesos diarios creo pagaban ahí.
LM: Quince pesos diarios.
FM: Ey.
LM: ¿Cuánto tiempo duró aquí en Durango?
FM: No, pues toda, toda la vida casi. Desde…
LM: ¿Desde que se volvió a contratar?
FM: Pues aquí, aquí mismo vivía, no, no.
LM: Porque, su primer contrato me dice que fue en el [19]52.
FM: [Mil novecientos] cincuenta y dos, el otro fue el [19]59.
LM: Hasta el [19]59. ¿Por qué se animó a ir otra vez?
FM: Pos porque me animó ahora los amigos.
LM: ¿Qué le decían?
FM: “Vámonos otra vez hombre, pos quién quite y ahora se nos haga”. “Pos, vamos, qué caray”. Y nos juimos.
LM: ¿Usted qué pensaba?
FM: No, pos pensaba yo, a ver si me remediaba poquito. Pos, si Dios me ayudaba y que hubiera buen trabajito, para hacer dinerito. Pues cuarenta y cinco días, otros cuarenta y cinco días fueron. Y pos no, también tuvo medio mal.
LM: Y ahora, ¿por dónde se contrató?
FM: Ahí, por aquí mismo.
LM: ¿Lo mandaron Piedras Negras también?
FM: Ey a Piedras Negras también.
LM: ¿De aquí de Durango a Piedras Negras?
FM: Ey, de aquí de Durango.
LM: ¿Cada vez que se contrató este…?
FM: Entré por ahí.
LM: ¿Era el mismo proceso, era lo mismo, de los exámenes, de las revisiones o era diferente?
FM: Eran los mismo. No, ya después ya no lo polveaban, ya después no.
LM: ¿Ya no lo polvearon?
FM: No, ya examen de esos otros ya nomás.
LM: Y ahora, ¿dónde le tocó?
FM: Me tocó en Hidalgo, Hidalgo, Texas.
LM: En Hidalgo, Texas. Y ahí, ¿en qué trabajó, don Felipe?
FM: Trabajamos primeramente una semana en el ejote, en el ejote. Y ya pa otro día, ya pal lunes, cayó una nevada, una nevadota, y se heló el ejote. Y vamos a la labor y ya está el ejote negro, negro.
LM: Helado.
FM: Helado, andábamos también varias gentes allí, el ejote. Pos no: “Vámonos y vamos”. Y no. Y luego, ya echaron toda la gente, pa fuera. Entonces nos dejaron, nos escogieron a mí y a otro nomás, dos nomás.
LM: Para que se quedaran.
FM: Para que nos quedáramos.
LM: ¿Qué le dijeron?
FM: Pos que si nos queríamos quedar. “¿Para qué?”, digo. “No pos, pa la pisca de naranja”. “Sí, cómo no”. Pos si quiera trabajar el contrato.
LM: Para la pisca de la naranja.
FM: A la pisca de la naranja.
LM: Y, ¿a dónde, ahí mismo, en ese rancho?
FM: No, no me acuerdo si fue otro ranchito. Se me hace que nos, se los llevaron al otro, a otro cuartito, a mí y a ese compañero en otro cuartito, chiquito. Ahí estábanos en un cuartito chiquito y ahí nos tuvimos trabajando.
LM: Ese contrato me dice que fue de cuarenta y cinco días también.
FM: También, de cuarenta y cinco días.
LM: Oiga, don Felipe, y, ¿cómo es el trabajo del ejote?, ¿cómo es la mata?
FM: No, pos la mata es como el frijol, nomás que es grande. Es grande la mata, hasta por acá así, más alta. Porque le ponen hilo así pa que guíe y luego los ejototes están de este tamaño, grandotes.
LM: Quince, veinte centímetros.
FM: Sí, sí, grandototes los ejotes. Los piscábamos en canastos.
LM: En canastos.
FM: En canastos, los piscaba. Y, pos no, ya después ya, se heló.
LM: ¿Allá a qué horas empezaban a trabajar?
FM: Pos ahí temprano, tempranito, como a las siete, entrábanos a trabajar al ejote.
LM: ¿Ahí también se cocinaban ustedes?
FM: También, yo y el compañero ese, nomás los dos solos. Nos quedamos ahí, la demás gente la echaron pa juera, se vino pa México, yo creo.
LM: Y, ¿a cómo le pagaban el ejote?
FM: Pos, me parece yo creo que igual, a $100 las… Pues no me acuerdo si pagaban por canasto o por libras. Más bien por libras, creo que $100, las cien libras. Nomás una semana trabajé, es que no, ni cuenta me di.
LM: ¿No hubo mucho?
FM: No hubo mucho, no, nomás una semana trabajé.
LM: ¿Qué pensaba usted cuando se heló el ejote?
FM: No, dije, pues ya nos vamos pa mi tierra, otra vez, nos vamos.
LM: Pues sí.
FM: Y como a todos los compañeros: “Nombre y, ¿cómo nos van a echar?”. “Pos sí, ni modo, no hay más, váyanse”.
LM: Se quedaban.
FM: Se los trujieron [trajeron] pa acá, ahí otra vez a la frontera.
LM: No les respetaron el contrato.
FM: No, no, ya no. Pos no habiendo chamba, pos ya no respetan.
LM: Y la pisca de la naranja, ¿cómo es, don Felipe?
FM: Pos la najaranja, nos daban, nos dan un rin, se ponía uno aquí el rin y tiene que no pasar el rin, y no pasar la naranja el rin. Agarra uno la naranja así y la cortaba. Iba rineándola, rineándola pos también taba mala, rineándola. Y la toronja igual rineada.
LM: ¿Hasta qué horas trabajaban?
FM: Pos trabajábanos hasta las tres de la tarde. E es más pesado porque ando con los morrales arriba de los naranjos. Un morralote aquí echándole la naranja rineada.
LM: Es más cansado.
FM: Es más cansado sí. Pos se llena el morral, o medio morral y se, y anda uno ladeado.
LM: Y, ¿luego usaban escaleras?
FM: Escaleras, sí, para subir arriba.
LM: Y, ¿a cómo les pagan la naranja?
FM: Nos la pagaban la cajita me parece, nos la pagaban muy barata. Creo a $0.75 centavos, la cajita. Y luego casi no rendía, queda rineada, pos rendía muy poco. Y todos salen revueltos, pero no se valía.
LM: También tenían toronja ahí en ese.
FM: También toronja.
LM: ¿Piscaron toronja?
FM: También tenían toronja. El rin más grande, así el rinote. Se lo coloca uno aquí en un dedo y aquí se le va midiendo las toronjas, las va cortando.
LM: ¿Cuántas cajitas sacaba usted?
FM: Pues sacaba unas diez, unas ocho.
LM: Y, ¿qué más trabajo hubo ahí?
FM: Nomás ese.
LM: Nada más ese.
FM: Se acabó y también nos venimos pa acá nosotros.
LM: Oiga don Felipe, ¿alguna vez se enfermó usted por ahí?
FM: Allá no.
LM: Nunca se enfermó.
FM: No.
LM: ¿Se dio cuenta si había algún médico por ahí en los campos?
FM: No, no me di cuenta que hubiera médicos.
LM: Muy bien. ¿En alguna ocasión le tocó que fuera La Migración ahí a los campos?
FM: No, tampoco, nunca, no.
LM: Era poco el tiempo, ¿vea?
