Jesús Campos Ortiz
Title
Jesús Campos Ortiz
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Jesús Campos Ortiz was born in 1943, in Aquila, Michoacán, México; he was the fifth born of his six brothers and four sisters; by the time he was eight years old, he was working to help support his younger siblings; consequently, he was never formally educated; he became a bracero in the early sixties, when he was roughly seventeen years old, using false papers; one of his uncles and a few of his cousins were also braceros; by the mideighties he and his family had all legally immigrated to the United States.
Summary of Interview: Mr. Campos describes his hometown, family, and childhood; in the early sixties, when he was roughly seventeen years old, he enlisted in the bracero program using false papers that his father had acquired for him; he explains various aspects of the contracting process in México, including organization by municipalities, necessary paperwork, exams, and travel methods; moreover, he notes that his uncle was injured as a result of the medical assessments he underwent; Jesús goes on to detail worksites, duties, hours, housing, provisions, treatment, payments, remittances, recreational activities, and working relationships; in addition, he describes being in the United States for the first time and becoming so ill that he had to be taken to the hospital; he thinks it was due in large part to the pressure of being away from home; while working in Woodland, California, he and others were paid 13¢ per box of tomatoes, which caused some to organize a strike for higher pay; although he was not involved, he was still treated poorly and faced other difficulties in light of the situation; he also mentions an instance where he and a friend were loading a truck, his friend fainted and was taken to a hospital by ambulance; while discussing employers he notes that many ranchers preferred undocumented workers, because they did not require the same pay or benefits as braceros; by the mideighties he, his wife, and all seven children had legally immigrated to the United States.
Summary of Interview: Mr. Campos describes his hometown, family, and childhood; in the early sixties, when he was roughly seventeen years old, he enlisted in the bracero program using false papers that his father had acquired for him; he explains various aspects of the contracting process in México, including organization by municipalities, necessary paperwork, exams, and travel methods; moreover, he notes that his uncle was injured as a result of the medical assessments he underwent; Jesús goes on to detail worksites, duties, hours, housing, provisions, treatment, payments, remittances, recreational activities, and working relationships; in addition, he describes being in the United States for the first time and becoming so ill that he had to be taken to the hospital; he thinks it was due in large part to the pressure of being away from home; while working in Woodland, California, he and others were paid 13¢ per box of tomatoes, which caused some to organize a strike for higher pay; although he was not involved, he was still treated poorly and faced other difficulties in light of the situation; he also mentions an instance where he and a friend were loading a truck, his friend fainted and was taken to a hospital by ambulance; while discussing employers he notes that many ranchers preferred undocumented workers, because they did not require the same pay or benefits as braceros; by the mideighties he, his wife, and all seven children had legally immigrated to the United States.
Creator
Mena, Violeta
Campos Ortiz, Jesús
Date
2006-05-26
Subject
bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Jesús Campos Ortiz
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Mini Disc
Duration
1:08:00
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Jesús Campos Ortiz
Fecha de la entrevista: 26 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Violeta Mena
This is an interview with Jesús Campos Ortiz on May 26th, 2006 in San Bernardino,
California. The interviewer is Violeta Mena. This interview is part of the Bracero Oral
History Project.
VM: Antes que nada, me gustaría que me dijera, ¿cómo se llama y su fecha de nacimiento?
JC: No, pos yo me llamo Jesús Campos Ortiz. La fecha de nacimiento es 1943.
VM: Y, ¿dónde nació usted?
JC: En Aquila, Michoacán.
VM: Tan bonito Michoacán, ¿verdad? Y, ¿más o menos por dónde está Aquila?
JC: Colinda con Colima, pero pegado al mar, pero no sé. Está cerca de Tecomán, Colima, por este lado, pero pegado al mar.
VM: Ay perdón. ¿Cómo es Aquila?
JC: Pos es un municipio, Municipio Aquila. Pero es pa la orilla del mar, estamos así donde colinda Colima con Michoacán, pero pegado al mar.
VM: Y, ¿Aquila produce algo?
JC: Bueno, antes era punta de carretera. Ya ahorita ya cruzan carreteras pa Coalcomán [de Vázquez Pallares] todo eso, pero era un municipio. Era como un embarcadero de todo, de semilla, de gana[d]o. Allí era el municipio [d]onde sacaban los pasaportes pal ganado, pa vender y todo; comprar y vender allí, porque era punta de carretera antes y todavía es lo que hacen ahí, llevan el gana[d]o, ahí van en camiones a comprarlo, semillas, maíz, todo.
VM: Es como un centro de…
JC: Es el municipio ahí. Ahí hay muchos… siembras alrededores, criadores de ganado, todos. Muy lejos, el cerro es y ahí es municipio, ahí bajan todos a hacer el negocio.
VM: Y, ¿me puede platicar de su niñez allí?
JC: Sí. Yo tuve una niñez que nunca fui a la escuela. (risas)
VM: Sí.
JC: Diario jue trabajar porque eran muchos hermanos y tenía que trabajar pa acabar de mantener los demás chiquitos. Yo de la edad de ocho años ya trabajaba como gente grande, con los grandes, hombres grandes, trabajaba en el campo también ya como de la edad de ocho años.
VM: Y, ¿qué hacían?
JC: Agricultura. Puro sembrar maíz, frijol, pa mantener un… Nosotros éranos unos de los que mantenemos el pueblo de semilla, de todo. Mi padre era muy trabajador también y éranos… Había ricos que vendían cosas allí, pero nosotros gente en el campo son los que hacíanos el maíz, frijol y todo pa, pos pa nosotros y pa los demás. Porque lo que no nos comíanos nosotros, todo eso lo vendíanos al pueblito, porque el pueblito también se mantenía de eso Pero éranos agricultores todo el tiempo, de semilla.
VM: Y su papá, plati… ¿Cómo se llama, se llamaba su papá?
JC: Igual que yo, Jesús Campos.
VM: Jesús Campos.
JC: Ayala, Ayala él.
VM: Y, ¿él le comentó que era agricultor?
JC: ¿Él?
VM: Él.
JC: No, pos él era el que [nos] encabezaba a nosotros, era agricultor con nosotros. Él es el que nos enseñó a trabajar en eso.
JC: Era agricultor toda su vida también.
VM: Sí. Y, ¿su mamá?
JC: Mi mamá se llamaba Consuelo Ortiz, pero pos ella era ama de casa, pues nomás.
VM: Pues sí es mucho trabajo.
JC: No, los demás creen que (risas) era…
VM: Pos dice: “Pos era nomás ama de casa”. (risas) Pero trabajaba veinticuatro horas al día.
JC: Oh, sí. Y luego allá en aquel tiempo que no había ni molinos, nada, a puro en el metate pa darle de comer a todos y a veces echábanos mozos y tenía que hacer comida pa, hasta pa diez, quince individuos, ¿cómo cree que era el trabajo? Y, nomás era ama de casa. (risas)
VM: Sí, como dice usted: “Nomás, (risas) nomás era ama de casa”. (risas)
JC: Ey.
VM: Y, ¿lavaba?
JC: Todo.
VM: ¿Cuántos hijos tuvo?
JC: Juimos diez.
VM: ¿Fueron diez?
JC: Sí.
VM: Y, ¿nomás era ama de casa?
JC: Y nomás era… (risas)
VM: ¿Usted qué número fue?
JC: Yo jui el… Lupe, Ramona, Silvestre, Félix… el número cinco yo.
VM: ¿Tuvo hermanas?
JC: Sí, dos. No, no dos, hermanas son cuatro. Son cuatro y seis hermanos.
VM: Entonces fueron Lupe, Ramón, Silvestre, Félix, usted.
JC: Yo y Gregorio, luego Elías y José. Entonces fuimos once yo creo ¿vedá?
VM: Sí.
JC: Ya perdí en la cuenta. (risas)
VM: Y nomás era ama de casa.
JC: Y nomás era ama de casa, (risas) ey.
VM: Las hermanas, ¿cómo se llaman?
JC: La hermana se llama, una se llama Lupe, es la mayor, Ramona y luego Trina y María.
VM: Sí, son once.
JC: Ey.
VM: Ah, es que no se estaba contando con usted.
JC: Yo creo, ¿vedá?
VM: Que siempre dice…
JC: Ey.
VM: Tengo diez hermanos.
VM: Pero, yo le pregunté cuántos fueron.
JC: Yo no me estaba metiendo en la lista. (risas)
VM: Claro, porque usted fue de mero en medio, de mero en medio.
JC: Sí. Más o menos.
VM: ¿Ellos en dónde están ahora?
JC: En México están tres, este, espérame. Sí, están cuatro, que es Lupe y Trina están muy raras, muy lejos ¿vedá? La primera y casi las últimas, la penúltima y Goyo, el que se me sigue a mí y los demás acá están en Fresno, acá en Visalia pa acá, todos mis hermanos.
VM: Y, ¿se juntan seguido?
JC: Ah, con los de México no. Bueno, tengo yo como cuatro, poquito de cuatros que jui a dar una vuelta nomás pa allá, pero no, una vez duré diecisiete años que no iba.
VM: ¡Fíjese!
JC: Ey.
VM: Es mucho tiempo.
JC: Pero ahorita tengo cuatro años que me jui una vez.
VM: Entonces empezó a trabajar a los ocho años y no fue a la escuela.
JC: No, no jui. Me la pasé yo trabajando. Donde aprendí, sabe que la primera vez que vine pal norte, un amigo mío me, porque me urgía y ya le puse más interés en la noche, como salíamos del jale y él me enseñó hasta que pude hacer una carta pa mandar pa mi tierra. (risas)
VM: Sí.
JC: Sí, pero no sabía.
VM: Y, ¿nunca nadie le escribió, le escribía antes una carta pa mandarla?
JC: Sí, pos sí, mi amigo ese mismo y yo: “Hazme una carta”. Y luego, pos yo ya tenía una novia allá. (risas)
VM: Ah, le tenía que escribir a la novia. (risas).
JC: Por eso me interesaba. Y luego me decía él mismo: “Ahorita andamos, yo soy tu amigo”, dijo, “pero, ¿sabes qué? Te deberías de enseñar tú”, dijo, “porque un día otro le va a mandar decir otras cosas y te la va a ganar. (risas) En vez de hacerte la carta pa ti la va a hacer pa él y al último él va a ser el novio”. Dice: “Aprende”, me decía y era mi camarada.
JC: Y ahí [es]toy haciendo la lucha hasta que me enseñé y ya empecé a mandar yo, ey. (risas)
VM: Y, ¿qué le mandaba decir?
JC: No, (risas) escribe pronto y eso. La primera vez que vine pal norte, yo no sé, sería la presión de aquí o no sé. Me andaba, me andaba muriendo. Yo no sé qué me pasó de que, ah pos mero estábamos haciendo cartas con mi amigo y entonces cuando dice: “Ya vámonos a dormir”. Entonces se me hace que me hizo ese día una carta en la noche cuando acabamos de cenar y ya digo: “Hay que irnos a dormir”. Y entonces estába[mos] dormidos en una barraca que tiene camas en aquella orilla y en ésta, pero muchas así. Yo [es]taba pa enfrente y él pa acá, entonces ya acabamos de hacer las cartas y me jui, era cuando estaba en Davenport. Nomás me acosté, así mire y se me vino un olada de, casi sentí una olada como fría y ¡tran! Me sentí, pegué la cabeza a la cabecera sentí como que me habían dado con el moche de un hacha así aquí y me quedé como muerto, pero taba muy juerte yo y yo no sé si [hubiera estado] menos juerte yo creo ahí quedo bien muerto. Como pude. “¿Cómo me voy a morir?”. Era la muerte pues. Me hice el ánimo, estaba juerte, que me siento, ¿eh? Pero no hablaba no nada. Ya me voy y me levanto poco a poco y pos no, no podía hablar. Me fui como caminando, en cuanto nomás así pa [d]on[de] taba mi amigo y me senté en la cama de él pa que notara, ¿me entiende? Pero pos él lo iba a notar porque me senté y lo que sea que temblaba la cama, la taba haciendo así. Luego se descobija: “Y, ¿qué pasó? ¿Qué no te fuistes a dormir?”. Y pos no le respondía y ya me dijeron que la, (risas) que en la cama taba temblando y que va le habla al mayordomo, le fue y le habla. De allí me llevaron a Santa Cruz de emergencia, ni hablaba ni nada. Pos los médicos me revisaron y todo, dice: “No sé que”. Era como, pos taba muy chavalo yo, también yo creo que pensaba mucho en mi tierra o no sé, algo así. Dice que algo ahí, ellos pensaban que era algo de eso porque no me hallaron nada. Duré allí y todavía nos faltaba poco pa cumplir el contrato, no me acuerdo cuanto faltaba. Entonces me decían: “¿Te quieres ir pa tu tierra?”. “No”. Yo no quería dejar mis amigos, mis compañeros, pos venían muchos de allá de mi tierra también varios. “¿Quieres esperar?”, dijo, “¿quieres irte pa tu tierra?”, me decían. A todos ellos los que sabían que me hacía bien estar con mi gente o con conocidos, ¿me entiende? No, o: “¿quieres esperar tus amigos cuando acaben el contrato?”. Y le decía que sí. Entonces iban a trabajar y ellos querían que no juera a trabajar yo. ¡Ni madre! Yo me iba atrás de ellos, los seguía y andaba trabajando con ellos pero no sabía de ónde venían ni nada. No sabía nada yo de… nomás miraba que se alineaban ellos y ahí voy atrás de ellos. Me pusieron a trabajar y yo también trabajaba, como miraba lo que hacían ellos yo también, pero no se, no me acordaba de onde venían ni nada. Como al mes yo creo empecé ya a recordar poco a poquito, poco a poco. Ya hasta cuando ya nos fuimos juntos, cuando se cumplió el contrato nos fuimos juntos y al otro año ya volví ya taba más, poco a poco como un sueño se jue deshaciendo así hasta que ya recordé todo, bien, pero sí, ya me andaba.
VM: Ha de haber sido un trauma.
JC: Yo creo, sentí clarito cuando me jui me senté en la cama y ya me iba a acostar sentí como una olada fría que se vino así ¿vedá? Pero sentí el golpe tan recio aquí en el cerebro como si me habían dado con el moche de un hacha, como un marro así sentí, dije: “Se acabó esta onda ya”. Pero taba juerte y dije: “¿Cómo me voy a morir?”. Le hacía la, toda la lucha a pararme hasta que me levanté pero taba más muerto que vivo. Pos taba juerte, me ayudó. Pero no, como te digo no hablaba no nada. Tuve que ir avisarle a mi amigo, pero hasta que me senté en la cama pos no podía decirle nada y ya le habló al mayordomo, el mayordomo vino y sí me llevó a Santa Cruz en una camioneta pero casi volaba. (risas) Pero no, pos no me hallaron nada. Nomás dijeron que era cuestión de tiempo y que anduviera, pos yo creo cercas de mis amigos o de familia o algo, que a poco a poco iba a reconocer algo y sí, así era. Algo me pasó ese día, pero…
VM: Fíjese.
JC: Si no hago el ánimo de levantarme ahí quedo.
VM: ¿Me podría platicar sobre el proceso de contratación? ¿Estaba usted allá en Aquila cuando escuchó? Y, ¿cómo fue que escuchó de los braceros?
JC: No, no, yo estaba en mi pueblo entonces el John Kennedy mandó pa México pa que se contratara veinticinco individuos de cada municipio. Él mandó un, ¿cómo se dice?
VM: ¿Pedido?
JC: Ey. Unas cartas a cada municipio de… Mandó pa México no sé a onde la mandaría, pero entonces distribuyeron que cada municipio de México podía mandar veinticinco braceros, cada municipio. Le dio la chanza de que mandara veinticinco de aquí. Entonces eran unas cartas no sé como le decían y entonces fue cuando me contraté yo que vine, pero él mandó las cartas el John Kennedy ese y el primer año que vine jue cuando lo mataron a él.
VM: ¿Que fue en el [19]63?
