Paulino Martínez

Title

Paulino Martínez

Creator

Martínez, Paulino

Date

03-06-23

Subject

bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Paulino Martínez

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini Disc

Duration

1:34

Bit Rate/Frequency

24 bit
96 k

Transcription

Nombre del entrevistado: Paulino Martínez
Fecha de la entrevista: 24 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Violeta Domínguez

El día de hoy es 24 de mayo y ésta es una entrevista con el señor Paulino Martínez en Del Valle.

PM: Sí.

VD: Texas.

PM: Río Valley.

VD: Aquí en ciudad Del Valle.

PM: Río Valley, Texas.

VD: Yo quiero decir que es Austin, pero ya no es.

PM: Sí.

VD: Señor Paulino, déjeme preguntarle, pos para comenzar por el principio, ¿dónde nació usted?

PM: Bueno, mire, yo nací en Venaditos, Ojocaliente, Zacatecas, el [19]40.

VD: ¿Sus papás a qué se dedicaban?

PM: A la agricultura.

VD: ¿Tenían tierras propias ellos?

PM: Pos era tierra de ejido, ejidos. Pero sí, cada quien tenía su parcela para sembrar.

VD: Y, ¿se acuerda qué sembraban?

PM: Sí, sembrábamos maíz y frijol.

VD: ¿Sembraban para vender o nada más para…?

PM: Para comer y cuando había así de sobra, pos vendíamos, vendíamos pues una parte. De ahí sacábanos pa gastos y de algo así que se ofrecía. Y ya de ahí pos yo fui creciendo, ¿vedá? Y ya fui yo este, pos ya también como con fines ya de venir para acá, ¿vedá? En aquel entonces, cuando ya empezamos a, que empecé a crecer y que empecé a ver que toda la gente, todos los muchachos de mi edad, ¿verdad?, o más grandes, daban primero el servicio militar y teniendo ya la cartilla que decían, la cartilla ya liberada, ya con esa cartilla ya podía uno venir para acá. Era como un comprobante ya muy bueno para uno. Y casi todos, todos le tirábamos a dar servicio, para poder venir para acá.

VD: ¿Dónde le tocó a usted su servicio?

PM: A mí me tocó dar el servicio en Ojocaliente, Zacatecas, sí. Nada más que como en aquel entonces había munchos, mucha, digamos, así que daban servicio, ¿vedá? ¿Cómo le dijera, cómo se dice?, Conscritos, croscritos, algo así.

VD: Los conscriptos.

PM: Sí, bueno, entonces nosotros agarrábanos más cercas un rancho que se llama Pastoría, [es]tá cercas de ahí de con nosotros y había un instru[c]tor que él nos, cada ocho días, los domingos, nos daba instrucciones ahí. Y cada primer domingo del mes íbanos a Ojocaliente, como a que nos… Era como unas, ¿cómo le dijera? Como unas, pos era como ir así a fuerza, ¿vedá? Como para ir a dar servicio, para que nos vieran a ver si íbamos más o menos bien de las instrucciones que nos daba el otro señor. Y cada mes íbamos, cada primer domingo del mes íbamos. Y entonces ya cuando cumplimos el año de dar servicio, [en]tonces sí ya nos liberaron la cartilla, nos la dieron y ya entonces sí ya fue para venir. Pero como, ora verán, en ese tiempo que ya me dieron la cartilla, entonces empecé a venir para acá, se me hace que fue en el [19]61, no me acuerdo bien bien. El [19]61 o el [19]62, que jue ya cuando empecé a entrar aquí pa venimos aquí a Arkansas a piscar algodón, ahí [es]tuvimos en el algodón y ya de ahí nos regresamos y entonces ya las otras veces ya juimos allá pal lado de Los Ángeles a un lugar, a un valle que se llama el Valle de San Joaquín. Pa allá anduvimos piscando, hay muchas, en ese tiempo había muncha verdura para allá, había munchas, digamos, diferente verdura. Había lechuga, repollo, chile, tomate, cebolla, zanahoria, bueno, había de diferentes verduras. Y ya este, nosotros andaban en el tomate también, el tomate. Entonces anduvimos, la primer vez que juimos anduvimos en un grupo como de unos dieciocho, éramos poquitos, como de dieciocho. Entonces nos llevaban en un camioncito al field a trabajar pues allá al tomate y ya entonces de ahí ya nos regresaban en la tarde y ya cuando regresábamos ya nos tenían la cena ya. Porque nos asistían ahí, y ya este, en la noche ya que llegábanos ya tarde, nomás nos bañábanos, cenábanos, ya a dormir. Otro día por ahí como a las cinco de la mañana, nos llevaban de vuelta, porque el camioncito ese [es]taba, era chico y echaban dos viajes. Nos íbanos, nos llevaban a unos y luego venían y llevaban a otros pero éranos poquitos. Entonces ya se ofrece de que cumplimos el contrato y nos regresamos pa México. Y luego volvimos a ir de vuelta pa ese mismo valle y en esa segunda vez ya fue cuando me tocó estar en un campo grande, pero no recuerdo exactamente cómo se llamaba ese campo. Estaba arriba de una loma, parece que le decían que el Campo de la Loma, no estoy seguro, pero ahí había como mil gentes, como mil personas. Era muy grande ese campo y había un pueblito así abajo, que bajábamos a, pos ahí nomás a hacer compras por ahí, ¿vedá? A comprar algo y nos regresábanos y así andábanos, pero taba cerquitas, nos íbanos a pie. Por eso, cada rato íbanos al pueblo, pero no me acuerdo cómo se llama ese lugar, cómo se llama el pueblito ese.

VD: ¿Qué le tocó ahí en…?

PM: Ahí nos tocó, es cuando le digo que había munchos grupos de, así de personas que unos iban al betabel, otros iban a la lechuga, otros al repollo, otros al chile, otros al tomate, otros a la zanahoria y así. Cada quien tenía su grupo y había camiones, eran como trocas de, en ese tiempo las trocas taban tapadas así como con lámina, así bien arregladas y en medio le ponían asientos y en las orillas, pa que la gente fuera sentada y así era como nos transportaban al trabajo. Ya cuando llegábamos al trabajo, ya bajábanos, si andábamos en la zanahoria este, nos ponían la luz así derecho [d]on[de] taban los montones de los costales y teníanos que correr derecho al montón a agarrar costales, porque si no corríamos, no alcanzábamos costales pa echar la zanahoria.

VD: Y, ¿qué pasaba con los que no alcanzaban?

PM: No, pues batallaban, mandaban por ahí de a cinco, de a seis costalitos, mientras de que habían, venían más. Y el que alcanzaba, por ejemplo, si yo alcanzaba, los que más o menos alcanzaba a llenar en todo el día, pos yo ya no iba a traer, nomás que taban muy mojados, taban húmedos porque toda esa zanahoria la metían a la canería. Y ésa la echaban con todo y costales y cuando los sacaban, iban todos mojados, llenos de agua, escurriendo. Dejaban los montones ahí y ahí se escurrían y ahí iba uno a agarrar los costales como estuvieran. Nomás la buena era agarrarlos, alcanzar costales. Y ya de esa manera, de ese modo pos agarraba uno los que más o menos tanteaba llenar y ya iba allá, iba. Entonces ya en la tarde ya nos regresábanos de vuelta al campo, ahorita a esta hora más o menos que ya llegaba toda la gente, haga de cuenta que era un pueblo ahí.

VD: En el campo.

PM: En el campo, porque taba muy grande, era muncha gente. Unos tocando radio, otros jugando allá a la pelota, otros tomando cerveza, bueno, había de todo ahí. Y taba muy grande ese campo. Entonces ya cuando regresamos nosotros ya de ese lugar, del trabajo, entonces ya jue cuando… Nomás que no me acuerdo qué año jue, cuando mataron al presidente aquí en Dallas, a Kennedy.

VD: ¿Qué fue, [19]63?

PM: Pos yo creo que sí, por ahí más o menos.

VD: A mí se me olvida este año, creo que el [19]63.

PM: El [19]63.

VD: [Mil novecientos] sesenta y dos, sesenta y tres.

PM: Sí, sí, por ahí. Bueno, cuando mataron al presidente, nosotros ya íbanos de regreso pa México, tábamos en Caléxico y cuando tábanos pasando ya para Mexicali, entonces se oyeron las noticias de que lo acababan de matar aquí en Dallas. Pero como, bueno, nos dimos cuenta porque en ese tiempo todos los braceros que iban o veníamos a cuál, más queríamos llevar, buenos radios, ¿vedá? Porque en ese tiempo era el tiempo de los radios. Llevábanos un radio según que tocaba recio, nos gustaba que tocara, que sonara recio, pues. Y a cuál más se oían las noticias que esto y que lo otro, porque en ese tiempo, en ese rato que pasó eso, el presidente de México, en ese tiempo, pues taba este, ora verás, este López Mateos, taba López Mateos de presidente cuando mataron a Kennedy aquí. Entonces por orden del presidente de México mandaron cerrar todas las fronteras y a nosotros, bueno, nos tocó salir poquito adelante cuando cerraron las puertas ya. Nosotros sí alcanzamos a salir pa México, pues. Entonces ya de ahí empezaron, pos sí, digo, pos las noticias de cómo había estado, de cómo, qué había pasado y todo eso y bueno, de rato ya anunciaron también que ya lo habían abierto porque ya habían agarrado al que lo había matado. Y abrieron de vuelta y empezó la gente a salir. Y en ese año, me acuerdo, yo tengo presente, porque pues ya íbanos de regreso, ¿vedá? De aquí de Estados Unidos, cuando se dieron las noticias de eso, de que mataron a Kennedy y pues digo, pos no se me ha olvidado eso, nomás digo, pos no me acuerdo ni qué día ni qué año, pero me acuerdo que íbanos pasando pa allá pa juera en ese rato, en esa mañana.