FM: Sí, pos era poquito. Y yo iba poca raza, ahí nomás nosotros andábamos ahí en el, en las naranjas.
LM: ¿Le hubiera gustado que fueran contratos más largos?
FM: Sí, pos sí. De esos que dan de noventa días, ¿verdad?, de dieciocho meses. Digo, pos como ahí está muy riquítica [raquítica] la chamba ahí en Texas, muy pobre.
LM: ¿Era muy pobre?
FM: Sí, muy pobre y será, todavía, yo digo, quién sabe.
LM: Y, ¿de qué dependía que los mandaran a Texas, o los mandarán a…?
FM: No, pos según los patrones. Según los patrones, mandaban pedir tanta gente, a tal parte.
LM: ¿A ustedes les preguntaban a dónde se querían ir?
FM: No, no, nunca nos preguntaban. Nomás que el patrón contrataba a la gente de aquí, y tal, y necesito tanta gente. Y de aquí se la mandaban.
LM: ¿Le hubiera gustado irse a trabajar a otro estado?
FM: Pues sí, cómo no.
LM: ¿Había algunos compañeros que?
FM: Nunca hubo oportunidad de eso.
LM: ¿Había algunos compañeros que habían trabajado en otros estados?
FM: Sí.
LM: Y, ¿qué decían ellos?
FM: No, pos que estaba muy mal. Que estaba muy malo allí, que pos no costeaba. “Hay que irnos a otro”. Unos se desertaban.
LM: ¿Le tocó ver?
FM: Ey, que se desertaban unos, pa otras partes porque ahí ni sirvía [servía].
LM: Y se desataban y se iban de ilegales.
FM: Sí, legales, ilegales se iban a otra parte. Pero ya se llevaban, yo creo que algún papel, como algo de identificación se llevarían, y se iban.
LM: ¿Le tocó que lo invitaran a usted?
FM: No, no me decían, no. No, yo oía que decían: “Que yo me voy, yo me voy a desertar, aquí no sirve, pos aquí a qué le tiramos”, quién sabe qué. Pos no, pero a mí no me dijeron nunca nada de eso. Y no, ni le habría rogado.
LM: ¿Era duro irse de ilegal?
FM: Sí, pues es duro. Si lo agarra a uno La Migra por ahí, les da pa fuera.
LM: Y acá de alguna forma, pues tenían ciertos beneficios.
FM: Sí, beneficios, sí.
LM: ¿Cómo se portaba ahí el patrón en ese segundo?
FM: También se portaba bien, el patrón ese.
LM: Dice que nada más estaban ustedes dos.
FM: Nomás dos. Ese muchacho y yo.
LM: ¿Vivían ahí con la familia los patrones?
FM: No, no, nos echaban ahí en unos jacalitos a los dos solos. Así retirado, así como en la huerta, así retirado. A los aires, ahí nos metieron pa que viviéramos ahí pa que hiciéramos el lunch.
LM: ¿Cómo estaba amueblada esa casita?
FM: No, pos taba muy redotadita(??), muy, muy mala.
LM: Muy mala.
FM: Sí, muy mala.
LM: ¿De dónde era su compañero?
FM: Pos ya ni me acuerdo. Creo que era de Peñón Blanco, oiga.
LM: También acá de Durango.
FM: También de Durango, acá de Peñón Blanco.
LM: Y cuando se acabó el contrato, ¿los volvieron a regresar a La Asociación?
FM: Sí, a La Asociación, sí.
LM: ¿Juntó algo de dinero usted?
FM: Pos muy poco esa vez, ahorré poquito, sí. Sí, pos esas chambas no, no es para ganar uno mucho dinero. Pa comer y nomás.
LM: Claro, y cuando se vino a México, ¿en qué trabajó, don Felipe?
FM: ¿Aquí?
LM: Ya cuando se vino después de esa ocasión.
FM: Pos aquí, aquí mismo me vine, aquí trabajé en una obra. Y he seguido trabajando ya ahí, ahorita ya no.
LM: En la obra. Más bien usted se ha dedicado a la obra.
FM: A la obra sí, pos no, no supe leer.
LM: ¿Alguna vez le dieron ganas de volverse a regresar a Estados Unidos?
FM: No, ya no.
LM: A trabajar.
FM: Ya no. Pos dije: “¿Qué voy a hacer allá? Yo ahí mismo, muy si ni los gastos, no saco ni los gastos allá”. Pos taba ahí en Texas y ya no me quedaron ganas, ni de mojado. Nunca ya rogué tampoco. Y aquí me estuve ya y aquí estoy.
LM: Pues no le fue muy bien allá que digamos.
FM: No, no, ni a nadien, a naiden [nadie] de los que van ahí, se quejan que está muy malo ahí.
LM: ¿Qué dicen?
FM: No, pos, muy pocas, muy poco trabajo. Le pagan barato, así es que pos no.
LM: Don Felipe, me gustaría que me dijera ya para ir finalizando, para usted, ¿qué significa la palabra bracero?
FM: Pos bracero. No pos la palabra, pues es un ánimo. Es un ánimo del hombre que tiene ganas de ir a trabajar a los Estados Unidos.
LM: ¿Cómo se siente usted de haber sido bracero?
FM: No, pos antes me sentía bien. Me sentía cuando ya iba allá, me sentía a gustote porque iba a Estados Unidos. Pero ya de allá pa acá me sentía triste porque no traiba dinero. (risas)
LM: ¿Era triste regresar sin dinero?
FM: Pos sí, sí, poco dinero pues, sí.
LM: Muy bien. Su recuerdos de esa experiencia, ¿cómo son?, ¿son buenos o son malos?
FM: No, pos son buenos, son buenos. Ya a qué le tiramos ya. Fueron malos, fueron buenos, no los de ahora ya, ya ni nos acordamos de eso.
LM: No pues entonces trabajó muy poco, pero…
FM: Sí, pos yo trabajé muy poquito.
LM: El haber sido bracero, ¿cambió su vida de alguna manera?
FM: Pos en eso, todo ese tiempo sí. Piensa uno otras cosas, ¿verdad?
LM: ¿Cree usted que fue bueno el Programa Bracero?
FM: Sí jue, sí jue el Programa Bracero, sí fue bueno.
LM: ¿Por qué?
FM: Porque mucha gente se ayudó, sí, sí ayudaba mucho de bracero, a sacar muy buenos centavos. Les toca muy buena chamba en las fábricas, o en el campo, ¿vedá? Saca uno buenos centavos, pues mucha gente. Y eso pos creo yo que es muy bueno eso, ganar unos centavitos. Y el que no gana pos dice: “No, pos no sirve ahí, y ni sirve”. Y se desanima la gente.
LM: ¿Le gustaría que se volviera a implementar ese Programa Bracero?
FM: Pos sí, pa los nuevos.
LM: Pa la gente joven.
FM: Sí, pa la gente joven, está bien, sí es tiempo todavía, pa la gente joven. Pero yo creo eso ya no va a haber, ¿verdad?
LM: No, pues no, pues al parecer no.
FM: No, ya no. Ya bracereada ya, ya no hay.
LM: Ya no.
FM: Ya no quieren los gringos [a] la gente de México.
LM: En lo que usted estuvo trabajando por allá, ¿vio gente que no fuera mexicana trabajando los campos?
FM: ¿Que no fuera mexicana?
LM: ¿Había muchos americanos trabajando, en el campo, o eran mexicanos más bien?
