Juan Cossio

Title

Juan Cossio

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: Juan Cossio was born on January 11, 1932, in San Pedro del Gallo, Durango, México, but he grew up in Rodeo, Durango; he was the fourth of nine brothers to be born; his father died when he was only four years old; he had to start working at a very young age in order to provide for his family; in 1952, he was hired as a bracero and continued to work as such until 1964; he worked in Texas picking cotton and irrigating crops and in Colorado and Montana cleaning sugar beet fields.


Summary of Interview: Mr. Cossio recounts the difficulties he faced as a child and during his adolescence; when he heard about the opportunities the bracero program provided, he decided to become a bracero; he recalls the hiring process and the contracting center he went through in Ciudad Juárez, Chihuahua, México, as well as the procedures and medical examinations he underwent in Rio Vista, a processing center in Socorro, Texas; in addition, he relates his experiences living on the farms, including what they cooked and ate, what happened when someone was sick, what they did in their spare time and on weekends, the different wages he earned, and what he did when his contracts expired; his various jobs included picking cotton and green beans, irrigating crops, and cleaning sugar beet fields; after the Bracero Program ended, he was forced to cross illegally into the United States to work; he concludes that having worked as a bracero enabled him to support and educate his family.

Creator

Martinez, Laureano
Cossio, Juan

Date

2003-02-13

Subject

Bracero

Contributor

Cristóbal Borges

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Juan Cossio

creator (Spanish)

Martínez, Laureano

contributor (Spanish)

Cristóbal A. Borges

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini Disc

Duration

1:12:28

Bit Rate/Frequency

24 bit
96 k

Transcription

Nombre del entrevistado: Juan Cossío
Fecha de la entrevista: 13 de febrero de 2003
Nombre del entrevistador: Laureano Martínez

Esta es una entrevista con el señor Juan Cossío en la ciudad de El Paso, Texas. El día 13 de febrero de 2003. Conduciendo la entrevista para el Proyecto Bracero del Instituto de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Laureano Martínez. [2ND es una tercera persona se presenta y participa periódicamente a través de la entrevista]

LM: Buenas tardes don Juan.

JC: Buenas tardes.

LM: Don Juan quiero empezar preguntándole, ¿dónde y cuándo nació usted?

JC: Nací en San Pedro del Gallo, Durango. En 1900, el 11 de enero de 1932.

LM: En 1932, ¿cómo se llamó su papá, don Juan?

JC: Jesús Cossío.

LM: Y, ¿su mamá?

JC: Rosa Núñez.

LM: ¿A qué se dedicaban sus papás?

JC: Ah, pos mi amá al hogar, mi papá era agricultor.

LM: ¿Cuántos hermanos tuvo, don Juan?

JC: ¿Yo?

LM: Sí.

JC: Nueve, somos nueve.

LM: Y, ¿se acuerda de los nombres de sus hermanos?

JC: Sí, cómo no.

LM: ¿Cómo se llamaban?

JC: Ofelia Cossío, Carmen Cossío, Artemio Cossío, Jesús Cossío, Juan Cossío, este, Abel Cos, no, Ramón Cossío, Abel Cossío, Socorro Cossío.

LM: Muy bien.

JC: Tuve otra, otra de mi mamá, que se llama Rosa María.

LM: Rosa María. Usted en este, ¿era el del medio o era el más…?

JC: Era el más mayor, o creo que no. Yo era el cuarto, creo.

LM: El cuarto, más o menos el del medio.

JC: Sí, el del medio, sí.

LM: Me decía que se dedicaban a la agricultura.

JC: Sí, pos uno al puro campo, mi apá tenía unas vaquitas y sembraba, nomás ya.

LM: ¿Les ayudaba usted a sus papás?

JC: Pues no, yo quedé en, mi apá murió el [19]36, tendría cuatro años.
LM: Cuatro años.

JC: Pero apenas, me quiero acordar.

LM: Apenas.

JC: Pos sí, mi abuelito murió, treinta y ocho años.

LM: Y, ¿cómo fue que salieron adelante?, ¿a qué…?

JC: Pues en general mi amá sufrió mucho con nosotros, mi apá nos dejó unas vaquitas y unos siete reces, pero todo se acabó porque todos estábamos chiquitos, nadie trabajábamos todavía. Mis tíos, hermanos de mi mamá fueron los que me ayudaron por eso, hasta que ya la fuimos pasando uno por uno y ya hicimos nuestra vida cada quien.

LM: ¿Fue usted a la escuela, don Juan?

JC: Pos sí, eran, pos estudiamos hasta el tercer, tercer grado.

LM: Tercer grado.

JC: Pos sí.

LM: ¿Aprendió a leer y a escribir?

JC: Sí, para que veas.

LM: Cuénteme un poquito, ¿cómo es ese lugar de San Pedro del Gallo?

JC: Pues es un pueblito antiguo, muy antiguo, ¡muy antiguo! Sabes, no cono[ces], me parece que ahí tiene una placa en la iglesia, tiene como quinientos años.

LM: ¡Quinientos años!

JC: Sí, pos es cabeza de municipio ahí. Le hace alrededor de todos municipios, perdón.

LM: ¿A qué se dedica la gente por ahí?

JC: Pos a la labor nada más, a la agricultura, ahí no hay ningún trabajo de, ¡nada, nada, nada! A la labor, sus vaquitas cada quien, que sus animalitos, ajá, eso es.

LM: Don Juan, ¿se acuerda cuál fue su primer trabajo?

JC: Sí, hacer adobes.

LM: Hacer adobes, ¿a qué edad empezó?

JC: ¡Uh! Como a los catorce años.

LM: A los catorce años.

JC: Sí, fíjese sí. Y luego cargábamos, cuando en la carretera, la Panamericana que viene de Durango a Parral, aquí cargando, cargando de arena, ¡todo el día!

LM: Estaba pesadito.

JC: ¡Sí! Almorzábamos, nos llevaba mi amá de lonche unos frijolitos de la olla. En la mañana allá, ¡y un hambre! Pero teníamos que trabajar a diario. Ya después, ya hubo mucho candelilla oiga y guayule. Candelilla y guayule, candelilla, nos compraban cien campos de guayule de candelilla y nos íbamos al monte a las lomas a cargar burros de candelilla, le echamos cien kilos y ahí vamos, de eso nos manteníanos.

LM: ¿Cómo es la Candelilla?

JC: La candelilla es una mata que se da así puras hebritas, puras hebras, es la candelilla. El guayule es una mata también que crece así y lo mastica uno, una cascarita y de rato se hace hule.

LM: ¡Ah!

JC: Como chicle, pero dulce pues.

LM: Y, ¿para qué lo usan ese?

JC: Pos dicen que, dicen que más antes lo usaban para las llantas de los muebles.

LM: ¡Ah!

JC: Sí, allá por el [19]45, yo creo que era el [19]40.

LM: ¿Se acuerda cuánto le pagaban?

JC: O sea, el kilo de guayule a $0.06 centavos.

LM: ¿Y el guayule?

JC: Igual. Y luego ya había trabajo así en la, en las haciendas. Ahí en la hacienda ahí de Santa Anita. Y nosotros cortábamos postes, hacíamos los pozos, a $0.06 centavos el pozo y a $0.06 centavos la, todo.
LM: Y, ¿rendía el dinero?

JC: ¡No! Nunca había ni un cinco. Nos daban una, había una, una tiendita le decían, ¿cómo le decían?, este va con una boletita, todo lo que ganábamos diario, y ya íbamos y comprábamos ahí frijolitos, maicito y azuquítar y ya nos íbamos.

LM: Una tiendita así como de raya.

JC: ¡Sí ándele! Sí, de esas, ¿cómo le decían a esas tiendas, compadre? No me acuerdo. Y ahí nos pagaban, digo, en las tardes nos pagaban a todos, éramos mucha gente, ¡uh!, me acuerdo de todos.

2ND: Ahí iban de todos los ejidos.

JC: ¿Verdad?

LM: De los catorce años hasta…

JC: Comisaria, comisaría, comisaría.

LM: ¿De qué edad a qué edad trabajó ahí?, de los…

JC: Pos apenas podía, los muchachos míos me cuereaban porque no podía yo levantar a los techos de hule. Y tábamos chiquillos y luego casi andábamos encuerados, oiga. Pos unas camisitas ahí pa tiempos de frío.

LM: ¿Cómo se vestía, se acuerda?

JC: Pues sí, con unos pantaloncitos ahí de mezclilla ya todo remendado. Y luego unas camisitas, ¿cuáles chamarras había?, ni qué nada, ¡no! Y teníamos que ir todos los días, nos levantamos temprano de la mañana, unos nos quedábamos allá en el campo donde estaba el guayule.

LM: Sí, señor.

JC: Prendían una lumbre y ahí nos quedábamos.

2ND: Y nos calentábamos.

JC: Ya nosotros nos levantábamos, el frío nos levantaba, calentamos en la lumbrita ahí. Una vida muy, muy, muy pobre. Lo que dejó mi papá como le digo, pos luego luego se nos acabó. Así que de ahí pa allá, ¡a navegar! Y luego hacíamos, también hacíamos a hacer leña de mezquite, hacíamos dos trajecitos como pa un burro y arriba le echábamos tantita, arriábamos, íbamos a vender a un rancho que se llama Peñoles y era mineral. De esos dos, dos, fueron los que compraron mi carrito, fíjese $2 pesos.

LM: Dos pesos.

JC: ¿Cómo la ve?

LM: Y, ¿así se mantenían?