VD: Y, ¿qué decían los braceros, señor Paulino, qué se decía entre la gente?

PM: De la muerte del… Bueno, pues no, digo, casi no se oía que comentaran algo, ¿vedá? Nomás oía uno las noticias, pues la gente, digo, pos algunas sí decía como que no había estado muy bien eso que hicieron, porque hasta eso querían muncho a ese presidente allá en México porque ayudó muncho pos al tiempo ese que [es]tuvimos viviendo en ese entonces. Cuando estuvimos viniendo para acá y pos era, como que sí cooperaba muy bien con México y pos era, creo que hasta muy amigos del presidente de México y éste de aquí. Según eso, platicaban que habían estado creo que en la misma universidad estudiando juntos. Ya se conocían y ya cuando jueron presidentes, ya eran amigos ya viejos, ¿vedá?, de muncho tiempo. Y la gente pos no, pos nomás decía: “Pos que mataron al presidente, que mataron al presidente”. Pos nomás era lo que decía la gente, pero algunos sí, sí comentaban, este…

VD: (estornudo)

PM: Salud.

VD: Gracias.

PM: Sí comentaban de eso, de la muerte del presidente. Y no, ya le digo este, de esa historia pos digo, eso no se me ha olvidado, me acuerdo de esa ocasión de que pues, una fecha muy memorable, ¿vedá? Para cuando ya íbanos pa atrás nosotros ya de regreso y por eso le digo yo que esa vez no se me olvida, la tengo presente. Nomás como le digo, pos yo no me acuerdo bien de los lugares donde estuvimos, nada más lo que hacíamos, lo que trabajábamos y lo que… y la gente que habíamos ahí en el campo ese. Las barracas ahí que rodeaban así alrededor taban llenas de gente todas. Y en ese tiempo tábamos yo y mi suegro, porque yo y mi suegro fuimos compañeros cuando estuvimos aquí en Arkansas y cuando estuvimos las dos veces allá pa el lado de Los Ángeles, allá pal Valle de San Joaquín. [D]onde íbamos de compañeros yo y mi suegro y un cuñado mío y otro conocido de ahí mismo del rancho, éramos cuatro. O cabe decir que éramos cinco, pero juntos estábanos cuatro. El otro andaba, estaba también ahí, pero era, taba en otra barraca él ahí pero también era de allá mismo. Entonces ya nos, ya cuando nos fuimos pa, que ya íbanos pa México pos este, agarrábanos el tren ahí en Mexicali hasta Guadalajara. De ahí agarrábamos el tren y pos no, pos todo el tren iba lleno de pura gente que iba pa México, de los que andaban trabajando acá de este lado. Y ya cuando ya se, pos sí, digo, que ya llegaba uno, pos llegaba uno pos contento a su casa, a su tierra, porque volvía de vuelta, que regresaba bien o aunque a veces pos sin dinero pero como qu[i]era dijera uno pa atrás. Porque hasta eso, no nos pagaban muy bien entonces. No le quero mentir, porque no me acuerdo, pero parece que los, los costales de zanahoria que piscábamos así de, nos lo pagaban como a $0.14 centavos, el costal así. Así es de que el que piscaba unos cien costales, pos apenas $14 dólares, era poquito, o $0.16 centavos, según como estaban… Y no, hasta eso no, pos casi ni hacía uno dinero, pero como quiera ya era mejor que, de todos modos que allá en México, porque allá ni trabajo teníamos. Venía uno porque pos decía, ni siquiera pa alivianarse uno un poquito. Y así jue como [es]tuvimos yendo, pero como le taba diciendo el otro día, pos yo la mera verdad casi, pos no, no jui munchas veces. Yo nomás jueron esas poquitas veces, pero…

VD: Pero fueron varias de todas formas.

PM: Pues sí, no le quero mentir, sí jueron tres, sí. Pero se me hace que jueron como cuatro, pero de tres sí me acuerdo. Y mire, también este, el otro, ahora que fui a México yo le pregunté a un señor de los que anduvimos juntos aquí en Arkansas, le digo: “Oiga, bueno, pero yo no me acuerdo con qué nos pagaban, si nos daban dinero en efectivo o nos pagaban con cheque. Yo no me acuerdo”. Dice: “No, nos daban cheque. Acuérdese que los íbanos a cambiar ahí”. “Pos no”, le digo, “pos no me acuerdo”. Y es más, no tengo ni siquiera nada de, digamos, un comprobante o algo, nada de eso. Yo creo que así como agarraba uno el cheque, lo echaba a la basura y nunca guardó uno algún papel. La mica esa que le digo, esa era la única que tenía yo ahí. Ésa me la dieron en Hidalgo, ahí en la frontera con Reynosa. Ahí jue onde me la dieron, pero pos él me platica que cada vez que veníamos nos daban una mica y yo no me acuerdo de las que me haigan dado, pero de ésa sí, tenía una de ahí de Hidalgo.

VD: ¿La que rompió?

PM: La que rompí. Y eso, pos ésa la vine rompiendo porque como cuando nos contrataban para acá. Bueno, allá vamos a decir, como en Monterrey, que era el centro de contratación, uno, otra Chihuahua; otra Empalme, Sonora. Cuando íbanos pa allá pal lado de Los Ángeles, era Empalme, Sonora. Cuando veníanos aquí pa el lado de aquí, de aquí este rumbo el que, el lugar que agarrábanos más cercas era Monterrey. Chihuahua también era pa venir pa este rumbo, pero en veces las listas de los braceros, como, ¿cómo le dijera? En veces que las pedían a Monterrey o a Chihuahua, las mandaban, pues. Y según a donde iba la lista, pos allá teníamos que ir. Bueno, cuando ya nos revisaban para, porque revisaban a uno, pos todo le revisaban a uno, todo. Ya cuando nos revisaban, entonces ya nos echaban en el tren, como por decir a Hidalgo, de Monterrey a Hidalgo. Entonces en Hidalgo, ya nos bajaban y antes de entrar a la foto, nos echaban como de ese polvo de avión en la cabeza, todo nos llenaba y venía uno todo desvelado y luego nos echaban en todo al polvo, nos quedábamos con la cabeza tamaña así, llena de polvo y blanco y todo feo, feo. Entonces…

VD: ¿Era pa desinfectarlo?

PM: Sí. Entonces ya cuando salíamos de ahí onde nos polveaban, entrábamos a la foto, nos iban a sacar la foto, pos salíamos todos pos así. Y así estaba la foto esa, le dije a mi señora: “No, ésta la voy a romper”. (risas) Por eso la rompí, pero nunca pensaba que la iba a ocupar así, que se iba a necesitar.

VD: Claro, sí.

PM: Pero ya le digo yo este, comprobantes o así que tenga alguna identificación, esa era la única que me quedaba y ya no tengo más. Este, yo no sé si podrá uno, como, oí que dijo una vez usted que a la mejor podía hallar su nombre en las listas donde está[n] los braceros, ¿vedá?

VD: Sí, pos para saber. De todas formas le digo que mucha gente como usted no tiene, no tiene el papel…

PM: Sí.

VD: No tiene nada así, pero pues sí, ésa es la idea. La idea que a ver si eso es posible y… Pero bueno, don Paulino, déjeme regresarme un poquito. Le quiero preguntar yo del tiempo en el que usted, antes de que se fuera de bracero, ¿usted fue a la escuela ahí en Venadito?

PM: Sí, sí, sí estuve yendo a la escuela, pero pues la mera verdad, pos en ese tiempo no, casi no, no aprendí, quero decir en una palabra. Yo [es]tuve yendo a la escuela de niño, duré casi como unos cinco, seis años ahí en el mismo año y nunca pude aprender nada. De ahí nos pasamos a vivir a Ojocaliente y mi papá ahí arregló con una maestra de que nos, pos sí, de que…

VD: Les dieran.

PM: Nos diera clase a mí y a un tío, pero ya tábanos viejos, ya grandes, pues porque…

VD: ¿Qué edad tenía usted?

PM: Mira, en ese tiempo tenía yo como unos trece años, trece, casi ya como catorce. Y era yo y era un tío mío y éranos más, pero eran de otras familias, ¿vedá? Éramos como siete, ya así de grandes, tábanos con los chiquitillos ahí y la maestra ahí nos taba enseñando, bueno a todos, pero nos agarraba más a nosotros, así en, como a estudiarnos más. Y ahí jue donde aprendí un poquito, un poquito, pero ya, yo ya aprendí ya grande.

VD: ¿A leer y a escribir?

PM: Un poquito, no sé muncho, pero aprendí más que lo, cuando taba allá chico en la escuela.

VD: Y, ¿en la otra escuela? En la primera, ¿era una escuela que había ahí en el pueblo?

PM: Sí, en el rancho.

VD: ¿En el rancho?

PM: Sí.

VD: Y, ¿se acuerda [si] el profesor era de ahí, el maestro?

PM: Sí, el profesor era, pos no era de ahí, pero al último casi sí fue de ahí. Ahí se casó en el rancho ese, sí. Ese señor, ese maestro se llamaba Melesio Reyes, ése jue el que nos dio clase a nosotros, bueno, a los de mi edad y otros más grandes. Nomás que como en ese tiempo taba todo, nos tenían a todos revueltos ahí, los que sabían más y los que no sabíamos, ahí tábanos todos juntos ahí. En ese tiempo lo que había era que sí lo cacheteaban a uno los maestros. Nomás no les gustaba algo que hiciera uno, que dijera alguna cosa, y le daban cachetadas a uno o con la regla que traían le pegaban.

VD: ¿Dónde le pegaban con la regla?

PM: Pos en veces en la cabeza, en veces con la mano en la cara, así. Pero en ese tiempo yo creo así se usaba o era la costumbre, no sé, ¿vedá? Pero así pasaba, así pasó en ese tiempo que yo estuve en la escuela. Y no, pos ya después, ya le digo, nos cambiamos al pueblo y ahí yo, cuando ya aprendí un poquito.