FM: No, bueno, pues ahí donde me tocó a mí no. Mexicanos, americanos no, casi no, puro mexicano, puro mexicano.
LM: ¿Le tocó conocer gente de raza negra?
FM: Sí.
LM: ¿Había también?
FM: Había también. A veces trabajaban ahí también, unos dos, tres negros ahí.
LM: ¿Cómo se portaban ellos?
FM: No, pos ahí bien, ahí bien, decían que eran malos. Pero no, yo creo que no, porque con nosotros no se metían para nada. Trabajaban ellos y uno trabajaba, pero ellos también tenían su barraquita aparte, allá retirado. Allá hacían ellos su comida y todo, pero no, unos pos no se metían en nada.
LM: ¿Hizo alguna amistad duradera por allá?
FM: ¿Con alguno de onde?, ¿de allá del mismo? No, pos no. No, pos nada más con los que iba, ahí nomás. Con los compañeros que iba, nomás la amistad. Nomás pos, de allá no conoce uno gente.
LM: De lo que conoció usted de Estados Unidos, ¿qué fue lo que le gustó más?
FM: ¿Qué me gustaría? Pos trabajar. Me gustó más trabajar.
LM: Don Felipe, pues, muchas gracias. Quiero darle las gracias por habernos compartido su historia, y sus vivencias.
FM: Sí.
LM: A nombre del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas y en lo personal, le damos las gracias por esta plática. Con esto vamos a dar por terminada la entrevista.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 4 de junio de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano Martínez
Esta es una entrevista con el señor Felipe Hernández Zapata, en la ciudad de Durango, Durango, el día 4 de junio de 2003, conducida por Laureano Martínez para el Proyecto Bracero del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en el Paso.
LM: Buenas tardes don Felipe.
FH: Buenas tardes.
LM: Don Felipe, vamos a comenzar nuestra entrevista.
FH: Sí.
LM: Me gustaría que me dijera, ¿dónde y cuándo nació usted?
FH: En Cuneto [Coneto] de Comonfort.
LM: ¿Durango?
FH: Ey, la fecha de nacimiento, ¿no?
LM: ¿Qué día?
FH: Día 6 de junio de 1927.
LM: Bueno, pues ya mero es su cumpleaños, ¿verdad?
FH: Sí, ya mero, ¿verdad? (risas)
LM: Pasado mañana.
FH: Pasado mañana.
LM: ¿Cuántos años tiene?
FH: Ando en los, empezando setenta y seis años.
LM: ¿Va a cumplir setenta y seis?
FH: No, ando pisándolos, los setenta y seis años.
LM: Los setenta y seis.
FH: Buenos pues ya, ya entrando a los setenta y seis son los setenta y seis. Ya ni modo de rebajarlos, ¿verdad? Ya al contrario, vamos más pa arriba.
LM: Así es. Don Felipe, ¿cómo se llamó su papá?
FH: José Hernández.
LM: Y, ¿su mamá?
FH: Crecencia.
LM: ¿De dónde eran ellos originarios?
FH: Original, mi jefa era de abajo de San Juan del Río, del Cañón de los Higos.
LM: ¿Cañón de los Higos?, ¿es un municipio de…?
FH: De Juan del Río, San Juan del Río.
LM: San Juan del Río, Durango.
FH: Que con eso también es… Mi jefe era de Cuneto [Coneto de Comonfort].
LM: ¿Su papá era de Coneto?
FH: Ey.
LM: ¿A qué se dedicaba su papá?
FH: Mi [p]apá se dedicaba a ambulante. Vendiendo así cositas, así en, así en burros. Llevaba cositas así como, cuestión de, así cueros, y las cerdas y todo eso y quiote y todo eso, en burros a los ranchos.
LM: Comercio.
FH: Comercio.
LM: Vendedor ambulante.
FH: Vendedor ambulante.
LM: ¿Su mamá?
FH: Pos, trabajo doméstico.
LM: Al hogar.
FH: Al hogar, nada más.
LM: ¿Cuántos fueron ustedes de familia?
FH: Fuimos, bueno de los vivos que yo conocí, fueron, Pancho, Petra, yo, Matías, Carmen y Juan.
LM: ¿Seis?
FH: Seis.
LM: Usted era de los de en medio.
FH: El tercero.
LM: El tercero.
FH: Tercero.
LM: Don Felipe, ¿fue usted a la escuela?
FH: No, muy poco, yo casi no fui. Eso sí, eso sí no, casi no tuve escuela, me echaban y me salían, me echaban y me salían. Pero, lo que aprendí, lo aprendí ya en la noche, así como en las nocturnas, que hacían escuelas nocturnas. Yo me iba a estudiar ahí, fue donde aprendí todo, a leer, a escribir. Poquito, no mucho.
LM: Pero sí aprendió.
FH: Sí, pero sí se, sí aprendí, aunque sea poco. Pero no, yo de escuelas, pos no, pos no me gustaron, de vaguito. Y luego un momento no le estiraban.
LM: ¿No?
FH: Pos no. Me iba ya salir de la escuela y: “¿Qué hiciste?”. “Pos nada, aquí vengo”. “Ándale pues”. Nomás.
LM: Nada más.
FH: Nada más.
LM: ¿Cómo fue su infancia, don Felipe?
FH: Mi infancia, pos fue trabajoso. Mi infancia fue, pos jugar, vago, vaguito. Así fue mi infancia.
LM: ¿A qué jugaba?
FH: Y jugaba.
LM: ¿A qué jugaba, don Felipe?
FH: Pos a la pelota, al trompo, a las canicas, a los aguilitas, a todo eso. Las escondidas, (risas) a la viborita. Uno cuando está chico pos todo juega eso, ¿verdad?
LM: ¿Cómo era su papá, de carácter?
FH: Pos más o menos, era calmado él, era muy calmado, sí.
LM: Y, ¿su mamá?
FH: Mi mamá era muy renegada, mucho biliosa.
LM: ¿Qué les decía, o qué?
FH: No, pos a mí cuando me hallaba así de vago, pos me iba y me traía casi a golpes, a regañadas, a gritos y todo eso. Y me venía yo a la casa.
LM: ¿Quería que fuera a la escuela?
FH: Sí a la escuela, pos sí iba pero no que le digo, me salía. No hice caso. Y por eso estamos ahora analfabeto.
LM: Oiga, don Felipe, ¿cuál fue su primer trabajo de paga cuando era chico?
FH: Pos mi primer trabajo de paga, pos fíjese que no, yo casi cuando estaba nuevo todavía, de trece años, catorce. Me dediqué a la sierra, oiga.
LM: A la sierra.
FH: A la sierra. A un mentado, que le decía en el trabajo, sacar huíjalo.
LM: El huíjalo. ¿Qué es el huíjalo?
FH: En la sierra.
2do: Es estaño.
FH: Como estaño. Piedritas así negras que salen entre el, abajo en la tierra. En los zancones así, en los arroyos, ahí en las minas, en las laderas, ese fui mi primer trabajo que yo tuve, hasta al, pos yo creo que hasta la edad como de veinticinco años, yo creo.
LM: Y, ¿sacaba dinerito?
FH: Sí, pues poco, nada más para mantenernos, pa comer y todo esto, para vestirse uno, nomás.
LM: ¿Se dedicó usted a la agricultura?
FH: No, no, nunca. Nunca me dediqué a la agricultura. No, pos no, no, mis padres no, no, nunca hicieron esa lucha de tierra ni nada, ni nada de eso, pos yo menos, yo…
LM: Claro.