JC: ¡Pos apenas, apenas, apenas! Pos ahí nos manteníamos, cuando ya empezábamos a sembrar nosotros nuestra tierrita de mi mamá, pos ya era diferente, ya cosechaba uno por ahí, uno macito, frijolito y ya.

LM: ¿Cuántos años tenía cuando sembraba?

JC: Pos como unos quince años.

LM: Quince años.

JC: Ahí andábamos en el rancho, ahí andábamos.

LM: Y, ¿todos sus hermanos de usted ayudaban a su mamá?

JC: Sí, todos sembraban todos juntos ahí. Conseguíamos por ahí un tronquito de mulas y de caballos prestados y de… Sembramos un pedacito y luego nos prestaban otro, otro día otro y hacíamos otro y así.

LM: ¿Qué sembraban más, maíz?

JC: Maíz, frijol, trigo.

LM: Don Juan, ¿a qué edad le dio la inquietud por venir a Estados Unidos?

JC: [Mil novecientos] cincuenta y dos a la edad de veinte años. Yo no sabía que había Estados Unidos, fíjese que nomás que cuando una, ese año, ¿el [19]51 sería? Pos que, que braceros y que braceros y que, que contratados a Estados Unidos por, pos vamos a Estados Unidos, así.

LM: ¿Y cómo se enteró?

JC: Ahí en San Pedro del Gallo con la Presidencia nos avisaron a todos los ejidos.

LM: ¿Qué les dijeron?

JC: Que había una, una cosa de los braceros para ir contratado a Estados Unidos a trabajar.

LM: ¿Cómo se vivía en México en esas épocas?, ¿era dura la situación?
JC: ¡Pos sí! Como le digo, era muy dura, era muy raro el que tenía unas, dos, tres vaquitas en aquel entonces. No había ni gente ahí en los ejidos, en los ranchos había unos dos, tres, cuatro, cinco viviendas en cada, en cada ejido. Y ahí en Cuba, cuando mi papá murió, habríamos algunos quince familias yo creo.

2ND: Ey Cuba, es como le decían luego después nos cambiamos a otra parte por medio de nosotros, en el mismo ejido.

LM: ¿Así se llamaba el ranchito?

JC: Cuba, sí.

LM: ¿Es rancho o es ejido?

JC: Es ejido.

LM: Ejido.

JC: Sí, ejido. Tuvo, entonces ya ahorita pos hay mucha gente, pero en ese entonces no había gente, oiga.

LM: Oiga y toda la gente que había se… ¿qué les pedían o qué para poderse ir a trabajar a Estados Unidos?

JC: Pos una carta de la Presidencia, el acta de nacimiento, ey, yo creo nomás eso, ¿verdad?

LM: Nada más.

JC: Yo me fui a contratar a Durango, nos fuimos a contratar a Durango.

LM: ¿De ahí se fue a Durango?

JC: De ahí nos fuimos a Durango a contratar, no, ese año, el primer año.

LM: ¿En qué se fueron a Durango, se acuerda?

JC: En camioncitos, apenas empezaba a haber camioncitos sí, Chihuahuenses y esos.

LM: ¿Había carretera o era…?

JC: Sí, estaba la Panamericana ahí. No le digo que, que ahí pasó por, por cerquita de nuestro ejido el que viene a Parral, la Panamericana. Pero eso fue, pos ya tenía como unos trece años por ahí, catorce, y ya cuando nos, me contraté ya tenía yo como diecinueve años.

LM: Diecinueve años. Dice que fue en el [19]52, ¿verdad?

JC: [Mil novecientos] cincuenta y uno.

LM: [Mil novecientos] cincuenta y uno. Sí, porque yo me contraté en el [19]52, y yo ya había venido un año.

LM: Y en Durango, ¿a dónde?, ¿cuántas gentes se vinieron ahí de su rancho con usted?

JC: Uh, pos ni me acuerdo, pero varios, yo creo unos quince.

LM: Quince, ¿algunos de sus hermanos fueron braceros también?

JC: Sí. Abel y Abraham y Artemio.

LM: ¿En el mismo año? o en…
JC: En el mismo año. Ese día después vinieron, otro año ya no me acuerdo bien, bien en qué año vinieron pero pasaron también ellos de braceros acá.

LM: Y cuénteme, ¿qué hicieron llegando a Durango?, ¿a dónde fueron?

JC: Pos llegamos a la Casa del Campesino. A la Casa del Campesino ahí llegábamos todos. ¿Pos con qué pagábamos hotel ni nada? Ahí llegaban y ahí nos juntábamos todos. ¡Un tiradero de viejos ahí! Y luego en la mañana iban gentes, muy buenas gentes ahí en Durango, iban familias, oiga, pos que: “Véngase cuatro, cinco o seis a almorzar”. No, pos ahí nos, ahí nos repartían a todos a desayunar y nos llevaban antes de almorzar nos íbamos al cerrito del… de los Remedios, ¿cerrito de qué?

LM: ¿De los Remedios?

JC: Ey, está en el centro de Durango ahí, a matar alacranes.

LM: A matar alacranes, y, ¿eso para qué?

JC: Pos era muy, muy, muy venenoso, muy peligroso ese animal. Los alacranes no hallaban cómo acabarlo. Entonces nos sirven, nos llevan allá al cerro, levantando una piedrita. Ahí anda uno levantando las piedras, donde había uno, lo mataban. Todos así parejitos y el otro que andaría ahí, y lo mataba. Un rato y luego cien, lo llevaban a la casa un rato.

LM: Ah, mire.

JC: Sí.

LM: Oiga, y, ¿cuántas gentes había ahí esperando en la Casa del Campesino?
JC: Yo digo que muchísimos, pos los de ahí, ahí vivían claro y los que íbamos de acá de afuera, pos a lo mejor éranos trescientos, nos quedamos ahí en la Casa Del Campesino, ¿te imaginas amigo, todos ahí?

LM: ¿Cuántos años tiene usted, don Cossío?

JC: Setenta y uno.

LM: Setenta y uno.

JC: Soy del [19]32.

LM: Mire. Y, ¿ahí mismo en Durango les daban el contrato?

JC: Ahí nos, ahí nos contrataban, ese año. Luego ya nos trajeron a Monterrey, de ahí a Monterrey.

LM: Y ahí se, de Durango se vinieron a Monterrey.

JC: A Monterrey.

LM: ¿En qué se vinieron?

JC: En un camión también, me acuerdo que venían jugando carreras los dos camiones en el que venía, pos llegan varios camiones, ¿verdad? Entonces uno le quiere ganar al otro y ponen unas banderas ansina para que el de aquel lado se lo maniatara a él, jugando gallo así y antes no se gotearon.

LM: Y ese viaje, ¿ustedes lo pagaban?

JC: No, no.
LM: ¿O ya los…?

JC: Sí, quién sabe quién lo pagaría ese viaje a Monterrey.

LM: Oiga y ahí en Monterrey, ¿qué hicieron?

JC: Pos ahí nos estábamos en… Mire, ésa vez, ese año que nos contratamos en Durango y nos fuimos a trabajar ahí en, bueno, a mí me tocó en Pharr, Texas. Y otro día nos fuimos en, cuando fuimos a Monterrey fue otra vez, la vez que sí en, que nos tocó en Durango, sí nos llevaron hasta Monterrey hasta allá, sí.

LM: Ahí en Durango, ¿hubo algún examen médico?

JC: Sí.

LM: Cuénteme.

JC: Nos sacaban, bueno el examen médico era aquí, oiga, en Chihuahua. Aquí en Juárez y en Chihuahua.

LM: En Juárez y en Chihuahua.

JC: Sí, aquí en el Río Vista, aquí en este, ¿cómo se llama?

LM: ¿En México no hubo?

JC: Sí aquí en Juárez, ahí en… como hasta hacían la fila de gentes como de aquí como unos trescientos metros, según la gente que era. Todos formados y ¬¬¬ya que va haciendo así.

LM: Totalmente.

JC: De a tiro sí, en ese año venía un tío de nosotros y no, él se devolvió.

LM: Dijo no.

JC: A mí me llevaba hasta una señora en la entrada así, una señora y una negra, yo me acuerdo, llegábamos y teníamos que enseñar todo ahí.

LM: ¿Eso era en Juárez?

JC: En Juárez, entonces ya este, pasa un tiempo, almorranas o algo y luego ya de ahí, ya pasamos aquí a Río Vista.

LM: A ver y, ¿se acuerda de que los hayan vacunado, los hayan inyectado ahí?
JC: Nos sacaban sangre a todos, oiga.

LM: Y, ¿qué les decían?

JC: Pos no sé. Mire, aquí en Río Vista estaban las filas tan grandes de gente, había baños de, baños de lámina.

LM: Sí.

JC: Y los llenaban de esto de, vasitos de sangre, de tanta gente.

LM: Ah, ¿sí?

JC: En cada vasito la sangre, no, no, en el, pero estaba un baño aquí y otro allá y otro allá y a mí me iban, a nosotros tanto así nos sacaban sangre y lo echaban allá en el baño ahí. Entonces andaba la guerra de Vietnam, me parece que sí.

LM: Oiga…

JC: Yo creo que pa eso.

LM: Pos quién sabe. ¿Se acuerda que los hayan dado algún desinfectante?

JC: Sí, este mire, ahí también nos rociaban así y luego con una máquina de polvo, ¡hijo de la! Y luego acá pa adelante y, ¡zas, zas, zas! ¡Y luego en la cabeza!, ¡no!, nos quedábamos como changos todos. (risas) Y luego unos le decían: “No, yo no tomo”. ¡No, jijo de la! Y lo agarraban que palo, dijo: “Y el que no quiera, que se vaya pa México”. Y no pues…

LM: Los trataban duro.

