Margarita López

Title

Margarita López

Description

Margarita López was born April 15, 1934, in Calvillo, Aguascalientes, México; her parents were laborers, and she had six siblings; she was formally educated through the sixth grade; later, in 1950, she married Higinio López; she was fifteen years old at the time, and he was twenty-four; Higinio began working as a bracero prior to their marriage, and he continued to do so afterward as well; they went on to have eleven children, four of whom died; the family ultimately settled in Beaumont, California.


Summary of Interview: Ms. López talks about her hometown in Calvillo, Aguascalientes, México, and how much it has grown since she was a child; in 1950, when she was fifteen years old, she married Higinio López; he was twenty-four at the time; they grew up in the same town, but on different ranches; Higinio had begun working as a bracero prior to their marriage, before he and Margarita had even met; after they married, they lived on his ranch, and he continued working as a bracero; in 1952, they had their first daughter; by 1956, they had two children and moved to Mexicali, Baja California, México; he traveled back and forth between his home and work on a daily basis; Margarita lived with her sister for a short time, which helped greatly, especially when Higinio had to go to Empalme, Sonora, México to renew his contract and was unable to send money; the family eventually began renting a home in order to live on their own, and three years later, they bought land and started building their own place; in 1960, Higinio legally immigrated to the United States, but he continued working in the fields and commuting daily; during the early 1960s, he arranged for some of his children to immigrate, and in 1972, he was abe to do the same for the rest of the family; Margarita and Higinio went on to have eleven children, four of whom died; the family ultimately settled in Beaumont, California.

Creator

Garza, Rochelle
López, Margarita

Subject

bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Margarita López

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini DIsc

Duration

20 minutes

Bit Rate/Frequency

24 bit
96 k

Transcription

Nombre del entrevistado: Ismael Rodríguez Rico
Fecha de la entrevista: 25 de mayo de 2006
Nombre del entrevistador: Mario Sifuentes

This is Mario Sifuentes interviewing Ismael Rodríguez Rico in Perris, California May 25th, 2006 for the Smithsonian Bracero Oral History Project.

MS: Primero platíqueme un poquito de su niñez de, ¿dónde nació? ¿El lugar? ¿Cómo fue su vida antes de ser bracero? Como, ¿a qué se dedicaba su padre? ¿Si tuvo escuela? Todas esas cosas antes de que llegara a los Estados Unidos como bracero.

IR: Pos fue como, tan triste, tan humilde así como que no conocí a mi padre casi. Tendría yo seis años cuando él falleció. Entonces los hermanos que quedamos, pos luchamos trabajando en lo que hubiera, sembrando y trabajándole a alguien que nos… Así, así fue la vida de chicos. Casi casi, por decirlo así, casi pidiendo, digo, a los que tenían más. En aquel tiempo eran haciendas, eran ricos hacendados y pues uno trataba de servirles, granjearlos allí. Ya fuimos creciendo y hubo ese programa; era se nombraban contrataciones. Hacían listas en los municipios y pagaba uno no me acuerdo ni cuánto hacían esas listas y se apuntaba uno allí. Y luego ya lo llevaban a esas listas a Monterrey al centro donde… Casi en Monterrey fue donde… o Empalme. Cuando según donde fuera donde estaban contratando la gente. Pero la niñez fue pues muy triste. Yo tenía tres hermanos y yo era el más grande, tenía que trabajar pa mantenerlos. Así que cuando se dijo de eso… Por cierto que hasta he soñado de que me acuerdo que quería uno venir al norte y, ¿cómo le haremos pa contratarme? He soñado que este, ya que despierto me da gusto porque ahora ya estoy bien aquí legalmente. Y Entonces quería uno venir aquí a trabajar. Pos este, así fue las primeras veces que fui, ¿no? Porque fui varias. Fue la primera vez que fui, la primeritita vez, ¡uh! Se nos hacía imposible regresar ya de tan lejos que andábamos allá y la verdad nunca había salido. A uno se le hacía triste pero era la forma de ayudarse uno. Y ya regresábamos y a veces había… le tocaba uno al año ir dos veces. A veces duraban tiempo que no había y pos uno estaba al pendiente pero así esa fue la vida y de allí fue donde empezamos a, un poco siquiera tener para comer, para mantener a los hermanos más chicos y a mi madre y así fuimos. Ya después las veces siguientes vine aquí al Valle Imperial. Estuve en Stockton y en San Benito, Texas estuve… No, acá este, en Caléxico es aquí el Valle Imperial, ¿verdad? Allá fui como cuatro o cinco veces para el rumbo aquel de Texas y a Arkansas y aquí fui como otras tres. Que una vez me acuerdo de que sí estuve en el Valle Imperial como seis meses que casi nos mataban en… Allí es la cosa de que lo duro que pa los braceros. O sea en el desahije de betabel y eran unos surcos como de a milla de largos y el mayordomo que traíamos no, pos pagado era el mayordomo del patrón cómo no se… Desde que entrábamos al surco no nos dejaba enderezar hasta que salíamos.