JC: Ey, por ahí. Y el año [19]64 ya venimos de vuelta, quedó toda como historia de él pero vinimos el [19]64 porque fue el último año, fue el último año que hicieron la plata también en coras, [quarters] ¿te acuerdas?
VM: Sí.
JC: ¿No te acuerdas tú? Los daimes, [dimes] las coras eran de plata y en ese año [19]64 jue la última que hicieron también.
VM: Y, entonces lleg[aron] las cartas esas a Aquila y, ¿lo escogieron a usted pa que fuera?
JC: Sí.
VM: O, ¿usted fue para?
JC: No, pos te presentas y a ver si llenas los requisitos o falta, ¿ves? Y luego todavía acá te traspelean más aquí cuando llegas a Empalme, ahí sí son las contrataciones. Allí, pos yo según era el de los más chafas, tú sabes, vinía asustado porque pos uno agricultor y otros, unos venían un albañil, me acuerdo que venía otro carpintero y otro peluquero que eran los que tenían mejor título, el albañil y esos. Tenían mejor título y entonces dijo: “Ah, vamos ir”. A arriesgarlo, porque acá es onde te… si sirves o no sirves por tu I.D. que traes, ¿no? ¿Cómo se dice? Tu identificación de qué eres o qué y aquí es onde te hacen a un la[d]o te dijeron: “Si entras”, ¿no? Aquí en Empalme ya. Y duramos como una semana en Empalme esperando que te llegara tu turno porque viene uno de todo, viene uno encabezado que trae el papel tú sabes, de cuando sales de tu pueblo te dan el contrato que le dicen la contra… El papel que vas a entregar acá en Empalme pa que… con tu gente que llevas que son veinticinco entonces andan en tu cargo allá, desde allá viene uno encabezado con uno, ¿ve? De los mismos braceros pero uno se hace cargo de traer el papel y entregarlo allí y entonces a ver cuándo te hablan. Entonces todos los días tienes que mañanear a ver si te hablan a ti, a ver si le hablan al… quién sabe cómo le dicen. Te traes el papel ese de todos los veinticinco esos que vienen contigo. Entonces llegando lo entregas y te tienes que presentar todos los días en la mañana a ver si ya entró tu papel allá. Todos los días nos levantábamos en la mañana y teníamos que estar allí como hasta las, se me hace que como a la una de la tarde ya se acababa y si no te hablaban, entonces otro día tenías que ir otra vez a ver si ya había entrado tu papel a…
VM: Al proceso.
JC: Al proceso.
VM: Y, ¿cómo viajaron de Aquila?
JC: En un autobús veníamos, contratamos un autobús entre todos y venimos hasta acá.
VM: Hasta…
JC: Empalme.
VM: Hasta en Empalme.
JC: Ey.
VM: Y, ¿dónde se quedaron cuando llegaron ahí a Empalme?
JC: Nos quedamos, conseguíanos un cartón así de grande y lo traibanos [traíamos] todo el día aquí en el hombro pa en la noche no dormirnos a rais. (risas)
VM: Sí.
JC: Y no lo podías dejar allí onde dormías porque te lo volaban. Lo tenías que traer todo el día aquí, amarrado con un hilo o algo pa cuando hiciera… No, si ya traibas tu tendedero, (risas) ey.
VM: Y, ¿tenían cobijas? ¿Hacía calor?
JC: No, ¿cuáles cobijas? No, en ese tiempo hacía calor. No necesitaba uno cobijas. Si era frío nos moríamos yo creo ahí. No, ¿cuál cobija va a traer uno?
VM: Y, ¿qué comían?
JC: Pos ahí comíamos lo que se podía, tacos, allí vendían tacos y íbanos cada día guisaban unos taquitos allí. Nomás como pa sobrevivir. Lo que tenía que comer uno bien como come uno, nomás ahí pa estar cuidando el dinerito porque no sabía uno ni a cuando nos hablaban, pues. Y luego como te digo ya pasan la lista, pasó la lista, cuando pasó, luego cuando te chequean todo. Todo a ver qué falla tienes, con cualquier cosa y luego que qué es lo que sabes hacer. Yo iba bien bien agüitado, porque dije: “Pos, ¿yo qué?”. Nomás trabajaba en el campo, ¿me entiende? Y luego, que veo que iba adelante de mí el, el que era albañil y luego era un carpintero y un peluquero. Y ya cuando, se llamaba Agustín era muy amigo el albañil y ya le dijeron que no, que: “Que acá no necesitaban albañiles”, le dijeron, fíjate. Y ya fue una discriminación, dije yo: “Hijo de su, ¿cómo crees?”, dije, “es el que tenía mejor título, no pasó”. Yo más asustado estaba ya. Y ya, no pos me tocó el turno a mí y llegué y luego lo que pasa es que te chequean las manos luego luego. Y luego: “¿Qué eres tú? ¿Qué?”. Y ya lo entregué, pos en mi papel también ya decía agricultor. Y luego me chequeó las manos. “Pásele”. Y luego ya pasé. Se me hizo como un sueño, eso de se me hizo muy fácil, cuando pensaba que no iba pasar, pues el test ese. Sí, pos me chequeó, yo tenía callos en las manos, pos toda mi vida trabajaba. Y entonces, pero yo no sabía que era válido eso. Y luego sí, pero todo el albañil y esos se quedaron y se vinieron todavía unos pa Mexicali, quedaron desparramados, perdieron hasta la familia uno.
JC: No quisieron volver pa su tierra, algo así.
VM: ¡Bah!
JC: Ey.
VM: Y, ¿cuánto duraron esperando?
JC: No me acuerdo pero duramos allí en la contratación duramos… yo creo como dos o tres semanas, no me acuerdo yo te voy a decir.
VM: Y aparte de revisarle las manos…
JC: Es que había miles de gente. ¡Oh! ¡Todo te encueran! Allí, allí se mira on están las fotos esas. Te encueran todo y luego te ponen los dedos aquí por… así en los… ¿Cómo te dijera? Aquí pa arriba así, a ver si está uno roto, todo eso, ¿cómo se dice? Y a un tío mío lo chingaron de ahí. (risas) Después, sabe qué le hacen aquí, quién sabe cómo le meten los dedos aquí a uno y se mete, la bolillas se meten pa arriba, ¿no? Tiene unos hoyitos uno así y ya está, pos vienes ya encuerado, un surco de gente, tan doctores ahí, otro doctor ahí, otro que checa las orejas y de todo. Y ése los ve y ya todos tan enfadados ¿no?, y unos ¡zas!, de un repente así y lo lastimaron a mi tío. Vino pa acá y trabajó como, yo creo como unos tres días, pos se jue, le dolió mucho y luego tenías que levantar cajas de tomate y le dolía pa levantar la carga. Se jue como, trabajó como tres días. Sí pasó allí pero lo lastimaron. Tenían que hacer eso pa ver si está roto o algo, ¿me entiende? Tiene que estar bien bueno y sano pa pasar. Ya luego después ya te fumigan y la chingada, todo. Te chequean los oídos, todo, allí se mira todo el surco de doctores, unos hacen una cosa, otros otra.
VM: Y, ¿tuvo alguna conversación con algún oficial de allí en, en el centro de contrataciones?
JC: No, pos no, pos yo creo que sí todos y regaños. Me acuerdo, venían allá de un pueblillo, taba un rancho que es de indios y también pos del mismo pueblo, pero como son del mismo municipio le mandaban decir a… Es una comunidad de puro indio, le mandaban decir que si querían venir también porque pertenecían al mismo municipio. Entonces mandaron dos indios de la comunidad esa, mandaron dos indios pa la contrata también. Se animaron a venir dos. Pos al último me daba risa… Ah no, la visa también te chequean, te dicen, o a ver cuántos son, pues tienes que estarle diciendo. Pos tienes que mirar adelante, ¿no? A ver qué le dicen al otro güey pa que cuando llegues (risas) [es]tar listo, ¿no? Pos uno no sabe ni qué, ¿me entiendes? Y luego que no está impuesto nunca a salir pa acá. Y estos inditos de ahí luego andaban agarrados de aquí de las verijas pa no perderse los dos, tenían miedo, ¿ves? Y andaban agarrados. Se metía uno pa allá y el otro también atrás de él agarrado de aquí del otro. Luego le dice, le hace al indillo cuando le tocó el turno de contar, los dedos le hacen ansina, y el indillo se dio el sacón, ¿ve? Pos no sabía ni qué. Le hace otra vez así y nomás… ¿eh? Pos le hubiera dicho: “Vas a contar los dedos”. O algo, ¿vedá? Pero éste no se fijó lo que se trataba con el que iba adelante, no agarró la onda el indio que le pone un cachetadón. Y ya lo empieza a hacer: “Uno, dos”. Y tú sabes pero ya lo había cacheteado, le dije: “Eso le había de haber dicho antes, lo que iba a contar”, ¿vedá?
VM: Sí.
JC: No, ya que lo había golpeado (risas)
VM: El golpe avisa.
JC: ¿Eh?
VM: Como dicen: “El golpe avisa”.
JC: Ey, le dio un cachetadón que lo volteó pal otro lado.
VM: Y, ¿los fumigaron entonces allí?
JC: Sí, también.
VM: Y, ¿les avisaron que iban a hacer?
JC: No, ¿cuál avisar? Si vas caminando y ahí te van a hacer lo que quieren nomás, pero cuál avisar. Y no mires ni nada del humaderón del jumigante, ¿eh?
VM: Y, ¿usted cómo estaba cuando lo fumigaron?
JC: ¿Como cómo estaba?
VM: ¿Con ropa?
JC: Sin ropa, nada.
VM: Y, ¿los que lo fumigaban? ¿Cómo estaban ellos vestidos?
JC: No, pos traiban su overol blanco ellos sus batas así.
VM: ¿Protegidos de la cara?
JC: Sí, sí.
VM: ¿Manos?
JC: Sí traen ahí protección, guantes y luego su máscara y todo. Pero a nosotros no nos prestaban.
.
VM: ¿No les dijeron por qué los iban a fumigar?
JC: No, yo no me acuerdo que me hayan dicho por qué.
VM: ¿Alguna otra cosa en el centro de contrataciones que recuerde?
JC: No, pos muchos que los golpeaban porque algunos mire, estaba en un cuartito que supone así o eran más grande, como quiera, pero tenía que estar el surco de gente, así caminando y dar vuelta por aquí, dan vuelta por aquí, dan vuelta por aquí, pa cuando van chequeando una pura línea, pero uno tiene que estar para[d]o. Y muchos pa no echar las vueltas esas o algo, se iban pa allá, aquí se metían pa irse aquí, ¿no? Ya y nomás no vieran eso a uno porque lo cacheteaban a uno.
VM: Y, ¿eran puros hombres los que trabajaban en el centro de contratación?
JC: Sí, eran puros hombres pero a veces iba un chingo de mujeres, quién sabe a qué hijos de la chingada iban. Como por ejemplo, ahorita usted que llegaron a ver esto, pero iban muchas y lo miraban a uno no sé que serían, pero iban a veces.
VM: ¿Lo miraban…?
JC: Pero de las oficinas también había, pero trabajando directamente allí con uno no había mujer. Pero las oficinas allí y luego llegaban a veces así como… Pos yo no sé que serían pero llegaba un chingo de mujeres como ahorita que llegaron ustedes de otro lado, yo no sé. Así llegaban, (risas) ey. Y en el instante que andaba ahí uno encuerado ahí.
VM: ¿Los veían, los veían desnudos?
JC: Yo creo que sí. Sí.
VM: Y, ¿llevaban una libreta, apuntaban cosas?
JC: Sí, todas, todas traiban eso yo creo. Yo no sé qué serían o no sé, después de todo.
VM: Y entre ustedes, ¿qué decían cuando llegaban así y estaban desnudos?
JC: Pos, ¿cuál? Nomás traibamos un, un papelito como este un contrato aquí. (risas) Por delante y ¿qué iba a hacer uno? La ropa la dejabas lejos y era onda de ellos. Pos si te salías de onde te dejaban o cualquier cosa, te cacheteaban. Pos tenías que hacer nomás ahí, que te miraran. Es un desmadre no se podía hacer más.
VM: ¿Firmó entonces algo ahí en el centro de contratación? ¿Firmó algún documento?
JC: Pos yo no me acuerdo. Yo creo que sí tenía que ir firmando papeles onde cada te chequean yo creo. No me acuerdo yo pa que te voy a decir.
VM: Después de allí, ¿qué hacía? ¿En qué viajó y hacia donde viajó después de Empalme?
JC: De allí nos venimos al Centro, El Centro, California. Allí fue otra parada que dimos. Allí otra chequeada no sé que pedo allí, no me acuerdo. Pero ya mero nos moríanos de calor ahí en Caléxico, ¡hijo! Nos traiban de ahí de la frontera en un[os] busecillos al Centro, allí era el otro corralón allí onde estábanos otra vez, otro corralón, otro chequeo allí. Se me hace que ahí nos daban otra jumigada no me acuerdo qué, un desmadre ahí. Pero ya nos moríanos de calor allí. Abría las ventanas de las camionetillas viejas como esas de la escuela, esas amarillas así estaban. Le abrías y cuando te pegaba el aire las pestañas se hacían chiquitas del… ¿cómo estaría de caliente? Y ahí está uno y yo ya no miraba y le jalaba a las pestañas. Sabe, estaban enroscadas de lo caliente, tú. No, mejor le cerraba y te quitaba… no traibas ni ropa, te quitabas, pero, pos era (ininteligible) y todavía andabas sudando. Y así Caléxico, allí tá pesado. Pero allí era otro, allí en el corralón ese era otro chequeamiento allí, no sé, ya ahí al rato, no sé, ya empezabas a venirte en los camiones otra vez pa este, ¿cómo se llama cuando dijimos ahorita?, que distribuían la gente. Tú me la mentaste que allá habías ido también.
VM: A Blythe.
JC: No, no, no, acá pa arriba.
VM: A Salinas.
JC: Salinas, allí en ese, allí es onde la gente la mandaban, allí llegaba uno todo.
VM: Entonces, de El Centro…
JC: De ahí de Caléxico ya te vas, de El Centro hasta Salinas. Ya de Salinas allí era otro como en el Centro era un corralón que ahí estabas cayendo también y te tenían ya también días allí. De allí el otro jalón era hasta Salinas y ya de Salinas ya te, a los trabajos, de ahí te, te levantaban.
VM: Y entonces, cruza por Caléxico a El Centro.
JC: A El Centro, ahí.
VM: Y está allí…
JC: Allí es otra…
VM: El centro de recepción.
JC: Allí es otro, hay otro jalón de chequeos y si vas pa Salinas yo creo que también hay otro punto también que yo no sé, pero yo noté que la mayoría iba a Salinas y de allí te estabas en otro corralón allí onde te tienen y de allí ya tan llegando los rancheros. Tantos, cincuenta a tal parte. A mi me tocó a Davenport, tá lejos, estaba yo de Salinas. Allá tá pa cercas de San Francisco pa aquel lado, pasas Watsonville y luego Santa Cruz, San José, ahí más delante es donde me tocó. Pero yo noté que Salinas era un campo de los de en medio pa…
VM: Distribuir.
JC: Pa distribuir la gente.
VM: Entonces, ¿allí firma contrato ya? ¿En Salinas firmó?
JC: No, pos no me acuerdo, te voy a decir. Pero el mero contrato es afuera yo pienso y ya de afuera yo no sé cómo, yo pienso ¿sabe? Porque estos, los gabachos, yo creo que hacen los pedidos ajuera, este a onde te digo…
VM: A Empalme.
JC: A Empalme. Porque de allá, entonces de allá ya vas directamente hasta Salinas y de Salinas yo creo que estos los gabachos ya uno trae el contrato de allá. Entonces, los gabachos ya tienen los pedidos y como en Salinas van a venir a levantarte ellos nomás, yo pienso.
VM: Y, ¿a usted lo levantaron con cuántos más?