JC: Sí y ya en la cabeza y de ahí salimos al baño y ya a comer y ya.

LM: ¿Ahí les daban de comer?

JC: Sí y ahí llegaban los, ya los gringos a… Se juntó la gente según los que necesitaba cada quien.

LM: En la fumigada esa del polvo, ¿dónde fue?

JC: Aquí en Río Vista.

LM: En Río Vista. Usted cruzó la frontera, ¿dónde?

JC: En Juárez.

LM: En Juárez y El Paso.

JC: Ahí nos pasaron todos allá.

LM: Y aquí se vinieron a Río Vista.

JC: Ahí también.

LM: ¿Cómo era ese lugar ahí en Río Vista?

JC: Era un pueblo grande, grande y había muchos departamentos. Ahí había hasta eso ya este, buenas camas y el comedor estaba muy grande y…

LM: ¿Cuánta gente habría ahí en ese centro?

JC: ¡Uh! Pos me imagino bastante, mucha.

LM: ¿Más o menos?

JC: Porque este, no nomás una vez llegábamos, llevaban un bonche de braceros de México. Poquito llegaba otro, los que estábamos llegando estábamos saliendo.

LM: ¿Era mucha gente?

JC: Sí, mucha gente. No, en cuanto nos juntáramos todos ahí, pos cuándo, no cabríamos, pero con la gente que iba llegando, ¿verdad? Iban los patrones: “Pues que yo quiero tantos a California, a Colorado”. Así y iba saliendo la gente, y seguían llegando más.

LM: Y, ¿ocupaban gente de campo?, o, ¿cualquiera que fuera?

JC: De campo, o ya lo que ahí le decían a uno, quién quería ir a piscar algodón, quién quería piscar al desahije de betabel, quién quería así, más o menos todos.
LM: ¿Les daban a escoger?

JC: Sí, a veces y a veces no. Ustedes trabajan con unos algodoncitos cortitos.
LM: Los médicos ahí, oiga, ¿eran americanos o eran mexicanos?

JC: Han de haber sido americanos. Había ahí un condenado en Río Vista, cómo era malo el conedado.

LM: ¿Sí, oiga?

JC: Duérmete ¡jijo de la, paca acá y pa allá!

LM: El médico.

JC: Pos yo creo que el que dirigía ahí la gente, los médicos quién sabe. Ora verá. “¡Y fórmese aquí! ¡Y fórmese! ¡Y hágase pa allá! ¡Y haga línea ahí!”. Que híjola no. No, pos nos trataban como les daba su gana. Pos en esos momentos veníamos, ¿qué?, corderitos ahí, veníamos a trabajar y pobres y todo, su familia. Y así es de que pos ya…

LM: ¿Era uno nada más?, o, ¿cuántos había?

JC: ¿Un qué?

LM: Dirigiendo ahí.

JC: No, eran varios. Pa poder con tanta gente necesitaban varios ahí. Sí, no me acuerdo cuántas personas.

LM: ¿Cuál fue su primer trabajo? Bueno, dice que de Río Vista, lo mandaron a La Asociación, ¿verdad?
JC: Sí.

LM: ¿Dónde estaba esa asociación?, ¿se acuerda?

JC: Había dos asociaciones en Río Vista.

LM: Ahí mismo.

JC: Ahí era La Asociación en Río Vista, ahí mismo.

LM: Y, ¿ahí qué pasaba?

JC: Ahí llegábamos y ahí, ahí nos recogían los patrones a toda la gente, ¿qué día?, ¿qué año sería el último año de los braceros? No, no, ¿no sabe usted?

LM: Cómo el [19]64, yo creo.

JC: [Mil novecientos] sesenta y cuatro ese año estuvimos en Montana. Aquí en el Río, en el Río Vista nos llevaron hasta Montana. Montana, ¿verdad? Nos llevaron hasta Montana.

LM: Vamos a platicar de la primera, de la primera vez.

JC: Del primer, primer año que vine estuve en Pecos.

LM: En Pecos, ahí…

JC: En la pisca de algodón.

LM: En Pecos en la pisca de algodón. Oiga, y, ¿qué tan lejos está Pecos de Río Vista?

JC: Pos son, ¿qué será?, unos…

LM: ¿Qué es? ¿Texas?

JC: En Pecos unos cinco…

LM: ¿En qué se los llevaron para allá?

JC: En camiones también.

LM: ¿Sí? ¿Tenían sus asientos y todo?

JC: Sí, tenían sus asientos los camiones.

LM: Y, ¿era grande el rancho?

JC: No, era unas cuantas barracas.

LM: Barracas.

JC: Unas cuántas barracas, llegamos ahí a trabajar. Me acuerdo que en septiembre, por ahí más o menos y entonces había muchas sandías y un día en la tarde acabamos de llegar como unos ocho días, ¿verdad? Y allá de, hacía un calorón pero tremendo y ya así bajo el sol nos fuimos a la casa, a la barraca.

LM: ¿Ahí vivían ustedes?

JC: Ey, éramos cien braceros los que fuimos ahí a Pecos. Entonces yo le di una patada a una sandía y le abrí el corazón, ansina y me la comí, que me dio una, ¿cómo se llama? Me hizo daño la sandía, ¿seguro qué?

LM: ¿Se le aflojó el estómago?

JC: No, no, no, ¡congestión!

LM: Una congestión.

JC: Yo me di cuenta porque oscureciendo empezamos a hacer cena. Yo me acuerdo que pusimos papas y frijoles a cocinar y me pegó un dolorcito, ¡ay no! Como a las dos horas ya no me acordé yo de nada. Tenía un dolor tremendo, lueguito se puso la cara así, pos lueguito de todos los braceros allá había, me platicaba pues. Y ya yo me di cuenta hasta otro día saliendo el sol, empecé yo a ver gente chiquita así porque este cuate se murió de granos. Y había una gringa, los mayordomos le dieron una gringa, gordota ella y vino un señor de ella: “Usted también”. Ella me llevó para allá a una clínica quién sabe onde sería y ahí me atendieron. Y me dio en la maña, nomás me dio una toma así, como de aceite y me compuse. Pero me llevaron a una clínica.

LM: ¿El mayordomo?

JC: Sí, la señora esa y el señor.

LM: ¿Se acuerda cómo se llamaba la señora esa?

JC: No, no me acuerdo. Entonces el agua de ahí era muy salada y no me caía a mí, entonces ya nos fuimos con otro patrón, ahí mismo en otro ranchito ahí, a trabajar ahí, pero ya en el riego.

LM: En el riego.

JC: Andamos regando que la selva, así.

LM: Oiga, cuénteme don Juan, ¿cuántos dice que eran?, cien hombres ahí en el…

JC: Ahí de braceros, sí.

LM: Y esas barracas donde vivían, ¿cómo eran?

JC: Pos unos cuartitos así como de aquí para acá, así.

LM: ¿De qué eran?

JC: Mi camita, pos de madera.

LM: ¿Tenían su baño?

JC: Yo creo que no.

LM: O, ¿era nomás una fila de camas?

JC: Sí, nosotros en un cuartito estábamos tres, uno de aquí de Juárez y otro de Zacatecas. El de aquí, el cuate se llamaba Manuel y otro era de ahí del Alto, Zacatecas, era el otro.

LM: Y ahí vivían los tres, ¿tenían su camita cada uno?

JC: Sí, cada uno tenía su camita. Y otros allá y otros allá y otros allá, literas montadas la de nosotros, pero puras barraquitas así.

LM: Y, ¿tenían cocina?

JC: Teníamos nuestra estufa y sí, nomás la estufa.

LM: ¿De qué era la estufa?

JC: La estufa de gas, de esas de gas.

LM: De gas.

JC: Una mesita ahí, no, no, sí.

LM: ¿Ustedes se cocinaban?

JC: Sí, nosotros nos cocinábamos.

LM: Y, ¿qué cocinaban?

JC: Pos cocíamos frijoles, y hacíamos papas, los días mejores comíamos carne, yo creo. Sabe, que papas y frijoles.

LM: ¿Tortillas?

JC: Tortillas, sí.

LM: ¿De maíz?

JC: Sí.

LM: ¿De dónde?, ¿ustedes las hacían?, o alguien…

JC: No, pos sí, hacíamos también. Pero cuando no hacíamos nada, íbamos a la tiendita, una tiendita ahí.

LM: Ahí vendían.
JC: Pero casi lo más nosotros hacíamos. Pero el elote de ahí era muy bueno.

LM: Oiga y el mayordomo, los mayordomos, la señora esa, ¿hablaban español?

JC: No, no, puro inglés.

LM: ¿Cómo se entendían con ellos?

JC: Pos a lo mejor había un intérprete, yo creo. Y luego pos taba en el field, taba de la casa. Por ejemplo aquí es la casa, ¿verdad?, luego acá estaba el field del algodón.

LM: Estaba ahí, pegadito.

JC: Nos daban los sacotes pa piscar, nomás salíamos y a las seis vámonos a piscar.

LM: ¿A qué horas empezaba su día?

JC: A las seis.

LM: ¿Y acababan?

JC: Pos con el día. El que quería, pos como era lo que hiciéramos.

LM: ¿Les pagaban por lo que hicieran, en el algodón?

JC: En el algodón.

LM: ¿Cómo es ese trabajo del algodón? Cuénteme.

JC: Cuando el algodón era así chiquitos, así chiquitos nos vamos uno en medio de los surcos, en medio de los surcos piscando las bellotas y vámonos, la mete uno al saco y va para atrás, aquí está la boca del saco y ya lo va uno echando el algodón aquí. Aquí lo va uno sacudiendo tanto así, taban como de aquí a allá los sacos ya, por lo menos lo podíamos, oiga, así.

