Ismael Díaz de León

Title

Ismael Díaz de León

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: Ismael Díaz de León was born on June 17, 1926, in El Paso, Texas; he and his family moved to Aguascalientes, México, when he was only two years old; in 1943, he became a bracero, and he worked primarily in the cornfields and picking apples in Washington; he continued to work as a bracero for the next fifteen years.


Summary of Interview: Mr. Diaz briefly recounts his childhood; his father worked on the railroads in El Paso, Texas; when he was still young, his father became very ill and moved the family to Aguascalientes, México; his grandfather set up a business for his father there, and the family decided to stay; in 1943, he began the hiring process for the bracero program; at that time, the El Paso County Coliseum was the reception center for incoming braceros; his worst job was working in the cotton fields of Texas; while working in the fields he recalls that the workers would often sing songs to help pass the time.

Creator

Parra-Mantilla, Myrna
Díaz de León, Ismael

Date

2003-02-04

Subject

Bracero

Contributor

Cristóbal Borges

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Ismael Díaz de León

creator (Spanish)

Parra-Mantilla, Myrna

contributor (Spanish)

Cristóbal A. Borges

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Mini Disc

Duration

1:03:00

Bit Rate/Frequency

24 bit
96 k

Transcription

Nombre del entrevistado: Ismael Díaz de León
Fecha de la entrevista: 4 de febrero de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla

El día de hoy es 4 de febrero de 2003, en la ciudad de El Paso, Texas. Entrevistando al señor Ismael Díaz de León, entrevistando para la Universidad de Texas en El Paso, para el Departamento de Historia Oral, Myrna Parra Mantilla.

MP: Buenas tardes don Ismael.

ID: Buenas tardes señorita Parra.

MP: Primero que nada, le agradezco por haber aceptado esta entrevista y por permitirnos venir a su casa y compartir con nosotros sus experiencias que vivió como bracero. Lo primero que me gustaría saber es, ¿dónde y cuándo nació?

ID: Nací el 17 de junio de 1926, en El Paso, Texas.

MP: Y, ¿cuántos? Acerca de su familia, ¿cuántos hermanos tuvo?, ¿sus papás a qué se dedicaban?

ID: Mi familia, pos de cinco hermanos, mi papá trabajaba aquí en el ferrocarril y se puso muy enfermo y a la edad yo de dos años, nos llevaba a Aguascalientes porque presentía que se iba a morir y en realidad pasó eso. A la edad de dos años ya nos quedamos a vivir allá porque el abuelito, o sea el papá de mi mamá, le puso un negocio para que no nos regresáramos. Y pasó el tiempo y hasta esta fecha después, vine arreglando la ciudadanía.

MP: Y entonces, ¿ustedes se fueron a Aguascalientes a vivir?

ID: A Aguascalientes.

MP: Y, ¿ahí estuvieron viviendo con su familia?
ID: Sí como, pos hasta que me regresé para acá a Ciudad Juárez ya fue cuando me arreglé en el consulado mi ciudadanía. Ya después, antes de ese tiempo, estuve entrando de bracero como quince veces, antes de venirme para acá para arreglar la ciudadanía.

MP: Y, ¿qué edad tenía esa vez que arregló usted la ciudadanía?

ID: Tenía como treinta y ocho años, más o menos.

MP: Y, ¿tuvo algunos estudios allá en Aguascalientes?

ID: Muy poca escuela pero porque trabajaba desde muy chico para ayudar a mis hermanos y a mi mamá. Porque después de haberle puesto ese negocio, la verdad es que fiaba tanto, perdió todo y tuve yo que desde muy chico trabajar. Trabajé en una peluquería y luego fui peluquero y todo fue puro trabajar, nomás tuve cuatro años de escuela en México.

MP: Y entonces ya cuando ustedes se vinieron acá a Juárez, ¿vino solo usted o se vino también su familia?

ID: No, con la familia me vine. Dejé el ferrocarril donde trabajaba yo y aquí trabajé en Juárez como dos años en una dependencia de Gobierno, Obras Públicas. Y ya después de eso, ellos mismos me dieron cuando ya arreglé la, me dieron cartas para trabajar acá en Estados Unidos, recomendaciones. Y trabajé, todo se me facilitó muy bien.

MP: Y cuándo usted se vino, ¿ya estaba casado?

ID: Sí, sí yo me casé en el [19]48.

MP: Okay, entonces en la peluquería fue el primer trabajo como quien dice que tuvo, ¿verdad?

ID: Sí, desde chico, de la edad ya desde de trece años ya era peluquero yo. Es que de todo le hacía ahí en el Hotel Francia que trabajé en Aguascalientes.

MP: Okay. Bueno y entonces ya un poco más adentrándonos al tema de los braceros, ¿cómo se dio cuenta de que existía este programa de braceros?

ID: Pos ahí mismo estando yo en, llegaban los contratistas a Aguascalientes y en el Hotel Francia llegaban los contratistas y me di cuenta de eso y ellos a mí y a amigos míos ahí de conocidos, nos daban oportunidad de venirnos a trabajar para acá a Estados Unidos.

MP: Y, ¿qué requisitos o qué documentos les pedían para venirse como braceros?

ID: No nada, ningún, ningún requisito mas que nomás que si sabía trabajar uno en el campo, ciertas preguntas en un principio. En el [19]43, eran, [19]42, [19]43, [19]44. Era no fácil, sino querían verlo que tenía uno voluntad de trabajar, eso era todo el requisito. Unas preguntas, pero nada de requisitos para, de papeles nada.

MP: ¿Entonces ahí en Aguascalientes estaba un centro de reclutamiento de braceros?, o, ¿a dónde los tenían qué mandar?

ID: En Irapuato y luego después fue a México y luego, y luego aquí a Chihuahua.

MP: Y entonces la primer vez que usted vino como bracero, ¿lo reclutaron ahí en Irapuato?

ID: En Irapuato.

MP: Y, ¿cómo le hizo para irse de Aguascalientes hasta Irapuato?

ID: No, pos yo tenía pase en el ferrocarril. Ellos mismos nos decían a qué horas tenía uno que estar y ya lo contrataban a uno. Las primeras veces fue al estado de Washington State, Yakima, Washington. Dos años trabajé allá y regresé, volví a regresar ahí a Yakima, Washington, a Walla Walla, Toppenish, en varios lugares. Allá me fue muy bien, mucha manzana, mucho trabajo, no batallaba uno. El que no quisiera no ganaba dinero.

MP: Y cuénteme un poco acerca de este centro de reclutamiento. ¿Cómo era, eran instalaciones así como oficinas?, o, ¿era así como una bodega, o estaban a la intemperie?

ID: No, eran dependencias de Chihuahua, eran de los edificios de los parques de, que tenían ahí para recreación, ¿verdad? Centros del mismo Gobierno que tenían ahí, les permitían hacer las contrataciones en Chihuahua, en Irapuato. Y aquí en Chihuahua pos era también aquí, ahí en la Alameda hay un parque muy grande y ahí había muchos edificios que podían contratar a la gente, pos eran muchos miles.

MP: Y, ¿ahí en Irapuato iba mucha gente?

