Isidoro Ramírez
Title
Isidoro Ramírez
Description
Biographical Synopsis of Interviewee: Isidoro Ramírez was born on April 4, 1935, in Tepatitlán, Jalisco, México; he is one of thirteen siblings; at an early age, he began working in agriculture; in 1956, he joined the bracero program; he worked in California picking tomatoes.
Summary of Interview: Mr. Ramírez recalls growing up in Tepatitlán, Jalisco, México, and attending formal schooling for a brief period; he states that his parents worked in agriculture, and that he began laboring with them at an early age; additionally, he remembers hearing about the bracero program from men who had returned from the Unites States, and deciding to enlist at age twenty-one; he details his experience in the contracting center of Empalme, Sonora, México, how he had to wait three weeks to sign his contract, and the humiliation of the medical exams; furthermore, he describes his trip to the border, and the process he went through at the reception center in El Centro, California; he worked in California picking tomatoes; moreover, he explains that once they arrived at the reception center, they were picked by foremen as if they were cattle; he continues to outline what daily life was like on the farms, what braceros did during their time off, and where they lived; while discussing his work, he expressed that while he waited for new contracts to be assigned, he would go to San Francisco to work as a garbage man; he concludes by stating that his memories of the program are very negative, and that he suffered much abuse, and a low standard of living while working as a bracero.
Summary of Interview: Mr. Ramírez recalls growing up in Tepatitlán, Jalisco, México, and attending formal schooling for a brief period; he states that his parents worked in agriculture, and that he began laboring with them at an early age; additionally, he remembers hearing about the bracero program from men who had returned from the Unites States, and deciding to enlist at age twenty-one; he details his experience in the contracting center of Empalme, Sonora, México, how he had to wait three weeks to sign his contract, and the humiliation of the medical exams; furthermore, he describes his trip to the border, and the process he went through at the reception center in El Centro, California; he worked in California picking tomatoes; moreover, he explains that once they arrived at the reception center, they were picked by foremen as if they were cattle; he continues to outline what daily life was like on the farms, what braceros did during their time off, and where they lived; while discussing his work, he expressed that while he waited for new contracts to be assigned, he would go to San Francisco to work as a garbage man; he concludes by stating that his memories of the program are very negative, and that he suffered much abuse, and a low standard of living while working as a bracero.
Creator
Velásquez, Steve
Ramírez, Isidoro
Date
2005-07-13
Subject
Bracero
Contributor
Cristóbal Borges
Rights
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Language
spa
title (Spanish)
Isidoro Ramírez
creator (Spanish)
Velásquez, Steve
contributor (Spanish)
Cristóbal A. Borges
Rights Holder
Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso
Original Format
Mini Disc
Duration
43:02
Bit Rate/Frequency
24 bit
96 k
96 k
Transcription
Nombre del entrevistado: Isidoro Ramírez
Fecha de la entrevista: 25 de julio de 2005
Nombre del entrevistador: Steve Velásquez
This is an interview by Steve Velásquez, 25th of July, 2005, San José, California, Mexican Heritage Plaza, Bracero History Project, and I am interviewing Isidoro Ramírez.
SV: Señor Ramírez, ¿dónde y cuándo nació usted?
IR: El 4 de abril de 1935 en el estado de Jalisco, en el Municipio de Tepatitlán.
SV: Hábleme de su familia y, ¿qué hicieron sus padres?
IR: Soy hijo de una familia de catorce hijos, mis padres eran originarios también del estado de Jalisco y campesinos. Yo soy el número siete de la familia
SV: Y, ¿viven sus hermanos y hermanas ahora todavía?
IR: Algunos viven aquí, unos en San Francisco, y los demás están allá en México.
SV: ¿Fue a la escuela en México?
IR: Ah, muy poco.
SV: Y, ¿entonces qué hiciste en México de trabajo?
IR: Trabajar en el campo.
SV: Y, ¿cuándo empezó eso?, ¿cuántos años tenía?
IR: Muy largo de recordar. Desde muy chico mi padre se ocupaba en criar animales y nosotros trabajábamos en la cría de animales, desde muy chico y ya mayor, pos trabajar en la labor.
SV: ¿Qué estabas haciendo cuando oiste del Programa Bracero?
IR: Siempre se oía porque desde, yo desde muy chico las personas mayores, los lugareños mayores siempre se venían y regresaban y entonces tenía uno eso en la mente toda la vida y cuando ya se llegó a la mayoría de edad, quise venir a tomar suerte.
SV: Y, ¿eso era cuando tenía…?
IR: Veintiún años.
SV: So, ya oiste del programa y vinieron a hacer suerte nomás, ¿no?
IR: No, es que había reclutadores que andaban por dinero, le cobraban a uno para enlistarse. Si no venía uno enlistado, no entraba, entonces había, en todos los pueblos había reclutadores que tenían un lugar donde llegaba uno y pagaba uno lo que le cobraban y allí le decían después el día y a dónde viniera uno.
SV: So, ¿no tenía que traer papeles ni nada solamente llegó ahí y ya?
IR: No, sí, tenía uno que traer su identificación, sus papeles. Tenía uno que tener cartilla militar o permiso militar, si estaba uno en edad de militar y tenía uno que traer sus cosas personales.
SV: La primer vez, ¿dónde vivía usted?, y, ¿veniste solo o cosas así?
IR: Venía, de ahí del pueblo nos venimos como treinta o cuarenta en la misma lista y el campo de concentración era en un pueblo que se llama Empalme, Sonora, México y ahí llegaba uno y esperaba uno que corrieran la lista en la cual venía uno. La impresión que yo llevé cuando llegamos ahí que había como cinco mil personas adelante de mí y el frío era tremendo porque era en enero. Buscamos en donde refugiarnos y no había nomás de la calle.
SV: Y, ¿no traías nada, trajiste algo?
IR: No, lo único que traía, una, dos o tres camisas y dos pantalones y era todo porque pos le decían a uno que no trajera muchas cosas y llegábamos ahí y a dormir en la calle, a dormir en donde pudiera uno y la lista no pasaba, duraba semanas ahí. Y era frustrado y como venía uno por primera vez, no era fácil, pero todo se superó y gracias a Dios pudimos entrar como a las tres semanas.
SV: Y, ¿qué hiciste cuando estaba esperando?
IR: Nada, no había nada qué hacer, ir a la playa y las listas empezaban a llamarlas como a las ocho de la mañana y para las once ya decían que ya era todo por el día y que volvieran al día siguiente y pos era muy inconfortable porque no había nada. Para ir a comer, tenían puestos en las calles para comer y ya tenía uno que hacer una línea de hasta de media hora o más para alcanzar a llegar algo, y fueron experiencias muy duras.