MS: ¿Estaban agachados?

IR: Si quería uno en… Agach[ados] desahijando betabel y lechuga a puro… Salía uno y nomás se enderezaba uno casi ni se podía enderezar. Iba nomás así para volver agarrar otro surco y nomás cualquier cosa hacía uno de tiempo porque quería: “Y dóblense y éntrenle”. Fue durísimo todo eso. Fue de las experiencias. Allí en el Valle Imperial o sea en Caléxico fue onde fue uno de los contratos duros. Duros porque era por horas y no nos dejaban nos traían muy duro así a carrilla. Que en las piscas de algodón allá por el lado de Texas pos era por contrato pos uno si quería descansar un rato que resollar y allí en, en aquí en el desahije del betabel no. No lo dejaban. Ese es, pos parte de lo que me acuerdo de la historia. Acá en Stockton jue en, anduvimos en la pisca del tomate, anduvimos en la limpia de la pisca del espárrago y después en la limpia del espárrago y ese es algo de la historia que yo me acuerde, ¿verdad? Es parte. Y cuando está uno aquí en el Valle Imperial aquí en Caléxico habíamos como mil en una… en un… Ay, ¿cómo le decían? Una barraca grandísima. Allí sí era un, ¿cómo decir? Una cosa pues muy grande que allí como lo que estaban diciendo había departamentitos, pues. Era un galerón grandísimo pero tenía como departamentos, nada más paredes así de… eran así pero todo. Allí dormíamos como quinientas personas pero todos así distribuidos. Allí sí el que tenía tos no dejaba dormir a todos los de alrededor que estaba enfermo, ey. Y si uno estaba enfermo también pues no los dejaba dormir. Claro lo llevaban a uno al doctor pero hasta que veían que ya estaba muy malo. Y esa es parte de la historia que yo me acuerdo. Y pues ya se terminó se me hace que el [19]57, se terminó la cosa de los braceros. Y ya de allí para acá pues ya no volvimos hasta que ya entramos últimamente ya para acá ya en otra forma ya.

MS: Platíqueme un poquito de la diferencia entre, como un lugar como California aquí en el Valle Imperial y Arkansas que dijo que fue para Arkansas. ¿Cómo fue esa experiencia? Platíqueme de Arkansas.

IR: La experiencia de Arkansas fue este, pues jue como dos veces y no durábamos mucho. Íbamos a piscar algodón. Llegábamos a un centro onde en el tren lo descargaban a uno. Lo descargaban y luego ya allí era un lugar grande como un, onde ya lo sacaban a uno pues como, ¿cómo te diré? Pos como bueno, como…

MS: ¿Un estadio?

IR: Sí, un estadio onde ya todo lo iban a uno a este iban los patrones, varios patrones. “Pos que yo ocupo cien, que yo ocupo cincuenta”. Y allí la oficina se encargaba de repartirlos pos y todos formados pos: “Ustedes que quieren ir a piscar, puro piscar”, este, “fulano quiere tantos”. Y allí formados allí lo iban a uno echando hasta que se acababa todo el este, el grupo ese que llevaban. Y ya de allí ya lo llevaban a sus ranchos y allí era onde ya le decían: “Miren aquí es, aquí van a cocinar”, este, cada este, estufa y todo y cada fre… “Todo eso es para tantas personas. Ahí ustedes se acomodan. Estas son sus camas. Vamos a llevarlos a comprar mandado, a comprar lonche”. Ellos nos llevaban cada fin de semana, ¿verdad? Cada sábado a comprar.

MS: ¿Los mayordomos?

