Nicolás Carreón Vega

Title

Nicolás Carreón Vega

Description

Biographical Synopsis of Interviewee: Nicolás Carreón Vega was born in Villa Aldama, Chihuahua, México, in 1933 [in 1995, the Mexican Congress changed the name from Villa Aldama to Ciudad Aldama]; as the eldest of the family, upon his father’s death he began working in the fields when he was only eight years old; he learned about the bracero program in 1953 and came to the United States.



Summary of Interview: Mr. Carreón briefly recounts his childhood; he focuses on his time in the United States as a bracero from 1953 until the mid 1960s; he discusses work contracts and the possibilities under which a mica card could be obtained; he worked in the cotton fields of Texas and New Mexico, the beet fields of Colorado, and on ranches in Arizona as well; while working in Artesia, New Mexico, he caught pneumonia and was hospitalized for a month; in 1955, he worked without a contract in Pecos, Texas, was caught and sent to jail; in 1958, the cotton field he worked was flooded so he and others were sent elsewhere to finish out their contracts.

Creator

Parra-Mantilla, Myrna
Carreón Vega, Nicolás

Date

2003-03-30

Subject

Bracero

Rights

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Language

spa

title (Spanish)

Nicolás Carreón Vega

creator (Spanish)

Carreón Vega, Nicolás

Rights Holder

Institute of Oral History, The University of Texas at El Paso

Online Submission

No

Original Format

Digital, WAV, MP3

Duration

35:48

Bit Rate/Frequency

24 K
96 bit

Transcription

Nombre del entrevistado: Nicolás Carreón Vega
Fecha de la entrevista: 30 de marzo de 2003
Nombre del entrevistador: Myrna Parra Mantilla

El día de hoy es marzo 30 de 2003 en Villa Aldama, Chihuahua, entrevistando al señor Nicolás Carreón Vega para la Universidad de Texas en El Paso, el Departamento de Historia Oral, Myrna Parra Mantilla.

MP: Buenos días señor Carreón.

NC: Buenos días.

MP: Gracias por aceptar esta entrevista y para empezar la entrevista, quisiera que me dijera, ¿dónde y cuándo nació?

NC: Nací en el rancho de San Juan de Urrutia el 10 de septiembre de 1933.

MP: ¿En Chihuahua?

NC: En el estado de Chihuahua, Municipio de Aldama.

MP: Quisiera que me platicara así brevemente acerca de su familia cuando estaba usted pequeño, sus papás, sus hermanos. ¿A qué se dedicaban sus papás? Si usted tuvo una educación escolar.

NC: No, yo quedé huérfano de la edad de ocho años. Mi trabajo casi fue en el campo, vivir de lo que podía trabajar. No tuve escuela, tuve hasta nomás de segundo de primaria. Mi primera aventura en Estados Unidos como bracero fue en Artesia, Nuevo México, en septiembre de 1953.

MP: ¿Qué estuvo haciendo allí?

NC: En la pisca de algodón.

MP: ¿Cuál era su trabajo?

NC: Piscar algodón.

MP: ¿Cómo se dio cuenta usted del Programa Bracero?

NC: Pues, ni recuerdo quien me dijo por primera vez, pero sí ya había estado yo en las oficinas en El Paso, en las oficina de los braceros.

MP: Y, ¿qué requisito fue?, o ¿qué proceso fue para que le dieran a usted el contrato?
NC: ¿Me esta hablando todavía de Artesia?

MP: No, le estoy hablando de la primera vez que se fue de bracero, ¿qué fue el proceso?