ID: Sí, yo creo que se contrataban más de cien mil, más de cien mil.

MP: Y ahí, ¿no les hacían exámenes médicos o exámenes, por ejemplo, de las manos o a ver si no eran gente viciosa o malvada o algo, que vinieran a dar problemas?

ID: No, no, si acaso este, nomás le veían que estuviera uno este, físicamente bien, las manos, los dedos, los pies y eso era. Pero no, no era un requisito muy grande de rayos X, ni nada de drogas, ni nada.

MP: ¿Tenían doctores ahí que los examinaran?

ID: Sí, había todo eso, pero, pero…

MP: Y, ¿había oficiales por ejemplo, de acá de El Paso, de INS [Immigration and Naturalization Service] o algo que estaban ahí?

ID: Sí, ya cuando lo contrataban ya eran oficiales de La Migración, de servicio de Migración. Ellos hacían, pos ya tenían todos sus papeles que entraba uno correctamente acá, con todas las cláusulas, los beneficios lo que… Si uno ni leer, tantos papeles que le dan a uno que ni leía todo eso, unas letras muy chiquitas pero todo muy bien, muy en orden.

MP: O sea que, ¿ahí mismo firmaban el contrato?

ID: Sí, firmaban el contrato.

MP: Y luego ya cuando los aceptaban allá, los mandaban acá a Estados Unidos, ¿verdad?

ID: Sí, aquí a El Paso llegaba uno y de aquí en Cielo Vista, Cielo Vista creo se llamaba ahí, el centro ese que está aquí.

MP: Río Vista.

ID: Río Vista, sí. Y aquí lo tenían a uno y ya llegaban los rancheros o de parte de adentro de diferentes lugares y donde le convenía uno se contrataba.

MP: O sea que ustedes tenían la posibilidad de escoger con quién se iban o con quién…
ID: Pos sí, muchas veces esperaba uno al ranchero que uno… Como yo aquí en Dell City ya tenía un patrón que me ayudaba siempre y lo esperaba que llegara un día, dos días, tres días a lo máximo.

MP: Y, ¿cómo eran los viajes esos desde el centro, sur de México?

ID: Pos unos, a un principio allá eran bien en avión, en tren, en camiones a veces. Hubo ocasiones que hasta en camiones de donde pasaban los animales, en unos nos ponían bancas cuando hubo mucha entrada aquí a Pecos a todos esos lugares. Ahí sí fue el único que era tanta la gente, que no se daban abasto de darle un servicio a uno especial. Pero pos uno con el deseo de venir a trabajar, ¿dónde iba uno a poner peros? Se salía uno, eso fue lo único que metían servicio de camiones de carga, de trailers grandes con bancas.

MP: ¿Así los traían desde allá hasta acá?

ID: Pos de aquí, no. No, nos traían en tren.

MP: Ah, okay.

ID: En tren, pero ya aquí que lo mandaban a uno a trabajar en tráiler y otras veces, cuando en un principio no, de aquí de Laredo en avión hasta Walla Walla, hasta Yakima.

MP: Y, ¿quién pagaba todos esos viajes? Por ejemplo el avión.

ID: No, el Gobierno yo creo. O las compañías que tenían el contrato, pero para mí en esos tiempos, el Gobierno daba todas esas facilidades de pasaje. Más no sé quién pagaría, porque le cobraban por cada trabajador tanto dinero, no sé si sería ahí, pero el Gobierno ayudaba mucho para toda esa gente.

MP: O sea que ustedes no tenían que dar ni un cinco.

ID: No, no, ni de ida ni de venida. Ya cuando cumplía uno el contrato, lo pagaban a uno todo su regreso.

MP: Y entonces bueno, por lo que me cuenta usted le tocó ir a tres centros, ¿no? A Irapuato, a México y Chihuahua. Y, ¿en los tres era el mismo procedimiento?

ID: Sí, el mismo procedimiento. Ya de ahí lo mandaban a uno para acá, o muchas veces salía uno, ya venía uno y de Laredo agarraba uno el avión hasta Yakima, o en camión de pasajeros lo mandaban a uno. Cuando fui hasta por allá en Michigan, en camiones de Greyhound y de pasajeros, buenos camiones.

MP: Y de los tres centros, ¿cuál era el más grande?, o, ¿cuál era el que tenía así más gente?

ID: No, pos éste de aquí, éste de aquí de El Paso, me parece que Río Vista o, ¿cómo?

MP: Río Vista.

ID: Ya hasta se me olvidó el nombre. Y otras veces aquí en el Coliseo de El Paso también hubo contrataciones. Fueron como dos, tres años aquí en el Coliseo.

MP: Yo me di cuenta de que también en aquí en Fort Bliss.

ID: También pero eso fue en un principio. Sí, cuando salimos que le digo yo que nos llevaban en avión, también eso fue en el [19]43, [19]44. Ahí nos tenían en las casas de campaña de lona y de ahí nos mandaban a ciertos lugares. Pero en ese tiempo sí había buenos, muy buenos contratos.
MP: Y, ¿no tenían que esperar mucho tiempo, tanto en México o aquí en El Paso, para ser reclutados? De México para que los mandaran para acá y aquí para que los rancheros…

ID: No, era cuestión de dos, tres días o un día, dos días. Llegaba uno y lo contrataban a uno luego luego. También fui a otro centro allá en Laredo, de ahí nos pusieron en avión. Llegaba uno y ya estaban los aviones para llevarlo a uno a trabajar a diferentes lugares, en camión o en avión, según la distancia. Tres veces yo fui en avión hasta Walla Walla, Washington y Yakima dos veces en avión y en camión, hace uno tres días.

MP: ¿Hasta allá?

ID: Ey.

MP: Sí, está retirado.

ID: Sí, está.

MP: Y luego, ¿cómo les hacían mientras duraba el viaje?, por ejemplo, lonches, o, ¿qué les daban de comer?

ID: No, tenían bien organizado, tenían ciertos lugares donde ya tenían gente que tenía lonches preparados y refrescos o leche para seguir adelante. Nos daban bolsas de comida, sí.

MP: Y cuando ustedes se iban, ¿les permitían llevar algunas pertenencias? Por ejemplo, cambios de ropa, cobijas.

ID: Sí.

MP: O algo, ¿alguna herramienta para trabajar?

ID: No, herramienta no, nadie traíamos. Ropa sí, podíamos traer ropa regular hasta para salir. Nunca hubo problemas por lo de la ropa ni nada de eso, herramienta no, no pos, ¿para qué traía uno herramienta?, si acá podía, en caso de, acá podía uno comprar mejor para llevar. Y no sabía uno ni en qué iba a trabajar uno, ¿qué herramienta podía uno traer?

MP: Okay. Y su primera vez que estuvo aquí que dice que cuando fue a Washington, a lo de las manzanas, cuando usted llegó allá, ¿era como usted se imaginaba que iba a ser?, o, ¿no tenía ni idea cómo era?

