José L. Parra

Title

José L. Parra

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: José Parra was born in Sahuarichi, Chihuahua, México, in 1949; he and his father worked together in the fields for seven years; in 1949, he was hired as a bracero; he worked in the cotton fields of New Mexico and Texas; his last year as a bracero was in 1956.


Summary of Interview: Mr. Parra learned of the bracero program from an Immigration official while he was working illegally in Texas; the first time he was hired as a bracero, he was sent to Fort Bliss in El Paso, Texas, but then he had to return to Chihuahua, México, in order to renew his work contract after that; he recalls that there were centers strategically placed near towns where there were ranches so that the braceros could quickly be sent to the ranches where they would work; the main difference for him between working as a bracero and working illegally was the freedom he enjoyed to go wherever he pleased as a bracero; even so, he and other braceros suffered from racism; they were viewed by some Americans as foreigners who stole their jobs.

Creator

Parra-Mantilla, Myrna
Parra, José L.

Date

2003-05-10

Subject

Bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

José Parra

creator (Spanish)

Parra, José

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Digital, WAV, MP3

Duration

34:34

Bit Rate/Frequency

24K
96 bit

Transcription

Nombre del entrevistado: José Parra
Fecha de la entrevista: 10 de mayo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla

El día de hoy es 10 de mayo de 2003 en la ciudad de Cuauhtémoc, Chihuahua, entrevistando al señor José Parra para la Universidad de Texas en El Paso, el Departamento de Historia Oral, Myrna Parra Mantilla.