NC: Sí mire, después en 1954, al siguiente año, estuve yo en Artesia, Nuevo México. Pero ya no trabajé más que unos cuantos días. Me enfermé y me estuve como aproximadamente un mes internado en el hospital. De allí el mismo patrón me trajo a El Paso a, quiero decir a Juárez y de Juárez pos ya me atendieron allí, pero luego luego me echaron allí, que no tenía nada. Después, estuve en Chihuahua, me operaron de las anginas. Como el [19]55 me dicen que me mandaron una carta, una carta donde yo recibí un dinero por haber estado tanto tiempo en el hospital, un mes, y de haber perdido todo. Y, pos yo ese dinero nunca lo recibí. Después, en 1957, estuve en Gegame(??), Nuevo México, también en las piscas de algodón. En Presidio, Texas, estuve también el [19]58 en la piscas de algodón, pero por razones de inundación del Río Conchos, pues nos pasaron a Fabens, Texas a terminar la temporada de pisca de algodón. Después regresé a Presidio, el [19]59 hasta el [19]60, ahí duré un periodo de dieciocho meses. Por cierto que fui a hacer tierra mexicana, me parece que a Zaragoza, para volver a hacer otro contrato, porque nada más el contrato se permitía dieciocho meses. Tenía que ser tierra mexicana para que le volviéramos a hacer otro nuevo contrato. Después estuve en Muleshoe el 1961, en noviembre del [19]61, pero ya no a piscar algodón, sino que a trabajar en las, había máquinas puleadoras de algodón y a recoger en las trailas, que era donde cosechaban el algodón. Después estuve en Longmont, Colorado en mayo del [19]64 y ya no, ya se acabó la braceriada y ya jamás volví a ir de bracero a Estados Unidos, ése es todo mi, de lo que yo estuve de bracero. ¿Alguna pregunta más?

MP: Sí. Quisiera saber, ¿qué lo motivó a usted irse de bracero?, ¿por qué se fue de bracero?

NC: Pues, fueron muchas la razones. Una de ellas por la misión de Estados Unidos, ir a conocer allá y a ganar más dinero. La segunda era, porque sí efectivamente sí yo tenía necesidad porque, pos yo en mi familia éramos un hermano mío más chico que yo; pos para mantener a mi madre, ¿no? Para darle, pos trabajar, porque aquí en México, pos era muy mal pagado en aquel entonces y muy difícil trabajar. Fue lo que me…Pos me animé a irme a Estados Unidos y me gustó, me gustó el trabajo porque sí ganaba un poquito más. Gracias a Dios que siempre tuve muy buenos contratos y yo siempre terminaba los contratos. No están ahí en los papeles los contratos porque muchos se perdieron. Porque yo era de los que duraba hasta que ya no, hasta que ya no, ya de plano le decían: “Ya vete a México, ya no hay trabajo”. Pero nunca me vine sin terminar los contratos. Le daban a uno una mica, esa mica después la perdí. Ésa se la daban a los braceros que terminaban sus contratos y de hecho está, pos aquí en…Cuando estuve en Presidio, pues que cumplí mis dieciocho meses de trabajo, volví otra vez. Porque sí estaba yo muy contento, trabajaba muy a gusto y me gustaba ganar dinero allá.

MP: Y, cuando fue allá, ¿sí era lo que usted se imaginaba o fue una cosa totalmente diferente a lo que usted esperaba de Estados Unidos?

NC: Pos siempre sí se logró algo de lo que yo anhelaba. Nomás el año que sí tuve problemas fue el, cuando fui a Artesia, Nuevo México en 1954, porque fue cuando me enfermé de una pulmonía y pos duré un…aquí está en la grabación y ya se lo volví a repetir. Estuve aproximadamente un mes internado en el hospital y pos lo perdí todo. No, no aproveché nada, entonces y después pos creo que me iban a…Me mandaron dinero y yo nunca recogí ese dinero y hasta la fecha, pos no sé dónde fue a parar ese dinero de por haberme enfermado, no sé.

MP: O sea que ese dinero era como la aseguranza que ustedes tenían.