ID: No, pos no sabía uno precisamente, más o menos en qué iba uno a trabajar porque no nomás era la manzana, porque también fue el espárrago, aquí en California era el pepino, la lechuga, eran diferentes trabajos, diferentes, así es que no sabía usted. Depende del, lo que pasaba un mes o dos meses y luego lo cambiaban a uno a otro campo. Pero en Washington no, allá, allá había trabajo de todo, diferente, de espárrago, todo de mucha fruta muy buena. Está lleno de fruta allá, se ganaba uno muy buen dinero.

MP: ¿Cuánto ganaba más o menos allá?

ID: No pos en aquellos tiempos arriba de $30 dólares, $40, hasta $50. En el espárrago se ganaba uno muy buen dinero.

MP: Eso era, ¿qué? A la semana o…

ID: No, al día.

MP: ¿Al día?
ID: Sí, en aquellos tiempos era muy bueno, en el hub. Bueno, en cosas para la cerveza. La flor esa, diferentes, veinticuatro horas trabajaba secándola y eran unos campos muy grandes que tenían estos, ¡no! Muchísimas cosas tienen en el estado de Washington.

MP: Y ahí el ranchero, ¿cómo fue el trato que recibieron ustedes de los rancheros que había ahí?

ID: No, pos casi siempre bien. Para acá de este lado, aquí en Texas, hasta de cocinero la hice. Me ofrecí en la cocina y luego luego el ranchero me agarró ahí. Dos temporadas estuve de cocinero, dándole a ciento noventa gentes.

MP: Y, ¿cómo le hacía para preparar tanta comida?

ID: ¡Pos, la ayuda de Dios! Pesaba las sopas y lo que hacía más o menos mi madre y mi esposa y le hacía, le metía. No, es que tenía uno unas bodegas muy buenas de comida, bastante carne, bastante todo, así es que pues nomás, por material había mucho de comida, así es que no batallaba uno. Con un ayudante, imagínese. Eran las cuatro de la mañana y ya estaba uno listo para… Y luego irles al campo a llevarles la comida en una troca y pensar: “¿Si no ajustaba uno? ¿Qué hacía uno?”. Pero no, tuve gracias a Dios, todo salió muy bien.

MP: Y luego cuando no les alcanzaba la comida, ¿como le hacían?

ID: No, nunca, nunca me faltó. Siempre, siempre terminé, así es que no tuve un problema ni con los trabajadores ni con el patrón. Dios me ayudó mucho. (risas)

MP: ¿Dónde fue eso donde trabajó como cocinero?

ID: Aquí en, del río ahí cerquitas. Pero ahorita no me acuerdo el nombre, del río ahí pa adelante, trabajé ahí dos temporadas, Pendale, o no me acuerdo cómo, ahorita no, no recuerdo ese nombre. Los demás nombres sí me acuerdo, Salinas, Walla Walla, Toppenish, eso es en Washington. Acá por ahí en Michigan, ahí en el pepino, así es que diferentes era y aquí en Dell City pues fueron seis años que estuve viniendo cada año. Encontré buenos patrones y me ayudaban mucho, les ayudaba en el riego, en el desahije. Y luego me dan, me daban oportunidad de trabajar en el gin, los gines, las despepitadoras, trabajaba hasta diciembre. Ahí nos pagaban a dólar la hora después de estar ganando $0.50 centavos. Trabajaba doce, dieciocho horas, hasta veinticuatro y luego ya iba a dormir seis, ocho horas y seguía trabajando. Sacaba más de, más de $90, $100 dólares a la semana aquí, aquí en Dell City, cerquitas. Y en el campo no, doce horas, catorce, a $0.50 centavos, $6 dólares diarios, $7. Pero el deseo de ganar el dinero, ni se hacía largo las horas. Era un, ni enfermedades de catarro ni de absolutamente nada, gracias a Dios. Desahije, agua, riego y luego en las despepitadoras, fueron en las despepitadoras eran tres meses de doce a catorce, dieciséis horas diarias, sí.

MP: Y entonces, por ejemplo, ustedes llegaban a los ranchos y, ¿ustedes decían en qué querían trabajar?

ID: No, no, ellos en lo que nos necesitaban, si era riego, riego. Otros en el desahije y luego ya se llegaba la temporada del algodón y a piscar algodón. Ahí era lo duro porque, de cien trabajadores había nomás unos diez, quince que llegaban a las cuatrocientas, quinientas libras, todos los demás éramos de trescientas, doscientas. Pero yo tuve la suerte de trabajar en las despepitadoras, así que muy poco trabajé en el algodón.

MP: Porque, o sea le pregunto eso porque me dijo, ¿no?, que usted se ofreció como cocinero.

ID: Sí, pos en el mismo campo. Pos era el ranchero, es como usted tiene todo, tiene los doscientos trabajadores aquí y usted anda batallando para la cocina y me ofrezco y usted me agarra pos usted es mi patrón. Y es lo mismo trabajar de bracero o de cocinero, pues. De todos de, pero de lo demás del trabajo, no pos era a lo que ellos nos decían. Unos íbamos al riego, otros íbamos a la limpia. La hierba hay que cortarla, desahije, el algodón y la limpia de algodón, sí.

MP: Y, ¿por cuánto tiempo eran los contratos que firmaban?

ID: Pos se firmaban por tres meses y luego mismo, lo renovaban a uno según el trabajo que hubiera. Ellos, los mismos rancheros, le renovaban a uno el contrato.

MP: Y, ¿entonces ya no tenían que venir otra vez hasta México y hacer el mismo proceso?

ID: Ajá, sí.

MP: ¿Se quedaban ahí mismo?

ID: Y el que quería, se venía a los tres meses y el que le renovaban se quedaba hasta el desahije o la fruta o lo que viniera. Pero primero era riego y limpia y desahije, azadón, azadón todo el día. Acá en California también en la limpia y el desahije de la lechuga es un trabajo muy pesado. Andar dejando una lechuga a cada seis pulgadas, son puras hebras así que nacen como hebras y tiene uno que ir dejando una hebrita de lechuga, para que, porque si deja dos, salen como pepinos y ya no sirve esa lechuga. Y andan los, andaban los estos filipinos detrás de uno, para que no dejara uno dos. Le llamaban la atención a uno.

MP: ¿Por qué filipinos?

ID: Pos eran los mayordomos, los patrones tenían filipinos de mayordomos. Es que esa gente es muy, da mucha carrilla, anda detrás de los trabajadores. Sí tienen los patrones su gente para que vayan haciendo buen trabajo.

MP: Y, ¿ustedes nunca tuvieron algún problema con uno de esos filipinos?

ID: No, nosotros no. Algunos sí, sí tenían pos, pero lo tenían por lo mismo de que no hacía uno caso de, no hacía uno caso. Pos iba dejando uno mal trabajo, así es que tenían que llamarle la atención y los americanos, los patrones, pos ellos no, ellos tenían su gente quién anduviera acarreando. Y los filipinos a eso, son muy buenos para andar… Pa la lechuga y luego ya después hubo trabajo en el corte de la lechuga, bueno, de todo lo que representa en el lugar que está uno trabajando.

MP: Entonces volviendo un poquito a cuando estaban aquí ya en El Paso y que venían los rancheros, ¿venían los rancheros o venían los mayordomos a escoger a la gente?