VD: Y, ¿por qué se cambiaron al pueblo?, Ojocaliente me dijo que se llamaba.

PM: Sí, se llama Ojocaliente. Bueno, nos cambiamos a ese lugar porque bueno, pos no sé si será posible decirle, pero mire, mi papá [es]tuvo preso en Zacatecas. Él [es]tuvo preso en Zacatecas. Entonces ya cuando, ya tenía como unos dos o tres años este, entonces pidió el cambio a Ojocaliente, que era el municipio, porque Zacatecas es el estado, ¿vedá? Este, Ojocaliente es el municipio. Entonces ya cuando nos, nos pidió el cambio él para Ojocaliente, entonces nos juimos nosotros a vivir al pueblito ese y jue del modo que estuvimos ya viviendo ahí. Será como unos, pues sería como unos tres años.

VD: Ándele, don Paulino, ¿cuántos hermanos tiene usted o tenía?

PM: Bueno este, de los hermanos que hemos sido, somos tres hermanos y son tres hermanas.

VD: Y, ¿usted es de los más grandes?

PM: Sí, yo soy el mayor de ellos, de la familia de mi papá, de mis papases.

VD: Oiga, don Paulino y, ¿le puedo preguntar por qué estaba preso su papá?

PM: Sí, cómo no. Es que mire, mi papá le pegó a un señor, le pegó con un cuchillo y pos no se murió luego luego el señor, pero de eso se murió y por eso estuvo él preso. Y jue el motivo de que nosotros también andábanos batallando, sufriendo, ¿vedá? Todo eso. Y cada ocho días cuando estábamos en el rancho este, cada ocho días íbamos a llevarle gordas a él, que se echara unas gorditas así chiquitas, pero gruesas y se las llevábanos allá donde estaba cerrado. El lugar ese se llama Santo Domingo, todavía subsiste ahí ese lugar, nomás que ya no como cárcel, ¿vedá? Ya es como un museo ahí. Nomás que es una iglesia también, que estaba ahí en el penal ese. Y así se llama la iglesia, Santo Domingo. Y así se llamaba también el lugar ahí donde estaban presos. Ya no, parece que ahorita ya es museo ahí.

VD: Y en ese tiempo que su papá estuvo preso, ¿su mamá qué hacía, don Paulino? Para…

PM: Bueno, mire, como ella pos andaba batallando también, lavando por allá ajeno o así haciendo pos algún trabajo así de las casas, ¿vedá? Pa que, pos pa sostener a los más chicos y yo no, pos ya era el mayor, a mí ya me traían ya también ya haciendo algo por ahí trabajando. O así cuando nos, cuando nos íbamos así al pueblo, o sea como para ir al pueblo cada ocho días, necesitábanos de, pos de perdida como $5 pesos.

VD: ¿Para el transporte?

PM: Sí, porque el camión cobraba $1.40 por cada uno pa ir y $1.40 pa venir. Entonces pos no era mucho, pero no había de dónde agarrarlo, dónde sacar. Y así de que abuelito tenía este, el modo de pos de que sembraba. A veces nos ayudaban ellos para ir, pa venir y a veces mi papá también hacía canastas ahí en donde estaba preso y de ahí sacábamos pa, también nos traíamos de allá pa vender así y así era del modo que la tábanos pasando.

VD: Y, ¿usted en qué trabajaba en ese entonces?

PM: Bueno, mire, yo taba chico todavía. En ese tiempo nosotros trabajábamos en, así como en, en lo de nosotros. Por ejemplo, en el campo, si había cosecha, pos andábanos ahí con mi abuelito ayudándole a cortar frijol, a cortar maíz, así, cosilla más liviana que podía uno hacer. Y cuando no había nada de así ya de trabajo, pos no había uno mas qué hacer nada, mas lo que era en la labor, la agricultura y era lo que hacíamos, bueno, yo, ¿vedá? Que era el mayor de los, de mis hermanos.

VD: ¿Ahí en esa zona no había más que…?

PM: No, no, ahí no había más de lo del puro campo, lo que había nomás de cosecha y así todo eso. Cuando había tunas, que había mucha tuna, también nos ayudábamos porque en ese tiempo, entraban muchas trocas a comprar y ya en ese tiempo, ¿vedá?, este, nos agarrábanos unas diez o quince rejas que le nombraba, unas cajas así de esas rejas grandes. Las llenábamos y era también donde agarrábanos dinero.

VD: Y, ¿las nopaleras estaban ahí afuera o estaban en su tierra?

PM: No, estaban afuera. Nomás que sabe que estaban como, bueno, era todo en común, ¿verdad? Por ejemplo, en tiempo de la tuna repartían el monte, daban por ejemplo, unos veinte metros de ancho, por todo lo que daba el monte este, de esta orilla hasta la otra y así era una cuerda, les nombraban cuerdas; la cuerda de fulano, la cuerda de mengano y así era todo repartido. Y también ahí nos ayudábanos muncho en eso de las tunas.

VD: Y, ¿cómo aprendió usted a cortarlas, don Paulino? ¿No se llenaba de ahuate?

PM: Sí este, las agarraba uno así sin nada, nomás así.

VD: Con la pura mano.

PM: Con la mano. Y luego la agarraba y con un cuchillo tranchete, que taba así.

VD: ¿Con un ganchito?

PM: Ándele, las agarraba y luego les iba picando así y así echarlas al bote. Y ya las espinas ya ni le hacían a uno, nomás se hacía una plasta y ya ni le calaban tampoco. Taba ya uno acostumbrado también a eso. No, allá ahorita sí, ya cualquier espinita ya le molesta a uno. Pero en ese tiempo no había este, guantes, pero los guantes no le ayudaban a uno porque no agarraba uno bien la tuna o la mallugaba. Y así con la mano no, así uno la iba despicando así la… Y era como, pos había una gente muy buena pa eso. Mi señora era muy buena pa despicar tunas y ansina digo, pos cada, en ese tiempo, pos todavía no nos casábanos, pero yo que taba en la casa y ella taba en la de ella, también allá en la de ella la traiban [traían] despicando. Y a uno también, pos era lo que se usaba en ese tiempo.

VD: Y eso es nomás en el tiempo, ¿cuándo es el tiempo de la tuna?

PM: Bueno, el tiempo de la tuna es agosto, septiembre.

VD: Con la lluvia.

PM: Sí.

VD: Y, ¿se acuerda de a dónde iban esos camiones con la tuna, don Paulino?

PM: Bueno, esa tuna la llevaban a Torreón, era una plaza muy buena pa la tuna en ese tiempo. Tanto la tuna Cardona como la de huerta, la fayuca, también, toda esa tuna iba pa Torreón. De ahí yo no sé si la pasarían más delante, nomás los que iban a llevar a cargar así trocas de tuna, eran de, iban pa Torreón, todos casi era Torreón la plaza a donde iban ellos a venderla. Y yo creo que sí era muy buena, porque viajes y viajes de tuna sacaban ahí de ese, del rancho de nosotros y todas pa Torreón, pa Torreón. Sí era muy bueno el tiempo ese de la tuna, porque sí se ayudaba uno también muncho. Taba barato todo, pero también se ayudaba uno bastante, sí.

VD: Con las tunas.

PM: Con las tunas.

VD: Y eso era cuando usted estaba jovencito.

PM: Sí, cuando taba yo todavía… Bueno, eso pasó cuando taba yo en la casa con mis padres, ¿vedá? Me casé y todavía siguió eso.

VD: ¿En qué año se casó, don Paulino?

PM: Mire, yo me casé el [19]59.

VD: O sea que tenía, ¿diecinueve años?

PM: Diecinueve años cuando me casé, sí. En ese tiempo taba dando yo el servicio militar ese que le digo pa que nos dieran la cartilla. Y ya cuando me dieron la cartilla, entonces sí ya empecé a venir pa acá, pero no luego luego, ¿vedá? Porque usted sabe allá había listas que luego luego se llenaban y no alcanzaba uno lugar y así pasó el tiempo. Pero sí, sí vine pa acá.

VD: Desde, luego del servicio.

PM: Sí.

VD: Y su esposa, don Paulino, ¿ella también era de ahí de Ojocaliente?

PM: Sí, también era del ranchito donde yo soy, también.

VD: Ahí la conoció. ¿Dónde la conoció usted?

PM: Ahí en el mismo rancho, ahí éramos pos del mismo rancho y luego vecinos ahí, sí. Sí, ahí fue donde nos conocimos.

VD: Y cuando se casaron, ¿a dónde se fueron a vivir?

PM: Bueno, mire, cuando nos casamos nos fuimos a vivir a… Fuimos en un lugar que se llama Búfalo, Chihuahua. Primero en Monterrey, sería como unos, de enero a… ora verá, enero, febrero, marzo, se me hace que hasta en abril [es]tuvimos en Monterrey.

VD: ¿Luego luego después de casarse?

PM: Sí.

VD: ¿Se fueron para allá?

PM: Sí, luego luego.

VD: ¿A qué se fue para allá, don Paulino?

PM: Mire, yo tenía un agüelito ahí en Monterrey que ahí vivía él y ahí vendía, él vendía elotes y yo pos iba a trabajar en la obra. Yo trabajaba en la obra cuando [es]tuvimos en Monterrey.

VD: ¿En construcción ahí?