JC: A mí me, me tocó con… como treinta hombres yo creo nos tocó. Porque a mí me tocó buena suerte ese año. Porque tábanos en una parte y éranos a lo más éranos treinta, veinticinco, cuando se cuiteaban [quit] unos o algo así y comíanos al mismo tiempo en la misma mesas largas que juera, pero todos a un tiempo. Y cuando me tocó en Woodland era unas galeras de quinientas, más de quinientas gentes que necesitabas comer corriendo allí y haciendo cola siempre grande pa cuando te tocaba a ti. Allí ya fue más duro. La primer vez fueron poquita gente que nos tocaron en una sola barraca, que le dicen barraca.
VM: Y, ¿cómo fue? ¿En qué viajó de Salinas a Davenport?
JC: Pos yo creo que ha de haber sido en otro autobús, yo creo sería, no me acuerdo ya, ¿pa qué te voy a decir? Pero íbanos ya más pocos, pero sí ha de haber sido autobús porque en un ¬pick up no cabemos o sería en algún van ya, no sé.
VM: ¿Les dieron de comer en el centro de contrataciones, de recepción, perdón, en Salinas?
JC: Sí, sí le daban a uno ahí comida. Ya onde nunca le dieron nada fue en Empalme, ahí que jo… Pero ya de Empalme pa acá ya venimos a cargo de los gabachos, ¿ve? Y ya allí ellos nos venían dando comida en el camino onde paraban.
VM: ¿Qué les daban? ¿No recuerda?
JC: Un, pos un hamburger yo creo eran, era lo que nos daban. Y ya que nos hicieron cargo de ellos ya nos venían dando comida por el camino y onde parábanos también ya allí nos daban.
VM: Y, ¿recuerda que le hayan dicho en Salinas: “Bueno, tú te vas a ir a tal parte, vas a vivir así”?
JC: Sí, yo…
VM: “¿Te vamos a pagar tanto?”.
JC: Sí nos dijeron ahí, nos leyeron la cartilla y el que se desertara, el que se desertaba del contrato que se juera así nomás a la brava que lo iban a mul[tar], lo iban a quién sabe, nos amenazaban pues con multarnos y meternos a la cárcel si nos desertábanos de allí onde teníamos el contratación o cuando se terminaba, si te salías pa irte por ahí a trabajar, ya después de la contratación te amenazaban con cárcel y todo. Y muchos, algún que otro se desertaba pero otros casi nomás tuvimos miedo. Cuando cumplías tu contrato podías huirte y la gente te agarraba de volada porque deseaban tener gente ilegal, deseaban tener porque no pagaban tanto. Y cuando venían contratados tenían que pagar muchos derechos y luego si te pasaba algo, también tenían que pagar. Entonces agarraban uno ilegal, ¡nombre!, lo cuidaban bien la gente pos quería que trabajaras con ellos, no tenían que pagar impuestos y eso ¿ve? Y muchos se quedaban, algunos que tenían más valor. Yo taba muy morro, todavía no, no me animaba. Le tenía miedo al Gobierno que me jueran a meter a la cárcel. (risas)
VM: ¿Usted cuántos años tenía cuando se fue de bracero?
JC: Fíjese que yo tenía todavía no acabalaba los dieciocho. Andaba como en diecisiete años y mi papá, ya ves en México todo se vale. Pagó algo pa que me dieran el número de mi cartilla pa apuntarme y así es que me dieron mi… como la clave de los números de mi cartilla y yo ya con eso entré al… como si hubiera marchado ya, ¿me entiendes? Y nomás que mi cartilla según todavía no llegaba pero ya tienen mis números. Ya cuando jui pa allá pos ya mi cartilla ya estaba, pero ya taba apuntado y todo. Pero tenía yo, andaba como en diecisiete años por ahí.
VM: Diecisiete. Como un año antes.
JC: Ey.
VM: Entonces, sí estaba muy, muy…
JC: Sí, muy…
VM: Como dijo usted, muy morrillo. (risas)
JC: Ey, pero mi papá pagó pa que, como yo quería venir y si no tienes cartilla no puedes venir.
VM: Y como, digamos usted estaba muy joven. Era como quien dice apenas en su adolescencia, un niño. Entre…
JC: Pero yo taba muy impuesto a trabajar como le digo, desde chiquito.
VM: Sí.
JC: Así que se me hacía un polvo. Lo único que me sentía triste porque andaba lejos porque nunca salía.
VM: Sí, sí.
JC: Ey.
VM: Y, ¿cómo era? ¿Cómo lo trataban sus compañeros? Porque supongo que había muchos que ya eran hombres hechos y derechos.
JC: Sí, sí había, casi todos. Yo era el más morro de todos los que andaban ahí.
VM: Y, ¿cómo lo trataban a usted?
JC: Bien, como eran conocidos del pueblo. Te digo, uno de ellos jue el que me enseñó a leer, se llamaba Arturo Alcalán él. Y uno de ellos me enseñó, jue el que me hacía las cartas y me enseñó a hacer la mía, era el último. Arturo Alcalán.
VM: Fíjese.
JC: A mí me trataba bien, ¿pa que te voy a decir? Y andaba algunos…
VM: ¿Ellos comprendían que usted todavía aún estaba muy jovencito?
JC: Ey.
VM: Para usted era un poco más difícil.
JC: Luego había dos primos también allí.
VM: Y su tío que se regresó.
JC: Ey, el tío que se regresó también.
VM: Entonces eran varios de familia, ¿verdad?
JC: Mi tío en la primera esa no vino. Mi tío ese cuando se desgració es la vez que te dije fue cuando caímos a Woodland.
VM: Oh, la segunda vez.
JC: Ey. Y, cuando tenía yo más mis amigos jue en Davenport.
VM: Que usted recuerde, ¿alguna vez fue Inmigración, La Migra a los campos donde trabajaba?
JC: No, yo nunca me acuerdo de la visi… Pero traibamos un papelito que nos daban pa si miraban La Migración o algo traibamos un como credencial, algo no sé que era.
JC: Pero no, no me acuerdo yo de haber mirado.
VM: O, ¿alguna vez que recuerde que haya ido alguna autoridad, un representante del Gobierno mexicano a revisar cómo vivía, trabajaba, sus condiciones?
JC: No.
VM: ¿Nunca? Que usted recuerde, ¿algún compañero que quisiera organizar como para hacer un sindicato de trabajadores para pedir mejor sueldo, de ese tipo, como un organizador?
JC: No, lo que pasó acá en Woodland fíjese que unos estaban haciendo huelga pa que pagaran más, porque nos pagaban a $0.13 centavos la caja de tomate.
VM: ¿Trece?
JC: [A] $0.13 centavos. Entonces estos hicieron huelga y pos uno como te digo estaba remorro también y entonces no, pos que no hay que meterse, si se meten ahí que lo matan a jitomatazos, ¿ve? Pos ahí estamos y entonces lo que hicieron, que en vez de levantarnos el sueldo que nos mandan a otro ranchillo más chafa. Una cosa que me aventé yo como cinco días sin comer, como cinco días sin comer por ver la comida que daban y todo jue como un castigo que nos dieron. Y andábanos también piscando tomate. Y luego yo me metí de cargador, las dos cosas, me estaba matando solo y sin comer. Agarraban una jarra, le echaban una cucharada como de esas que le echas para el café. Una cucharada como blanca de polvo y una jarra así y luego lo metían la llave del agua delante de ti allí on tabas comiendo como de aquí a la mesa y ya sacaban la jarra de leche y te la ponían allí. Y eso no era todo. No, pos yo no probaba nada y los que probaban de ir trabajando en el tomate yo creo que de aquí al pasillo ya cagaban como tres veces. Se ponían, que le hacía mal lo que comían, la leche y todo eso les hacía mal. Entonces yo dije: “No, yo no voy a comer esa mierda”. De que le echaba una cuchara de un polvo que yo no sabía qué sería y luego la llave del agua y allí te arrimaban la jarra de leche a la hora de la comida. Yo no la probaba, ni la comida. Taba más fea que nada. El cocinero, un viejillo que le fallaba hasta los ojos yo creo. Jue como un castigo de que allá pedían aumento. Yo pos, yo me gustaría haberme quedado a trabajar allá, pero si se metías a trabajar te mataban a tomatazos los otros. Y nos castigaron así. Y ya era el final de la contrata yo creo porque nos mandan a ese ranchillo y luego yo me metí a piscar y cuando llegaban los camiones de carga también podían dar jale y le metía. Y entonces una vez te toca en el suelo, está otro arriba, el semi tá como aquí de alto yo creo, de carga de tomate. La plataforma y uno está arriba pa ir esquivando aquí en el piso, luego era de… No me acuerdo si era de siete u de once la rincha de cajas. Entonces la última la echabas acá mira. La última caja y están pesadas. Y en una te tocaba aquí en el suelo y otro arriba pa ir esquivando. Y las montones era de siete aquí y el camión a vuelta de rueda y tienes que aventar ansina la caja porque va a vuelta de rueda, luego no se para y los montones están así: uno aquí y otro aquí, de siete, pa vaciarse rapidillo y el carro a vuelta de rueda no se para. Entonces en una de esas, era un camarada grandote que le tocó arriba y a mí abajo me tocó. En una de esas estaba echando la última caja el bato así pa esquivarla y cuando se aguadó no alcanzó a llegar y se fue pa atrás, desmayado cayó abajo, la caja le cayó aquí y se desbarató la caja. Taba alto y ya me dio miedo a mí, dije: “No, este güey se desmayó que se veía calote y grandote”, ahí va. No, vinieron las ambulancias y se lo llevaron y ya dije: “No, ya estuvo, ya no vuelto a cargar yo tampoco”. Pero yo andaba dando y luego sin comer por cinco días, ¿tú cómo crees que andaba? No. Ya se estaba terminando pero pos jue un castigo que nos dieron yo creo por aquellos güeyes que hicieron huelga allá. Pero ya en esos días me vine pa mi tierra. Y luego me acuerdo que esa vez de allí de Woodland fuimos, no sé que pueblo sería, pero me parece como que era Fresno, sepa Dios. No sé qué tan lejos quedaba porque nos llevó un camarada que ya conocía. Antes de irnos le dije: “¿Sabe qué?”, ya nos íbamos a ir pa México. Le dije: “Me ando muriendo de hambre yo ese, no he comido por cinco días”. “Vamos, ahorita vamos a ir yo conozco acá”. Se me hace que me parece que me mentó que Fresno. Yo no me acuerdo. Me acuerdo que llegamos a un restaurán y yo me comí como cinco platos de comida. (risas) Me acuerdo bien.
VM: ¿Cinco platos?
JC: Ey. ¡Jijo de su!
VM: Y ¿qué? ¿Qué comió?
JC: Pos yo no me acuerdo ni qué me dieron, un plato de uno y otro de otro. El compa pidió y uno ¿qué sabía? Y era en inglés allí y el otro ya sabía más o menos. Ése era, pos de allí era más criollo de allí yo creo, no era ni de los que íbanos de contratado. Pero ya conocía allí y él nos daba raite a las tiendas a comprar ropa. Todos ellos ya lo conocían y le dije yo que si nos llevaba onde había comida, dijo: “Yo lo llevo”, y él pidió allí. Como cinco platos, pero de diferente comida, no sé cómo le pidió él. ¡Nombre!, comí pero hijo de su ma… Pa podernos ir pa México. (risas)
VM: ¿Ya bien comido?
JC: Ya bien comido.
VM: Qué bien.
JC: Fíjate como cinco días trabajando sin comer.
VM: Pero mire los cinco días que no comió llegó y pidió cinco platos.
JC: Ey. (risas) A ver si no me pega un… (risas)
VM: A ver si no se gibaba de la comida.
JC: Ey. (risas) Pero ¡nombre! Andábanos, luego en esa cargada sabe que sudaba uno traiba uno gotas hasta arriba y salía el agua de aquí pa ajuera de cuando andaba uno todavía, era un jale…
VM: Duro.
JC: Pesa[d]o. Te digo que ese compa se desmayó arriba pa subir la última caja. Y ya me dio miedo a mí y dije: “No, se desmayó este güey que tá más fuerte que yo”. (risas) Dije: “Ahí te güacho”.
VM: Y fue usted los años el [19]63 y el [19]64, ¿verdad? ¿Nomás tuvo dos contratos?
JC: Dos contratos, sí. Fueron los últimos ya.
VM: Y en ese entonces ¿ya tenía su novia?
JC: Empezaba yo ahí con (risas) empezaba, de todos modos no era bien mi novia pero ya había ido dos veces a mirarla y luego de acá ya le escribí. Ya pos nos hicimos más bien novios casi por las cartas ya, ey.
VM: O sea, se vino y eran como amigos y ya terminaron novios.
JC: Ey.
VM: ¿Cuánto le duró pa resolverle que sí quería ser su novia?
JC: No, como a la segunda carta ya.
VM: Y, ¿cómo se llamaba ella?
JC: Pos las elegidas eran dos, te voy a decir. (risas) Y con una al último me casé, con la primera esa que te digo que le escribía. Y luego le escribía a la otra también. La otra es la que me esperaba a mi más mucho la otra pero no, me casé con la otra primero.
VM: ¿Cómo se llama su esposa?
JC: Juana Campos.
VM: Juana.
JC: Ey.
VM: Y, ¿la otra cómo se llamaba?
JC: Ramona Reyna se llamaba o se llama todavía. (risas)
VM: Y, ¿ya nunca la volvió a ver a Ramona?
JC: Sí, pos cuando fui pa allá me estaba esperando según ella pero yo no sé como pero… O sea que ella era rica y yo taba pobre, ¿no? Éranos pobres pues la familia y entonces mi papá me dijo que no me convenía casarme con una rica porque me iba, según él, a él no le gustaba eso. Dice que como era rica a la mejor me iban a traer como mandadero y no le gustó eso. Y entonces yo dije: “No, mejor me caso con la otra”. (risas)
VM: Con Juana.
JC: Ey. Y fue lo que me hizo… la muchacha la otra me citaba que me miraba en el río o algo y yo no quise ir porque dije: “Si voy se va a querer ir conmigo yo creo”. Sí, así iba a ser y se enojó. Entonces cuando yo fui a traer, sabe que traigo… Uno va a traer la ropa pa, ¿cómo le dicen? Las donas allá le dicen a eso así la ropa pa casarse. Yo me jui pa otro pueblo a traer eso pa casarme y ésa se dio cuenta ya de todo y como no iba a la cita, se dio cuenta y cuando vine yo con la ropa esa, esa noche cuando yo me jui pa allá vine otro día fui a traer la ropa esa y cuando vine ya taba un polecía buscándome allí en la casa. A mí, dije: “Pos, y eso, ¿por qué?”. Y entonces, me decía que yo me había robado a esa muchacha a la Ramona.
VM: ¡Fíjese!
JC: Y su papá eran muy mentados, pues. Y les tenían miedo porque eran empistolados pues, mataban gentes si se podía. Le dije yo: “¿Qué on tá Ramona?”. Le dije: “Yo qué voy a saber”, le dije. “No te hagas”, me dijo un comandantillo. Dice: “Y, Ramón”, se llamaba el papá, dice: “Anda como un diablo que se robaron, que tú juites”. Y como no estaba en la casa también creyó el güey que yo no era. “Tá loco él”, le dije yo. “Mira”, le dije, “yo vengo de traer una, dos. Sí me voy a casar”, le dije, “pero no con ella”. Y ya empezó a buscar, dijo: “¿Que entonces qué? Es de coraje y me mandó una razón”, dice. “Pos yo sé que te vas a casar”, dijo, “pero voy a tener el gusto yo de primero juntarme con un hombre que tú con una mujer”, dijo. (risas) Ey. Y me cumplió, fíjate. Cuando yo fui a traer te digo la ropa esa ya se había juntado con otro.
VM: ¡Fíjese!
JC: De coraje se enojó. Por eso yo le tanteaba que si voy allá a la cita que me ponía y no me le iba a rajar ya porque y dice quere conmigo. “Mejor no voy”, dije. (risas) Y sí, iba a ser lo mismo porque el otro ese no era ni su novio, ¿cómo? Y, se fue con él.
VM: Fíjese.