ID: No, no, los rancheros, los rancheros venían y contrataban la gente. Y ya lo ponían a uno en, traían ellos camiones o la misma… Y lo llevaban a uno al rancho. Tenían bien organizado todo eso allá en el campo, le daban a uno cobijas y cama, todo para dormir. Unos, se tenía uno que hacer de comer y otros, había, había campos que como yo, que trabajaba de cocinero. Depende del patrón, de cuánta gente tenía en su rancho, le convenía mejor darles de comer, pagar. Nos rebajaban de la comida, del sueldo, $2, $3 dólares por día.

MP: Y cuando ustedes tenían que cocinar, ¿a ustedes les llevaban las provisiones para que hicieran la comida, o los llevaban a comprar el mandado, o, ¿cómo le hacían?

ID: No, pos eso es lo que le digo, que nos llevaban en las trocas cuando acababa uno de, que le pagaban a uno el cheque. Lo llevaban al pueblo a comprar su mandado y uno se hacía de comer. Aquí en Dell City todos los trabajadores se hacían de comer, todos los patrones los llevaban a comprar su mandado. Después de que nos daban el cheque, cada sábado, porque se trabajaban los siete días, era tanto el trabajo que ni lo dejaban a uno descansar un día, siete días. Y si dejaba uno de trabajar, se enojaban porque se les secaba el algodón. Había mucho trabajo, riegos.

MP: Y entonces, ¿no les daban así un día libre o algo para que descansaran?

ID: Pues sí, depende todo de los rancheros cómo estaban de trabajo, de sucio del algodón, o tenía mucha tierra además y tenía poca gente. Así es que le, pos le decían a uno, que tenía uno que trabajar los domingos también y como le digo, pos a eso venía uno. O el que no quería trabajar se hacía malo, pero siempre los rancheros estaban con deseos de que uno trabajara todos los días.

MP: Ahorita que decía del dinero que les descontaban de su cheque, digámoslo así, la comida que les daban, ¿usted tenía comunicación con su familia aquí?

ID: ¿Aquí en El Paso? No, no cuando andaba yo de bracero yo, toda mi familia estaba en Aguascalientes.

MP: Y, ¿cómo le hacía para comunicarse con ellos?

ID: Por carta, por carta. Mandaba los cheques por carta, money order.

MP: Y, ¿sí les llegaban?

ID: Yo nunca tuve problemas, ni uno, ni un cheque me… Que todos llegaron, en una palabra, tuve suerte gracias a Dios, todos llegaron muy bien. Y otros sí batallaban mucho, pero todo dependía de dónde el dinero iba destinado, había lugares donde la pobre gente no llegaba porque vivían en lugares muy adentro de la sierra, depende de donde eran ellos.

MP: Y, ¿usted iba con frecuencia ahí a visitar a su familia?

ID: ¿A mi familia?

MP: A Aguascalientes.

ID: No, no, pos cuando terminaba mi contrato, a los seis meses regresaba yo ya. Había contratos que me quedaba casi todo el año, dos veces me estuve todo el año, desde marzo hasta enero, febrero, ya cuando se acababa el trabajo.

MP: Y, ¿usted fue el único de su familia que se vino para acá?, o, ¿también vinieron sus hermanos?

ID: No, un hermano se vino al ferrocarril, aquí al traque, aquí en Indio, California. Él vino una o dos veces vino de, ya murió él, vino dos veces en el traque. En aquel tiempo entraba mucha gente cuando yo vine, entraba al traque, depende de dónde lo contrataban.

MP: Entonces usted nunca tuvo problemas en cuanto al dinero, ¿no?

ID: No, nunca.

MP: Que el patrón les quitara de más.

ID: No, todo, yo, nunca tuvimos nosotros problemas en eso, gracias a Dios. Todos los patrones fueron muy buenos y nos ayudaban a mandarlos. En Dell City, aquí tuve unos patrones, siendo Texas, unos patrones buenos, la familia Gómez y bueno, muy buenos patrones ahí en Dell City. Tanto eran tan buenos que hasta después de que nos ayudaban a uno todavía en el riego, me dejaron a ir a trabajar a las despepitadoras, el mismo gin pagaba el contrato de uno, porque ellos pagaban el contrato, no llevaban a uno deoquis, cada trabajador tenía que pagar tanto dinero a La Asociación del que contrataba a toda la gente, que repartía a la gente a los rancheros.
MP: Y ese dinero, ¿qué?

ID: No, pos era para muchos gastos de las oficinas de ellos. Por ejemplo, usted traía gente a Dell City, metía mil y usted le rentaba gente a todos los rancheros de ahí. Y cada quien tenía que pagarle a usted para ese dinero que era, que según que, dinero de, que le rebajaban a uno el diez por ciento no sé qué tantas cosas. Pero ellos también cobraban del pasaje de la gente que llevaban a Dell City.

MP: Y entonces en estas oficinas que dice usted, ¿también les ayudaban si ustedes tenían algún problema con los rancheros o el trabajo que estaban haciendo?

ID: Sí, pos uno lo mandaban con el ranchero y al terminar el contrato, lo llevaban a uno ahí y ahí lo ponían a uno, le daban el pasaje a uno para atrás, el ranchero lo entregaba a uno, lo necesitaba otro mes, pagaba otros creo $30 dólares por mes, no sé cuánto. Diferentes cuotas que pagaban los rancheros por uno.

MP: Y por ejemplo, si se llegaran a enfermar o algo, tenían este servicio médico, o, ¿cómo le hacían?

ID: Pos los que les pasaba algo los traían a El Paso y otros allá. Yo nunca me enfermé en los trece, catorce veces, nunca tuve problema, ninguna infección ni nada de eso. Oía que se lo llevaban al hospital, que le entró una infección, que de la hierba esa, ¿sabe cómo se llama?, de que, hay una hierba de que se enreda como urticaria. Se lo llevaban al hospital, mas no sé cómo los trataron, bien o mal. Pero yo nunca, nunca tuve problemas de nada. Mis amigos que yo traía, siempre traía cuatro, cinco, diez, que arreglaba yo para llevarlos de braceros. Allá iba a México y me daban la orden allá y llegaba a los campos de Chihuahua, aquí venía y traía la orden yo de tantos para entrar, de toda esa gente que yo traía, nunca se enfermó nadie. Y yo menos, gracias a Dios.

MP: O sea que usted también llegó a traer gente.
ID: No, no, yo nomás conseguía el permiso, el de México. Porque le daban la orden a usted en Chihuahua, enseñaba la orden de que contrataran tantos, tanta gente, pero nomás amigos, cuatro, cinco. Era una cosa de que me pedían, como yo conocía a cierta gente aquí en Chihuahua. Y allá me daban la orden para que me arreglaran más fácil y otra gente venían que los traía las, estos líderes del campesino, líderes de otra cosa. Cada quien hacía su cosa de traer gente y yo no, nomás mis amistades tres o cuatro venían.

MP: Ahorita que estaba diciendo de los líderes de campesinos y todo esto, me di cuenta que en Chihuahua a la gente que quería ser bracero, les daban su credencial del Sindicato de Braceros de Chihuahua.