NC: Mire, no sabría decirle porque esto de que le dicen a uno, pues es muy distinto. Un amigo mío, que éramos inseparables, no hace muchos años me dijo: “No, si a usted le mandaron un cheque, un dinero por haber estado tanto tiempo en el hospital y perdió todo”, dijo, “yo me di cuenta con los mismos compañeros y con el mismo mayordomo, pero de eso yo no sé decirle si es cierto o no es cierto”. Él me dijo y me aseguró que sí era cierto, pero no hay con qué comprobar eso.

MP: Cuénteme acerca de cómo era la vida en esos campos, ¿era duro? En cuanto al clima, ¿sí tenían, ahí donde se estaban hospedando, tenían, no sé, buena calefacción? ¿Las camas estaban bien? ¿Compartía todo un cuarto con mucha gente?

NC: Sí había problemas, porque les nombraban barracas. Eran unos cuartos bastante grandes y había veces que nos juntábamos. Nos hacíanos bola para hacer la comida, porque el apuro era de irnos a piscar algodón, entonces teníamos que, pos, levantarse temprano a hacer su comida y a veces teníamos problemas pero con los compañeros, porque, pos otros querían primero y en fin. Pero, de todas maneras, yo estaba mucho muy contento porque yo estaba acostumbrado a que, pos yo me crié en el campo. Trabajé, era un trabajo que le nombran la candelilla, acostumbrado a ir al campo a hacer nuestra comida donde nos tocaba a hacerla, a la intemperie, no había nada nada ahí, pos a lo que se podía hacer. Ahí expuestos al frío, al sol o al calor, a todo lo que fuera. Entonces cuando ya estaba en Estados Unidos, óigame, pos, para mí era una cosa de lujo todo aquello. No, no, yo estoy muy conforme con los Estados Unidos y yo no tengo ni qué decir.

MP: Cuénteme acerca de su mamá, ¿qué le dijo ella?, ¿lo apoyó cuando usted le dijo que se iba de bracero o ella no se dio cuenta?

NC: No, sí se dio cuenta. Sí estaba, lo que pasa es que no estaba de acuerdo porque, por la ausencia de que, pos yo era el hijo mayor y el otro pos era menor que yo cuatro años. Entonces no quería que me fuera por no, para que no la abandonara. Pero pos uno tiene sus ilusiones, pos a ver qué, a ver cómo le va a uno. Pero de todas maneras sí me fui con su permiso. Y pues sí, sí le estuve mandando yo siempre dinero ahí.

MP: Y cuando le estaba usted mandando dinero, ¿nunca tuvo problemas de que no lo recibía? Ella no recibía completo el dinero que le mandaba o que se extraviaba.

NC: No, no, nunca se me extravió dinero. Todo el tiempo le llegaba. Inclusive, después ya yo me casé y porque yo me casé el 1959 y hay recibos donde yo le mandaba dinero a mi esposa. Y luego había veces que se lo mandaba con otras personas que venían para acá, así. Yo nunca perdí dinero. Todo lo recibió mi señora y mi mamá.

MP: Qué bueno. ¿Dónde se contrato la primera vez?, ¿tuvo que ir a, fue aquí a Chihuahua o tuvo que ir a Juárez?

NC: Primeramente, en la cabecera municipal donde uno vivía, de allí lo mandaban en grupo. Después hacía uno, en Chihuahua, hacía uno su contrato y de ahí lo llevaban a uno. La primera vez yo me jui en un tren, en un de esos vagones del ferrocarril, pero lo llevaban a uno ya a Río Vista en El Paso, Texas. Ahí en Río Vista, ahí hacía uno el contrato. Después de que ya era contratado por alguna parte donde iba a ir a trabajar, de ahí se lo llevaban en autobuses. La primera vez, sí me llevaron en un tráiler el [19]53, pero ya después en autobuses, camiones. De allí llegaba uno a La Asociación. Allí estaba uno, todos los braceros y de allí lo recogían, iban los patrones pos, ya los que necesitaban, que: “Yo quiero veinte, yo cincuenta, cien, doscientos”. Equis, lo que necesitaba cada ranchero y ahí iba y lo recogía. Así era ese modo de la, lo que se nombra la bracereada.