JC: Ya enojada, yo creo que no sé como le haría.
VM: ¡Bah! (risas) ¡Ay!
JC: Ey. Son cosas historias de la vida.
VM: Sí. Y, ¿qué comía en los campos? ¿Les hacían ellos la comida?
JC: ¿Acá onde trabajábanos? ¡Oh! Le voy a platicar la de Woodland. Acá en donde estuve primero en Davenport nos dieron buena comida. ¿Pa qué voy a decir? Como éranos poquita gente mataban un puerco cada semana y lo refrigeraba allí el señor y una vaca cada quince días nomás pa nosotros. Allí comíanos bien y a la hora de todo. Pero onde caímos a Woodland allí eran quinientas gentes, allí una vez ya mero nos moríanos, ya mero nos mataban de… Nos dieron como una carne envenenada y pos está en la historia eso todavía allí. Fíjate que tuve suerte de que yo a mí no me puse malo, ¿pa qué voy a decir? No me hizo mucho efecto eso. Pero como salíanos muertos en la noche y entonces siempre tenías que levantarte encarrerado porque era un gentío, tenías que estar del primerones allí porque si no la cola larga y al último era un problema pa agarrar los camiones, a la mejor te largaban también tenías que estar listo. Porque los camiones pa llevarte a trabajar. Y yo siempre me levantaba temprano. Andábanos muertos de cansado pero… Y entonces en una de esas que desperté, oigo la gente: “¡Hijo de la!”, dije, “ya me ganaron si oigo la grita en el baño”. Tú sabes como hacen escándalo donde hay quinientos, más de quinientas gentes. Oigo, ¡hijo! De que me levanto, dije: “Ya me largaron”. Y como yo casi diario de los primeros me levantaba, ¿no? Oí el gentío y que me levanto encarrerado, ahí voy pal baño, dije: “Ya me largaron estos”. Y no, que voy viendo que era como a la una de la mañana al último. Y que voy viendo pos quinientas gentes, hay baños no me acuerdo cuántos baños son por cada lado, también en una barraca allí también de puros baños, son como un jodal de baños, son como más de cien, yo creo. Que los voy viendo ocupados todos y otros por un la[d]o, como taban en la silla otros cagándose ahí por un lado del otro que estaba sentado y que voy viendo. Digo: “¿Qué traen estos güeyes?”. Y ya me empecé a agarrar la onda que era temprano que tova no era la hora de trabajo. Y dije: “¡Jijo de su!”. No, pos ya nomás que amaneció empecé a ver de cuando salían de la barraca y venía la mierda por el camino. ¡Hijo de su madre! No, pos que nomás amaneció y empezó a llegar la ambulancias y todo, se estaba muriendo la gente. Unos tirados, ya no estaban sentados taban tirados ya, comenzaron temprano y yo fui el que no me di cuenta, ¿no? Ya unos estaban acostados en vez de estar allí por un lado del baño taban acostados, ya muriéndose. Y que llega ya el amanecer. En vez de ir a trabajar andaban gentes así con Pepto Bismol, así en todos los lados así y la gente haciendo cola y que Pepto Bismol y otros ya se habían ido con la ambulancia pal hospital. Yo no sé si morirían algunos, ¿pa qué te voy a decir? Tanta gente. Pero otros con Pepto Bismol allí. Jue un desmadre, pero dijeron que la carne como que taba envenenada la comida, la carne, alguna carne vieja de que unos días. No supe. Y a la mejor, te digo que a mí no me hizo efecto mucho, digo yo, quizás porque son tanta cazuela o tanta, que a la mejor no me tocó la tanda esa como es mucha gente tienen que hacer diferente comida yo creo, ¿vedá? Y a la mejor no me tocó de la mera buena. (risas) Ey, porque no, a mí no me hizo.
VM: Fíjese.
JC: Yo creo jue suerte, ¿vedá?
VM: Y, ¿pagaba usted por la comida?
JC: ¿Cómo?
VM: Como, ¿cada semana tenía que pagar?
JC: No, no. Eso yo creo que va por la contratación, ahí va incluida yo creo, no sé. No, no tenía que pagar uno así.
VM: ¿Quién le lavaba la ropa?
JC: ¿La ropa? No, pos nosotros yo creo. Ni modo ahí que todos lavar la ropa nosotros.
VM: Y, ¿cuánto le pagaban? Me comentó que $0.13 centavos la libra de…
JC: No.
VM: La caja del tomate.
JC: La caja de tomate a $0.13 centavos. Y acá en Davenport trabajábanos por horas a $1.10 la hora. Fueron diferentes las dos veces. En Davenport ganábamos a $1.10 la hora, trabajábamos doce horas. Doce horas sin enderezarte, ¿cómo la ve?
VM: ¿Doce horas?
JC: Con las manos pegadas a la tierra, doce horas y no te tienes que enderezar nada. Ese sprout que piscábanos era una mata que crecía como así. Pero el primer corte que le echaba, ¿si conoces el papayo?
VM: No.
JC: Entonces el primer corte y las bolitas así nacían pegadas a la tierra casi el asientito sumido a la tierra del árbol, tá como así de grueso. Tonces alrededor tienes que piscarle un surco alrededor de bolitas, ¡tas, tas!, y otra al otro, al otro. Y así te ibas. Llegabas al último, piscabas todo el fil [field] y luego va de vuelta. Le piscabas otro alrededor el ése como el papayo pues, va por vuelta. Piscas los del otro tan más grandes y más chiquito y más chiquito y más chiquito, ¿no? Y así vas piscando. Pero la primera te digo que el asientito estaba metido en la tierra, tenías que hacerle juerzas pa arrancar la bolita alrededor, las bolitas. Salías hinchado de aquí de la mano de la juerza de hacerle así pa quebrar la bolita así pero pegado a la tierra doce horas sin enderezarte. Que llenabas, en un balde piscabas pero te llevabas costales, entonces del balde lo echabas al costal y ya el costal lo tenías que echártelo al hombro pa sacarlo a la calle onde pasaba el carro lejos como… Pos depende. El fil era largo, ¿no? Lejesísimos y los primeros viajes tábanos como de aquí a la calle. Los otros más, que según lo lejos que ibas tenias que salir hasta al bordo onde pasaba el camión pa dejar los costales. Y le digo, yo era el rato que descansabas. Te echabas el costal al hombre y era cuando ibas parado pero del otro modo puro agachado. Hasta que salía uno de un surco como de aquí a la high school aquella que está allá. Así los surcos de largo.
VM: Y, ¿cuántos días a la semana trabajaba?
JC: Trabajábanos hasta, cuando era por horas, hasta el viernes, ey.
VM: Cinco días.
JC: Cinco días. No, sí cinco días.
VM: Cinco días. ¿Cómo le pagaban?
JC: A $1.10 la hora.
VM: Pero, ¿en efectivo, en cheque?
JC: No, no, era en cheque.
VM: En cheque. Y, ¿alguna vez tuvo algún problema con su pago?
JC: No, no, eso no.
VM: ¿Qué hacían en sus tiempos libres?
JC: No, allí no, no como en otras pa[rtes]. Onda de que sale, ahí no salíanos a ninguna parte. Lo que pasaba que a veces como mataban vaca y a veces hacíanos chicharrón nosotros mismos allí pa, nomás pa estarnos haciendo tontos, ¿vedá? Chicharrón de la vaca, pos tiraban todo y entonces le decía: “No lo tire, lo aparta pal domingo hacer chicharrones”. Y así pasábamos el tiempo.
VM: Qué rico.
JC: Pero no, no había a onde ir, no había nada, nomás íbanos a la tiendilla a pie ahí por un traque. Y algunos se tomaban un seis de cerveza, yo ni tomaba en ese tiempo allí. Pero nomás íbamos allí a la tiendita, había la marquetilla y una tiendilla pa ropa. Había de todo. Íbanos a pie pero no salíanos como después años acá que salías en carro o a compras. ¡Ah! Salimos a compras también pa acá pa Santa Cruz pero un compa le pagábanos pa que nos trajera pa… Pos allá en casualidad de que vinimos a llevar con comprar radios. Venimos a Santa Cruz.
VM: Ah, ¿entonces tenían radio?
JC: Ahí.
VM: Ahí tenían radio.
JC: No, pos sí vinimos a comprarlo ya después de que trabajábamos bastantillo. Y que ya estábanos con el fin de venirnos entonces compramos, vinimos a… No me acuerdo si vinimos a Santa Cruz a comprarlos o esta, ¿cómo se llama el otro? A Watsonville. A esos dos lugares veníanos. Ya tábanos como que te faltaba un mes o más pa venirte, pa venirnos, pa irnos. Entonces fuimos todos queríamos ir a comprar radios.
VM: Ah, qué bien.
JC: Pa oírlo allí y luego ya pa llevárnolos, ey.
VM: Y, ¿cómo era el radio? ¿Chiquito?
JC: No, compramos unos que salieron famosos esos me acuerdo que se llamaba la marca Norelco. Así taban grandes, así grandes. Como así de alto, así, pero salieron bien buenos esos radios.
VM: Sí.
JC: Todos compramos casi de la misma marca pa llevarnos pal ter(?). Salieron buenos.
VM: Entonces usted no tomaba. ¿Fumaba?
JC: Sí fumaba.
VM: Era, ¿cómo era lo que fumaba?
JC: Cigarros, me acuerdo que… Pos en México jumaba uno Alas, me acuerdo en aquel tiempo. Pero acá no, yo no me acuerdo qué cigarros agarramos, si eran los Camay unos se me hace que eran los Camay o algo.
VM: Y bueno, mandaba sus cartitas a su novia, ¿a su familia también mandaba?
JC: Sí, les mandaba dinero también.
VM: ¿Cada cuándo le pagaban y mandaba dinero?
JC: Nos pagaban, se me hace que cada quince días allí me parece.
VM: Y, ¿qué le mandaban decir de México?
JC: No, pos en aquel tiempo mandaba, ¿cómo están? Que todo tá bien y pos es todo. No, no mucha cosa.
VM: Terminó su segundo contrato y luego, ¿qué hizo?
JC: Cuando terminé el úl[timo] me fui pa México me aventé un ratillo allí. En México estuve un rato y luego me vine. Se murió mi padre el [19]67 y jue lo, yo per… Haz de cuenta que perdí toda mi vida. Pos yo creo que ni madre me importó yo creo, no sé. Pero me vine y ya estaba casa[d]o. Dejé todo yo. Me sentí muy mal porque diario andaba junto con mi padre de chiquillo hasta en el trabajo, onde quiera y ya tomábanos juntos al último. Yo también jui tomador. Y me vengo pa Tijuana y duré un año, el [19]68 ahí me la pasé. Al final del [19]67 me vine cuando murió mi padre y ahí en Tijuana me llevé el [19]68 ahí viví yo.
VM: ¿Con su esposa?
JC: No, yo solo me vine, le dije que largué todo. Pa mi jue…
VM: Y, ¿dejó a su esposa también?
JC: Todo.
JC: O sea cuando se murió mi padre pa mí se acabó todo, algo así.
VM: Y, ¿tenía hijos con Juana?
JC: Sí, sí.
VM: ¿Cuántos hijos tenía?
JC: No me acuerdo si eran como tres o cuatro yo creo. Al caso que yo me vine, que no. Y duré un año ahí y saqué pasaporte y me pasé pa acá. A los años ya se vino mi esposa, me habló de Mexicali y entonces ya jui por ella. Pero yo no pensaba ni volver yo pa mi tierra, no sé.
VM: ¿Fue cuando duró los diecisiete años sin regresar?
JC: Ey.
VM: Fíjese. Entonces su esposa Juana sí dijo: “No, pos ahí nos vemos. Ahí yo voy pa allá pa Mexicali. Ven por mí”.
JC: A buscarme. No, ni me dijo nada, no me dijo que se iba a venir nomás ya miró que no tenía fin de volver y verá. Y se vino a buscarme ahí me habló de Mexicali cuando quise ahí estaba entonces ya pos ya tuve que mandar por ella. Y luego, en el otro agarrón pos mandamos por la familia. Allá estaban todavía quedaron los demás. Y ya pasamos todos hasta la fecha aquí.
VM: Están todos.
JC: Ey.
VM: Y, tuvo, ¿cuántos hijos tuvo en total?
JC: Son siete.
VM: Tuvo siete.
JC: Ey.
VM: Y, ¿ellos qué hacen?
JC: Pos ya están todos casados. Bueno no todos, están los más grandes casados, tá un chavalo el más grande, nomás son dos hijos y mujer. Y uno tiene trece años el último, es el que…
VM: ¿Trece? Tá chiquito, ¿verdad?
JC: Ey. (risas)
VM: ¿Qué es la diferencia del más chiquito al que le sigue?
JC: No, pos el más grande, ése ya tiene más años ya. Taba una niña por en medio y luego el otro. Pos no se ha casado tampoco ahí anda y me queda una niña nomás sin casar, se va a casar ya como unos seis meses más ya se va a casar ella. Y me queda nomás en la casa el otro el chiquito ese de trece. El grande está viviendo con nosotros ahí pero él trabaja, él tiene su vida pero ahí vive con nosotros. Tiene una niña con una mujer por allá en Texas, no sé pero todo por no crecer y mal casarte y ahí está.
VM: Sí. Entonces ya después se arregló ya todos están aquí bien.
JC: Sí. Fíjate tanto año aquí y vine arreglando La Amnistía esta que pasó apenas. Yo pude haber arreglado desde ese año.
VM: Sí.
JC: Pos tengo…
VM: ¿Verdad?
JC: Tengo pos un añal de aquí.
VM: Y, ¿La Amnistía qué pasó cuándo? ¿Qué año?
JC: Pos no me acuerdo ni qué año pasó pero fue la última. Pos fue la última que hubo La Amnistía esa que…
VM: ¿Del [19]86?
JC: Yo creo esa es.
VM: ¿Sí?
JC: Ey. Porque fue la última que arreglé y yo había podido arreglar antes.
VM: Sí.
JC: Hasta los patrones a veces que te daban una carta y ya podías arreglar era más fácil. Y yo decía: “Yo nunca voy a estar todo el tiempo aquí”.
VM: Y nada.
JC: ¡Y nada! Y me voy quedando y quedando.
VM: Y, ¿en dónde trabajó cuando regresó? ¿En qué trabajó o qué?
JC: Oh, de cuando yo regresé cayí aquí a Victorville jue onde, ahí en Victorville trabajé como diez años, ahí viví como diez años en Victorville. En Apple Valley más bien. Están pegados, es un chicole, es Hesperia, Victorville y Apple Valley, están pegado los tres es un chicole allí. Pero viví en Victorville, viví en Apple Valley pero trabajaba siempre en Apple Valley, jue onde trabajé.
VM: Y, ¿ya se retiró?
JC: Sí, ya.
VM: ¿Qué significa para usted la palabra bracero?
JC: Pos no, no le puedo decir.
VM: ¿Usted cree que el programa de los braceros le cambió su vida?
JC: Bueno, sufrimos mucho, ¿vedá? Pero pos sí nos aliviamos porque tábanos de todos modos bien jodidos. Yo saqué dinero pa casarme ya. (risas)
VM: Con Juana. (risas)
JC: Sí, ahí nos alivianamos. Sufrimos mucho pero nos alivianaron de todos modos. Lo único que nos quedaron debiendo. Yo pienso que ni, no yo no creo que van a pagar eso. Dicen que sí pero no creo yo. Yo miro muy, ya con lo que dijo ayer el señor allí, ¿sí estabas ayer? Que a la mejor no había esperanza, yo también digo. Y luego yo jui de los que agarré la carta esa, la ¿cómo se dice? La carta que te dan notificada, ¿cómo se llama?
VM: Notariada.