JP: A ver si me acuerdo todavía de, de esto hace cincuenta años, más de cincuenta, como cincuenta y cinco años que empecé esa, cuando fui la primera vez. A ver si me acuerdo ya. (risas)
MP: Bueno, pues muchas gracias por aceptar la entrevista. Y, para empezar la entrevista quisiera que me platicara, ¿dónde y cuándo nació?
JP: Yo nací el 31 de diciembre, en un ejido que se llama Saguarichi, Municipio de San Francisco de Borja.
MP: ¿En qué año?
JP: En 1931.
MP: En el [19]31, okay. Platíqueme un poco acerca de su niñez, de sus papás, sus hermanos, ¿qué hacía usted cuando estaba niño?, ¿iba a la escuela?, ¿trabajaba?, ¿qué hacía?
JP: Pues sí, iba a la escuela. En ratos que tenía libres, pues ayudaba en el trabajo con mi papá, este, en agricultura, sembrábanos. Y yo le ayudaba a ver unos animales y a sembrar, o todo eso en el poquito que, tiempo que podía.
MP: ¿Qué edad tenía usted cuando andaba con su papá?
JP: Pos de los diez ya en adelante empecé a andar con él ya ahí en el campo, ayudando en algo ya. Hasta los diecisiete años ya, fue cuando ya pensé a ver si podía ir a Estados Unidos.
MP: ¿Cómo le vino la idea de irse a Estados Unidos?
JP: Pues yo veía gente ahí en el rancho que iban y venían y platicaban de que, pos se ganaba dinero allá y pos me nacieron los, la idea de ir yo también para allá. Y en esa época todavía no, no contrataban gente para trabajar allá, o por lo menos yo no me daba cuenta ónde se contrataban. Entonces yo, el primer año que fui, me fui con unos señores de ahí del pueblo. Íbanos a pasar y pasamos de mojados. Un tío que iba conmigo conocía un patrón allá de nombre Jacobo, no me acuerdo el apellido. Y fuimos a un rancho de él, de mojados. Era un rancho que se llamaba el, se llama yo creo La Canastilla, está abajo de El Paso y ahí empezamos a trabajar piscando algodón.
MP: ¿Qué año era más o menos cuando…?
JP: El [19]49, en septiembre pasamos ahí el río.
MP: Y luego, ¿cómo se dio cuenta del Programa Bracero?
JP: Después de estar allí como un mes y medio aproximadamente, llegó La Inmigración un día allí en la mañana y había como unas ochenta gentes piscando algodón y todas corrieron allí y yo pos ni conocía La Inmigración, ni los demás compañeros, pos no corrimos. Y un señor, que ahí ta un pueblo a este lado del río en México, que se llama Banderas, y había un señor que era amigo de nosotros, ya muy mayor y tampoco corrió. Y entonces: “No”, dijo, “es La Inmigración”, dijo, “posiblemente vengan por nosotros”, dijo, “porque no nos quieren dejar trabajar, no traemos permiso pa trabajar, nos van a regresar pa México, yo creo”. Y no, este, ya en esto llegó el, habló un rato con el pesador, que pesaba el algodón que piscábamos, ya se fue La Migración, ya llegó el pesador, y dijo: “Oiga, vino el de Inmigración y dicen que si quieren arreglar papeles, con un contrato pa que vaya a trabajar a Estados Unidos, pa los estados del centro, no saben a qué parte les toque”, dijo, “pero ya con papeles van si quieren. Y los que no, dicen que les van dar chanza que trabajen esta semana y a fin de semana van a venir por ellos y los van a regresar pa México”. Y entonces, pos mucha gente opinaba allí, pos a la idea, ahí la bola: “No, nos van, nos quieren pero pa encerrarnos”, dijeron, “no, no, no es cierto que nos vayan a dar papeles, así”. Y ese señor ya mayor dijo: “No”, dijo, “estos no cuentan mentiras”, dijo, “si pa lo, si vienen a llevar a uno pa encerrarlos les dicen”, dijo, “y si, pero ya que les dicen que les van a dar papeles y sí, sí arreglan”, dijo, “y vámonos”, le dijo a mi tío, “y yo, y yo se que sí nos arreglan”, dijo, “y yo sí me voy”. Y entonces eran dos amigos que andaban ahí y yo y mi tío. Bueno pues ya, dijo: “Dile que se