MP: Y, ¿ustedes tenían algún derecho de escoger si se iban con ese ranchero o no?

NC: Bueno, en El Paso también había oportunidad de escoger para qué rumbos más o menos le podía tocar. Pero a veces que no se podía, a veces que sí, sí, los que estaban ahí organizando todo eso: “Pos tienes que ir a tal parte, porque necesitan tantos y no se completan”. Entonces sí, como que lo obligaban, pero no, a mí nunca me obligaron. Yo todo el tiempo me fui a donde yo más o menos quería. Allá en La Asociación, donde lo llevaban a uno, allí pos ahí llegaba el ranchero y: “Yo quiero tantos”. Y se iba uno a trabajar. Yo nunca rechacé al que me elegía. “Yo quiero tantos y de esto y esto”. Inclusive, unas veces, cuando estuve en Muleshoe, que fue el [19]58, llegó el patrón, anduvo ahí vio toda la gente y a mí me escogió y yo me fui con él, no muy a gusto, muy bien.

MP: Y, ¿cómo era la relación con los rancheros?, ¿ustedes sí tenían relación con los rancheros?

NC: Por lo regular casi no, porque el que se encargaba era el mayordomo, pos era el intérprete. Pero los meros dueños, los meros rancheros, pues esos no, pos no nos podían entender, yo por eso digo que por eso no iban, porque pos ellos mandaban a su intérprete, su mayordomo y siempre con él nos entendíamos.

MP: Cuénteme acerca de la vez que se enfermó de pulmonía en Artesia, ¿cómo se enfermó?

NC: Pos yo no supe ni cómo, pero según esto, los doctores le dijeron a un intérprete que yo me había enfermado aquí en México. Entonces pos, yo no supe dónde, cómo comenzó el problema, pero lo cierto es que yo llegué en 1954 a Artesia y estuve trabajando más o menos unos cuantos días allí en el…Y me sentí malo, que me dolía mucho la espalda y pos al hospital. Y allí me detectaron que no me había enfermado yo allí, que me había enfermado en México, pero yo no sé ni cómo, pero lo cierto es que así me dijeron.

MP: Pero, ¿no les hacían un examen médico para ver cómo iban de salud antes de contratarlos como braceros?

NC: Qué buena pregunta me hizo eso. Mire, yo cuando estuve en Artesia el 1953 terminé mi contrato, nos escogieron a siete trabajadores de cincuenta y tantos. Nos escogieron a siete y yo fui uno de ellos. Claro que ellos escogían lo que ellos querían, ¿no?, seguramente por nuestro trabajo. Yo era muy bueno para la pisca de algodón, entonces yo creo que por eso me escogieron a mí. Entonces el patrón le decía al mayordomo de esto y esto y esto otro. Entonces, él agarraba los contratos, los contratos de uno y le dan a uno un permiso que se viniera uno aquí a México. Entonces, ya cuando lo necesitaban, que fue al siguiente año, le mandaban el contrato ya firmado, renovado el contrato. Así que no necesitaba uno ir ni siquiera ni al [El] Paso, Texas. Ya se iba uno seguido, seguido, hasta su trabajo ya. El contrato aparecía como si uno estaba todavía en Estados Unidos trabajando con ese mismo patrón, ¿sí me explico cómo está? No necesitaba uno ya, ya, se venía uno. Entonces por esa razón, a mí no me hicieron ningunos rayos X, ningún estudio ni nada, porque yo me fui directamente de mi casa hasta onde, hasta Artesia, Nuevo México. Y así le hacían muchos patrones. Dejaba uno sus papeles, le dan un permiso y se venía uno. Y después le mandaban ya el contrato ya renovado y todo ya listo ya para irse, ya para trabajar allá ya.

MP: O sea que, ¿nada más una vez, como quien dice, tuvieron que hacer ese proceso del examen médico cuando fue la primera vez?