IR: Los patrones.

MS: Los patrones.

IR: Los patrones. Como en eso de las piscas no había mayordomos, sólo el patrón y el que pesaba el algodón. Piscaba uno en costales, unos costales grandes de lona que los arrastraba uno y lo que podía echarles, lo más que podía uno echarle para que, pos entre más le echara uno mejor. Y entonces no había más de el pesador que era trabajador del patrón y el patrón. Ahí no había mucho, pero ahí era todo por lo que uno hiciera de…

MS: Y, ¿cómo sabía que lo que cosechaban las libras eran igual que como lo que midió el patrón o el trabajador del patrón?

IR: Pos tenían una báscula y allí pesaban en esa báscula. Eso sí, sabrá si sería efectiva o no sería efectiva. (risas) Pero de todos modos allí, de allí de ese modo sabíamos. Tenían esa báscula colgada en un… ponían un palo grande y luego cruzado así para colgar la báscula de esas de resorte así. Eran puras de esas. Entonces llegaba uno y luego tenía un lazo especial todo para abrazar el costal así. Lo enganchaba uno así y luego ya colgaba y allí era donde se medían las libras que piscaba cada persona.

MS: Y, ¿le pagaban por libra?

IR: Le pagaban por libras, por libras, las que hiciera, todo por libras. Entonces allí pues allí la… pos la forma de que allí no, no tenía uno… Por decir ni se cansaba uno aunque se cansara porque allí lo que quería era uno aventajar. Y yo pienso que algunos decían que las tenían arregladas pero pos qué iba a saber uno. Uno trataba de echarle ganas a que pues a echar más libras y libras. Esa fue la experiencia. De esa forma sabía uno y iban apuntando todo. Entonces le daban a uno, tenía uno una libreta cada pesada que echaba uno la apuntaba para que checara con la de ellos. A final de semana, cada semana sacaba uno sus cuentas. Tantas libras los que sabíamos hacer cuentas, muchos ni sabíamos. Y este, a tanto y ya sacaba uno las cuentas y el fin de semana le pagaban a uno. De ese modo sabía uno cómo, cuánto era lo que ganaba.

MS: Y, ¿le ayudaba a los que no podían contar o que no podía hacer la cuenta?

IR: Sí, sí les ayuda… Nos ayudaban los que no sabíamos sacar cuentas, nos ayudaban los que sabían bien. Pero siempre andaba uno, siempre procuraba uno ir con un amigo muy amigo de su mismo pueblo, de su mismo rancho más bien dicho o un familiar ya fuera tío, hermano de allí o un buen amigo. Digo, se juntaba uno trataba uno de irse juntos. Entonces siempre, siempre se protegía uno y se ayudaba. Cuando hacían esos grupos de decir: “Aquí esto es para que, vamos a decir ocho, diez personas. Aquí en esta estufa aquí esto. Aquí van a cocinar diez personas”. Entonces los que iba uno juntos, que un amigo, que un tío, que el: “Ah, pos nosotros nos agrupamos”. Y allí y así la hacíamos. Que siempre tratábamos de estar juntos con alguien conocido o con alguien familiar y así nos ayudábamos.

MS: Y cuando cruzó la frontera, ¿ya tenía a alguien con usted conocido?

IR: ¿Cuándo crucé la frontera?

MS: Sí, la de primera vez de bracero ya a…

IR: No, ellos nos llevaban, de allí del centro de contratación ya lo llevaban, lo echaban a uno a un tren o ya juera camión. Y ya desde el centro de contratación que fue cuando era en Monterrey; yo me contraté en Monterrey y en Empalme, en Empalme, Sonora. De allí ya cuando ya lo contrataban a uno y ya salía uno contratado, ya con sus papeles, ya de contrato y todo este, y ya corría por cuenta de ellos. Entonces cruzaba uno, ya cruzaba uno la línea y ya con sus papeles ni le pedían a uno personalmente de a uno, no. Pasaba uno porque presentaban, pos una lista donde iban tantas personas y ya este, ya adentro, adentro de pasando la línea, Entonces allí ya más de… casi diario lo mandaban a uno en camiones a la línea porque Monterrey no es muy lejos la frontera. Y ya de allí es así para más en tren pero ya iba uno con su contrato todo arreglado. Y luego pasaba uno de a montón. Sabía uno que eran braceros ni le pedían a uno nada allí en la línea. (risas) Nada le pedían a uno.