enlisten, van pa bajo a los otros ranchos y de allá pa acá, pa llevarse la lista a ver cuantos quieren ir, para traer un camión a según la gente que haiga”. Y no, y ya cuando se vayan dijo: “Los van a llevar al rancho del patrón a la tienda pa que el que deba dinero ahí en la tienda que pague y si les deben a ustedes del trabajo, que les paguen también a ustedes, por que se van a ir a El Paso. Ahí están las oficinas y ya no, pos no se van a ver”. No ya, pos estuvimos listos ya, cuando pasó ya el camión ya de regreso, éramos diez nomás, pero ya cuando vino por la gente ya éramos veinte, ya se animaron más gentes de ese rancho. Y sí, un camión hasta El Paso, las oficinas taban en un barrio de El Paso, que se llama el Fort Bliss.
MP: Ah, okay.
JP: Antes había habido ahí un campo del Army.
MP: Sí.
JP: Y ya estaba desocupado en esa época y ahí estaban las oficinas.
MP: ¿En el [19]49?
JP: En 1949. Sí, jue me parece que jue un, no, no recuerdo muy bien, pero fue como el 29 de noviembre. Y sí, ahí nos arreglaron papeles, un contrato por seis meses, en un camión, en un tráiler nos embarcaron, en un tráiler de que pos, ahí lo usaban pa el ganado, en ése nos embarcaron como unos ochenta braceros nos tocó en un pueblo que se llama Tucumcari, Nuevo México, por seis meses contratados.
MP: Y ahí en Fort Bliss, ¿les pidieron alguna documentación?
JP: No, nada.
MP: ¿Una identificación, nada?
JP: Nada, nada nos pidieron. Bueno a mí no me pidieron nada, no. Yo hasta creía que no me iban, que no iban a aceptarme a mí porque, pos era muy joven. No, no, no me pidieron nada, para nada, nomás el nombre, dónde nací y cuándo y todo y no, no me pidieron documentación.
MP: Y, ¿tuvo que pagar usted algo o no?
JP: No, no, nada, todo era gratuito ahí, todo, no. Nada tuve que pagar por eso. Y sí, ya nos llevaron allá, fue a otro día, ya de ahí salimos como a las nueve de la noche, llegamos a, no sé por que hizo mucho tiempo el tráiler. No son muchas horas de camino, llegamos a otro día como a las siete de la mañana a Tucumcari, Nuevo México. Y allí nos repartieron, a nosotros nos tocó con un patrón que se llamaba, bueno no recuerdo el nombre, no supe cómo se llama pero le, le decían mister Caudillo, no sé có[mo], qué, será apellido ese o el nombre, quién sabe qué… Era un alemán ese señor y tenía, él tenía trabajo ahí en el Ejército ahí en El Paso. Cuando cumplimos seis meses, nos renovaron por tres meses más.
MP: Ah, okay.
JP: Y cumpliendo los nueve meses, entonces dijo: “Yo los voy a llevar”, dijo, “por que yo tengo que ir a El Paso”, dijo, “estoy trabajando allá”. Y sí, nos trajo ahí, hasta llegar a El Paso, ahí esperó el camión y nos echó en el camión y él se jue al trabajo. Entró por, por allá está el campo, pa arriba de ese del Army. Y allí nos dejó en el camión, ya nos vinimos nosotros para México; eso jue el [19]50, como en octubre yo creo salimos. Y ese año ya no, no, no fui yo a Estados Unidos, el [19]50, hasta el [19]51. Entonces ya taban las, estaban contratando allá en Chihuahua en una parte que le nombraban El Trocadero y allí me, bueno, allí lo arreglaban a uno pa que pasara allá y allá lo reencontraban en un lugar que le decían el Río Vista, un corralón muy grande, reencontraban mucha gente allí. Allí llegaban los que iban de aquí pa allá y los de allá pa también allí los entregaban, ahí. Y ahí ya nos dieron un contrato ya el [19]51 me tocó para Brownfield, Texas.
MP: Ah, okay.
JP: También por seis meses me contraté esa vez.
MP: Y, ¿también estuvo trabajando en el algodón?
JP: Sí, también en el algodón, en la pisca del algodón, siempre me tocó riego y pisca de algodón.
MP: Y ahí en Fort Bliss, ¿no les hicieron algunos exámenes médicos?
JP: No, allí no, ahí nada.