LM: ¿Cuántas libras piscaba, se acuerda?

JC: Pos yo piscaba lo más cuatrocientas, trescientas setenta y cinco.

LM: Y, ¿cuánto le pagaban?, ¿se acuerda?

JC: Pos sí, no me acuerdo. Como a $0.06 centavos la libra, me parece, o a $0.05 centavos la libra, por ahí, de algodón.

LM: Les pagaban, cada cuándo.

JC: Cada ocho días

LM: ¿Les daban efectivo o les daban cheque?

JC: Efectivo, ¿verdad?

2ND: Pos yo no me acuerdo que nos hayan dado cheque.

LM: En efectivo. Oiga, y, ¿mandaba dinero usted para…?

JC: Sí, le mandaba dinero a mi mamá, ey.

LM: ¿Cómo le mandaba dinero?

JC: Por car[ta], por cheque.

LM: Un cheque.

JC: Por correo, sí.

LM: ¿En dónde?

JC: Pos allá en el Casco, ahí había un correo, ya después que estuvimos viviendo aquí en Saucillo, Chihuahua, ahí también le mandaba por correo.

LM: ¿Se acuerda cuánto le cobraron por enviar dinero?

JC: No, no me acuerdo, pos ya…

LM: Oiga, y, ¿se comunicaba con la familia?, ¿cartas o algo?

JC: Por cartas, por medio de cartas.

LM: ¿Sí se escribían?

JC: Sí, por medio de cartas.

LM: ¿Cuánto se tardaba en llegar una carta?

JC: Pos como unos, unos diez días, ocho, diez días, más o menos.

LM: ¿De cuánto tiempo fue ese contrato ahí de el algodón?, ¿cuánto estuvo ahí?

JC: ¿Acá en Pecos? Pos eran tres meses.

LM: Tres meses.

JC: De contrato era lo más que hacíamos con los, por tres meses nada más ahí.

LM: Después de esos tres meses, ¿qué hacían?

JC: Ya nos llevaban pa nuestra casa, ya el patrón nos traiba aquí a La Asociación y nos entregaba. Pos tenía que entregarnos ahí, porque ellos, les faltaba un, traían pero no, cada quien entregaba su gente aquí. Y ya de aquí nos íbamos de ahí a nuestra casa.

LM: Bien. ¿Cómo se portaban los patrones?

JC: Pos bien, se portaban bien. Una vez allá, la vez que estuve en Pharr, Texas, allá andábamos en la pisca del algodón y nos llevaban a trabajar en una traila. Oiga, una traila de esas nomás con redilas así, una trailita y nos cobijábamos con los sacos de la mañana de un frío que hacía. En ese tiempo septiembre, octubre y los que no, en un señor, el patrón, tenía una pata de hule.

2ND: El Pata de Hule.

JC: Y nomás él y otros dos cabían en la cabina. Entonces la traila se la pegaban a la troca con un fierro así con un pasador y un día de tantos, llenamos la troca y vamos todos arrapados.

2ND: Con el frío que estaba haciendo.

JC: ¡Y de repente que ya no vimos la troca! ¡Iba la traila sola! Mire, llevamos un susto que no vaya a creer. ¡Y órale a ponerle! Pues que la troca, pos ya ni la traila, iba nomás, vine y lo subí en unos surcos y que ya caigo y que no cae y se me paró. Ah qué susto llevamos, mire.

LM: ¿Cuántos iban en la traila?
JC: Íbamos como ocho. Fíjese, y ya al rato se devolvió el patrón yo creo onde, luego que vio que no llevaba a la gente venía todo asustado, nomás que no se volteó la traila. Nos volteamos y nos matamos ahí, oiga.

LM: ¿Venía recio?

JC: ¡Sí! Sí, iba como demonio el viejo encargado, pos nomás que era desierto y terracería, ¿verdad? Un callejón hundido, se le salió el pasador y se fue sin nosotros. Antes no nos matamos ahí.

LM: Pues sí.

JC: Sí, pos ahí nosotros trabajamos, ahí duramos otros tres meses. Después, de dos, tres meses era el contrato. Ya el siguiente año vinimos, ahí en El Paso del Águila, en Eagle Pass, en El Paso del Águila, estaba el ranchito cerquita ahí onde trabajábamos, a donde fuimos. Ese año piscamos ejote.

LM: Ejote, ¿ese cuándo fue?, ¿cuándo fue su segundo contrato?

JC: El tercero. El segundo fue en Pharr.

LM: En Pharr, ¿ahí piscó algodón también?

JC: Y acá piscamos ejote.

LM: ¿Cuánto tiempo?, también…

JC: También tres meses.

LM: Tres meses.

JC: Teníamos contratos de tres meses.

LM: ¿Estaba grande el rancho ahí?, ¿cuántos trabajadores había?

JC: Había unas casitas también ahí, algunas, pos yo creo que las barracas, según las barracas que hubiera la gente que ocupaban yo creo, según el Field, porque había de…

LM: ¿Cuántos acres?

JC: Ey pos, pos éramos algunos piscadores allá.

LM: ¿Sí?

JC: Unos cincuenta.

LM: Cincuenta.

JC: Sí.

LM: Oiga don Juan y aparte de los piscadores, ¿había otros que hacían algún otro trabajo?

JC: No me acuerdo, yo me acuerdo que habíamos puros piscadores ahí, de ejote.

LM: De ejote, ¿cómo es la pisca del ejote?

JC: Pos es frijol, nomás que el frijol los ponen unos palos para arriba así, ¿verdad?, una guía para arriba guía. Y ya están las destas colgando así. Unos ojolotes así, mire, ¿éste será? No pos piscábamos el ejote ahí entrando, entrando ahí. Pero no me acuerdo cuánto nos pagaban por cada, por cada olote de ahí.
LM: Y lo juntaban y lo iban y lo entregaban allá.

JC: Sí, nos lo pesaban ahí en una pesa, ahí mismo lo pesaban, ahorita no me acuerdo cuánto nos pagaban.

2ND: Ora verá

LM: Igual, ¿les pagaban en efectivo?

JC: Sí, sí, sí yo no me acuerdo que hayan mostrado dinero o talones de cheque. Y nomás, nomás.

LM: Oiga don Juan, y, ¿de qué día a qué día trabajaba?

JC: De lunes a viernes.

LM: A viernes. Y, ¿qué hacía el sábado y el domingo?

JC: Ahí me estaba, pos yo creo ni televisión había, yo no me acuerdo que haya habido televisión.

LM: Radio, ¿a lo mejor?

JC: ¡Radio!, ¡ándele sí, radio! Es como oír música y echar unas cervecillas por ahí si había. (risas)

LM: ¿Había estaciones en español?

JC: Sí, sí había. Sí en español, pos yo creo que sí, pos ahí estaba cerquitas, ahí el paso de México, una hora El Paso, Juárez y casi, casi no.

LM: Eso fue en Eagle Pass, ¿verdad?

JC: Ey.

LM: Oiga, y, ¿dónde compraban las cervezas?

JC: Ahí había tiendita que vendía cerveza.

LM: Y, ¿cerquita del rancho?, o, ¿iban al pueblo?

JC: Pos yo creo ahí en El Paso del Águila, yo creo.

2ND: Pos ahí.

LM: Ahí.

JC: Pos es frontera para Juárez, de allá pa acá es El Paso, fíjese.

LM: ¿En qué más se divertían?

JC: Nada más así.

LM: ¿Nomás?, ¿no jugaban cartas?

JC: Sí, jugamos a la baraja ahí.

LM: ¿Sí?

JC: Sí, yo creo.

LM: ¿Sábado y domingo?
JC: Sábado y domingo, sí. No había otra cosa, había unos pelados y otros ganaban dinero. No, nosotros no, sí. Y en el póker mentado uno, no, había mucha pobre gente que la dejaban sin ni un cinco, zánganos ahí. ¡Había muchos que ganaban mucho dinero en un fin de semana! Y esos nomás ganaban unos, ganaban unos $1,000 o $2,000 dólares y se iban pa México y ya no, ya no cumplían el contrato.

LM: Ya no cumplían el contrato.

JC: Ya se iban pa México, y los demás…

LM: Oiga y había, pos entonces había alguien que sí tenían como vicio algunos, ¿no?

JC: Sí una gente, pos allá como todo el tiempo ha habido gentes que les gusta jugar y, a la mala yo creo o… ¡No!, muchas cosas, se juntaban, a jugar con la ambición de que haber si ganaba, ¿pos cuál?

LM: No ganaban nada.

JC: No ganaban nada, nada ahí.

LM: Oiga, ¿se acuerda de que haya habido algún problema por ahí con…?

JC: No, no, no me acuerdo que haiga pleitos ni nada de eso, no, no.

LM: ¿No?, ¿qué le iba a decir?, De autoridades algún, ¿iba alguna autoridad americana a revisar?, o mexicana, o La Migra le tocó ver.

JC: No, yo ni sabía que había Migra en ese entonces.

LM: ¿Ni cuenta se daba?
JC: No, ni cuenta me daba que había Migra. Sabíamos que íbamos contratados y a trabajar nada más, porque allá lo que hacíamos era puro trabajar y a cumplir contrato y ahora sí, este ya.

LM: Había, ¿qué documentos les daban? ¿Les daban alguna mica?

JC: Así, una miquita así blanca, era en blanco y negro con nuestra fotografía de uno. Como ahora estas que hay, nomás que diferentes.

LM: Y, ¿qué les decían?