JC: Notariada. Jue el de la carta esa el que tiene menos chance del pago creo que según oí eso yo. Pos yo dejé mis papeles en México de cuando fui ya ves con lo que tengo ya que me vine y se los dejé a mi mamá ahí en un veliz, ahí todo lo que es el contrato y eso. Entonces dice, no pos me dijo Ramón que podía llenarlo de todos modos así pero son los que tienen menos esperanzas porque no traiban el contrato y todo. Y lo mío quedó allá. Mi mamá también se vino y ya murió, hasta aquí se murió en Fresno ahí tengo los demás hermanos y todo. Le digo que pa hallar el veliz ese allá, quién sabe yo no puedo. Chance que esté por allí pero no pos no, no he ido ahora pronto. Y yo veo que son los que tienen menos posibilidades de pago los de la carta notarizada. Que yo ahí todos modos dicen que Gobernación tiene derecho a dar un, el expediente de uno de todos modos aunque no tenga los papeles del contrato, pero ellos los tienen todo. Tú sabes el día que trabajaste y en qué trabajastes y todo. Ahí lo tienen pero como que miro que hay menos esperanzas. No hay esperanzas pa los que entregaron todo, cuanto más pa uno. No sé.
VM: Bueno, ¿alguna otra cosa que quiera agregar a la entrevista?
JC: No, pos ya, ¿qué más? (risas)
VM: Bueno, déjeme cierro el casete y luego ya nos vamos.
JC: Ey.
This is an interview with Jesus Campos Ortiz on May 26th, 2006 in San Bernardino, California. The interviewer is Violeta Mena and this interview is part of the Bracero Oral History Project.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 26 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Violeta Mena
This is an interview with Jesús Campos Ortiz on May 26th, 2006 in San Bernardino,
California. The interviewer is Violeta Mena. This interview is part of the Bracero Oral
History Project.
VM: Antes que nada, me gustaría que me dijera, ¿cómo se llama y su fecha de nacimiento?
JC: No, pos yo me llamo Jesús Campos Ortiz. La fecha de nacimiento es 1943.
VM: Y, ¿dónde nació usted?
JC: En Aquila, Michoacán.
VM: Tan bonito Michoacán, ¿verdad? Y, ¿más o menos por dónde está Aquila?
JC: Colinda con Colima, pero pegado al mar, pero no sé. Está cerca de Tecomán, Colima, por este lado, pero pegado al mar.
VM: Ay perdón. ¿Cómo es Aquila?
JC: Pos es un municipio, Municipio Aquila. Pero es pa la orilla del mar, estamos así donde colinda Colima con Michoacán, pero pegado al mar.
VM: Y, ¿Aquila produce algo?
JC: Bueno, antes era punta de carretera. Ya ahorita ya cruzan carreteras pa Coalcomán [de Vázquez Pallares] todo eso, pero era un municipio. Era como un embarcadero de todo, de semilla, de gana[d]o. Allí era el municipio [d]onde sacaban los pasaportes pal ganado, pa vender y todo; comprar y vender allí, porque era punta de carretera antes y todavía es lo que hacen ahí, llevan el gana[d]o, ahí van en camiones a comprarlo, semillas, maíz, todo.
VM: Es como un centro de…
JC: Es el municipio ahí. Ahí hay muchos… siembras alrededores, criadores de ganado, todos. Muy lejos, el cerro es y ahí es municipio, ahí bajan todos a hacer el negocio.
VM: Y, ¿me puede platicar de su niñez allí?
JC: Sí. Yo tuve una niñez que nunca fui a la escuela. (risas)
VM: Sí.
JC: Diario jue trabajar porque eran muchos hermanos y tenía que trabajar pa acabar de mantener los demás chiquitos. Yo de la edad de ocho años ya trabajaba como gente grande, con los grandes, hombres grandes, trabajaba en el campo también ya como de la edad de ocho años.
VM: Y, ¿qué hacían?
JC: Agricultura. Puro sembrar maíz, frijol, pa mantener un… Nosotros éranos unos de los que mantenemos el pueblo de semilla, de todo. Mi padre era muy trabajador también y éranos… Había ricos que vendían cosas allí, pero nosotros gente en el campo son los que hacíanos el maíz, frijol y todo pa, pos pa nosotros y pa los demás. Porque lo que no nos comíanos nosotros, todo eso lo vendíanos al pueblito, porque el pueblito también se mantenía de eso Pero éranos agricultores todo el tiempo, de semilla.
VM: Y su papá, plati… ¿Cómo se llama, se llamaba su papá?
JC: Igual que yo, Jesús Campos.
VM: Jesús Campos.
JC: Ayala, Ayala él.
VM: Y, ¿él le comentó que era agricultor?
JC: ¿Él?
VM: Él.
JC: No, pos él era el que [nos] encabezaba a nosotros, era agricultor con nosotros. Él es el que nos enseñó a trabajar en eso.
JC: Era agricultor toda su vida también.
VM: Sí. Y, ¿su mamá?
JC: Mi mamá se llamaba Consuelo Ortiz, pero pos ella era ama de casa, pues nomás.
VM: Pues sí es mucho trabajo.
JC: No, los demás creen que (risas) era…
VM: Pos dice: “Pos era nomás ama de casa”. (risas) Pero trabajaba veinticuatro horas al día.
JC: Oh, sí. Y luego allá en aquel tiempo que no había ni molinos, nada, a puro en el metate pa darle de comer a todos y a veces echábanos mozos y tenía que hacer comida pa, hasta pa diez, quince individuos, ¿cómo cree que era el trabajo? Y, nomás era ama de casa. (risas)
VM: Sí, como dice usted: “Nomás, (risas) nomás era ama de casa”. (risas)
JC: Ey.
VM: Y, ¿lavaba?
JC: Todo.
VM: ¿Cuántos hijos tuvo?
JC: Juimos diez.
VM: ¿Fueron diez?
JC: Sí.
VM: Y, ¿nomás era ama de casa?
JC: Y nomás era… (risas)
VM: ¿Usted qué número fue?
JC: Yo jui el… Lupe, Ramona, Silvestre, Félix… el número cinco yo.
VM: ¿Tuvo hermanas?
JC: Sí, dos. No, no dos, hermanas son cuatro. Son cuatro y seis hermanos.
VM: Entonces fueron Lupe, Ramón, Silvestre, Félix, usted.
JC: Yo y Gregorio, luego Elías y José. Entonces fuimos once yo creo ¿vedá?
VM: Sí.
JC: Ya perdí en la cuenta. (risas)
VM: Y nomás era ama de casa.
JC: Y nomás era ama de casa, (risas) ey.
VM: Las hermanas, ¿cómo se llaman?
JC: La hermana se llama, una se llama Lupe, es la mayor, Ramona y luego Trina y María.
VM: Sí, son once.
JC: Ey.
VM: Ah, es que no se estaba contando con usted.
JC: Yo creo, ¿vedá?
VM: Que siempre dice…
JC: Ey.
VM: Tengo diez hermanos.
VM: Pero, yo le pregunté cuántos fueron.
JC: Yo no me estaba metiendo en la lista. (risas)
VM: Claro, porque usted fue de mero en medio, de mero en medio.
JC: Sí. Más o menos.
VM: ¿Ellos en dónde están ahora?
JC: En México están tres, este, espérame. Sí, están cuatro, que es Lupe y Trina están muy raras, muy lejos ¿vedá? La primera y casi las últimas, la penúltima y Goyo, el que se me sigue a mí y los demás acá están en Fresno, acá en Visalia pa acá, todos mis hermanos.
VM: Y, ¿se juntan seguido?
JC: Ah, con los de México no. Bueno, tengo yo como cuatro, poquito de cuatros que jui a dar una vuelta nomás pa allá, pero no, una vez duré diecisiete años que no iba.
VM: ¡Fíjese!
JC: Ey.
VM: Es mucho tiempo.
JC: Pero ahorita tengo cuatro años que me jui una vez.
VM: Entonces empezó a trabajar a los ocho años y no fue a la escuela.
JC: No, no jui. Me la pasé yo trabajando. Donde aprendí, sabe que la primera vez que vine pal norte, un amigo mío me, porque me urgía y ya le puse más interés en la noche, como salíamos del jale y él me enseñó hasta que pude hacer una carta pa mandar pa mi tierra. (risas)
VM: Sí.
JC: Sí, pero no sabía.
VM: Y, ¿nunca nadie le escribió, le escribía antes una carta pa mandarla?
JC: Sí, pos sí, mi amigo ese mismo y yo: “Hazme una carta”. Y luego, pos yo ya tenía una novia allá. (risas)
VM: Ah, le tenía que escribir a la novia. (risas).
JC: Por eso me interesaba. Y luego me decía él mismo: “Ahorita andamos, yo soy tu amigo”, dijo, “pero, ¿sabes qué? Te deberías de enseñar tú”, dijo, “porque un día otro le va a mandar decir otras cosas y te la va a ganar. (risas) En vez de hacerte la carta pa ti la va a hacer pa él y al último él va a ser el novio”. Dice: “Aprende”, me decía y era mi camarada.
JC: Y ahí [es]toy haciendo la lucha hasta que me enseñé y ya empecé a mandar yo, ey. (risas)
VM: Y, ¿qué le mandaba decir?
JC: No, (risas) escribe pronto y eso. La primera vez que vine pal norte, yo no sé, sería la presión de aquí o no sé. Me andaba, me andaba muriendo. Yo no sé qué me pasó de que, ah pos mero estábamos haciendo cartas con mi amigo y entonces cuando dice: “Ya vámonos a dormir”. Entonces se me hace que me hizo ese día una carta en la noche cuando acabamos de cenar y ya digo: “Hay que irnos a dormir”. Y entonces estába[mos] dormidos en una barraca que tiene camas en aquella orilla y en ésta, pero muchas así. Yo [es]taba pa enfrente y él pa acá, entonces ya acabamos de hacer las cartas y me jui, era cuando estaba en Davenport. Nomás me acosté, así mire y se me vino un olada de, casi sentí una olada como fría y ¡tran! Me sentí, pegué la cabeza a la cabecera sentí como que me habían dado con el moche de un hacha así aquí y me quedé como muerto, pero taba muy juerte yo y yo no sé si [hubiera estado] menos juerte yo creo ahí quedo bien muerto. Como pude. “¿Cómo me voy a morir?”. Era la muerte pues. Me hice el ánimo, estaba juerte, que me siento, ¿eh? Pero no hablaba no nada. Ya me voy y me levanto poco a poco y pos no, no podía hablar. Me fui como caminando, en cuanto nomás así pa [d]on[de] taba mi amigo y me senté en la cama de él pa que notara, ¿me entiende? Pero pos él lo iba a notar porque me senté y lo que sea que temblaba la cama, la taba haciendo así. Luego se descobija: “Y, ¿qué pasó? ¿Qué no te fuistes a dormir?”. Y pos no le respondía y ya me dijeron que la, (risas) que en la cama taba temblando y que va le habla al mayordomo, le fue y le habla. De allí me llevaron a Santa Cruz de emergencia, ni hablaba ni nada. Pos los médicos me revisaron y todo, dice: “No sé que”. Era como, pos taba muy chavalo yo, también yo creo que pensaba mucho en mi tierra o no sé, algo así. Dice que algo ahí, ellos pensaban que era algo de eso porque no me hallaron nada. Duré allí y todavía nos faltaba poco pa cumplir el contrato, no me acuerdo cuanto faltaba. Entonces me decían: “¿Te quieres ir pa tu tierra?”. “No”. Yo no quería dejar mis amigos, mis compañeros, pos venían muchos de allá de mi tierra también varios. “¿Quieres esperar?”, dijo, “¿quieres irte pa tu tierra?”, me decían. A todos ellos los que sabían que me hacía bien estar con mi gente o con conocidos, ¿me entiende? No, o: “¿quieres esperar tus amigos cuando acaben el contrato?”. Y le decía que sí. Entonces iban a trabajar y ellos querían que no juera a trabajar yo. ¡Ni madre! Yo me iba atrás de ellos, los seguía y andaba trabajando con ellos pero no sabía de ónde venían ni nada. No sabía nada yo de… nomás miraba que se alineaban ellos y ahí voy atrás de ellos. Me pusieron a trabajar y yo también trabajaba, como miraba lo que hacían ellos yo también, pero no se, no me acordaba de onde venían ni nada. Como al mes yo creo empecé ya a recordar poco a poquito, poco a poco. Ya hasta cuando ya nos fuimos juntos, cuando se cumplió el contrato nos fuimos juntos y al otro año ya volví ya taba más, poco a poco como un sueño se jue deshaciendo así hasta que ya recordé todo, bien, pero sí, ya me andaba.
VM: Ha de haber sido un trauma.
JC: Yo creo, sentí clarito cuando me jui me senté en la cama y ya me iba a acostar sentí como una olada fría que se vino así ¿vedá? Pero sentí el golpe tan recio aquí en el cerebro como si me habían dado con el moche de un hacha, como un marro así sentí, dije: “Se acabó esta onda ya”. Pero taba juerte y dije: “¿Cómo me voy a morir?”. Le hacía la, toda la lucha a pararme hasta que me levanté pero taba más muerto que vivo. Pos taba juerte, me ayudó. Pero no, como te digo no hablaba no nada. Tuve que ir avisarle a mi amigo, pero hasta que me senté en la cama pos no podía decirle nada y ya le habló al mayordomo, el mayordomo vino y sí me llevó a Santa Cruz en una camioneta pero casi volaba. (risas) Pero no, pos no me hallaron nada. Nomás dijeron que era cuestión de tiempo y que anduviera, pos yo creo cercas de mis amigos o de familia o algo, que a poco a poco iba a reconocer algo y sí, así era. Algo me pasó ese día, pero…
VM: Fíjese.
JC: Si no hago el ánimo de levantarme ahí quedo.
VM: ¿Me podría platicar sobre el proceso de contratación? ¿Estaba usted allá en Aquila cuando escuchó? Y, ¿cómo fue que escuchó de los braceros?
JC: No, no, yo estaba en mi pueblo entonces el John Kennedy mandó pa México pa que se contratara veinticinco individuos de cada municipio. Él mandó un, ¿cómo se dice?
VM: ¿Pedido?
JC: Ey. Unas cartas a cada municipio de… Mandó pa México no sé a onde la mandaría, pero entonces distribuyeron que cada municipio de México podía mandar veinticinco braceros, cada municipio. Le dio la chanza de que mandara veinticinco de aquí. Entonces eran unas cartas no sé como le decían y entonces fue cuando me contraté yo que vine, pero él mandó las cartas el John Kennedy ese y el primer año que vine jue cuando lo mataron a él.
VM: ¿Que fue en el [19]63?
JC: Ey, por ahí. Y el año [19]64 ya venimos de vuelta, quedó toda como historia de él pero vinimos el [19]64 porque fue el último año, fue el último año que hicieron la plata también en coras, [quarters] ¿te acuerdas?
VM: Sí.
JC: ¿No te acuerdas tú? Los daimes, [dimes] las coras eran de plata y en ese año [19]64 jue la última que hicieron también.
VM: Y, entonces lleg[aron] las cartas esas a Aquila y, ¿lo escogieron a usted pa que fuera?
JC: Sí.
VM: O, ¿usted fue para?
JC: No, pos te presentas y a ver si llenas los requisitos o falta, ¿ves? Y luego todavía acá te traspelean más aquí cuando llegas a Empalme, ahí sí son las contrataciones. Allí, pos yo según era el de los más chafas, tú sabes, vinía asustado porque pos uno agricultor y otros, unos venían un albañil, me acuerdo que venía otro carpintero y otro peluquero que eran los que tenían mejor título, el albañil y esos. Tenían mejor título y entonces dijo: “Ah, vamos ir”. A arriesgarlo, porque acá es onde te… si sirves o no sirves por tu I.D. que traes, ¿no? ¿Cómo se dice? Tu identificación de qué eres o qué y aquí es onde te hacen a un la[d]o te dijeron: “Si entras”, ¿no? Aquí en Empalme ya. Y duramos como una semana en Empalme esperando que te llegara tu turno porque viene uno de todo, viene uno encabezado que trae el papel tú sabes, de cuando sales de tu pueblo te dan el contrato que le dicen la contra… El papel que vas a entregar acá en Empalme pa que… con tu gente que llevas que son veinticinco entonces andan en tu cargo allá, desde allá viene uno encabezado con uno, ¿ve? De los mismos braceros pero uno se hace cargo de traer el papel y entregarlo allí y entonces a ver cuándo te hablan. Entonces todos los días tienes que mañanear a ver si te hablan a ti, a ver si le hablan al… quién sabe cómo le dicen. Te traes el papel ese de todos los veinticinco esos que vienen contigo. Entonces llegando lo entregas y te tienes que presentar todos los días en la mañana a ver si ya entró tu papel allá. Todos los días nos levantábamos en la mañana y teníamos que estar allí como hasta las, se me hace que como a la una de la tarde ya se acababa y si no te hablaban, entonces otro día tenías que ir otra vez a ver si ya había entrado tu papel a…
VM: Al proceso.