MP: Vacunas, o algo.
JP: No. No allí, no. En donde nos hicieron vacunas era en Río Vista. Y luego lo polveaban a uno con un polvo ahí para desifestarlo [desinfectarlo] a uno ahí como quiera. Sí, es que y pos si llegaba uno en muy mala condición. Aquí en Chihuahua, nos llevaban pa El Paso en un tren carguero, oiga, donde echaban carbón, pos llegábamos allá mucho muy, pos muy mal. Sí, muy…Y como quiera allí ya, ahí sí nos, ya nos bañábamos allí en el Río Vista y nos, ahí sí nos vacunaban. Nos sacaban sangre para, pos pa analizarla yo creo.
MP: Y, ¿sí les decían qué tipo de vacunas les iban a poner?, o, ¿no les informaban?
JP: Sí, sí nos decían qué tipo de vacuna nos ponían ahí, contra qué era, pero ya ni me acuerdo yo de qué vacuna, qué clase de vacuna nos ponían. Y sí, ya le digo, esa vez el [19]50 me tocó ya, el [19]51 para Brownfield, seis meses y el [19]51 ya terminamos contrato, nos vinimos otra vez pa México y el [19]52 volví otra vez. Entonces me tocó para, en un pueblo que se llama Anthony, Nuevo México, muy cerquita de El Paso; ahí me tocó por tres meses también ahí. Era el [19]52, ¿verdad?
MP: Sí.
JP: Sí, bueno. Y el [19]53, me tocó otra vez en Artesia, Nuevo México. Me parece que fueron otros tres meses en Artesia. Y ya se, ya es el [19]54, ¿no?
MP: [Mil novecientos] cincuenta y tres.
JP: ¿[Mil novecientos] cincuenta y tres? Bueno y este, también cumplimos y nos venimos a México y el [19]54 me tocó, el [19]54 me tocó, ora verá en un pueblo, que verá, La Asociación taba en un pueblo que se llama Dimmitt, Texas, muy cerquita de Lubbock, pero tábamos en un pueblito muy chiquito que se llamaba Whitesize(??), no sé qué, en inglés qué quiera decir eso, era un pueblo muy chiquito, hoy dicen que esta muy grande ese pueblo, cerca de un pueblo que estaba grande ahí que se llama Hereford. Y ahí me tocó también, por tres meses.
MP: Y dígame, ahí en Chihuahua, ¿fue difícil que lo contrataran como bracero? Aunque usted ya tenía experiencia, ¿verdad?, pero, ¿fue difícil, verdad?
JP: Fue, sí, bueno, no, no era difícil por que en las presidencias municipales se enlistaba uno y ahí le decían para cuando les tocaba esa lista de cada municipio. Entonces ya íbamos, ya: “A ustedes”, nos decía el presidente, “se van tal día por que van a entrar tal día a tales horas”. A pos a exámenes y a arreglar los papeles allá a Chihuahua como quiera y al principio mucha gente me di cuenta que duraba hasta, hasta quince o más días ahí y no podían arreglar, pero a mí me tocó suerte que siempre vine enlistado de allá de la presidencia y no, no duraba días ahí, pronto arreglaba, pasé pronto ahí en Chihuahua.
MP: Y ahí tampoco no tuvo que pagar nada, ¿verdad?
JP: No, también no pagábamos nada. Sí, ya las exámenes, el examen era ahí en El Trocadero, ahí en las oficinas de allá para que, pos ya de ahí iba uno directamente al Río Vista, ¿veá?, para ver pa dónde nos tocaba ya, ahí en Chihuahua.
MP: Y cuando llegaba el ranchero por ustedes, ¿ustedes tenían la oportunidad de elegir si se iban con ese ranchero o no? O, ¿a fuerzas tenían que irse con el ranchero?
JP: Bueno, en ocasiones sí lo metían a uno a fuerzas. Bueno, mucha gente que conocía patrones, les daban chanza que esperaran su patrón y, pero, pos yo siempre que iba a una parte, eh, cuando iba por segunda vez no venían los patrones que conocía, siempre jueron nuevos y, yo nomás, ahí la gente nomás se cuidaba que no juera para Pecos, por que en Pecos decían que estaba muy mal el trabajo. Y nadien quería ir para Pecos y yo no, ni conocía Pecos y en una ocasión sí nos metieron a fuerzas para allá. (risas)
MP: Ah, ¿sí?
JP: Pero, no tuvo igual que onde quiera el jale, como quiera. Eso jue el [19]54, ¿verdad?