MS: Así iban.

IR: Porque pos ya sabían y luego iban representantes de aquí de Estados Unidos que eran los que estaban contratando a uno. Pos no, no se trataba como ahora de gastar: “Aquí están mis papeles”. No, no, así.

MS: Así pasaba.

IR: Así pasaba uno, toda la gente.

MS: Y, ¿cuánto tiempo me dijo que duraba un tren a Arkansas?

IR: Pos fácil duraba veinticuatro horas de menos, de menos. Porque se todo un día, toda una noche y porque tampoco pos no, no correría muy recio y luego pos, ¿no nos echaban en trenes pasajeros? En trenes cargueros nos echaban. No era tan, ¿cómo decir? Tan bueno el transporte. (risas) En bancas de madera y…

MS: Y, ¿no se quedaba dormido?

IR: No, pos no se podía uno dormir. O sea se recargaba o trataba. A veces sí en los intermedios pos ahí se acostaba uno. Así, así transportaban a uno.

MS: Y luego cuando llegaron a Arkansas, ¿se sorprendió o ya supo cómo iba a ser el trabajo?

IR: Ya, ya tenía uno idea. Cuando llegué a Arkansas ya había piscado, ya había trabajado en Texas. Entonces ya conocía yo el algodón y ya conocía todo como se hacía. Ya más o menos ya casi, pues me sosprendí [sorprendí] porque pos son puros campos juera de los pueblos, retirados, ranchos solos aislados del pueblo. Entonces allí nada más este, porque tenía uno su comida los sábados que llevaba uno lonche. Allí no había más el puro fil o puro de los algodonales y el rancho donde del trabajo a la casa, al rancho donde dormía uno y nomás los fines de semana le llevaban a uno al pueblo a comprar lonche y era cuando conocía uno el pueblo y veía uno el pueblo. Pero todo era puro rancho muy, muy aislado, o sea aislado. Si se enfermaba, sí se llegaba a enfermar gente, ¿vedá? Que así de urge[ncia]. No, entonces sí el patrón le hablaban tenía que estar muy al… Lo llevaban de urgencia al hospital, al pueblo. Pero era muy aisla[do] este, muy retiradas esas partes de los pueblos. Es que eran puros ranchos de rancheros o sea que tenían sus, que tenían sus parcelas pos retiradas de los pueblos. Así.

MS: Y luego cuando lo llevaban al pueblo en Arkansas, ¿cómo fue? ¿Cómo eran los pueblos? ¿Encontró discriminación en los pueblos o cómo fue eso?

IR: Pos yo ya allí no. No, no notamos de eso nada, ni que pensar en eso. Íbamos a las tiendas, nos descargaban ahí en una marqueta grande y ya nomás entramos. Nos atendían pues bien entonces digo, que no había des… Porque pos íbamos a comprar no notábamos ninguna discriminación y no durábamos mucho. Así que por decirlo así, ni al ci… O sea nada de diversión.

MS: ¿No los dejaron ir al cine?

IR: Nada. Sí lo… el que quería ya, el que pues… Había una gente más pues más lista, ¿vedá? Que es uno que otro se iba si no estaba el pueblo muy lejos, pos se iba, se juntaban dos, tres y vamos al cine. Ya agarraban un carro o pedían un ride por allí y se iban al cine pero la mayoría, la mayoría no.

MS: So, ¿no había…?

IR: No había medio de transporte y pos realmente tampoco ni quería uno gastar porque quería aprovechar todo lo más que se pudiera, porque sabíamos que eran contratos de mes y medio, dos meses mientras que cosechaban su, el algodón o fruta, lo que fuera, teníamos que aprovechar lo más que podíamos y…

MS: So, ¿no duraron mucho en Arkansas?

IR: No eran contratos de durar mucho.

MS: No. So, ¿no supo si se quedaron otros mexicanos, otros braceros ahí por…?

IR: No, todos, todos es más las espe… Cuando ya yo no… Es que entonces toda la gente como, como no sé cómo éramos. Que como íbamos en grupo, cuando ya se vencía el contrato decían… Porque cuando no terminaban de cosechar todo su algodón decían: “Miren, todavía hay trabajo para dos semanas o tres. El que se quiera quedar le refrendamos su contrato. Ya no es obligatorio”, dice, “y el que no quiera pos ya. Ya cumplió su contrato y ya lo llevamos hasta la línea”, ya lo…

MS: ¿Le tocó en Monterrey?

