Natibidad Mancinas
Title
Natibidad Mancinas
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Natibidad Mancinas was born in Nieves, Zacatecas, Mexico, in 1929 [in 1995, the Mexican Congress changed the name of Nieves, Zacatecas to General Francisco R. Murguia]; he helped his dad work the fields as a young boy, and consequently did not receive any formal schooling; he worked as a bracero for six years; he worked in Texas, Michigan, Arkansas, New Mexico, and Colorado.
Summary of Interview: Mr. Mancinas was married and living in Chihuahua, Chihuahua, México, when he learned about the bracero program; consequently his brothers also decided to become braceros; his decision to become a bracero was based on the financial difficulties he faced at the time; he was paid only two pesos per week in México; in El Trocadero, a processing center in Chihuahua, Chihuahua, Mexican soldiers kept order; many people were scared of the soldiers; his first work contract took him to Pecos, Texas, where he earned 75¢ a day for working in the cotton fields; he recalls that the African-Americans in Arkansas were very friendly to the braceros.
Summary of Interview: Mr. Mancinas was married and living in Chihuahua, Chihuahua, México, when he learned about the bracero program; consequently his brothers also decided to become braceros; his decision to become a bracero was based on the financial difficulties he faced at the time; he was paid only two pesos per week in México; in El Trocadero, a processing center in Chihuahua, Chihuahua, Mexican soldiers kept order; many people were scared of the soldiers; his first work contract took him to Pecos, Texas, where he earned 75¢ a day for working in the cotton fields; he recalls that the African-Americans in Arkansas were very friendly to the braceros.
Creator
Parra-Mantilla, Myrna
Mancina, Natibidad
Date
2003-05-12
Subject
Bracero
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Natividad Mancinas
creator (Spanish)
Mancinas, Natividad
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Online Submission
No
Original Format
Digital, WAV, MP3
Duration
34:14
Bit Rate/Frequency
24K
96 bit
96 bit
Transcription
Nombre del entrevistado: Natibidad Mancinas
Fecha de la entrevista: 12 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El día de hoy es 12 de mayo de 2003 en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua. Entrevistando al señor Natibidad Mancinas, para el Departamento de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenos días, señor Mancinas.
NM: Buenos días, señorita.
MP: Gracias por aceptar la entrevista y para empezar quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació usted?
NM: ¿En dónde nací?
MP: Sí señor y, ¿cuándo?
NM: Yo nací en septiembre de 1929.
MP: ¿En dónde?
NM: En un pueblo que se llama Nieves, Zacatecas.
MP: Cuénteme su vida de chiquito, ¿cómo era la vida de allá en Zacatecas?, ¿qué hacía su papá?
NM: No, pos mi papá era agricultor y pos en tiempos de siembras nos poníamos a sembrar. Yo era el sembrador, ellos traían las yuntas de… Y yo era el que tiraba la…
MP: ¿La semilla?
NM: La semilla.
MP: ¿Qué sembraban?
NM: Maíz y frijol, calabazas y…
MP: Y cuénteme, ¿cuántos hermanos tuvo?
NM: Tuve tres hermanos, una hermana y dos hermanos más.
MP: Y de todos sus hermanos, ¿usted fue el único que se decidió a ser bracero?
NM: No, también ellos, nomás que ellos allá, ellos ya vivían allá en otra parte y yo ya vivía aquí cuando, cuando ya se empezó la braceriada.
MP: ¿Cómo se dio cuenta de la braceriada?
NM: No, pos es que anunciaban, mandaban grupos de los pueblos, de las ciudades, los mandaban grupos aquí a Chihuahua a que se contrataran, pero ya de allá ya veníamos ya con nuestras cartas, ya nomás nos presentábanos y el día que nos tocaba, nos hablaban y vámonos.
MP: O sea que usted de Zacatecas se vino aquí a Chihuahua, pero sin saber de la braceriada o, ¿ya sabía?
NM: No, no sabía hasta después, ya cuando ya, en los primeros años que me vine, ya fue cuando ya supe ya, después ya me quedé aquí.
MP: Y, ¿por qué se vino de Zacatecas para Chihuahua?
NM: Porque me casé con una que vivía aquí en Chihuahua, fíjese.
MP: Y ya lo jaló para acá.
NM: Y ya se vino la braceriada y ya también yo me vine para acá. Y luego ya cuando había braceros, pos iba y me venía y ya nomás hasta aquí llegaba, cada vez que había braceros. Pos ya me quedé aquí, hasta la fecha.
MP: Y, ¿por qué se decidió irse de bracero, me dijo?
NM: Pos, porque no había trabajo allá. Allá no había trabajo nomás que pura siembra y pos, trabajo casi no, muy poco. Y luego el que había lo pagaban, creo que pagaban $2 pesos por semana, fíjese.
MP: Uy, muy poquito.
NM: Muy poquito.
MP: Y, ¿su esposa qué le dijo, cuando usted dijo: “No, pos me voy de bracero”? ¿Qué le dijo ella?
NM: No, pos es que ella aquí tenía a sus papás, aquí en Chihuahua. Y pos veníamos y veníamos y ya al fin ya cuando los braceros pos, ya nos, me quedé yo aquí ya. Inclusive, pos vivíamos juntos con él, él estaba todavía chavalo.
MP: Ah, okay.
NM: Estaba muy jovencito él todavía cuando, hasta cuando ya creció que ya se fue conmigo de bracero.
MP: ¿Usted lo jaló o él se le pegó?
NM: Pues él se me pegó y yo también me lo quise llevar.
MP: O sea que la responsabilidad para usted, ¿no?, de andarlo cuidando de que no se desbalagara.
NM: No, pos, éramos buenos, no nos desbalagábamos ni uno ni otro, siempre ahí pegados en el trabajo y así nos la pasábamos.
MP: Pos ya era menos la carga, ¿no?, el estar lejos de la casa, ¿verdad?
NM: Sí, pos ya era, como quiera allí estábamos pendientes uno y otro, sí.
MP: Y, ¿tenía usted hijos cuando se fue para allá?
NM: Tenía una hija.
MP: Y, ¿no era difícil?
NM: Era la esposa de Jesús Antonio. Estaba, pos estaba en primaria apenas ella.
MP: Y fue difícil, ¿no? Cuando usted se decidió a irse.
NM: Sí pos, es que se le hace a uno difícil por dejar aquí a la familia uno y luego anda uno allá y pensando en la familia y pos sí, así pasa.
MP: Así es. Bueno, las contrataciones fueron aquí en El Trocadero, ¿verdad?
NM: Aquí en El Trocadero, sí. De aquí nos contratábamos y de aquí nos mandaban a El Paso.
MP: Y aquí en El Trocadero, ustedes ya cuando les llamaban por su nombre, o sea, ¿quién los recibía, había escritorios, secretarias?
NM: Había secretarias. Nos hablaban, entonces a una persona, porque no nomás a uno le hablaban, le hablaban a muchos, como a unos cincuenta. Nos formábamos como íbamos y luego ya al que le iba tocando entonces ya íbanos y ya nos, pues, ahí era donde nos hacían los contratos. Y ya, pos ya cuando ya le hacían a uno el contrato, ya se iba uno ya.
MP: Y ahí las secretarias, ellas nada más, lo único que hacían era llenar el contrato o, ¿ellas también les preguntaban algo?
NM: No, ellas no, nomás llenaban el contrato, nomás preguntaban cómo se llama, daba uno el nombre y…
MP: Me comentaban ahorita del detalle de los soldados, ¿no?, que estaban ahí para guardar el orden.
NM: Sí, pos esos ahí los ponían porque al principio no se dejaban, estaban unos cercos así de alambres, hay veces que hasta lo tumbaban pa enfrente y ya mejor trajeron los soldados y ya así ya hubo más respeto, ya no se arrimaban. Se arrimaban, pero nomás iban los soldados y corría la gente pa tras, corriendo.
MP: Les tenían miedo.
NM: Les tenían miedo.
MP: Y, ¿nunca se dio usted cuenta que hubiera habido algún detalle ahí entre un soldado que haya golpeado a algún…?
NM: No, eso no, si estaba, eso estaba en orden eso, le digo que en unos se metían que, nomás pa que los asustaran, nomás les amenazaban con el rifle así, pero no, no les pegaban a nadie.
MP: Algunos de los señores que he entrevistado me han dicho que ellos tenían que dar mordida para que les dieran número o para que los dejaran entrar a la fila.
NM: Sí, pero eso era cuando quería uno irse que no tenía uno otro modo. Porque el primero modo era ir uno a la Presidencia y sacar una carta de recomendación. Y luego en la carta de recomendación, pos ahí ya ve que dice todo lo que es uno y ya sobre esa carta ahí en El Trocadero salía un señor y decía: “Todos los que traen cartas, fórmense”. Y nos la recogía y así era, igualmente. Y ya después, nos hablaban al nombre de las cartas, a todos los que, los grupos.