JC: Al proceso.
VM: Y, ¿cómo viajaron de Aquila?
JC: En un autobús veníamos, contratamos un autobús entre todos y venimos hasta acá.
VM: Hasta…
JC: Empalme.
VM: Hasta en Empalme.
JC: Ey.
VM: Y, ¿dónde se quedaron cuando llegaron ahí a Empalme?
JC: Nos quedamos, conseguíanos un cartón así de grande y lo traibanos [traíamos] todo el día aquí en el hombro pa en la noche no dormirnos a rais. (risas)
VM: Sí.
JC: Y no lo podías dejar allí onde dormías porque te lo volaban. Lo tenías que traer todo el día aquí, amarrado con un hilo o algo pa cuando hiciera… No, si ya traibas tu tendedero, (risas) ey.
VM: Y, ¿tenían cobijas? ¿Hacía calor?
JC: No, ¿cuáles cobijas? No, en ese tiempo hacía calor. No necesitaba uno cobijas. Si era frío nos moríamos yo creo ahí. No, ¿cuál cobija va a traer uno?
VM: Y, ¿qué comían?
JC: Pos ahí comíamos lo que se podía, tacos, allí vendían tacos y íbanos cada día guisaban unos taquitos allí. Nomás como pa sobrevivir. Lo que tenía que comer uno bien como come uno, nomás ahí pa estar cuidando el dinerito porque no sabía uno ni a cuando nos hablaban, pues. Y luego como te digo ya pasan la lista, pasó la lista, cuando pasó, luego cuando te chequean todo. Todo a ver qué falla tienes, con cualquier cosa y luego que qué es lo que sabes hacer. Yo iba bien bien agüitado, porque dije: “Pos, ¿yo qué?”. Nomás trabajaba en el campo, ¿me entiende? Y luego, que veo que iba adelante de mí el, el que era albañil y luego era un carpintero y un peluquero. Y ya cuando, se llamaba Agustín era muy amigo el albañil y ya le dijeron que no, que: “Que acá no necesitaban albañiles”, le dijeron, fíjate. Y ya fue una discriminación, dije yo: “Hijo de su, ¿cómo crees?”, dije, “es el que tenía mejor título, no pasó”. Yo más asustado estaba ya. Y ya, no pos me tocó el turno a mí y llegué y luego lo que pasa es que te chequean las manos luego luego. Y luego: “¿Qué eres tú? ¿Qué?”. Y ya lo entregué, pos en mi papel también ya decía agricultor. Y luego me chequeó las manos. “Pásele”. Y luego ya pasé. Se me hizo como un sueño, eso de se me hizo muy fácil, cuando pensaba que no iba pasar, pues el test ese. Sí, pos me chequeó, yo tenía callos en las manos, pos toda mi vida trabajaba. Y entonces, pero yo no sabía que era válido eso. Y luego sí, pero todo el albañil y esos se quedaron y se vinieron todavía unos pa Mexicali, quedaron desparramados, perdieron hasta la familia uno.
JC: No quisieron volver pa su tierra, algo así.
VM: ¡Bah!
JC: Ey.
VM: Y, ¿cuánto duraron esperando?
JC: No me acuerdo pero duramos allí en la contratación duramos… yo creo como dos o tres semanas, no me acuerdo yo te voy a decir.
VM: Y aparte de revisarle las manos…
JC: Es que había miles de gente. ¡Oh! ¡Todo te encueran! Allí, allí se mira on están las fotos esas. Te encueran todo y luego te ponen los dedos aquí por… así en los… ¿Cómo te dijera? Aquí pa arriba así, a ver si está uno roto, todo eso, ¿cómo se dice? Y a un tío mío lo chingaron de ahí. (risas) Después, sabe qué le hacen aquí, quién sabe cómo le meten los dedos aquí a uno y se mete, la bolillas se meten pa arriba, ¿no? Tiene unos hoyitos uno así y ya está, pos vienes ya encuerado, un surco de gente, tan doctores ahí, otro doctor ahí, otro que checa las orejas y de todo. Y ése los ve y ya todos tan enfadados ¿no?, y unos ¡zas!, de un repente así y lo lastimaron a mi tío. Vino pa acá y trabajó como, yo creo como unos tres días, pos se jue, le dolió mucho y luego tenías que levantar cajas de tomate y le dolía pa levantar la carga. Se jue como, trabajó como tres días. Sí pasó allí pero lo lastimaron. Tenían que hacer eso pa ver si está roto o algo, ¿me entiende? Tiene que estar bien bueno y sano pa pasar. Ya luego después ya te fumigan y la chingada, todo. Te chequean los oídos, todo, allí se mira todo el surco de doctores, unos hacen una cosa, otros otra.
VM: Y, ¿tuvo alguna conversación con algún oficial de allí en, en el centro de contrataciones?
JC: No, pos no, pos yo creo que sí todos y regaños. Me acuerdo, venían allá de un pueblillo, taba un rancho que es de indios y también pos del mismo pueblo, pero como son del mismo municipio le mandaban decir a… Es una comunidad de puro indio, le mandaban decir que si querían venir también porque pertenecían al mismo municipio. Entonces mandaron dos indios de la comunidad esa, mandaron dos indios pa la contrata también. Se animaron a venir dos. Pos al último me daba risa… Ah no, la visa también te chequean, te dicen, o a ver cuántos son, pues tienes que estarle diciendo. Pos tienes que mirar adelante, ¿no? A ver qué le dicen al otro güey pa que cuando llegues (risas) [es]tar listo, ¿no? Pos uno no sabe ni qué, ¿me entiendes? Y luego que no está impuesto nunca a salir pa acá. Y estos inditos de ahí luego andaban agarrados de aquí de las verijas pa no perderse los dos, tenían miedo, ¿ves? Y andaban agarrados. Se metía uno pa allá y el otro también atrás de él agarrado de aquí del otro. Luego le dice, le hace al indillo cuando le tocó el turno de contar, los dedos le hacen ansina, y el indillo se dio el sacón, ¿ve? Pos no sabía ni qué. Le hace otra vez así y nomás… ¿eh? Pos le hubiera dicho: “Vas a contar los dedos”. O algo, ¿vedá? Pero éste no se fijó lo que se trataba con el que iba adelante, no agarró la onda el indio que le pone un cachetadón. Y ya lo empieza a hacer: “Uno, dos”. Y tú sabes pero ya lo había cacheteado, le dije: “Eso le había de haber dicho antes, lo que iba a contar”, ¿vedá?
VM: Sí.
JC: No, ya que lo había golpeado (risas)
VM: El golpe avisa.
JC: ¿Eh?
VM: Como dicen: “El golpe avisa”.
JC: Ey, le dio un cachetadón que lo volteó pal otro lado.
VM: Y, ¿los fumigaron entonces allí?
JC: Sí, también.
VM: Y, ¿les avisaron que iban a hacer?
JC: No, ¿cuál avisar? Si vas caminando y ahí te van a hacer lo que quieren nomás, pero cuál avisar. Y no mires ni nada del humaderón del jumigante, ¿eh?
VM: Y, ¿usted cómo estaba cuando lo fumigaron?
JC: ¿Como cómo estaba?
VM: ¿Con ropa?
JC: Sin ropa, nada.
VM: Y, ¿los que lo fumigaban? ¿Cómo estaban ellos vestidos?
JC: No, pos traiban su overol blanco ellos sus batas así.
VM: ¿Protegidos de la cara?
JC: Sí, sí.
VM: ¿Manos?
JC: Sí traen ahí protección, guantes y luego su máscara y todo. Pero a nosotros no nos prestaban.
.
VM: ¿No les dijeron por qué los iban a fumigar?
JC: No, yo no me acuerdo que me hayan dicho por qué.
VM: ¿Alguna otra cosa en el centro de contrataciones que recuerde?
JC: No, pos muchos que los golpeaban porque algunos mire, estaba en un cuartito que supone así o eran más grande, como quiera, pero tenía que estar el surco de gente, así caminando y dar vuelta por aquí, dan vuelta por aquí, dan vuelta por aquí, pa cuando van chequeando una pura línea, pero uno tiene que estar para[d]o. Y muchos pa no echar las vueltas esas o algo, se iban pa allá, aquí se metían pa irse aquí, ¿no? Ya y nomás no vieran eso a uno porque lo cacheteaban a uno.
VM: Y, ¿eran puros hombres los que trabajaban en el centro de contratación?
JC: Sí, eran puros hombres pero a veces iba un chingo de mujeres, quién sabe a qué hijos de la chingada iban. Como por ejemplo, ahorita usted que llegaron a ver esto, pero iban muchas y lo miraban a uno no sé que serían, pero iban a veces.
VM: ¿Lo miraban…?
JC: Pero de las oficinas también había, pero trabajando directamente allí con uno no había mujer. Pero las oficinas allí y luego llegaban a veces así como… Pos yo no sé que serían pero llegaba un chingo de mujeres como ahorita que llegaron ustedes de otro lado, yo no sé. Así llegaban, (risas) ey. Y en el instante que andaba ahí uno encuerado ahí.
VM: ¿Los veían, los veían desnudos?
JC: Yo creo que sí. Sí.
VM: Y, ¿llevaban una libreta, apuntaban cosas?
JC: Sí, todas, todas traiban eso yo creo. Yo no sé qué serían o no sé, después de todo.
VM: Y entre ustedes, ¿qué decían cuando llegaban así y estaban desnudos?
JC: Pos, ¿cuál? Nomás traibamos un, un papelito como este un contrato aquí. (risas) Por delante y ¿qué iba a hacer uno? La ropa la dejabas lejos y era onda de ellos. Pos si te salías de onde te dejaban o cualquier cosa, te cacheteaban. Pos tenías que hacer nomás ahí, que te miraran. Es un desmadre no se podía hacer más.
VM: ¿Firmó entonces algo ahí en el centro de contratación? ¿Firmó algún documento?
JC: Pos yo no me acuerdo. Yo creo que sí tenía que ir firmando papeles onde cada te chequean yo creo. No me acuerdo yo pa que te voy a decir.
VM: Después de allí, ¿qué hacía? ¿En qué viajó y hacia donde viajó después de Empalme?
JC: De allí nos venimos al Centro, El Centro, California. Allí fue otra parada que dimos. Allí otra chequeada no sé que pedo allí, no me acuerdo. Pero ya mero nos moríanos de calor ahí en Caléxico, ¡hijo! Nos traiban de ahí de la frontera en un[os] busecillos al Centro, allí era el otro corralón allí onde estábanos otra vez, otro corralón, otro chequeo allí. Se me hace que ahí nos daban otra jumigada no me acuerdo qué, un desmadre ahí. Pero ya nos moríanos de calor allí. Abría las ventanas de las camionetillas viejas como esas de la escuela, esas amarillas así estaban. Le abrías y cuando te pegaba el aire las pestañas se hacían chiquitas del… ¿cómo estaría de caliente? Y ahí está uno y yo ya no miraba y le jalaba a las pestañas. Sabe, estaban enroscadas de lo caliente, tú. No, mejor le cerraba y te quitaba… no traibas ni ropa, te quitabas, pero, pos era (ininteligible) y todavía andabas sudando. Y así Caléxico, allí tá pesado. Pero allí era otro, allí en el corralón ese era otro chequeamiento allí, no sé, ya ahí al rato, no sé, ya empezabas a venirte en los camiones otra vez pa este, ¿cómo se llama cuando dijimos ahorita?, que distribuían la gente. Tú me la mentaste que allá habías ido también.
VM: A Blythe.
JC: No, no, no, acá pa arriba.
VM: A Salinas.
JC: Salinas, allí en ese, allí es onde la gente la mandaban, allí llegaba uno todo.
VM: Entonces, de El Centro…
JC: De ahí de Caléxico ya te vas, de El Centro hasta Salinas. Ya de Salinas allí era otro como en el Centro era un corralón que ahí estabas cayendo también y te tenían ya también días allí. De allí el otro jalón era hasta Salinas y ya de Salinas ya te, a los trabajos, de ahí te, te levantaban.
VM: Y entonces, cruza por Caléxico a El Centro.
JC: A El Centro, ahí.
VM: Y está allí…
JC: Allí es otra…
VM: El centro de recepción.
JC: Allí es otro, hay otro jalón de chequeos y si vas pa Salinas yo creo que también hay otro punto también que yo no sé, pero yo noté que la mayoría iba a Salinas y de allí te estabas en otro corralón allí onde te tienen y de allí ya tan llegando los rancheros. Tantos, cincuenta a tal parte. A mi me tocó a Davenport, tá lejos, estaba yo de Salinas. Allá tá pa cercas de San Francisco pa aquel lado, pasas Watsonville y luego Santa Cruz, San José, ahí más delante es donde me tocó. Pero yo noté que Salinas era un campo de los de en medio pa…
VM: Distribuir.
JC: Pa distribuir la gente.
VM: Entonces, ¿allí firma contrato ya? ¿En Salinas firmó?
JC: No, pos no me acuerdo, te voy a decir. Pero el mero contrato es afuera yo pienso y ya de afuera yo no sé cómo, yo pienso ¿sabe? Porque estos, los gabachos, yo creo que hacen los pedidos ajuera, este a onde te digo…
VM: A Empalme.
JC: A Empalme. Porque de allá, entonces de allá ya vas directamente hasta Salinas y de Salinas yo creo que estos los gabachos ya uno trae el contrato de allá. Entonces, los gabachos ya tienen los pedidos y como en Salinas van a venir a levantarte ellos nomás, yo pienso.
VM: Y, ¿a usted lo levantaron con cuántos más?
JC: A mí me, me tocó con… como treinta hombres yo creo nos tocó. Porque a mí me tocó buena suerte ese año. Porque tábanos en una parte y éranos a lo más éranos treinta, veinticinco, cuando se cuiteaban [quit] unos o algo así y comíanos al mismo tiempo en la misma mesas largas que juera, pero todos a un tiempo. Y cuando me tocó en Woodland era unas galeras de quinientas, más de quinientas gentes que necesitabas comer corriendo allí y haciendo cola siempre grande pa cuando te tocaba a ti. Allí ya fue más duro. La primer vez fueron poquita gente que nos tocaron en una sola barraca, que le dicen barraca.
VM: Y, ¿cómo fue? ¿En qué viajó de Salinas a Davenport?
JC: Pos yo creo que ha de haber sido en otro autobús, yo creo sería, no me acuerdo ya, ¿pa qué te voy a decir? Pero íbanos ya más pocos, pero sí ha de haber sido autobús porque en un ¬pick up no cabemos o sería en algún van ya, no sé.
VM: ¿Les dieron de comer en el centro de contrataciones, de recepción, perdón, en Salinas?
JC: Sí, sí le daban a uno ahí comida. Ya onde nunca le dieron nada fue en Empalme, ahí que jo… Pero ya de Empalme pa acá ya venimos a cargo de los gabachos, ¿ve? Y ya allí ellos nos venían dando comida en el camino onde paraban.
VM: ¿Qué les daban? ¿No recuerda?
JC: Un, pos un hamburger yo creo eran, era lo que nos daban. Y ya que nos hicieron cargo de ellos ya nos venían dando comida por el camino y onde parábanos también ya allí nos daban.
VM: Y, ¿recuerda que le hayan dicho en Salinas: “Bueno, tú te vas a ir a tal parte, vas a vivir así”?