PM: Sí, en la construcción. De allí ya nos fuimos para el estado de Chihuahua. Mi papá taba en el estado de Chihuahua trabajando también en el algodón. Ahí [es]tuve trabajando en el desahije y luego en el, en la pisca y en los riegos, bueno, ahí había de diferentes trabajos. Y eso fue el, ¿sería qué? Ya el [19]60, ya jue en el [19]60. Ya en ese tiempo que le digo, del [19]60, ya mi señora ya taba esperando un bebé, ¿verdad? El mayor. Entonces a mí me toca suerte, que por eso le digo que yo me acuerdo que yo fui más veces, vine pa acá. En eso hubo una lista de braceros, ahí donde estuvimos en el estado de Chihuahua, que me tocó también, me dieron un campo, ahí un lugar pa venir. Ya cuando regresé yo en octubre, noviembre, para atrás, así que ya iba de regreso, ya había nacido mi muchachito. Ya estaba, nació en octubre, también el día 30 de octubre. Ya cuando regresé yo, ya él ya había nacido. Entonces ya de ahí nos, pasamos unos cuantos meses ahí en ese lugar y de ahí nos fuimos al estado de Durango a la pisca del maíz, decía yo: “Todavía no veo mucho maíz ahí en ese lugar de Durango”. Y ya de ahí nos venimos ya de vuelta, de regreso pa el rancho. Se me hace que fue allá el [19]61, ya íbanos de regreso de vuelta pal rancho.

VD: ¿Con su bebé?

PM: Sí.

VD: ¿Con su primer niño?

PM: Sí, con el primero. Ya le digo, él nació en ese lugar que se llama Búfalo, Chihuahua, él está archivado ahí. Y pos ahí está todavía y él como quiera ya vive allá en Zacatecas, pero él tá archivado allá. Ahí se quedó archivado en Búfalo, Chihuahua. Y ya le digo, ya pues, ya de ahí ya empezamos de vuelta a sembrar ahí en el rancho y ya empezamos de vuelta a volver a, pos a quedarnos ahí, ¿verdad? Porque había años muy duros que no había nada y al mismo tiempo, ¿verdad? Pos se le echaba uno en duro, necesitaba uno, dinero pa comprar algo, ¿verdad? Y si no había cosecha, pos no había nada. Necesitaba uno de salir por ahí a trabajar, pero casi no salía uno. Todo era la pura cosecha, la labor que, digo, lo que sembraba uno, maíz, frijol.

VD: ¿Sembraban algo más ahí de verdura o algo más?

PM: No, era puro maíz y frijol. Sí, no había más, más de eso. Era lo único que se sembraba ahí en todo ese lugar ahí. Todo lo que era la ranchereada esa, era lo mismo. Nosotros ahí somos vecinos de varios ranchos y pos como quera, digo, pos ahí se conoce uno por ahí de uno que otro de los ranchos, ¿verdad? Pero todos, todos sembrábanos lo mismo, maíz y frijol. Ahí no había más cosas, así otra cosa qué sembrar. En San Pablo, que es otro rancho ahí vecino de nosotros, ahí hay una laguna y en esa laguna sembraban muncho trigo. Pero eso era allá en otro ejido, ¿verdad?, allá en otro lugar. No, nosotros no. Pero había veces que la laguna como que se secaba y así onde iba quedando la tierra, ahí era donde sembraban. Ya cuando se este, levantaban la cosecha por ahí en mayo, que cortaban todo el trigo este, ya llovía de vuelta, se volvía a llenar y así era como estaba ahí todo eso. Pero ya le digo, no, pos muy rara la gente que como ahí, que eran los únicos que sembraban así como trigo y como tenían rieguitos así de pocitos chiquitos, unos sembraban cortecitos ahí de chile, así, pero eso era en otro ejido, así en otro lugar. Y nosotros de todos modos nos ayudábanos porque nosotros cortábanos cuatro botes de tunas y los echábanos al burro y nos íbanos al pueblo ese, nos dábanos por digamos, dábamos las tunas y nos daban chile.

VD: Ah, los cambiaban.

PM: Los cambiábamos y ansina era también como se ayudaba uno ahí. Bueno, era una historia muy curiosa, una historia muy curiosa que unos de un modo y otros de otro. Unos llevándoles las tunas y otros allá dándonos chiles, cebolla, tomate, según de lo que tenían ahí ellos. Y onde quiera, onde quiera miraba usted los amigos así de conocidos de uno mismo, uno se iba para aquel callejón y otros por éste. Unos les vendían a aquéllos y nosotros a éstos y otros a aquéllos y así. Pero todos siempre trataban de como ayudarnos también.

VD: De cambiarse.

PM: Sí.

VD: Ándele. O sea que entonces, ¿usted estaba ahí en el rancho otra vez cuando se fue, se volvió a ir para Monterrey a contratarse?

PM: Sí, ya cuando volvimos ya de esa gira que dimos, ¿verdad? Como es, bueno, digo yo que gira, ¿verdad? (risas) Así como que ya regresamos, entonces sí ya empezamos a, como a tratar ya de, de enlistarnos, de que había listas de braceros. Pos yo voy a ver si me dan un campo. Íbamos y a veces sí nos daban, pero mire, lo más correcto es que mi suegro tenía mucha conocencia con unos señores que antes de que fueran del Gobierno, ya ellos ya se conocían. Mi suegro tenía conocencia de un señor que jue gobernador que se llamaba, ya murió, se llamaba Rodríguez Elías. Así lo conocía uno, por Rodríguez, José Rodríguez Elías. Ése jue gobernador de Zacatecas. Entonces este, mi suegro tenía, lo conocía a él y conocía a otro señor que era como pos, creo que le decían que era como diputado o algo así, pero era de la misma gente, de la misma camada del que era gobernador. Y por medio de eso, mi suegro iba y les pedía lugares y le daban y entonces él me convidaba también a mí.

VD: ¿Tenían que pagarle, señor Paulino?

PM: No.

VD: Al diputado.

PM: No, nomás pedíamos el campo y nos anotaban y era todo lo que hacían. No, nunca nos cobraban ellos. Y quién sabe si por ahí habría otros lugares que harían eso, pero ahí nosotros no. Como que eran este, no… Pos yo no recuerdo nada de eso. Mi suegro nomás iba y que: “No y que necesito ahí un campo o dos o tres”, los que, porque era yo y era mi suegro y eran como dos hijos de él que andábanos también así pos con la cuestión de venir, ¿verdad? Queríamos venir y sí, sí nos daba, sí le daban lugares y en veces pos nomás dos o tres o nomás dos o uno, pero sí le daban. Y así era como él me ayudaba también así con un lugar y ya nos alistaban y nos veníamos.

VD: Y, ¿ahí mismo les decían a dónde tenían que irse, a Monterrey o a Chihuahua?

PM: Sí, ahí nos decían pa dónde iba la lista ésa. Ya le digo, como una vez nos tocó a Monterrey, otras dos veces nos tocó a Empalme, Sonora. Y como todas, aquellos que iban a Empalme, Sonora, pues iban allá para Los Ángeles, allá Los Ángeles pa allá.

VD: En California.

PM: Sí, y los que venían pa acá no, o sea estos venían pa acá, digo, los que venían a Monterrey o aquí a Chihuahua, venían pa acá.

VD: Les tocaba de este lado.

PM: Sí, les tocaba pa este rumbo.

VD: Y, ¿se acuerda, don Paulino, del centro de contratación, cómo fue cuando llegó usted a Monterrey?, ¿se tardó mucho tiempo en que lo llamaran?

PM: Bueno, mire, cuando nosotros fuimos la primer vez ahí a Monterrey, no nos tardamos mucho, porque nomás era que metieran la lista y [es]tán luego luego como la metían luego luego, como por ejemplo, si hoy la metían, mañana le hablaban a uno, otro día.

VD: Rápido.

PM: Rápido lo metían a uno. Y había muncha gente en ese tiempo, había varias, varia gente que como no iba en lista, pos andaba batallando ahí todo aquello, a ver cómo entraba él. Y muncha gente, digamos, duraba muncho tiempo ahí en el campo porque no tenía el modo de entrar y en veces que agarraban así, como por ejemplo, que agarraban gente suelta, ¿vedá? Pos necesitaban una, como decir unos trescientos o cuatrocientos, pos ahí de los que andaban ahí. “Órale vente, ahorita puedes entrar”. Era del modo que entraba muncha gente, también así. Pero si no iba enlistado, batallaba muncho pa entrar.

VD: Y, ¿usted nunca llegó ahí sin estar enlistado?

PM: No, yo todo el tiempo fui enlistado. Bueno, las veces que fui, no fueron munchas, pero sí jui enlistado ya.

VD: O sea que usted llegaba ahí y casi al otro día lo llamaban.

PM: Sí, al otro, o otro día, dos días por ahí lo más, pero casi no, no duraba uno. Porque como le digo, había un encargado de los mismos que venían en la lista, que allá en Gobernación le daban la lista, dice: “Tú vas a encargarte de la lista y la vas a, tú te vas a encargar de meterla”. Y llegábamos y como le digo, ¿vedá? Cuando era muncha gente, pos eran varios camiones los que iban llenos de gente. Entonces ya, que ya llegaban todos, que ya taba toda la gente, entonces iban y la metían y luego luego le hablaban otro día a la gente.

VD: Y ya estaban.
PM: Ya luego luego. Por ahí dormíamos una noche ahí o mientras de que… Bueno, pa otro día o otro, a los dos días entrar, pero no durábanos muncho. Por eso yo pa mí no fue muy trabajoso entrar para acá, digamos, en durar pa entrar. Yo entraba, entrábanos muy rápido.

VD: Rápido.

PM: Sí.

VD: Y llegando ahí, en el campo de contratación, ¿ahí les hacían el examen médico?