MP: Y entonces, el que traía carta de la Presidencia como que…
NM: Era control.
MP: Tenía más…
NM: Sí, era como un permiso que le daba la Presidencia a uno pa que fuera, que eran como que le nombraban cartas de recomendación entonces.
MP: Pero, era una carta de recomendación que valía más que cualquier…
NM: Sí, sí.
MP: Por ahí me dijeron que también la señora, la esposa de Villa, Doña Luz, que ella también daba cartas de recomendación.
NM: Pos no sé, nunca fuimos nosotros con ella, ni supe yo tampoco que daba carta, pero si ya le digo yo, a la Presidencia, sí. Y así cuando, aquí no había y luego allá en mi tierra Zacatecas.
MP: ¿Allá?
NM: Allá sí iba y nomás le decía yo ahí al presidente que si me podía dar una carta. “Sí, luego luego, ándale”.
MP: Y, ¿cuántas veces tuvo que ir a Zacatecas?
NM: No, nada más una vez, nada más una vez jui y eso porque, pos esa vez vine yo de allá del otro lado también y nos fuimos mi señora y yo a pasear allá.
MP: Ah, entonces aprovechó el viaje.
NM: Sí, entonces iba a salir un bonche de allá para acá y luego le dije: “Mira, voy a ver si me dan una carta, ¿verdad?”. Y sí, sí me la dieron, fíjese.
MP: Qué bueno. Y, ¿usted no tenía que pagar algo por esa carta?
NM: No, no, eran gratuitas esas. Nomás las pedía uno y se las daban. Y esa vez, ya le digo, fui a pedir la carta y sí me la dio y también vine aquí y por suerte ese día llegamos como a medio día y en la tarde fui y luego luego la metí y otro día me hablaron. Y otro, y venía un cuñado mío y otros hermanos de él y a ellos no les hablaron y a mí sí me hablaron, fíjese. Yo, ellos venían por, ya por la Presidencia y yo no nomás con la pura carta, nomás que yo metí la carta en la tarde y otro día me hablaron en la mañana luego luego.
MP: Pues corrió con suerte, ¿verdad?
NM: Sí, corrí con suerte.
MP: Qué bueno.
NM: Sí.
MP: Y luego ahí en el mismo [El] Trocadero, ¿algun examen médico, alguna vacuna o algo?
NM: Pos ahí ponían vacunas, oiga, pos a todos, pero…
MP: Y, ¿les decían de qué iba a ser la vacuna?
NM: Sí, sí.
MP: Y luego ya, bueno ahorita me comentaban de que de aquí a El Paso, de Chihuahua al El Paso en tren carguero, ¿verdad?
NM: Sí, en tren…
MP: O, ¿cómo le tocó a usted?
NM: En tren carguero también, en tren carguero.
MP: Y, luego ya llegando a El Paso a Río Vista, ¿no?
NM: A Río Vista.
MP: La primera vez que usted fue, ¿llegó a Río Vista o llegó al Coliseo?
NM: No, a Río Vista. A Río Vista llega uno, sí, a Río Vista.
MP: Y platíqueme de su punto de vista de Río Vista, ¿qué tal ahí?, ¿cómo era?
NM: No, pos era casi igual que aquí en El Trocadero, nomás que ya ahí ya había orden, ahí ya estaba todo cercado. Pero ahí llega uno y lo recibe, ahí hay un señor que sale a recibir cada bonche que llega. Ahí estaba apuntando, pos quién sabe qué apuntarán ahí, ¿verdad? Y ya ése ya lo deja a uno ahí. Y luego ya después en la mañana salen y ya le dicen a donde va a haber salidas y si le conviene a uno a esa parte pos se aboca uno y así lo hacen muchos, lo hacían muchos. Y yo no, yo nomás avisaban: “Pos que va a haber salida pa tal parte”. No ya, pos me fui dos veces, fui a Pecos aquí luego luego está cerquita.
MP: Ah, ¿si? Platíqueme de Pecos, porque mucha gente no quería irse para Pecos.
NM: Pues nadien quería ir para allá.
MP: ¿Por qué?
NM: Pos porque, pos pagaban muy barato. Pagaban, en el algodón lo pagaban igual, la misma, porque era pura pisca de algodón. Pero no querían porque ahí metían mucha gente, había mucha cantidad de gente.
MP: ¿Sí?
NM: Había unas bodegas que le nombrábamos barracas. Allá habíamos hasta quinientos.
MP: ¿Tantos en una barraca?
NM: Estaban las hileras de un lado a otro, de doble dormitorio.
MP: ¿Como literas?
NM: Ándele, pero así, pa un lado y pa otro.
MP: Pero, pos es que con tanta gente ni se podía vivir, ¿no?
NM: Pos no, es que pos ahí, sí, pos ya se impone uno porque pos ya llega uno cansado en las tardes y ya lo que quiere ya es uno descansar ya del… Porque sí tenían comedor, igual también, le daban a uno de comer y uno pasa y pone su plato ahí y va al comedor.
MP: Ah okay, o sea que aquí en las barracas tenían el servicio de comedor.
NM: Sí.
MP: Cuando les daban casa a dos, tres, ahí tenían ustedes su cocina.
NM: Sí.
MP: Y, ¿qué era mejor, tener su cocina o que le sirviera? Ya no se preocupaba por cocinar.
NM: No, pos yo tener mi cocina, porque nosotros hacíamos nuestra comida a nuestro gusto y ahí no, pos ahí era, pos lo que daban es que huevo cocido nomás, y verduras ahí, todo, era todo. Nomás que pos siempre uno ya, compraba uno acá otra parte, lo que uno quería, ¿verdad? Pero lo de ahí casi no. Como muchos nomás lo picaban y ahí lo dejaban.
MP: Y, ¿ahí tenían que pagar ustedes por el servicio de comedor?
NM: No, no pagábanos nada, eso era por la compañía. Pero la compañía nos lo rebajaba de todos modos, teníanos un rebaje.
MP: Y, ¿cuánto les rebajaban?
NM: Pos creo eran $0.75 centavos en ese entonces, por día.
MP: Por las tres comidas, ¿verdad?
NM: Por las tres comidas.
MP: Y, ¿siempre sí alcanzaban comida todos?
NM: No, sí.
MP: ¿Se quedaban cortos con la comida?
NM: No, sí hasta sobraba comida ahí. Tenían muchas ollas de comida ahí.
MP: Y de esa comida que sobraba, ¿ustedes no podían llevarse un lonchecito para la barraca o algo?
NM: No, pos nos daban un lonchecito también. Nos daban unos sándwiches ahí de salchicha y pan, pan de ese pan Bimbo, como el pan Bimbo de aquí. Nos echaban un lonchecito y una cajita de jugo y era todo.
MP: O sea, ¿a la hora de dormir no había problemas?
NM: No.
MP: O que unos se quedaban platicando, que otros jugando a la baraja, que…
NM: No pos, ahí no. Ahí pos, a veces los sábados era cuando había, pero allá se iban pa afuera de la barraca, porque estaban en el llano allá, estábanos lejos del pueblo y ahí se hacían las jugadas en la noche. Pero no, nunca hubo, en esas partes que estuve yo, nunca hubo. Por cierto que yo me vine porque también ya no me gustó y no cumplí ni el contrato y: “Ya me voy”.
MP: ¿No lo cumplió?
NM: No.
MP: Y luego, ¿cómo le hizo para regresarse? O, ¿no lo castigaron porque no cumplió?
NM: No, es que uno nomás le dice: “Es que ya no me conviene”, y lo mandan a uno para acá.
MP: Pero, ¿no corría el riesgo de que le hagan algo o de que ya no le den contrato?
NM: No, nada de eso, no. Porque ya le digo, esa fue la primera vez y no, pos ya después me volví a contratar, que fue cuando ya me fui con este muchacho. No, primero me fui con Andrés, ¿verdad?
2do: Sí, con Andrés.
NM: Primero me fui con un hermano de él más grande, de más mayor y hasta el siguiente año fue cuando ya se fue conmigo.
MP: Y su hermano, ¿sí se inscribió allá en Pecos?
NM: No, él no. Él fue otro año, fue en otra ocasión que fuimos. Esa vez fue cuando ya nos tocó ir allá, ¿cómo se llama? El Nuevo México.
2do: A Lovington.
NM: A Lovington, fue cuando fui a dar allá, pero primeramente fue un hermano de él conmigo y luego ya al siguiente año ya fue cuando fue…
MP: ¿En qué partes estuvo usted de Estados Unidos?, ¿en qué estados?