IR: Ya a la frontera ahí por Monterrey onde había entrado. “No hay problema. El que quiera”. Pos muy pocos, se quedaba uno porque pos… Y pior cuando ibas con tu tío o un amigo y que aquél no se quiso quedar. ¡Ay!, dicen. Dije: “¡Ay! Pos ¿yo cómo me quedo?”. Híjole se me hacía… “Pero son otras tres semanas, son otros $100 dólares o algo”. Sacaba uno cuentas. “Pos yo me quedo aunque”… Se le hacía a uno triste de a montón, ¿vedá? Y luego y pos ya se quedaba uno. Y era cuando estaba más porque vamos a decir, si en el campo ese había cien, cuando se cumplía el contrato se iban ochenta, casi todos o quedaban unos diez, quince. Para todo aquello, pos ya agarraba cada quien un… Personalmente cada quien agarraba una estufa y todo tenía allí para no andar, todo más tranquilo. En esa parte estaba bien pero era lo más que le daban a uno cuando ellos hasta lo que tanteaban ellos sacar su cosecha, dos semanas, máximo tres pero de ahí de dos semanas. Y uno el que quería quedarse se quedaba. Yo sí me quedaba y me llegué a quedar pero casi lloraba porque cuando se iba mi tío, que él ya no quería quedarse. Dije: “Híjole, ¿te vas a quedar?”. Pues sí, yo sentía que yo tenía mucha necesidad de en mi familia y dije, pos yo solo, pos tengo que hacerle la lucha de ganar un poco más.

MS: Y, ¿mandaba dinero pa atrás para México?

IR: Sí mandaba, mandaba uno luego luego la primer semana porque era muy dura la vida con nosotros acá así. De todos, pero más como el que no tenía padre y que tenía hermanos que mantener. Fue una vida muy dura. Que muchos sí tenían sus padres esos no les in… No era muy este… No tenían mucho exigencia de mandar dinero. A veces una vez mandaban o sea y uno mandaba cada ocho días para que estuviera manteniendo la familia. Así que tenía uno que trabajar duro. Así jue esa, así eran las reglas de las contrataciones.

MS: Y, ¿tenía contacto con su familia en México?

IR: Cuando estaba uno allá no, no. Escribir, sólo por cartas escribía uno. Pero nada de hablar nada, nada. Por pura carta: “¿Cómo estas?”. Y pos yo creo que cuando los contratos eran de dos meses, vamos a decir. Entonces nos pasaban de agarrar una o dos, tres cartas en ir y venir todo estaba muy… Y era la forma de que sabía. Luego luego: “Ya llegué, estoy bien”. Y ya le contestaban a uno. No pasaba de agarrar unas tres cartas. Y era la forma de comunicarse. Muy duro, muy, muy duro y el trabajo muy duro. La verdad que realmente aguantaba uno porque Dios lo ayudaba a uno pero éranos… Cuando hacía calores hasta sentía uno que casi se deshidrataba, ¿eh? Porque le daban a uno a pastillas donde tenían el tambo del agua cuando anda uno en los trabajos tenían unos frascos con pastillas de sal para… Pero sentía uno que se ahogaba de calor a veces. Tenía uno que a veces a fuerzas parar un ratito a medio controlar. Sí trabajó uno muy duro, todo mundo trabajamos muy duro.

MS: Sí. Me imagino que uno se siente muy solitario, ¿verdad? Ahí en los trabajos.

IR: ¡Oh, sí! Se sentía uno muy, muy solo, muy… En primer lugar los campos muy aislados de los pueblos. Y ya uno pos, pos muy solitario, muy aislado de todo y puro, pura… Pos había luz y todo pero veías por todos lados pura oscuridad.

MS: Y cuando se acabaron un contrato como cuando se le acabó en Arkansas, ¿se regresaba a la frontera y luego pa México o luego luego pa atrás para…?