FH: Ya pa dónde.
LM: ¿Alguno de sus hermanos fue bracero?
FH: De mis hermanos no, fíjese, ni uno.
LM: ¿Usted cuándo se entera de que se puede ir a Estados Unidos a trabajar como bracero?, o, ¿cómo fue que se metió en lo de los braceros?
FH: No, pues cuando vinieron aquí a contratar gente. Aquí vinieron a contratar gente, aquí a Durango. Y luego ya nos juimos [fuimos] unos compañeros a contratarnos, nos enlistamos.
LM: ¿Usted dónde vivía?
FH: Aquí, vivía yo en San Miguel de Allende.
LM: En San Miguel de Allende, ¿Guanajuato?
FH: No, aquí. Aquí en Municipio de Canatlán.
LM: ¿A qué edad se fue a vivir ahí a San Miguel de Allende?
FH: En la edad de, ¿qué sería?, ¿qué sería la edad?, hombre, no me acuerdo.
LM: Ahí más o menos.
FH: Más o menos, de veinticinco, pos que unos veintisiete años, yo creo.
LM: ¿Cuántos años tenía cuando se contrató como bracero?
FH: ¿Cuántos años tendría? Eh, como unos, yo creo como unos cuarenta, yo creo.
LM: ¿Ya tenía unos cuarenta años?
FH: Unos cuarenta años. No, porque tavía no, unos treinta y cinco.
LM: ¿Cómo fue esa vez que se contrató?, ¿se acuerda?
FH: Pues sí, aquí nos contratamos y luego de aquí nos llevaron a Piedras Negras.
LM: ¿Qué les pedían para contratarse?
FH: ¿Qué pedían? Pos papeles nada más. La, nos pedían la, los nombres de los padres, de la mujer, y primeramente el nombre de uno, el domicilio y todo, y luego ya el de la mujer, y luego ya el de sus padres de uno. Todo eso le pedían a uno.
LM: ¿Algún documento, alguna cartilla?
FH: La cartilla, sí.
LM: Sí les pedían la cartilla, sí.
FH: La cartilla, también nos preguntaban. Sí la llevaba yo la cartilla, yo, todavía, todavía subsiste.
LM: ¿Ya estaba usted casado?
FH: Ya, ya estaba.
LM: ¿En qué edad?, ¿a qué edad se casó usted, don Felipe?
FH: A la edad de veinticinco años.
LM: ¿Les hicieron algunos exámenes médicos aquí en Durango, cuando se contrató?
FH: Aquí no, allá fue donde nos hicieron, allá en Piedras Negras.
LM: De aquí lo mandaron a Piedras Negras.
FH: A Piedras Negras.
LM: ¿Lo apuntaron en alguna lista?
FH: Sí, en la lista de los braceros.
LM: ¿Quién iba con usted?
FH: Pues otros compañeros, que ya ni me acuerdo yo.
LM: ¿Eran de ahí del pueblo?
FH: Pues de aquí de Durango, conocidos más bien, de aquí del pueblo no. Eran conocidos de aquí, amigos. Pero ya no me acuerdo de los nombres de los amigos.
LM: ¿Qué fue lo que hizo que usted se animara a contratarse?, ¿qué fue lo que lo animó?
FH: Pos la pobreza.
LM: ¿Cómo era la vida en esos años?
FH: Todo eso era vida dura, muy riquítica [raquítica] la vida.
LM: Y, ¿lo mandaron a Piedras Negras?
FH: Ey, ahí nos hicieron los exámenes.
LM: ¿En qué se fueron de aquí a Piedras Negras?
FH: En autobús.
LM: ¿Cómo fue ese viaje? Platíqueme.
FH: Pos bien, íbamos a gusto, porque íbamos a Estados Unidos.
LM: ¿Qué ilusiones tenía usted de…?
FH: Pos no, me hacía ilusiones que haiga, que haiga trabajo, para ganar dinero. Eran mis ilusiones. Pero hasta eso que, hasta la chamba estaba muy floja, entonces aquí por Texas.
LM: Cuando llegaron ahí a Piedras Negras, ¿a dónde los llevaron?
FH: Pos ahí, allí nos tuvieron una noche. Ahí nos examinaron, ahí nos examinaron y luego ya, otro día nos echaron, en unas trailas [tráiler].
LM: ¿Cómo eran esos exámenes?
FH: ¿El examen?
LM: Los exámenes médicos que les hicieron, ¿cómo eran?
FH: Pues mire, nos ponían a, nos sacaban una fotografía. Y luego nos inyectaban.
LM: Los inyectaban.
FH: Sí y luego, echaban, primeramente nos echaban polvo.
LM: Polvo.
FH: Todos parejos, toda la ropa.
LM: Era, ¿qué sería?, ¿insecticida?
FH: Insecticida.
LM: ¿Usted sabía que lo iban a polvear?
FH: Sí, pos sí, todos estábamos polvea[d]os.
LM: ¿Ya le habían platicado cómo era?
FH: Sí, ya los primeros ya, ya nos habían dicho. Los que pasaron por ahí, dijo: “Nos van a polvear”. Digo, para el caso de que llegue algún, pos sabe, como antes que se usaban el animalito, ¿verdá? Animalitos, la pulga, la chinche, el piojo. Y dijo: “Les van a polvear”. Y nos polvearon.
LM: ¿Les sacaron sangre ahí?
FH: Sangre también.
LM: ¿Cómo los trataban?
FH: Bien.
LM: ¿Eran médicos mexicanos, o eran médicos…?
FH: Pos unos mexicanos y otros, los que examinaban a uno eran gringos. Los que, porque lo encueran a uno. Y tiene que pasar por donde está el gringo, así encuerado.
LM: Pasaban desnudos.
FH: Desnudos, pasaban desnudos y el examen era pues con… Y luego, ya les decían a uno que se agarra y se hicieran pa delante. Porque muchos llevaban estas cosas, quién sabe qué, purgación y o quién sabe qué, atrás almorranas y todo eso. Por eso les hacían esos sus exámenes. Y luego ya la sangre, y ya.
LM: ¿Cómo se sentía usted con esos exámenes?
FH: Pos bien.
LM: ¿No le daba…?
FH: Pos sí, vergoncilla [vergüencilla], porque pos uno no estaba impuesto a esas cosas. Le daba a uno como que vergüenza así, como temorcito, así.
LM: Claro. Y luego después de esos exámenes, ¿les revisaban el oído, la vista?, ¿qué más?
FH: De la vista nomás.
LM: La vista.
FH: La vista nomás.
LM: Después de eso, lo pasaban a firmar contrato, o, ¿qué seguía?
FH: Sí, el contrato. A firmar el contrato ahí mismo. Y después ya otro día lo echaban a uno a trabajar.
LM: ¿Ahí firmó su contrato?
FH: Pos ahí firmé unos papeles, no sé sí sería contrato, el contrato me lo dieron pero de allá para acá. El contrato, me lo dieron ya, ya arregla[d]o. Hay tengo hasta ahí una hoja del contrato.
LM: Ahí firmó unos papeles. Y, ¿a dónde lo mandaron a trabajar?
FH: Le entré a un, no me acuerdo ahorita del nombre pero me parece que ese es Garland, Texas. La primer vez, en el mapeo.
LM: ¿Mapeo?, ¿cómo es el mapeo?