NM: ¿En Nuevo México? No, pos era un rancho.
MP: En todo Estados Unidos, ¿en qué estados anduvo? ¿En Texas? ¿En Pecos?
NM: En Texas y en Nuevo México y en Colorado y a Michigan también fui una vez, pero también me fue muy mal allá.
MP: ¿Sí?, ¿por qué, oiga?
NM: Porque fuimos al pepino y luego el pepino pos, según lo querían tamañito chiquito, todo. Luego fuimos ya a pepinales ya, pos ya muy pasados de tiempo ya no eran de riego, eran de temporal y estaban las matas ya muy largas, muy viejas ya, y tenía unos pepinos así grandotes y ésos no, querían puros chiquitos. Y ésos los cortábanos todos los días los cortábanos y, pos ya casi no daban las matas, pos ya.
MP: Y, ¿qué hacían con tanto pepino que ya no les…?
NM: No, pos lo tirábanos, lo tirábanos ahí en la tierra, ahí quedaba.
MP: ¿No era para los animales?
NM: No, ahí lo tirábanos.
MP: Y, ¿cuánto le pagaban ahí en Michigan?
NM: Pos allá nos pagaban por hora, porque ya no… Pos creo que nos pagaban $2 pesos por día.
MP: ¿Sí?
NM: Sí.
MP: Fue muy poquito.
NM: Sí, pos es que…
MP: Y, ¿ahí cómo le hicieron para…? ¿Cómo se los llevaron hasta Michigan?
NM: Allá sí fuimos en camión.
MP: Y también hicieron mucho tiempo, ¿no?
NM: Pos hicimos, yo creo era como unas treinta horas o más.
MP: ¡Híjole! Pero, ¿sí se iba parando?, ¿les daban el lonchecito?
NM: No, pos nos parábanos así donde había prados verdes. En el monte de allá, ya ve que hay muchas partes donde están muy bonito, muy verde. Ahí se paraba el camión y ahí nos, salíamos corriendo y nos revolcábamos en el zacatito verde pa descansar. Ya descansábamos un rato y vámonos, otra vez, sí.
MP: Muy pesado.
NM: Muy pesado. Y luego pos, ahí día y noche, de ahí no paraba el camión, nomás a echar gasolina y vámonos.
MP: Y, ¿cómo le fue con el frío por allá? ¿No sufrió fríos?
NM: No, pos fue en mayo cuando fui.
MP: Ah, entonces era…
NM: No hacía frío.
MP: Temporada bien.
NM: Estaba muy bien ahí. No de a tiro, ya esa vez no hice, pos creo que nomás hice $40 dólares también.
MP: Fíjese.
NM: Nomás que de ahí me renovaron para Arkansas, nomás que acá ya vine al algodón.
MP: A Arkansas
NM: Y acá…
MP: ¿También es algodón ahí?
NM: En Arkansas también. Y ahí sí cumplí los cuarenta y cinco días. Porque ahí sí, también llovía mucho, pero allá sí pisca uno aunque esté lloviendo. Estaban los surcos llenos de agua y nosotros con la bolsa llena y así nomás iban y lo pesaban.
MP: Pero entonces, ahí ya se ponía más pesado, ¿no?
NM: Pos sí.
MP: Porque me imagino que con el lodo y todo eso mojado.
NM: Sí, pos hacíamos puras batidas, puras pesadas chicas pa no batallar. Porque ya nomás juntaba poquito y ya se sentía… Y luego nos metían los pies en el lodo y ahí andamos todos… Pero así andábamos, no…
MP: Y, ¿ahí no les daban, no sé, botas o impermeables o algo para que no se mojaran?
NM: Botas nada más.
MP: ¿Nada más botas?
NM: Botas nada más. Y no, pos nos gustaba andar mojados, porque íbanos y nos quitábanos todo lo mojadoy quedábanos otra vez secos, pero así andábanos todo el día.
MP: Y, ¿usted nunca? En esos lugares que anduvo, ¿nunca que se enfermó o algo que tuvo que ser hospitalizado?
NM: No, fíjese que gracias a Dios que no, nunca me enfermé.
MP: Qué bueno, o alguno de sus compañeros, ¿no?
NM: No nadie, nunca.
MP: Y platíqueme en esas partes donde anduvo, ¿qué hacían para distraerse un rato?, para pasarla bien. Porque me imagino que era muy duro, ¿no?, trabajar todo el día.
NM: No, pos hacíamos lo mismo. Ahí en Arkansas lo que hacíamos era… Como ahí había mucha arbolada muy verde, estaba muy bonito, mucho árbol verde y había como carretera así, pero de tierra, no había pavimento. Y había casitas así entre los árboles y así en los domingos salíanos a dar vueltas así. Y ya nos conocían ahí, ahí vive mucho, hay mucho negro, ahí vive mucho negro.
MP: Ah, ¿sí?
NM: Casi la mayoría, en esa parte de acá, sí la mayoría era puro negro. Y íbanos y pos, ellos salían y nos platicaban pero pos no les entendíamos el inglés a ellos. Sí, y las negritas salían y los señores y ahí nos la pasábamos vacilando muy bien, con ellos ahí platicando.
MP: Qué bueno.
NM: Sí pos.
MP: Disculpe, sí. Y entonces, ¿no tenían problemas con los negros allá, con la gente de allá?
NM: No.
MP: ¿Para nada?
NM: Para nada. ¿No le digo que antes les gustaba también estar con nosotros? Mirarnos como… Y luego nos decían cosas y pos, una que otra le agarrábanos. Pero no, muy contentos. Hasta les gustaba mucho saludarnos de mano y ellos hacían… Y había unos negros bien pochudotes ahí.
MP: Sí, ¿verdad?
NM: Ey.
MP: Y ahí, ¿usted no se dio cuenta de que los negros tuvieran problemas con los blancos por racismo o algo así? Ya ve que hubo un tiempo en que estuvo muy fuerte el racismo.
NM: Sí, una vez, un tiempo sí, pero ahí no, ahí estaba muy bien. Ahí yo en el tiempo que estuve ahí, casi más bien, había puro negro, que americano, puro negro.
MP: Y, ¿el trato que ustedes recibían de los negros y los blancos era diferente?
NM: Era igual, era igual, sí. Porque allá, pos nosotros donde íbamos al mandado, pos era, había allí tiendas de donde había puro negro y había tiendas de donde había puro americano blanco. Y ahí era es donde íbanos, nos llevaban a nosotros, sí.
MP: Y, ¿usted cada cuándo venía acá a visitar a su esposa y a su hija?
NM: No, hasta que se terminaba el contrato también. Hasta que se acabó, cuando era pos, casi lo más eran de cuarenta y cinco días.
MP: Y, ¿usted tampoco no tuvo problemas cuando les mandaba dinero? No, ¿siempre les llegaba bien?
NM: No, nunca tuve. Sí le llegaba bien a mi señora.
MP: Qué bueno.
NM: Sí le llegaba muy bien. Nunca tuve problemas de que no le llegan y que no. No, todo el tiempo lo ponía yo y luego luego me escribía: “Ya recibí el dinero”.
MP: Qué bueno.
NM: Sí.
MP: Y usted estando allá, ¿no tuvo problemas con La Migra de que los anduviera así rondando mucho?
NM: No.
MP: ¿Echando muchas vueltas al trabajo?
NM: No, fíjese que no. Pos yo nunca vi que anduviera por ahí La Migra, ni carros de esos del… Porque pos siempre estábanos en puro rancho nosotros, pero pos nunca vimos que fueran ahí. Y luego en esos ranchos, pos nomás habíamos los que estábanos, los trabajadores que habíamos ahí y no había otro, no había otra casa cerca, estaban retiradas y, pero no.
MP: Y, ¿ustedes nunca se perdieron? O, ¿algún compañero suyo nunca se perdió, que se fue a caminar y que ya no regresara?
NM: No, nunca no. No, no salíanos solos, salíanos así tres, cuatro juntos, platicando, jugando ahí.
MP: Y cuando renovaban el contrato, ¿tenían que hacerles otra vez todos los exámenes médicos?
NM: No, ya nomás ahí donde ya terminábamos el contrato, ahí mismo nos hacían el otro contrato. Nos íbanos y nos entregaban, y luego ahí nos decían: “¿Ustedes van a renovar pa tal parte?”. “Sí”. Ahí nos hacían el contrato y ya íbanos.
MP: Y, ¿nunca se estuvo renovando contratos con un ranchero? O sea, que le gustó y…
NM: No, nunca.
MP: ¿No?
NM: Nunca.