JC: Que las agarráramos y las guardáramos. Pero no nos explicaban que la guardáramos que porque un día se iba a ofrecer, no, no, nos la daban.

LM: ¿Ahí cuánto tiempo trabajó?, ¿otros tres meses?

JC: Ey.

LM: Y luego, ¿qué hizo?

JC: Pos ya me fui pa mi casa, allá cumplí ya los, tres meses.

LM: ¿No se recontrató ahí?

JC: Yo nunca me recontraté.

LM: ¿Por qué?

JC: Pos no.

LM: ¿Era difícil?
JC: Difícil, no era muy… ya ve que algunos patrones sí recontrataban a su gente, el que quería y el que no, pos se iba pa México, uno que otro sí se quedaba a recontratar ahí.

LM: ¿Pero era más bien el que quería?

JC: Sí, sí, sí, no era obligatorio. Nomás el que quería recontrataba y el que no.

LM: ¿Trabajo sí había?

JC: A veces sí, como todo. Claro que se, que el que se recontrataba, pos era porque había trabajo, ¿no?

LM: Claro y cuándo usted se regresaba de ahí del rancho, dice que lo mandaban a La Asociación, ¿verdad?

JC: Sí, donde trabajábamos que ya terminaba el jale, nos traiban aquí a La Asociación, aquí a Río Vista.

LM: El patrón.

JC: El patrón y ya nos entregaba ahí.

LM: Y de ahí hasta Durango, a México, ¿cómo?

JC: Pos salíamos ahí a Juárez y ahí agarrábamos el camión.

LM: ¿Quién pagaba eso?

JC: Era uno.

LM: ¿Eran ustedes?

JC: Era por nuestra cuenta.

LM: Ya el patrón ya no.

JC: No, no, el patrón ese ya no.

LM: ¿Alguna vez le tocó que el patrón le ofreciera trabajo para la próxima temporada, o algo?

JC: Pos sí, a veces sí, sí nos decía que volviéramos el siguiente año, a veces sí. Estuve yo en Pueblo, Colorado me parece y ahí estaba un patrón, se llamaba Alberto Duarte, era mexicano. Alberto Duarte y también ese año me di una enfermada buena.

LM: ¿De qué se enfermó?

JC: De fiebre, mucha fiebre. Y él me llevó a una clínica también a curarme. Muy buena gente ese señor.

LM: ¿Sí? ¿Le cobraban algo a usted?

JC: Pos yo creo nos rebajaban del cheque.

LM: Del cheque sí, mire.

JC: Nosotros no sabíamos defendernos de que: “Oiga, pos paga tú por mi enfermedad”. O esto, no sabíamos que hubiera medicare y todo eso, no, no. Y yo les dije: “Yo estoy muy malo”. Y ya nomás llegó la gente de trabajar también en la pisca del algodón. Y ya vino por mí, ahí andaba la señora, me acuerdo como ahorita que me pusieron una inyección en las asentaderas, ¡ay!, casi me mató esa, una negrita.

LM: ¿Sí?

JC: Yo creo era aceite, ¡ay me dolió tanto! Casi me desvanecí ahí. Y de ahí me llevó de la mano a la troca y ya empecé a componer, ahí mismo de la inyección es que vamos a trabajar.

LM: ¿Tuvo oportunidad usted de conocer al patrón? A este otro patrón.
JC: Sí, Alberto eso, fue muy buena gente.

LM: A sus hijos, a su esposa.

JC: Pos sí, pos ya eso fue en el [19]50, cincuenta, cuarenta, cerca de cincuenta años por ahí.

LM: Qué bien.

JC: Y después estuve en…

LM: ¿Cuántas veces se recontrató usted?

JC: Como nueve.

LM: Como nueve, y, ¿en qué trabajos más o menos, señor?

JC: En desahije de betabel.

LM: Eso fue, ¿en dónde fue?

JC: En Denver.

LM: En Denver, ¿cómo es el desahije del betabel?

JC: Pues, ni crea que es difícil y va uno desahijando como está hecho el surco, chorro, ¿verdad? Va uno desahijando de ocho pulgadas.

LM: ¿Qué es el desahije?, quitarle el…

JC: Sí, las matas, las matas vayan quedando nomás de a dos, una, dos, de una de dos, de una de dos y cada, cada extremo.

LM: ¿Eso en qué año fue?

JC: Verá, el [19]53, el [19]55.

LM: [Mil novecientos] cincuenta y cinco, y, ¿cuánto le pagaban ahí?

JC: A $8 dólares el acre nos pagaban, pero, ¿sabe qué? Bueno, a $8 dólares el acre nos pagaban.

LM: ¿Sí?

JC: Sí.

LM: Ocho dólares el acre.

JC: En Denver, en el Greeley, Colorado. Ta cerquita de Denver ahí trabajábamos en el desahije de betabel.

LM: También.
JC: También éramos ocho y los de allá trabajamos mucho, sí. Trabajábamos todo el día y después cuando yo iba en Malta, Montana, también fuimos al desahije de betabel.

LM: En Montana también.

JC: También.

LM: El betabel. Y, ¿en qué más trabajó?

JC: En el riego.

LM: En el riego. ¿Eso dónde fue?

JC: En Pecos, nomás que cerquitas de Pecos, ahí en…

LM: ¿Qué regaba?

JC: Ah, que acelga decían. Era espinaca, yo creo algo así.

LM: Acelga. Y, ¿era difícil ese trabajo?

JC: Pues en, trabajábamos de noche, regábamos de noche.

LM: ¿De noche?

JC: Sí, una linterna, todavía había linternas así y el regado con linternita. Y toda la noche regaba, a las seis de la mañana agarraban otro turno otros.

LM: ¿De qué horas a qué horas era su turno?

JC: De seis a seis.

LM: De seis a seis. Y, ¿comía algo entre esas horas, señor?

JC: Pos cenábamos y, cenábamos en la noche y ya nos íbamos cenados ya.

LM: ¿Les daban de cenar?, o ustedes…

JC: No, nosotros, nosotros hacíamos, hacía uno de cenar.

LM: Y, ¿ahí andaba usted solo?

JC: No me acuerdo.

LM: ¿Cuántos regaban ahí?

JC: Éramos cuatro, dos de noche y dos de día. Dos de noche y dos de día, dos de noche y dos de día y así.

LM: ¿Cómo cuántas acres regaba?

JC: Pos eran como unos sesenta acres.

LM: Sesenta acres. Y, ¿es pesado de noche?

JC: Sí, de noche sí, por el ejercicio. Una vez se me fue el agua.

LM: ¿Sí oiga? A ver cuénteme.

JC: Y me dijo, me dijo el cuarto, desde el primer día, dijo el patrón dijo: “Vamos yo voy a estarme con ustedes”, el mayordomo, “pa que vean cómo se hace el riego, pa que se enseñen, pa que no se les vaya a ir el agua”. No, pos sí eran doce pipas, así gruesotas así, con lonas.

LM: Sí.

JC: Y esas doce pipas, le echaban el agua a los, ¡sí!, a los surcos y podían las doce pipas con el agua, fíjese.

LM: Mire.

JC: Que estaban filtrando, estaban las pipas así de gruesas imagínese doce, doce tubos así, entonces ya en la noche le dije: “¡Ya, ya vete a dormir! Al cabo ya no”. “¿No se le va?”. “¡No, qué se me va a ir el agua!”. “No, no”. “¡Y cuidado con que se pare una pipa!”. Nomás se para una y empieza a subir el nivel del agua, claro.

LM: Pos sí.

JC: Si se paran dos, está peor más pronto, dijeran otros, no pos que, ya se para la, como a la una de la mañana, empezó a subir el agua. Y ¿pos cuál será?, y, ¿cuál será? Andaba uno… ¡No! Que se troza la primer lona y ya venía los otros. Mire, se nos hizo un trozadero ahí con las labores ajenas. Y otra vez anduvimos tapando todos los portillos que hizo el agua.

LM: ¿Sí?

JC: Y luego fuimos a corre y corre porque el mayordomo ahí estaba cerquitas ahí en la, donde estábamos nosotros, en la casa de ahí. A corre y corre me fui yo: “¿Quíhubo? Ya se le fue así”. “Ya”. “No les dije”. Pos ya paró la noria, ahí estaba la noria en la casa.

LM: ¿Cómo era la noria, tenía pozo?

JC: Era pozo sí, por medio de unos botones, las echaban a rumbar.

LM: Eléctrico.

JC: Eléctrico y con botones la apagaban. Ya la apagó y ya nos fuimos no. “Vámonos ya”, le dije. “Ahí te quedas, onde no se ve. Mañana hay que tapar”, no, pos…

LM: ¿Había víboras por ahí?

JC: Sí, sí había.

LM: ¿Mataban una que otra víbora?

JC: Sí, sí, la otra que andaba ahí.

LM: ¿Recuerda que hayan mordido a alguien aluna?

JC: No, no, no, no.

LM: Y, ¿cómo era el equipo que les daban para…?

JC: Una vez íbamos por… del rancho al field, temprano. Era un camino de trocas, ¿verdad? Entrando y: “Miren,” una víbora en el campo. En la labor también hay muchas víboras y pos sí ¡hijo de la!, pa pronto la matamos. Y pos estábamos con cobija y dijo: “Tú, hijo”, mire y nosotros ahí, ¡híjola de la!, de ahí teníamos pa allá teníamos miedo, las víboras.

2ND: ¡Pero víboras grandotas!

LM: ¿Sí?, ¿de qué eran?, ¿de cascabel?
JC: Cascabel sí, eran. Ahí matamos dos cerquitas, nomás, nomás que ya se veía ahí como a las seis.

LM: Y, ¿en la noche?