FH: Pues ese es casquillo seco, con todo y algodoncito. Va quitando uno todo el casquillo, todo, echándolo a la saca, con todo y casquillo y todo y algodoncito. Y eso fue lo que hicimos ese año.
LM: ¿De cuánto le dieron su contrato?, ¿se acuerda?
FH: Cuarenta y cinco.
LM: Cuarenta y cinco días.
FH: Ey, cuarenta y cinco.
LM: Y, ¿a cómo le pagaban, don Felipe?
FH: Me pagaban creo que a $155 las cien libras.
LM: Las cien libras.
FH: Porque, sí, a $155 me parece.
LM: Las cien libras.
FH: Pos es que, y luego pos aguantaba uno poco, a mí me dolía mucho la cintura y todo eso. Yo creo unas trescientas, cuatrocientas cuanto mucho, doscientas.
LM: ¿Le dolía la cintura?
FH: Sí, a lo bárbaro.
LM: ¿Era trabajo pesado?
FH: Sí, pos nomás andar agacha[d]o, agachao, agachao, echándole a la saca.
LM: ¿Dónde lo echaban?, ¿cómo?, platíqueme.
FH: Aquí se amarraba uno la saca, aquí.
LM: En la cintura.
FH: Aquí, ey, por aquí se metía una saca. Y luego se la amarraba y luego de por aquí andaba echándole uno el algodón.
LM: Entre las piernas.
FH: Entre las piernas, sí. Y arrastrándolas las saca ya larga ya, como unos doce metros. Iba uno arrastrando y échele y échele.
LM: Y luego que la llenaban, ¿qué hacían?
FH: No pos ahí, no, la llenábamos hasta donde podíamos nomás para ir a llevarla a la, allá a la troca onde estaban pesando.
LM: Ahí había alguien pesando.
FH: Pesando sí, ahí estaba un pesador, que pesaba. Y luego ya nos ayudaba a subir las sacas pa arriba, pa vaciarlas nosotros arriba de la traila.
LM: Y, ¿le anotaban su…?
FH: Sí, lo anotaban.
LM: ¿Cuántos hombres trabajaban ahí en ese campo?
FH: Pos no me acuerdo, pero yo creo que aquí, los que [es]tábanos aquí éramos puros así conocidones. En esa vez era, sí iban conocidos, yo me acuerdo. De ahí de mi tierra, como unos cuatro. Pero habíamos como unos cincuenta, yo creo ahí.
LM: Como cincuenta hombres. ¿Puro algodón había en ese campo?
FH: Puro mapeo, a todos nos tocó puro mapeo. Esa vez, a todos, el que es bueno, pues sí se rayaba. Piscaba hasta quinientas, seiscientas. Y uno que era malón pues trescientas, doscientas, cuatrocientas cuando mucho, pero bien soba[d]o.
LM: ¿A qué horas empezaban a trabajar, don Felipe?
FH: Pos temprano, como a las siete.
LM: ¿Hasta qué hora?
FH: Hasta al, puede que hasta las cinco, seis.
LM: Y, ¿qué comían, don Felipe?
FH: Pos el mandadito que íbamos a traer. Papitas, avena, carnita y por ahí cositas de… Verduritas, tortillas de harina, frijolitos.
LM: ¿Ustedes se…?
FH: Nosotros hacíanos [hacíamos].
LM: ¿Cómo eran?
FH: Nosotros hacíamos tortillas, la comida. Uno está haciendo la comida, otro haciendo las tortillas, otros amasando y guisando y así.
LM: ¿En dónde cocinaban?
FH: En una estufa.
LM: ¿Dónde vivían, don Felipe?
FH: Ahí mismo, en las barraquitas.
LM: Eran barracas, ¿les decían barracas?
FH: Barraquitas, sí, en barraquitas.
LM: ¿Cómo eran esas barracas?
FH: Pos eran de madera, unos como cuartitos así más chiquitos que ahí.
De madera, chiquitos.
LM: ¿Estaban cómodos?
FH: Pues no muy bien, porque estaban muy chicos, pero, sí pues bueno. Ya uno ahí trabajando pos donde quiera que lo, que se sienta, se acuesta hasta a gusto, ¿verdad? Y luego cansado pues ahí más bien.
LM: Cansado es más fácil.
FH: ¿Veá?, ahí, estaba bien a gusto.
LM: ¿Cómo eran las camas?
FH: Eran éstas de, como de campaña, camitas de campaña, de esas con unos colchoncitos. Sí las conoce, ¿veá? Camitas de campaña, de esas, así eran. Unos colchoncitos y unas cobijitas.
LM: ¿El patrón les daba las cobijas?
FH: Sí el patrón todo. Ahí él tenían ya en cada barranca, tenía ahí ya todo, las camitas, las cobijas, las estufitas, los trastes y todo, ya. Ya nomás compramos un mandado cada ocho días y ya. Y hacer la comida.
LM: ¿Cómo estaban amuebladas?, ¿tenían dónde poner su ropa?
FH: No, pos eso sí no. Lo poníamos ahí onde, ahí en, como se… Unas bancas que había allí ya, bancas ya muy viejonas, en esa vez.
LM: ¿Cuántos hombres metían por barraca?
FH: Por barraca eran como unos, pos pa todos los que cocinaban, eran barraquitas chicas, metían como seis.
LM: Y, ¿ahí mismo tenían su estufa?
FH: Ahí mismo, adentro la estufa.
LM: ¿De qué era la estufita?
FH: Una estufita de esa, de como, de estos quemadores, unas larguitas, así.
LM: ¿De gas o de petróleo?
FH: Eran de gas.
LM: Muy bien, cuénteme don Felipe, cómo era el ambiente con los compañeros, con los braceros ahí.
FH: Pues sí, pues eran buenas gentes todos, éramos buenas gentes todos nos, todos nos apreciábanos, todos nos platicábanos todo.
LM: ¿Qué se platicaban, que se contaban?
FH: Pues muchas cosas, muchas mentiras en la noche, hasta cuentos y lo que se le ocurría a uno platicar. Y pues puras a veces, pura vacilada, ¿verdá? A veces, pos platica uno en la noche. Y sí oíamos todas las noches.
LM: ¿Salían a platicar ahí en la noche?
FH: Ey, afuera, sí, afuera. Allá afuera, pos no, no mucho afuera porque estaba haciendo, también era tiempo de frío.
LM: ¿En que mes fue más o menos que usted se contrató?
FH: Aquí fue, me parece, fue en noviembre.
LM: En noviembre, ¿de qué año?
FH: Del [19]52, ahí donde le digo fue en el [19]52. Fue mi primer contrato en el [19]52.
LM: ¿Tenían mayordomo?
FH: Sí, mayordomo.
LM: ¿Era mexicano, o era americano?
FH: Pos decían que era chicano. Sería mexicano, yo creo, chicano.
LM: ¿Cómo se portaba él?
FH: Pos bien, se portaba bien. No, sí, buena gente. Algunos que sí les gritaba así, pero, es que a veces, no hace uno muy bien las cosas, ¿verdad? Tiene que gritarle a uno, reprimirle, esto, así y así hazle. Y pues, a la mayoría casi a nadie nos regañó, a mí nunca me regañó. Porque sí, en cualquier trabajo si uno da lugar lo regaña, si uno no da lugar no lo regaña.
LM: ¿Conoció algún patrón, don Felipe?