MP: Y, ¿usted nunca tuvo la oportunidad, el ranchero no le dio la oportunidad de quedarse ahí, de que arreglara papeles?
NM: Pos una vez sí, pero pos eso no, no, al último ya siempre no.
MP: ¿Por qué no?, ¿por qué decidió mejor no?
NM: Pues es que me vine con permiso y ya no regresé, por eso. Me vine con permiso y ya no regresé.
MP: ¿Ya de plano no?
NM: Ya no. Pos es que ya viniendo uno pos tiene ganas de estar con uno la familia y pos ya no me dejaron ir. “Ya no vayas, ¿qué vas a hacer?”, y ya. Y hasta fíjese que traía permiso de quince días y se cumplió el permiso y ya no me fui y poquito antes de los otros quince días, me llegó una carta del patrón en donde me decía que qué pasaba, que me fuera, que todavía podía irme.
MP: Fíjese, todavía hasta buscándolo.
NM: Todavía me daba más chanza, pero ya no quise ir y fue la única vez. Y cuando estaba allá, pos se le hace uno ya, pos, ya ve que se impone uno a estar allá y pos, al tiempo, que le dicen: “¿Quieres?”. “Pos sí, sí me quedo”, pero ya, ya le digo, ya nomás me vine y ya se me quitaron las ganas.
MP: Pero se podía llevar a su familia, ¿no?, a su esposa y a su hijo.
NM: Pues sí, pero eso no pensaba yo, hasta ahora después pienso: “¿Por qué no me estaría allí y hasta le hubiera arreglado a mi… Hubiera arreglado yo allá para quedarme allá y a mi familia”. Pero no, no pensaba en eso, hasta ya después, ¿ya para qué?, ya no está.
MP: Y en total, ¿cuánto tiempo, cuántos años estuvo trabajando de bracero?
NM: No, pues estuve algunos, pero pos había veces que en un año iba dos veces así es que…
MP: Y en total, ¿cuántos años así iba?
NM: Fue del, pos fueron como unos seis años.
MP: Ah, pues sí fue bastante tiempo.
NM: Sí, sí fue. Si la última vez todavía me tocó a mí ir de bracero, nomás que ya fue, también me tocó ahí en Pecos y ya nomás fui y…
MP: Llegó otra vez allí.
NM: Ya nomás llegué allá y nomás… Es que, en la pisca de algodón tienen una cosa que cuando llega uno, está de primera, está lleno de… Y ya le pasa uno la primera y ya la segunda ya no es igual, ya no saca uno los mismos kilos. Si sacaba usted cien, ya la segunda ya nomás saca cincuenta, setenta. Y yo ya nomás pasó la primera y dije: “Ahí nos vemos”.
MP: O sea que la mata va dando menos o, ¿cómo?
NM: Sí, es que ya quedan más poquitos capullos, los que abren. Y ya por eso ya, ya nomás la primer pisca me gustaba, ya después la otra ya no.
MP: Y a usted, ¿cuál lugar le gustó más?, ¿cuál lugar le convino más de todos los que anduvo en Nuevo México, Texas?
NM: Pos fíjese que a mí me gustó más en Nuevo México.
MP: ¿Nuevo México?
NM: Porque sabe que ahí el patrón ése sí era muy, pero a todo dar.
MP: Ah, ¿sí?
NM: Ése sí, nos llevaba hasta comida a veces, carne y…
MP: Fíjese.
NM: Y bien, es que era hermano y nos trataba muy bien, lo que sea.
MP: Qué bueno. Y entonces ahí, por ejemplo, ¿sus cumpleaños o los días festivos, que el 15 de septiembre, el 1o de Mayo, los festejaban allá?
NM: No, allá no festejábanos nada de eso. Nos tocaba estar allá y no, nunca no. Allá era como un día entre semana a chambear, solamente que tocara en domingo, pos así, porque allá todo el, todo lo… Pos es que va uno a lo que va y no quiere perder uno el…
MP: El tiempo, ¿no?
NM: El tiempo, sí. Nomás que el algodón, pues ése también se acaba y ya. Y ahí ya al último llegaba uno y daba uno la primer pisca como le digo, en limpio, pura pisca de algodón limpio. Y ya el segundo, como ya hiela y se seca, entonces ya ahí nos daba chanza que arrancáramos con todo y mata, como luego dicen.
MP: Ah, ¿sí?
NM: Así es que, ¿quién no se va a engreír así? (risas) Ahí sí hacíanos dinero nosotros. Y acá no, en el betabel también fui dos veces yo allá o tres veces creo. No, y allá sí, allá sí trabajaba, allá sí se trabaja.
MP: Bastante, ¿verdad?
NM: Bastante, aunque también ya al último se impone uno, porque allá empieza uno a trabajar y allá es puro andar agachado. Si le toca uno el azadón, porque tiene el manguito tamañito así y luego va uno con una pura mano empinado, y luego con la otra va, donde le quedan dos, tres matas que se las va quitando.
MP: Híjole.
NM: Y pos nomás la primer semana batalla uno y ya después ya no se le hace trabajoso, pero sí se cansa uno.
MP: Sí, cómo no y luego, ¿no tenían problema que, ya le pisaron las matitas de betabel al de atrás o algo?
NM: No, pos, eso es que… Y luego que estaban los surquitos así onde cabe nomás el pie así donde va uno así nomás. Es que ahí onde va dejando una la huella, deja uno un puro rastro, no deja un pedacillo, ahí deja todos los pies pegaditos.
MP: Pos muy difícil.
2do: Oiga, ¿puedo hablar?
NM: Sí dígame.
2do: No, en el betabel, otro día no se puede uno ni sentar a hacer su necesidad. (risas)
NM: La primer semana.
2do: Muchos dicen que ponían un lacito, digamos así en el baño porque aquí así le duele a uno esto mire, pero que si se sienta se cae pa abajo.
MP: ¿Sí?
NM: No, y luego hay unos que ya llegan en la tarde y ya no hacen ni cena, ya nomás llegan y se acuestan y a dormirse, y ya nomás se acuestan.
MP: Y al día siguiente, a ver cómo se levantan, ¿no?
2do: Pos imagínese, se estira uno todos estos nervios.
NM: Sí, pos es que una semana, en una semana ya se pone uno al corriente y ya le agarra uno. Y pos casi la pisca también es igual, porque también la pisca es, va uno así agachado piscando, nomás que ahí hay chanza de que se pueda sentar uno, así hincarse uno, muchos piscan hincados mejor.
MP: Ah, okay.
NM: Sí.
MP: No, pues sí fue muy difícil, ¿no?
NM: Sí.
MP: Todo ése trabajo.
2do: Eso fue en el betabel, sí.
MP: Sí.
NM: No, el betabel es, ése trabajo era el número uno, yo creo.
MP: ¿Sí?
NM: Sí.
2do: No, pos, ¿cómo le decían?, le decían el desmadre.
NM: El desmadre.
2do: ¡Pero así un trabajo, qué barbaridad!
MP: Dígame su punto de vista acerca del Programa Bracero, ¿fue bueno?, ¿les hubieran de haber dado más equipo para trabajar?
NM: No, pos para mí sí fue bueno. Sí todavía me dieran chanza sí volvía a ir.
MP: Sí, ¿así de plano?
NM: Así de plano.
MP: Y, ¿al mismo trabajo?
NM: Al mismo trabajo, no le hace.
MP: Y allá había gente de mucha edad, ¿no? O sea señores ya mayores o, ¿tenían un tope de edad?
NM: No, pos yo creo que tenían un tope de edad porque allá, pos yo nunca vi un señor ya de edad, ¿verdad?
2do: No, a mí sí me tocó en el algodón donde andaba uno vetarro(??), era un señor como de sesenta y seis años pues ya estaba grande y…
MP: Muy grande.
2do: Pero él dijo que el trabajaba en la mina y dijo: “Si no me echan pa juera”, dijo, “yo voy a durar hasta que me, ya me corran de atiro, porque ya no sea al último que voy a entrar”, dijo. Ya muy grande el señor.
NM: Sí, pos es que….
MP: Lo que es la necesidad, ¿no?
NM: Sí, pos. No, yo nunca vi un señor grande ya, puros más o menos jovenazos todavía en ese entonces. Andaba un señor, pero ese era nacional, ese de allá era, ése ya estaba, el señor, grande. Era el que la hacía de intérprete ahí con el patrón ese de Nuevo México.
MP: Ah, okay.
NM: Ese al principio era ahí el que trabajaba con él. Allí hacía lo que quería, pos era el pesador el que pesaba ahí.
MP: Muy bien el trabajo, ¿no?