IR: Sí, porque no podía uno. No, pos no podía uno. Allí tenía uno que ir contratado. Cuando se acababan los contratos ellos lo echaba[n], lo sacaban hasta la frontera y ya de la frontera, en la frontera que fuera, ya agarraba uno el transporte que lo dejara uno a su estado, a su pueblo. Ya sabía uno, porque no podía uno regresarse. Esos contratos eran nada más exactamente una vez o dos por año y solamente en los centros de contratación era donde se podía contratar. Ora que si salía uno y todavía había contrataciones le hacía uno la lucha a ver si se volvía a contratar. Pero ya era muy difícil porque eran temporadas de que sacaban su cosecha, no era todo el año. Sí, si se tratara de que durara todo el año, qué bueno que pos lo contrataban a uno a cada rato. Entonces no, no ya irse uno pa su casa y hasta otro año o en el mismo año a los seis meses si volvía a haber, pos estaba uno también listo pero no era fácil contratarse. Batallaba uno muchísimo para contratarse. Y lo trataban así que lo fumigaban como una… Y le hacían, lo examinaban de todo que no trajera nada. Le echaban, lo fumigaban de la cabeza, de todo el cuerpo nomás así le hacían. Eso que dijo el señor. Es más, había gente, había personas que como nunca trabajaban no traían callos. Y hubo personas que las regresaron porque tenían las manos muy lisitas y le decían: “Éste no es de trabajo”. Entonces todo el trabajador que era trabajador, pos traía callos aquí, aquí luego luego se ve. Aquí le picaban así como dijo el señor con un lápiz y se los veían y le hacían así y ya veían que estaba…

MS: Que era trabajador.

IR: Pero había muchos requisitos para pasar, rayos X. O sea te examinaban de todo. No querían gente enferma. Querían gente que trabajara.

MS: ¿Qué otras cosas? ¿Qué otros requisitos?

IR: Pues, de para contratase traer, llevar cartilla liber[ada]. O sea que haiga marchado y eso y su acta de nacimiento. O sea, eran los papeles que pedían para poderse contratar y pos nada más eso y el pueblo la acta, con la acta de nacimiento era el documento que decía de donde eres y todo, ¿verdad? La cartilla para saber si diste servicio. Esos eran dos cosas mu…

MS: El servicio militar.

IR: El servicio militar. O si todavía no te tocaba, lo estabas dando tenían que llevar un comprobante que estabas dando servicio que [todavía] no te tocaba y lo ibas a dar.

MS: Y, ¿había mucha gente que quería pasar que no eran trabajadores?

IR: Que había mucha gente que quería contratarse, ¿verdad? Que quería. Pero todos eran trabajadores pero no todos les tocaba. Mucha gente sobraba, mucha gente sobraba. Así era la historia.

MS: Y en todos los trabajos, ¿cómo le pagaban? ¿Qué era el sueldo en esos trabajos que…?

IR: Pues, pos los trabajos que te digo como en la este, el algodón, como a mí me tocó varias veces en la pisca era por libras. En el Valle Imperial era por horas pero no me acuerdo si a…

MS: Como exacto.

IR: Setenta algo y un dólar y algo la hora. O sea hablamos de los, vamos a decir del [19]49 al [19]56. Y también el tomate era por cajas. Ahí también era contrato por cajas. No recuerdo a cómo la caja, pero era por contrato también. Las cajas que hiciera era lo que le pagaban. Así eran la forma de pagar de lo que hiciera uno por contrato o por horas también no había más de dos. Si le tocaba a uno por horas pos las horas que hiciera y a como se las pagaran. Si era por contrato lo que fuera, lo que hiciera. Si era en la uva por cajas también. Si era en el tomate, también por cajas. Todo lo que era contrato lo que fuera de fruta así era.

MS: Y en Arkansas, ¿se encontró con negros en Arkansas?

IR: Había, sí había…

MS: De, ¿trabajadores?

IR: No, no, no.

MS: O, ¿hombres del pueblo?

IR: No, no. O sea negros de trabajadores no. Vi como cuando iban al mandado, sí vi había muchos negros. Se veían más en las tiendas ahí veías muchos negros. Pero siempre nos tocó con americanos, o sea gabachos.

MS: Gabachos.

IR: Ey. Patrones nunca, nunca nos tocó, a mí nunca me tocó un negro pero de patrón.

MS: ¿Nomás en la comunidad?

IR: Se veían.