MP: ¿Por qué cree usted que nadie quería irse a Pecos?, ¿qué tenía de…?
JP: Pues, bueno…
MP: He oído muchas cosas de que: “No, Pecos no”.
JP: No, no y decía ahí pos que, porque llegaban los rancheros ahí en el Río Vista: “Yo necesito cien para tal parte, que pa La Asociación”. Por que le nombran asociación, en cada pueblo, hay una asociación y ahí ya llegaba el ranchero: “Pos yo quiero diez, yo quiero treinta, yo quiero”, así según. Y no, yo no, otros y es que decían que, que en Pecos eran los patrones muy duros pa pagar y que lo trabajaban muy duro y que el trabajo es muy malo. Yo, pos yo no conocía y pos yo me basaba nomás en lo que los demás decían. Y pero en una ocasión sí me tocó ir a Pecos y no, no, pos igual que como quiera, el trabajo de la pisca era igual y nos pagaban igual onde quiera. No, una vez nomás me tocó ir a Pecos.
MP: La primera vez que llegó al, bueno no, primero, ¿a usted nunca le dio por contactar a los rancheros con los que ya había trabajado de mojado?
JP: Sí.
MP: Ya siendo bracero usted.
JP: Sí, es que en Brownfield, Texas, cuando… Muy buen patrón, nos trataba muy bien era muy, pos muy buen hombre. Entonces yo le dije que si, que si me daría trabajo en otra ocasión pa otro año. “Sí”, dijo. “Yo voy a, yo he mandado cartas”, dijo, “a los trabajadores, para que vengan conmigo cuando ya los necesite”, dijo. Y sí, en una ocasión, me llegó a allá a San Francisco de Borja una carta de, de un patrón, pero yo no pude venir en esos días y me tardé como un mes más pa poder venir a arreglar y ya no, ya no pensé en él, dije, pos ya, pos si necesita su gente, porque me dijo para cuando necesitaba la gente, y no pude. Y ya después no me interesó, dije: “Pos ya tiene su gente, ya, me voy con el quien sea”. Y nunca volví yo por segunda vez con un patrón. En Brownfield me tocó dos veces pero ya con patrones diferentes, sí.
MP: ¿Cuál era la diferencia de trabajar como bracero o como mojado?
JP: Pues, este, la diferencia era que, como bracero, pos andaba uno en cualquier pueblo, podía ir uno sin andarse cuidando de La Inmigración y de mojado no había esa libertad. Tenía que estarse uno en el rancho, pos a que no, pos uno quería trabajar, nos agarra La Migración pos nos echa pa juera y ya no trabajamos y mejor no salía uno del rancho cuando estaba uno de mojado. Yo nomás, nomás una vez entré, la primer vez y ya no volví otra vez de mojado, nunca. Nomás la primer vez entré, que ya nos llevaron a contratar a El Paso. Y ya después puro contratado, hasta la última vez que fui, puro, puro contrato.
MP: Cuénteme de el trabajo que hacía ahí en los ranchos piscando algodón, ¿cómo era?, ¿le daban ahí herramientas para trabajar?
JP: Sí, en cada rancho nos daban una casa para vivir. Por ejemplo, si éramos seis, un cuarto donde dormir, una cocina donde cocinar, nosotros mismos hacíamos la comida y todo ahí. Y la pisca, cada ocho días nos pagaban lo que era, nos pagaban a $0.02 centavos la libra de algodón piscado.
MP: Uy, ¡tan barato!
JP: No, no, no, mucho muy barato en esa época. Y el trabajo de raya, cuando no había pisca, nos lo pagaban a $0.40 centavos la hora.
MP: Y, ¿qué era el trabajo de raya?
JP: De raya, pos ya no era pisca, era por ejemplo, manejar un tractor para desvarar, este, quitar la vara que queda del algodón, quitarla y poder barbechar ya las, las tierras. O en el riego, regando también era de raya, por horas. Todo lo que era por horas, lo pagaban a $0.40 centavos, eran pos muy barato todo, todo eso que nos pagaban en esa época. En donde salía poco mejor era en la pisca de algodón por que ahí era por lo que hiciera cada quien. El que, el que era muy bueno para piscar, piscaba muchas libras y pos ganaba un poquito más, pero no era mucho, mucho lo que ganaba uno. Fue un trabajo de la agricultura que, pos no lo pagaban bien ahí los americanos. Como quiera pos a eso íbamos, teníamos que entrarle a lo que fuera.