NM: Sí, pos nomás estar en la báscula ahí. Ahí se la pasaba el señor ése y también piscaba ahí alrededor cerquitas, también está…
MP: Pues ya para terminar la entrevista, quisiera que me platicara, no sé, alguna anécdota o algún comentario final que tenga usted.
NM: No, pos nomás de que si volviera a haber braceros sí iba yo otra vez, si me dieran chanza pues, porque si ya ni aquí me quieren dar trabajo, pos sí.
MP: Bueno, pues muchísimas gracias.
NM: Ándele.
MP: Por aceptar la entrevista y por el tiempo que estuvo aquí con nosotros.
NM: Ándele, no hay de qué.
MP: Gracias.
NM: Ojala y le salga bien a usted allá también todo esto.
MP: Pues, primero Dios.
NM: Pos, sí.
MP: Gracias.
NM: Ándele.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 12 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla
El día de hoy es 12 de mayo de 2003 en la ciudad de Chihuahua, Chihuahua. Entrevistando al señor Natibidad Mancinas, para el Departamento de Historia Oral de la Universidad de Texas en El Paso, Myrna Parra Mantilla.
MP: Buenos días, señor Mancinas.
NM: Buenos días, señorita.
MP: Gracias por aceptar la entrevista y para empezar quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació usted?
NM: ¿En dónde nací?
MP: Sí señor y, ¿cuándo?
NM: Yo nací en septiembre de 1929.
MP: ¿En dónde?
NM: En un pueblo que se llama Nieves, Zacatecas.
MP: Cuénteme su vida de chiquito, ¿cómo era la vida de allá en Zacatecas?, ¿qué hacía su papá?
NM: No, pos mi papá era agricultor y pos en tiempos de siembras nos poníamos a sembrar. Yo era el sembrador, ellos traían las yuntas de… Y yo era el que tiraba la…
MP: ¿La semilla?
NM: La semilla.
MP: ¿Qué sembraban?
NM: Maíz y frijol, calabazas y…
MP: Y cuénteme, ¿cuántos hermanos tuvo?
NM: Tuve tres hermanos, una hermana y dos hermanos más.
MP: Y de todos sus hermanos, ¿usted fue el único que se decidió a ser bracero?
NM: No, también ellos, nomás que ellos allá, ellos ya vivían allá en otra parte y yo ya vivía aquí cuando, cuando ya se empezó la braceriada.
MP: ¿Cómo se dio cuenta de la braceriada?
NM: No, pos es que anunciaban, mandaban grupos de los pueblos, de las ciudades, los mandaban grupos aquí a Chihuahua a que se contrataran, pero ya de allá ya veníamos ya con nuestras cartas, ya nomás nos presentábanos y el día que nos tocaba, nos hablaban y vámonos.
MP: O sea que usted de Zacatecas se vino aquí a Chihuahua, pero sin saber de la braceriada o, ¿ya sabía?
NM: No, no sabía hasta después, ya cuando ya, en los primeros años que me vine, ya fue cuando ya supe ya, después ya me quedé aquí.
MP: Y, ¿por qué se vino de Zacatecas para Chihuahua?
NM: Porque me casé con una que vivía aquí en Chihuahua, fíjese.
MP: Y ya lo jaló para acá.
NM: Y ya se vino la braceriada y ya también yo me vine para acá. Y luego ya cuando había braceros, pos iba y me venía y ya nomás hasta aquí llegaba, cada vez que había braceros. Pos ya me quedé aquí, hasta la fecha.
MP: Y, ¿por qué se decidió irse de bracero, me dijo?
NM: Pos, porque no había trabajo allá. Allá no había trabajo nomás que pura siembra y pos, trabajo casi no, muy poco. Y luego el que había lo pagaban, creo que pagaban $2 pesos por semana, fíjese.
MP: Uy, muy poquito.
NM: Muy poquito.
MP: Y, ¿su esposa qué le dijo, cuando usted dijo: “No, pos me voy de bracero”? ¿Qué le dijo ella?
NM: No, pos es que ella aquí tenía a sus papás, aquí en Chihuahua. Y pos veníamos y veníamos y ya al fin ya cuando los braceros pos, ya nos, me quedé yo aquí ya. Inclusive, pos vivíamos juntos con él, él estaba todavía chavalo.
MP: Ah, okay.
NM: Estaba muy jovencito él todavía cuando, hasta cuando ya creció que ya se fue conmigo de bracero.
MP: ¿Usted lo jaló o él se le pegó?
NM: Pues él se me pegó y yo también me lo quise llevar.
MP: O sea que la responsabilidad para usted, ¿no?, de andarlo cuidando de que no se desbalagara.
NM: No, pos, éramos buenos, no nos desbalagábamos ni uno ni otro, siempre ahí pegados en el trabajo y así nos la pasábamos.
MP: Pos ya era menos la carga, ¿no?, el estar lejos de la casa, ¿verdad?
NM: Sí, pos ya era, como quiera allí estábamos pendientes uno y otro, sí.
MP: Y, ¿tenía usted hijos cuando se fue para allá?
NM: Tenía una hija.
MP: Y, ¿no era difícil?
NM: Era la esposa de Jesús Antonio. Estaba, pos estaba en primaria apenas ella.
MP: Y fue difícil, ¿no? Cuando usted se decidió a irse.
NM: Sí pos, es que se le hace a uno difícil por dejar aquí a la familia uno y luego anda uno allá y pensando en la familia y pos sí, así pasa.
MP: Así es. Bueno, las contrataciones fueron aquí en El Trocadero, ¿verdad?
NM: Aquí en El Trocadero, sí. De aquí nos contratábamos y de aquí nos mandaban a El Paso.
MP: Y aquí en El Trocadero, ustedes ya cuando les llamaban por su nombre, o sea, ¿quién los recibía, había escritorios, secretarias?
NM: Había secretarias. Nos hablaban, entonces a una persona, porque no nomás a uno le hablaban, le hablaban a muchos, como a unos cincuenta. Nos formábamos como íbamos y luego ya al que le iba tocando entonces ya íbanos y ya nos, pues, ahí era donde nos hacían los contratos. Y ya, pos ya cuando ya le hacían a uno el contrato, ya se iba uno ya.
MP: Y ahí las secretarias, ellas nada más, lo único que hacían era llenar el contrato o, ¿ellas también les preguntaban algo?
NM: No, ellas no, nomás llenaban el contrato, nomás preguntaban cómo se llama, daba uno el nombre y…
MP: Me comentaban ahorita del detalle de los soldados, ¿no?, que estaban ahí para guardar el orden.
NM: Sí, pos esos ahí los ponían porque al principio no se dejaban, estaban unos cercos así de alambres, hay veces que hasta lo tumbaban pa enfrente y ya mejor trajeron los soldados y ya así ya hubo más respeto, ya no se arrimaban. Se arrimaban, pero nomás iban los soldados y corría la gente pa tras, corriendo.
MP: Les tenían miedo.
NM: Les tenían miedo.
MP: Y, ¿nunca se dio usted cuenta que hubiera habido algún detalle ahí entre un soldado que haya golpeado a algún…?
NM: No, eso no, si estaba, eso estaba en orden eso, le digo que en unos se metían que, nomás pa que los asustaran, nomás les amenazaban con el rifle así, pero no, no les pegaban a nadie.
MP: Algunos de los señores que he entrevistado me han dicho que ellos tenían que dar mordida para que les dieran número o para que los dejaran entrar a la fila.
NM: Sí, pero eso era cuando quería uno irse que no tenía uno otro modo. Porque el primero modo era ir uno a la Presidencia y sacar una carta de recomendación. Y luego en la carta de recomendación, pos ahí ya ve que dice todo lo que es uno y ya sobre esa carta ahí en El Trocadero salía un señor y decía: “Todos los que traen cartas, fórmense”. Y nos la recogía y así era, igualmente. Y ya después, nos hablaban al nombre de las cartas, a todos los que, los grupos.
MP: Y entonces, el que traía carta de la Presidencia como que…
NM: Era control.
MP: Tenía más…
NM: Sí, era como un permiso que le daba la Presidencia a uno pa que fuera, que eran como que le nombraban cartas de recomendación entonces.
MP: Pero, era una carta de recomendación que valía más que cualquier…
NM: Sí, sí.
MP: Por ahí me dijeron que también la señora, la esposa de Villa, Doña Luz, que ella también daba cartas de recomendación.
NM: Pos no sé, nunca fuimos nosotros con ella, ni supe yo tampoco que daba carta, pero si ya le digo yo, a la Presidencia, sí. Y así cuando, aquí no había y luego allá en mi tierra Zacatecas.
MP: ¿Allá?
NM: Allá sí iba y nomás le decía yo ahí al presidente que si me podía dar una carta. “Sí, luego luego, ándale”.