PM: Sí, sí, ahí. Ahí nos hacían un, como una revisión y acá en, por ejemplo, en, en Mexicali, vamos a decir o este, quero decirle en Empalme, Sonora, que era uno de los centros de contratación. Ahí le checaban a uno los, bueno, una parte, ¿vedá? Por ejemplo, ahí lo revisaba el médico de todo. Si de ahí salía malo, ya no entraba pa allá. Entonces de ahí le hacían esa revisión y entonces ya cuando pasaba la revisión, entonces ya quedaba enlistado para salir, por ejemplo, a Caléxico, que era el lugar donde pertenecía allá el Empalme, Sonora. Ya en Caléxico ahí ya le daban otra revisada, así como por ejemplo, pos ya casi no era revisada. Y ahí ya nomás era polvearlo y echarle el polvo, ¿vedá?, para entrar a la fotografía. Y luego ya de ahí ya le daban el lonche y ya salía allá pa fuera.

VD: Oiga, don Paulino y cuando les tomaban las fotos, porque yo he visto que algunos tienen una foto, como con un palo aquí, ¿usted nunca vio que…?

PM: Sí, es que le ponían a uno algo aquí pa que se detuviera uno.

VD: ¿En el cuello?

PM: Sí, sí, pero pos yo veía que no, no a todos. No a todos, porque a mí no, no me hicieron eso. Yo nomás me arrimaba ahí ansina, yo creo sería como los más chaparros o yo no sé cómo estaría eso pero sí le ponían a uno así, pero sería nomás pa que [es]tuviera firme, ¿vedá?, que no se moviera. O no sé qué, pero no, a mí no me, a nosotros no nos hicieron eso. Nomás nos polveaban todos y ya pasábamos.

VD: Y, ¿su ropa también se la polveaban?

PM: Sí, porque había veces que le desabrochaba a uno la camisa y luego con el aire de la presión del polvo, le echaban a uno en la cabeza y luego todo le llenaban a uno. Ya no, salía uno sacudiéndose todo el polvo que le quedaba pegado ahí. Pos nomás una parte, de todos modos quedaba todo polveado.

VD: Y, ¿no le lastimaba ese polvo, don Paulino?

PM: Bueno, pos sí, yo no sentí nada en ese tiempo, quién sabe si… Porque también digo, pos no duraba uno muncho en… Llevaba uno al lugar donde ya lo dejaban y se bañaba y pues ya se le caiba [caía] el polvo o así la ropa que traía. Pero no era, taba curiosa la, todas esas revisiones que le hacían a uno, todas las polveadas que le daban y eso era en todo, en todos los lugares era igual. Sí había un médico que cuando le daba la primer revisión allá donde le digo, por decir en Empalme, ahí lo ponían, lo formaban a uno alrededor así de la barraca así. Munchos, no diga que nomás yo o no, no, todos los que cabían en la… Y empezaba el doctor desde, le miraba los ojos, los sentidos, la boca y luego luego volteaban pa allá y le aluzaban con la batería y luego lo volteaban pa acá y le checaban que no tuviera como rotado. Todo eso le revisaban, que no tuviera como hernias así. Le metían a uno los dedos, no, pos eso sí dolía mucho.

VD: Y, ¿a cada uno le iban revisando así?

PM: Sí.

VD: ¿El médico lo revisaba?

PM: A cada uno, sí. Sí, así lo revisaban.

VD: Y, ¿les avisaban, don Paulino, que les iban a hacer eso o nada más de repente llegaba el doctor y…?

PM: No, es que ésa era como decir ya una costumbre ya de… Ya se metían todos los que cabían ahí en la barraca esa, en el lugar ahí nos metían, ya todos teníamos que estar listos pa cuando llegara el doctor. Ya él ya nomás iba revisando de a uno por uno, de a uno por uno, hasta que acababa esos.

VD: ¿O sea que los ponían ahí a todos en una fila desnudos?

PM: Sí, desnudos sobre la pared, alrededor. Entonces pues le daba a uno vergüenza, porque había veces que había secretarias ahí en medio del… ¿vedá? Ahí de la gente. Y pos como quera no se le hacía a uno muy bueno eso, ¿vedá? Pero pos así estaba la, así tenía que ser. Ya cuando lo regresaban a uno, que de a uno por uno, que salía todo eso, entonces salíamos todos y entraban otros y así era como taban revisando todo.

VD: Y, ¿eran médicos, esos eran mexicanos?

PM: No, eran unos, eran como americanos. Sí, había unos que eran americanos de, pos era de la gente de aquí de la, de aquí mismo de este lado. Pero ya le digo, así lo revisaban a uno todo, todo le revisaban. Y pos ya se le hacía a uno una costumbre también de, pos de todo eso.

VD: Y, ¿cómo se sintió la primera vez que lo revisaron así y lo polvearon?

PM: No, pos mal, pos no está uno acostumbrado. Sí, mal, porque simplemente, ¿vedá? Pos va uno con los familiares. Oiga, yo iba con mi suegro, mi suegro aquí en un lado, yo en otro y otros, así todos juntos.

VD: Sus conocidos.

PM: Pos sí, pos no se le hace uno muy bueno, ¿vedá? Pero pos ni modo, así era. Pero sí, ya le digo, sí lo revisaban a uno todo, todo, todo. Y no se siente uno que digamos muy bien, porque sí, como mi suegro que llevaba a veces a los hijos de él ahí en un lado, pos también digo, no se sentían bien. Pero ya le digo, así era la ley, pues de la revisión esa. Cuando estuvimos en una revisión ahí en, aquí en Hidalgo, ahí taban unos señores, había, pos hay de todos, ¿vedá? Venía uno todo revuelto, de todos, México, ahí unos de Zacatecas, otros de Quintana Roo, por allá de aquellos lugares y había una… Entramos nosotros, yo y mi suegro a esa revisión y ahí estaba otro señor, parece que era de Oaxaca, no me acuerdo de dónde decían que era el señor ese. Y había veces que le, no, había veces, sino que tenían que sacarle un tubo así de sangre aquí de las venas. Y cuando ya le sacaban la sangre, ya este, ya quedaba, lo demás le doblaban a uno así con un algodón y ahí estaba pasando pa allá. Bueno, había un señor que le estuvieron sacando sangre y le picaban las venas de aquí, de aquí no le pudieron sacar sangre, no le salió sangre. Bueno, yo no entiendo cómo estuvo eso, pero tábamos, taba yo, taba mi suegro y taba otro y se me hace que otro y enseguida taba el señor ese así. Entonces ese señor, pos yo nomás lo vi que se cayó allí, pero dicen que traiba él una navaja y él mismo se picó, él mismo se pegó, nomás de ver que no le salía la sangre de, no le hallaron sangre. Sabe si se moriría el señor ése, ahí él mismo se pegó y luego ya este, le hablaron a la ambulancia, se lo llevaron, pero yo no sé si se moriría o viviría el hombre, se lo llevaron al hospital.

VD: Ándele.

PM: Ya no supimos más nada de él. Pero eso fue porque decían que no le habían hallado sangre. Yo no sé si no le hallarían las venas o quién sabe qué sería, pero de puro, así como de, sería de coraje, sería de… No sé qué sería, él mismo se pegó. Ya le digo, eso pasó también en una de las ocasiones que yo jui, que venía pa acá. Y quién sabe, el hombre se lo llevaron malo o sería muerto, sabe qué sería.

VD: ¿Ahí cayó junto a usted?

PM: Ahí cayó. Sí, cayó así adelantito donde estaba yo. Como a los tres, cuatro, estaba él así. Porque tábanos formados así como con la cara así pa allá.

VD: Oiga, don Paulino, y la gente, ¿a usted no le tocó ver a otros que se enojaban con los doctores cuando los estaban revisando o cuando los, que no les gustaba?


PM: Bueno, mire, yo nunca vi de eso, porque siempre uno andaba con, como luego dicen, pos sería con el miedo, con el temor o con la esperanza de que, salir bien, ¿vedá? Pa poder pasar. Pero yo nunca vi eso. Lo que sí vi de, fue que todos los que salían malos, sería de la sangre, a todos esos les ponían una ampolleta así de larga. Se la ponían y pos yo creo que les dolía muncho, porque había veces que iban y ya pa las ocho ya todavía andaban chuecos. Yo pienso que estaba muy dolorosa esa ampolleta. Pero les ponían esa inyección y ya con eso pasaban. No los regresaban tampoco, nomás les ponían eso y pasaban. Y sabe que al último ya, pos digo, muncha gente y muncha no, muncha no necesitaba eso. Muncha sí salía bien y pasaba sin problemas de eso.

VD: Oiga, don Paulino, entonces le tocó, la primera, bueno, cuando se contrató en Monterrey, ¿lo mandaron acá al algodón?

PM: Sí, sí me mandaban al algodón. Como le digo, yo ya había andado una vez antes, como le digo, que entré por Chihuahua, que jui en una lista de, de, pos de pura gente desconocida, ¿vedá?, que no era de donde yo, bueno, no nos conocíamos. Pero ésa también entré y sabe dónde fui a dar esa vez. Nomás me acuerdo que tábamos en los ranchos. Eso sí, nos llevaban a los ranchos, allá nos tenían las barracas, ¿vedá?, donde dormía uno, donde hacían, nos hacían el lonche o a veces uno mismo lo hacía, pero hubo veces que nos asistían. Nos cobraban un tanto, ¿vedá?, de lo mismo que trabajaba uno, nos descontaban y ya nos daban lo que era, lo que nos quedaba.

VD: Ay mamá. [Es]péreme que ya tiré aquí. ¿Se acuerda? Don Paulino, espéreme. ¿Se acuerda usted de la comida, cómo era la comida?

PM: Bueno, mire, cuando la hacíamos así en grupos nosotros mismos, pos era como por decir, papas, frijoles, era carne este, sodas, así como para refrescos de pa tomar, pues. Y así este, avena, hacer avena, atole de avena y así todo eso era la comida que comíamos.

VD: Y, ¿usted aprendió a cocinar por allá?

PM: Pos fíjese que no, nunca pude yo este, nunca traté de aprender o nunca quise aprender. Yo no supe, mi suegro era el que me hacía mi lonche y hacía pa los compañeros ahí. Era muy bueno pa hacer lonche él. Y yo no, fíjese, casi es una vergüenza eso, pero yo casi nunca pude hacer lonche. Malo pa hacer de comer.