FH: No, no me acuerdo yo, fíjese. No me, yo no me acuerdo del patrón ese, ni de ninguno me acuerdo, pos no. Decían que ahí tan, que ahí tan, que estaban en los contratos. Ahí le explicaba, pero como está, yo nunca lo leí. Y luego, pos sé leer poco. Todas las partes estaban en inglés, casi todo los contrato, ¿verdad? Tiene una parte que está en mexicano.
LM: Así habían en español y en inglés.
FH: Sí había, ¿verdad?
LM: ¿Le explicaron a usted su contrato, cuando lo firmó?
FH: Pues fíjese que ya no me acuerdo. Ya no me acuerdo, pero yo creo que sí me explicaron.
LM: Y, ¿cómo se organizaban para limpiar la barraca?
FH: Todos nos organizábamos, unos una cosa y otros otra. A barrer, otros a lavar los trastes, otros a lavar y todos.
LM: ¿A usted qué le tocaba?
FH: Pues en veces una cosa y en veces otra. Lavar los trastes, a veces echar tortillas, a veces cocinar, a veces barrer, a veces lavar trastes, a veces lavar ropa. Así nos tocaba, pero a cada quien.
LM: ¿Sabía usted cocinar?, ¿estaba acostumbrado a cocinar?
FH: Sí, estaba acostumbrado. Sí, pues fíjese en la sierra, yo me había enseñado a cocinar en la sierra.
LM: ¿Estuvo a gusto en ese campo, en ese trabajo?
FH: Sí, ahí tuve a gusto, ahí estuve a gusto.
LM: Y, ¿cada cuándo les pagaban?
FH: Pos cada ocho días.
LM: ¿De qué días a que días trabajaban?
FH: De lunes a sábado.
LM: Y, ¿el sábado les pagaban?
FH: El sábado.
LM: ¿El domingo?
FH: Nos la llevábamos ahí, íbanos a traer el mandado al pueblo.
LM: Era día de descanso.
FH: De descanso y ya nos veníamos a estarnos ahí. A, jugando a la baraja, jugando al dominó, jugando ahí a cualquier cosa ahí, pa divertirse uno, pa no dormirse o irse de vago, ¿vea? (risas)
LM: ¿Le pagaban con cheque o le pagaban en efectivo?
FH: No, en efectivo.
LM: ¿Mandaba usted dinero a su casa, don Felipe?
FH: Sí, pues poquito, pero sí mandaba, sí.
LM: ¿Qué dejaba para usted?
FH: Pos dejaría por ahí unos, pos ganaba muy poco entonces. Dejaría uno, unos $30 o $40.
LM: Y lo demás, ¿lo mandaba?
FH: Lo mandaba a mi jefa.
LM: ¿Cómo le hacían para mandar el dinero?
FH: Pos íbanos al pueblo a comprar el, comprarme un chequecito.
LM: Platíqueme, ¿cómo eran esas idas al pueblo?
FH: Pos, nos íbanos en un carro.
LM: ¿Quién los llevaba?
FH: Pos los de los taxis de ahí, box, ¿cómo le llaman, nombran? Y había veces los mismos de ahí, los patrones nos llevaban, allá al pueblo, a traer el mandado.
LM: ¿Estaba lejos?
FH: No, no estaba muy lejos.
LM: Iban a comprar su mandado.
FH: La provisión para comer.
LM: La provisión, cada sábado. ¿Cada domingo o el sábado?
FH: No, el domingo en la mañana.
LM: Y, ¿qué más hacía?, ¿alguna vez fue al cine por ahí en el pueblo?
FH: No, no, nunca. Ni salía a las, ni nunca allá. Ni nos emborrachábanos ni nada allá, entonces.
LM: No le gustaba.
FM: No, no, pos oiga, ahí que mucha raza decía, igual venimos a trabajar y a llevar dinero. Y, ¿cómo vamos a gastarlo?, pues, ¿qué mandamos?
LM: Claro.
FM: Nada Y la raza no salía, ahí nos tábanos. Digo, jugando, jugando a la baraja, al dominó, el cuatro, a las aguilitas allí, un rato nomás.
LM: ¿Qué pasó cuando terminó su contrato ahí?
FM: Pos nos venimos.
LM: ¿Los mandaron ellos de regreso a La Asociación?
FM: Sí a La Asociación. Ahí nos dieron una nurifica [honorífica]. Entonces daban nurifica, en el [19]52 me dieron una nurifica, un cartoncito así amarillo. Era la identificación.
LM: ¿No le ofrecieron que se quedara más tiempo?
FM: No, no, pues se acabó el trabajo, más bien, se acabó, sí.
LM: Porque, tengo entendido que a veces, le ofrecían otra…
FM: Sí, había otra vez, si quiere trabajar vamos a, nos cambiaban a otra parte, a muchos. Pero ahí se acabó el trabajo, de a tiro. Y una vez que se acabó, que jui, se acabó el trabajo, de a tiro.
LM: Se acabó y lo regresaron.
FM: Me regresaron pa acá.
LM: Y, ¿qué hizo usted?
FM: Pos me vine.
LM: Se vino acá a Durango.
FM: Ey.
LM: ¿Qué hacía cuando se venía a Durango?
FM: Pues, me venía a trabajar otra vez aquí mismo.
LM: ¿Trabajó otra vez en la sierra?
FM: No, enton[ces]… Ya aquí, aquí, ya me vine aquí a la obra.
LM: ¿Aquí en Durango?
FM: Aquí en Durango en la obra.
LM: ¿Trabajaba en la obra?
FM: En la obra.
LM: Y, ¿ganaba más o menos en la obra?
FM: No, pos pagaban muy poquito entonces. Pagaban muy poquito, creo que $15, $15 pesos diarios creo pagaban ahí.
LM: Quince pesos diarios.
FM: Ey.
LM: ¿Cuánto tiempo duró aquí en Durango?
FM: No, pues toda, toda la vida casi. Desde…
LM: ¿Desde que se volvió a contratar?
FM: Pues aquí, aquí mismo vivía, no, no.
LM: Porque, su primer contrato me dice que fue en el [19]52.
FM: [Mil novecientos] cincuenta y dos, el otro fue el [19]59.
LM: Hasta el [19]59. ¿Por qué se animó a ir otra vez?
FM: Pos porque me animó ahora los amigos.
LM: ¿Qué le decían?
FM: “Vámonos otra vez hombre, pos quién quite y ahora se nos haga”. “Pos, vamos, qué caray”. Y nos juimos.
LM: ¿Usted qué pensaba?
FM: No, pos pensaba yo, a ver si me remediaba poquito. Pos, si Dios me ayudaba y que hubiera buen trabajito, para hacer dinerito. Pues cuarenta y cinco días, otros cuarenta y cinco días fueron. Y pos no, también tuvo medio mal.
LM: Y ahora, ¿por dónde se contrató?
FM: Ahí, por aquí mismo.
LM: ¿Lo mandaron Piedras Negras también?
FM: Ey a Piedras Negras también.
LM: ¿De aquí de Durango a Piedras Negras?
FM: Ey, de aquí de Durango.
LM: ¿Cada vez que se contrató este…?
FM: Entré por ahí.
LM: ¿Era el mismo proceso, era lo mismo, de los exámenes, de las revisiones o era diferente?
FM: Eran los mismo. No, ya después ya no lo polveaban, ya después no.
LM: ¿Ya no lo polvearon?
FM: No, ya examen de esos otros ya nomás.