MP: Y, ¿cuántas veces tuvo que ir a Zacatecas?
NM: No, nada más una vez, nada más una vez jui y eso porque, pos esa vez vine yo de allá del otro lado también y nos fuimos mi señora y yo a pasear allá.
MP: Ah, entonces aprovechó el viaje.
NM: Sí, entonces iba a salir un bonche de allá para acá y luego le dije: “Mira, voy a ver si me dan una carta, ¿verdad?”. Y sí, sí me la dieron, fíjese.
MP: Qué bueno. Y, ¿usted no tenía que pagar algo por esa carta?
NM: No, no, eran gratuitas esas. Nomás las pedía uno y se las daban. Y esa vez, ya le digo, fui a pedir la carta y sí me la dio y también vine aquí y por suerte ese día llegamos como a medio día y en la tarde fui y luego luego la metí y otro día me hablaron. Y otro, y venía un cuñado mío y otros hermanos de él y a ellos no les hablaron y a mí sí me hablaron, fíjese. Yo, ellos venían por, ya por la Presidencia y yo no nomás con la pura carta, nomás que yo metí la carta en la tarde y otro día me hablaron en la mañana luego luego.
MP: Pues corrió con suerte, ¿verdad?
NM: Sí, corrí con suerte.
MP: Qué bueno.
NM: Sí.
MP: Y luego ahí en el mismo [El] Trocadero, ¿algun examen médico, alguna vacuna o algo?
NM: Pos ahí ponían vacunas, oiga, pos a todos, pero…
MP: Y, ¿les decían de qué iba a ser la vacuna?
NM: Sí, sí.
MP: Y luego ya, bueno ahorita me comentaban de que de aquí a El Paso, de Chihuahua al El Paso en tren carguero, ¿verdad?
NM: Sí, en tren…
MP: O, ¿cómo le tocó a usted?
NM: En tren carguero también, en tren carguero.
MP: Y, luego ya llegando a El Paso a Río Vista, ¿no?
NM: A Río Vista.
MP: La primera vez que usted fue, ¿llegó a Río Vista o llegó al Coliseo?
NM: No, a Río Vista. A Río Vista llega uno, sí, a Río Vista.
MP: Y platíqueme de su punto de vista de Río Vista, ¿qué tal ahí?, ¿cómo era?
NM: No, pos era casi igual que aquí en El Trocadero, nomás que ya ahí ya había orden, ahí ya estaba todo cercado. Pero ahí llega uno y lo recibe, ahí hay un señor que sale a recibir cada bonche que llega. Ahí estaba apuntando, pos quién sabe qué apuntarán ahí, ¿verdad? Y ya ése ya lo deja a uno ahí. Y luego ya después en la mañana salen y ya le dicen a donde va a haber salidas y si le conviene a uno a esa parte pos se aboca uno y así lo hacen muchos, lo hacían muchos. Y yo no, yo nomás avisaban: “Pos que va a haber salida pa tal parte”. No ya, pos me fui dos veces, fui a Pecos aquí luego luego está cerquita.
MP: Ah, ¿si? Platíqueme de Pecos, porque mucha gente no quería irse para Pecos.
NM: Pues nadien quería ir para allá.
MP: ¿Por qué?
NM: Pos porque, pos pagaban muy barato. Pagaban, en el algodón lo pagaban igual, la misma, porque era pura pisca de algodón. Pero no querían porque ahí metían mucha gente, había mucha cantidad de gente.
MP: ¿Sí?
NM: Había unas bodegas que le nombrábamos barracas. Allá habíamos hasta quinientos.
MP: ¿Tantos en una barraca?
NM: Estaban las hileras de un lado a otro, de doble dormitorio.
MP: ¿Como literas?
NM: Ándele, pero así, pa un lado y pa otro.
MP: Pero, pos es que con tanta gente ni se podía vivir, ¿no?
NM: Pos no, es que pos ahí, sí, pos ya se impone uno porque pos ya llega uno cansado en las tardes y ya lo que quiere ya es uno descansar ya del… Porque sí tenían comedor, igual también, le daban a uno de comer y uno pasa y pone su plato ahí y va al comedor.
MP: Ah okay, o sea que aquí en las barracas tenían el servicio de comedor.
NM: Sí.
MP: Cuando les daban casa a dos, tres, ahí tenían ustedes su cocina.
NM: Sí.
MP: Y, ¿qué era mejor, tener su cocina o que le sirviera? Ya no se preocupaba por cocinar.
NM: No, pos yo tener mi cocina, porque nosotros hacíamos nuestra comida a nuestro gusto y ahí no, pos ahí era, pos lo que daban es que huevo cocido nomás, y verduras ahí, todo, era todo. Nomás que pos siempre uno ya, compraba uno acá otra parte, lo que uno quería, ¿verdad? Pero lo de ahí casi no. Como muchos nomás lo picaban y ahí lo dejaban.
MP: Y, ¿ahí tenían que pagar ustedes por el servicio de comedor?
NM: No, no pagábanos nada, eso era por la compañía. Pero la compañía nos lo rebajaba de todos modos, teníanos un rebaje.
MP: Y, ¿cuánto les rebajaban?
NM: Pos creo eran $0.75 centavos en ese entonces, por día.
MP: Por las tres comidas, ¿verdad?
NM: Por las tres comidas.
MP: Y, ¿siempre sí alcanzaban comida todos?
NM: No, sí.
MP: ¿Se quedaban cortos con la comida?
NM: No, sí hasta sobraba comida ahí. Tenían muchas ollas de comida ahí.
MP: Y de esa comida que sobraba, ¿ustedes no podían llevarse un lonchecito para la barraca o algo?
NM: No, pos nos daban un lonchecito también. Nos daban unos sándwiches ahí de salchicha y pan, pan de ese pan Bimbo, como el pan Bimbo de aquí. Nos echaban un lonchecito y una cajita de jugo y era todo.
MP: O sea, ¿a la hora de dormir no había problemas?
NM: No.
MP: O que unos se quedaban platicando, que otros jugando a la baraja, que…
NM: No pos, ahí no. Ahí pos, a veces los sábados era cuando había, pero allá se iban pa afuera de la barraca, porque estaban en el llano allá, estábanos lejos del pueblo y ahí se hacían las jugadas en la noche. Pero no, nunca hubo, en esas partes que estuve yo, nunca hubo. Por cierto que yo me vine porque también ya no me gustó y no cumplí ni el contrato y: “Ya me voy”.
MP: ¿No lo cumplió?
NM: No.
MP: Y luego, ¿cómo le hizo para regresarse? O, ¿no lo castigaron porque no cumplió?
NM: No, es que uno nomás le dice: “Es que ya no me conviene”, y lo mandan a uno para acá.
MP: Pero, ¿no corría el riesgo de que le hagan algo o de que ya no le den contrato?
NM: No, nada de eso, no. Porque ya le digo, esa fue la primera vez y no, pos ya después me volví a contratar, que fue cuando ya me fui con este muchacho. No, primero me fui con Andrés, ¿verdad?
2do: Sí, con Andrés.
NM: Primero me fui con un hermano de él más grande, de más mayor y hasta el siguiente año fue cuando ya se fue conmigo.
MP: Y su hermano, ¿sí se inscribió allá en Pecos?
NM: No, él no. Él fue otro año, fue en otra ocasión que fuimos. Esa vez fue cuando ya nos tocó ir allá, ¿cómo se llama? El Nuevo México.
2do: A Lovington.
NM: A Lovington, fue cuando fui a dar allá, pero primeramente fue un hermano de él conmigo y luego ya al siguiente año ya fue cuando fue…
MP: ¿En qué partes estuvo usted de Estados Unidos?, ¿en qué estados?
NM: ¿En Nuevo México? No, pos era un rancho.
MP: En todo Estados Unidos, ¿en qué estados anduvo? ¿En Texas? ¿En Pecos?
NM: En Texas y en Nuevo México y en Colorado y a Michigan también fui una vez, pero también me fue muy mal allá.
MP: ¿Sí?, ¿por qué, oiga?
NM: Porque fuimos al pepino y luego el pepino pos, según lo querían tamañito chiquito, todo. Luego fuimos ya a pepinales ya, pos ya muy pasados de tiempo ya no eran de riego, eran de temporal y estaban las matas ya muy largas, muy viejas ya, y tenía unos pepinos así grandotes y ésos no, querían puros chiquitos. Y ésos los cortábanos todos los días los cortábanos y, pos ya casi no daban las matas, pos ya.
MP: Y, ¿qué hacían con tanto pepino que ya no les…?
NM: No, pos lo tirábanos, lo tirábanos ahí en la tierra, ahí quedaba.
MP: ¿No era para los animales?