SV: So, ¿estaba casado?
IR: No.
SV: Y, ¿veniste con treinta o cuarenta otros de su pueblo?
IR: Sí, entre ellos venía un hermano mío y varios de ahí de la región.
SV: ¿Alguna vez antes llegó a pensar en trabajar en los Estados Unidos antes de el programa?
IR: No, era una aventura, una experiencia la que tomaba uno en esa edad, no pensaba uno en otra cosa. (risas)
SV: Y, ¿piensa que era lo mismo para su hermano, una aventura o era…?
IR: Él era más conservador y venía medio triste y tal vez como era mayor, tal vez pensaba las cosas más serias que yo, pero a mí me valía. por la gente que tenía familia y padres de familia que se venían y ya, los veía muy tristes cuando no se podían hacer las cosas y luego cuando llegaba uno que le daban a uno cuarenta y cinco días de contrato para regresar, era muy pesado.
SV: ¿Cuáles eran sus expectativas de los Estados Unidos, tenías…?
IR: En ese tiempo nada, era venir a la aventura y regresar.
SV: ¿Había? Okay, ya vamos a hablar del proceso, ¿había algún examen físico para empezar este proceso?
IR: Sí había, allá cuando los daban a uno, le daban un examen físico y cuando entraba uno aquí lo hacía el médico.
SV: ¿Qué hicieron?
IR: De todo y enfrente de todos, ahí no había privacidad.
SV: Sí.
IR: Muy vergonzoso.
SV: Y, ¿le dieron medicinas o algo así?
IR: La segunda vez que yo vine fue en el tiempo de verano, como ahorita en este tiempo. El calor era muy intenso y en Sonora yo me enfermé, muchos nos enfermamos y nos pegó fiebre y cuando nos llamó la lista, salimos con fiebre. Entonces nos dijeron que teníamos que bajar la fiebre para poder pasar y nos dijeron que teníamos que ir al médico a que nos inyectaran. Había una sala como cinco veces más grande que ésta y había muchachas y enfermeras aquí. Todos los políticos y los americanos que estaban aquí, estaban allá y a todos nos pasaron desnudos, desnudos completamente enfrente de todos, para llegar hasta aquí y que nos pusieran una inyección y volver. Para mí eso fue muy humillante y los, cuando está uno joven no siente, pero yo miraba que muchos mayores casi hasta lloraban para hacer eso. En el Mercury News salió una vez un relato de uno, pero no fue allí donde a mí me tocó, había sido en otro lugar que habían hecho lo mismo de desnudar a todos y ponerlos para pasar a examen médico y eso es una humillación, un atropello.
SV: Era duro, era duro. Y, ¿le informaron las autoridades de su salario, las condiciones, la vida, transportación, cosas así en el proceso?
IR: No, tal vez me adelanto, cuando llegaba uno aquí, había en El Centro, California, el centro de repartición, ahí lo ponían a uno, lo paraban a uno por la pared y llegaban los contratistas como a ir a comprar ganado. Si a uno no le gustaba, lo quitaban y traían a otro. Y ya entonces ahí le decían a qué lugar iba a ir y qué es lo que iba a hacer. Pero no salario, ya tenían ahí el camión, el Greyhound y ya lo transportaban a uno al lugar donde iba y era todo, no había… Allí le decían a uno: “Esta compañía necesita cien o cincuenta, por tres meses o por dos meses”. Y como dicen aquí: “Take it or leave it”. No había otra.
SV: Y los otros braceros, los otros que estaban esperando para el proceso, ¿estaban hablando sobre los salarios o sobre el trabajo? Ahí entre ustedes, ¿qué sabían?
IR: Los que tenían experiencia ya que habían venido ya decían historias de que cómo habían trabajado ellos en ciertos lugares y todo, pero no tenían, nadie tenía un choice de agarrar lo que uno quería. Ahí agarraba uno lo que le daban.
SV: So, ya supiste más o menos…
IR: Mi hermano y yo estábamos juntos y llegó la lista y hasta aquí y se lo trajeron a él y a mí me dejaron. A él le tocó venirse aquí a Salinas y a mí me mandaron allá a Los Ángeles, así eran el corte que había: “Necesito tanto”. Y no importaba a quién partían o a quién nada, o sea, era uno un esclavo, venía uno como…
SV: ¿En dónde cruzó la frontera entonces?
IR: En el Caléxico, Mexicali.
SV: Y esto era, ¿en qué año?
IR: [Mil novecientos] cincuenta y seis.
SV: Ya hablastes sobre el centro de recepción, sobre el médico.
IR: A varios los regresaba el médico de ahí. “Tú estás enfermo, no puedes venir”. Y pos nada, a veces no era mucho, era cualquier cosa nada más.
SV: Una cosa en su mano y ya.
IR: Cualquier mancha, cualquier cosa ahí, y: “Todos van pa tras”. Y ahí perdían todo.
SV: So, veniste con su hermano y cuando ya estaban en el centro de recepción, ¿juntos fueron al trabajo, al campo, su hermano y…?
IR: Llegamos al campo pero a él se lo trajeron a Salinas y mí me dejaron allá en Los Ángeles, es que, de estar juntos y lurgo nos cortaron.
SV: So, ¿cuántos años trabajó usted oficialmente como bracero?
IR: No años, cuando a mí, cuando en el [19]56 nos dieron un contrato de tres meses, y entonces decían que había oportunidad de volverlo a renovar. Cuando estaba ya por terminarse, dijeron que no había renovación, nomás de que había que regresar a México. Entonces yo no quise regresar a México, yo me vine para San Francisco sin contratación y aquí me quedé unos meses pero ya sin, como decían desertado. Porque no había otro, no, no sacaba uno ni pa lo que había gastado.
SV: Después de eso, después de San Francisco, ¿regresó?
IR: Yo regresé.
SV: A México.
IR: Y el siguiente año volví a venir otra vez, allí otra vez al mismo lugar, a Empalme y otra vez al mismo proceso y fue cuando salí enfermo de la calentura, de la fiebre por el calor y fue cuando entonces me mandaron aquí a Stockton, California, a Stockton a piscar tomates.
SV: Y, ¿eso fue tres meses también?
IR: No, eran cuarenta y cinco días.
SV: Y eso nomás…
IR: Se acababan los cuarenta y cinco días y regresaban a México, pero yo allí nomás duré dos semanas y me vine otra vez a San Francisco y había muchos que lo hacían así.
SV: Y en San Francisco qué hiciste, ¿trabajó en…?
IR: Garbage man.
SV: Y, ¿tenía familia, amistades en San Francisco?