JC: En la noche, fíjese, yo creo pasa uno por ellas, sobre ellas, sabrá Dios oiga.

LM: Mire. Oiga, don Juan, cuénteme de ahí del riego, a dónde se fue.

JC: ¿Del riego? Me fui allá con Alberto Duarte, ese que le digo, al pueblo.

LM: Ah, okay, y, ¿de Colorado?

JC: De ahí me fui a Greeley, Colorado.

LM: ¿Ahí qué hacía?

JC: En el desahije de betabel.

LM: También en betabel.

JC: Y el siguiente año en Denver, pos ahí está, está cerquitas.

LM: ¿Cada año venía usted?

JC: Sí.

LM: Cada año, y, ¿cada año tenía que pasar los exámenes médicos y todo?

JC: Sí, pos si no, no lo contrataba. Eran, nos, nos sacaban sangre y luego, ¡ay!

LM: Y, ¿dónde se contrataba?

JC: Aquí en Juárez, en Chihuahua, en Monterrey, en Durango.

LM: ¿Ya se, se ve?

JC: En Rodeo, una vez nos contratamos en Rodeo.

LM: ¿Ahí en Rodeo se contrataron?

JC: Ey.

LM: ¿Cómo fue? A ver, cuénteme esa vez.

JC: Pos nos hablaron de ahí de San Pedro del Gallo que iba a hacer la contratación en Rodeo que fueran. No, pos me acuerdo yo que ya no tenía con quién me iba a quedar y ahí un señor y luego pos no, no, don Teodoro Ramírez, don Juan, dijo: “¿Qué pasó? ¿Tú no te fuites?”. Dije: “No, no tengo, tuve con qué”. Dijo: “Llévate al caballo y véndelo ahí. Con lo que te den te vas para Monterrey”.

LM: Y volvió.

JC: Móntalo y vete en él. Pos ahí llegué todo pa la fregada a Rodeo, un rancho ahí. Me dieron $300 pesos, pos ya tuve que contratar.

LM: Y, ¿había médicos ahí?

JC: Sí.

LM: En Rodeo.
JC: En Rodeo, el médico me acuerdo que ese año me andaba consiguiendo yo dinero. Y no conseguía y fui a un ranchero, ahí con un señor de ahí, en un caballo blanco. Y me tumbó el caballo y con unos alambres ya me andaba matando.

2ND: Vieras que no me acuerdo, que yo fui lo que no…

JC: Y el alambre, me caí en un cuadro de esos mismos alambres y todo esto ansina, me abrí la mano.

LM: ¿Alambre de púas?

JC: De púas. Y me quité la camisa y entonces llegué a Rodeo y le dije al doctor lo que había pasado y no lo quería creer.

LM: De plano.

JC: Ey y él creía que eran balazos de veintidós, entonces le dijo, no me acuerdo a quién: “Pos, ¿cómo vas a creer que son balazos?, ¿no ves?”. “Son adolorido del alambre”. Iba todo fregado aquí. Por suerte que me pasó un doctor. ¡Ése no quería!, no quería pagarle que, no quería creer que me había tumbado el caballo, sí, al pasar un alambre.

LM: ¿Era mexicano el doctor?

JC: Sí, era mexicano, sí.

LM: Y, ¿no les sacaban ahí radiografías?

JC: Pos no, yo creo que…

LM: ¿Contaba algo que ya hubieran ido antes?, o, ¿era como si nunca hubieran ido?
JC: Ya, ya habíamos ido, pos ya.

LM: ¿Pero sí les importaba, sí era más fácil?

JC: Sí, sí, sí.

LM: Y de ahí mismo, ¿le dieron su contrato?

JC: Sí, ya ahí sale uno ya contratado ya.

LM: ¿Ya sabía a dónde iba ir a trabajar?

JC: Ey, bueno, todavía había que ir a Río Vista.

LM: ¿Siempre lo trajeron a Río Vista?

JC: Ahí nos concentrábamos todos ahí en Río Vista.

2ND: De ahí nos sacaban a distintas partes.

LM: Entonces, ¿como en cuántos estados trabajó usted?

JC: Más bien pues en Texas, Colorado y Montana.

LM: Texas, Colorado y Montana.

JC: Estuve en varias, en dos, tres veces en cada estado, así. O sea que fueron nueve años.

LM: Nueve años seguiditos.

JC: Sí, seguiditos.

LM: Hasta que se acabó el programa.

JC: Sí, ya se acabó el [19]64, nomás en ese año estuve en Montana. Sí, el [19]63, [19]64.

LM: Oiga y en Montana, ¿qué hacía?

JC: Desahije de betabel.

LM: También, okay.

JC: Tenían mucho ganado esos patrones. No, imagínate.

LM: ¿Sí?

JC: Tenía mucho ganado. Nos llevaban a juntar pacas, nos daban un camión, era puras lomitas bajitas. Como ora así de este, de aquél lado, sembraban zacate.

LM: Sembraban zacate.

JC: Está uno con podadora, nos daban un camión a mí y otro muchacho, uno de uno. Nos íbamos y en las lomas, mira había pacas, ¡híjola!, todas ahí hileritas. Entonces en el camión tenía una banda así, era la que iba llevaba la paca y la traía pa arriba. Y llevaba el camión, tanteaba pa arriba nomás la montaba y la estibaba. Sí y en el betabel, había semanas que en el betabel había semanas que no tenía nada con qué juntar pacas de alfalfa, le juntaba el ganado, en trocas.

LM: ¿Cuántas cabezas de ganado tenía él?
JC: Nombre, tenía muchas. Si tenía unas que, ¡muchas vacas!, las hijas de él, también eran dos hijas y el patrón, y un hijo y nosotros dos, cada quien juntando las vacas.

LM: ¿En trocas?

JC: Sí, ni le quitaba nada, ey.

LM: A caballo, ¿no?

JC: No, bueno nosotros no.

LM: Oiga y este, ¿de qué ganado era?

JC: Pura cara blanca casi, cara blanca.

LM: ¿Para qué los usaban?, ¿pa la carne?

JC: Pos sería pa la carne, yo creo que sí.

LM: ¿Ahí también vivían en barracas?

JC: Sí, ahí teníamos unos… Nomás ese muchacho y yo éramos, fíjese, con ese patrón nomás los dos.

LM: Nomás los dos.

JC: Nomás los dos, nos contrató nomás a dos, ahí nos tenía una casita ahí.

LM: ¿Ahí cuánto le pagaban?, ¿se acuerda?

JC: Pos casi por lo regular eran, los precios de por decir la hora, ¿cómo sería la hora?, pos no me acuerdo.

LM: Oiga don Juan y, ¿ahí tenían intérprete?, o, ¿cómo se comunicaban con los patrones?

JC: No, no hay nadie. Yo creo que nomás a las señas.

LM: A las señas.

JC: Ey, sí.

LM: ¿No hablaban español?

JC: No, teníamos un radiecito, ¡y cómo batallábamos con ese radio! Oíamos una estación de México pero allá muy apenas, casi no. Y luego allá vive, mire.

LM: ¿A qué horas oían el radio?

JC: Pues en la nochecita, con ganas de oír música de México, no cuándo.

LM: ¿Qué es lo que más extrañaba de aquí?

JC: Pos eso, que no había, no había manera de estar uno con la música, pos ni tomábamos cerveza ahí, ahí no había cerveza. Malta, estaba el pueblito de que le digo, estaba retirado.

LM: ¿Era el pueblo más cerca?

JC: No tomábamos nada, ey.

LM: ¿Cómo se llamaba ahí el lugar?

JC: Pos no, no me acuerdo era, un rancho, un ranchito nomás el patrón vivía ahí, sí.

LM: ¿No iban al pueblo?

JC: Pos cuando nos llevaba a traer, a traer comida, mandado, nos llevaban ahí. ¡Ah cómo había moyotes!, oiga, ahí en ese, ahí onde andábamos en el desahije de betabel. Me hacía sombra ahí un rato, me acuerdo que nos dieron un frasquito así, le decían mosquito, nos echábamos y ganábamos pa y se retiraban.

LM: El repelente.

JC: De esa manera trabajábamos más que con los… sí.

LM: Oiga y para lavar la ropa y eso, ¿cómo le hacían?

JC: En una, en unos lavaderos. Y había, así en unos baños que había así baños y abajo un lavaderito así. Ahí lavábamos la ropa.

LM: A mano.

JC: A mano, ahí lavábamos la ropa.

LM: Y el jabón y eso, ¿dónde lo…?

JC: Sí, pos acá en el Rodeo.

LM: Ahí lo compraban.

JC: Ahí donde comprábamos el mandado, ahí en esa tienda.
LM: ¿Le tocó ir a misa alguna vez? ¿A un templo?

JC: Me tocó ir a misa, me parece que fue en Pueblo, Colorado. No me acuerdo en qué parte ya estábamos. Se juntó mi iglesia y cada domingo íbamos a misa ahí a esa iglesia.

LM: ¿Los llevaba el patrón?

JC: No, íbamos de por nosotros. Sí, ahí mismo estaban, ey.

LM: ¿En inglés o en español?

JC: No, en español. Se llamaba Jesús, el padre y en español todos los domingos iba.
LM: ¿Hizo amigos, don Juan?, ¿hizo amigos de entre los braceros?

JC: Sí, pos, pos nomás en la temporadita de la bracereada.

LM: No, ¿no los volvió a ver?

JC: En algunos ya no. Como allá, allá en Greeley, Colorado, ahí estuvimos Juan Ramírez, Luz Ramírez, Domingo Jiménez, Lupe de Jiménez y Vicente Cardoza y yo. Éramos ocho, no me acuerdo de los otros dos que eran de allá mismo.