ID: No, pos eso siempre ha existido esas cosas, que los ayudaban de otros lugares, muchas veces no eran campesinos y los ponían que eran, que eran campesinos. Nada más, no sé si deoquis o pedían dinero pero, pero todo el tiempo existió eso. Y en su mayoría no, sí traían, traían gente que les ayudaban, a la gente del campo,
sí.

MP: Cuénteme de Washington.

ID: No, pos allá el trabajo es muy bueno, todo. Lo tratan a uno muy bien, buena comida, en el elote, en todo, buena comida. Nombre, eso fue en el [19]44, [19]45, en el elote también se ganaba uno muy bien, mucho dinero. Depende las facultades de usted, era lo que podía ganar, porque ahí se agotaba en tres, cuatro horas, cinco horas. En el elote pos estaba cerrado completamente y el calorón, así es que se debilitan, alcanza a cargar tres, cuatro camiones con seis personas, siete y según la, cada quien se va a acomodar en grupos, buenos, malos, regulares, cada quien gana lo que, en su condición física.

MP: Por ejemplo ahorita que me estaba platicando del sol ahí en los campos de maíz, ¿los rancheros les daban las herramientas?, y también les daban, por ejemplo ropa apropiada para trabajar. Les ponían así, por ejemplo, estaciones con agua o algo mientras tanto.

ID: Pos la agua, la agua sí, siempre existía, sí, no, de eso sí. No, de la herramienta pos que era nomás este ir la mano para cortar el elote, ir poniéndolo en el surco para que otros, los de atrás iban echándolo en el camión. Era un trabajo muy duro pero se ganaba, el que era muy buen trabajador, se ganaba hasta en aquellos tiempos $80, $100 dólares, $60, era un dineral que hacían. Nosotros no, pos era un grupo, no éramos campesinos propiamente de eso, pero nos alcanzábamos a ganar $30, $40 dólares que era muy bueno. Era muy buen dinero, uno en México ganaba en el ferrocarril $5 pesos, así es que se ganaba uno $30 dólares. En cambio, pos hacía uno un dineral. Y luego ya acaba el elote y la otra cosa. Total que había en el estado de Washington puro trabajo bueno. California también tiene lugares muy buenos pero los mejores, Washington y acá…

MP: ¿Estuvo usted en California?

ID: Sí, en Salinas, California, en la lechuga y en el pepino.

MP: Le preguntaba de ropa especial o algo así porque, la hoja del elote como que es rasposita.

ID: Sí, corta, sí, corta. No, pos el, uno se agenciaba de la tela de los, de los campos ahí de tela de esa de alambre que es, los esprines de las casas. Se ponía uno, porque si no, se daba unos cortadones muy feos, pero no, ellos que nos protegían en eso no, nada. Uno solo le entraba con el sombrero, se iba uno así echándolas y luego a ponerlos en el surco para que los de atrás lo echaran arriba, pero que nos dieran ropa especial, no.

MP: O también, ya ve del algodón, es una plantita muy espinosa.
ID: Sí, eso sí, no pero que daban algo, no nada. No, por eso el que es buen piscador, la gran cosa, pero no, ahí no se hace dinero para que le vaya a uno muy bien. De cien trabajadores saca diez, veinte que se ganan, se ganaban en aquellos tiempos $10 dólares al día, a $0.02 centavos la libra, la mayor parte de los trabajadores eran de doscientas libras, se ganaban $4 dólares, era una cosa muy poca.

MP: O sea que ahí les pagaban por libra, por lo que producían, no por el…

ID: No, no, por libras nomás. No, no, el algodón era lo más pesado y lo que menos se ganaba, tanto fue el grado que ya no hay, ya no hay piscadores, ya es pura pura máquina piscadora. No, la gente que íbamosٌ al campo, era puro sufrir, puro sufrir, pero de todas se alcanzaba uno a ganar más de lo que ganaba uno ahí en México. Y sufría uno, pero se aguantaba y muchos al transcurso ya iban mejorando su trabajo y les iba mejor, pero no, no, de hacer mucho dinero en el algodón, nadie. Por eso lo quitaron, el betabel igualmente, era el trabajo de, para puro sufrir. El que le diera aquí en Texas cuando entramos aquí, el ochenta por ciento era puro algodón, así que pobre gente esa, toda esa gente que… Yo como me venía mucho antes, llegaba a trabajar en el agua, en la limpia, en todo eso. Pos ahí sí se gana uno $6, $8, $6, $7 dólares diarios que ya era un buen dinero.

MP: Okay, y, ¿entonces qué hacían ustedes para distraerse un poquito?, ¿iban a algún lugar, tenían algo?, ¿cómo se distraían?

ID: No, no, había ningún distra[cción], ¡nada de distraerse! Si acaso nomás el día que iba uno a la comida al pueblito, la entrada a la tienda y si acaso traerse un six pack pa ir haciendo la comida, las tortillas de harina, tomarse una, dos cervezas y al otro día a las seis de la mañana ya estar listo en la limpia. O sea que había limpia, riego, desahije, así es que lo cambiaban a uno a diferentes cosas.

MP: Y por ejemplo, ahí que se tomaban sus cervecitas, ¿no tenían problemas con el patrón?
ID: No, no, ¿por qué? Pos, pues si eran dos, tres, que se tomaba, llegaba uno y cenaba. Era todo lo único que… Y cantar una canción o dos y se iba a dormir pos si era pura muela, puro, el cuerpo aguantaba lo que, apenas lo que era.

MP: Y canciones, ¿ustedes se las inventaban?, o canciones así…

ID: No, pos de las que sabía uno. No, qué bueno inventar para ya ir de compositor, a la mejor alguno sí. Pos no ve que hay corridos muy buenos.

MP: Y, ¿a alguien no le daba así por sacarse su guitarrita?

ID: Sí, no, sí, eso sí, en los campos ahí cantaban. Pos como hubo muchos trabajos diferentes en ciertos campos, sí había todo eso, trabajaba nomás diez horas como en el elote, se trabajaba nomás cinco, seis horas. El que trabaja diez horas, pos sacaba un dineral, pero toda esa gente salía y a tirarse en el campo a comer y a tirarse ahí en el zacate porque agotadísimo completamente. En el betabel, en el espárrago, en la lechuga, en el desahije de, todos esos trabajos son muy pesados. No había nada liviano, todo se ganaba uno el dinero pero, con el sudor de la frente, todo muy duro. Así es que ya la gente pos con el tiempo medio se aclimataba, el clima lo agarraba bien. Pos nomás un rato de estar ahí quién cantaba ahí en donde a veces lo tenían a uno así en barricadas, treinta, cuarenta o cincuenta, quien estaba ya cantando pos ya uno oía y también cantaba uno ahí. No, es muy duro la vida, muy duro y bonita. Así es que allá mucha gente sufrió mucho porque, pos les tocaba unos lugares muy malos, de que el, de que no, del algodón pos no, no hacía nada. Ganaban muy poco, a mí tuve suerte de buenos patrones, pero sí mucha gente sufrió mucho de ganar poco dinero. Eso de ganar $2, $3 dólares, $4 dólares al día y pagar, pagarse su alimento. Pos los otros que tenían que pagar allá como, donde yo estaba de cocinero tenían,… Pero ahí se ganaban, eran muy buenos algodonales. El menos se ganaba $5 dólares.