NC: Los examen médico se lo hacían cada vez que iba uno a hacer contrato en El Paso, Texas. Mire, voy a repetir otra vez. Tenía uno derecho nada más dieciocho meses para estar uno entrando y saliendo con esos papeles. A los dieciocho meses, entonces lo mandaban a hacer tierra mexicana unos diez, quince minutos, un ratito nada más. Pisaba uno tierra mexicana, lo volvían a pasar otra vez ahí al [El] Paso, hacían otro contrato, se iba uno con el mismo patrón, pero entonces sí tenía que ir otra vez en rayos X y todo, todos los requisitos. Pero cuando no era así, pos hacía uno el contrato otra vez allí en Chihuahua, o otra vez a Río Vista y ahí lo contrataba. Había tres maneras de cómo pasar uno.

MP: Ah, okay.

NC: Sí, otra cosa, yo tenía una mica, pero esa fue la que, la perdí esa mica. Con esa mica decían: “Queremos tantos braceros en tal parte”. Se iba uno directamente a Río Vista a hacer contrato y ahí le ponían otra vez los rayos X y todo, ahí, pero con esa mica, porque tenía uno mucho, no necesitaba uno ya ir a hacer contrato a Chihuahua. Así estaban en ese entonces.

MP: O sea que los que no tenían esa mica, sí tenían que irse hasta Chihuahua.

NC: A Chihuahua.
MP: ¿Los que tenían la mica ya estaban…?

NC: No, eso se iba uno directamente, se iba directamente hasta El Paso.

MP: Y, ¿por qué usted cree que algunos no tenían la mica y otros sí?

NC: Mire, la mica se le daban únicamente a los trabajadores que cumplían sus contratos. No únicamente a esos. La persona que no cumplía sus contratos no le daban la mica. Y me imagino yo que pos si era una persona, pos incumplido en su trabajo, que no cumplía, porque pues sí, uno estaba uno obligado a trabajar, pos a eso iba, a trabajar. Pero, ¿qué pasaría si fallaba el trabajo por borrachera o por alguna otra cosa? Pos yo creo que tampoco no le daban la mica, pero eso no lo sé yo. Lo cierto es que la mica era únicamente para quienes cumplían sus contratos. Y esa mica pos yo la perdí. Sí duró mucho tiempo, pero, ¿quién sabe? Se me extravió.

MP: Y, ¿usted no tuvo alguna oportunidad de que algún ranchero le dijera que si se quedaba allí a trabajar con él le arreglaba papeles?

NC: Sí, cómo no. Cuando estuve en Presidio, el patrón mío se llamaba Jesús Manuel Rodríguez. Allí estuve trabajando con él como un, dos contratos, que fue en el que pasé del [19]59 al [19]60 hasta el [19]61. Ése quería que, arreglarme papeles. Inclusive la misma migración, me conoció muy bien los que estaban allí en La Migración. Me decía: “Pos arregla papeles, inclusive pos si quieres arreglar hasta pasaporte”. Entonces sí le arregló pasaporte a mi mamá y a mi esposa el 1960. Y yo no arreglé nada, pos, como tenía yo la mica y pasaba cada vez que me quería ir y no batallaba. No quise nunca arreglar papeles para ya hacer mi, pos como le nombran de residencia allá, ¿cómo, sí? Nunca quise y ahora ya me puede ya, pero sí hubo oportunidad de arreglar papeles, porque esos me apoyaban para arreglarlos.

MP: Ahorita hizo un comentario de que anduvo un tiempecito de mojado. ¿Qué diferencia, en cuanto al trato, en cuanto al pago, al tipo de trabajo hay entre un bracero y un mojado?