LM: De allá mismo, Durango.

JC: Y los demás, pos allá en Montana sí. Entre toda la familia y Eugenio Ramírez, Tomasa Ortiz y así. Después conocidones de por allá, ya después me tocó con pura gente que no era de conocida ni nada. Pos ahí nos conocíamos ahí en el trabajo, nomás una temporada.

LM: Y, ¿cómo se portaban los compañeros, había buena amistad?
JC: Sí, cómo no.

LM: ¿Se echaban la mano?

JC: Sí cómo no, muy buenas gentes, no, así .

LM: Ahí, ahí está bien, ahorita lo… Oiga, qué bien, ¿entonces cada año se contrataba usted?

JC: Sí, ahí, pero cada año nos picoteaban, nos sacaban sangre.

LM: Y la fumigada también.

JC: La fumigada sí, no nos escapábamos. Ya yo ya me acuerdo que un… “Alberto”, le dije. “¡No me eches hijo de tu!”. “Cálmate o echo a todos pa México aquí”. “Híjo de la”. “¡Aguanta!, y sacaba”. No, de todos modos lo dejó peor, aquí en la cabeza, ¡hijo de la!, un montón en ésta, sí.

LM: Mire.

JC: Sí, nos fumigaban. Así nos agachamos y vamos y yo acá por el lado tu sabes y luego aquí y en la, así en todo. Y luego en la, pos había piojos en ese entonces, había mucho piojo.

LM: ¿Sí había?

JC: Sí, era una plaga que había muy fea, muy fuerte en ese entonces. Y pos estaba usted parado, el que fuera ahí, ahí en asiento con ese tráiler si no traes piojos.

LM: Vamos a hacer una pequeña pausa.
(entrevista interrumpida)
LM: Continuamos con la entrevista con el señor Juan Cossío. Oiga don Juan y cuénteme, ¿qué experiencias le dejó el haber sido bracero?

JC: Pos nos ayudábamos mucho, se nos quitó la calamidad. Porque bien aquí le rendía a uno el cinquito allá en México y taba mucho, muy bien eso. Ya después viene el hambre algunas veces, algunos años también, varios años.

LM: ¿Acabándose el programa éste?

JC: Sí, de los braceros.

LM: ¿Qué?

JC: Y ya.

LM: ¿Pudo ahorrar usted algo de dinerito cuando estaba acá?

JC: Pues no, pos tenía a toda la familia chica toda. Mi esposa se murió como el [19]70, el [19]80, quedan todos chiquitos. Había veces que yo venía y les mandaba el cinco y pos estábamos, yo era papá y mamá allá en México. Y así, o sea es muy raro que en ese año, el chiquito que traiba cuando yo me venía, dejaba un vale allá en las tienditas pa cuando venía, estaba un listón ansina, pos llegaba y pagaba.

LM: ¿Cuántos hijos tuvo, don?

JC: Yo tuve, bueno mi señora, nueve, catorce o quince.

LM: Quince hijos, pos siempre.

JC: ¡Quince hijos! Y tres entenados con ésta señora, cuatro que tenía.
LM: Mire. Entonces lo que usted trabajó acá, le sirvió para…

JC: Pos sí, pos no le digo.

LM: Para mantenerlos.

JC: Ey, cómo no, ajá.

LM: Qué bien. ¿Qué pensó usted cuando se acabó el Programa Bracero?

JC: No, no, no pos ya trabajábamos, allá sembrábamos allá en México nuestras tierritas así. Pos ahí era mucha ayuda, ya cuando yo empecé a venir para acá de mojado, ya porque de cuando bracero, pos casi no, todo se fue en mantener la familia. Entonces ya llevé yo, ya llevaba yo centavitos y compraba yo animalitos. Ya con troncos de mula, te digo pa sembrar y ya fue, ya fue diferente y antes no.

LM: ¿Cuántas veces vino de mojado?

JC: ¿De mojado? Ahí le va, uno, dos en Santa María, California, dos; y una, dos, dos en Velgi, aquí en Fort Worth, California.

LM: Ahí en California, ¿qué hacía?

JC: Tractor, barbechaba y barbechaba en los tractores y cultivaba, casi nomás a puro tractor.

LM: Y, ¿se acuerda de cuántos?

JC: ¡Duré tres años en California! Tres años en California.

LM: ¿Cuántos acres? Más o menos.

JC: No, pos eran bastantes había una compañía que se llamaba Pacífico, se llamaba Pacífico. Éramos trece tractoristas, fíjese.

LM: Trece. Y, ¿ahí en dónde vivía?

JC: Ahí en una barraca también, nos daban ellos.

LM: ¿Eso en qué año fue?

JC: Eso fue, en el [19]68, [19]69 y [19]70.

LM: Tres años.

JC: Y un año en el estado de Oregon, Ceilan.

LM: Ah, qué bien. Y, ¿se estaba los tres años?

JC: A veces duraba un año.

LM: Y, ¿luego regresaba?

JC: Sí, nueve meses y así.

LM: Y les mandaba a su familia cada cuándo.

JC: Sí.

LM: ¿Cada cuando les mandaba?

JC: Pos cada quince días, cada mes, así que yo tanteaba que necesitaban acá.
LM: ¿Y en…?

JC: En Washington estuve también en, nomás que iba, tenía un seguro porque según yo me escribí el [19]68. Tenía un seguro y ya, pero se me perdió el seguro, estuve en Washington.

LM: Y ahí, ¿qué hacía?

JC: Duré ahí, desahijábamos lechuga, betabel, espinaca, brócoli, coliflor y en el elote, piscábamos elote, repollo, todo eso.

LM: ¿Cuánto tiempo estuvo ahí?

JC: Estuve dos años, tres años en, tres años estuve en Kent, Washington.

LM: En Kent, Washington. Y, ¿cómo eran, cómo se portaban ahí los patrones?

JC: Los patrones medio, medio feo el carajo.

LM: ¿Sí?, oiga.

JC: Sí, buena gente, pero a unos cuates que no, no. No nos dejaba morir a nosotros, no. Pero tomaban ahí.

LM: ¿Vio usted diferencia del trato de cuando eran braceros a cuando trabajaban ilegalmente?

JC: Sí, este, un día nos peleamos con él, ahí con el patrón que se llama Mike, Mike, Miguel Carpintos, Miguel Carpintos. Sí era duro.

LM: ¿Él era americano?, o…
JC: ¡Americano! No, era quién sabe qué. Yo creo era americano, parecía americano. Pero no era, ¡muy carajo! Entonces una vez, una vez nos quiso patear, me acuerdo.

LM: Ah, ¿sí?

JC: Sí.

LM: ¿Cómo estuvo?

JC: No, pos porque no, no llegábamos a la hora, porque tardábamos un minuto, tres minutos. Y una vez le aventamos sus azadones ahí de, en el field. Y ya ahí esta todo y nos fuimos pa la casa y luego fue llorando, se rajó, fíjese. Fue llorando que no fuéramos malos, porque le dijimos que nos íbamos a venir pa México. Que no le dejáramos la labor tirada, que quién sabe qué… Que él iba a perder, pos ya, nos convencimos y ahí nos quedamos.

LM: Y ese día que, ¿a quién quiso patear?

JC: Pos a todos ahí, éramos, éramos como ocho.

LM: Y, ¿qué pasó?

JC: No, no, nomás, nomás él quiso, pero le paramos.

LM: ¿Qué le dijeron?

JC: Pa darle híjola la pata, ¿pos qué?, ¡sí!, no, no, no.

LM: ¿Cuántos trabajaban ahí con él?
JC: Primero fíjese, el primer año del [19]83, llegamos dos hijos míos y yo. Ahí con ese patrón y no tenía nomás que unos surquitos y lechugas poquitas. Entonces trabajaba un americano y un japonés con él, nomás los dos trabajaban, no tenían labor, tenía, así muy poquito, llegamos nosotros tres ya, ya hicimos un poquito más. Y me fue y luego ya dijo: “Tráiganme gente de ustedes”. Y le hablamos acá a México y se vinieron, se fueron unos yernos pa allá y fíjese hasta ahorita.

2ND: ¡Éste está tan rico ese hombre!

JC: De pura gente de acá de Durango.

LM: Mire.

JC: Difícil no está. Un apartamento, tiene camino y tiene negocios a lo bárbaro ahí y nosotros fuimos los fundadores.

LM: ¿Hizo mucho dinero?

JC: ¡Mucho muy rico! Nosotros fuimos los fundadores, mis dos hijos míos y yo. Y nosotros le entramos a traer gente y otra gente empezó a traer más y más de allá de Sonora, del rancho de nosotros, todo el rancho está acá. Es más, todavía están acá más de cien gentes ahí.

LM: Oiga, y ¿cómo le hacían para cruzar?

JC: Pos en la noche brincábamos ahí en la línea.

LM: ¿Dónde entraban?

JC: Ahí en Juárez y a veces allá por Tijuana y así. (risas)

LM: Ya cruzando, ¿no había mucho problema?