MP: O sea que los pobres, por ejemplo del algodón, aparte de que les pagaban poquito, les descontaban de la comida y, pos total que venían sacando muy poquito.

ID: Sí, sí, no, pos era $1.50 de… En ciertos campos, si ganaba uno regular le quitaban dos y en los que ganaba uno poco, le quitaban $1, $1.50, $2 dólares. Así es que les quedaba muy poco, mucha gente en esos. Por eso ya la gente que ya ahora ya no pisca, qué bueno porque nadie hacía más o menos. Bueno, claro esa gente que era buena para piscar, para ellos era muy buen dinero, $6, $8 dólares, muy buen dinero. Pero eran hombres hechos ya al trabajo grande de aguantar agachado y las manos todas ampolladas y eran gente de, hecha y derecha para el campo. Así que esa gente, pos de todas maneras le iba bien, de todas se iban a piscar en Delicias, era pura gente de Delicias, esos eran piscadores de cuatrocientas, quinientas libras.

MP: Mucho.

ID: Pura gente tremenda para trabajar. Y en su mayoría pos no, los demás gente éramos de doscientas, de ciento cincuenta, al más doscientos cincuenta. Como yo, yo no nomás trabajé dos años en el… Yo siempre me iba a la despepitadora, me mandaban pues, me pedían. Me pedían los patrones trabajar allá con ellos porque yo soldaba. En el ferrocarril, yo sabía toda esta cosa, en las despepitadoras se quebraban muchas cosas y a mí me hablaban y era como me ganaba más dinero extra. Le soldaba lo que se quebraba y luego me echaba diariamente por regla eran doce horas. Y luego ciertas, dieciséis horas diarias, nomás se trabajaba un turno desde las siete de la mañana hasta las doce de la noche y luego iba uno y dormía seis horas y otro día a ponerle. Cuando había mucho algodón se trabajaban dos turnos de doce horas y cuando no, yo me doblaba, veinticuatro horas iba y dormía seis horas y seguía. O sea que tuve oportunidad de trabajar en esos Gino. Por eso a mí me, gracias a Dios me fue muy bien.

MP: Y de todos los trabajos que tuvo, ¿cuál fue el que le gustó más?
ID: No pos, ¿qué le diré? Pos para mí sinceramente todos. Hasta el pepino se ganaba uno muy buen dinero, el chiquito era el que pagaban mejor.

MP: Ah, ¿sí?

ID: Fíjese lo que es, el grande no, ese pos, echaba costales y creo salía en $0.30, $0.40 centavos por costal, y el otro no, el chiquito ese, con un costal que hiciera, se ganaban muy bien sus $5, $6 dólares por cada costal. Todo, todo era, depende de lo que le… El espárrago también entre más chico está, gana más dinero.

MP: ¿Por qué?, ¿no sabe?

ID: Porque el más chico es el que paga mejor. El grandote pos ya lo meten como para comer uno el guisado, pero el chico lo embotan. Puro bote y todo eso.

MP: ¿Igual pasa con los pepinos chiquitos?

ID: También igualmente, el grande pos usted sabe que es como puros garrotes ya nomás para, más, más barato. Así es que todo, todo dependía en eso. Pero sí, sí, en todos esos trabajos se, de todos modos ganaba uno regular. Lo único más duro para todo es el algodón, pero ya no hay algodón, así es que ya la gente… Pero toda la gente sufrió mucho el algodón.

MP: Y usted este, ¿no se dio cuenta que hubiera mujeres braceras?

ID: No, nunca.

MP: ¿No?

ID: No, nunca que yo me haya dado cuenta, no. Sí pos andarían, yo creo traba[jando], sí algunas andaban piscando, pero se ven aparte mujeres, pero muy poco de eso.
MP: O, ¿no se llegó a dar usted cuenta, por ejemplo de braceros que venían con sus esposas o sus familias?

ID: No, nunca. De braceros nunca venían con esposas, ey. Que yo me haya dado cuenta de todos esos, aquí en Dell City nunca, nunca.

MP: Durante el tiempo que estuvo usted por acá, fue más o menos el tiempo en que Estados Unidos estuvo en guerra, ¿verdad?

ID: Pos cuando casi terminó en el [19]44. Terminó y luego ya después la Guerra de Corea y de todo eso.

MP: Y por estar en guerra, ¿ustedes no sufrieron algo de que les recortaban más la comida para mandársela mejor a los soldados? O que hubiera algo o no sé, de energía eléctrica o algo.

ID: No, no, nunca, nunca oí eso. Los campos que daban comida, daban regular comida, más no de los que yo anduve, porque pos usted sabe que hubo cientos de campos diferentes y hubo quejas. Yo no me atrevo a decir que: “No, que él”. No pos ahí… Es que hay patrones muy, tuvo que haber patrones muy malos, así como donde quiera hay eso y yo sé que sí hubo, pero a mí todos los que me tocó fueron muy buenos. Ya le digo, de quince o dieciséis veces que vine, a mí todo, quitando ahí de Pecos, de que no nos daban trabajo porque todavía no se venía el algodón, nos tuvimos que regresar. ¿Pos quién iba a aguantar un mes estar nomás comiendo y durmiendo? Así es que pedimos mejor, fue la única vez que yo, que no completé el trabajo. Todos los demás, seis, ocho, nueve meses.

MP: ¿Pero no tuvo problemas por eso? Porque no completó el…

ID: No, nos dieron el boleto y nos pagaron el pasaje hasta Aguascalientes, no, no, no.
MP: Y luego ya ustedes cuando regresaban a México, que llegaban, ¿no tenían que reportarse con alguien allá?

ID: No.

MP: No sé, de Gobernación, porque ya ve que fue un acuerdo entre los dos Gobiernos.

ID: No, no, nosotros absolutamente nada, fíjese. Ellos ni, casi ni se daban cuenta que regresaba uno. Ellos nomás sabían que querían tantos, que diez mil, veinte mil, cincuenta mil. Daban cierta orden a Guanajuato, a Guerrero, a cierta gente les daban lugar para que trabajaran ahí. Pos eso era en donde entraban los líderes, querían dinero o no, sabrá Dios eso sí yo no sé, pero a mí todas las cosas nunca me cobraron a mí nada. Todo salía de que aquí, de que, aquí en Chihuahua, llegaba ya muchas veces no iba ni a México a arreglar. Ya las gentes, las señoritas de ahí empleadas, nos pasaban, nos conocían, no había problemas todo. Sí, lo que querían era a la gente para que entrara a trabajar. Eran empleados de los americanos de los que estaban ahí arreglando.

MP: Yo me he dado cuenta que algunas de las personas que se iban a quedar de braceras, de braceros perdón, en una cláusula del contrato decía que podían cuando ya se iba a acabar todo esto de los braceros, que podían ellos tener beneficios como si fueran veteranos de guerra.