NC: Mire, pos como dicen luego, son loqueras. Una vez que andábanos nosotros en la parranda, unos amigos a mí me dijeron: “Ven vámonos de mojados, vámonos de mojados”. “No”, le dije, “pos yo no tengo necesidad de irme de mojado. Yo tengo la mica, yo me presento y hago mis trámites y me voy luego luego. No tengo”. Que: “Vente y que vente, que vamos”. Y que fui, pos total de que me fui con ellos, pero nomás de puro, como dicen luego, de puro chaser. Me fui por eso, que fue el [19]55. Me jui a Pecos, Texas. No, pos trabajé unos, ni el mes siquiera pa cuando nos agarraron, nos metieron al bote y estuve también en El Paso, pero fue una loquera. Yo no tenía necesidad de hacer eso. Yo tenía la mica y ya nomás había contratación y yo me iba luego luego seguido para allá.

MP: Y después de este incidente, ¿no tuvo usted problemas para volver a sacar esa mica?

NC: No, yo cuando fui el [19]57 a los dos años me fui otra vez, que fui a Gegame(??), Nuevo México, me preguntaron que si había ido de mojado y: “Sí, sí me fui de mojado”. “¿Dónde te agarraron?”. Ya le dije yo a La Migración, me agarraron de esto, esto, y esto”. Pero en fin, toda la verdad. “Y, ¿por qué te fuiste de mojado?”. “No, pos yo porque pos, loqueras. Yo tengo mi mica y tengo todos mis papeles, todo. Yo no tengo necesidad de andar de mojado, pero me fui por pos, porque la regué”, como dicen luego. Y ya me dieron otra vez la oportunidad de hacer otro nuevo contrato que fue en Nuevo México, en Gegame(??), Nuevo México, en septiembre de 1957.

MP: Ah, pues qué bueno.

NC: Sí.

MP: Qué bueno que no tuvo problema aquí.

NC: No, no tuve problemas.

MP: Entonces, para usted, el Programa Bracero, ¿fue bueno?, ¿ayudó a la gente?

NC: Sí, cómo no.

MP: ¿Cuál es su punto de vista?

NC: Sí. De hecho sí nos beneficiamos bastante. Al menos yo estoy muy contento con esas oportunidades que me dio Estados Unidos estar allá de, como de bracero. A mí me fue muy bien, porque yo era muy bueno para la pisca. Yo fui unos de los pocos que pasaba de quinientas libras, entonces yo no tenía problema para nada. En los contratos, cuando estuve en Longmont, Colorado, estuve en 1964, pos contrato del betabel también perfectamente bien, porque pos, sí, sí salí bueno para el betabel.

MP: ¿También?

NC: Sí, sí. (risas)

MP: ¿Cuál de los dos trabajos fue más duro?

NC: Eh, el betabel.

MP: ¿El betabel?

NC: No, el betabel sí era bastante duro, sí, pero le pagaban muy bien. Era a contrato. Allí trabaja uno hasta donde uno quería y sí, sí me fue mucho muy bien en el betabel, muy bien.

MP: Y ahorita me comentó que también trabajó, pero ya con maquinarias para el algodón.

NC: Mire, quizá a usted no le expliqué bien. Eso fue en Muleshoe, que fue en noviembre del [19]61. Lo contrataban a uno para…Bueno, cosechaban algodón con puleadoras, que le nombraban.

MP: ¿La maquinaria?

NC: La maquinaria, sí, maquinaria. Entonces a nosotros nos contrataron nada más para pisar el algodón que estaba sacando la, puleando la máquina que estaba piscando, ¿no? Porque lo tiraba ahí luego luego a la orilla de la traila, entonces uno lo hacíamos hasta para atrás. Entonces, lo pisoneaba bien, pisaba y pisaba, entonces ya quitaban ése y enganchaban ése. Eso era nuestro trabajo, nada más era hacer eso.

MP: Ah, okay.

NC: Yo no fui operador.

MP: Ah, okay.

NC: Yo no fui operador.

MP: Ah, muy bien. Yo pensé que era, o sea que era, porque primero era la pisca, que tenían que quitar el capullo, ¿no?

NC: Mire…

MP: Y luego, o sea, ¿qué otras cosas más?