IR: Sí.
SV: So, ¿qué cosechaba en Anaheim?
IR: Naranjas y limones. Pero tenía uno que matarse para hacer algo.
SV: Dígame de ese tiempo, ¿cómo era hacer eso?
IR: Era…
SV: ¿Cómo era de trabajo?
IR: Tenía uno una bolsa aquí amarrada y aquí tiraba uno las naranjas. La escalera pa empezar, era como de dieciséis a veinte pies y nomás es ponerla sobre el árbol. El piso estaba flojo, las escaleras se hunden, tenía que subir y empezar de abajo y estarlas poniendo aquí. Cuando se llenaba la bolsa tenías que bajar y ponerla en la caja y correr de vuelta y tenía, era, pagaban que a $0.20 centavos la caja, tenía que matarse para ganar $10 dólares.
SV: Y, ¿cuánto tiempo duró en limpiar un árbol de limones, era una hora, veine minutos…?
IR: No, había que hacerlo rápido, si no te dejas atrás. Allí hay que mover las manos, ahí no había de, el que no movía las manos se quedaba, lo más pronto que se podía.
SV: Y, ¿la naranja es lo mismo?
IR: Lo mismo.
SV: Y, ¿los tomates?
IR: Los tomates era aquí en la espalda, estar agachado abajo y ahí se mata uno la verdad, anda arrastrándose. Pero también tienes que moverla, yo no aprendí mucho, porque no aguanté mucho ahí.
SV: Ya es duro eso sí. ¿Cuántos braceros trabajaban junto con usted?
IR: En el campo que estábamos en Anaheim, yo creo que había en ese campo más de dos mil personas, decían que era el campo más grande de California. Y acá en estos de acá de Stockton era un campo chico y muy malo, donde dormíamos en un cuarto como esto de grande pa cincuenta personas, sí.
SV: Y, ¿hizo amistades haciendo eso?
IR: Sí, claro. Ahí hay de todo, todos somos amistosos y siempre era pura camaradería, era hacerse uno el día más placentero en vez de estar pensando en todos los problemas que estaban ocurriéndonos.
SV: Y, ¿todavía está en contacto con alguien de ellos?
IR: Algunos ya se murieron. El señor que nos guiaba murió hace dos meses de noventa y cinco años. El que venía… Él sí vino muchos años, pero pos así ha pasado, ya hace muchos años y ya muchos pos ya se nos fueron y otros no. Cada quien agarró su rumbo de vida y ahí estamos. De vez en cuando sí veo a alguno todavía.
SV: Y, ¿contrataron a algunos que vinieron ilegales, otros que no eran braceros? ¿Trabajaste con ellos también o solamente trabajaste con braceros?
IR: Donde había gente que trabajaba con contrato de bracero no metían, las compañías no tenían gente que no tuviera papeles. Por ahí andaban, veíamos que andaba gente trabajando en otros files [fields] ahí, pero yo no sabía si andaban bien o andaban mal. Pero ahí mientras estábamos trabajando ahí, nomás era gente que tenía contrato porque las compañías eso era lo que hacían, nomás agarraban gente de ahí pa pagarle menos.
SV: Sí. Y, ¿alguna vez fueron autoridades mexicanas a ver los trabajos, a hablar con ustedes?
IR: Nosotros aquí en, cuando estuve yo aquí en Stockton, las llamamos, alguien las llamó porque el trabajo estaba muy malo, el campo estaba muy malo y lo único que oyeron fue que si no les gustaba, los regresaban a México.
SV: ¿Sabes por qué llamaron a las autoridades, era algo específico o en general?
IR: Ah, no sacaban para los gastos, cómo dijera, ya no había qué piscar. Había, parece que eran, decían, yo no entendía las cosas, pero decían que era ya segunda pisca y gente que habían traído con promesas de que iban y que estaban, que iban a piscar y que iban a ganar mucho y ya habían piscado, esos files ya los habían piscado y andaban juntando nomás lo que quedaba. Entonces ellos no sacaban para comer y eso fue… Yo al último no sé qué fue lo que pasó, porque a los tres días yo me fui, pero sí llamaron a las autoridades y la… Estaba el campo en un pueblo, se llama Río Vista, California y La Asociación de estos estaba en Sunsun (??) o Fairfield, por ahí. Y ahí fueron y se juntaron, ahí estuvieron, llamaron al cónsul, pero los que regresaron dijeron que lo que les habían dicho era que si no les gustaba, que se reportaran ahí para mandarlos a México.
SV: ¿Entonces cuántas horas trabajaste en el campo? Dígame del trabajo, ¿qué hora empezó cuántas horas?
IR: ¿A lo del día, al día? Pos empezaba como a las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde.
SV: ¿En ambos lados, en Anaheim y Stockton también?
IR: Era lo mismo.
SV: Y dígame de la vida diaria ahí en los campos, los huéspedes, la comida.
IR: En el campo de Anaheim, era un campo muy bueno porque tenían un comedor, estaba muy limpio.
SV: ¿Recuerda la compañía en Anaheim? ¿Recuerda el nombre de la compañía?
IR: No, era, yo sé que estaba el campo estaba por la calle Anaheim y parece que estaba en el border line de, ¿cómo se llama el otro pueblo? Fullerton, pero yo creo que ya eso ya se desapareció. Pero el campo estaba muy limpio, lo único que tenía, que para vivir era un cuartito como de doce por doce y ahí estábamos seis en cada cuarto. No teníamos nomás de una cama como del ancho de esta mesa y una caja para poner la camisa, era todo lo que cabía en un cajoncito, no había nada más, a cada uno le tenían eso. Pero el comedor era muy grande y daban, el borde estaba bueno. Ahí no había, lo único que no nos daban, el sábado y el domingo si queríamos comer en el comedor teníamos que pagar extra.
SV: El sábado y el domingo.
IR: El sábado y el domingo, los días que no había trabajo. Se iba uno a trabajar, entonces se apuntaba uno, entonces ya le daban de comer, pero si no iba a trabajar, si no se trabajaba, tenía uno que pagar la comida y había muchos que por guardar sus centavos a veces no iban a comer.
SV: Y en su días libres, ¿qué hicieron, se quedaban en el campo o se fueron a…?
IR: A veces íbamos a Disneylandia. Como está cercas ahí, estaba, hacía un año que la habían abierto, pero no siempre. Y ahí organizábamos juegos de pelota y había, el campo estaba muy bueno, pero después otros campos se quejaban por la comida y después a mí me movieron a un campo en otra parte y las viviendas eran como del Army. Una lona que tenían arriba, no era casa, eran unas tents y estaba muy caliente. Entonces fue cuando yo me vine para acá y la comida ya no era igual y todo cambiaba y sucio el campo y la hice de todo.