VD: Y, ¿las tortillas quién se las hacía ahí?

PM: Bueno, mire, otros, porque cuando nos juntábamos así para, ¿cómo le dijera? Pa hacer lonche, unos lavaban los trastes, otros amasaban harina, otros limpiaban los frijoles, otros pelaban las papas, otros las guisaban, otro extendía las tortillas y otro hacía los tacos para cada quien y así entre todos. Pero cada quien tenía lo que iba a hacer.

VD: Su tarea.

PM: Sí.

VD: Lo que le tocaba.

PM: Lo que le tocaba hacer.

VD: ¿Dónde prendemos la luz, aquí, allá?

PM: Ora verá, déjeme ver si viene este muchacho porque la prendo ahí de un enchufe que está ahí atrás porque no tiene el, no tenemos luz aquí de apagador, entonces necesito enchufarle, sí.

VD: Ah, bueno, ahorita que venga le pregunto.

PM: Sí, al cabo ahorita que venga.

VD: Y entonces le tocó, le tocó el algodón que usted ya conocía.

PM: Sí, yo ya conocía yo el algodón, había trabajado en el estado de Chihuahua en el algodón.

VD: Oiga, don Paulino y además de su suegro, ¿o sea que su suegro se había venido como bracero antes de que usted viniera la primera vez?

PM: Sí, él ya había venido munchas veces.

VD: Y, ¿qué le contaba él de Estados Unidos?

PM: Bueno, él contaba, platicaba que pos había veces que les tocaba muy buenos trabajos, en veces no y en veces pos se batallaba, ¿vedá? Porque había lugares que ya habían metido por decir así gente a piscar, ¿vedá? Por decir, ya habían dado la primer mano en el algodón y luego ya se iban y luego llegaban otros y ya, pos ya, el trabajo ya taba donde habían empezado otros y ansina. Y había veces que no, pos el mismo trabajo no. Pos casi por lo regular, cuando no servía se regresaba uno pa atrás, iba uno a, por decir ansina, a La Asociación a decirles que, bueno, el patrón le decía a usted: “Ah, que yo ya quiero irme pa México, quiero que me lleve a La Asociación pa pos pa irme ya”. Tonces el patrón iba y lo entregaba ahí a La Asociación y ya ahí en ese lugar, ya había otros ahí que taban esperando ya que hubiera salida pa irse. Porque no nomás iba yo y ya me iba. No, tenía que haber, ya que se ajustara de perdida el camión que iba a salir pa…

VD: Que salieran juntos.

PM: Pa que salieran juntos, sí. Así es de que si faltaba gente, necesitaba usted estar esperando allá hasta que ya se completaban. Pero como muy seguido taba cayendo gente ahí, así es de que pronto se ajustaba el viaje y lo llevaban. Iban y lo entregaban a, pos bueno, los patrones lo entregaban a La Asociación y La Asociación lo entregaba, sería al Gobierno. Porque ya pa, mandaban el camión por decir así a Monterrey, digamos, a Laredo o a Ciudad Juárez o a Mexicali y ahí los bajaban. Ya de ahí empezaban ya a salir ya por su pie pa juera.

VD: Cada quien.

PM: Cada quien.

VD: ¿Nada más los dejaban en la frontera?

PM: Sí, nomás. Y ya le digo, yo no entiendo cómo estaría eso, cómo taría coordinado todo eso, porque pos allá también nos bajaban todavía como en lista, allá por las fronteras, pero ya cuando bajaba uno así que ya lo pasaban por lista, tonces sí va saliendo ya.

VD: Y acá, perdón, dígame.

PM: No, le iba a decir, taba curioso en ese tiempo de todos modos el…

VD: La salida.

PM: La salida, sí.

VD: Y acá con sus patrones, ¿cómo se llevaban ustedes, don Paulino, cómo trataban los patrones a los braceros donde usted estuvo?

PM: Bueno, pos como donde yo estuve, pos más o menos, como por decir, en los algodones, ahí nomás nos, llegábamos con la saca llena de algodón, la pesábamos, íbamos y la vaciábamos a la traila y nomás nos apuntaban las libras que eran, ¿vedá? Entonces así era cada, por decir así, cada, diario, diario. Y así iba quedando una lista, una lista hasta el sábado, viernes, que le hacían el cheque de lo que, de lo que piscaba. Pero que anduvieran diciéndonos que: “Éste no, que porque le echates muncho, muncha hoja o muncha basura”, no, hasta eso no nos decían nada de eso. Y hay gente que era muy buena pa echar basura, echarle basura, ¿verdad? Pa revolverle todo eso. Nomás que también yo creo dependía de la pisca que se iba a hacer, porque había veces que ya, que le nombraban que al pule, era ya con todo y todo, ya con todo y hoja, con todo y hierba, todo lo que agarrara y esa ya era otra clase de pisca. Pero cuando era el algodón así limpio, puro algodón, tonces pues piscaba puro algodoncito, ¿vedá? Pero ya cuando le daban, por decir así al pule, que le nombraban, no, en veces la querían echar hasta con todo y mata ya. Ya llenaban los costales de pura basura. Pero ése ya ansina allá era, ya, así lo querían ellos ya.

VD: Y, ¿sus mayordomos cómo los trataban?

PM: Bueno, los mayordomos venían siendo los mismos que nos pesaban ahí el algodón. Esos sí iban a decirle nomás que no dejara tantos, tanta pluma así de donde piscaba, del éste, de la, de donde está el capullo. Porque ahí abre la bellota ansina y queda abierta. Usted llega y agarra el algodón. Si no lo agarra bien, le queda por aquí un, un pegado y se queda como una pluma ahí ya y era lo que querían que no quedara…

VD: Esa pluma.

PM: Esa pluma ahí pegada, querían todo así. Ya cuando, como le digo, ya cuando piscaban el, así que, por decir el pule, ya eso sí ya iba todo, todo junto ya con todo y todo. Pero ya era, ya más, más diferente. Eso ya era, pues ya como le estoy diciendo, ya era cuestión casi echarlo con todo y mata ya.

VD: Y allá en California cuando estaba en la verdura, ¿sus mayordomos cómo lo trataban?

PM: Pos también unos más o menillos, eran medios corajudos porque querían, pos que echara uno buen, buen tomate, ¿vedá? Por decir, si piscaba uno tomate, que no echara uno ese tomate que está así como medio, así como que tiene una raya así por un lado o que tá medio así, como medio, ¿cómo le dijera? Como que no estaba parejito, ¿vedá? Que tiene en una parte como sumida, así que no está bien. Y ése no lo querían, querían puro tomate de primera, puro tomate seleccionado, ¿vedá? Porque ése lo querían, pos sería pa la canería también, pa molerlo. Y lo que, o sería pa la marqueta, porque ahí hablaban de marqueta, hablaban de canería. El que iba pa la canería, pos ése parece que era que el que iba todo chueco, todo reventado así. Pero ése, así lo quería que juera, ¿verdad? Y el que querían pa la marqueta, pos era, necesitaban que juera bien sanito.

VD: Era bueno.

PM: Bueno, pos no viene nadie, se me hace que voy a pararme a prender la luz.

VD: Le voy a detener.

(entrevista interrumpida)

VD: Me estaba diciendo de lo del jitomate.

PM: Sí, le estaba platicando, el mayordomo que teníamos en ese tiempo del tomate, quería que juera muy bien, bien llenas las cajas, que jueran muy bien, pos más o menos de un solo tamaño y que no tuviera así, por decir así, que tuviera manchas así.

VD: Rojito.

PM: Sí, que [es]tuviera sanito. Y era lo que a veces, había veces que iba usted poniendo las cajas, porque las cajas del tomate, nos daban un pedazo como de aquí, vamos a decir, como de aquí a la calle, un pedazo para ir volteando, pa ir piscando, pues. Y ya de ahí hacían como una, cortaban así las matas con una máquina, formaban un callejón y todas las cajas que iba llenando usted las iba poniendo ahí en la cabecera, pa cuando pasara el tráiler levantarlas, ahí las agarraba todas. Y ya cuando acabábanos ahí ese pedazo, entonces nos cambiábamos a otro y pues taba todo el, digamos, todo el tomate taba bueno, nomás que de todos modos había unos que sí, allá de vez en cuando salían medios malosillos y eran los que no querían. Y como uno andaba por lo que hiciera, pos uno lo que quería era llenar el bote. Ya cuando llenaba, o sea la reja, ya cuando llenaba usted la reja, iba y la sacaba y la ponía ahí la orilla. Y así todos, todos sacábamos la caja así pa donde iba, por donde iba a pasar el tráiler. Ya los que venían de allá pa acá, también ponían en la orilla. Y unos íbanos pa allá y otros venían y otros iban pa allá y otros venían así, como que hacían puros tramitos y a cada quien le daban a uno un tramo para piscar. Y luego ya de ahí este, poner las cajas en la orilla, en la cabecera. Y había unas calles largas que se hacían así atravesadas y todo eso eran puras rejas de tomate, entraba el tráile[r], cargaba éstas y daba vuelta por aquéllas y cargaba aquéllas. Y uno iba brincando, así brincando, hasta que acababa uno de piscar ahí el lugar ése. Pero era, pos era mucha gente, había veces que traían mucha gente y pues en un rato llenaban trailers y trailers de tomate, era muncha, muncho tomate el que piscábanos.

VD: ¿Ahí era donde, en el campo donde dice que había como mil en el campo?

PM: No, ése era otro.

VD: Ah, era otro.