MP: Y, ¿usted nunca pensó en irse a otro estado más adentro de Estados Unidos?
JP: No, pos sí pensaba pero nunca, pues este, yo tenía mucho temor de que me agarrara La Inmigración, me fueran a agarrar y…
MP: Como bracero, ¿no, nunca?
JP: Ah, sí, nomás que nunca tuve la oportunidad de escoger el lugar. Me platicaban unos amigos que por allá para Washington, para allá era también, era de destajo el trabajo, de contrato y, pos un trabajo que, que se hace, era por acres, la escarda y el que muchas acres hacía pos ganaba mucho dinero, ganaba más dinero. Pero nunca me tocó pa allá, a mí me tocó nomás Texas y Nuevo México siempre, Texas y Nuevo México.
MP: Y ahorita me comentaba que los rancheros les daban casa.
JP: Sí.
MP: Que ahí se podían estar. ¿Nunca tuvo problemas con los señores que estuvieron viviendo en la misma casa? O sea que, problemas en cuanto a que no cooperaban para la comida o en cuanto a la ropa.
JP: No, no, nunca tuve problemas, este, había en una ocasión nos tocó que habíamos en una, en un cuarto muy grande, como unos treinta y ahí nos quedábamos y entonces sí había problema por que mucha gente llegaba muy noche del pueblo y pos gritando muncho y no dejaban dormir y los otros decían: “Pos ya dejen dormir, hombre”. Y, y, pero no, no llegaba a mayor cosa, a mayor cosa la discusión que había ahí. No, a mí nunca me tocó discutir con nadie como quiera ahí; todo jue pacífico.
MP: Y, ¿quiénes eran los que daban más problemas?, ¿los del sur?, ¿los de Chihuahua? Porque me imagino que se identificaban mucho, ¿no?, los que eran de un estado y otro.
JP: Sí, este, en una ocasión me tocó a mí, pos yo nomás de Chihuahua, nomás yo y todos los demás compañeros eran de Durango y de otros estados y pos poco difícil, porque esa gente como que tiene otras costumbres. Eran de Oaxaca unas gentes que no, pos batallaba mucho con esas gentes, no, no, como que no, pos entendían bien.
MP: ¿Por qué?
JP: Pues, no querían cooperar para limpieza del cuarto y que: “No, que esto, y que… Se batallaba, pues. Fue con la única, un año nomás me tocó con esta gente y: “Que ande, que ahora les toca a usted hacer, barrer aquí hombre, la cocina”. Y que: “No, yo no voy a hacer esto”. Y no, pos al último uno tenía que hacer casi todo. No, con la gente de Chihuahua no, pos muy pareja toda la gente de Chihuahua, casi siempre me tocó con gente de Chihuahua. Nomás en una ocasión con esa gente del sur. Pero no, no hubo problema ninguno como quiera. Había que comprenderlos como quiera, no, pos no conocían muchas cosas ellos. Era muy diferente yo creo la vida allá con ellos de la de acá.
MP: Y con el ranchero, ¿ustedes tenían contacto directo con el ranchero?
JP: Pues pocas veces, casi siempre con un jefe que había en el rancho, un mayordomo que le decían ahí. Ahí nomás, en un rancho no conocí ni el, ni el patrón, no sé ni quién sería ni, pos nomás con el puro mayordomo, el encargado. Él era el que nos pagaba y nos decía qué vamos a hacer, dónde vamos a trabajar y todo. Y, pero en la mayoría de los ranchos, sí, directamente con los patrones, directamente con ellos.
MP: Y ustedes, por ejemplo cuando tenían su día libre, porque me imagino que les daban días libres, ¿no?
JP: Sí.
MP: ¿Qué hacían ustedes para distraerse un poquillo?, ¿iban al pueblo?, ¿iban a tomar una cerveza?