SV: ¿Cómo se comunicaba con su familia en México?
IR: Por carta.
SV: Y cuando regresaste a México, cuando ya estaba terminado su contrato, ¿regresaste a su pueblo?
IR: Sí, no ahí mismo, con la familia.
SV: Y, ¿qué pensaba su familia del trabajo que estaba haciendo?
IR: No, no querían que me viniera. Pos mi hermano nomás vino una vez, ya no volvió, ni ha vuelto nunca, el mayor. Pero los demás sí se vinieron después que yo.
SV: Después de su experiencia.
IR: Pero ellos ya vinieron con diferente forma de, ya con el papel, diferente pasaporte de migración, todo eso.
SV: Visas y cosas así. ¿Cuánto les pagaban?
IR: Era a contrato, era como por $0.20 centavos, me parece $0.20, $0.22 centavos la caja.
SV: Y, ¿le pagaban en cheque o en efectivo?
IR: En cheque.
SV: Y, ¿les dijeron que iba a ser $0.20 centavos la caja o…?
IR: Sí.
SV: Le hicieron una cosa ahí.
IR: No, no, sí dijeron: “Tanto y muévele pa que saques algo”.
SV: Y, ¿cada cuánto le pagaban, cada semana?
IR: Me parece que cada semana, cada semana.
SV: ¿Qué hiciste con el dinero?
IR: Pos no sacaba nada, salía muy poco. No, pos guardarlo todo lo que podía uno, tratar de… Había veces que cuando se venía uno de allá, se venía uno con dinero que no era de uno, alguien se lo prestaba para poder venir. Entonces había que pagar, a veces no alcanzaba uno a sacar para pagarlo, pero…
SV: Y, ¿todos los braceros quedaban igual?
IR: No, cuando es por contrato unos ganaban más que otros porque movían mejor las manos, eran más rápidos y se mataban más también. Había unos que tenían que matarse para…
SV: Y, ¿alguna vez le descontaron dinero de su salario para algo?
IR: Yo no me, bueno, le daban a uno el cheque y venía todo, pero no venía qué era el descuento, no miraba uno el descuento. El descuento lo hacían, no sé qué arreglos. Ahora me estoy dando cuenta que quitaban el diez por ciento o algo, pero nadie sabía eso, nadie sabía que estaban quitando el diez por ciento y yo no, en el cheque no venía que quitaban para, parece que decían para médicos, pero no, no era, no tengo yo…
SV: Para seguro, a veces era el seguro. ¿Alguna vez tuvo algún problema en el trabajo?
IR: Sí, me caí ahí una vez. Porque yo después de cuando trabajábamos a piscar me pusieron a cargar las cajas, era mi trabajo y el de otros y me caí del camión. Me lastimé y estuve como unas tres semanas o cuatro sin trabajar, pero me daban compensación y me llevaban al médico y esto.
SV: Y, ¿hiciste algo en el campo en ese tiempo o no?
IR: No, estar ahí. Nomás me llevaban al médico una o dos veces por semana y varios, es que había muchos lastimados, se lastimaban, se caían del árbol y siempre había gente lastimada. Pero lo mío no era mucho, me raspé por aquí la mano y eso fue todo, no fue mucho.
SV: So, practicaban deportes, iban a Disneyland, ¿qué más hicieron cuando ya…?
IR: Tratar de estar lo más tranquilo que se podía y sin que costara mucho, porque había que cuidar el dólar. No podía uno irse a gastarlo, pero ahí estábamos bien. Pero yo había sabido de otros que tenían, que estaba el campo lejos del pueblo. La única manera que podían ellos comprarse algo era de los camiones de que les decían judíos a los que iban a vender cosas. Y no había otra y ahí tenían que pagar lo que, a como se los vendieran, pasta de dientes, todo eso se los daban muy caro todo eso. Ahí yo no tenía ese problema porque estaba el pueblo a la orilla y pos ahí podíamos ir a una farmacia y comprar lociones o cosas importantes que necesitaba uno. Pero los que estaban afuera, lo único que tenían era comprar lo del camión que iba a vendérselos y eso sí, las experiencias que oía yo, que eran ahí la comida mala también y los campos muy mal.
SV: ¿Celebraban días festivos en el campo, como Navidad o 16 de Septiembre?
IR: No sé, no estuve yo en, no me tocó porque estuve muy poco. Pero yo creo, puede ser. Pienso que también el patrón por no trabajar tenía que dejarlos descansar, eso no, no me tocó ni un día a mí.
SV: ¿Regresó usted a México cuando terminó su contrato de trabajar?
IR: No, yo me vine para San Francisco, yo no lo terminé.
SV: Pero la última vez, en el [19]27.
IR: Ahí era cuarenta y cinco días y era donde estaban haciendo protesta porque estábamos levantando los files de segunda pisca. Y entonces yo otra vez, todavía no me volvía a venir y yo ya no supe qué fue lo que pasó con esas personas. Porque les dijeron que si no les gustaba, se vinieran a La Asociación para que se fueran a México. Entonces yo lo que hice, fui y agarré el camión, el Greyhound y me vine otra vez a San Francisco.
SV: Y no regresó a México
IR: No, yo no le avisé a nadie.
SV: Y, ¿qué significa el término bracero para usted?
IR: Yo no, nunca lo he podido comprender, yo allá, conocíamos brasero, un lugar donde poníamos pa hacer lumbre, yo no sé quién sacó la palabra esa.
SV: Brasero, pero, ¿para usted qué significa el trabajo del bracero? La vida del bracero.
IR: La vida del bracero es un, se va a ser esclavo, no Choice. Ahí no había…
SV: Sus recuerdos acerca del trabajo del bracero, el haber trabajado como un bracero, ¿son positivos o negativos?
IR: Negativos, eso es ser uno un esclavo.
SV: ¿Cambió su vida de alguna manera ser bracero?
IR: Vi la vida más positiva, vi que no era un sistema bueno, ni en México mandar a gente para acá, ni aquí porque era un abuso lo que estaban haciendo las personas desde allá hasta aquí. Allá desde luego tenía que ser uno un esclavo de un listado, si no venía uno con un grupo que alguien lo pusiera por dinero, no podía entrar. Un individuo no podía llegar y decir: “Yo quiero ir para allá, estos son mis documentos, quiero ir”. Tenía que venir por un sistema de paga y llegaba uno aquí y: “Ésta es tu marca, aquí vives, aquí trabajas y si no te gusta, vas pa atrás”. Las condiciones ellos la ponían, uno no podía decir nada, entonces para uno, para mí fue una mala experiencia, experiencia peor que he tenido en la vida. No la sentí en ese tiempo por mi edad, por la juventud que le vale a uno poco cuando está uno… pensar, pero fue humillación todo, desde que salía uno hasta que regresaba.