PM: Sí, ahí donde había como mil gentes, ése era un campo muy grande. Ahí cada grupo tenía su trabajo, ahí anduve yo en el tapeo de la zanahoria, ahí me tocó tapear zanahoria. Digamos, el tapear zanahoria era como, pasaba una caterpila [Caterpillar] con unos ganchos así este, iba aflojando todo lo que era la tierra y la, lo que era la, lo que era toda la zanahoria quedaba suelta. Usted agarraba el manojo así de hierba arriba y luego la volteaba y empezaba a piscar, a cortar toda la zanahoria. La echaba al bote y ya que llenaba el bote, cuando se llenaba el bote era que ya se justaba el costal. Porque eran unos botes así de altos, desfondados de abajo. Metía usted la, la ésta, la…

VD: El costal.

PM: El costal abajo y entonces echaba la zanahoria aquí, ya cuando se llenaba el bote, nomás le agarraba el costal y se vaciaba el bote solo. Se quedaba ahí en el costal y ya parado. Ya quedaba ahí lleno y parado el costal, listo. Y por eso le digo yo que es, pos ése jue, ése, donde le digo que había muncha gente ahí. Y ahí nos, ahí había veces que nos ocupaban así, nos llevaban al tapeo y había veces que nos llevaban a hacer por docenas. La que era por docena era para la marqueta. Doce docenas era una, ¿sabe cómo le nombraban? Doce docenas era un manojo. Y ese manojo de doce docenas lo amarraba usted con un, con un hilo, alambre que le daban y ésa ya era una, ¿sabe cómo le nombraban? Y empezaba a amarrar otras, pero ésas eran doce docenas en cada manojo, cada manojo era eso. Y ésas sí eran de las buenas, porque tenía que ser seleccionada porque era pa marqueta ésa, ésa la llevaban a las tiendas. Y ésa otra no, ésa la llevaban que a la canería, que a molerla, que pa los, será pal jugo. Ésa no necesitaba que juera muy buena, pero ésa otra sí, la que amarraba por docenas. Y otra gentes hacían otros trabajos, por decir, iban a cortar chile o a cortar zanahoria, esta lechuga, repollo y otra clase de verduras, pero cada grupo, cada troca…

VD: Tenía su…

PM: Tenía su grupo. Ellos se encargaban de llevar la gente y de traerla hasta donde juera. Había veces que se iban unos hasta, como a las cuatro de la mañana, que iban lejos y ya en la tarde llegaban también, pero se venían temprano para llegar temprano a la hora de la cena.

VD: Oiga, don Paulino y usted nunca, ¿en los transportes nunca hubo algún accidente en esos camiones que los transportaban?

PM: No, no, yo no, bueno, cuando yo anduve, donde yo anduve, no. Se oía decir de otros, pero onde yo anduve, no. Sí, nunca, nunca nos pasó algo de eso. Todo el tiempo, le digo, Dios nos ayudó y anduvimos bien. Sí se oía decir de los demás, ¿vedá? Como gentes así de otros lugares que había, pos quién sabe qué una ocasión, pero esa vez no andaba yo pa acá, ¿vedá? Taba yo en México, por ahí como por en agosto, septiembre, por ahí pal lado de California, por ahí se mataron munchos. El tren los mató, quién sabe qué cosa pasó. Hubo munchos muertos, pero parece que, no sé cómo estuvo eso, pero el tren, parece que el tren fue el que los mató.

VD: Se los llevó.

PM: Sí, pero ya le digo, cuando, en donde anduvimos nosotros, no pasó nada de eso. Todo salió bien en ese tiempo que anduvimos.

VD: Y, ¿qué trabajo se le hacía, se le hizo el más pesado, don Paulino, de los que estuvo haciendo allá?

PM: Bueno, mire, de todos los trabajos que hice yo, el algodón.

VD: ¿Sí?

PM: Sí, el algodón se me hizo más pesado. Porque vamos a decir, como el tapeo de la zanahoria, pos ese anda sentado o hincado o así, ¿vedá? Y el algodón no, ese necesita andar agachado, todo el día agachado. Se cansa uno muncho de la cintura, bueno, de los trabajos que yo hice, porque aparte de eso decían que la lechuga era muy pesada, muy duro, todo el día andar agachado cortando la lechuga. No se enderezaban hasta que salían aquella otra calle de allá. Pero yo no anduve en eso, yo nomás anduve en el algodón, en la zanahoria y en el tomate, en esas tres, en esas tres clases de trabajo.

VD: Y, ¿el algodón fue el que se le hizo más…?

PM: Sí, se me hizo más duro, más pesado. Porque ahí si, si llena usted la saca, que le decíamos la saca, tá de larga como de aquí a la pared aquélla, echársela en el hombro y ahí va, llevarla hasta donde está la pesa. Y luego venir y luego seguir agachado todo el día, todo el rato que anda ahí. A mí se me hizo pesado ese trabajo, pero el tomate y la zanahoria no, o sea, no estuvieron tanto, no se me hicieron tan pesados.

2do: Buenas tardes.

VD: Buenas tardes. Y le iba a preguntar, don Paulino, ¿alguna vez tuvo algún problema en el trabajo?

PM: No, que me acuerde yo nunca tuve problemas del trabajo, no.

VD: ¿Había alguna queja frecuente entre los braceros?

PM: Bueno, que yo me acuerde no. No recuerdo yo de eso que, quién sabe si en algotros grupos o en algotras lugares, ¿vedá? Pero ahí onde anduve yo, nunca hubo alguna queja así de esas. Que yo me acuerde no, quién sabe si por ahí algún vecino o gente más, por ahí de otros lados.

2do: Con permiso, buenas tardes.

VD: Buenas tardes. Y don Paulino, ¿qué hacía en sus ratos libres en los días que tenía de descanso?

PM: Bueno, como los domingos que no trabajábamos, nos íbanos a los pueblitos más cercas ahí. Nos llevaba el patrón como a comprar algo así, pero casi no, casi no salíamos. Era a lo único que iba uno, cuando necesitaba comprar algo, ir a comprarlo ahí a la tienda, al pueblito que agarrara más cercas. Como le digo, siempre tábamos en los ranchos, el patrón decía: “Pos el que quiera ir al rancho, ¿vedá?”. Nos íbamos, nos llevaban y era del modo de que ya nos, pos íbamos a pasar un rato ahí al pueblo y así. O que ya nos queríamos venir o a ir, digamos, pa México, entonces ya en ese tiempo ya iba uno y encontraba una petaquillita, un algo así pa…

VD: Sus cosas.

PM: Pa echar las cosas que tenía uno ya pa irse.

VD: Y cuando iban esas veces a los pueblitos, ¿cómo los trataba la gente de pos de aquí, la gente de aquí?

PM: Bueno, fíjese que hasta eso la gente de aquí, bien, porque iba usted al pueblo y era puros mexicanos ahí, porque casi todos corrían al mismo tiempo al pueblo ahí a comprar y se miraba uno. Sí se conocía uno bien porque pos decía uno: “Ahí va este señor, también es de allá de México”. O esos que van ahí o allá entraron otros y así cada quien traía su grupo. Entraba uno a esta tienda y no hallaba lo que iba a comprar, lo llevaban a otra y así era del modo de que salía uno por ahí de vez en cuando. Pero no, ya le digo, casi no, pues nomás los domingos eran los días que salía uno y toda la semana era andar trabajando.

VD: Y de las tiendas donde entraban y eso, ¿había empleados que hablaban español?

PM: Pos casi no, casi no había.

VD: Y, ¿cómo se entendían, don Paulino?

PM: Bueno, pos como por ejemplo, si el mayordomo que nos llevaba, ¿vedá?, a nosotros, él era el que nos andaba interpretando ahí. Porque le voy a decir también que había gente de México que sí sabía, no sabría muncho, pero sí entendían y esos pos no batallaban. Yo ya, como le estoy diciendo, desde ese tiempo para acá, ya debería saber yo algo de inglés y todavía es hora que no aprendí nada, no sé nada. Quiere decir que no todos tenemos la misma capacidad para aprender. Hay gente que sí aprende poquito y se entiende y gentes que no aprendemos nada. Por eso le digo yo que es, en ese tiempo todo el que nos… Pos si yo le decía al mayordomo: “Pos llévenos al pueblo el domingo”, o, “queremos ir”. O yo le decía a otro: “Vámoles diciendo que nos lleve”. Y ya si éramos unos cuatro o cinco, pos nos llevaba. Ya este, él decía: “Y, ¿qué van a comprar?”. “Pos vamos a buscar esto, esto otro”. Él mismo nos interpretaba ahí.

VD: ¿Iba con ustedes?

PM: Sí. Y ansina era como del modo que nos entendíamos así, cuando íbanos a compras.

VD: Oiga, don Paulino y, ¿qué era lo que extrañaba más de México cuando estaba por acá?

PM: No, pos todo. Pos principalmente, mire, yo como le acabo de decir, yo nunca pude aprender a hacer lonche. Yo echaba menos a mi esposa que me hiciera mi lonche. Echaba menos mis hermanos, la familia, ¿vedá?, los amigos así. Porque taba uno acostumbrado a estar ahí nomás de flojos ahí en México en los ranchos y ya. Como cuando le estaba diciendo, cuando había cosecha, toda la gente taba deoquis ahí. No había cosecha, pos todos teníamos hambre y al mismo tiempo también pos cuando ya nos este, que ya se, había por ahí dónde sacar una feriecita con las tunas, como le digo, con otra clase de… Bueno, las tunas, la cosecha, pos era allá del modo que se alivianaba uno. Pero nomás había cosecha y no había quién saliera a trabajar, hasta que ya se acababa la cosecha, por eso tábanos todos allá acostumbrados a [es]tar nomás ahí de flojos, ahí en la parranda. Había lugares en los ranchos que nomás taba uno ahí en la parranda, en las tiendas, nomás viendo la gente que entraba ahí a comprar y se iba y entraban, ahí nomás hechos bola ahí. El tiendero ni nos decía nada y nos miraba ahí todos sentados ahí. Era lo, pos extrañaba uno [es]tar en su rancho, ¿vedá? Como no estaba uno acostumbrado a trabajar, entonces taba uno este, que taba trabajando, extrañaba uno estar de flojo allá, [es]tar en su pueblo, allá en su rancho. Y sí, sí extraña uno el, así algunas cosas.