JP: Pues, en ocasiones, casi siempre yo, casi siempre dedicaba el domingo para, pos para trabajar ahí en la casa, lavar ropa y así. Muy de vez en cuando, muy pocas veces fui al pueblo con, con los amigos. Sí había unos que les gustaba mucho, pero yo estaba muy joven y pos, pos no, no, no me gustaba tomar y iba con ellos, pero no, ya después no, porque se venían muy noche, pos ellos entraban a la tomada y… Pero pocas veces fue eso. Casi siempre me quedaba en la casa yo, como quiera ahí haciendo, trabajando ahí.
MP: Y si ustedes se enfermaban, o les pasaba algo, tenían algún accidente, ¿tenían servicio médico?
JP: Sí.
MP: ¿Podían llevarlos al hospital?
JP: Sí. Yo en una ocasión me enfermé y no, el patrón rápido me llevó al doctor, al pueblo. Sí, a una consulta, me recetaron unas medicinas y no, muy bien, me compuse. Pero sí, le dan a uno atención médica, como quiera, todo eso estaba en el contrato. Y sí, los patrones que yo estuve sí cumplieron muy bien el…
MP: El contrato.
JP: El contrato, sí. Todas las cláusulas que estaban en el contrato sí las cumplían, sí.
MP: Qué bueno. Ahorita me decía en cuanto al dinero, que sí les pagaban bien y todo. Siempre que mandaba usted dinero acá a su familia, ¿sí les llegaba bien?
JP: Sí.
MP: O, ¿se enteró de que les mandó y no les llegó o les llegó incompleto?
JP: No, sí, yo, pos mandaba poco, pero sí les llegaba. Mandaba por money order, que les decían. Y sí, no, había patrones que cuando pagaban, hablaban muy mal el español, pero: “Oigan, quieren dinero por México, vamos, post office”, decían. Y sí, nos llevaban a poner una carta certificada, un money order. No, sí, yo nunca tuve problema, lo poquito que mandaba, sí llegó siempre, sí llego bien.
MP: Qué bueno. Y usted, ¿nunca se enteró de algún caso así de que los trataran mal?, o, ¿de racismo o algo? Porque en aquel entonces pues estaba muy fuerte, ¿no?, el racismo contra los mexicanos y los negros.
JP: Sí, sabe que yo, a mí no me tocó sufrir esa experiencia, pero muchos amigos míos me comentaban.
MP: ¿Qué pasaba?
JP: No, pos tenían muchos problemas con gente de allá. Los nacidos allá no querían que fueran de México a trabajar allá, porque les quitaba el trabajo, que ellos ya no conseguían y hubo algunos problemas, discusiones por esa causa. A mí nunca me tocó, pero otros amigos me platicaban.
MP: Entonces, eso era más bien el problema que tenían, que ellos se sentían que ustedes iban a quitarles el trabajo.
JP: Sí, a quitarles el trabajo. Sí, algunos que, pos se juntaban con esa gente del pueblo de allá y tomaban y de repente ya llegaban, y no: “Pos ya nos peleamos con fulano, porque venimos a quitarles nosotros el trabajo y que ellos ya no consiguen y que nosotros trabajamos deoquis y que ellos ya no, porque ustedes cobran muy baratos y ellos ya, ya no pueden cobrar lo que cobraban antes porque ya no les dan trabajo”. Y así, de ese modo había discusiones ahí, como quiera.
MP: Y en esas circunstancias, ¿ustedes tenían alguien con quien irse a quejar?, de que los trataban… Bueno, no que el ranchero los tratara mal, pero que sí tenían problemas con las demás gentes.
JP: No, no, digo la gente de esas que tuvieron esos problemas no, nunca llegaron a, pos a denunciarlos o a quejarse, nomás platicaban ahí que tenían problemas, pero no, no llegaban a discusiones mayores como quiera. Y no, nunca hubo problema, que yo lo poquito que…En otras partes creo que sí había habido problemas más serios, pero allí, en todo lo que yo anduve no, no se presentó ningún problema de esos, de ese tipo. Como quiera trabajamos a gusto, como quiera siempre ahí.
MP: Y, ¿por qué no, nunca quiso arreglar papeles allá? Me imagino que tuvo la oportunidad, ¿no?