ID: Pos nosotros nunca supimos eso, pero, nada de eso. Hubo de que, de que nos hubieran ayudado en eso, muchos sí se quedaban allá y ya no regresaban. Todos los que se fueron a California en el traque en aquellos años, muchos se quedaron, ya no regresaron y después con el tiempo arreglaron, a los dos, tres meses los patrones les arreglaban. Pero de que había cosa así de que nos prometían no, nada. Acababa uno el contrato y se regresaba y ya le daban a uno el pasaje y todo eso.
MP: Porque también me di cuenta de que había algunos que, de los braceros que ya estando acá, les salía la oportunidad, por decirlo así, de que les ofrecían que si se iban a la guerra, les arreglaban ciudadanía y todo esto.

ID: Pos que se sabía sí de eso de que algunos, se dieran de alta, pero así de muchos, mucha gente no. Sí se supo de algunos que se dieron de alta, en ese tiempo agarraron hasta gente indocumentada. Nosotros veníamos con papeles y algunos sí se quedaban, se dieron de alta y sí arreglaron, arreglaron después.

MP: Y entonces, ¿todavía había indocumentados en ese tiempo también?

ID: Muy pocos, muy pocos había.

MP: Porque que tenía la oportunidad, ¿no?, de estar aquí bien con lo de los braceros.

ID: Sí, pero no había tanta facilidad. Es que ahora, ahora sí han dado facilidades hasta de tener a la gente. En aquel tiempo aquél que se quería desertar, La Migración era más dura y ahora no, ahora hasta los pueden demandar y uno están protegidos en muchas cosas. Pos hasta la fecha usted sabe que hay millones de que les va rebién y a nosotros, en ese tiempo tenía uno hasta miedo porque… y ahora no, La Migración hasta tiene miedo de hasta agarrar gente. Pos sí, es una cosa que es en favor de ellos, pues no es hablar mal, es en favor de ellos. Que hasta que los protegen no, antes uno no, no, en el campo nomás y a trabajar y a hacer… Se terminaba y vámonos para México y todo eso. El que era muy valiente pos sí se arriesgaba a irse a las ciudades grandes y a trabajar. Pero andaba La Migración más dura que ahora. Ahora yo no veo que ande muy dura.

MP: ¿Se le hace? Pos a mí se me hace que antes…

ID: No, no, no.

MP: Y menos por este programa.

ID: No, no se crea no, eso sí, eso sí. La Migración casi para mí se anda paseando nomás, se anda paseando porque saben bien que la mayor parte se está quedando aquí. Tienen muchas garantías ahora, ahora el indocumentado tiene garantías. Pero por mí como mexicano que nací aquí, pero tengo sangre mexicana, qué bueno que les den esas facilidades. Los protege ya mucho que si esto, que si no los demandan y que esto y que lo otro. Así es que nosotros no fue esas cosas, puro bracero y bracero y adelante.

MP: Y alguno de sus patrones de los rancheros, ¿no le dijo o no le propuso que se quedara con él y le arreglaba papeles?

ID: Sí, a muchos amigos míos sí. Pero como yo siempre en realidad yo tenía buen trabajo en México, no, nunca ambicioné a quedarme en los campos. Yo trabajaba la temporada buena. A los demás y muchos muchachos muy buenos, los que eran muy buenos trabajadores, que sabían manejar, sabían tractores, sabían todo eso, los rancheros los arreglaba. Cantidad de gente que arreglaron, pero porque eran muy buenos trabajadores, sabían muy bien. Y si les, o habían repetido dos, tres años con los mismos rancheros, ya los rancheros porque les ayudaban mucho daban el, daban a… Pos sí, la responsabilidad de que ellos podían ayudarlos y La Migración les arreglaba.

MP: Y luego, ¿dónde se casó usted?, ¿allá o aquí?

ID: No, allá en México en el [19]48. Y yo ya había venido como cuatro veces de bracero y después de casado me vine varias veces.

MP: Y, ¿qué le dijo su esposa?

ID: ¿Pos qué decía? Pos le mandaba dinero, bien contenta. Recibiendo dinero, sí sufrían, las niños ya dos, tres. Uno tras año, así de que pos se quedaba sola. Pero no, todo fue felicidad, como mandaba bastante dinero regular, así que pa pagar las drogas y todo eso. Y luego ya pos tuve la suerte, ya no había braceros, pos ya puro trabajar en México.

MP: Y entonces ya cuando se terminó aquí todo, ¿usted se regresó para allá?

ID: Sí, ya no había braceros. Ya en las despepitadoras de algodón, ya no agarraban gente... Los braceros, pos ya no había braceros. Indocumentados, mas no sé si agarraban, pero yo creo que no, porque yo era la última vez, el último año, ya los mismos papás de los trabajadores, de los rancheros metían a sus hijos a trabajar porque pos en vez de andar piscando algodón los metían a trabajar a las despepitadoras. Y ya uno ya, ya lo hacían a uno lado, a mí me protegieron hasta al último y a dos, tres amigos míos porque como eso, de sabe uno de mecánica y de soldadura y todo eso, pos lo protegían a uno. Pero ya veía uno que ya no cae, ya no casa, [no] cuajaba en el trabajo porque los hijos de los rancheros querían trabajar ahí. Ahora no sé cómo estará eso si en los business trabajan indocumentados o no sé, la cosa es de que se dice que hay mucho indocumentado, más no sé en qué trabajarán.

MP: Pos yo creo que es igual, ¿no? Porque como quiera que sea es una mano de obra muy importante.

ID: Muy importante, yo creo que para mí se en… Pos en muchas compañías están trabajando. Antes era muy difícil en fábricas que trabajaran indocumentados, llegaba La Migración y los agarraba. Pero eso pos a mí no me interesaba y ahora no, ahora se sabe que en una fábrica trabajan cincuenta, cien o más. Así es que tienen más facilidades. Y antes era muy difícil, tan difícil era que le decían a uno mojado donde quiera, los mismos trabajadores, había mucha descriminación. Yo no tuve ese problema porque gracias a Dios que no… Pero mucha gente nomás saben que era indocumentado, bracero, les hacían el feo. Por es lo que le digo que ahora el indocumentado tiene muchas facilidades. Qué bueno que las tenga, mientras que el Gobierno le dé esas facilidades a uno no le interesa a uno nada.

MP: Pos sí.

ID: Que se beneficie el que trabaja.

MP: Pos sí.

ID: Y cuando ya no lo necesitan a uno, pos nomás lo despiden.

MP: Entonces una manera de discriminarlos era así llamándoles mojados.

ID: Pos imagínese si no. Pos sabían que les estaba uno quitando el trabajo a usted. Y estando… ¡Ande! Te daban preferencia a ti mejor que eres mojado, pero eran contados en aquellos tiempos que [los] trabajaban en fábricas. Al menos en los, en que yo conocía, no había. Raro el indocumentado, porque La Migración llegaba y lo levantaban al que andaba indocumentado. Donde yo trabajaba, se llevaban cuatro, cinco. Los andan, andan escondidos donde quiera y ahora ya no hay tanto eso.

MP: Y entonces, ¿se llamaban entre los mismos indocumentados braceros mexicanos así? O de mojados, o también la gente americana, por ejemplo los negros.