NC: Desde el [19]53 hasta el [19]61, ahora verá. Pos en ese entonces, cuando fui a Muleshoe, ahí sí piscaba algodón así, pero yo casi toda mi vida le hice piscando algodón a mano, por libras.

MP: ¿Cuánto le pagaban por libra?

NC: A $2.05 el cien de libras.

MP: ¿Dos, cinco?

NC: Dos dólares con cinco centavos el cien de libras.

MP: Era muy poquito, ¿no?

NC: Sí, pero pos rendía el dinero.

MP: Usted, cuando le mandaban el dinero a su mamá y a su esposa, ¿les mandaba todo o usted hacía un ahorrito?

NC: No, pos yo dejaba para mis gastos de la comida, comprar ropa y le mandaba lo que pos lo que hacía necesario para mandarle a ella. Siempre y cuando dejar lo mío, pos para mis gastos de allá.

MP: ¿Cómo le hacían para comprar la comida?, ¿en el rancho tenían alguna tienda?

NC: Sí. El mismo mayordomo lo llevaba a uno, lo llevaba a uno al pueblo: “¿Quiere ir? Vamos al pueblo”. Entonces por ejemplo, en Artesia, Nuevo México, los mismos de la tienda los llevaban a uno hasta la casa. Ellos mismos distribuían la gente, pero muchas veces el mismo patrón lo llevaba y lo llevaba otra vez hasta su rancho. No, no había problema para eso, no había problema.

MP: Y usted nunca se dio cuenta de algún incidente que tuvieran por, no sé, ya ve que en ese tiempo andaba mucho el racismo en contra de los negros y también en contra de los mexicanos.

NC: No, yo nunca tuve problemas de esos. No, pos es que yo, nosotros nos dedicábanos al trabajo y no, no había eso. Pero sí oía platicar yo de los que se iban luego a las cantinas, sí tenían problemas allá. Ahí se peleaban, hasta con la misma raza de uno, los mismos mexicanos. Pero sí hubo veces que decían que sí, sí había pleitos con los negros por allí. Inclusive había gentes que hacían jugadas de los dados y todo eso, baraja ahí, se juntaban pos los que eran de ese ambiente. Pos sí se peleaban, pero ahí entre ellos mismos ahí.

MP: Entonces, por ejemplo, ir a esos bares era como que la forma de distracción para ustedes.

NC: Pos no crea. No, no todos se iban a esas partes. Porque había peligro y el mismo mayordomo les decía: “No se vayan ustedes a…Ustedes vayan a su mandado. Vayan a comprar su comida, vayan al cine y recójanse a su rancho pa que no tengan problemas”. Y así le hacíamos, no teníamos, no le buscábamos más problemas.

MP: Qué bueno. ¿Usted nunca hizo por llevarse a su esposa, a su familia allá?

NC: El [19]60 cuando me casé con, ahora que es mi esposa, ella estaba en Presidio. No, al revés. Ella estaba en Ojinaga, yo pasaba todos los días a Presidio a trabajar, ahí estaba cerquitas. Yo tenía una bicicleta y ahí llegaba hasta La Migración y luego el patrón allí me recogía y no, hasta allá iba yo y vivía, en la tarde me venía otra vez a Ojinaga. Allí estaba mi señora y mi mamá, así la pasaba.

MP: O sea que, en ese tiempo, pues, estuvo viviendo más bien en Ojinaga.

NC: En Ojinaga, sí.

MP: Y trabajando en Presidio..

NC: Sí, pero eso fue hasta el [19]60, [19]61, estuve ya casado ahí donde vivía yo, en Presidio, en Ojinaga. Y todos los años, en el [19]58, sí iba y venía todos los días, pero vivía con unas gentes, unos conocidos ahí en Presidio.