NM: No, ahí lo tirábanos.
MP: Y, ¿cuánto le pagaban ahí en Michigan?
NM: Pos allá nos pagaban por hora, porque ya no… Pos creo que nos pagaban $2 pesos por día.
MP: ¿Sí?
NM: Sí.
MP: Fue muy poquito.
NM: Sí, pos es que…
MP: Y, ¿ahí cómo le hicieron para…? ¿Cómo se los llevaron hasta Michigan?
NM: Allá sí fuimos en camión.
MP: Y también hicieron mucho tiempo, ¿no?
NM: Pos hicimos, yo creo era como unas treinta horas o más.
MP: ¡Híjole! Pero, ¿sí se iba parando?, ¿les daban el lonchecito?
NM: No, pos nos parábanos así donde había prados verdes. En el monte de allá, ya ve que hay muchas partes donde están muy bonito, muy verde. Ahí se paraba el camión y ahí nos, salíamos corriendo y nos revolcábamos en el zacatito verde pa descansar. Ya descansábamos un rato y vámonos, otra vez, sí.
MP: Muy pesado.
NM: Muy pesado. Y luego pos, ahí día y noche, de ahí no paraba el camión, nomás a echar gasolina y vámonos.
MP: Y, ¿cómo le fue con el frío por allá? ¿No sufrió fríos?
NM: No, pos fue en mayo cuando fui.
MP: Ah, entonces era…
NM: No hacía frío.
MP: Temporada bien.
NM: Estaba muy bien ahí. No de a tiro, ya esa vez no hice, pos creo que nomás hice $40 dólares también.
MP: Fíjese.
NM: Nomás que de ahí me renovaron para Arkansas, nomás que acá ya vine al algodón.
MP: A Arkansas
NM: Y acá…
MP: ¿También es algodón ahí?
NM: En Arkansas también. Y ahí sí cumplí los cuarenta y cinco días. Porque ahí sí, también llovía mucho, pero allá sí pisca uno aunque esté lloviendo. Estaban los surcos llenos de agua y nosotros con la bolsa llena y así nomás iban y lo pesaban.
MP: Pero entonces, ahí ya se ponía más pesado, ¿no?
NM: Pos sí.
MP: Porque me imagino que con el lodo y todo eso mojado.
NM: Sí, pos hacíamos puras batidas, puras pesadas chicas pa no batallar. Porque ya nomás juntaba poquito y ya se sentía… Y luego nos metían los pies en el lodo y ahí andamos todos… Pero así andábamos, no…
MP: Y, ¿ahí no les daban, no sé, botas o impermeables o algo para que no se mojaran?
NM: Botas nada más.
MP: ¿Nada más botas?
NM: Botas nada más. Y no, pos nos gustaba andar mojados, porque íbanos y nos quitábanos todo lo mojadoy quedábanos otra vez secos, pero así andábanos todo el día.
MP: Y, ¿usted nunca? En esos lugares que anduvo, ¿nunca que se enfermó o algo que tuvo que ser hospitalizado?
NM: No, fíjese que gracias a Dios que no, nunca me enfermé.
MP: Qué bueno, o alguno de sus compañeros, ¿no?
NM: No nadie, nunca.
MP: Y platíqueme en esas partes donde anduvo, ¿qué hacían para distraerse un rato?, para pasarla bien. Porque me imagino que era muy duro, ¿no?, trabajar todo el día.
NM: No, pos hacíamos lo mismo. Ahí en Arkansas lo que hacíamos era… Como ahí había mucha arbolada muy verde, estaba muy bonito, mucho árbol verde y había como carretera así, pero de tierra, no había pavimento. Y había casitas así entre los árboles y así en los domingos salíanos a dar vueltas así. Y ya nos conocían ahí, ahí vive mucho, hay mucho negro, ahí vive mucho negro.
MP: Ah, ¿sí?
NM: Casi la mayoría, en esa parte de acá, sí la mayoría era puro negro. Y íbanos y pos, ellos salían y nos platicaban pero pos no les entendíamos el inglés a ellos. Sí, y las negritas salían y los señores y ahí nos la pasábamos vacilando muy bien, con ellos ahí platicando.
MP: Qué bueno.
NM: Sí pos.
MP: Disculpe, sí. Y entonces, ¿no tenían problemas con los negros allá, con la gente de allá?
NM: No.
MP: ¿Para nada?
NM: Para nada. ¿No le digo que antes les gustaba también estar con nosotros? Mirarnos como… Y luego nos decían cosas y pos, una que otra le agarrábanos. Pero no, muy contentos. Hasta les gustaba mucho saludarnos de mano y ellos hacían… Y había unos negros bien pochudotes ahí.
MP: Sí, ¿verdad?
NM: Ey.
MP: Y ahí, ¿usted no se dio cuenta de que los negros tuvieran problemas con los blancos por racismo o algo así? Ya ve que hubo un tiempo en que estuvo muy fuerte el racismo.
NM: Sí, una vez, un tiempo sí, pero ahí no, ahí estaba muy bien. Ahí yo en el tiempo que estuve ahí, casi más bien, había puro negro, que americano, puro negro.
MP: Y, ¿el trato que ustedes recibían de los negros y los blancos era diferente?
NM: Era igual, era igual, sí. Porque allá, pos nosotros donde íbamos al mandado, pos era, había allí tiendas de donde había puro negro y había tiendas de donde había puro americano blanco. Y ahí era es donde íbanos, nos llevaban a nosotros, sí.
MP: Y, ¿usted cada cuándo venía acá a visitar a su esposa y a su hija?
NM: No, hasta que se terminaba el contrato también. Hasta que se acabó, cuando era pos, casi lo más eran de cuarenta y cinco días.
MP: Y, ¿usted tampoco no tuvo problemas cuando les mandaba dinero? No, ¿siempre les llegaba bien?
NM: No, nunca tuve. Sí le llegaba bien a mi señora.
MP: Qué bueno.
NM: Sí le llegaba muy bien. Nunca tuve problemas de que no le llegan y que no. No, todo el tiempo lo ponía yo y luego luego me escribía: “Ya recibí el dinero”.
MP: Qué bueno.
NM: Sí.
MP: Y usted estando allá, ¿no tuvo problemas con La Migra de que los anduviera así rondando mucho?
NM: No.
MP: ¿Echando muchas vueltas al trabajo?
NM: No, fíjese que no. Pos yo nunca vi que anduviera por ahí La Migra, ni carros de esos del… Porque pos siempre estábanos en puro rancho nosotros, pero pos nunca vimos que fueran ahí. Y luego en esos ranchos, pos nomás habíamos los que estábanos, los trabajadores que habíamos ahí y no había otro, no había otra casa cerca, estaban retiradas y, pero no.
MP: Y, ¿ustedes nunca se perdieron? O, ¿algún compañero suyo nunca se perdió, que se fue a caminar y que ya no regresara?
NM: No, nunca no. No, no salíanos solos, salíanos así tres, cuatro juntos, platicando, jugando ahí.
MP: Y cuando renovaban el contrato, ¿tenían que hacerles otra vez todos los exámenes médicos?
NM: No, ya nomás ahí donde ya terminábamos el contrato, ahí mismo nos hacían el otro contrato. Nos íbanos y nos entregaban, y luego ahí nos decían: “¿Ustedes van a renovar pa tal parte?”. “Sí”. Ahí nos hacían el contrato y ya íbanos.
MP: Y, ¿nunca se estuvo renovando contratos con un ranchero? O sea, que le gustó y…
NM: No, nunca.
MP: ¿No?
NM: Nunca.
MP: Y, ¿usted nunca tuvo la oportunidad, el ranchero no le dio la oportunidad de quedarse ahí, de que arreglara papeles?
NM: Pos una vez sí, pero pos eso no, no, al último ya siempre no.
MP: ¿Por qué no?, ¿por qué decidió mejor no?
NM: Pues es que me vine con permiso y ya no regresé, por eso. Me vine con permiso y ya no regresé.
MP: ¿Ya de plano no?
NM: Ya no. Pos es que ya viniendo uno pos tiene ganas de estar con uno la familia y pos ya no me dejaron ir. “Ya no vayas, ¿qué vas a hacer?”, y ya. Y hasta fíjese que traía permiso de quince días y se cumplió el permiso y ya no me fui y poquito antes de los otros quince días, me llegó una carta del patrón en donde me decía que qué pasaba, que me fuera, que todavía podía irme.
MP: Fíjese, todavía hasta buscándolo.
NM: Todavía me daba más chanza, pero ya no quise ir y fue la única vez. Y cuando estaba allá, pos se le hace uno ya, pos, ya ve que se impone uno a estar allá y pos, al tiempo, que le dicen: “¿Quieres?”. “Pos sí, sí me quedo”, pero ya, ya le digo, ya nomás me vine y ya se me quitaron las ganas.