LM: Y ahora, ¿dónde le tocó?
FM: Me tocó en Hidalgo, Hidalgo, Texas.
LM: En Hidalgo, Texas. Y ahí, ¿en qué trabajó, don Felipe?
FM: Trabajamos primeramente una semana en el ejote, en el ejote. Y ya pa otro día, ya pal lunes, cayó una nevada, una nevadota, y se heló el ejote. Y vamos a la labor y ya está el ejote negro, negro.
LM: Helado.
FM: Helado, andábamos también varias gentes allí, el ejote. Pos no: “Vámonos y vamos”. Y no. Y luego, ya echaron toda la gente, pa fuera. Entonces nos dejaron, nos escogieron a mí y a otro nomás, dos nomás.
LM: Para que se quedaran.
FM: Para que nos quedáramos.
LM: ¿Qué le dijeron?
FM: Pos que si nos queríamos quedar. “¿Para qué?”, digo. “No pos, pa la pisca de naranja”. “Sí, cómo no”. Pos si quiera trabajar el contrato.
LM: Para la pisca de la naranja.
FM: A la pisca de la naranja.
LM: Y, ¿a dónde, ahí mismo, en ese rancho?
FM: No, no me acuerdo si fue otro ranchito. Se me hace que nos, se los llevaron al otro, a otro cuartito, a mí y a ese compañero en otro cuartito, chiquito. Ahí estábanos en un cuartito chiquito y ahí nos tuvimos trabajando.
LM: Ese contrato me dice que fue de cuarenta y cinco días también.
FM: También, de cuarenta y cinco días.
LM: Oiga, don Felipe, y, ¿cómo es el trabajo del ejote?, ¿cómo es la mata?
FM: No, pos la mata es como el frijol, nomás que es grande. Es grande la mata, hasta por acá así, más alta. Porque le ponen hilo así pa que guíe y luego los ejototes están de este tamaño, grandotes.
LM: Quince, veinte centímetros.
FM: Sí, sí, grandototes los ejotes. Los piscábamos en canastos.
LM: En canastos.
FM: En canastos, los piscaba. Y, pos no, ya después ya, se heló.
LM: ¿Allá a qué horas empezaban a trabajar?
FM: Pos ahí temprano, tempranito, como a las siete, entrábanos a trabajar al ejote.
LM: ¿Ahí también se cocinaban ustedes?
FM: También, yo y el compañero ese, nomás los dos solos. Nos quedamos ahí, la demás gente la echaron pa juera, se vino pa México, yo creo.
LM: Y, ¿a cómo le pagaban el ejote?
FM: Pos, me parece yo creo que igual, a $100 las… Pues no me acuerdo si pagaban por canasto o por libras. Más bien por libras, creo que $100, las cien libras. Nomás una semana trabajé, es que no, ni cuenta me di.
LM: ¿No hubo mucho?
FM: No hubo mucho, no, nomás una semana trabajé.
LM: ¿Qué pensaba usted cuando se heló el ejote?
FM: No, dije, pues ya nos vamos pa mi tierra, otra vez, nos vamos.
LM: Pues sí.
FM: Y como a todos los compañeros: “Nombre y, ¿cómo nos van a echar?”. “Pos sí, ni modo, no hay más, váyanse”.
LM: Se quedaban.
FM: Se los trujieron [trajeron] pa acá, ahí otra vez a la frontera.
LM: No les respetaron el contrato.
FM: No, no, ya no. Pos no habiendo chamba, pos ya no respetan.
LM: Y la pisca de la naranja, ¿cómo es, don Felipe?
FM: Pos la najaranja, nos daban, nos dan un rin, se ponía uno aquí el rin y tiene que no pasar el rin, y no pasar la naranja el rin. Agarra uno la naranja así y la cortaba. Iba rineándola, rineándola pos también taba mala, rineándola. Y la toronja igual rineada.
LM: ¿Hasta qué horas trabajaban?
FM: Pos trabajábanos hasta las tres de la tarde. E es más pesado porque ando con los morrales arriba de los naranjos. Un morralote aquí echándole la naranja rineada.
LM: Es más cansado.
FM: Es más cansado sí. Pos se llena el morral, o medio morral y se, y anda uno ladeado.
LM: Y, ¿luego usaban escaleras?
FM: Escaleras, sí, para subir arriba.
LM: Y, ¿a cómo les pagan la naranja?
FM: Nos la pagaban la cajita me parece, nos la pagaban muy barata. Creo a $0.75 centavos, la cajita. Y luego casi no rendía, queda rineada, pos rendía muy poco. Y todos salen revueltos, pero no se valía.
LM: También tenían toronja ahí en ese.
FM: También toronja.
LM: ¿Piscaron toronja?
FM: También tenían toronja. El rin más grande, así el rinote. Se lo coloca uno aquí en un dedo y aquí se le va midiendo las toronjas, las va cortando.
LM: ¿Cuántas cajitas sacaba usted?
FM: Pues sacaba unas diez, unas ocho.
LM: Y, ¿qué más trabajo hubo ahí?
FM: Nomás ese.
LM: Nada más ese.
FM: Se acabó y también nos venimos pa acá nosotros.
LM: Oiga don Felipe, ¿alguna vez se enfermó usted por ahí?
FM: Allá no.
LM: Nunca se enfermó.
FM: No.
LM: ¿Se dio cuenta si había algún médico por ahí en los campos?
FM: No, no me di cuenta que hubiera médicos.
LM: Muy bien. ¿En alguna ocasión le tocó que fuera La Migración ahí a los campos?
FM: No, tampoco, nunca, no.
LM: Era poco el tiempo, ¿vea?
FM: Sí, pos era poquito. Y yo iba poca raza, ahí nomás nosotros andábamos ahí en el, en las naranjas.
LM: ¿Le hubiera gustado que fueran contratos más largos?
FM: Sí, pos sí. De esos que dan de noventa días, ¿verdad?, de dieciocho meses. Digo, pos como ahí está muy riquítica [raquítica] la chamba ahí en Texas, muy pobre.
LM: ¿Era muy pobre?
FM: Sí, muy pobre y será, todavía, yo digo, quién sabe.
LM: Y, ¿de qué dependía que los mandaran a Texas, o los mandarán a…?
FM: No, pos según los patrones. Según los patrones, mandaban pedir tanta gente, a tal parte.
LM: ¿A ustedes les preguntaban a dónde se querían ir?
FM: No, no, nunca nos preguntaban. Nomás que el patrón contrataba a la gente de aquí, y tal, y necesito tanta gente. Y de aquí se la mandaban.
LM: ¿Le hubiera gustado irse a trabajar a otro estado?
FM: Pues sí, cómo no.
LM: ¿Había algunos compañeros que?
FM: Nunca hubo oportunidad de eso.
LM: ¿Había algunos compañeros que habían trabajado en otros estados?
FM: Sí.
LM: Y, ¿qué decían ellos?
FM: No, pos que estaba muy mal. Que estaba muy malo allí, que pos no costeaba. “Hay que irnos a otro”. Unos se desertaban.
LM: ¿Le tocó ver?
FM: Ey, que se desertaban unos, pa otras partes porque ahí ni sirvía [servía].
LM: Y se desataban y se iban de ilegales.
FM: Sí, legales, ilegales se iban a otra parte. Pero ya se llevaban, yo creo que algún papel, como algo de identificación se llevarían, y se iban.
LM: ¿Le tocó que lo invitaran a usted?