MP: Ya para terminar con la entrevista, no sé, algún comentario que quisiera usted hacer ya para finalizar, alguna reflexión de todo lo que vivió, bueno, malo o no sé…

NC: Pues, ¿qué le podría decir yo? Fíjese que casi le repetiría lo mismo, porque en un resumen de todo esto, fue más el beneficio que se…De los braceros que lo demás. Casi todos íbanos porque, pos sí nos iba bien. Sí había personas que lo gastaban todo. Hubo personas que se venían nomás con el puro pasaje. Lo gastaban en las jugadas, en la parranda o eran flojos pa trabajar. Inclusive, en las limpias, en la pisca de algodón, pos había unos muy malos para piscar y yo pos yo sí ganaba buen dinero. Yo llegué a ganarme hasta poquito más de $10 dólares al día en la pisca, porque pagaban a $2.05 el cien de libras y yo piscaba a más de quinientas libras, todo lo que era al principio, que estaba buena la pisca. Porque la pisca buena era corta la temporada. Al principio no se piscaba porque no había mucho algodón ya reventado, el capullo, y sacaba uno poco. Y ya cuando caía la primera helada, ya se empezaba a bajar. Y a medida que iba pasando los días, iba ya disminuyendo ya, porque en ese entonces pos que es que le daban la primer pisca, la segunda, hasta la tercera, la última era pura pepena. Ya no, casi no le costeaba ya. Pero no, sí, sí estaba muy bien, muy bien, ¿no? A mí me fue mucho muy bien. Yo estoy muy contento con los Estados Unidos y yo quisiera otra vez que hubiera otra vez esa oportunidad de ir a trabajar de bracero. No, pos, ¿cuándo?, yo ya tengo ya setenta años ya. Ya no, pero pues sí se beneficia bastante México con esos trabajos de Estados Unidos.

MP: También Estados Unidos se beneficia mucho, ¿no?

NC: Pos sí, pos claro que, pos unos con otros se ayudan, ¿no?

MP: Claro.

NC: Entonces, qué bueno que nos ayudamos con otros ahí. Ellos con darnos trabajo y nosotros con su dinero. Y ellos como quiera sacan su ganancia con sus labores, lo que tienen ellos.

MP: Bueno, pues, no sé usted qué otra cosa que añadir. Otra vez, le quiero dar las gracias por el tiempo y…

NC: No, no, pos de lo contrario, gracias a usted porque se toma esa molestia de venir a entrevistarnos. Pos usted no tiene ninguna obligación, lo hará porque pos es usted muy amable y que está en el mejor servicio de ayudar al prójimo. Pos yo lo contrario, le agradezco y pos, ¿qué le puedo decir? Pos que Dios la bendiga y le llene de bendiciones y que siga adelante con esta noble labor que usté esta haciendo para con nosotros. Y yo pos de mi parte, muchas gracias, muy agradecido y que Dios le dé más fortaleza para seguir haciendo algo por el prójimo. Porque es lo único que nos llevamos ante la presencia de Dios, las buenas obras, es lo único. Y yo sí quisiera que, pues que si esto se pudiera llevar a cabo, pues, que nos den ahorita en vida, ¿porque ya de muerto ya para qué lo queremos?

MP: Así es.

NC: En vida. Yo, de todas maneras, yo si algún día, que nos llegaran a dar en vida, pos, yo no me volvería a ir. A usted yo la procuraría para por lo menos decirle gracias y me fue muy bien. A lo mejor le daría hasta para una soda.

MP: ¡Ah!, muchas gracias. (risas)

NC: Muy amable. Muchas gracias.

MP: Muy amable, señor. Gracias.
Fin de la entrevista

Interviewer

Parra-Mantilla, Myrna

Interviewee

Carreón Vega, Nicolás

Location

Villa Aldama, Chihuahua, México

File Name Identifier

Carreon_Vega_CHIH003

Citation

Parra-Mantilla, Myrna and Carreón Vega, Nicolás, “Nicolás Carreón Vega,” Bracero History Archive, accessed April 18, 2024, https://braceroarchive.org/es/items/show/24.