MP: Pero se podía llevar a su familia, ¿no?, a su esposa y a su hijo.
NM: Pues sí, pero eso no pensaba yo, hasta ahora después pienso: “¿Por qué no me estaría allí y hasta le hubiera arreglado a mi… Hubiera arreglado yo allá para quedarme allá y a mi familia”. Pero no, no pensaba en eso, hasta ya después, ¿ya para qué?, ya no está.
MP: Y en total, ¿cuánto tiempo, cuántos años estuvo trabajando de bracero?
NM: No, pues estuve algunos, pero pos había veces que en un año iba dos veces así es que…
MP: Y en total, ¿cuántos años así iba?
NM: Fue del, pos fueron como unos seis años.
MP: Ah, pues sí fue bastante tiempo.
NM: Sí, sí fue. Si la última vez todavía me tocó a mí ir de bracero, nomás que ya fue, también me tocó ahí en Pecos y ya nomás fui y…
MP: Llegó otra vez allí.
NM: Ya nomás llegué allá y nomás… Es que, en la pisca de algodón tienen una cosa que cuando llega uno, está de primera, está lleno de… Y ya le pasa uno la primera y ya la segunda ya no es igual, ya no saca uno los mismos kilos. Si sacaba usted cien, ya la segunda ya nomás saca cincuenta, setenta. Y yo ya nomás pasó la primera y dije: “Ahí nos vemos”.
MP: O sea que la mata va dando menos o, ¿cómo?
NM: Sí, es que ya quedan más poquitos capullos, los que abren. Y ya por eso ya, ya nomás la primer pisca me gustaba, ya después la otra ya no.
MP: Y a usted, ¿cuál lugar le gustó más?, ¿cuál lugar le convino más de todos los que anduvo en Nuevo México, Texas?
NM: Pos fíjese que a mí me gustó más en Nuevo México.
MP: ¿Nuevo México?
NM: Porque sabe que ahí el patrón ése sí era muy, pero a todo dar.
MP: Ah, ¿sí?
NM: Ése sí, nos llevaba hasta comida a veces, carne y…
MP: Fíjese.
NM: Y bien, es que era hermano y nos trataba muy bien, lo que sea.
MP: Qué bueno. Y entonces ahí, por ejemplo, ¿sus cumpleaños o los días festivos, que el 15 de septiembre, el 1o de Mayo, los festejaban allá?
NM: No, allá no festejábanos nada de eso. Nos tocaba estar allá y no, nunca no. Allá era como un día entre semana a chambear, solamente que tocara en domingo, pos así, porque allá todo el, todo lo… Pos es que va uno a lo que va y no quiere perder uno el…
MP: El tiempo, ¿no?
NM: El tiempo, sí. Nomás que el algodón, pues ése también se acaba y ya. Y ahí ya al último llegaba uno y daba uno la primer pisca como le digo, en limpio, pura pisca de algodón limpio. Y ya el segundo, como ya hiela y se seca, entonces ya ahí nos daba chanza que arrancáramos con todo y mata, como luego dicen.
MP: Ah, ¿sí?
NM: Así es que, ¿quién no se va a engreír así? (risas) Ahí sí hacíanos dinero nosotros. Y acá no, en el betabel también fui dos veces yo allá o tres veces creo. No, y allá sí, allá sí trabajaba, allá sí se trabaja.
MP: Bastante, ¿verdad?
NM: Bastante, aunque también ya al último se impone uno, porque allá empieza uno a trabajar y allá es puro andar agachado. Si le toca uno el azadón, porque tiene el manguito tamañito así y luego va uno con una pura mano empinado, y luego con la otra va, donde le quedan dos, tres matas que se las va quitando.
MP: Híjole.
NM: Y pos nomás la primer semana batalla uno y ya después ya no se le hace trabajoso, pero sí se cansa uno.
MP: Sí, cómo no y luego, ¿no tenían problema que, ya le pisaron las matitas de betabel al de atrás o algo?
NM: No, pos, eso es que… Y luego que estaban los surquitos así onde cabe nomás el pie así donde va uno así nomás. Es que ahí onde va dejando una la huella, deja uno un puro rastro, no deja un pedacillo, ahí deja todos los pies pegaditos.
MP: Pos muy difícil.
2do: Oiga, ¿puedo hablar?
NM: Sí dígame.
2do: No, en el betabel, otro día no se puede uno ni sentar a hacer su necesidad. (risas)
NM: La primer semana.
2do: Muchos dicen que ponían un lacito, digamos así en el baño porque aquí así le duele a uno esto mire, pero que si se sienta se cae pa abajo.
MP: ¿Sí?
NM: No, y luego hay unos que ya llegan en la tarde y ya no hacen ni cena, ya nomás llegan y se acuestan y a dormirse, y ya nomás se acuestan.
MP: Y al día siguiente, a ver cómo se levantan, ¿no?
2do: Pos imagínese, se estira uno todos estos nervios.
NM: Sí, pos es que una semana, en una semana ya se pone uno al corriente y ya le agarra uno. Y pos casi la pisca también es igual, porque también la pisca es, va uno así agachado piscando, nomás que ahí hay chanza de que se pueda sentar uno, así hincarse uno, muchos piscan hincados mejor.
MP: Ah, okay.
NM: Sí.
MP: No, pues sí fue muy difícil, ¿no?
NM: Sí.
MP: Todo ése trabajo.
2do: Eso fue en el betabel, sí.
MP: Sí.
NM: No, el betabel es, ése trabajo era el número uno, yo creo.
MP: ¿Sí?
NM: Sí.
2do: No, pos, ¿cómo le decían?, le decían el desmadre.
NM: El desmadre.
2do: ¡Pero así un trabajo, qué barbaridad!
MP: Dígame su punto de vista acerca del Programa Bracero, ¿fue bueno?, ¿les hubieran de haber dado más equipo para trabajar?
NM: No, pos para mí sí fue bueno. Sí todavía me dieran chanza sí volvía a ir.
MP: Sí, ¿así de plano?
NM: Así de plano.
MP: Y, ¿al mismo trabajo?
NM: Al mismo trabajo, no le hace.
MP: Y allá había gente de mucha edad, ¿no? O sea señores ya mayores o, ¿tenían un tope de edad?
NM: No, pos yo creo que tenían un tope de edad porque allá, pos yo nunca vi un señor ya de edad, ¿verdad?
2do: No, a mí sí me tocó en el algodón donde andaba uno vetarro(??), era un señor como de sesenta y seis años pues ya estaba grande y…
MP: Muy grande.
2do: Pero él dijo que el trabajaba en la mina y dijo: “Si no me echan pa juera”, dijo, “yo voy a durar hasta que me, ya me corran de atiro, porque ya no sea al último que voy a entrar”, dijo. Ya muy grande el señor.
NM: Sí, pos es que….
MP: Lo que es la necesidad, ¿no?
NM: Sí, pos. No, yo nunca vi un señor grande ya, puros más o menos jovenazos todavía en ese entonces. Andaba un señor, pero ese era nacional, ese de allá era, ése ya estaba, el señor, grande. Era el que la hacía de intérprete ahí con el patrón ese de Nuevo México.
MP: Ah, okay.
NM: Ese al principio era ahí el que trabajaba con él. Allí hacía lo que quería, pos era el pesador el que pesaba ahí.
MP: Muy bien el trabajo, ¿no?
NM: Sí, pos nomás estar en la báscula ahí. Ahí se la pasaba el señor ése y también piscaba ahí alrededor cerquitas, también está…
MP: Pues ya para terminar la entrevista, quisiera que me platicara, no sé, alguna anécdota o algún comentario final que tenga usted.
NM: No, pos nomás de que si volviera a haber braceros sí iba yo otra vez, si me dieran chanza pues, porque si ya ni aquí me quieren dar trabajo, pos sí.
MP: Bueno, pues muchísimas gracias.
NM: Ándele.
MP: Por aceptar la entrevista y por el tiempo que estuvo aquí con nosotros.
NM: Ándele, no hay de qué.
MP: Gracias.
NM: Ojala y le salga bien a usted allá también todo esto.
MP: Pues, primero Dios.
NM: Pos, sí.
MP: Gracias.
NM: Ándele.
Fin de la entrevista
Interviewer
Parra-Mantilla, Myrna
Interviewee
Mancinas, Natividad
Location
Chihuahua, Chihuahua, México
File Name Identifier
Mancinas_CHIH015
Citation
Parra-Mantilla, Myrna and Mancina, Natibidad, “Natibidad Mancinas,” Bracero History Archive, accessed November 26, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/23.