JC: Sí, yo…
VM: “¿Te vamos a pagar tanto?”.
JC: Sí nos dijeron ahí, nos leyeron la cartilla y el que se desertara, el que se desertaba del contrato que se juera así nomás a la brava que lo iban a mul[tar], lo iban a quién sabe, nos amenazaban pues con multarnos y meternos a la cárcel si nos desertábanos de allí onde teníamos el contratación o cuando se terminaba, si te salías pa irte por ahí a trabajar, ya después de la contratación te amenazaban con cárcel y todo. Y muchos, algún que otro se desertaba pero otros casi nomás tuvimos miedo. Cuando cumplías tu contrato podías huirte y la gente te agarraba de volada porque deseaban tener gente ilegal, deseaban tener porque no pagaban tanto. Y cuando venían contratados tenían que pagar muchos derechos y luego si te pasaba algo, también tenían que pagar. Entonces agarraban uno ilegal, ¡nombre!, lo cuidaban bien la gente pos quería que trabajaras con ellos, no tenían que pagar impuestos y eso ¿ve? Y muchos se quedaban, algunos que tenían más valor. Yo taba muy morro, todavía no, no me animaba. Le tenía miedo al Gobierno que me jueran a meter a la cárcel. (risas)
VM: ¿Usted cuántos años tenía cuando se fue de bracero?
JC: Fíjese que yo tenía todavía no acabalaba los dieciocho. Andaba como en diecisiete años y mi papá, ya ves en México todo se vale. Pagó algo pa que me dieran el número de mi cartilla pa apuntarme y así es que me dieron mi… como la clave de los números de mi cartilla y yo ya con eso entré al… como si hubiera marchado ya, ¿me entiendes? Y nomás que mi cartilla según todavía no llegaba pero ya tienen mis números. Ya cuando jui pa allá pos ya mi cartilla ya estaba, pero ya taba apuntado y todo. Pero tenía yo, andaba como en diecisiete años por ahí.
VM: Diecisiete. Como un año antes.
JC: Ey.
VM: Entonces, sí estaba muy, muy…
JC: Sí, muy…
VM: Como dijo usted, muy morrillo. (risas)
JC: Ey, pero mi papá pagó pa que, como yo quería venir y si no tienes cartilla no puedes venir.
VM: Y como, digamos usted estaba muy joven. Era como quien dice apenas en su adolescencia, un niño. Entre…
JC: Pero yo taba muy impuesto a trabajar como le digo, desde chiquito.
VM: Sí.
JC: Así que se me hacía un polvo. Lo único que me sentía triste porque andaba lejos porque nunca salía.
VM: Sí, sí.
JC: Ey.
VM: Y, ¿cómo era? ¿Cómo lo trataban sus compañeros? Porque supongo que había muchos que ya eran hombres hechos y derechos.
JC: Sí, sí había, casi todos. Yo era el más morro de todos los que andaban ahí.
VM: Y, ¿cómo lo trataban a usted?
JC: Bien, como eran conocidos del pueblo. Te digo, uno de ellos jue el que me enseñó a leer, se llamaba Arturo Alcalán él. Y uno de ellos me enseñó, jue el que me hacía las cartas y me enseñó a hacer la mía, era el último. Arturo Alcalán.
VM: Fíjese.
JC: A mí me trataba bien, ¿pa que te voy a decir? Y andaba algunos…
VM: ¿Ellos comprendían que usted todavía aún estaba muy jovencito?
JC: Ey.
VM: Para usted era un poco más difícil.
JC: Luego había dos primos también allí.
VM: Y su tío que se regresó.
JC: Ey, el tío que se regresó también.
VM: Entonces eran varios de familia, ¿verdad?
JC: Mi tío en la primera esa no vino. Mi tío ese cuando se desgració es la vez que te dije fue cuando caímos a Woodland.
VM: Oh, la segunda vez.
JC: Ey. Y, cuando tenía yo más mis amigos jue en Davenport.
VM: Que usted recuerde, ¿alguna vez fue Inmigración, La Migra a los campos donde trabajaba?
JC: No, yo nunca me acuerdo de la visi… Pero traibamos un papelito que nos daban pa si miraban La Migración o algo traibamos un como credencial, algo no sé que era.
JC: Pero no, no me acuerdo yo de haber mirado.
VM: O, ¿alguna vez que recuerde que haya ido alguna autoridad, un representante del Gobierno mexicano a revisar cómo vivía, trabajaba, sus condiciones?
JC: No.
VM: ¿Nunca? Que usted recuerde, ¿algún compañero que quisiera organizar como para hacer un sindicato de trabajadores para pedir mejor sueldo, de ese tipo, como un organizador?
JC: No, lo que pasó acá en Woodland fíjese que unos estaban haciendo huelga pa que pagaran más, porque nos pagaban a $0.13 centavos la caja de tomate.
VM: ¿Trece?
JC: [A] $0.13 centavos. Entonces estos hicieron huelga y pos uno como te digo estaba remorro también y entonces no, pos que no hay que meterse, si se meten ahí que lo matan a jitomatazos, ¿ve? Pos ahí estamos y entonces lo que hicieron, que en vez de levantarnos el sueldo que nos mandan a otro ranchillo más chafa. Una cosa que me aventé yo como cinco días sin comer, como cinco días sin comer por ver la comida que daban y todo jue como un castigo que nos dieron. Y andábanos también piscando tomate. Y luego yo me metí de cargador, las dos cosas, me estaba matando solo y sin comer. Agarraban una jarra, le echaban una cucharada como de esas que le echas para el café. Una cucharada como blanca de polvo y una jarra así y luego lo metían la llave del agua delante de ti allí on tabas comiendo como de aquí a la mesa y ya sacaban la jarra de leche y te la ponían allí. Y eso no era todo. No, pos yo no probaba nada y los que probaban de ir trabajando en el tomate yo creo que de aquí al pasillo ya cagaban como tres veces. Se ponían, que le hacía mal lo que comían, la leche y todo eso les hacía mal. Entonces yo dije: “No, yo no voy a comer esa mierda”. De que le echaba una cuchara de un polvo que yo no sabía qué sería y luego la llave del agua y allí te arrimaban la jarra de leche a la hora de la comida. Yo no la probaba, ni la comida. Taba más fea que nada. El cocinero, un viejillo que le fallaba hasta los ojos yo creo. Jue como un castigo de que allá pedían aumento. Yo pos, yo me gustaría haberme quedado a trabajar allá, pero si se metías a trabajar te mataban a tomatazos los otros. Y nos castigaron así. Y ya era el final de la contrata yo creo porque nos mandan a ese ranchillo y luego yo me metí a piscar y cuando llegaban los camiones de carga también podían dar jale y le metía. Y entonces una vez te toca en el suelo, está otro arriba, el semi tá como aquí de alto yo creo, de carga de tomate. La plataforma y uno está arriba pa ir esquivando aquí en el piso, luego era de… No me acuerdo si era de siete u de once la rincha de cajas. Entonces la última la echabas acá mira. La última caja y están pesadas. Y en una te tocaba aquí en el suelo y otro arriba pa ir esquivando. Y las montones era de siete aquí y el camión a vuelta de rueda y tienes que aventar ansina la caja porque va a vuelta de rueda, luego no se para y los montones están así: uno aquí y otro aquí, de siete, pa vaciarse rapidillo y el carro a vuelta de rueda no se para. Entonces en una de esas, era un camarada grandote que le tocó arriba y a mí abajo me tocó. En una de esas estaba echando la última caja el bato así pa esquivarla y cuando se aguadó no alcanzó a llegar y se fue pa atrás, desmayado cayó abajo, la caja le cayó aquí y se desbarató la caja. Taba alto y ya me dio miedo a mí, dije: “No, este güey se desmayó que se veía calote y grandote”, ahí va. No, vinieron las ambulancias y se lo llevaron y ya dije: “No, ya estuvo, ya no vuelto a cargar yo tampoco”. Pero yo andaba dando y luego sin comer por cinco días, ¿tú cómo crees que andaba? No. Ya se estaba terminando pero pos jue un castigo que nos dieron yo creo por aquellos güeyes que hicieron huelga allá. Pero ya en esos días me vine pa mi tierra. Y luego me acuerdo que esa vez de allí de Woodland fuimos, no sé que pueblo sería, pero me parece como que era Fresno, sepa Dios. No sé qué tan lejos quedaba porque nos llevó un camarada que ya conocía. Antes de irnos le dije: “¿Sabe qué?”, ya nos íbamos a ir pa México. Le dije: “Me ando muriendo de hambre yo ese, no he comido por cinco días”. “Vamos, ahorita vamos a ir yo conozco acá”. Se me hace que me parece que me mentó que Fresno. Yo no me acuerdo. Me acuerdo que llegamos a un restaurán y yo me comí como cinco platos de comida. (risas) Me acuerdo bien.
VM: ¿Cinco platos?
JC: Ey. ¡Jijo de su!
VM: Y ¿qué? ¿Qué comió?
JC: Pos yo no me acuerdo ni qué me dieron, un plato de uno y otro de otro. El compa pidió y uno ¿qué sabía? Y era en inglés allí y el otro ya sabía más o menos. Ése era, pos de allí era más criollo de allí yo creo, no era ni de los que íbanos de contratado. Pero ya conocía allí y él nos daba raite a las tiendas a comprar ropa. Todos ellos ya lo conocían y le dije yo que si nos llevaba onde había comida, dijo: “Yo lo llevo”, y él pidió allí. Como cinco platos, pero de diferente comida, no sé cómo le pidió él. ¡Nombre!, comí pero hijo de su ma… Pa podernos ir pa México. (risas)
VM: ¿Ya bien comido?
JC: Ya bien comido.
VM: Qué bien.
JC: Fíjate como cinco días trabajando sin comer.
VM: Pero mire los cinco días que no comió llegó y pidió cinco platos.
JC: Ey. (risas) A ver si no me pega un… (risas)
VM: A ver si no se gibaba de la comida.
JC: Ey. (risas) Pero ¡nombre! Andábanos, luego en esa cargada sabe que sudaba uno traiba uno gotas hasta arriba y salía el agua de aquí pa ajuera de cuando andaba uno todavía, era un jale…
VM: Duro.
JC: Pesa[d]o. Te digo que ese compa se desmayó arriba pa subir la última caja. Y ya me dio miedo a mí y dije: “No, se desmayó este güey que tá más fuerte que yo”. (risas) Dije: “Ahí te güacho”.
VM: Y fue usted los años el [19]63 y el [19]64, ¿verdad? ¿Nomás tuvo dos contratos?
JC: Dos contratos, sí. Fueron los últimos ya.
VM: Y en ese entonces ¿ya tenía su novia?
JC: Empezaba yo ahí con (risas) empezaba, de todos modos no era bien mi novia pero ya había ido dos veces a mirarla y luego de acá ya le escribí. Ya pos nos hicimos más bien novios casi por las cartas ya, ey.
VM: O sea, se vino y eran como amigos y ya terminaron novios.
JC: Ey.
VM: ¿Cuánto le duró pa resolverle que sí quería ser su novia?
JC: No, como a la segunda carta ya.
VM: Y, ¿cómo se llamaba ella?
JC: Pos las elegidas eran dos, te voy a decir. (risas) Y con una al último me casé, con la primera esa que te digo que le escribía. Y luego le escribía a la otra también. La otra es la que me esperaba a mi más mucho la otra pero no, me casé con la otra primero.
VM: ¿Cómo se llama su esposa?
JC: Juana Campos.
VM: Juana.
JC: Ey.
VM: Y, ¿la otra cómo se llamaba?
JC: Ramona Reyna se llamaba o se llama todavía. (risas)
VM: Y, ¿ya nunca la volvió a ver a Ramona?
JC: Sí, pos cuando fui pa allá me estaba esperando según ella pero yo no sé como pero… O sea que ella era rica y yo taba pobre, ¿no? Éranos pobres pues la familia y entonces mi papá me dijo que no me convenía casarme con una rica porque me iba, según él, a él no le gustaba eso. Dice que como era rica a la mejor me iban a traer como mandadero y no le gustó eso. Y entonces yo dije: “No, mejor me caso con la otra”. (risas)
VM: Con Juana.
JC: Ey. Y fue lo que me hizo… la muchacha la otra me citaba que me miraba en el río o algo y yo no quise ir porque dije: “Si voy se va a querer ir conmigo yo creo”. Sí, así iba a ser y se enojó. Entonces cuando yo fui a traer, sabe que traigo… Uno va a traer la ropa pa, ¿cómo le dicen? Las donas allá le dicen a eso así la ropa pa casarse. Yo me jui pa otro pueblo a traer eso pa casarme y ésa se dio cuenta ya de todo y como no iba a la cita, se dio cuenta y cuando vine yo con la ropa esa, esa noche cuando yo me jui pa allá vine otro día fui a traer la ropa esa y cuando vine ya taba un polecía buscándome allí en la casa. A mí, dije: “Pos, y eso, ¿por qué?”. Y entonces, me decía que yo me había robado a esa muchacha a la Ramona.
VM: ¡Fíjese!
JC: Y su papá eran muy mentados, pues. Y les tenían miedo porque eran empistolados pues, mataban gentes si se podía. Le dije yo: “¿Qué on tá Ramona?”. Le dije: “Yo qué voy a saber”, le dije. “No te hagas”, me dijo un comandantillo. Dice: “Y, Ramón”, se llamaba el papá, dice: “Anda como un diablo que se robaron, que tú juites”. Y como no estaba en la casa también creyó el güey que yo no era. “Tá loco él”, le dije yo. “Mira”, le dije, “yo vengo de traer una, dos. Sí me voy a casar”, le dije, “pero no con ella”. Y ya empezó a buscar, dijo: “¿Que entonces qué? Es de coraje y me mandó una razón”, dice. “Pos yo sé que te vas a casar”, dijo, “pero voy a tener el gusto yo de primero juntarme con un hombre que tú con una mujer”, dijo. (risas) Ey. Y me cumplió, fíjate. Cuando yo fui a traer te digo la ropa esa ya se había juntado con otro.
VM: ¡Fíjese!
JC: De coraje se enojó. Por eso yo le tanteaba que si voy allá a la cita que me ponía y no me le iba a rajar ya porque y dice quere conmigo. “Mejor no voy”, dije. (risas) Y sí, iba a ser lo mismo porque el otro ese no era ni su novio, ¿cómo? Y, se fue con él.
VM: Fíjese.
JC: Ya enojada, yo creo que no sé como le haría.
VM: ¡Bah! (risas) ¡Ay!
JC: Ey. Son cosas historias de la vida.
VM: Sí. Y, ¿qué comía en los campos? ¿Les hacían ellos la comida?