JP: Sí, sí. Y el último año, ya le digo, un patrón me decía que si quería, que él me arreglaba papeles para que me quedara trabajando allá en Estados Unidos. Pero que trabajara, que él me ayudaba, él respondía por mí, que era lo que, un requisito que necesitaba pa poder arreglar, pero que trabajara con él los cuatro años. “No”, le dije, “yo si arreglo, si arreglara”, le dije, “que le hace contigo trabajar pos todo el tiempo”, le dije, “yo lo que ando buscando es trabajo, pero no pienso”, le dije, “yo trabajar mucho tiempo aquí en Estados Unidos”, le dije, “yo ya, pos es el último año creo que voy a venir y no, pues no, no, para vivir aquí no me gusta aquí en Estados Unidos para vivir”, le dije. Mejor, y ya, me vine, fue el último año que jui, fue el 19[56] y el 19[57] ya me casé, ya no volví para allá, a trabajar ya no.
MP: Y, ¿después nunca le dieron ganas de volver a ir para nada?
JP: Pues de paseo me daban ganas de ir y quise arreglar un permiso, un pasaporte y no, no, hubo dos años que no, no pude, no podía reunir los papeles necesarios y pos no me interesaba mucho como quiera. Hasta ahora unos cuatro o cinco años que ya arreglé un pasaporte, pero ya pa ir a darle la vuelta nomás a… Por decir, ahora sí me urge por que está un hijo viviendo allá, ir a darle la vuelta, y ya, pos ya arreglamos papeles, con este pasaporte, tenemos un permiso, sacamos permiso para ir. Me dieron la visa láser por diez años. Entonces nomás sacando permiso para ir a visitar allá de paseo unos quince días o un mes, como quiera.
MP: Y en sí, el Programa Bracero desde su punto de vista, ¿cómo fue?, ¿sí fue un buen programa?, ¿le faltó algo?, ¿hubiera sido mejor más tiempo o que les hubieran dado chanza de trabajar en otras partes?
JP: Sí, es que el Programa Bracero ocupaban gente pa el trabajo, pero en la pura agricultura, puro trabajo de campo, puro… Yo no me di cuenta nunca que contrataran gente para ir a trabajar en fábricas o en algo de eso, no. Yo lo que estoy enterado, es que toda la gente que íbamos de braceros, pos digo, pos iba la gente de los ranchos más bien, a hacer trabajos que ya conocían la gente de acá de México. Por ejemplo a ranchos ganaderos iban algunos a trabajar ahí como braceros, pero la mayoría en la agricultura a regar, en los riegos, a cultivar. Y en todo eso se, se, no, pos yo nunca ambicioné por otro trabajo más, porque pos creía que no lo podía desempeñar nomás de que el trabajo del campo. Y pos no, ya después no, ya ni al trabajo del campo ya fui. Ya, hasta el [19]56, ya después ya no, ya no entré a trabajar. Ya me dediqué aquí en México a trabajar aquí, en nuestra tierra. Pero sí, yo los años que pasé, la temporada que pasé, la trabajé muy a gusto allá en los Estados Unidos. Digo, ya de antemano sabía que los sueldos eran bajos y pos el trato no era mucho muy bueno, por que mucha gente decía: “No, pero qué casa nos jueron a dar estos y que, mira nomás, que ahí mal hecha y que trastes de muy mala calidad”. “Bueno”, le dije, “pos tan igual que los que usamos en México, ¿pa qué queremos más?”. No, (risas) a gusto, seguro. No, y muchos, sí, se decían: “No, pos acá en Estados Unidos”, decían, “pos debían de poner una televisión ahí también”. Y no, no, pos, ya eso sería pedir mucho eso. No, yo muy a gusto me estuve en Estados Unidos.
MP: Qué bueno. No sé si tenga otra anécdota, otro detalle que añadir a la entrevista ya como punto final.
JP: No, pos yo creo que ya, ya es todo lo que le puedo decir ya. Lo que le puedo platicar de los años que anduve por allá.
MP: Bueno. Pues muchas gracias por el tiempo y por haber aceptado la entrevista.
JP: Bueno, pues no, no hay de qué.
MP: Okay, gracias.




Fin de la entrevista

Interviewer

Parra-Mantilla, Myrna

Interviewee

Parra, José L.

Location

Cuauhtémoc, Chihuahua, México

File Name Identifier

Parra_CHIH024

Citation

Parra-Mantilla, Myrna and Parra, José L., “José L. Parra,” Bracero History Archive, accessed April 16, 2024, https://braceroarchive.org/items/show/19.