VD: Y entonces usted se regresó, bueno, la última vez que fue, fue en el [19]63 ó [19]64.

PM: Bueno, mire, yo empecé a venir, sería el [19]61, que le digo yo que ya cuando regresé ya taba mi muchachito nacido. Entonces de ahí nos fuimos de Chihuahua a Zacatecas allá empecé a entrar el [19]62, que fue cuando vine aquí a Arkansas. Ya del [19]63 ya jue, jui a entrar allá por Los Ángeles y se me hace que el [19]64, por ahí en esa temporada, porque fueron como tres, cuatro o tres veces. Y ahí jue donde le digo yo que ya jue cuando nos regresamos de Chihuahua a Zacatecas, que ya jue cuando empecé a entrar. Pero ya cuando nos regresamos pa allá, yo ya había venido pa acá una vez, cuando estuvimos aquí, como le digo, en las piscas de los algodones. Entramos en una lista que venía de ahí de Chihuahua a Chihuahua y esa jue la vez que le digo yo que regresé ya pa allá. Ya cuando me regresé pa allá pa donde yo soy, de allá sí ya me vine yo acá pal Arkansas y pa allá pa Los Ángeles. Pero de allá, ya cuando había regresado de… sí.

VD: Y don Paulino, o sea que usted se regresó y luego, ¿estuvo trabajando allá en México, en el campo después de cuando ya se acabaron los contratos?

PM: Sí, ya cuando no hubo contratos, que ya no hubo nada, la última, el último año que ya no, que jue allá el que no dieron, ¿vedá? Había un señor que ese llevaba gente a Ciudad Obregón a las piscas de algodón. Ese señor tenía un patrón que a toda la gente que él llevaba a trabajar al algodón ahí con él, le daban una carta.

VD: Sí.

PM: Le daban una carta para que viniera de bracero para acá. Y ese año que fuimos nosotros a la pisca, ya no dieron cartas.

VD: Ya se había acabado la contratación.

PM: Ya se había acabado eso. Y entonces ya fue cuando ya nos regresamos nosotros ya pal, pues ya pal, nuestra tierra, ¿vedá? De Ciudad Obregón nos fuimos pa Zacatecas ya donde ya habían dicho que ya no más cartas, que ya se había acabado eso. Y ya jue cuando ya no entramos pa acá. Pero esa vez veníamos, íbamos a la pisca pa que nos dieran carta, sí, pero ya no nos dieron ese año.

VD: Se acabó.

PM: Fue el último año que ya no hubo.

VD: Y cuando regresaron, ¿qué estuvo haciendo?

PM: Bueno, ya cuando no hubo nada de eso, de braceros, entonces sí ya nos pusimos a sembrar, como por decir ya en forma, ¿vedá? Ya sembrábanos la tierra, porque en ese tiempo de los braceros, ni sembrábamos por andar acá. Y ya de ahí sí ya nos pusimos a sembrar, pos a dedicarnos de lleno a la labor, a la agricultura. Y por eso ya fue cuando ya nos dedicamos ya a eso. Que ya se acaban los braceros, entonces sí nos pusimos a sembrar. Ya de ahí este, resultó otra salidas, pero ya fue ahí mismo a México. Por ejemplo cuando en enero, enero y febrero se venían unas clases de piscas de vainas de frijol ahí en Nayarit y ahí nos íbamos al corte de frijol, era en enero y febrero. Ya en marzo nos regresábanos de vuelta, pero ya habíanos piscado, digamos, cortado frijol ahí en Nayarit. Ya cuando, ya cuando no hubo, ya que no fuimos, entonces yo me metí a trabajar a una, en una compañía que hacía carreteras ahí en México, que le decían la SOP. Ahí en Zacatecas había una, había como un, como un centro de esos de la SOP que hacía carreteras y ahí anduve trabajando también. Pero no, no hacían, digamos en maquinaria. No, acá nosotros como sacando piedras o arrimando así algo, ¿verdad? Porque los que trabajaban en maquinarias, pos esos andaban en, ahí mismo, pero en máquina, ¿vedá? Y nosotros no, salían, nos sacaban a trabajar así, pero como a sacar piedra, nomás así. A sacar y a llevar piedra. Y en ese tiempo le andaban haciendo una casa al divisionario ahí en Zacatecas. El divisionario era el que se encargaba de todo el, de todo el estado de Zacatecas, de a eso de los caminos, que parece que ya ahora no es división, no es la SOP, parece que ahora es la Junta Local de Caminos. Parece que se quedó eso en lugar de la SOP. Y ya de ahí pa acá, que ya no se ofreció eso, entonces ya fue cuando empecé yo a venir pa acá de mojado, ya pa acá.

VD: ¿En qué año se empezó a venir para acá?

PM: Yo para acá me empecé a venir el [19]73. El [19]73 entré yo pa acá.

VD: Y, ¿se venía al campo también, don Paulino?

PM: Sí, bueno, en ese tiempo que veníamos de mojados, llegábamos aquí a Austin, a la ciudad y de ahí nos llevaban a trabajar así a la obra.

VD: A la construcción.

PM: A la construcción. O así a todos los trabajitos que había por ahí qué hacer en cuestión como de construcción, todo eso. Y ahí era en donde anduvimos, onde anduve del [19]73, del [19]73 pa acá, empecé yo a venir pa acá.

VD: ¿Se venía por temporadas y luego se regresaba?

PM: Sí, sí me regresaba, duraba unos cinco, seis meses y luego me regresaba. Y así jue como pasé también mucho tiempo viniendo pa acá. Y ya se ofreció de La Amnistía y arreglamos, nos arreglamos por La Amnistía ya.

VD: ¿En el [19]86?

PM: En el [19]86. Bueno, yo arreglé el [19]87. No arreglé luego luego, sino hasta el [19]87, pero jue en La Amnistía también. Y luego ya de ahí empecé yo a meter aplicaciones pa mi familia y ya jue del modo que me traje a unos pa acá y otros se me quedaron allá.

VD: ¿En qué año se vinieron los, parte de su familia?

PM: Bueno, mi familia se vino el [19]93. Sí, el [19]93 me los traje para acá. Siempre duré pa arreglarlos, pero de todos modos sí alcancé a arreglar, sería cinco. Y ya los mayores ya no, porque ya eran mayores de edad, pero cinco, alcancé a arreglar cinco. Y somos los que estamos aquí todavía. Sí, ya le digo.

VD: Oiga, don Paulino y pues ahora ya después de muchos años, que usted estuvo por acá como bracero, que se empezó a venir, cuando se acuerda de esos años, ¿cómo se siente?, ¿qué recuerdos le quedan?

PM: De los años que venía yo para acá, ¿dice? No, pos fíjese, uno, años muy, como muy difíciles para uno, porque pues yo este, como venía uno con la esperanza de trabajar, de hacer algunos centavitos y al mismo tiempo que llegaba uno y que pues que el trabajo no taba muy bueno. Y que se trataba pos de, pos de trabajar muncho y no le rendía a uno el dinero, el trabajo que hacía, pos se me hacían muy difíciles, ¿vedá? Porque para eso necesitaba de que le tocara muy buena suerte para llegar a un trabajo que usted lo juera a empezar apenas, ¿vedá? Ya vez que lo llevaban a uno, ya el trabajo ya lo habían empezado y ya iba uno como de segunda mano a hacer el trabajo que íbamos a hacer y muy trabajoso, muy difícil. Y pos no, se conformaba uno, hasta eso, hasta con muy poquito, es que ya va…

VD: Si me regala un poquito de agua, mire, se lo agradezco mucho.

PM: Había veces que como por ejemplo, hacía uno por ahí unos $100, $200, $300 dólares, pues ya se le hacía a uno muncho. Ya decía: “No, pos ya con esto ya”. Y en veces hacía menos y en veces más, pero no todo el tiempo era lo mismo. Había, siempre había diferencia, había como cambios de todo eso. Ya juera porque el trabajo ya no taba muy bueno o ya juera porque uno hacía poco porque el agua no lo dejaba o no faltaba por qué. Pero todo el tiempo ha habido contratiempos. Sí, ya le digo.

VD: Bueno, don Paulino, pos es toda una historia que tiene usted por detrás, ya veo que…

PM: Pos…

VD: Aunque no fueran tantas veces, pero la historia…

PM: Pos no jue munchas veces las que salí, ¿vedá?, las que anduve, pero pos sí jue muy…

VD: Pero fueron…

PM: Sí, jue muy dura. Te hablan acá ajuera.

2do: ¿A mí?

PM: Sí, allá tá hablando. Sí, sí jue muy dura la vida en ese tiempo.

2do: Sí.

PM: Y pos ni modo, como quera ya Dios nos dio licencia de vivirla y de…

2do: Mamá, le hablan.

PM: Y ya. Ya ahora ya tamos, como quien dice, ya nos, ya envejecimos, ya pasó nuestra historia, pero ya le digo, sí.

VD: Pues yo le agradezco mucho, don Paulino, por todos sus recuerdos que nos compartió y su tiempo y pues muchísimas gracias.

PM: No, no hay por qué. Como quera, bueno, es una plática ahí que qué bueno si sirve de algo, bueno, y si no, de todos modos pos yo agradecido.

VD: No, cómo no. Permítame un momento.




Fin de la entrevista

Interviewer

Violeta Domínguez

Interviewee

Martínez, Paulino

Location

Austin, Texas

File Name Identifier

Martinez_AUS001

Citation

Martínez, Paulino, “Paulino Martínez,” Bracero History Archive, accessed November 24, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/476.