JC: ¿Acá onde trabajábanos? ¡Oh! Le voy a platicar la de Woodland. Acá en donde estuve primero en Davenport nos dieron buena comida. ¿Pa qué voy a decir? Como éranos poquita gente mataban un puerco cada semana y lo refrigeraba allí el señor y una vaca cada quince días nomás pa nosotros. Allí comíanos bien y a la hora de todo. Pero onde caímos a Woodland allí eran quinientas gentes, allí una vez ya mero nos moríanos, ya mero nos mataban de… Nos dieron como una carne envenenada y pos está en la historia eso todavía allí. Fíjate que tuve suerte de que yo a mí no me puse malo, ¿pa qué voy a decir? No me hizo mucho efecto eso. Pero como salíanos muertos en la noche y entonces siempre tenías que levantarte encarrerado porque era un gentío, tenías que estar del primerones allí porque si no la cola larga y al último era un problema pa agarrar los camiones, a la mejor te largaban también tenías que estar listo. Porque los camiones pa llevarte a trabajar. Y yo siempre me levantaba temprano. Andábanos muertos de cansado pero… Y entonces en una de esas que desperté, oigo la gente: “¡Hijo de la!”, dije, “ya me ganaron si oigo la grita en el baño”. Tú sabes como hacen escándalo donde hay quinientos, más de quinientas gentes. Oigo, ¡hijo! De que me levanto, dije: “Ya me largaron”. Y como yo casi diario de los primeros me levantaba, ¿no? Oí el gentío y que me levanto encarrerado, ahí voy pal baño, dije: “Ya me largaron estos”. Y no, que voy viendo que era como a la una de la mañana al último. Y que voy viendo pos quinientas gentes, hay baños no me acuerdo cuántos baños son por cada lado, también en una barraca allí también de puros baños, son como un jodal de baños, son como más de cien, yo creo. Que los voy viendo ocupados todos y otros por un la[d]o, como taban en la silla otros cagándose ahí por un lado del otro que estaba sentado y que voy viendo. Digo: “¿Qué traen estos güeyes?”. Y ya me empecé a agarrar la onda que era temprano que tova no era la hora de trabajo. Y dije: “¡Jijo de su!”. No, pos ya nomás que amaneció empecé a ver de cuando salían de la barraca y venía la mierda por el camino. ¡Hijo de su madre! No, pos que nomás amaneció y empezó a llegar la ambulancias y todo, se estaba muriendo la gente. Unos tirados, ya no estaban sentados taban tirados ya, comenzaron temprano y yo fui el que no me di cuenta, ¿no? Ya unos estaban acostados en vez de estar allí por un lado del baño taban acostados, ya muriéndose. Y que llega ya el amanecer. En vez de ir a trabajar andaban gentes así con Pepto Bismol, así en todos los lados así y la gente haciendo cola y que Pepto Bismol y otros ya se habían ido con la ambulancia pal hospital. Yo no sé si morirían algunos, ¿pa qué te voy a decir? Tanta gente. Pero otros con Pepto Bismol allí. Jue un desmadre, pero dijeron que la carne como que taba envenenada la comida, la carne, alguna carne vieja de que unos días. No supe. Y a la mejor, te digo que a mí no me hizo efecto mucho, digo yo, quizás porque son tanta cazuela o tanta, que a la mejor no me tocó la tanda esa como es mucha gente tienen que hacer diferente comida yo creo, ¿vedá? Y a la mejor no me tocó de la mera buena. (risas) Ey, porque no, a mí no me hizo.
VM: Fíjese.
JC: Yo creo jue suerte, ¿vedá?
VM: Y, ¿pagaba usted por la comida?
JC: ¿Cómo?
VM: Como, ¿cada semana tenía que pagar?
JC: No, no. Eso yo creo que va por la contratación, ahí va incluida yo creo, no sé. No, no tenía que pagar uno así.
VM: ¿Quién le lavaba la ropa?
JC: ¿La ropa? No, pos nosotros yo creo. Ni modo ahí que todos lavar la ropa nosotros.
VM: Y, ¿cuánto le pagaban? Me comentó que $0.13 centavos la libra de…
JC: No.
VM: La caja del tomate.
JC: La caja de tomate a $0.13 centavos. Y acá en Davenport trabajábanos por horas a $1.10 la hora. Fueron diferentes las dos veces. En Davenport ganábamos a $1.10 la hora, trabajábamos doce horas. Doce horas sin enderezarte, ¿cómo la ve?
VM: ¿Doce horas?
JC: Con las manos pegadas a la tierra, doce horas y no te tienes que enderezar nada. Ese sprout que piscábanos era una mata que crecía como así. Pero el primer corte que le echaba, ¿si conoces el papayo?
VM: No.
JC: Entonces el primer corte y las bolitas así nacían pegadas a la tierra casi el asientito sumido a la tierra del árbol, tá como así de grueso. Tonces alrededor tienes que piscarle un surco alrededor de bolitas, ¡tas, tas!, y otra al otro, al otro. Y así te ibas. Llegabas al último, piscabas todo el fil [field] y luego va de vuelta. Le piscabas otro alrededor el ése como el papayo pues, va por vuelta. Piscas los del otro tan más grandes y más chiquito y más chiquito y más chiquito, ¿no? Y así vas piscando. Pero la primera te digo que el asientito estaba metido en la tierra, tenías que hacerle juerzas pa arrancar la bolita alrededor, las bolitas. Salías hinchado de aquí de la mano de la juerza de hacerle así pa quebrar la bolita así pero pegado a la tierra doce horas sin enderezarte. Que llenabas, en un balde piscabas pero te llevabas costales, entonces del balde lo echabas al costal y ya el costal lo tenías que echártelo al hombro pa sacarlo a la calle onde pasaba el carro lejos como… Pos depende. El fil era largo, ¿no? Lejesísimos y los primeros viajes tábanos como de aquí a la calle. Los otros más, que según lo lejos que ibas tenias que salir hasta al bordo onde pasaba el camión pa dejar los costales. Y le digo, yo era el rato que descansabas. Te echabas el costal al hombre y era cuando ibas parado pero del otro modo puro agachado. Hasta que salía uno de un surco como de aquí a la high school aquella que está allá. Así los surcos de largo.
VM: Y, ¿cuántos días a la semana trabajaba?
JC: Trabajábanos hasta, cuando era por horas, hasta el viernes, ey.
VM: Cinco días.
JC: Cinco días. No, sí cinco días.
VM: Cinco días. ¿Cómo le pagaban?
JC: A $1.10 la hora.
VM: Pero, ¿en efectivo, en cheque?
JC: No, no, era en cheque.
VM: En cheque. Y, ¿alguna vez tuvo algún problema con su pago?
JC: No, no, eso no.
VM: ¿Qué hacían en sus tiempos libres?
JC: No, allí no, no como en otras pa[rtes]. Onda de que sale, ahí no salíanos a ninguna parte. Lo que pasaba que a veces como mataban vaca y a veces hacíanos chicharrón nosotros mismos allí pa, nomás pa estarnos haciendo tontos, ¿vedá? Chicharrón de la vaca, pos tiraban todo y entonces le decía: “No lo tire, lo aparta pal domingo hacer chicharrones”. Y así pasábamos el tiempo.
VM: Qué rico.
JC: Pero no, no había a onde ir, no había nada, nomás íbanos a la tiendilla a pie ahí por un traque. Y algunos se tomaban un seis de cerveza, yo ni tomaba en ese tiempo allí. Pero nomás íbamos allí a la tiendita, había la marquetilla y una tiendilla pa ropa. Había de todo. Íbanos a pie pero no salíanos como después años acá que salías en carro o a compras. ¡Ah! Salimos a compras también pa acá pa Santa Cruz pero un compa le pagábanos pa que nos trajera pa… Pos allá en casualidad de que vinimos a llevar con comprar radios. Venimos a Santa Cruz.
VM: Ah, ¿entonces tenían radio?
JC: Ahí.
VM: Ahí tenían radio.
JC: No, pos sí vinimos a comprarlo ya después de que trabajábamos bastantillo. Y que ya estábanos con el fin de venirnos entonces compramos, vinimos a… No me acuerdo si vinimos a Santa Cruz a comprarlos o esta, ¿cómo se llama el otro? A Watsonville. A esos dos lugares veníanos. Ya tábanos como que te faltaba un mes o más pa venirte, pa venirnos, pa irnos. Entonces fuimos todos queríamos ir a comprar radios.
VM: Ah, qué bien.
JC: Pa oírlo allí y luego ya pa llevárnolos, ey.
VM: Y, ¿cómo era el radio? ¿Chiquito?
JC: No, compramos unos que salieron famosos esos me acuerdo que se llamaba la marca Norelco. Así taban grandes, así grandes. Como así de alto, así, pero salieron bien buenos esos radios.
VM: Sí.
JC: Todos compramos casi de la misma marca pa llevarnos pal ter(?). Salieron buenos.
VM: Entonces usted no tomaba. ¿Fumaba?
JC: Sí fumaba.
VM: Era, ¿cómo era lo que fumaba?
JC: Cigarros, me acuerdo que… Pos en México jumaba uno Alas, me acuerdo en aquel tiempo. Pero acá no, yo no me acuerdo qué cigarros agarramos, si eran los Camay unos se me hace que eran los Camay o algo.
VM: Y bueno, mandaba sus cartitas a su novia, ¿a su familia también mandaba?
JC: Sí, les mandaba dinero también.
VM: ¿Cada cuándo le pagaban y mandaba dinero?
JC: Nos pagaban, se me hace que cada quince días allí me parece.
VM: Y, ¿qué le mandaban decir de México?
JC: No, pos en aquel tiempo mandaba, ¿cómo están? Que todo tá bien y pos es todo. No, no mucha cosa.
VM: Terminó su segundo contrato y luego, ¿qué hizo?
JC: Cuando terminé el úl[timo] me fui pa México me aventé un ratillo allí. En México estuve un rato y luego me vine. Se murió mi padre el [19]67 y jue lo, yo per… Haz de cuenta que perdí toda mi vida. Pos yo creo que ni madre me importó yo creo, no sé. Pero me vine y ya estaba casa[d]o. Dejé todo yo. Me sentí muy mal porque diario andaba junto con mi padre de chiquillo hasta en el trabajo, onde quiera y ya tomábanos juntos al último. Yo también jui tomador. Y me vengo pa Tijuana y duré un año, el [19]68 ahí me la pasé. Al final del [19]67 me vine cuando murió mi padre y ahí en Tijuana me llevé el [19]68 ahí viví yo.
VM: ¿Con su esposa?
JC: No, yo solo me vine, le dije que largué todo. Pa mi jue…
VM: Y, ¿dejó a su esposa también?
JC: Todo.
JC: O sea cuando se murió mi padre pa mí se acabó todo, algo así.
VM: Y, ¿tenía hijos con Juana?
JC: Sí, sí.
VM: ¿Cuántos hijos tenía?
JC: No me acuerdo si eran como tres o cuatro yo creo. Al caso que yo me vine, que no. Y duré un año ahí y saqué pasaporte y me pasé pa acá. A los años ya se vino mi esposa, me habló de Mexicali y entonces ya jui por ella. Pero yo no pensaba ni volver yo pa mi tierra, no sé.
VM: ¿Fue cuando duró los diecisiete años sin regresar?
JC: Ey.
VM: Fíjese. Entonces su esposa Juana sí dijo: “No, pos ahí nos vemos. Ahí yo voy pa allá pa Mexicali. Ven por mí”.
JC: A buscarme. No, ni me dijo nada, no me dijo que se iba a venir nomás ya miró que no tenía fin de volver y verá. Y se vino a buscarme ahí me habló de Mexicali cuando quise ahí estaba entonces ya pos ya tuve que mandar por ella. Y luego, en el otro agarrón pos mandamos por la familia. Allá estaban todavía quedaron los demás. Y ya pasamos todos hasta la fecha aquí.
VM: Están todos.
JC: Ey.
VM: Y, tuvo, ¿cuántos hijos tuvo en total?
JC: Son siete.
VM: Tuvo siete.
JC: Ey.
VM: Y, ¿ellos qué hacen?
JC: Pos ya están todos casados. Bueno no todos, están los más grandes casados, tá un chavalo el más grande, nomás son dos hijos y mujer. Y uno tiene trece años el último, es el que…
VM: ¿Trece? Tá chiquito, ¿verdad?
JC: Ey. (risas)
VM: ¿Qué es la diferencia del más chiquito al que le sigue?
JC: No, pos el más grande, ése ya tiene más años ya. Taba una niña por en medio y luego el otro. Pos no se ha casado tampoco ahí anda y me queda una niña nomás sin casar, se va a casar ya como unos seis meses más ya se va a casar ella. Y me queda nomás en la casa el otro el chiquito ese de trece. El grande está viviendo con nosotros ahí pero él trabaja, él tiene su vida pero ahí vive con nosotros. Tiene una niña con una mujer por allá en Texas, no sé pero todo por no crecer y mal casarte y ahí está.
VM: Sí. Entonces ya después se arregló ya todos están aquí bien.
JC: Sí. Fíjate tanto año aquí y vine arreglando La Amnistía esta que pasó apenas. Yo pude haber arreglado desde ese año.
VM: Sí.
JC: Pos tengo…
VM: ¿Verdad?
JC: Tengo pos un añal de aquí.
VM: Y, ¿La Amnistía qué pasó cuándo? ¿Qué año?
JC: Pos no me acuerdo ni qué año pasó pero fue la última. Pos fue la última que hubo La Amnistía esa que…
VM: ¿Del [19]86?
JC: Yo creo esa es.
VM: ¿Sí?
JC: Ey. Porque fue la última que arreglé y yo había podido arreglar antes.
VM: Sí.
JC: Hasta los patrones a veces que te daban una carta y ya podías arreglar era más fácil. Y yo decía: “Yo nunca voy a estar todo el tiempo aquí”.
VM: Y nada.
JC: ¡Y nada! Y me voy quedando y quedando.
VM: Y, ¿en dónde trabajó cuando regresó? ¿En qué trabajó o qué?
JC: Oh, de cuando yo regresé cayí aquí a Victorville jue onde, ahí en Victorville trabajé como diez años, ahí viví como diez años en Victorville. En Apple Valley más bien. Están pegados, es un chicole, es Hesperia, Victorville y Apple Valley, están pegado los tres es un chicole allí. Pero viví en Victorville, viví en Apple Valley pero trabajaba siempre en Apple Valley, jue onde trabajé.
VM: Y, ¿ya se retiró?
JC: Sí, ya.
VM: ¿Qué significa para usted la palabra bracero?
JC: Pos no, no le puedo decir.
VM: ¿Usted cree que el programa de los braceros le cambió su vida?
JC: Bueno, sufrimos mucho, ¿vedá? Pero pos sí nos aliviamos porque tábanos de todos modos bien jodidos. Yo saqué dinero pa casarme ya. (risas)
VM: Con Juana. (risas)
JC: Sí, ahí nos alivianamos. Sufrimos mucho pero nos alivianaron de todos modos. Lo único que nos quedaron debiendo. Yo pienso que ni, no yo no creo que van a pagar eso. Dicen que sí pero no creo yo. Yo miro muy, ya con lo que dijo ayer el señor allí, ¿sí estabas ayer? Que a la mejor no había esperanza, yo también digo. Y luego yo jui de los que agarré la carta esa, la ¿cómo se dice? La carta que te dan notificada, ¿cómo se llama?
VM: Notariada.
JC: Notariada. Jue el de la carta esa el que tiene menos chance del pago creo que según oí eso yo. Pos yo dejé mis papeles en México de cuando fui ya ves con lo que tengo ya que me vine y se los dejé a mi mamá ahí en un veliz, ahí todo lo que es el contrato y eso. Entonces dice, no pos me dijo Ramón que podía llenarlo de todos modos así pero son los que tienen menos esperanzas porque no traiban el contrato y todo. Y lo mío quedó allá. Mi mamá también se vino y ya murió, hasta aquí se murió en Fresno ahí tengo los demás hermanos y todo. Le digo que pa hallar el veliz ese allá, quién sabe yo no puedo. Chance que esté por allí pero no pos no, no he ido ahora pronto. Y yo veo que son los que tienen menos posibilidades de pago los de la carta notarizada. Que yo ahí todos modos dicen que Gobernación tiene derecho a dar un, el expediente de uno de todos modos aunque no tenga los papeles del contrato, pero ellos los tienen todo. Tú sabes el día que trabajaste y en qué trabajastes y todo. Ahí lo tienen pero como que miro que hay menos esperanzas. No hay esperanzas pa los que entregaron todo, cuanto más pa uno. No sé.
VM: Bueno, ¿alguna otra cosa que quiera agregar a la entrevista?
JC: No, pos ya, ¿qué más? (risas)
VM: Bueno, déjeme cierro el casete y luego ya nos vamos.
JC: Ey.
This is an interview with Jesus Campos Ortiz on May 26th, 2006 in San Bernardino, California. The interviewer is Violeta Mena and this interview is part of the Bracero Oral History Project.
Fin de la entrevista
Interviewer
Mena, Violeta
Interviewee
Campos Ortiz, Jesús
Location
San Bernardino, CA
File Name Identifier
Campos_Ortiz_SANB003
Citation
Mena, Violeta and Campos Ortiz, Jesús, “Jesús Campos Ortiz,” Bracero History Archive, accessed November 24, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/374.