SV: Y, ¿para usted qué es el más importante aspecto de los braceros que tiene que estar en la historia de los braceros? ¿Hay algún tema más importante para usted que tenemos que escribir sobre la experiencia de bracero?
IR: Lo que más importaba era que no volviera a pasar.
SV: Y cuando fuiste a San Francisco, ¿fue a un lugar donde había más braceros o más mexicanos?, ¿había más braceros ahí?
IR: No.
SV: Y, ¿qué pensaron la gente de ese pueblo donde…?
IR: ¿Cómo?
SV: Después de cuando estaba en San Francisco, ¿no había, no llegaste a algún pueblo donde había otros braceros?
IR: No.
SV: Y entonces la gente que estaba ahí, ¿qué era la relación entre ellos y usted?
IR: No, estaban mis primos, estaban ahí y yo llegué con ellos. Yo empecé a trabajar donde estaban ellos y ya me olvidé de todos los problemas de acá.
SV: Okay, muchas gracias.
IR: Okay.
Fin de la entrevista
Fecha de la entrevista: 25 de julio de 2005
Nombre del entrevistador: Steve Velásquez
This is an interview by Steve Velásquez, 25th of July, 2005, San José, California, Mexican Heritage Plaza, Bracero History Project, and I am interviewing Isidoro Ramírez.
SV: Señor Ramírez, ¿dónde y cuándo nació usted?
IR: El 4 de abril de 1935 en el estado de Jalisco, en el Municipio de Tepatitlán.
SV: Hábleme de su familia y, ¿qué hicieron sus padres?
IR: Soy hijo de una familia de catorce hijos, mis padres eran originarios también del estado de Jalisco y campesinos. Yo soy el número siete de la familia
SV: Y, ¿viven sus hermanos y hermanas ahora todavía?
IR: Algunos viven aquí, unos en San Francisco, y los demás están allá en México.
SV: ¿Fue a la escuela en México?
IR: Ah, muy poco.
SV: Y, ¿entonces qué hiciste en México de trabajo?
IR: Trabajar en el campo.
SV: Y, ¿cuándo empezó eso?, ¿cuántos años tenía?
IR: Muy largo de recordar. Desde muy chico mi padre se ocupaba en criar animales y nosotros trabajábamos en la cría de animales, desde muy chico y ya mayor, pos trabajar en la labor.
SV: ¿Qué estabas haciendo cuando oiste del Programa Bracero?
IR: Siempre se oía porque desde, yo desde muy chico las personas mayores, los lugareños mayores siempre se venían y regresaban y entonces tenía uno eso en la mente toda la vida y cuando ya se llegó a la mayoría de edad, quise venir a tomar suerte.
SV: Y, ¿eso era cuando tenía…?
IR: Veintiún años.
SV: So, ya oiste del programa y vinieron a hacer suerte nomás, ¿no?
IR: No, es que había reclutadores que andaban por dinero, le cobraban a uno para enlistarse. Si no venía uno enlistado, no entraba, entonces había, en todos los pueblos había reclutadores que tenían un lugar donde llegaba uno y pagaba uno lo que le cobraban y allí le decían después el día y a dónde viniera uno.
SV: So, ¿no tenía que traer papeles ni nada solamente llegó ahí y ya?
IR: No, sí, tenía uno que traer su identificación, sus papeles. Tenía uno que tener cartilla militar o permiso militar, si estaba uno en edad de militar y tenía uno que traer sus cosas personales.
SV: La primer vez, ¿dónde vivía usted?, y, ¿veniste solo o cosas así?
IR: Venía, de ahí del pueblo nos venimos como treinta o cuarenta en la misma lista y el campo de concentración era en un pueblo que se llama Empalme, Sonora, México y ahí llegaba uno y esperaba uno que corrieran la lista en la cual venía uno. La impresión que yo llevé cuando llegamos ahí que había como cinco mil personas adelante de mí y el frío era tremendo porque era en enero. Buscamos en donde refugiarnos y no había nomás de la calle.
SV: Y, ¿no traías nada, trajiste algo?
IR: No, lo único que traía, una, dos o tres camisas y dos pantalones y era todo porque pos le decían a uno que no trajera muchas cosas y llegábamos ahí y a dormir en la calle, a dormir en donde pudiera uno y la lista no pasaba, duraba semanas ahí. Y era frustrado y como venía uno por primera vez, no era fácil, pero todo se superó y gracias a Dios pudimos entrar como a las tres semanas.
SV: Y, ¿qué hiciste cuando estaba esperando?
IR: Nada, no había nada qué hacer, ir a la playa y las listas empezaban a llamarlas como a las ocho de la mañana y para las once ya decían que ya era todo por el día y que volvieran al día siguiente y pos era muy inconfortable porque no había nada. Para ir a comer, tenían puestos en las calles para comer y ya tenía uno que hacer una línea de hasta de media hora o más para alcanzar a llegar algo, y fueron experiencias muy duras.
SV: So, ¿estaba casado?
IR: No.
SV: Y, ¿veniste con treinta o cuarenta otros de su pueblo?
IR: Sí, entre ellos venía un hermano mío y varios de ahí de la región.
SV: ¿Alguna vez antes llegó a pensar en trabajar en los Estados Unidos antes de el programa?
IR: No, era una aventura, una experiencia la que tomaba uno en esa edad, no pensaba uno en otra cosa. (risas)
SV: Y, ¿piensa que era lo mismo para su hermano, una aventura o era…?
IR: Él era más conservador y venía medio triste y tal vez como era mayor, tal vez pensaba las cosas más serias que yo, pero a mí me valía. por la gente que tenía familia y padres de familia que se venían y ya, los veía muy tristes cuando no se podían hacer las cosas y luego cuando llegaba uno que le daban a uno cuarenta y cinco días de contrato para regresar, era muy pesado.
SV: ¿Cuáles eran sus expectativas de los Estados Unidos, tenías…?
IR: En ese tiempo nada, era venir a la aventura y regresar.
SV: ¿Había? Okay, ya vamos a hablar del proceso, ¿había algún examen físico para empezar este proceso?
IR: Sí había, allá cuando los daban a uno, le daban un examen físico y cuando entraba uno aquí lo hacía el médico.
SV: ¿Qué hicieron?
IR: De todo y enfrente de todos, ahí no había privacidad.
SV: Sí.
IR: Muy vergonzoso.
SV: Y, ¿le dieron medicinas o algo así?