FM: No, no me decían, no. No, yo oía que decían: “Que yo me voy, yo me voy a desertar, aquí no sirve, pos aquí a qué le tiramos”, quién sabe qué. Pos no, pero a mí no me dijeron nunca nada de eso. Y no, ni le habría rogado.
LM: ¿Era duro irse de ilegal?
FM: Sí, pues es duro. Si lo agarra a uno La Migra por ahí, les da pa fuera.
LM: Y acá de alguna forma, pues tenían ciertos beneficios.
FM: Sí, beneficios, sí.
LM: ¿Cómo se portaba ahí el patrón en ese segundo?
FM: También se portaba bien, el patrón ese.
LM: Dice que nada más estaban ustedes dos.
FM: Nomás dos. Ese muchacho y yo.
LM: ¿Vivían ahí con la familia los patrones?
FM: No, no, nos echaban ahí en unos jacalitos a los dos solos. Así retirado, así como en la huerta, así retirado. A los aires, ahí nos metieron pa que viviéramos ahí pa que hiciéramos el lunch.
LM: ¿Cómo estaba amueblada esa casita?
FM: No, pos taba muy redotadita(??), muy, muy mala.
LM: Muy mala.
FM: Sí, muy mala.
LM: ¿De dónde era su compañero?
FM: Pos ya ni me acuerdo. Creo que era de Peñón Blanco, oiga.
LM: También acá de Durango.
FM: También de Durango, acá de Peñón Blanco.
LM: Y cuando se acabó el contrato, ¿los volvieron a regresar a La Asociación?
FM: Sí, a La Asociación, sí.
LM: ¿Juntó algo de dinero usted?
FM: Pos muy poco esa vez, ahorré poquito, sí. Sí, pos esas chambas no, no es para ganar uno mucho dinero. Pa comer y nomás.
LM: Claro, y cuando se vino a México, ¿en qué trabajó, don Felipe?
FM: ¿Aquí?
LM: Ya cuando se vino después de esa ocasión.
FM: Pos aquí, aquí mismo me vine, aquí trabajé en una obra. Y he seguido trabajando ya ahí, ahorita ya no.
LM: En la obra. Más bien usted se ha dedicado a la obra.
FM: A la obra sí, pos no, no supe leer.
LM: ¿Alguna vez le dieron ganas de volverse a regresar a Estados Unidos?
FM: No, ya no.
LM: A trabajar.
FM: Ya no. Pos dije: “¿Qué voy a hacer allá? Yo ahí mismo, muy si ni los gastos, no saco ni los gastos allá”. Pos taba ahí en Texas y ya no me quedaron ganas, ni de mojado. Nunca ya rogué tampoco. Y aquí me estuve ya y aquí estoy.
LM: Pues no le fue muy bien allá que digamos.
FM: No, no, ni a nadien, a naiden [nadie] de los que van ahí, se quejan que está muy malo ahí.
LM: ¿Qué dicen?
FM: No, pos, muy pocas, muy poco trabajo. Le pagan barato, así es que pos no.
LM: Don Felipe, me gustaría que me dijera ya para ir finalizando, para usted, ¿qué significa la palabra bracero?
FM: Pos bracero. No pos la palabra, pues es un ánimo. Es un ánimo del hombre que tiene ganas de ir a trabajar a los Estados Unidos.
LM: ¿Cómo se siente usted de haber sido bracero?
FM: No, pos antes me sentía bien. Me sentía cuando ya iba allá, me sentía a gustote porque iba a Estados Unidos. Pero ya de allá pa acá me sentía triste porque no traiba dinero. (risas)
LM: ¿Era triste regresar sin dinero?
FM: Pos sí, sí, poco dinero pues, sí.
LM: Muy bien. Su recuerdos de esa experiencia, ¿cómo son?, ¿son buenos o son malos?
FM: No, pos son buenos, son buenos. Ya a qué le tiramos ya. Fueron malos, fueron buenos, no los de ahora ya, ya ni nos acordamos de eso.
LM: No pues entonces trabajó muy poco, pero…
FM: Sí, pos yo trabajé muy poquito.
LM: El haber sido bracero, ¿cambió su vida de alguna manera?
FM: Pos en eso, todo ese tiempo sí. Piensa uno otras cosas, ¿verdad?
LM: ¿Cree usted que fue bueno el Programa Bracero?
FM: Sí jue, sí jue el Programa Bracero, sí fue bueno.
LM: ¿Por qué?
FM: Porque mucha gente se ayudó, sí, sí ayudaba mucho de bracero, a sacar muy buenos centavos. Les toca muy buena chamba en las fábricas, o en el campo, ¿vedá? Saca uno buenos centavos, pues mucha gente. Y eso pos creo yo que es muy bueno eso, ganar unos centavitos. Y el que no gana pos dice: “No, pos no sirve ahí, y ni sirve”. Y se desanima la gente.
LM: ¿Le gustaría que se volviera a implementar ese Programa Bracero?
FM: Pos sí, pa los nuevos.
LM: Pa la gente joven.
FM: Sí, pa la gente joven, está bien, sí es tiempo todavía, pa la gente joven. Pero yo creo eso ya no va a haber, ¿verdad?
LM: No, pues no, pues al parecer no.
FM: No, ya no. Ya bracereada ya, ya no hay.
LM: Ya no.
FM: Ya no quieren los gringos [a] la gente de México.
LM: En lo que usted estuvo trabajando por allá, ¿vio gente que no fuera mexicana trabajando los campos?
FM: ¿Que no fuera mexicana?
LM: ¿Había muchos americanos trabajando, en el campo, o eran mexicanos más bien?
FM: No, bueno, pues ahí donde me tocó a mí no. Mexicanos, americanos no, casi no, puro mexicano, puro mexicano.
LM: ¿Le tocó conocer gente de raza negra?
FM: Sí.
LM: ¿Había también?
FM: Había también. A veces trabajaban ahí también, unos dos, tres negros ahí.
LM: ¿Cómo se portaban ellos?
FM: No, pos ahí bien, ahí bien, decían que eran malos. Pero no, yo creo que no, porque con nosotros no se metían para nada. Trabajaban ellos y uno trabajaba, pero ellos también tenían su barraquita aparte, allá retirado. Allá hacían ellos su comida y todo, pero no, unos pos no se metían en nada.
LM: ¿Hizo alguna amistad duradera por allá?
FM: ¿Con alguno de onde?, ¿de allá del mismo? No, pos no. No, pos nada más con los que iba, ahí nomás. Con los compañeros que iba, nomás la amistad. Nomás pos, de allá no conoce uno gente.
LM: De lo que conoció usted de Estados Unidos, ¿qué fue lo que le gustó más?
FM: ¿Qué me gustaría? Pos trabajar. Me gustó más trabajar.
LM: Don Felipe, pues, muchas gracias. Quiero darle las gracias por habernos compartido su historia, y sus vivencias.
FM: Sí.
LM: A nombre del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas y en lo personal, le damos las gracias por esta plática. Con esto vamos a dar por terminada la entrevista.
Fin de la entrevista
Interviewer
Martínez, Laureano
Interviewee
Hernández Zapata, Felipe
Location
Durango, Durango, México
File Name Identifier
Hernandez_Zapata_DGO015
Citation
Martínez, Laureano and Hernández Zapata, Felipe, “Felipe Hernández Zapata,” Bracero History Archive, accessed November 10, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/196.