ID: Pos no me tocó a mí tantas cosas de esas. Lo que sí sé que en ciertas fábricas pos batalla mucho el indocumentado a trabajar. Más ahora no sé, yo nomás oigo lo que se dice. Pero en mis tiempos que anduve de bracero era muy difícil agarrar trabajo. O sea que eran muy pocos en aquellos tiempos [los] que entraban de indocumentados. Sí entraban, pero era en una escala poca y ahora no, ahora ya ahora hasta se viene el suegro y la suegra y el, todos se vienen. ¡Qué bueno! Mientras que el Gobierno quiera y los permita, que lo dejen trabajar. ¿Quién desea un mal para ellos? Nadie.

MP: Claro.

ID: A mí me fue bien de bracero, a ellos que les vaya bien, se arriesgan mucho, así es que… Y si son buenos trabajadores los rancheros salen, los patrones salen ganando, porque sí ganan los patrones. Un trabajador que le enseñan a trabajar y produce bastante y uno de aquí, ya estando aquí, pos ya no le exigen a uno como si fuera a trabajar más despacito. Pues esa fue mi vida de qué le puedo contar. Fueron muchas cosas, pero aquí en Dell City, siendo Texas y algodón, a mí me fue muy bien. Riego, desahije, todo eso es más liviano, pero el algodón sí, gracias a Dios que quitaron el trabajo del algodón, porque para mí, la gente de aquí, el ciudadano americano era muy duro, ya nadie trabajaba.

MP: Menos ellos, ¿no?

ID: No, el ciudadano ya no. Hace cuarenta, cincuenta años sí trabajaba el americano de aquí, el negro, el mexicano, pero ya cuando se acabó el, que entraron las máquinas, ya nadie piscaba. No, si es durísimo.

MP: Sí, me imagino.

ID: No, es una cosa, el que se gane $10 dólares en el algodón se lo merecía hasta ganarse $30. Porque ganarse $10 dólares, se merecía ganarse $30 por el sudor, las manos cómo las traían de piquetes de las… Sí conoce usted eso, ¿verdad?

MP: Sí, he visto las plantitas.

ID: No, no, nadie era… Que se ganaba fácil el dinero… No hubo uno que se ganaba el dinero fácil en el algodón. Aunque tuviera facultades de trabajar, no, eran unos robots, de respeto, de miedo. Como salían surcos de un cuarto de milla y no se levantaban, puro hombre, ¿quién hacía uno de esos? Uno no, las estas bolsas de algodón parecían un riel de duras, de que las empacaban, porque, que de bien que empacaban las cosas. Era la única manera pa no andar vuelta y vuelta.

MP: Válgame.

ID: Esos hombres se merecen la gloria.

MP: ¿Usted sigue en contacto con alguno de los compañeros braceros que tuvo?

ID: En contacto, ¿en qué forma?

MP: Sí, que los sigue viendo, se hablan o…

ID: Sí, yo me encuentro muchos de aquí de Delicias. No, es que yo como le digo, a mí todo el tiempo me fue bien, porque si no era peluquero, les cortaba el pelo. Si no, en tiempos que, en otros campos jugábamos béisbol, yo jugaba béisbol, así que conocía mucha gente y aquí en Juárez pos conozco cantidad.

MP: Así es.

ID: De Delicias cantidad, de muchos… Claro que no, pero me los encuentro y pos me da gusto ver.

MP: Claro. Ya para terminar, nada más quiero que me platique otra vez cómo se hizo ciudadano.

ID: Pos la ciudadanía, como le digo, llegué al consulado y entré nomás de pasada y me dice la americana, me dice: “¿Se le ofrece algo?”. “No, pos es que yo nací en El Paso, Texas y tanto tiempo trabajé en este y en esto otro”. Y me dijeron que había perdido la ciudadanía. “No, no, ¿qué perdió?”. “Tú no perdiste la ciudadanía, si entraste de bracero tantas veces. Nomás ven mañana y veo que no tienes muy mal récord en El Paso, que trabajaste dos años. Y si no tienes un mal récord, mañana mismo te vas para allá”. Así de una forma tan práctica, pero todo se lo debo a, gracias a Dios y a mi madre que siempre deseó que me viniera para acá. De mi familia que todos estuvimos aquí de chicos, yo fui el único que me vine. Ya mis hermanos murieron allá, pero fue la causa de que mi padre se fue a morir allá. Y así es la vida yo, mi madre quería que me viniera acá y me vine y aquí estoy, gracias a Dios. Y mire, mis hijos todos tienen escuela, todos colegio, los siete están pero rebién, así es que, ¿qué más le puedo pedir a Dios? Mas que… y a este país que gracias que, que arreglé.

MP: Qué bueno.

ID: Que me reconocieron mi ciudadanía, porque yo no tuve la culpa de que me hayan llevado chico para allá.

MP: Claro.

ID: Pero mire, así es la vida.
Después de tantos años que anduve, que no sufrí, yo sufrí, pero feliz y aquí estoy listo, gracias a Dios ya jubilado y listo ya.

MP: Qué bueno.

ID: Setenta y siete años.

MP: Se ve muy bien.

ID: Gracias a Dios sí, me ha ido bien.

MP: Pues otra cosa que tenga que agregar.

ID: No, pos no. Pos como le repito eso de que yo no tengo de qué quejarme de los braceros. Que sí, yo sé que mucha gente sufrió, pero, ¿para qué me meto en eso? La gente que sufrió que, que sabemos que sufrió, así es de que la necesidad lo obligó a uno a venirse. A mí me fue bien, tengo que hablar que me fue bien. Nomás una vez que le digo de que no había trabajo porque todavía no se venía el algodón. Pero, ¿cómo nos vamos a estar un mes sin trabajo? Pero todo, todo salió muy bien. A mucha gente le fue muy bien, mucha gente. Y mucha gente le fue mal, así es de que tiene que, tiene que ser así la vida. Esos que les fue mal, pos ni modo, qué quisiera uno que les hubiera ido bien. Toda la gente que ya andaba con ellos les fue bien, se llevaban hasta sus seis, siete velices de ropa. Yo, en aquellos tiempos, ¡uh!, llevaba hasta que ni las tiendas de allá de Aguascalientes tenían la ropa que yo llevaba, ropa buena, barata. ¡Feliz de la vida!, por eso estoy aquí.

MP: Qué bueno.

ID: Así es que de bracero no tengo que hablar nada. Y que la gente que siga trabajando, pos que le meta al campo y se gana uno buen dinero.

MP: Claro.

ID: Sí, pos como le digo, no le he platicado de tantos trabajos que hay, pero bueno, todo es lo mismo. Que le va uno, quitando el algodón, para mí el betabel, todo lo demás se gana uno para vivir bien aquí. Y a sus órdenes y gusto de que haiga venido.

MP: No, pos muchas gracias por compartir con nosotros.

ID: Hasta luego, señorita Parra.

MP: Gracias.


Fin de la entrevista

Interviewer

Parra-Mantilla, Myrna

Interviewee

Díaz de León, Ismael

Location

El Paso, Texas

File Name Identifier

Diaz_de_Leon_ELP015

Citation

Parra-Mantilla, Myrna and Díaz de León, Ismael, “Ismael Díaz de León,” Bracero History Archive, accessed April 24, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/60.