IR: La segunda vez que yo vine fue en el tiempo de verano, como ahorita en este tiempo. El calor era muy intenso y en Sonora yo me enfermé, muchos nos enfermamos y nos pegó fiebre y cuando nos llamó la lista, salimos con fiebre. Entonces nos dijeron que teníamos que bajar la fiebre para poder pasar y nos dijeron que teníamos que ir al médico a que nos inyectaran. Había una sala como cinco veces más grande que ésta y había muchachas y enfermeras aquí. Todos los políticos y los americanos que estaban aquí, estaban allá y a todos nos pasaron desnudos, desnudos completamente enfrente de todos, para llegar hasta aquí y que nos pusieran una inyección y volver. Para mí eso fue muy humillante y los, cuando está uno joven no siente, pero yo miraba que muchos mayores casi hasta lloraban para hacer eso. En el Mercury News salió una vez un relato de uno, pero no fue allí donde a mí me tocó, había sido en otro lugar que habían hecho lo mismo de desnudar a todos y ponerlos para pasar a examen médico y eso es una humillación, un atropello.
SV: Era duro, era duro. Y, ¿le informaron las autoridades de su salario, las condiciones, la vida, transportación, cosas así en el proceso?
IR: No, tal vez me adelanto, cuando llegaba uno aquí, había en El Centro, California, el centro de repartición, ahí lo ponían a uno, lo paraban a uno por la pared y llegaban los contratistas como a ir a comprar ganado. Si a uno no le gustaba, lo quitaban y traían a otro. Y ya entonces ahí le decían a qué lugar iba a ir y qué es lo que iba a hacer. Pero no salario, ya tenían ahí el camión, el Greyhound y ya lo transportaban a uno al lugar donde iba y era todo, no había… Allí le decían a uno: “Esta compañía necesita cien o cincuenta, por tres meses o por dos meses”. Y como dicen aquí: “Take it or leave it”. No había otra.
SV: Y los otros braceros, los otros que estaban esperando para el proceso, ¿estaban hablando sobre los salarios o sobre el trabajo? Ahí entre ustedes, ¿qué sabían?
IR: Los que tenían experiencia ya que habían venido ya decían historias de que cómo habían trabajado ellos en ciertos lugares y todo, pero no tenían, nadie tenía un choice de agarrar lo que uno quería. Ahí agarraba uno lo que le daban.
SV: So, ya supiste más o menos…
IR: Mi hermano y yo estábamos juntos y llegó la lista y hasta aquí y se lo trajeron a él y a mí me dejaron. A él le tocó venirse aquí a Salinas y a mí me mandaron allá a Los Ángeles, así eran el corte que había: “Necesito tanto”. Y no importaba a quién partían o a quién nada, o sea, era uno un esclavo, venía uno como…
SV: ¿En dónde cruzó la frontera entonces?
IR: En el Caléxico, Mexicali.
SV: Y esto era, ¿en qué año?
IR: [Mil novecientos] cincuenta y seis.
SV: Ya hablastes sobre el centro de recepción, sobre el médico.
IR: A varios los regresaba el médico de ahí. “Tú estás enfermo, no puedes venir”. Y pos nada, a veces no era mucho, era cualquier cosa nada más.
SV: Una cosa en su mano y ya.
IR: Cualquier mancha, cualquier cosa ahí, y: “Todos van pa tras”. Y ahí perdían todo.
SV: So, veniste con su hermano y cuando ya estaban en el centro de recepción, ¿juntos fueron al trabajo, al campo, su hermano y…?
IR: Llegamos al campo pero a él se lo trajeron a Salinas y mí me dejaron allá en Los Ángeles, es que, de estar juntos y lurgo nos cortaron.
SV: So, ¿cuántos años trabajó usted oficialmente como bracero?
IR: No años, cuando a mí, cuando en el [19]56 nos dieron un contrato de tres meses, y entonces decían que había oportunidad de volverlo a renovar. Cuando estaba ya por terminarse, dijeron que no había renovación, nomás de que había que regresar a México. Entonces yo no quise regresar a México, yo me vine para San Francisco sin contratación y aquí me quedé unos meses pero ya sin, como decían desertado. Porque no había otro, no, no sacaba uno ni pa lo que había gastado.
SV: Después de eso, después de San Francisco, ¿regresó?
IR: Yo regresé.
SV: A México.
IR: Y el siguiente año volví a venir otra vez, allí otra vez al mismo lugar, a Empalme y otra vez al mismo proceso y fue cuando salí enfermo de la calentura, de la fiebre por el calor y fue cuando entonces me mandaron aquí a Stockton, California, a Stockton a piscar tomates.
SV: Y, ¿eso fue tres meses también?
IR: No, eran cuarenta y cinco días.
SV: Y eso nomás…
IR: Se acababan los cuarenta y cinco días y regresaban a México, pero yo allí nomás duré dos semanas y me vine otra vez a San Francisco y había muchos que lo hacían así.
SV: Y en San Francisco qué hiciste, ¿trabajó en…?
IR: Garbage man.
SV: Y, ¿tenía familia, amistades en San Francisco?
IR: Sí.
SV: So, ¿qué cosechaba en Anaheim?
IR: Naranjas y limones. Pero tenía uno que matarse para hacer algo.
SV: Dígame de ese tiempo, ¿cómo era hacer eso?
IR: Era…
SV: ¿Cómo era de trabajo?
IR: Tenía uno una bolsa aquí amarrada y aquí tiraba uno las naranjas. La escalera pa empezar, era como de dieciséis a veinte pies y nomás es ponerla sobre el árbol. El piso estaba flojo, las escaleras se hunden, tenía que subir y empezar de abajo y estarlas poniendo aquí. Cuando se llenaba la bolsa tenías que bajar y ponerla en la caja y correr de vuelta y tenía, era, pagaban que a $0.20 centavos la caja, tenía que matarse para ganar $10 dólares.
SV: Y, ¿cuánto tiempo duró en limpiar un árbol de limones, era una hora, veine minutos…?
IR: No, había que hacerlo rápido, si no te dejas atrás. Allí hay que mover las manos, ahí no había de, el que no movía las manos se quedaba, lo más pronto que se podía.
SV: Y, ¿la naranja es lo mismo?
IR: Lo mismo.
SV: Y, ¿los tomates?
IR: Los tomates era aquí en la espalda, estar agachado abajo y ahí se mata uno la verdad, anda arrastrándose. Pero también tienes que moverla, yo no aprendí mucho, porque no aguanté mucho ahí.
SV: Ya es duro eso sí. ¿Cuántos braceros trabajaban junto con usted?