MS: Y, ¿qué tal las comunidades en, como en Texas y en California donde estaba trabajando? ¿Había mexicanos?

IR: Muy pocos.

MS: Muy pocos.

IR: Muy pocos. Por decirlo así había los que todos los que eran braceros por decir contratados. No había como comparado a ahora, imposible. No, no, (risas) no había. O sea por decirlo así nada, sólo los que eran braceros.

MS: Solos que iban de…

IR: Sí, sí estaba, taba… No había en aquel entonces no había gente mexicana. Nada.

MS: Cuando estaba aquí de bracero, ¿pensaba usted como: “Oh, voy y me quedo”? O, ¿siempre era como: “Nomás es trabajo y voy a regresar”? Y como…

IR: Pues sí, porque no queríamos… Es que teníamos que porque según pláticas que muchos que se desertaban pa quedarse y los agarraban y pos estaba peor. Uno con el temor pos decía: “Mejor se termina el contrato y yo mejor me voy”. Lo echaban a uno hasta la frontera. Yo nunca este, intenté quedarme así. Y muchos según pláticas, no yo vi que algunos sí se llegaron a desertar y hubo gente que desde la bracereada se quedó. Y esos pos se hicieron ciudadanos sabe desde cuándo. Sí, porque sí hubo gente…

MS: Que se quedó.

IR: Pero se quedaba pero yo no. Yo no me animaba porque decía… No, pos se le hace a uno todo uno que es, pos muy ranchero o muy tímido. “No, pos no yo mejor me voy y si hay modo me vuelvo a contratar”. Pero sí, algunos se quedaban. Según se quedaban, dicen.

MS: Y entonces, ¿cómo le hizo para regresar entonces? ¿Cómo se animó a quedarse en Estados Unidos?

IR: ¿Ahora?

MS: Ahora. Pos, ¿cuándo regresó?

IR: Pos ya de cuando se acabó lo de los braceros yo creo regresé hasta como el [19]70 y algo, [19]77 algo así. Una pura vez aquí a los aquí a California pero duré muy poquito, me regresé y…

MS: ¿A Zacatecas?

IR: No, bueno, ya después yo ya después de mucho tiempo yo ya vivía en Guadalajara. Entonces ya me regresé y duré, pues ya buen tiempo allá y volví a venir porque el, porque… Ah, volví a venir. Vine dos veces antes de arreglar, ¿ves? Me tocó el año que jue la Amnistía, me tocó trabajar. Entonces vine dos veces. Y ya cuando dijeron de la Amnistía vine nomás a, pos a arreglar y me quedé un poco o un tiempo y pues de allí para acá ya me quedé.

MS: De los ochentas.

IR: Bueno, lo de la Amnistía no recuerdo qué año haiga sido, ¿verdad? Pero a nosotros nos dieron una mica temporal no sé por cuánto tiempo, o sea cuando yo menos ya yo a mi edad. Pero nos dieron ya la permanente el [19]90, me parece. Pero yo duré mucho tiempo después de los braceros no, no yo nunca vine para acá. Si nomás vine una vez que digo que me tocó por suerte que en esa temporada que vine, fue una temporada de un no sé cuántos meses que me tocó estar en ese tiempo de la Amnistía y que el que tuviera sabe cuántas horas trabajadas tenía, podía arreglar. Y eso fue lo que cuando ya volví yo a arreglar. Y luego le decían con contratos podía uno pasar para empezar su trámite de arreglar. Y de allí pa acá fue cuando ya me quedé aquí.

MS: Okay. Pues bueno…

IR: Yo pienso que ya le conté todo. (risas) Algo de parte de todo pero sí [jue] muy dura la bracereada, muy dura.

MS: Y, ¿habían como una chusca o algo que me querías platicar de lo que pasó o en su tiempo de bracero?

IR: ¿Algo?

MS: ¿Algo que se como que se le quede en su mente una…?

IR: Pues no.

MS: No. Pos está bien.

IR: Así de momento no, no me acuerdo. (risas) A ver si mañana. (risas)




Fin de la entrevista

Interviewer

Garza, Rochelle

Interviewee

López, Margarita

Location

Perris, CA

File Name Identifier

Lopez_PERR016

Citation

Garza, Rochelle and López, Margarita, “Margarita López,” Bracero History Archive, accessed May 5, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/410.