JC: Pos no, ya una vez cruzamos aquí en Juárez, éramos como treinta, no, como cuarenta en dos carritos y una pickup con cámper. Y una pobre señora abajo ahí nos gritaba: “No sean malos, quítense”. ¿Pos si cómo me quitaba?, me caigo. Llegando aquí a Las Cruces, antes, pasando Las Cruces antes de llegar al chequeo, dijo el chofer, el coyote, dijo: “Sálvense el que pueda, ahí ta La Migra, ahí viene La Migra”. No, nomás le abrí la puerta del camper y nos brincamos, nos fuimos. ¡Ocho nos escapamos!, todos los demás llegaban y les cerraron la puerta y los carros los bloquean. Y nosotros nos alumbramos. “¡No corran y párense!, ¡y no corran nombre!, ¡ah no corran!”. ¡Y nos pelamos ocho! Amanecimos, iba un camión militar pa cuando amaneció, y ya amaneció y ya le dije yo, iba un hijo mío de cuando me pararon. “Cálmese hijo”, le dije, “¿sabes qué?, aquí no”. Les dije a todos: “Aquí nos vamos a encontrar cada quién con su gente porque somos muchos y nos van a cachar luego luego, La Migra. Nosotros nos vamos a ver a dónde llegamos pa ver quién nos lleve más delante”. Y no querían, pos es que no conocían, que no. Se nos pegó uno de Canatlán.

LM: ¿Cuántos años tenía su hijo?

JC: Juan tenía como unos catorce años.

LM: Estaba chico.

JC: Sí, estaba chico, sí. Entonces se nos pegó uno de Canatlán, dijo: “No sea malo”, dijo, “yo me voy con ustedes”. “Ándele pues, nomás usted”. Y ya se fue con nosotros. Y nos fuimos caminando, nos dijo un señor que andaba ahí trabajando, dijo: “Váyanse aquí derecho, en unas tres, cuatro horas va a ver una tienda”. Pos ya mire, andaba barbechando así, cultivando una cebolla así, y le dije: “Vamos a llevar agua”. Dijo: “Ahí está un galoncito señor, pa que lleven”. “¿No tiene más?”. Dijo: “No tengo más”. Le dije: “Nos va a hacer falta agua”. Entonces yo corté un viaje de cebolla así de rabo, dijo, Juan, me dijo, y el otro, el otro muchacho: “¿Pa que quieres cebolla?”. “¿Qué no comes?”. “Que no, yo no como cebolla”.

LM: Pos sí.

JC: “No que sí, cómo no. Bueno, ta bien me las llevo”. Me dio un bonche de cebollas así un… Caminamos, teníamos unas tres, cuatro horas caminando, comiendo cebolla. Así de perdida ya allá no comprábamos cebolla.

LM: Mire.

JC: No, cuidado y luego que se nos acabó el agua.

LM: Y, ¿era puro desierto?

JC: Pos sí, nomás que era bajito el lomo, bajito, pero se nos acabó el agua bien, muy calmado. Llegamos a la tiendita ahí y ahí ya nos compré un café con pan ahí. Estaba, andaba un señor ahí de Deming, quien atiende la caja ahí y hablaba muy poco el español, pero sí me entendió. Dijo: “A las cuatro yo me los llevo a Deming”. Pos nos fuimos a Deming. Y ahí nos dejó en una gasolinera, estaba un mexicano en la gasolinera y el señor lo conocía, dijo: “Oyes, ¿dónde agarramos un camión aquí para, de California o pa Colorado, o pa onde sea?”. Dijo, llegan hacía así, dice: “Agarra esa calle y se van a las cuatro bloques”, dijo, “ahí están los camiones que van pa California a traer verduras y ahí se van en uno de esos”, y ahí va.

LM: ¿De raite o qué?

JC: Sí, nos llevaba y ya íbamos a pedir ride, pos como a las tres cuadras nos alcanzó una moto de un emigrante, él mismo nos echó La Migra, porque el emigrante… Sí, el de la perrera, era un tal Francisco. Dijo: “¿Pa qué le dijeron, al de la gasolinera?”, dijo, “es mexicano, ése entrega a la gente, él fue el que nos avisó que aquí venían ustedes”, dijo La Migra.

LM: Mire. ¿Y luego?

JC: “Otra vez que vengan, no anden llegando con ese alcahuete ahí.”

LM: Eso les dijo. ¿Quién les dijo eso?

JC: El de la perrera, porque el emigrante era un policía, pos a lo mejor el de la perrera también, pero era mexicanote de a tiro, y dijo: “Nunca le anden dando a esa zona, ni anden llegando ahí, él mismo le echa la, le dan un tanto ahí por cada, por cada mojado”.

LM: Mire.

JC: Pos ya nos echaron a Palomas, nos echaron para afuera en la noche.

LM: Y, ¿dónde los echaron en Palomas?

JC: Ey, nos echaron por Palomas.

LM: ¿Dónde está eso?

JC: Aquí de Deming, aquí ansina así, cerquitas ahí.

LM: De lado de México, ¿qué hay?, ¿cómo se llama?

JC: Palomas también, también ey. Es fronterizo ahí, yo creo.
LM: Bueno don Juan, quiero ya para finalizar, quiero que me platique nada más en qué año regresó usted a México ya para quedarse definitivamente allá.

JC: ¿Qué ya no vine?, pos, ora verá, el [19]84.

LM: El [19]84.

JC: El [19]85. Entonces ya fui yo a, fuimos allá a Washington por las cartas pa arreglar allá la residencia.

LM: ¿Solicitó residencia?

JC: Sí, entonces ya yo, me contraté en, aquí en El Paso, yo y un hijo mío.

LM: ¿En qué año le dieron su residencia?

JC: En el [19]80, ¿en qué año fueron la amnistía? En esa la amnistía, ¿se llama?

LM: Pos parece ser, ¿cómo supo usted que había amnistía?

JC: Porque ese año me vine de Durango aquí a Juárez. Y llegando a Juárez supimos que había y luego luego nos brincamos.

LM: ¿Qué les dijeron? Que a los que hubieran trabajado, o, ¿qué?

JC: No, el que quisiera, había mujeres que… Y cuando fui a Estados Unidos dice, contratado así le dan, arreglaban ahí. Ya arreglé yo y mis hijos y mis hijos todos, seis.

LM: ¿Seis de sus hijos arreglaron?
JC: Ey y luego ya, ya su familia de ellos y luego yo también a la mía. Yo a la mía apenas en junio éste que pasó arreglamos todos. Entonces, sí todos mis hijos.

LM: ¿Fue difícil?

JC: Pos siempre, esperamos como, pos desde el [19]94, hasta el, hasta éste año pasado.

LM: ¿Cuáles?

JC: Ocho años casi para esperar la cita.

LM: ¿Qué siente usted de haber sido bracero?

JC: No, pos, ¿como qué le diré?

LM: ¿Se siente bien, se siente mal?

JC: Sí, no, me siento bien. Era una vida muy diferente allá, bueno pos allá nadie nos morimos de hambre, claro, pero aquí es muy diferente ya, sí, aquí más a gusto.

LM: ¿Está orgulloso usted de haber…?

JC: Sí, cómo no.

JC: De estar aquí, de tener, de residente, pues.

LM: ¿Por qué decidió venirse a Estados Unidos?

JC: Por la crisis de allá, la mejor con que resist… cambiar de vida mejor, ¿verdad? Un futuro mejor y luego pa mis hijos también darle, pos crecieron aquí ya están en la escuela, fíjese.

LM: Qué bueno.

JC: Es un tesoro para ellos la escuela, es una herencia de por vida que les da uno, ¿verdad?, en la escuela, sí y por eso.

LM: ¿En qué año se vino ya definitivamente ya aquí a Estados Unidos?

JC: Hace seis años. ¿Cuántos serán?

LM: Hace seis años son, ¿en [19]97?

JC: En [19]97, [19]96.

LM: [Mil novecientos] noventa y cinco más o menos, muy bien.

JC: Ya estamos aquí ya residiendo aquí.

LM: Si alguien lo llama bracero, cuando lo llaman bracero a usted, ¿usted qué siente?
JC: No, pos sentimos, me siento orgulloso porque pos yo fui bracero y vine a trabajar aquí a Estados Unidos. Y yo me ayudé mucho, como bracero.

LM: Podemos decir que sus recuerdos, ¿son positivos?

JC: Sí, cómo no, es cierto eso.

LM: ¿Cree usted que el haber sido bracero cambió su vida de alguna manera?

JC: Pos sí, sí cambió. De ahí para acá empezó a cambiar mi vida ya, sí. Me acuerdo yo que iba uno de bracero de aquí y éramos todos de llanta, de hule, los huaraches. Llegamos al rancho en la noche y así en otro día andábamos usando, así estrenando huaraches de hule de llanta.

LM: Mire.

JC: Pos cuáles zapatos ni qué nada, usábamos huaraches de cuero allá.

LM: Allá.

JC: Ya después ya de hule, no pos encantados de la vida, le entramos a la despensa por la puerta.

LM: Muy bien don Juan, pues, pues quiero agradecerle don Juan este tiempo que nos regaló, que nos compartió sus experiencias para nosotros es muy valioso, muchas gracias.

JC: ¿Qué es lo que se logra con estos, con estas entrevistas? Así con la gente como bracero, con el tiempo, ¿qué es lo que se logra o qué, o cómo?

LM: Pues…

JC: ¿Para qué es esto, o qué?

LM: Estamos recabando sus comentarios, experiencias para conocer el lado humano de la experiencia, ¿verdad? Las cosas que nadie pregunta, que nadie platica, ¿verdad? ¿Algo más que nos quiera agregar para finalizar?

JC: No, pos muchas gracias, muchas gracias por haber venido y estamos a sus órdenes.

LM: Muchas gracias. Con esto vamos a dar por terminada la entrevista.

JC: Muy bien.




Fin de la entrevista

Interviewer

Martinez, Laureano

Interviewee

Cossio, Juan

Location

El Paso, Texas

File Name Identifier

Cossio_ELP008

Citation

Martinez, Laureano and Cossio, Juan, “Juan Cossio,” Bracero History Archive, accessed November 25, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/66.