IR: En el campo que estábamos en Anaheim, yo creo que había en ese campo más de dos mil personas, decían que era el campo más grande de California. Y acá en estos de acá de Stockton era un campo chico y muy malo, donde dormíamos en un cuarto como esto de grande pa cincuenta personas, sí.
SV: Y, ¿hizo amistades haciendo eso?
IR: Sí, claro. Ahí hay de todo, todos somos amistosos y siempre era pura camaradería, era hacerse uno el día más placentero en vez de estar pensando en todos los problemas que estaban ocurriéndonos.
SV: Y, ¿todavía está en contacto con alguien de ellos?
IR: Algunos ya se murieron. El señor que nos guiaba murió hace dos meses de noventa y cinco años. El que venía… Él sí vino muchos años, pero pos así ha pasado, ya hace muchos años y ya muchos pos ya se nos fueron y otros no. Cada quien agarró su rumbo de vida y ahí estamos. De vez en cuando sí veo a alguno todavía.
SV: Y, ¿contrataron a algunos que vinieron ilegales, otros que no eran braceros? ¿Trabajaste con ellos también o solamente trabajaste con braceros?
IR: Donde había gente que trabajaba con contrato de bracero no metían, las compañías no tenían gente que no tuviera papeles. Por ahí andaban, veíamos que andaba gente trabajando en otros files [fields] ahí, pero yo no sabía si andaban bien o andaban mal. Pero ahí mientras estábamos trabajando ahí, nomás era gente que tenía contrato porque las compañías eso era lo que hacían, nomás agarraban gente de ahí pa pagarle menos.
SV: Sí. Y, ¿alguna vez fueron autoridades mexicanas a ver los trabajos, a hablar con ustedes?
IR: Nosotros aquí en, cuando estuve yo aquí en Stockton, las llamamos, alguien las llamó porque el trabajo estaba muy malo, el campo estaba muy malo y lo único que oyeron fue que si no les gustaba, los regresaban a México.
SV: ¿Sabes por qué llamaron a las autoridades, era algo específico o en general?
IR: Ah, no sacaban para los gastos, cómo dijera, ya no había qué piscar. Había, parece que eran, decían, yo no entendía las cosas, pero decían que era ya segunda pisca y gente que habían traído con promesas de que iban y que estaban, que iban a piscar y que iban a ganar mucho y ya habían piscado, esos files ya los habían piscado y andaban juntando nomás lo que quedaba. Entonces ellos no sacaban para comer y eso fue… Yo al último no sé qué fue lo que pasó, porque a los tres días yo me fui, pero sí llamaron a las autoridades y la… Estaba el campo en un pueblo, se llama Río Vista, California y La Asociación de estos estaba en Sunsun (??) o Fairfield, por ahí. Y ahí fueron y se juntaron, ahí estuvieron, llamaron al cónsul, pero los que regresaron dijeron que lo que les habían dicho era que si no les gustaba, que se reportaran ahí para mandarlos a México.
SV: ¿Entonces cuántas horas trabajaste en el campo? Dígame del trabajo, ¿qué hora empezó cuántas horas?
IR: ¿A lo del día, al día? Pos empezaba como a las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde.
SV: ¿En ambos lados, en Anaheim y Stockton también?
IR: Era lo mismo.
SV: Y dígame de la vida diaria ahí en los campos, los huéspedes, la comida.
IR: En el campo de Anaheim, era un campo muy bueno porque tenían un comedor, estaba muy limpio.
SV: ¿Recuerda la compañía en Anaheim? ¿Recuerda el nombre de la compañía?
IR: No, era, yo sé que estaba el campo estaba por la calle Anaheim y parece que estaba en el border line de, ¿cómo se llama el otro pueblo? Fullerton, pero yo creo que ya eso ya se desapareció. Pero el campo estaba muy limpio, lo único que tenía, que para vivir era un cuartito como de doce por doce y ahí estábamos seis en cada cuarto. No teníamos nomás de una cama como del ancho de esta mesa y una caja para poner la camisa, era todo lo que cabía en un cajoncito, no había nada más, a cada uno le tenían eso. Pero el comedor era muy grande y daban, el borde estaba bueno. Ahí no había, lo único que no nos daban, el sábado y el domingo si queríamos comer en el comedor teníamos que pagar extra.
SV: El sábado y el domingo.
IR: El sábado y el domingo, los días que no había trabajo. Se iba uno a trabajar, entonces se apuntaba uno, entonces ya le daban de comer, pero si no iba a trabajar, si no se trabajaba, tenía uno que pagar la comida y había muchos que por guardar sus centavos a veces no iban a comer.
SV: Y en su días libres, ¿qué hicieron, se quedaban en el campo o se fueron a…?
IR: A veces íbamos a Disneylandia. Como está cercas ahí, estaba, hacía un año que la habían abierto, pero no siempre. Y ahí organizábamos juegos de pelota y había, el campo estaba muy bueno, pero después otros campos se quejaban por la comida y después a mí me movieron a un campo en otra parte y las viviendas eran como del Army. Una lona que tenían arriba, no era casa, eran unas tents y estaba muy caliente. Entonces fue cuando yo me vine para acá y la comida ya no era igual y todo cambiaba y sucio el campo y la hice de todo.
SV: ¿Cómo se comunicaba con su familia en México?
IR: Por carta.
SV: Y cuando regresaste a México, cuando ya estaba terminado su contrato, ¿regresaste a su pueblo?
IR: Sí, no ahí mismo, con la familia.
SV: Y, ¿qué pensaba su familia del trabajo que estaba haciendo?
IR: No, no querían que me viniera. Pos mi hermano nomás vino una vez, ya no volvió, ni ha vuelto nunca, el mayor. Pero los demás sí se vinieron después que yo.
SV: Después de su experiencia.
IR: Pero ellos ya vinieron con diferente forma de, ya con el papel, diferente pasaporte de migración, todo eso.
SV: Visas y cosas así. ¿Cuánto les pagaban?
IR: Era a contrato, era como por $0.20 centavos, me parece $0.20, $0.22 centavos la caja.
SV: Y, ¿le pagaban en cheque o en efectivo?
IR: En cheque.
SV: Y, ¿les dijeron que iba a ser $0.20 centavos la caja o…?
IR: Sí.
SV: Le hicieron una cosa ahí.
IR: No, no, sí dijeron: “Tanto y muévele pa que saques algo”.
SV: Y, ¿cada cuánto le pagaban, cada semana?
IR: Me parece que cada semana, cada semana.
SV: ¿Qué hiciste con el dinero?
IR: Pos no sacaba nada, salía muy poco. No, pos guardarlo todo lo que podía uno, tratar de… Había veces que cuando se venía uno de allá, se venía uno con dinero que no era de uno, alguien se lo prestaba para poder venir. Entonces había que pagar, a veces no alcanzaba uno a sacar para pagarlo, pero…
SV: Y, ¿todos los braceros quedaban igual?
IR: No, cuando es por contrato unos ganaban más que otros porque movían mejor las manos, eran más rápidos y se mataban más también. Había unos que tenían que matarse para…
SV: Y, ¿alguna vez le descontaron dinero de su salario para algo?
IR: Yo no me, bueno, le daban a uno el cheque y venía todo, pero no venía qué era el descuento, no miraba uno el descuento. El descuento lo hacían, no sé qué arreglos. Ahora me estoy dando cuenta que quitaban el diez por ciento o algo, pero nadie sabía eso, nadie sabía que estaban quitando el diez por ciento y yo no, en el cheque no venía que quitaban para, parece que decían para médicos, pero no, no era, no tengo yo…
SV: Para seguro, a veces era el seguro. ¿Alguna vez tuvo algún problema en el trabajo?
IR: Sí, me caí ahí una vez. Porque yo después de cuando trabajábamos a piscar me pusieron a cargar las cajas, era mi trabajo y el de otros y me caí del camión. Me lastimé y estuve como unas tres semanas o cuatro sin trabajar, pero me daban compensación y me llevaban al médico y esto.
SV: Y, ¿hiciste algo en el campo en ese tiempo o no?
IR: No, estar ahí. Nomás me llevaban al médico una o dos veces por semana y varios, es que había muchos lastimados, se lastimaban, se caían del árbol y siempre había gente lastimada. Pero lo mío no era mucho, me raspé por aquí la mano y eso fue todo, no fue mucho.
SV: So, practicaban deportes, iban a Disneyland, ¿qué más hicieron cuando ya…?
IR: Tratar de estar lo más tranquilo que se podía y sin que costara mucho, porque había que cuidar el dólar. No podía uno irse a gastarlo, pero ahí estábamos bien. Pero yo había sabido de otros que tenían, que estaba el campo lejos del pueblo. La única manera que podían ellos comprarse algo era de los camiones de que les decían judíos a los que iban a vender cosas. Y no había otra y ahí tenían que pagar lo que, a como se los vendieran, pasta de dientes, todo eso se los daban muy caro todo eso. Ahí yo no tenía ese problema porque estaba el pueblo a la orilla y pos ahí podíamos ir a una farmacia y comprar lociones o cosas importantes que necesitaba uno. Pero los que estaban afuera, lo único que tenían era comprar lo del camión que iba a vendérselos y eso sí, las experiencias que oía yo, que eran ahí la comida mala también y los campos muy mal.
SV: ¿Celebraban días festivos en el campo, como Navidad o 16 de Septiembre?
IR: No sé, no estuve yo en, no me tocó porque estuve muy poco. Pero yo creo, puede ser. Pienso que también el patrón por no trabajar tenía que dejarlos descansar, eso no, no me tocó ni un día a mí.
SV: ¿Regresó usted a México cuando terminó su contrato de trabajar?
IR: No, yo me vine para San Francisco, yo no lo terminé.
SV: Pero la última vez, en el [19]27.
IR: Ahí era cuarenta y cinco días y era donde estaban haciendo protesta porque estábamos levantando los files de segunda pisca. Y entonces yo otra vez, todavía no me volvía a venir y yo ya no supe qué fue lo que pasó con esas personas. Porque les dijeron que si no les gustaba, se vinieran a La Asociación para que se fueran a México. Entonces yo lo que hice, fui y agarré el camión, el Greyhound y me vine otra vez a San Francisco.
SV: Y no regresó a México
IR: No, yo no le avisé a nadie.
SV: Y, ¿qué significa el término bracero para usted?
IR: Yo no, nunca lo he podido comprender, yo allá, conocíamos brasero, un lugar donde poníamos pa hacer lumbre, yo no sé quién sacó la palabra esa.
SV: Brasero, pero, ¿para usted qué significa el trabajo del bracero? La vida del bracero.
IR: La vida del bracero es un, se va a ser esclavo, no Choice. Ahí no había…
SV: Sus recuerdos acerca del trabajo del bracero, el haber trabajado como un bracero, ¿son positivos o negativos?
IR: Negativos, eso es ser uno un esclavo.
SV: ¿Cambió su vida de alguna manera ser bracero?
IR: Vi la vida más positiva, vi que no era un sistema bueno, ni en México mandar a gente para acá, ni aquí porque era un abuso lo que estaban haciendo las personas desde allá hasta aquí. Allá desde luego tenía que ser uno un esclavo de un listado, si no venía uno con un grupo que alguien lo pusiera por dinero, no podía entrar. Un individuo no podía llegar y decir: “Yo quiero ir para allá, estos son mis documentos, quiero ir”. Tenía que venir por un sistema de paga y llegaba uno aquí y: “Ésta es tu marca, aquí vives, aquí trabajas y si no te gusta, vas pa atrás”. Las condiciones ellos la ponían, uno no podía decir nada, entonces para uno, para mí fue una mala experiencia, experiencia peor que he tenido en la vida. No la sentí en ese tiempo por mi edad, por la juventud que le vale a uno poco cuando está uno… pensar, pero fue humillación todo, desde que salía uno hasta que regresaba.
SV: Y, ¿para usted qué es el más importante aspecto de los braceros que tiene que estar en la historia de los braceros? ¿Hay algún tema más importante para usted que tenemos que escribir sobre la experiencia de bracero?
IR: Lo que más importaba era que no volviera a pasar.
SV: Y cuando fuiste a San Francisco, ¿fue a un lugar donde había más braceros o más mexicanos?, ¿había más braceros ahí?
IR: No.
SV: Y, ¿qué pensaron la gente de ese pueblo donde…?
IR: ¿Cómo?
SV: Después de cuando estaba en San Francisco, ¿no había, no llegaste a algún pueblo donde había otros braceros?
IR: No.
SV: Y entonces la gente que estaba ahí, ¿qué era la relación entre ellos y usted?
IR: No, estaban mis primos, estaban ahí y yo llegué con ellos. Yo empecé a trabajar donde estaban ellos y ya me olvidé de todos los problemas de acá.
SV: Okay, muchas gracias.
IR: Okay.
Fin de la entrevista
Interviewer
Velásquez, Steve
Interviewee
Ramírez, Isidoro
Location
San Jose, California
File Name Identifier
Ramirez_SJC020
Citation
Velásquez, Steve and Ramírez, Isidoro, “Isidoro Ramírez,” Bracero History Archive, accessed November 25, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/142.